Anónimo o «Viejo Oligarca»
El sistema politico de los atenienses
Próiogo de Jose Luis Moreno Pestaňa
Edición, estudio y traducción de Jose Luis Bellón Aguilera
El sistema politico de los atenienses
Anónimo o «Viejo Oligarca»
El sistema politico de los atenienses
Prólogo de Jose Luis Mořeno Pestaňa
Estudio introductorio y traducción de Jose Luis Bellón Aguilera
DOBLE Q
EFIALTES
2017
Colecciön Efialtes
La colecciön Efialtes -democrata aceniense asesinado por los oligarcas- publica textos cientificos capaces de atravesar las barreras academicas. Sus objetivos son popularizar problemas clasicos de la democracia, con especial atencion a los que nos lego la democracia antigua: los dilemas entre sorteo y eleccion, como organizar la rendition de cuentas, cuando y de que manera promover la rotation. La colecciön publicara tanto autores cläsicos como contemporaneos.
Consejo Editorial
Jose Luis Bellon Aguilera, Universidad de Brno
Francisco Manuel Carballo Rodriguez, Universidad de Cadiz
Jorge Costa Delgado, Investigador
Oliver Dowlen, Research Group on Democratic Procedures (PROCEDEM), Sciences Po
Juan Jose Gomez Gutierrez, Investigador
Liliane Lopez-Rabatel, Institut de recherche pour l'architecture antique -CNRS-Lyon 2
Francisco Javier Moreno Galvez, CIESPAL Jose Luis Moreno Pestaria, Universidad de Cadiz Adriana Razquin Mangado, Universidad deJaen Yves Sintomer, Institut Universitaire de France
Arnault Skornicki, Institut des Sciences Sociales du Politique, Universice Paris
Ouest, Nanterre-La Defense
Francisco Vazquez Garcia, Universidad de Cadiz
Obra editada con la colaboracion del Ministerio de Economia y Competividad, Proyecto de I+D La Reception de la Filosofia Grecorromana en la Filosofia y las Ciencias Humanas en Francia y en Espana desde 1980 a la Actualidad (FFI2014-53792-R)
Imagen de portada: kleroterion en el Museo del Ägora de Atenas © del prölogo: Jose Luis Moreno Pestana, 2017 © del estudio y la traducciön: Jose Luis Bellön Aguilera, 2017 © de la coleccion Efialtes: Asociaciön Efialtes, 2017
Edita: Editorial Doble J Avda. Cadiz 4, 1°C 41004 Sevilla, Espaha ISBN: 978-84-96875-85-2 www.editorialdoblej.com
A Zuzanka
Agradecimientos
Agradezco a Laura Sancho Rocher la lectura de todos los textos y las numerosas e inteligentes anotaciones e indicaciones sobre el ma-nuscrito y el trabajo. A Diego Delgado, una pequena lectura y una sugerencia. A Juan Jose Gomez, editor, por su enorme trabajo. A Jose Luis Moreno Pestaria, por abrir espacios de discusion e inspiration. A Francisco Manuel Carballo Rodriguez, la lectura del borrador y sus aportaciones. Al equipo del proyecto que dio lugar a este trabajo. A la labor de Arma Uirumque.
Índice
Prólogo
José Luis Moreno Pestaňa............
I. Introduction y estudio
José Luis Bellón Aguilera.............
1. Recomendaciones para la lectura
2. Sinopsis .....................................................II
3. La cuestión pseudojenorbntea.................................IV
Un género de prosa en dišputa...............................VI
Las teorías de la carta y del diálogo..........................VIII
Problemas de datación......................................IX
El autor...................................................XIV
Critias...................................................XIV
Obra de un adolescente, quizás Jenofonte...................XVI
Alcibíades...............................................XVIII
Recapitulando. El legado de Tucídides......................XXI
4. Ideológia, objetivos e inconsistencias de un
oligarca inteligente..........................................XXV
La logica torcida de la «sociológia » oligárquica...........XXVI
Teoría del demos-tirano............ .....................XXXII
Argumentos dobíes: justo - injusto, Iógico - ilógico........XXXIV
Sorteo y participation política..........................XXXVI
Un cumplido involuntario.............................XXXVII
5. <Una democracia precaria? A modo de conclusion.......XXXVIII
Epílogo....................................................XL
6. Nuestro texto y traduction.................................XLIII
II. Traducciones...................................................1
1. Traducción..................................................3
2. Traducción literal anotada.................................. 19
IV. Glosario....................................................47
V. Mapa cronológico...........................................61
VI. Bibliografia................................................65
En la investigacion hay una etapa que de ninguna mane-ra podria evitarse, pues consticuye la condicion necesaria y previa al vaiven entre lo antiguo y lo nuevo. Me refiero al momento en el que se trata de suspender las propias catego-rias para captar las de esos «ocros» que, hipoteticamente, fueron los antiguos griegos. Momento, con toda seguridad, irremplazable y que contribuye a destruir la ilusiön pura-mente cultural de la familiaridad. Pero, aunque necesaria, la condicion no es suficiente y el trabajo no se termina con el distanciamiento.
Asi que voy a abogar por una practica controlada del anacronismo.
Nicole Loraux
Prölogo: el «Viejo Oligarca»
y la socializaciön de los recursos politicos
Jose Luis Moreno Pestana
Comprendemos mejor a Euclides de lo que lo hubiera podido Homero, aunque sus lenguas respectivas estuvieran proximas. El problema es otro: nosotros conocemos la institucion de la teoria matematica y puede que Homero no. Las instituciones no se rigen por el tiempo de calendario. Cada una de ellas instaura una temporalidad propia. En muchisimos planos, Euclides es mucho mas contemporaneo de Homero que de nosotros. En otros nos hace facilmente compania.
Esta importante observacion sobre la naturaleza social del tiempo se debe a Jose Ortega y Gasset, cuya profundidad en estas cuestiones tiene dificil parangon.1 Creo que es lo primero en lo que debe de pensar el lector de este texto. Mucho de lo que nos cuenta resulta extrano, casi incomprensible, ruina de un mundo donde existian esclavos y en los que la guerra maritima
1 Vease mi amculo «Ortega, el pasado y el presence de la escolästica universitaria» Isegoria, n° 52, 2015, pp. 67-89.
Jose Luis Moreno Pestaňa
dirimía definitivamente las diferencias militares. Mas no en otra parte, sino acompaňando a todo ello, encontramos pegados sig-nificados que viajan hasta nosotros y que podemos fácilmente comprender. No porque toquen aspectos intemporales de la naturaleza política del ser humano, sino porque participan de una experiencia historka que sigue presente: el escándalo de los mejores por el poder político de la gente común, por sus capacidades y por su inteligencia. Porque el autor del documen-to -sea Critias, Alcibíades o Jenofonte. Y recuerdo: todos ellos del círculo de Sócrates- desprecia y se siente fascinado, casi a la vez, porque los que considera inferiores hagan lo que los seňores siempre han dicho que no pueden hacer: gobernar con eficacia una ciudad. Y hacerlo practicando un régimen político escan-daloso que otorga el poder a quienes no saben ejercerlo. No lo saben, o el inconsciente de clase le dice que no deberían saber: porque son chusma. El problema es que lo que debe ser no es: saben hacerlo y eso le obliga a describir y valorar reteniendo el asco. En ese sentido, el Viejo Oligarca -llamémosle asi- tiene una enorme capacidad de registrar cuanto no le gusta y de comprenderlo. Por tanto, el documento constituye un ejemplo soberbio de capacidad de autodistanciamiento.
Cabe interrogarse acerca de qué es lo que permite que la chusma pueda considerarse humana, al menos en el piano político. Una razón: la chusma es capaz de disciplina y estrategia. <Por qué no callarla a golpes como hizo Odiseo, servil de los amos, con el osado Tersites -innoble y feo- cuando tomó la palabra en la asamblea de guerreros? Ante todo, podría argiiir el autor, puede que no se dejen porque saben luchar. La democracia supone el acceso a la ciudadanía de los pobres. Mas estos antes han demos-trado que son el seguro de la ciudad gracias a la flota. Esta fue la
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El «Viejo Oligarca» y Li socializaciön de los recursos politicos
decisiva opcion de Temistocles. Ademas de remodelar la fuerza militar de Atenas, transformö las relaciones de fuerza entre las clases. La flota no reclutaba como los ultraselectivos cuerpos de caballeros, ni siquiera exigia pagarse la armadura: bastan los bra-zos para remar. Cuando se produzcan las revueltas oligarquicas contra la democracia, siempre tendran enfrente a la Marina. Ante tal desmentido al racismo de clase -los pobres saben defender a su patria-, el Viejo Oligarca se resigna a constatar que la flota hace temblar a las aristocracias extranjeras. Y tambien a aquellos que, con la muerte en el alma, y si no quieren pasar por enemigos de la patria, deben combatir subordinados a los remeros.
La segunda razon es mäs interesante: Atenas es una sociedad donde funcionan mercados, multicultural, donde no existen sig-nos de distinciön en los cuerpos. Cuando uno ve a los atenienses, los constata iguales. Y eso es terrible para todos los oligarcas de todas las epocas historicas: no hay manera mäs evidente de asen-tar la dominacion que cuando esta nos habla directamente desde nuestros cuerpos. En el documento conocido como Constituciön de Esparta (3,4) -atribuido a Jenofonte- se nos dice que los espartanos no necesitan vestidos. Los cuerpos se encuentran en tal forma fisica que por si mismos nos hablan de quienes son los seriores. La carne comunica directamente la dominacion. En Atenas ni vemos la carne ni la ropa tiene la capacidad de sim-bolizar la jerarquia. Todo lo que el Oligarca querria ver, lo que necesita ver, no puede verlo. La realidad se lo impide.2
Ahora bien, no es solo que la gentuza sea eficaz y militarmente temible, no es solo que sean indistinguibles cuando se presen-tan en püblico: es que sabe gobernar. <:C6mo lo consigue? Una
2 Remito sobre esta cuestiön al capitulo I de mi libro La cara oscura delcapital erötko. Capitalizaciön del cuerpoy trastornos alimentarios, Madrid, Akal, 2016.
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Jose Luis Moreno Pestana
caracterizacion politica puede ordenarse segun tres dimensiones. Por un lado, aquella que responde a la pregunta; <cuanto debe saberse para gobernar y quien esta en condiciones de acceder a tal conocimiento? Por otro lado, una segunda respuesta a la inquietud siguiente: «jcomo conseguimos motivar a quienes deben participar en el gobierno? Evidentemente, la respuesta cambiara segun se crea que deben ser muchos o pocos. En fin, tercer problema: cömo promovemos que la politica premie una determinada cultura de lo comün, un ethos, una forma de ser y de juzgar: y, por tanto, penalice a los que se desvian de ese patron.
Sobre el primer punto, nuestro aristöcrata es claro. Atenas distribuye sus magistraturas segun un procedimiento doble. Cuando necesita individuos cualificados recurre a la eleccion pero para tareas comunes decide por medio del sorteo. Tanto los cualificados como los que no adquieren experiencia politica. La chusma sabe que existe la division tecnica del trabajo pero no acepta convertir a quienes detentan la especializaciön en mono-polizadores de la vida politica.
Pero la cuestion tiene mas matices y el Viejo Oligarca se da cuenta. La practica politica no se divide entre quienes saben y quienes no. Porque la practica politica es un mecanismo enorme de distribucion de saber. Si lo asignamos a una casta en regimen de monopolio, cada vez se instalara una concepcion mas excluyente de las capacidades politicas. Puede ser, por el contrario, que promovamos a la gente para que se encuentre en el centro del escrutinio publico. Y entonces comienzan a lloverles los honores. Resulta endiabladamente divertido el pasaje en el que el panfleto reconoce al sorteo -a traves de sus instituciones claves: los tribunales sorteados- la capacidad de redistribuir fama. El imperio ateniense obliga a las otras ciuda-
iv
_El «Viejo Oligarca.» y la socializáciou de los recursospoliticos_
des a resolver sus litigiös en Atenas. ;Y con eso los forasteros conocen a nuestra chusma en los tribunales! ;Con lo hermo-so que seria que tuvieran que conformarse con conocernos a nosotros, que somos los que podemos viajar! En términos de nuestra sociológia política: la participación política acrecienta enormemente el capital social de los sujetos, el rádio de sus contactos y, por supuesto, certifica la seguridad que tienen en sí mismos. La democracia por sorteo pone a tanta gente baja en el centro del proscenio político que no hay manera de distin-guirse. Es verdad que se trata de una democracia imperialista y podría pensarse que se trata de una democracia depredadora. Sobre este punto el texto no es claro. A menudo puede parecer que es una democracia internacionalista. Cuando se entromete en las ciudades ajenas es para defender al pueblo y someter a los mejores.
Vayamos al segundo punto. Hay un momento en que nuestro escritor seňala que puede que el vicio sea resultado de la pobreza o de la incultura. Nos recuerda a las dudas de Aristoteles sobre la esclavitud. Existen esclavos que parecen libres y libres que parecen esclavos, al menos si consideramos que la esclavitud se justifica por la incapacidad para deliberar. El régimen atenien-se redistribuye económicamente salarios para la participación publica y asi permite que los pobres se dediquen a brillar en la política. Lo dicho antes encuentra aquí sus condiciones econó-micas de posibilidad: habrá chusma que brille siempre y cuando las condiciones materiales lo permitan. Atenas, a través de la participación política, impulsa la redistribución de la riqueza. Algo que a nosotros hoy nos resulta extraňo: pensamos en asistir socialmente sin exigir nada a cambio o en hacerlo para integrarse en el mercado de trabajo; nunca como recompensa de un servicio
v
Jose Luis Moreno Pestaňa
político. El sistema político de los atenienses socializó el saber político pero también el económico: a cambio del servicio a la ciudad.
Y termino con el tercer punto. Aristoteles lo apunta a menudo en su Constitution de los atenienses-. el sorteo evita la corrupción. Es verdad que, lo seňala el Viejo Oligarca, un régimen con tanta gente movilizada tiene enormes costos de transacción -los temas se amontonan en los jurados y no se resuelven con presteza- y las cosas son menos eficaces que cuando son pocos los que deciden. Mas también es verdad que se corrompe mejor a pocos que a muchos. La socialización de competencias políticas y econó-micas distribuye también algo más: la existencia de servidores públicos que se comportan con pudor. Aunque sean chusma.
En ese momento el lector tiene derecho a soltar una sonora carcajada: porque aquellos a los que llama chusma, el autor lo sabe, son quizá mejores que los mejores. Y eso se lo permite la democracia radical: socializando el saber político, la riqueza y la vigilancia colectiva de los comportamientos públicos.
Queda al lector decidir si existe alguna enseňanza que conecte tal experiencia con nuestro presente. Creemos que sí y de ahi esta edición.
vi
Introducción y estudio
José Luis Bellón Aguilera Recomendaciones para la lectura
El texto griego transmitido -unas tres mil quinientas palabras-corresponde a una conferencia de unos cuarenta minutos, sea o no en forma dialogada. Hemos elaborado un texto de dos traducciones. La primera, más «literaria» y sin notas, se puede leer de un tirón. La segunda traducción es literal, menos garbosa -como el original -y se acompaňa de un corpus de notas y comentarios. La introducción general pretende ser útil a los especialistas e informativa para los que no lo son. Hemos intentado no agotar la paciencia del lector con largas exposiciones sobre la «cuestion pseudojenofontea» del opúsculo (autoría, fecha, objetivos), pero sin simplificar demasiado. El lector, en base a los argumentos presentados, podrá decidir lo que le parezca. Al final del texto se incluyen un glosario y un mapa cronológico que pueden resultar de utilidad.
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Jose Luis Bellón Aguilera
Sinopsis
El sistema poütico de los atenienses se inicia con la siguiente afirmación categórica, en primera persona, de un individuo que no dice su nombre: «No me gusta la democracia de los atenienses porque han elegido que gobieme la chusma y no los mejores, pero parece que ellos preservan bien su sistema, aunque a los demás griegos les parece que se equivocan; todo esto lo voy a demostrar». El resto del texto es un ataque brutal a la democracia ateniense, pero desconcertante: el sistema funciona y no runciona, es justo y es injusto. Y es que casi todo en esta obrita es engaňoso (en expresión de Marr-Rhodes) y aun confuso: ni es una constitución, ni es de Jenofonte, ni sabemos la fecha de composición o lo que pretende. Lo único claro es que el texto destila una mezcla de amor y odio por la democracia ateniense, probablemente más lo segundo que lo primero, como si el autor intentara explicarse lo que ve como una anomália, cómo puede funcionar bien un mal gobierno (Velásquez 22).
La obra podría resumirse asi: la democracia no es para nada buena porque en ella gobierna la gentuza, pero en y para Atenas tiene sentido, y allí está bien protegida contra posibles ataques, vengan de dentro o del exterior. Los atenienses usan a la elite cuando necesitan de sus competencias técnicas, pero los comu-nes, las personas del pueblo, asumen cargos y magistraturas oficiales y toman decisiones importantes en su propio interes, siendo unos ignorantes sin educación. La cosmopolita Atenas permite a esclavos y metecos (extranjeros residentes) una gran libertad porque los necesita económicamente. En casa, los atenienses controlan a la elite mediante exacciones ŕinancieras
II
Introducciön y estudio
legalmente obligatorias. A los aliados los exprimen mediante el Tributo de la Liga delica y, habiendo establecido que los asuntos judiciales se litiguen en Atenas, mediante las costas legales y los gastos que estas generan, como transporte, alojamiento y demas. Los aliados son esclavos de la chusma ateniense, ademas, porque Atenas controla las rutas maritimas. Los atenienses son una potencia militar de primer orden no por su ejercito de tierra, sino por su armada, una flota de marineros bien entrenados, capaz de golpear donde menos se la espera o de asolar el territorio de otros, mientras los atenienses viven seguros en su ciudad. La masa del pueblo apoya a los de su clase y culpa a la elite de cons-pirar contra su Democracia, en Atenas y en las ciudades aliadas. Entiendo al populacho: protegen sus intereses; pero no me cabe en la cabeza que algunos, no siendo «pueblo», se pongan de su parte: son unos canallas. La democracia es ineficiente, es un sistema atascado por la cantidad de asuntos a resolver, y ademäs el pueblo esta continuamente celebrando festivales dramaticos o deportivos o banquetes religiosos. A ellos el sistema les funciona; ademas el gran nümero de jueces -elegidos por sorteo- previene la corrupcion de los tribunales. Por todo lo dicho, no se pueden hacer cambios sustanciales a menos que se restrinja o subvierta el sistema y, tal y como estan las cosas, apoyarse en los escasos individuos privados de derechos no servira de mucho, porque son pocos, debido a que alli no se priva de derechos injustamente a casi nadie (texto adaptado, con sustanciales modificaciones, de Cartledge 140).
III
Jose Luis Bellön Aguilera
La cuestiön pseudojenofontea
Entre las obras del historiador y poligrafo ateniense Jenofonte (aprox. 430-354 a. n. e.) se conserva un opüsculo titulado, tradi-cionalmente, Athenaiön politeia. Se le supone el primer ejemplo de prosa atica. La obra se encuentra en los Codices medievales que transmiten la obra del escritor ateniense, siendo cuatro los prin-cipales manuscritos, de los siglos XIV y XV: dos en la Biblioteca Apostolica de la Ciudad del Vaticano (Vaticanus 1950 y 1335, llamados A y B por los editores), uno en la Biblioteca Estense de Mödena (Mutinensis 145, el C) y otro en la Biblioteca Nacional de San Marcos en Venecia (Marcianus 511, nombrado «M»).
Se trata de un texto escueto -unas 3.200 palabras- con forma aparente de discusion politica sobre la democracia ateniense clasica, probablemente la del imperio maritimo. Los Codices que lo transmiten dan cincuenta y tres secciones repartidas en tres capitulos (20-20-13). Dos de los manuscritos (el A y el M) contienen la informacion: «De Jenofonte el orador Athenaiön politeia»-, el cödice B no tiene tituio. Esta claro que este parece sacado de la primera fräse de la obra {Peri de tes Athenaiön poli-teiasy «Sobre la politeia de los atenienses»), y que la estructura pertenece en parte a los copistas y a los editores modernos. Esta escrita en griego atico en una prosa de un estilo «tentadoramen-te inepto» (Bowersock), por lo que se supuso que no podia ser de Jenofonte, aunque se hubiera transmitido como pegada a otra obra que si se considera suya, la Constituciön de los lacedemonios (o espartanos). La negacion se apoyaba ademas en el tardio dicta-men de un historiador de la filosofia del siglo III de nuestra era, Diogenes Laercio: «Demetrio de Magnesia» -un gramatico y
IV
Introducción y estudio
biógrafo contemporáneo de Cicerón, es decir, trescientos aňos antes-«dice que esca obra no es de Jenofonte».1 Si tan claro estaba que el opúsculo no era de Jenofonte, cabe preguntarse por qué los filólogos alejandrinos lo dejaron entre sus obras, sobre todo si se tiene en cuenta la vecindad temporal.
La filológia moderna lleva discutiendo la Athénaiôn politeía casi doscientos aňos. A pesar de ello, llama la atención la falta de acuerdo en casi todo. Poco se ha avanzado desde los trabajos del siglo XIX, los mejores en su mayoría de la Altertumswissenschaft
0 «ciencia de la antigüeclad» alemana, los Roscher, Böckh, Kirchhoff, Sauppe, Wachsmuth y otros, asi como Belot, Cobet, en Francia. Todos ellos fueron recogidos en el enorme comentario del austríaco Ernst Kalinka (1913), y a su vez en la edición con comentario de 1942 del filólogo clásico y político socialdemócra-ta danés Hartvig Frisch (1893-1950), hasta llegar a los trabajos de Gerardo Ramírez Vidal (2005) y J. L. Marr y P. J. Rhodes (2008), de amplias introducciones y comentarios (unas 215 y 150 páginas, respectivamente).2 Todos aportan una actualiza-
1 Si sc lee con atención la cita del pasaje en cuestión (Diogenes Laercio, II, 57), se abren más interpretaciones. Tras dar la lista de obras y al llegar a la ultima, escribe: «...Constitution de los atenienses y de los espartanos. Esta ultima dice que no es de Jenofonte Demetrio de Magnesia» (trad. C. G, Gual, Alianza, 2007, p. 115). Primero, no se citan dos obras, sino una obra de dos «constituciones» (aunque puede ser que por eso se explique el famoso conector coordinante «de» (= «v») que inicia IzAtb. Politeía, si bien puede tratarse de un «y» que da comienzo a muchas obras en plan in medias res), y puede aludir a una obra perdida. Segundo, la politeía que está en segundo lugar («esta ultima dice Demetrio...») no es la de los atenienses. Seacomo sea, el pasaje se leyó como referido al opúsculo, tal vez para confirmar sospechas estilisticas.
2 He consultado también a Leduc (1976) y usado otros textos. El comentario de Frisch se recoge y discute en los estudios y ediciones consultadas. Prácticamente todos los trabajos parten del canónico de Kalinka (1913); igual sucede con V. J. Gray (ed.) (2007), Xenophon on Government (Cambridge), J. M. Moore (1983) o Robin Osborne (Lactor, 2004).
V
Jose Luis Bellón Aguilera
ción de materiales, pero no realmente un avance decisivo. A no ser que se produzca un descubrimiento importante, como un manuscrito o un papiro, la evidencia materiál disponible no per-mite zanjar con seguridad las cuestiones de autor o la fecha. Sin embargo, en algunos puntos, como se verá, hay algo de acuerdo.
Un género de prosa en dišputa
iQué es, por tanto, laAthénaíôn politeía de Pseudo-Jenofonte? Se ha propuesto de todo: que es un tratado (del tipo «politeia» o «constitucion»), una conferencia, un discurso, una carta, un panŕleto, un diálogo, una epideixis -o pieza retórica de exhibi-ción, o ejercicio- ...es decir, casi todos los géneros en prosa de la época. La mayor parte de las teorías, si no todas, son del siglo XIX, y los autores posteriores las apoyan con argumentaciones más o menos convincentes, pero sin pruebas definitivas. Lo que parece claro es que no es una politeía del tipo de la Constitución de Atenas, redactada en el Liceo, la escuela de Aristoteles, por su falta de sistema, porque no tiene una história de las instituciones políticas atenienses, no se dan nombres propios, ni se explica el funcionamiento, por ejemplo, de los tribunales o del sorteo de magistraturas y cargos políticos.3 La de Pseudo-Jenofonte tiene el aspecto de un virulento «panŕleto» de propaganda anti-democrática, rico en datos e ideas sobre la democracia de los remeros, cierto, pero lieno de generalizaciones, exageraciones
3 La Athénaíôn Politeia (de Aristoteles o de un discípulo suyo) escrita alrededor de 330 o 322 a. n. e., es una obra descubierta en 1879 en un papiro de Oxirrinco (Egipto), y publicada en 1880. Pertenece al proyecto de investigación de constituciones griegas iniciado por Aristoteles y su escuela (158 constituciones, según Diogenes Laercio), y es la única conservada.
VI
Introducción y estudio
y falsedades (Gomme 44). No es ei «primer texto conocido de la filosofía política Occidental» (Levystone 6), sino un tipo de texto de los muchos que circulaban en Atenas sobre la demo-cracia, un texto crítico, de los «disidentes» (Ober 1998), con intenciones pragmáticas (Canfora 2014, 1991; Flores 1982, Cartledge 2009, entre muchos). Proclamar que inaugura una tradición de crítica política parecería excesivo, dado lo poco que conservamos de la literatura ateniense y que, de lo que queda, no es el único ejemplar de crítica antidemocrática. Es cierto, a pesar de ello, que el núcleo de su invectiva, la escisión entre los «expertos» y la «masa» sin cualificaciones, reverbera a través de los siglos, por razones que se explicarán en esta introducción.
Se ha dicho que son las notas de una conferencia publica para un «club» oligárquico o hetería, quizás en un contexto sim-posíaco (banquetes donde se discutía, dialogaba y bebía). Tal vez pudiera considerarse un borrador, un «work-in-progress», dado que no parece un texto con pretensiones artísticas. Notas o borrador, otros lo interpretan como un ejercicio escolar, ni siquiera como un «tratado», e incluso se le supone del mismo Jenofonte, como parte de la educación de un tierno adolescente de ideas «ultras» (oligárquicas).4 Sea o no torpe, el texto quiere ser inteligente, debatir una paradoja {ton éttô logon kreíttô poiôn haciendo más fuerte el argumento más debil), puede que como un juego {paígnion) sofistico: para H. Frisch, de hecho, el texto sería una forma primitiva de los dissoi logoi, los «razonamientos dobles» o «argumentos en contraste» relativistas inŕluenciados
4 «No es un discurso o panfleto diseňado para tener algún tipo de efecto práctico en el mundo real, publico, de la política ateniense. [...] Es demasiado teórico y generalizador. Se lee mucho mejor como una redacción académica, una conferencia, un ejercicio de clase en una escuela de oradores» (Marr-Rhodes 2008: 15; nuestra traducción). Más abajo volveremos sobre esto.
VII
Jose Luis Bellón Aguilera
por el sofista Protágoras. Ello explicaría el vaivén argumental raro del inicio que alguno llegó a pensar obra de un demócra-ta camuflado, o un diálogo entre un oligarca y un demócrata (Wachsmuth, Cobet). Ramirez Vidal (2005) ha insistido en la dimensión retórica de la pieza, en su carácter oral y en su fuerza persuasiva.
Como se ve, el opúsculo ha sido sobrestimado o subestimado. En cualquier caso, aunque a primera vista parece un texto sim-plón, la tensión intelectual desplegada obliga a pensar tanto en la fuente de esas ideas como en los potenciales receptores.
Las teorias de la carta y del diálogo
En el texto transmitido, en todos los manuscritos, hay varios tuteos: p. ej. «lo que tu consideras no gobernarse bien, con eso...» (I, 8); o «En Esparta mi esclavo te tiene miedo», a lo que se parece contestar «Si tu esclavo me teme...» (I, 11-12); y varias frases similares a réplicas: «pero alguien podria argumentar que...», «uno diria que». A no ser que se considere un discurso que res-ponde a otro o un discurso con interlocutores imaginarios, puede suponerse que es un diálogo o una carta. Asi lo creyó Heibig, y Belot en 1880 imaginó una correspondencia entre Jenofonte y el rey espartano Agesilao, sobre el cual escribiria el ateniense una biografia (Kaiinka 1913: 43). Lesky pensó en una carta del 413 de Alcibíades a un éforo espartano, como Sauppe (1866), en la idea de que el generál Alcibíades, que en ese momento cambiaba de bando en la guerra del Peloponeso para evitar un juicio por impie-dad, explicaba como dar un golpe de Estado en Atenas (Kaiinka 43; pero citando a Belot, que lo entendia como una sugerencia de Jenofonte a Agesilao). Hoy en dia se ha descartado.
VIII
Introduccwn y estudio
En Arenas el dialogo -agon o competicion entre argumentos-formaba parte del debate intelectual y era parte integrante de las tragedias y comedias: los dialogos socraticos son un ejemplo. En el opusculo, un «yo» parece dialogar con o responder a uno o varios interlocutores imaginarios de posicion anti-democratica, a cuyas criticas reacciona como si fueran ingenuas o estuvieran fuera de lugar. Basandose en estos tuteos y replicas, el historia-dor italiano Luciano Canfora ha insistido en que se trata de un dialogo, y asi lo traduce.5 La hipotesis la habia formulado C. G. Cobet en 1858 (vease Marr-Rhodes 2 y Ramirez XVII-XX). El problema para considerarlo un dialogo es que la apariencia de tal es debil: no se usa, p. ej., la tecnica (tambien socratica) del elen-chos o interrogatorio, sino que un interlocutor salta con alguna objecion algo boba y es rebatido con facilidad.
Problemas de datacion
La obra se ha situado entre el 443 6 432/1 (Bowersock, Frisch, Romilly, G. de Ste. Croix, Osborne) y el 424. Algunos la hacen muy anterior, como Bowersock (443); Frisch la situa justo antes de la guerra en el 432, Gomme alrededor del 415, como Ramirez, y otros en torno al 411 o el 405. El reputado comentarista de Tucidides, S. Hornblower, la ubica despues del 400. Como puede constatarse, no se ponen de acuerdo. Se ha dicho antes que se la considera un ejercicio escolar, y algunos llegan a hacerla de epoca muy posterior.6
5 Canfora 1979,1991, 2014 (y Bonanno en 1982, Forrest en 1975). Marr-Rhod es citan a Canfora en p. 31, pero no debacen.
6 En noca a III, 3, dioti (en vez de boti), comenta Galiano (16) que «choca, en un aucor can antiguo».
IX
Jose Luis Bellön Aguilera
El modo de proceder en este punto es simple: agarrarse a cua-tro evidencias textuales y tratar de establecer una fecha despues de la cual haya podido escribirse -terminus post quem- y su contrario, el terminus ante quem. Para establecerla se usan las alusiones del texto que contradigan o afirmen los acontecimien-tos historicos que conocemos tanto a traves de fuentes escritas, como de las arqueologicas (inscripciones, monumentos, tecnicas, etc.). Por tanto, si el texto plantea (II, 5) que no es posible que un ejercito cruce Grecia a pie, la larga marcha del general espartano Brasidas hacia el norte en el 424 estableceria un limite «antes del cual». Esto fue hipötesis de, entre otros, Roscher, en el XIX. Las varias alusiones de los exitos militares de la flota ateniense, los desembarcos-sorpresa, se han relacionado con las operaciones de Pilos y Esfacteria del 425 durante la guerra del Peloponeso (431-404), episodio narrado por Tucidides (Historias, IV). Otros hechos historicos aludidos al final (III, 11) son menos discerni-bles por falta de claridad en la lengua, pero tambien han servido para establecer un limite post quem: una alusion a una guerra y enfrentamiento civil en Beocia alrededor del 446; una revuelta en Mileto entre el 450 y el 440, y una alusion (esta mas clara) a la participaciön ateniense en la rebelion de hilotas y periecos en el 462/1 en Mesenia.7 Si se acepta que la obra no es una falsifica-cion o ejercicio de epoca posterior, se puede fechar entre el 446 y
7 Para «sociedad espartana», vease glosario «Lacedemonia». Cuando el general ateniense Cimön participo en la tercera guerra mesenia (Esparta contra hilotas y mesenios) con un contingente de ayuda de 4.000 hoplitas a los espartanos, su ausencia (y probablemente la de muchos simpatizantes oligarquicos aquejados de filolaconismo -enamorados de Esparta) facilito la reforma de Efialtes, que consistiö en limitar las prerrogativas juridicas del Areöpago (nücleo aristocratico), atribuidas en lo sucesivo a la boulede los Quinientos y el tribunal del Helieo. Hay que decir que el filoespartano Cimön tuvo que volverse puesto que los atenienses fucron acusados de apoyar a los rebeldes (vease Plutarco, Cimön), toda una humillaciön para su jefe.
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el 424 y, en general, entre el 431 -424, durante la llamada «guerra arquidamica» con más seguridad que despues.8 Bowersock es de los pocos que creen que es obra contemporánea de los hechos descritos en III, 11.
Es posible, y sobre esto hay más consenso, que Atenas esté en guerra (asi, cap. II y varias alusiones, p. ej., III, 2). Aunque pueda replicarse que en el mundo antiguo la guerra era endémica9, en este caso no se trata de cualquier conŕlicto, sino de la guerra del Peloponeso, el equivalente a una «guerra mundial» de la Grecia antigua, historiada por Tucídides y Jenofonte. Durante la larga y sangrienta deŕlagración los atenienses optaron por seguir la política aconsejada por Pericles de una estrategia defensiva frente a las invasiones terrestres espartanas. Esta consistía en no luchar en campo abierto con ŕuerzas de infantería pesada superiores y quedarse en la ciudad protegidos tras las potentes murallas, incluso trasladando propiedades a Eubea. Desde las murallas de la ciudad y desde los Muros Largos podían observar la devasta-ción del territorio del Ática por el ejército enemigo. Fue el terna de la comedia de Aristófanes Acarnienses, ganadora del primer premio en el concurso del 425, en la que -entre otras peripe-cias- un campesino hace una tregua privada con los espartanos. Sin embargo, después del inicio de las hostilidades y la brutal escalada militar, no sería posible vivir sin miedo: una terrible epidémia (probablemente de tifus) provocada seguramente por las condiciones higiénicas resultantes de la acumulación de población en el segundo aňo de la guerra, quizás procedente de los barcos, diezmó la población llevándose por delante un núme-
8 En III, 4 se mencionan 400 trierarcos, y Atenas sólo llegó a los 400 trirremes en 431.
9 «La guerra es el padre y el rey de todas las cosas; a unos los muestra como dioses y a otros como hombres, a unos los hace esclavos y a ocros libres» (Heráclito de Éfeso, fr. 53; Kirk-Raven-Schofield, Gredos, 1987, 282).
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ro importante de marineros experimentados, soldados, a varios miles de ciudadanos y no ciudadanos y al mismo Pericles y a sus dos hijos mayores, nacidos de su primera mujer ateniense.10 El relato de Tucidides al final del libro II (y la lügubre recreacion del poeta romano Lucrecio, unos 350 arios despues), todo lo medico-hipocratico que se quiera, es lo suficientemente dantesco como para hacerse una idea del desastre moral y humano. Por ello sorprende que no se aluda en la obra a esta devastadora plaga y Gomme (51), aunque no convence, intuye algo: ni siquiera un cinico como el anönimo -escribe- habrfa quedado indiferente a una calamidad de tales proporciones y no podria haber represen-tado a un demos inafeccado psicologicamente por ella -o a la ciu-dad, o a el mismo. Por ello, en consecuencia -concluye- el texto no fue escrito antes; sin embargo -matiza- podria haber sido escrito tras el 421 o 418 (fecha de Leduc), cuando Atenas habia recuperado su confianza anterior al 430 y todas las lecciones de la guerra pudieran haber caido para entonces en olvido. No le falta razön. <|Es posible que un enemigo de la democracia como el Viejo Oligarca no mencionara esta catastrofe para Atenas, algo que podia leerse como un castigo de los dioses por su hybris}n Por otro lado, puesto que el desastre absoluto fue la derrota en la expedicion a Sicilia (415-413), la cual no se menciona, tal vez pueda pensarse que la obra esta escrita o antes del 430, o antes del 415. La Atenas de la obra es la del imperio maritimo, la Talaso-
10 Por eso suplicö la naturalizaciön de Pericles el Joven, el hijo de Aspasia de Mileto (el cual fue condenado a muerte en el 406 tras la batalla de las Arginusas).
11 Considerense los elementos artisticos o tragicos del asunto, segün Cornford (1907) presentes en la narrativa de Tucidides: Atenas süfre por su hybris, como volverä a sufrir en la expedicion a Sicilia. El tema parece eco del libro I de la Itt'ada, «Peste, cölera». En relaciön con el tema religioso, y sin subestimar ni sobrestimar el racionalismo sofistico, recuerdese II, 6: «las enfermedades de los granos, que proceden de Zeus».
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cracia, no la de una metropolis que ha sufrido una plaga, ha per-dido una guerra v miles de ciudadanos. Como mucho, si se acep-ta una datación después de la epidémia, se tratará de la época tras la derrota -v posterior debate- de Mitilene (428-427), periodo optimista por los éxitos del 425 y el verano del 424, cuando los atenienses se creían capaces de todo y lleva razón Gomme en que nadie se acordaba de lo peor, según describe Tucídides en IV, 65 (Marr-Rhodes 6). Canfora (1991: 9) propuso el 429-424, y dis-tinguía entre la fecha dramática (424) y la fecha de elaboración (Ramirez 7, Lewstone 11). Ernst Kalinka (1913), en su gran comentario, ya había planteado la fecha del 425/4.
Ramirez (2005) ha considerado la posibilidad del ambiente de conjuras oligárquicas alrededor de la expedición y desastre de Sicilia (415-414) como marco de referencia.12 Se trata de un contexto de crisis de la democracia ateniense que habría comen-zado en el 415 con el caso de los Hermocópidas y que tocaría a su fin con la sustitución del regimen oligárquico moderado de los Cuatrocientos por los Cinco Mil a finales de 411. Durante la época en torno de los Cuatrocientos, escribe Ramirez (LXXII), se escribieron textos que pueden formar parte de una estrategia propagandistka contra la democracia y sus líderes, como las «Invectivas contra Alcibiades» de Antifonte, y una carta, «A sus camaradas» -de los que quedan fragmentos-, asi como el discurso ficticio de Andócides, «Contra Alcibiades». El texto del Viejo Oligarca, que terminó entre los papeles de Jenofonte, formaria parte de todo esto.
12 En el 415, en visperas de la partida de la flota ateniense para la expedición a Sicilia, tuvo lugar una mutilación de varias esculturas sagradas, los hermai o representaciones del dios Hermes. Fue un escándalo al que se anudaron acusaciones de conjura, disturbios de opositores a la campaňa, etc., y que acabó con la detención de sospechosos y la huida del general al mando de la flota, Alcibiades, acusado de participar en el sacrilegio.
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El autor
A finales del siglo XIX, el helenista britanico Gilbert Murray colgo a nuestro autor anönimo un apodo que calo bien en el campo anglosajön y en algunos helenistas no insulares: lo Hämo «Viejo Oligarca» (Old Oligarch). Pero, <:por que «viejo» y no «joven»? La desafortunada expresion, sin embargo, puede leer-se en el sentido de «oligarca acerrimo» o de «oligarca de toda lavida» (Marr-Rhodes 1).
La herramienta biografica posee un valor limitado, piensa Ober (1998), si bien (y quizäs por razones ideolögicas) queremos darle rostro al autor, aunque estemos de acuerdo en que «Sacar al azar un nombre de la Prosopographia Attica y hacerlo pasar por autor, no nos lo hace mas inteligible» (Gomme 69; nuestra traduccion). Los candidatos han sido muchos e ilustres, lo que da una idea de la importancia que se da a este opüsculo (Gun-tinas 285): Tucidides el historiador, Tucidides el de Melesias (el adversario de Pericles), el mismo Pericles, Cleön, Alcibiades, Teramenes, Critias, Antifonte, Frinico.
1 Critias
Critias nacio alrededor del 460 y era tio de Perictione, la madre de Piaton (vease Diogenes Laercio III, 1); estuvo asociado a Socrates y puede que fuera discipulo suyo, aunque les separa-ban 10 anos. Aparece en algunos dialogos de Piaton {Protägoras, Cdrmides)}1 Escribio tragedias, prosa, elegias y sus escrkos se perdieron, quedando algunos en los papeles de otros: asi, se le atribuye un fragmento de Eunpides, el Sisifo. Critias era un
13 Carmides era tio de Piaton.
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Introducción y estudio
enemigo mortal de la democracia, formo parte del bunker de los Treinta Tiranos y murió combatiendo contra las fuerzas demo-cráticas lideradas por Trasibulo en la batalla del Pireo en el 403, en la colina de Muniquia.
Luciano Canfora ha insistido en su hipótesis de Critias en diversos escritos desde los ochenta.14 La atribución es anterior, de Boeckh en 1850, Müller, Drerup (véase Kaiinka 1913: 18), o G. Norwood (en 1929).
La hipótesis se basa en una glosa del gramático, retórico y lexicógrafo alejandrino del siglo II Julio Pólux en que parece hacerse referencia al pásaje III, 6 (Kalinka 18).^ Canfora sugiere otro pasaje de II, 19, como el frg. 63 (53 B).16 Otra evidencia, según Canfora (2014: 17-18, n. 24), procede del testimonio de Filóstrato, Vida de los sofistas (I, 16), donde se dice que Critias, hablando del ordenamiento ateniense, «lo atacaba ferozmente fingiendo defenderlo». Por el mismo Filóstrato sabemos que Critias estuvo en Tesalia exiliado entre 408 y 404, lo que puede ser reŕlejado en úautothiáú texto — «allí [en Atenas]».17 Critias escribió «constituciones», quizás de los tesalios y de los lacede-monios (o espartanos), existiendo una noticia de unapoliteia de los atenienses (88B30 DK).
Esta teória presupone que Pólux tuvo acceso a las obras de Critias, porque, <jdónde encontró ese texto, entre una colección
14 «Una crítica nadá banal de la democracia», cap. IV de El mundo de Atenas (2014 [Roma, 2011], 138-157) y «"Demokratia" como violencia» (2014: 158-162), reelaboraciones de trabajos anteriores (cf. Canfora 1991).
15 El frg. VIII, 25: ho ď autos [Krinas efé] kai diadikazein, etc. (VS 71 B62). Diels-Kranz, Fragmentos de lospresocrdticos, II, 1959, 390, 398-9.
16 Véase la nota al pasaje de II, 19, en nuestra traduction literal.
17 «Jenofonte, en Helénicas (II, 3-36) da noticia de la conducta de Critias en Tesalia, incitando a subversiones y revueltas», en Filóstrato, Vidas de los sofistas, trad, de M. Conception Giner, Gredos, 1999 [1982], n. 100, p. 95.
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de obras del sofista o entre las de Jenofonte? De nuevo, como escribíamos arriba (cf. Marr-Rhodes 12) <por qué los bibliote-carios alejandrinos del siglo III a. n. e. -400 o 500 aňos antes de Pólux- colocaron esa obra entre las de Jenofonte?
2 Obra de un adolescente, quizás Jenofonte
Marr y Rhodes (2008: 6-12) apuestan por hacer tabla rasa y volver a la tradición antigua. Para ellos, el autor sería el mismo Jenofonte, y el texto un ejercicio escolar.
Para los académicos británicos, el autor es «casi seguro» un hombre joven, quizás muy joven (pp. 2 y 15; secc. 4), y no porque sea el primer ejemplo (conservado) de prosa ática. El estilo es desmaňado y resulta curioso en este sentido que se atribuya a un sofista y escritor de tragedias como Critias, supues-tamente un oligarca inteligente. Se pueden disculpar bastantes inconsistencias de contenido porque está dirigida a un círculo oligárquico, pero las continuas repeticiones de palabras y temas, las transiciones abruptas, vocabulario limitado, pasajes oscuros, generalizaciones, exageraciones y la desorganización hacen que pueda parecer la obra de alguien que está aprendiendo. Además, hay paralelos con la Constitución de los lacedemonios, que sí se considera de Jenofonte y la precede en el corpus de sus obras, a saber: (1) de desorganización estructural (similar en ambas) y (2) de estilo: (a) autorreferencias, (b) generalizado «tú» o «uno», (c) frases programáticas y resúmenes y (d) el interlocutor (-es) imaginado (-s) (Marr-Rhodes 9).
<:Por qué no se ha querido de Jenofonte, se preguntan J. L. Marr y P. J. Rhodes? Por razones ideológicas, estilísticas y por la noticia en Diogenes Laercio. Jenofonte es un ejemplo de
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claridad de estilo, algo de lo que nuestra falsa politeia carece, se «anuncie» o no esa prosa ática jenofontea.18 Ideológicamente, sin embargo, que no se quiera de Jenofonte no cuadra, puesto que el filolaconismo del historiador ateniense es claro. El radica-lismo del texto es (si se sigue la caracterización de los jóvenes en Aristoteles, Retórica, cap. II, 12 y ss.) el propio de una persona joven v airada, a no ser que lo pensemos como el Oligarca de los Caracteres de Teofrasto, que no tiene edad. Políticamente es dogmático, aunque, como veremos, ello no significa que no hava sofisticación intelectual.
Ahora bien: en caso de que se le restituya la autoría a Jenofonte, el problema se vuelve cronológico. Tradicionalmente se considera que Jenofonte nace en 430, o 432-1, de modo que tendría unos seis o siete aňos si fechamos el texto en 424. Como los números no salen, Marr-Rhodes despliegan entonces una serie de argumentos que sitúan el nacimiento del historiador alrededor del 438-440, haciendo asi posible que un adolescente precoz y alumno aventajado -de unos 12 o 14 aňos- compusiera la pieza. Luego sugieren (p. 16) que podría ser un alumno del sofista Antifonte (implicado en el coup oligárquico del 411).
Hay un problema: por las alusiones a la guerra, por el parecido de su léxico a pasajes de Tucídides, p. ej. al discurso de Cleón en el debate de Mitilene (III, 37, 3) en I, 9 o el de Alcibíades (VI, 89) en I, 5; por las observaciones sobre la educación, las fiestas, el atascamiento del sistema judicial, el ŕuncionamiento de institu-ciones, la burla de la asamblea (III, 17), la construcción de barcos (puede que ŕuera incluso trierarco), debe tratarse de alguien más
18 Fernández-Galiano (quizás sin darse cuenta) habla de «retorica balbuciente» (p. xvi), Levystone (p. 45) de «pensee politique balbutiante»; a Gomme le parece un juego sofístico clumsy, torpe y a Kalinka un paignion, una pieza ligera.
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maduro que ha oido y participado en los debates, las conversacio-nes de la calle, el agora y el puerto, alguien que posee un grado de complicidad oligarquica pero que admira los triunfos de Atenas. Alguien como Alcibiades.
3 Alcibiades
Relata Tucidides, «y era asi», que Alcibiades, segiin el oligar-ca Frinico, «no deseaba la oligarquia mas de lo que deseaba la democracia, y que su ünico propösito era, de un modo u otro, cambiar el orden establecido en la ciudad, para volver a la llama-da de su facciön» (VIII, 48, 4). Las obras de Romilly (1994) y Rhodes (2011) revelan las multiples facetas, luminosas u oscuras, de este personaje inquietante de dotes tan excepcionales como su falta de escrüpulos, representacion individual tragica de la hybris colectiva del drama ateniense, segun lee Cornford a Tucidides.
Heibig propuso la autoria de Alcibiades en 1861 (Sauppe 1866: 179; Kaiinka 1913: 18, 43). El personaje posee rasgos pertinentes para nuestra pequena indagacion: vivio entre el 450 y el 404, pertenecio a la elite economica y politica ateniense, tuvo una buena educaciön, se movio en circulos oligarquicos antide-mocraticos (aparece en dialogos de Jenofonte y Piaton, recuer-dese su aparicion estelar en el Banquete), pero siempre intento auparse politica y economicamente sobre el poder del demos. Su vida oscila entre los extremos del triunfo y la brillantez militar, entre el ideal agonico nobiliario y la miseria politica y moral del traidor a la patria con aspiraciones de astuto trepa cargado de deudas. Se le ha considerado el prototipo del demagogo, en el mal sentido (moderno) de la palabra y, para Rhodes (2011, loc. 2149-51), fue leal a Atenas cuando esa lealtad podia combinarse
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Introduction y estudio
con éxito para su persona, aunque hubiera preferido tener éxito en Arenas antes que en ninguna otra parte. Estuvo implicado en la instauración de los Cuatrocientos y en su colapso (Rhodes, loc. 2138-39), lo que le llevó a hacerse cargo de la flota; fue exilia-do por los Treinta y murió asesinado en Asia Menor por orden del general espartano Lisandro, quizás a petición de Critias, en 404-403.
En principio, pensábamos plantear la autoría de Alcibíades como un ejercicio de creación literaria, más que como una reali-dad, para ejemplificar el derroche de energia empleado en estas cuestiones. Pero quizás no sea solo una idea al viento. El ststema politico de los atenienses puede ser el borrador o no tas de una conferencia o discurso que habria pronunciado en una heteria ateniense en algún momento de su carrera, pero también en la misma Esparta, en este caso no necesariamente (pero probable-mente) entre el 415 y el 413, cuando el joven general ateniense huyó a Lacedemonia para escapar de la justicia. Allí vendió a su polis aconsejando una estrategia -la toma de Decelea- que ases-taria un golpe muy důro a los atenienses: es más o menos la hipó-tesis de Heibig. Los lazos entre Alcibíades y Esparta son cono-cidos: era próxeno (encargado de las relaciones entre diferentes ciudades) de Esparta, en buenas relaciones con un tal Endio, que sería éŕoro en 413, además de tener una relación de amistad con el rev Agis y -según las malas lenguas- otra enorme relación de amistad con su esposa. Su mismo nombre es de origen espartano.
Hay un pasaje del opúsculo, el I, 5 («...y en toda la faz de la tierra lo mejor es opuesto a la democracia»), que recuerda el discurso de Alcibíades (escrito por Tucídides en VI, 89), cuando habia huido a Esparta. Vale la pena leer una parte:
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Nosotros siempre nos hemos opuesto a los tiranos -todo lo que se opone al despotismo se denomina demo-cracia [demos]- y en funcion de ello se ha mantenido nuestro liderazgo de la multitud. Ademas, como la ciudad se regia por un sistema democratico \demokratoumenes\ era forzoso en la mayor parte de los casos adaptarse a las condiciones existentes. Con todo, dado el desenfreno [akolasias] existente, procuramos ser mas moderados en lo referente a los asuntos püblicos [tapolitikd]; pero tanto antano como ahora hubo quienes indujeron a la masa [ochlon] a adoptar actitudes mas canallescas [ponerotera]: esos rueron precisamente los que me expulsaron.
Estuvimos al frente de la totalidad del grupo democratico por estimar justo un sistema de gobierno con el que la ciudad alcanzaba su mayor fuerza y libertad, y que con-tribuia a conservar [syndiasozein]1^ lo que se habia here-dado. Pero lo que es la democracia [demokratian], eso lo sabemos bien la gente sensata \hoifronoüntes\ y yo no lo se menos que nadie por cuanto tengo los mayores moti-vos para denigrarla. La verdad es que no se podria decir nada nuevo de su insensatez generalmente reconocida [peri homologoumenes anoias] y, a pesar de eso, no nos parecia seguro cambiar en un momento en que vosotros, nuestros enemigos, estabais a las puertas de la ciudad.20
Gran parte del vocabulario recuerda el texto del Viejo Oligar-ca, incluso la argumentaciön («por estimar justo un sistema de
19 Cf. 1,1: diasözontai, y III, 1, diasozesthai.
20 Trad. de F. Romero Cruz (Cacedra, 1988, pp. 558-559); ios subrayados y terminos griegos son nuestros.
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gobierno con el que la ciudad alcanzaba su mayor fuerza y liber-tad, y que contribuia a conservar lo que se habia heredado»). Son las elites domesticadas que viven de y bajo la democracia.21
4 Recapitulando. El legado de Tucidides
El objetivo de esta introduccion no es resolver una cuestion como la autoria de \&Ath. Pol. de Pseudo-Jenofonte. Intentare, sin embargo, ofrecer una version razonable del asunto para con-cluir este apartado.
La virulencia del panfleto no va dirigida unicamente a la «chusma ignorante», sino tambien contra los que se ponen de su parte, contra aquellos que sin ser por naturaleza del demos se alian con el para «delinquir» [adikein] (II, 20). <No podria ser Critias despellejando a Alcibiades? Posiblemente. Pero pudiera ser tambien un enemigo de Pericles -mas abajo trataremos esta cuestion. Sea como sea, de los tres autores aqui propuestos, la hipotesis de Critias es la unica con evidencia fiable. La de Alcibiades es especulativa y la de un jovencisimo Jenofonte se basa en una comparacion con la organization estructural de lapoliteia de los lacedemonios -que si se atribuye a Jenofonte, y -menos con-vincentemente- en la poca sofisticacion teorica y empirica de la otra, carencia intelectual que, por cierto, no ven otros estudiosos (Flores, Canfora, Ober, etc.); ademas, si la obra fuera tan mala, <<por que emplear tanta energia en desentranar sus enigmas?
Como se dijo al inicio de esta section, se propusieron otros nombres, entre ellos los de Tucidides el historiador, Tucidides el de Melesias, Pericles, Cleon, Teramenes, Antifonte, Frini-co. Ponerle un nombre al Viejo Oligarca resulta imposible;
21 Vease Azoulay (2014), asi como J. Ober (1998) y E. Flores (1982).
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sin embargo, hay algo que Alcibíades, Critias y Jenofonte, el adoiescente y el adulto, comparcen: todos fueron discípulos o amigos de Socrates, de los círculos oligárquicos, con un lenguaje parecido, y una oposición abierta al gobierno del demos -preso para ellos de pasiones y de amathía (ignorancia, ineducación)-en menoscabo de personas como ellos -poseedores de gnômé o conocimiento.22 Sabemos que el círculo de Sócrates lo ŕrecuen-taban no sólo personas desafectas a la democracia, sino también enemigos abiertos de ella como Critias y Cármides, miembros unos aňos después de la breve pero sangrienta dictadura de los Treinta Tiranos, un gobierno títere instalado por Esparta tras su victoria sobre Atenas en el 404. Se ha dicho que a Sócrates los atenienses no le perdonaron haber sido mentor o maestro de jóvenes tan subversivos, algunos filoespartanos, esto es, traidores (la única excepción atestiguada es Quereŕonte, exilado en 404 y regresado con Trasíbulo, líder de la revuelta democrática contra los Treinta, si es que Alcibíades puede considerarse un servidor de la democracia y no de sus propios intereses). El mismo Sócrates manifiesta continuamente sus reservas -u oposición abierta-contra la democracia, sobre todo contra el sistema de sorteo de magistraturas y cargos y contra la Asamblea (véase glosario).23 Como discute en el Critón 47a (fechado 393-389), usando el mismo léxico y la misma oposición que el texto pseudojenofon-
22 Gomme, 1962: 68, estaría de acuerdo con el planteamiento, no de Alcibíades, sino del mismo círculo; y sugiere también Tuc. VI, 89, 3-6: «la democracia es una locura reconocida como tal».
23 Sobre la oposición de Sócrates a la democracia y el debate, Ja bibliografia es abundantc. Consúltese, entre los títulos recientes (por no mencionar a I. F. Stone [1988] o Finley [1975, 1980]), a Brickhouse-Smith, The Trial and Execution of Socrates: Sources and Controversies (2002) y R. Wáterfield, Why Socrates Died: Dispelling the Myths (2009; trad, ed. Gredos, 2011), M. Hansen, The Trial of Sokrates - from the Athenian Point of View (1995); también P. Ismard, ĽEvénement Socrate (2013).
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teo: «<No te parece que hay razón sobrada para decir que no se han de honrar todas las opiniones de los hombres, sino unas sí, otřas no? <Ni las de todos, sino las de unos, mas no las de otros? <Qué dices? <No está bien dicho esto? [...] Buenas [chřestat] son las de los hombres sensatos \fronímon\ malas [ponérat] las de los necios [afronón], <no es así?»).24 Las escenas poddán multi-plicarse. El opúsculo, igualmente, puede leerse como diálogo. El autor pudo provenir, por tanto, del círculo en torno a Sócrates. Pero también podia proceder de otros círculos intelectuales.
El léxico del Viejo Oligarca es el del campo intelectual atenien-se y, probablemente, el específico de los partidarios de un gobier-no oligárquico, fueran moderados o radicales. Gran parte de ese sistema ideológico de significantes lo encontramos en Platón, pero también, como habrá inferido el lector atento, en algunos sofistas como Antifonte, asi como en el historiador Tucídides. La tradición -según relatan Canfora o Ramírez- cuenta que, entre los materiales de trabajo de Jenofonte, se encontraban los papeles y borradores que el historiador Tucídides dejó al morir, sin haber podido dar término a su Historia de la guerra delPelo-poneso. Canfora (2014: 84) dice de Jenofonte que llegó a ser historiador «por casualidad», que tuvo la iniciativa de poner en circulación la obra de Tucídides, en vez de apropiársela, «como dice el antiguo biógrafo». Este es Diogenes Laercio, y el pásaje es el que ya comentamos más arriba (II, 57): «Se dice que hizo famosos los libros de Tucídides, que habían pasado inadvertidos, cuando habría podido apropiárselos él. Fue llamado la Musa Atica por la dulzura de su estilo. De ahí que mantuvieran una cierta rivalidad él y Platón, como diremos en el capítulo sobre Platón». Jenofonte rivalizó con Platón en presentarse como
24 Trad. Maria Rico Gómez, Centro de Estudios Conscitucionales, 1994, pp. 7-8.
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depositario de la herencia intelectual del maestro: su Sócrates es mucho más brusco y más antidemocrático si cabe que el del autor de Politeía («la República»). Asimismo, «la Musa Ática», a todas luces filoespartano, estuvo al servicio de la feroz tiranía de los Treinta como caballero, quizás como hiparco (o comandante). Por ello pudo contar entre sus materiales con un texto de Critias, acaso por azar o tal vez para preparar sus escri-tos de economía, los Poroi (o Ingresos), como sugiere E. Flores. Pero pudiera ser que nuestro opúsculo fuera el borrador de un discurso -o de un diálogo- preparado por Tucídides, o las notas de uno que hubiera escuchado, quizás de Alcibíades o del mismo Critias, o de Terámenes. Las semejanzas intertextuales y las ideas compartidas son demasiadas para pasarlas por alto, p. ej., la teoría del interes -passim- o la tesis de que lo semejante es favorable a lo semejante (III, 10). O a lo mejor fue alguien cercano como Antifonte, del que se dice haber sido tal vez maestro de Tucídides (el cual lo elogia vivamente en su história, VIII, 68, 2).25 Por otra parte, el porqué la obrita no fue incluida en las Helénicas de Jenofonte o corregida para pulirla pudo deberse, simplemente, a que se coló por casualidad en su corpusy que siendo un borrador de algo se traspapeló entre sus obras completas.
Alguien del entorno de Sócrates o de Tucídides. No es poco para comprender el opúsculo. En cierto sentido, la ideológia no tiene una fecha definida, limitada sincrónicamente a unos pocos afios, sino que recorre la vida de los individuos que la ponen a ŕuncionar en dichos y escritos o en acciones. Si de lo que se trata es de desenmaraňar la logica interna del texto que tenemos, es posible que la energia empleada en poner nombre propio al anó-
25 Ramírez Vidal (2005), pese a su cautela, se refiere en numerosas ocasiones a Antifonte y a Tucídides como posibles autores.
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nimo sea desmesurada. Al anónimo le pega el apodo que le dio, de manera informal, un helenista británico.
Ideológia, objetivos e inconsistencias de un oligarca inteligente
A Gomme (59) le parece que hay una ingenuidad infantil de estilo que contrasta con el adulto cinismo de su pensamiento. Para Canfora y Flores, hay un programa político oligárquico claro, con «conciencia de clase», como si eso fuera un logro intelectual. Se sobrevalora el texto, como se dijo, haciéndolo un programa de filosofía política materialista enemiga de la demo-cracia directa -«el ideal del dogmatismo jacobino» (Levystone 47). Marr-Rhodes, por el contrario, lo convierten en un ejercicio casi despolitizado. Una lectura atenta, distanciada, resulta más reveladora.
<Es El sistema político de los atenienses obra de un oligarca «inteligente»? En el texto conservado hay más bien bipolaridad, inconsistencia teórica y, sobre todo, antiimperialismo y racismo de clase, sentimiento de élites menospreciadas, con todas las con-tradicciones que conlleva el resentimiento. El filósofo Manuel Cardenal de Iracheta (Galiano 1971: XV), citando a H. Frisch, habla de «dos almas» luchando en el corazón del autor: una idealista y otra materialista, «un alma de oligarca, de noble -que informa su vida de ciudadano expatriado- y una mentalidad científica, intemporal, que ve claro y especula según los datos que posee, empíricamente. Esta mentalidad científica le permite ver la serie de los valores democráticos. Y también que la democracia no se hundía de por sí -por la famosa «corrupcion» platónica
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[Rep. VII]. Para derrocarla habria que acudir al extranjero, pien-sa, y esta es su inducción cientifica en el caso de la democracia ateniense».
El Viejo Oligarca conoce bien el sistema ateniense, ha estado en la Asamblea y en el Consejo, ha votado y ha sido sorteado. De hecho, por las alusiones a «mis barcos» (II, 11), es posible que haya sido encargado de una trierarquía o que sea efectivamente armador. Su prosa, aunque poco hábil, transmite la vitalidad de la metropolis de forma que el lector no sabe si es una celebracion o una denigración del poder del démos (no del «populacho», al que parece despreciar). De hecho, el texto es famoso por esa fas-cinante paradoja expuesta ya desde las primeras frases. No es solo un rasgo de la «psicologia» del autor y de su posicionamiento politico. Es también una figúra retórica, una figúra dialéctica o metalogismo: la concesión o epítrope, parecida a la permisión. Si bien esta ultima funciona como una especie de conjuro (se desvía una acción o argumento peligroso fingiendo permitirlo, parece dar la razón pero no lo hace), en la concesión un segundo argumento vendrá a sustituir y deshacer el primero. Todo un ejerci-cio de judo retórico que ha dado a su autor fama de inteligencia, fama a contrario. O quizás es un inconsciente escindido de la elite ateniense, un yo escindido en un otro del texto. Alguien que desprecia al mismo tiempo que está fascinado por la energia liberada por el démos ateniense: un Alcibiades, Terámenes, Tucidides, puede que el mismo Jenofonte, o una parte de él.
La lógica torcida de la «sociologia» oligárquica
Léase con atención el arranque del opúsculo: «Pero con rela-ción al sistema politico de los atenienses, que hayan elegido esta
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Introducáôn y estudio
forma de gobernarse, no lo apruebo por esto: porque, al elegirla, eligieron que la chusma estuviera mejor que los mejores. Por esto no lo elogio. Pero ya que lo decidieron asi, cómo preservan bien este sistema de gobierno y gestionan bien las demás cosas en lo que al resto de los griegos les parece que se equivocan... esto lo voy a demostrar». dQuiénes «eligieron» y cómo? iho eligió la misma «chusma», el démos, o más «clases» sociales? Si se trata de la politeía de los atenienses, no solo del démos, í todos los atenienses son «la chusma»? <Sólo los plebeyos «preservan» y «gestionan» el sistema? é En qué se equivocan los atenienses «segun los demás griegos», en su forma de gobierno o en su actuación exterior? < Todos «los demás griegos» piensan asi? En I, 2 -e independientemente de la cuestión de las variantes textuales- se despliega una radiografía sociológica de la sociedad ateniense que, aunque en apariencia correcta, es torcida, sesgada por el prisma ideológico del autor. Léase el pasaje atentamente: primero hace un corte, colocando a un lado a los pobres y al pueblo, por otro a los nobles y a los ricos. El filólogo británico Francis McDonald Cornford (1874-1943), en su obra Thucydi-des Mythistoricus, lo leía asi:
El desconocido autor de Sobre la Constitution ateniense, en unas počas páginas, nos dice más sobre el démos ateniense de lo que encontraremos en todo Tucídides, mostrándonos cómo un aristócrata chapado a la antigua veía los diferentes partidos. Usa tres antítesis: (1) los comunes {démos) se oponen a los nobles de nacimiento {gennaíoi), una reminiscencia de los tiempos pasados de gobierno patricio; (2) los «trabajadores manuales» (ponéroi, que parece poseer algo de su significado original
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de «hombres que trabajan») se oponen a las clases edu-cadas y pudientes, llamados ingenuamente «los mejo-res» (hoi chrestoiox hol beltistoi)\ (3) los pobres (penetes) son colocados en contraste con los ricos (plousioi) u hombres de posicion y riqueza {dynatoteroi). (1907: 15-16) [Trad. nuestra]
Esta lectura, sin embargo, no disuelve del todo la confusiön del pasaje del Viejo Oligarca, en el que aparecen mezclados diversos sectores sociales. Vamos a intentar desenredarlo. La primera antitesis opone dos bloques: a un lado, los pobres y el demoSy versus los nobles y los ricos: dos bloques, cuatro tipos de hombres. Luego hay una amplificacion: el demos que rema y los pilotos, pentencotarcos, etc. versus los hoplitas-nobles-<:/?n?i/ö/. Aqui nos encontramos con una division de varias clases sociales, en las que el estatus y la riqueza se oponen a la pobreza, primero, pero es inconsistente, simplificador y generalizador, ademas de haber anadido, casi solapadamente, a los hoplitas, que no son necesariamente ni ricos ni nobles. Como sugieren, entre otros, Gomme (48) y Levystone (45), no podemos depender del Viejo Oligarca para la verdad.
La principal oposicion del texto (esta si), se sitiia entre los poneroi y los chrestoi, oposicion que aparece por todas partes. Basicamente, los significantes implican una valoracion moral cercana a lo que traduce Canfora («la canalla» / «la gente de bien»), pero tampoco sabemos exactamente como eran sentidas o vividas ideologicamente esas palabras en la epoca del opüsculo: es posible que ponerös contenga un sesgo despectivo o condes-cendiente a los que denen que trabajar duro con sus manos, que es lo que hay en la etimologia: «los sufridores, fatigados,
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esforzados».26 El texto revela distinciones de clase claras entre ciudadanos atenienses ricos y pobres, pero incluye a los zeugitai (cf. Marr-Rhodes 21), los cuales pueden ser hoplitas (infantería pesada) ya que sus ingresos les permiten pagarse el equipo, a diferencia de la plebe urbana de remeros y pobres asalariados. <Entonces? <Se trata de una oposición económica, política, moral? Los ponéroí equivalen al démos y los chréstoi a los oli-garcas, pero en el saco se ha introducido a otros grupos sociales (véase Sancho Rocher 2016a y 2016b).
Despistan dos cosas: primero, la manera contemporánea de pensar las divisiones políticas y económicas en la formación social de la democracia ateniense, que no se corresponden exac-tamente con las de clase, aunque en ocasiones se aproximen. En segundo lugar, despista la generalización oblicua del Viejo Oligarca, que es o bien simplista, o bien complicadamente sutil, puesto que muchos miembros de las clases altas eran partida-rios del pueblo (del démos), al mismo tiempo que no todas las personas de alcurnia, aristócratas, «bien nacidos» o «de buena familia» {gennaiot) tenían que ser ricos. Igualmente, no todos los ricos eran nobles. No debe olvidarse que las clases altas atenienses se beneficiaron mucho del imperio (Marr-Rhodes 88). Enrico Flores (1982) ha planteado que en la formación social ateniense tuvieron lugar unos cambios económicos profundos, un pacto social entre los libres y una redistribución de la rique-
26 Asi Cornford: «che base mechanics... working men» y Marr-Rhodes «the toiling / suffering» (App. 4, p. 171). Los términos son difíciles de traducir, por lo que se recomienda consultar el glosario (cf. Marr-Rhodes «worthIessness»). Véase asimismo la nota 1 de Fernández-Galiano y su traducción de I, 5, donde poniría «vicio, depravación, maldad, vileza». Ramirez CXXXV\U,poneô, «trabajar (duro)», y penia, «pobreza». Jennifer T. Roberts traduce otra palabra del mismo campo semántico, achristoi, como useless, «inútil» (1994: 95), puesto que chréstos es un adjetivo verbal (de cbráomaí) que significa «utilizable».
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za.27 No todos los actores sociales verían esto con agrado, sin duda. Cornford (1907, p. ej. pág. 18) habló de un programa político {polky) del Pireo (uno se siente tentado a hablar de un «partido» del Pireo), los partidarios de la guerra, frente a una aristocracia de la tierra y un démos rural y de pequeňos propietarios (como los Acarnienses). Puesto que el texto está escrito por un individuo hostil de la democracia, probablemen-te aristócrata, la palabraponéros -se dijo- contiene racismo de clase; a este respecto, apunta Azoulay (2014: 248, n. 9) la palabra «nuevos ricos canallas», neoploutoponéroi, acuňada por el comediógrafo Cratino en el 428, justo después de la muerte de Pericles, la cual implica un vocablo más corto del tipo -quizás-ploutoponéroi.
En conclusión <qué se está dando a entender en el texto? Lo más probable es que ponéroi, en el texto, se refiera a las clases bajas urbanas atenienses de pocos o ningunos ingresos, también a las rurales alrededor de la ciudad (de las cuales muchos individuos se desplazaban para participar en la vida política de la ciudad, cobrando un salario). Pero revela o un desconoci-miento de Atenas o una flagrante mentira. Desde la ideológia oligárquica y aristocrática, la «chusma» incluiría a los que se dedican a oficios marcados por el estigma del trabajo manuál, p. ej. banausoi, los trabajadores manuales no tan pobres o aco-
27 Las transformaciones emparentaban la formación social ateniense a la economía de mercado, en tensión con la aristocracia agraria y parte del campesinado libre (véase Sancho 2016a y b). El pacto social entre las elites y los ciudadanos pobres libres supuso un mejoramiento de las condiciones de vida de esclavos y libertos. Para evitar el isomorfismo histórico, plantea Flores (p. 83) un «modo schiavistico della produzione di merci», con desarrollo de fuerza de trabajo libře, liberta y esclava. No hay que olvidar que todo el edificio social se apoyaba en la talasocracia y en los aliados demócratas internacionales, el lado no oscuro del imperialismo ateniense.
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modados.28 Cleón -el vapuleado simbólico de Tucídides- era rico, pero seguramente sería considerado por el Viejo Oligarca unponérós, como Cleofonte o Hipérbolo. El autor del opúsculo censura las alianzas de clase, a aquellos individuos de las elites que sin ser por naturaleza del démos se alian con él (II, 19-20), reprobando a una gran cantidad de miembros de la aristocracia y de las clases acomodadas -como Pericles- que tomaban parte activa en la política de la ciudad: «comprendo y tolero al demos, pero no al que no siéndolo se alia con él: éste me parece un delincuente, un colaboracionista». No sería sorprendente que el polémico planteamiento citado del opúsculo (del que podria decirse que apunta demasiado alto) hubiera sido formulado por una persona que no sentiría escrúpulos a la hora de eliminar a rivales de su propia clase aupados sobre el démos (como Alcibíades), menos aún de liquidar a ciudadanos pudientes pero sin
28 Compárese con Aristoteles, Política, 1278a: «La ciudad más perfecta no hard ciudadano al trabajador [artesano] [banauson). En el caso de que éste también sea ciudadano, la virtud del ciudadano de la que antes hablamos no habrá de aplicarse a todos, ni siquiera solamente al libre, sino a los que están exentos de los trabajos necesarios» (indication de L. Sancho Rocher; trad. Manuela Garcia Valdés, Gredos, 1988, 166). La ideológia social alrededor del trabajo manual en el mundo clásico -mantiene R Anderson en Passages from Antiquity to Feudalism, Verso, 1974, p. 27- contaminaba el trabajo contratado e incluso el independiente con el escigma de la degradación [debasement], y aňade que Finley (Ancient Economy, 1973) seňala que, en la oposición entre penia (pobreza) y ploutos (riqueza), penia conllevaba de hecho el sentido peyorativo de «trabajo pesado», «obligación de trabajar», cuya sombra cubria incluso a los pequeňos propietarios prósperos. Parece que los antiguos concebian la libertad real como absoluta: el trabajo duro constriňe o limita esa libertad. Pero la generalización de Anderson es excesiva y habría que matizarla mucho (asi, Hesíodo, o el labrador de hElectra de Euripides). La cuestión gira en torno a si el trabajo es libre o ŕorzado, y el estigma puede proceder de círculos nobiliarios; asimismo el trabajo de la tierra es considerado más honroso que el artesanal. Perspicaz históricamente es Elien M. Wood, p. ej. en Peasant-Citizen and Slave. The Foundations of Athenian Democracy (1988). Cabría traer a colación reŕlexiones de H. Arendt sobre labor y trabajo.
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pureza de sangre {neoploutoponéroi) o a metecos enriquecidos. Durante la tiranía de los Treinta, entre los cientos de ciuda-danos asesinados, hubo individuos acaudalados -metecos y nativos- a los que después les fueron confiscados sus bienes.29
Teória del demos-tirano
Las ideas del Viejo Oligarca sobre el poder del démos recuerdan a la discusión de Alcibíades y Pericles en Memorables de Jenofonte (12,42-46) sobre el démos tirano (véase Sancho Rocher 2009: 113-114). El retrato de la sociedad escindida en ricos y nobles oligárqui-cos y pobres demócratas e imperialistas es sesgado (íd. 15 y 175).
Elsistema politico de los atenienses, o bien reŕleja la situación de ciertas elites no asimiladas en la democracia, con una aristocra-cia sometida a presión por la nueva realidad política, o bien está escrito con una lógica torcida, o miente. Démos es un término que puede cambiar de significado según el autor, su ideológia política (ex. gr. el damos espartano son los bomotoi)30, o actividad (como sucede con otras palabras, como achréstos^). El Viejo Oligarca
29 A partir de esto es tentador identificar a Cricias con el autor anónimo, o con la voz del texto, quizás redactado por otro. Laura Sancho Rocher (2016a, 2016b) es quien ha estudiado el apoyo social durante el régimen de los 400 del 411 y los Treinta Tiranos (404-403; véase mapa cronológico); agradezco sus comentarios a propósito de los objetivos político-sociales de la violencia de los Treinta.
30 «Si Pseudo-Jenofonte se dirige a hombres de otros estados griegos que eran oligarquías, especialmente Esparta, esto es especialmente importante; pues todos los estados tenían un démos; en Esparta estaba formado por los pares [...] pero "No creáis que nuestro demos en Arenas es como el vuestro, fácilmente distinguible de los hilotas yperiecos" [Plut. Lyk. 6, 2]» (Gomme, 39-40; trad, nuestra).
31 «La vida del aprágmôn, después de todo, es la vida que Sócrates escogió vivir en Arenas, sin importarle que pudieran llamarle inútil (achréstos es la palabra usadá en República para describir al filósoŕo: ver 487d, 489c)» («Concepts of Freedom», en Gomme, 1962: 141-142; trad, nuestra).
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lo usa en un sentido sectario, muy diferente al de Pericles en la Oración o Discurso ŕunebre (Tue. II, 35-46). Es un significante manipulado, porque los ciudadanos varones libres en Acenas pro-ceden en su mayoría de las clases populäres urbanas y rurales, pero también de otras clases sociales (si por clases sociales entendemos «clases de condiciones de existencia») y las estratificaciones sociales y profesionales varían, a no ser que aceptemos lo que Elien M. Wood llama «el mito de la masa holgazana» (o desocupada), de larga história presente, ex. gr., en Fustel de Coulanges (Wood 1988: 5-41; cit. en Roberts, 1994, 267).
En Pseudo-Jenoŕonte el aspecto de inteligencia sociológica lo proporcionan las paradojas textuales. Es un texto lieno de exage-raciones, p. ej. en I, 11: «En Atenas hay un descontrol increíble con los esclavos, no les puedes pegar, no te ceden el paso...», a lo que el interlocutor responde: «Allí no le puedes dar una bofetada a un esclavo porque si lo haces puede ser que estés, en realidad, abofeteando a un ateniense, jes que son iguales, no hay manera de distinguirlos!». Cierto: esto puede revelar una elevación del nivel de vída: que la situación de los esclavos en Atenas era algo mejor, o que las clases bajas urbanas no vivían en la miseria (San-cho 2009: 73; Adrados 1975, bajo Pericles; Flores 1982), o una situación específica de esa ŕormación social: la mezcla en el ágora y el puerto de los remeros (cuya ropa de navegación no debía ser exuberante), los trabajadores, los esclavos y libertos. Unido a esto, la situación de guerra, con tantos hombres movilizados en la flota, hace aumentar la demanda de mano de obra, y un numero no determinable de esclavos pueden ganar algo de dinero, mejorar su supervivencia, incluso ahorrar; «Pero en Esparta mi esclavo te tiene miedo», y la respuesta: «Si tu esclavo me terne pagará para evitar una paliza» (I, 11), «pero como en Atenas
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los necesitamos, por interes, ya no conviene golpearles... de ahi el descontrol». Puede que sea ceguera ideologica (consciente o inconsciente), pero hay algo de exageracion, casi de boutade, para un publico de lacedemonios (acostumbrados a matar hilotas sin motivo, p. ej.) que se escandalizaria al oirlo y alzaria las manos al cielo, o para un publico de «oligarcas de toda la vida» atenienses, filoespartanos, que enrojecerian escuchandolo32.
Mas generalizaciones y simplificaciones brutales: Arenas tiene mas festivales que todas las ciudades griegas; los atenienses siem-pre estan de fiesta, y a costa de los ricos; asf, no es extrario que los tribunales esten saturados. Como si dijera: «Los teatros, instalaciones, barcos... todo esto lo estan (lo "estamos") pagando los ricos, obligados por esa chusma ignorante, descontrolada», desti describiendo una situation que considera «injusta»? (No ha dicho en I, 1 que «es justo que en Atenas los pobres y el pueblo esten mejor porque son los que mantienen la flota y dan su fuerza a la ciudad» ?
Argumentos dobles: justo-injusto, logico-ilogico
Categorias como «justo» o «injusto» no funcionan igual que en el mundo actual. Lo que se describe es una situation de opresion que un sector de ricos y (o bien) aristocratas, de ideas oligarquicas, considera intolerable. Igual con las relaciones con los aliados: es duro para los aliados -critica- tener que ir a Atenas a resolver sus juicios. Gran parte del Sistema politico de los atenienses es un alegato contra el imperio maritimo ateniense, como si clamara: «lo tienen todo, controlan el mar, no se puede
32 Cf. Platon, 40-50 anos despues, Rep. VIII, 14 (563b-d): «...este exceso de libertad en la democracia ocurre en tal ciudad cuando los que han sido comprados con dinero no son menos libres que quienes los han comprado».
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comerciar sin su permiso, cualquier cosa que necesito tiene que pasar por su beneplácito». Lo «justo» o «injusto» en el senti-do de Platón, eran conceptos discutidos en los círculos socráticos. En la Atenas democrática, y en generál en el mundo griego, las nuevas ideas dominantes sobre relaciones internacionales v rela-ciones de poder tenían que ver con el derecho de conquista y la teória del interes propio (Marr-Rhodes 16-18), como describirá Tucídides, el cual, sin embargo (III, 82) muestra el escándalo del cambio de significado de términos morales, costumbres y relaciones, en las situaciones de stdsis o conŕlicto civil. En Tucídides al relato -de Cornford- de que la bybris (arrogancia o exceso) atrae el castigo divino (Atenas y la expedición de Sicilia como paradigma), se mezcla la descripción de operaciones políticas y militares en las que predomina el realismo político de la razón de Estado. No resulta fácil despegar la sedimentación de lo real y lo imaginario en el inconsciente ideológico de un texto. Es posible, con todo, que una parte importante de los estratos de ese relato de la história de Atenas se hubiera segregado desde la ideológia de la disidencia oligárquica.
La nueva moral del «interes» convive con ideas tradicionales de «nobleza» o «ingenuidad», y resulta difícil de dilucidar: siempre es necesario matizar, porque ninguna formación ideoló-gica es un bloque sin contradicciones. Por otro lado, cabe argu-mentar que más que de lo «justo», en el texto se trata de «lo lógico»: «no me gusta esto, pero puesto que las premisas son correctas, es justo porque es lógico, y viceversa». La admiración por el kratos del démos se enlaza a un moralismo aristocrático que desprecia el trabajo, el comercio y el acceso de las clases populares a la participación política. Esto hay que explicarlo porque es el caso específico ateniense.
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Sorteoyparticipationpolitica (Consultese el glosario).33
En I, 2 y ss„ al inicio, se alude al sorteo de cargos y magistraturas como algo habitual. El sorteo de magistraturas, puestos judiciales, la rotation de cargos y la rendition de cuentas eran mecanismos de la democracia directa ateniense claves en su funcionamiento. Con ellos, se evitaba la concentration de poder en pequerios grupos y las rivalidades entre los mismos, asi como las redes clientelares. Igualmente, se prevenia la corruption. Abria el acceso de todos los ciudadanos, incluidos los menos favorecidos y de menos recur-sos, a tomar decisiones sobre su ciudad y sobre cuestiones que les afectaban directamente, como la guerra. La Asamblea de todos los ciudadanos era el organo decisorio supremo.34 Cualquiera que se presentara voluntario podia ser elegido para cualquier cargo, salvo los especializados. Las magistraturas que exigian competencias tecnicas, como los altos mandos militares y los de responsabilidad financiera, se elegian por votacion y eran controlados por medio de examenes (dokimasia, vease el glosario). El argumento del Viejo Oligarca (1,1) de que el pueblo no ejerce puestos clave para la segu-ridad de la ciudad porque no le conviene, revela una persona llena de falsos prejuicios, si no cicatera.
En Atenas habia isegoria (igualdad de palabra) y parresia (fran-queza, hablar libremente): «Ahora, cualquiera puede tomar la
33 Vease Mogens Hansen (1993) y Bernard Manin (1997). Para un estado de la investigacion (para la fecha), J. Ober (2007), «What the Ancient Greeks Can Tell Us About Democracy» {Annual Reviews in Political Science 11: 67-91). En el marco espanol, es clasico el trabajo de Adrados (1975), pero se ocupa de la relacion entre literatura, ideas e historia, de una forma textocentrica, descuidando el aspccto institucional. Otros, como Espelosin, Blazquez son importantes, pero los trabajos de Laura Sancho y Domingo Placido son claves.
34 «Ciudadanos» significa varones adultos nacidos de padres atenienses. Vease glosario «polis».
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palabra v conseguir ventajas para él y para los suyos», se lamenta el Viejo Oligarca, quien en I, 5-8 afirma que losponéroi, el démos, no favorece a las elites porque sabe que si lo hiciera estaría apoyando a sus enemigos, «y en toda la faz de la tierra lo mejor es opuesto a la democracia», porque el pueblo carece no sólo de virtud moral, sino también de inteligencia y educación, a la que no pueden acceder por falta de recursos. Seňala Jennifer T. Roberts (1994: 53-54) que es la primera vez que se manifiesta en una obra (de las conservadas) el pensamiento de que los pobres hacen malos ciuda-danos. El resentimiento de este autor desconocido es, por tanto, el de elites menospreciadas, como en II, 17: «...si resulta que de lo que el pueblo decidió algo sale mal, el pueblo culpa a unos pocos hombres acusándolos de echarlo a perder actuando en su contra, mientras que si sale bien, se atribuyen a sí mismos la iniciativa».
El sorteo [kléros) facilita el acceso a las magistraturas v el salario {misthos), la participación en política. Para algunos era escandaloso, primero, que cualquiera pudiera tomar decisiones que le afectaban directamente, como la guerra o la política fiscal. Segundo, que hubiera personas pudientes, fueran o no cultas, e incluso nobles, partidarios de la «chusma».
Un cumplido involuntario
En III, 12-13, el autor desconocido reconoce que «nadie en Arenas ha sido privado injustamente de su ciudadania», pues-to que los ciudadanos únicamente son privados de derechos políticos «por gobernar sin justicia y por no decir ni hacer lo que es justo», y tal vez no advierte el desliz de lo que otros han leído como un cumplido involuntario (Guntiňas, Ober y Marr-Rhodes). La implicación es que el sistema no es arbitrario a la hora de inhabilitar a un ciudadano con la atimia (despojar de
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derechos civiles). Asimismo, en la discusión (III, 6-8) -por otra parte conŕusa- sobre si reducir el numero de tribunales o el numero de jueces para agilizar la resolución de los pleitos para reducir las costas y gastos de los aliados, se argumenta que el peligro de reducir el numero de jueces arriesga la aparición del cohecho: «será fácil confabularse con unos pocos jueces, sobor-narlos y el juicio šerá mucho menos justo», pero súbitamente el texto se corta radicalmente para pasar a «los atenienses tienen muchas fiestas». Realmente, en estos pasajes se lanza, inadverti-damente, un cumplido a la efectividad del sistema ateniense con respecto a la privación de derechos y con respecto a la erradica-ción del cohecho.35
i Una democracia precaria? A modo de conclusión
«Si nuestro objetivo al volver a la antigíiedad griega es llegar a una comprensión del poder político que pueda sernos útil, debe-mos aprender a prestar atención a los practicantes de la democracia tanto como a sus críticos» (Ober 2008: 8; trad. nuestra). Estos últimos -explica Ober- buscaban re-denominar demokra-tía como el equivalente de una tiranía de «los muchos», una polloi-archia, como la dominación monopolista de un gobierno de la mayoría -u ochlocracia, gobierno de la masa. Esta es la estrategia del Viejo -o joven- Oligarca. Igual que kratos no es sinónimo de arche, asi en Atenas démos significaba «el conjunto
35 En la alusión a una posible forma de corrupción en III, 3 -«Si se llega uno al Consejo o a la Asamblea popular dinero en mano, se les arenderá»-, no está claro de qué se habla (véase nota correspondiente en la traducción literal) porque, <cómo sobornar a cientos de jueces o miembros de la Asamblea?
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de la ciudadanía», no un fragmento sociológicamente delimita-do de la misma. Igualar democracia y oligarquía en el sentido de control de las magistraturas es aceptar la propaganda antidemo-crática como una descripción exacta de la realidad.
De acuerdo, <pero cuál es el objetivo del autor desconocido? Al finál del opúsculo se deja claro que en la situación descrita el sis-tema no puede cambiarse, o tal vez mediante un golpe de Estado. La democracia, tal y como está organizada en Atenas, funciona, es decir, le funciona al démos, que puede ser degenerado pero no es tonto. No es un sistema reformable, en expresión de E. Flores. Aquí es donde vemos que la argumentación, o bien es demasiado inteligente o es torpe o manipuladora. Si el relato de Romilly (1994) o Rhodes (2011) es cierto, corresponde a un Alcibíades, a sus dotes retóricas y a su doblez, a su relación ambigua y con-tradictoria con Atenas y su démos, como un inconsciente escin-dido entre la pólis y la aristocracia; pero puede corresponder a un Critias elitista, sofista, que no tolera el sorteo ni la Asamblea, condena a los que ve como «colaboracionistas» y aboga por la doctrina de la ley del más fuerte. (No puede dejar de mencionar-se que ambos sujetos fueron discípulos de Sócrates.)
Recapitulemos: el Viejo Oligarca no tiene en cuenta, primero, el carácter interclasista de la democracia ateniense, ni siquiera a aquellos que no se identificaban con ningún bando y esta-ban «en medio» (Sancho 2009: 15); en Atenas, aunque en su mayoría fueran clases bajas urbanas (muchos remeros) las que en definitiva tomaban las decisiones, había una gran cantidad de pequeňos propietarios agrícolas, miembros del artesanado, comerciantes... Gomme indicó que el autor mentía, pero tam-bién dijo que no pretendía decir la verdad. Claro que no le interesaba, como podría interesarle a un empresario capitalista,
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la efectividad o productividad del sistema politico ateniense. Su desprecio del trabajo manual era no solo su inconsciente aristo-cratico, sino que, en cierta medida, eludia la compleja realidad social y comercial del momento y las nuevas alianzas y rivali-dades internas de clase. En estos matices, recovecos, alusiones y elusiones, el texto muestra sus fisuras. Ataca al demos, pero admira su poder, porque es tambien la ideologia aristocratica del amo / esclavo (libre / trabajo forzado directo). Pero el verdadero objetivo es iluminar a los de su propia clase social, reprocharles su aquiescencia e inactividad: el Viejo Oligarca pretende devol-ver «conciencia de clase». Hasta aqui se estaria de acuerdo con Canfora y Flores. Pero hay un problema, y es la naturaleza apo-retica de la politeia (Ober 1998: 23 y ss.). El texto parece decir que el sistema no puede cambiarse si no es derribandolo y no es extrano que termine como lo hace. Esa aporia o impasse puede explicarse como una compensacion psicologica del tipo «no hay nada que hacer», pero tambien a partir de la naturaleza epidicti-ca (demostrativa) del tratado, si se lo considera un ejercicio. En cualquier caso, es lo mismo: ejercicio o accion, su contenido no cambia sustancialmente: «No hablo bien de la repüblica de los atenienses, pero el sistema, aunque anömalo, les funciona».
Epilogo
Alrededor del 380 a. n. e. escribia Piaton su Politeia («Repüblica»), que situaba su accion dramatica durante la guerra del Peloponeso y en la que se trataba sobre la justicia. El suyo es qui-zas uno de los ecos mas ilustres del Viejo Oligarca, al que acaso conociera en su juventud. En el libro VIII, 14 (563b-d) caricatu-riza la democracia a la manera del texto pseudo-jenofonteo:
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-Y el colmo, amigo, de este exceso de libertad en la democracia -dije yo- ocurre en tal ciudad cuando los que han sido comprados con dinero no son menos libres que quienes los han comprado. Y a poco nos olvidamos de decir cuänca igualdad y libertad hay en las mujeres respecto de los hombres y en los hombres respecto de las mujeres.
-Asi, pues, segun aquello de Esquilo, «^diremos lo que nos vino ahora a la boca?» -pregunto.
-Sin dudarlo -conteste-, y lo que digo es esto: que, por lo que se refiere a las bestias que sirven a los hombres, nadie que no lo haya visto podria creer cuanto mas libres son alli que en ninguna otra parte, pues, conforme al refran, las perras se hacen sencillamente como sus duenas, y lo mismo los caballos y asnos, que llegan alli a acostumbrarse a andar con toda libertad y empaque, empellando por los caminos a quienquiera que encuen-tren, si no se les cede el paso; y todo lo demas resulta igual-mente henchido de libertad.36
Me resulta dificil, al leer esto, no sentir antipatia por el gran filosofo de Atenas, al tiempo que asombro por la libertad de su ciudad, en la que escribio tan duramente contra los que prescindieron de su sabiduria. Decido, por tanto, leerlo de otra forma. Mäs adelante (564a), escribe: «Es natural que la tirania no pueda establecerse sino arrancando de la democracia; o sea que, a mi parecer, de la extrema libertad sale la mayor y mas ruda esclavitud». Cierto que Piaton advertia de los riesgos de la libertad. Cuanto mas abierta es una sociedad, mas riesgos
36 Traducciön de J. M. Pabon y M. Fernandez-Galiano, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1981 (l1 edicion 1949; 19692), pp. 85-87, como III.
XLI
Jose Luis Bellqn Aguilera
corre, porque algunos tiranos surgen de entre los demagogos. Pero para evitar la tiranía de los líderes o de las camarillas (o lobbies) y sus eternos conŕlictos, los atenienses idearon multi-tud de protocolos de contención y prevención como el sorteo de miembros de tribunales, puestos políticos y cargos públicos, la rotación de los mismos y la rendición de cuentas de los fun-cionarios civiles. La irónia, en el caso de Platón, es que la tiranía regresó a Atenas desde fuera, desde Macedonia, tras hacerse con el poder a punta de lanza. El gobierno «anómalo» había durado más de lo teorizado por Platón o por el Viejo Oligar-ca. Y gracias a este ultimo, a su radicalismo antidemocrático, impericia teórica y estilística, al tono panfletario de su Sistema politico de los atenienses (conservado milagrosamente) tenemos un retrato único, lieno de viveza, de la democracia directa ateniense, algo asi como una pequeňa filmación documental, en unos meses alrededor de 424 o 415. Gilbert Murray pensaba que no tenia precio y aňadía: «Si tuviéramos 100 páginas más y no solo trece, nuestra comprensión de la história de Atenas sería más concreta de lo que es» (cit. Petch 1926: 13). La excepcionalidad histórica del sistema ateniense (508-322 a. n. e.), en expresión de Ellen Meiksins Wood, consistió precisa-mente en la capacidad de participación de la ciudadanía, ŕrente a los regímenes políticos posteriores, incluidas las democracias representativas modernas. Está claro que esta democracia directa ateniense nos sigue interpelando a nosotros hoy, en plena crisis de representación democrática, en nuestros tiem-pos turbulentos, porque en ella se encuentran - en palabras de Castoriadis - las semillas de una nueva creación histórica.
XLII
Introduction y estudio
Nuestro texto y traduccion
He seguido de cerca las ediciones de Kalinka, Bowersock y Galiano, optando sobre todo por el texto de este ultimo, e inclu-yendo algiin cambio de Marr-Rhodes y Ramirez Vidal.
He leido con aplicacion todas las traducciones citadas en la bibliograffa, salvo la alemana. Todas tienen sus virtudes y defectos y casi todas contienen un estudio actualizado -para sus epocas- de la «cuestion pseudojenofontea», asi como unas ano-taciones y comentarios del texto mas o menos utiles; en espanol, destacaria el texto de Galiano, la labor de Gerardo Ramirez Vidal y la elegancia en traduccion de Guzman Guerra. Trabajar con tales precedentes resulto una labor dificil. La de Marr-Rhodes (2008) contiene el estudio mas actual, pero uno se pregunta sor-prendido por la sordera britanica ante trabajos de tanta calidad como el de Ramirez.
Para la traduccion, he reconstruido un texto hibrido que reproduce el transmitido tradicionalmente (Kalinka), junto a la division en forma de dialogo de Canfora (vease tambien Ramirez, pp. XVII-XX). El lector podra leerlo como tratado, como discurso o como dialogo. Como se explico al inicio, se ofrecen dos traducciones, una sin notas, facil de leer (solo se senalan los interlocutores y los capitulos), y otra mas literal, anotada, con numerosas adiciones paratextuales entre corchetes o acompana-das de asterisco. Se recomienda consultar la «guia de lectura» de la traduccion literal comentada: ofrecemos un formato de traduccion diferente a lo habitual, para dar la oportunidad al lector que no sabe griego de disfrutar de un acceso a los fasci-nantes matices (y adversativas) del original. El estilo de nuestra
XLIII
Jose Luis Bellón Aguilera
traducción literal se pliega al del original. No se entiende por que el esfuerzo de «arreglar» lo que no puede arreglarse, de darle coherencia a Ios manuscritos o intentar reconstruir un estadio textual irreparablemente perdido. Los antiguos nos han transmi-tido, con el texto, sus propias dudas sobre el mismo.
Sobre el titulo, creemos que la traducción «Constitución» no es correcta: primero porque puede confundirse con la obra pseudoaristotélica, segundo porque nuestro concepto moderno de «constitución» no es el de politeía\ otra denominación transmitida en algunas ediciones (cf. Sauppe; la trad, de Galiano) es la de «república». En nuestra opinion, aunque es mejor, se presta a confusion, aunque aluda a una «tradición republicana» elogiada por numerosos filósofos. Constitution de Atenas no es válido: «de los atenienses» es más concreto, porque el matiz alude a los ciudadanos. Nos hemos decidido por El sistema politico de los atenienses -como Canfora- sin olvidar que «política» proviene depólis. Recomendamos el uso del mapa cronológico y del glosario.
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Traducciones
Trad
uccion
y
Traduccion literal anotada precedida de una guia de lectura
El sistema politico de los atenienses
Traducción
Söhre la democracia
li A:1 Por otro lado, con relación al sistema politico de los atenienses, el que hayan elegido esta forma de gobernarse no lo apruebo por esto: porque, al elegirla, optaron por favorecer a la chusma por encima de los mejores. Por eso no la aplaudo. Pero ya que lo decidieron asi, voy a demostrar primero con que acierto preservan este sistema de gobierno y, a continuación, que gestio-nan bien las demás cosas de forma que al resto de los griegos les parece que se equivocan.
2 Pues bien, en primer lugar dire esto, que es justo que allí los pobres y el pueblo salgan mejor librados que los nobles y los ricos, por una razón muy sencilla, porque es el pueblo el que rema en los barcos y dota de fuerza a la ciudad, y los timoneles y cómitres y capitanes y proeles y armadores, esos son los que dan su fuerza
1 A y B son los interlocutores del supuesto diálogo, en caso de que quiera leerse como tal.
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Anqnimo o Viejo Oligarca
a la ciudad mucho mas que la infanteria pesada, los nobles y los mejores. Y puesto que asi estan las cosas, parece que es justo que todos tengan acceso a los cargos y magistraturas, tanto en los sorteos en curso como por eleccion a mano alzada, y que al que quiera de los ciudadanos se le permita hablar en la Asamblea.
3 Luego estän aquellos cargos que, bien gestionados, apor-tan seguridad, pero que, mal desemperiados, ponen en peligro al pueblo entero: el pueblo no exige para nada tomar parte en estas magistraturas; no creen necesario ocupar por sorteo ni los puestos de altos mandos militares ni de la caballeria: porque el pueblo sabe que es mas ventajoso que el mismo no desempehe estos cargos, sino dejar que se encarguen los mas poderosos. Los cargos que comportan salario y beneficios para el propio peculio, estos los busca el pueblo para ejercerlos.
4 Luego, en cuanto a aquello de que algunos se quedan per-plejos ante el hecho de que siempre asignen mas puestos a los plebeyos, a los pobres y a los populäres que a las gentes de bien, quedara claro al respecto que en esto mismo muestran que salva-guardan la democracia. Porque los pobres y las gentes comunes y tambien los peores, estando bien y propagandose en nümero, acrecientan la democracia. Pero si los que estan bien son los ricos y las personas de calidad, los demöcratas fortalecen contra si mis-mos a lo opuesto a ellos, 5 y por toda la faz de la tierra los mejores se oponen a la democracia, pues en los mejores hay un minimo de desenfreno y maldad y un rigor maximo para los valores mora-les; en el pueblo, por el contrario, sobra tanta ignorancia como desorden y vileza; porque la pobreza les Ueva al vicio, asi como la falta de educacion e incultura, dada en algunas personas por falta de medios economicos.
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_El tistema politico de los atenienses_
B: 6 Alguien podria decir que no se les deberia permitir hablar a todos por igual, ni deliberar en el Consejo, sino solo a los hom-bres mas inteligentes y excepcionales.
A: Sin embargo, tambien en este punto han tomado la mejor decisiön al permitir hablar incluso a los mas miserables. Pues si hablaran y fueran miembros del Consejo solo las personas de calidad, beneficiarian a los suyos -sus iguales-, no a los democra-tas, mientras que ahora, levantandose quienquiera para tomar la palabra, un individuo de baja estofa procura lo que es bueno para si y para los que son como el.
B: 7 Se podria objetar lo siguiente: Pero <que sabe un tipo semejante lo que le conviene a el o al pueblo?
A: Ellos saben que la ignorancia, bajeza y tendenciosidad de ese individuo les es mas ventajosa que la virtud, sabiduria y aver-sion de una persona de merito. 8 Cierto que una ciudad con ese genero de vida no sera, quizas, la mas perfecta... pero es que es asi como mejor se conserva la democracia.
B: En efecto, el pueblo no quiere ser esclavo en una ciudad bien gobernada, sino ser libre y mandar, y el mal gobierno poco le importa.
A: Pues lo que tu Ilamas «mal gobierno», de eso mismo se fortalece el pueblo y es libre. 9 Pero si buscas un buen gobierno, lo primero que veras es que los mäs inteligentes dictan las leyes que mas les favorezcan; luego, que los mejores castigan a los peo-res y que los mejores deliberan sobre la ciudad y no permitiran
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Anönimq o Viejq Oligarca
que unos locos hablen o asistan ni al Consejo ni a la Asamblea. Ahora bien, ei resultado de estas buenas medidas seria que el pueblo rapidamente caeria en la esclavitud.
B: 10 Con los esclavos y extranjeros residentes hay en Atenas un descontrol enorme: alli, ni se puede golpear ni te cedera el paso un esclavo.
A: El porque de esta costumbre local te lo voy a explicar yo: si un libre pudiera legalmente pegarle a un esclavo -o a un extran-jero o a un liberto-, muchas veces, tomandolo por un esclavo, acabaria golpeando a un ateniense; pues el pueblo alli no viste mejor que los esclavos y los metecos, ni siquiera son mejor pare-cidos. 11 Y si hay alguien que se sorprenda de que alli permitan a los esclavos lujos y comodidades e incluso a algunos vivir como reyes persas, tambien esto parece que lo hacen por una razon: porque donde el poder reside en la Armada, la necesidad de ingresos les esclaviza a sus esclavos. Me explico: sucede porque yo -cualquiera- me quedo con una parte de sus jornales, y hasta puede que compren su libertad.
B: Pero en Esparta mi esclavo te teme.
A: Si tu esclavo me tiene miedo, se sentirä en peligro y pagarä de su dinero para no arriesgar su persona. Y donde hay esclavos ricos, alli ya no me beneficia como amo que mi esclavo te tema. 12 Por eso hemos concedido libertad de palabra tambien a los esclavos con respecto a los libres y a los metecos con respecto a los ciudadanos, porque la ciudad necesita a los extranjeros no solo para ocuparse de infinidad de talleres especializados, sino
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El sistema politico de los atenienses
para la flota. Es por eso que también, jy con razón!, les hemos concedido libertad de palabra a los metecos.
13 El pueblo ha acabado allí con los que se dedican a la gim-nasia y a cultivar las artes de las musas, juzgando que no es bello, pero consciente de que no está a su alcance dedicarse a estas cosas. En cambio, si se trata de subvencionar el teatro, equipar instalaciones deportivas y competiciones y de suŕragar una trirre-me, saben que son los ricos los que costean el coro teatral que el pueblo -espectador o figurante- disfruta por partida doble; que son los ricos los que pagan los deportes en los que el pueblo par-ticipa y las trirremes en las que navega. Y asi se creen dignos -el pueblo- de cobrar en metálico por cantar, correr, bailar y bogar en las naves, para que los pobres sean ricos y los ricos, más pobres. E igualmente en los tribunales no les importa tanto la justicia como lo que les convenga.
S obre los aliados
14 En cuanto a los aliados y en cuanto al hecho de que los atenienses en sus expediciones navales se dedican a delatar según les parece y odian a los mejores, sabiendo que es forzoso que el que domina sea odiado por el dominado, y calculan que si los ricos y poderosos llegan a hacerse fuertes en las ciudades, muy poco tiempo durará el poder de «El Pueblo de Atenas», por eso, efectivamente, humillan a la gente de bien despojándoles de sus derechos de ciudadanía, confiscándoles sus bienes, desterrándo-los y matándolos, engrandeciendo, en cambio, a la canalla. Y los atenienses importantes, por el contrario, defienden en las ciudades aliadas a las personas de valia, conscientes de que es bueno para ellos proteger siempre a los mejores en las ciudades.
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Anónimq o Viejq Oligarca
B: 15 Alguien podría objetar que la ŕuerza de los atenienses depende de si los aliados pagan su tributo.
A: A los demócratas les parece mucho mejor que las contri-buciones de los aliados las tenga cada individuo ateniense, y que aquellos tengan lo justo para vivir para que a ŕuerza de trabajar más no les dé por conspirar.
B: 16 «El Pueblo de Atenas» parece equivocarse malamente también en este otro punto: los aliados están obligados a navegar hasta Atenas para resolver asuntos judiciales.
A: Pero ellos contraargumentan aduciendo la cantidad de bienes que hay en juego para «El Pueblo Ateniense»: primero, el cobrar ellos, durante todo un aňo, el salario de los jurados, de los depósitos legales del Pritaneo; además, sentados en casa, sin viajes por mar, administran las ciudades aliadas, protegen a los populäres y despachan a sus oponentes en los tribunales. Si cada cual ventilara sus litigiös en casa, puesto que están resentidos con los atenienses, acabarian precisamente con quienes de entre ellos mismos fueran «Amigos del Pueblo Ateniense». 17 Y aparte de estas cosas, el que los pleitos de los aliados se diriman en Atenas le reporta al pueblo ateniense las siguientes ganancias: primero, que la tasa estatal del uno por ciento del puerto del Pireo es mayor; segundo, al que tiene una hospedería le va mejor; y también al que tiene una yunta de transporte o un esclavo para alquilar; y hasta los heraldos salen ganando de las estancias de los aliados. 18 Y aparte de todo esto, si los aliados no viajaran para sus pleitos, estos honrarían únicamente a los atenienses que navegaran, es decir, a los generales, a los capitanes de trirremes y a los embajadores; en cambio ahora todos y cada uno de los aliados
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El sistema politico de los atenienses
se ven obligados a adular a «El Pueblo Ateniense», conscientes de que, una vez llegado a Atenas, todo individuo debe demandar o sufrir justicia no ante personas cualesquiera sino ante el Pueblo mismo, que en Atenas es -naturalmente- la Ley. Además, se ve obligado a suplicar en los tribunales y a estrechar la mano del primero que entre. Por eso, en fin, los aliados del pueblo de los atenienses se han convertido más bien en sus esclavos.
Sobre el dominio del mar
19 Por otra parte, debido a las posesiones en el extranjero y a los cargos en esos territorios han aprendido sin darse cuenta a manejar el remo ellos y sus esclavos; fuerza es, sin duda, que el hombre que navega con frecuencia agarre el remo, no sólo él sino también su esclavo, y que se aprenda los términos náuticos; 20 se convierten asi en buenos marinos por experiencia en navegación y por su ejercicio: unos se ejercitan gobernando embarcaciones ligeras, otros barcos de carga y algunos pasan de ahí a las trirre-mes. La mayoría son capaces de navegar en cuanto embarcan, porque se han pasado la vida entrenando.
IL 1 Paso ahora a tratar el asunto de la infantería pesada, lo que menos bien parece estar en Atenas, con la que pasa lo siguiente: aunque reconocen que son inferiores en numero y peores que los enemigos, a los aliados que pagan tributo les superan por tierra y consideran que su infantería pesada bašta si son superiores a los aliad os. 2 Por otro lado, se da la siguiente circunstancia natural, ventajosa: los dominados por tierra pueden luchar juntos en una coalición de ciudades pequeňas, pero los dominados por mař, todos los isleňos, no pueden unir sus ciudades en un levanta-miento común, pues el mař está de por medio y en él mandan los
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Anónimo o Viejq Oligarca
Amos del Mar, los Talasócratas. Y si los isleňos pudieran reunirse en secreto para esto en una sola isla, mondän de hambre. 3 Y de cuantas ciudades continentales están sometidas a los atenienses, las importantes quedan subyugadas por miedo y las pequeňas por pura necesidad: pues no existe ninguna ciudad que no necesite importar o exportar nada; esto, efectivamente, no le será posi-ble si no es súbdita de los dueňos del mar. 4 Además, quienes dominan del mar pueden hacer lo mismo que, en ocasiones, los de tierra: asolar el territorio de los más fuertes, ya que es posible costear hasta un lugar donde no haya ningun enemigo o donde pocos y, si se acercan, embarcarse y zarpar. El que hace esto corre menos riesgos que el que acude en auxilio por tierra. 5 Además, los Amos del mar pueden zarpar de su territorio y alej arse en navegación lo que quieran, mientras que los de tierra no pueden alejarse a muchos dias de camino, pues las marchas son lentas y al que va a pie no le es posible acarrear viveres para mucho tiem-po. El que va a pie debe marchar por territorio amigo o abrirse paso peleando, mientras que el que navega puede desembarcar en donde sea más fuerte y, donde no lo sea, no desembarcar, sino costear hasta que Uegue a territorio amigo o adonde las fuerzas sean inferiores a las suyas. 6 Además, las piagas de las cosechas, que proceděn de Zeus, los dominadores terrestres las aguantan con dificultad, mientras que los del mar fácilmente, porque no toda tierra se emponzoňa a la vez, y asi, de zonas prósperas les llega el trigo a los Amos del mar.
7 Por otro lado, si hace falta repasar menudencias, primero, por el dominio del mar han descubierto nuevas formas de vida regalada, al mezclarse con otros pueblos, pues cualquier galguería de Sicília o Itália, de Chipre o Egipto, de Lidia, del Ponto o del Peloponeso, es decir, lo que sea de cualquier parte, todo aŕluye
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Elsistema politico de los atenienses
a un solo lugar, por el dominio del mar. 8 Segundo, al escuchar tantas lenguas distintas han ido adoptando esto de esta, esto de la otra; y mientras los demás griegos tienen su particular dialecto, modo de vivir y de vestirse, los atenienses utilizan una mezcla tomada de todos los griegos y bárbaros.
9 En lo tocante a sacrificios, templos, fiestas y santuarios, pues-to que el pueblo sabe que los individuos pobres no pueden pagar sacrificios y festines, erigir templos y habitar una ciudad grande v hermosa, ha encontrado la manera de hacerlo todo realidad: sacrifican publicamente, por orden oficial de la ciudad, muchas víctimas, pero es el pueblo el que festeja y el que se reparte por sorteo en el banquete las porciones de los animales sacrificados. 10 Y en cuanto a gimnasios y baňos y vestuarios, algunos ciuda-danos acaudalados los tienen privados, pero el propio pueblo, también para su uso «privado», se construye muchas palestras, vestuarios, baňos, instalaciones de las que disfruta más la masa que la minoría de personas selectas y afortunadas.
11 La riqueza solo ellos pueden poseerla, de griegos y de bárbaros. Porque si una ciudad cualquiera es rica en maděra para hacer barcos, <dónde la colocará si no llega a un trato con los Amos del mar? <Y que? Si alguna ciudad es rica en hierro o cobre o lino, <dónde lo colocará si no llega a un trato con los Amos del mar? Efectivamente, de todos estos materiales salen precisamente mis barcos: de aquí, la maděra; de este, el hierro; de otro, el lino; de aquel, la cera. 12 Además de esto, impedirán las exportaciones a todos los que sean nuestros adversarios, o no circularán por el mar. Y yo, no haciendo nada, lo obtengo todo de todas partes gracias al mar, mientras que ninguna otra ciudad tiene dos de estas materias primas: la misma no tiene maděra y lino, sino que, donde hay lino en abundancia, la tierra es liana y desarbolada; y
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Anónimo o Viejo Oligarca
cobre y hierro no hay en la misma ciudad ni los otros dos mate-riales, o tres, en una sola ciudad, sino que esto aquí, eso allí.
13 Y para colmo, pegado al continente siempre hay un pro-montorio saliente o una isla con playas o un estrecho, de manera que los Amos del mar pueden fondear allí y hostigar a los habi-tantes de tierra firme.
14 Una sola cosa les falta: en efecto, si los atenienses fueran talasócratas isleňos, les sería fácil hacer dano a otros si quisie-ran, mientras dominen el mar, sin sufrir nada, sin ver sus tierras saqueadas o invadidas de enemigos. Tal y como están las cosas ahora, los granjeros y los ricos hacendados atenienses tienden a congraciarse con los enemigos, mientras que el pueblo, puesto que sabe que no van a incendiar ni a saquear nada suyo, vive sin miedo y sin mostrárseles servil. 15 Además de esto, si habitaran una isla, se verían libres de otro miedo: que alguna vez fuera trai-cionada la ciudad por unos pocos oligarcas que abrieran de par en par las puertas, y les arrollaran sus enemigos. Porque, <cómo podría sucederle esto a unos isleňos? Ni que nadie se rebelase contra el pueblo, si vivieran en una isla. En la situación actual, si algunos elementos oligárquicos dieran un golpe de mano, se alzarían poniendo su esperanza en los enemigos, con la intención de acogerlos por tierra. En cambio, si habitaran una isla, tampo-co tendrían que temer esto. 16 Ahora bien, puesto que desde el principio no tuvieron la suerte de vivir en una isla, actualmente lo hacen asi: depositan su propiedad en las islas, confiados en la hegemónia maritima, y miran hacia otro lado frente a la devasta-ción del Ática, sabedores de que si, punzados, se dejan provocar, serán despojados de otros bienes mayores.
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El sistema politico de los atenienses
Impasses
17 Mas aün, las ciudades oligarquicas deben por fuerza rati-ficar pactos y alianzas, y si no respetan los acuerdos o alguien incurre en agravio, estän los nombres de aquellos pocos que concertaron los acuerdos. En cambio, de todo lo acordado por el pueblo, este puede perfectamente descargar la responsabilidad sobre uno solo: el que tomo lapalabra en la Asamblea e incluso el que propuso la votaciön, mientras que los demäs protestan: « Yo no estaba presente», «a mi no me agrada eso», siendo «eso» lo que les es comunicado que fue aprobado en Asamblea plena; y si no les parece bien, encuentran infinidad de excusas para no hacer lo que no quieren. Pero si resulta que de una decisiön del pueblo algo sale mal, el pueblo culpa a unos pocos hombres acusändolos de echarlo a perder actuando en su contra, mientras que si sale bien, se atribuyen a si mismos la iniciativa.
18 A su vez, no toleran los insultos ni las criticas al pueblo en las comedias, para no ofenderse ellos mismos, pero si un indivi-duo la emprende contra un particular, lo alientan, porque saben que el embromado en una comedia no es, ordinariamente, del pueblo ni de la masa, sino alguien con dinero, de buena familia o con poder. La verdad es que muy pocos de los ridiculizados en las comedias son pobres o de las clases populäres, y si sucede se trata de entrometidos o arribistas que aspiran a tener mas que el pueblo, de modo que en estos casos no se molestan porque los susodichos sean escarnecidos por los comediantes.
19 Por consiguiente, yo afirmo que el pueblo de Atenas cono-ce perfectamente quienes de entre los ciudadanos son personas de bien y quienes gentuza, y que sabiendolo estiman a los que les son ütiles y simpatizantes, aunque sean chusma. A los mejores
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Anónimq o Viejq Oligarca
más bien los odian, porque consideran que la virtud de estos no es innata para el bien propio del pueblo, sino para su mal.
B: También sucede lo contrario, que algunos se posicionan como realmente de parte del pueblo, no perteneciendo por natu-raleza a las clases populäres.
A: 20 Por mi parte, comprendo perfectamente que el pueblo tenga su democracia: al fin y al cabo, a cualquiera se le disculpa que se afane bien en su propio interes. Pero aquel que no perteneciendo al pueblo ha preferido vivir en una ciudad democrática antes que en una oligárquica, este va a delinquir y sabe que a un canalla le es más fácil pasar desapercibido en una ciudad democrática que en una oligárquica.
iii. 1 En suma, con relación al sistema politico de los atenien-ses, no apruebo su organización, pero una vez que decidieron gobernarse democráticamente, me parece que preservan bien la democracia usando los procedimientos que yo acabo de exponer.
B: Pero veo también que algunos censuran a los atenienses porque a menudo allí un individuo que lleve esperando sentado un aňo no ve llegar el momento en que su caso sea resuelto por el Consejo o el pueblo.
A: Esto sucede en Atenas por una razón muy sencilla: con la cantidad de asuntos no dan abasto para atender y despacharlos a todos. 2 Porque, <:cómo podrían si, primero, tienen que celebrar tantos festivales como ninguna de las ciudades griegas (y durante los cuales es casi imposible que alguien se ocupe de asuntos
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_El sistema politico de los atenienses_
oficiales) y encima dirimir tantas causas privadas y públicas y rendiciones de cuentas de magistrados como no dirimen todos los seres humanos juntos, y el Consejo deliberar sobre tantisimos asuntos de las operaciones militares, tantisimos sobre los ingre-sos del erario, sobre implantación de leyes, sobre los que suceden siempre en las ciudades, tantisimos otros sobre los aliados y la recaudación del tributo, además de ocuparse del mantenimiento de astilleros, arsenales y templos? <Sorprende acaso que con tan-tos asuntos que gestionar no puedan atender a todo el mundo?
B: 3 Pero algunos dicen: «Si se llega uno al Consejo o a la Asamblea dinero en mano, se les atendera».
A: Y yo estaría de acuerdo con ellos en que, en Atenas, se pueden gestionar muchas cosas con dinero, y se gestionarían aún más, si hubiese más gente que lo pagara. No obstante, estoy convencido de que la ciudad no es capaz de gestionar todas las peticiones, ni siquiera si alguien les oŕreciera todo el oro y piata del mundo.
4 También hay que juzgar los casos de quien no repara su barco o construye en terreno publico; y además de esto dirimir deman-das de coregos todos los aňos para las Dionisias y Targelias y Panateneas y Promethias y Hefestias; y cada aňo son nombrados cuatrocientos trierarcos y todos los aňos fallar sus recursos, y además, examinar los cargos y juzgar conflictos, comprobar el expediente de los huérfanos y nombrar los guardianes de prisiones, 5 eso todos los aňos. De vez en cuando hay que juzgar las elusiones del servicio militar y si sucede otro delito imprevisto, si alguien ha cometido irregularidades fuera de lo común o una impiedad clara. Y omito aún muchas más cosas, si bien se ha pasado revista
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Anónimo o Viejo Oligarca
a lo más importante excepto las tasaciones del tributo, lo que sucede, en general, cada cuatro aňos.
B: 6 Vamos a ver una cosa, entonces, <debemos creer que no es necesario resolver todos estos casos?
A: Pues que alguien diga qué es lo que no hay que tratar ante los tribunales allí. De nuevo, si estamos de acuerdo en que hay que resolver todos los casos, es forzoso que sea a lo largo de todo el aňo, aunque ni siquiera ahora, con juicios todo el ano, consi-guen ir por delante de los delincuentes, por la gran cantidad de individuos.
B: 7 Efectivamente, claro, pero alguien dirá que si, que alguien tiene que juzgar todo esto en los tribunales, pero que el numero de jueces se reduzca.
A: Pues bien, si no se disminuye entonces el numero de tribunales, forzosamente habrá pocas personas en cada tribunal, de modo que será fácil confabularse con unos pocos jueces y sobornarlos a todos para que juzguen con menos justicia. 8 Y además de esto hay que pensar que los atenienses deben guardar sus fiestas, en que no se permite celebrar juicios.
B: Y por cierto, celebran el doble de fiestas que los demás.
A: j Pero si yo estoy suponiendo el mismo numero de festivales que la ciudad que menos celebra! Estando asi las cosas, por consi-guiente, afirmo que no es posible que la situación en Atenas sea de otra manera que como ahora esti, excepto que se puede quitar
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El sistema politico de los atenienses
un poco de aquí y aňadir aJgo alia; lo que no se puede es cambiar demasiado sin recortar sustancialmente la democracia. 9 Porque idear muchas innovaciones para optimizar el sistema es posible, pero no es nada fácil encontrar una forma de gobierno mejor queriendo sin embargo conservar la democracia, a no ser, como he dicho hace un momento, que se quiten o aňadan pequeňos detalles.
B: 10 En mi opinion, los atenienses se equivocan al tomar partido por los peores en las ciudades enfrascadas en un conflicto civil.
A: i Pero esto lo hacen adrede! Si se pusieran de parte de los mejores, no escogerían a los que tienen las mismas ideas que ellos. Efectivamente, en ninguna ciudad los mejores son afectos al pueblo, en cambio, en todas las ciudades es afecto al pueblo lo peor, porque los iguales simpatizan con sus iguales. Por eso los atenienses prefieren lo más afin a ellos mismos. 11 Siempre que optaron por los mejores, no les salió bien, [...] sino que, al poco tiempo, el pueblo de los beocios fue esclavizado. O cuando se sumaron a los mejores de los milesios, y al poco tiempo fueron abandonados y los hicieron pedazos; o cuando escogieron a los espartanos en vez de a los mesenios, y al poco tiempo, después de someter a los mesenios, los espartanos declararon la guerra a los atenienses.
B: 12 Se podría objetar que nadie en Atenas ha sido privado injustamente de su ciudadanía, pero yo afirmo que hay algunos que han sido desposeídos.
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Anónimq o Viejo Oligarca
A: j Pero estos son pocos, 13 y no pocos hacen falta para atacar la democracia en Atenas, en las condiciones actuales!
B: No vale la pena ocuparse de aquellos individuos que han sido justamente desposeidos de sus derechos, jsino de quienes lo fueron injustamente!
A: <Cómo se puede pensar que la mayor parte de los privados de ciudadanía en Atenas lo fueron injustamente, si es el pueblo el que controla las magistraturas? En Atenas, se priva de derechos políticos a los que prevarican en sus cargos o a los que hablan o toman decisiones sin justicia. Si se ha comprendido esto, no se debe pensar que los desposeidos de su ciudadanía son un peligro en Atenas.
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Traducción literal anotada
Guía para la lectura
A - B Interlocutores del (supuesto) diálogo.
Sobre la democracia  Tículos de secciones.
Uso del asterisco: *plebe
[* démos]
Sobre una palabra castellana, el asterisco sugiere otřas posibilidades de traducción.
Sobre una palabra griega transcrita, entre corchetes, se remite al glosario.
Uso de corchetes: [I. 1] [14]
[ponéroí]
[puerto del]
Numero de capítulo y párrafo.
La palabra griega del texto, en el caso gramatical en el que aparece, en cursiva.
Aclaraciones y adiciones en castellano (en contadas ocasiones).
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El sistema politico de los atenienses1
Traducción literal anotada
Sobre la democraäa2
A: [I, 1] Pero3 con relación al sistema politico de los atenienses, que hayan elegido esta forma de gobernarse, no lo apruebo *no lo aplaudo por esto: porque, al elegirla, eligieron4 que la
1 Canfora traducepoliteía, «sistema politico»; tradicionalmente es «constitucion». Puede ser «forma de gobierno» y «Estado». Etimológicamente se refiere a pólis (ciudad-estado), al sistema de gobierno de los ciudadanos de la misma (véase glosario). En Espaňa se ha traducido (Galiano, Gummas) como «Republica», entre otras cosas para distinguir este opúsculo de la obra de Aristoteles de igual titulo; también «regimen » (Fernández-Galiano en I, l), de connotaciones quizás negativas. Recuérdese (véase introd.) que la politeia es un género en el que difícilmente entra el texto pseudojenofonteo. En mss. AM aparecía el autor: «Del orador Jenofonte».
2 Los títulos de las cuatro secciones son aňadidos posteriores: «Sobre la democracia», «Sobre los aliados», «Sobre el dominio del mar» y «Aporias» (o «Impasses», «puntos muertos»).
3 La particula orig. de (aqui «pero»; significa también «y») no debe omitirse. En la transmisión antigua, el opúsculo seguía a la Const, de los Lacedemonios, y hay otros usos paralelos en Jenofonte (el inicio de la Apologia de Socrates). Da un tono conversacional, no necesariamente enlaza con lo anterior.
4 La repetición (heilonto... helomenoi heilonto) puede ser efecto de escritura rápida o notas; es un rasgo de este «estilo» desmaňado. Véase introducción.
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Anónimo o Viejq Oligarca
chusma *Ios peores [*ponérous\ estuvieran mejor que los que valen *los mejores *la gente de bien [* chréstous]} Por es to no lo apruebo. Pero ya que lo decidieron asi, cómo preservan bien este sistema de gobierno y gestionan [bien] las demás cosas en lo que al resto de los griegos les parece que se equivocan... esto lo voy a demostrar.6
[2] Pues bien, en primer lugar dire esto: que es justo7 que allí8 los pobres y el pueblo [*démos] salgan mejor librados que los nobles [gennaión] y los ricos [plousión], *por esto *por una razón muy sencilla: porque es el pueblo el que rema en los bar-cos y dota de fuerza a la ciudad9, y los timoneles y los cómitres
5 Ver glosario e introducción para un comencario de las dificultades de traducción de estas palabras.
6 Marr-Rhodes (usaremos la abreviatura «MR»), pp. 59-60: «...and also transact their other public business». Dos temas: cómo preservan lapoliteia, cómo gestionan los asuntos públicos. I, 1 («demostrare») es retomado en III, 1 («[de]mostré»). El problema de este pasaje es «las demás cosas», <cuáles? «Asuntos públicos», quizás. Sin «talla» sería menos complicado, entonces ha (el relativo) sería interno y se traduciría todo: «cómo preservan bien su politeia y gestionan [bien] los asuntos públicos, en todos los aspectos en los que al resto de los griegos les parece que se equivocan ».
7 Hay varias posibles lecturas del pasaje (dikaiós, dikaious', dikaioi, etc.), con efectos en la traducción, claro: no es lo mismo «los pobres y el pueblo consideran justo» (Ramirez, véase su nota explicativa en 2005: p. CXXXIX) que un «es justo», que puede implicar un «me parece, creo que». Se puede eludir no traduciendo (Guzman). Una u otra traducción conlleva un matiz obvio importante. El problema se repite un poco más abajo: «a todos les parece justo participar» o «es justo que participen todos». Opto por la actitud conservadora de Galiano. En I, 6 hay un «también en este punto toman la mejor decision » (kai en touto árista bouleúontaí) igual en los textos.
8 «Alii», i. e., Arenas. También se ha discutido si ese « allí» se refiere a dentro o fuera de Arenas. De nuevo, remitimos a la introducción.
9 Perititheis: «rodean» (asi Guntiňas), «ponen alrededor de». Dýnamin es fuerza; también «poder», pero puede Ieerse como «fuerza de trabajo», si se lee asi Platón, República 371e (Rosenberg 11). Como siempre, mejor no «sobreinterpretar»: que el pueblo dota de tripulación a la ciudad, construye murallas, etc.
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El sisterna politico de los atenienses. Traduction literal anotácia
y pentecontarcos [comandantes de cincuenta hombres] y los proeles y armadores: esos son los que dan su fuerza a la ciudad mucho más que la infantería pesada [hoplitas], los nobles y los mejores. Y puesto que asi están las cosas, parece que es justo que todos tengan acceso a los cargos *magistraturas *mandos [*arcbôn], tanto en los sorteos [*klérô] en curso como por elección a mano alzada [*cheirotonía\y y que se le permita hablar al que quiera de los ciudadanos.10 [3] Luego están aquellos cargos que, bien gestionados, aportan seguridad, pero que, mal desempeňados11, ponen en peligro al pueblo entero: en estas magistraturas [arcbôn] el pueblo no exige para nada participar; no creen necesario tomar parte en un sorteo ni de puestos de general ni de comandante de la caballeria12: por-que el pueblo sabe13 que es más ventajoso que él mismo no desempeňe estos cargos [arcbein - arcbas], sino dejar que se encarguen los más capaces *poderosos.u Las magistraturas que comportan salario [*mistb of or/as] y beneficios para el propio peculio, estas las busca el pueblo para ejercerlas. [4] Luego, aquello de que algunos se quedan perplejos ante el hecho de que por todas partes asignen más puestos15 a los plebeyos
10 Hablar en la Asamblea o ekklésía, se sobreentiende.
11 Chréstai ousai - mé chréstai: Notese el uso de la palabra favorita del autor, aplicado ahora a las magistraturas o cargos.
12 Los puestos de general y de comandante de la caballeria no se sorteaban. A no ser que se interprete otra cosa (fecha, error, etc.), el sentido parece: «El pueblo no cree que deban sortearse los puestos de general e hiparco» (sino que sean elegidos). Pero es mezquino decir que es solo por interes.
13 Gignôskei, «sabe»: aparece una docena de veces con démos; es palabra clave (MR 65).
14 Dýnatos, en general, es «poderoso» (y «pudiente»), pero también, «capaz»; si se considera la ideológia aristocrática del Viejo Oligarca, se endende el juego de palabras.
15 «Asignen» o «repartan», \\z. pleon nemousi, tan vago como elpleón echein (tener más) del inicio. Aquí se reŕiere a puestos legales,
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Anónimo o Viejo Oligarca
[ponerois], a los pobres y a los populäres [demotikois]16 que a las gentes de bien: [se vera que *no ven que] en esto mismo se muestran salvaguardando la democracia. Porque los pobres y las gentes comunes y tambien los inferiores17, estando bien y propagandose en nümero, acrecientan la democracia18; pero si los que estan bien son los ricos y las personas de calidad, los demöcratas fortalecen contra si mismos a lo opuesto a ellos: [5] y en toda la faz de la tierra lo mejor es opuesto a la democracia19, pues en los mejores hay un mfnimo de libertinaje y delincuencia20 y un rigor maximo *una gran rectitud para con las cosas valiosas [chresta]; en el pueblo, por el contrario, sobra tanta ignorancia [amatbia] como desorden y bajeza [poneria]; porque la pobreza les lleva al vicio *a cometer desvergüenzas, y la falta de educacion e incultura [amathia] por falta de dinero de algunos hombres21.
16 Démotikoi: a veces los demócratas, a veces los partidarios del démos. «Populäres» es lo mejor, a pesar de recordar a Roma. L. Sancho sugiere «filopopulares».
17 Lit. hoi chetrous, comparativo de chérés (que significa «peor, inferior, de peor clase o condicion»). La evaluación es moral.
18 Galiano no endende «hay más pobres», sino «hay más pobres prosperos». MR (p. 67) sí ven referencia a un incremento en la tasa de natalidad.
19 La aŕirmación recuerda el discurso de Alcibiades en Esparta (Tucídides VI, 89). Véase introducción.
20 Lit. Akolasia: «descontrol, intemperancia, indisciplina, desenfreno», y adikia, «injusticia, ilegalidad, ofensa».
21 La pobreza, para el Viejo Oligarca, embrutece y degrada moralmente, lo que discapacita para la politica. El retrato siguiente de una masa ávida de ganancias y fiestas, ilustrará su pensamiento. La ideológia aristocrática se mezcla a una Observation «sociologica» (cf. MR, p. 67) sobre la relación entre recursos económicos y educación -suele decirse-, pero no estoy tan seguro de la inteligencia de la reflexión ni de dónde se separa lo ideológico de lo «cientifico» u «objetivo» (si está).
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El sistema politico de los atenienses. Traducciön literal anotada
B: [I, 6] Alguien podria decir que no se les deberia permitir hablar a todos por igual22, ni deliberar en el Consejo23, sino solo a los hombres mas inteligentes y a los mejores [art'stous]24.
A: Sin embargo, tambien en este punto coman la mejor deci-sion al permitir hablar incluso a los mas miserables [ponerous]. Pues si hablaran y fueran miembros del consejo [solo] las per-sonas de calidad [cbrestoi], obtendrian lo bueno *bienes *ven-tajas para los iguales a ellos mismos, pero no lo bueno para los democratas, mientras que ahora, levantandose cualquiera para hablar25, un individuo de baja estofa [poneros] procura lo venta-joso para si y para los iguales a el26.
B: [7] Uno podria objetar: Pero <que sabe un tipo semejante lo que le conviene a el o al pueblo?
22 Guntirias: «por turnos»; Galiano: «O, segün los manuscritos, "sucesivamente"».
23 Lit. botdeuein, en la *boule o Consejo (ver glosario), quizäs tambien en la Asamblea.
24 Cf. Söcrates y Piatön, ambos partidarios de que la politica es asunto de expertos cualificados.
25 Legan ho boulömenos anastds: «Al poder hablar quienquiera tras Ievantarse». Cuando se reunia la Asamblea, el presidente, en nombre del Consejo de los Quinientos, exponia las cuestiones que se iban a discutir, ya que no se debia deliberar sino acerca de asuncos anunciados de antemano y ya examinados por el Consejo. Luego leia la proposicion redactada por este y preguntaba a la Asamblea si queria discutirla. Los asistentes respondian alzando las manos. Empezaba la deliberaciön: el heraldo decia en alta voz: «dQuien quiere comar la palabra?». «Ho boulömenos, le volontaire, "celui qui veut". Dans un contexte politique, l'expression designe le citoyen qui a pris une initiative politique en proposant un decret ou une loi, en se portant accusateur ou synegoros [defensor, abogado] dans un proces public, ou en se portant volontaire au tirage au sort ou a 1 election des magistrats, ambassadeurs et autres officiels» (Hansen 450). La figura del ho boulömenos la creö Solön, al introducir el derecho de acusacion por delito (contra lapölis o contra otro ciudadano).
26 Notan MR la crudeza de este argumento.
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Anónimo o Viejq Oligarca
A: Ellos saben que la ignorancia y vileza [ponería] y parciali-dad [eunoia] de ese individuo les es más ventajosa que la virtud, sabiduría y *hostilidad *malquerencia [kakonoia] de una persona de bien. [8] Cierto que una ciudad con ese género de vida27 no será, quizás, la más perfecta... pero es que asi es como mejor se conserva la democracia28.
B: En efecto, el pueblo no quiere ser esclavo en una ciudad bien gobernada, sino ser libre y mandar, y el mal gobierno [kako-nomía] poco le importa.
A: Pues lo que tú llamas «mal gobierno», de eso mismo se fortalece el pueblo y es libre. [9] Pero si buscas un buen gobierno29, lo primero que verás es que los más inteligentes dictan las leyes30 para ellos *en su [propio] interes31; luego, que los mejores
27 Quizas ironico. Diaitema se refiere primero a la dieta y genero de vida, luego a las costumbres. Tambien se traduce «instituciones» (Guntirias; Chambry), «principios» (Galiano), «wayoflife» (Bowersock), «reglas» (Ruiz).
28 Como ira resultando evidente al lector, en frases como esta puede leerse soma y sarcasmo.
29 Eunomia: «buena ley »; cf. MR (71): «By the fith century the word could be used virtually as a synonym for the Spartan Constitution»; cierto, pero Eunomia aparece tambien (p. ej.) en el frg. 3D de Solon. Y en Hesiodo es una de las Horas, hijas de Zeus y Themis, junto a Eirene (Paz) y Dike (Justicia). Cerca de este pasaje, en I, 11, se encuentra una referenda a Esparta. Podrian suponerse interlocutores espartanos.
30 Cleon, en el ano 427: «Los hombres torpes administran muchisimo mejor las ciudades que los inteligentes» (Tue. III, 37, 3). Es el debate de Mitilene, cercano a una de las dataciones del texto.
31 Ni Galiano ni Guntinas traducen un autois del texto que Bowersock interprets como «in their own interest», y Ruiz: «Pero, si se examina un buen gobierno, se vera, primero, que promulgan las leyes que mas les favorezean» (p. 109). Si es autois o bautois, no sabemos decidir, pero quizäs es la trad, de Bowersock. Ramirez: «establecer leyes para ellos», vease nota p. CXLVI.
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El sistema politico de los atenienses. Traducciön literal anotada
castigan a los peores32 y que los mejores deliberan sobre la ciudad y no permitiran que unos tipos enloquecidos participen en el Consejo ni hablen en *ni asistan a la Asamblea [*ekklesidzein]. Ahora bien, el resultado de estas buenas medidas seria que el pueblo rapidamente caeria en la esclavitud.3-'
B: [10] Con los esclavos y metecos \_*metoikön\^ en Atenas hay un descontrol [akolasia] enorme: alli, ni se puede golpear ni te cederä el paso un esclavo.'5
A: El porque de esta costumbre local te lo voy a explicar yo: si un libre pudiera legalmente pegarle a un esclavo -o a un meteco
0 a un liberto -, muchas veces, tomandolo por un esclavo, acaba-ria golpeando a un ateniense36; pues el pueblo alli no viste mejor que los esclavos y los metecos, ni siquiera tienen mejor aspecto *son mejor parecidos *son mas guapos3 . [11] Y si hay alguien
32 Kohisousin boi chrestoi tousponerous: retoma la «akolasia» de I, 5. Pero, <como casrigan, por que? Quizäs por ser lo que son, o por devolverles sensanez por medio de koLisis (o koldsma), «correccion, castigo». Pero puede referirse a que en una oligarquia, solo unos pocos -los mejores- legislan, imparten justicia y deliberan.
33 De este razonamiento se sigue que los inr.eligenr.es y mejores llegarian a privar a los peores del derecho a hablar y participar en la Asamblea. Este cinismo se contrapone a la cuestion de hatimia en III, 12-13.
34 Extranjeros residentes en Atenas, sin ciudadania, con legislacion especial (vease glosario),
35 No esta claro por que cambia de tema; quizas por la palabra anterior «esclavitud». Los esclavos tenian en Atenas alguna protecciön legal. Llama la atencion el que el Viejo
01 igarca coloque juntos a grupos sociales con un estatus legal tan diferente: esclavos, libertos (sobre los que poco mas se dice) y metecos. Esparta era xenofoba, dificultaba el asentamiento a los extranjeros y los expulsaba periodicamente.
36 «Algo tan absurdo y cinico que parece un chiste» (MR. 75).
37 Eide: forma, figura, imagen, aspecto; belleza (de una persona); encanto, donaire. Bowersock: «Tampoco son mucho mas guapos» (nuestra trad.); otros: apariencia, aspecto opeinado. Sobre «mejor parecidos» o «guapos»: piensese en lacaray aspecto
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Anónimo q Viejo Qligarca
que se sorprenda de que allí permitan a los esclavos lujos y como-didades38 e incluso a algunos *vivir como reyes Marse la gran vida, también esto parece que lo hacen por una razón: porque, donde el poder reside en la armada, la necesidad de ingresos les esclaviza a sus esclavos, para que yo *uno pueda sacar del trabajo de ellos las aportaciones, e incluso dejarlos ir libres *que consigan la libertad39.
B: Pero en Esparta mi esclavo te terne.40
corporal que tendría un esclavo mal alimentado, mal vestido, mal dormido, sucio y estresado. En Atenas los esclavos no tenían que vestir de forma diferente a los libres; los marinos y trabajadores andarían con sus ropas de trabajo; el pelo largo -que dificulta el trabajo manual, p. ej., en un barco o en un taller- era más «espartano». El contraste con la terrible situación de los hilotas en Esparta sirve de contrapunto: sufn'an palizas rutinarias, debian Ilevar gorras de piel de perro, ropas distintas y vivir subalimentados -pero la fuente al caso (Ateneo XIV, 657) puede ser una mala interpretación (cf. Marr-Rhodes 75)- Los hilotas eran de propiedad comunal y podían ser liquidados por cualquier motivo en cualquier momento, incluso masacrados regularmente para reducir su población (véase tabla cronológica, el aňo 425; e introducción). Tal vez el Viejo Oligarca exagera, como en Io que sigue, para escandalizar a sus oyentes.
38 Tryfé: «Vida regalada», también en el sentido de molicie, afeminamiento e incluso, el matiz de lujo oriental, esto es, persa (véase Azoulay 2014: 100, 104); el texto insistirá en esta «degeneracion».
39 Este texto está corrupto y hay varias traducciones posibles: la idea parece ser que la flota absorbe una gran fuerza de trabajo, para lo cual se usaba a esclavos que Servian no a sus dueňos sino al Estado, y del sueldo pagado, compensaban al dueňo (apophora). Para andrapodois douleuein sigo a Bowersock y Canfora: «To be slaves to the slaves», «essere schiavi degli schiavi per una ragione economica», i. e., «ser esclavo de los esclavos» (parece decirse: «jpueden los atenienses caer más bajo?); Canfora traduce en primera persona: «per poter riscuotere quello che mi spetta sulle attivita del mio schiavo» (ed. como Kaiinka, no Bowersock, si Galiano, que traduce luego en tercerapersona); Ramirez p. CXLVII-CXLVIII: «para que al cobrar [el patrón] reciba su parte»; se puede interpreter como una primera persona impersonal, quizás. Esce pasaje fue usado para Ia datación del texto durante la guerra del Peloponeso (véase introducción).
40 El miedo era central en Esparta, debido a la gran inferioridad numérica de ciudadanos.
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El sistema polítko de los atenknses. Traducción literal anotada
A: Si tu esclavo me tiene miedo, se sentirá en peligro y pagará de su dinero para no arriesgar su persona. Y donde hay esclavos ricos, allí ya no [me] benefícia [como amo] que mi esclavo te terna.41 [12] Por eso hemos concedido libertad de palabra42 tam-bién a los esclavos con respecto a los libres y a los metecos con respecto a los ciudadanos, porque la ciudad [*pólis\ necesita a los metecos no solo para ocuparse de infinidad de talleres43, sino para la flota. Es por eso que también a los metecos, ;y con razón!, les hemos concedido libertad de palabra.44
[13]45 El pueblo ha echado *ha acabado allí con los que se dedican a la gimnasia y a cultivar las artes de las musas46, juz-
41 Fuerte contraste: los hilotas no tenían dinero, que se sepa. (El cambio de lugarde esta úlcima frase (MR 79), contradice los manuscritos, pero aporta más coherencia al pasaje.)
42 hégoría: igualdad de palabra, derecho a hablar y a participar en las deliberaciones, pero el autor anónimo quizás se refiere aparresía, «hablar con franqueza, libremente» (MR 79, Ramírez CXLIX). En cualquier caso, hay algo de exageración.
43 Technôn: Talleres, talleres especializados. MR 42: «Por la gran cantidad de sus habilidades (skills)».
44 Esta primera persona del plurál indica que el interlocutor procede de Atenas (cf. Marchant-Bowersock, etc).
45 Canfora, siguiendo a Frisch, inserta aquí el pasaje de [II, 9-10], que Galiano supone «seguramente... una interpolación» (Galiano 10, nota 5). Lo dejamos tal cual, siguiendo los manuscritos.
46 Gymnazoménous y mousikén: Gimnasia y música, si se prefiere, pero las implicaciones son más amplias: cuidado del cuerpo y del alma. Aunque se pueda traducir «los que se dedican a la gimnasia y los que cultivan la música», como dos ocupaciones diferentes (profesionales) para dos tipos de personas, lo más probable es que sea (o también) una referencia a la educación ideál cuerpo-alma... para los que puedan costearla. Compárese con lo que se dijo antes sobre la «ignorancia», «incultura» e «intemperancia» de los plebeyos. El comentario y traducción de MR («lo han convertido en pasado de moda (have made it unfashionable)», 81) parecen fuera de lugar, pero no algo descabellado. Puede hacer referencia a los jóvenes con tiempo libre [schole] para dedicarse a ir al gimnasio a ejercitarse, pero también a educarse (pues allí había maestros en diversas artes). Katalýô es «destruir» y puede tratarse de otra exageración falsaria del sensacionalismo de este oligarca acérrimo:
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Anqnimo o Viejo Qligarca
gando que esto no es bello [kalón], consciente de que no está a su alcance dedicarse a estas cosas.47 En cambio, si se traca de coregías, gymnasiarquías y trierarquías48, saben que son los ricos los que costean un coro del que el pueblo disfruta doblemente49, que son los ricos los que pagan los deportes y trirremes en los que el pueblo participa y en las que navega. Y asi se creen dignos de cobrar en metálico, el pueblo, por cantar, correr, bailar y bogar en las naves, para que él tenga y los ricos se empobrezcan más *para que los pobres sean ricos y los ricos,
considérese que en Esparta el deporte era un deber civico gestionado por la polls. En Andócides IV, 39, «Contra Alcibiades», aparece la expresión ta gymnasia katalyôn (cita de Ramirez, p. CL, MR 81).
47 Aquí está la clave del pásaje: kalós tiene un sentido también, digamos, aristocrático (el tradicional y noble «kalos kagathos», «hermoso y bueno») y moral, y eso -plantea el Viejo Oligarca- no está al alcance de cualquiera conseguirlo, sobre todo porque no puede pagar una educación de elite. ;Por qué Galiano tradujo kalón como «conveniente», sobre todo si en nota 3 (p. 5) senala esta história? (Por qué dice que «otros extranjeros dedicados a las artes gimnásticas y literarias...», es decir, por que no puede ser un problema en la ciudad? En cualquier caso, Bowersock seňala que el texto griego de «esto no es bello [kalón], consciente de que» está corrupto y no está claro su sentido. Por cierto que todo el pasaje, una recrimination de incultura, contrasta con la existencia de las tragedias y comedias, que viene a continuation.
48 Se trata de las "leitourgiai o imposiciones económicas a los ciudadanos acaudalados (véase glosario). Contrasta con lo anterior y la crítica es cínica, casi infantil: «[Abölen la verdadera cultura, hacen que paguemos coros, tragedias y comedias...!»; se contradice. En el caso de los trirremes, es inexacto: «los tripulantes no estaban a sueldo del trierarco, sino del Estado» (ver Galiano 6, nota 1) (aunque es cierto que el trierarco podia motivar con dinero a los remeros). Esparta en el siglo V no era una ciudad culta e intelectual. Cabe imaginär aquí un publico propenso a creerse la propaganda antidemocrática (Si el texto no es un ejercicio escolar).
49 Como figurante y espectador, por eso traduzco «doblemente». El pasaje tiene un juego de palabras intraducible [gymnasiarchousin - triérarchoůsin] [triérarcheitai -gymnasiarcbeitai], en mi opinion cargado de soma, que sonaría asi: «...saben que los coregos son los ricos y que el pueblo es coregeado; que los ricos son los gymnasiarcos y trierarcos y que el pueblo esgimnasieado y trirremado». Véase glosario para «trirreme».
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El sistema politico de los atenienses. Traduction literal anotácia
más pobres. E igualmente en los tribunales no les importa tanto la justicia como lo que les convenga.
Sobre los aliados
[14] Sobre los aliados, en cuanto al hecho de que en sus navegaciones *expediciones esos [los atenienses]^0 delatan según les parece y odian a las gentes de calidad, sabiendo que es forzoso que el que domina sea odiado por el dominado, y que si los ricos y poderosos llegan a hacerse fuertes en las ciudades, muy poco tiempo durará el poder de «El Pueblo de Atenas»5\ por eso, efectivamente, despojan de forma humi-llante a la gente de bien de sus derechos de ciudadano^2, les
50 Todo este pásaje es problemático y no hay acuerdo en las lecturas. Primero: «The subject oiekpléontes is of course the Athenians, not the democrats in the allied cities, as Kalinka and Stail assume» (Gomme 1962: 53, n. 22). De acuerdo con ello (<para que la marina si no?), lo dejamos entre corchetes, aunque no esti claro. Luego, hay Lin cambio de hoti (que) por outi (no). Galiano, Gummas y Bowersock interpretan una cosa, mientras que Canfora, otra, seguido por Ramirez: «En cuanto a los aliados, sin siquiera darse a la mar...» (p. 5; véase nota en CLI). Nuestra traducción sigue la opción conservadora de Galiano (y Guzman y otros) de no corregir, si bien, resulta problemático el «según parece» (Ramirez CLI -CLU). La cuestión de la «opresion» de los aliados (hasta que punto el apoyo de demócratas locales, los casos de Mitilene, o Melos, etc.) ha sido muy discutida y no es posible abordarla aqui. Sin duda Arenas exportaba, mantenía y forzaba democracias, lo que beneficiaba a los de abajo en otras ciudades, pero también «las clases altas atenienses se beneficiaron mucho del imperio» (MR 88). Por otro lado, es ingenuo considerar a los espartanos guerreros de la libertad.
51 «L'impero del "Popolo di Atene"», Canfora 21, resulta interesante: «Ho riportato sempře tra virgolette la formula "il Popolo di Atene", in quanto intenzionale paródia -a me pare- delia consueta e martellante formula dei documenti ufficiali» (P- 39).
52 Prefiero la traducción de Canfora, «umiliano», «humillan». Atimazo no es sólo «privar del derecho de voto o politico» (Galiano, Bowersock y Guntiňas), sino también quitar timé, deshonrar públicamente.
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Anqnimo o Viejq Oligarca
confiscan su dinero y los destierran y matan, engrandeciendo, en cambio, a la canalla.53 Y los atenienses importantes, por el contrario, defienden en las ciudades aliadas a los que valen mas, consciences de que es bueno para ellos proteger siempre a los mejores en las ciudades.
B: [15] Alguien podria objetar que la fuerza de los atenienses depende de si los aliados pagan su tributo [*cbremata eisferein].54
A: A los democratas les parece mucho mejor que las contri-buciones de los aliados las tenga cada individuo ateniense, y que aquellos tengan lo justo para vivir para que al [tener que] trabajar [mas] no puedan conspirar.55
B: [16] «El Pueblo de Atenas» parece equivocarse mala-mente tambien en este otro punto: los aliados estan obligados a navegar hasta Atenas para resolver asuntos judiciales.56
53 Notese Platón, República, 557a: «Nace, pues, la democracia, creo yo, cuando, habiendo vencido los pobres, matan a algunos de sus contrarios, a otros los destierran y a los demás les hacen igualmente partícipes del gobierno y de los cargos, que, por lo regular, suelen cubrirse en este sistema mediante sorteo» (trad. Pabón-Galíano, 1981 (19491). Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, p. 74, torno III).
54 Se refiere a los tributos que debían pagar los miembros de la Liga ático-délica (véase el glosario).
55 Ver Galiano 6-7, nota 4. Todo el pásaje corta como un cuchillo: sería bueno que los aliados prosperasen y pudiesen contribuir con más dinero, pero los demócratas prefieren quedarse con lo que hay y mantenerlos arruinados para que no conspiren.
56 <Toda la justicia se desplaza a Atenas? De acuerdo con Bowersock (484, nota 1), la exactitud del autor aquí es bastante discutible. Remite a Ste. Croix («Notes on Jurisdiction in the Athenian Empire» (1961) y al punto de vista de los atenienses en Tuc. I, 77, 1 («pasaje difícil»). (Para L. Sancho, probablemente el autor exagera.)
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El sistema politico de los atenienses. Traduction literal anotada
A: Pero ellos contraargumentan indicando57 cuantos bienes hay en juego en esto para «El Pueblo Ateniense»: primero, el recibir [ellos] durante todo un ano el salario de los jurados [*misthon] de los depösitos legales del Pritaneo ^prytanewnY*; ademäs, sentados en casa, sin viajes por mar, administran las ciudades aliadas y preservan *protegen a los del pueblo, y des-truyen *despachan a sus oponentes en los tribunales. Si cada cual ventilara sus litigiös en casa, puesto que estan dolidos *resentidos con los atenienses, acabarian precisamente con quienes de entre ellos mismos fueran «Amigos del Pueblo Ateniense». [17] Y aparte de estas cosas, de que los pleitos de los aliados sean en Atenas, gana el pueblo ateniense esto: primero, que la tasa estatal del uno por ciento del [puerto del] Pireo es mayor; [18] segundo, al que tiene una hospederia le va mejor; y tambien al que tiene una yunta [para transporte] o un esclavo para alquilar^9; y tambien los heraldos60 salen ganando de las estancias de los aliados.61 Y aparte de todo esto, si los aliados no viajaran para sus pleitos, honrarian unicamente a los atenienses que navegaran, es decir, a los generales, a los capitanes de tri-rremes [trierarcos] y a los embajadores; ahora *actualmente, en cambio, todos y cada uno de los aliados se ven obligados a adu-lar a «El Pueblo Ateniense», conscientes de que, una vez lie-gado a Atenas, todo individuo debe demandar o sufrir justicia no ante personas cualesquiera sino ante el Pueblo mismo, que
57 Antilogizontai, verbo poco frecuente que recuerda las antilogias de Protagoras (Ramirez CLII) y a Antifonte.
58 « The legal deposits they receive their jury pay throughout the year: This is an absurd exaggeration» (MR 91).
59 El esclavo se alquila y el amo recibe el sueldo.
60 (1) Individuo que llama a los diferentes jueces a sus tribunales; (2) subastador.
61 Viajar conlleva el pago de un alojamiento, transporte, servicios y, quizas, pagos y/o regalos para agilizar tramites y proceso (cf. Ill, 1-3).
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Anónimo o Viejo Oligarca
en Atenas es -naturalmente- Ley62. Además, se ve obligado a suplicar en los tribunales y a estrechar la mano del primero que entre. Por eso, en fin, los aliados del pueblo de los atenienses se han convertido más bien en sus esclavos.
Sobre el dominio del mar
[19] Por otra parte, debido a las posesiones en el extranjero y a los cargos en esos territorios han aprendido sin darse cuen-ta a manejar el remo ellos y sus esclavos; fuerza es, sin duda, que el hombre que navega con frecuencia agarre el remo, no sólo él sino también su esclavo doméstico, y que se aprenda los términos náuticos; [20] se convierten asi en buenos marinos *pilotos por la experiencia en navegación y por su ejercicio: unos se ejercitan gobernando embarcaciones ligeras, otros bar-cos de carga y algunos pasan de ahí a las trirremes. Los muchos *la masa63 son capaces de navegar *remar en cuanto embar-can en un buque, porque se han pasado la vida ejercitándose *entrenando.
[II, 1 ] [Paso ahora a tratar el asunto de64] la infantería pesada [to koplitikon], lo que menos bien parece estar en Atenas, con la que pasa lo siguiente: aunque reconocen que son inferiores en numero y peores que los enemigos65, a los aliados que pagan
62 No interpretamos una glosa explicatoria, como Galiano («según es ley en Atenas») o MR («this indeed is the law at Athens»).
63 Hoipolloi: «Los muchos», denominación de, p. ej., Platón. Galiano: «La mayor parte».Elaunein: «impulsar».
64 El cambio de terna, como es habitual, es muy abrupto. El aňadido es nuestro.
65 Canfora (p. 23): «Per quel che riguarda invece le forze di terra -che in Atene paiono sacrificatissime-, e indifferente per loro essere inferiori o superioři ai nemici in questo campo»; como E. Meyer, deja el texto de los mss [meízous]; Galiano acepta la modificación [oleízous] de Wilamowitz. Guzmán: «pero suelen alistar en él
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El sistema politico de los atenienses. Traduction literal anotada
tributo les superan por tierra y consideran que su infanteria pesada basta si son superiores a los aliados. [2] Por otro lado, se da la circunstancia [natural] *la suerte de que los dominados por tierra pueden luchar juntos en una coalición de ciudades pequeňas, pero los dominados por mar, todos los isleňos, no pueden unir sus ciudades en un levantamiento común, pues el mar está en medio y en él mandan los Amos del Mař *Talasó-cratas66. Y si los isleňos pudieran reunirse en secreto para esto en una sola isla, morirían de hambre67. [3] Y cuantas ciudades del continente están sometidas a los atenienses, las grandes están sometidas por miedo, y las pequeňas por pura necesidad: pues no existe ninguna ciudad que no necesite importar o exportar nada; esto, efectivamente, no le será posible si no es súbdita de los Amos del mar. [4] Además, los dueňos del mar pueden hacer lo mismo que, en ocasiones, los de tierra: asolar el territorio de los más fuertes, ya que es posible costear hasta un lugar donde no haya ningún enemigo o donde pocos y, si se acercan, embarcarse y zarpar. El que esto hace corre menos riesgos que el que acude en auxilio por tierra. [5] Además, los Amos del mar pueden zarpar de su territorio y alejarse en nave-gación lo que quieran, mientras que los de tierra no pueden alejarse a muchos días de camino, pues las marchas son lentas y al que va a pie no le es posible acarrear víveres para mucho tiempo. El que va a pie debe marchar por territorio amigo o vencer en combate *abrirse paso peleando, mientras que el que
[ejército], de aquellos aliados que les pagan tributos, a quienes destacan por sus ŕuerzas terrestres» (p. 150).
66 Kratoúntes thalassokrátores: notese el pleonasmo; Bowersock traduce (pp. 489 y 495) «thalassocrats». Recuerda (MR 107) a Tue. I, 143, 5, Pericles: mega gar to tis thalássés kratos.
67 Mitilene fue rendida por hambre en el 428-7.
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Anónimo q Viejq Qligarca
navega puede desembarcar en donde sea más fuerte y, donde no lo sea, no desembarcar, sino costear hasta que llegue a territorio amigo o a fuerzas inferiores a la suya.68 [6] Además, las enfer-medades de los granos69, que proceděn de Zeus, los dominado-res terrestres las aguantan con dificultad, mientras que los del mar fácilmente, porque no toda la tierra se infesta a la vez, y asi, de zonas prósperas les llegan productos a los Amos del mar0.
[7] Y si hace falta repasar menudencias, primero, por el domi-nio del mar han descubierto nuevas formas de vida regalada, al mezclarse con otros pueblos, pues cualquier cosa placentera *gal-guería, de Sicilia o Itália o Chipre o Egipto, Lidia, el Ponto o el Peloponeso, o sea, de cualquier parte, todo ello aŕluye a un solo lugar, por el dominio del mar.71 [8] Segundo, al escuchar toda lengua \fônén\ han cogido esto de esta, esto dela otra; y mientras los demás griegos tienen su particular dialecto \fônéi\ y modo de vivir y de vestirse, los atenienses utilizan una mezcla tornáda de todos los griegos y bárbaros.72
[9] En lo tocante a sacrificios, templos, fiestas y santuarios, puesto que el pueblo sabe que un individuo pobre no puede sacri-
68 Con relation a ešte pásaje, cfr. introd. la discusión sobre la datación del texto.
69 Es decir, malas cosechas, plagas.
70 La frase no tiene sujeto y Galiano aňade «cosas». «De zonas prosperas»: Lit., el verbo es «florecer», lit. «de la tierra florecida, que florece». En el arche marítimo había mucho en juego: los cereales formaban Ia parte más importante de la dieta básica, tres cuartos de la nutrition anual, y el Ática era deficiente en grano por razones ecológicas, de forma que Atenas se veía obligada a importar casi 25.000 toneladas anuales de cereal para alimentär a su creciente población (Azoulay 74-75).
71 La ciudad de Atenas dependía para su abastecimiento de grano de las rutas del Mař Negro, pero también de Sicilia y Egipto. Será el bloqueo del 405 lo que aseste el golpe final a la metropolis.
72 Nota ad. ioc, Galiano: «La afirmación es linguísticamente inexacta». Guntiňas habla de koiné o lengua común de época helenística, como logro (n. 29, p. 306). Fôné, según traducciones, «lengua» o «dialecto». Cf.supra el «lujo» de los esclavos.
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El sistema politico de los atenienses. Traduction literal anotada
ficar y dar festines, erigir templos73 y habitar una ciudad grande y hermosa, ha encontrado la manera de hacerlo todo realidad:74 sacrifican públicamente *por orden oficial -la ciudad- muchas victimas, pero es el pueblo el banqueteado *quien festeja y el que se reparte las porciones de los animales sacrificados\ [10] Y los gimnasios y baňos y vestuarios, algunos ricos los tienen privados, pero el propio pueblo, también para su uso «privado»76, se cons-truye muchas palestras, vestuarios, baňos; y de estas cosas disfru-ta más la masa [ocblos] que las personas selectas y los afortunados.
[11] La riqueza solo ellos pueden poseerla, de griegos y de bárbaros. Porque si una ciudad cualquiera es rica en maděra para hacer barcos, <dónde la colocará si no llega a un trato con los «Arnos del mar» ? <jY qué? Si alguna ciudad es rica en hierro o cobre o lino, <:dónde lo colocará si no llega a un trato con los
73 Brock-Heath (1995) proponen otra interpretación: «ritos»: istasthai hiera, « establish rites».
74 No sin razón, Canŕora cambió de sitio este pásaje (II, 9-10), colocándolo tras I, 13. Para Galiano el texto está enrevesado y «habitar una ciudad grande y hermosa» pLiede ser una interpolación. Tal vez se trate de un sarcasmo: ei démos sabe que los pobres -individualmente- no pueden celebrar fiestas religiosas, construir recintos sagrados, santuarios, etc., y usa dinero publico para organizar todo esto... y además para tener una ciudad grande y hermosa; recuérdese que con los fondos de la Liga de Delos se pagaron las grandes obras publicas, los hermosos templos y estatuas de dioses y festivales religiosos. Es la misma queja de antes: los ricos y los aliados pagan (como si fueran esclavos), para que el pueblo ateniense lo pase bien (y aunque trabajan duramente en los barcos). La palabra clave (que aparece con otra forma en el párrafo anterior por primera vez y que reaparece abajo) es euôchetsthai: tratar con esplendidez (euôchía: buena vida, vida regalada, banquete).
75 Construcción extraňa, ad sensum, quizás por motivos psicológicos: una tercera del plural («sacrifican») con un adverbio, [démosíai], que no corresponde a nuestro «públicamente», sino más o menos a un «por [orden d]-el démos», seguida de un sujeto singularpolis. La dejamos tal cual. Chambry traduce el final de este pásaje como: «et cest le peuple qui prend part aux banquets et se partage les victimes en les tirant au sort», «sorteando las partes de las victimas», dialagchanôn ta hierein.
76 Irónia (comillas nuestras).
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Anónimo o Viejo Oligarca
Amos del mar? Efectivamente, de todos estos materiales salen precisamente mis barcos: de aquí, la maděra; de este, el hierro; de otro, el lino; de aquel, la cera.77 [12] Además de esto, no per-mitirán que otros transporten *exporten a los que sean nuestros adversarios, o no circularán por el mar/8 Yyo, sin hacer nada, de la tierra encera tengo todos estos productos gracias al mar, mien-tras que ninguna otra ciudad tiene dos de estas materias primas; la misma no tiene maděra y lino, sino que, donde hay lino en abundancia, la tierra es liana y desarbolada; y cobre y hierro no hay en la misma ciudad ni los otros dos materiales, o tres, en una sola ciudad, sino que esto aquí, eso allí.79
[13] Y además de estos hechos, pegado al continente siem-pre hay un promontorio costero o una isla o un estrecho, de manera que los dueňos del mar pueden allí fondear y hostigar a los habitantes de tierra firme. [14] Una sola cosa les falta: en efecto, si los atenienses fueran talasócratas habitando en una isla, les sería fácil hacer daňo a otros si quisieran, sin sufrir nada, mientras dominen el mar,80 y no ver sus tierras saqueadas o invadidas de enemigos. En la situación actual los agricultures
77 Lino para el velamen, cera para el calafateo. Nórese la familiaridad del autor con el tema (y «sus» barcos).
78 Todo este pasaje también lo interpreta Galiano (p. 11) como «embrollado» y lo traduce por el sentido. Yo creo que hay contundencia sin intención artistka: no le veo sentido a intentar reorganizar la información. La idea es que los atenienses controlan el comercio, sobre todo de aquello que más les interesa: materiales de barcos (ver la trad, de Canŕora 26, sin problemas, y Bowersock, y la discusión en Ramirez CLXI-CLXII.)
79 Hemos traducido literalmente el estilo desmaňado. Cŕr. Galiano: «Pasaje típico de la rudimentaria retórica del autor de este tratado; un literato más experimentado hubiera empleado un climax: "ni hay tres, ni siquiera dos"» (n. 3, p. 11).
80 Guntiňas aquí (no Galiano ni Canŕora) se hace eco de Bowersock: que la idea es parecida en Tue. I, 143, 5 (como antes -quizás- las posibles alusiones a las operaciones en Pilos).
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El sistema político delos atenienses. Traducción literát anotada
*granjeros y los ricos *hacendados atenienses tienden a atraerse a escondidas la benevolencia "ponerse más bien del lado de los enemigos, mientras que el pueblo, puesto que sabe que no van a incendiar ni a saquear nada suyo, vive sin miedo y sin congra-ciárselos *tener que allegarse a ellos81. [15] Además de esto, si habitaran una isla, se verían libres de otro miedo: que alguna vez fuera traicionada la ciudad por unos pocos y que las puertas fueran abiertas y les arrollaran sus enemigos. Porque, icómo podría esto suceder viviendo en una isla? Ni que nadie se rebe-lase contra el pueblo82, si habitaran una isla; en la situación actual, si [algunos elementos oligárquicos] dieran un golpe de mano [stasidsaien], se alzarían [stasiáseian] poniendo su espe-ranza en los enemigos, con la intención de traerlos por tierra; pero si habitaran una isla, tampoco tendrían que temer esto. [16] Ahora bien, puesto que desde el principio no tuvieron la suerte de vivir en una isla, actualmente lo hacen asi: depositan su propiedad en las islas, confiados en la hegemónia maritima, y *miran hacia otro lado *vuelven la caraS3 a la devastación del Atica, sabedores de que si *se dejan provocar *sienten duelo de esta, serán despojados de otros bienes mayores.
Impasses
[17] Aún más, las ciudades oligárquicas deben por ŕuerza ratificar las alianzas y los juramentos; si no mantienen los
81 Hypérchontai / hyperchómenos, el verbo significa «deslizarse, adular, conseguir engaňar, acacar»; «buscar atraerse la benevolencia de» (Ramírez CLXIII).
82 'Stiisiásai tô démô: ver glosario. Hemos traducido con sinónimos para ofrecer posibilidades.
83 Periorôsi: La idea de este verbo es «mirar con indiferencia o inquietud, permitir». Véase introducción.
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Anönimo o Viejo Oligarca
acuerdos, o alguien incurre en delito *agravio [adike] [...], [estan] los nombres de los pocos que concertaron los acuerdos.84 En cambio, de todo lo acordado por el pueblo, este puede perfectamente cargar la responsabilidad a uno solo: al que interviene y [o al que] propone la votacion-, [y] los demas negar: «yo no estaba presente», «a mi no me agrada eso», [siendo «eso»] lo que les es comunicado que fue aprobado en Asamblea plena; y si no les parece bien, encuentran infinidad de excusas para no hacer lo que no quieren. Pero si resulta que de lo que el pueblo decidio algo sale mal, el pueblo culpa a unos pocos hombres acusandolos de echarlo a perder actuando en su contra, mientras que si sale bien, se atribuyen a si mismos la iniciativa.
[18] A su vez, no permiten insultar y burlarse del pueblo en las comedias, para no ofenderse ellos mismos, mientras que, si es un particular, alientan al que quiera hacerlo con otra persona, porque saben que el embromado en una comedia no es, ordinariamente, del pueblo ni de la masa, sino rico o noble o poderoso, y que muy pocos de los pobres y de las clases populäres son ridiculizados en las comedias, y estos ni siquiera [lo serian], si no [fuera] por intrigantes *entrometimiento *meterse en todas partes y por *ansiar *aspi-rar a tener mas que el pueblo, de forma que tampoco se molestan porque estos sean escarnecidos en las comedias.
[19] Por consiguiente, yo afirmo que el pueblo de Atenas sabe bien quienes de entre los ciudadanos son personas de valor y quienes chusma, y que sabiendolo estiman a los que son simpati-zantes y utiles, incluso si son gente de baja estofa, y a los mejores
84 Pasaje mal conservado. Ver las notas adloc. de Galiano (p. 13), Canfora (pp. 28-29) (para Bowersock 497 y Gunrinas 308 el sentido esta claro). Lo que sigue es un pasaje de dificil inrerpretaciön (cf. MR 126-131, Ramirez CLXIII-CLXV).
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El sistema politico de los atenienses. Traduction literal anotada
mas bien los odian,8^ porque consideran que la virtud de estos no es innata para el bien propio [del pueblo], sino para su mal.
B: Tambien sucede lo contrario, que algunos, aun estando como realmente de parte del pueblo, no son de las clases populäres en cuanto a su naturaleza.86
A: [20] Por mi parte, entiendo perfectamente8 que el pueblo tenga su democracia [* demokratia\\ al fin y al cabo, a cualquiera se le disculpa que se afane bien en su propio interes. Pero aquel que no perteneciendo al pueblo ha preferido vivir en una ciudad democrätica antes que en una oligarquica {oligarch oumene\ este se dispone a delinquir y sabe que *al malvado *a un canalla [kakö] le es mas facil pasar desapercibido en una ciudad democratica que en una oligarquica.88
[III, 1] [En sumaj con relation al sistema politico de los ate-nienses, no apruebo su organization, pero una vez que [se] deci-dieron *por el poder del pueblo *gobernarse democraticamente [demokrateisthai], me parece que protegen *salvaguardan bien la democracia usando los medios que yo he descrito.
85 Canfora, p. 29, acomoda su trad, al frg. 63 (Diels-Kranz) de Critias: «La gente dabbene la odiaproprio in quantoper bene».
86 Frase (otra), problematica, con dos traducciones posibles: Guntinas, Galiano, Bowersock: «Tambien ocurre lo opuesto a esto, y algunos, realmente partidarios del pueblo, no pertenecen al pueblo por naturaleza [por clase]». Canfora y Kupferschmid (cit. Galiano 14 n. 2): «Algunos que procediendo realmente del pueblo, no son democraras por naturaleza (por caräcter y actuaciön; y a estos no les odia el pueblo, como a los oligarcas genuinos, porque les falta virtud)»; Ramirez (CLXVI) sigue a Canfora. Parece lo primero, si se toma demou (pueblo) como concepto politico y jysis como biologico, «por nacimiento» (y como acusativo de relaciön). Ademas -explica Galiano-, lo que sigue se adapta bien a esta interpretacion; igual MR 137.
87 Syggignöskö: Este verbo significa comprender, reconocer, estar de acuerdo, perdonar.
88 Aqui dejo un punto y aparte, como Bowersock y Guntinas.
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Anónimq o Viejo Oligarca
B: Pero veo también que algunos censuran a los atenienses porque a menudo allí un individuo que lleve esperando senta-do un aňo no ve que su caso Uegue a resolverse por el Consejo [ *boulé] o el pueblo.
A: Esto sucede en Atenas por una razón muy sencilla: con la cantidad de asuntos no dan abasto para gestionar y despacharlos todos. [2] Porque, <cómo podrían si, primero, tienen que cele-brar tan tos festivales * fiestas [*beortdsai heortas] como ninguna de las ciudades griegas (y durante los cuales es casi imposible que alguien se ocupe de asuntos oficiales), y encima dirimir tantas causas privadas y públicas y rendiciones de cuentas de magis-trados como no dirimen todos los seres humanos juntos, y que el Consejo delibere muchos asuntos sobre la guerra89, muchos sobre ingresos del erario, muchos sobre implantación de leyes, muchos sobre los que suceden siempre en las ciudades, muchos sobre los aliados y recaudar el tributo y el mantenimiento de asti-lleros *arsenales y templos? <;Es acaso sorprendente que con tan-tos asuntos que gestionar no puedan atender a todo el mundo?
B: Pero algunos dicen: [3] «Si se llega uno al Consejo o al pueblo90 dinero en mano, se les atendera».91
89 <La guerra del Peloponeso (431-404 a. n. e.)? Esta alusión se ha usado por algunos para fechar la obra.
90 Aquí equivale a «asamblea populär».
91 En este pásaje se vuelve al tema de la injusta e interesada localization de tribunales en Atenas (véase introduction). Sobre el tipo de «soborno», más bien «untos», «mordidas», «small bribe-taking-tips» (Marr-Rhodes), «propinas», ver la discusión y bibliografia en MR 148-149, quienes dudan de que fuera en los jurados y no los funcionarios o magistrados encargados del orden de asuntos; el sorteo y rotación de cargos evitaría la generalization y el asentamiento de tales prácticas. El mismo autor expresa algo de esto más adelante.
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El sistema politico de los atenienses. Traduction literal anotada
A: Y yo estaria de acuerdo con ellos en que, en Arenas, se gestionan *consiguen muchas cosas con dinero, y que aun mas se conseguiria si todavia mas personas pagaran *dieran dinero. No obstanre, estoy convencido de que la ciudad no es capaz de gestionar92 todas las peticiones, ni siquiera si alguien les ofreciera rodo el oro y plata del mundo. [4] Tambien hay que juzgar los casos de quien no repara su barco o construye en rerreno publico; v ademas de esto dirimir demandas de coregos9" todos los anos para las Dionisias y Targelias y Panateneas y Promecias y Hefestias; v cada aho son nombrados cuatrocientos trierarcos94 y todos los anos fallar sus recursos, v ademas, examinar Vdokimds-ai] los cargos y juzgar conflictos, comprobar el expediente [doki-mdsai] de los huerfanos y nombrar los guardianes de prisiones,9' [5] eso todos los anos. De vez en cuando hay que juzgar las elusiones del servicio militar *deserciones96 y si sucede otro delito imprevisto, si alguien ha cometido un acto de arrogancia [hybrisösi-hybrisma]9 fuera de lo comün o un delito contra la
92 Galiano supone aqui una laguna; Gummas sigue a Bowersock v Marchanr, es decir, no hay laguna. Pero Galiano senala que el diöti por böti «choca, en un auror tan antiguo». Diaprattestbai, diapraxai, cf. I, 1, diaprattontai.
93 Los designados como coregos podian aducir que a otros, mas ricos, les corresponde el nombramiento (si el otro lo niega, el demandante propone la antidosis o cambio de rortuna). Yease el glosario, «liturgias».
9-i ;Error en el original? Si no, puesro que el nümero de 400 trirremes solo se alcanzö en 431, el dato serviria para fechar el texto.
95 Las traducciones difieren. Se trata de cargos y puestos oficiales (como el de los «funcionarios») y de si los huerfanos debian seguir recibiendo sustento del Estado.
96 Dikdsai dei astrateias: seguimos a Galiano y Marchant, como Marr-Rhodes, pero ellos traducen «avoidance of military service» (p. 154), no «desertion». Brock-Heath (1995) prefieren strategikas <dikas>, acusaciones contra generales.
97 MR 155: «Hybris (violent arrogance) was a prosecutable offence in fifth- and rourth-centurv Athens».
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religion [asebesosi]9*. Y omito aün muchas mas cosas, aunque lo mas importante queda dicho, excepto las tasaciones del tributo, lo que sucede, en general, cada cuatro anos.
B: [6] Vamos a ver una cosa, entonces, «jdebemos creer que escos casos no es necesario resolverlos todos?
A: Pues que alguien diga lo que no hay que tratar ante los tribu-nales alli. De nuevo, si estamos de acuerdo en que hay que resolver todos los casos, es forzoso que sea a lo largo de todo el ano, aunque ni siquiera ahora, con juicios todo el ano, consiguen ir por delante de los delincuentes, por la gran cantidad de individuos.
B: [7] Efectivamente, claro, pero alguien dira que si, que alguien tiene que juzgar todo esto en los tribunales, pero que el nümero de jueces se reduzca.
A: Pues bien, si no se disminuye entonces el nümero de tribunales [*dikasteria], forzosamente habra pocas personas en cada tribunal, de modo que sera facil confabularse con unos pocos jueces y sobornarlos a todos para que juzguen con menos jus-ticia," [8] Y ademäs de esto hay que pensar que los atenienses deben guardar sus fiestas, en que no se permite celebrar juicios.
B: Y por cierto, celebran el doble de fiestas que los demas.
98 Lit.: «Si algunos agraviaron [hybrisosi, 3 pl aor subj act] un agravio [hybrisma] inusual o cometieron impiedad [asebesösi, 3 pl aor subj act]».
99 Seria mejor que hubiera menos personas dedicadas a juzgar, pero ello conllevan'a dos soluciones igualmente negativas: o menos tribunales y, por tanto, mas demora; o menos jueces en los tribunales, pero se incrementa el riesgo de cohecho (Galiano 18). No se endende bien por que querer reducir el nümero total de jueces; el manejo de datos parece tendencioso (cf. Ramirez CCXVI).
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El sistema politico de los atenienses. Traduction literal anotácia
A: j Pero si yo estoy suponiendo el mismo numero [de fiestas] que la [ciudad] que menos celebra!100 Estando asi las cosas, por consi-guiente, afirmo que no es posible que la situación en Atenas sea de otra manera que como ahora está, excepto que se puede quitar un poco de aquí y aňadir algo allá; lo que no se puede es cambiar dema-siado sin recortar la democracia. [9] Porque es posible idear muchas innovaciones para mejorar el sistema \politeían\ pero encontrar algo satisfactorio para que, existiendo la democracia, tengan una forma de gobernarse mejor, no es fácil, a no ser, como he dicho hace un momento, quitando o aňadiendo pequeňos detalles.
B: [ 10] En mi opinion, los atenienses se equivocan al tomar parti-do por los peores en las ciudades enfrascadas en un conrlicto civil101.
A: i Pero esto lo hacen adrede! Si se pusieran de parte de los mejo-res, no escogerían a los que tienen las mismas ideas que ellos. Efec-tivamente, en ninguna ciudad la parte mejor es afecta [eunoun] al pueblo, en cambio, en todas las ciudades es afecto [eunoun] al pueblo lo peor, porque los iguales [homoioi] de sus iguales [homoiois] son amigos *simpatizan [eunooí]. Por eso los atenienses prefieren lo más afin a ellos mismos. [11] Siempre que emprendieron elegir a los mejores, no les salió bien [...], sino que, al poco tiempo, el pueblo de los beocios ŕue esclavizado102. O cuando se sumaron a los
100 EI interlocutor argumenta que si los atenienses tuvieran tan pocas fiestas como la ciudad que menos tiene, la saturación y demoras serían las mismas, ocurrencia que puede interpretarse con su punto de humor.
101 «Ciudades en que hay disensiones» (Galiano).
102 Hay una laguna. Galiano: se refiere a acontecimientos mal conocidos en Beocia alrededor del ano 457 y a dos casos históricos más (si es que se trata de esos hechos y no de otros), una revuelta en Mileto aprox. el 450 y la participación con un contingente de apoyo a los espartanos (de 4.000 hoplitas al mando de Cimón) en laguerra mesenia (462), a la que siguió la guerra de 457. Cf. Introduction.
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mejores de los milesios, y al poco tiempo rueron abandonados y los hicieron pedazos; o cuando escogieron a los espartanos en vez de a los mesenios, y al poco tiempo, despues de someter a los mesenios, los espartanos declararon la guerra a los atenienses.
B: [12] Se podria objetar que nadie en Atenas ha sido privado injustamente de su ciudadania,103 pero yo afirmo que algunos hay que han sido desposeidos.
A: jPero estos son pocos, y no pocos hacen falta para atacar la democracia en Atenas, en las condiciones actuales!
B: No vale la pena ocuparse de aquellos individuos que han sido justamente desposeidos de sus derechos, [sino de quienes lo rueron injustamente!
A: [13] (Como se puede pensar que la mayor parte de los privados de ciudadania en Atenas lo fueron injustamente, si es el pueblo el que controla las magistraturas? Y por gobernar sin justicia y por no decir ni hacer lo que es justo, por tales motivos son algunos privados de derechos politicos en Atenas104. Si se ha comprendido esto, no se debe pensar que los desposeidos de su ciudadania son un peligro en Atenas.
103 Guntinas (314) ve un elogio aqui, y MR (159), «unintended compliment»; tambien Ober(l998).
104 Compleja la nota de Galiano, p. 20, donde mantiene que «el verdadero tratado terminabacon elparrafo 9» yque 10-11 y 12-13... son dos trozos sueltos, quizas notas, que «no sabemos por que circunstancias, han quedado incorporados al texto como apendices» y describe 12 casi como un dialogo. La idea del pasaje es, mas o menos la siguiente: atacar la democracia requiere no pocas personas, pero no se puede contar con los desposeidos de derechos politicos, de ciudadania: como el pueblo tiene todos los cargos, los privados de derechos injustamente son pocos y no son un peligro.
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Glosario
Para este breve glosario nos hemos servido principalmente de los de Mosse (1987), Pomeroy-Bumstein-Donlan-Roberts (2001), Hansen (1993), Osborne (2002), Manin (1997), L. Lopez (2011), Guntinas (1984) y Ruiz (1987); Ober (2008) y L. Sancho (2009) para «democracia». Lo indicaremos.
Salvo la primera entrada -colocada ahi por su importancia-, las demas estan mas o menos ordenadas.
Poneroi/ Chrestoi-Es la principal oposicion social del texto, aparece por todas partes (lease la introduccion para la discusion de estos terminos y sus implicaciones politicas e ideologicas). Las traducciones varian:
Kalinka (1913)	gemeinen (comunes) / edlen (nobles)
Petch (1926)	rascals (granujas) / good citizens
Chambry (1933)	les mechants (los malos) / les bons
Galiano (1951)	plebeyos / gentes de calidad
Bowersock (1968)	the worst people / the good
Leduc(1976)	mechants / honnetes gens
Canfora (1982)	canaglia / gente per bene
Guntinas (1984)	las personas de baja condicion / las personas importantes
Ruiz (1987)	inferiores / superiores
Ramirez (2005)	miserables / pudientes
Guzman (2007)	los mejores / los peores
Marr-Rhodes (2008)	the valuable - good / the worthless (sin valor) - bad
Casevitz (2008)	coquins (granujas; bribones) / honnetes gens
Velasquez (2010)	plebeyos / aristöcratas
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Junto a la valoracion moral implicita en el significance, las distintas traducciones de poneroi intentan recoger el insulto de base politico-social (unas mas, otras menos, probablemente algu-nas eufemizando); puede aparecer (p. ej. I, 4) junto a «pobres» [penetes] y «gentes comunes, del pueblo» o «partidarios del demos» [demotikoi]). Las posibilidades de version son variadas, desde el anacronismo politico («proletarios», «patricios») a las palabras de poco alcance interpretativo («clases populares») o inexactas (se puede ser un poneros con mas o menos fortuna material). En nuestras traducciones, hemos decidido usar varias formas: populacho, la canalla, gente de baja estofa, chusma, etc., frente a chrestof. los mejores, la gente de bien, las personas de valia, etc. Para los ricos y para los nobles hay otros terminos (vease introduccion).
[archon] - Archai - (1) «Magistraturas», cargos. «(2) En particulier au pluriel: les magistrats (terme generique recouvrant les 500 membres du Conseil et les quelque 700 autres)» (Hansen).
Asamblea - Ver Ekklesia.
Bottle - El Consejo, organo principal de la democracia ate-niense, formado de quinientos miembros elegidos por sorteo (Mosse), cincuenta ciudadanos de cada una de las diez jylai (lat. «tribus», que no tiene que ver con tribu en el sentido antropo-logico; significa simplemente corporacion o unidad dentro de la polls), sorteados anualmente entre los candidatos designados previamente en las 139 municipalidades o «demos». Se reunian los dias laborables -alrededor de 250 veces al ano- en el bouleu-
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terion, en el ágora. Preparaban los trabajos de la Asamblea y de los nomotetas (véase entrada correspondiente). Estaba a la cabe-za de la administración publica. No confundir con la boule del Areópago (consejo de antiguos arcontes; perdió mucho poder en las reformas de Efiakes en 462/1, pero ganó una parte tras 403).
Coregía - «Cargo consistente para un ateniense rico en equi-par y adiestrar a un coro para las fiestas de Dionisos» (Mossé); cargo o más bien «liturgia» (véase la entrada al respecto). Los coregos eran los encargados de correr con los gastos del coro en certámenes líricos o dramáticos (representaciones teatrales, que implicaban «coros»), y que se celebraban con motivo de las Panateneas, Targelias, Dionisias y Leneas (véase festivales).
Démos - Término que designa en los textos oficiales (en Atenas) al conjunto de los ciudadanos atenienses. En el lenguaje politico, se emplea para designar a la masa en oposición a los ricos o a los aristócratas (Mossé). «Le mot signifie (1) Le peuple athenien dans son entier (= ĽÉtat athenien), (2) Le petit peuple (= les pauvres), (3) ĽAssemblée du Peuple (= ekklesta), (4) Le gouvernement du peuple (= demokratia), (5) une "municipalitě" c'est-á-dire ľune des 139 děmes créés par Clisthěnes en 507 et regrupés en trente trittyes, elles-memes reunies en dix phylai» (Hansen). Los números de las phylai y los demos eran claves para los sorteos de cargos, responsabilidades, y la participación ciudadana en las diferentes instituciones. La palabra démos podia variar de significado (véase introducción para el uso sesgado o inconsistente del Viejo Oligarca). Cf. Gomme (1962: 40), «en Esparta estaba formado por los iguales».
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Démokratía - Democracia. En principio, compuesto de démos y de «kratos», que significa «poder, fuerza, vigor»; puede tener el sentido peyorativo de «dominio, violencia» (asi, Canfora), pero Ober (2008) Ie da otro sentido, el de «demos empoderado»: « Démokratía, que emergió como un régimen-tipo con la seguridad historka en sí mismo de un demos en un momento revolucionario, se refiere a la capacidad colectiva del demos para hacer cosas en el espacio público, hacer que las cosas sucedan. Si esto es correcto, Démokratía no se refiere en primera inštancia al control monopolista de una autoridad constitucional preexistente. Démokratía no es solo "el poder del demos" en el sentido de "poder superior o monopolista del demos relativo a otros potenciales detentadores del poder en el Estado". Más bien, significa, con más amplitud, "el demos empoderado" - es el sistema en el que el demos gana la capacidad colectiva de efectuar cambios en el espacio público. Por ello, no es únicamente una cuestión de control de un espacio público, sino de la fuerza colectiva y la habilidad para actuar en el interior de ese espacio y, de hecho, reconstruir el espacio público a través de la accion» (Ober 2008: 7, nuestra traducción).
Cf. L. Sancho (2009: 175): «La democracia se definía en la antigüedad de dos maneras: el gobierno de todos los nativos (démos) a los que se les reconocía estatus de ciudadanos, o el gobierno exclusivo de las clases populäres (démos) sobre la elite tradicional o de dinero (áristoi, u oligoí). Mientras la primera vision es la propiamente democrática, coincidente con la que expone Pericles en su discurso fúnebre (Th. II 37, 1), la segunda forma parte habitualmente de los análisis críticos con el poder populär y la encontramos tanto en panfletistas como Pseudo-Jenofonte (Ath. Pol. I, 1) como en pensadores de la profundidad de Aristoteles (Pol. IV 1291b 7-13)».
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Dikastéria - Tribunales populäres de Atenas. Un dicaste-rio estaba compuesto por cientos (501, 1.001, 1.501 o 2.001) de ciudadanos (varones adultos mayores de 30 aňos) elegidos por sorteo en el ultimo momento entre los individuos que se presentaban voluntarios a formar parte del grupo de jurados de reserva llamado heliea. Tanto el hecho de ser elegidos en el ultimo momento como la gran cantidad de sus componentes, dificultaban el soborno, sobre todo porque los casos vistos por el tribunal solían ser juzgados en un solo día. Como se suponía que el numeroso jurado actuaba en representation del pueblo ateniense, su sentencia no admitía apelación. A partir más o menos de mediados del siglo V, los miembros del jurado recibian una pequeňa cantidad de dinero en pago a sus servicios (véase misthos) (Pomeroy-Burnstein-Donlan-Roberts).
Dokimdsai - Dokimasia - Examen previo al que se sometia a un magistrado antes de la torna de posesión de su cargo. Exáme-nes de caballería, técnicas militares, etc. También eran informes sobre los pensionados de inválidos y huérfanos.
Eisfora - Impuesto extraordinario recaudado en tiempo de guerra (Mossé). Al parecer cobrado por primera vez en 427 en un monto total de 200 Talentos (Tue. III, 19,1). Solo lo pagaban los ciudadanos acaudalados, pero se diseute mucho si eran exclu-sivamente los Mil Doscientos, o una cantidad de unos cinco mil o seis mil ciudadanos (L. Sancho Rocher).
Ekklésía - Nombre de la Asamblea general de todos los ciudadanos de Atenas, en la que todo ciudadano adulto varón tenia del derecho a tomar la palabra y a votar. Órgano soberano
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[kyrios) de la politica del Estado. En Atenas se reunfa al aire libre en una colina llamada Pnyx. La asamblea se reunia diez veces al ario como ekklesia kyria (una vez cada pritanio, o periodo de cinco semanas) de un total de cuarenta reuniones anuales.
Heortdsai heortas - Celebrar fiestas / festivales - «Dioni-sias: fiestas en honor del dios Dioniso. Habia varias con este nombre. Las mas importantes eran las Grandes Dionisias o gran fiesta dionisiaca del mes de marzo en Atenas; las Dionisias rurales o fiestas dionisiacas de los diversos demos o distritos del Atica (diciembre-enero); las Leneas o fiesta dionisiaca, en enero, en Atenas.— Targelias: fiesta ateniense en la que se celebraba la traida de la eiresidne (rama de olivo con frutos y cintas) y la expulsion del fdrmaco (individuo expulsado y vejado como culpable de los males de la colectividad). Estaban dedicadas a Apolo y Artemis (mayo-junio).— Panateneas: fiestas atenien-ses en honor de Atenea celebradas todos los anos en julio, pero con especial solemnidad cada cuatro anos. El acto mas Uamativo era la pompe o procesion en honor de la diosa y la ofrenda del peplo.—Promecias y Hefestias: Fiestas en honor de Prometeo y Hefesto, respectivamente. En estas dos habia carreras de antor-chas como acto principal (las dos divinidades estan relacionadas con el fuego), aunque tambien en otras fiestas, como en las Panateneas, se celebraban estas carreras» (Guntihas 311, n. 41).
Chremata eisferein - ver Tributo (phoros) y Eisfora.
Cheirotonia - Voto a mano alzada, us ado en la Asamblea, en el Consejo de los 500 y en los nomothetai (Hansen). Ver nomo-tetas y boule.
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Kléró - ver «Sorteo». Kléros: Es un nombre («sorteo»), cuyo verbo correspondiente es kléroun (sortear, designar por sorteo). Los klérótéria, dispositivos mecánicos de considerable sofisticación inventados al efecto, han sido estudiados por López Rabatel(2011).
Lacedemonia. Esparta. Los espartanos, según la tradición, descendían de los dorios, llegados a Laconia en tiempos post-micénicos (aprox. 1.000 a. n. e.) (hoy se ha cuestionado: más bien hubo mezcla y había «aldeas» jonias o aqueas, asi como hilotas dorios). La sociedad espartana del siglo V a. n. e. era una especie de campamento militar en alerta roja constante, con una estruc-tura social rígida: abajo, los hilotas o ilotas (lit. «capturados», «cautivos», descendientes del pueblo nativo griego conquistado por la invasión-inmigración doria, según esa tradición semimíti-ca, en realidad una población rural conquistada): siervos semies-clavos, que trabajan la tierra de los ciudadanos para mantenerlos; vivían sometidos a un régimen de terror; a su lado, los periecos («los que viven alreded or»): hombres sin derechos políticos pero libres de llevar los asuntos de sus comunidades, sujetos a Esparta en política exterior. Arriba, los homoioi, los «iguales», espartanos varones de más de 30 aňos, el cuerpo cívko de la ciu-dad. Los «iguales» se dedican únicamente a la guerra y asuntos internos.
Leitourgiai - «Liturgias»: obligaciones asignadas a los ciudadanos más acaudalados para sufragar bienes culturales y servicios de interés publico en nombre del Estado, durante un ano. Se trata de una forma de redistribución de la riqueza. Los que la asumían sabían del prestigio popular que comportaba si se hacía bien.
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Eran de třes suertes: (1) Financiación de fiestas: Coregías (véase este glosario) y gynmasiarquias\ los gymnasiarcos: pagar instala-ciones y competiciones -fiestas- deportivas. (2) Financiación militar: trierarcos: equipar y botar barcos de guerra, trirremes. (3) Liturgias ligadas a impuestos sobre el patrimonio {proeisfora).
Una liturgia es algo asi como un impuesto extra para los que pueden pagarlo. El adjudicado podia recurrir la decision: los designados como coregos podían aducir que a otros, más ricos, les correspondía el nombramiento (si el otro lo negaba, el demandante proponía la antídosis o cambio de fortuna). (Véase «moneda ateniense».)
Métoikos - «Meteco: termino ático para designar a los no atenienses, ya fueran griegos o no, que residieran en Arenas por un periodo superior al mes. Estos extranjeros debían pagar un impuesto especial, el metoikiony de una dracma mensual. Entre los metecos más famosos cabe citar al orador Lisias y el filósofo Aristoteles» (Osborne). (Véase «moneda ateniense».)
Misthoforías - Misthos - Salario de un jornalero o un solda-do. En un contexto politico: retribution de los que participan en una reunion. El misthos era proporcionado a los miembros del Consejo de los 500 (5 obolos por persona y sesión), dikasteria -o tribunales populäres- (3 obolos por persona y sesión) y de la Asamblea (1 ó 1,5 dracma por persona y sesión) y a ciertos magistrados (en particular los nueve arcontes y los magistrados en el extranjero) (Hansen). Véase «moneda ateniense».
Moneda ateniense: «Entre las unidades monetarias de Ate-nas podemos citar el óbolo, la dracma, la mina, y el talento.
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Seis óbolos eran una dracma; cien dracmas, una mina; y sesenta minas (i. e., 6.000 dracmas) un talento. El que poseia un talento era rico. En la Atenas del siglo V, una moneda de una dracma de plata se consideraba un buen jornal para un obrero no cuali-ficado, y probablemente representara el salario con el que vivia una familia pequeňa. Una dracma era el sueldo habitual de un remero de la flota. Mantener una trirreme costaba un talento al mes» (Pomeroy-Burnstein-Donlan-Roberts).
Nomotetas o nomothetaix Comisión legislativa constituida por ciudadanos (1000 p. ej.) sorteados entre los 6.000 jurados. Como los dikastai o jueces, eran sorteados para un dia. Asistian al debate sobre la proposición de leyes, luego votaban a mano alzada (Hansen).
Oligarquia - Gobierno de oligarcas: «Los términos con la raiz -arche tienen que ver con el numero de personas que pueden ocu-par puestos oficiales de autoridad dentro de un orden constitucio-nal de algún tipo» (Ober 2008: 4, nuestra traducción). Oligarcas: Partidarios de un regimen politico en el que la autoridad, la arché, debía estar en manos de un pequeňo numero de personas ioligoi) (Mossé). Estos «pocos» eran miembros de las elites, generalmente nobles, ricos y no tan ricos (o endeudados). El contrapunto léxico de oligoi es la expresión hoipolloi, «los muchos», palabra despec-tiva (como ochlos, «masa») usada en los círculos oligárquicos para referirse al démos (posteriormente, en Platón, «los muchos» son el reino de la doxa (la opinion), frente la sabiduria del sofis, el sabio).
Pólis - Lit. «ciudad» o «ciudad-estado». Comunidad politica autogobernada, formada por una ciudad principal y las zonas rura-
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les vecinas. « Con la exception de Esparta, laspöleis tenian general-mente algun tipo de gobierno republicano, ya fuera de caräcter oli-garquico o democrätico. Como el sistema de la polis comportaba siempre algun grado de autoconciencia politica, quedo abierta la cuestion de si una ciudad gobernada por un tirano podia ser con-siderada una polis o no» (Pomeroy-Burnstein-Donlan-Roberts).
La Atenas del siglo IV tenia unos 30.000 ciudadanos que habian alcanzado la mayoria de edad (o sea, que habian cum-plido los veinte). Es probable que en el siglo V la cifra fuese de 60.000. Por supuesto, en el numero no se incluian mujeres, nihos, metecos ni esclavos (la poblacion se calcula multiplicando por tres o 4, como mucho). En la actualidad se da una tendencia a exagerar la pequenez de Atenas. Por supuesto que la ciudad no era grande, comparada con los Estados modernos, pero tampoco era un pueblo (Manin).
En ingles y frances el concepto es mas facil de entender: city / town, cite / ville.
Politeia - El conjunto de leyes y de instituciones [nomoi: tradiciones, costumbres usos...) que componen el sistema politico de una ciudad, incluido tambien el derecho de esa ciudad (Mosse). «Politeia es un concepto griego intraducible [...]. Es la forma de vida particular de cada polis, que incluye sus leyes, sus instituciones, sus normas de comportamiento civico, sus tradiciones religiosas y las relaciones entre los miembros de la comu-nidad», y solo Aristoteles empezo a dar un sentido proximo al de constitution (L. Sancho 2009: 91).
Prytaneion - Prytaneion - El pritaneo era un edificio oficial de la Atenas arcaica, situado al Este de la Acropolis. Alii ardia
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permanentemente el fuego del hogar sagrado y eran convidados a cenar los invitados de Estado, en compaňía de los archontes, los vencedores atenienses en los juegos olimpicos, los descendientes de Harmodio y Aristogitón y otros ciudadanos de especial valia (Hansen).
«Pritaneo» era también el lugar de reunion de los 50 bou-leutas (miembros del Consejo) en pritanía, elegidos para unos treinta y seis o treinta y siete días al aňo, de entre todo el Consejo (Ruiz 111, nota 14).
Sorteo: «La democracia ateniense confiaba a ciudadanos seleccionados por sorteo la mayor parte de las funciones no desarrolladas por la asamblea popular {ekklesid). Ese princi-pio se aplicaba sobre todo a las magistraturas (archaí). De los aproximadamente 700 cargos de magistrados que formaban la administration ateniense, unos 600 eran cubiertos por sorteo. Las magistraturas asignadas por sorteo [kléros) eran habitual-mente colegiadas. El mandato en el cargo era de un aňo. No se permitía que los ciudadanos ocupasen una magistratura más de una vez, y, aunque podían ser nombrados para una serie de magistraturas diferentes a lo largo de su vida, el calendario para rendir cuentas (no se podia acceder a un nuevo cargo sin haber rendido cuentas del anterior) suponía que, en la practica, ninguna persona podia ejercer de magistrado por dos aňos con-secutivos. Todos los ciudadanos con treinta aňos cumplidos (unas 20.000 personas en el siglo IV) y que no estuviesen bajo la pena de atimia (privación de los derechos civiles) podían acceder a una magistratura. Aquellos cuyos nombres habían sido extraídos por sorteo debían someterse a una investigación (dokimasia) antes de poder ocupar el cargo. En la prueba se
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examinaba si estaban legalmente cualificados para ser magistra-dos; y también se comprobaba que el comportamiento con sus padres había sido satisfactorio, si habian pagado sus impues-tos y si habian realizado el servicio militar. La prueba tenia igualmente aspectos politicos: un individuo conocido por sus simpatías oligárquicas podia ser rechazado. [...] Sin embargo, y esto merece particular atención, sólo eran introducidos en la máquina de la lotéria, los kleroteria, los nombres de los que deseaban ser tenidos en cuenta. El sorteo no se efectuaba entre todos los ciudadanos de treinta aňos o más, sino solamente entre los que se habian ofrecido como candidatos» (Manin 1997: 11-12; trad. edic. espaňola). Los sofisticados kíeroteria han sido estudiados por Liliane Lopez Rabatel (2011).
Stasiásai - forma verbal derivada del sustantivo stasis: con-flicto civil. El término significa en principio «postura» de unos individuos en un debate politico, es decir, posicionamiento, fac-ción. En laspóleis o ciudades-estado, lastásis o «discordia civil» enfrentaban a las facciones oligárquicas y a los pobres contra los ricos. En el peor de los casos, la stásis comportaba el derrama-miento de sangre (asi, Corcira durante la guerra del Peloponeso, caso ejemplar para Tucídides, o Atenas en 404-403); uno de los principales objetivos de las ciudades era mantenerla dentro de los límites de la no violencia (Pomeroy-Burnstein-Donlan-Roberts), cf. Loraux (2008); se contrapone a homónoia, «con-cordia»: véase L. Sancho, «Stdsis y homonoia» (2009: 11-84). La definición de Pomeroy-Burnstein-Donlan-Roberts necesita ser matizada: en los enfrentamientos y faccionalismo hay que contar los partidarios del démos, no necesariamente pobres o miembros de las clases populäres urbanas o rurales.
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Tribute» (phoros) - Se refiere a un tribute* que debían pagar los miembros de la Liga de Delos que no quisieran aportar trirre-mes. La tasa parece haberse fijado en un talento por trirreme. En la época de Pericles (aprox. 444-404 a. n. e.), solo třes ciudades habían renunciado a enviar trirremes y preferían pagar el tributo.
Liga de Delos: confederacies de ciudades bajo el liderazgo de Atenas -considerada la ciudad victoriosa en las Guerras Médicas. Se creó en 478/7 como como defensa militar contra el rey de Persia, y de hecho se transformó en un poderoso imperio marítimo con metropolis en Atenas. Fue disuelta en el 404 tras la derrota en la guerra del Peloponeso. (La denominación «liga de Delos» es moderna; ellos hablaban de Atenas y sus aliados.)
Trirreme (la o el) - Buque de guerra típico de los griegos (triérés). Era impulsada por třes filas superpuestas de remeros y alcanzaba velocidades de hasta nueve nudos (= aprox. unos 18 km/h). Tenia un espolón de bronce en la proa con el que se embestía las naves enemigas para intentar hundirlas o inutilizar-las (una reereación moderna notable de este tipo de guerra se eneuentra en una escena de la película Ben-Hur (1959), aunque sean barcos romanos y se trate de Hollywood). Su tripulación estaba formada por 200 hombres, 170 de los cuales eran remeros especializados en este tipo de maniobras. Durante todo el siglo V, la flota ateniense domino la guerra en el mar (Pomeroy-Burnstein-Donlan-Roberts, Hansen).
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Mapa cronológico
Política
Cul
tura
508
Reforma institucional de Clístenes (570-507)
Guerras Médicas (499-449) 480-479 Batallas: Termópilas, Artemisio, Salamina, Platea, Mícale
Esquilo
Los persas (472)
477 463 461
460-445 454
Fundación de la Liga de Delos Los siete contra Tebas (467) Rebelión hilota en Mesenia        Las suplicantes (463)
Reforma de Efialtes
«Primera» guerra del Peloponeso
Transferencia a Atenas de los fondos de la Liga de Delos
458 Esquilo Orestíada
451
Ley limitando la ciudadanía en Heródoto trabaja en sus Atenas Historias
447-432 Construcción del Partenón
431 -404        Guerra del Peloponeso
(fase 1) Guerra arquidámica (431-421)
Mueren Fidias y Empédocles
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431 430 429 428 427 426
425
424
423 422
421 420 419
418 417 416
415
414
Primera invasion del Ática Epidémia en Arenas Muerte de Pericles Revueita de Mirilene Fin de la epidémia
Quinta invasion del Ática Espectacular victoria ateniense en Pilos y Esfacteria Esparta: matanza de 2.000 hilotas
Expedition por tierra de Brásidas hasta la Calcidica Tucidides (el historiador) fracasa en la defensa de Anfípolis
Negociaciones de paz Batalla de Anfípolis. Mueren Brásidas y Cleón Paz de Nicias
Ostracismo de Hipérbolo Conquista de Melos
Mutilation de los hermes Expedition a Sicília Alcibíades huye a Esparta
Euripides Medea Euripides Heráclidas Sófocles Edipo Rey Heródoto Historias Gorgias visita Atenas Cleón acusa a Aristófanes por Babilonios (perdida) Aristófanes Acarnienses
Muere Heródoto Eurídipes Hécuba Aristófanes Caballeros
Aristófanes Nubes Aristófanes Avispas
Aristófanes Paz
Policleto
Iseo
Antifonte Euripides Ion
Agatón el trágico - la celebración del triunfo escenario del Banquete de Platón
Euripides Troyanas Sófocles Electra
Aristófanes Pájaros
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Ocupación espartana de
Decelia (fortaleza a 22 km de Atenas) por consejo de Alcibíades. Guerra decélica o jónica (413-404) Derrota total ateniense en Sicília
Alcibíades huye de Esparta a la corte persa
Golpe de estado oligárquico       Aristófanes Lisístrata en Atenas, Consejo de los 400. Tesmoforias Régimen de los 5000 Ejecución de Antifonte
Reinstallation de Alcibíades como general
Batalla de Cícico. Restauración de la democracia
Sóŕocles Filoctetes
Atenas recupera Bizancio
Alcibiades en Atenas
Alcibiades depuesto tras la
derrota en Notio
Batalla de Arginusas y condena
a muerte de seis de los ocho
generales
Derrota total ateniense en Egospotamos (el general espartano Lisandro ordena la ejecucion de tres mil prisioneros)
Muere Euripides en Macedonia
Muere Sóŕocles
Bloqueo de Atenas
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Fin de la guerra del Peloponeso. Guarnicion espartana en Atenas y derribo de los Muros Largos. Regimen de terror de los Treinta Tiranos (entre ellos, el extremists Critias) Trasibulo toma el Pireo. Batalla de Muniquia (donde muere Critias). Restauracion de la democracia y amnistia general en Atenas Juicio y ejecucion de Socrates
Confiscacion de bienes de Lisias y asesinato de su hermano
399-347 Escritos socraticos. Dialogos de Platon.
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José Luis Bellón Aguilera es licenciado en clásicas e hispánicas por la Universidad de Granada y doccor por la Universidad de Birmingham. Ac-tualmente es profesor titular de literatúra espaňola y teória de la literatúra en el Departamento de Románicas de la Universidad Masaryk de Brno. Sus campos de investigación incluyen la teória, crítica y sociológia de la literatúra espaňola y del hispanismo literario. Es miembro del Proyecto de I + D: «La recepción de la filosofía grecorromana en la fllosofía y las ciencias humanas en Francia y Espaňa desde 1980 hasta la actualidad». Es autor de las monografías La mirada pijoapartesca (Lecturas de Marse), Ostrava, 2009 y Miguel Espinosa, el autor emboseado, Granada, 2012, asi como de un numero considerable de artículos en revistas especializadas y de otras publicaciones.
La democracia ateniense (c. 508-322 a. n. e.) se parece a las modernas democracias representativas liberales apenas en el nombre, porque en Atenas no habia partidos politicos, ni elecciones cada cuatro ahos. La ateniense fue un sistema de democracia directa, asamblearia, en la que se usaba la selecciön por sorteo de miembros de tribuna-les y cargos püblicos, salvo los puestos especializados. El presente trabajo es bäsicamente un amplio estudio y traducciön de un breve texto sobre la democracia directa ateniense, escrito en el momento de su apogeo alrededor del 415. La obrita, conservada casi por casualidad, tiene un doble interes: primero, como relato Ueno de malentendi-dos y de pistas falsas de un enemigo tan indignado como inadvertidamente asombrado por la democracia directa. Segundo, y mäs importante, por constituir una pieza ünica, documental por su viveza y por el materialismo de sus anälisis, de la formacion social ateniense en un momento sincrönico de su historia.
<;Por que despues de mäs de 2.500 ahos sigue la Atenas del poder del demos interpelando a todos aquellos que se inquietan por la realidad politica y econömica que les ha tocado vivir? Las päginas que forman este trabajo solo pretenden llenar una parte de la respuesta.
efialtes
9788496875852