1 10 EL ROMANCE PRIMITIVU Y EL CASTELLANO MEDIEVAL Introduction Una vez vistos los antecedentes de la ťormación del castellano, se estudia en el presente capitulo una etapa de especial importan-cia y «obre la cual nuestro conocimiento sigue siendo limitado: la "época de los orígenes". Tras un periodo, de variable extension según los estudiosos, de una lengua ya difcrenciada del latín pero todavja homogénea, sc i ničia la fragmentación lingťiística en dia-lectos romances, entre tri los el castellano. Entre los primeros testimonios eseritos en romance se en-cuentran las Glosas Emilianenses y las Glosas Silenses, seguramente de mediados del s. x, lo que no significa que la lengua vernácula no llevara ya mucho tiempo utilizándose. Para encontrar textos literarios eseritos por completo en romance habrá que esperar a finales del siglo xn y comienzos del x 111, época en la que se fechan el Auto de los Heyes Magos, la Dišputa del alma y el cuerpo o la Facienda de Ultramar. También de los primeros aňos del s. xni parece ser la redacción original del Poema de. Mio Cid, obra cumbre de la literatura medieval castellana, y de mediados de la ceniuria, diversas creaciones del Mester de Clerecia, como la obra de Berceo. Un aspecto que merece especial atención en este periodo es la gratia, pues de su correeta interpretación dependerá la fiabilidad de nuestras conclusion es sobre cl nivel fonético. Coexisten en esta época distintas tradiciones de escritura, muchas de ellas con gran poligrafismo interno, por lo que hemos considerado interesante comentar dos documemos pertenecientes a tradiciones muy dis- 200 EV()[ .UCIÖN E HISTÓRIA l)E LA LENGUA ESPAIÍOIA pares a pesar de ser ambos coetáneos y relativos al mismo monas-terio del norte de Burgos. 10.1. LOS COMIENZOS DE LA ReCONQUISTA CRISTIANA Como hemos visto en el capítulo anterior, en siete aňos los musulmanes ocuparon la Peninsula Ibérica, a exccpdón del norte, cuya orografía lo había hecho siempre menos accesible a las in-vasiones. En csios tcrritorios, habitados por diversos pueblos que conservaban sus formas de vida más tradicionales, se refugiaron los nobles cristianos venidos del centro peninsular, gcntcs que se consideraban herederas del reino cristiano visigodo y que desde comienzos del siglo ix comenzaron a reivindicar su condición. I.OS distintos enclaves cristianos se organizaron en torno a dos grandes núcleos políticos: al oeste, el cántabro-asturleonés, que se extendía inicialmente por la cornisa norte desde Galícia hasta Alava, con capital en Oviedo, y a partir del siglo x, también por el sur hasta León, adonde se trasladó la capital del reino. El otro nú-cleo era el pirenaico, al ešte, formado por los condados de Cata-luňa en el extremo oriental -de estrechos vínculos con la Francia carolingia1- y hacia el interior, constituido por los condados ara-goneses v poľ d reino de Navarra, d más antíguo e important«, que en el siglo x ocupó La Rioja. Entre ambos núcleos, el antiguo Pais Vasco, y al sur, el condado de Castilla, convertido en reino en el siglo XI. La conciencia de idemidad religiosa y cultural de los hispano-godos del norte se fue aerecentando en el primer tercio del siglo xi y fueron surgiendo alianzas entre los distintos asentamientos. En esta tarea alcanzó especial protagonismo el rey Sancho III de Navarra (muerto en 1035), que no sólo se erigió en líder de los restantes núcleos cristianos, sino que además estableció relacio-nes y pactos con los francos del otro lado de los Pirineos, alianzas políticas y religiosas que sus sucesores se encargaron de ampliar. Comenzó asi la reconquista de los territorios dominados por los musulmanes, favorecida también por la desaparición en los mis- 1 En Hill Carlomagno conquistó Barcelona y csiableciô la Hamada Marca HUpáiiica, que seňalaba la froniera enlre c) reino franco v el islámico. EL ROMANCE PRIMITIVO YEL CASTELLANO MEDIEVAL. 201 mos aňos del califato de Córdoba y su Iragmentación en peque-ňos reinos de taifas, cuyas luchas internas debilitaron el poder del Islam en la Peninsula. Pero antes de todo esto, entre comienzos del siglo vín y finales del x, los cristianos habían vivido organizados en comunidades independientes, separadas las unas de las otras por la montaňosa geografia del norte y sin sentimiento de unidad frente a la Hispánia musulmana. 10.2. El nacimiento de los dialectos romances peninsulares Como comentamos en el capítulo 1, la formación de una len-gua a partir de otra originaria es un lento proceso que implica cambios en todos los niveles, transformáciou es cuya extension social y geográŕica no es uniforme en el tiempo y que da lugar a sucesivos estadios, cada uno de los cuales difiere ligerarnente del anterior. Si la evolución de la lengua originaria sucede de manera diversa según las zonas geográficas, se producirá una progresiva iragmentación lingúístíca. En el caso de la Peninsula Ibérica, la mayor parte de los inves-tigadores -siguiendo a Menéndez Pidal- opinan que hasta el siglo vín, durante el reinado visigodo, la lengua conservaba una considerable unidad, aunque no sin incipientes variaciones internas: es el llamado firotorromance. Con la llegada de los musulmanes, la fragmentación política del norte cristiano aceleró la fragmenta-ción lingúística del romance de estos territorios. En la llamada "época de los orígenes", que abarca el periodo comprendido entre los siglos vín y xi, se produce la division dialectal que da lugar, en primera inštancia, al Catalan en el extremo oriental -pertene-ciente a la orbita carolingia desde el siglo ix— y al gallego en el extremo occidental. Entre el catalán y el gallego se eneuentran el asturleonés, el navarro, el aragonés, el castellano y el riojano, dialectos que en algunos casos se fundieron pronto con los veci-nos, mientras que el leones, el castellano y el navarro-aragonés pervivicron durante más tiempo. Con el tiempo, el castellano se impuso sobre los otros dos, si bien aún hoy leones y aragonés mantienen parte dc sus rasgos dialectales primitivos2. ! Para un resumen de la formación y dislribución de estos domínios Imgňísiicos. v. 202 EVOLUCIÓN K HISTORLA DE LA LF.NGUA ESPAŇOLA Contrario a esta tesis es Wright (1988), quicn defiende la existencia hasta fecha mucho más tardía de un iberorromance sin diferenciaciones dialectales significaiivas, variaciones diatópicas que no eran ni más ni menos importantes que otros tipos de variaciones también presentes*. Pero, como dice Bustos Tovar (200;5: 276), "la eclosión de los afferentes dialectos en la eseritura, do-cumentada por eserito desde finales del siglo xi, la existencia de una literatura oral perdida muy anterior al Cantor de Mio Cid. y ťl desarrollo de las literaturas dialectales, [...], exigen una lenta for-mación de dominios lingüisticos diferenciados desde época muy primitiva". 10.3. LOS PKIMEROS TESTIMONIOS ROMANCES Corno ya herno* comentado en el capitulo 8, hay que teuer en cuenta que entre el empleo oral de una nueva variedad lingúística ý su plasmacíón escrita pasa mucho tiempo, y a veces no llega a producirse nunca (muchas Icnguas del mundo carecen de eseritura). En el caso del castellano y de las demäs Icnguas románicas, la eseritura no se ereô de la nadá, sino que surgió lentainente de la adaptación del sistema de eseritura latino: los mismos signos grá-ficos que durante siglos se habían venido empleando para la re-presentación del latín tem'an que sei vir ahora para los nuevos so-nidos romances. Esto hizo que hubiera muchas vacilaciones y que en cada escritorio se ensayaran solucíones en parte eoineidentes y en parte distintas a las de los restantes centros de eseritura. Uno de los primeros íestimonios de la eseritura vemácula son las Giostis Emjlianenm del monasterio de San Millán de la Cogolla (La Rioja). Éstas y las Glosas Silenses, de Santo Domingo de Silos (Burgos), siguen planteando numerosas incognitas tan to sobre su finalidad como sobre el dialecto que representan y la fecha en que fueron escritas. En un prineipio, Menéndez Pidal feeno las riojanas a mediados del siglo X, de acuerdo con los estudios pa- Busios Tovar (2005; § 5.2). * En relacíôn con cSTO, considers im anacronísnio el uso de rikjuclas como "casirllai'u o "aragonŕs" para hacer rclcrcncia a las wiedades dialectales con niuerioridad a 1250. pne* scgiin éL antes de los refcrrncias al Itnguag/; de CaslieHa o tasUllüno uiilUadas en la* obra* pairocinadas poľAlfonso X cl Sahio no exisiía dícha concicncia dialectal. EL ROMANCE PRIMITTVO YEL CASTELLANO MEDIEVAL 20í leográficos de la época, pero hada los aňos setenta se retrasô su datación a la segunda m i tad del siglo xi, con lo que dejaron de ser los documentos más antiguos en romance. Posteriormente, los hermanos Garcia Tur/a (1995) han vuel-to a adelantar la redaction de las Glosas Emiiianenses a mediados del siglo x basándose en su comparación con el Códice 46 de la Real Academia de la História, primer diccionario enciclopédico de la Alta Edad Media fechado en el aňo 964, eserito en un latín plagado de incorrecciones y cuya eseritura es de morfológia muy similar a la de las glosas. En los documentos notarialcs, que tratan sobre compraven-tas de tierras e inmuebles, límites entre tierras, donaciones, im-puestos o similares, la irrupción del romance es temprana, espe-cialmente en la mención de topónimos y antropónimos, y poco despucs para la redacción del texto o parte central (el protocolo o parte iniciál y el escatocolo o final siguieron escribiéndost; en latín durante mucho más tiempo). Esto es asi porque se trata de documentos que han de ser coniprendidos por las personas a las que afecta el contenido de los mismos. Pero en los siglos x y xi los documentos están redactados en lo que parece ser latin, si bien las inconseeuencias morfosintácticas y los freeuentes "erro-res*" gráfico-fonéticos permiten traslucir timidadmentc la realidad lingúística del habla dc los eseribas. 10-4. El. CASTEU-ANO PRIMITIVO El núcleo iniciál dc Castilla ('los castillos') es un territorio fuertemente forlificado por su carácter fronterizo con los mu-sulmanes, situado al sur de la montaňa santanderina, con el Pais Vasco al este, Asturias al oeste y Burgos al sur. Inicialmente es-tuvo formada por pequeňos condados que dependían de Leon, unificados en el siglo x por Fernán Gonzalez, primer conde de Castilla. En esta región del valle del Duero, zona muy despoblada antes de su temprana colonization eristiana, se forma la variedad romance que llamamos castellano. Caracterizado tradicionalmente como innovador con respecto a los dialectos vecínos, lo cierto es que los rasgos que se le atribuyen se basan rnás en el conocimien-to de lo que esta variedad llegó a ser que en los datos que nos 204 EVOLUCIÓN E HISTÓRIA DE LA LENGUA KSPAŇOLA proporciona la documentación de la época, eserita en latín "con faltas". Tanto las soluciones originales del castellano como las que comparte con los distintos cireundantes podrían explicarse como resultado de un proceso de nivelación linguística motivado por la variada procedencia dialectal de los colonizadores cristianos del valle del Duero (Ridruejo 1995). 10.5. Finales del siglo xii y comienzos del xiii La Europa occidental del siglo xn experimente un renaci-miento cultural que se tradujo, entre otras cosas, en la ereación de las universidades y en el surgimiento de una clase alta que de-mandaba una educación más completa y reíinada. En esta época, las traducciones al latín del árabe y, en menor medida, del griego y del hebreo introdujeron nuevas corrientes de pensamiento y un interes por un saber en cierta medida cnciclopédico. Pero ešte movimiento cultural no llegó a la Peninsula hasta el siglo xm, con la fundación de los primeros estudios generates (germen de las futúras universidades) en Palencia, probablemente en la prime-ra década del siglo. También de la primera mitad de la cen turia parecen ser bastantes monumenios literarios en lengua romance, la mayoría traducciones del latín u obras de inspiration en la literatura i'ranca conservadas en copias tardías. Más fiables para el conocimiento de la lengua de la época son los documentos no-tariales que en estas mismas fechas empiezan a eseribirse en romance, especialmente los de la cancillería castellano-leoncsa de Fernando III, como comentaremos mis adclante. 10.6. Primeros tf.xtos literarios En esta época ven la luz los primeros textos literarios eseritos en romance. Son todas obras en verso, con la única excepción de \aŕazienda de Uftnzmor-traducción de la Biblia con rasgos linguistic os del oriente peninsular-, y revelan una clara influencia en cuanto a géneros y temas de la tradición latina o de los modelos ťranceses, explicable por los estrechos vínculos de todo el noreste hispano con los territorios ultrapirenaicos vecinos. Los textos más tempranos ofrecen seriös problemas en cuamo a la valoración de su lengua, lo que se debe a la mezcla de variedades lingdísticas y, EL ROMANCE PRIMITIVO YEL CASTELLANO MEDIEVAL 205 en muchos casos, a nuestro desconocimiento actual del siistema de la rima antigua (Sánchez-Prieto, 2003). Estas obras en verso pertenecen a generös muy distintos. EI Auto de los Reyes Magos es un fragmento de una pieza de teatro que se nos ha transmitido a través de un manuscrito fechable a finales del siglo xii. Los problemas de interpretación linguística que plantea han dado lugar a una gran polémica sobre su posible au-toría franca, catalana, aragonesa o mozárabe, pero, como seňala Frago (2002), muchas de las "anomalías" podrían explicarse por las desconocidas cireunstancias de la transmisión del texto. Otra obra igualmente arcaica es el debate titulado la Dišputa del alma y el cueipo, adaptación del francés Un samedi par nuit Del segundo cuarto del siglo xm parece ser la Razón de amor, poema con remi-niscencias goliárdicas4 cuya lengua es una mezcla de castellano y aragonés. Por oiro lado tenemos una de las obras más importantes de la história de la literatura medieval castellana: el Cantor o Poema de Mio Cid, eserito en castellano y transmitido en un manuscrito cuya letra puede fecharse a comienzos del siglo xiv. Como se sabe, se trata de un poema épico que narra las hazaňas del Cid Campeador. El principal investigador de ešte texto, R. Menéndez Pidal, lo interpreta como un poema de carácter histórico, real, ligeramente deformado por las cireunstancias de su ereación y transmisión orales, si bien varios historiadores han demostrado la f alta de veracidad histórica de muchos pasajes y acontecimientos que se narran en el poema. No está de más que reproduzeamos aquí el explicit del texto, origen de tan tas diseusiones sobre la I ech a y la autoría de la obra: Quien eserivió ešte libro, jdéľ Dios paraíso, amen! Per Abbat le eserivió en el mes de mayo en era de mill e CC XLV aňos Para los ncotradicionalistas, como Menéndez Pidal, el Cantor se habría transmitido oralmente hasta que un copista, Per Abat, lo recogió en 1307 (defendían que el espacio que separa la C de la X en la dala había cstado ocupado por otra C, con lo que la fecha, 1345 de la era hispánica, correspondería 1307 de la cristiana, pero ' Los goliardos eran clérigos errantes que componían poesía ríimica en laiín de terna* profanoB. 206 EVOLUCIÓN E HISTÓRIA UK IA LKNC.ĽA ESPAŇOIA hoy se sabe que no exislió minca esa C); para los individualistas. Per Ahat ťue el autor genial que escribió el pocítia en 1207. La mayoría de la crítica actual coincide en posponer la fecha de la redaction que conservamos a finales del agio KU o COmien-/os del siglo xill, es decir, hacia la fecha de 1207 que figura en el explicit. Ann asi, el hecho de que nos hava llegado en una copia muy posterior al original y que desconozcamos las cireunstancias de la transmisión, hace que la atribución de muchos rasgos lin-guísticos a una determinada época no sea del todo segura. Por ultimo, se conserva im imponante grupo de obras per-icnecicnles al dcnoininadi» Mcstci de (llerecía, produ' l iones en verso que se eneuadran perfeetamente en la literatura europea, tanto en laiin como en francés. Son poemas narrativos de carácter eulto y de corte moralizante escritos en cuaderna via o tetrástico monorrimo (estrofas de cuatro versos de catorce sílabas y rima consonante). A ešte género pertenecen el Libro de Alexandre, el Libro de Apohnioy las distinias obras de Gonzalo de Berceo (poemas hagiográlicos, obras doctrinalcs y poemas a la Virgen), todas cercanas a 1250. El problema que plamean csios texios para la valoración del estado de la lengua es, una vez más, el peso de la rima y el metro en la selección de formas y. sobre todo. el hecho de que se conserven en copias muy posteriores a los originales, en varios casos con testimonios disiinios de una misma obra cuyas diferencias lingfiísticas revelan la huella de los escribas, que mo-derni/aron e iniiodujcron modificaciones acordes con su propia variedad linguistica. 10.7. Definitiva escisión entre escritura latina y el romance Si hay algo de irascendenial imporiancia, no sólo para el co-nocimicnio del esiado de lengua en una época, sino también para el proceso que ilevara a la estandarización del castellano» es la čiara escisión entre la escritura latina y la escritura romance que se produce en estos aňos. Kl latin sigue siendo la lengua de culiura para la prosa, pero la documentación notarial y los fueros munici-pales, esto es, las compilaciones de leyes por las que se regia una determinada villa, se escriben en lengua vulgar, pues son textos i FL ROMANCE PRIMH IVO V El < ASI KU ANO MEDIEVAL 207 que han de ser comprendidos por el pueblo llano (como el fuero de Madrid, de los primeros aňos del siglo xiii). Asi, por ejemplo, contrasta la obra historicit del arzobispo Jimenez de Rada (muer-to en 1247), escrita en latín, con los fueros extensos por él otorga- dos, todos en castellano. La comparacion de las obras originales de esta época con his producída* pocos aňos después durante el reinado de Alfonso X revela importantes diferencias de cai'ácter gráfico que nnichas veces han sido interpretadas como verdaderas diferencias ťoné-lieas. No ľesulta i azonable pensar que en cincuenn aňos la lengua hablada cambiara de una manera tan radical como podrian hacernos pensar las gralTas; lo que si ocurrió fue que la escriiura romance se habilitó como medio de expresión para cualquicr tipo de conlenido, lo que vino aparejado a una normali/ación cle la escritura en cuanto sistema estructurado de sígnos. No obstante, ya en la primera mitad del siglo xni se initio este proceso de relativa uormalización del castellano gracias a la figura de Fernando III, padre de Alfonso X, que en 1230 unió bajo su persona los rcinos de Castilla y de León. l.a documentación cancilleresca, que en su mayor parte venia escribiéndose en latín, empě/.ó a redaetarse en romance, y la variedad que se eligió fue el castellano, la lengua del reino que desde mediados del siglo xii poseta mayor poder politico, territorial y económico (Fernández-Ordôňez, 2005: 38-1). F.sto hizo que en todo el reino castellano-leonés el castellano adquiriera rango de lengua nacionál, privi-legiada con respecto al leonés, supremacía que posteriormente coniará con el respaldo y decisivo impulso del sucesor en el trono, Alfonso X. Aunque con im grado de inestabilidad algo mayor que la 11a-mada "norma grafica alfonsí" (v. 8.3.2.), la escritura de la canci-llería de Fernando III adelania todos los usos gráľicos de aquélla (Sánche/.-Prieto, 1**96). La lengua ha concluido las principales evolucion.es en el paso del latín al romance, como la simplifica-ciôn del sisiema vocálico y la diptongación de las breves lónicas, o la ereación del nuevo Orden palatal y de sibilantes sordas y sono-ras en el consonantismo, rasgos que resumiremos en el capítulo siguiente -junto a algvmas cuesiiones morfosintácúcas- por ser todos comunes a la lengua del siglo xni. Nos limitaremos en esu* capítulo a dar algunas orientaciones sobu- la grafía no cancille- VOS EVOLUUÓN E HISTÓRIA DK lA LENGUA ESPAŇOLA resca anterior a 1250 y comeniaremos dos textos pertenecientes a tradiciones de escritura distintas pero coetáncas, para que se aprecie la dištancia que separa unas formas de escribir de otras. La dificultad de interpretación y valoración linguísuca de es-tos tcstimonios tempranos ajenos a la cancillería de Fernando III esta, pues, en saber establccer el limite entre lo gráfico y lo foné-tico. 10.8. Caractkrísticas de i.a escriti;ra Un rasgo fundamental de la escritura de finales del siglo xii y principios del siglo xiu es su poligrafismo: no sólo los elemen-tos fónicos aislados, sino también las palabras enteras se pueden representar de distintas maneras; al mismo tiempo, una letra o grafía puede encarnar diferentes valores fonéticos. Esto se debe a que los escribas debieron uülizar las mismas grafías del latín para representar los nuevos sonidos de hi lengua hablada, lo que les llevó a ensayar soluciones distintas, de las cuales algunas tuvieron cierto éítito y se convirtieron en normas de escritura de un scriptorium determinado o, incluso, de una zona geográfica, mientras que otras sucumbieron en poco tiempo. Aun asi, lo más habitual es que durante ese periodo de lucha por una relativa normaliza-ción, las diferentes normas gráricas se influyan entre si y den lugar a una gran variación dentro dc un mismo texto. Durante estos primeros aňos de escritura romance, especial-mente con anterioridad a 1240, es muy frecuente que las formas que denotan evolución ťonética coexistan con las latinas etimoló-gicas. Asi, pueden alternar en un mismo texto noctey noche, hornine y omne, abundantiay abandoned ofilioyfijo, por poner algunos ejemplos. Esta variación gráfica era posible porque se trataba dc palabras o secuencias muy comunes cuya interpretación fonética no ofrecía problemas a los posibles lectores. La dificultad estuvo en la elección de unas grafías adecuadas para la represemación de los nuevos sonidos romances. Piénsese, por ejemplo, en el sistema de palatalcs, inexistente en latin. En ocasiones se echo mano de signos de baja productividad en latin, como la y, que cn un principio sólo se empleaba con el valor vo-cálico de /i/ en palabras de origen griego. Aunquc siempre mi-noriiaria respecto a í —la grafía más polivalente de la escritura me- EL ROMANCE PRIMITtVO V EL < --VSTK1 LANO MEDIEVAL 209 i dieval-, hay documentos castellanos antiguos que utilizan y para representar la consonante mediopalatal /j/, uso que acabó triun-fando, peroen las mismas fechas yen el mismo ámbi to geografi co otros documentos la emplean para la sibilante prepalatal /$/ ifiyo *hijo', conceyo 'concejo') y, por supuesto, también en alternancia con i. Otra gratia de empleo limitado en latin era eh, que, con valor de /k/ tras la pérdida de la aspiración, se seguía utilizando en voces de origen griego; en romance acabó adoptándose para la represemación de la palatal central /tf/ (noche, Uché), pero a finales del siglo xii y primeros aňos del siglo siguiente son frecuentes otras grafías, como la propia i o combinaciones del tipo gi o ggi. En otros casos, el uso de un determinado signo se vio íävoreci-do por ser el mismo del étimo, como U, lateral geminada en latín que evolucionó a palatal lateral en castellano (cabali.i; > caballo). Este dígrafo, sin embargo, tardó más en adoptarse cuando /*./ procedía dc la palatalización de los grupos iniciales cl-, pl- o fl-, grupos que se mantuvieron en la escritura durante cierto tiempo. Lo mismo puede decirse de nn (o n con la otra nasal suplida me-diante una tilde o lineta), grafía de la nasal palatal procedente, en la mayoría de los casos, de la geminada latina nn; o de x para la prepalatal sorda (annextj > anexo [anéxo]), lo que no impidió que se mantuviera como grafía de la secuencia fónica /-ks-/ en los cultismos (annexu > anexo [anékso], de introducción muy tar-día). Otras veces se acudió a una forma especial dc una determina-da letra. Es el caso de r (c con cedilla), que en un principio no fue sino un alógrafo de z en la escritura visigótica, z que mostraba un copete en su parte superior y que con el tiempo, al desarrollarse excesivamente dicho copete, terminó pareciéndose más a una c con una vírgula debajo, y acabó adoptándose en la escritura de la segunda m i tad del s. xin como grafía de la dental sorda, en especial ante a, o, u (fiierca, marco), frente a la z, representante de la sonora. Pero hasia ese momento, lo normal era encontrar la letra z tan to para la consonante dental sonora como paralasorda, lo que ha sido erróneamente interpretado por algunos estudíosos como una muestra de temprana neutralización y ensordecimien-to de las sibilantes dentales. Por otra parte, a pesar de todo el proceso de habilitación de grafías, nunea se llegó a una perfecta correspondencia biunívoca letra-fonema, lo que obedeció principalmente a que ešte criterio 210 EVOLUCIÓN E HISTÓRIA DE lALENGUA ESPAŇ< >| . no fuc sk-mpt i- el más importanle pan l<>s esctibas a la hora de elegir las graflas. Por ejemplo, aJ menos hasta el siglo xvt, el re-parto dc u y ť nada tenia que ver con la naturale/a vocálica nios en el comentario el análisis del nivel léxi- ÉLROMAN» 1 PRIMITÍVOVI l.( ASI H.I.WOMI 1)11 VAl 211 1. Archívu Histórico Nacionál, sección Clero, carpeta 284,9 Ferrandus dci %fM\.\ Rex Castelle Ä: Toletí. Omnibus hominibua ham car-tam uidentibua Salutem & gratiam. Fago nos (2) saber que poi la demanda que demandant n la nmgier cic Garei íerreia ŕi* s<>s liios al abbad S: (3) al co-mienio de Onna del molino de Sama maria de l.i nmela & de las heredades que dizitii que (4) «an cornpiadas de hieia d« lennttio: que ion Otorga-mientoacconplazemientodelAW).ul.) de Onna de la una [».m. & de la óha parte ton plazemiento & con otorgamiento de la mugier de 1 '.ľ< i i<\) ferrera £.* de so iijo el maior Alfonso garcia que lo otorgo ante mj: mandc- lo y(, pesquerir con pIaze(7)miento de amas las partidas& falle poľ pesíjuisa derechera que aqiiel molino .<- a<|uellas heicda(Stdes sobre- dichasqtie deuien sefcr «lel Monesterio de Onna derecha mienire. &di por i;i\dos -i fijos de (9) Card IViicra Sc a sos heiedeios: Ä: que allien UQnCUdo e| Abbad .V el < onuenio de Onna. Ond mando ( Uli vo que lo avan libre \-(piho. 8enunquamasrespondan por ello a fijos de Gat < i ferina njaqui (II) lo suyo heredarc. F. por que los ntros s<>s fijos de Garei ferrera Pedro garcia. .<■ Sancha garoa (12) ,s: Mari garcia no eran de edad de otorgar fueron Hadores ante mj dona Teresa su Auuela & (IS) [errand moro que ouando liieren de edai: que los fagiiii nenn a otorgamiento. Facta carta apud (14) scriuano Andrea de arroyo jexv. die January. ERA. Mcc.Lx. oetaua. Lo primero que llama la aieni ión es que el comien/o del documento, idéntico a todas las cartas de este lipo, está en latín. pues tiene un carácier formulario, niientras que el cuerpo del d<>( imiento, que dcsarrolla el contenido específico, aparece en castellano, pani que pueda ser comprendido por todos. La data-ción sigue la oa hisftánka, que parte de la conquista de Hispánia por Augnsto en el ano Síl l(. C por lo que hav que rcstar 38 aňos a la ťechaque aparece. A paitir del si^lo \i\ empie/a a aňadirse la datación por la era cristitma, esto es. la que torna conio referencia el aňo del nacimienio de (Iristo, v šerá la unica desde el sii^lu xv. - L/'KÍC <> Predomina el vocabulario jurídico. Palabras que ya no se em- plean son /j^i/mr'averiguar, liaccr pesquisas'; {pesquisa) derechera verdadera. justa'; dm pm caídos 'dar poi vencidos'; avei Htm equito, expresión lorniularia que equivale a "lihu- y sin cargas u obligacio-nes'; parudm "paries'. :>Ľ EVOLUCrÓN F. HISTÓRIA DE LA LENCUA ESPAŇOLA - Grafia La grafía del documento es idéntica a la "norma alfonsí", paradigma de la escritura castellana medieval, lo que nos indica que ésta conrinúa los usos gráficos de la cancillena de Fernando HI. Como consonante, y se utiliza para la mediopalatal (yo, ayan, suyo...), con la única excepción de maior, resto de una iradición más arcaica en la que y apenas se habŕa desarroUado. La sibilante prepalatal sonora se escribe i-j, g (fiio, fijo, mugier), mientras que no hay ningún ejemplo de sorda. En las sibilantes denioalveola-res se respeta la distinción sorda (c, c) y sonora (z), reservando p ante vocal no palatal: Gard, vencudo / dizien, plazgmiento. La palatal central se representa siempre ch (Sancha, dereefwa) y la nasal, nn (Onna 'Ona'), sólo una vez con n simple {dona 'doňa'). La doble />dc abbadfxxe normal hasta siglos despues, tanto en esta palabra como en sábbado. - FQnética El vocalismo muestra las soluciones caracteristicas del caste-llano. Diptongan las breves latinas {-mienlo, -mientre, mugier, Muela, avuela), salvo convento, que ha sido la forma triunfante. En mugier la vocal no ha sido absorbida por la consonante palatal. Hay apocope extrema en part, Ferrandy ond. Como hemos podido observar en el apartado dedicado a la grafía, las evoluciones consonánticas de palatales y sibilantes son las propias del castellano medieval, con oposición de sonoridad. - Morfosintaxis Se mantiene el participio en -udo (vencudo 'vencido'). Se respeta la distinción entre el posesivo masculino (so fijo) y el feme-nino (aw avuela). El articulo precede a otros determinantes: los otros sosfijos, la una part-, pero no se usa el articulo ante sustantivo plural en di por catdos afijos de Gard Ferrera. Se emplea el relativo qui sin antecedente para personas, y que para cosas. El imperfecto presenta la forma en -ié (dizien, avién). La oración nunca comien-za por un pronombre Átono:/ago vos saber'os hago saber1, viandé loyo pesquetir'mandé invesrigar'. Es un rasgo general de la lengua EL ROMANCE PRIMITIVO V EL CASTELLANO MEDIEVAL 21S medieval la repetición de la conjunción completiva que. Fago vos saber (fue [...] que con otorgamienlo; que cuandofueren dt edad que. 2. Archivo Historko Nacionál, sección Clero, carpeta 285, 6 Transcribimos sólo las die?, primeras lineas. Sabuda chosa sea e manificsta a quant^s esta karta uicrcn. ke jo don Michael por la grácia de dios abbat de Onna, & el conuicnto des logar abso-luemos e lessamos a uos (2) nuestros uassallos dc la nuez de rio de vrbel. ke sodes agora, c alos ke seran sienpre hi moradores. las semas ke faia aqui nos fazicdes en quinze quinze dias. kc nunqua (3) uos las demaudemos deste dia en adelani. ni nos ni los qui uernan de pues de nos. ni fagades nunqua serna por prémia. E uos kc nos ajudedes sienpre dos dias kada un anno. (4) unu a senbrar. c otro a irillar. con cuerpos ť con bues e con bestías. el qui otiiere jugu dc bues o de bestías ajude con cli. & el qui ouiere un bue do bestia ajude con ell. & el quj (5) non ouicre bue. o bestja. ajude nos con so cucrpo. e fazet la lauor bien e leal mientre Sc el quj touierc la nucstra chasa, deuos kada un dia destos. a kada unu de uos. dues libras (6) de las del cuende don Sancho. la una de trigo e la otr-a de comunna. e ujno a jantar, e un conducho condido. con sayn. o con mantccha. o con keso. Atal pleyiu uos fazemos csta (7) mercet & est lessamicnto de las sernas. ke qual sequier de uos. o de los ke seran. ke ouiere iugu de bues. o de besiias. o si ouicre heredat pora ell, ke nos de kada un anno, dos almudes (8) dc pan. ell unu dc trigo. & ell oiro de ordio. & un sueldo de dineros. si fucren los bues do las bestias (ales con ke pueda omne labrar. El qui ouicre un bue. do bestia con ke pueda (9) labrar. o heredat pora un hue. denos kada un anno, un almud e medio de pan. lo medio de trigo. elo medio de ordio. e nuď dineros. Ell acadcro denos kada un anno, un almud de pan (10) el medio dc trigo. & cl medio de ordio. & sex dineros. - Léxico El contenido del documento hace que la mayor parte del léxico se refiera a las relaciones feudales de vasallaje y al campo, como son las faenas agricolas (seminar, trillar...), los cultivos v alimen-tos (trigo, comuňa, pan, ordio, sain, manteca, queso...) y las medidas (almud, libra). Damos el signiftcado de las palabras y expresiones principales que ya no se utilizan en espaňol o que han perdido el sentido con el que aparecen en el testo: serna 'prestación a la que están obligados los colonos de un scňorío y que consisic en realizar faenas agricolas en determinadas fee-has'; par prémia 'por 214 EVOLĽCIÓN I- HISTÓRIA DK LA LENGUA E5PAŇOLA fuerza o coacción'; tenet la cam (dealguien) "pcrtenecer al servicio de alguien'; comuňa 'me?.cla de trigo y centeno'; pan 'cereales en general', ordio 'cebada'; conducho 'viveres, viandas"; condido 'sazo-nado, con dim en lado'; sain 'grasa'. - Grafia El sisiema de escritura de este documcnto es nuiy peculiar, pero no resulta en absolute caótico, pues demuestra una gran coherence interna; ademas, puede considerarse altamentc fonéti-co. Como características más llamaiivas pueden seňalarse, en primer lugar, las grafias para representor el fonema velar /k/: se usa ch (grafia, por otra parte, plenamente consolidada para la palatal: Sancho, conducho) ante vocal no palatal, principalmente a {Michael, mantecha, chasa) y menos veces k, en general en posición iniciál, ante e (ke, keso) y a veces ante a (kada); qu sólo se emplea ante la vocal palatal i, nunca ante e5. Otro aspccto que llama la atención es el empleo dcjpara la mediopalatal: jo 'yo', ajudedesy aJude 'ayu-áaťjugu 'yugo\ jantar'yantar'. El empleo de -u final en el masou-lino singular seguramente sea ya una cuestión gráfica, aunque no hay que descartar que se deba a inllucncia del vasco. - Fonctica En el vocalismo se han cumplido todas las evolucioncs pro-pias del castellano. May siempre diptongación de las breves latinas (manifesto, conviento, sienpre...; pues, cuerpo. faxe, cuende, nuef...), in-cluso en casos que despucs no triunfaron, como convientoy cuende. En bue< huee< bove se han reducido las dos e, en lugar de disimi-lar la scgunda (buey). La apocope extrema aparece en adelant, esly nuef< nueve, con posible ensordecimiento de la consonante final. También sería extrema la apocope en akelly ell (generalmente, asi ante vocal) si consideramos la //como verdadcra palatal o gemina-da, aún sin simplification en A/. Encuantoarf^< de esse, la forma es para el demostrauvo fue la más habitual durante todo el sigio xin. Hay trueque de sibilantes sordas, concretamente de alveolar 5 La representation de /ku/ en quarla* qua/, quanm (ue iiorma! hasia el siglo xvm. Distinio cs el oijo i)e nunifna. que probablcmeme fuera /nunka/. EL ROMANCE PRIMITIVO VEL CASTELLANO MEDIEVAL 215 en lugar de prepalatal, en lessamiento, de lessor < lexar< laxAre (hoy dejar). En senhiar< seminAre se ha producido síneopa de la vocal intertónica, disimilación de nasales y definitiva cpemesis de /b/ entre éstas; no asi en uernan (vernán) > vendrán. Tratamos la oposición dos/dues en morfosintaxis. - Morfosintaxis La forma lo en la linea 9 lo medio de trigo e lo medio de ordio ('la mitad de trigo y la mitad de ordio'), cstructura que en la linea siguiente presenta el, es un caso de "neutro de materia" con sus-tantivo no coniablc. Se emplea el articulo ante posesivo (la nuestra rasa). Sc mantiene la diferencia formal entre el femenino dues libras, sue mujer (fuera del texto transcrito) y el masculino dos días, so cuerpo. El relativo owise emplea precedido del articulo sin ante-cedente cuando se refiere a persona (los II LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIIIY EL SIGLO XIV iNTRODUCCrÓN La segunda mitad del siglo xni tiene como protagonista en el ámbito de las letras al rey Alfonso X el Sabio, considerado el gran impulsor de la literatura en castellano y, en consecuencia, de la propia variedad lingiiística, que adquiere una solidez desconoci-da hasta entonces. Ciertamente, Alfonso el Sabio elige el castellano como lengua de la administración de su reino y, lo que es aún más importante, como lengua para la expresión de materias antes reservadas al latin o al árabe clasicos. No obstante, tanto el uso del castellano en la documentación emanada de la cancillería castellana como la llamada "norma al-fonsi", basada en la correspondencia biunivoca letra-fonema, denen su origen en el reinado del padre de Alfonso, Fernando III el Santo. Tras la descripción de las principales características del castellano del siglo xin y del comentario de un breve fragmento dc la IV Parte de la General Estotia alfonsi, pasamos a comentar la situa-ción histórica, lingüistica y literaria del siglo xtv, época de gran inestabilidad política y social en Espaňa y en la que buena parte de la literatura tiene una marcada intención moralizante. Ademas de obras didácticas tales como el Libro del Conde Lucanor de don Juan Manuel, destacan las historiográfkas y los incipientes relatos caballerescos, como el Libro del Caballero Zifar, asi como una de difícil clasificación, el Libro de Bven Amor del Arcipreste de Hita, cuyos rasgos lingüisticos serán objeto de análisis en el apartado dedicado al comentario de texto.