Texto 3. Manuel Puig, Boquitas pintadas* Lean el texto y fíjense sobre todo en el aspecto léxico. ¡Y mi vestido está chingado! Pancho, mirame lo de arriba nada más, el escote cuadrado y las mangas cortas, no me mires el ruedo que está chingado y se me pasa la enagua, ¿por qué se cruza a la otra vereda? ¿no me vio? Sí que me vio, ¡Pancho! ¡se metió en la confitería! ¿es amigo del comisario? ¡el hijo nuestro se va a quedar cieguito! y yo agarro la lavandina y me la tiro encima y me quemo toda, por mala que no lo cuidé a mi nene, sin padre y cieguito, un día se me cayó de la cuna que no sabe dónde poner las patitas chuecas y se partió la frente, se le abrió en dos la cabecita y se me murió, ¡el castigo va a ser ese! que el padre se va a arrepentir demasiado tarde, queda solo y vuelve al rancho […] ¿ya estará blanqueada la ropa para sacarla del balde? no, le debe faltar un rato ¿no lo voy a ver al nene? ¡y después vuelvo corriendo las quince cuadras a sacar la ropa de la lavandina! y hoy no vamos a tener tiempo de jugar a nada porque me atrasé, piojito, pero mañana a la tarde mamá te va a abrigar con la pañoleta nueva y te va a llevar hasta la plaza, que veas pasar los autos, que a vos te gusta mirarlos, un día te voy a traer que veas los canarios […] y tu papá no me saludó porque estaba apurado ¿se iba a la zapatería para darnos una sorpresa? de tanto andar sin zapatos tengo miedo que te me quedes chueco para siempre, aunque todos son chuecos los piojos como vos, hasta que cumplen dos años. ________________________________ * En: Frago Gracia, Juan Antonio, Franco Figueroa, Mariano (2003): El español de América, 2ª ed. corr. y aum., Cádiz, Universidad de Cádiz, pág. 265-266.