Dramática
Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 31
MONOGAMIA
Marco
Antonio de la Parra
El texto se corresponde con la versión estrenada en
el Teatro CELCIT en julio de 2000, dirigida por Carlos Ianni
FELIPE y JUAN. Hermanos. Edad media de la vida.
El club.
Mesa pequeña, sillas de diseño, ruido de fondo.
JUAN:
Llegás tarde, como siempre.
FELIPE:
No es tan tarde...
JUAN:
Media hora...
FELIPE:
Menos... veinte minutos.
JUAN:
Tarde, Felipe, como siempre.
FELIPE:
A veces no tiene importancia...
JUAN:
Cuando tenés que encontrarte con tu hermano, por ejemplo... Yo nunca llego
tarde a ningún lado.
FELIPE:
Y yo siempre.
JUAN:
¿Por qué?
FELIPE:
¿Por qué, qué?
JUAN:
¿Por qué siempre llegás tarde?
FELIPE:
¿Y vos por qué nunca llegas tarde?
JUAN:
Porque soy puntual...
FELIPE:
Yo nunca fui puntual... ¿Por qué iba a serlo ahora?
JUAN:
Porque te ibas a encontrar conmigo.
FELIPE:
Siempre llego tarde... sabés que siempre llego tarde.
JUAN:
Sí, cómo no lo voy a saber.
FELIPE:
¿Y si sabés que voy a llegar tarde por qué llegás a horario?
JUAN:
Yo también llegué tarde.
FELIPE:
¿Entonces?
JUAN:
Siempre me ganás, siempre. Llegaste después.
FELIPE: No quise. Tuve
problemas. Me encontré con un amigo.
JUAN: No nos vemos casi nunca.
Soy tu hermano. E igual llegás tarde.
FELIPE: Soy igual con todo el
mundo... vos sabés... además, me costó
encontrar el lugar.
JUAN: Es exclusivo. Quería que
te costara encontrarlo.
FELIPE: No sé por qué
protestás, entonces. Vos llegaste tarde, yo llegué tarde. Me citaste en un
lugar difícil...
JUAN: Pero igual me ganás. ¿Te
das cuenta? Sabía que ibas a llegar tarde, entonces vine tarde también. Dije,
Felipe va a tener que esperarme por primera vez en su vida y ... llegás más tarde que yo.
FELIPE: No se trata de ganarte, Juanito... Qué
obsesión.
JUAN: Juan.
FELIPE: Bueno, Juan. Llegué a la hora que pude. Y
vos no pudiste ser más impuntual.
JUAN: ¿Qué insinúas?
FELIPE: Que quisiste pero no
podés... No te sale.
JUAN: ¿Y eso qué quiere decir?
FELIPE: Nada. Sos como sos y
no veo por qué tenés que ser como yo.
JUAN:
¿Vos nunca querés ser como yo?
FELIPE:
A veces. ¿Qué te pasa?
JUAN: ¿Te gusta este lugar?
¿Te sorprende? ¿Conseguí sorprenderte?
FELIPE: ¿Qué te pasa, Juan? Tenés una cara...
JUAN: Tengo la misma cara de siempre. Decime una
cosa: ¿Esperarías de mí que llegara tarde?
FELIPE: No.
JUAN: ¿Y te gustaría alguna vez ser puntual, llegar
a horario?
FELIPE: Sí, me gustaría.
JUAN: Hoy quise ser impuntual.... y no pude.
¿Trataste de ser puntual? ¿Trataste?
FELIPE: ¡Siempre trato! Lo que
pasa es que no...
JUAN:
Mentira. Te gusta.
FELIPE:
No es que me guste...
JUAN:
Ser impuntual es una desconsideración.
JUAN: Al fin entendiste. Sos un desconsiderado.
FELIPE:
Y vos no.
JUAN:
No. Tomo en cuenta al otro, lo considero.
FELIPE:
Entonces... ¿por qué trataste de ser impuntual?
JUAN:
Para que te pusieras en mi lugar.
FELIPE:
¿Yo? ¿En mi lugar?
JUAN.
No, en mi lugar.
FELIPE:
Ah, ponerme yo en tu lugar.
JUAN:
Sí, necesito que te pongas en mi lugar.
FELIPE:
¿Para qué?
JUAN: ¿Tengo que darte explicaciones? Necesito que
te pongas en mi lugar y listo... Necesito que me oigas y te pongas en mi lugar.
FELIPE: Por eso querías llegar más tarde...
JUAN: Sí, para que sintieras lo que se siente
cuando se espera.
FELIPE: Sé lo que se siente... ¿Cómo no lo voy a
saber?
JUAN: Y si lo sabés, ¿por qué me hacés esperar? Me
hiciste esperar toda la vida...
FELIPE: ¿A qué estamos
jugando? ¿A quién dice la última palabra, como cuando éramos chicos?
JUAN: A hablar... Necesito hablar... Y la única
persona con la que puedo hablar sos vos...
FELIPE: ¿Y eso qué tiene que ver con la hora a la
que llego? Estamos perdiendo el tiempo... ¿Dónde estamos? Me costó un Perú llegar...
Estás rarísimo, Juanito.
JUAN: Juan... Juan... Me llamo Juan....
Tengo tu mismo tamaño... No estamos en la pieza... ¿podés dejar de comportarte
de ese modo infantil?
FELIPE:
No hablo más mientras no me expliques qué es esto...
JUAN:
Un lugar exclusivo
FELIPE:
¿Y?
JUAN: Para hablar en privado... cosas privadas. Por
ejemplo, cómo estás... cómo te sentís...
FELIPE:
¿Yo?
JUAN:
Sí, vos, ¿cómo estás?
FELIPE:
Bien... supongo que bien.
JUAN:
¿Problemas?
FELIPE:
¿Yo?
JUAN:
Sí. ¿Tenés problemas?
FELIPE:
¿Problemas? ¿De qué tipo?
JUAN:
¿De salud? ¿De dinero? ¿De pareja?
FELIPE:
¿Me vas a tirar las cartas?
JUAN: No creo en esas taradeces. ¿Qué te pasa?
Contestame directamente: ¿Cómo estás? ¿Problemas?
FELIPE: Bueno, más o menos, como todo el mundo...
¿Qué hacemos acá? ¿Me podés decir?
JUAN:
¿No lo conocías?
FELIPE:
No. ¿Qué es?
JUAN:
Te sentís raro, como pollo en collar ajeno. No es tu mundo.
FELIPE:
¿Esto también es para que me ponga en tu lugar?
FELIPE: Cómo te gustan esas cosas a vos, los
clubes... Siempre quisiste ser socio de alguno...
JUAN: Un club privado... ¿Te preguntaron el nombre
al entrar? ¿Tuviste que decir que venías a verme? ¿Eh? Dar mi nombre en la
entrada...
FELIPE. No... Me encontré con un compañero... un
conocido del gimnasio y pasé... ¿Había que mostrar algo?
JUAN: ¿Me querés decir que te dejaron pasar así
nomás?
FELIPE: ¿También era para que me pusiera en tu
lugar?
JUAN: Contestá lo que te pregunto, Felipe, sé serio
y adulto alguna vez... ¿Te dejaron pasar así nomás?
FELIPE: Entré con un amigo... Por eso me atrasé...
Fue un lío estacionar, llegar... Y lo vi en la puerta... Me empezó a hablar...
JUAN: Y me dejaste esperando...
FELIPE: Vos también llegaste tarde...
JUAN: Eso no importa... Vos creías que te estaba
esperando... Creías que había llegado, como siempre, a la hora.
JUAN:
Desconsideración.
FELIPE:
¿Por qué me citaste acá? No encontraba esta cosa...
JUAN:
Club... No es cosa, es club...
FELIPE:
¿Qué tanto remilgo? Juanito... nos vemos tarde, mal y nunca y...
JUAN: Juan, Juan... ¿Tiene algo malo mi
nombre? ¿Te digo Felipito yo? ¿Alguna vez te dije Felipito?
FELIPE: Pipe me decías... Cuando vivíamos con mamá
me decías Pipe... Y ya éramos grandes...
JUAN: Mejor que Felipito...
FELIPE: Me rindo... ¿Acá se puede pedir algo? ¿Qué
se hace?
JUAN: Es exclusivo. Eso es lo importante.
FELIPE:
¿O sea que si no me encuentro con Fernando no entro?
JUAN:
Obvio.
FELIPE:
Y si vos no habías llegado....
JUAN:
Quería hacerte esperar, pero a mí no me salen esas cosas.
FELIPE:
Y yo me habría sentido en tu lugar.
JUAN:
Algo así.
FELIPE:
Me llamaste para que me pusiera en tu lugar.
JUAN:
... pero ya veo que no resulta... Igual soy puntual.
FELIPE:
¿Vamos a hablar todo el tiempo de mi impuntualidad?
JUAN:
No, de mi puntualidad. No sos el ombligo del mundo, Pipe.
FELIPE: ¡Cómo vas a conseguir
ser impuntual! Siempre estás acelerado, Juanito...
FELIPE: Bueno, Juan... ¿Qué te pasa? ¿Por
qué estás tan inquieto?
JUAN: No estoy inquieto.
FELIPE: Querés hacerme esperar. No podés hacerme
esperar. Querés que me ponga en tu lugar... Que te pongas en mi lugar... Típico
tuyo, Juan. Estás con los cables pelados.
JUAN:
Soy puntual, que es bien distinto.
FELIPE:
Puntual. Siempre me costó ser puntual... ¡Henry!
JUAN:
¿Quién es?
FELIPE:
¿Cómo que quién es?
JUAN:
¿Amigo tuyo?
FELIPE:
Cliente...
JUAN:
Claro, sería raro que tuvieras amigos acá...
FELIPE: A ver... ¿qué onda es
ésta? Hermanito... me llamás... vengo... ¿qué pasa?
JUAN:
Llegás tarde... Me hacés esperar...
FELIPE:
¿Vine o no vine? Me rogaste que viniera y vine...
JUAN:
No te rogué... te pedí.
FELIPE:
Lo que sea... ¿En qué onda estás?
JUAN: Onda hermano. De buenos
hermanos. Una hermano que pide ayuda al otro.
FELIPE:
Bueno, supongo...
JUAN:
Nunca antes te pedí ayuda.
FELIPE:
Cierto.
JUAN:
Pero cuando tuviste problemas te ayudé.
FELIPE:
Sí.
JUAN:
Pero no sos capaz de ser puntual...
FELIPE: ¡Otra vez, Juan! Soy un
desastre, siempre fui más tarambana que vos...
JUAN:
El artista de la familia, como decía el viejo...
FELIPE:
¿Vas a sacar el prontuario completo? Vos eras el traga...
JUAN:
El imbécil.
FELIPE:
¡Juan!
JUAN: ¡Estoy tenso! ¿Puedo? ¿O acá el único que puede
estar tenso sos vos? ¿Sos el único con derecho a la impuntualidad, el
despelote, el desastre? ¿O es porque sos creativo, sensible, el artista?
FELIPE: Por supuesto.
JUAN: ¿Por supuesto qué? ¿Qué sos el especial?
FELIPE: No. Que podés estar tenso. Todos tenemos
derecho a estar tensos o preocupados.
JUAN: ¿Te dije algo cuando estuviste tenso? ¿Te
dije algo cuando necesitaste que te bancara? ¿Te lo dije?
FELIPE.
No. Estuviste genial. Casi ni hablamos.
JUAN:
Un muy buen hermano.
FELIPE:
Sí, muy bueno.
JUAN:
Me puse en tu lugar.
FELIPE:
¿En serio? ¿Te pusiste en mi lugar?
JUAN:
Me puse en tu lugar.
FELIPE: ¿Vos? ¿Podías imaginarte lo que se siente
al separarse, enamorarse, equivocarse?
JUAN:
Y endeudarse hasta la camisa, también.
FELIPE:
Nunca te pasaron esas cosas...
JUAN:
De eso quiero hablarte.
FELIPE:
¡Harold!
FELIPE:
Disculpá, es el gerente de una cuenta muy importante.
JUAN.
Ah, creí que era uno de tus poetas.
FELIPE:
Boludo, los poetas no son tan estirados.
JUAN:
¿Qué dijiste?
FELIPE:
Que no creo que encuentre poetas acá.
JUAN:
Me dijiste boludo.
FELIPE: Pero, mirá que sos boludo, eh? Te dije
boludo como le digo a mis amigos... Vos recién dijiste...
JUAN: ¿A tus amigos los tratas de boludos?
JUAN:
Y te ganás la vida escribiendo... Boludo.
FELIPE:¿Qué
te pasa? ¿Te estás falopeando?
JUAN:
¿Falo qué?
FELIPE: Estás super acelerado. No es por meterme en
tu vida pero...
JUAN: Yo no me falopeo. No me falopeé nunca, Pipe.
FELIPE: Por eso te digo. Es raro verte tan
acelerado. ¿Qué te pasa?
JUAN: Te llamé porque necesito hablarte y en
privado...
FELIPE:
¡Roberto Berríos!
JUAN:
¿No podés dejar de saludar a todo el mundo?
FELIPE:
Son clientes. Vos mismo me enseñaste...
JUAN:
Esta no es una reunión de trabajo. Soy tu hermano.
FELIPE:
OK. Me relajo. Perdoname.
JUAN: Nunca escuchás, no hay manera de centrarte.
FELIPE:
Es cierto... ¡Aladino Assadi!
JUAN:
¡Pipe! ¿Te ponés o no en mi lugar?
FELIPE: Perdoná... pero, decime: ¿qué hago si me
traés a un lugar donde me encuentro con todo el mundo?
JUAN: Te concentrás, cualquier cosa, un rato.
FELIPE: ¿Este no es un lugar gay, no?
JUAN: No, es un club. De elite. Por eso te
encontrás con gente importante.
FELIPE:
¿Sos socio?
JUAN:
Sí.
FELIPE: Impresionante. Raro el diseño no más. Un
poco rebuscado...
JUAN:
Nada mío te parece bien.
FELIPE:
No digo eso, digo que el lugar está bien pero muy, muy...
JUAN:
Elegante.
FELIPE:
Un poquito cursi.
JUAN:
¿Me vas a escuchar?
FELIPE:
Soy todo oídos. Huy...
JUAN:
¿Huy qué?
FELIPE:
Esa mina...
JUAN:
¿Qué mina?
FELIPE:
La camarera...
JUAN:
Te estoy hablando, Felipe.
FELIPE:
Cierro los ojos. Me pongo lentes oscuros. Ya está.
JUAN:
No te hagas el payaso.
FELIPE:
Me pongo serio.
JUAN:
¡No te rías!
FELIPE:
Perdoná, pero... me da parece divertido.
JUAN:
¿Qué?
FELIPE:
Nada, todo tan elegante.
JUAN: Es el progreso del país... Es un club
privado... De empresarios, Pipe. ¿Podemos hablar?
FELIPE: ¿Qué es esto?
JUAN: Una corbata, ponétela.
FELIPE: ¿Me la tengo que poner?
JUAN. No quiero que llames la atención.
FELIPE: Ahora sí que no me reconoce nadie...
JUAN: ¡Felipe! Necesito tu consejo y tu
opinión. Por favor, sé serio alguna vez. Te hablo como hermano.
FELIPE:
OK. La paz sea contigo.
JUAN:
¿Ahora te vas a burlar de mis creencias?
FELIPE:
Es una broma, boludo histérico. Estás como la mierda....
JUAN: Te lo dije. Estoy muy
mal. De eso quiero hablarte... ¿recién te das cuenta? Ando en problemas.
Verdaderos problemas.
FELIPE:
Perdón. No quise tomarte a la ligera.
JUAN: No
podés ponerte en mi lugar. Eso es lo que pasa.
FELIPE:
Perdón. Hablemos de lo que quieras.
JUAN: ¿Vos? Venís bien, ¿no? ¿Carla? ¿Tus hijos?
Nunca más líos con Daniela...
FELIPE: No, nunca más. Gracias.
JUAN: Nunca te pedí ayuda,
Felipe. Yo...
FELIPE:
Lo sé. Suerte la tuya. Me alegro. ¿Hablamos?
JUAN:
¿De qué?
FELIPE:
Vos me llamaste.
JUAN:
Sí, te llamé. Exactamente.
FELIPE:
¿Tenés... problemas?
JUAN:
Que te llame no te permite sentirte superior ¿Eh?
FELIPE: No me siento superior,
Juan. Hablemos. Bueno, mirá si es... No, no dije nada. Juan... ¿Tenés problemas
con el laburo?
JUAN: ¿El laburo? Mejor que
nunca. ¿Te conté del otro día? En el banco, me vieron y no me creyeron. No
tengo deudas ni hipotecas. Patrimonio solvente. No tengo créditos. Cero con la
tarjeta. American... y de Platino. Pero cero, limpia. ¡Creyeron que era un
narcotraficante!
FELIPE:
Antes no fumabas...
JUAN:
No, juego con el cigarro, nada más. Me cuido. ¿Qué tal el tenis?
FELIPE:
¿Qué te pasa, Juan?
JUAN:
¿Por qué?
FELIPE:
Nunca jugué al tenis.
JUAN: Daniela jugaba. Se casó
de nuevo... La vi en una revista...
FELIPE: Eso no es ninguna
novedad.... ¿Qué te pasa, Juan?
JUAN: Felipe, quiero hablarte en
serio, bien en serio, yo... no, no sé si podés ponerte en mi lugar.
FELIPE:
Soy tu hermano.
JUAN:
¿Y? Desconsiderado, impuntual...
FELIPE:
¿Qué es lo que te atormenta..? Por favor.
JUAN:
Escuchame, Felipe.... No se lo digas a nadie... ¿Lo prometés?
FELIPE:
Lo prometo... ¿Qué pasa?
JUAN: Escuchame bien... muy
bien. Felipe... yo nunca engañé a mi mujer...
PAUSA.
FELIPE.
¿Con quién te metiste?
JUAN:
Te digo que nunca engañé a mi mujer.
FELIPE: Si alguien dice nunca
hice esto es porque ya lo hizo o está a punto de hacerlo. Lo que no se hace no
se dice. Cuando alguien pregunta ¿me querés? no necesita que le contesten. Y si
necesitás que te contesten mejor no hagas la pregunta.
JUAN:
Ya estás dictando cátedra.
FELIPE:
No.
JUAN:
Te pusiste a dictar cátedra. ¿Qué dije mal? ¿Te corrijo yo?
FELIPE: Mirá como me
tenés... hasta con corbata...
JUAN: ¿Qué querés decir? ¿Qué
es eso de lo que no se hace no se dice?
FELIPE: Hermanito, estás todo
transpirado, me tenés loco con el cigarro... Te pregunto que te pasa y me decís
que nunca engañaste a tu mujer. ¿Se puede saber de qué estamos hablando?
JUAN: Me costó mucho llamarte,
Felipe, no lo hagas más difícil.
FELIPE:
Es que no entiendo.
JUAN:
¿No?
FELIPE: No, entiendo que me
llamás y querés pedirme algo y no sé qué es.
FELIPE: Juan...
JUAN: No me gusta que me
tengas lástima. Siempre fuiste el que no tuvo problema con las mujeres, el
macho de América, te metiste con cuanta mina conocimos. No tenés derecho a
censurarme.
FELIPE: No te estoy censurando.
JUAN: Antes era más corto de
genio... más tímido... tenía mejores calificaciones además... que conste que
siendo menor terminé la carrera antes que vos...
FELIPE:
Juanito... ¿Qué pasa? ¿Se pelearon?
JUAN:
¿Quienes?
FELIPE:
Vos y tu mujer.
JUAN: No, Elisa está super
bien. No tuvo más problemas. Está muy bien. ¿Supiste que estuvo enferma, no?
FELIPE:
Claro, sí estuvimos en la Clínica...
JUAN: Yo
estaba trabajando… Por eso no estaba...
FELIPE: Pero
en el verano se veía estupenda...
JUAN: Se conserva estupenda…
FELIPE:
¿Y?
JUAN:
¿Y qué?
FELIPE:
¿Vas a encender el cigarro o no?
JUAN: ¿Cómo se te ocurre? Hace
pésimo. ¿O querés que se me echen a perder los bronquios?... ¿Eh?... Tus amigos
fuman mucho... Y chupan...
FELIPE: No sé, no les llevo la cuenta...
JUAN: Yo me cuido... ¿Qué edad
me das? Decime, Felipe, francamente, cuántos años...
FELIPE: Bueno, si tengo...
JUAN: No, no, así no.
Imagínate que no sos mi hermano. Me ves y decís... ¿Qué? ¿Un cuarentón, un
cincuentón, de treinta y pico? ¿Qué?
FELIPE:
¿Seguro que no es un lugar gay?
JUAN:
¡Felipe! Mírame y decime. Si no me conocieras...
FELIPE:
Le preguntamos a la señorita...
JUAN:
Te pregunto a vos...
FELIPE:
Diría... Que los llevás muy bien...
JUAN: No evadas mis preguntas.
No te hagas el diplomático. Sé honesto. Decime qué pensás...
FELIPE:
¿Te enamoraste de una mujer más joven?
JUAN:
¡Yo nunca engañé a mi mujer!
FELIPE:
Te enganchaste con una pendeja.
JUAN:
Yo no... (SOLLOZA). No me mires así...
FELIPE: Juanito, qué complicado...
FELIPE: Igual es complicado.
JUAN ROMPE A
LLORAR.
JUAN:
Mierda, es que es tan dulce...
FELIPE:
Te descubrió Elisa...
JUAN: ¿No te dije que nunca
engañé a mi mujer? No debería haberte llamado. Pensé... como a vos te pasaron
estas cosas...
FELIPE: ¿Qué?
JUAN: Enamorarse, separarse,
volverse a juntar, volverse a casar... Yo tuve un matrimonio sólido de
veintitrés años, sin la menor alteración, sin un roce, sin una diferencia, con
absoluto respeto... He sido absolutamente monógamo...
JUAN:
Vos no.
FELIPE:
Me llamaste para decirme que no fui monógamo...
JUAN:
No.
FELIPE:
Desconsiderado, impuntual y además infiel...
JUAN:
¿Me escuchás? ¿Hablamos de vos o de mí?
FELIPE:
¿Cuál es el problema? ¿Conociste a alguien?
JUAN:
Felipe, esto te va a parecer banal. Claro, a vos te daba lo mismo...
FELIPE:
¿Hablamos de mí o de vos?
JUAN: Felipe, yo nunca engañé
a mi mujer. Nunca me sentí atraído por otra mujer. Nunca falté a mis
principios.
FELIPE: ¿Te vas a presentar para presidente?
JUAN: Siempre riéndote de tu
hermano menor. Siempre. Lo que pasa no puedo contárselo a cualquiera. No
aguanto más. Tengo que tomar una decisión. Hoy mismo. No duermo. No puedo vivir
así. No sé qué hacer...
FELIPE: Yo tampoco. Mientras no me expliques...
JUAN: ¿A quién se lo cuento? ¿A quién? Mis amigos
son todos monógamos.
JUAN: Tenemos un grupo de
reflexión de parejas. Vos sabes... Nadie, nunca, le ha fallado a nadie.
FELIPE: Bueno, me alegro... si
lo pasaron bien. Yo no me hubiera separado de Daniela...
JUAN: O sea... me vas a decir que no estás
enamorado de Carla...
FELIPE: Super enamorado. Estamos mejor que nunca.
JUAN: Pero de repente.... una
secretaria... una promotora... una alumna... una actriz joven...
FELIPE:
Hay algunas... preciosas...
JUAN:
¿Y? ¿No te dan ganas?
FELIPE:
¿De qué?
JUAN:
No sé, son preciosas, seductoras.... (SOLLOZA)
Son taaan lindaaass...
FELIPE:
¿Quiénes?
JUAN:
No puedo decirte.
FELIPE:
¿Está... embarazada?
JUAN: ¿Cómo se te ocurre? No
pasó nada. No es lo que te imaginás. No es una calentura ni un ataque de
juventud en medio de la crisis de los cuarenta o de los cincuenta... A
propósito... no contestaste mi pregunta.
FELIPE:
¿Cuál?
JUAN:
¿Me veo atractivo? ¿Parezco un viejo verde?
FELIPE:
¿Querés que yo te lo diga?
JUAN: Quiero que seas claro y
preciso. ¿Me veo bien conservado, juvenil, decrépito, patético, vigoroso?
¿Qué? Decime una, una sola.
FELIPE:
Te ves bien. Para ser monógamo...
JUAN:
¿Qué querés decir?
FELIPE:
Es un chiste.
JUAN: ¿Querés decir qué? Que
los monógamos nos vemos ridículos. Que la falta de actividad sexual nos
deteriora. Que se nos nota.
FELIPE: ¿Estás cogiendo poco con Elisa?
JUAN: No te llamé para hablar
de mi vida privada con Elisa. Además, a todos los matrimonios les pasa un
poco... Hay épocas... Ciclos.. Altos y bajos... ¿Vos? ¿Con Carla?
FELIPE: Bien...
JUAN: Claro, es más joven...
¿No cambió después del embarazo?
FELIPE:
Era su segundo hijo, Juan... ¿Qué querés saber?
JUAN:
¡Qué pasa con el amor en el matrimonio! ¡Eso!
FELIPE:
Pero... ¿no estás metido en un grupo de parejas?
JUAN:
Ese es el último lugar donde contaría lo que me pasa.
FELIPE:
Tenés un problema de pareja...
JUAN:
¡No! Me siento... me siento...
FELIPE:
¿Sí?
JUAN:
¿No te vas a reír de mí?
FELIPE:
No hemos hablado de nada muy divertido...
JUAN:
Siempre te reís de mí.
FELIPE:
No me río de vos.
JUAN:
De chicos, siempre te reías de mí. Te reíste de todas mis novias...
FELIPE:
Juan... a estas alturas....
JUAN:
Decime la verdad: ¿Te metiste con Nora?
FELIPE:
¿Nora?
JUAN:
Sabés perfectamente de quién estoy hablando.
FELIPE:
No tengo la menor idea.
JUAN: Lo tengo grabado. Hubo
muy pocas mujeres en mi vida y sé muy bien quién es quién.
FELIPE:
Digamos que yo me acuerdo más de unas que de otras...
JUAN:
Eso te pasa por no ser monógamo.
FELIPE:
Soy monógamo.
JUAN:
¿Y lo de Andrea?
FELIPE: Juan, hace cinco años
que vivo con Carla.... Tenemos un hijo... No me metí con nadie...
JUAN:
Eso quiero saber... ¿por qué no te metiste con nadie?
FELIPE:
¿Qué sé yo? Estoy más maduro... No tengo necesidad...
JUAN:
¿Y si Carla se metiera con otro?
FELIPE:
Sería problema mío, ¿no te parece?
JUAN:
Yo sé que te levantaste a Nora.
FELIPE:
Perdoná pero no me acuerdo.
JUAN: La mala memoria,
siempre... Si te he visto no me acuerdo... 1972, Miramar.
FELIPE: ¿1972? No me acuerdo
ni como me llamaba en esa época.
JUAN: Franeleaste como loco
con Nora, en la playa... y era mi novia.
FELIPE: ¿En Miramar?
Juanito... ¿Nora? ¡Nora! Era una novia de verano... Si se la debe haber
levantado todo el mundo.
JUAN:
Era mi primer novia seria.
FELIPE:
Me parece que muy seria no.
JUAN:
¿Qué?
FELIPE:
Ella... Vos sí... Además, está horrible.
JUAN: ¿Cómo lo sabes?
FELIPE: Tiene una negocio en
Flores con el marido. No lo pude creer cuando la vi.
JUAN: ¿Y? ¿Te preguntó por mí?
FELIPE: La muy pelotuda por el
único que preguntó fue por vos...
JUAN: ¿Ves? Fui una relación seria para ella.
FELIPE: Pero no se acordaba
cómo te llamabas. Me dijo... ¿Vos no tenías un hermano, no?
JUAN:
¿No se acordaba de mi nombre?
FELIPE:
Ni del mío.
JUAN: No puede haberse
olvidado de mi nombre... Le compré un brazalete de artesanía con mi nombre y
ella... me regaló un osito... La amé todo el año... La llamé antes del verano
siguiente... ¿te acordás? y se hizo negar...
FELIPE:
Papá estaba vivo.
JUAN:
Y estaban juntos con mamá.
FELIPE:
En la casa de Caballito.
JUAN:
Felipe ¿vos crees que papá le metió los cuernos a mamá?
FELIPE:
Mamá está bastante mayor. Dejemos los recuerdos en su sitio...
JUAN:
No, en serio, ¿le habrá metido los cuernos a mamá?
FELIPE:
¿Antes de lo de Lucía?
JUAN:
¿La conoció antes?
FELIPE:
No sé...
JUAN:
Saliste a él ¿no?
FELIPE: Juan, mucha gente le
mete los cuernos a mucha gente. A veces de buena, a veces de mala. A veces por tonterías,
a veces porque se enamoran de verdad. No tengo idea de la vida sexual del
viejo. Capaz que sí. Era pintón, llegaba tarde... ¿por qué no? Da lo mismo.
JUAN:
¿Cómo va a dar lo mismo?
FELIPE:
Ahora da lo mismo.
JUAN: No... vos viviste con
él... ¿Sí o no?
FELIPE:
Pero no lo andaba controlando...
JUAN:
¿Y mamá?
FELIPE:
Tuvo sus novios también.
JUAN:
Des-pués... Es muy distinto.
FELIPE:
Y a lo mejor antes... ¿Cómo saberlo? Era una mujer...
FELIPE:
Es. Yo la veo todos los fines de semana.
FELIPE: Paciencia la tuya....
Juan, no entiendo de qué estamos hablando.
JUAN: De principios.
Principios en los que siempre creí. Por ejemplo, la monogamia.
FELIPE: Hablás de la monogamia
como si fuera una religión, una especie de club.
JUAN: Es el respeto por tu pareja.
FELIPE: Totalmente de
acuerdo... Lo que quieras... La monogamia es magnífica... pero es muy
difícil... diría más, es casi antinatural.
JUAN: O sea, pensás que los monógamos son unos
ridículos.
FELIPE: No, exactamente lo
contrario. Son afortunados. Gente esforzada. Eligieron el camino más complicado
y si lo pasan bien, doble premio. Es una maravilla ver una pareja fiel y feliz
y activa y sin problemas.
JUAN:
¡Sabía que te ibas a burlar de mí!
FELIPE:
¿Juan?
JUAN:
Pensás que Elisa y yo somos pura fachada.
FELIPE: Estás loco, me
encantan. Invitan a almorzar a mamá... Hacen fiesta para Nochebuena… Elisa me
cae... bien.
JUAN:
No es cierto.
FELIPE:
Me cae bien... Yo no le caigo bien a ella.
JUAN:
La encontrás formal, chapada a la antigua...
FELIPE: Ella me encuentra
informal a mí... Pero no sé de qué te quejás... Tus hijos son estupendos...
Elisa se ve como de treinta...
JUAN:
No se quiere acostar conmigo.
FELIPE:
¿Cómo?
JUAN:
No se quiere acostar conmigo.
FELIPE:
¿Por qué?
JUAN: O sea, nos acostamos...
pero... mirá... al principio todo anduvo bien... no, miento, al principio todo
anduvo mal... me lo dijo después... creía que andábamos bien pero yo...
FELIPE:
¿Vos qué?
JUAN:
¿No te vas a reír de mí?
FELIPE:
No me estoy riendo de vos.
JUAN:
Pero te cogiste a Nora en Miramar.
FELIPE:
Era un adolescente, Juan. Todos éramos adolescentes.
JUAN: ¿Y eso qué? ¿Acaso es
una autorización para hacer lo que se te dé la gana?
FELIPE: Mirá, en la
adolescencia nadie está muy seguro de nada. Hace lo que puede. Cree que hace lo
que quiere pero hace lo que puede.
JUAN: ¿Y te metiste con Andrea de puro adolescente?
FELIPE: Juan, estaba casado.
Me confundí. Quería a Daniela. ¿Qué querés que haga? Pasó hace mucho....
JUAN: Ya no eras un adolescente.
¿O le vas a echar la culpa a la dictadura?
FELIPE: A lo mejor. Qué sé yo. Se murió el viejo...
no sé.
JUAN: Algunos maduramos...
FELIPE: No, no era un adolescente. Está bien. Me
porté como un adolescente. Seguramente todavía lo era... Creí que me enamoraba
de Andrea... y, bueno, ¿qué hago ahora con todo eso?
JUAN: ¿Carla te perdonó?
FELIPE: Juan, no estamos en el
colegio... ¿Qué es esto, un examen de conciencia? A Carla lo conocí después,
separada...
JUAN: Lo
conocías de antes... Había sido alumna de Daniela.
FELIPE:
¿Adónde querés llegar?
JUAN: Era
mucho más joven que vos.
FELIPE: ¿Y
qué querés que haga? Sigue siendo mucho más joven que yo...
JUAN:
¿Nunca... tuviste miedo de que te deje?
FELIPE: Juan, todos podemos ser
abandonados. Nadie puede tener propiedad sobre nadie.
JUAN: O sea, aprobás la infidelidad.
FELIPE:
Me cansé, Juanito. Estás rayado... Algo te pasó... No se ve un carajo... Lindo
tu club...
JUAN: Felipe, con la mano en
el corazón... ¿No tenés miedo de sentirte atraído por una muchacha joven...
primorosa... fresca... lozana...?
FELIPE:
Al fin. Estás hablando del Deseo...
JUAN:
No entiendo.
FELIPE: ¿De quién estás
hablando? ¿Quién te sacudió las hormonas? ¿Quién despertó tu deseo?
JUAN: No importa... O sí. No
son exactamente deseos... No sé, a lo mejor tengo... deseos... Me siento
ridículo. Leo novelas de amor, escucho heavy metal... Me regaló un poema... Le
mandé.... Felipe, no se lo cuentes a nadie... le mandé un ramo de flores...
Nunca hice nada... parecido.
FELIPE:
¿Nunca?
JUAN:
Nunca.
FELIPE LO ABRAZA.
JUAN:
Te estás riendo de mí.
FELIPE: No. Me enternecés.
Nunca creí que te pasaran esas cosas... Siempre tan cuadrado.
JUAN:
¿Qué?
FELIPE:
Que mandes flores, que escribas poemas...
JUAN:
¡Te estás burlando de mí!
FELIPE:
Juanito...
JUAN: Soy un profesional de
prestigio. Un adulto. Padre de familia...
FELIPE: Sé lo que sufrís... Lo
que sentís... Es una cagada... Enamorarse es una cagada...
JUAN: No
empieces a sermonearme.
FELIPE: Te
estás sermoneando solo.
JUAN: Soy
monógamo.
FELIPE: Contame: ¿Por qué
crees que Elisa no se encama con vos?
JUAN: Es problema mío. No
debería haberte llamado... Debería olvidarme de todo y chau...
FELIPE:
¿Qué tal te va con el matrimonio?
JUAN:
Muy bien.
FELIPE:
Pero recién me dijiste...
JUAN: La pasamos muy bien.
Somos una familia muy unida, viajamos a todas partes juntos. Nos llevamos
bárbaro... Olvídate de todo, Felipe... Saludos a Carla... No te dije nada...
¿OK? Vámonos..
FELIPE: Juan, la pareja no tiene nada que ver con
la familia...
JUAN: No trates de meterme tus
ideas en la cabeza. Soy un monógamo auténtico, no como vos.
FELIPE: Todos somos monógamos,
todos somos infieles. Alguna vez, de alguna manera...
JUAN:
No tengo ningún problema con Elisa.
FELIPE:
No cogés... Me lo acabás de decir.
JUAN:
¿Tenés que decirlo en voz alta?
FELIPE:
Te lo digo despacito... No cogés.
JUAN:
Poco.. ¿Y qué? ¿El matrimonio es puro sexo? ¿Eso me querés decir? ¿Que el amor
de dos personas solamente se prueba en la cama con el pene entrando en la
vagina?
FELIPE:
Ahora sos vos el que está hablando fuerte.
JUAN:
El amor no es puramente genital...
FELIPE:
Eso es lo que te dice ella.
JUAN:
¿Quién?
FELIPE: Te dice esas cosas cada vez que te acercás.
JUAN: ¿Cómo sabes? ¿Hablaste
con ella? ¿Estás metido con Elisa?
FELIPE: Dios me libre, Juan.
Todas empiezan a decir eso cuando están atravesadas...
JUAN: ¿Todas? No lo sé. Yo no
conocí otra mujer.
FELIPE:
Pero no se quiere encamar con vos.
JUAN:
La quiero mucho...
FELIPE: Te entiendo,
Juanito... perdón, Juan. Daniela también se puso así, igual. No sé por qué se
ponen así. En mi caso, bueno, lo entiendo, no era muy fácil aguantarme.
JUAN: Eras un inmaduro. No sabías ser monógamo.
FELIPE: Supongo que sí. Carla
es distinta. Creo que incluso soy yo el que le dice esas cosas. Ella me busca,
¿sabés?
JUAN:
¿Te busca?
FELIPE:
Sí.
JUAN:
¿Después de cinco años?
FELIPE:
Sí.
JUAN:
¿Muy seguido?
FELIPE:
Depende. Hay épocas. A veces todas las noches.
JUAN:
¿No se pone a ver la tele?
FELIPE.
No, la sacó del dormitorio.
JUAN:
Claro, es más joven.
FELIPE:
¿Elisa te buscaba?
JUAN: Bueno, ella nunca fue
muy... apasionada. Es divertido... Con el cuerpo que tenía... que tiene...
cualquiera diría... bueno, no es lo mismo... pero después que nació la Pachi...
FELIPE: Mierda, hermano. Es
una lástima. Ustedes son un matrimonio ideal. No pensé jamás...
JUAN: Ahora debés estar contento.
FELIPE: No. Me da mucha pena lo que te pasa.
JUAN: No te dije lo que me
pasa y ya me tenés lástima.
FELIPE:
¿No pensaste en ver un profesional?
JUAN:
¿Con mi prestigio en la empresa? Ni cagando.
FELIPE:
Juanito, yo fuí cinco años a una analista.
JUAN:
Me llamo Juan. ¿No podés acordarte siquiera de mi nombre?
FELIPE: Lo que te digo, hice
terapia, mamá también...
JUAN: Por algo sería... Yo no tengo por qué ir a
ver a una psicóloga.
JUAN: ¡No estoy loco!
FELIPE:
Mamá estaba deprimida, no loca.
JUAN:
Igual que Elisa... “Sos igualito a tu mamá”.
FELIPE:
¿Así te dice?
JUAN:
Sí.
FELIPE:
A mí me decían que era igual a papá.
JUAN: Sos. Y yo.. no soy como
mamá... Soy monógamo.
FELIPE:
Ella fue monógama.
JUAN:
Yo soy más.
FELIPE:
Tenés que hacer una consulta... Estás hecho un lío.
JUAN: Pero tengo hermano ¿no?
¿O lo tengo sólo para cagarme con sus levantes y la marihuana?
FELIPE:
No fumaba marihuana.
JUAN:
Fumabas.
FELIPE:
Juan, me llamaste porque tenías problemas...
JUAN:
¿Y cómo me vas a ayudar? ¿Con un porro?
FELIPE:
No.
JUAN:
¿Con pastillas?
FELIPE:
No.
JUAN: ¿Cómo me vas a ayudar?
Decime ¿cómo? Yo me voy... ¿Qué estás haciendo?
FELIPE:
Me estoy sacando la corbata.
JUAN:
Esperá... No, cómo se te ocurre...
FELIPE:
No me hagas el nudo, parecemos maricones.
JUAN:
¿Ah, sí? ¿Te inhiben mis “demostraciones de afecto”?
FELIPE:
No es eso.
JUAN: ¿Podés ser... un poco.... más cariñoso
conmigo? Con tu hermano.
FELIPE: Siempre te quise, Juan, de verdad...
siempre.
JUAN: ¿Soy o no soy tu hermano? Aceptémoslo. Los
viejos eran poco cariñosos. ¿Tenemos que tratarnos nosotros así? ¿Cómo dos
desconocidos? ¿Solamente porque soy monógamo?
FELIPE: Cuando me cuentes qué te pasa, tal vez
pueda ayudarte.
JUAN: Siempre ponés las
condiciones. Siempre las pusiste. Felipe... conocí... No, así no... Me voy... No, no me voy... Tengo un
problema... ¡No te rías de mí! Siento una tremenda atracción... No soy un
adolescente, Felipe... Yo...
FELIPE: Estás enamorado...
JUAN: ¿Cómo se te ocurre? Já
já já... O sea.... ¡Ay! A lo mejor... No, no, no... No estoy enamorado.... Já
já já.... ¡Enamorado! ¿Yo?.... Enamorado... ¡Ay! Es un muchacha... Tiene la
edad de mi hija... ¿Cómo me voy a enamorar de alguien así? Yo no... ¿Yo? Se me
va a pasar... Se me va a pasar... ¿Es la crisis de los cuarenta? ¿O la de los
treinta?
FELIPE: ¿Quién es? ¿Cómo se llama?
JUAN: Me encanta..... No puedo
dejar de pensar en ella... La veo y me derrito... Le mandé flores ¿te conté?
y... y... no pude ponerle nada en la tarjeta... Nada.... Y ella.... se dio
cuenta... perfectamente... Llegué a la oficina... al contestador y estaba la
voz de ella... Gracias, tío, decía....
FELIPE:
¿Tío?
JUAN:
Siempre me dice tío.
FELIPE:
Tío... ¿Le estás mandando flores a Julia?
JUAN:
¿A tu hija? ¿Cómo se te ocurre? No soy ningún psicópata ni me ando metiendo con
las mujeres de mis amigos... y menos con mi sobrina.
FELIPE:
Pero te dice tío...
JUAN:
¿Y cómo te dicen las amigas de Julia?
FELIPE: Felipe. Mi mujer, mis
amigos. Mi hija también.
JUAN:
¿También?
FELIPE:
¿Cuál es la novedad?
JUAN: Estás
perdiendo autoridad. Sos su padre.
FELIPE: Pero me llamo Felipe.
Me dice papá, viejo, Felipe, depende...
JUAN:
Es casi incestuoso...
FELIPE:
Juanito.... ¿quién es?
JUAN:
¿Quién?
FELIPE: La de las flores...
¿Le mandaste orquídeas? Qué cursi...
JUAN: No es cursi, es caro.
FELIPE: Igual que a Elisa...
Seguro... La florista de siempre... Puso tu tarjeta...
JUAN: ¿Mi tarjeta?
FELIPE: ¿Dónde compraste las
flores?
JUAN: Donde las compro
siempre... pero no escribí nada.
FELIPE: Ella la puso... Hace
más de veinte años que le mandás flores a Elisa... Las mismas orquídeas, la
misma tarjeta...
JUAN: ¿Creés que la florista
se dio cuenta?
FELIPE: No. O sí. Da lo mismo.
Mucha gente le regala flores a mucha gente. Las flores son hermosas, alegran la
vida. A Daniela no le gustaban... A Carla sí. A Elisa le gustan ¿no?
JUAN: Ya no..
FELIPE: Pero… si cada vez que voy a tu casa parece un
cementerio... quiero decir, un jardín.
JUAN: Las manda mi
secretaria... Es una rutina, sí... Las rutinas son buenas... Ser puntual, pagar
lo que se debe, ayudar a un hermano... No enamorarse de quién no debés... Las
flores las pone la sirvienta.... Elisa tiene un poco... de alergia... Las
tira... después.
FELIPE: Ya me olía mal tanta flor...
JUAN: Yo... no quiero separarme,
Felipe. Es la primera vez que me pasa. No te rías, por favor.
FELIPE:
No me estoy riendo... ¿Cómo se llama?
JUAN:
¿Quién?
FELIPE:
La muchacha.
JUAN:
Te vas a reír de mí.
FELIPE: Si me seguís diciendo
eso te voy a terminar dando una cachetada. Estamos hablando como dos hermanos
grandes. Mi hermano menor me llamó porque tiene problemas. Y yo quiero ayudar a
mi hermano menor.
JUAN: Tenés que remarcar eso de menor.
FELIPE: ¿Podés dejar de
portarte como un acomplejado? No tengo la culpa de hacer nacido antes que vos.
Yo también te tuve envidia. Eras el buen alumno, el prolijo, el lindo. Yo era
el bueno para nada, el artista. Ya, lloremos toda la vida. Ese no es el
problema ahora.
JUAN:
Soy monógamo.
FELIPE:
Y estás a punto de dejar de serlo.
JUAN:
Lo decís como si fuera un chiste...
FELIPE: Bienvenido al club de
los hombres comunes y corrientes. La pareja no cura todo. La felicidad va y
viene. Un día aparece una muchacha como un rayo de sol y te hace descubrir lo
oscuro de tu vida...
JUAN:
¡Estuviste leyendo mis apuntes!
FELIPE:
¿Qué?
JUAN:
¡Estuviste leyendo mis apuntes! Ese es un poema que le escribí...
FELIPE: Juan, ese poema lo
escribimos todos. Hombres y mujeres. Apareciste y me cambiaste la vida. No sé
qué hubiera sido de mí sin vos. Me hiciste renacer. Me tocás y me estremezco.
JUAN: Hablás de mis
sentimientos como si fuera una canción de Paloma San Basilio. No es cualquier
muchacha. Es una mujer especial. Tiene veinte y dos años...
FELIPE:
Guau...
JUAN:
¿Guau qué?
FELIPE:
Dinamita, hermano, veintidós es todo un riesgo... Un volcán...
JUAN:
¿Estás trivializando mis sentimientos? ¿Eso hacés?
FELIPE:
No, hice un comentario idiota, ¿está bien?
JUAN: No es un muchacha
cualquiera. Es mucho más madura que su edad. Vivió en el extranjero.
FELIPE:
¿Cómo la conociste?
JUAN:
Es compañera de Nicolás.
FELIPE:
Ah, una joven arquitecto.
JUAN:
Todavía no se recibió.
FELIPE:
Pero es mayor de edad.
JUAN:
¡Y muy madura! Se aburre con los de su edad, me lo dijo.
FELIPE:
Terrible...
JUAN: No puedo hacerle esto a
mi familia. ¿Cómo se quita? Dame una solución, por favor. Hoy voy a verla. Tenemos una cita definitiva.
FELIPE:
¿Acá?
JUAN: No. En
otra parte. Su...departamento.
FELIPE:
Mierda... Con todo...
JUAN: Tengo que decirle algo.
Algo... ¿No la veo más? ¿Fumo marihuana? ¿Ayuda? Alcohol no, es muy mal visto
en la empresa. ¿Pido un vodka? No se nota en el aliento, no?
FELIPE:
¿Cómo se llama?
JUAN:
¿Quién?
FELIPE:
La muchacha... la mujer de tu vida.
JUAN:
Alondra.
JUAN:
Sí.
FELIPE:
Hija de hippies.
JUAN: Es parte de sus
problemas. No tuvo un padre bien estructurado. Su madre la tuvo jovencita, no
estaban casados...
FELIPE: Estás enamorado, eso
es todo.
JUAN: ¿¡Eso es todo!?
FELIPE: Nunca conociste a
alguien así. Seguramente muy liberal…
Carla era así. También tuvo un lío con un hombre mayor, casado.
JUAN: Yo nunca engañé a mi
mujer. Ni siquiera tengo fantasías sexuales con Alondra. No podría tocarla. Es
pura, virginal, dorada. Tiene los ojos verdes y hermosos como... como...
FELIPE: Esmeraldas, lagunas silvestres, rocío...
JUAN: Sí, claro... ¿La
conocés?... El pelo suelto, ondulado suavemente por el viento, huele a
flores.... Su cuerpo es frágil y ligero... Es como una hoja que se curva al
viento...
FELIPE: Y tiene un culo de veinteañera que te
cagás...
JUAN: No dije eso.
FELIPE: Pero lo tiene. Usa los
pantalones ajustados, el pelo suelto sobre los hombros, mira de reojo, se ríe
dulcemente de tus costumbres pequeño burguesas y escucha música que no entendés
ni por asomo.
JUAN: Me estuviste siguiendo.
FELIPE: Di clases en
Arquitectura, eso es todo. Tengo una hija un poco menor que tu Alondra. ¿Habla
francés?
JUAN:
¿Quién?
FELIPE:
¿De quién estamos hablando?
JUAN:
¿Cómo sabés?
FELIPE: Porque estás
enamorado. Porque de una mujer así se enamora todo el mundo. Y vos estás débil.
JUAN: Otra vez soy el débil.
FELIPE: No, siempre fuiste
fuerte pero... Tenés problemas con Elisa ¿no?
JUAN: No...
Después de la operación...
FELIPE:
¿Sentís que te quiere? ¿De verdad? ¿Hablaste con ella?
JUAN: ¿De
Alondra?
FELIPE: No. Ni se te ocurra
hablarle de Alondra. Escuchame un minuto... No sé qué pasó entre vos y Elisa,
pero algo está pasando. ¿Me oís? Un par de instrucciones. No más flores ni
poemas. A Alondra dejala ahí. El mundo está lleno de Alondras y de Palomas y de bellísimas muchachas que
no dejarán pasar la oportunidad de seducir un hombre maduro. No hay nada que
les guste más. Una vez por lo menos.
JUAN: Es una muchacha inocente, no una seductora.
FELIPE: El inocente sos vos.
Te cita en su departamento... En otros tiempos no me lo perdía.
JUAN: Es la primera vez que me
siento así.
FELIPE: Y es lo máximo.
JUAN: Sí.
FELIPE: Y no sabés estar
enamorado.
JUAN: Sé estar enamorado. Soy
monógamo.
FELIPE: No es lo mismo. Estás enamorado.... No te
vas a casar... No es happy end... Es un polvo… y chau.
FELIPE: No, no es una frivolidad... Es preciosa...
encantadora, sexy... y no cogés.
JUAN:
Silencio. Es mi club.
FELIPE:
¿Nadie coge acá?
JUAN:
¿Podés tomarme en serio? Estoy sufriendo...
FELIPE:
¿Qué pasó con Elisa?
JUAN:
Nada. ¿Qué tiene que ver?
FELIPE: Todo. Todo tiene que
ver con vos y con Elisa. Si no estuvieras casado ni siquiera me llamás... Vas a
lo de Alondra y la pasás bárbaro... Nueve semanas y media, hermanito…
JUAN: No, me da miedo...
FELIPE: Todo te da miedo... La caída de la bolsa te
da miedo... la crisis asiática te da miedo...
Los japoneses te dan miedo… ¿Qué pasó con Elisa? ¿Te dio miedo?
JUAN: ¿Qué tiene que ver?
FELIPE: ¿Que pasó antes?
Cuando pasaban cosas. ¿Por qué dejó de pasar lo que pasaba?
JUAN: Cuando te metiste con
Andrea, decías que Daniela no tenía nada que ver...
FELIPE:
Todo tenía que ver.
JUAN:
Te estás haciendo el psicólogo conmigo.
FELIPE:
Estoy tratando de entender qué te pasa
JUAN:
¡Estoy enamorado! ¿Es muy raro eso? ¿Puedo?
FELIPE:
¿Cómo ha sido tu vida íntima con Elisa?
JUAN:
¿Qué tiene que ver?
FELIPE: Todo tiene que ver con la vida íntima...
Todo... Vos sabes por qué se fue papá de casa...
JUAN:
Mamá lo echó...
FELIPE:
El viejo se fue.
JUAN: Vos decías que era por el golpe...
FELIPE: No era el golpe, era la vida íntima con
mamá.
JUAN: ¿Vos creés que tiene que ver con Elisa?
FELIPE: ¿Cómo te llevabas en la cama con Elisa?
JUAN: Bueno...yo... acababa rápido.
FELIPE: Ah...
JUAN: Me controlaba... pensaba
en otra cosa, pero igual.
FELIPE:
¿No consultaste a nadie?
JUAN: ¿Cómo se te ocurre?
FELIPE:
Podrías haberlo hablado conmigo.
JUAN:
¿Y que te rieras de mí?
FELIPE:
Hasta a papá le pasaba.
JUAN:
A papá no le pasaba nada.
FELIPE: Yo hablaba con él...
Viví con él... ¿Por qué creés que la vieja no me lo perdona?
JUAN: Te habrías reído de mí si te cuento.
FELIPE: Hermanito, tenés
razón. En esos tiempos era tan pelotudo que quizás me hubiera reído de vos.
Papá estaba vivo... Creía que me las sabía todas... Ahora no... Yo también
algunas veces acabé rápido, también alguna veces no hay función... De todo.
JUAN:
No se te…
FELIPE:
A veces.
JUAN:
¿Vos? ¿Impotente? ¿Sos impotente?
FELIPE: ¿Estás pidiendo un
trago? ¡Un impotente
on the rocks, por favor! Y una ejaculatio praecox con
naranja...
JUAN: No es broma... Pero confesar tu impotencia...
FELIPE: No soy impotente. Dos
o tres veces que no se me paró...
JUAN: ¿Y Carla que hizo?
FELIPE: No me pasó con Carla.
No importa con quién. Y me puede pasar de nuevo y mejor no pensar en eso.
JUAN: Bien buena. Yo
acomplejado y el famoso Felipe es impotente.
FELIPE:
No seas desgraciado, hermano.
JUAN:
Jamás me acosté con una novia tuya.
FELIPE:
No supe que era novia tuya y me temo que ella tampoco...
JUAN: ¡Yo siempre quise a
Elisa!
FELIPE: Pero...
JUAN: Y ella siempre me dijo:
¡Debí haberme casado con tu hermano! ¡Mucho más hombre! ¡Mucho más divertido! Yo
le decía, es un hijo de puta, se mete con todas las minas que se le ponen
delante... Y ella me dijo: quiero un hombre,
un hombre.
FELIPE: Sos todo un hombre,
Juan. Debe haber estado enrabiada. No debiste hacerle caso. Hermanito....
Siempre envidié tu solidez... De verdad... Podría haberte ayudado más...
Siempre... hubiera querido ser como vos.
JUAN:
¿Qué hago?
FELIPE:
Con Alondra nada.
JUAN:
Me vuelve loco...
FELIPE: Mirá, Juan, ¿por qué
no nos vamos este fin de semana... a Miramar?
JUAN: Está venido a menos... Ni loco.
FELIPE: Por eso. Creo que tenemos mucho que
hablar...
JUAN: ¿Y si alguien me ve en
ese lugar de mierda?
FELIPE: Los mejores años de nuestra vida los
pasamos en Miramar.
JUAN: Pero... soy... un miembro selecto de este
club... ¿Qué va decir Elisa?
JUAN: Se volvió una mujer
celosa, distante, terrible. Se da cuenta que estoy enamorado de otra... ¡Y soy
monógamo!… ¡Sólo amo a Alondra!
FELIPE:
Juan... es mejor tomar distancia...
JUAN:
Además... no te conté lo peor.
FELIPE:
¿Qué?
JUAN:
Me la presentó Nico.
FELIPE:
¿Nico?
JUAN: Sí, me dijo que era la
mujer de sus sueños... la mujer de su vida.
FELIPE:
¿Es su novia?
JUAN:
No, no es su novia. Son compañeros, amigos... pero ella...
FELIPE:
¿Ella qué?
JUAN:
Ella me dijo que lo encuentra muy... inmaduro.
FELIPE:
¿A Nico?
JUAN:
¿A quién más? ¿Qué insinúas?
FELIPE:
Nada, digo que encuentra inmaduro a tu hijo...
JUAN: Como vivió afuera... Es
una mujer hecha y derecha... Siente que es un nene.... Mi Nico...
JUAN:
La adora.
FELIPE:
Nico. A Alondra.
JUAN:
Está locamente enamorado.
FELIPE:
Dios nos guarde…
JUAN: Y me dijo que siempre
había pensado en un hombre con experiencia... en un hombre hecho y derecho...
que se sentía muy mayor para la gente de su edad... que... si me hubiera
conocido en otro momento... si no fuera el padre de Nico... si no estuviera
casado...
FELIPE:
Que se sentía profundamente atraída por vos...
JUAN:
Sí... y yo le dije...
FELIPE:
Que te sentías profundamente atraída por ella…
JUAN: ¿Es necesario que me hables
con ese tonito de suficiencia? ¿Te trato así alguna vez?
FELIPE: No, pero esas cosas... las dijimos todos...
JUAN: ¿Y por qué no las puedo
decir yo? ¿Porque soy monógamo? ¿No tengo derecho a que mi corazón estalle de dolor
alguna vez? ¿Qué hago?¿Y si Alondra es la mujer de mi vida?
FELIPE: No existe la mujer de tu vida.
JUAN: Ah, claro. Después que
probaste todo el frutero llegás a esa conclusión. Elisa era la mujer de mi
vida. Quise que lo fuera. Esto no me había pasado nunca. Yo me dije: una sola
mujer en mi vida. Una sola. Voy a separarme.
FELIPE: ¡Juan! ¡Estás loco!
JUAN: ¿Y qué hago? Hoy hablo
con Alondra. Y después con Elisa...
FELIPE: Calma, hermanito.
JUAN: No soy un cínico
adúltero como vos... Soy monógamo... ¡Hace diez días que no duermo!
JUAN:
No es el novia de mi hijo.
FELIPE:
Estás casado.
JUAN:
La verdad y la sinceridad antes que todo.
FELIPE: A veces no hay nada
más peligroso que la verdad y la sinceridad.
JUAN: Vos y tu moral
acomodaticia... Vos, el “consecuente”. ¡Siempre fuiste un hipócrita! Yo no
puedo faltar a mi moral... ¿Sabés qué siento cuando entro a casa y la veo a
Elisa de lo más campante y guapa y madura y leal... pero... inalcanzable?
FELIPE:
Juan, tengo algo que decirte.
JUAN:
Hasta pensé en hacerme cura.
FELIPE:
Juan, escuchame... Vos y Elisa...
JUAN: Me voy a separar y me
voy a ir a otro país. Voy a pedir un traslado temporario. Voy a esperar que
esto se me pase y volver a los brazos de mi legítima esposa. ¿Será lo mejor ?
Me queda una hora, Felipe... Alondra, lo nuestro no puede seguir... Elisa, lo
nuestro no puede seguir... ¿Qué hago?
FELIPE: Elisa....
estuvo saliendo con alguien...
JUAN: ¡Elisa! No me hagas
reír... ¡Esa esfinge! Odia el sexo, odia todo lo romántico...
FELIPE: Con vos. No quería que lo supieras. No
tenías por qué saberlo. Creo que ustedes se quieren pero tienen que entender
que la fidelidad....
JUAN:
Es relativa... ¿no? ¡Cínico!
FELIPE:
No, no digo eso. Es difícil. Es muy difícil.
JUAN:
¿Con quién salió?
FELIPE:
No es lo más importante.
JUAN: ¿Con quién salió? El
último en enterarme. Yo, lleno de culpa por lo de Alondra y Elisa, la muy puta…
FELIPE:
No me consta que haya tenido nada sexual, pero...
JUAN:
Pero qué... ¿Se mandaron flores? ¿Poemas?
FELIPE:
Como vos con Alondra....
JUAN:
Estás mintiendo. Estás celoso. Tenés
celos de mi sólida relación con Elisa. Tenés envidia de lo atractivo que puedo
ser para una muchacha de veinte años. Tenés envidia de mi absoluta y coherente
monogamia. Hermano, siempre fui mejor que vos...
FELIPE:
Es muy probable.
JUAN:
¿Qué?
FELIPE:
Que hayas sido y seas mejor que yo.
JUAN: Pero vos sos el artista
famoso, ¿no? ¿No es injusto? Y ahora me decís que tengo que renunciar a mi
pasión....
FELIPE: No quiero que sufras.
JUAN: Sufro lo que quiero. No
necesito de tu paternalismo. Ni de tus consejos. Nadie te da derecho a decirme
qué hago con mi vida. Nadie... Además, ya no acabo rápido…
FELIPE: ¿Cómo lo sabes?
JUAN: Con Alondra tenemos un
sexo espléndido...
FELIPE:
Pero si hace un rato me dijiste...
JUAN:
Ella me ama. Yo la amo. Eso es todo.
FELIPE:
¿Pero no querías olvidarla...?
JUAN: ¡Claro que sí! ¿Por qué
crees que te llamé? ¡Para que me ayudes! ¿Y cómo me ayudás? Diciéndome que soy un
eyaculador precoz, que mi mujer me engaña, que Alondra es una puta adolescente,
que soy un imbécil, que todos las monógamos somos unos pelotudos...
FELIPE: ¿Querés saber la
verdad? ¿Vas a ser capaz de oírla sin chillar?
JUAN:
Bueno.
FELIPE:
¿Estás calmado?
JUAN:
Sumamente calmado.
FELIPE:
Dejá de mover los pies.
JUAN:
No los estoy moviendo.
FELIPE:
Estás moviéndolos.
JUAN:
¡Son mis pies!
FELIPE:
Con Elisa nos vemos todas las semanas.
JUAN:
¡Hijo de puta!
FELIPE:
Silencio que te echan del club.
JUAN:
Hijo de puta...
FELIPE:
Al final si querés me pegas, pero primero me escuchás.
JUAN:
Eras vos... siempre el culpable de mis desgracias...
FELIPE: No nos tocamos.
Solamente almorzamos y me habla de vos. Y me dice que se siente mal. Que quiere
arreglar las cosas. Que no sabe qué le pasa.
JUAN:
Te acostaste con ella.
FELIPE:
No. No.
JUAN: Te acostaste con ella...
Te acostaste con mi esposa. ¿Cuándo? ¿Dónde?
FELIPE: No la toqué.
JUAN: Claro, te parece vieja,
fea, arrugada. Total, es la esposa de tu hermano...
FELIPE: No, me parece una
mujer muy atractiva, muy confundida y que necesita conversar con su marido y no
sabe cómo hablar con él.
JUAN:
¿No te acostaste con ella?
FELIPE:
Ni siquiera se habló del asunto.
JUAN:
¿Y por qué se encuentran?
FELIPE:
Me tiene confianza, qué sé yo...
JUAN:
A ella no la mandaste a un profesional. A mí sí. El loco soy yo.
FELIPE:
Sí, le dije que pidiera ayuda.
JUAN:
¿Es cierto?
FELIPE:
Sí, es toda la verdad.
JUAN:
No, no es.
FELIPE:
No te miento, Juan. De veras.
JUAN:
Yo te mentí.
FELIPE:
Bueno, fuiste poco a poco contándome todo...
JUAN:
No, te mentí.
FELIPE:
Sos incapaz de mentir.
JUAN:
Eso crees vos.
FELIPE:
Juan, nunca me mentiste... Sos mi hermano menor...
JUAN:
Ella ya me había contado que se encontraba con vos.
FELIPE:
Para que veas lo inocente del asunto...
JUAN: Para ella no. Siente que
se equivocó de hermano ¿Entendés? Está enamorada de vos. Del tío de sus hijos.
FELIPE:
No, no es así...
JUAN:
Sí, es así... Nos guste o no, es así.
FELIPE:
El mejor de los dos sos vos, Juan.
JUAN:
Además... Carla también lo sabe.
FELIPE:
¿Carla? ¿Qué tiene que ver en esto?
JUAN:
Es tu pareja, ¿no?
FELIPE:
No me dijo nada.
JUAN:
Yo se lo dije.
FELIPE:
¿Qué me quieres decir?
JUAN:
Me acosté con Carla, Felipe.
FELIPE:
¿Vos?
JUAN: Yo, el enclenque, el bueno para nada, el
frío, el puntual, el boludo.
FELIPE: El monógamo.
JUAN. El monógamo.
FELIPE: ¿Con Carla? ¿Qué estás tratando de hacer?
JUAN: Lo hecho, hecho está...
Estuvimos juntos... Me acosté con ella... Quería ponerme en tu lugar... Ya no
importa.
FELIPE: Me estás mintiendo.
JUAN: ¿Creés que solamente vos podés ser el que ríe
al final?
FELIPE: Está bien. Saquémonos
las caretas... Carla me lo contó. Lo sé. No se acostaron.
JUAN: Nos acostamos.
FELIPE: Casi se acostaron...
Fueron momentos difíciles. Ella se angustió con lo de Elisa. Pero vos no
pudiste.
JUAN:¡Pude! ¡Claro que pude!
FELIPE: ¿Importa eso ahora?
Hablemos claramente. Lo sé todo. Lo sabés todo. Lo hablé con Carla. Lloré con
ella. Ella y yo sabemos lo difícil que es esto. La adoro. Creo que me quiere.
No puedo hacer nada para controlarla. Tengo que confiar en que no se va a ir.
Lo que sé es que si tenemos problemas los hablamos.
JUAN:
¿Te dijo que no pude?
FELIPE:
No me pidas detalles. Yo no se los pedí.
JUAN:
Bueno, con Alondra pude. Y puedo. Y voy a poder.
FELIPE:
¿Por qué no hablas con Elisa?
JUAN:
¿Yo? ¿Con esa traidora? Alondra es pura, sana, limpia.
FELIPE:
Es una pendeja, Juan.
JUAN: Pero es el futuro. Es
distinta. ¿No me puedo dar una vida distinta? Vos te la diste.
FELIPE: ¡Y sufrí un infierno!
JUAN: Bueno, ahora me toca
sufrir a mí. Casi me acosté con Carla, quiero que lo sepas. Tuviste suerte. Tu
maldita buena estrella. Pero apareció Alondra en mi vida.
FELIPE: Y vas a lastimar a tu hijo. El no te hizo nada.
JUAN: Se ríe de mí. Me dice
que soy un viejo, se burla de mis costumbres, me saca el auto.
FELIPE: Es inmaduro.
JUAN: ¿Y por eso tiene
licencia para matar? Bueno, llegó la hora de ser inmaduro. Ahora me toca a mí.
FELIPE: Elisa te quiere...
JUAN: No, te quiere a vos. Y
Nicolás te admira. Y Pachi siempre dice que quisiera tener una padre como el
tío Felipe. Y Carla te es fiel, la muy puta ¿Te das cuenta cómo se fueron
invirtiendo los papeles? Ahora sos vos el monógamo, el formal, el correcto, el
ideal. Y yo me voy a dar el gusto de ser el que hace lo que quiere. Y lo que
quiero es Alondra.
FELIPE:
La conozco.
JUAN:
No me digas que también...
FELIPE: Nico me la presentó.
Es un bombón. Linda y con una gran confianza en sí misma. Como era yo, como era
Andrea, como fuimos todos alguna vez. Vos no, vos eras distinto. Eras más
riguroso.
JUAN:
No.... No me lo digas... ¿Te acostaste con Alondra?
FELIPE:
No. Pero... también me dijo lo de Nico.
JUAN:
¿Qué cosa?
FELIPE: Que a tu hijo lo
encontraba muy chico para ella, que buscaba un hombre más maduro.
JUAN:
Te acostaste con Alondra...
FELIPE:
No, no, jamás... ¿Querés saber la verdad?
JUAN:
¿Hay alguna mujer con la que no te hayas acostado?
FELIPE. Muchas, infinitas... Ya no me interesa. No
soy un coleccionista... ¿Querés saber la verdad de lo que pasó con... Alondra?
JUAN: ¿Queda otra salida?
FELIPE: La miré a los ojos.
Preciosos, de verdad, preciosos, un cuerpo de morirse. Y le dije que ya era un
lobo viejo. Que sabía que no somos los hombres los que elegimos. Que ella
estaba en plena cacería y yo ya no tenía ganas ni necesidad de sentirme el rey
de ninguna selva ni el macho de ninguna película. Si quieres contárselo a
Carla, ya lo sabe. Se dio cuenta ni bien la vio. Siempre hablamos. Ella se da
cuenta cuando una mujer me mira. Yo me doy cuenta cuando alguien la mira.
Sabemos que si estamos juntos es porque queremos. Podríamos tener otras
parejas. No queremos. ¿Sabes por qué te aceptó?
JUAN: Por lástima ¿no? Para hacerle un favor al
hermanito menor.
FELIPE: No. Se sintió muy
atraída. Me dijo: tu hermano tiene algo muy pero muy atractivo pero no lo
sabe... Tiene que encontrar una mujer que lo ame pero primero tiene que darse
cuenta el hombre que es.
JUAN: Yo sé perfectamente... el hombre que soy.
FELIPE: No, no lo sabés... yo
tampoco lo sabía. Y no soy ninguna maravilla... Vos... Nos la pasamos
comparándonos... Ellas saben... Ellas son las que nos enseñan... Elisa no pudo
enseñartelo... Alondra a lo mejor... No sé... No quiero que sufras... Hacé lo que quieras... Yo te quiero mucho, y
voy a estar ahí, siempre... Soy tu hermano... Y, de verdad, Juan, te quiero y
te admiro.
JUAN:
¿Me admirás?
FELIPE:
Te admiro.
JUAN:
¿Por qué?
FELIPE: Te va bien en la vida... Tenés una familia fantástica...
JUAN: ¡Una familia burguesa! ¡Con una mujer de
hielo! ¡Llena de reuniones de padres y grupos de reflexión y boludeces! Autito,
playita, resort, viaje a Disneylandia, cumpleaños...
FELIPE: ¡Esas no son boludeces! Son cosas de la
vida.
FELIPE: Bueno, son boludeces… La vida, hermano, se
hace a punta de boludeces… Maravillosas y pequeñas boludeces...
JUAN: ¿Y el
amor? ¿Y la pasión?
FELIPE: No
sé.
JUAN: Tenés
que saberlo, sos mi hermano mayor.
FELIPE:
Estamos igual de perdidos, Juanito.
JUAN:
Pipe... ¿creés que Alondra me quiere?
FELIPE:
Puede ser.
JUAN:
¿Para siempre?
FELIPE:
¿Quién quiere para siempre? ¿Quién puede asegurarlo?
JUAN:
¿Elisa me quiere?
FELIPE: Nunca se deja de
querer. Nunca. Nunca se olvida. No vas a olvidar a Alondra. Ni a Elisa. No hay
monogamia posible. Yo nunca olvidé a Daniela. Ni a Andrea. Amo a Carla. No la
voy a olvidar nunca.
JUAN: No ayudaste en nada. ¿Te
das cuenta? Voy a ver a Alondra y no sé qué decirle...
FELIPE: No. Me temo que no.
Puedo quererte, ayudarte, bancarte, pero no puedo vivir tu vida.
JUAN: Me da miedo equivocarme, Pipe.
FELIPE: Te da miedo vivir,
Juanito. Siempre te dio miedo. Y tenías razón. Nos arrepentimos igual. Por el
dolor de vivir o la tristeza de no haber vivido.
JUAN:
Parece un tango.
FELIPE:
Es.
JUAN: ¿Esto es amor, Felipe?
¿Es amor? Si no lo sabes vos quién lo puede saber... Sos mi hermano mayor...
¡No me falles ahora! ¿No tenés nada que decir? ¿Qué hago?
FELIPE:
Cuidate, cuidate mucho.
JUAN:
¿Tenés un encendedor?
FELIPE:
¿Un encendedor?
JUAN:
Sí, un encendedor... Ah, el Ronson de los viejos tiempos...
FELIPE:
Boludeces de pendejos..
JUAN:
Así, en los vaqueros...
FELIPE:
Te vas a destrozar los pantalones…
JUAN:
Me da lo mismo.
FELIPE:
Es lindo el traje
JUAN:
¿Te gusta? ¿En serio? Gracias... Italiano…
FELIPE:
Quédatelo.
JUAN:
¿Me lo regalás?
FELIPE:
Sí, pero no te destroces los pantalones.
JUAN: Siempre quise tener uno.
A lo Bruce
Springsteen… En los vaqueros…
FELIPE.
El viejo me regaló el primero.
JUAN:
Fumaba Particulares el viejo...
FELIPE:
Fumar hace mal... Juan... Nunca fumaste...
JUAN:
Hay que vivir ¿No es cierto, hermano?
Papá decía eso. Estábamos como la mierda y decía lo mismo. Corrían con
mamá de la mano...
FELIPE:
Por Miramar... Deberíamos habernos quedado en Caballito.
JUAN:
Jugábamos a los soldaditos, al ludo...
FELIPE:
Sí, pero te hacía trampa...
JUAN:
Me daba cuenta.
FELIPE:
¿Sí?
JUAN:
Pero... eras mi hermano mayor...
FELIPE:
¿Qué hacemos, Juan?
JUAN:
Vivir...
FIN.
Marco Antonio de la Parra
Correo electrónico: telemaco@ctcreuna.cl
Todos los derechos reservados
Buenos Aires, Argentina. Septiembre de 2000
____________________________________________________________________________
CELCIT. Centro Latinoamericano de Creación e Investigación
Teatral
Director: Carlos Ianni
Bolívar 825. (1066) Buenos Aires. Argentina
Teléfono/fax: (5411) 4361-8348. e-mail: correo@celcit.org.ar
Internet:
www.celcit.org.ar