Masarykova univerzita Filozofická fakulta Ústav románských jazyků a literatur Zuzana Ďaďová Factores de variación de /-s/ en el discurso de presentadores y políticos canarios Dizertační práce Vedoucí práce: doc. Mgr. Ivo Buzek, Ph.D. 2018 Prohlašuji, že jsem práci vypracovala samostatně s využitím uvedených zdrojů literatury. Zároveň prohlašuji, že tištěná verze práce se shoduje s její elektronickou podobou uloženou v archivu Informačního systému MU. ...................................... 5 Agradecimientos En primer lugar quiero agradecer a mi director de tesis, Ivo Buzek, por apoyarme y ayudarme a desarrollar un estudio de un tema que me entusiasma. Sus consejos acerca de la metodología siempre me han sido de gran ayuda y me han orientado en aquellos momentos en los cuales no sabía cómo seguir o no sabía si mis decisiones científicas iban a cumplir los objetivos que me había propuesto. Además quiero agradecerle a Ivo su actitud amistosa que me ha hecho tener confianza para consultar cualquier duda relacionada con mi estudio doctoral. Agradezco, asimismo, al doctor Alessandro Bitonti, experto en dialectología y sociolingüística italiana en la Universidad Masaryk, quien siempre ha mostrado gran interés en mi tesis doctoral y me ha proporcionado valiosos consejos metodológicos a lo largo de mi estudio. Me gustaría dar las gracias a Juana Gil Fernández, directora del Laboratorio de Fonética del Consejo Superior de Investigaciones Científicas entre 2006 y 2016 por haberme acogido en el Laboratorio. Gracias a esta estancia he podido aprender a manejar el espectrograma y acceder a valiosa bibliografía que se halla en la biblioteca del CSIC, lo que me ayudó seguir adelante con mi tesis. Igualmente agradezco a Victoria Marrero, catedrática del Departamento de Lengua Española y Lingüística General de la Universidad Nacional de Educación a Distancia y experta en fonética canaria, que me ha proporcionado algunas recomendaciones en el campo de la fonética canaria y la aspiración de /-s/ en posición implosiva y final. En el ámbito de la fonética, no puedo dejar de mencionar a Josefa Dorta, responsable científica del Laboratorio dependiente del Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de La Laguna, gracias a cuya invitación he podido acceder no solo a la biblioteca de la universidad donde encontré ejemplares únicos y muy importantes para mi tesis, sino también he podido acceder a los valiosos servicios del propio laboratorio. Guardo un gran agradecimiento, por tanto, a José Antonio Martín Gómez, investigador y ayudante en el Laboratorio de Fonética cuya profesionalidad y erudición en el campo de la fonética me han ayudado a resolver numerosas dudas relacionadas con la metodología fonética de mi investigación. Le doy las gracias a Antonio Ávila, Profesor Titular de Lingüística General en la Universidad de Málaga, sin el que no habría sido posible efectuar tres meses de estancia con el programa Erasmus+ en su Universidad que han sido cruciales en la elaboración de mi tesis doctoral. Su actitud profesional y humana y los contactos que me ha facilitado me han ayudado muchísimo a orientar mi tesis doctoral, acceder a la 6 bibliografía correcta y no perder fuerzas en el proceso de llevar a cabo mi trabajo. Gracias a Antonio Ávila, me he podido contactar con otros expertos en sociolingüística de la UMA, Matilde Vida, Profesora Asociada, y Juan Villena, Catedrático de la Lingüística General, quienes me han recomendado artículos y trabajos que me han inspirado mucho. Igualmente, me han proporcionado valiosos consejos metodológicos. Aunque nunca llegamos a hablar en persona, no puedo permitirme omitir un agradecimiento a Clara Eugenia Hernández Cabrera, Marta Samper Hernández, José Antonio Samper Padilla y Juan Almeida, grandes expertos en la lingüística canaria, quienes han comunicado conmigo via email y me han proporcionado algunos trabajos suyos y trabajos relacionados con mi tema de invsetigación. Finalmente, quiero añadir que cuando empecé mis estudios de doctorado me parecía que la distancia geográfica entre la República Checa y España iba a ser problemática, puesto que imaginaba que iba a afrontar muchas complicaciones a la hora de conseguir la bibliografía necesaria o consultar en persona con algunos expertos en los campos de sociolingüística, fonética y lingüística canaria. Sin embargo, gracias a las becas de movilidad de la Universidad Masaryk, de la Unión Europea y la voluntad de todos los expertos que menciono en el presente texto, he podido superar esta distancia geográfica y, como decimos aquí, he podido trabajar estando siempre con «un pie» en España. Me siento muy agradecida por esta oportunidad. 7 Índice 1. INTRODUCCIÓN..................................................................................................................... 11 2. OBJETIVOS E HIPÓTESIS ..................................................................................................... 17 2.1. OBJETIVOS............................................................................................................................. 17 2.2. HIPÓTESIS ............................................................................................................................. 18 3. ACERCA DE LA VARIACIÓN DE /-S/ ................................................................................ 21 3.1. EL ORIGEN ............................................................................................................................ 22 3.2. SITUACIÓN ACTUAL DE /-S/ EN EL MUNDO HISPANOHABLANTE...................................... 25 3.2.1. Hispanoamérica ........................................................................................................... 26 3.2.1.1. Antillas................................................................................................................... 26 3.2.1.2. México .................................................................................................................... 27 3.2.1.3. América central continental................................................................................ 27 3.2.1.4. Venezuela .............................................................................................................. 27 3.2.1.5. Colombia................................................................................................................ 28 3.2.1.6. Perú, Ecuador y Bolivia ....................................................................................... 28 3.2.1.7. Paraguay, Uruguay, Chile................................................................................... 29 3.2.1.8. Argentina............................................................................................................... 29 3.2.2. España.......................................................................................................................... 30 3.2.2.1. Península................................................................................................................ 30 3.2.2.2. Islas Canarias ........................................................................................................ 31 3.3. HISTORIA DE LOS ESTUDIOS DEL SEGMENTO /-S/ EN CANARIAS ....................................... 34 4. MARCO TEÓRICO................................................................................................................... 41 4.1. SOCIOLINGÜÍSTICA Y VARIACIÓN....................................................................................... 41 4.1.1. La sociolingüística y su objeto de estudio.................................................................... 41 4.1.2. Variación fonético-fonológica y factores sociolingüísticos........................................... 45 4.2. VARIACIÓN INTERNA .......................................................................................................... 48 4.2.1. Factores contextuales y variación de /-s/ ..................................................................... 49 4.2.2. Factores distribucionales y variación de /-s/................................................................ 51 4.2.3. Factores funcionales y variación de /-s/....................................................................... 52 4.2.4. Otros factores y tendencias principales en la variación de /-s/.................................... 54 4.3. VARIACIÓN SOCIAL.............................................................................................................. 56 4.3.1. Variables de estratificación en la variedad canaria...................................................... 57 4.3.1.1. Variable «sexo» ..................................................................................................... 58 4.3.1.2. Variable «edad» .................................................................................................... 60 4.3.1.3. Variable «clase social» ......................................................................................... 62 4.3.2. Evaluación social de las variables lingüísticas ............................................................ 65 4.3.2.1. Actitudes lingüísticas: generalidades................................................................ 65 4.3.2.2. Estudios de las actitudes lingüísticas en el ámbito canario............................ 72 4.4. VARIACIÓN ESTILÍSTICA ...................................................................................................... 88 4.4.1. Estilo como vernáculo.................................................................................................. 89 4.4.2. Teoría de la acomodación y diseño de audiencia.......................................................... 90 4.4.3. Diseño de hablante....................................................................................................... 94 8 5. METODOLOGÍA.................................................................................................................... 101 5.1. LA MUESTRA....................................................................................................................... 102 5.1.1. Presentadores............................................................................................................. 103 5.1.2. Políticos ..................................................................................................................... 104 5.2. ANÁLISIS ACÚSTICO........................................................................................................... 104 5.2.1. Programa Praat para el análisis fonético................................................................... 104 5.2.2. Variantes estudiadas.................................................................................................. 107 5.3. ANÁLISIS SOCIOLINGÜÍSTICO............................................................................................ 111 5.3.1. Tabulación de los datos.............................................................................................. 111 5.3.2. Variables internas ...................................................................................................... 111 5.3.3. Variables externas...................................................................................................... 113 6. VARIACIÓN INTERNA: RESULTADOS.......................................................................... 115 6.1. DISTRIBUCIÓN GENERAL DE LAS VARIANTES................................................................... 115 6.2. VARIABLE «CONTEXTO FÓNICO» ...................................................................................... 120 6.3. VARIABLE «POSICIÓN» ...................................................................................................... 125 6.4. VARIACIÓN EN LAS FRASES NOMINALES (FN).................................................................. 128 6.5. VARIABLE «NÚMERO DE SÍLABAS».................................................................................... 133 6.6. VARIACIÓN INTERNA: CONCLUSIONES ............................................................................ 136 7. VARIACIÓN EXTERNA: RESULTADOS ......................................................................... 139 7.1. VARIABLE «ORIGEN» ......................................................................................................... 139 7.1.1. Origen y habla culta .................................................................................................. 142 7.2. VARIABLE «SEXO».............................................................................................................. 146 7.3. VARIABLE «TIPO DE DISCURSO»........................................................................................ 150 7.3.1. Tipo de discurso y atención al habla.......................................................................... 152 7.3.2. Diseño de audiencia................................................................................................... 153 7.3.3. Diseño de hablante..................................................................................................... 155 7.3.3.1. Los presentadores............................................................................................... 155 7.3.3.2. El habla culta canaria y los políticos................................................................ 159 7.4. VARIACIÓN EXTERNA: CONCLUSIONES ............................................................................ 160 8. ESTUDIOS DE CASO............................................................................................................ 165 8.1. PROLONGACIÓN DE LA DURACIÓN DE S2 ........................................................................ 165 8.2. PALATALIZACIÓN DE S2.................................................................................................... 168 8.3. PROCESO METATÉTICO ...................................................................................................... 172 8.4. ESTUDIOS DE CASO: CONCLUSIONES ................................................................................ 175 9. CONCLUSIÓN ........................................................................................................................ 177 REFERENCIAS................................................................................................................................. 185 FUENTES BIBLIOGRÁFICAS.............................................................................................................. 185 FUENTES AUDIOVISUALES.............................................................................................................. 194 LISTA DE FIGURAS Y TABLAS.................................................................................................. 197 FIGURAS .......................................................................................................................................... 197 TABLAS............................................................................................................................................ 198 9 11 1. INTRODUCCIÓN Numerosos trabajos postulan que mucho se ha escrito sobre la /-s/ implosiva en español. Y es cierto; existe una gran cantidad de estudios fonéticos y sociolingüísticos que tratan el segmento /-s/, bien como objeto de estudio o como indicador de un hecho sociolingüístico, y que han desarrollado el conocimiento acerca del presente fenómeno en variedades innovadoras. El amplio repertorio existente de artículos e investigaciones, sin embargo, no significa que no quede espacio para más estudios de /-s/ y para novedades al respecto. El debilitamiento de /-s/ en posición implosiva y final de palabra es un rasgo característico de las islas Canarias y propio de todos los estratos sociales (Almeida y Díaz Alayón, 1988; Samper Padilla y Hernández Cabrera, 1995). Dicho segmento fonológico en español ejerce, además, la función de marcador según la teoría de Labov (1983), es decir, que suele reflejar una estratificación social y estilística. Su restauración en las variedades innovadoras del español en determinados contextos, por lo tanto, resulta especialmente interesante para los sociolingüistas, puesto que puede atestiguar la existencia de determinadas actitudes en la comunidad estudiada. Y es, precisamente, la restauración ―por encima de los índices del habla culta canaria― lo que hallamos a menudo en algunos presentadores canarios de los programas informativos de televisión. En el presente trabajo nos proponemos describir detalladamente la variación de /-s/ en posición implosiva y final de palabra en los discursos leídos de los políticos canarios y los presentadores de los programas informativos de la Televisión Canaria e interpretar los resultados partiendo de la situación social de la variedad canaria. 12 Nuestro objetivo, por tanto, es, en primer lugar, efectuar un análisis que podría clasificarse como variacionista y que toma en cuenta algunas de las variables, tanto internas como externas, más estudiadas en sociolingüística. Además, nos proponemos discutir la perspectiva de la evaluación social de la lengua y algunas teorías corrientes en la variación estilística que puedan dar cuenta de la situación comunicativa tan específica que presenta nuestra muestra. Con esta segunda propuesta pretendemos entrelazar el efecto que tienen las variables elegidas en nuestra muestra con las actitudes lingüísticas y creencias existentes en Canarias y en la Península. La estructura de nuestro trabajo está concebida de modo que se atienda a los objetivos mencionados, primero desde el punto de vista teórico y, segundo, a base del análisis de los resultados del experimento. El segundo capítulo, por tanto, comienza con una formulación detallada de los objetivos principales y parciales que guiarán todo nuestro trabajo. En dicho capítulo planteamos, asimismo, seis hipótesis que nos proponemos contrastar en la presente investigación basadas en los estudios y teorías expuestas en el marco teórico. En el capítulo 3, «Acerca de la variación de /-s/», enfocamos brevemente la situación diacrónica y sincrónica del segmento fonológico, con la finalidad de contextualizar el fenómeno y aclarar la amplitud que abarcan los territorios de modalidades innovadoras en las que se categoriza el canario. La importancia de este capítulo, sin embargo, reside sobre todo en el resumen de los estudios fonéticofonológicos y sociolingüísticos que se han dedicado al estudio del segmento /-s/ en Canarias y al estudio de las actitudes lingüísticas y la identidad canaria. La cuestión fundamental de nuestro estudio es el enfoque de los estudios sociolingüísticos en factores internos, sociales y estilísticos. El cuarto capítulo, «Marco teórico», por tanto, abarca una gran cantidad de teorías y estudios relacionados con dicha variación. Subrayamos, además, que este capítulo se dedica detalladamente al tema de la evaluación social de la lengua y mecanismos relacionados con teorías vinculadas con la variación estilística. Son, precisamente, el tercero y el cuarto capítulo los que forman la base teórica de nuestro trabajo. En ellos destacan cuatro hechos principales que han dado origen al presente estudio y en torno a los cuales va a girar nuestra investigación: (1) Canarias, según varios estudiosos, sufre de un estatus de periferia sociopolítica y económica (p. ej. Morales Padrón, 1980; Morera 1990, 1997a y 1997b; Morgenthaler García, 2008) desde la perspectiva del Estado español. Esto se observa en varios ámbitos de la vida del Archipiélago ―desde la lejanía geográfica y el mercado limitado hasta la dependencia económica del sector de turismo. Dicha 13 situación influye, junto con una serie de factores relacionados con la planificación lingüística (véase el capítulo 4.3.2.2), en una cierta estigmatización del dialecto y actitudes negativas hacia la variedad1 . A esta situación se añade, además, la inexistencia de una norma lingüística propia, a pesar de la clara existencia de una identidad lingüística canaria (Trujillo, 2003). (2) Existen valiosos trabajos académicos en el ámbito de la sociolingüística canaria. El trabajo sociolingüístico más complejo efectuado hasta la fecha en Canarias es, indudablemente, la obra de Almeida y Díaz Alayón (1988), El español de Canarias, cuyo propósito ha sido registrar la variación interna y social en el Archipiélago. Sin embargo, al igual que otros trabajos generales de Canarias (p. ej. Almeida, 1990a y 1990b; Samper Padilla, 1990, etc.), aquí los autores trabajan con un enfoque sociolingüístico restringido a determinadas variables sociales utilizando una metodología variacionista laboviana y un enfoque descriptivo. Por lo tanto, estos trabajos carecen de una interpretación del hecho lingüístico desde una perspectiva social más amplia enfocando la situación social del canario en el diasistema del español de España. Por otro lado, la evaluación social del canario y temas relacionados con el prestigio se ven representados en varios trabajos (p. ej. Hernández, 2006 y 2009; Morales Padrón, 1980; Morera, 1990, 1997a y 1997b; Morgenthaler García, 2008; Ortega Ojeda, 1981 y 1996; Trujillo, 1981 y 2003). Estos valiosos trabajos analizan la situación del hablante canario, su identidad y su enfrentamiento con la Península desde el punto de vista social, histórico y lingüístico. Aunque profundizan en la variedad canaria como un concepto casi sociológico e identitario y, en ocasiones, consideran la aspiración o elisión de /-s/ como una prueba de la «canariedad», no se trata de estudios lingüísticos en el sentido estricto de la palabra. Estos trabajos se refieren a la variedad canaria y a su uso, sin embargo, no basan sus teorías acerca del prestigio en un estudio de rasgos lingüísticos concretos. (3) Existen varias teorías acerca de la variación estilística o situacional del habla. Labov emplea en su estudio la teoría de attention to speech, que reacciona al grado de formalidad de la situación. Enfoques más recientes señalan, sin embargo, que el hablante ―más que a una situación formal― reacciona al público-destinatario de su discurso (audience design) o, incluso que el hablante es un ente iniciativo que 1 El tema de las actitudes está tratado en toda su complejidad en el capítulo 4.3.2 «Evaluación social de la lengua». Allí se recoge una serie de trabajos que tratan las actitudes de los canarios con todos los matices y que demuestra que no existe una actitud unívoca, sino que se trata de un fenómeno más amplio que toma en cuenta varios aspectos de la percepción social. 14 diseña su propia habla según la identidad que pretende transmitir (speaker design). Consideramos necesario, en el presente trabajo, atender a estas teorías con la finalidad de contribuir al debate acerca del uso de la lengua en una determinada situación. Al mismo tiempo, queremos enriquecer el ámbito de la sociolingüística canaria con un estudio de variación estilística, puesto que hasta la fecha no se han realizado estudios que se centren en hablantes canarios en situaciones comunicativas concretas y evalúen las principales teorías de estilo existentes. Además, se ha visto como muy fructífero en las últimas décadas el estudio de la variación estilística en regiones donde el habla se aleja del estándar nacional y sufre de un cierto desprestigio y estigmatización como «mal hablar» o «habla rural» (Cutillas-Espinosa y Hernández-Campoy, 2006). (4) El habla de los locutores de los medios no ha pasado desapercibida del todo en los estudios canarios. Entre los estudios mencionados que discuten la identidad canaria y el complejo lingüístico que sufren algunos hablantes canarios, destaca frecuentemente el habla en los medios como un ejemplo del deseo de estos hablantes de neutralizar su habla hasta el punto de imitar el habla estándar pese a que no existe un reglamento que prescriba una pronunciación «correcta» (Hernández, 2006, p. 50). Los presentes estudios, sin embargo, no proporcionan datos lingüísticos ya que no se basan en una investigación de variación. Por otra parte, esta tendencia queda estudiada en un artículo de Samper Padilla y Hernández Cabrera (2007) que presenta la distribución general de las variantes y en dos variables internas: «contexto fónico» y «posición». En este breve estudio los autores destacan la necesidad de profundizar en el estudio de dicho fenómeno a través de un estudio sociolingüístico que proporcione una vista más compleja del fenómeno centrándose en una determinada situación comunicativa. Con la finalidad de reaccionar a estas cuatro realidades y cumplir con el objetivo principal de la tesis ―describir y explicar la variación de /-s/ en dos discursos concretos― creamos, en el capítulo 5, una metodología de la investigación. Hemos trabajado con 12 presentadores de informativos canarios y 12 políticos canarios que realizan un discurso leído en el pleno de los cabildos de Gran Canaria o de Tenerife. La elección del primer grupo de hablantes se ha visto motivada por una simple observación del habla en los informativos. El segundo grupo, sin embargo, ya se elige con la finalidad de complementar la muestra con un grupo homogéneo, de educación alta y que, igual que los presentadores, se encuentran en una situación de alta consideración social. La elección de discursos leídos, además, nos ha permitido limitar el nivel de espontaneidad al mínimo y elevar al máximo el grado de 15 formalidad, de modo que los presentadores y los políticos se encuentren en situación de atención al habla comparable. La parte de los resultados se dedica a dos aspectos de estudio principales: variación interna y externa. Las variables internas ―«contexto fónico», «posición», «posición en la frase nominal» y «número de sílabas»― se evalúan en el capítulo 6 en un estudio cuantitativo. En el capítulo 7, la atención se dirige a las variables externas: «sexo», «origen», «tipo de discurso». Consideramos este capítulo el verdadero centro de nuestra investigación. Aparte del enfoque cuantitativo, aquí se otorga espacio al desarrollo de las teorías de las actitudes lingüísticas y su posible influencia en ambos tipos de hablantes. Además, habiendo definido el tipo de discurso como variable estilística, prestaremos atención a la evaluación de la validez de las teorías de variación estilística. En el último capítulo que precede a las conclusiones, el capítulo 8, «Estudios de caso», se esbozan tres casos de hablantes. Si en el trabajo ha prevalecido el enfoque cuantitativo, es aquí donde se individualizan los hablantes. Los tres fenómenos fonéticos se describen en este capítulo y, seguidamente, se interpretan a base de algunas teorías sociolingüísticas expuestas en el marco teórico. El trabajo que aquí se presenta, por todo lo anteriormente dicho, pretende desarrollar el ámbito de la sociolingüística canaria y de la sociolingüística en general a partir de la situación de /-s/ en el habla canaria. Partiendo de la realidad de los medios canarios y de los cuatro presupuestos mencionados ―estatus sociocultucal de Canarias y sus habitantes, falta de un estudio de repercusión de las actitudes en la variedad canaria y en el habla en situaciones formales, y falta de estudios de estratificación estilística en Canarias― consideramos que nuestro estudio puede aportar nuevos datos acerca de (1) la situación de aspiración en Canarias, (2) repercusión de actitudes positivas y negativas en el habla canaria, (3) la teoría de estilo y, finalmente, (4) abrir una discusión acerca de las futuras vías de investigación en este campo. 17 2. OBJETIVOS E HIPÓTESIS 2.1. OBJETIVOS El objetivo principal del presente trabajo es discutir las posibles influencias en la variación del segmento fonológico /-s/2 en los discursos leídos de los políticos canarios y los presentadores de los programas informativos de la Televisión Canaria (RTVC). Según numerosos estudios variacionistas efectuados en el ámbito hispanohablante3 , la /-s/ muestra un comportamiento condicionado tanto por factores (a) lingüísticos, como por factores extralingüísticos: (b) sociales y (c) estilísticos. Estos tres ejes nos van a ayudar a estructurar el presente trabajo, sin embargo, no vamos a insistir siempre en la separación absoluta y categórica de los mismos, ya que hay puntos de encuentro y síntesis de estos enfoques muy importantes y fructíferos. Por tanto, formulamos los siguientes objetivos: (1) Establecer las posibles diferencias entre el estilo utilizado en dos situaciones ―discurso político y discurso en telenoticias― efectuando un análisis interno; aquí tendremos en cuenta los principales factores 2 Con el segmento «/-s/» nos vamos a referir siempre a lo largo del trabajo al fonema /s/ (1) en posición implosiva dentro de la palabra, (2) en posición implosiva al final de palabra (es decir, ante una palabra que empieza por una consonante o ante pausa) o (3) en posición final de palabra seguida por otra que empieza por una vocal. 3 Véase el capítulo 3.2 «Situación actual en el mundo hispanohablante» y el capítulo 4 «Marco teórico». 18 internos: contexto fónico, distribución, posición en la frase nominal (FN) y número de sílabas de la palabra. (2) Comparar y evaluar los resultados de la variación interna de ambos discursos y compararlos con las tendencias en algunas variedades innovadoras del español y con los estudios canarios con la finalidad de entender si se repiten los mismos patrones de variación. (3) Evaluar la validez del factor social «sexo» y del factor geográfico «origen» en el habla de los presentadores y políticos canarios y observar posibles diferencias entre estos dos grupos de hablantes. (4) Contrastar la adecuación del habla de estos grupos al habla culta canaria según el estudio de Samper Padilla y Hernández Cabrera (1995), es decir, evaluar las tendencias divergentes y convergentes con el habla culta canaria. (5) Discutir la influencia que tienen las actitudes lingüísticas de los propios canarios hacia la lengua y de los peninsulares hacia la variedad canaria (p. ej. Blas Arroyo, 2008; Cestero y Paredes, 2015; Morgenthaler García, 2008) en la variación de los hablantes estudiados y qué relación pueden guardar con la variación estilística. (6) Aplicar los principales modelos teóricos para la variación de estilo – atención prestada al habla, diseño de audiencia y diseño de hablante– a nuestro estudio y evaluar su validez. (7) Dar cuenta de la variación individual con la finalidad de observar el grado de la heterogeneidad dentro de los dos grupos y destacar posibles fenómenos hallados. El alcance del presente trabajo, por todo lo anteriormente dicho, reside en un estudio cuantitativo con algunos enfoques cualitativos que ―aparte de proporcionar una descripción interna y externa de la variedad canaria en los discursos televisivos y políticos― nos facilitarán evaluar la influencia que puede tener la evaluación social de la lengua en las dos situaciones discursivas. 2.2. HIPÓTESIS Delimitados los objetivos, formulamos a continuación cinco hipótesis principales que consideramos probables y verosímiles y que nos guiarán a lo largo de toda la investigación que vamos a realizar. En nuestro estudio preliminar hemos registrado una diferencia muy llamativa entre los políticos y los presentadores en cuanto al segmento /-s/. 19 (1) Nuestra primera hipótesis propone que los presentadores se alejarán notablemente de las modalidades canarias mostrando un elevado número de soluciones conservadoras, mientras que los políticos mantendrán índices muy comparables con los índices del habla culta canaria según Samper Padilla y Hernández Cabrera (1995). (2) En cuanto a la variación interna, las principales tendencias en las modalidades innovadoras (Alba, 1980; Almeida, 1990a; Cedergren, 1973; Lipski, 1985; López Morales, 1983; Moya Corral, 1979; Samper Padilla, 1990; Vida Castro, 2002) sí serán comparables con las de los políticos canarios y, al mismo tiempo, presentarán ciertas diferencias con respecto al habla de los presentadores. (3) Igual que en los estudios dialectológicos canarios (Almeida 1990a, 1990b), los políticos grancanarios presentarán índices más altos de realizaciones progresivas y los tinerfeños más conservadoras, mientras que, en el discurso de los presentadores, el origen geográfico no se mostrará como variable relevante debido a la preferencia artificial del uso de sibilancias en ambos grupos. (4) Dada la tendencia general de las mujeres a acercarse al habla estándar (p. ej. Moreno Fernández, 2009a; López Morales, 2004) observada, asimismo, en algunos estudios canarios (Almeida, 1990b; Almeida y Díaz Alayón, 1988), las mujeres presentadoras y políticas presentarán más soluciones conservadoras que los hombres. (5) A base de la muestra se confirmará que la lectura del texto (según el modelo de atención prestada al habla (attention to speech) propuesto por Labov, 1966 y 1972; Trudgill, 1972 y 1974) no es relevante para la variación, igual que no se detecta el diseño del habla a base del tipo de audiencia (audience design, p. ej. Bell 1984, 1991 y 2001). Al mismo tiempo, se mostrará como verosímil la teoría de diseño de hablante (speaker design, p. ej. Coupland, 1985 y 2001; Eckert, 2000; Rickford, 2001; Schilling-Estes, 1998) acerca de la creatividad de los hablantes. El diseño del habla de nuestros hablantes, además, se verá altamente influido por las actitudes lingüísticas existentes hacia el canario y hacia el estándar. Expuestos los objetivos y la hipótesis, no es necesario repetir que la estructura del trabajo estará fuertemente vinculada a los objetivos, ante todo, a las tres ramas del estudio ―lingüístico, social y estilístico― con la finalidad de averiguar la verosimilitud de las hipótesis y contribuir con un trabajo complejo a los conocimientos acerca de la variedad canaria del español. 21 3. ACERCA DE LA VARIACIÓN DE /-S/ El proceso de debilitamiento y pérdida de /-s/ en posición implosiva o final de palabra es un fenómeno propio no solo de numerosas variedades del español, sino también de algunas lenguas románicas (M. Alvar, 1955). En el mundo hispanohablante el segmento fonológico /-s/ puede tener varios alófonos: frente a la forma sibilante conservadora existen formas más innovadoras. [s] -› [h] -› [ø] En el caso del español canario, puede tratarse de innovación en forma de mantenimiento del sonido en forma de una aspiración (laríngea, faríngea o velar) o una asimilación en la que se junta la articulación de la fricación laríngea, faríngea o velar con la consonante siguiente dando una constricción alveolar, dental, labial, etc. como resultado (Marrero, 1990, p. 349). En el caso de un proceso más avanzado se produce una elisión, es decir, un cero fonético. En el presente capítulo procuraremos contextualizar el fenómeno del debilitamiento y pérdida. Desde el punto de vista diacrónico esbozaremos el debate acerca de su origen. Sin embargo, puesto que la /-s/ como objeto de investigación histórica se aleja de nuestro estudio sincrónico, no nos permitiremos ahondar demasiado en el presente tema, aunque, indudablemente, tiene mucha importancia para la investigación de la evolución de la lengua. Desde el punto de vista sincrónico describiremos la distribución geográfica de las variantes del segmento /-s/ en Hispanoamérica y en España, prestando especial atención a las variedades innovadoras que, entre otras, abarcan el español canario debido a su grado de evolución fonética. Puesto que procuraremos crear un mapa geográfico de su 22 distribución no entraremos en cuestiones de condicionamientos extralingüísticos – a no ser que influyan fuertemente la existencia o ausencia del fenómeno4 –, aunque somos conscientes de su relevancia para la sociolingüística general. Al final del capítulo proporcionamos un acercamiento a los estudios de aspiración y elisión canarias con la finalidad de aclarar la falta de estudios que nos proponemos rellenar en la dialectología y sociolingüística canarias. 3.1. EL ORIGEN La evolución de la aspiración y la pérdida de la /-s/ cuenta con numerosos estudios diacrónicos del fenómeno efectuados en los últimos sesenta años. La pregunta básica que se plantea en cuanto al origen del fenómeno es: ¿fue el debilitamiento de la consonante implosiva llevado a las colonias desde Andalucía ya a principios de la colonización o se cuenta con una aparición tardía y se debe su existencia a una evolución paralela en ambas costas del Atlántico? Los lingüistas, sin embargo, no llegan a coincidir en una unívoca explicación del origen de este fenómeno. El principal desacuerdo acerca de la cronología se puede resumir en dos opiniones principales: una que ubica la aparición del debilitamiento en los últimos siglos de la Edad Media y, por lo tanto, es anterior a la colonización (Frago, 1999; Lapesa, 1964; Pascual, 1998; Penny, 2004, etc.), y otra que fecha el origen de la aspiración y la pérdida en los siglos XVII o XVIII (M. Alvar, 2004; Ariza, 1999; Catalán 19895 ; Salvador, 1981 y 1987; Torreblanca, 1989 y 1991; etc.). Destacan entre los primeros Frago Gracia (1999) y Pascual (1998), quienes, basándose en la documentación del siglo XIII y XIV, confirman que el presente fenómeno formaba parte del castellano medieval en el norte de la Península y que su generalización en las regiones del sur de la Península y en las regiones ultramarinas se debe a la repoblación medieval de los territorios del sur y a la colonización. De los castellano-leoneses emigrados a Indias unos se mantienen fieles, al menos en lo fundamental, a su fonética originaria y otros caen con diversa intensidad en el modismo meridional y andalucista, pero todos ellos a su manera colaboraron en la formación del español americano en sus dos variedades más importantes, contando, además, con el hecho de que algunos castellanohablantes norteños también 4 Véase p. ej. la situación de la aspiración en Caracas en el apartado sobre el español venezolano en el capítulo 3.2.1. 5 Esta obra es un recopitarorio de los artículos publicados por Diego Catalán entre 1946 y 1979 en revistas especializadas. 23 practicaban ciertos modismos fónicos que arraigaron mucho más profundamente en el sur de la Península, v. gr. en relajamiento extremo de /-s/. (Frago Gracia, 1999, p. 21) Debido a que la ortografía española no dispone y nunca ha dispuesto de herramientas para expresar la aspiración, son las pérdidas que, por falta de ortografía, pueden formar un testimonio del proceso de cambio frente al conservadurismo (Penny, 2004, p. 609). Lloyd (1993, pp. 554-555) encuentra manifestaciones de las formas innovadoras a través de la ausencia de –s en mandamo, juego vedado, todas la otras que, junto con «las grafías ‘incorrectas’ encontradas abundantemente en documentos escritos por los primeros colonos americanos», según Penny (2004, p. 609), demuestran una existencia del fenómeno ya a finales de la Edad Media. También añade que las faltas en los documentos del siglo XVI escritos por sevillanos emigrados demuestran que se trataba de un rasgo típico de la metrópoli andaluza trasplantado a las colonias en la época (2004, p. 609). Lapesa (1964), asimismo, apoya la temprana cronología con la nota del hijo de Colón interpretada por Menéndez Pidal (1962) que, según el autor, atestigua la existencia de la aspiración de /-s/ en el siglo XVI y a la cual adscribe el origen de la aspiración en América. Poseemos, sin embargo, un testimonio anterior e ilustre de la alteración de la consonante siguiente por una h aspirada. Fernando Colón († en 1539) da en una nota autógrafa Sofonifa por Sophonisba. Este precioso ejemplo, sacado a la luz por Menéndez Pidal, prueba que el ensordecimiento de la consonante sonora que hoy vemos en resbalar > rehbalar > refalar o en noviazgo > noviahgo > noviajo, se producía ya en Andalucía a principios del siglo XVI, lo que hace muy probable que de allí pasara a las Indias, por una parte, mientras que por otra se expandía hacia el centro de España. (1964, p. 180) Por otro lado, las palabras de Lapesa anteriormente citadas han sido fuertemente rechazadas por parte de Gregorio Salvador (1981 y 1987) quien considera que la presente hipótesis es de poca consistencia y critica la insuficiencia de la prueba basada en un único dato refiriéndose al ejemplo pidalino de Sofonifa y Sophonisba (1987, p. 75). Torreblanca (1989) coincide con este autor en considerar el ejemplo pidalino como insuficiente prueba de la cronología temprana del fenómeno. Si la forma Sofonifa de Diego Colón surgió realmente por mera evolución fonética de Sophonisba, tendríamos que suponer que esta palabra era de uso corriente en el lenguaje oral de los andaluces cultos del siglo XVI, lo cual parece muy improbable. Seguramente Diego Colón no estaba muy familiarizado con el nombre de la heroína númida Sophonisba, y se equivocó al escribirlo, repitiendo mecánicamente la letra f. (p. 294) 24 Salvador, además, se opone a la hipótesis del debilitamiento de /-s/ generalizado en Andalucía en la época anterior al siglo XVIII señalando ejemplos de las obras de Lope de Rueda y Góngora que caracterizaron el habla de los esclavos con la pérdida de /-s/. Salvador se sirve del presente ejemplo para explicar que, si el fenómeno innovador hubiese sido tan generalizado en la sociedad, los autores no habrían utilizado este rasgo para caracterizar un determinado grupo social. Y, debido a las pruebas de su aparición tardía, el autor postula que la aspiración no había sido llevada a los territorios ultramarinos por los colonos, sino que se debe a dos procesos evolutivos independientes (Salvador, 1981, p. 357). A esta opinión también se inclina Diego Catalán (1989) afirmando que en América «la aspiración, al no imponerse desde los días de la conquista como rasgo de la koiné antillana, no se convirtió en rasgo general del español criollo, como el çezeo» (p. 131) igual que, como asegura, se mantiene la sibilancia en las islas de El Hierro y algunas partes de La Gomera como una modalidad arcaizante frente al resto de las Islas Canarias que prefieren la variante innovadora. Torreblanca (1991) está de acuerdo con Catalán y Salvador en que la aspiración no es un hecho trasladado desde Andalucía en los días de la conquista y añade: A juzgar por los datos contemporáneos, es perfectamente posible que ya en el s. XVI hubiera comenzado el proceso de debilitamiento o aspiración de la /s/ implosiva, al menos ante algunas consonantes como fenómeno exclusivo de algún grupo de hablantes, pero la aspiración o caída de /s/ implosiva y final en cualquier entorno fonosintáctico y en todos los hablantes, la aspiración o caída de /r, l/ implosivas y final en el habla popular, la velarización o caída de la /n/ final, son el resultado de un proceso lingüístico esencialmente posterior al siglo XVI, el cual se dio o se ha dado espontánea y paralelamente en ambos lados del Atlántico, como ramas surgidas de un mismo tronco. (Torreblanca, 1991, p. 360) En cuanto a las pruebas de la cronología tardía del debilitamiento, Torreblanca (1989) referencia La infancia de Jesu-Christo, una farsa producida en 1784 por Gaspar Fernández y Ávila en Andalucía, considerando el segmento las jorejas una clara y relevante prueba de la pérdida de la /-s/ final en posición prevocálica en el dialecto andaluz del siglo XVIII (p. 295). Ariza (1999) aporta numerosos ejemplos de la ausencia de s, no obstante, insiste en que esos datos no pueden ser consideraros suficiente prueba de la aspiración en las épocas tempranas y coincide con Torreblanca en que «los ejemplos aislados de falta de concordancia por ausencia de la grafía s no indican necesariamente un proceso fonético» (p. 55) aunque ―a diferencia de Torreblanca― 25 considera que los primeros testimonios de la aspiración ―las jacciones y ehtampado― provienen de los documentos del siglo XVII rescatados por Chamorro (1998). Finalmente, Manuel Alvar (2004) constata que la pérdida de la /-s/ es un proceso evolutivo natural característico de numerosas lenguas, sin embargo, en su trabajo propone cierta prudencia a la hora de trabajar con las pruebas e, igualmente, se refiere a la escasez de datos de la existencia de la pérdida de la /-s/ en el castellano medieval (p. 48). Nuestro conocimiento actual de las cosas no autoriza a ligar estos casos entre sí, pero tampoco desdeñarlos categóricamente y no ver en ellos otra cosa que distracciones del artesano o barbarismos. Actuar con cierta cautela tal vez sea lo más prudente, pero conviene anotar que en Sevilla y Málaga, en el siglo III, y en Sevilla, en el siglo VII, se documentaba una pérdida de –s de carácter vulgar, y que hoy en esas mismas provincias se practica idéntica pérdida. (M. Alvar, 2004, pp. 54 – 55) Concluimos, pues, que el origen del fenómeno de la aspiración y la pérdida de /-s/, a pesar ser tan extendido en el mundo hispanohablante, ha sido fuente de numerosos debates entre los grandes lingüistas que han enriquecido los conocimientos de la historia de la lengua española. Lo que sí podemos afirmar con certeza y seguridad es el hecho de que la pronunciación debilitada sigue presente en numerosas variedades del mundo hispanohablante y, como veremos en los siguientes capítulos, es uno de los principales rasgos definidores de muchos dialectos del español, tanto en la América hispanohablante como en los territorios de España. 3.2. SITUACIÓN ACTUAL DE /-S/ EN EL MUNDO HISPANOHABLANTE6 Debido a la frecuencia de la ocurrencia del fonema /-s/ en español por su carácter léxico y morfemático, su realización ―conservadora, debilitada o elidida― 6 Para la elaboración de este capítulo nos hemos servido de algunos trabajos generales de dialectología hispánica: Dialectología española (1985) de Zamora Vicente, El español de América: fonética de Delos Lincoln Canfield (1988); las obras coordinadas por Manuel Alvar que recogen capítulos orientados a distintos dialectos del español escritos por grandes hispanistas Manual de dialectología hispánica: el español de América (1996a) y Manual de dialectología hispánica: el español de España (1996b); El español de América: Pronunciación de María Vaquero de Ramírez (1996b), donde la autora dedica un capítulo a la realización de /s/ en los dialectos americanos; El español de América, por Miguel Ángel Quesada Pacheco (2002); La lengua española en su geografía, escrita por Francisco Moreno Fernández (2009a). Estos estudios generales dialectológicos se han complementado con la información proporcionada por numerosas publicaciones que, en muchos casos, se proponen el segmento /-s/ como objeto principal de la investigación y, por tanto, aportan información muy valiosa acerca del fenómeno. 26 ha dado origen a la división de las variedades del español es dos grupos importantes: dialectos conservadores y dialectos innovadores7 . Las zonas dialectales consideradas conservadoras se caracterizan por una prevalencia de la realización sibilante. El segundo grupo lo forman zonas donde la aspiración, elisión o asimilación a la consonante siguiente ocurren con mayor frecuencia que la sibilancia, dependiendo siempre de factores internos (vinculados a la distribución o contexto) y de factores externos (sociales y estilísticos) (Moreno Fernández 2004, p. 993). La generalización del fenómeno de la aspiración y elisión de /-s/ en algunas zonas, según Salvador (1987), incluso da origen a una isoglosa importante, ya que se trata de «una isoglosa divisoria entre lo que hemos llamado zonas de tendencia evolutiva y zonas de tendencia conservadora». El autor, además, añade que [...] sería esta la que más podría ajustarse a la delimitación de eso que ha dado en llamarse español atlántico. Con salvedades americanas, referidas a corrientes normativas que la restituyen y a la particular distribución del fenómeno en la Argentina, amén del mantenimiento canario en la Isla del Hierro [sic] y la progresiva extensión peninsular del cambio. (p. 75) 3.2.1. Hispanoamérica Las realizaciones aspirada y elidida de /-s/ son variantes muy generalizadas que dominan una gran parte geográfica del territorio hispanohablante de América. Para una mejor organización del texto agrupamos la información acerca del fenómeno por países y conjuntos de países, aunque somos conscientes de que no es la forma idónea, ya que las fronteras lingüísticas no coinciden con las fronteras geopolíticas. 3.2.1.1. Antillas Dentro del área antillana, característica por ser innovadora en cuanto a las consonantes posnucleares, se perciben dos grados de innovación: el habla de Cuba y Puerto Rico donde la norma general es la aspiración, y la modalidad dominicana, que demuestra altísimos índices de pérdidas de /-s/ (Vaquero de Ramírez, 1996a, p. 60). 7 Aunque esta clasificación es dominante en la lingüística hispana, resulta muy interesante y clarificadora, asimismo, la clasificación de José Antonio Samper Padilla (1990) que agrupa las comunidades de habla según (1) predominio de la conservación de sibilante, (2) predominio de la aspiración y (3) predominio de la elisión. 27 3.2.1.2. México En México, la realización sibilante es mayoritaria y esporádicamente se encuentran variantes innovadoras, no obstante, existen zonas donde el mantenimiento de sibilante es minoritario. Aunque no se puede confirmar su generalización en todo el territorio costeño mexicano, zonas donde las soluciones aspirada o elidida son mayoritarias se encuentran en ambas costas: en el área atlántica se trata de regiones de Veracruz, Tabasco, parte de Campeche en el Golfo de México; costa de Chiapas, Oaxaca y Guerrero y en el Pacífico son territorios de Sinaloa y Sonora (Lope Blanch, 1996, p. 87). 3.2.1.3. América central continental Según el estudio de Lipski (1985, p. 144) de diez hablantes de las capitales de Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Honduras, los países centroamericanos continentales presentan resultados muy diversos en cuanto a la aspiración. Costa Rica se caracteriza por el conservadurismo en la realización de /-s/, con salvedad de la provincia de Guanacaste donde se produce, según Quesada Pacheco (1991, p. 74), un corte glotal ʔ en lugar de la sibilante al final de la palabra en posición prevocálica tónica [loʔíndjoh] los indios. En Guatemala, la situación de sibilancia es comparable con la de Costa Rica, es decir, sus índices son casi absolutos –salvo en el contexto preconsonántico donde la sibilancia alcanza cerca de un 65 % y salvo en las partes costeras, donde predomina la aspiración (Quesada Pacheco, 2002, p. 104; Lipski 1986, p. 144). En El Salvador y Honduras aparece la variante aspirada e incluso la elidida, aunque se mantiene mayoritaria la realización conservadora. Panamá (Quesada Pacheco, 2002, p. 104) y Nicaragua (Lipski, 1986, p. 144) destacan por ser las modalidades más innovadoras en cuanto al segmento /-s/ del territorio centroamericano continental; la sibilancia es, pues, minoritaria. 3.2.1.4. Venezuela El español venezolano presenta las tres variantes [s], [h] y [Ø]. Curiosamente, no se trata tanto de diferencias geográficas, aunque esas también tienen su peso, sino que la realización de /-s/ depende, ante todo, de los factores extralingüísticos. Según Álvarez (1996, p. 11), en Caracas la realización distingue los grupos socioeconómicos en Caracas. Así, una persona perteneciente al nivel alto pronunciará con igualdad de posibilidades [s] y [h] al final de sílaba; mientras que si pertenece al nivel bajo 28 pronunciará [h] o [Ø]. En los Andes, prevalece la realización como [s], por lo que ésta no es distintiva desde el punto de vista social en esa región. Aunque se puede afirmar que las variantes aspirada y elidida prevalecen en el español venezolano, Álvarez (1996) recuerda los factores extralingüísticos ―el humor emocional del hablante y el tipo de discurso― que pueden cambiar las estadísticas significativamente: según disminuye la atención al habla, sube inmediatamente el índice de aspiraciones y pérdidas. En cuanto a la zona andina, se le solía atribuir la variante propia de altiplanicie según la teoría de las tierras altas y tierras bajas8 , es decir, la sibilancia. Estas afirmaciones y la de Álvarez mencionada arriba, sin embargo, ya no parecen ciertas debido a las investigaciones de la Cordillera de Mérida de Obediente (1992) y Villamizar (1998), quienes afirman que la tendencia en la zona andina es no conservar la sibilante. 3.2.1.5. Colombia Colombia, debido a su geografía, presenta una gran diversidad lingüística. José Joaquín Montes (1996) propone agrupación de las modalidades colombianas en el superdialecto costeño que reúne las costas pacífica y caribeña y el superdialecto central andino. Aunque el autor establece varias normas ―fonéticas, léxicas y gramaticales― para la diferenciación de las dos regiones, postula que la norma básica que esboza la línea divisoria es la aspiración, asimilación o pérdida de la /-s/ presente en las costas y ausentes en el área andina. 3.2.1.6. Perú, Ecuador y Bolivia Respecto al tratamiento de /-s/, estos países destacan por un conservadurismo predominante. Sin embargo, existen estudios que revelan áreas más innovadoras donde la sibilante se reemplaza por formas más evolutivas. Se puede afirmar con certeza que la altiplanicie del territorio que ocupan Perú, Ecuador y Bolivia presenta una fonética más conservadora, mientras que las áreas innovadoras coinciden en el caso de los tres países con las tierras bajas, aunque los índices de aspiración y elisión no alcanzan niveles comparables con el Caribe. 8 Una importante distinción entre las zonas conservadoras y las zonas evolutivas con respecto a los elementos en posición posnuclear se ha tratado en relación a las tierras altas y las tierras bajas (p. ej. Zamora Munné y Guitart, 1982; Canfield 1988) que, en el caso de la /-s/, resulta muy adecuada al tratar la aspiración. Según este planteamiento, el área andina representa el área de conservadurismo fonético mientras que los dialectos caribeños, es decir, tierras bajas o costeñas, representan grupo de dialectos innovadores. 29 En Perú, en el habla limeña, igual que en las zonas de la costa, la /-s/ sufre debilitamiento o, incluso, llega a elidirse, aunque la elisión no ocurre con mucha frecuencia. Según Vaquero de Ramírez (1996b, p. 38), «[e]l debilitamiento de –s final no está tan avanzado en la costa peruana como en el Caribe pues hay resistencia a elidirla e, incluso, a aspirarla en zonas del norte y del sur». En Ecuador, similarmente, también la pronunciación de /-s/ forma una división principal entre dos modalidades: la sierreña, claramente conservadora «con una s tenue y firme en cualquier posición» (Boyd-Bowman, 1953, p. 226); y la costeña y la zona de Guayaquil, donde la /-s/ se aspira y se pierde al final del grupo fónico (Canfield, 1988, p. 59). En cuanto a Bolivia, Gordon (1980, p. 350) postula que existe en el español boliviano la consonante aspirada y el cero fonético como alófono de /-s/ en posición posnuclear, y que, en las tierras bajas y en los llanos, estos ―junto con la sibilante― se producen en todos los sujetos estudiados indistintamente. En tierras altas del país, sin embargo, la sibilancia ya gana dominio casi absoluto (un 90 % de los casos). 3.2.1.7. Paraguay, Uruguay, Chile En cuanto a los países del sur de América Latina, la aspiración es predominante en Chile, Paraguay, Uruguay, siendo estos últimos los países donde se registra tendencia al mantenimiento de la sibilante en las zonas con influencia del portugués (Elizaincín, 1992, p. 763). Chile, además, destaca por poseer todas las variantes de /-s/: asimiladas, aspiradas y elididas. Sin embargo, la norma culta formal llega a restituir la variable mientras que en los sociolectos bajos se aspira o, incluso, se pierde la /-s/ en el contexto prepausal (Vaquero de Ramírez, 1996b, p. 37). 3.2.1.8. Argentina En Argentina el debilitamiento de /-s/ implosiva y final está extendido casi por todo el territorio; los alófonos de /-s/ en mayor parte son aspirados, pero con ocurrencias de elisiones. Excepcionales son las zonas de la Puna y la provincia de Santiago del Estero donde /-s/ se mantiene tanto en posición interior de palabra, como en posición final (Donni de Mirande, 1996, p. 213). Los estudios de Terrell (1978a) acerca del español porteño confirman que, aunque el proceso de aspiración es más avanzado que la elisión, las pérdidas tienen importancia debido a los índices altos en el español de Buenos Aires ―el 14 % en promedio de los casos y un 21 % en el contexto preconsonántico― demostrando así un grado relativamente alto de innovación. En Rosario registra Donni de Mirande (1989) un 24,7 % de ceros 30 fonéticos confirmando este estudio el carácter aún más innovador del español de Rosario que el del español porteño. 3.2.2. España 3.2.2.1. Península La aspiración o elisión de -/s/ en posición implosiva y final en España es un fenómeno relacionado popularmente con el territorio de Andalucía. La realidad lingüística, sin embargo, es un poco distinta ya que las variantes evolutivas se hallan en un territorio peninsular más extenso: Extremadura, sur de la comarca central, Murcia, región de Alicante, Albacete e, incluso, sur de Madrid (Zamora Vicente, 1985, p. 319). Según se ha insinuado en el párrafo anterior, Andalucía es la región que más importancia tiene a la hora de tratar la /-s/, puesto que es la más extensa y las variantes aspirada y elidida están extendidas por toda la región. Destaca la ciudad de Málaga como territorio muy innovador, dados los elevados índices de elisión (Vida Castro, 2002). Además de las realizaciones aspiradas y elididas, en Andalucía es observable la abertura de la vocal anterior a la aspiración o pérdida de -/s/, aunque Moreno Fernández (1996b) afirma que [c]onsiderando Andalucía en su totalidad, la variante «abertura» es una posibilidad fonética de escasa variabilidad y relativamente poco frecuente (p = 0.160), frente a otras variantes más extendidas, sobre todo la aspiración. (p. 954) Además, como afirma el mencionado estudio, no se trata de un rasgo generalizado en toda la comunidad autónoma, sino que afecta la parte oriental de Andalucía y forma un 23 % de todas las realizaciones del segmento /-s/, mientras que la aspiración (43 %) y la elisión (26 %) presentan las variantes más comunes. La asimilación a la consonante forma un 6 % de las realizaciones y la sibilancia un 3 % siendo estas dos las variantes minoritarias en el español andaluz (p. 944). Con respecto a la aspiración andaluza, en los últimos años se ha investigado la post-aspiración en el español andaluz, donde, debido a un proceso metatético, la /-s/ se realiza como africada dentoalveolar sorda siempre y cuando la implosiva vaya seguida de la oclusiva dental sorda (Ruch, 2013). El español extremeño, como habla de transición (Moreno Fernández, 2009a), presenta, por un lado, rasgos andaluces y, por el otro, rasgos procedentes del leonés y portugués. Aunque la aspiración de /-s/ implosiva existe en todas las comarcas ―excepto en Eljas y Cedillo, donde, por influjo del portugués, la -s final se encuentra palatalizada― (González Salgado, 2003, p. 599), se puede confirmar la 31 heterogeneidad geográfica debido a una mayor cantidad de aspiraciones en el sur de la región que en el norte (Koponnen, 2015). Similarmente, el español murciano como habla de transición se ve influida por elementos aragoneses, valencianos y andaluces. Entre los rasgos compartidos con la modalidad andaluza está la realización de /-s/ y, dada su vecindad con Andalucía oriental, se observa una prolongación geográfica del desdoblamiento vocálico ante la aspiración (García Martínez, 1986, p. 54). Moreno Fernández (1996a, p. 217) describe la existencia de las formas evolutivas en Castilla la Nueva, sobre todo en el sur de la región, y la contrapone a Castilla la Vieja, que destaca por su conservadurismo. No obstante, la frontera geográfica no coincide exactamente con la isoglosa de realizaciones de /-s/, sino que el norte de Castilla la Nueva mantiene la sibilancia mientras que en el sur de la región las realizaciones del segmento son cada vez más debilitadas según nos acercamos a Andalucía, Murcia o Extremadura. Se trata, ante todo, de las provincias de Toledo y Ciudad Real donde, en ocasiones, el debilitamiento causa el desdoblamiento vocálico. El autor también menciona la existencia de las formas innovadoras en la parte sur de Cuenca, en la ciudad de Madrid, hecho que adscribe Moreno Fernández a la llegada de inmigrantes desde el sur de la Península, y en la provincia de Albacete, donde hay casos de asimilación existente en posición ante consonante sonora. En menor grado, en las zonas rurales de Guadalajara y Madrid (1996a, p. 217). En cuanto a los territorios españoles fuera de la Península, es imprescindible mencionar Melilla, cuyo nivel de innovación alcanza la elisión mayoritaria (Ruiz Domínguez, 1998) y las islas Canarias, donde el nivel de aspiración goza de vitalidad y amplitud comparable con Andalucía. 3.2.2.2. Islas Canarias Según demuestran los estudios realizados hasta la actualidad, hay islas más conservadoras y otras más innovadoras. Es cierto que, incluso hoy en día, carecemos de estudios cuantitativos de todas las regiones del Archipiélago, sin embargo, con los resultados realizados hasta la fecha (Tabla 1), se puede hacer una imagen relativamente fiel de la situación actual de la aspiración en las Islas. A continuación, sintetizaremos estos resultados con los de los estudios cualitativos, con el fin de proporcionar una imagen compleja de la aspiración en Canarias. 32 [s] [h]9 [ø] Santa Cruz de Tenerife (Almeida, 1990a) 9,8 80 10 Las Palmas de Gran Canaria (Almeida, 1990b) 2,9 65,3 32,7 Telde (Gran Canaria) (Cabrera Frías, 2003) 2,2 71,3 26,5 El Hierro (Pérez Martín, 2003) 13,4 83,6 3 Tabla 1. Distribución de variantes de /-s/ en cuatro ciudades canarias (frecuencias relativas). Según los datos expuestos en la tabla, hay importantes diferencias entre las distintas localidades de las islas, aunque, claro está, sigue vigente una situación de aspiración predominante en todas las islas. Santa Cruz de Tenerife, como se puede observar (Almeida, 1990a), presenta un alto índice de aspiraciones y acerca de 10 % de sibilancias y de elisiones. Estas últimas aumentan en la posición prepausal, mientras que en la posición interna aumenta el porcentaje de aspiraciones. En cuanto al contexto prevocálico, este favorece a la aspiración cuando el segmento /-s/ precede a una vocal tónica. Parecidos resultados alcanzan Lorenzo Ramos (1976, pp. 70-72) en su estudio de Los Silos, y Manuel Alvar (1959, pp. 26-34 y 46) en el estudio del habla en Tenerife, quienes confirman la aspiración predominante, el aumento de sibilancias en el contexto prevocálico y las elisiones más frecuentes en el contexto prepausal.10 En El Roque de las Bodegas, situado al noroeste de Tenerife, M. Alvar (1993, pp. 82-83) analiza la geminación existente, fenómeno característico de la isla de Gran Canaria que aclaramos en el siguiente apartado. En Masca (Trujillo, 1980, pp. 107-120) se afirma la aspiración y la existencia de pérdidas tras vocales /o, e/ en el contexto prepausal. En los estudios de Gran Canaria, cuya capital, Las Palmas, se considera el centro de irradiación de la norma culta canaria (Almeida y Díaz Alayón, 1988; Almeida, 1989 y 1990b; M. Alvar, 1972; Samper Padilla, 1990; Trujillo, 1981 y 2003) los resultados son diferentes: mientras que la sibilancia no llega a alcanzar un 3 % de todas las realizaciones, el número de elisiones es muy elevado en comparación con la situación en Tenerife y las aspiraciones forman un 59 %, a las que se añade un 6 % de realizaciones geminadas. Este rasgo característico de la isla ha sido ya descrito por Almeida y Díaz Alayón (1988, p. 59), M. Alvar (1972, pp. 100-105) y Morera (1994, pp. 58-59) y consiste en una tensión articulatoria y alargamiento de la fase tensiva en un 9 En el caso de las localidades grancanarias se cuenta en esta columna el número de realizaciones asimiladas que forman alrededor de un 6 % de estas realizaciones. 10 Véanse los porcentajes exactos de la variación interna y externa de las variedades de Tenerife y Gran Canaria en el capítulo 4, «Marco teórico». 33 contexto cuando la /-s/ precede las oclusivas sonoras /b, d, g, y/ ([laddoh] ‘las dos’, ([laggayínah] ‘las gallinas’). Igualmente, el estudio de Telde (Cabrera Frías, 2003) apoya estos resultados, aunque en la localidad no llega a alcanzarse el número tan elevado de elisiones. En cuanto a la variación interna en la capital grancanaria, las sibilancias son más frecuentes en contexto prevocálico tónico y destacan las pérdidas en posición prepausal (Almeida, 1990b, pp. 72-80). En lo que atañe a las hablas rurales de Gran Canaria (Almeida, 1989, pp. 54- 60), queda confirmado el mismo patrón, aunque aumentan las elisiones ante pausa con respecto al estudio de la capital de la Isla. Dada la diferencia entre las principales islas, Tenerife y Gran Canaria, estamos ante dos procesos diferentes (Herrera Santana, 2007): el proceso existente de divergencia con el estándar nacional teniendo de modelo la realización geminada propia del habla de Las Palmas de Gran Canaria y un elevado número de elisiones (Almeida y Díaz Alayón, 1988; Cabrera Frías, 2003) y, por otro lado, los procesos de convergencia dialectal (Almeida y San Juan, 1999) en un barrio rural próximo a la ciudad de La Laguna, que observan intentos de evitar la elisión y restaurar la aspiración en las generaciones jóvenes con el propósito de adaptarse al prestigioso modelo de las ciudades de Santa Cruz de Tenerife y La Laguna. En cuanto a las formas convergentes con el estándar nacional, es necesario prestar mucha atención al habla en la isla de El Hierro debido a que presenta mayor convergencia con el estándar, es decir, que encabeza el conservadurismo dialectal canario. Álvarez Delgado afirmó ya hace décadas que [...] es bastante corriente en Canarias reconocer usualmente al español del Hierro [sic] cierta perfección, respecto a las demás islas [...] la buena pronunciación de la s, sobre todo en posición final absoluta, articulada con notable descuido y hasta eliminación completa en el medio popular canario. (1946, pp. 288-289) Almeida y Díaz Alayón afirman que es precisamente el habla de los herreños donde «el peso de la norma se encuentra en abierto conflicto con la norma canaria de la aspiración» (1988, p. 53) debido a su conservadurismo en cuanto a la ese implosiva y final. Sin embargo, según su estudio, un 33 % de las realizaciones en El Hierro son sibilantes, mientras que en el estudio más reciente se ha confirmado la tendencia de los herreños a acercarse al habla del resto de las islas, destacando solo un 13,4 % de las realizaciones sibilantes, mientras que la aspiración forma una clara mayoría de todas las realizaciones (Pérez Martín, 2003). En Fuerteventura, afirma Morera (1994, pp. 62-65), la aspiración, igualmente, está extendida. La /-s/ implosiva suele asimilarse a la siguiente consonante en el contexto preconsonántico, y en el contexto prepausal se producen pérdidas, mientras 34 que, ante vocal tónica, especialmente en los determinantes, suele conservarse la sibilancia. En Lanzarote (Torres Stinga, 1995, pp. 75-83), asimismo, predomina la aspiración, aunque ante oral sonora muchas veces se encuentran casos de pérdida o asimilación a la consonante siguiente y ante otra fricativa la solución más frecuente es la elisión. En el contexto prevocálico tónico habitualmente se mantiene la sibilancia. En las islas La Palma (Régulo Pérez, 1968-1969, pp. 49-51), La Gomera (M. Alvar, 1975, pp. 29-34) y en La Graciosa también se confirman casos tanto de aspiración como de pérdida. M. Alvar (1975), además, menciona casos de asimilación a la consonante siguiente y mantenimiento de sibilante en el contexto prevocálico. En La Graciosa, según los estudios de M. Alvar (1965, pp. 33-38), la /-s/ se asimila ante fricativa sorda o vibrante y ante las orales sonoras se aspira, reduplica o pierde. Concluimos, pues, que la variedad canaria engloba modalidades de mayor o menor grado de innovación siendo la isla de Gran Canaria la más innovadora y El Hierro la más conservadora (aunque menos de lo que se le suele adscribir). En la Península es interesante observar que la sibilancia va desapareciendo gradualmente según se avanza hacia el sur mientras que en América las diferencias se perciben en gran parte dependiendo de los altibajos geográficos. Por tanto, a pesar de ciertas diferencias entre las islas del Archipiélago, las variedades de Canarias, Andalucía, Caribe insular y continental costeño y partes de Argentina son hablas innovadoras que lideran y dinamizan los cambios fonéticos en marcha (Moreno Fernández, 2004), donde Canarias «funciona como bisagra del mundo hispánico, conjugando en sus áreas urbanas y rurales las soluciones avanzadas mediante el poder de difusión de sus ciudades (aspiración en las Palmas)» (p. 1003). 3.3. HISTORIA DE LOS ESTUDIOS DEL SEGMENTO /-S/ EN CANARIAS Pretendemos, en este capítulo, proporcionar un breve cronograma de los estudios fonéticos y sociolingüísticos que se han efectuado en el ámbito de la lingüística canaria con la finalidad de señalar el desarrollo de estos estudios. Enfocaremos, principalmente, estudios que tratan el debilitamiento de /-s/ en el Archipiélago y, en el siguiente capítulo, «Marco teórico», enlazaremos con la situación actual de la aspiración y trataremos con precisión y profundidad la situación actual de la aspiración en las Islas Canarias, las variables sociales relevantes en el estudio de /-s/ y la situación del prestigio del canario y las actitudes lingüísticas de los hablantes canarios. 35 El debilitamiento de la /-s/ en posición implosiva, final ante una palabra que empieza con una vocal y en posición final absoluta, como hemos dicho anteriormente, es un fenómeno propio de todas las islas del Archipiélago (aunque con porcentajes ligeramente diferentes) y empleado por los hablantes de todos los estratos sociales. No sorprende, pues, que este sea uno de los rasgos de la variedad del español canario más característicos y que lleva despertando la curiosidad de los lingüistas desde hace tiempo. Aunque las primeras investigaciones léxicas se desarrollan ya a partir de mediados del siglo XIX, es a partir de los años 50 del siglo XX cuando se empiezan a producir trabajos que tratan la lengua en Canarias atendiendo al carácter fónico y, al mismo tiempo, se sirven de métodos científicos y, por tanto, ayudan a una variedad que tan poco había sido atendida por la lingüística hispánica general hasta entonces. Ya en el primer estudio que trata el español en Canarias, El español hablado en Tenerife (1959), Manuel Alvar, el autor por excelencia en el área de la lingüística canaria, reivindica la escasez de los estudios efectuados hasta entonces en el ámbito canario: Los estudios sobre el español hablado en Canarias se encuentran en notoria desproporción con respecto al de otros dominios. Para él no han existido ni la fuerza impulsora que Amado Alonso dio a la dialectología hispanoamericana ni el auge que en la Península han alcanzado los estudios de hablas locales. Útiles contribuciones lexicográficas, comparatismo aplicado a las lenguas prehispánicas y muy poco más constituyen un inventario no muy consolador. Y todo llevado a cabo sólo por cuatro nombres: Álvarez Delgado, Pérez Vidal, Régulo Pérez y Steffen. (p. 3) Este trabajo atestigua un esfuerzo del autor por ofrecer un cuadro coherente, homogéneo y preciso del español canario marcando de este modo el comienzo de la etapa científica frente a los estudios efectuados hasta la fecha en los que «no se pasó de la afirmación imprecisa o del heterogéneo hacinamiento de los materiales» (p. 5). El español hablado en Tenerife, por tanto, significa el comienzo de investigaciones de una variedad «olvidada» por los lingüistas, pero que forma una importante parte de las variedades meridionales y que, tanto histórica como lingüísticamente, representa un «eslabón que une la Península con América». (p. 5) El trabajo de M. Alvar se basa en dos encuestas elaboradas en 1954 y utilizadas en varios puntos de la isla de Tenerife. Centrado en los aspectos léxicos, sintácticos y fonéticos, el autor describe el dialecto tinerfeño y confirma la existencia del predominio de la aspiración de /-s/. Estamos, por todo lo anteriormente dicho, ante un trabajo descriptivo (y todavía habrá que esperar años hasta la primera interpretación sociolingüística de las distintas realizaciones del segmento /-s/) de 36 gran valor, tanto porque con anterioridad a él, no se había descrito la articulación de ningún sonido en el área canaria, como por ser el punto de partida que representa para los siguientes trabajos en esta primera etapa científica de la lingüística canaria. En la siguiente década, Manuel Alvar sigue sistemáticamente especificando la variedad canaria prestando atención, entre otros fenómenos, a las realizaciones del segmento /-s/. En su análisis de dos hablantes de La Graciosa (1965) afirma la existencia de la aspiración, asimilación y geminación y, en Estudios Canarios I (1968) añade, además, datos acerca de la apertura de la vocal anterior a la aspiración, similar a la andaluza. Las contribuciones a la variedad canaria en los años 70 ya son numerosas y gradualmente van creando un mapa lingüístico del Archipiélago. Así nos encontramos con los estudios sobre el español en La Masca (Trujillo, 1970 y 1980), La Palma (Régulo Pérez, 1968-1969), La Gomera (C. Alvar, 1975), Los Silos (Lorenzo Ramos, 1976). Los años 70, además, son una década especialmente importante para la lingüística canaria porque es cuando se publica el primer estudio lexicológico y fonético general de las Islas, Atlas lingüístico y etnográfico de Canarias (ALEICan), dirigido por Manuel Alvar (1975). Este exhaustivo estudio forma un mapa lingüístico de las siete islas y significa una fuente importante de datos para los siguientes lingüistas que –a base de la información proporcionada en el Atlas– publican en las siguientes décadas numerosos estudios. Además, en el ámbito de la fonética de la aspiración aporta valiosa información acerca de la variación diatópica del elemento, aportando, ante todo, nuevos datos acerca de la isla de El Hierro, donde los índices de sibilancia son más altos y acerca de Gran Canaria, donde cuenta con un uso extendido de la realización geminada acompañada de una tensión articulatoria. A partir de los años ochenta ya empiezan a producirse numerosas investigaciones fonético-fonológicas de la variedad canaria que profundizan y matizan cada vez más los conocimientos adquiridos en el campo hasta la fecha. Por un lado, se efectúan estudios que aportan datos acústicos acerca de la pronunciación del segmento /-s/ en las distintas islas o que comentan la existencia de aspiración (M. Alvar, 1993; Dorta, 1992; Torres Stinga, 1995) y, por el otro, se publican numerosos estudios fonéticos pormenorizados con atención a las variables internas que pueden influir en la realización de /-s/. Entre ellos destacan autores como Trujillo (1981), Samper Padilla (1987-1988) o el exhaustivo trabajo basado en los datos de ALEICan, Fonética estática y fonética dinámica en el habla de las Islas Canarias (Marrero Aguiar, 1988), cuya autora analiza los parámetros acústicos de todos los sonidos en las Islas Canarias. Posteriormente, Marrero Aguiar (1990) elabora un trabajo acerca de la geminación y la asimilación y, ante todo, detecta y distingue entre tres tipos de 37 aspiración ―laríngea, faríngea y velar―, ya que estas no se habían especificado hasta entonces. Si la elaboración de los primeros estudios fonéticos ha sido relativamente tardía en el ámbito de la lingüística canaria, no se puede afirmar lo mismo sobre los primeros estudios que incorporan factores sociales como causas relevantes de variación lingüística en el habla. Es ya en el año 1972 cuando Manuel Alvar realiza su estudio Niveles socio-culturales en el habla de Las Palmas de Gran Canaria e incluye en su análisis dos variables sociales ―el sexo y el nivel de instrucción del informante― marcando de este modo el principio de la sociolingüística canaria. En el mencionado estudio cualitativo incluso dedica un subcapítulo al fonema /-s/ en posición implosiva y final cruzando los parámetros sociales con las distintas realizaciones del fonema. A partir de ese momento, la mayoría de los estudios canarios fonéticos siguientes que enfocan la /-s/ ya no se restringen a factores puramente internos, sino que, igual que Manuel Alvar (1972), emplean los factores sociales al mismo tiempo que siguen profundizando en el análisis interno. De allí el excelente estudio El español de Canarias (Almeida y Díaz Alayón, 1988) que recoge y analiza datos lingüísticos en 60 localidades y trabaja con gran número de hablantes (500 sujetos de distinta procedencia y nivel cultural). Al mismo tiempo, pretende englobar los aspectos morfo-sintáctico, léxico y fonético-fonológico con el objetivo de proporcionar una visión global. Además de trabajos generales (Almeida, 1992; Medina López, 1996; Samper Padilla, 2008), se siguen desarrollando estudios que aclaran cada vez más meticulosamente ámbitos concretos de sociolingüística canaria. Entre ellos destacan los estudios de Almeida acerca del habla rural de Gran Canaria (1989) que presta atención a la realización geminada de /-s/ en contacto con los fonemas /b, d, y, g/, varios trabajos exhaustivos que procuran explicar la variación en Santa Cruz de Tenerife con especial atención a los factores como sexo, nivel cultural y generación (Almeida, 1990a, 1995a y 1995b), investigación de la variación en Las Palmas de Gran Canaria (Almeida, 1990b; Samper Padilla, 1990) y la variación de /-s/ en otras localidades de las Islas (Almeida y San Juan, 1998; Cabrera Frías, 2003; Morera, 1994; Pérez Martín, 2003; Torres Stinga, 1995). Aparte de estos trabajos, cuyo propósito principal es aclarar la variación diatópica en las Islas (incorporando variables sociales), se producen, en esta etapa sociolingüística, estudios de habla culta de la región, que se especializan en Las Palmas de Gran Canaria (Samper Padilla y Hernández Cabrera, 1995; Samper Padilla, 1996), considerando esta ciudad el foco de irradiación de la norma canaria. 38 Estos trabajos aportan significativos resultados en cuanto a la aspiración y la elisión de /-s/ en el habla culta. Debido a la baja ocurrencia de sibilancias en los hablantes cultos, el estudio del habla culta canaria definitivamente confirma la existencia de la aspiración en todos los estratos sociales reflejando la diferencia entre el canario culto y el español estándar. De todos modos ―e independientemente del debate en torno a la existencia o inexistencia de una norma culta en las Islas (Ortega Ojeda, 1996; Trujillo, 2003)―, afirman que [...] tanto en el plano de la pronunciación como en el plano de la gramática y en el plano de léxico, hay datos más que suficientes para hablar de una identidad dialectal canaria, de una realización propiamente isleña de la lengua española. (Morera, 1997b, p.37) Paralelamente a estos estudios se desarrollan numerosos trabajos que tratan el tema de las actitudes lingüísticas, la identidad canaria y la confrontación de los canarios con el uso culto regional y la norma nacional, el movimiento de los canarios hacia las ciudades, el turismo y sus causas en la percepción de la lengua. Aunque muchos de estos estudios no se especializan en la fonética canaria, consideran el segmento /-s/ y sus realizaciones ―junto con otros rasgos fonéticos, léxicos y morfosintácticos― como una herramienta de los hablantes canarios para confirmar o evidenciar su «canariedad» (Morales Padrón, 1980). Lo dicho se observa en los casos de las realizaciones típicamente canarias o, precisamente, cuando el hablante pretende alejarse de la identidad canaria reponiendo /-s/ (Torres Stinga, 1995; Hernández, 2006). Dado que /-s/ y sus realizaciones sirven frecuentemente como indicador de la identidad canaria y las actitudes lingüísticas, son precisamente las publicaciones acerca de la política lingüística, enseñanza de la lengua, identidad y actitudes (Bosh Caballero, 1985; Catalán, 1989; Hernández, 2006 y 2009; Morales Padrón, 1980; Morera, 1990, 1997a y 1997b; Morgenthaler García, 2008; Ortega Ojeda, 1981 y 1996; Trujillo, 1981 y 2003) las que sirven de herramienta teórica a la hora de interpretar los procesos de divergencia y convergencia lingüísticas en distintas regiones del Archipiélago y en distintas situaciones discursivas. El tema de la identidad lingüística canaria ha sido estudiado también en referencia al habla de los medios que refleja la realidad del prestigio lingüístico de la variedad canaria en el diasistema del español. Ya en los años 80 empiezan a mencionar los lingüistas (Morales Padrón, 1980; Ortega Ojeda, 1981) la necesidad de algunos profesionales de los medios por restaurar la sibilancia y de ese modo alejarse de la forma canaria. No obstante, habrá que esperar unas décadas hasta la primera realización del estudio de la variación de /-s/ en los medios. Se trata de un análisis de 39 los programas informativos de la televisión en las Islas Canarias (Samper Padilla y Hernández Cabrera, 2007) dentro del marco del proyecto DIES-M (Difusión Internacional del español por los medios) y el objetivo de ese artículo ha sido analizar la pronunciación de los presentadores, corresponsales y entrevistados en RTVC con atención a dos variables internas: «contexto fónico» y «posición». El estudio en cuestión es una breve muestra de la variación interna de dichos hablantes, pero no llega a interpretar la variación desde el punto de vista sociolingüístico. No obstante, los autores, Samper Padilla y Hernández Cabrera, concluyen el artículo destacando la necesidad de profundizar en el estudio de este fenómeno y de la variación estilística. En conclusión ―y por todo lo anteriormente dicho― en los últimos 60 años se han efectuado numerosos estudios que tratan la variación de /-s/ en posición implosiva y final. Gracias a la lingüística canaria protagonizada por Manuel Alvar, Manuel Almeida, Ramón Trujillo, José Antonio Samper Padilla, Clara Eugenia Hernández Cabrera y otros investigadores, se han producido estudios que explican la aspiración considerando tanto las variables internas como las sociales. Al mismo tiempo, se han publicado estudios que consideran la realización de /-s/ como indicador del nivel de la «canariedad» que uno pretende expresar en situaciones discursivas concretas y, por consiguiente, analizan las actitudes lingüísticas y tratan el problema del prestigio de la variedad canaria en el diasistema español. También se han publicado en los últimos años estudios que observan el habla de los presentadores con la finalidad de llamar la atención sobre el alto índice de sibilancias de estos hablantes y abrir la discusión acerca de la variación de estilo en los medios canarios. Por todo lo anterior, en este estudio vamos a aceptar este reto y seguir con el estudio de los medios canarios. Por tanto, vamos a procurar profundizar tanto en los factores internos como externos ―estilísticos y sociales― de la variación en el habla de los presentadores y los políticos con el objetivo de complementar los estudios efectuados hasta hoy día y, quizá, proponer nuevas cuestiones. 41 4. MARCO TEÓRICO 4.1. SOCIOLINGÜÍSTICA Y VARIACIÓN 4.1.1. La sociolingüística y su objeto de estudio La sociolingüística empieza a existir a partir de los años sesenta del siglo XX con el trabajo de William Labov (1966 y 197211 ) que demuestra la existencia de patrones de variación dependientes del contexto social. Hasta esas fechas, la lengua estaba sometida a los análisis estructurales del lenguaje partiendo principalmente de la concepción de la langue y parole de Ferdinand de Saussure ([1945]1986). Para este autor, langue representa un «sistema gramatical virtualmente existente en cada cerebro, o, más exactamente, en los cerebros de un conjunto de individuos» (p. 41). Dado esto, considera que «la lengua no está completa en ninguno, no existe perfectamente más que en la masa» (p. 41). Frente a langue Saussure propone el concepto de parole, que no es más que pura ejecución individual del sistema. Dicha separación de conceptos facilita al autor separar (1) «lo que es social de lo que es individual» y (2) «lo que es esencial de lo que es accesorio y más o menos accidental» (p. 41). 11 En el presente trabajo hemos trabajado tanto con la versión original Sociolinguistic Patterns (1972), cuya versión citamos ante todo en los contextos de la historia de la lingüísticas para ubicar en tiempo con mayor exactitud el surgimiento de las teorías mencionadas en el libro, como con la versión fue traducida al español once años más tarde, Modelos sociolingüísticos (1983), que empleamos, ante todo, a la hora de trabajar con las citas textuales. 42 Aunque Saussure denomina langue como «lo social», curiosamente, como señala Labov (1983, p. 237), [...] el lingüista que trabaja en la tradición saussureana (y esto comprende la gran mayoría) no se ocupa de la vida social en absoluto: estos lingüistas trabajan en sus despachos con uno o dos informantes, o examinan su propio conocimiento de la langue. El autor, además añade a su crítica que dichos estudiosos «insisten en que las explicaciones de los hechos lingüísticos han de ser realizadas a partir de otros hechos lingüísticos y no de otros datos “externos” acerca del comportamiento social». Siendo la langue lo verdaderamente esencial para la escuela saussureana, no se ha desarrollado jamás el concepto de la parole (Labov, 1983, p. 237). Chomsky, posteriormente, desarrolla el énfasis en la dicotomía saussureana y elabora una nueva dicotomía que, sin embargo, se entiende como correspondiente a langue y parole, y es la de competence, es decir, el conocimiento abstracto de las reglas del lenguaje, y performance, que, igual que parole, es la ejecución del sistema abstracto. Chomsky, además, no da cuenta de las comunidades de habla concretas, sino que trabaja con intuiciones acerca de langue y competence de una comunidad de habla homogénea y abstracta (1965). Por consiguiente, antes de la realización de los estudios de Labov, estamos ante una época en que la [...] lingüística estructural ha llegado a negar, explícitamente, la posibilidad de relevar en algún grado factores sociales (Martinet, Chomsky), mientras que a su vez la sociología nunca ha considerado seriamente el problema del lenguaje como de gran significación sociológica. (Berruto, 1979, p. 22) Y ante dicha situación de descripción de sistemas ideales surge una necesidad de buscar patrones de variación, siendo la variación libre del estructuralismo y la regla opcional del generativismo explicaciones ya insuficientes. La consideración estructuralista de la variación como errónea o accidental llega a considerarse como simplificadora e insuficiente, lo que, junto con la tendencia interdisciplinaria de las modernas ciencias humanas, desemboca en los años sesenta en la propia sociolingüística y en la psicolingüística (Berruto 1979, p. 24)12 . 12 Aparte de estas razones internas del reconocimiento de la sociolingüística hay en esta época también razones externas: la importancia política de la cuestión de la lengua en los países en vías de desarrollo, el aprendizaje y la instrucción lingüística en los países avanzados o la necesidad de posesión de la lengua como supuesto básico de los discursos políticos (Berruto, 1979, p. 24). 43 En la introducción de Empirical Foundations for a Theory of Language Change (Weinreich, Labov y Herzog, 1968) escrita por Weinreich, el autor critica la lucha existente de los descriptivistas con el cambio lingüístico, ya que intentan proporcionar un acercamiento a la lengua como a un sistema ideal independiente de su uso por diversas comunidades de habla (p. 100). Para entender bien la variación y el cambio de la lengua, es necesario entender la lengua en su heterogeneidad. The solution, we will argue, lies in the direction of breaking down the identification of structuredness with homogeneity. The key to a rational conception of language change ―indeed, of language itself― is the possibility of describing orderly differentiation in a language serving a community. We will argue that nativelike command of heterogeneous structures is not a matter of multidialectalism or «mere» performance, but is part of unilingual linguistic competence. One of the corollaries of our approach is that in a language serving a complex (i. e., real) community, it is absence of structured heterogeneity that would be dysfunctional (p. 101). Partiendo de estas ideas se establece el estudio de la lengua en su variación llamada sociolingüística variacionista o variacionismo, que tiene sus máximos exponentes en Labov ―el pionero en la sociolingüística variacionista―, Cedergren, López Morales, Sankoff, Trudgill y Wolfram. William Labov en sus estudios variacionistas The Social Stratification of English in New York City (1966) y Sociolinguistic Patterns (1972) señala, a través de la cuantificación de los datos, el orden que se establece en la variación y en el cambio lingüístico. En los comienzos de la sociolingüística del variacionismo, Labov se preocupaba de la lengua en su contexto social satisfaciendo al mismo tiempo la falta de estudios geolingüísticos de los centros urbanos (Moreno Fernández, 2009b, p. 299). Con sus precisos procedimientos científicos basados en datos reales de un determinado número de hablantes, analiza estratificaciones lingüísticas empleando parámetros sociológicos. Centrándose el estudio variacionista en lo variable, la sociolingüística ha convencido a muchos teóricos de la lengua de la importancia que tiene el hecho de trabajar con la lengua en su uso, obtenida de una comunidad de habla, punto de fracaso de la lingüística general. Aparte del variacionismo, en esta época se desarrolla la actividad sociolingüística en el campo de la sociología del lenguaje y la etnografía de la comunicación. Aunque la línea divisoria entre el campo de la sociolingüística y sociología del lenguaje no parece fácil de esbozar, Moreno Fernández proporciona una diferenciación simplificada. Según él, ambas disciplinas estudian los factores lingüísticos y factores sociales, sin embargo, en cada una de estas disciplinas «se hace hincapié sobre una clase de esos factores: la sociolingüística sobre los factores 44 lingüísticos y la sociología del lenguaje sobre los factores sociales». Por tanto, esta diferencia provoca dos metodologías distintas, siendo la primera más lingüística y la segunda más sociológica. La sociología del lenguaje tiene su máximo representante en Joshua Fishman (1988), quien añade que [...] la sociología del lenguaje pretende descubrir no sólo las reglas o normas sociales explicativas y determinantes de la conducta lingüística y actitudes ante la lengua de una comunidad, sino también determinar el valor simbólico que las variedades lingüísticas tienen para los hablantes. (pp. 32-33) A partir de allí se desarrolla, por tanto, la sociología del lenguaje como ciencia interesada en valores, funciones y estatus de variedades lingüísticas en la sociedad y lleva la sociolingüística a los macroproblemas de diversidad lingüística como reflejo de la diversidad social (el plurilingüismo, la planificación lingüística, actitudes lingüísticas, adquisición de una lengua, etc.) y microproblemas de la interacción lingüística dentro de pequeños grupos. La etnografía de la comunicación enfoca la competencia comunicativa, como lo denomina Hymes (1972), es decir, la estructura de la conducta comunicativa dentro determinadas comunidades de habla. Se interesa en el conjunto de reglas sociales, culturales, lingüísticas y de interacción vinculadas con la interacción conversacional. Por tanto, establece campos interdisciplinares con la sociología de la cultura, antropología y pragmalingüística (García Marcos, 1993, p. 15). El punto de encuentro entre la etnografía de la comunicación y la sociolingüística es la variación diafásica. La sociolingüística analiza con pormenor los rasgos lingüísticos que distinguen unos estilos de otros dentro de cada sociolecto, estudia la motivación de tales distinciones y descubre los factores sociales que impulsan el cambio de un estilo a otro. (López Morales, 2004, p. 32) Resumiendo, y, tal como lo expresa García Marcos (1993, p. 16), son temas principales del estudio de sociolingüística: (1) análisis de la variación, dominado, ante todo, por la escuela laboviana; (2) análisis de los mecanismos de la interacción comunicativa, de la que se ocupa etnografía de la comunicación; (3) estudio de las relaciones entre lengua, cultura y pensamiento, objeto de estudio de etnógrafos y psicolingüistas; (4) actitudes y creencias lingüísticas y su manifestación en la lengua, ámbito investigado por toda sociolingüística; (5) lenguas en contacto; 45 (6) política y planificación lingüísticas y enseñanza de la lengua, estudiada por la sociología del lenguaje y la sociolingüística variacionista; (7) sociolingüística diacrónica. Aunque, como hemos visto, las ramas de la sociolingüística señalan a una gama de intereses relativamente amplia y compleja, López Morales (2004) vuelve a lo esencial postulando que [s]on objetivos de la sociolingüística descubrir los motivos que impulsan al hablante (y a su grupo) a escoger una variante específica de entre varias alternativas, y si alguno de aquellos es de carácter social, geográfico o etnográfico; también las razones lingüísticas y, sobre todo, extralingüísticas, que motivan e impulsan el cambio idiomático. (pp. 23-24) A continuación, desarrollamos cómo se pueden cumplir estos objetivos ―descubrir los motivos internos y externos que impulsan al hablante― en un estudio de la variación del segmento /-s/ en español. A partir de allí, asimismo, crearemos la estructura del presente trabajo dividéndolo en un estudio de variación interna y externa. 4.1.2. Variación fonético-fonológica y factores sociolingüísticos La variable como elemento lingüístico que puede manifestarse de distintos modos, es decir, como diferentes variantes lingüísticas, puede ser de corte sintáctico, morfológico, léxico o fonético. Cada uno de estos tipos, sin embargo, presenta problemas específicos a la hora de analizar e interpretar la variación. La variación fonético-fonológica es la variación más estudiada, debido a que al alternar, no supone cambio de significado (Moreno Fernández, 2009b, p. 24). Además, Labov (1966, p. 32) proporciona ciertas características de variación y aclara que, cuanto más se acercam las variables estudiadas a cumplir determinados requisitos dados, más riguroso puede resultar el análisis. Se trata de las siguientes características: (1) La frecuencia. Cuanto mayor es la frecuencia de la variable estudiada, tanto más riguroso puede resultar el análisis cuantitativo. En español, por tanto, resulta muy oportuno el análisis de /-s/ ya que, aparte de su elevada frecuencia en el léxico español, forma parte de morfemas nominales de plural y de muchos morfemas de conjugación verbal. (2) Variable como parte de sistema cerrado. Cuanto más integrada la variable en un sistema cerrado, más adecuada es para un análisis sociolingüístico. De allí que los elementos fonético-fonológicos sean unidades idóneas para un análisis, dado el inventario cerrado tanto del sistema consonántico como del vocálico. 46 (3) Estratificación social y estilística del elemento. Cuando las variables lingüísticas se ven influidas por factores sociales y estilísticos, hecho bastante frecuente en unidades fonético-fonológicas, se facilita el método de análisis sociolingüístico debido a esta correlación. Los elementos que pueden sufrir la influencia de condicionantes sociales y estilísticos se denominan, según Labov (1983), marcadores. Según la teoría de la marcación social en el lenguaje de Labov (1983), la elección de una forma u otra de hablar depende de la información social que se transmite. No todas las variables, sin embargo, alcanzan el mismo nivel de conciencia social. Por consiguiente, Labov diferencia entre los indicadores, los marcadores y los estereotipos. Algunos rasgos lingüísticos (que podemos llamar indicadores) presentan una distribución regular a lo largo de los grupos socioeconómicos, étnicos, o de edad, pero son utilizados por cada individuo más o menos del mismo modo en todos los contextos. Cuando tales contextos sociales pueden ser ordenados en algún tipo de escala jerárquica (como los grupos socioeconómicos o de edad), podemos decir que los indicadores están estratificados. Las variables sociolingüísticas más desarrolladas (a las que podemos llamar marcadores) presentan no sólo una distribución social sino también una diferenciación estilística. [...] el contexto estilístico puede ordenarse según la dimensión de la atención prestada al discurso, de tal manera que tenemos una estratificación estilística como una estratificación social. (1983, p. 299) Según numerosos estudios, es esa última función, la de marcador sociolingüístico, la que tiene la /-s/ en las variedades del español en el mundo debido a que no solo demuestra estratificación social, sino también variación estilística (p. ej. Cutillas-Espinosa y Hernández-Campoy, 2006, en el español murciano). En cuanto al español canario, existen muchos trabajos que confirman la influencia de las variables sociales en la variación de /-s/13 , sin embargo, se echan en falta estudios más globales de estilo en relación con este segmento fonológico. Disponemos, no obstante, de un estudio de los informativos canarios (Samper Padilla y Hernández Cabrera, 2007) donde queda demostrada una considerable diferencia entre los índices de [s] en relación con los estilos de habla, como se puede observar en la siguiente tabla. 13 Véase el capítulo 3.3 Historia de los estudios del segmento /-s/ en Canarias. 47 Presentadores Corresponsales Entrevistados [s] 53,4 59,9 4,5 [h] 43,7 36,3 80,6 [ø] 2,8 3,7 14,9 Tabla 2. Variación en la realización de /-s/ en presentadores, corresponsales y entrevistados (frecuencias relativas) (Samper Padilla y Hernández Cabrera, 2007). Los autores, además, señalan la escasez de estudios de estilo e invitan a analizar profundamente la gama de estilos en canario, ya que puede dar unos resultados muy fructíferos. Por todo lo anteriormente mencionado, la naturaleza del comportamiento de /-s/ en Canarias requiere un análisis sincrónico complejo, tomando en cuenta no solo los factores estrictamente lingüísticos, sino también factores extralingüísticos. Por esta razón vamos a seguir en el presente trabajo, en parte, la metodología variacionista, ya que estamos de acuerdo con el hecho de que la elección de una variante de una misma variable puede estar motivada por factores internos y externos. Además, como ya se ha dicho, serán objetos de interés cuestiones más alejadas de las categorías tradicionales del variacionismo en el sentido estricto (tales como creencias y actitudes lingüísticas, la identidad lingüística, el diseño del discurso, etc.) que se tomarán en cuenta a la hora de evaluar los resultados. Resumiendo, el análisis de la realización de la /-s/ en los grupos elegidos tendrá en cuenta los siguientes conjuntos de condicionantes: lingüísticos, sociales y estilísticos. Los condicionantes estrictamente lingüísticos representan factores que dependen de la estructura del sistema que en determinadas posiciones provocan o detienen la variación. No todos los factores sociales se muestran relevantes en cualquier estructura social, por tanto, es preciso seleccionar los factores que se ajustan a la realidad investigada. Además, como ya se ha demostrado en muchos estudios, se señala la importancia de las actitudes y creencias lingüísticas (p. ej. López Morales, 2004; Moreno Fernández, 2009b etc.) como factor externo ―debido a su vinculación con el estatus socio-económico de la región y a la identidad regional (Morgenthaler García, 2008)― que suele tener influencia en la variación lingüística de los hablantes acorde los objetivos del hablante. En lo que atañe a los factores estilísticos, como veremos en el capítulo 4.4, no existe un solo grupo de variables acordado entre los lingüistas, ya que los acercamientos a la variación estilística han variado mucho en los últimos cuarenta años. Por consiguiente, es necesario tener en cuenta las limitaciones de los 48 principales enfoques como attention to speech, audience design y speaker design a la hora de delimitar los factores. 4.2. VARIACIÓN INTERNA Aunque existen factores extralingüísticos que suelen estar implicados en la variación lingüística, ante todo, en la fonético-fonológica (Moreno Fernández, 2009b, p. 26), preferimos separar los factores internos de los externos con la finalidad de ver cómo funciona la lengua en sí, internamente, en cuanto a la variación lingüística del segmento /-s/.14 Como han señalado numerosos expertos y, como veremos más adelante en el presente capítulo, existen presiones internas del sistema lingüístico que funcionan como factores que pueden y suelen determinar la variación fonético-fonológica. Tanto en el estudio de /-s/ como en el de otros segmentos fonológicos, los lingüistas, entre ellos, p. ej. Almeida (1990a y 1990b), López Morales (2004), Moreno Fernández (2009b), Vida Castro (2002 y 2004), frecuentemente distinguen tres clases de factores: 1. Los factores contextuales tienen que ver con los elementos que preceden y siguen la variable estudiada. Los estudios del segmento /-s/ enfocan, ante todo, (1) el contexto prevocálico tónico y átono (‘las águilas’ vs. ‘los ejercicios’), (2) el contexto preconsonántico (‘máscara’, ‘nos vamos’) y (3) prepausal, siendo estos tres los más relevantes para la variación. Los estudios más detallados y extensos, además, especifican el tipo de vocal y de consonante y los tipos de pausa. 2. Los factores distribucionales están vinculados con la posición del fonema con respecto a la sílaba o a la palabra, p. ej. posición inicial de sílaba, final de sílaba interior de palabra, final de sílaba, final de palabra, etc. En los estudios del segmento /-s/ en posición implosiva, es decir, en posición final de sílaba, se reducen los factores distribucionales a las posiciones final de sílaba interior de palabra, es decir, posición interna (‘pasta’, ‘este’) y posición final de la palabra (‘pues’, ‘vamos’). 3. Los factores funcionales tienen que ver con la función gramatical que mantiene el segmento. En los estudios del segmento /-s/, la presente categoría tiene en cuenta la existencia o la ausencia de una función de /-s/. Aquí nos referimos puramente a la s final de palabra ya que solo en esta 14 Al igual que Moreno Fernández (2009b, p. 26), sin embargo, insistimos en la idea de que la sociolingüística cobra sentido cuando los hechos lingüísticos vienen cruzados con variables sociales y situacionales, hecho que demostraremos en el análisis de nuestros resultados. 49 posición puede ejercer una función gramatical ―sea la marca de plural (‘olla’ vs. ‘ollas’, ‘libros’ vs. ‘libro’), sea marca de segunda persona de singular (‘tienes’ vs. ‘tiene’). Los hechos observados con mayor frecuencia con respecto a la funcionalidad son la existencia o no del estatus gramatical del segmento, redundancia en la frase nominal o la desambiguación. A continuación, desarrollamos la información acerca de la existencia de las principales variables internas en algunas variedades innovadoras del español de España y América con la finalidad de comparar el grado de influencia que tienen estos factores contextuales, distribucionales y funcionales en la variación de /-s/ y con el objetivo de confirmar patrones de variación comunes a las variedades innovadoras (Tabla 3). Además, mencionaremos otros factores menos frecuentes, pero comprobados como relevantes en algunos estudios concretos, como el carácter acentual de la palabra y número de sílabas de la palabra. Contextualizaremos aquí también los estudios internos de las variedades de Santa Cruz de Tenerife y Gran Canaria. Estos, una vez efectuado nuestro análisis, servirán como punto de referencia a la hora de comparar el habla de los sujetos analizados en el presente trabajo ―políticos y presentadores tinerfeños y grancanarios― con las estadísticas canarias realizadas hasta la fecha. 4.2.1. Factores contextuales y variación de /-s/ Aunque apreciamos diferencias dentro de las variedades innovadoras expuestas (Tabla 3), siendo la variedad dominicana la más innovadora (debido a la prevalencia de elisiones) y la de Santa Cruz de Tenerife la más conservadora manteniendo la aspiración como solución mayoritaria, se pueden observar varios patrones comunes a las presentes variedades. Observamos que el contexto preconsonántico es el que menos favorece la sibilancia en todas las variedades, mientras que influye en la aspiración, y en los dialectos de San Juan de Puerto Rico, Santa Cruz y Las Palmas (junto con las soluciones asimiladas) es la solución mayoritaria. Además, en todas las variedades observamos un aumento significativo de sibilancias en los casos de /-s/ seguida de una vocal, siendo ―con respecto al contexto prevocálico― Santa Cruz de Tenerife la variedad más conservadora (26,8 %) y la variedad grancanaria (11 %), la malagueña (3,8 %) y la de Jaén (1,1 %) las más innovadoras. En cuanto a las elisiones en el contexto prevocálico, es interesante observar que la variedad de Las Palmas se acerca en las soluciones elididas (30,7 %) a los porcentajes de los países americanos (San Juan 40,7 %, Panamá 49 % y República 50 Dominicana 58 %) mientras que el dialecto de Santa Cruz se muestra como el más conservador alcanzando solamente un 2,6 % de las variantes elididas. El contexto prepausal favorece la pérdida absoluta de /-s/, siendo esta la variante mayoritaria en todas las variedades expuestas excepto la variedad de Santa Cruz. Esta, de nuevo, demuestra su carácter conservador con respecto al resto de estos dialectos ya que mantiene mayoritaria la aspiración en la posición final absoluta (61 %). Asimismo, resulta llamativo el comportamiento del segmento /-s/ en el contexto prepausal: se trata del contexto que más elisiones condiciona, sin embargo, al mismo tiempo, favorece el mantenimiento de la sibilante en mayor grado que el contexto preconsonántico, siendo el caso de Panamá el más extremo (49 %). También consideramos relevantes los datos de Lipski (1985) acerca de la variedad de Nicaragua, donde la aspiración en posición preconsonántica y prevocálica son mayoritarias15 . Según los estudios de Lipski (1985, p. 144), se observan similares tendencias a las expuestas anteriormente en Nicaragua donde las sibilancias en el contexto preconsonántico interno alcanzan solo un 13 % y en el final un 2 % de sibilancias, al mismo tiempo que favorece la aspiración mayoritaria (83 % interno, 86 % final). También coincide esta variedad con las variedades representadas en la tabla en el comportamiento de /-s/ en el contexto prevocálico que presenta índices más altos de mantenimiento (28 % ante vocal tónica y 7 % ante vocal átona), aunque sigue siendo más frecuente la solución aspirada (70 % ante vocal tónica y 90 % ante vocal átona). En cuanto al contexto prepausal, aquí las tendencias ya difieren, puesto que al igual que en Panamá, este es el contexto que más mantenimiento favorece (35 %). 15 Dado que Lipski (1985) emplea una codificación distinta a la hora de tratar la variación interna, no podemos incluir sus resultados en las tablas con el resto de los estudios debido a su incompatibilidad con las categorías, ya que junta los factores distribucionales y contextuales. 51 Consonante Vocal Pausa [s] [h] A [ø] [s] [h] A [ø] [s] [h] A [ø] Las Palmas de Gran Canaria, España (Samper Padilla, 1990) 0,3 51,5 13,7 34,3 11 58,2 - 30,7 5 14,6 - 80,3 Santa Cruz de Tenerife, España (Almeida 1990a) 1,5 90,9 - 7,4 26,8 70,5 - 2,6 5,7 61 - 33,2 Málaga, España (Vida Castro, 2002) 0,5 20,5 0,2 59,4 3,8 6,4 - 89,7 4,8 1,2 - 94 Jaén, España (Moya Corral, 1979) 0,1 15,6 16,4 67,7 1,1 1,4 - 97,4 2 8,9 - 89 San Juan, Puerto Rico (López Morales, 1983) 5,8 55,1 - 39,2 17,9 41,3 - 40,7 10,5 20,1 - 69,2 Panamá (Cedergren, 1973) 5 45 - 50 20 30 - 49 43 16 - 50 Santiago, Rep. Dominicana (Alba, 1980) 3 23 - 74 21 21 - 58 18 15 - 67 Tabla 3. Influencia del contexto fónico de /-s/ en la variación en algunas variedades innovadoras (frecuencias relativas). 4.2.2. Factores distribucionales y variación de /-s/ Al igual que los factores contextuales, la posición interior o final de /-s/ en la palabra se muestra como un condicionante fuerte de la variación. 52 Interior Final [s] [h] A [ø] [s] [h] A [ø] Las Palmas de Gran Canaria, España (Samper Padilla, 1990) 0,5 94 2,2 2,6 0,3 45,7 7,9 42,6 Santa Cruz de Tenerife, España (Almeida 1990a) 1,9 96,3 - 1,7 11,3 77 - 11,5 Málaga, España (Vida Castro, 2002) 0,3 89,7 0,4 9,6 1,8 14,7 0,1 83,4 Costa granadina, España (García Marcos, 1987) 0 66,2 - 33,7 1,4 36,5 - 61,9 San Juan, Puerto Rico (López Morales, 1983) 7,4 80 - 11,6 9,6 43,8 - 46,5 Santiago, Rep. Dominicana (Alba, 1980) 10 29 - 10 11 20 - 69 Tabla 4. Influencia de la posición de /-s/ en la variación en algunas variedades innovadoras (frecuencias relativas). En cuanto a las pérdidas, la posición final, como ya hemos indicado, se muestra como un condicionante muy significativo. La diferencia de los índices de la elisión más alta se halla, sin lugar a dudas, en la variedad malagueña (9,6 % en el interior y 83,4 % en posición final) mientras que menos elisiones con respecto a la posición interior se encuentran en Santa Cruz (11,5 %) que vuelve a confirmar su conservadurismo frente al resto de las variedades innovadoras de la tabla. La variedad de Las Palmas, de nuevo, se aleja del dialecto de Santa Cruz y se muestra como más innovadora con el 42,6 % de elisiones en la posición final, porcentaje comparable con las elisiones en Puerto Rico (46,5 %). 4.2.3. Factores funcionales y variación de /-s/ Retrataremos en el presente subcapítulo unas variables principales cuyo análisis se acude con frecuencia en los estudios de la variación interna de /-s/ que son, ante todo, el estatus gramatical y la redundancia de /-s/ en la frase nominal. Según la hipótesis funcional de Kiparsky (1982, p. 115), existe una tendencia a la retención de un elemento fonético semánticamente relevante. En su estudio de la retención de /-t/ y /-d/ señala, por ejemplo, que los angloparlantes americanos mantienen /-t/ obligatoriamente en los casos donde su elisión pueda causar confusión semántica como steep-steeped, heap-heaped, etc. (p. 89) Debido a lo dicho, sería de esperar un mayor índice de mantenimiento o aspiración de /-s/ en los casos en los 53 que este sonido es portador de información semántica. No obstante, a base de numerosos estudios, como se puede observar (Tabla 5), queda desmentida la teoría, ya que la variable estatus gramatical y no gramatical no se muestra significativa en la variación o incluso muestra, a menudo, índices más altos la conservación de /-s/ en los casos en que no tiene estatus gramatical. Labov (1996) llega a la conclusión de que el cambio lingüístico es mecánico y fonéticamente determinado (p. 865). Según observamos en la Tabla 5, son ambas islas canarias las que demuestran un aumento de elisiones cuando la /-s/ posee un valor gramatical y, por tanto, contradicen a la teoría de Kiparsky: en Las Palmas se trata de un 44,7 % frente al 39,7 % y en Santa Cruz es un 13,6 % frente al 8,2 % de elisiones. En el resto de los territorios, los índices de pérdidas son más bajos cuando las finales poseen una función gramatical, sin embargo, se trata de diferencias poco relevantes y, desde luego, insuficientes para apoyar la explicación funcional. Puesto que la tesis funcional de Kiparsky no quedó demostrada en los estudios de las variedades españolas, numerosos lingüistas se han visto motivados a explorar otros factores funcionales que puedan tener influencia en la variación como la posición en la frase nominal (FN). No gramatical Gramatical [s] [h] A [ø] [s] [h] A [ø] Las Palmas de Gran Canaria, España (Samper Padilla, 1990) 3,9 49 7,1 39,7 3,4 43,2 8,5 44,7 Santa Cruz de Tenerife, España (Almeida 1990a) 14,2 77,4 - 8,2 9,5 76,8 - 13,6 Málaga, España (Vida Castro, 2002) 2,6 12,7 0,2 84,6 1,5 15,5 0,1 82,9 San Juan, Puerto Rico (López Morales, 1983) 9 43,9 - 46,9 10 43,7 - 46,1 Santiago, Rep. Dominicana (Alba, 1980) 30 70 32 68 Tabla 5. Influencia del estatus gramatical en la variación de /-s/ en algunas variedades innovadoras (frecuencias relativas). Poplack (1979) analizó el debilitamiento de /-s/ teniendo en cuenta el factor de redundancia, que ocurre en español con mucha frecuencia, ante todo en la estructura 54 Determinante + Nombre + Adjetivo (las mismas cosas, las perras rebeldes). En el estudio de esta autora sobre la FN compuesta de estos tres elementos, queda confirmado que la /-s/ se elide con mayor probabilidad cuando forma parte del nombre o del adjetivo, y ocurre menos en el determinante (p. 87). Igualmente, Vida Castro (2002) demuestra en su estudio de la FN en el habla de Málaga que la elisión del morfema de plural /-s/ es menos frecuente en el determinante (63,7 %) que en el nombre (95 %) o en el adjetivo (91,2 %) y la retención en forma de aspiración ocurre en un 33,4 % en determinantes frente al 3,5 % en nombres y un 7,6 % en adjetivos. Finalmente, muy fructífera, en cuanto a la función de la redundancia, resulta la separación de los datos teniendo en cuenta el primer elemento de la FN y el elemento redundante de la FN. Aquí la primera marca de la pluralidad no tiene que ser necesariamente el determinante, sino que puede ser un nombre, siempre que no vaya precedido de una marca gramatical de pluralidad, es decir, que sea no redundante. Según los estudios de Samper Padilla (1990, pp. 93-94), la elisión de /-s/ alcanza índices bastante reducidos (14,79 % en los modificadores y 22,84 % en los núcleos) cuando forma la primera marca de pluralidad, mientras que los elementos redundantes de la FN presentan un porcentaje más elevado de pérdida (56,2 % en los modificadores y 63,2 % en los núcleos de la frase nominal). Similares resultados presentan los estudios de San Juan de Puerto Rico de López Morales (1983, pp. 54-55) y de Málaga de Vida Castro (2004, p. 140). No obstante, conviene recordar la crítica de Labov (1996, p. 851) de la explicación funcional del comportamiento de la variación, ya que, según el autor, esta supondría que los oyentes reciben y procesan las palabras en cada frase exactamente en el mismo orden en el que se pronuncian por el hablante, hecho desmentido por los estudios psicolingüísticos. Además, como señala Vida Castro (2004, p. 141), en el caso de que la explicación funcional fuese válida, faltaría por explicar el elevado número de elisiones de la /-s/ cuando forma la primera marca de pluralidad que se observa en algunas variedades innovadoras. En su estudio de desambiguación contextual y semántica, además, observa que las marcas de plural se repiten en el contexto en un 89,4 % de los casos y la /-s/ de la segunda persona es redundante en un 99,2 % (p. 144) de los casos, confirmando el carácter altamente redundante del español, lo que la lleva a desmentir, igual que a Labov, la explicación funcional de Kiparsky. 4.2.4. Otros factores y tendencias principales en la variación de /-s/ En este lugar nos gustaría mencionar el número de sílabas de la palabra que termina en /-s/, es decir, un factor que no encuentra su sitio entre los tres tipos de 55 factores mencionados, a pesar de lo cual consideramos interesantes los resultados que han dado en algunos estudios de la variación de /-s/. Samper Padilla y Hernández Cabrera, en su estudio del habla culta de Las Palmas (1996) afirman que «[e]l número de sílabas que contiene la palabra puede constituir también un condicionante importante en el proceso de desgaste a que se ve sometida la /-s/ final» (p. 404). Dado que estos autores en su estudio de formas de elevada frecuencia han determinado que los monosílabos revelan menores porcentajes de elisión (pues 19 %, más 9,3 %, es 5,1 %) que los polisílabos (entonces 52,9 %, formas verbales en –mos 28,8 %), procedieron a un análisis de todas las palabras según el número de sílabas. Dados sus resultados expuestos en la Tabla 6, existe mayor tendencia a mantenimiento (en forma de sibilancia o aspiración) en los monosílabos. monosílabos polisílabos sibilante 8,5 3,3 aspirada 71,4 51,1 asimilada 8,8 7,2 elidida 11,1 28,2 Tabla 6. Distribución de variantes de /-s/ final según la variable «número de sílabas» (frecuencias relativas) (Samper Padilla y Hernández Cabrera, 1995, p. 404). Parecidos resultados consiguen p. ej. Terrell (1978b) en Puerto Rico y Cepeda (1991) en el español de Valdivia. La primera autora, además, comprueba en su estudio efectuado previamente al de Las Palmas, que los índices de elisión son más altos en polisílabos verbales (53 %) que en léxicos (20 %) y, menos diferencia presentan los monosílabos (4 % en verbales y 8 % en léxicos). Por consiguiente, Samper Padilla y Hernández Cabrera (1995) y los estudios mencionados indican que se trata de factores de indudable importancia y apelan a que este factor forme parte habitual de los análisis internos. En cuanto a los factores distribucionales, contextuales y funcionales, no cabe duda, por todo lo anteriormente mencionado, que son los primeros dos los que tienen el mayor peso en la variación interna del segmento /-s/. Aunque las variedades expuestas presentan diferencias entre sí, podemos afirmar, en términos generales, que los cuatro tipos de contextos ―prevocálico tónico, prevocálico átono, prepausal y preconsonántico16 ― condicionan el mantenimiento de /-s/, siendo el primero el más favorecedor del mantenimiento y el 16 Consúltense p. ej. Almeida (1990a), Vida Castro (2004), Tejada Giráldez (2012), etc. para observar la variación según el tipo de consonante en el contexto preconsonántico. 56 último el que menos favorece la sibilancia. Al mismo tiempo, se ha demostrado que el contexto prepausal presenta frecuentemente las dos pronunciaciones extremas: el mantenimiento de la sibilante o, al contrario, la elisión absoluta. En cuanto a factores distribucionales, la posición final suele favorecer más el mantenimiento de la sibilancia y, asimismo, favorece la pérdida. En cuanto a los factores funcionales, no se puede afirmar con tanta certeza la relevancia, sobre todo en la categoría «estatus gramatical», que en los estudios mencionados no confirma las teorías funcionalistas. En este sentido ha resultado más interesante ―aunque sin evitar críticas (Labov, 1996)― el análisis de la frase nominal, tanto la estructura Determinante + Nombre + Adjetivo, como la estructura primer elemento de la FN + segundo elemento de la FN, habiendo una tendencia al mantenimiento de sibilancia o aspiración en los primeros elementos de la FN17 . 4.3. VARIACIÓN SOCIAL La sociolingüística trata la lengua como una forma de conducta social, por tanto, es creada y moldeada por los seres humanos. De ese modo se crean diferenciaciones en formas de hablar correspondientes a los subgrupos del sistema social. Partiendo de ese principio, en las últimas décadas la sociolingüística ha conseguido demostrar que dichos subgrupos se pueden organizar en una serie de factores como sexo, edad, clase social, origen rural o urbano, etc., que realizan su fuerza en la variación de manera probabilística (Silva-Corvalán, 1989, p. 68). La introducción de la determinación de las reglas variables ha supuesto un gran cambio en la lingüística, oponiéndose, como ya hemos mencionado, a los modelos estructuralistas o generativistas. Aparte de las variables sociales, desde los años setenta se muestra como muy fructífero el estudio de las creencias y actitudes que tienen los hablantes hacia determinadas variedades o variantes lingüísticas. No solo estas unidades relacionadas con percepción de la legua revelan una conciencia sociolingüística de las comunidades de habla, sino que también demuestran que las creencias que se tienen acerca de una lengua pueden provocar variación lingüística. 17 Consúltese la teoría de Poplack (1979) acerca de que un cero fonético produce otro cero fonético para ver una perspectiva diferente. Para observar otros factores funcionales, consúltense acerca de la desambiguación p. ej. Poplack (1979), Villena Pondsoda (1987) acerca de la redundancia y el desdoblamiento vocálico en andaluz oriental, Samper Padilla (1987-1988). Véanse también la realización de /-s/ en relación al carácter nominal o verbal de /-s/ en p. ej. Almeida (1990a), Vida Castro (2004), Tejada Giráldez (2012), Terrell (1978b), etc. 57 En efecto, basta echar una simple ojeada a nuestro alrededor para constatar cómo los hablantes han ido creando ciertos sentimientos de aceptación o rechazo hacia determinadas formas lingüísticas [...] y cómo la manifestación de tales sentimientos puede traducirse en ocasiones, sobre todo cuando se tiene un escaso dominio de los mecanismos de actuación lingüística, en curiosos fenómenos de inhibición e hipercorrección. (Pérez Vidal y Almeida, 1990, p. 238) Por lo tanto, en el presente capítulo vamos a resumir las variables sociales que más se han tenido en cuenta en los estudios sociolingüísticos canarios. Lo que llegará a ser la parte principal del presente capítulo, sin embargo, será el tema de la evaluación social de las variedades, las actitudes hacia el canario y su estatus en la escala de prestigio dentro del diasistema del español. Aunque esta tesis no es una investigación de actitudes de los canarios hacia su variedad, se tratarán las actitudes lingüísticas como un posible factor de variación según el estilo que se estudie18 . 4.3.1. Variables de estratificación en la variedad canaria No todas las comunidades comparten las mismas variables que influyen en la variación. Sin embargo, existen variables sociales de las que más se han ocupado los estudios sociolingüísticos cuantitativos, debido a su capacidad de influir sobre la variación (Moreno Fernández, 2009b, p. 40-74). Son, principalmente, sexo/género19 , edad, nivel de instrucción, clase social, etnia y profesión20 . Ahora bien, mucho se ha hablado ya de la relevancia de estas variables que hoy en día ya forman un pilar importante en la construcción de los estudios sociolingüísticos, y cuya relevancia en cuanto a la variación social es indudable; por consiguiente, no entraremos aquí en detalle con la teoría sociolingüística, sino que proporcionaremos datos que se tienen de las Islas con la finalidad de ilustrar las diferencias entre las principales islas y el grado de innovación existente en el Archipiélago. En este capítulo vamos a resumir las variables principales que ya se 18 La interdependencia del estilo y las actitudes viene explicada con más detalle en el capítulo 4.4 Variación estilística. 19 Mientras que la categoría «sexo» se suele referir a la diferencia biológica entre mujeres y hombres, el «género» abarca los roles sociales aprendidos vinculados con lo femenino y lo masculino, que, por lo general, corresponden con el sexo femenino y masculino. 20 Además de las variables mencionadas, se acude frecuentemente también a variables como «modo de vida» o «red social» vinculadas con el «nivel sociocultural», «mercado lingüístico» vinculado con la «profesión», «origen urbano o rural», etc. (Moreno Fernández, 2009b). En numerosos estudios modernos también se tienen en cuenta variables de postestratificación que muchas veces pueden tener valor explicativo y ayudan a atender al carácter individual de los informantes. Consúltese p.ej. Vida Castro (2004) para observar análisis de variación lingüística en relación con ingresos familiares, nivel de estudios, estado civil, sector económico, contacto con los medios, estudios, origen y ocupación de los padres, opinión acerca de la norma del español, etc. 58 han estudiado en Canarias, es decir, edad, sexo, y clase social/nivel sociocultural, de las cuales solo las últimas dos van a tenerse en cuenta en nuestra investigación21 . Además, vamos a tener en cuenta el origen de los hablantes, dados los procesos divergentes y convergentes en las distintas islas. Proporcionaremos datos, por tanto, de El español de Canarias (Almeida y Díaz Alayón, 1988) que observa el habla rural y el habla de Las Palmas y Santa Cruz, Estudio sociolingüístico del español de Las Palmas de Gran Canaria (Samper Padilla, 1990), La variación de -/s/ en el español culto de Las Palmas de Gran Canaria: Condicionantes lingüísticos (Samper Padilla y Hernández Cabrera, 1995), El habla de Las Palmas: niveles sociolingüísticos (Almeida, 1990b) y Diferencias sociales en el habla de Santa Cruz de Tenerife (Almeida, 1990a). También proporcionaremos los resultados del Estudio sociolingüístico de la /s/ implosiva del español de El Hierro (Pérez Martín, 2003) puesto que esta región se muestra, como ya hemos mencionado, como la región más conservadora del Archipiélago. 4.3.1.1. Variable «sexo» Los estudios sociolingüísticos proponen que existe una diferencia entre la lengua de las mujeres y los hombres. Ya Labov (1983, pp. 371-375) afirma que existe cierta tendencia de las mujeres a emplear las formas más prestigiosas, mientras que en los hombres, al revés, se detecta una inclinación hacia las formas más regionales y no estándares. Según Silva-Corvalán (1989), el habla femenina suele ser más conservadora y se evalúa como más correcta. Asimismo, las mujeres se autocorrigen más, aunque no siempre coinciden con las formas normativas22 . Añade la autora que esta situación lingüística es un reflejo de los roles sociales de los hombres y las mujeres: La diferenciación lingüística según el sexo refleja una tendencia general a considerar aceptable o apropiado que los hombres rompan las reglas y que se comporten de manera ruda, agresiva e incluso «más vulgar». El típico «doble estándar» se aplica a las mujeres, cuyo comportamiento se espera que sea más cortés, más indeciso y sumiso, más correcto y ajustado a las reglas impuestas por la sociedad. Quizá si el mismo hecho de que en nuestra sociedad la mujer tiene menos oportunidades que el hombre de avanzar y destacarse en la vida pública (e. g., académica, artística, política, de los negocios, etc.), la lleve a señalar su estatus socioeconómico por medio de su apariencia exterior y de sus conductas sociales, incluyendo los usos lingüísticos. (Silva-Corvalán, 1989, p. 70) 21 No disponemos, en nuestra muestra, de una variación de edad adecuada como para incluirla en el presente estudio, hecho que viene explicado con más detalle en el subcapítulo 4.3.1.2 «Variable “edad”». 22 Consúltese p. ej. Moreno Fernández (2009b, pp. 40-45). 59 En los estudios canarios viene a confirmarse la tendencia principal mencionada, aunque no en todos los casos. Como se puede observar en la Tabla 7, la media canaria (constituida por Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife y las hablas rurales) demuestra una diferencia entre los hombres y las mujeres, siendo las mujeres más conservadoras, con un 18,2 % de realizaciones sibilantes, frente a los hombres (13,4 %). Como ya hemos mencionado en el capítulo 3.2.3 Islas Canarias, los porcentajes de las diversas variantes difieren en función de la isla, siendo Tenerife la más conservadora y Gran Canaria más innovadora. Los hablantes grancanarios capitalinos alcanzan grandes índices de innovación y demuestran asimismo mayor seguridad lingüística debido al prestigio de la variedad de Las Palmas. En Santa Cruz, según Almeida (1990a), la variable sexo no nos ofrece datos de gran interés. sexo [s] [h] [ø] Canarias (Almeida y Díaz Alayón, 1988) Hombres 13,4 63,1 23,4 Mujeres 18,2 57,8 32 Santa Cruz (Almeida, 1990a) Hombres 12,0 77,3 10,6 Mujeres 10,6 76,8 12,4 Las Palmas (Almeida 1990b) – p. final Hombres 8,6 67,64 23,75 Mujeres 12,59 20,49 66,91 Las Palmas (Samper Padilla, 1990) Hombres 3,98 52,1923 43,82 Mujeres 3,4 55,02 41,56 El Hierro (Pérez Martín, 2003) – p. final Hombres 16,28 80,17 3,54 Mujeres 15,59 80,52 3,87 Tabla 7. Distribución de variantes de /-s/ según el sexo (frecuencias relativas).24 En cuanto a las Palmas, tenemos datos sobre el habla de mujeres y hombres en relación con la posición final, sin embargo, los datos de Almeida (1990b) y Samper Padilla (1990) difieren notablemente. Mientras que Almeida (1990b) alude a que existe una tendencia en el habla de las mujeres a reponer las eses finales al mismo tiempo que ocurren pérdidas con mayor frecuencia en estas hablantes, Samper Padilla (1990) no halla grandes diferencias entre los dos sexos en la posición final. Igualmente, el estudio de Pérez Martín (2003) sobre El Hierro no demuestra datos dignos de interés en cuanto al factor «sexo». Puesto que los datos de los estudios difieren entre sí y, a veces, vienen cruzados con factores internos, no podemos afirmar con certeza cuál es la diferencia 23 Este número representa una suma de variantes aspiradas y asimiladas. 24 Todos los datos numéricos en las tablas del presente capítulo representan porcentajes. 60 general entre los hablantes, aunque se muestra como muy general la diferencia en sibilancias en el estudio general de Almeida y Díaz Alayón expuesto en la Tabla 7. 4.3.1.2. Variable «edad» La presente variable ha tenido gran relevancia para los estudiosos de la lengua en sociolingüística, dado que se ha mostrado como el factor que puede determinar la variación lingüística con mayor fuerza. Por una parte, esta variable no es constante debido al cambio de edad de forma continua de los hablantes, sin embargo, demuestra una estabilidad social frente a las demás variables. En cierto modo, puede afirmarse que la edad condiciona la variación lingüística con más intensidad que otros factores. En contraste con el factor «clase social» o con el «género», la edad es un factor constante, dado que su realidad no se ve alterada por cambios socioeconómicos, de actitudes o de organización. (Moreno Fernández, 2009b, p. 47) En general, cada generación emplea la lengua según «la norma adquirida durante su adolescencia y primera juventud» (López Morales, 2004, p. 134), por lo tanto, suele ser la generación más joven la que introduce los usos innovadores en la lengua, mientras que las generaciones de mayor edad se muestran como más conservadoras. También conviene recordar que la presente variables puede solaparse con otros factores, como «nivel de instrucción». En numerosos países la generación más joven es, al mismo tiempo, la más instruida, por lo cual conviene tener en cuenta la posible coincidencia en los factores en los estudios lingüísticos. La observación de esta variable permite analizar también el posible futuro de un rasgo lingüístico, puesto que, según Moreno Fernández (2009b, p. 52), conforme vaya desarrollándose un rasgo en «tiempo real» se puede proyectar al futuro y efectuar un análisis en «tiempo aparente». Por otro lado, si la variable «edad» no trae resultados notables, también sirve como indicador de que el rasgo estudiado es un rasgo estable y propio de toda la comunidad lingüística. La edad mínima de la generación joven suele diferir: existen tanto estudios que trabajan con hablantes menores de edad25 como los que consideran como la generación más joven a hablantes mayores de 25 años. Los criterios para la división en generaciones, asimismo, puede diferir. A partir de la edad mínima se pueden diseñar grupos de dimensiones iguales (p. ej. de 20 al 35, de 36 al 50, de 51 al 65, etc.) (Moreno Fernández, 2009a, p. 51). En el proyecto PRESEEA, Proyecto para el estudio sociolingüístico del español de España y América, se emplea, por otro lado, el criterio 25 Obsérvense p. ej. informantes de 16 años en Santiago de los Caballeros en Alba (1990). 61 de etapas vitales dividiendo las generaciones en: 1ª de 20 a 34 años correspondiente al comienzo de la vida profesional e independiente de los padres, 2ª de 35 a 54 años como etapa de madurez y de mayor rendimiento profesional, y 3ª de 55 años en adelante asociada a la madurez profesional y jubilación (Moreno Fernández, 1996c). En cuanto a las islas Canarias, en la Tabla 8 observamos que los porcentajes generales demuestran una pequeña diferencia entre las generaciones, siendo la generación joven la más conservadora y la de mayor edad la más innovadora con un 27,6 % de elisiones. Esta tendencia se confirma en el estudio de Santa Cruz, en Las Palmas, sin embargo, nos encontramos con resultados distintos. En el estudio de Almeida (1990b), donde los datos vienen cruzados con la variante interna «posición final absoluta» se muestra la generación más joven como la más progresiva con solo un 6,68 % de sibilancias y un 77,43 % de pérdidas. Similar resultado presenta la tercera generación, mientras que la segunda generación alcanza un 25,07 % de sibilancias y solo un 51,26 % de elisiones. En general, el autor afirma que, en posición absoluta ―frente a la posición no absoluta―, en las tres generaciones los alófonos sibilantes son más frecuentes debido a un intento de frenar el proceso de pérdida y a que esta posición favorece especialmente la restauración de /-s/. El estudio de Samper Padilla (1990), donde el autor cruza los resultados con la posición final ―absoluta y no absoluta― no presenta diferencias tan extremas. No obstante, confirma la misma tendencia. El estudio de El Hierro propone también interesantes resultados, confirmando lo que ya hemos mencionado en el capítulo 3.2.3, y es que el habla de El Hierro es cada vez más progresiva y divergente del estándar nacional y convergente con las formas prestigiosas canarias. Sus hablantes más mayores alcanzan gran porcentaje de conservación de /-s/ (21,38 %), la segunda generación presenta menores ocurrencias (15,72 %) y la primera se ve como la más progresiva con un 7,1 % de sibilancias. En cuanto a nuestro estudio, como ya hemos mencionado, no vamos a incluir la presente variable en nuestro estudio. Todos los hablantes que forman parte de nuestra muestra con la excepción de dos políticos tienen entre 33 y 50 años, por tanto, según las divisiones propuestas, más bien conforman una única variante. 62 generación [s] [h]26 [ø] Canarias (Almeida y Díaz Alayón, 1988) 1ª 16,2 62 21,6 2ª 15,4 62,3 22,1 3ª 15 57,3 27,6 Santa Cruz (Almeida, 1990a) 1ª 12,9 76,5 10,5 2ª 10,6 80,2 9,1 3ª 9,8 74,1 16 Las Palmas (Almeida 1990b) – posición final absoluta 1ª 6,68 15,87 77,43 2ª 25,07 23,65 51,26 3ª 7,31 22,38 70,3 Las Palmas (Samper Padilla, 1990) – posición final27 1ª 2,74 54,83 42,43 2ª 4,72 53,71 41,55 3ª 3,89 51,53 44,63 El Hierro (Pérez Martín, 2003) – posición final 1ª 7,1 88,24 4,65 2ª 15,72 80,2 4,07 3ª 21,38 75,71 2,9 Tabla 8. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «sexo» en Canarias (frecuencias relativas). 4.3.1.3. Variable «clase social» Tanto en el campo de sociología como en sociolingüística, el factor «clase social» ha sido profundamente discutido con la finalidad de encontrar una metodología óptima. Se ha demostrado que este concepto es problemático para la sociolingüística porque, a diferencia de las barreras diatópicas, las barreras y distancias sociales son más difíciles de trazar. De hecho, incluso en sociología no se ha llegado a un acuerdo ni siquiera en la existencia de las clases sociales (SilvaCorvalán, 1989, p. 78). Por esta razón, los estudios de sociolingüística, con la finalidad de definir los grupos de hablantes con criterios objetivos, reemplazan, en ocasiones «clase social» por los términos «factor socioeconómico» o «nivel sociocultural» o, simplemente, combinan factores que se tienen en cuenta al clasificar al hablante en la clase social adecuada. Así nos encontramos con tres elementos: «nivel de instrucción», « ocupación» e «ingresos familiares», en The Social Stratification of English in New York City (Labov, 1966). 26Este número representa una suma de variantes aspiradas y asimiladas en los estudios grancanarios. 27 Estos datos incluyen la /-s/ en posición final ante otro sonido y en posición prepausal. 63 Es importante, por tanto, tener presente que las categorías para definir la clase social constituyen continuos sociales relativos (Silva-Corvalán, 1989, p. 78). Las clases sociales no se organizan formalmente, sino que se trata de grupos de personas que comparten un estatus socioeconómico similar. Es crucial, para toda la sociedad, el habla de los grupos sociales más altos, porque determinan el sociolecto más prestigioso y empleado en las situaciones de mayor consideración social. Al mismo tiempo, el prestigio asignado a las clases sociales más altas, basado en símbolos tales como el estilo de vida, la ocupación, las actividades sociales, la etnia y la ascendencia familiar, se transfiere a sus usos lingüísticos. Surge así un dialecto social de prestigio, respetado y admirado, que es a su vez también símbolo de estatus social. Este dialecto corresponde en la mayoría de los casos al dialecto estándar, enseñado en la escuela, utilizado por los medios de difusión (radio, televisión, etc.) y, por tanto, geográficamente uniforme. (Silva-Corvalán, 1989, p. 79) En Canarias no existe un estándar regional establecido28 al que se dirijan los hablantes canarios en las situaciones formales y cultas, y eso a pesar de la existencia de una identidad social y lingüística canaria (Morgenthaler García, 2008, p. 391). Por tanto, resulta especialmente relevante el estudio de Samper Padilla y Cabrera Hernández (1995), en el que ha interesado estudiar la norma del sociolecto alto de Gran Canaria29 , puesto que esta capital muestra altos índices de innovación en cuanto al desgaste de /-s/ ―frente a otras islas más conservadoras― y se ve como centro de irradiación de la norma lingüística canaria. Para comparar, ponemos, asimismo los resultados de Manuel Almeida acerca del sociolecto alto de Santa Cruz (1990a). En la Tabla 9 se puede observar que la sibilancia en el sociolecto culto grancanario es muy escasa (3,9 %), de hecho, es aún menos común que las elisiones, que alcanzan el 21,7 %. La aspiración y asimilación forman más de un 70 % de todas las realizaciones. En cuanto a Santa Cruz, igual que en otras categorías, en esta los hablantes se muestran más conservadores que los grancanarios con un 8,5 % de sibilantes y solo un 7,3 % de pérdidas. También hay que mencionar que en el estudio de Santa Cruz destaca la clase media, con un 16,5 % de las realizaciones conservadoras, mientras que en el sociolecto bajo se ven, igual que en el nivel sociocultural alto, reducidas a un 8,8 %. 28 Véase el capítulo 4.3.2.2 «Estudios de las actitudes lingüísticas en Canarias» acerca de la falta de una norma culta canaria. 29 Estudio realizado dentro del «Proyecto de estudio coordinado de la norma lingüística culta de las principales ciudades del mundo hispánico». 64 [s] [h] [ø] Las Palmas (Samper Padilla y Hernández Cabrera, 1995) – habla culta 3,9 74,2 21,7 Santa Cruz (Almeida, 1990a) – clase alta 8,5 84 7,3 Tabla 9. Distribución de variantes de /-s/ en el habla culta grancanaria y en el sociolecto alto de Santa Cruz (frecuencias relativas). El esfuerzo de la clase media por reponer las eses se puede deber a una inseguridad lingüística existente en Canarias. Según Trujillo existe una especie de «mala conciencia lingüística» que [...] es bastante general, aunque más propia de unas clases medias inmaduras y culturalmente encorsetadas. El problema consiste en que se teme, se piensa o se cree que se habla mal; pero, al mismo tiempo, no se sabe cómo habría que hablar para hacerlo bien [...] (Trujillo, 2003, p. 202). En el estudio de Las Palmas, donde la inseguridad lingüística es menor debido al prestigio del habla grancanaria, no se repite esta tendencia. Según el estudio de Samper Padilla, en la posición final en la clase más alta se ve mayor tendencia a conservar la /s/ (5,4 %) y a no elidir (un 23,29 % de elisiones). Según va bajando el nivel sociocultural, van disminuyendo las sibilancias (2,67 % en el nivel más bajo) y aumentando las elisiones (50,37 % en el nivel más bajo), aunque las diferencias entre los niveles en cuanto a las sibilancias son mínimas. Una importante conclusión, por todo lo anteriormente mencionado, reside en el hecho de que existe una diferencia clave entre las distintas islas. Enfocando la isla de Gran Canaria y la de Tenerife en todas las categorías presentadas aquí ―sexo, edad, sociolecto alto― se puede observar, al igual que en la variación interna, un alto grado de innovación en Las Palmas de Gran Canaria, mientras que Tenerife demuestra carácter más conservador. Aunque en los estudios expuestos no quedan confirmadas siempre las tendencias sociolingüísticas principales, son de gran importancia para nuestro estudio los resultados del sociolecto alto de Santa Cruz y el habla culta de Las Palmas puesto que confirman que los hablantes cultos y socioeconómicamente estables cuentan con la pronunciación innovadora como una norma propia para las situaciones formales y de mayor consideración social. 65 4.3.2. Evaluación social de las variables lingüísticas Junto con los condicionamientos sociales, los sociolingüistas y sociólogos de la lengua han manifestado gran interés por la valoración subjetiva y colectiva de las variedades, las opiniones y sentimientos que se guardan hacia determinados usos lingüísticos. No se trata aquí de cómo los hablantes usan la lengua, sino de qué visión poseen los hablantes del valor social y los atributos de una variedad lingüística. Con la finalidad de definir el funcionamiento de la evaluación social de una variedad, es necesario acudir a tres nociones fundamentales: conciencia, actitudes y creencias sociolingüísticas. Al mismo tiempo, queda confirmada la estrecha interconexión entre las actitudes lingüísticas y la situación de prestigio socioeconómico y lingüístico, la identidad de los hablantes y la situación de la estandarización de la lengua. 4.3.2.1. Actitudes lingüísticas: generalidades Moreno Fernández define la actitud lingüística como «una manifestación de la actitud social de los individuos, distinguida por centrarse y referirse específicamente tanto a la lengua como al uso que de ella se hace en sociedad» (2009b, pp. 177-178). El autor, además, señala que al hablar de la «lengua», se refiere a cualquier tipo de variedad geográfica, social o estilística de la lengua, ya que todas estas pueden ser objeto de valoración social y los hablantes mantienen ciertas actitudes hacia ellas. Las actitudes, por tanto, son manifestaciones valorativas que se construyen durante la experiencia social y hacen ver la valoración que tiene un hablante hacia determinados grupos (Castillo Hernández, 2006, p. 284). La importancia del conocimiento de la actitud que se tiene hacia cierta variedad, además, está en que este mecanismo puede explicar la variación en menor o mayor grado dependiendo del estilo y situación del habla30 . Asimismo, se utiliza como categoría capaz de explicar la velocidad con que se cumplen los cambios lingüísticos, por qué una variante o variedad se usa en detrimento de otra o por qué el aprendizaje de una lengua puede ocurrir más o menos eficazmente. Todo lo mencionado depende de si las actitudes son positivas, neutras o negativas (Moreno Fernández, 2009b, p. 177). Pese a la clara relevancia de las actitudes en la conducta lingüística es solo en los años setenta cuando empieza a llamarse la atención sobre su importancia y sobre la escasez del análisis del fenómeno. 30 Véase el siguiente capítulo 4.4 «Variación estilística» acerca de la relación entre actitudes lingüísticas y estilos de habla. 66 We know all too little about language oriented attitudes and emotions (running the gamut from language loyalty – of which language nationalism is only one expression – to language antipathy – of which conscious language abandonment is only one expression) as distinguished from attitudes and emotions toward the ‘typical’ speakers of particular language variants. The features of language that are considered attractive or unattractive, proper or improper, distinctive or commonplace, have largely remained unstudied. (Fishman, 1971, p. 331) Con la finalidad de dar relevancia a este componente social en la variación lingüística en sociedades multilingües, en la planificación lingüística y en la enseñanza de la lengua, Agheyisi y Fishman (1970) juntaron en la revista varios modelos de actitud31 . Aunque los modelos difieren entre sí, se puede hablar de dos enfoques principales: mentalista y conductista. Las definiciones y metodología conductistas consideran la actitud como una unidad simple que se manifiesta a través de la actuación en las situaciones sociales. Entendiendo que existe una concordancia entre la actitud y la actuación y, por tanto, entre la actitud lingüística y el uso de la lengua, el método de registro de actitudes lingüísticas es la observación directa del comportamiento lingüístico. El enfoque mentalista supuso mayor interés para la sociolingüística y entiende la actitud como creencia o disposición mental. Dado que los mentalistas consideran que la actitud va más allá de la actuación, no se puede observar directamente, sino solo de manera oblicua considerando las reflexiones de los hablantes acerca de las variedades lingüísticas. Los mentalistas32 , trabajando con categorías de creencia, valoración subjetiva y conducta, no coinciden exactamente en cuanto a los componentes o subcomponentes de la actitud. Sin embargo, en su concepción, generalmente, se acepta que la actitud conlleva tres categorías (Moreno Fernández, 2009b, p. 181; López Morales, 2004, p. 288-290): (1) componente afectivo (2) componente cognoscitivo (3) componente conativo El componente afectivo está vinculado con una valoración subjetiva, se trata de una simple pregunta sobre si una cosa o un fenómeno agrada o desagrada al receptor. El componente cognoscitivo tiene que ver con las creencias o un saber que se tiene acerca de una cosa o un fenómeno y el componente conativo es un componente conductual, es decir, abarca la evaluación del fenómeno y la acción. 31 Consúltense, para el ámbito español, el trabajo pionero de Manuel Alvar (1986). 32 Véanse los trabajos de Fishbein (1965), Lambert y Lambert (1964) y Rokeach (1968) para comparar sus teorías acerca de los componentes de la actitud. 67 Los enfoques conductista y mentalista proceden del campo de psicosociología. En cuanto al campo de sociolingüística ―como «al fin y al cabo, las actitudes se dirigen hacia un objeto sociolingüístico y se desprenden de lo que las personas hablan, de cómo hablan, de cuándo lo hacen y hacia quién se dirigen» (Moreno Fernández, 2009b, p. 182)― destacan las teorías de López Morales, quien, en el ámbito hispánico, más atención ha prestado al estudio de las actitudes. Para López Morales (2004), la actitud está compuesta solamente por el componente conativo y separa el concepto de la actitud del de la creencia. Esta última puede estar integrada por un (1) componente afectivo ―sentimientos que se originan en prestigios psicosociales abiertos o encubiertos, en gustos, identidad, lealtad o solidaridad―, por un (2) componente cognoscitivo ―conciencia sociolingüística basada en prestigio abierto social y lingüístico― o (3) por ambos. El componente cognoscitivo, según propone López Morales, no supone una cognición basada en lo empírico, sino una «supuesta cognición», ya que las creencias pueden ser falsas. Las creencias dan lugar a la actitud que es conativa, es decir, conductual y se puede manifestar como negativa, de rechazo, como positiva, de aceptación, o como neutra que se interpreta como ausencia de actitud. Según López Morales, las creencias no siempre producen actitudes, no obstante, en su mayoría conllevan una valoración: [S]i se cree que el fenómeno x es rural, es decir, lleva signos de rusticidad, inelegancia, etc. se calificará de negativo. Que tal calificación suele producir una actitud negativa, de rechazo, y que esta afecta a la actuación lingüística de hablante es un hecho, sobre todo cuando produce estilos cuidadosos, en los que participa muy activamente su conciencia lingüística. (López Morales, 2004, p. 253) La conciencia lingüística es, junto con las creencias y actitudes, una medida fundamental a la hora de estudiar la evaluación que se hace de una variedad por parte de los hablantes (García Marcos, 1993). Para López Morales, la elección de una forma lingüística prestigiosa A, frente a otra estigmatizada B, «implica al menos dos circunstancias; una es de inventario: conocimiento de la existencia de ambas variantes; la otra apunta directamente a la conciencia sociolingüística, al saber que la comunidad prefiere una a la otra» (p. 23). El grado de la conciencia sociolingüística es el grado del conocimiento del panorama sociolingüístico y actúa a la hora de juzgar y elegir lo más adecuado a la situación o a los intereses del hablante (Moreno Fernández, 2009b, p. 180). López Morales (2004), además, señala que no todos los hablantes disponen del mismo grado de conciencia lingüística, sino que va en concordancia con la estratificación social: 68 Parece cierto que la relación entre estrato sociocultural y conciencia lingüística es muy estrecha y que, a medida que se baja en el espectro social, disminuye el grado de capacidad distintiva de los sociolectos de la comunidad. Si, efectivamente, conciencia lingüística y estratificación social son de alguna forma paralelas, habrá que saber cuál es la fenomenología sintomática que da pie a las distinciones. (pp. 258-259) Con el propósito de averiguar qué grupos de hablantes disponen de mayor conciencia lingüística, este autor realiza un estudio del habla en la capital puertorriqueña. Llega a la conclusión de que generalmente la conciencia acerca de la variación sociolectal es mayoritaria, hecho confirmado también por Labov (1983), aunque se muestra en mayor grado en sociolectos altos y en mujeres. Una de las pruebas de la conciencia lingüística, además, se puede considerar la seguridad e inseguridad lingüística. Estas son la relación entre lo que el hablante evalúa como correcto, prestigioso y adecuado y su propio uso. Si estos dos elementos no coinciden, el hablante se muestra como inseguro (Moreno Fernández, 2009b, p. 180). Ahora bien, si contamos con que todos los hablantes manifiestan, en cierto grado, conciencia lingüística, gracias a la cual, junto con las creencias, forman actitudes hacia variedades y variantes, cabe preguntarse a base de qué surgen ciertas creencias que conducen a actitudes negativas o positivas. En los años setenta se realizaron estudios llevados por Howard Giles (cit. por López Morales, 2004, p. 287) acerca del origen de las actitudes lingüísticas. En las investigaciones, se proponían dos hipótesis principales: hipótesis del valor inherente e hipótesis del valor impuesto. La primera parte del hecho de que una variedad lingüística puede ser objetivamente más bonita, más atractiva o mejor. En la hipótesis del valor impuesto, el punto de partida es el carácter del grupo social que usa la variedad, es decir, una variedad se considera mejor porque los hablantes que la usan se consideran «mejores». En los estudios de Giles y sus colaboradores se ha confirmado esta segunda hipótesis y, por tanto, se ha demostrado que una lengua no puede ser peor de por sí, sino que esta percepción refleja la percepción del grupo de hablantes que la usan. En la actualidad disponemos de una amplia base empírica para afirmar que no son diferencias lingüísticas ni estéticas las que se encuentran en el origen de las actitudes lingüísticas, sino estereotipos y prejuicios relacionados con las personas que hablan determinadas lenguas o variedades (Blas Arroyo, 2008, p. 325). Las connotaciones sociales y las valoraciones de determinadas variantes o variedades lingüísticas están fuertemente vinculadas con la identidad y el prestigio social de sus hablantes. 69 La variedad lingüística forma parte de la identidad de la comunidad de habla, por tanto, las actitudes sociales que se tienen hacia una comunidad con una cierta identidad se transforman en actitudes hacia la variedad lingüística que caracteriza al grupo (Moreno Fernández, 2009b, p. 178). Existen dos maneras de definir la identidad: [...] bien de forma objetiva, caracterizándola por las instituciones que la componen y las pautas culturales que le dan personalidad; bien de forma subjetiva, anteponiendo el sentimiento de comunidad compartido por todos sus miembros y la idea de diferenciación respecto de los demás. (Moreno Fernández, 2009b, p. 178) Según aclaran Le Page y Tabouret-Keller (1985), el lugar de la variación lingüística en la identidad está en que es, precisamente, la identidad personal y el grupo social con el cual desea estar identificado el hablantes se ve a través de la conducta lingüística. [T]he individual creates for himself the patterns of his linguistic behavior so as to resemble those of the group or groups with which from time to time he wishes to be distinguished. (p. 181) Según los autores, el acto de habla puede ser visto como acto de proyección, y añaden: The speaker is projecting his inner universe, implicitly with the invitation to others to share it, at least insofar as they recognize his languages as an accurate symbolization of the world, and to share his attitudes towards it. (p. 181) El «modelo de proyección» de Le Page y Tabouret-Keller, por consiguiente, define cómo el uso de la lengua es capaz de proyectar el universo de uno y la actitud hacia él. Dado que la actitud hacia una variedad puede basarse en las características de sus usuarios de la lengua (serio, profesional, amistoso, entrañable), no es fácil delimitar dónde termina la actitud hacia una variedad lingüística y dónde comienza la actitud hacia los hablantes de ella (Castro, 2015, p. 41). Las actitudes lingüísticas manifiestan el grado de prestigio que posee el grupo de hablantes. El prestigio se puede definir como «concesión de estima y respeto hacia individuos o grupos que reúnen ciertas características, y que lleva a la imitación de conductas y creencias de esos individuos o grupos» (Moreno Fernández, 2009b, p. 188). En los estudios sobre actitudes lingüísticas se ha señalado que, generalmente, los hablantes que utilizan las variedades de prestigio se consideran más inteligentes (Fasold, 1996), mientras que los hablantes de las variedades menos prestigiosas o estigmatizadas pueden considerarse menos inteligentes, sin embargo, vinculados al 70 mismo tiempo con cualidades humanas como simpatía, afecto, etc. En este segundo caso, por tanto, dependiendo de factores (sociales, afectivos, subjetivos, etc.) se trata de una actitud combinada donde una variedad goza de actitud positiva al mismo tiempo que obtiene rechazo (Moreno Fernández, 2009b, p. 183). Wallace Lambert, en su estudio de sicología social del bilingüismo (1967), agrupó las dimensiones de la personalidad del hablante evaluado por otros hablantes en tres grupos que ayudan a comprender los estereotipos y prejuicios que se tienen acerca de las variedades lingüísticas: competence which included intelligence, ambition, self-confidence, leadership and courage; (b) personal integrity which included dependability, sincerity, character, conscientiousness and kindness; (c) social attractiveness which included sociability, likeability, entertainingness, sense of humor and affectionateness. (p. 95) Moreno Fernández (2009b) hace referencia a Giles y Bouchard Ryan (1982) quienes, por otra parte, desarrollan un modelo bidimensional que resume estas cualidades en dos ejes de estatus y solidaridad. En este modelo han relacionado el estatus del individuo con los índices de competencia y experiencia y el estatus del grupo con el poder, prestigio y superioridad. El eje de solidaridad no muestra el índice de prestigio, sino que manifiesta índices de lealtad lingüística, étnica y familiar a nivel de grupo y atractivo personal y benevolencia a nivel individual. En cuanto a las variedades regionales o las de los grupos étnicos minoritarios y las clases bajas, según señala Blas Arroyo (2008, p. 326), estas no gozan de prestigio, ni se perciben como variedades de estatus o competencia, sino que, al contrario, reciben una evaluación más bien negativa y de rechazo en cuanto a las características de poder. Por otra parte, pueden gozar de prestigio local, frente a este prestigio supralocal (Almeida, 2003, p. 190), es decir, los dialectos regionales suelen aceptarse o recibir valoración favorable en cuanto al atractivo, integridad personal o identidad regional33 . Por tanto, pueden generar la actitud combinada mencionada más arriba. De esta manera, los hablantes de estos dialectos reciben puntuaciones bajas en parámetros como «culto», «inteligente», «educado», «refinado», «emprendedor», etc., que asociamos habitualmente con la competencia y el estatus social profesional. Sin embargo, esos mismos hablantes suelen obtener mejores notas en rasgos vinculados a valores integrativos como la simpatía, la generosidad o el buen humor. (Blas Arroyo, 2008, p. 326) 33 Puede ocurrir, sin embargo, que una variedad lingüística sea valorada negativamente en cuanto al estatus, pero, al mismo tiempo, puede gozar de una valoración positiva en relación con lo personal (Almeida, 2003, p. 193) 71 Una última oposición que, asimismo, permite separar el prestigio del poder34 establece la diferencia entre el prestigio manifiesto y el prestigio encubierto. El prestigio manifiesto o abierto está relacionado con el habla de los grupos de estatus más alto y, por tanto, el uso de la lengua de estos grupos se evalúa como más prestigioso o correcto. El prestigio encubierto está vinculado con las variedades o, más a menudo, variantes estigmatizadas que gozan de prestigio encubierto, por el cual determinadas modalidades o variantes generalmente desprestigiadas son, al mismo tiempo y en determinadas situaciones y determinados grupos de hablantes, las que resultan aceptadas y adecuadas. Además, este tipo de prestigio se considera, frecuentemente, un patrón sociolingüístico relacionado con el género. Esto se debe a connotaciones de masculinidad y fuerza que se relacionan con la lengua de hombres o con los trabajadores, con que se promueven valores de rudeza, masculinidad o solidaridad intragrupal35 . El prestigio lingüístico y, por tanto, las actitudes lingüísticas, no sólo se relacionan con la idea que se tiene de sus hablantes o creencias acerca de su corrección, de la identidad de sus hablantes o su estatus, sino también se ven influidos por una serie de factores externos, pero vinculados con la lengua. Fishman (1988, pp. 50-52) señaló cuatro puntos importantes que pueden determinar las actitudes ante la lengua. Según el autor, el factor más conocido es la (1) estandarización, es decir, el hecho de que se codifique una lengua y se determine el uso correcto de la legua con sus respectivas reglas. Debido a este proceso, [...] se promociona la variedad de la lengua codificada (es decir, estandarizada) por medio de agentes y autoridades como gobiernos, sistemas educativos, medios de comunicación, instituciones religiosas y el mismo «sistema» cultural. (p. 50) En cuanto a los procesos de enseñanza, resulta especialmente importante tener en cuenta la estandarización, puesto que frecuentemente las variedades no estándares son rechazadas por los educadores y señaladas como impropias o incultas, lo cual contribuye a la marginalización de individuos que usan la variedad y a la creación de actitudes negativas (Pérez Vidal y Almeida, 1990, p. 241). Fishman, además, se refiere al factor de la (2) autonomía de la lengua donde hace referencia a la conciencia de independencia del sistema de una lengua de otra lengua. El hecho de sentir la autonomía de una lengua se despierta muchas veces, precisamente, gracias 34 Consúltese Bourdieu (1982 y 1991) acerca del poder y legitimidad de una lengua. 35 Para consultar las primeras obras dedicadas al asunto, véanse por ejemplo Labov (1966) para el inglés de Nueva York y Trudgil (1972) para el inglés de Norwich. 72 al proceso de estandarización. Otro hecho importante para el autor es la (3) historicidad de la lengua, es decir, el hecho de estar asociada una lengua con un movimiento o tradición ideológica o nacional. Por último, la actitud hacia una lengua o variedad lingüística puede determinarse por su (4) vitalidad, que se puede definir por las retículas de interacción en las que se una la variedad. Resumiendo: [...] cuanto más numerosos e importantes son los hablantes nativos de una variedad particular, tanto mayores son su vitalidad, autonomía e historicidad. Por el contrario, cuanto menos numerosa y más baja es la clase social de los hablantes nativos de una variedad, tanto más se puede reaccionar contra ella, como si fuera un instrumento defectuoso o contaminado, indigno de serios esfuerzos o funciones, y carente de parentesco y unidad adecuada. (p. 52) Con respecto a estos cuatro atributos, Stewart (1968) define la diferencia entre la variedad estándar, que goza de las cuatro características, frente a la variedad dialecto, que carece de estandarización y autonomía36 , con lo cual vuelve a afirmar la diferencia entre los prestigios de la variedad nacional frente a la local. Reuniendo los principios teóricos expuestos en el presente capítulo, las variedades sufren de una evaluación en forma de actitudes lingüísticas. Estas reflejan las actitudes y creencias que se tienen hacia los hablantes de dicha variedad, su identidad social y estatus socio-económico. Se podría decir que las lenguas valoradas positivamente son las que gozan de un prestigio abierto debido a la ubicación en el centro de un sistema sociolingüístico y que, además, disfrutan de autonomía, historicidad, estandarización y vitalidad. Las variedades que sufren actitudes negativas se encuentran en la periferia del sistema socioeconómico y no disponen de los atributos expuestos por Fishman (1988) en tal grado como las variedades prestigiosas. Por consiguiente, se encuentran con alto grado de estigmatización, salvo en determinados contextos entre determinados hablantes donde las variantes desprestigiadas generalmente pueden gozar del prestigio encubierto. 4.3.2.2. Estudios de las actitudes lingüísticas en el ámbito canario Si los estudios sociolingüísticos variacionistas del canario aparecen tardíamente con respecto a los estudios del español peninsular o americano, es solo en los años ochenta cuando aparece la consideración más global del prestigio del canario y de la identidad social y lingüística de sus hablantes. Además, es necesario señalar que los estudios publicados desde los años ochenta tratan la actitud de los hablantes canarios desde el punto de vista teórico, basándose en hechos 36 Consúltese Stewart (1968) para obtener la clasificación de las variedades vernácula, criolla, pidgin, clásica y artificial a base de su estandarización, autonomía, historicidad y vitalidad. 73 socioeconómicos externos socioeconómicos o en las observaciones del uso lingüístico de los hablantes, el de los medios o las actitudes de los educadores. En los últimos años, sin embargo, ya se puede contar con estudios de actitudes lingüísticas propiamente dichos basados en las encuestas con preguntas acerca de la valoración subjetiva de los dialectos o de los hablantes de distintas variedades. En este capítulo dedicado a las actitudes lingüísticas concretas que existen hacia el canario y, también, hacia el estándar37 mencionaremos estudios que tratan la cuestión del estatus socio-económico e histórico del Archipiélago y su vinculación con el prestigio del canario. Además, trataremos la relevancia que tiene en las Islas el factor de estandarización en la conformación de las actitudes lingüísticas. A continuación, expondremos los estudios que se han efectuado en Canarias y en la Península y cuya importancia está en aportar la información sobre las creencias y actitudes lingüísticas que tienen los hablantes canarios hacia su habla y hacia el estándar y las actitudes que tienen los peninsulares hacia el canario. a) Hacia la identidad y actitudes del canario Empezamos este subcapítulo a propósito con un doble sentido escondido en el título «canario», porque, según la hipótesis del valor impuesto previamente mencionada38 , el estatus y prestigio social del hablante y el estatus de su uso lingüístico guardan una relación de dependencia. Por tanto, cuando nos referimos al «canario» en el título, nos referimos a la identidad y prestigio sociales de Canarias y de sus gentes y, al mismo tiempo, a la evaluación social de los usos lingüísticos típicos para los hablantes canarios. En este capítulo, por consiguiente, vamos a exponer las principales causas históricas, socioeconómicas, institucionales y lingüísticas que han podido influir en las actitudes de los canarios. Como veremos en el siguiente capítulo, no existe una afirmación unívoca acerca de cuáles son las actitudes de los canarios. Se trata sobre todo del estudio de Morgenthaler García (2008), que revela que las actitudes de los canarios hacia su variedad van convirtiéndose en apreciativas y que predominan sobre las actitudes negativas, mientras que los estudios anteriores39 (Morales Padrón, 1980; Ortega Ojeda, 1981 y 37 Más que del español estándar se trata a menudo ―dependiendo de cómo se conforman los estudios― de una variedad que evalúan los lingüistas o, más bien, los propios hablantes como contrastiva al canario, sea la variedad estándar, sea el español «peninsular» refiriéndose a su faceta peninsular de Castilla. Aunque existen diferencias entre estas nociones, no vamos a profundizar en ellas, ya que interesa aquí, sobre todo, «lo canario» en contraste a «lo no canario y peninsular». 38 Véase el capítulo 4.3.2.1 39 Es necesario señalar que la mayoría de dichos trabajos, a diferencia del estudio de Morgenthaler García (2008), no son empíricos, ya que no se basan en estudios lingüísticos o actitudinales propios, sino reflexionan acerca del canario de forma ensayística. 74 1996; Lorenzo Ramos, 1988; Morera, 1990, 1997a y 1997b; Trujillo, 2003; Hernández, 2006 y 2009, etc.) postulan la prevalencia de la actitud negativa y del complejo lingüístico basados en la situación histórica y socioeconómica del Archipiélago, identidad canaria y factores vinculados con la estandarización. Morera en su ensayo Lengua y colonia en Canarias (1990), postula que tradicionalmente lo canario viene relacionado con lo pobre y marginal y, por tanto, «todos los valores de su cultura le connotan atraso, miseria, hambre, falta de dignidad y sumisión» (p. 128). El autor refleja la renuncia lingüística del hablante canario, postulando que el canario [...] siempre que tiene la más mínima oportunidad, traiciona a su grupo social e imita la norma idiomática que él considera correcta, que es, como ya hemos indicado, el español peninsular. Así nos encontramos en nuestras islas con numerosos locutores de radio y televisión, jóvenes que han hecho su carrera o el servicio militar en la Península, informantes de encuestas dialectales, etc. que no tienen el menor reparo en utilizar el vocabulario e incluso la pronunciación de la norma académica. (p. 128) Además, el autor esboza las razones históricas y sociales que pueden favorecer la «deserción» lingüística del canario (pp. 128-133). Menciona la urbanización de la sociedad isleña, que repercute en la ampliación de las redes sociales, distanciamiento geográfico en las familias y relaciones familiares más democráticas e igualitarias, cambios en los hábitos tradicionales, laborales y profesionales. La renuncia lingüística, igualmente, viene motivada por el contacto intenso con otros pueblos gracias a la mejora en las comunicaciones marítimas, la emigración y las oleadas de turistas que se ofrecen como modelos de comportamiento, hábitos alimenticios o modas. La globalización viene reforzada por los medios de comunicación de masas y la escolarización que, igualmente, causan una ruptura en lo tradicional y traen nuevos modelos y estilos de vida, causando mayor aprecio por el valor adquirido que el valor heredado. Morgenthaler García (2008) actualiza esta situación efectuando un análisis profundo de las características socioeconómicas del Archipiélago con la finalidad de entender la identidad colectiva que se establece y las actitudes lingüísticas en las que influye el carácter socioeconómico de la región. Resumimos aquí cuatro características expuestas por la autora40 : (1) Marco político-jurídico: 40 Puesto que no es el objetivo principal del presente trabajo definir el estatus socioeconómico, resumimos la información brevemente. Para obtener datos concretos, consúltense Morgenthaler García (2008, pp. 41-48), Instituto Canario de Estadística (ISTAC) e Informes de Consejo Económico y Social de Canarias (CES) (2017) 75 a. Canarias adquirió el estatus de Comunidad Autónoma en 1982 y, debido a su realidad física y su distancia, fue dotada de un régimen económico y fiscal especial (REF), igualmente como otros archipiélagos y pequeños estados isleños del mundo. b. Dentro de la UE ha obtenido un estatus de ultraperifericidad que se define según el Tratado de Ámsterdam (1997) como zona de doble situación económica (local, de lejanía, y política, de pertenencia), aislamiento, mercado limitado por el reducido número de habitantes, desarrollo de productos limitado debido a las condiciones climáticas y geográficas y dependencia económica de uno o una serie de productos. (2) Turismo: Supuso amplios cambios en la sociedad canaria, como el abandono de la vida tradicional campesina y el éxodo rural y convirtió el turismo en una especie de «monocultivo» que sigue prolongando la dependencia económica de la región de un producto y, por tanto, también del exterior. (3) Población e inmigración: El aumento de la población debido a la inmigración comenzada en los años noventa está formado por extranjeros europeos, latinoamericanos o españoles. De estos últimos, un 45 % es altamente cualificado y los puestos de trabajo que ocupan están relacionados con altos cargos públicos o empresariales lo cual interpreta Morgenthaler García en términos de dependencia de la periferia del centro. Además, el turismo masivo va de mano con graves problemas energéticos y medioambientales y ocupación del territorio. (4) Insularidad y medio ambiente: El Archipiélago manifiesta una fragilidad en lo que respeta al medioambiente y la biodiversidad (muy vinculada con el aumento de la población, turismo y construcción). En su trabajo emplea el binomio periferia-centro para definir el estatus sociocultural de las Islas, ya que esta caracterización repercute en la situación sociolingüística del dialecto canario. La autora, en su binomio, caracteriza el Archipiélago como periferia desde la perspectiva del Estado español y la Unión Europea y como periferia desde el punto de vista económico de un centro desterritorializado y dependiente del turismo a causa de una economía sin diversificar. Desde la perspectiva de las zonas más periféricas y los inmigrantes, se trata de una zona semiperiférica. El estatus de periferia, por tanto, para Canarias, según la autora, desempeña una función principal a la hora de construirse una identidad local y colectiva. 76 Coincide esta teoría con el planteamiento de Morales Padrón que, en su estudio Sobre la lengua española y el habla canaria (1980), postulaba que la identidad canaria había ido forjándose a partir de su situación geográfica de aislamiento y lejanía y, por tanto, ha hecho que se desarrolle un sentimiento similar al del criollo americano. El autor afirma que existe cierta «conciencia de que se desciende de los peninsulares conquistadores» al mismo tiempo que el peninsular actual – como gobernante o funcionario, representa «el olvido y la explotación que la metrópoli ha proyectado sobre el Archipiélago» pp. 144-145. De allí que se haya desarrollado la idea del español peninsular o el castellano como la cuna del español y, por tanto, es considerado por muchos hablantes como el español correcto. Ortega Ojeda (1981) expresa que [...] el hecho de que nuestro idioma tuviera su cuna en Castilla influye sin duda en determinados hablantes, los cuales consideran que tal circunstancia implica que el español debe conservarse en esa zona mucho más «puro» que en cualquier otra latitud, y que, por consiguiente, es esa modalidad la que debe tenerse, aún hoy, por ideal. (p. 113) Explica Ortega Ojeda, seguidamente, que el hablante canario tiene una percepción más bien negativa de su modo de hablar y, por tanto, intenta imitar determinados rasgos del español peninsular en situaciones donde siente que es necesario expresarse con «corrección». Al mismo tiempo, esta actitud negativa se hace especialmente visible en hablantes regresados de la Península, que reniegan a usar particularidades canarias e intentan reemplazarlas con las peninsulares y «con resultados bastante negativos» (p. 112). Por otra parte, a pesar de la percepción histórica del español peninsular como la versión originaria y más «pura» del español, Lorenzo Ramos (1988) señala que existe cierto rechazo al modo de hablar de los «godos41 » y esclarece que en la actualidad [...] existe modalidad de lengua propia de las ciudades más importantes de las islas y unas hablas propias de las zonas rurales que presentan una serie de rasgos arcaizantes en relación con la modalidad ciudadana. Esta modalidad se considera como superior, puesto que es utilizada por hablantes a los que se estima en posesión de una cultura superior. Esa modalidad ciudadana constituye el modelo, la norma, a la que atienden los hablantes canarios. El modelo no es, pues, el castellano normativo. (p. 15) Según el autor, por tanto, existe en Canarias el prestigio manifiesto del que gozan las variedades urbanas de Canarias. Morales Padrón (1980), incluso, menciona en algunos casos una acentuación de determinados rasgos fonéticos y lingüísticos 41 Forma coloquial y despectiva para referirse a los españoles peninsulares por los canarios. 77 para evidenciar la canariedad y expresar su «resentimiento hacia el peninsular representante de una oficialidad u oficialismo que no contenta» (p. 145). La actitud positiva hacia el canario también se ve, según Lorenzo Ramos (1988), en la pronunciación: El seseo se origina en Andalucía y son andaluces, como ya señalamos, los españoles que intervienen en la formación de nuestro pueblo. Los canarios son seseantes y aspiran la –s final de sílaba, y en esto tampoco atienden a la norma castellana, sino a la modalidad culta del español canario. (p. 16) Pero volvamos a las actitudes negativas y el origen de su formación en Canarias, puesto que las menciones de la actitud favorable son más escasas. Como ya hemos mencionado, los factores que pueden provocar o causar cierta actitud hacia la lengua, son, aparte del estatus socio-económico e histórico de la región, la relación con la estandarización y la norma ortográfica de la lengua. En este sentido, el canario se gana un puesto muy lejano de lo estandarizado y reflejado fielmente en la ortografía. Ya Diego Catalán (1989) resaltaba la importancia de la lengua escrita que, según él «viene a ser aprendida y cultivada como una estructura sobrepuesta y artificiosa, extraña a la propia experiencia lingüística del sujeto hablante» (p. 155). Esto puede llevar a los hablantes que piensan en categorías jerárquicas de una forma intuitiva a que «la lengua escrita debe ser el espejo en que se mire la lengua hablada, y que no debe ser aquélla [sic] la que esté a expensas de esta, sino todo lo contrario» (Ortega Ojeda, 1981, p. 113). Sea la distinción de /s/ y /θ/, sea la aspiración de /-s/ implosiva, sea la pérdida de /-d-/ intervocálica, etc.; son todos estos aspectos no incluidos en la ortografía española y, por tanto, parece que, mientras la variedad estándar copia fielmente la ortografía, queda lejos el canario de reflejarla en su habla. En lo que atañe a la norma, Ortega Ojeda (1981) observa que no sólo la ortografía refleja el español de Castilla olvidándose de los dialectos más innovadores, sino que también quedan omitidas otras variedades regionales por la Real Academia Española en la observancia de la lengua de España: En segundo lugar, puede afirmarse que el hecho de que los organismos encargados de regular el uso del idioma (léase la Real Academia) hayan preconizado ―nada solapadamente, por cierto― la observancia de los rasgos que caracterizan al español de Castilla, con toda seguridad ha promovido entre los hablantes de otras modalidades hispanohablantes la idea de que existen diferencias cualitativas entre las mismas. (p. 113) Trujillo (2003) y Morera (1990), además, añaden que en esta situación, donde el estándar lingüístico castellano goza de una aparente seguridad y estima, se percibe una 78 inseguridad lingüística de los canarios porque no tienen buna impresión sde su propia variedad lingüística y tampoco se ha conseguido construir una variedad estándar propia. El problema con la diferencia del canario y la variedad estándar cobra aún más relevancia en la educación y enseñanza que, según muchos autores (p. ej. Almeida y Vidal, 1990; Morera, 1997b; Trujillo, 2003), es muy centralista y enfocada en la variedad de Castilla y, por tanto, condiciona las actitudes de los hablantes hacia su habla. Con la perspectiva histórica menciona Morera (1997a) que [m]ientras que, en otras escuelas del país, a los niños se les inculcaba el amor a su modalidad expresiva, a los estudiantes canarios se les enseñaba a odiar y despreciar la suya [...]. No interesaba aquí que el alumno conociera su tierra y su historia, sino exclusivamente la historia y la geografía de la cultura centralista. (pp. 93-94) Pérez Vidal y Almeida (1990) critican el error de muchos educadores que causan a menudo el complejo lingüístico de los hablantes de algunas variedades regionales. A ello se añade que las variedades no estándares de lenguaje son rechazadas sin más (y con frecuencia, de malos modos por los educadores, que las hacen sinónimas de mala pronunciación, de no saber hablar o de propias de gente inculta). De ahí que el niño que las maneja (puesto que no domina plenamente otras variedades, a las que ha tenido tardío acceso), tienda a rechazarlas sistemáticamente de cualquier contexto comunicativo. (p. 241) Los autores mencionan, por otra parte, que en Canarias existe un manual de orientación docente para la enseñanza básica, Programas y orientaciones del ciclo inicial de la EGB en Canarias propuesta por el Gobierno Autónomo de Canarias. Entre otras instrucciones, se sugiere una aceptación relativamente amplia de los rasgos lingüísticos canarios (aspiración de –s, realización aspirada del fonema /x/, seseo, uso de ustedes en vez de vosotros, etc.). Esta propuesta, sin embargo, la consideran insuficiente, ya que los fenómenos proscritos carecen de una explicación de valoración social de ellos mismos. El material pone en un mismo nivel vulgarismos, arcaísmos y ruralismos con los fenómenos generales y de mayor vigencia, no informa acerca de la variedad que ofrezca mayor seguridad a los hablantes ni sobre los contextos. Además, como ya hemos mencionado, la existencia de este material es un síntoma de falta de una descripción general, compleja y minuciosa de una norma culta canaria (p. 242). Trujillo (2003) comenta acerca del estándar canario que 79 [...] los canarios no poseemos ―ni hemos logrado construir hasta el momento― una modalidad estándar propia; pero nos encontramos, además, con que tampoco manejamos ni conocemos bien el estándar castellano (p. 201). Según el autor (pp. 202-208), el hecho de que hasta la actualidad no se haya establecido una norma regional se debe a la continua actitud de inseguridad lingüística canaria, cuestión de prestigio y la dicotomía de corrección e incorrección. Además, señala una enorme heterogeneidad de las hablas siendo las islas de Tenerife y Gran Canaria de carácter urbano, aunque manteniendo variedades culta y vulgar al mismo tiempo, mientras que las otras islas tienen el carácter mucho más rural. Ante esta complejidad, afirma que «no parece posible la construcción de un modelo estándar que integre, junto a las variedades urbanas, la compleja diversidad de las rurales» (p. 206). Si una variedad no goza de la estandarización, volviendo a las palabras de Fishman (1988, p. 50-52), entonces esa variedad no goza de una posición igual en el sistema cultural, ya que, a diferencia de las variedades regionales, la variedad estándar es la que se promociona en el sistema cultural y queda sobrerrepresentada en los medios. Resulta muy interesante la categorización de las variantes en los medios de comunicación masiva de Raúl Ávila (2011). Basándose en la situación de /s/ en posición implosiva y explosiva propone dos sistemas y tres normas: 1. Sistema seseante a. norma α: seseo y mantenimiento de /-s/ implosiva b. norma ß: seseo y aspiración de /-s/ implosiva 2. Sistema distinguidor a. norma γ: distinción entre /s/ y /θ/ y mantenimiento de /-s/ implosiva42 Aunque el habla del Archipiélago correspondería con la norma ß igual que la de distintos países americanos, puesto que es seseante y aspiradora, según Hernández (2006), «la norma más extendida en los medios implantados en Canarias es la castellana, pues es la norma dominante de los medios lingüísticamente más influyentes, que son la radio y la televisión» (p. 48). Además, en cuanto a la audiencia, postula que las cadenas de televisión como TV1, TV2, Antena 3, Cuatro, Tele 5 alcanzan en Canarias más de un 80 % de televidentes y radioyentes, es decir, que la mayoría de los canarios está más en contacto con la variedad estándar del español que con la suya en cuanto a los medios. También añade que en la Televisión 42 Aunque la situación no es tan sencilla en el resto del mundo hispanohablante, este planteamiento ofrece una descripción más ajustada a la realidad guiándose con solo 2 rasgos principales. 80 Canaria (RTVC)43 y otras cadenas locales se promueve publicidad que generalmente utiliza el español septentrional. Este hecho ayuda a crear actitud positiva hacia la norma castellana basada en una creencia de los televidentes y radioyentes de que el uso de dicha variedad es lo prestigioso, adecuado, correcto y lo cotidiano (Hernández, 2006, p. 48; Ortega Ojeda, 1981, p. 113; Morales Padrón, 1980, p. 146). En cuanto a los hablantes canarios en los medios de comunicación masiva, varios autores mencionan o, incluso, critican la necesidad de los profesionales de los medios por reponer la [s] como en la Península o de otra forma acercarse a la forma de hablar de los peninsulares (Hernández, 2006; Morales Padrón, 1980; Morera, 1990; Ortega Ojeda, 1981; Samper Padilla y Hernández Cabrera, 2007). Determinados canarios actuantes en medios de información (televisión, radio, megafonía de aeropuertos, etc.) hacen gala de una pronunciación y entonación que nada tiene que ver con lo que han mamado y llevan en la sangre. Esta caracterización o distinción por la pronunciación sigue vigente y aún se considera como cursi decir patata en lugar de papa. Fenómeno este que nos parece no se observa tan agudamente en otras regiones. (Morales Padrón, 1980, p. 146) Este fenómeno observado por los lingüistas canarios en las cadenas regionales sorprende aún más cuando se tiene en cuenta el hecho de que las recomendaciones o directivas lingüísticas para los profesionales de los medios canarios son prácticamente inexistentes (Hernández, 2006, p. 50)44 . Entre los documentos que tocan nítidamente el tema del uso de la lengua destacan la Resolución de 21 de diciembre de 2001 del Boletín Oficial de Canarias que especifica el carácter de los anuncios publicitarios emitidos por RTVC y un documento de uso interno45 . En el Artículo 18 del primer documento que se refiere al uso de la lengua se mencionan solamente los siguientes puntos: 1. Los textos de los anuncios deberán hacer un uso correcto del lenguaje, entendiéndose comprendido en dicho uso correcto las especialidades de pronunciación y los giros y expresiones coloquiales propias del habla canaria. Se podrá admitir el lenguaje coloquial, pero en ningún caso las expresiones soeces, groseras o que de algún modo puedan atentar contra el buen gusto o la sensibilidad del público. 43 El nombre RTVC corresponde a su propietario (Radio Televisión Canaria), puede aparecer también el anterior nombre Televisión Autonómica Canaria. 44 En el ámbito de la televisión nacional existe Manual de estilo de TVE (Mendieta Torres, 1993) que no menciona la realización de la /-s/. En Andalucía existe Libro de estilo de Canal Sur que admite dos realizaciones: la sibilante y la aspirada (Allas Llorente y Díaz Salgado, 2004, p. 225). 45Normas de estilo para los informativos de TVA (cit. por Hernández, 2006, pp. 54-55) 81 2. Los anuncios se emitirán preferentemente en lengua castellana, admitiéndose sólo términos de otra lengua cuando se trate de marcas registradas, nombres comerciales u otras expresiones identificativas de carácter similar. Excepcionalmente podrán admitirse anuncios en lengua no castellana, ya sea español o extranjera, cuando se incluyan en emisiones destinadas preferentemente a un público de otras regiones o nacionalidades del Estado español o del extranjero, así como cuando se trate de campañas publicitarias programadas para su difusión conjunta y simultánea en dichos territorios. 3. La pronunciación y expresiones o giros propios del habla canaria no podrán usarse, bajo ningún concepto, con afán peyorativo o de descrédito social, cultural o de cualquier otra índole de la misma frente a otras hablas lingüísticas [sic]. En el documento de uso interno de TVA se expone solamente que [el] idioma de los informativos de la TVA es el español de Canarias. Debemos construir nuestro propio catálogo de voces y expresiones para normalizar el lenguaje de los informativos, señalar los términos de uso preferente, descartar barbarismos y tecnicismos, dar por aceptadas determinadas palabras procedentes de otras lenguas y homogeneizar en cierta medida su pronunciación. Por todo lo expuesto, al igual que sigue habiendo insuficientes orientaciones en el ámbito educativo, no existe un claro manual de estilo que promueva una u otra pronunciación en los medios canarios. A pesar de eso ―o, quizás, gracias a eso―, ocurren con frecuencia rasgos propios del castellano normativo e impropios de la variedad canaria. Según los autores mencionados son un reflejo de la actitud negativa que se desprende de la fuerza de la estandarización, la conciencia de Castilla como la cuna del español y la posición periférica o semi-periférica histórica y socio-económica del Archipiélago. b) Actitudes lingüísticas de los canarios hacia su variedad y hacia el estándar En cuanto a las creencias y las percepciones de los hablantes canarios existe una obra muy exhaustivade Morgenthaler García (2008), que ya hemos mencionado, acerca de la identidad y el pluricentrismo lingüístico. En los trabajos mencionados anteriormente, mucho se ha escrito acerca de las actitudes negativas de los canarios hacia su variedad o hacia el español norte-peninsular, sin embargo, siempre se ha tratado de observaciones acerca de lo que se dice sobre el canario, lo que se piensa o cómo se habla en los medios. Por consiguiente, debemos un gran agradecimiento a la autora mencionada por esta profunda investigación en la cual clasifica con exactitud las actitudes de los canarios hacia lo propio y hacia lo peninsular a base de entrevistas con hablantes isleños. 82 Morgenthaler García (2008) halla tres actitudes principales hacia el canario46 , positivas, neutras y negativas, y postula que los sujetos en casi todos los casos emiten juicios acerca del canario contrastándolo con el estándar, por tanto, la actitud positiva hacia el canario conlleva una actitud negativa hacia el estándar y viceversa. Las actitudes positivas hacia el canario, consecuentemente, conllevan un rechazo al estándar. Estos juicios, que son las más cuantiosos, identifican el canario como suave, lento, cercano, cariñoso, no seco; mientras que el estándar se percibe como rápido, agresivo, distante, seco, estricto, etc. Las actitudes positivas hacia el canario, por tanto, enfocan ante todo aspectos estético, emocional o de cercanía. Al contrario, las actitudes negativas más bien identifican el estándar con lo público, pragmático, no emocional y lejano. Estos mismos hablantes han evaluado el canario como malo, bruto, fatal o cerrado. Según el estudio, sin embargo, los juicios negativos son escasos. A priori, parece que más que juicios negativos en sí, se trata de un grado excesivo de inseguridad lingüística, porque los hablantes no se identifican con una norma por la que guiarse. En todos los fragmentos, pueden observarse aspectos de los factores de conflicto, asimilación y resistencia analizados hasta ahora. (p. 352) La autora, además, añade que en las actitudes negativas muchas veces subyace un prestigio encubierto debido a las contradicciones halladas, lo cual, según postula, puede llevar a un conflicto a la hora de identificarse con la variedad canaria o con el estándar. En cuanto a la construcción discursiva de la identidad, los hablantes evalúan a los hablantes canarios como educados, tratables y buenos, mientras que los hablantes peninsulares obtienen denominaciones como superior, «lo sabe todo», materialistas, secos, etc. Por todo lo dicho, en una situación tan compleja de pluricentrismo y diaglosia47 que se dan en el español, los hablantes canarios no consideran la norma peninsular como la suya y la valoran negativamente. Por consiguiente, se puede hablar de una paulatina debilitación del prestigio del estándar, puesto que este está dejando de funcionar como variedad de referencia de la actuación lingüística de los 46 Morgenthaler García enfoca los problemas de la construcción de la identidad colectiva en el mundo globalizado, la existencia de una narratividad colectiva y la función que en ellas tiene la variedad lingüística propia y el estatus de esta. Para cumplir este objetivo y para aportar información acerca de las actitudes lingüísticas realiza una serie de entrevistas narrativas, entrevistas centradas y conversaciones naturales con los hablantes canarios de las que saca conclusiones acerca de las nociones mencionadas. 47 «Una situación diaglósica está caracterizada por la existencia de formas intermedias entre el dialecto base y el estándar». (Morgenthaler García, 2008, p. 177) 83 hablantes canarios. En cuanto a las actitudes hacia su propia variedad, existen actitudes contradictorias. La variedad vernácula no es rechazada, sino que se aprecia como prestigiosa en lo relacionado a la cercanía y lejanía comunicativa y los hablantes canarios se muestran resistentes hacia los procesos convergentes hacia el estándar. Por otra parte, se ha detectado, de manera encubierta, que sigue habiendo un cierto nivel de inseguridad lingüística y vinculación social del dialecto con las categorías de inferior, incorrecto o mal hablado. A pesar de lo último, la autora expresa que el cambio de la actitud hacia el canario y su percepción mayormente positiva y el hecho de no identificarse los canarios con las hablas peninsulares debería motivar la formación de un estándar regional. Existen todos los motivos teóricos, sociales y lingüísticos para que se establezca un estándar regional canario, que sirva como norma de prestigio orientadora de la actuación lingüística de los hablantes canarios. Que este estándar regional tenga la capacidad de influir positivamente en la inseguridad lingüística de hablantes de una variedad históricamente periférica, sería sin duda deseable, pero queda, por el momento, en mera conjetura. (Morgenthaler, 2008, p. 391) c) Actitudes lingüísticas de los peninsulares hacia el canario A pesar de la indudable importancia que tiene el conocimiento de las actitudes y creencias lingüísticas para la sociolingüística, no se habían realizado estudios generales en grandes medidas en el ámbito hispanófono48 hasta que se inició el Proyecto para el estudio de creencias y actitudes hacia las variedades del español en el siglo XXI (PRECAVES-XXI)49 cuyo objetivo es aunar las actitudes y creencias existentes hacia ocho variedades del español, siendo una de ellas el canario50 . Dado que por ahora solo existe un primer acercamiento, solo se han obtenido datos en este estudio acerca de las actitudes de los sujetos españoles (110) provenientes, ante todo, 48 Para las actitudes en España consúltense, por ejemplo, Álvarez Rodríguez y Andrés Díaz (2001) acerca del asturiano, Casares Berg, Loredo Gutiérrez, Suárez Fernández y Fernández Salgado (2003) acerca de las actitudes en Galicia, Fernández Martín (2002) acerca de las actitudes en Gibraltar, etc. También se han publicado investigaciones que tratan las actitudes lingüísticas en relación con la inmigración en España; véanse, por ejemplo Díaz Moreno (2011), Peralta Céspedes (2014), Sanz Huéscar (2010), etc. 49 «Proyecto para el estudio de creencias y actitudes hacia las variedades del español en el siglo XXI». 50 Las variedades estudiadas han sido andaluz, castellano, mexicano, canario, andino, rioplatense, caribeño, chileno. El cuestionario consta de una pregunta general: «En su opinión, ¿dónde se habla mejor el español?» y de 12 preguntas que se contestan para cada una de las voces escuchadas se sacan datos de valoración directa de la variedad, valoración acerca de la persona que habla y valoración a través de la zona geográfica y cultural. 84 de la zona centro-peninsular y algunos sujetos de otras regiones hispanohablantes (8). Dicho estudio vuelve a confirmar lo que tantas veces se ha dicho, y es que en cuanto a la pregunta «¿Dónde se habla mejor español?» sale victoriosa la variedad castellana (frente a otras variedades) o el español de España en oposición al americano. En cuanto a la valoración directa de las variedades, esta consistió en asignar 11 pares de adjetivos opuestos a las variedades a través de una escala de intensidad de 6 grados51 . Según se puede observar, ambas variedades en lo cognitivo (áspero/suave, monótono/variado, rural/urbano, lento/rápido, confuso/claro) tienen un valor negativo teniendo el canario índice más bajo (2,89) que el castellano (2,91). Es interesante que, según estos resultados, consiguen mayores índices el español rioplantense, caribeño y chileno que el castellano. En cuanto al aspecto afectivo (desagradable/agradable, complicada/sencilla, distante/cercana, dura/blanda, aburrida/divertida, fea/bonita), destacan las dos variedades por su valoración positiva ganando, esta vez, el canario. Con respecto a las otras variedades, aparte del andaluz, que presenta menores índices que el castellano y el canario, el resto de las variedades manifiestan valoración más positiva que las dos expuestas aquí (p. 270). Fig. 1. Valoración de los aspectos cognitivos y afectivos de las variedades castellana y canaria según primeros resultados de PRECAVES-XXI (Cestero y Paredes, 2015). La valoración indirecta está orientada a obtener (1) información acerca de la opinión de los hablantes sobre las variedades lingüísticas y (2) información del 51 Los valores pueden hallarse en el polo negativo (valor <3) o positivo (valor <3). 0 0,5 1 1,5 2 2,5 3 3,5 4 Aspectos cognitivos Aspectos afectivos Variedad castellana Variedad canaria 85 prestigio de sus hablantes a través de la percepción de las cualidades sociales y psicosociales de los hablantes. En cuanto a la valoración indirecta de las variedades, se registra un cambio brusco debido a que es el castellano el que consigue números más altos (3,11), seguido por las variedades andina, rioplatense y chilena. La variedad canaria ocupa, en este caso, el quinto lugar (2.76)52 . Aunque esto puede ser ocasionado porque la mayoría de los evaluadores son castellanos, Cestero y Paredes explican que la cualifican mejor «quizá no solo por reconocerse en ella, sino también por el carácter modélico que el español de Castilla ha tenido históricamente y sigue teniendo» (p. 271). Una proporción parecida entre el castellano y el canario se manifiesta en la valoración de las cualidades de la persona. Fig. 2. Valoración media indirecta según primeros resultados de PRECAVES-XXI (Cestero y Paredes, 2015). En cuanto a las características socioculturales, son interesantes las creencias que se tienen acerca del trabajo, ingresos y nivel de estudios de los locutores. Mientras que el locutor castellano consigue un valor por encima de 3,5 en nivel de estudios, y por encima de 2,4 en ingresos y trabajo, el locutor canario alcanza el valor acerca de 3 en nivel de estudios y alrededor de 2 por el trabajo e ingresos. Según los resultados expuestos, pues, podemos observar a base de este estudio preliminar del proyecto PRECAVES-XXI que la variedad castellana tiene un claro dominio en cuanto al estatus y prestigio de la lengua, igual que el estatus sociocultural de sus hablantes. Por otro lado, una categoría donde el canario ha 52 En todas las variedades se trata de una valoración positiva, ya que la medición es diferente que en el caso anterior. 0 0,5 1 1,5 2 2,5 3 3,5 4 4,5 Valoración indirecta media Valoración a través de las cualidades de la persona Variedad castellana Variedad canaria 86 conseguido valoración más positiva que el castellano es en los atributos relacionados con la afectividad, resultando este como más agradable, cercano o bonito. Con un enfoque ligeramente diferente, Blas Arroyo en su estudio de 1997 acerca de las actitudes lingüísticas entre jóvenes valencianos hacia el canario y el castellano septentrional confirma que los hablantes del castellano septentrional son percibidos como hablantes de mayor estatus socioeconómico («clase social más alta, más inteligente, mayores cualidades de liderazgo, más culto, mayor poder económico...») (cit. por Blas Arroyo, 2008, pp. 333-335). Igualmente es percibido como más atractivo socialmente, es decir, que se relaciona con el éxito personal del hablante y se le atribuyen valores como «más educado, varonil, claro», etc. Por otra parte, el canario obtiene la evaluación más positiva en lo vinculado a las cualidades humanas e integridad humana, donde se le han designado valores como «alegre, simpático, amistoso, humilde, cariñoso, sencillo». Esta valoración coincide con el resultado del estudio de Cestero y Paredes (2015) mencionado anteriormente. Fig. 3. Actitudes de los jóvenes valencianos hacia el castellano septentrional y el canario (Blas Arroyo, 2008, p. 334). Se ha visto que, según numerosos lingüistas que han dedicado su atención en los últimos años al estatus de la variedad canaria, destacan actitudes negativas que se pueden interpretar a través de la hipótesis del valor impuesto o, al mismo tiempo, a través del método de proyección. Es decir, que los factores históricos y socioeconómicos que han causado cierta marginalización del Archipiélago se proyectan en la actitud que se tiene en la lengua. Además, destaca la enorme fuerza que ejerce la estandarización en la conciencia de los hablantes no sólo canarios y su aplicación en la vida institucional, ante todo, en la enseñanza y los medios que difunden 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 Estatus socioeconómico Cualidades humanas Atractivo social Castellano septentrional Canario 87 fuertemente la variedad γ , según las categorías de Ávila, es decir, la variedad del español estándar. Por otra parte, es indudable el prestigio de grandes centros urbanos canarios que son considerados prestigiosos y funcionan como centros de irradiación de las normas divergentes del estándar. Pero no sólo es eso. En los últimos años se han realizado numerosos estudios sociolingüísticos con la metodología enfocada en las actitudes lingüísticas y se ha llegado a las siguientes conclusiones: (1) Morgenthaler García (2008) destaca la relación de centro-periferia a partir de la situación socio-económica e histórica que parece clave para la formación de la identidad canaria. Esta autora, sin embargo, se opone a las teorías de los trabajos anteriores mencionados, que repetidamente señalan las actitudes negativas de los canarios hacia su variedad, aunque sí queda expresada por ellos la oposición del canario al peninsular (sea el hablante, sea la lengua). Los resultados del estudio de Morgenthaler García (2008) confirman que ―a pesar de la falta de una norma culta canaria― se está produciendo un cambio en las actitudes, es decir, que prevalecen las actitudes positivas. (2) Se observa una actitud abierta hacia el canario como variedad correcta y legítima, sin embargo, con frecuencia se vinculan las actitudes hacia el canario en el eje de cercanía comunicativa, familiaridad, solidaridad y valor estético, mientras que se aplica el criterio de corrección, estatus, lejanía comunicativa al valorar el español peninsular. De manera encubierta, se observa que sigue habiendo inseguridad y, asimismo, hay en muchos hablantes la percepción del canario como mal hablado o incorrecto (Morgenthaler García, 2008, p. 391). (3) Los estudios comparativos entre el canario y el castellano septentrional desde la perspectiva peninsular presentan resultados parecidos. Los hablantes centro-peninsulares (Cestero y Paredes, 2015) consideran a los hablantes del castellano más exitosos en lo relacionado a la vida laboral, ingresos y estudios. La variedad de Castilla consigue mejores notas en corrección y en aspectos cognitivos (aunque con pequeña diferencia), pero pierden en cuanto a los aspectos afectivos. Los hablantes valencianos (Blas Arroyo, 2008), similarmente, adscriben mayor estatus y éxito social a los hablantes del castellano septentrional, pero evalúan a los hablantes canarios como de mejores cualidades humanas. 88 4.4. VARIACIÓN ESTILÍSTICA El estudio de la variación social se ha dedicado a las variables sociales en su plenitud y se ha ido desarrollando gradualmente en los últimos cincuenta años. Se ha visto su desarrollo en los ámbitos urbanos, suburbanos y rurales, en los países occidentales y orientales y, asimismo, se han estudiado variables básicas que poco a poco iban ampliándose en categorías más individuales. Y todo con la finalidad de entender los posibles factores que pueden influir en la variación y los cambios lingüísticos. En cuanto a los estudios de estilo, los enfoques difieren notablemente entre sí, dado que estilo ha tenido formas diferentes de definirse, desde cambios de registro y género hasta cambios de dialecto o lengua. Al mismo tiempo, la variación estilística (o variación intra-speaker) se puede observar a distintos niveles de la lengua: fonológico, morfosintáctico, semántico, léxico, pragmático y discursivo. El principio elemental del estilo, sin embargo, parece ser el hecho de que el hablante tiene alternativas al hablar. Según Bell, cada hablante altera su habla a base de las situaciones. Por tanto, hablar de este modo se puede preferir a hablar de aquel modo y es, precisamente, esta elección la que conlleva significado social (1997, p. 240). Moreno Fernández (2009b) formula el principio de la variación estilística del siguiente modo: Un estilo de habla ―variante estilística― es una posibilidad de actuación comunicativa, capaz de expresar un determinado grado de formalidad, que el hablante selecciona según la forma en que se presentan diversos factores personales y no personales.53 (Moreno Fernández, 2009b, p. 108). Estamos, por tanto, ante un importante elemento en el análisis de la variación de la lengua que forma una parte indispensable del estudio de la lengua si se pretende llevar a cabo un estudio sociolingüístico complejo. After all, intra-speaker variation is pervasive, perhaps even universal, and we cannot hope to achieve a full understanding of the patterning of variation in language, or of language in general, if we do not understand its patterning within 53 Esta división de Moreno Fernández (2009b, p. 107) supone una visión clara de los factores que ciertamente son muy relevantes para el estudio del estilo. Los factores personales son, sobre todo el propio hablante, sus características socio y sicolingüísticas y si la variación es consciente o inconsciente. En cuanto a los factores no personales, este grupo engloba el tema (formal-informal), tipo de comunicación (monólogo-conversación), contexto (lugar, momento adecuado o no adecuado, actividad pública o privada). Aunque el estudio de los factores no personales seguramente sea muy fructífero y capaz de proporcionar resultados muy interesantes, en el presente análisis vamos a dejar aparte estos factores ya que nuestros hablantes solo realizan su discurso en unas condiciones de discurso muy restringidas sin presentar variación situacional. 89 individuals’ speech as well as across groups of speakers. (Schilling-Estes, 2008, p. 376). En el presente capítulo vamos a presentar las principales tendencias en la definición y el estudio de estilo resaltando las metodologías a las que se ha prestado mayor atención en los análisis de estilo y que, al mismo tiempo, vamos a tener en cuenta en nuestro estudio por su aplicabilidad a los hablantes elegidos en la presente investigación. Por un lado, trataremos el modelo tradicional variacionista Atención Prestada al Habla (Attention to Speech) de Labov (1966), cuya concepción de estilo parte de la definición del estilo vernáculo o básico. Seguidamente, presentaremos el enfoque que trata el estilo como código y la variación estilística como acomodación o adaptación comunicativa y que cuentan con el diseño del habla por los hablantes a base de la audiencia englobado en el modelo Diseño de Audiencia (Audience Design). Finalmente, acercaremos la teoría del modelo de Diseño de Hablante (Speaker Design) que toma el hablante por un ente activo y creativo que a través de sus usos lingüísticos forma la imagen de sí mismo y la proyecta, al mismo tiempo que sus usos lingüísticos contribuyen a moldear la lengua. 4.4.1. Estilo como vernáculo Tradicionalmente, los estudios variacionistas que trataban la variación estilística se basaban en el continuum de los estilos de habla establecido por los estudios de Labov (1966 y 1972) y seguidos por Trudgill (1972 y 1974). Estos autores entienden el estilo como un reflejo de la atención prestada al discurso a base del contexto del discurso. Labov (p. ej. 1966 y 1972) considera el rol del prestigio en la variación como crucial y como fuerza motriz que hace que dentro del continuum estilístico del que dispone el hablante, este se mueva entre dos polos extremos: lo prestigioso y lo estigmatizado. Pone en el centro de su estudio la atención que se presta al habla considerando esta como un mecanismo que funciona como nexo entre lo social y lingüístico. Con el objetivo de sacar datos acerca del uso de la lengua, Labov diseña situaciones que pueden demostrar el rango lingüístico del hablante desde las situaciones más cuidadas hasta las más espontáneas. Por tanto, en sus experimentos en el estudio de Nueva York investiga cuatro tipos de habla que se producen gracias a la elección del tema, forma de tarea lingüística y tipo de entrevistador: (1) vernácula o informal54 , (2) cuidada, (3) habla leída y (4) listas de palabras para delimitar el grado de atención que, según el autor, corresponde al 54 Labov, asimismo, es consciente de la necesidad de atender al carácter del interlocutor (p. ej. el tipo de interlocutor, la relación que tiene con el entrevistado, etc.) con la finalidad de conseguir unos u otros estilos y evitar lo más posible la paradoja del observador. 90 grado de formalidad siendo el primero el menos formal y el último el más formal y, por lo general, más cercano a las normas prestigiosas. La concepción de Labov de atención prestada al habla y su metodología ha sido seguida por numerosos lingüistas en sus estudios sociolingüísticos siendo lo fundamental la división entre la noción del habla vernácula o informal (casual speech) del hablante ―el habla más natural que aparece cuando el hablante no controla su habla―, el habla formal o cuidada (formal speech) y el habla espontánea (spontaneous speech). A pesar de las revelaciones ofrecidas por este modelo, no está exento de críticas. Según Bell (1984), la atención que se presta al habla es difícil de cuantificar. También se ha criticado el hecho de que el hablante se considere en el presente modelo completamente pasivo y dependiente del tipo de la situación externa y que no se tenga en cuenta su creatividad e iniciativa en la elección de las variantes estilísticas (p. ej. Coupland 2001; Eckert 2000). Al mismo tiempo, el nivel de formalidad no siempre corresponde a la atención prestada al discurso dado que es posible que los hablantes pueden, en algunas situaciones muy formales, elegir conscientemente el habla vernácula, más que la normativa (p. ej. Coupland 1980; Cutillas-Espinosa, Hernández-Campoy y Schilling-Estes, 2010; Schilling-Estes, 1998). Finalmente, es cuestionable la movilidad estilística de los hablantes, puesto que no todos los hablantes comparten el mismo nivel de conocimiento y consciencia lingüística. Además, según señala Moreno Fernández (2009a), «no todos los hablantes de un sociolecto tienen el mismo grado de conocimiento de las características de los demás sociolectos de su comunidad» y añade que, por tanto, «cuanto más limitado es el acceso a los sociolectos comunitarios, más pobres resultan las posibilidades estilísticas de un hablante» (p. 101). Este autor, sin embargo, señala que lo que se puede compartir con Labov (1966, pp. 84-85) es la idea del continuum lingüístico y la dificultad de identificar y medir las alternativas lingüísticas dado que los límites entre los estilos son imperceptibles o inexistentes y que este continuum engloba distintos niveles de formalidad de discurso considerando el nivel más formal como el que más respeta las normas de lo prestigioso (p. 101). 4.4.2. Teoría de la acomodación y diseño de audiencia Dadas las críticas del modelo de Labov, se ha prestado atención paralelamente y en las décadas posteriores a los mecanismos de adaptación o acomodación lingüística que otorgan mayor agencia al hablante. La teoría de la acomodación lingüística (speech accomodation theory, SAT) propuesta en 1973 por Howard Giles y en 1975 por 91 Giles y Powesland se basa en el modelo social y sicológico que postula que los hablantes ajustan su forma de hablar a la de los destinatarios con el objetivo de obtener su aprobación social. The essence of the theory of accommodation lies in the social psychological research on similarity-attraction. This work suggests that an individual can induce another to evaluate him more favorably by reducing dissimilarities between them. The process of speech accommodation operates on this principle and as such may be a reflection of an individual’s desire for social approval. (Giles y Powesland, 1997, p. 233) Añaden, además, estos autores que la reducción o eliminación de las diferencias entre el hablante y el destinatario puede significar cierto coste en forma de cambio o pérdida de la identidad propia y esfuerzo extra. Por consiguiente, tal acomodación solo puede surgir si hay un posible beneficio para el hablante, por ejemplo, en forma de aumento del estatus percibido (Giles y Powesland, 1997, p. 233)55 . Posteriormente, Simard, Taylor y Giles proponen una revisión (cit. en Giles y Powesland, 1997, p. 237) del modelo de acomodación creando una representación esquemática del acto de habla juntándolo con la percepción del destinatario u oyente y la respuesta de este. En este modelo (Figura 4) se parte de que el hablante elige entre una acomodación o una no acomodación. En el primer caso el oyente o bien puede percibir esfuerzo ―por lo cual se obtiene una percepción favorable y acomodación recíproca― o bien detecta presión externa, con lo cual la percepción favorable y la reciprocidad en acomodación pueden ocurrir atenuadas debido a la inseguridad del hablante. En el acto de habla donde no llega a acomodarse el hablante, pueden surgir tres posibles percepciones del oyente: (1) insuficiencia de esfuerzo que lleva a una percepción negativa y no se produce reciprocidad en acomodación; (2) insuficiencia de habilidades que conduce a una percepción negativa debilitada y a una acomodación del habla solo debido a que el hablante no es capaz de descifrar el habla no acomodada; o (3) presión externa que asimismo debilita la percepción negativa y da una posibilidad de acomodación recíproca debido a la inseguridad para entender los motivos del hablante. 55 Consúltese Giles y Powesland (1975) para observar el modelo aplicado a dos hablantes. Los autores mencionados también señalan las posibles propuestas teóricas en las situaciones que pueden surgir a partir de una interacción intercultural o a partir de la insuficiencia de conocimientos del contexto social y cultural del destinatario o insuficiencia de las competencias lingüísticas del hablante. 92 Fig. 4. Versión revisada de modelo de acomodación por Simard, Taylor y Giles (cit. en Giles y Powesland, 1975, p. 237) La teoría de la audiencia de Allan Bell (1984, 1991, 1997 y 2001) amplía los presupuestos teóricos de una acomodación lingüística y aplica variables lingüísticas específicas tomando en cuenta el efecto que causa la audiencia en el discurso dado. Según Bell y su estudio de radio en Nueva Zelanda (1984), la audiencia puede consistir en segundas personas a las que se dirige el discurso igual que de terceras personas (oyente formal, casual y curioso), sin embargo, no todos tienen igual importancia. We can distinguish and rank their roles according to whether or not they are known, ratified or addressed by the speaker. […] The main character in the audience is the second person, the addressee, who is known, ratified and addressed. Among the other, third persons who may be present, the auditors who are known and ratified interlocutors within the group. Third parties whom the speaker knows to be there, but who are not ratified as part of the group, are overhearers. And other parties whose presence the speaker does not even know about are eavesdroppers. (1997, p. 246) Para el autor, por tanto, el estilo es eso que hace el hablante con la lengua en relación con otra gente, es decir, el hablante diseña su habla en respuesta a la audiencia y se aplica a todos los códigos y niveles del repertorio lingüístico. Speaker Accomodation Effort Favourable perception and reciprocation of accomodation if possible. External pressure Favourable perception and reciprocation accomodation but attenuated owing to uncertainty of speaker's motives. Nonaccomodation Effort (lack of) Negative perception and no reciprocation of accomodation. Ability (poor) Attenuated negative perception, accomodative speech but only because speaker does not have ability to decode nonaccomodative speech. External pressure Attenuated negative perception and possibility of reciprocal accomodation because of uncertaity as to speaker's motives. 93 Aunque, para el autor, la dimensión responsiva del estilo es primordial, incluye en su modelo también una dimensión iniciativa56 señalando que existen situaciones donde la lengua es una variable independiente y que es ella misma la que forma la situación. So we find bilingual speakers who switch out of their usual home language into the prestige language of the wider community in order to clinch an argument with a family member. In initiative style shift, the individual speaker makes creative use of language resources often from beyond the immediate speech community, such as distant dialects, or stretches those resources in novel directions. (1997, pp. 247-248) Esta dimensión iniciativa para Bell establece el diseño del grupo de referencia (referee design) donde las elecciones lingüísticas se basan en asociaciones vinculadas con determinados grupos de hablantes. El hablante, según esta teoría, no se dirige tanto al receptor, sino más bien a un referente que no tiene que estar presente en la interacción, sin embargo, es esencial y determinante para el hablante, hecho que ocurre, por ejemplo, en el habla de los presentadores de los medios (Bell, 1991). La teoría de la audiencia se ha ganado rápidamente el reconocimiento de muchos estudiosos de estilo y ha proporcionado un enfoque más complejo y flexible que el de atención prestada al habla de Labov (p. ej. 1966). Schilling-Estes (2008, p. 384) resume que la gran aportación de la teoría de la audiencia está en tres puntos principales: (1) el diseño de audiencia no se limita a conversaciones que provocan cuatro estilos concretos como el modelo de Labov, sino que busca hablantes en entornos más naturales como interacción conversacional con sus compañeros, etc.; (2) diseño de audiencia busca la interrelación entre la variación intra-speaker y la variación inter-speaker considerando la primera como una respuesta a la segunda. Según Bell (1984), el estilo deriva su significado de la interrelación entre los rasgos lingüísticos y los grupos sociales particulares (1997): The social evaluation of a group is transferred to the linguistic features that are associated with that group. The link between differences in the language of different groups (‘social’ variation in Labov’s terms) and within the language of individual speakers (stylistic variation) is made by society’s evaluation of the group’s language. (pp. 243-244) Finalmente, (3) frente a la teoría de la atención al habla, destaca la atención a la dimensión responsiva igual que a la dimensión iniciativa basada en la creatividad del 56 Esta iniciativa del hablante ya la había propuesto Coupland (1980) que observa un agente de viajes que ajusta su habla según el propósito de su conversación. 94 hablante. Esta última57 , sin embargo, ocupa una parte mínima del modelo, hecho criticado y reelaborado por el propio Bell (2001). En su capítulo, Back in style: reworking audience design (2001), Bell señala que el mayor problema de la teoría de audiencias yace en la insuficiencia que esta le da al uso iniciativo de la lengua y al hecho de que exista en la lengua una finalidad de expresar la identidad del hablante. Por tanto, el autor ahora aclara que la audiencia igual que el grupo de referencia siempre están presentes para el hablante: What I now suggest is that these may be two complementary and coexistent dimensions of style, which operate simultaneously in all speech events. Yes, we are designing our talk for our audience. But we are also concurrently designing it in relation to the referee groups, including our own ingroup. (2001, p. 165) Finnegan y Biber (1994) aprecian el paralelismo que crea Bell entre la variación estilística y social, pero critican la categorización interna de cada categoría y proponen enfocar una situación comunicativa más amplia frente al foco principal de Bell en la audiencia. Esta unidimensionalidad y derivatividad del carácter de la audiencia ha sido bastante criticada, por lo cual Rickford y Eckert sugieren que «la siguiente fase de los estudios estilísticos tendrán que centrarse en los límites altamente permeables entre restricciones lingüísticas, sociales y estilísticas»58 (2001, p. 2) . 4.4.3. Diseño de hablante En contraste al enfoque de Bell, centrado en el diseño del habla motivado por la audiencia, ha surgido recientemente un nuevo acercamiento al estilo al que se suele referir como speaker design o diseño de hablante. Este enfoque considera el estilo no como un fenómeno que reacciona, sino como una fuente de creación activa, presentación y recreación de la identidad del hablante (p. ej. Coupland, 1985 y 2001; Eckert 2000; Schilling-Estes, 1998; Traugott y Romaine, 1985; Rickford, 2001). La consideración que se le da a la iniciativa del hablante en el presente modelo podría compararse hasta cierto punto con la fase iniciativa del diseño de audiencia de Bell (p. ej. 1997 y 2001). Sin embargo, en las teorías de diseño de hablante el significado del estilo no se comprende como derivado de asociaciones preexistentes. One crucial difference, however, is that under speaker design approaches, styles do not derive their meanings through association to pre-existing situations or 57 Consúltese p. ej. Bell (1991) para observar la teoría de referee design aplicada a los medios de Nueva Zelanda. 58 Traducción propia. 95 groups, nor do speakers simple use pre-existing styles in effecting change. Rather styles play a key role in defining situations and groups, while groups and individuals, shape styles as they use them. (Schilling-Estes, 2008, p. 392) Es decir que, más que la situación y la audiencia, se trata de una voluntad de crear y proyectar la persona de uno. En este enfoque las elecciones lingüísticas responsivas cuentan con una acción propia del hablante y la involucración de una actividad comunicativa creativa. Coupland (2001) considera el estilo como expresión de la identidad del mismo hablante y de su imagen y añade: From a self-identity perspective, shifts that are «appropriate» are nevertheless creative in the sense that speakers opt to operate communicatively within normative bounds. All dialect style usage is, to that extent, metaphorical and creative but we sometimes opt to invoke persons whose metaphorical associations are predictable and so «appropriate» to particular social circumstances. (pp. 200-201) Coupland, en su estudio del habla de un presentador de radio de Cardiff (2001), examina la creatividad estilística y las herramientas que utiliza el hablante para cumplir distintos propósitos. El autor enfoca una serie de rasgos fonológicos y su realización concreta, y trabaja con las elecciones lingüísticas y el modelo de estatus y solidaridad. El análisis del diseño del hablante da cuenta del presentador que varía entre rasgos dialectales y regionales según si se trata de un tema relacionado con la zona o, más bien, se trata de organización del programa. Además, se inclina a una pronunciación dialectal al reírse de sí mismo y emplea el acento americano con la finalidad de parodiar a los presentadores americanos. Por lo tanto, las variantes lingüísticas se consideran en la teoría del diseño del hablante como asociadas a atributos concretos de un grupo o de un individuo, igual que pueden asociarse con alguna cualidad ideal o estereotipo de lo ideal. Al mismo tiempo, el estudio de los elementos de interacción y pragmáticos subraya que los recursos estilísticos utilizados no solo indican valores estables de grupo e individuales, sino también pueden crear significados temporales en una interacción determinada dados los propósitos del hablante (Schilling-Estes, 2008, p. 390). Aunque en la teoría del diseño del hablante destaca la creatividad lingüística, la actividad del hablante no se basa en la invención, sino en una combinación de elementos lingüísticos y su empleo en contextos nuevos, creando así el cambio. Thus, for all their emphasis on speaker agency, speaker design approaches do not really maintain that speakers are completely free to invent and reinvent new styles (or new identities) at will. However, speaker agency is still paramount, since it is through combining existing elements in new ways and interjecting these combinations into new contexts that speakers effect change, not only in the current 96 situation but in the meanings of features and styles as well. (Schilling-Estes, 2008, p. 391) En el ámbito español, es imprescindible mencionar algunos estudios de Hernández-Campoy y Cutillas-Espinosa (2006, 2007 y 2010), quienes se centran en la variación estilística, ante todo en diseño de audiencia y diseño de hablante, averiguando la aplicabilidad de estas en los hablantes estudiados. Estos estudios enfocan hablantes de origen murciano ―cuya situación sociolingüística comparte ciertas características con la canaria59 ― y toman en cuenta los rasgos fonéticos que presentan divergencia del español estándar. En su estudio, Speaker design practices in political discourse: A case study (Hernández-Campoy y Cutillas-Espinosa, 2010), dan cuenta del habla de la expresidenta del gobierno regional de Murcia. Su habla presenta altos índices de uso de rasgos dialectales propios y reconocidos como murcianos y la evalúan como hiper-vernácula60 , incluso al compararla con otras políticas y políticos murcianos y no murcianos. Su uso hiper-vernáculo de la lengua observable en la realización de /-s/ indica, según los autores, que la hablante no cambia el habla en respuesta a la formalidad. Tampoco, en respuesta a la audiencia murciana, ya que supera los niveles de uso no estándar de /-s/ de los hablantes murcianos en la radio. Los autores añaden: And even if we agree (and we do) that audience design does not have to do simply with talking like your audience members but rather in a way that pleases them and/or meres their expectations, we cannot necessarily say that this is what the President is doing either, since her unexpected use of Murcian features, caused quite a bit of controversy [...]. (p. 307) Como explicación lógica del fenómeno, por todo lo anterior, se propone un diseño que parte de la propia hablante que tiene la voluntad de subrayar su identidad murciana y sus ideales socialistas. The use of local features ―very much associated with the working class world and with progressive ideas― might be a strategic way of building a particular image and projecting her socialist identity in the particular political context in which she is 59 Aquí destaca el carácter del dialecto murciano: según los autores, sociolingüísticamente, el murciano se ha asociado tradicionalmente con el habla baja de los agricultores y se señala muchas veces por los propios hablantes como «hablar mal» (Sánchez-López cit. en Hernández-Campoy y Cutillas-Espinosa, 2010, p. 300) y carente de prestigio manifiesto. Por otra parte, su prestigio encubierto se puede observar cuando existe voluntad de los hablantes de capitalizar las connotaciones de la identidad local y mostrar solidaridad regional (p. 301). 60 Hiper-vernácula en el sentido de que difiere notablemente del habla de su clase social y género. Consúltese más acerca de hiper-vernaculización en Cutillas-Espinosa et al. (2010). 97 operating. In contrast, the use of standard features may be associated with conservative ideas and the accent of the bourgeoisie. (p. 307) Por consiguiente, los autores explican la variación estilística como un diseño creativo, proactivo ―más que formado en respuesta― y necesario para la proyección de la identidad de uno hasta el punto en que puede revelar elecciones lingüísticas incluso en el ámbito relativamente restringido de los medios. En el análisis del habla de un presentador de radio local de Murcia (CutillasEspinosa y Hernández-Campoy, 2006, 2007), sin embargo, no llegan a la misma conclusión. Teniendo en cuenta las dos principales teorías de la variación estilística, los autores examinan la conversación de un presentador con distintos radioyentes. El estudio observa que existe una clara divergencia entre el presentador y su audiencia. En los cuatro rasgos fonéticos estudiados, el presentador muestra índices muy elevados de las formas estándares y llega a ser extrema la realización sibilante de /-s/ que realiza en un 89 % de los casos, mientras que muestra soluciones sibilantes en un 1 %. Durante las entrevistas se acerca al 0 % de sibilancias realizadas por su propio público. Dan cuenta, por tanto, de que el comportamiento lingüístico del presentador está influido principalmente por el contexto de emisión y no puede considerarse su expresión lingüística cotidiana. Basándose en estos resultados, los autores contradicen las teorías de Bell (1984) dada la divergencia entre el presentador en los momentos de emisión y su audiencia de origen regional. Lo llamativo es que tampoco se ha confirmado la teoría del diseño de hablante que se basa en las teorías de creación y formación de situaciones comunicativas y proyección de la propia imagen del hablante, dado que el comportamiento del presentador cambia según el tipo de comunicación. Los autores, por consiguiente, lanzan la pregunta: ¿qué motivación tiene? A esta pregunta contestan que hay que insistir en que la creatividad del hablante es restringida por normas sociales y estructurales y, por tanto, para estudiar esta variación, hay que tomar en cuenta el llamado, script, no solo la performace. Es decir, tener en cuenta un posible guion que parte de las actitudes, normas y conceptos de lo apropiado e inapropiado, correcto e incorrecto. But in this particular case, the performance itself does not provide an explanation; rather, it is just a symptom of a social pressure in a particular direction– more specifically, a whole set of beliefs about standard accent in Spain, the accent used in the Region of Murcia, and the appropriate variety to be used in broadcasting. Thus, the script of our presenter’s linguistic behavior using a professional voice is not a completely free choice, given that it has probably been written or decided by someone else as a linguistic policy for the radio station, which is based on linguistic 98 attitudes, norms, and concepts of appropriateness and correctness that go in the direction of the standard. (p. 325) Esta perspectiva, por tanto, revela cierta insuficiencia de la teoría y subraya la necesidad de atender a factores más amplios que el mismo hablante y su voluntad. A esto pueden añadirse varias críticas del presente modelo. Bell (1984, p. 185) señala que el estilo iniciativo es difícil de predecir, aunque sí es interpretable. Según Coupland (1980, p. 11), sin embargo, la variación estilística sí es interpretable pero solo si se cuenta con un espectro amplio de factores que se tienen en cuenta, como, por ejemplo, el estatus, la relación entre los hablantes, el contenido del mensaje, etc. Además, ha surgido la cuestión de si los resultados de elecciones individuales pueden generalizarse a una comunidad más grande. Según Coupland (2001), la generalización de los datos con la finalidad de obtener modelos de comportamientos lingüísticos no es adecuada, ya que la variación estilística solo se centra en la variación intra-speaker y no en una variación a lo largo del continuum social. [W]hen we come to the analysis of style, we see the individual interacting within her/his own space, time and relational contexts. We can of course seek to generalize about ‘what most people stylistically do’, and the results are informative and important. But this exercise is reductionist in that it rules out any possible interpretation of the local intra and inter-personal processes which are style’s domain. (pp. 191-192) Por otra parte, según postula Schilling-Estes (2008), aunque queda en cuestión si la variación estilística individual puede relacionarse con una variación social mediante adición de los datos individuales, es necesario prestar atención a la relación entre la variación social y estilística para contribuir al desarrollo de la sociolingüística. Igualmente, Eckert (2000: 69) considera que encontrar la relación entre la negociación de la identidad de los hablantes y su lugar en la estratificación social es un reto científico. Se tratará, por tanto, de abarcar la relación entre lo local y lo global. Según señala esta autora, la variación estilística siempre suele complementarse con estudios etnográficos y sociolingüísticos y añade que las elecciones estilísticas individuales nunca ocurren en un vacío social, sino que siempre se miden en relación con el estilo del grupo al mismo tiempo que este es formado por el uso individual de la lengua. En conclusión, hemos presentado las principales teorías que enfocan la variación estilística con sus limitaciones. El modelo de la atención prestada al habla de Labov ha aportado interesante información acerca del papel de la formalidad en la variación lingüística, sin embargo, pronto empezó a suscitar críticas por considerar al hablante como pasivo y sometido bajo unas circunstancias externas de formalidad. 99 Por consiguiente, pronto se empezaron a preferir teorías de acomodación, que cuentan con la adaptación del hablante según las circunstancias de su discurso a diferencia del modelo anterior. En el modelo de diseño de audiencia, el hablante ajusta a su audiencia o se adapta al habla del grupo de referencia, que no necesariamente forma parte del destinatario. Aunque este último modelo cuenta con mayor creatividad del hablante, sigue siendo insuficiente para explicar la creatividad y proactividad del hablante. Al contrario, el enfoque de diseño de hablante, que no se limita a una respuesta a situaciones y grupos preexistentes, sino que propone que los estilos y usos lingüísticos definen a los hablantes al mismo tiempo que los hablantes moldean los estilos. Ninguna de las teorías está exenta de críticas y limitaciones, como hemos visto. En el presente trabajo, aunque somos conscientes de ello, insistimos en la importancia de estos enfoques estilísticos teóricos y en la importancia de profundizar en las teorías. A pesar de que el modelo de atención prestada al habla ha sido ya rechazado por numerosos lingüistas, nosotros vamos a respetar las principales divisiones de discurso según Labov (1966) y delimitar para nuestro estudio solamente el habla leída con la finalidad de no dejar elementos más espontáneos intervenir en el análisis61 . No obstante, las teorías que más tendremos en cuenta, al igual que Hernández-Campoy y Cutillas-Espinosa en sus estudios (2006 y 2007), serán las de diseño de audiencia y diseño de hablante, con la finalidad de ver si alguna de estas teorías es aplicable a nuestros hablantes, presentadores y políticos canarios. Asimismo, tendremos en cuenta ―tal como es inevitable según Eckert (2000)― la situación sociolingüística y la evaluación social de las variedades del español. 61 Véase más acerca de la metodología en el capítulo 5 Metodología. 101 5. METODOLOGÍA Expuestos los presupuestos teóricos, volvemos a los objetivos del presente trabajo. El propósito de este trabajo es registrar la variación del segmento fonológico /-s/ en el habla de los canarios y discutir sus posibles influencias internas y externas. Volvemos a repetir aquí los objetivos parciales de esta investigación. (1) Establecer las posibles diferencias entre el estilo utilizado en dos situaciones ―discurso político y discurso en telenoticias― efectuando un análisis interno; aquí tendremos en cuenta los principales factores internos: contexto fónico, distribución, posición en la frase nominal (FN) y número de sílabas de la palabra. (2) Comparar y evaluar los resultados de la variación interna de ambos discursos y compararlos con las tendencias en algunas variedades innovadoras del español y con los estudios canarios con la finalidad de entender si se repiten los mismos patrones de variación. (3) Evaluar la validez del factor social «sexo» y del factor geográfico «origen» en el habla de los presentadores y políticos canarios y observar posibles diferencias entre estos dos grupos de hablantes. (4) Contrastar la adecuación del habla de estos grupos al habla culta canaria según el estudio de Samper Padilla y Hernández Cabrera (1995), es decir, evaluar las tendencias divergentes y convergentes con el habla culta canaria. (5) Discutir la influencia que tienen las actitudes lingüísticas de los propios canarios hacia la lengua y de los peninsulares hacia la variedad canaria (p. ej. Blas Arroyo, 102 2008; Cestero y Paredes, 2015; Morgenthaler García, 2008) en la variación de los hablantes estudiados y qué relación pueden guardar con la variación estilística. (6) Aplicar los principales modelos teóricos para la variación de estilo ―atención prestada al habla, diseño de audiencia y diseño de hablante― a nuestro estudio y evaluar su validez. (7) Dar cuenta de la variación individual con la finalidad de observar el grado de la heterogeneidad dentro de los dos grupos y destacar posibles fenómenos hallados. En el presente capítulo vamos a precisar la metodología utilizada en nuestra investigación. Como se verá a continuación, todas las decisiones metodológicas ―desde la elección de la muestra, las variantes estudiadas, las variables internas y externas, hasta la elección de los programas para el análisis de los datos― se han tomado con la finalidad de cumplir con los objetivos de nuestro trabajo y verificar nuestras hipótesis. 5.1. LA MUESTRA En la presente investigación hemos registrado el discurso de 24 hablantes canarios que pronuncian un discurso político o discurso en el programa de noticias. En ambos grupos se han registrado discursos de una duración entre 120 y 240 segundos que han conformado un corpus de una hora y media de duración en total, durante los cuales se han seleccionado 110 realizaciones de /-s/ en cada hablante, es decir, un total de 2640 realizaciones que nos ha permitido evaluar los patrones de variación interna y externa. Con el propósito de respetar la posible variación observada ya por Labov (1966) en el habla según el grado de formalidad, en este estudio únicamente hemos tomado en cuenta discursos leídos, excluyendo cualquier tipo de desviación del discurso preparado. Esta elección nos ha permitido no mezclar el momento de lectura con otros momentos más espontáneos. Se ha trabajado con informantes naturales de las islas de Tenerife y Gran Canaria. Se trata de las islas más pobladas y, por tanto, la mayoría de los políticos y presentadores canarios tienen origen grancanario y tinerfeño. Al mismo tiempo, son las islas cuya habla mejor se ha estudiado hasta el momento, por lo cual nos podremos servir de la comparación con datos lingüísticos anteriores a este estudio. A continuación, presentamos una tabla que reúne los datos principales de los hablantes estudiados. La simetría en ambos grupos de hablantes no ha sido nuestro objetivo, sino que se formó debido a una distribución real en la política y televisión canarias. 103 Hablantes 24 Discurso 12 presentadores 12 políticos Origen 6 tinerfeños 6 grancanarios 6 tinerfeños 6 grancanarios Sexo 3 M 3 H 3 M 3 H 3 M 3 H 3 M 3 H Tabla 10. Distribución de los hablantes estudiados según el tipo de discurso y origen y sexo de los hablantes. 5.1.1. Presentadores Los discursos de telenoticias se han obtenido de los programas Telenoticias 1, Telenoticias 2, Telenoticias 3, Canarias Express y Canarias Hoy emitidos entre abril de 2012 y mayo de 2017. Los Telenoticias son los principales programas informativos de la Televisión Canaria, que recogen las noticias más importantes de España y del resto del mundo teniendo la preeminencia los hechos sucedidos en Canarias. Estos programas cuentan lo sucedido con numerosos corresponsales en diversos puntos de toda Canarias. La información deportiva y cultural forma parte del programa y complementa los hechos ocurridos en Canarias y fuera de ella también. Canarias Express y Canarias Hoy son programas secundarios que enfocan con aun más detalle las noticias del Archipiélago. Se trata, por tanto, de programas de interés ante todo regional y diseñado para los propios habitantes del Archipiélago. En nuestro estudio, como ya hemos mencionado, solo se ha tomado en cuenta el texto leído. Por lo tanto, se han elegido 12 profesionales de los medios que leen la noticia delante de la cámara en el estudio de la Televisión Canaria. Se han omitido del estudio todas las expresiones que hayan supuesto una desviación de atención del hablante. En este caso se trata de la apertura del programa con los saludos a los televidentes, la despedida de los televidentes, la entrega de la palabra a los reporteros o cualquier expresión que no haya supuesto una parte del texto preparado. Los presentadores seleccionados son de origen tinerfeño y grancanario y forman casi la absoluta mayoría del equipo profesional del programa de noticias de la Televisión Canaria, hecho que nos ofrece ver la variación en el habla leída en los informativos canarios en toda su diversidad. Las grabaciones no han supuesto ningún problema técnico para nuestro estudio a la hora de efectuar el análisis fonético ya que las emisiones provienen de un estudio que trabaja con micrófonos de calidad y, por tanto, el ruido de fondo es prácticamente inexistente. En los momentos aunque los presentadores leen noticias en forma de voz en off por encima de las tomas de los sucesos, el ruido sí es perceptible, pero no imposibilita el análisis fonético. Las grabaciones se han obtenido 104 a partir de la cuenta Informativos TVC en la plataforma YouTube y se han convertido en archivos mp3 a través del programa OVC Online Video Converter. 5.1.2. Políticos La segunda parte del corpus estudiado está formada por 12 políticos canarios que, al igual que los presentadores, provienen únicamente de las islas de Tenerife y Gran Canaria. De nuevo se han tratado únicamente aquellos que leen un discurso o un informe y que, al mismo tiempo, trabajan dentro del ámbito político canario. Es decir, no se han admitido grabaciones de políticos y políticas en el congreso de los diputados de España u otros ámbitos estatales con la finalidad de evitar la confrontación del hablante estudiado con el peninsular. Por tanto, igual que en el grupo de los presentadores, se ha cuidado que fuesen hablantes canarios los principales destinatarios de los discursos. Las grabaciones se han obtenido a partir del archivo de los plenos de Cabildo de Tenerife, Cabildo de Gran Canaria y el pleno del Parlamento de Canarias y únicamente a partir de los hablantes que han presentado un discurso leído. Los discursos se han realizado entre febrero de 2015 y julio de 2017. También se han omitido aquí casos de palabras insertas que, claramente, no forman parte del texto preparado como «pues», «vamos», «como ustedes bien saben», etc. En cuanto a los discursos políticos, las grabaciones no son de calidad comparable con los discursos informativos debido a peor calidad del equipo técnico en los plenos. Las grabaciones se han obtenido a partir de las cuentas de Cabildo de Gran Canaria Canal Tenerife TV, El Sur también Existe y Gabinete Nueva Canarias en la plataforma YouTube y se han convertido en archivos mp3 a través del programa OVC Online Video Converter. Con la finalidad de suprimir el ruido de fondo que pueda intervenir en el análisis fonético en determinados casos, se ha utilizado el programa WavePad 8.11 para la edición de los archivos de audio. 5.2. ANÁLISIS ACÚSTICO 5.2.1. Programa Praat para el análisis fonético Con la finalidad de llevar a cabo un estudio exacto y unívoco, hemos utilizado el programa Praat, versión 6.0.16. Se trata de un software libre para el análisis acústico mediante análisis espectrográfico del sonido que proporciona a los fonetistas la opción de realizar una audición al mismo tiempo que se visualiza la información acústica seleccionada y segmentar los fragmentos en el caso de análisis de sonidos 105 concretos. Asimismo, proporciona datos acerca del espectro, pitch, formantes, intensidad, duración, etc. que posteriormente llevan al procesamiento estadístico dentro del mismo programa. Estamos, por tanto, ante un programa que garantiza una interpretación precisa del sonido, dado que ayuda a delimitar los parámetros concretos del análisis. Estos proporcionan una información exacta acerca del experimento y, por tanto, el programa ayuda a evitar errores basados en impresiones perceptivas del oyente. Como se puede observar en la Figura 5, en la ventana del análisis del sonido se nos muestra el oscilograma que detecta la evolución de la amplitud del sonido. La parte inferior proporciona una representación espectrográfica en la que se ha centrado nuestro análisis. El eje vertical del espectrograma detecta las frecuencias, mientras que la amplitud ―representada en color variable entre blanco y negro― se detecta a lo largo del tiempo en el eje horizontal. El espectrograma, asimismo, nos facilita registrar la intensidad a base de mayor o menor negror, los puntos rojos muestran la trayectoria de los formantes, la línea azul representa la curva melódica y la línea amarilla representa la curva de intensidad. Debajo del espectrograma, además, el fonetista puede anotar el sonido correspondiente en varios niveles (tiers). Fig. 5. Representación espectrográfica de ‘España’ [ehpáɲa] Las realizaciones fricativas en las que hemos centrado nuestro trabajo se caracterizan como sonidos aperiódicos continuos. Las sordas se caracterizan por una fricción en la corriente del aire que pasa por una constricción en el tracto vocal. En cuanto a las sonoras, se produce una fuente periódica en la glotis. Como se puede observar en los espectrogramas (Figuras 6 y 7), los sonidos fricativos sordos carecen de una estructura formántica claramente definida ―dependiendo del sonido― y 106 carecen de armónicos, lo que se observa como falta de franjas horizontales verticalmente atravesadas por líneas muy delgadas que representan la abertura y el cierre de las cuerdas vocales. Fig. 6. Representación espectrográfica de [xi] Fig. 7. Representación espectrográfica de [si] Time (s) 33.26 33.4 0 7500Frequency(Hz) x i Time (s) 33.26 33.4Time (s) 33.26 33.4 0 7500 Frequency(Hz) x i Time (s) 33.26 33.4 Time (s) 42.12 42.32 0 7500 Frequency(Hz) s i Time (s) 42.12 42.32 107 5.2.2. Variantes estudiadas En el presente estudio hemos partido de la idea de que en el español canario existen tres realizaciones o, más bien, grupos de realizaciones principales: realizaciones sibilantes (S2), realizaciones aspiradas y asimiladas (S1) y elisión (S0). a. La variante S2 En lo que atañe al análisis acústico de las realizaciones de /-s/, existe un debate acerca del carácter acústico de la [s] canaria. Según Martínez Celdrán (1984, p. 321), esta fricativa canaria se sitúa entre 4000 Hz y 8000 Hz. M. Alvar (1968, pp. 65-70) señala la existencia de una variante intermedia entre predorsal y postdental en Canarias cuyas frecuencias mínimas se localizan en torno a los 4.500 Hz. Por otro lado, Almeida y Pérez Vidal (1991) confirma que la gama de frecuencias de estas realizaciones va de los 3.000 Hz a los 7.000 Hz., dependiendo de la vocal silábica. Según sus análisis, la realización normal de la [s] canaria es la predorsoalveolar fricativa sorda, aunque ocurren realizaciones alveolares, postdentales o sonoras. La [s] canaria es, en general, de realización más mate que la castellana, hasta el punto de que muchas veces no aparecen signos visibles de fricción. Igual que en la realización castellana, las frecuencias a que se inicia la fricción aparecen modificadas por la naturaleza de la vocal silábica: las más bajas se registran con las vocales graves (entre 2.300-3.600 Hz para [u] y 2.400-3.800 Hz para [o]) y las más altas con las vocales palatales y, sobre todo, [a] (4.700 Hz para esta última). (p. 10) En el presente estudio no hemos diferenciado entre los tipos de sibilancias, aunque ciertamente es muy interesante el debate acerca del carácter de estas en Canarias. Puesto que nos interesa, ante todo, la oposición entre sibilancia y aspiración o elisión, hemos decidido incluir dentro del grupo S2 todas las variantes alveolares con independencia del lugar donde se produce la fricción, el grado de tensión que presenta y su duración. Las variantes que hemos excluido de nuestro estudio son aquellas implosivas finales que van seguidas de inmediato por una palabra iniciada por otra fricativa alveolar sorda, ya que, en este caso, raramente suele duplicarse en los hispanohablantes. Por lo tanto, esta realización se podría registrar como elisión igual que sibilancia, lo cual podría dar resultados inciertos y erróneos. Véase ejemplo en la Figura 8. 108 Fig. 8. Representación de la falta de reduplicación de [s] en ‘casas se’. Se trata de un extracto de ‘en las casas se han recogido’ donde la reduplicación del sonido sibilante [s] no es observable, igual que no se puede afirmar con certeza que se trate de elisión, puesto que el presente hablante produce solamente realizaciones sibilantes en dado discurso. Por esta razón hemos decidido excluirlo de nuestros datos. Solamente se ha tomado en cuenta en raras ocasiones, cuando entre el final de palabra y la palabra siguiente ocurría una pausa corta, por lo cual se ha podido distinguir claramente b. La variante S1 En esta categoría hemos incluido todo tipo de soluciones intermedias: aspiración, asimilación, geminación y postaspiración. Como ya se ha visto en los estudios anteriores, la realización de /-s/ implosiva más común en Canarias es la aspirada (p. ej. Almeida 1990a y 1990b; Cabrera Frías, 2003; Pérez Martín, 2003; Torres Stinga, 1995, etc.). La realización aspirada proveniente de la /-s/ implosiva se puede considerar un sonido menos tenso que la realización sibilante y en el espectro se detecta una prolongación de la vocal anterior a ella, aunque muy debilitadas. Su duración media es de 25 milisegundos en interior de palabra como final y en posición prepausal oscila entre 30-35 milisegundos Time (s) 42.88 43.27 0 7500 Frequency(Hz) ’ka sa s e Time (s) 42.88 43.27 109 (Almeida y Pérez Vidal, 1991, p. 11). Al mismo tiempo, a base del grado de negror suele reconocerse como menos intenso que el sonido sibilante y con menor frecuencia. Esta diferencia se puede apreciar en la Figura 9, donde se observa la representación espectrográfica de [suhpwéɾtas] ‘sus puertas’. Gracias a la segmentación y transcripción debajo del espectrograma, se puede apreciar el contraste entre las realizaciones aspirada [h] y sibilante [s]. Fig. 9. Representación espectrográfica y fonética de ‘sus puertas’. Marero Aguiar (1990, p. 517-518) define tres tipos de aspirada en el español canario provenientes de la /-s/ ―laríngea, faríngea y velar― que presentan distintos grados de sonoridad. Como ya hemos mencionado, en este estudio no es nuestro objetivo definir y describir todas las realizaciones fonéticas. Además, para llevar a cabo tal estudio se necesitaría una muestra de hablantes notablemente más amplia, mientras que nosotros no disponemos de más hablantes debido al número limitado de presentadores y políticos en los cabildos. Por tanto, hemos tratado todos los tipos de aspiración como una única categoría. Otro fenómeno categorizado como S1 ha sido la asimilación de /-s/ a la consonante siguiente, fenómeno corriente en el español canario (p. ej. Almeida, 1990a; Catalán, 1989; Marrero Aguiar, 1988 y 1990; Samper Padilla, 1990, etc.). Según el estudio de Marrero Aguiar (1990), 110 [t]al asimilación consiste en una constricción o fricación que se produce en un lugar de la cavidad bucal semejante o muy cercano al de la consonante siguiente (bilabial para /sp/, /sb/; dental o alveolar para /st/, /sd/, etc.): los órganos fonadores se disponen para la articulatión de la plosiva posterior durante el tiempo de emisión de [h]. Como resultado de lo cual la salida del aire fonador se ve obstaculizada, con mayor o menor fuerza, en el mismo lugar en el que se articulará el sonido próximo (p. 358). Un tipo de asimilación es la geminación de la consonante siguiente a /-s/. Esta realización, como ya hemos mencionado, es rasgo característico de la isla de Gran Canaria (p. ej. Almeida y Díaz Alayón, 1988, p. 59; Alvar, 1972, pp. 100-105; Morera, 1994, pp. 58-59, etc.). Según el estudio de Almeida (1990b), esta realización ocurre en el español grancanario y consiste en un alargamiento de la fase tensiva en un contexto de la /-s/ precedente de las oclusivas sonoras /b, d, g, y/. Este fenómeno se puede observar en la Figura 10. Fig. 10. Representación espectrográfica y transcripción fonética de ‘unas bonificaciones’. c. La variante S0 La tercera y última variante tomada en cuenta es el cero fonético, es decir, la pérdida absoluta del sonido, cuya presencia se reconoce como silencio en el momento o una simple omisión que da lugar al siguiente sonido. Time (s) 12.07 13.29 0 7500 Frequency(Hz) 12.0670146 u n a b: o n i f i k a s j o n e s Time (s) 12.07 13.29 12.0670146 111 5.3. ANÁLISIS SOCIOLINGÜÍSTICO 5.3.1. Tabulación de los datos Una vez analizado el corpus oral, se han codificado todos los datos lingüísticos junto con todas las variables estudiadas y se han ingresado en un documento de Hojas de Cálculo y, seguidamente, en el programa SPSS, versión 25 para Macintosh. Este programa para el análisis estadístico nos ha permitido juntar en la tabla las variables internas y externas, calcular frecuencias absolutas y relativas en las tablas de contingencia, calcular medias, hacer pruebas de la hipótesis, etc. Con la finalidad de reconocer la asociación entre dos variables categóricas hemos efectuado la prueba de Chi-cuadrado de Pearson y hemos considerado el resultado estadísticamente significativo cuando el valor p (de significación asintótica) es inferior a 0,05, es decir H1 = p < 0,05. En cuanto al cruce de las variables, en los estudios más extensos suele utilizarse un programa de análisis de reglas variables, como p. ej. Goldvarb, que sirve para cruzar más de dos variables. Sin embargo, puesto que aquí estamos ante un trabajo de dimensiones más pequeñas y empleamos bajo número de hablantes debido a las circunstancias, nos hemos decidido por una metodología más simple que se ha visto en algunos estudios canarios sociolingüísticos (p. ej. Almeida y Díaz Alayón, 1988). Puesto que, al cruzar tres variables, la tercera variable siempre es «tipo de discurso», siempre se ha efectuado el cruce de dos variables (/-s/ + variable interna o externa) y sus resultados se han comparado en el habla de los políticos y los presentadores. 5.3.2. Variables internas Según se ha visto en el capítulo 4.2 acerca de los factores internos en la variación en la realización de la alveolar fricativa en posición implosiva, en los estudios de la variación interna suelen tenerse en cuenta los factores contextuales, distribucionales y funcionales. En el presente estudio hemos enfocado los dos primeros y hemos decidido omitir los factores funcionales como «estatus gramatical» o «redundancia» ya que estos no proporcionarían datos suficientemente relevantes dado el tamaño y el carácter específico de la muestra. Los factores contextuales tienen que ver con los elementos fonéticos que preceden y siguen el sonido estudiado. Según se ha escrito en el capítulo 4.2.1 que trata el factor «contexto» en algunas hablas innovadoras hispanas, es crucial la diferenciación entre contextos preconsonántico, prevocal y prepausal. Es muy habitual en los estudios fonéticos extensos aplicar una diferenciación detallada de los 112 sonidos consonánticos siguientes a /-s/. No consideramos, sin embargo, esta categorización como muy fructífera en el presente estudio, ya que no disponemos de un número de hablantes lo suficientemente amplio como para crear múltiples categorías según los tipos de consonante. Por otro lado, en este estudio hemos decidido aplicar la división del contexto entre prevocálico tónico y átono, ya que esta implica solo dos categorías y, según se ha demostrado en las hablas canarias, puede dar muchos resultados significativos62 . Por consiguiente, en el estudio de los factores contextuales hemos enfocado cuatro tipos de contextos: (1) preconsonántico _C (‘los bosques’, ‘este’), (2) prevocálico átono _V (‘los ejemplos’), (3) prevocálico tónico _‘V (‘las armas’) y (4) el contexto prepausal _//, es decir cuando /-s/ viene ante silencio o ante una pausa respiratoria. En cuanto a la distribución de la variable, es decir, la posición que ocupa la implosiva en la palabra, hemos diferenciado entre dos posiciones principales, (1) interior y (2) final de la palabra. En lo que atañe a los factores funcionales, hemos decidido omitir estas variables en nuestro estudio. Según se ha visto en el capítulo 4.2.3 acerca de las variables funcionales, la hipótesis funcional de Kiparsky (1982), que proponía que la implosiva se mantiene cuando tiene un valor gramatical, ha sido rechazada por varios autores. Tampoco se ha demostrado la relevancia del estatus gramatical en la variación de /-s/ en el territorio canario (Almeida 1990a; Samper Padilla, 1990). Por consiguiente, en el presente trabajo el estatus gramatical no ha formado parte del análisis interno de la variación. Por otra parte, se ha demostrado como significativa la /-s/ final que marca la pluralidad en la frase nominal que, según las autoras Poplack (1979) y Vida Castro (2004), tiende a elidirse (menos en el determinante) dada su posición inicial en la frase nominal. Por tanto, en el presente estudio hemos observado el comportamiento de la /-s/ en las FN. Primero hemos analizado las realizaciones en las frases nominales de 2 miembros ―determinante + sustantivo o adjetivo (‘los abuelos’, ‘los otros’, ‘las rebeldes’, ‘sus lugares’, etc.)― y de 3 miembros ―determinante + nombre + adjetivo o determinante + adjetivo + nombre (‘las mismas cosas’, ‘los tres chicos’, ‘esas famosas casas’). Además, dado que disponemos de una muestra muy específica que incluye hablantes que producen las sibilancias por encima del nivel canario, hemos enfocado el estudio de cuál es la posición donde más a menudo se pronuncia. Por esto, en la 62 Véanse los resultados de los estudios del español en Santa Cruz y Las Palmas en el capítulo 4.2.1 «Factores contextuales y la variación de /-s/ implosiva» 113 codificación la sibilancia ha llevado el símbolo más (+) y la aspiración o elisión llevarán el símbolo de menos (–). De esa manera han de surgir las siguientes parejas (en el caso de las FN de dos miembros): ++ / – – / + – / – +. En las frases nominales de tres miembros la codificación ha admitido las siguientes posibilidades: + + + / – – – / + + – / + – – / – – + / – + + / + – + / – + –. Es necesario añadir, sin embargo, que no se ha tratado de un estudio de redundancia, ya que para este se necesita una codificación compleja que requeriría 18 variantes compuestas de las variantes S2, S1, S0 y posiciones en la FN. Aquí nos hemos centrado, más concretamente, en el comportamiento de la sibilante y su posicionamiento en la FN. Finalmente, como hemos mencionado en el capítulo 4.2.4, parece interesante el factor de variación del número de sílabas de la palabra que lleva la /-s/ final. Por tanto, pese a que no suele incluirse siempre en los estudios de variación interna, hemos decidido incluir dos tipos de palabras ―monosílabos y polisílabos― igual que Samper Padilla y Hernández Cabrera (1995), quienes han analizado este factor en el habla de Gran Canaria con la finalidad de observar si esta tiene efecto en el mantenimiento, aspiración o pérdida. 5.3.3. Variables externas En la parte teórica hemos prestado atención a las variables externas más estudiadas y relevantes en los estudios sociolingüísticos. En el presente estudio hemos tenido que ajustar la elección de las variables al grupo concreto de hablantes estudiados. Dado el carácter de la muestra elegida consideramos necesario prescindir de la variable «clase social», «nivel sociocultural» o «nivel de instrucción». Puesto que se trata de profesionales de los medios y políticos, contamos con poca variación en este parámetro social entre los hablantes. Además, se trata de hablantes de nivel sociocultural alto y en situación de alta formalidad, por lo tanto hemos utilizado nuestros resultados para realizar una comparación con el estudio del habla culta. En cuanto al factor «sexo», lo hemos incluido en el estudio porque, a diferencia de la variable anteriormente mencionada, disponemos de 12 representantes del sexo femenino y 12 del sexo masculino. En cuanto a los estudios anteriores, en el capítulo 4.3.1.1 hemos visto que no hay resultados unívocos que confirmen la relevancia o irrelevancia de este factor en el ámbito canario. Según se ha visto, hay una diferencia muy significativa entre el habla de Gran Canaria, que presenta rasgos muy innovadores con sus altos índices de elisiones, mientras que la isla de Tenerife se muestra más conservadora con el número de 114 sibilancias relativamente alto. Por consiguiente, hemos considerado imprescindible incluir el factor «origen». Finalmente, la última variable externa observada ha sido «el estilo» donde hemos creado dos categorías: discurso de noticias y discurso político. Es muy necesario señalar que se muestra indispensable prestar mucha atención al estilo en este tipo de estudios, ya que, según se ha visto en el estudio de Samper Padilla y Hernández Cabrera (2007), existe un índice muy alto de sibilancias en el habla de los presentadores canarios. En este estudio se pretende observar las diferencias entre las categorías sociales, lingüísticas y estilísticas registrando las frecuencias relativas y absolutas y observar cómo repercute el tipo de discurso en dichas variables, por lo tanto siempre se ha contado con una división de los resultados el estilo de los programas informativos y el estilo de los políticos dentro de cada variable. 115 6. VARIACIÓN INTERNA: RESULTADOS 6.1. DISTRIBUCIÓN GENERAL DE LAS VARIANTES En el presente estudio se ha analizado un total de 2640 realizaciones de /-s/. Según hemos comprobado en nuestro análisis, la muestra registrada presenta una gran heterogeneidad que se revela al estudiar los diversos factores internos y externos. A modo de introducción, por tanto, presentamos en la Tabla 11 la distribución general de las variantes sin influencia de las variables estudiadas. N % S2 718 27,2 S1 1668 63,2 S0 254 9,6 Total 2640 100 % Tabla 11. Distribución general de variantes de /-s/ (frecuencias absolutas y relativas). Como comprobamos, las variantes aspiradas y asimiladas, S1, representan el número de ocurrencia más alto, un total de 1.668 realizaciones (63,2 %). Las sibilancias, S2, alcanzan un total de 718 realizaciones (27,2 %) siendo la segunda variante más utilizada por nuestros hablantes. En tercer lugar, registramos las elisiones, S0, con un total de 254 realizaciones (9,6 %). 116 [s] [h]63 [ø] Santa Cruz de Tenerife (Almeida, 1990a) 9,8 80 10 Las Palmas de Gran Canaria (Almeida, 1990b) 2,9 65,3 32,7 Telde (Gran Canaria) (Cabrera Frías, 2003) 2,2 71,3 26,5 El Hierro (Pérez Martín, 2003) 13,4 83,6 3 Nuestro estudio 27,2 63,2 9,6 Tabla 12. Comparación de los datos existentes de distintas localidades de las Islas con nuestros datos (frecuencias relativas). Los datos expuestos en la Tabla 12 dan a entender que la muestra estudiada se aleja en sus frecuencias relativas de la variación en las cuatro localidades estudiadas anteriormente. Es más, los hablantes analizados aquí superan notablemente las frecuencias de las sibilancias en las islas más conservadoras: Tenerife (9,8 % de sibilancias) y El Hierro (13,4 % de sibilancias). Al mismo tiempo, salta a la vista la diferencia aún más grande entre nuestra muestra y las frecuencias relativas de Las Palmas de Gran Canaria (2,9 % de sibilancias y 32,7 % de elisiones) que, según ya se ha mencionado en varias ocasiones, ocupa el lugar del centro de prestigio lingüístico canario. Asimismo, en el presente capítulo introductorio consideramos necesario adelantar los resultados de la variable «estilo», ya que esta categoría la consideramos crucial e influyente en el resto de las variables. Según ya hemos dicho antes, en este trabajo la variable «estilo» corresponde al tipo de discurso ―político o discurso en noticias―, porque se trata de un uso de la lengua en dos situaciones y contextos concretos de alta formalidad que, según se ha visto, condicionan notablemente el lenguaje de los hablantes. Si observamos la Tabla 13, nos damos cuenta de que existe una diferencia muy significativa entre estas dos situaciones discursivas. Según se observa, los dos discursos producidos por los hablantes canarios naturales de las islas de Tenerife y Gran Canaria demuestran una gran diferencia. De las 1320 realizaciones producidas por los dos grupos, en el discurso de noticias, la variante S2 forma casi un 50,0 % de realizaciones mientras que en el discurso político el número de sibilancias es diez veces más bajo. El número de realizaciones en este segundo grupo alcanza un 79,2 % de las variantes S1 mientras en los presentadores solo se trata de 47,2 %. La última realización, la elidida, es, de nuevo, muy 63 En el caso de las localidades grancanarias se cuenta en este grupo el número de realizaciones asimiladas que forman alrededor de un 6 % de estas realizaciones. 117 significativa desde el punto de vista de las frecuencias de uso. Mientras que esta realización innovadora cuenta con un solo 3,0 % de realizaciones, en el discurso político se observa la ocurrencia de elisión en un 16,3 % de los casos. Presentadores Políticos Total S2 658 91,6 %64 49,8 % 60 8,4 % 4,5 % 718 100 % 27, 2 % S1 623 37,4 % 47,2 % 1045 62,6 % 79,2 % 1668 100 % 63,2 % S0 39 15,4 % 3,0 % 215 84,6 % 16,3 % 254 100 % 9,6 % Total 1320 50 % 100 % 1320 50 % 100 % 2640 100 % 100 % Coeficiente Chi cuadrado de Pearson: 726,773 Sig.: ,000 Tabla 13. Distribución de variantes de /-s/ según el tipo de discurso (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). No vamos a prestar atención aquí a las teorías de la variación estilística, ya que en el capítulo 7 vamos a volver a los presentes datos con su respectiva interpretación sociolingüística. Sin embargo, habiendo obtenido unos datos tan significativos de la variable «estilo», nos hemos permitido mencionar esta diferenciación de los dos grupos de hablantes, ya que estos aclaran la distribución general como compuesta de dos discursos, uno más conservador y otro más innovador. Estos dos discursos, por tanto, siempre se tendrán en cuenta a lo largo de los capítulos que exponen los resultados de la variación de /-s/. Después de obtener los resultados principales de la variable «estilo», hemos efectuado el análisis de la variación por cada hablante estudiado. Igualmente consideramos imprescindible exponer aquí los resultados individuales debido a que 64 El porcentaje en la primera fila de cada realización (S2, S1, S0) solo tiene función de demostrar las diferencias de cantidades dentro de cada realización, por lo tanto no tiene valor muy significativo para nosotros y, en esta tabla, solo sirve para completar los datos. El que consideramos verdaderamente importante y crucial es el porcentaje en columna (la segunda fila, en este caso), puesto que busca la relación entre las cantidades de S2, S1 y S0 dentro de cada variante de la variable estudiada (en este caso variable «tipo de discurso») y a partir de allí los datos pueden ser comparados. Por lo tanto, serán las relaciones en columna las que siempre tendremos en cuenta en las próximas tablas. 118 registramos una notable diversidad no solo entre los dos grupos de hablantes ―presentadores y políticos―, sino también dentro de los grupos mismos. Hab. 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 S2 74 67,0 78 71,3 47 42,7 110 100 28 25,5 3 2,7 109 99,1 45 40,9 49 44,5 81 73,6 23 20,9 11 10,0 S1 35 32,1 29 25,9 57 51,8 0 0,0 78 70,9 93 84,5 1 0,9 65 59,1 55 50,0 29 26,4 82 74,5 99 90,0 S0 1 0,9 3 2,8 6 5,5 0 0,0 4 3,6 14 12,7 0 0,0 0 0,0 6 5,5 0 0,0 5 4,5 0 0,0 Total 110 100 110 100 110 100 110 100 110 100 110 100 110 100 110 100 110 100 110 100 110 100 110 100 Coeficiente Chi cuadrado de Pearson: 1479,198 Sig.: ,000 Hab. 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 S2 1 0,9 3 2,7 8 7,3 6 5,5 5 4,5 3 2,7 1 0,9 2 1,8 6 5,5 1 0,9 3 2,7 21 19,1 S1 86 78,2 92 83,6 86 78,2 92 83,6 91 82,7 81 73,6 85 77,3 72 65,5 95 86,4 94 85,5 97 88,2 74 67,3 S0 23 20,9 15 13,6 16 14,5 12 10,9 14 12,7 26 23,6 24 21,8 34 32,7 9 8,2 15 13,6 10 9,1 15 13,6 Total 110 100 110 100 110 100 110 100 110 100 110 100 110 100 110 100 110 100 110 100 110 100 110 100 Coeficiente Chi cuadrado de Pearson: 1479,198 Sig.: ,000 Tabla 14. Distribución de las variantes por hablante (frecuencias absolutas arriba, frecuencias relativas abajo y significación estadística). Según hemos registrado (Tabla 14, Figura 11), los presentadores (hablante 1- 12) demuestran mayor diversidad en las realizaciones de la variable /-s/. Tómense por ejemplo el hablante no. 4, cuyas realizaciones sibilantes forman un 100 % de todas sus variantes, el hablante no. 8, cuyas variantes de S2, S1 y S0 alcanzan un 40,9 %, 59,1 % y 0 % respectivamente y el hablante 6 que es el único que parece preferir las variantes vernáculas alcanzando solo un 2,7 % de sibilantes y un 12,7 % de elisiones. En cuanto a los políticos (hablantes 13-24), este grupo presenta números equiparables. No obstante, también aquí hallamos un caso más conservador, el hablante 24, cuyas frecuencias relativas de S2 alcanzan un 19,1 % de todas sus realizaciones. Igualmente se puede ver cierta diferenciación entre los índices de los ceros fonéticos de los hablantes 20 (32,7 %) y 9 (8,2 %). 119 Fig. 11. Distribución de las variantes de /-s/ en cada hablante de la muestra (frecuencias absolutas). 74 78 47 110 28 3 109 45 49 81 23 11 1 3 8 6 5 3 1 2 6 1 3 21 35 29 57 78 93 1 65 55 29 82 99 86 92 86 92 91 81 85 72 95 94 97 74 1 3 6 4 14 6 5 23 15 16 12 14 26 24 36 9 15 10 15 1 2 3 4 5 6 7 8 9 1 0 1 1 1 2 1 3 1 4 1 5 1 6 1 7 1 8 1 9 2 0 2 1 2 2 2 3 2 4 S2 S1 S0 120 No vamos a entrar aquí en el análisis de los hablantes individuales, aunque trataremos ciertos fenómenos individuales llamativos en los capítulos finales. La razón por la que adelantamos los presentes datos es para obtener cierta perspectiva y tener en cuenta que los resultados ―ante todo, los resultados de los discursos en telenoticias― están formados por un determinado número de variantes producido por un grupo de hablantes concreto y único. Eso significa que nuestros resultados no necesariamente son aplicables a todos los presentadores canarios, aunque, eso sí, los 12 hablantes investigados conforman el personal casi completo de los programas informativos de RTVC que contienen un discurso leído. A pesar de la variación entre los hablantes, consideramos fructífero el estudio de ambos grupos de hablantes como conjuntos porque, con la ayuda del programa estadístico SPSS, nos puede revelar ciertos patrones nuevos en los comportamientos lingüísticos. 6.2. VARIABLE «CONTEXTO FÓNICO» _C _V _// Total S2 408 22,7 % 147 33,9 % 147 41,3 % 718 27,2 % S1 1269 70,5 % 309 62,7 % 90 26,0 % 1668 63,2 % S0 124 6,9 % 17 3,4 % 113 32,7 % 254 9,6 % Total 1801 100 % 493 100 % 346 100 % 2640 100 % Coeficiente Chi cuadrado de Pearson: 362,347 Sig.: ,000 Tabla 15. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «contexto fónico» (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). El contexto fónico se ha mostrado asimismo como un factor de variación relevante. Se han estudiado contextos prevocálico, prepausal y preconsonántico. El último resulta ser el más frecuente ya que se puede hallar en el interior de la palabra igual que en el final. Según nuestros datos expuestos en la Tabla 15 el contexto preconsonántico favorece, en la mayoría de los casos (70,5 %), las realizaciones S1 ([éhte], [lohkásoh]) al igual que el contexto prevocálico (62,7) ([lahólah]). Las sibilancias en ambos contextos vienen en segundo lugar, apareciendo en mayor medida en el contexto prevocálico ([lasáwlah]) (33,9 % frente al 22,7 % ante consonante). En el 121 contexto prepausal hemos registrado una dinámica muy distinta y es que este favorece las soluciones extremas ―sibilantes ([cásos]) en primer lugar (41,3 %) y ceros fonéticos ([kásoØ]) en segundo lugar (32,7 %)―, mientras que las soluciones S1 aparecen con menor frecuencia. Como hemos mencionado en el capítulo dedicado a la metodología, en el presente estudio también hemos prestado atención al carácter de la vocal, diferenciando entre la vocal átona y tónica. Igual que los estudios de las variedades habladas en Santa Cruz (Almeida 1990a, p.60) y Las Palmas (Samper Padilla, 1990, p. 81), aquí también hemos registrado (Tabla 16) que el contexto prevocal tónico favorece las realizaciones sibilantes ([lasálmah]) (48,6 %) más que el contexto átono ([losimpleméntoh]) (29,8 %). La diferencia, sin embargo, no es tan significativa como se ha registrado en Santa Cruz (77,3 % de sibilancias en el contexto tónico frente al 5,7 % ante vocal átona) y en Las Palmas (41,1 % frente al 2,4 %) ya que en nuestro estudio el número de sibilantes es bastante elevado incluso en el contexto prevocálico átono. En cuanto a las elisiones, el carácter del contexto vocálico no supone un factor relevante. _V _V’ Total S2 116 29,9 % 51 48,6 % 167 33,9 % S1 259 66,8 % 50 47,6 % 309 62,7 % S0 13 3,4 % 4 3,8 % 17 3,4 % Total 388 100 % 105 100 % 493 100 % Coeficiente Chi cuadrado de Pearson: 13,385 Sig.: ,001 Tabla 16. Distribución de variantes de /-s/ según contexto fónico prevocálico átono y tónico (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). Al observar las diferencias entre políticos y presentadores (Tabla 17), los datos difieren notablemente, aunque hemos registrado ciertas tendencias parecidas. En ambos casos el contexto preconsonántico favorece menos las sibilancias (42 % y 2 %), el prevocálico en mayor medida (61 % y 5 %) alcanzando el número más alto de frecuencias en el prepausal (76,7 % y 11,2 %). En cuanto a las ocurrencias de aspiración, se detecta el proceso contrario y es que es más frecuente ante consonante (59,7 %) que ante vocal (39 %) en el discurso de telenoticias y en el discurso político ambos contextos parecen favorecer casi igualmente esta variante (un 86,5 % ante 122 consonante y un 87,9 % ante vocal). En ambos casos se detecta el menor número ante pausa, siendo la aspiración menos frecuente en los presentadores (17,6 %) que en el discurso político (33,2 %). En cuanto al factor «posición» en relación con las elisiones, las diferencias son mayores entre los dos estilos. Mientras que en los presentadores la diferencia entre frecuencias ante consonante (3,3 %) y ante pausa (5,7 %) no es muy notable, en los políticos llegan a formar la mayoría de las ocurrencias en el contexto prepausal (55,6 %), seguidos con un 10,5 % ante consonante y alcanzan números reducidos ante vocal. Presentadores Políticos _C _V _// _C _V _// S2 381 42,0 % 155 61,0 % 122 76,7 % 27 3,0 % 12 5,0 % 21 11,2 % S1 496 54,7 % 99 39,0 % 28 17,6 % 773 86,5 % 210 87,9 % 62 33,2 % S0 30 3,3 % 0 0 % 9 5,7 % 94 10,5 % 17 7,1 % 104 55,6 % Total 1801 100 % 493 100 % 346 100 % 907 100 % 254 100 % 159 100 % Coeficiente Chi cuadrado de Pearson: 96,333 Sig.: ,000 Coeficiente Chi cuadrado de Pearson: 289,598 Sig.: ,000 Tabla 17. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «contexto fónico» en el discurso de los presentadores y políticos canarios (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). Según se observa en la Tabla 18, existen diferencias entre los grupos de hablantes cuando se toma en cuenta el carácter de la vocal. Sin embargo, en el presente estudio no se ha comprobado la validez de la relevancia de la hipótesis alternativa debido a que el valor p es mayor de 0,05 en el discurso de noticias. En cuanto a los políticos, existe mayor tendencia al mantenimiento de la aspirada ante vocal átona (89,9 % frente al 77,5 % ante tónica), mientras que el contexto prevocal tónico favorece más el mantenimiento de la sibilante (12,5 % frente al 3,5 % ante átona). 123 Presentadores Políticos _V _V’ _V _V’ S2 109 57,7 % 46 70,8 % 7 3,5 % 5 12,5 % S1 80 42,3 % 19 29,2 % 179 89,9 % 31 77,5 % S0 0 0 % 0 0 % 13 6,5 % 4 10,0 % Total 189 100 % 65 100 % 199 100 % 40 100 % Coeficiente Chi cuadrado de Pearson: 3,488 Sig.: ,062 Coeficiente Chi cuadrado de Pearson: 6,502 Sig.: ,039 Tabla 18. Distribución de variantes de /-s/ según contexto fónico prevocálico átono y tónico en los discursos de los presentadores y políticos canarios (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). Si procuramos interpretar nuestros datos en el contexto de las tendencias en las variedades innovadoras (Tabla 19), observamos ciertas similitudes. El mantenimiento de las sibilancias ―que en ambos discursos estudiados es favorecido por el contexto prepausal, en segundo lugar en el prevocal y, finalmente, ante consonante― difiere ligeramente de la mayoría de las variedades (Las Palmas, Santa Cruz, Málaga, San Juan y Santiago) ya que las sibilancias parecen ocurrir en estos dialectos con mayor frecuencia ante vocal que en la posición prepausal. En cuanto a las variantes S1, tanto nuestros hablantes como las otras variedades innovadoras muestran un comportamiento bastante heterogéneo entre sí en los tres contextos. El contexto prepausal favorece en todas las variedades salvo la de Santa Cruz un aumento muy significativo de elisiones, comparable con el discurso de los políticos (55,6 %), mientras que en el discurso de los programas informativos las elisiones son reducidas en los tres contextos (3,3 % ante consonante 0 % ante vocal y 5,7 % ante pausa), lo cual es un caso muy excepcional dentro de las modalidades innovadoras. 124 Consonante Vocal Pausa [s] [h] A [ø] [s] [h] A [ø] [s] [h] A [ø] Discurso de noticias 42 54,7 3,3 61 39 0 76,7 17,6 5,7 Discurso político 3 86,5 10,5 5 87,9 7,1 11,2 33,2 55,6 Las Palmas de Gran Canaria, España (Samper Padilla, 1990) 0,3 51,5 13,7 34,3 11 58,2 - 30,7 5 14,6 - 80,3 Santa Cruz de Tenerife, España (Almeida 1990a) 1,5 90,9 - 7,4 26,8 70,5 - 2,6 5,7 61 - 33,2 Málaga, España (Vida Castro, 2002) 0,5 20,5 0,2 59,4 3,8 6,4 - 89,7 4,8 1,2 - 94 Jaén, España (Moya Corral, 1979) 0,1 15,6 16,4 67,7 1,1 1,4 - 97,4 2 8,9 - 89 San Juan, Puerto Rico (López Morales, 1983) 5,8 55,1 - 39,2 17,9 41,3 - 40,7 10,5 20,1 - 69,2 Panamá (Cedergren, 1973) 5 45 - 50 20 30 - 49 43 16 - 50 Santiago, Rep. Dominicana (Alba, 1980) 3 23 - 74 21 21 - 58 18 15 - 67 Tabla 19. Influencia del contexto de /-s/ en la variación en algunas variedades innovadoras y en los discursos de los presentadores y políticos canarios (frecuencias relativas). 125 6.3. VARIABLE «POSICIÓN» Según los datos obtenidos, se confirma la relevancia del factor «posición». En la Tabla 20 se puede observar que la variante más común es la aspirada con ocurrencias más frecuentes en la posición interior ([éhte]) que en la final ([kásoh]). Las sibilantes en el interior ([pásta]) y en el final ([kásas]) de la palabra presentan cantidades bastante igualadas, siendo ligeramente más frecuentes en la posición interior. Las elisiones presentan una diferenciación más alta, siendo más frecuentes estas en el final de la palabra ([pweØ]) que en el interior ([kóØta]). Interior Final Total S2 198 29,9 % 520 26,3 % 718 27,2 % S1 457 68,9 % 1210 61,2 % 1667 63,2 % S0 8 1,2 % 246 12,4 % 254 9,6 % Total 663 100 % 1975 100 % 2639 100 % Coeficiente Chi cuadrado de Pearson: 72,145 Sig.: ,000 Tabla 20. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «posición» (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). Interesantes resultados, sin embargo, surgen a la hora de incorporar la variable «estilo». Aunque, claro está, el discurso de los políticos mantiene el grado de la innovación canaria mientras que el discurso en los informativos es más conservador, registramos ciertas tendencias comunes. Lo que es observable en ambos grupos es que en el interior de la palabra existe mayor tendencia al mantenimiento de la sibilante (59,7 % y 5,2 %) que en el final de la palabra (47 % y 4,3 %). Al mismo tiempo, observamos que en la posición final aumentan las elisiones, ante todo, en el discurso de los políticos (3,6 % y 21,9 %) frente al interior de la palabra, donde se encuentran raramente (0,7 % y 1,7 %). Donde difieren los dos grupos de hablantes es en las soluciones S1, que en los presentadores parecen favorecidas más en la posición final (49,4 % frente al 39,7 % en el interior) mientras que en el habla de los políticos canarios forman una inmensa mayoría en el contexto interior (93,1 %) y alcanzan casi un 20 % menos de realizaciones en el final de las palabras. 126 Presentadores Políticos Interior Final Interior Final S2 179 59,7 % 479 47,0 % 19 5,2 % 41 4,3 % S1 119 39,7 % 504 49,4 % 338 93,1 % 706 73,8 % S0 2 0,7 % 37 3,6 % 6 1,7 % 209 21,9 % Total 300 100 % 1020 100 % 363 100 % 956 100 % Coeficiente Chi cuadrado de Pearson: 19,050 Sig.: ,000 Coeficiente Chi cuadrado de Pearson: 78,772 Sig.: ,000 Tabla 21. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «posición» en el discurso de los presentadores y políticos canarios (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). Poniendo los presentes datos en el contexto de las variedades innovadoras (Tabla 22), observamos cómo el discurso político muestra similitud con algunas de las tendencias generales en las variedades innovadoras (canarias y no canarias). Es decir que, en todas las variedades en la tabla, el contexto interior parece suscitar más las soluciones S1 (93,1 % frente al 73,8 % en posición final). En cuanto a las soluciones sibilantes, sin embargo, en el discurso político registramos mayores números de sibilancia en el interior de la palabra (5,2 %) que en el final (4,3 %), hecho que contradice el resto de las variedades innovadoras expuestas, excepto las de Gran Canaria (0,3 % frente al 0,5 % al final de la palabra). El contexto final ―igual que en el resto de las variedades― favorece en mayor medida la elisión, no obstante, las frecuencias de las pérdidas (21,9 %) se alejan de los índices de Las Palmas (42,6 %), la variedad malagueña (83,4 %) o las variedades hispanoamericanas innovadoras, acercándose más bien al habla de Santa Cruz (11,5 %), que resulta la más conservadora de todas las variedades expuestas. En cuanto al discurso en los programas informativos, este rompe con ciertas tendencias confirmadas no solo en las dos islas canarias, sino también en otras variedades hispanas. Igual que el discurso político, la posición interior favorece más la sibilancia (59,7 %) que el contexto final (47 %), mientras que el patrón en las variedades innovadoras suele ser el contrario, con la excepción del español de Las Palmas, donde las soluciones son casi igualadas (0,5 % en el interior frente 0,3 % al final). También resulta distinta la ocurrencia de las soluciones S1, siendo estas más frecuentes al final de la palabra (49,4 % frente al 39,7 % en posición interna). 127 Asimismo, queda confirmado el hecho de que estas ocurren con mayor frecuencia al final de palabra (3,6 %) que en el interior (0,7 %). No obstante, en otras variedades hispanas expuestas, los porcentajes de elisiones en posición final suelen alcanzar índices notablemente más altos en comparación con la posición interior y en general. Interior Final [s] [h] A [ø] [s] [h] A [ø] Discurso de noticias 59,7 39,7 0,7 47 49,4 3,6 Discurso político 5,2 93,1 1,7 4,3 73,8 21,9 Las Palmas de Gran Canaria, España (Samper Padilla, 1990) 0,5 94 2,2 2,6 0,3 45,7 7,9 42,6 Santa Cruz de Tenerife, España (Almeida 1990a) 1,9 96,3 - 1,7 11,3 77 - 11,5 Málaga, España (Vida Castro, 2002) 0,3 89,7 0,4 9,6 1,8 14,7 0,1 83,4 Costa granadina, España (García Marcos, 1987) 0 66,2 - 33,7 1,4 36,5 - 61,9 San Juan, Puerto Rico (López Morales, 1983) 7,4 80 - 11,6 9,6 43,8 - 46,5 Santiago, Rep. Dominicana (Alba, 1980) 10 29 - 61 11 20 - 69 Tabla 22. Influencia de la variable «posición» en la variación de /-s/ en algunas variedades innovadoras y en el discurso de los presentadores y políticos canarios (frecuencias relativas). 128 En cuanto al discurso en los programas informativos, este rompe con ciertas tendencias confirmadas no solo en las dos islas canarias, sino también en otras variedades hispanas. Igual que el discurso político, la posición interior favorece más la sibilancia (59,7 %) que el contexto final (47 %), mientras que el patrón en las variedades innovadoras suele ser el contrario, con la excepción del español de Las Palmas donde las soluciones son casi igualadas (0,5 % en el interior frente 0,3 % al final). También resulta distinta la ocurrencia de las soluciones S1 siendo estas más frecuentes al final de la palabra (49,4 % frente al 39,7 % en posición interna). Asimismo, queda confirmado el hecho de que estas ocurren con mayor frecuencia al final de palabra (3,6 %) que en el interior (0,7). No obstante, en otras variedades hispanas expuestas, los porcentajes de elisiones en posición final suelen alcanzar índices notablemente más altos en comparación con la posición interior y en general. 6.4. VARIACIÓN EN LAS FRASES NOMINALES (FN) Como hemos expuesto en la metodología, aparte de los factores contextuales y distribucionales, nos hemos interesado en la posición dentro de la frase nominal y el efecto que esta tiene en la realización de /-s/ final. Hemos investigado las realizaciones en las FN de dos miembros y de tres miembros. En la Tabla 23 vemos la distribución de variantes en la FN de dos miembros. Aunque existen mayores cantidades de sibilancia en el segundo miembro (29,6 % frente al 22,5 % en el determinante), generalmente se observa mayor tendencia al mantenimiento (S2 o S1) en el primer elemento de la FN. La elisión ocurre con más frecuencia en el segundo miembro de la frase nominal (17,4 % frente al 4,3 % en el determinante). Determinante Segundo miembro Total S2 83 22,5 % 114 29,6 % 197 26,1 % S1 270 73,2 % 204 53,0 % 474 62,9 % S0 16 4,3 % 67 17,4 % 83 11 % Total 369 100 % 385 100 % 754 100 % Coeficiente Chi cuadrado de Pearson: 45,086 Sig.: ,000 Tabla 23. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «posición en la FN de dos miembros» (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). 129 Al diferenciar los datos de los dos tipos de discursos, observamos un resultado parecido: existe mayor tendencia al mantenimiento en el determinante que en el segundo miembro de la frase nominal en ambos grupos. Los resultados que destacan en el estudio de FN de dos miembros son, ante todo, los de la elisión. Mientras que, en el discurso de los presentadores, existe mínima diferencia entre las elisiones en los miembros de la FN (2,7 % en determinantes frente al 4,9 % en el segundo miembro) en los políticos la diferencia es muy notable (6,7 % en determinante frente a 34,6 % en segundo miembro). Presentadores Políticos Determinante Segundo miembro Determinante Segundo miembro S2 77 35,0 % 104 46,6 % 6 4,0 % 10 6,2 % S1 137 62,3 % 108 48,4 % 133 89,3 % 96 59,3 % S0 6 2,7 % 11 4,9 % 10 6,7 % 56 34,6 % Total 220 100 % 223 100 % 149 100 % 162 100 % Coeficiente Chi cuadrado de Pearson: 8,911 Sig.: ,012 Coeficiente Chi cuadrado de Pearson: 38,563 Sig.: ,000 Tabla 24. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «posición en la FN de dos miembros» en el discurso de los presentadores y políticos canarios (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). Si miramos los resultados del análisis de las FN de tres miembros, los resultados difieren ligeramente. La elisión es menos frecuente en el segundo miembro (6,8 %) que en el determinante (13,3 %), hecho que contradice los estudios de Poplack (1979) y Vida Castro (2004), que postulan que hay mayor tendencia a mantenimiento en el primer miembro de FN. Lo que sí se confirma es la creciente tendencia a elidir en el tercer miembro de la FN (el 27,2 %). Este, al mismo tiempo, es el miembro que más sibilantes proporciona (30,1 %). 130 Determinante Segundo miembro Tercer miembro Total S2 34 26,6 % 34 25,6 % 41 30,1 % 109 27,5 % S1 77 60,2 % 90 67,7 % 58 42,6 % 225 56,7 % S0 17 13,3 % 9 6,8 % 37 27,2 % 63 15,9 % Total 128 100 % 133 100 % 136 100 % 397 100 % Coeficiente Chi cuadrado de Pearson: 45,086 Sig.: ,000 Tabla 25. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «posición en la en la FN de tres miembros» (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). Presentadores Políticos Determinante Segundo miembro Tercer miembro Determinante Segundo miembro Tercer miembro S2 32 52,5 % 30 46,2 % 34 55,7 % 2 3,0 % 4 5,9 % 7 9,3 % S1 24 39,3 % 34 52,3 % 22 36,1 % 53 79,1 % 56 82,4 % 36 49,0 % S0 5 8,2 % 1 1,5 % 5 8,2 % 12 17,9 % 8 11,8 % 32 41,7 % Total 61 100 % 65 100 % 61 100 % 67 100 % 68 100 % 55 100 % Coeficiente Chi cuadrado de Pearson: 5,972 Sig.: ,201 Coeficiente Chi cuadrado de Pearson: 25,475 Sig.: ,000 Tabla 26. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «posición en la FN de tres miembros» en el discurso de los presentadores y políticos canarios (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). Al diferenciar los datos a base del tipo de discurso (Tabla 26), en el caso de los presentadores no se comprueba la relevancia de la posición en la FN (p > 0,05). Los políticos confirman el hecho de que exista mayor tendencia a la elisión en tercer miembro (40,7 %) en primer lugar (p. ej. [lahmíhmahkósaØ]) y, en segundo lugar, en el determinante (17,9 %) (p. ej. [laØmíhmahkósah]). La posición de la /-s/ final en el tercer miembro parece facilitar, asimismo, la sibilancia (9,3 %) frente a la posición en el segundo miembro (5,9 %) y en el determinante (3,0 %). 131 A la vista de estos datos, subrayamos que se trata de resultados de una muestra muy pequeña de datos y que habría que ampliarla a un grupo más amplio de políticos y presentadores con la finalidad de obtener datos más fiables. Como ya hemos visto, entre los hablantes estudiados se encuentran numerosas pruebas del aumento de las cantidades de sibilancia (con respecto al uso regional según los estudios anteriores). Dado este carácter artificial del habla de alguna parte de la muestra, hemos incluido en el análisis de FN el estudio de la sibilancia, S2, en oposición al resto de las variantes (S1 y S0) con la finalidad de observar cuál es el patrón ―si es que existe― de ocurrencia de la sibilante, es decir, si existe una posición preferente de su realización. En el primer caso observamos que la combinación más frecuente es una pareja sin sibilancia (– –), [lahálmah, lahálmaØ, laØálmah, laØálmaØ], que aparece en un 62,8 % de los casos. Sin embargo, entre las combinaciones que contienen sibilancia resultan igualmente comunes las de dos sibilantes seguidas (– –), [losimpleméntos], y la pareja de palabras donde la sibilante aparece en segundo miembro (– +), [lohimpleméntos], hecho que confirma que el mantenimiento de la sibilancia se ve menos favorecida en el determinante que en el segundo miembro. N % ++ 56 15,6 + - 22 6,1 - + 56 15,6 -- 226 62,8 Total 360 100 Tabla 27. Distribución general de S2 frente a S1 y S0 en las FN de 2 miembros (frecuencias absolutas y relativas). Al dividir los resultados, en ambos discursos la combinación de no sibilantes (– –) es la más frecuente, aunque en el discurso político alcanza porcentajes más altos (89,9 % frente al 43,9 % en el discurso de las noticias). Destacamos aquí, por tanto, el alto número de combinaciones alternativas a la combinación de dos no sibilantes (– – ). En las noticias se registra un 25,9 % de combinaciones de dos sibilantes (+ +). Además, se observa claramente que es mucho más frecuente la combinación de no sibilante + sibilante (– +) que lo contrario (+ –) (22,2 % frente a 8,0 %), lo cual indica que hay mayor tendencia a pronunciar la variante S2 al final de la FN que al principio o, en otras palabras, que la posición final de FN facilita a ciertos hablantes el mantenimiento de sibilante. 132 Presentadores Políticos N % N % + + 55 25,9 1 0,7 + – 17 8,0 5 3,4 – + 47 22,2 9 6,1 – – 93 43,9 133 89,9 Total 212 100 148 100 Tabla 28. Distribución general de S2 frente a S1 y S0 en las frases nominales de 2 miembros en los discursos de los presentadores y políticos canarios (frecuencias absolutas y relativas). En las FN de tres miembros, igualmente, la combinación más común (57,1 %) es la que no contiene una sibilante (– – –), p. ej. [lahmíhmahkósaØ], debido al uso típicamente canario. Sin embargo, la segunda combinación más común es la que solo termina en sibilantes (+ + +), [lasmísmaskósas], es decir, que los hablantes que prefieren mantener la sibilante la expresan con mayor frecuencia en todos los miembros de la FN que solo en alguno de los miembros (17,9 %). Además, destacamos que, al igual que en la FN de dos miembros, una situación común es la de la combinación – – + con una sola sibilante en el último miembro (8,9 %), [lahmíhmahkósas]. N % + + + 20 17,9 – – – 64 57,1 + + – 2 1,8 + – – 3 2,7 – – + 10 8,9 – + + 3 2,7 + – + 5 4,5 – + – 5 4,5 Total 112 100 Tabla 29. Distribución general de S2 frente a S1 y S0 en las frases nominales de 3 miembros (frecuencias absolutas y relativas). Al dividir los datos observamos un hecho muy llamativo y es que en el discurso de los políticos la inmensa mayoría de las soluciones no lleva sibilante (80,7 %) y solo existen dos alternativas a ello: la sibilancia en el tercer miembro (– – +) o en el segundo miembro (– + –). En el discurso de los presentadores, por el contrario, nos encontramos con todo tipo de combinaciones alternativas. Las más frecuentes son 133 aquellas combinaciones donde solo se producen sibilantes (+ + +) (36,4 %) o solo no sibilantes (– – –) (32,7 %). El hecho de que se encuentren muchos tipos de combinaciones pero en cantidades mínimas puede apuntar a que se trata de un uso accidental y artificial más que de un patrón de comportamiento lingüístico. Presentadores Políticos N % N % + + + 20 36,4 - – – – 18 32,7 46 80,7 + + – 2 3,6 - + – – 3 5,5 - – – + 3 5,5 7 12,3 – + + 3 5,5 - + – + 5 9,1 - – + – 1 1,8 4 7,0 Total 112 100 57 100 Tabla 30. Distribución general de S2 frente a S1 y S0 en las frases nominales de 3 miembros en los discursos de los presentadores y políticos canarios (frecuencias absolutas y relativas). 6.5. VARIABLE «NÚMERO DE SÍLABAS» En cuanto al factor «número de sílabas», hallamos ciertas diferencias entre las palabras monosílabas (‘dos’, ‘tos’, ‘les’) y polisílabas (‘mujeres’, ‘arreglos’), aunque no se observan en la solución sibilante, ya que ambos tipos alcanzan números similares (26,3 % en monosílabos y 26,4 % en polisílabos). En cuanto a las realizaciones S1 y S0, notamos cierta inclinación hacia el mantenimiento del sonido en las palabras de una sola sílaba (70,1 % frente al 57,8 % en polisílabos), mientras que las palabras polisílabas alcanzan mayor porcentaje de elisión (15,9 % frente al 3,6 % en monosílabos). 134 Monosílabos Polisílabos Total S2 145 27,9 % 26,3 % 375 72,1 % 26,4 % 520 100 % 26,3 % S1 387 32,0 % 70,1 % 822 68,0 % 57,8 % 1209 100 % 61,2 % S0 20 8,1 % 3,6 % 226 91,9 % 15,9 % 246 100 % 12,5 % Total 552 27,9% 100 % 1423 72,1 % 100 % 1975 100 % 100 % Coeficiente Chi cuadrado de Pearson: 57,885 Sig.: ,000 Tabla 31. Distribución de variantes de /-s/ final según la variable «número de sílabas» (frecuencias absolutas, frecuencias relativas y significación estadística). Al separar los discursos, descubrimos unos resultados mucho más fructíferos. Aunque ambos grupos se muestran más conservadores en palabras monosilábicas, los presentadores demuestran grandes porcentajes del manteniemiento del sonido (S2, S1) en polisílabos, mientras que en el discurso político la tendencia a perder el sonido en polisílabos aumenta notablemente. Los presentadores emplean en mayor medida la sibilante en palabras polisílabas (48,2 % frente al 44,1 % en monosílabos), mientras que en el discurso político hay un resultado contrario, aunque la diferencia es mínima (5,1 % en monosílabos frente al 4,0 % en polisílabos). Por otra parte, los políticos demuestran mayor tendencia al mantenimiento de la aspirada o asimilada en monosílabos (88,9 %) mientras que en las palabras de varias sílabas el porcentaje es notablemente menor (68,4 %). Los presentadores muestran la misma tendencia, sin embargo, la diferencia es menos notable (54,2 % en polisílabos frente a 47,4 % en polisílabos). En cuanto a la variante S0, en los presentadores obtuvimos un número muy reducido de elisiones, por tanto, los datos no son tan fiables como los datos de los políticos donde abundan las pérdidas, sin embargo, podemos afirmar que hallamos mayor tendencia a la elisión en polisílabos (4,4 % frente a 1,7 % en monosílabos). En los políticos ya se observa mucho más claramente que las pérdidas se ven muy favorecidas en el contexto de palabras polisílabas, ya que alcanzan un 27,6 % de los casos frente al 5,9 % en monosílabos. 135 Presentadores Políticos Monosílabos Polisílabos Monosílabos Polisílabos S2 132 44,1 % 347 48,2 % 13 5,1 % 28 4,0 % S1 162 54,2 % 341 47,4 % 225 88,9 % 481 68,4 % S0 5 1,7 % 32 4,4 % 15 5,9 % 194 27,6 % Coeficiente Chi cuadrado de Pearson: 7,198 Sig.: ,027 Coeficiente Chi cuadrado de Pearson: 51,130 Sig.: ,000 Tabla 32. Distribución de variantes de /-s/ final según la variable «número de sílabas» en los discursos de los presentadores y políticos canarios (frecuencias absolutas, frecuencias relativas y significación estadística). Si volvemos al estudio de Samper Padilla y Hernández Cabrera (1996) que incluyeron en su estudio de la norma lingüística de Las Palmas el factor «número de sílabas», observamos que sus resultados difieren de los nuestros ligeramente, lo cual se puede deber a que el estudio enfoca una sola región: la ciudad de Las Palmas. Sin embargo, en nuestros datos del discurso político quedan demostradas las mismas tendencias, y es que los monosílabos favorecen el mantenimiento (S2 o S1), mientras que las palabras polisílabas tienden a perder el sonido. Igual que los autores mencionados, confirmamos la relevancia del presente factor y creemos que debería incluirse en los estudios de la variación interna, ya que puede proporcionar resultados fructíferos. Al mismo tiempo advertimos que es necesario ser consciente de que el presente factor se puede solapar con el de la posición en la FN, por tanto es aconsejable formar la metodología del estudio de estos dos factores de modo que se pueda ver claramente la influencia de uno o de otro. En cuanto a los presentadores ―independientemente de la proporción entre las sibilantes, aspiradas y elididas―, difieren de los otros resultados, ante todo, en la variante sibilante, cuyo uso se ve favorecido en los polisílabos más que en monosílabos. monosílabos polisílabos sibilante 8,5 3,3 aspirada 71,4 51,1 asimilada 8,8 7,2 elidida 11,1 28,2 Tabla 33. Distribución de variantes de /-s/ final según la variable «número de sílabas» (frecuencias relativas) (Samper Padilla y Hernández Cabrera, 1996, p. 404). 136 6.6. VARIACIÓN INTERNA: CONCLUSIONES En el estudio de la variación interna nos hemos dedicado a averiguar qué influencia tienen algunos factores internos en el habla de los hablantes canarios del ámbito de los programas informativos y política. Los factores estudiados han sido el factor «contexto fónico», «posición», «posición en la FN» y «número de sílabas». En el análisis no solo nos ha interesado la diferencia entre los dos grupos, sino también su comparación con algunos estudios canarios y de otras hablas innovadoras con el objetivo de observar cómo nuestros resultados se asimilan o alejan de las tendencias existentes. El factor «contexto fónico» en el discurso político demuestra, igual que en las variedades grancanaria y tinerfeña, que ante consonante (‘las dos’, ‘este’) y vocal (‘los álamos’) la solución mayoritaria es la aspiración, mientras que el contexto prepausal (‘...los acontecimientos’.) en gran medida favorece las pérdidas y, al mismo tiempo, demuestra más sibilancias que otros contextos. En cuanto a los presentadores, el patrón de variación cambia notablemente. Se observa que la mayoría de las elisiones ocurre en el contexto preconsonántico, mientras que en el prevocálico y prepausal se evitan. Destacamos aquí que, debido a los altos índices de realizaciones S2, la posición prepausal en el discurso de las noticias parece facilitar a los presentadores recuperar artificialmente la sibilancia o, en menor medida, la aspiración. En nuestro estudio hemos considerado como relevante el factor «posición». Hemos comprobado que existe mayor tendencia al mantenimiento del sonido ―sibilante o aspirado― en el interior de palabra (‘esta’, ‘máscara’) y menor grado de conservadurismo en la posición final (‘chicos’, ‘tos’). Mientras que los políticos, en proporciones, se acercan al habla de la región y demuestran un notable aumento de elisiones en posición final, los presentadores parecen evitar esta opción. La falta de elisiones se compensa en el aumento de soluciones S1 en la posición final que, a diferencia de las variedades innovadoras expuestas, alcanzan mayores porcentajes que en el interior de la palabra. El análisis de las frases nominales de dos miembros (‘los eventos’, ‘dos respuestas’) ha demostrado en ambos discursos que el mantenimiento en forma de S2 o S1 es más frecuente en el determinante que en el segundo miembro de la FN. Destacamos que una diferencia muy grande se registra en las elididas, que presentan cantidades mínimas y comparables en ambos miembros de la FN en el discurso televisivo, mientras que en el discurso político la elisión es cuatro veces más frecuente en el segundo miembro que en el determinante. A la hora de observar combinaciones donde se registra el uso de sibilante (S2) y no sibilante (S1 o S0), los 137 políticos en la mayoría de los casos optan por la combinación no sibilante + no sibilante (– –). En cuanto a los presentadores, aparte de la misma combinación, que es la más frecuente, en segundo lugar aparece la combinación con dos sibilantes (+ +). Casi en la misma medida aparece la combinación no sibilante + sibilante (– +), que demuestra, una vez más, que los presentadores aprovechan la posición final de un segmento (sea en la FN, sea final de palabra o sea posición prepausal) para restaurar el sonido. En cuanto a las frases nominales de tres miembros (‘las instituciones públicas’), queda verificada una mayor tendencia al mantenimiento en el determinante y en el segundo miembro, mientras que en el tercero parecen aumentar las elisiones. Debido a la escasez de este tipo de FN, sin embargo, no se puede sacar una conclusión general acerca del habla de los presentadores y, por tanto, tampoco la comparación con los políticos. Al observar las combinaciones de sibilantes y no sibilantes dentro de las frases nominales de 3 miembros, hallamos resultados muy fructíferos. En cuanto a los políticos, nos encontramos con el caso de no sibilante + no sibilante + no sibilante (– – –) en la inmensa mayoría de los casos. Como alternativas a este modelo se registra la combinación (– – +), donde la sibilante se conserva en el último miembro, y la combinación no sibilante + sibilante + no sibilante (– + –). En el discurso televisivo hemos registrado numerosos casos donde la sibilante se reproduce en todos los miembros de la FN (+ + +) y, en segundo lugar, las FN sin soluciones sibilantes (– – –). Aparte de estas dos, además, hemos registrado muestras ocasionales de cada una de las combinaciones. No se trata de cantidades muy altas, lo cual confirma que se trata de casos accidentales en los que se restaura la S2 artificialmente, más que de un patrón de comportamiento lingüístico estable. El último factor interno estudiado ha sido el «número de sílabas». Se ha observado en el habla de los políticos que existe mayor tendencia al mantenimiento de S2 o S1 en las palabras monosílabas, mientras que en las polisílabas ocurre con frecuencia la pérdida. En el caso de los presentadores, destaca la mayor tendencia a producir la sibilante en los polisílabos que en los monosílabos. En cuanto al factor «número de sílabas», es necesario añadir que no se puede afirmar con certeza si es este el que ejerce la mayor fuerza en la variación y no el factor “posición en la FN”, puesto que los monosílabos a menudo son determinantes, mientras que los polisílabos muchas veces tienen la función del «otro» elemento en la frase nominal (omitiendo casos de sustantivos monosílabos, determinantes polisílabos y verbos en general). Sería recomendable, por tanto, efectuar un análisis interno muy amplio que se propondría comparar la relevancia de los dos factores. 138 Por todo lo anteriormente expuesto, confirmamos que los factores internos tomados en cuenta en el presente estudio, cuya relevancia ya ha sido comprobada en varios estudios, han verificado su relevancia asimismo en nuestro estudio. Al mismo tiempo queremos destacar aquí que resulta muy fructífero emplear estos factores a la hora de dividir estos dos estilos tan específicos. Mientras que los políticos no difieren notablemente de los estudios realizados en Gran Canaria y en Tenerife ―y si difieren, se trata de desviaciones mínimas―, el discurso en telenoticias presenta estadísticas que no corresponden a las proporciones entre los datos que ya se tienen del dialecto canario. Esto se observa, sobre todo, en las siguientes variantes de las variables internas: la posición final de palabra, de la FN, ante pausa y en palabras polisílabas. En ellas aparecen, contra lo habitual en la región, mayores cantidades de sibilantes o aspiradas. Consideramos, por tanto, que se trata de un fenómeno que desvela una cierta artificialidad del habla de los presentadores y, al mismo tiempo, se nos revelan determinadas variantes de las variables internas que facilitan a los presentadores alejarse de la pronunciación regional y adaptarse más a la estándar conservadora. 139 7. VARIACIÓN EXTERNA: RESULTADOS 7.1. VARIABLE «ORIGEN» En el capítulo 3.2.3 hemos mencionado que el carácter del español de Canarias es muy diverso y que, dependiendo de la isla estudiada, los índices de sibilancia suben o bajan. De ese modo se ha registrado la variación en la realización de /-s/ implosiva y final en distintas islas. Aunque no existen estudios cuantitativos de todas las regiones, la aspiración se reconoce como la solución mayoritaria (p. ej. Almeida, 1990a y 1990b; Alvar, 1975; Cabrera Frías, 2003; Morera, 1994; Pérez Martín, 2003; Torres Stinga, 1995; Régulo Pérez, 1968-1969). En cuanto al carácter de las islas más grandes geográficamente ―Gran Canaria y Tenerife―, los estudios efectuados en ambas confirman el carácter innovador de Gran Canaria y el conservadurismo de la isla de Tenerife. Como hemos expuesto en la Tabla 1 en el capítulo 3.2.3, los estudios de Manuel Almeida (1990a y 1990b) registran un 2,9 % de soluciones sibilantes, un 65,3 % de aspiradas y asimiladas y un 32,7 % de casos de ceros fonéticos en Las Palmas de Gran Canaria, mientras que, en Tenerife, el porcentaje de soluciones sibilantes es de un 9,8 %, los sonidos aspirados alcanzan un 80 % de todas las variantes y las elisiones solo ocurren en un 10 % de los casos. Dadas las mencionadas diferencias, resulta llamativa la distribución de las variantes en nuestro estudio. Puesto que ya habíamos visto en la Tabla 13 el conservadurismo de la mayoría de los presentadores, no sorprenden las frecuencias relativas de S2 tan altas en comparación con los estudios de Almeida mencionados. Lo que sí puede resultar extraordinario (Tabla 34) es el claro predominio de las 140 variantes S2 en Gran Canaria (34,5 %) y menor tendencia a conservarla en los hablantes tinerfeños (19,8 %). A la vista de estos datos vemos necesario descomponer la muestra no solo en cuanto al tipo de discurso, sino también en cuanto a la variación individual. Gran Canaria Tenerife Total S2 456 34,5% 262 19,8% 718 27,2% S1 745 56,4% 923 69,9% 1668 63,2% S0 119 9,0% 135 10,2% 254 9,6% Total 1320 100 % 1320 100 % 2640 100 % Coeficiente Chi Cuadrado de Pearson: 72,421 Sig.: ,000 Tabla 34. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «origen» (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística) Observemos primero la Tabla 35 y los primeros dos apartados dedicados a los presentadores y políticos en general. La diferencia entre las dos islas se hace aun más amplia viendo los resultados de los presentadores, cuya habla parece profundizar el abismo entre los grancanarios (63,9 % de sibilantes y 1,5 % de elisiones) y los tinerfeños (35,8 % de sibilantes y 4,4 % de elisiones). A la vista de los presentes datos, sin embargo, no podemos considerar a los profesionales de los medios como un conjunto, sino que tenemos que tener en cuenta los rasgos individuales de su habla. Si se investiga la distribución de las variantes de /-s/ por cada hablante, resulta que los hablantes más conservadores que forman parte de nuestra muestra provienen de la isla de Gran Canaria. El hablante 4 alcanza un 100 % de soluciones sibilantes y los hablantes 7 y 10 llegan a pronunciar la sibilante en la inmensa mayoría de los casos (99,1 % y 73,6 %). Dado esto, lo que se nos muestra es que no es posible medir la variable «origen» en el discurso de telenoticias ya que, más que la región de proveniencia, resultan determinantes las elecciones individuales de los hablantes. Lo que sí se puede señalar como llamativo es que, paradójicamente, los hablantes más conservadores en telenoticias provienen de la isla más innovadora y cuya variedad es la más prestigiosa del Archipiélago. En la segunda parte observamos dos tablas dedicadas al discurso político. Como ya hemos visto en el capítulo 6.1, la Figura 11, con la variación por hablante señala que este grupo de hablantes es notablemente más homogéneo que el de los 141 presentadores. De hecho, su distribución de las variantes es comparable con los datos de los estudios regionales (véase Tabla 13 Distribución de las variantes /-s/ según el tipo de discurso en el capítulo 6.1) a diferencia del discurso de los presentadores. Si se observan las columnas con los resultados de todos los políticos, en primer lugar tenemos que mencionar que el coeficiente Chi Cuadrado de Pearson no es suficientemente alto como para evaluar el factor «origen» válido e influyente en la variación. En segundo lugar, es necesario destacar la cantidad de sibilantes en los políticos grancanarios (5,2 %) que, de nuevo, es mayor que el número que el de variantes sibilantes en los tinerfeños (3,9 %). Volviendo a los resultados individuales, tal como lo hemos hecho en el primer grupo, es necesario señalar que, a pesar de ser los políticos un grupo relativamente homogéneo, sí destaca el hablante 24, cuyo índice de sibilantes va por encima del nivel del resto del grupo. Mientras que en este político hemos registrado un 19,1 % de las sibilancias, en el resto de grupo estas se mueven en una gama entre un 0,9 % y un 5,5 %. Al excluir este hablante del experimento, obtenemos los resultados expuestos en la tercera parte de la Tabla 35, donde los hablantes grancanarios alcanzan solo un 2,4 % de las soluciones S2, los tinerfeños demuestran un número ligeramente más alto (3,9 %). Esta diferencia, sin embargo, tampoco es suficiente como para considerar el factor «origen» relevante, puesto que no se ha comprobado la significación estadística del factor p > 0,05. Presentadores Políticos Políticos sin el hablante 24 Gran Canaria Tenerife Gran Canaria Tenerife Gran Canaria Tenerife S2 422 63,9 % 236 35,8 % 34 5,2 % 26 3,9 % 13 2,4% 26 3,9% S1 228 34,5 % 395 59,8 % 517 78,3 % 528 80,0 % 443 80,5% 528 80,0% S0 10 1,5 % 29 4,4 % 109 16,5 % 106 16,1 % 94 17,1% 106 16,1% Total 660 100 % 660 100 % 660 100 % 660 100 % 550 100 % 660 100 % Coeficiente Chi Cuadrado de Pearson: 106,600 Sig.: ,000 Coeficiente Chi Cuadrado de Pearson: 1,224 Sig.: ,542 Coeficiente Chi Cuadrado de Pearson: 2,515 Sig.: ,284 Tabla 35. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «origen» en el discurso de noticias y de políticos (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística) 142 7.1.1. Origen y habla culta Como se ha mencionado en varias ocasiones, en las islas Canarias no existe un estándar regional establecido para las situaciones de mayor consideración social (Trujillo, 2003, pp. 202-208). Tampoco existe un manual de estilo en la Televisión Canaria que recomiende u obligue a los presentadores pronunciar la /-s/ de una determinada forma65 , hecho que se confirma, además, por la heterogeneidad en la variación dentro del grupo. Por consiguiente, no podemos comparar aquí los resultados con una norma oficial canaria, ni declarar cuánto se alejan o acercan los hablantes estudiados de ella. Sin embargo, tampoco podemos decir que no exista un punto de referencia para comparar la variación de /-s/ con nuestros hablantes. Gracias al trabajo de Samper Padilla y Hernández Cabrera (1995), disponemos de información acerca de lo que se puede determinar como la norma culta grancanaria o, incluso, canaria en general, puesto que Las Palmas son el centro prestigioso desde el que irradia la norma innovadora canaria. En cuanto a la isla de Tenerife, aunque no se ha realizado un estudio parecido que tomara en cuenta solo hablantes cultos tinerfeños, sí que existe el estudio sociolingüístico de Almeida (1990a), que proporciona información acerca de los tres sociolectos tinerfeños y sus índices de realización de /-s/. A la hora de trabajar con nuestros resultados incluyendo la variable «origen» con la finalidad de comparar los datos con los estudios anteriores, es necesario tener en cuenta que, por un lado, en los telediarios no existe un comportamiento estable, pero por otro, en los discursos políticos no se ha demostrado el factor «origen» como relevante e influyente en la variación. A pesar de lo presente, estos números nos van a servir para efectuar una comparación y evaluar el grado de uso de las formas regionales en ambos tipos de discurso. En la Tabla 36 se pueden contrastar los datos del habla culta grancanaria, el sociolecto alto de Tenerife y nuestros resultados. La pronunciación de los presentadores grancanarios no corresponde en absoluto al estándar culto de Las Palmas. Los cinco políticos (hemos excluido el hablante más conservador), por otra parte, alcanzan los números más bajos de S2 que los hablantes cultos del estudio de Las Palmas. Al mismo tiempo, nos encontramos en este grupo con un número más bajo de elisiones que en el habla culta. En Tenerife, la situación de los presentadores no es tan notablemente distinta del habla del sociolecto alto, aunque el predominio de sibilantes es muy visible. Los políticos aquí presentan un grado muy elevado de innovación, alejándose del 65 Véase el capítulo 4.3 para consultar la inexistencia de la norma para los presentadores de RTVC. 143 sociolecto tinerfeño tanto en los índices de soluciones S2, como en las pérdidas. De hecho, los datos de los políticos tinerfeños se acercan más a los porcentajes de la variación de /-s/ del habla culta de Las Palmas que al sociolecto alto tinerfeño. Localidad Hablantes [s] [h] [0] Gran Canaria Las Palmas (Samper Padilla y Hernández Cabrera, 1995) – habla culta 3,9 74,2 21,7 Presentadores Gran Canaria 63,9 34,5 1,5 Políticos Gran Canaria 5,2 78,3 16,5 Políticos sin el hablante 24 Gran Canaria 2,4 80,5 17,1 Tenerife Santa Cruz (Almeida, 1990a) – clase socio-económica alta 8,5 84 7,3 Presentadores Tenerife 35,8 59,8 4,4 Políticos Tenerife 3,9 80,5 16,1 Tabla 36. Distribución de variantes de /-s/ en el habla culta grancanaria, en el sociolecto alto de Santa Cruz y en nuestro estudio (frecuencias relativas). Con la finalidad de ver los números exactos de cada hablante, construimos la siguiente figura que contrasta nuestros resultados con los de los estudios mencionados. Puesto que, como ya hemos dicho, los resultados son muy heterogéneos, vemos una especial necesidad de atender al carácter individual de la variación. En la Figura 12 se pueden observar las características individuales de los hablantes grancanarios y los índices de variantes de /-s/ en el habla culta de Las Palmas de Gran Canaria. Los políticos (hablante > 12), en general, demuestran índices muy bajos de sibilantes y comparables con los índices de habla culta, aunque los hablantes 21 y 24 se muestran más conservadores con un 5,5 % y un 19,1 % de realizaciones S2, mientras que los hablantes 19 y 22 solo pronuncian la sibilante en una única ocasión. En cuanto a las elisiones, los números ya difieren entre sí. Mientras que el hablante 19 aproximadamente cumple con los índices de pérdidas en el habla culta, el hablante 20 se muestra más innovador, con un 23,7 % de elisiones, y los hablantes 21 y 23 más conservadores (8,2 % y 9,1 %). 144 Fig. 12. Distribución de las variantes de /-s/ por cada hablante grancanario y distribución en el habla culta grancanaria (frecuencias relativas). Los presentadores grancanarios se alejan en distintas medidas del habla culta grancanaria, siendo los más conservadores los hablantes 4 y 7 (100 % y 99,1 % de sibilantes), y el menos conservador el hablante 5 (25,5 % de sibilantes). A pesar de estas fluctuaciones dentro del discurso en las noticias, se puede afirmar, sin duda, que ninguno de los profesionales de los medios mantiene conscientemente la «norma» local que gira alrededor de un 3,9 % de sibilantes, sino que procuran acercarse al estándar peninsular con mayor o menor éxito. También resultan interesantes los índices de pérdidas. Mientras que los seis políticos grancanarios eliden en ocasiones, la mayoría de los hablantes en los medios evita esta realización y optan por sibilancia o aspiración. Solo dos presentadores muestran casos de elisión, aunque no superan un 6 % de los casos. Los hablantes tinerfeños (Fig. 13) muestran mayor homogeneidad que los grancanarios, pero a pesar de ello hallamos muchas diferencias entre los hablantes individuales. En cuanto a los políticos (hablante > 12), curiosamente, no hay ni un hablante que alcance el porcentaje de sibilancias que se ha encontrado en el sociolecto alto de Santa Cruz de Tenerife, aunque el hablante 15 parece acercarse a él con un 7,3 % de los casos. Por otro lado, hay casos ―igual que entre los políticos 3,9 0,9 1,8 5,5 0,9 2,7 19,1 100 25,5 99,1 40,9 44,5 73,6 74,2 77,3 65,5 86,4 85,5 88,2 67,3 70,9 0,9 59,1 50 26,4 21,7 21,8 32,7 8,2 13,6 9,1 13,6 3,6 5,5 HA BLA CU LTA HA BLA NTE 1 9 HA BLA NTE 2 0 HA BLA NTE 2 1 HA BLA NTE 2 2 HA BLA NTE 2 3 HA BLA NTE 2 4 HA BLA NTE 4 HA BLA NTE 5 HA BLA NTE 7 HA BLA NTE 8 HA BLA NTE 9 HA BLA NTE 1 0 S2 S1 S0 145 grancanarios― donde la sibilancia casi no se produce (hablante 13). Asimismo, estos hablantes superan los índices de elisiones de la clase social alta (7,3 %) siendo el político más innovador el hablante 18 (23,6 % de elisiones) y el menos innovador el hablante 16 (10,9 % de elisiones). En todo caso parece que los políticos tinerfeños más se acercan al habla culta de Las Palmas que la del sociolecto alto de Santa Cruz, es decir, que están abandonando las formas más conservadoras en detrimento de las formas más innovadoras. Fig. 13. Distribución de variantes de /-s/ por cada hablante tinerfeño y distribución en el habla de sociolecto alto de Tenerife (frecuencias relativas). Entre los presentadores (hablante < 13) ya no hallamos hablantes exclusivamente mantenedores de S2, sino que los seis presentadores tinerfeños emplean el uso de las soluciones S1. En cuanto a la sibilancia, encontramos casos muy distintos, desde el hablante 2, que es más conservador (71,3 % de sibilantes) hasta el hablante 6, cuyas realizaciones no alcanzan ni un 3 % de ocurrencias, es decir, que no llega a producir el porcentaje de las sibilantes de la clase social alta de Tenerife, según Almeida (1990a). Asimismo, se muestra más innovador en el porcentaje de las elisiones (12,7 %), por tanto, se trata de un caso especial y único, cuyo propósito, a diferencia del resto de los profesionales de telenoticias, no es imitar 8,5 0,9 2,7 7,3 5,5 4,5 2,7 67 71,3 42,7 2,7 20,9 10 84 78,2 83,6 78,2 83,6 82,7 73,6 32,1 25,9 51,8 84,5 74,5 90 7,3 20,9 13,6 14,5 10,9 12,7 23,6 0,9 2,8 5,5 12,7 4,5 SO CIO LECTO A LTO HA BLA NTE 1 3 HA BLA NTE 1 4 HA BLA NTE 1 5 HA BLA NTE 1 6 HA BLA NTE 1 7 HA BLA NTE 1 8 HA BLA NTE 1 HA BLA NTE 2 HA BLA NTE 3 HA BLA NTE 6 HA BLA NTE1 1 HA BLA NTE 1 2 S2 S1 S0 146 la manera peninsular norteña de pronunciar, sino que mantiene el comportamiento lingüístico regional. En cuanto a las elisiones en el resto de los hablantes, estas formas, igual que entre los grancanarios, parecen ser algo estigmatizadas y, por tanto, no ocurren con mucha frecuencia. Si intentamos resumir el factor «origen», quizá lo primero que habría que mencionar es que los resultados de nuestra muestra no confirman su relevancia en la variación. Este hecho se puede demostrar, entre otras cosas, en el discurso de los presentadores grancanarios, que se han comprobado notablemente más conservadores que los tinerfeños. Una causa del presente hecho ha sido, sin duda, la elección individual de los hablantes en general o, en este caso, de tres presentadores que en su mayor parte optaron por la variante estándar y por la regional, igual que un político cuyos índices de sibilancia son muy elevados con respecto al resto del grupo. Este político y el presentador, hablante 4, al mismo tiempo, demuestran que la elección individual de los hablantes puede tener mayor influencia en la variación que el propio tipo de discurso66 . El hablante 4, siendo de Tenerife, se acerca a los índices de Gran Canaria, es decir, que opta por una lengua más innovadora que la misma clase social alta tinerfeña según los estudios. Nos han proporcionado interesantes resultados los políticos tinerfeños que, con la excepción del hablante 15, se acercan más al habla culta de Gran Canaria ―tanto en sibilancia como en elisiones― que a los resultados del sociolecto alto de Tenerife. Aunque el presente hecho puede señalar que el discurso político es más innovador que otros tipos de discursos formales, no nos permitimos aquí confirmar lo dicho, dado que, por un lado, la muestra no es suficientemente amplia ni homogénea. Por otro lado, puede que la norma culta de Gran Canaria ejerza una influencia no solo en los hablantes grancanarios, sino en los tinerfeños también. Sería recomendable y fructífero, por todo lo dicho, efectuar un estudio del habla culta tinerfeña actual y compararla con nuestros datos de los políticos. 7.2. VARIABLE «SEXO» Como ya hemos mencionado en el capítulo 4.3 Variación social, el lenguaje de las mujeres y los hombres se ha mostrado distinto en numerosos estudios sociolingüísticos. Mientras que los hombres suelen inclinarse hacia el uso de las formas más regionales y no estándares, la tendencia general en el habla de las mujeres es mantener formas más conservadoras o aquellas que se evalúan como correctas. 66 El presente hecho se discutirá en el capítulo 7.3 «Variable “tipo de discurso“». 147 Ahora bien, también hemos visto que los estudios canarios efectuados hasta la actualidad no confirman unívocamente esta diferencia entre el habla femenina y masculina en cuanto a la variación en la realización del segmento /-s/. Los estudios de Almeida (1990a) acerca de Santa Cruz, Samper Padilla (1990) acerca de Las Palmas y Pérez Martín (1995) sobre el Hierro no confirman una diferencia relevante entre los dos sexos. Por otra parte, el trabajo de Almeida y Díaz Alayón (1988), que estudiaron el español de Las Palmas, Santa Cruz y hablas rurales, confirman que los hombres mantienen la sibilante en un 13,4 % de los casos y eliden el segmento en un 23,4 % de los casos. En cuanto a las mujeres, estas hablantes pronuncian la sibilancia en un 18,2 % de los casos, pero al mismo tiempo producen más ceros fonéticos que los hombres (32 % de elisiones). Dados los presentes datos, no se puede afirmar que las mujeres sean hablantes más conservadoras y los hombres más innovadores en lo relativo a la /-s/ implosiva en Canarias. La variable «sexo» no se ha verificado en nuestro estudio específico como un factor relevante en la variación. Este hecho se puede observar en la Tabla 37, donde las diferencias entre mujeres y hombres en general son casi imperceptibles y el valor p es igual a 0,387. Tabla 37. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «sexo» (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). Al separar los datos de los dos discursos, tampoco hemos comprobado la hipótesis alternativa como válida, dados los valores p. En cuanto a los políticos, hemos excluido del conjunto, de nuevo, al hablante 24 debido a su uso elevado de sibilantes. A pesar de eso, no se puede reconocer el factor «sexo» como válido en la variación. Aunque a primera vista las mujeres parecen como ligeramente más conservadoras, los datos individuales nos ofrecen gran heterogeneidad tanto entre los políticos hombres como entre las mujeres. Hombres Mujeres Total S2 364 27,5 % 354 26,9 % 718 27,2 % S1 819 62,1 % 849 64,2 % 1668 63,2 % S0 137 10,3 % 117 8,9 % 254 9,6 % Total 1320 100 % 1320 100 % 2640 100 % Coeficiente Chi Cuadrado de Pearson: 1,898 Sig.: ,387 148 Presentadores Políticos sin el hablante 24 Hombres Mujeres Hombres Mujeres S2 328 49,7 % 330 50 % 15 2,7 % 24 3,6 % S1 315 47,7 % 305 46,7 % 431 78,4 % 540 81,8 % S0 17 2,6 % 22 3,3 % 104 18,9 % 96 14,5 % Total 660 100 % 660 100 % 550 100 % 660 100 % Coeficiente Chi Cuadrado de Pearson: ,693 Sig.: ,707 Coeficiente Chi Cuadrado de Pearson: 4,671 Sig.: ,097 Tabla 38. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «sexo» (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). Viendo los resultados individuales, en las Figuras 14 y 15, se pueden observar ―tanto los hombres como las mujeres y tanto los políticos como los presentadores― resultados diversos. Contra algunas tendencias sociolingüísticas relativas a la variable «sexo» mencionadas más arriba, se ha demostrado una vez más que la elección individual es predominante. De ese modo nos encontramos con una situación donde los hablantes más conservadores de ambos grupos son hablantes masculinos: el presentador, hablante 4 (un 100 % de sibilantes) y el político, hablante 24 (un 19,1 % de sibilantes). 149 Fig. 14. Distribución de variantes de /-s/ en los discursos de los hombres (frecuencias relativas). En cuanto a las mujeres presentadoras, es cierto que no se encuentra ninguna cuyos índices de variación se asimilen a los índices regionales ―mientras que un presentador masculino, el hablante 6, presenta una pronunciación más innovadora que el resto de los profesionales de los medios―, sin embargo, hay también presentadoras relativamente innovadoras. Tómese como ejemplo la hablante 11, que mantiene la sibilante en un 20,9 % de los casos y alcanza un 4,5 % de elisiones. Entre las mujeres en política ya podemos hablar de un grado de innovación muy elevado, puesto que entre los políticos canarios destacan las hablantes 13 y 19 como muy innovadoras (0,9 % de sibilantes y más de 20 % de pérdidas). 71,3 100 2,7 40,9 73,6 10 2,7 5,5 2,7 1,8 0,9 19,1 25,9 84,5 59,1 26,4 90 83,6 83,6 73,6 65,5 85,5 67,3 2,8 12,7 13,6 10,9 23,6 32,7 13,6 13,6 HA BLA NTE 2 HA BLA NTE 4 HA BLA NTE 6 HA BLA NTE 8 HA BLA NTE 1 0 HA BLA NTE 1 2 HA BLA NTE 1 4 HA BLA NTE 1 6 HA BLA NTE 1 8 HA BLA NTE 2 0 HA BLA NTE 2 2 HA BLA NTE 2 4 S2 S1 S0 150 Fig. 15. Distribución de variantes de /-s/ en los discursos de las mujeres (frecuencias relativas). Por todo lo anteriormente dicho, al igual que algunos estudios mencionados (Almeida, 1990a; Samper Padilla, 1990; Pérez Martín, 1995), en la muestra elegida tampoco podemos contar con la variable «sexo» como con un factor relevante en la variación. La situación de la variación se ve más afectada por la pronunciación individual que por el factor «sexo». 7.3. VARIABLE «TIPO DE DISCURSO» En el presente trabajo hemos enfocado dos situaciones discursivas distintas ―el discurso de los políticos y el discurso en los programas informativos de RTVC― con la finalidad de observar la variación estilística. Numerosos autores mencionados en relación con la variación estilística se centran en el estudio de un hablante y analizan cómo el cambio de la situación o del contexto influye en su discurso. En el presente estudio no nos hemos podido centrar en la variación en el discurso de cada hablante, dado que la situación discursiva ha sido muy estable y comparable en todos los hablantes. Lo que nos ha servido como punto de referencia ha sido el conocimiento de los estudios anteriores. Es decir, que, debido al contraste entre el uso regional culto y el uso estándar, hemos sido capaces de averiguar la posible 67 42,7 25,5 99,1 44,5 20,9 0,9 7,3 4,5 0,9 5,5 2,7 32,1 51,8 70,9 0,9 50 74,5 78,2 78,2 82,7 77,3 86,4 88,2 0,9 5,5 3,6 0 5,5 4,5 20,9 14,5 12,7 21,8 8,2 9,1 HA BLA NTE 1 HA BLA NTE 3 HA BLA NTE 5 HA BLA NTE 7 HA BLA NTE 9 HA BLA NTE 1 1 HA BLA NTE 1 3 HA BLA NTE 1 5 HA BLA NTE 1 7 HA BLA NTE 1 9 HA BLA NTE 2 1 HA BLA NTE 2 3 S2 S1 S0 151 influencia que pueden tener la situación estudiada ―los telediarios y los plenos― en nuestra muestra. Por consiguiente, el factor «tipo de discurso» se ha entendido en la presente investigación como variable estilística. Uno de nuestros objetivos principales ha sido observar el habla de dos grupos específicos de los hablantes, describir ambos discursos y explicar la variación. Como ya hemos avisado al principio del capítulo dedicado a los resultados, hemos obtenido datos que cuentan con una diferenciación muy significativa de los dos grupos (Chi Cuadrado = 726,773 p. < 0,000). Como se ha podido ver en la Tabla 13 Distribución de las variantes /-s/ según el tipo de discurso, en las telenoticias la variante S2 aparece en un 49,8 % de los casos frente al 4,5 % en el discurso político. Las soluciones S1 son la segunda opción más frecuente en el habla de los presentadores (47,2 %), frente a los políticos en cuyo discurso predomina esta variante (79,2 %). Finalmente, hallamos solo 39 elisiones en el discurso de los presentadores (3 %), mientras que los políticos eliden el sonido en un 16,3 % de los casos. La diferencia entre los dos grupos se puede apreciar en la Figura 16. Fig. 16. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «tipo de discurso» (frecuencias relativas redondeadas). A pesar de esta división, sin embargo, no hemos logrado obtener o, mejor dicho, los hablantes no han demostrado una única reacción a la variable «tipo de discurso». Aunque la situación comunicativa de la que se sacaron los datos para los políticos ha sido igual para todos, igual que la situación de los presentadores, no podemos declarar que se haya registrado un habla homogénea de los políticos y, aun menos, de los presentadores. Cada hablante, como se ha podido observar en la Tabla 14 Distribución de las variantes /-s/ por hablante, tiene su forma de hablar y realizar S2 50% S1 47% S0 3% Presentadores S2 S1 S0 S2 5% S1 79% S0 16% Políticos S2 S1 S0 152 la /-s/. Por tanto, creemos que cada uno de los hablantes que han constituido nuestra muestra se merecería un estudio cualitativo propio. A pesar de la mencionada heterogeneidad de los datos, sin embargo, vamos a permitirnos generalizar los resultados obtenidos y hablar de la variación estilística, ya que las dos tendencias principales halladas ―una conservadora y otra más innovadora― en su mayor parte se desprenden de dos situaciones comunicativas y tienen cierto valor social. La tendencia a conservar la sibilante se hace visible en los medios y la tendencia más cercana al uso regional e innovador ocurre con mayor frecuencia en el discurso político. 7.3.1. Tipo de discurso y atención al habla Históricamente, la delimitación de los estilos de habla se ha basado en la determinación del grado de atención al habla a lo largo de un continuum de estilos. Según aumenta la atención, según Labov (1966) y Trudgill (1972 y 1974), el hablante tiene mayor oportunidad de alejarse de lo estigmatizado y dirigirse hacia un comportamiento lingüístico más prestigioso. Labov en su estudio procura cuantificar la atención prestada al habla utilizando la división de estilos entre vernácula o informal, cuidada, habla leída y listas de palabras. Aunque este acercamiento a la variación de estilo ha sido criticada por numerosos lingüistas (Bell, 1984; Coupland, 2001; Eckert, 2000; etc.), hemos tenido en cuenta los criterios utilizados por Labov con la finalidad de averiguar si la atención prestada al discurso leído condiciona la variación de /-s/. En nuestro estudio hemos enfocado solo hablantes que leen sus discursos a partir de los textos imprimidos en papel o, en el caso de los presentadores, desde una pantalla situada al lado de la cámara. Como se ha podido observar, los hablantes tinerfeños y grancanarios utilizados en nuestro estudio no muestran los mismos resultados, sino que los presentadores y los políticos difieren notablemente pese a que, según Labov, su discurso se podría encasillar bajo la misma categoría, como habla leída. Es cierto que se podría decir que la situación de los dos grupos es muy distinta y que los presentadores prestan más atención al habla que los políticos: en telenoticias los hablantes están de cara a la cámara, en las tomas aparecen como hablantes únicos y, cómo no, su función principal es, más que conocer el contenido, saber hablar. Los políticos, al contrario, en nuestras grabaciones no hablan de cara a la cámara ni a una audiencia tan amplia como los presentadores, su propósito principal es transmitir las ideas ―aunque una parte del mensaje, claro está, puede transmitirse muchas veces a través de la lengua utilizada― y, además, aparecen en el 153 cabildo junto con otras personas que forman parte del pleno. En nuestro estudio, sin embargo, se ha demostrado que incluso las condiciones de trabajo de los presentadores, que son absolutamente homogéneas y, por tanto, permiten exactamente la misma cantidad de atención, no incitan a los presentadores a hablar del mismo modo entre sí. Véanse por ejemplo los mencionados hablantes 4 y 6 cuya habla difiere radicalmente. Un caso parecido, el hablante 24, se puede destacar en el discurso político. Dado lo presente, no podemos estar de acuerdo con la tesis de que el habla leída conforme un estilo concreto y, por tanto, los hablantes de la misma proveniencia deberían mostrar resultados de variación fonética comparables. Nuestro caso, al contrario, ha demostrado que el hablante tiene cierta movilidad y flexibilidad lingüística y no es un ente pasivo que responde fielmente a la situación sin iniciativa propia. 7.3.2. Diseño de audiencia En la parte teórica también hemos tratado la teoría de la acomodación y audience design que han ofrecido un enfoque distinto. La primera es una teoría social y sicológica que afirma que el hablante adapta su habla al destinatario de su discurso eliminando las diferencias con la finalidad de obtener un beneficio simbólico (Giles y Powesland, 1997, p. 233). Esta teoría se ha visto ampliada en los trabajos de Allan Bell (1984 y 2001) cuyo enfoque principal ha sido la acomodación del habla a la audiencia, es decir, diseño de audiencia. Ahora bien, no hay ninguna duda de que los programas informativos estudiados están dirigidos preferentemente a los canarios: la televisión canaria y sus programas están compuestos de programas relacionados con la cultura canaria y la información en las telenoticias, en su mayor parte, se dedica a hechos ocurridos en el Archipiélago. En cuanto a los políticos, la situación es similar: los políticos son locales y en sus discursos se dedican a temas vinculados con las Islas. Por tanto, si tomamos en cuenta la audiencia en el pleno, se trata de hablantes canarios, igual que si contamos con los hablantes que deciden ver las grabaciones de los plenos. Aunque ambos grupos de hablantes tienen audiencia del mismo origen, no se adaptan ambos grupos a ella. En la Figura 17 se puede observar la diferencia entre los políticos, los presentadores y los hablantes canarios de Tenerife y Gran Canaria67 . Aunque los 67 Datos obtenidos de Diferencias sociales en el habla de Santa Cruz de Tenerife (Almeida, 1990a), y de El habla de Las Palmas de Gran Canaria: niveles sociolingüísticos (Almeida, 1990b). Se trata de estudios algo antiguos, por tanto solo sirven de orientación. 154 políticos canarios demuestran medidas parecidas de variación que los mismos hablantes canarios, por lo cual ―a la primera vista y sin entrar en la variación de los hablantes individuales― se podría considerar como habla adaptada al uso regional, el habla de los presentadores contradice la teoría de las audiencias. Lo que se observa es la divergencia radical entre el habla de los presentadores y sus audiencias ―sean hablantes grancanarios o tinerfeños―, por lo que las predicciones del modelo de Bell (1984) no se han cumplido. Fig. 17. Comparación de los resultados de la muestra y la audiencia (frecuencias relativas). Aunque la teoría de Bell ha sido reelaborada por el propio autor y a la fase responsiva se le añadió la fase iniciativa del hablante, esta ha sido criticada por algunos lingüistas por seguir propugnando la derivatividad del habla del carácter de la audiencia. Su teoría de Refferee design (2001) propone que el hablante no necesariamente responde a la audiencia, sino que utiliza la lengua creativamente y adapta su habla a un grupo de referencia ―grupo social no presente― con la finalidad de establecer una relación hipotética con ella. Según el autor, en Nueva Zelanda el modelo de grupo de referencia es ―tanto para los presentadores como para las audiencias― BBC World Service, por tanto los presentadores nacionales tienden a asimilarse a la pronunciación británica. El caso de los hablantes canarios, sin embargo, es distinto: aquí no se trata de noticias nacionales o internacionales, sino de una televisión autonómica cuyo público es, en su mayor parte, canario y, por tanto, partiendo de la lógica de la radio de 2,9 65,3 32,7 9,8 80 10 49,8 47,2 3 4,5 79,2 16,3S2 S1 S0 Gran Canaria Santa Cruz Presentadores Políticos 155 Nueva Zelanda, el grupo de referencia no necesariamente tiene que ser el estándar utilizado en la Televisión Española. Por consiguiente, resulta llamativo que haya presentadores que imitan la variante estándar y otros pocos que dan preferencia al uso regional de /-s/. Aunque podríamos pensar que no todos los hablantes se imaginan el mismo grupo de referencia, cabría preguntarse cómo es posible que la misma situación discursiva ―al menos en el caso de los presentadores donde no hay diferencias ideológicas entre los discursos― provoca una u otra pronunciación. Además, no podemos hablar aquí de solo dos tipos de pronunciación ―una canaria y una estándar―, ya que hay numerosos hablantes que se quedan «a medio camino» entre las dos, dados los porcentajes mencionados. Aquí creemos que reducir a los hablantes a simples imitadores de una u otra variedad sería limitante y, sobre todo, imposible, ya que, en numerosos casos, no se puede decidir si pretenden ser más canarios o más uniformes con los locutores peninsulares. Además, aunque hay casos de sibilancia absoluta, queda en cuestión hasta qué punto quiere ser una adaptación o imitación, puesto que el seseo siempre queda presente. En otras palabras, el presentador cuya variedad nativa se podría clasificar como norma ß, seseo y aspiración de /-s/ implosiva, según Raúl Ávila (2011), en telenoticias sin embargo utiliza la norma α (seseo y mantenimiento de /-s/ implosiva). Es decir que, en ningún caso, este hablante puede ser confundido con un hablante de estándar peninsular, ya que este conforma la norma γ que implica la distinción entre /s/ y /θ/ y el mantenimiento de /-s/ implosiva. Afirmamos, pues, que esta teoría no se ha comprobado como válida, y al igual que afirman algunos autores (p. ej. Coupland, 2001; Finnegan y Biber, 1994; Eckert 2000; Rickford y Eckert, 2001; Rickford, 2001; Schilling-Estes, 1998; Traugott y Romaine, 1985), creemos que el hablante actúa como ente activo más que en respuesta a una audiencia concreta a la cual procura imitar. 7.3.3. Diseño de hablante 7.3.3.1. Los presentadores Según nuestros resultados, la tendencia en la Televisión Canaria en los informativos es que algunos presentadores no solo elevan el número de variantes estándares, sino que las usan preferentemente. Entre los más conservadores están, por ejemplo, los hablantes 4 y 7, que realizan las sibilantes casi en un 100 % de los casos, los hablantes 1, 2 y 10 cuyas sibilantes alcanzan más de un 65 % de todos los casos y los hablantes 3, 8 y 9 que demuestran más de un 40 % de sibilantes. Habiendo obtenido resultados muy diversos, subrayamos que esta diversidad no sería posible si existiera en RTVC un manual de estilo. Como ya hemos dicho, en 156 Canarias no existe una modalidad estándar propia (Trujillo, 2003, pp. 202-208) y, según se ha visto en el capítulo 4.3.2.2, en los medios canarios solo existe la Resolución de 21 de diciembre de 2003, del Director General, por la que se hace público el acuerdo del Consejo de Administración que aprueba las normas reguladoras de la emisión de publicidad por la Televisión Canaria y las Normas de estilo para los informativos de TVA, de los cuales ninguno establece una forma de pronunciación concreta como correcta o apropiada. Por lo tanto, tenemos que contar con elecciones lingüísticas que son dependientes de una situación extralingüística. Es necesario añadir que, aparte de la inexistencia de reglamentos lingüísticos oficiales de la Televisión Canaria, asimismo podemos excluir la existencia de una norma interna que controle u obligue a los presentadores a pronunciar de una forma más estándar o más canaria debido a las diferencias drásticas de los índices de sibilancias y elisiones entre los profesionales. Las elecciones lingüísticas que efectúan los presentadores, por tanto, provienen de una concepción propia e individual de lo apropiado o lo adecuado. La variedad castellana ―debido al estatus socioeconómico canario (Morgenthaler García, 2008), la percepción del español peninsular como la cuna del español (Ortega Ojeda, 1981), la educación centralista (p. ej. Pérez Vidal y Almeida, 1990; Morera, 1997a; Trujillo, 2003) y el predominio de la norma castellana en la televisión y radio (Hernández, 2006, p. 48)― sigue siendo considerada como habla pública, distante y más correcta (Blas Arroyo, 2008; Cestero y Paredes, 2015; Morgenthaler García, 2008). Es verdad que, como hemos visto, también existen actitudes positivas hacia el canario. Estas están relacionadas, ante todo, con las cualidades humanas, lo afectivo y cercano (Blas Arroyo, 2008; Cestero y Paredes, 2015; Morgenthaler García, 2008). Dada la tendencia conservadora de los presentadores podemos afirmar que no son esos valores los que los presentadores buscan expresar. Si tomamos en cuenta las actitudes negativas, en Canarias y fuera del Archipiélago sigue existiendo una percepción del canario como más incorrecto y más rural (tal como lo afirman los estudios de actitudes previamente mencionados). Aunque entre los canarios prevalecen actitudes positivas (Morgenthaler García, 2008), parece que los presentadores se rigen por dicha actitud y eligen la variante estándar S1 ya que el castellano y el español estándar son considerados más correctos, profesionales y serios, según se ha evaluado en dichos estudios. Además, según se ha visto, el español estándar o el español castellano suelen estar ligados al ámbito público, mientras que el canario al ámbito de cercanía. 157 También es necesario mencionar que los presentadores de teleinformativos muchas veces solo tienen una función, que es leer las noticias en vivo. Su manera de obtener respeto laboral está fuertemente ligada a este momento concreto y, por tanto, la presión para crear una persona profesional y seria a través de la lengua aumenta. Esta presión se ve intensificada, precisamente, en regiones como Canarias o Murcia, cuya habla está muy alejada de la variedad estándar. Los hablantes de los medios de regiones más alejadas del estándar lingüístico del país suelen estar altamente condicionados por factores extralingüísticos como las actitudes existentes hacia la variedad (Cutillas-Espinosa y Hernández-Campoy, 2007). Aparte de los presentadores mantenedores de S2, como ya hemos indicado, hay hablantes que resultan ser más innovadores a pesar de estar en la misma situación comunicativa, como el hablante 6. El hablante número 6, Miguel Ángel Daswani, es presentador de las Telenoticias y, al mismo tiempo, en los últimos 10 años ha sido el director de informativos de la Televisión Canaria. Este presentador destaca en nuestra muestra por el empleo de las formas vernáculas canarias. Según se observa en la Figura 18 (y como ya hemos indicado en alguna ocasión), este hablante solo emplea un 2,7 % de variantes estándares, un 84,5 % de soluciones S1 y un 14 % de elisiones. Fig. 18. Distribución de variantes de /-s/ en el discurso del hablante 6 (frecuencias relativas). Miguel Ángel Daswani demuestra una pronunciación comparable con la pronunciación innovadora del habla culta de Gran Canaria expuesta anteriormente, mientras que el resto del equipo de los informativos se esfuerza para reconstruir las sibilantes. Por tanto, surge la pregunta: ¿cuál es la motivación del presentador para el uso de las formas vernáculas? En una entrevista acerca de su trabajo, Daswani aclara acerca de cuál es la función principal de un presentador de noticias: «Para mí, lo fundamental es transmitir credibilidad. Y la credibilidad en pantalla se consigue siendo natural y utilizando un lenguaje cercano [...]». (Ledesma, 2015). 2,7 84,5 14 S2 S1 S0 158 Estamos, entonces, ante un caso de un hablante que reconoce que está creando una persona que es creíble, natural y cercana. En ello se observa lo que Coupland (2001) reconoce como un proceso creativo que, sin embargo, viene asociado con «lo apropiado», dadas las circunstancias. Además, es necesario añadir que, en la teoría de diseño de hablante, la creación de una cierta identidad se logra a través de un empleo de variantes lingüísticas que siempre se asocian con una persona o un grupo determinado, una cualidad ideal o con valores concretos (Schilling-Estes, 2008, p. 390). Según se ha visto en los estudios de Morgenthaler García (2008), Cestero y Paredes (2015) y Blas Arroyo (2008), los valores transmitidos a través de la variedad castellana y la canaria no son coincidentes. Aunque Daswani podría optar por la variante castellana S2, puesto que suele ser percibida como más correcta, clara y áspera, opta por las variantes vernáculas. Estas, claro está, pueden estar percibidas negativamente ―como más incorrectas o rurales―, pero al mismo tiempo conllevan el valor de lo cercano. Dada la diferencia entre las hablas de los presentadores, estamos de acuerdo con la teoría de diseño de hablante, ya que en nuestro estudio hallamos diseños particulares. No obstante, consideramos necesario tomar en cuenta un estudio de limitaciones sociales que sufren los hablantes. En la RTVC y, particularmente, en los programas informativos, además, destaca la ausencia de un manual de estilo o un reglamento interno que cree una norma para los presentadores68 . Esta falta, por un lado, puede dar una libertad a los presentadores a pronunciar de su forma preferida y crear una persona, pero, por otro, puede causar una inseguridad lingüística y mayor sensibilidad a la percepción social negativa de una modalidad lingüística y hacerles optar por una modalidad estándar. Sea como fuere, las elecciones lingüísticas y el diseño del hablante están ligados a las actitudes y limitados por ellas, por tanto, no deberían nunca estar aislados de las actitudes existentes en la sociedad, ya que estas están fuertemente relacionadas con la identidad que uno quiere proyectar. Ahora bien, como ya hemos visto, las actitudes existentes en una sociedad, igual que el grado de inseguridad lingüística69 , pueden variar de hablante en hablante. Esto se observa, incluso, en una situación tan homogénea como la de los presentadores quienes demuestran el mismo nivel de estudio, la misma categoría profesional y son de la misma generación. La pregunta que surge consecuentemente 68 Compárese esta situación con la situación en la radio murciana y la teoría de script design en el capítulo 4.4.3 «Diseño de hablante». 69 Según Morgenthaler García (2008, p. 352), más que juicios negativos propios, lo que sufren algunos hablantes canarios es una inseguridad lingüística causada por la ausencia de una norma unificada de la variedad canaria (Morgenthaler García, 2008, p. 352). Véase el capítulo 8 Estudios de caso para ver un caso de inseguridad lingüística. 159 es: ¿Qué es lo que causa las elecciones lingüísticas de estos hablantes concretos y por qué parecen responder a actitudes distintas y demuestran distintos niveles de asimilación a la pronunciación estándar? Con la finalidad de contestar a esa pregunta, entender la razón del diseño de discurso y destapar todas las variables y limitaciones sociales que pueden influir en el diseño del habla, sería recomendable un estudio de actitudes personales hacia el canario por un lado, y por el otro, un estudio cualitativo de variables de postestratificación más personales que puedan hacernos entender los valores individuales de las personas. Entre ellas, una de las más importantes, sin duda, sería el estudio de integración en los valores comunitarios, opinión sobre la norma lingüística estatal, opinión sobre el español canario, el contacto con los medios locales y nacionales, contacto con la Península o con los peninsulares, redes sociales personales, orientación política, relación con las tareas domésticas y el cuidado de los hijos, pero también el modo de vida de los padres y su origen70 . De este modo, tal y como lo ha señalado Coupland (2001), se puede evitar una generalización errónea de modelos teóricos y, al mismo tiempo, se puede entender la variación estilística como una variación multidimensional que debe estudiarse bajo enfoques multidisciplinarios. 7.3.3.2. El habla culta canaria y los políticos. El habla de los políticos ―igual que el habla de Daswani― confirma que existen índices muy bajos de sibilantes en el habla culta del Archipiélago. Estos hablantes, obviamente no se identifican con la pronunciación de /-s/ estándar y en una situación de la mayor consideración social, prefieren la pronunciación innovadora canaria. Aunque la metodología cuantitativa elegida nos ha permitido exponer a todos los miembros de nuestra muestra a una situación homogénea y comparable con la de los presentadores ―discurso leído y dirigido a otros hablantes canarios―, afirmamos que no ha sido suficiente para confirmar el diseño del hablante y que, por tanto, los datos no son concluyentes. A diferencia de los presentadores ―en cuyo caso podemos afirmar una clara divergencia de la modalidad regional― entre los políticos y los estudios del habla de Gran Canaria y Santa Cruz hemos registrado diferencias muy pequeñas. Por lo tanto, no podemos afirmar con certeza que los hablantes diseñen su habla más hacia lo vernáculo o hacia lo estándar con la finalidad de crear una persona. Es cierto que hemos detectado que los políticos tinerfeños se muestran menos conservadores de lo que se ha confirmado en el sociolecto alto de Santa Cruz 70 Véase, p. ej. Vida Castro (2004) para observar un cuestionario que enfoca dichos factores. 160 (Almeida, 1990a); sin embargo, afirmar que se trata de una estrategia para agradar a los votantes canarios sería muy precipitado. Primero porque los datos con los que podamos comparar sus resultados (Almeida, 1990a; Samper Padilla y Hernández Cabrera, 1995) no son suficientemente actuales y no cubren el habla de toda la isla (incluyendo las zonas rurales). Y, segundo, porque, en sus discursos, los políticos se dirigen principalmente a otros políticos, y no a votantes potenciales. Por otra parte, dado el comportamiento del hablante 24, tampoco podemos excluir la creatividad de los hablantes, dado que el hablante 24 utiliza más sibilantes que su audiencia presente y más que el posible grupo de referencia que, en este caso, serían de nuevo los habitantes del Archipiélago. Con el objetivo de entender este caso de hablante y con el objetivo de poder confirmar y entender el diseño del hablante en el discurso político canario, debería complementarse nuestra investigación con un estudio cualitativo de los hablantes. Igual que en el caso de los profesionales de los medios, sería recomendable efectuar un cuestionario sociológico con la finalidad de entender los valores de cada uno de los hablantes, las actitudes, y la posible inseguridad lingüística. Además, sería recomendable examinar a cada uno de los políticos en cuestión en diferentes situaciones discursivas, siendo una de ellas, sin duda, un discurso público dirigido a los votantes71 , con la finalidad de observar, si dichas situaciones incitan a los políticos a crear su propia persona que dependa de los valores que quieran proyectar. 7.4. VARIACIÓN EXTERNA: CONCLUSIONES En el presente capítulo nos hemos dedicado a la influencia que ejercen algunas variables principales en la variación de /-s/ implosiva. Las variables estudiadas han sido «origen», «sexo» y «tipo de discurso». En el caso de todas las variables hay que subrayar que los hablantes no han presentado una variación similar, sino que hemos detectado diferencias dentro de los dos grupos de hablantes. Esta variación individual ha interferido bastante en nuestras variables, por tanto, la cuantificación de los datos ha sido más fructífera en la variable «tipo de discurso». La variable «origen» no se ha comprobado como significativa en la variación. Mientras que en el caso de los políticos los porcentajes simplemente son equiparables, en el caso de los presentadores esta variable está muy influida por el carácter conservador o innovador de los hablantes concretos, es decir, no comparten 71 Aunque habíamos considerado la opción de incluir el discurso público en la presente investigación, no lo hicimos por la enorme dificultad de conseguir todos estos políticos en tal situación y por la imposibilidad de encontrarles leyendo. 161 una tendencia fonética común a base de su origen. Han surgido resultados interesantes han surgido de la comparación de nuestros datos con los del habla culta de Las Palmas de Gran Canaria (Samper Padilla y Hernández Cabrera, 1995) y del sociolecto alto de Santa Cruz de Tenerife (Almeida, 1990a). Los presentadores no sorprenden por el grado mucho más alto de conservadurismo; los políticos, sin embargo, demuestran unos datos bastante innovadores con respecto a los datos más antiguos. Ante todo se trata de los tinerfeños, ya que los políticos solo emplean el uso de sibilantes en un 3,9 % de los casos y la elisión en un 16,1 %, mientras que los datos anteriores consideran los hablantes tinerfeños de clase socioeconómica alta más conservadores (un 8,5 % de sibilantes y un 7,3 % de elisiones). Por tanto creemos necesario efectuar un estudio del habla culta tinerfeña actual, con la finalidad de confirmar con certeza, si nuestros políticos tinerfeños de verdad son más innovadores que el resto de los hablantes nativos, o si los hablantes cultos de Tenerife se rigen por la norma culta de Las Palmas que irradia desde este centro al resto del Archipiélago. La variable «sexo», igual que el factor «origen», tampoco se ha demostrado relevante. En ambos grupos los resultados demostraron poca diferenciación porcentual, por lo cual no se ha confirmado la hipótesis alternativa. Este resultado, además, vuelve a confirmar algunos de los estudios canarios que no han evaluado el factor «sexo» como influyente en la variación (Almeida, 1990a; Pérez Martín, 1995; Samper Padilla 1990). En cuanto a la variable «tipo de discurso», hemos observado dos variantes: discurso en telenoticias y discurso político. Ambas situaciones son de gran consideración social y tienen el mismo grado de formalidad subrayado por el hecho de ser un discurso leído, según Labov. Además, ambos tratan temas relacionados con la situación en el Archipiélago. El resultado principal de nuestra investigación es que, aunque todos los miembros de nuestra muestra son isleños y se encuentran en una situación comunicativa relacionada con lo regional y, por tanto, sería esperado el carácter del habla culta canaria, muchos hablantes se alejan de esta. Esta tendencia se ve claramente influida por el tipo de discurso estudiado, donde los presentadores ―algunos más y algunos menos― se alejan de los índices de sibilancia canarios, mientras que en el discurso político existe una tendencia convergente con el habla culta canaria. Estos resultados nos permiten reaccionar, por consiguiente, a algunas teorías más estudiadas que reflejan la variación estilística. Primero, podemos confirmar que el grado de formalidad causado por el habla leída no es una variable significativa y 162 que no resulta fructífera en nuestro estudio, dado que ambos tipos de discurso son leídos. Es decir, que en nuestra muestra ocurren elecciones lingüísticas individuales que ―en cuanto a /-s/― no se ven restringidas por la lectura. La variación individual entre hablantes es tan significativa que no se pueden reducir estos hablantes a una única categoría estilística «atención prestada al discurso» y su variante «habla leída», tal como lo proponían los primeros estudios estilísticos (Labov, 1966; Trudgill, 1972 y 1974). Nuestro estudio tampoco ha confirmado la validez de la teoría de diseño de audiencia que se basa en la idea de que el hablante ajusta su habla a los destinatarios de su discurso. Dado que tanto las grabaciones de los plenos como los teleinformativos están dirigidos a los habitantes del Archipiélago, que son canarios en su mayor parte, no se explica el número elevado de sibilantes en el discurso del político, hablante 24, y en la mayoría de los presentadores. Aun tomando en cuenta la teoría de diseño de grupo de referencia que da cuenta de la fase iniciativa del habla y no solo de la fase responsiva como la anterior, la manera de pronunciar /-s/ varía de presentador en presentador. No existe solo una manera de pronunciar que sea la canaria o la estándar, sino que existen numerosos pasos intermedios. Por tanto, afirmar que solo existan los canarios como grupo de referencia o los locutores castellanos, por ejemplo, sería muy limitante y significaría descartar la actitud individual de los hablantes como creadores de discurso. A diferencia de las teorías responsivas, el modelo de diseño de hablante ya ofrece una explicación más satisfactoria y es que los hablantes son diseñadores de su propio discurso de acuerdo con la persona que desean proyectar. Aunque los estudios de Cutillas-Espinosa y Hernández-Campoy (2007) advierten que pueden existir limitaciones estructurales en forma de normas lingüísticas de pronunciación que denominan script design, no existe tal reglamento en la Televisión Canaria. Aun más interesante resulta, por tanto, la gran cantidad de presentadores que opta por la pronunciación estándar pese a la inexistencia de una norma prescrita. Esta nos revela la relación que tienen con el canario o con las actitudes que existen en la sociedad: mientras que el hablante 6 es consciente de la ventaja de la cercanía lingüística y se basa en las actitudes positivas hacia el canario, algunos prefieren alejarse de este y emplear la variante más prestigiosa. De ese modo podemos considerar la actitud lingüística y la situación de prestigio como restricción que sufre el diseño del hablante y, por tanto, no lo podemos considerar absolutamente libre en su creatividad lingüística. En cuanto a los políticos, se han encontrado diferencias individuales, aunque menores. No nos atrevemos, por tanto, a más que a recomendar que se realice un 163 nuevo estudio observando a cada político en situaciones distintas con la finalidad de observar hasta qué punto diseñan estos hablantes su habla. Igual que en el caso de los presentadores, además, sería recomendable conocer en detalle los valores individuales e ideologías políticas, con la finalidad de entender las variables que puedan tener influencia en su habla. Aunque el diseño del hablante es, para nosotros, inseparable del estudio de las actitudes en la sociedad, creemos muy necesario estudiar todo tipo de restricciones que pueden actuar como límites de la libertad del hablante para la construcción de una identidad concreta. Por tanto y con el objetivo de entender bien por qué algunos toman en cuenta la percepción positiva de la variante estándar y otros de la variante canaria, consideramos necesario complementar nuestro estudio ―tal como lo hace la etnografía del lenguaje o sicología social de la lengua― con un estudio de los valores personales e identitarios de los hablantes. De ese modo se posibilitaría atender al carácter multidimensional de la variación estilística. Sin ese tipo de estudio, nuestras observaciones acerca del diseño del hablante pueden resultar subjetivas e incompletas. 165 8. ESTUDIOS DE CASO En este capítulo vamos a dirigir nuestra atención a algunos casos particulares encontrados en la presente investigación. Se va a tratar, principalmente, de peculiaridades fonéticas de algunos presentadores. Estos hablantes, como ya hemos visto, se alejan de la variedad vernácula produciendo variantes estándares S2 con mayor frecuencia, hecho que puede provocar distintas maneras de realización de esta variante. En ocasiones, con la finalidad de ilustrar la pronunciación peculiar, nos serviremos de los políticos mismos como punto de referencia, dado que su pronunciación se ha evaluado como más auténtica y cercana al habla culta canaria. 8.1. PROLONGACIÓN DE LA DURACIÓN DE S2 La hablante 5 forma parte de los presentadores menos conservadores, cuyas realizaciones sibilantes son minoritarias, sin embargo, su frecuencia es más alta que la del habla culta canaria. Esta hablante ha pronunciado un 25,5 % de las soluciones S2, un 70,9 % de S1 y un 3,6 % de elisiones. Pese al número de variantes estándares relativamente bajo, en ocasiones se comprueba una exageración en la tensión articulatoria a la hora de pronunciar la variante S2. En la grabación estudiada para nosotros solo se encuentra este caso 2 veces, por tanto, hemos tenido que ampliar la grabación de la hablante, con la finalidad de observar si se trata de una práctica frecuente en su habla. Aunque esta peculiaridad 166 es fácilmente perceptible por medio de una simple audición, hemos efectuado un análisis espectrográfico con el objetivo de captar la duración de estas. En las grabaciones de Telenoticias 2 que hemos analizado, hemos localizado sibilantes de una duración de alrededor de 70-100 milisegundos, lo cual corresponde a una duración típica del castellano peninsular (Barrio Estévez y Tornel Castells, 1999, p. 17)72 y 15 soluciones S2 cuya duración hemos categorizado como excesivamente larga. Estas sibilantes solo son observables en la posición final de palabra y son de una duración entre 171 y 284 milisegundos. Si comparamos estas realizaciones con la duración de las sibilantes en la posición final realizadas por los políticos canarios estudiados como representantes del habla culta, obtenemos un contraste muy llamativo. En el discurso de los políticos, las soluciones S2 son de una duración de entre 33 y 96 milisegundos. Observemos las Figuras 19 y 20. Fig. 19. Representación espectrográfica de ‘buenas noches, empezamos’, hablante 5. 72 Según este estudio la variante sibilante en la posición final de la sílaba puede durar entre 63 y 133 milisegundos dependiendo de la posición prepausal o no prepausal y de la presencia o ausencia de acento en dada sílaba. Time (s) 136.7 138.5 0 7500 Frequency(Hz) 138.524617 bwe nah no t∫e s em pe sa mo s 286 203 Time (s) 136.7 138.5 138.524617 167 Fig. 20. Representación espectrográfica por el político ‘ilusiones’, hablante 24. Dichas representaciones espectrográficas ilustran las diferencias fonéticas entre el político, hablante 24, y la presentadora, hablante 5. En la Figura 19 se puede observar la pronunciación de las palabras ‘buenas noches, empezamos’ por la presentadora. Es interesante observar que, mientras que la primera /-s/ se queda aspirada, la segunda sufre una exagerada tensión con una duración de 286 milisegundos, igual que la palabra siguiente ‘empezamos’, cuya duración es de 203 milisegundos. Al contrario, la realización de la palabra ‘ilusiones’ por el político, resulta tres o cuatro veces más corta que el caso anterior, siendo la /-s/ final de una duración de 76 mseg. El caso de esta presentadora, por todo lo mencionado, es un caso de hipercorrección. Es decir, se trata de una situación cuando, en un intento de elevar su habla a un estado de mayor corrección ―debido a las actitudes comentadas anteriormente hacia el canario― la hablante sobrepasa los límites del habla culta de la región y, en este caso, del español peninsular también. Consecuentemente, este proceso resulta en una pronunciación artificial, chocante y alejada de la norma culta canaria. Un estudio similar se ha realizado en la televisión dominicana (Alba, 2011), donde la prolongación artificial de la consonante es muy frecuente. El autor del Time (s) 24.55 25.38 Time (s) 24.55 25.38 0 7500Frequency(Hz) 25.3783737 i lu sjo ne s 79 Time (s) 24.55 25.38 25.3783737 168 artículo formula cinco posibles explicaciones de la hipercorrección: inseguridad lingüística, mercado lingüístico, estilo formal de lectura, origen sociocultural bajo de los locutores y la acción de la escuela en la locución. Sin embargo, en nuestro estudio podemos excluir las últimas tres explicaciones, debido a que (1) la lectura no se ha comprobado como factor influyente en la pronunciación, (2) la presentadora no es de origen sociocultural bajo y (3) en RTVC no existe un organismo que dicte el modo de pronunciar a los presentadores. En cuanto al mercado lingüístico, no podemos estar seguros de la validez de este factor dadas las diferencias entre los hablantes. Esta teoría postula que existen ocupaciones cuya forma correcta de hablar está vinculada con su función laboral ―como profesores o presentadores― y, por tanto, el uso legítimo de la lengua puede tener repercusión en el éxito laboral y, posteriormente, en la situación económica del hablante (p. ej. Bourdieu, 1982, 1991). Sin embargo, mientras que la hablante 5 se hipercorrige, el hablante 6 utiliza las sibilantes raramente. Por consiguiente, tal como postula la teoría, resultaría que este segundo hablante es menos adecuado y cuya habla resulta menos «valiosa» en el mercado lingüístico, hecho que no podemos corroborar en la presente investigación, puesto que él elige esta habla con cierta finalidad. Finalmente, la explicación que nos parece más válida de todas es la de la inseguridad lingüística de la hablante. Dicha inseguridad se ha comentado en numerosas ocasiones como un rasgo de los hablantes canarios y se debe a la existencia de las actitudes negativas hacia el canario, la complejidad dialectal de la modalidad canaria, el sentimiento de inferioridad, el desprestigio del canario (p. ej. Hernández, 2004, p. 48; Morales Padrón, 1980, p. 146; Ortega Ojeda, 1981, p. 113; Trujillo, 2003, pp. 202-208) y a la inexistencia de una norma culta canaria (Morgenthaler García, 2008, p. 391). La inseguridad lingüística se puede expresar de formas muy distintas y, en esta hablante, precisamente, se observa a través de la hipercorrección fonética. Al mismo tiempo queremos añadir que se trata de una única hablante cuya habla muestra dicho fenómeno con lo cual se confirma el carácter muy diverso de nuestra muestra. 8.2. PALATALIZACIÓN DE S2 La hablante 7, natural de Gran Canaria, es la hablante más conservadora (99,1 % de soluciones sibilantes). Además, en los 180 segundos estudiados, encontramos 35 soluciones palatalizadas. Es decir que el fonema implosivo /-s/ se realiza como una fricativa palatoalveolar sorda [∫]. Esta solución no aparece siempre, sino que se 169 observa únicamente en la posición implosiva seguida de una oclusiva /t/ y, cuando va seguida de una realización del fonema /d/, se realiza como una fricativa palatoalveolar sonora [ʒ]. Obsérvense las Figuras 21 y 22. En la Figura 21 se puede observar la fricativa alveolar en la posición interna, dentro de la palabra ‘estupefacientes’. A diferencia de las soluciones típicas [s], que se sitúan entre 4000 Hz y 8000 Hz y cuya mayor amplitud (mayor nivel de negror) se observa alrededor de 6500 Hz, esta consonante es de frecuencias más bajas y presenta el mayor negror entre 2700 Hz y 5500 Hz. El resto de las sibilantes se puede definir como sibilantes típicas canarias tal como la definieron Martínez Celdrán (1984, p. 321) y M. Alvar (1968, pp. 65-70). Fig. 21. Representación espectrográfica de ‘estupefacientes’, hablante 7. En la Figura 22 está la representación espectrográfica de ‘tres días’ donde se puede observar el mismo fenómeno, aunque con la consonante sonorizada y final de palabra, seguida por la aproximante dental sonora. Time (s) 5.835 6.753 0 7500 Frequency(Hz) 6.75282517 e ∫ tu pe fa sjeN te s Time (s) 5.835 6.753 6.75282517 170 Fig. 22. Representación esp ectrográfica de ‘tres días’, hablante 7. Las soluciones palatoalveolares de dicha hablante son un fenómeno único en nuestra muestra. Si comparamos su pronunciación con la de la presentadora hablante 9, y la política hablante 15, nos damos cuenta de que, en el mismo contexto fónico ―posición implosiva ante /-t/― el fonema implosivo /-s/ no se realiza como palatoalveolar. En ambos casos la mayor amplitud es observable alrededor de 7000 Hz y sus frecuencias empiezan a partir de 3000 Hz. Fig. 23. Representación espectrográfica de ‘este’, presentadora, hablante 9. Time (s) 15.96 16.18 0 7500 Frequency(Hz) 15.9591083 16.1750066 e s te Time (s) 15.96 16.18 15.9591083 16.1750066 171 Fig. 24. Representación espectrográfica de ‘justo’, política, hablante 15. Viendo la pronunciación de la hablante 7, surge una pregunta: ¿qué es lo que motiva a la presentadora a producir dicho sonido? Como ya hemos dicho, esta es la presentadora más conservadora de todos y demuestra la pronunciación más cercana al estándar de todo el equipo de RTVC. Con la excepción del seseo, esta presentadora se ajusta absolutamente al carácter del español peninsular del centro y norte, hecho que se puede observar, entre otras, en las realizaciones de /t∫/ y /x/ y cuyo estudio pormenorizado es, sin duda, muy recomendable. Lo presente podría significar que la pronunciación palatoalveolar no es un error no controlado que surge en algunos contextos muy concretos, sino que se trata de una pronunciación muy consciente dado el nivel de autocontrol de la presentadora y la artificialidad de su habla. La hipótesis que mantenemos, por lo tanto, es que se trata, igual que en el caso de la hablante 5, de un caso de hipercorrección donde la hablante, debido al intento de alejarse de la pronunciación predorso-alveolar y asimilarse a una pronunciación ápico-alveolar típica de la pronunciación peninsular con la excepción de Andalucía (Moreno Fernández, 2009a, p. 154), sobrepasa su límite y produce una realización fricativa palatoalveolar. Con la finalidad de entender por qué se produce dicha fricativa que solo se ve favorecida en el contexto preconsonántico específico, recomendamos un estudio posterior del fenómeno desde el punto de vista articulatorio teniendo en cuenta los distintos contextos fónicos y resultados acústicos que producen. Al mismo tiempo, como ya hemos mencionado, es recomendable un estudio complejo de la pronunciación de la hablante, ya que su habla resulta especialmente artificial y Time (s) 127.1 127.6 0 7500 Frequency(Hz) 127.102867 127.56956 xu s to Time (s) 127.1 127.6 127.102867 127.56956 172 singular en el mundo hispanohablante, puesto que combina los elementos más característicos de la pronunciación estándar española y el seseo canario. 8.3. PROCESO METATÉTICO Según hemos comentado en el capítulo dedicado a la metodología, existen varios tipos de realizaciones no estándares en el español canario. Una de ellas es la asimilación a la consonante siguiente. Un estudio de Marero Aguiar afirma que en el contexto ante una oclusiva puede surgir una constricción o fricción producida por la acción de disponerse los órganos fonadores para la articulación de la oclusiva al mismo tiempo que se emite la aspirada [h] (1990, p. 358). El caso del hablante 2, sin embargo, es distinto. Se trata de un hablante relativamente conservador (71,3 % de sibilantes, 25,9 % de aspiradas, 2,8 % de elisiones) cuya realización del segmento /-st-/ se aleja de la descrita anteriormente. Independientemente de si la implosiva se realiza como [s], [s ] o [h], en dicho contexto este hablante efectúa una fuerte postaspiración o, más bien, metátesis, cuyo resultado es la producción del sonido africado sordo [ts]. Como se observa en el caso de ‘terrorista’, la pequeña sibilancia va seguida por una sibilancia significativa que empieza a partir de 4000 Hz y que se junta con la oclusión [t]. Fig. 25. Representación espectrográfica de ‘terrorista’, hablante 2. 173 Este proceso es similar a la metátesis descrita por Ruch (2013) en el español andaluz. Esta autora observa un proceso metatético donde la aspiración se realiza después de la oclusión formando una africada dentoalveolar sorda [eth e] o [ets e] este. Si observamos los hablantes políticos, el contexto /-st-/ tiene dos realizaciones más frecuentes: una, donde la aspiración o elisión ocurren ante una oclusión y la oclusión no va seguida de ningún tipo de aspiración [eh te, ehte], y la otra, donde la aspiración ocurre delante de una oclusiva y después de ella [eh th e] o solamente después de ella [eth e]. Estos últimos se acercan a la realización típica de este presentador, sin embargo, en el discurso político, en ningún caso observamos una sibilancia tan claramente definida como en este hablante. Obsérvense las Figuras 26 y 27 con la realización de la palabra ‘puesto’ por el político hablante 24, e ‘impuesto’ por la presentadora hablante 5. En el primer caso se puede observar una aspiración ante oclusiva seguida por una oclusiva claramente visible compuesta de un momento de silencio y una explosión de aire representada por una línea negra vertical. En la segunda representación espectrográfica se puede apreciar una clara aspiración ante el cierre y la explosión. Además, se detecta una postaspiración en forma de [th ], dando el resultado de [impwéhth o]. Como se puede ver, en contraste con la realización sibilante de [terorís tsa] del presentador, aquí el elemento postaspirado es de frecuencia más baja (a partir de 3000 Hz) y de menor intensidad. Fig. 26. Representación espectrográfica de ‘puesto’, política, hablante 15. Time (s) 27.25 27.68 0 7500 Frequency(Hz) 27.6820945 pweh t o Time (s) 27.25 27.68 27.6820945 174 Fig. 27. Representación espectrográfica de ‘impuesto’, político, hablante 24. Ambas soluciones, [h t] y [th ], aparecen en los discursos de los políticos y, asimismo, de los presentadores. A diferencia del español andaluz, la sibilancia [ts], tal como la realiza este presentador, sin embargo, no parece formar parte de una realización característica de la modalidad canaria, sino que se trata de una exageración del sonido sibilante. Aunque esta realización puede formar parte del idiolecto del presentador, dados los resultados del presente estudio y los índices del conservadurismo de este hablante, somos partidarios de la tesis de que más bien se puede tratar de una exageración del sonido sibilante, debido a su intento de producir un sonido más prestigioso. Con la finalidad de tener absoluta certeza de que se trata de un rasgo motivado por la situación en la que se encuentra el hablante, más que por su propia forma de hablar, sería recomendable completar este estudio con un estudio del mismo hablante en una situación informal y espontánea y observar si se vuelve a repetir este patrón o si el hablante prefiere una aspiración típica canaria. En este segundo caso se comprobaría lo que nosotros intuimos, y es que se trata de una exageración de sibilancia con el uso de la sibilante en un contexto erróneo con respecto al español estándar. Time (s) 4.205 4.81 0 7500 Frequency(Hz) 4.8101699 im pweh th o Time (s) 4.205 4.81 4.8101699 175 8.4. ESTUDIOS DE CASO: CONCLUSIONES Habiendo descrito tres casos peculiares, confirmamos que existen distintas estrategias de los hablantes a la hora de realizar la sibilancia en posición implosiva y final. También se puede observar que estas se producen en una situación de gran consideración social ―emisión de telenoticias― en los casos cuando el habla-objetivo se aleja del habla característica del hablante. Este proceso puede resultar, en ocasiones, en una hipercorrección, como se ha visto en el caso de prolongación de la duración de S2, hecho que nos puede hacer ver la inseguridad lingüística de dicha hablante. En los capítulos anteriores hemos apelado a la necesidad de efectuar un estudio de variación interna y externa y llevar a cabo un estudio individualizado con la finalidad de entender por qué algunos presentadores responden a las actitudes hacia una u otra variedad o sufren de mayor o menor inseguridad. Aquí nos gustaría añadir que además, como hemos podido ver, existen distintas respuestas fonéticas, es decir, que una situación concreta no solo causa una pronunciación A o B, sino que también cada hablante puede demostrar una estrategia propia como, por ejemplo, la imitación de la fricativa predorso-alveolar (hablante 7) o una pronunciación exageradamente tensa de /-s/ en posición final (hablante 5). Por lo tanto, en este tipo de estudios, nos parece necesario prestar atención, además de los aspectos mencionados, a la descripción fonética de cada hablante, ya que este puede no solo señalar la posible peculiaridad fonética de por sí, sino que, como se ha visto en el primer caso, puede ayudarnos a profundizar o confirmar una situación sociolingüística de una variedad regional. 177 9. CONCLUSIÓN El objetivo del presente trabajo ha sido describir e interpretar la variación fonética en el discurso de los presentadores y los políticos canarios desde el punto de vista lingüístico, social y estilístico. Nuestro trabajo, además, reacciona a una serie de realidades vinculadas con la variedad canaria y la lingüística canaria: el estatus del hablante canario y su modalidad lingüística, la falta de estudios lingüísticos interpretados desde el punto de vista de la evaluación de la lengua, la inexistencia de estudios estilísticos actuales y la falta de estudios minuciosos e interpretativos del habla de los locutores de los medios. Los principales resultados obtenidos en nuestro trabajo conciernen la diferencia en los índices de sibilantes, aspiradas y elididas entre los discursos de los presentadores y los políticos. Los presentadores se han mostrado como un conjunto de hablantes muy conservador, ya que llegan a mantener la [s] diez veces más frecuentemente que los políticos canarios. De ese modo se ha observado que, según los estudios del habla culta canaria (Samper Padilla y Hernández Cabrera, 1995), los políticos mantienen índices mínimos de sibilantes comparables con el habla formal de los hablantes de nivel sociocultural alto de Las Palmas de Gran Canaria. Los presentadores, al contrario, se alejan notablemente tanto del uso culto de la región, como del uso normal en las islas de Gran Canaria y Tenerife. Nuestra primera hipótesis, por lo tanto, se ha confirmado. (1) Nuestra primera hipótesis propone que los presentadores se alejarán notablemente de las modalidades canarias mostrando un elevado número de soluciones conservadoras, mientras que los políticos mantendrán índices muy 178 comparables con los índices del habla culta canaria según Samper Padilla y Hernández Cabrera (1995). Es necesario insistir aquí en que igual que no existe una norma culta canaria oficial (Trujillo, 2003), no existe nigún documento en la Televisión Canaria que obligue a los profesionales a pronunciar la /-s/ de una determinada forma. El presente hecho es observable, además, en la práctica, puesto que, contra lo esperado, hallamos diferencias drásticas en la pronunciación de distintos presentadores. Quizá la diferencia más llamativa es entre el hablante 6 que, al igual que muchos políticos, casi no realiza la sibilante (solo en un 3 % de los casos), mientras que el hablante 2 realiza un 100 % de las /-s/ como sibilantes. Por lo tanto, no nos queda ninguna duda acerca de la elección libre de los profesionales de una pronunciación más conservadora o más innovadora. Con la excepción de dos presentadores, todos los hablantes emplean las tres variantes, S2, S1 y S0, hecho que nos ha permitido observar algunos patrones generales en la variación interna. A base de nuestros resultados hemos confirmado la segunda hipótesis. (2) En cuanto a la variación interna, las principales tendencias en las modalidades innovadoras (Alba, 1980; Almeida, 1990a; Cedergren, 1973; Lipski, 1985; López Morales, 1983; Moya Corral, 1979; Samper Padilla, 1990; Vida Castro, 2002) sí serán comparables con las de los políticos canarios y, al mismo tiempo, presentarán ciertas diferencias con respecto al habla de los presentadores. En este capítulo estudiamos cuatro tipos de variables: «contexto fónico», «posición» interior o final de palabra, «posición en la FN» y «número de sílabas». Las primeras dos variables internas han sido elegidas a base de numerosos estudios mencionados que han comprobado su validez. La posición en la FN, asimismo, se ha tratado en varios estudios, aunque en la presente investigación hemos empleado una codificación ajustada a nuestra investigación, prestando mucha atención al patrón de la presencia y ausencia de la sibilante. El número de sílabas, de nuevo, es un factor que se ha visto en algunos estudios, aunque no es tan habitual. Nuestro estudio ha confirmado dichos factores como significativos para la variación interna. Sin embargo, subrayamos que estas variables ejercen una influencia ligeramente distinta en cada grupo. Por lo tanto, hemos evaluado como muy fructífero tomar en cuenta la variable estilística «tipo de discurso» a la hora de atender a la variación interna. Mientras que los políticos están de acuerdo con algunos patrones generales de las variedades innovadoras y, aparte de algunas salvedades, confirman las mismas tendencias que los estudios realizados en Gran Canaria y Tenerife, el discuro de las noticias se sale de algunas estadísticas típicas. 179 Las realizaciones sibilantes, en primer lugar, y aspiradas se encuentran con mucha frecuencia en la posición final de palabra, en contexto prepausal, en segunda posición de la FN de dos miembros y en tercera posición de la FN de tres miembros y en palabras polisílabas. Estas variantes de las variables internas, especialmente en Canarias, motivan mayor tendencia al debilitamiento y elisión. Consideramos, por lo tanto, que el presente fenómeno destapa cierto intento artificial de los presentadores de restituir la [s]. Estos datos, al mismo tiempo, atestiguan que existen determinadas variantes de variables internas que facilitan a los hablantes de una variedad innovadora a acercarse o, incluso, imitar la sibilancia del español estándar peninsular. A la hora de tratar la variación externa, conviene tener muy presente la manera individual de realizar las /-s/. Por lo tanto hemos tratado las variables «sexo» y «origen» con más prudencia. En el capítulo 7 se ha observado que, en cuanto al discurso de telenoticias, la intención propia del hablante imposibilita sacar conclusiones acerca de estas variables. En lo que atañe el factor «origen» y el discurso político, observamos un resultado relativamente chocante y es que, al omitir el político más conservador de la muestra, no existen grandes diferencias entre los políticos grancanarios y tinerfeños. El presente hecho contradice los estudios anteriores que postulan que el habla de Gran Canaria es más innovadora y la de Tenerife ―incluso entre las variedades innovadoras― destaca como bastante conservadora. Igualmente, si comparamos los estudios del habla culta de Las Palmas y el de la clase socio-económica alta de Santa Cruz, hallamos una diferencia que no se ha encontrado en nuestro estudio. Los resultados de la presente investigación, al contrario, demuestran que tanto los políticos grancanarios como los tinerfeños demuestran mínimos porcentajes de sibilancia (alrededor de un 3 %) y relativamente altos porcentajes de elisión (alrededor de un 17 %). Rechazamos, por tanto, la tercera hipótesis acerca de la significación de la variables «origen» en el discurso político, al mismo tiempo que confirmamos la parte referida al habla de los presentadores. (3) Igual que en los estudios dialectológicos canarios (Almeida 1990a, 1990b), los políticos grancanarios presentarán índices más altos de realizaciones progresivas y los tinerfeños más conservadoras, mientras que, en el discurso de los presentadores, el origen geográfico no se mostrará como variable relevante debido a la preferencia artificial del uso de sibilancias en ambos grupos. Además añadimos que nuestros resultados pueden tener dos posibles explicaciones. (1) Los políticos utilizan una variedad hiper-vernácula con la finalidad de agradar más a los posibles votantes. (2) En Canarias se ha producido un cambio 180 en los últimos treina años, en los cuales Las Palmas como importante centro de prestigio y de irradiación de la «norma» canaria ha influido en el habla en el resto de las islas. Aunque creemos esta segunda explicación más verosímil dado que el prestigio de Las Palmas se ha confirmado en numerosos trabajos (p. ej. Almeida y Díaz Alayón, 1988; Almeida, 1989 y 1990b; Lorenzo Ramos, 1988; Trujillo, 1970, 1980, 1981 y 2003), consideramos importante que se efectúe un análisis del habla de los políticos en varias situaciones discursivas con la finalidad de poder rechazar la primera explicación y actualizar los estudios dialectológicos de ambas islas. En cuanto al factor «sexo», no hallamos una diferencia significativa entre las mujeres y los hombres en ambos grupos. El hecho de que no se haya comprobado la significación de la variable «sexo» refuta nuestra cuarta hipótesis: (4) Dada la tendencia general de las mujeres a acercarse al habla estándar (p. ej. Moreno Fernández, 2009a; López Morales, 2004) observada, asimismo, en algunos estudios canarios (Almeida, 1990b; Almeida y Díaz Alayón, 1988), las mujeres presentadoras y políticas presentarán más soluciones conservadoras que los hombres. Al mismo tiempo, el hecho de que las mujeres y los hombres políticos saquen números comparables podría confirmar lo que se había confirmado en determinados estudios canarios (Almeida 1990a, Samper Padilla, 1990, Pérez Martín, 1995) (véase el capítulo 4.3.1.1 Variable «sexo») y es que en Canarias no existe una diferencia significativa entre las mujeres y los hombres en este respecto. No nos permitimos, sin embargo, sacar una conclusión de dimensiones tan grandes a base de nuestra pequeña muestra. Por lo tanto consideramos que sería muy fructífero actualizar el estudio de la variable «sexo» en el Archipiélago con la finalidad de obtener números actuales y resultados unívocos acerca de la validez de dicha variable. En la última parte de los resultados nos dedicamos con detalle a una variación crucial hallada en nuestra muestra y es la que es provocada por la variable estilística «tipo de discurso». Se han tratado, principalmente, tres teorías de variación estilística: atención prestada al habla, diseño de audiencia y diseño de hablante. La primera, atención prestada al habla, propone que el hablante opta por unas u otras variantes lingüísticas y de manera acorde sube el nivel de formalidad y atención que presta al discurso. Según esta teoría de Labov (1966 y 1972) y Trudgill (1972 y 1974), el habla leída es una variante de la variable «atención». Basándonos en nuestros resultados, consideramos esta teoría como no válida ya que la diferencia hallada entre dos discursos que son leídos es enorme. No postulamos, claro está, que esta teoría no sea aplicable en otro tipo de estudios ―es cierto que su validez ha sido 181 demostrada en los hablantes de Telde (Cabrera Frías, 2003)― sino que al juzgar dos situaciones tan específicas resulta insuficiente. Igualmente hemos decidido descartar la teoría del diseño de audiencia de Bell (1984, 1991, 1997 y 2001). Esta cuenta con la competencia acomodativa de cada hablante, es decir, que el hablante elige las variantes lingüísticas en respuesta a su público. Dado que ambos discursos están dirigidos principalmente a hablantes canarios, no se confirma la adaptación al habla del público en el grupo de los presentadores, mientra que en los políticos los datos no son concluyentes. Tampoco se sostiene la teoría del diseño de referente, puesto que ni los presentadores más conservadores se adaptan absolutamente lingüísticamente a un referente peninsular (outgroup referee), sino que, en la mayoría de los casos, solo aumentan ―ligeramente o drásticamente― el número de sibilantes. La teoría de diseño de hablante, por otro lado, utiliza un enfoque distinto y propone que el hablante es creativo y diseña con su discurso la identidad que pretende proyectar. Consideramos, a base del estudio de las actitudes existentes en Canarias, que esta teoría es la que más explicaciones ofrece para la variación de nuestra muestra. Los presentadores, según la identidad que pretenden proyectar o la impresión que quieren dar, efectúan ciertas elecciones lingüísticas, partiendo de las connotaciones sociales que tiene la variedad canaria en oposición a la variedad estándar. Como se puede ver en el marco teórico, el canario tiene muchas connotaciones positivas en cuanto a las cualidades humanas, la simpatía, la identidad insular, sin embargo, en el ámbito profesional sale ganando, según muchos estudios, el español estándar o el español castellano, ya que este se ve vinculado con mayor seriedad, profesionalidad o éxito económico. De ese modo nos encontramos con presentadores que evitan absolutamente la variante típicamente canaria y la reemplazan por una castellana. Obsérvese el ejemplo de la hablante 7 en el capítulo 9, como ejemplo de una presentadora cuya forma de pronunciar imita minuciosamente el español estándar, con excepción del seseo. Al mismo tiempo, no son todos los presentadores que se ven influidos por las actitudes positivas hacia el estándar. Así, nos encontramos con un presentador cuyo valor fundamental, según él mismo admite, es la credibilidad y cercanía. Por lo tanto, opta por la variante canaria, ya que esta representa mejor estos valores. En cuanto a los políticos, no nos atrevemos a confirmar la validez de diseño de hablante ni rechazar totalmente la teoría de diseño de audiencia, ya que aquí la metodología utilizada solo nos ha permitido describir los discursos políticos. Sin embargo, no ha sido suficiente para sacar conclusiones acerca de las dos teorías. Hay que añadir que el hablante 24 sí se muestra más conservador y con bastante 182 diferencia, lo cual podría demostrar que se trata de un diseño de este hablante con la finalidad de proyectar una persona concreta. Con el objetivo de averiguar la validez de las teorías, sería recomendable optar por una metodología distinta y analizar el habla de los políticos en varias situaciones discursivas y compararlas. De ese modo sería posible clasificar si su discurso es responsivo o creativo o si existe alguna otra interpretación de los resultados. Por todo lo anterioremente dicho, la quinta hipótesis se puede confirmar en cuanto al habla de los presentadores, mientras que en el análisis del discurso político nos hemos encontrado con ciertas limitaciones metodológicas que no nos permiten confirmar o rechazar su validez: (5) A base de la muestra se confirmará que la lectura del texto (según el modelo de atención prestada al habla (attention to speech) propuesto por Labov, 1966 y 1972; Trudgill, 1972 y 1974) no es relevante para la variación, igual que no se detecta el diseño del habla a base del tipo de audiencia (audience design, p. ej. Bell 1984, 1991 y 2001). Al mismo tiempo, se mostrará como verosímil la teoría de diseño de hablante (speaker design, p. ej. Coupland, 1985 y 2001; Eckert, 2000; Rickford, 2001; Schilling-Estes, 1998) acerca de la creatividad de los hablantes. El diseño del habla de nuestros hablantes, además, se verá altamente influido por las actitudes lingüísticas existentes hacia el canario y hacia el estándar. Aunque consideramos que, allí donde no existe un guion único que normalice una u otra pronunciación, las actitudes lingüísticas existentes en la sociedad hacia una modalidad lingüística son un fuerte condicionante de la variación, creemos indispensable explorar todo tipo de restricciones externas que puedan tener influencia en la identidad que uno quiere proyectar. De tal modo podrían explicarse las razones de la diferencia entre los hablantes en una situación tan homogénea. Por consiguiente, y con la finalidad de concluir nuestros resultados, sería altamente recomendable realizar un estudio cualitativo complementario que enfoque una serie de variables de menores dimensiones que explique por qué existen hablantes que en la misma situación discursiva se dejan influir por una actitud negativa hacia la pronunciación canaria de /-s/ y otros no, o por qué algunos hablantes son más inseguros que otros. En el último capítulo de nuestro trabajo, a través de tres casos específicos de hablantes cuya pronunciación muestra ciertas peculiaridades, destapamos algunas estrategias fonéticas de los hablantes, cuyo objetivo es acercarse al estándar. Se ha visto que algunos comportamientos lingüísticos pueden resultar hipercorrectos, como la prolongación de la duración de [s] o la palatalización extrema del sonido o, como mínimo, artificiales. La importancia de los casos estudiados reside en que subraya que, aparte de un estudio de variables internas, externas y un estudio 183 sociológico individualizado, es necesario atender a la descripción de las realizaciones fonéticas y su diversidad articulatoria con la finalidad de observar estrategias fonéticas individuales de los hablantes a la hora de imitar una variedad y con el objetivo de entender algunos hechos sociolingüísticos. Concluimos, pues, que el presente estudio analiza la variación en una muestra muy específica y demuestra la importancia de atender a la situación discursiva y a las actitudes lingüísticas a la hora no solo de describir una variedad y sus variables internas, sino también de explicarla tieniendo en cuenta las connotaciones sociales que conlleva. El estilo o «tipo de discurso», en este caso demuestra la enorme capacidad que este tiene de producir un cambio en los patrones de variación interna y, al mismo tiempo, revela hasta qué punto una percepción positiva o negativa es capaz de intervenir en la pronunciación del hablante. Nuestro estudio, asimismo, señala algunas futuras vías de la investigación sociolingüística en las islas Canarias. En el ámbito de los medios canarios consideramos como una prioridad un estudio individual de los presentadores de los informativos basado en un cuestionario sociológico con un estudio de valores individuales del hablante, valores personales e identitarios, contacto con los medios, contacto con la Península, orientación política, actitud propia hacia el canario, el modo de vida, etc. Creemos que este tipo de estudio multidimensional puede resultar muy fructífero en el ámbito de la variación y, ante todo, puede esclarecer qué es lo que causa la diferencia entre las actitudes de los presentadores hacia el uso del dialecto vernáculo. En cuanto a los políticos, donde, tal como ha sido posible en los presentadores, no se puede reconocer hasta qué punto algunos políticos se «hipervernaculizan», proponemos un estudio de dichos hablantes en distintas situaciones con la finalidad de explorar la variación intra-speaker y ser capaces de evaluar su adaptación al público, por un lado, o su creatividad y diseño, por otro lado. Igualmente, creemos que sería muy fructífero un estudio nuevo del habla culta grancanaria y, un estudio del habla culta tinerfeña. Este podría confirmar o rechazar lo que aquí intuimos, pero no podemos confirmar, y es que en Tenerife se está produciendo un cambio divergente del estándar y convergente con el centro de prestigio: Las Palmas de Gran Canaria. Por último, y dado que la variable «origen» y «sexo» no se han demostrado como factores significativos en nuestra muestra, sería interesante obtener datos generales actuales que esbocen cuál es la situación sociolingüística y dialectológica hoy en día. Finalmente, los políticos estudiados han demostrado que la aspiración y elisión propias del habla canaria son variantes ligítimas a la hora de realizar un 184 discurso en una situación de alta consideración social. Por lo tanto creemos que sería recomendable aplicar los conocimientos actualizados acerca del canario y crear una guía de pronunciación específica para los presentadores que legitimice y que promueva la variedad canaria como digna de ser usada en la emisión de los programas informativos. Este documento podría inspirar a los presentadores a utilizar una pronunciación propia de su forma de hablar y evitar que estos hablantes, con la finalidad de imitar algunas variantes estándares, revelen, como se ha visto en los estudio de caso, cierta inseguridad o una pronunciación artificial. 185 REFERENCIAS Fuentes bibliográficas Agheyisi, R., y Fishman, J. A. (1970). Language Attitude Studies. A Brief Survey of Methodological Approaches. Anthropological Linguistics, 12(5), 137-157. Alba, O. (1980). Sobre la validez de la hipótesis funcional datos del español en Santiago. Boletín de la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española, 8(2), 1-11. Alba, O. (1990). Variación fonética y diversidad social en el español dominicano de Santiago. Santiago, R. Dominicana: PUCMM. Alba, O. (2011). Hipercorrección en los programas de noticias en la Televisión de la República Dominicana. En R. Ávila, R. Muñoz y C. Garduño (Eds.), Variación del español en los medios (pp. 165-192). 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Pleno del Cabildo de Gran Canaria – 20/06/2015 [Archivo de vídeo]. Disponible en: https://youtu.be/cPovLjLSRm8?t=40m41s Cabildo de Gran Canaria. (2017, 28 de abril). Pleno Ordinario del Cabildo de Gran Canaria – 31/03/2017 [Archivo de vídeo]. Disponible en: https://youtu.be/DAgcN6fY814?t=53m Cabildo de Gran Canaria. (2017, 7 de septiembre). Pleno del Cabildo de Gran Canaria – 20/06/2015 [Archivo de vídeo]. Disponible en: https://youtu.be/cPovLjLSRm8?t=52m55s Canal Tenerife TV. (2014, 4 de diciembre). El Pleno del Cabildo aprueba la renovación del REF como instrumento de creación de empleo [Archivo de vídeo]. Disponible en: https://youtu.be/1Dp-0U7u9HQ?t=26m52s Canal Tenerife TV. (2015, 4 de marzo). Pleno ordinario del Cabildo de Tenerife [Archivo de vídeo]. Disponible en: https://youtu.be/Q8COxw6Ycd4?t=1h19m20s Canal Tenerife TV. (2015, 4 de marzo). Pleno extraordinario del Cabildo de Tenerife, 3 de febrero de 2017 [Archivo de vídeo]. 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(2012, 10 de abril). 09/04/12 – Telenoticias 3 [Archivo de vídeo]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=ZvBeEs-0W1A Informativos TVC. (2012, 25 de octubre). Canarias Express 2 (2011/2012) [Archivo de vídeo]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=laD7IIAmSvY&list=PL8487BA0D7C665920 Informativos TVC. (2015, 12 de enero). 10/01/15 – Telenoticias 1 [Archivo de vídeo]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=z82vgRrArtE Informativos TVC. (2015, 23 de marzo). 23/03/2015 – Telenoticias 1 [Archivo de vídeo]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=aAdahGPTrB4 Informativos TVC. (2015, 9 de septiembre). 09/09/2015 – Telenoticias 1 [Archivo de vídeo]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=ZvBeEs-0W1A Informativos TVC. (2015, 3 de noviembre). 02/11/15 – Telenoticias 1 [Archivo de vídeo]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=hfLOVGmp4aI Informativos TVC. (2016, 4 de enero). 01/01/16 – Telenoticias 1 [Archivo de vídeo]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=UyXZQHDGoWc Informativos TVC. (2016, 18 de marzo). 18/03/2016 – Deportes TN1 [Archivo de vídeo]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=MKveLWRldps Informativos TVC. (2016, 18 de marzo). 18/03/16 – Telenoticias 2 [Archivo de vídeo]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=OIw2IAVcRjQ Informativos TVC. (2016, 22 de marzo). 22/03/16 – Telenoticias 2 [Archivo de vídeo]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=cDaNs6DtYnk Informativos TVC. (2016, 23 de marzo). Telenoticias 1 | 23/03/16 [Archivo de vídeo]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=UjMqO07TUH0 Informativos TVC. (2016, 23 de mayo). Telenoticias 1 | 22/05/16 [Archivo de vídeo]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=K60yVSf4HWs Informativos TVC. (2017, 24 de mayo). Canarias Hoy | 25/05/17 [Archivo de vídeo]. Disponible en: https://youtu.be/BLa1ByOa-7M?t=47m11s 197 LISTA DE FIGURAS Y TABLAS Figuras Fig. 1. Valoración de los aspectos cognitivos y afectivos de las variedades castellana y canaria según primeros resultados de PRECAVES-XXI (Cestero y Paredes, 2015) Fig. 2. Valoración media indirecta según primeros resultados de PRECAVES-XXI (Cestero y Paredes, 2015) Fig. 3. Actitudes de los jóvenes valencianos hacia el castellano septentrional y el canario (Blas Arroyo, 2008, p. 334) Fig. 4. Versión revisada de modelo de acomodación por Simard, Taylor y Giles (cit. en Giles y Powesland, 1975, p. 237) Fig. 5. Representación espectrográfica de ‘España’ [ehpáɲa ] Fig. 6. Representación espectrográfica de [xi] Fig. 7. Representación espectrográfica de [si] Fig. 8. Representación de la falta de reduplicación de [s] en ‘casas se’. Fig. 9. Representación espectrográfica y fonética de ‘sus puertas’. Fig. 10. Representación espectrográfica y transcripción fonética de ‘unas bonificaciones’. Fig. 11. Distribución de las variantes de /-s/ en cada hablante de la muestra (frecuencias absolutas). Fig. 12. Distribución de las variantes de /-s/ por cada hablante grancanario y distribución en el habla culta grancanaria (frecuencias relativas). Fig. 13. Distribución de variantes de /-s/ por cada hablante tinerfeño y distribución en el habla de sociolecto alto de Tenerife (frecuencias relativas). Fig. 14. Distribución de variantes de /-s/ en los discursos de los hombres (frecuencias relativas). Fig. 15. Distribución de variantes de /-s/ en los discursos de las mujeres (frecuencias relativas). Fig. 16. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «tipo de discurso» (frecuencias relativas). Fig. 17. Comparación de los resultados de la muestra y la audiencia (frecuencias relativas). Fig. 18. Distribución de variantes de /-s/ en el discurso del hablante 6 (frecuencias relativas). Fig. 19. Representación espectrográfica de ‘buenas noches, empezamos’, hablante 5. Fig. 20. Representación espectrográfica por el político ‘ilusiones’, hablante 24. Fig. 21. Representación espectrográfica de ‘estupefacientes’, hablante 7. Fig. 22. Representación espectrográfica de ‘tres días’, hablante 7. Fig. 23. Representación espectrográfica de ‘este’, presentadora, hablante 9. 198 Fig. 24. Representación espectrográfica de ‘justo’, política, hablante 15. Fig. 25. Representación espectrográfica de ‘terrorista’, hablante 2. Fig. 26. Representación espectrográfica de ‘puesto’, política, hablante 15. Fig. 27. Representación espectrográfica de ‘impuesto’, político, hablante 24. Tablas Tabla 1. Distribución de variantes de /-s/ en cuatro ciudades canarias (frecuencias relativas). Tabla 2. Variación en la realización de /-s/ en presentadores, corresponsales y entrevistados (frecuencias relativas) (Samper Padilla y Hernández Cabrera, 2007). Tabla 3. Influencia del contexto fónico de /-s/ en la variación en algunas variedades innovadoras (frecuencias relativas). Tabla 4. Influencia de la posición de /-s/ en la variación en algunas variedades innovadoras (frecuencias relativas). Tabla 5. Influencia del estatus gramatical en la variación de /-s/ en algunas variedades innovadoras (frecuencias relativas). Tabla 6. Distribución de variantes de /-s/ final según la variable «número de sílabas» (frecuencias relativas) (Samper Padilla y Hernández Cabrera, 1996, p. 404). Tabla 7. Distribución de variantes de /-s/ según el sexo (frecuencias relativas). Tabla 8. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «sexo» en Canarias (frecuencias relativas). Tabla 9. Distribución de variantes de /-s/ en el habla culta grancanaria y en el sociolecto alto de Santa Cruz (frecuencias relativas). Tabla 10. Distribución de los hablantes estudiados según el tipo de discurso y origen y sexo de los hablantes. Tabla 11. Distribución general de variantes de /-s/ (frecuencias absolutas y relativas). Tabla 12. Comparación de los datos existentes de distintas localidades de las Islas con nuestros datos (frecuencias relativas). Tabla 13. Distribución de variantes de /-s/ según el tipo de discurso (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). Tabla 14. Distribución de las variantes por hablante (frecuencias absolutas arriba, frecuencias relativas abajo y significación estadística). Tabla 15. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «contexto fónico» (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). Tabla 16. Distribución de variantes de /-s/ según contexto fónico prevocálico átono y tónico (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). Tabla 17. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «contexto fónico» en el discurso de los presentadores y políticos canarios (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). 199 Tabla 18. Distribución de variantes de /-s/ según contexto fónico prevocálico átono y tónico en los discursos de los presentadores y políticos canarios (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). Tabla 19. Influencia del contexto de /-s/ en la variación en algunas variedades innovadoras y en los discursos de los presentadores y políticos canarios (frecuencias relativas). Tabla 20. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «posición» (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). Tabla 21. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «posición» en el discurso de los presentadores y políticos canarios (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). Tabla 22. Influencia de la variable «posición» en la variación de /-s/ en algunas variedades innovadoras y en el discurso de los presentadores y políticos canarios (frecuencias relativas). Tabla 23. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «posición en la FN de dos miembros» (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). Tabla 24. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «posición en la FN de dos miembros» en el discurso de los presentadores y políticos canarios (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). Tabla 25. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «posición en la en la FN de tres miembros» (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). Tabla 26. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «posición en la FN de tres miembros» en el discurso de los presentadores y políticos canarios (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). Tabla 27. Distribución general de S2 frente a S1 y S0 en las FN de 2 miembros (frecuencias absolutas y relativas). Tabla 28. Distribución general de S2 frente a S1 y S0 en las frases nominales de 2 miembros en los discursos de los presentadores y políticos canarios (frecuencias absolutas y relativas). Tabla 29. Distribución general de S2 frente a S1 y S0 en las frases nominales de 3 miembros (frecuencias absolutas y relativas). Tabla 30. Distribución general de S2 frente a S1 y S0 en las frases nominales de 3 miembros en los discursos de los presentadores y políticos canarios (frecuencias absolutas y relativas). Tabla 31. Distribución de variantes de /-s/ final según la variable «número de sílabas» (frecuencias absolutas, frecuencias relativas y significación estadística). Tabla 32. Distribución de variantes de /-s/ final según la variable «número de sílabas» en los discursos de los presentadores y políticos canarios (frecuencias absolutas, frecuencias relativas y significación estadística). Tabla 33. Distribución de variantes de /-s/ final según la variable «número de sílabas» (frecuencias relativas) (Samper Padilla y Hernández Cabrera, 1996, p. 404). Tabla 34. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «origen» (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística) Tabla 35. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «origen» en el discurso de noticias y de políticos (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística) 200 Tabla 36. Distribución de variantes de /-s/ en el habla culta grancanaria, en el sociolecto alto de Santa Cruz y en nuestro estudio (frecuencias relativas). Tabla 37. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «sexo» (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística). Tabla 38. Distribución de variantes de /-s/ según la variable «sexo» (frecuencias absolutas, relativas y significación estadística).