El deber de la asignatura Léxico IV Cartas de exilio Mi maletín, mi vida En esta carta una mujer escribe sobre sus memorías de aquellos días, como abandonó su casa, a se fue hacia Francia, pasando por los Pirineos. En Francia pasó unos aos, tratando de continuar el viaje hacia norte, sin embargo, por culpa de Segunda Guerra Mundial ésto fue imposible y ella tuvo que volver a Espaa. Su hermano se fue a México, donde murió. Todas las historias de la gente que tuvo que marcharse son muy parecidas, aunque fueron distintas personas con distintas vidas, su misería y sus sentimientos eran igual. He leído un libro con esta temática, Los Rojos del Ultramar de Jordi Soler, un libro en forma de autobiografía, donde el autor desribe la historia de su familia, sobre todo de su abuelo, que también pasó la frontera, se quedó en Francia unos meses, sobre todo en los campos de concentración, y después gracias a la ayuda del embajador de México huyó allí. Nunca dejó de pensar de volver a su patria, y planteó con otros amigos un asesinato a Franco. Pero esto ya es otra historia. No sé qué historia de mi propia familia escribir, nadie de mis parientes se fue a exilio durante la época del comunismo en mi país. Mi abuelo era comunista, en la jerarquía comunista bastante importante. Él es una de las personas que hasta hoy creen que el comunismo es una solución buena para la gente, totalmente negando los hechos históricos. Puede parecer raro, hoy cuando cada uno puede leer de los acontecimientos, de las crueldades, de falta de libertad, que alguién no abandonara esta fe comunista. Bueno, puedo imaginarme qué difícil es negar casi toda su vida, admitir que fui parte de algo monstruoso, como es el caso de mi abuelo. Pero cuando habla bien de comunismo alguién joven, es muy triste. Como escribe otra mujer al fin de su carta sobre exilio: El país que olvida su historia está condenado a repetirla. Ojalá no sea caso de mi país. Excelente. La historia de tu abuelo es tan válida como la de una víctima (para este trabajo).