454 História de la lengua espaňola § tlí § 112. El galicismo a partir del siglo xviii. 1. Desde que la vida espaňola empezó a transformarse a remolque de la extranjera, han sido muchas las palabras ultrapirenaicas que se han introducido en nuestra lengua. Cuando toda Europa tenia a gala seguir las modas de In corte de Versalles, era imposible frenar el auge del galicismo, considerado como rasgo de buen tono; y otro tanto si-»uió ocurriendo luego, como consecuencia del influjo fran-:és en los más diversos órdenes de la vida. La infiltración de voces francesas aumenta ya en tiempo de Carlos II; pero desde el siglo xviii se intensifica extra-ardinariamente. Feijoo emplea galicismos tan crudos como zrribar 'llegar', comandar 'mandar', turbillones 'torbellinos'; triarte y Cadalso censuran detaile, favorito, galante, interc-šante, intriga, modista, rango, resorte y otras muchas que se han consolidado al fin. Son numerosas las que han pc-netrado en el habla corriente, ya con vida efímera, ya más irraigada. La influencia francesa en la vida social se mani-üesta en petimetre, gran mundo, hombre de mundo, ambigtí, coquet a; la moda, irradiada desde Paris, trajo miriňaque, oolisón, chaqueta, pantalón, satén, tisů, corsé, etc. Al aloja-miento y vivienda se refieren hotel y chalet, y al mobiliario Y enseres, buró, secreter, sofá, neceser; al arte culinario, croqueta, merengue y muchas otras; a ingeniería y mecánica, zngranaje, utiles 'herramientas'; a actividades militares, brigadier, retreta, batirse, pillaje, zigzag, etc. En el habla viven además avalancha, revancha, control, hacerse ilusiones, hacer el amor 'galantear'36, hacer las delicias y tantas más. 36 El sentido meramente fisiológico con que hoy suele emplearse hacer el amor es calco muy reciente del inglés to make love. §112 El espaňol moderno 455 2. En la sociedad espaňola de los siglos xviii y xix empie-zan a intervenir factores que venian actuando desde antes en otros paises. Al incrementarse las actividades comerciales y bancarias y desarrollarse el sistema capitalista, su terminológia se nutrió de galicismos o voces venidas a través de Francia: explotar, financiero, bolsa (calcado de bourse), cotizar, efectos públicos, letra de cambio, garantía, endosar, aval. La vida política introdujo portamento, departamento ministerial, comité, debate y otras muchas. Y como el aparato administrativo se complicó aquí según el modelo francés, se copiaron las expresiones burocracia, personal, tomar acta, consultar los precedentes, etc. 3. En cuanto a la forma, los galicismos modernos se dis-tinguen de los antiguos por ciertos rasgos fonéticos. Hasta el siglo xvi las palatales espaňolas /š/ y /ž/ (x y g, j en la escritura) reproducían con bastante exactitud respectivamente las francesas transcritas con ch y g, j: chef dio xefe, y jar din, jardín. Pero desde que ocurrió el paso de /š/ y /ž/ a la /y/ velar espaňola, las dos palatales francesas carecen de equivalente en nuestro idioma, que las representa deformán-dolas en /č/ o /s/: jupe > chupa; bijouterie > bisutería; pigeon > pichón; bechamel > besamela, cliché ([klišé]) > cliche ([kličé]) o clisé. Otras veces la fuerza de la grafía ha hecho que ch y g adopten la pronunciación espaňola: chauffeur > chófer, garage > garaje. 4. Aparte quedan las numerosas palabras francesas usadáš con plena conciencia de su carácter extranjero, como toilette, trousseau, soirée, buffet, bibelot, renard, petit-gris, color beige. Igualmente los caprichos intencionados y los descuidos que aparecen en traducciones hechas a vuela plu-ma. En el siglo xviii se llegó a decir golpe de ojo 'mirada', pitoyable 'lastimoso', chimia 'quimica', veritable 'verdade-ro', remarcable 'notable'. En los periódicos actuates se re- 456 História de la lengua espaňola § 113 gistran dislates análogos: el mismo remarcable, colisión de automóviles, etc.; y el golpe de teléfono de nuestros días no es más tolerable que el golpe de ojo dieciochesco. Caso re-ciente de error debido a transmisión eserita es el de elite, que los semicultos —y algunos cultísimos— espaňoles acen-túan esdrújulo, dando valor de tonicidad a la tilde que en francés marca el timbre de la /e/ cerrada. 5. Más perniciosos son los galicismos sintácticos. La incu-ria con que se redactan noticiarios y documentos oficiales acoge sin reparos el uso del gerundio como adjetivo, al modo del participio de presente francés: «orden disponiendo la concesión de un crédito», «ha entrado en este puerto un barco conduciendo a numerosos pasajeros»; «se ha reeibido una caja conteniendo libros». Las construcciones «táctica a seguir», «motores a aeeite pesado», «timbre a metálico», hijas de la ignorancia gramatical, habrían desaparecido si la en-seňanza de nuestra lengua fuera más eficaz. Ya está desecha-do el empleo de artículo con nombres de países no conereta-dos por un adjetivo o determinación («inundan la Espana», «ha recorrido la Italia», tan frecuentes en los siglos Ultimos). Es de esperar que suceda lo mismo con «un pequeňo libro», «una pequeňa casa», en beneficio de los diminutivos, tan naturales y llenos de expresión, librito, casita37. § 113. EXTRANJERISMOS DE OTRAS PROCEDENCIAS. El ANGLICISMO. 1. El numero de neologismos tornados de otras lenguas romances es mucho más limitado. En relación con el Siglo de Oro, decae la importación del italiano, reducida casi a tér- 37 Véanse A. Castro, Los galicismos, en Lengua, Enseňanza y Literatura, Madrid, 1924, Baralt, Diccionario de galicismos, 1855, y E. Carina, art. cit. en n. nota 35. § 113 El espaňol moderno 457 minos de arte y música, como terracota, esfumar, lontananza, dilettante, aria, partitura, romanza, libreto, batuta, etc., aun-que también hay italianismos de otra indole: la introducción de chichisbeo y las acepciones de 'galanteo' y 'galán' que tomó cortejo obedecen a formas de relación amorosa que privaron en la Espaňa dieciochesca37bis; en la sociedad de entonces era figura importante el abate, ya descollase por sus eseritos o sus virtudes, ya fuese representación del clé-rigo mundano. Posteriores son ferroviario, anal)'abetismo, casino, fiasco. Del portugués proceden cachimba, testaferro, probablemente vitola (< port, bitola). Los modernistas intro-dujeron otrora 'antaňo', hispanizando el vocalismo del port. outrora3S. 2. La lengua inglesa, que habia permanecido ignorada en el continente durante los siglos xvi y xvn, empezó después a ejercer influencia, primero con su literatura y pensadores, más tarde por prestigio social. Los románticos querían des-lumbrar con elegancias de dandy, paseaban en tilbury, cons-piraban en el club, y como Larra, gustaban del rosbif y el biftec (luego bistec o bisté). Directamente o a través de] francés han llegado vagón, tranvía, tunel, yate, bote, confort, mitin, líder, reporter o reportero, revolver, confort, turista, fútbol, tenis, golf y los muchos otros que se emplean en el tec-nicismo deportivo. La misma voz deporte, arrinconada desde la Edad Media, ha resurgido por influjo del inglés sport. En nuestro siglo el anglicismo ha ido acreciendo en intensidad, primero en los países hispanoamericanos más estrechamente afectados por la expansion política y económica de los Es- 37 bi« Véase Carmen Martin Gaite, Usos amorosos del dieciocho en Espaňa, Madrid, 1972. a Acaso influyera en los modernistas espaňoles el ejemplo de los hispanoamericanos, en especial de los rioplatenses. Corominas, Dice, erít. etim., s./v. «otro», cree que el punto de partida está en el port, brasileňo. > 458 História de la lengua espaňola § 113 tados Unidos (Antillas, Méjico, America Central) y después en todo el mundo hispánico, sin exceptuar Espaňa. Anglicis-mos referentes a la casa y vivienda son bloque, jol{< hall), living; al vestido, suéter, jersey, overol, esmoquin; al transporte automovilístico, claxon, carter, jeep, stop; a la aviación, jet, vuelo charter; al cine filme, trailer, hablar en off; a la vida social, coctel, esnobismo, snob, party, lunch; a bailes y música de baile, fox-trot, blue, rock, jazz, banjo; a la eco-nomía y comercio, dumping, marketing, trust, stock; maqui-naria bélica o pacífica, tanque, bazuca, turmix; actividades antisociales, gangster, etc. El grado de acomodación fonética varia según el arraigo de cada préstamo, el nivel social de los hablantes y su mayor o menor conciencia del extranje-rismo. Muchos anglicismos son voces pasajeras que desapa-recen en cuanto surge sustituto adecuado: el locutor de la radio, el árbitro del fútbol, el aparcamiento o estacionamiento de automóviles, la entrevista periodística y el contenedor del transporte han desterrado o están en vías de arrinconar el uso respectivo de speaker, referee, parking, interview o in-terviú, container. De todos modos los anglicismos y galicis-mos, enraizados ya o flotantes, bastan para nutrir tipos foné-ticos de palabras distintos a los habituales en espaňol, y para originär la formación de plurales con solo -s aňadida a sin-gulares que terminan en consonante (tics, jets, records). Es de notar que en algunos casos la palabra trasplantada como unidad léxica independiente es originariamente parte de un compuesto inglés, lo que acarrea distanciamiento semántico: el paso de smoking 'fumar', living 'vivir' y water 'agua' al esmoquin que se viste, al living 'cuarto de estar' y al váter o guáter (ya en trance de ser reemplazado por aseo o ser-vicio) es resultado de haberse omitido el otro componente de smoking jacket o coat, living room, water closet. Hay ade-más el anglicismo semántico, que infunde significados nuevos § 113 El espaňol moderno 459 en vocablos espafioles preexistentes (asumir 'suponer', esti-mar y estimaciones 'calcular' y 'cálculos', escalada 'aumento, intensificación', agresivo 'activo, emprendedor, ambicioso'). El latinismo anglicado vivifica términos de origen latino que el espaňol poseyó y había olvidado (discriminar, emergencia, contemplar 'considerar, examinar'), o introduce otros nuevos {reluctancia, enfatizar). Finalmente abundan traducciones o calcos como aire acondicionado, discos de alta fidelidad, conferencia de alto nivel o en la cumbre, desempleo, perros calientes, autoservicio, supermercado, tercer programa, in-deseable, telón de acero, guerra fría, etc.39. 3. La influencia principal del alemán consiste en haber estimulado calcos semánticos como voluntad de poder (< Wille zur Macht), vision del mundo o cosmovisión (< Weltanschauung), unidad de destino (< Schicksalsgemeinschaft), espacio vital (< Lebensraum), vivencia (< Erlebnis), talante (< Stimmung), y otros muchos propios de la terminológia filosófica o científica. Germanismos en cuanto a significante 39 Véase Ricardo J. Alfaro, El anglicismo en el espaňol contem-poráneo, Bol. del Instituto Čaro y Cuervo, IV, 1948, y Diccionario de anglicismos, Panama, 1950 (2.a ed. aumentada, Madrid, 1969); Emilio Lorenzo, El anglicismo en la Espaňa de hoy, Arbor, 1955, n.° 119 (después en El espaňol de hoy, lengua en ebullición, 2." ed., Madrid, 1971); H. Stone, Los anglicismos en Espaňa y su papel en la lengua oral, Rev. de Filol. Esp., XLI, 1957, 141-160; R. Lapesa, La lengua desde hace cuarenta aňos, Rev. de Occidente, novbre.-dicbre. 1963, 196-198, y Ten-dencias y problemas actuates de la lengua espaňola, en «Comunicación y Lenguaje», Madrid, 1977, 216-220; Ernesto Juan Fonfrías, Anglicismos en el idioma espaňol de Madrid, San Juan B. de Puerto Rico, 1968; Emilio Bernal Labrada, Influencias anglicanizantes en el espaňol con-temporáneo, Bol. Acad. Colombiana, n.° 106, marzo y abril de 1975; José Rubio Sáez, Presencia del inglés en la lengua espaňola (hada una sociosemánticá), Valencia, 1977; John England y J. L. Caramés Lage, El uso y abuso de anglicismos en la prensa espaňola de hoy, Arbor, n.° 390, junio 1978, 77-89; F. Marcos Marín, Reforma y modernization del espaňol, Madrid, 1979; Juan José Alzugaray, Voces extranjeras en el lenguaje tecnológico, Madrid, 1979, etc. 460 História de la lengua espaňola § 114 y significado son, de adopción directa, blocao, sable, bunker, feldespato, blenda, cuarzo, bismuto, potasa, zinc, níquel; pia intermedio del francés han entrado váls, obtís, blindar, clu, § 114. Voces espaňolas en otros idiomas. 1. Durante el Siglo de Oro los extranjerismos adoptadus habían tenido por contrapartida la abundante exportación de voces espaňolas, representativas de nuestra profunda in-fluencia en la vida espiritual y material de Europa. No suce-de lo mismo en los siglos xvm y xix, cuando la cultura hi»-panica recibe más que da; aunque no escasean los présta-mos a otras lenguas, no pueden compararse, en numero ni en calidad, con los de la época anterior*. 2. Durante el siglo xvin Europa siguió tomando del cs»-paňol nombres de la naturaleza y antropológia indianas: en-tonces se divulgó la existencia de un nuevo metal precioso, la platina, hoy platino (fr. platine, ingl. platina, platinum, it. platino) y la etnografia adoptó el término albino (it., ingl, y al. albino, fr. albin). El francés recibió pigne, mate, tomate, alpaca, lama (estos Ultimos habían penetrado antes en ingles). 3. La navegación ha propagado demarcación (fr. démať cation, ingl. demarcation, al. Demarkation), cabotaje (fr., ingles cabotage), embareadero (fr. embarcaděre, ingl. embar* cadere, embareadero), sobrestadía (fr. surestarie), arrecifň 40 Véase § 74 y bibliografia citada en sus notas 4 y 5. Además, putu el francés, Albert Doppagne, L'apport de ľespagnol au francais littérairt, de Barrěs á nos fours. Communication au «Xe Congres Intern, de Lúig. et Philol. Romanes», Strassbourg, 1962; Günther Haensch, Spanische Elemente im französischen Argot und in der französischen Volkssprache, «Rodolfo Grossmann Festschrift», Frankfurt, 1977; para el inglŕ», Harold E. Bentley, A Dictionary of Spanish Terms in English, with Special Reference to the American Southwest, New York, Columbia Univ. Press, 1932; Mario Pei, Aportaciones del espaňol al inglés, «Ha blemos», Suplem. de «El Mundo», San Juan de Puerto Rico, 5, 12 y 19 de junio, 1960, etc. g 114 El espaňol moderno 461 (ľr. récif); y el comercio, alcarraza (fr., ingl., it. alcarraza), úlo, ensilar, saladero (fr. silo, ensiler, saladéro; ingl. silo). La fáma del ganado merino, introducido en distintos países curopeos, se patentiza en el fr. mérinos, ingl., it. y al. merino. Varia difusión han logrado brasero (fr. braséro), ciga-rro (fr. cigare, it. sigaro, ingl. cigar), estampillar (fr. es-tampiller), carambola (fr., ingl. carambole, it. carambolo), rastracueros (fr. rastacouére). 4. Las vicisitudes históricas de nuestro siglo xix halla-ton eco en otros países. La guerra de la Independencia dio cclebridad a las guerrillas y guerrilleros espafioles (ingl. guerrilla, guerrillero, fr. guerrilla, guérrillero). Ya se ha tratado (§ IO64) de la aplicación de liberál con sentido politico que hizo fortuna en toda Europa. Las intrigas y revueltas de los teinados de Fernando VII e Isabel II dieron a conocer camarilla y pronunciamiento (fr. camarille, pronunciamiento, ingl. camarilla, pronunciamiento). Aplicada a las extremas izquier-das, y en 1873 a los republicanos, nació la calificación de intransigente, que pasó al fr. intransigeant, ingl. intransigent. Acuňada durante nuestra guerra civil, quinta columna logró rápida difusión (fr. cinquiéme colonne, ingl. fifth column, al. die fünfte Kolonne, it. quinta colonna). 5. La Espafia pintoresca ha sido tema de gran atractivo para los escritores extranjeros. Ya Beaumarchais emplea voces tan caracteristicas como séguédille y mája, y Bour-going, picador. Con el Romanticismo arreció la sugestión cjercida por las «cosas de Espafia». Victor Hugo, Mérimée, Cautier, Washington Irving y tantos otros se ayudan con hispanismos en su afán de buscar el color local: toreador, picador, banderille, gitane, patio, bolero, cachucha, rondalla, trabuco, saynéte, están atestiguados en la literatura francesa moderna, muchos de ellos en la inglesa y algunos en la ita-liana.