6JPREFIJACION YCOMPOSICIÓN En la tradición linguistica hispànica, la prefijación pertenecia a la composición, y bajo la denominación de derivación se entendìa automàticamente la sufijación. Està concepción tradicional que hunde sus raices en la primera gramàticade la lengua espanda (1492) y, si vamos aùn mas atràs, en las obras gramaticales latinas, es perceptible basta nuestros dias incluso en los autores que reconocen, al menos en principio, el caràcter derivativo de la prefijación, y tanto mas en los que prefieren verla como un procedimiento distinto tanto de la derivación (sufijación) como de la composición. El primer linguista espanol que diferenció clararnente la prefijación de la composición (y también de la derivación, identificada tradicionalmente con la sufijación) fue Menéndez Fidai (1918: 170). Bustos Gisbert (1986) explica la posterior evolucióndel concepto de prefijación con estaspalabras: A partir de las reflexiones de F. de Saussure [...] se considera que los prefijos -sean o no preposiciones- carecen de autonomia funcional y semàntica, por lo que se incluyen en un apartado generai denominado "derivación", junto con los sufijos e infijos. Està clasificación, en h'neas generales, se mantiene, desde ese momento, en todos los autores, estructuralistas o generativistas, quienes definen, formalmente, los compuestos como unidades bimonemàticas (o bilexemàticas) frente a los derivados, que son mo- nolexemàticos. (Bustos Gisbert 1986: 57) Hay que anadir, sin embargo, que a diferencia de "todos los autores" a los que se refiere Bustos Gisbert, la Academia no solo mantenia el caràcter compositivo de la prefijación todavia en el Esbozo (1973), sino que sigue defendiéndolo basta Prefijación y composición ahora en forma de la categoria gramatical asignada desde el DRAE (1992) a todos los elementos prefijales con excepción -mas o menos- de los prefijos vulgares. La etiqueta elemento compositivo que recibe la mayoria de los prefijos incluso en la 22a edición del DRAE (2001) fue fuertemente criticada por Torres Martinez (2008) en su excelente arti'culo sobre el tratamiento lexicogràfico de los elementos prefijales cultos, donde liamo la atención sobre la discrepancia entre la postura generalizada de los gramàticos por una parte, y de los lexicógrafos académicos por otra. Como advierte la autora, en las ùltimas ediciones del DRAE se considera como elementos compositivos a muchos morfemas prefijales que Varela y Martin Garcia (y mas recientemente la NGRAE) ubican en la derivación (auto-, multi-, poli-, super-, etc.). Torres Martinez cementa al respecto: Estas unidades ya no se sienten como elementos de origen grecolatino cargados de especificidad semàntica, pues se han convertido en morfemas ampliamente productivos en nuestra lengua, aspecto por el que, a nuestro parecer, merecen catalogarse en la actualidad como "prefijos". (Torres Martinez 2008: 400) En algunos prefijos cultos, la asignación de la categoria morfològica en elDRAE (2001) es totalmente aleatoria. Para ilustrarlo, los morfemas anti- y extra- se registran en el diccionario académico como prefijos, pero ilógicamente, hiper- y ultra(igualmente de origen preposicional) se consignan alii como elementos compositivos. Por encima, incluso el tratamiento de los prefijos vulgares en la 22a edición del DRAE resulta inconsistente, si no caòtico. Para los elementos con- y des- se utiliza la etiqueta prefijo, mientras que ante- recibe la denominación de elemento compositivo y, curiosamente, cantra- y tras- figuran en el DRAE solo como preposiciones "usadas en voces compuestas como prefijos". En resumen, las diversas designaciones empleadas en la ùltima edición del diccionario académico para catalogar los elementos prefijales en espanol no corresponden a ningùn criterio fijo y dan la impresión de ser utilizadas como meros sinónimos en vez de términos discriminatorios. Para serjustos, semejantes incoherencias terminológicas aparecen asimismo en algunos diccionarios extraacadémicos, como resulta también del anàlisis de Torres Martinez antes citado. Después de està breve introducción que pretendia dar cuenta de las persistentes dudas acerca del estatuto de los elementos prefijales en la linguistica hispànica, podemos proceder a un anàlisis critico de los principales argumentos a favor y en contra del caràcter derivativo de la prefijación. Conviene empezar por la recién publicada NGRAE (2009), elaborada por la suprema autoridad linguistica: la Real Academia Espanda y la Asociación de Academias de la Lengua Espanda. Yahemos mencionado en otro lugar que desde la primiera edición de la GRAE (1771) basta el Esbozo (1973), la Academia mantenia la postura tradicional consistente en la inclusión de la prefijación en la composición. En la NGRAE (2009: 23), los académicos Prefijación y composición \r fin "mientras que en los estudios clàsicos era mas comùn ubicarla [la prefijación] en la composición, en la actualidad se la situa de forma mayoritaria en la derivación". A pesar de elio, de la selección de titulos para los capitulos dedicados a la afijación se desprende claramente que los académicos todavia no estàn dispuestos a otorgar alos prefijos el estatuto de elementos derivativos de pieno derecho. Seguramente no es casualidad que todos los capitulos que se ocupan de los diferentes tipos de sufijación lleven por titulo La derivación (nominai, adjetival y adverbial, verbal, apreciativa), mientras que la parte dedicada a los elementos prefijales se titula simplemente La prefijación. Ademàs, ya en el segundo pàrrafo de dicho capitalo se expresan dudas sobre la pertenencia de la prefijación a la derivación, aunque la NGRAE (2009:663) anade resignadamente: "En la gramàtica contemporànea tiende a interpretarse la prefijación como una forma de derivación, no de composición". Sin querer despreciar los aportes de la nueva gramàtica académica, bay que constatar que ya la GOLE (1999) expuso muchas cuestiones problemàticas relacionadas con la prefijación de una manera mas pormenorizada y menos ambigua que la NGRAE (2009), la cual, por cierto, se inspirò en la primera mencionada. Del capftulo La prefijación de la GDLE, escrito por Varela y Martin Garcia, pueden extraerse varias consideraciones relevantes sobre el caràcter derivativo o compositivo de la prefijación. Por un lado, las autoras de dicho tratado admiten que, dada la existencia de los prefijos cultos sin autonomia léxica, no es sostenible considerar toda la prefijación como una forma de composición, tal como lo hizo en su tiempo el Esbozo (1973). También la existencia de alomorfos (uno ligado y otro libre) de algunos prefijos y una relación menos estrecha de la prefijación con la sintaxis hablarian, segùn Varela y Martin Garci'a, contra la inclusión de la prefijación en la composición. Por otro lado, el mayor obstàculo en el reconocimiento del prefijo como elemento derivativo radica en las diferencias entre los dos tipos fundamentales de afijación, siendo la sufijación el mecanismo prototipico y tradicional de la derivación. El sufijo es el nùcleo categorial de la palabra derivada, mientras que el prefijo no modifica la categoria gramatical del lexema, lo que "inclina a algunos autores a considerar la prefijación como un procedimiento morfològico distinto de la derivación pero no por elio igual a la composición" (Varela y Martin Garcia 1999: 4996). Evidentemente, Varela y Martin Garcia comparten està opinión reservada, pues concluyen el primer apartado de su estudio (pàg. 4997) con la siguiente constatación: "la prefijación no puede, en rigor, ser considerada derivación ya que una caracteristica fundamental de la derivación por excelencia -la sufijación- es cambiar la categoria de la base". Este argumento se examina mas detenidamente en el capitulo 3 del presente trabajo. En sus Procedimientos deformación de palabras en espanol (1999), también Almela se ocupó detalladamente del problema de la pertenencia de la prefijación a la derivación o a la composición, achacando el problemàtico estatus de la prefijación a la heterogeneidad de los morfemas prefijales: iijai.iuil y la causa puede estar en el hecho de que,bajo el nombre de prefijos, se agrupan formas dispares: unas se parecen a bases de origen culto independiente (scudo, lago, neo...), otras se han lexicalizado -o estàn en vias de elio- (ultra, super...) y otras son preposicionales (a, de, in, sabre...); es lògico que el alineamiento agrupado de formas tan diversas lieve consigo una fuente de discrepancias. (Almela 1999:26) Aparte de la heterogeneidad de los elementos prefijales, presenta un gran obstàculo para una visión mas compacta de la prefijación y de los demàs procedimientos de formación de palabras sobre todo la diversidad de los criterios de clasificación (el origen del morfema, su posición respecto a la base, su valor semàntico, etc.) que se traslucida ya en las opiniones recogidas en los pàrrafos anteriores. Por eso vamos a exponer seguidamente los principales enfoques teóricos aplicados por separado o combinados entre si para delimitar la prefijación de la composición, y analizaremos las ventajas e inconvenientes de cada uno de los principios clasificatorios anteriormente mencionados. Criterio etimológico-categorial De acuerdo con el enfoque tradicional, se adjudica el estatuto de prefijo a elementos procedentes de determinadas clases de palabras. Como ejemplo de la aplicación del criterio etimológico-categorial podemos mencionar a lordan y Manoliu (1972: 38), quienes caracterizaron los prefijos como elementos originados de preposiciones y adverbios, contrastàndolos con los pseudoprefijos que "se diferencian de los prefijos, no tanto por su función cuanto por su origen y por el sentido que confieren a las palabras". Desafortunadamente, mas addante se afirma, en la misma obra (pàg. 44), que también los prefijoides pueden proceder de preposiciones, ademàs de adjetivos, sustantivos, etc., con lo que la anterior delimitación queda relativizada. Es evidente que lordan y Manoliu no consiguieron encontrar una respuesta univoca a la cuestión del caràcter derivativo o compositivo de los prefijos y prefijoides, porque a pesar de titular el capitulo correspondiente La derivación con prefijos y con seudoprefijos, su exposición termina como sigue: "Las diferencias indicadas basta aqui [...] nos autorizan a separar las formaciones con prefijo de las palabras compuestas con un seudoprefijo: estas ùltimas mas bien se parecen a las palabras compuestas" (lordan y Manoliu 1972: 47). También M. Seco (1980) fundamentó su distinción entre prefijos y rai'ces prefijas (que segùn él coincide con los h'mites entre derivación y composición) al menos parcialmente en una perspectiva etimològica. Es verdad que su definición de raiz y afijo es primeramente semàntica (véase mas abajo); la cuestión es, sin embargo, por que no figuran en la nòmina de los principales prefijos de Seco los elementos prefijales de cantidad y tamano que otros autores -basàndose igualmente en el criterio de la autonomia semàntica del morfema antepuesto- sitùan dentro de la prefijación (hi-, maxi-, mega-, micro-, mini-, multi-, poli-...). La posible respuesta estriba justamente en una restricción de tipo etimológico-categorial que Seco no menciona exph'citamente. Aunque dicho gramàtico destaca en varias ocasiones el origen grecolatino de las llamadas rai'ces afijas, el caràcter popular o culto del morfema prefijal no resulta decisivo para él, ya que en su nòmina de los principales prefijos también aparecen algunos elementos grecolatinos. La clave està en la categoria gramatical del formante en su lengua de origen (el latfn o el griego): pràcticamente todos los elementos cultos que Seco cataloga como prefijos proceden de preposiciones o adverbios (extra-, hiper-, hipo-, infra-, inter-, intra-, retro-, super-, supra-, trans-, ultra). Cabe anadir que en los estudios publicados mas recientemente, este criterio esencialmente diacrònico ya no se considera de tanta relevancia y se toma en cuenta preferentemente el funcionamiento y el valor semàntico actuales de los prefijos. Criterio de autonomia semàntica Los linguistas que recurren en su caracterización y delimitación de la prefijación al criterio semàntico restringen el papel del prefijo a una modificación del significado de la base. En su gramàtica, M. Seco (1980: 186) dio la siguiente definición semàntica del afijo: "la raiz es la parte que encierra la idea generai de la palabra, y el afijo es un factor que modifica y concreta, en un determinado sentido, esa idea generai". De manera similar, Varela y Martin Garci'a (1999: 4998) definen los prefijos como "adjuntos que modifican el significado de la palabra compleja de manera «circunstancial»". Sin embargo, basta con comparar las nóminas de prefijos de Seco y de Varela y Martin Garcia para darse cuenta de que el criterio de autonomia semàntica no es suficiente para delimitar con nitidez los prefijos genuinos de los prefijoides o formas afijales grecolatinas. Los prefijos de cantidad (uni-, bi-, poli-, multi-) son para Seco rai'ces prefijas, esto es, elementos compositivos. Varela y Martin Garcia encuadran, al contrario, en la prefijación estàndar no solo los cuantificadores, sino también los llamados prefijos calificativos. En este grupo se hallan las formas cultas homo-, equi-, iso-, hetero-, seudo-, neo- y paleo-, de origen adjetival, cuyo valor semàntico sobrepasa, a nuestro entender, la mera modificación circunstancial postulada por Varela y Martin Garci'a. Para separar los prefijos cultos de los prefijoides, también Almela (1999) empieo como criterio discriminatorio el valor semàntico del morfema antepuesto. Segùn este linguista, no pertenecen a la prefijación las rai'ces prefijas y los numerales, pero si las antiguas preposiciones grecolatinas y algunos formantes "cuyos semas son mas pronominales (genéricos) que simbólicos (especificos):micro, mìni, multi, pluri, uni, bien, mal..." (Almela 1999: 62). Dejando aparte la inexplicable inclusión en este grupo del elemento uni-, descartado del inventario de los prefijos como numerai justamente en la frase anterior a la citada, queda claro que para Almela, los elementos prefijales de cantidad precisa son -por su valor semàntico demasiado concreto- formantes de composición, a diferencia de los de cantidad imprecisa, que pertenecen a laprefijación. Segùn se desprende de la variedad de resultados obtenidos por la aplicación del criterio semàntico al campo de la prefijación, son ciertas las palabras de Rodriguez Foncé (2002:28) de que es sobre todo en el subgrupo de los prefijos cuantificativos donde "la frontera entre el proceso derivativo y el compositivo se vuelve muy borrosa". Como hemos observado, Varela y Martin Garcia, asi como Seco y Almela, operan con el criterio de autonomia semàntica para separar los verdaderos prefijos de los prefijoides o formas cultas, pero con resultados muy dispares: segùn Varela y Martin Garcia, los elementos prefijales de cantidad precisa e imprecisa son prefijos; Seco, por su parte, considera ambos subtipos de cuantificadores como constituyentes compositivos, y Almela excluye los numerales (aunque no de una manera consecuente) por ser demasiado especificos, otorgando el estatuto de prefijos solo a los elementos que expresan cantidad imprecisa. En la siguiente tabla se sintetiza el estatuto de los prefijos cuantificativos segùn las tres concepciones arriba descritas. Es digno de mención que de las cuatro combinaciones posibles, solo una no està representada26, lo que ilustra bien la variedad de opiniones sobre la prefijación incluso dentro de un campo semàntico concreto. Seco Almela Varela y Martin Garcia Prefijos de cantidad imprecisa composición derivación derivación Prefijos de cantidad precisa composición composición derivación Criterio de autonomia léxica Otro criterio posible, aplicado solo esporàdicamente para distinguir entre los afijos y los elementos compositivos (Alvar Ezquerra 2002; de forma marginai también Lang 1992), està basado en la autonomia léxica del morfema prefijal. Asi, se consideran como morfemas derivativos exclusivamente tales formas que no existen 26 Nmgiin autor planteó la hipótesis absurda de que los prefijos de cantidad imprecisa pertenecieran a la composición, y los de cantidad precisa, a la derivación. en la lengua como unidades independientes, o sea, palabras autónomas. Por la aplicación estricta de este criterio qaedarian excluidos de la derivación casi todos los elementos vulgares de origen preposicional y adverbial (ante-, con-, cantra-, entre-, bien-, mal-,etc.) y, al contrario, aparecerian en el inventario de prefijos muchas raices cultas que segùn otros criterios (el semàntico o el etimològico, por ejemplo) serian constituyentes compositivos. Es verdad que todos los linguistas que se ocupan de la prefijación hacen por lo menos una breve mención acerca del caràcter libre o trabado del primer elemento de la palabra prefijada, pero dado que, desde Nebrija, los prefijos pueden ser tanto morfemas libres como ligados, dicha caracteristica siempre se consideraba solo complementaria. Fue Alvar Ezquerra (2002) quien convirtió la autonomia léxica del prefijo en el criterio de delimitación fundamental, situando la prefijación vulgar en la composición, y la culta, entre los procesos derivativos. Igualmente Lang ve en la autonomia léxica de algunos prefijos un rasgo que diferencia la prefijación de la derivación: La derivación conlleva la combinación de palabras o morfemas léxicos mas afijos, mientras que la composición consiste en la unión de palabras, ya se trate de formas libres o morfemas léxicos. [...] En la prefijación los morfemas libres tienen que unirse a otros morfemas libres o léxicos, resultando un proceso intermedio entre derivación y composición. (Lang 1992: 25) Lang se refiere aqui a la prefijación vulgar en que intervienen morfemas libres (p. ej. contradecir, malparado) y llega a la conclusión de que "asi, algunos tipos de prefijación podrian considerarse como ejemplos de composición, segùn estudios particulares que han realizado algunos linguistas" (Lang 1992: 25). Después de estas palabras cabria esperar una postura intermedia acerca del estatuto de los prefijos, pero mas addante (pàg. 35), el autor citado afirma, sorprendentemente, que "la prefijación constituye un àrea homogénea dentro de la derivación, frente a la sufijación, que es mas compleja". Ahora bien, si la prefijación vulgar de hecho tiene mas similitudes con la composición que con la derivación, hablar de homogeneidad de los elementos prefijales es bastante atrevido27. En todo caso, a diferencia de Alvar Ezquerra, que fundamentó su división de la prefijación en vulgar (procedimiento de composición) y culta (proceso derivativo) precisamente en el criterio de autonomia léxica, Lang no selecciona el inventario de los prefijos ni segùn la correspondencia entre determinados prefijos y preposiciones, ni restringiendo el valor semàntico del prefijo a un mero modificador del significado de la base, tal como lo postulan Varela y Martin Garcia (1999) y Almela (1999). En realidad, los prefijos consignados por Lang son simplemente los que caben en los campos 27 Compàrese està mención con el comentario de Almela (1999: 26) sobre la heterogeneidad del inventario de prefijos. semànticos establecidos a partir de la propuesta de Urrutia Càrdenas (1978). Ademas de ellos aparecen como inclasificados los adverbios bien y mal y los prefijoides, "que actùan, especialmente en términos neologisticos, como verdaderos prefijos" (Lang 1992:221). *** Al comparar los distintos grupos de elementos prefijales y su estatuto a partir de los criterios de autonomia semàntica y léxica, vemos que ambos enfoques solo coinciden en ubicar los prefìjos cultos de origen preposicional (las preposiciones impropias, segùn el Esbozo) en la derivación. En lodo lo demàs, los resultados son divergentes: los prefijos vulgares pueden clasificarse como elementos derivativos (segùn el criterio semàntico) o compositivos (de acuerdo con el criterio de autonomia léxica); las formas cultas se asimilan, desde el punto de vista semàntico, a los elementos compositivos, pero, por su caràcter trabado, también pueden considerarse morfemas derivativos al igual que los prefijos cultos procedentes de preposiciones griegas o latinas. En la siguiente tabla se resumen -necesariamente de manera simplificada- los resultados de la aplicación de los criterios analizados en este capitulo, especialmente importantes para la determinación del caràcter derivativo o compositivo de los elementos prefijales en espanol. Estos aparecen divididos en los tres tipos bàsicos (prefijos vulgares28, prefijos cultos y raices prefijas), siempre con la indicación de su estatus segùn el criterio respectivo. Criterio etimológico- categorial Criterio de autonomia semàntica Criterio de autonomia léxica o- mfa rifa Prefijos vulgares (onte-, cantra-, etc.) derivadón derivación composición Prefijos cultos (unti-, inter-, etc.) derivación derivación derivación Rafces prefijas (bio-, cardio-, etc.) composición composición derivación los prefijos vulgares, cuyo caràcter derivativo es defendible con ayuda de los criterios etimológico-categorial y semàntico, a los que se suman todavia otros que examinaremos mas detenidamente en el capitulo dedicado a las formas prefijales cultas. En centra puede aducirse solo la autonomia léxica de los prefijos vulgares que coinciden con preposiciones (y adverbios, segùn algunos lingùistas). El verdadero escollo para un tratamiento homogéneo de los morfemas prefijales lo representan las formas prefijales cultas. Segùn los enfoques etimológico-categorial y semàntico (ambos interconectados, como se ve en los resultados referidos a los prefijos vulgares y cultos), las raices grecolatinas parecen ser constituyentes compositivos. Por otra parte, se trata de morfemas no autónomos, y también de acuerdo con otros criterios complementarios que analizaremos en el próximo capi'tulo, las formas cultas muestran un comportamiento prefijal. De està cuestión nos ocuparemos a continuación. •s£bW H C°mpa7C10n Se deduce ^e de lostres grupos de elementos prefijales establecidos, son los prefijos cultos los que menos controversia causan ya que pueden consld elememos derivatiyos ^ ^ ^ ^ ^JJ^ poco problemàtico se muestra también el grupo de pocos prefijos considerai vulgares solo por su