Calderón de la Barca: “La vida es sueño” Comentario de Texto BASILIO Pésame mucho que cuando, Príncipe, a verte he venido, pensando hallarte advertido, 1450 de hados y estrellas triunfando, con tanto rigor te vea, y que la primera acción que has hecho en esta ocasión un grave homicidio sea. 1455 ¿Con qué amor llegar podré a darte agora mis brazos, si de sus soberbios lazos, que están enseñados sé a dar muerte? ¿Quién llegó 1460 a ver desnudo el puñal que dio una herida mortal, que no temiese? ¿Quién vio sangriento el lugar, adonde a otro hombre dieron muerte, 1465 que no sienta? Que el más fuerte a su natural responde. Yo así, que en tus brazos miro desta muerte el instrumento, y miro el lugar sangriento 1470 de tus brazos me retiro; y, aunque en amorosos lazos ceñir tu cuello pensé, sin ellos me volveré, que tengo miedo a tus brazos. 1475 SEGISMUNDO Sin ellos me podré estar como me he estado hasta aquí, que un padre que contra mí tanto rigor sabe usar que con condición ingrata 1480 de su lado me desvía, como a una fiera me cría y como a un monstruo me trata, y mi muerte solicita, de poca importancia fue 1485 que los brazos no me dé, cuando el ser de hombre me quita. (1. Localización.) El texto propuesto para el comentario es un fragmento de la Jornada II de “La vida es sueño”. Esta obra se sitúa en la segunda etapa de la producción teatral de Calderón de la Barca, que se caracteriza por la preferencia por temas ideológicos y simbólicos, el barroquismo del estilo y una mayor elaboración de la estructura. Su teatro se hace así más reflexivo y menos espontáneo que el de Lope de Vega. Ambos, Lope y Calderón, son las máximas figuras de la comedia española de los Siglos de Oro, y encabezan cada uno de los ciclos o conjuntos de autores del teatro barroco. El argumento de “La vida es sueño” es el siguiente: cuando nació Segismundo, príncipe de Polonia, un horóscopo vaticinó que sería un rey cruel y tirano. Para evitarlo el rey Basilio, su padre, ordenó que se le encerrase en una torre. Pasados los años, al empezar la obra, el rey vacila, y decide someter a su hijo a una prueba: manda traer a Segismundo narcotizado al palacio, y ordena que, al despertar, se le trate como príncipe. Si su conducta es prudente y virtuosa lo nombrará su heredero; si, por el contrario, se muestra soberbio y violento, lo volverá a encerrar en la torre, y el noble Clotaldo le persuadirá de que todo ha sido un sueño. El resultado de la prueba es negativo: Segismundo amenaza a Clotaldo, se enfrenta con el noble Astolfo, trata descortésmente a Estrella y acaba matando a un criado por el sólo hecho de llevarle la contraria. El fragmento a comentar comienza en este punto. En él se produce el primer encuentro entre Segismundo y el rey Basilio. (2. Contenido y personajes.) El texto presenta un enfrentamiento entre las posturas de ambos personajes. Basilio reprocha a Segismundo su conducta violenta (el asesinato del criado); en su lugar, debería esforzarse en dominar su destino. Segismundo, por su parte, le echa en cara la crueldad de haberle privado de libertad y educación. Ambas posturas son explicables a partir de lo ocurrido y el carácter de los personajes. En el caso de Basilio, el motivo para encerrar a Segismundo fue la razón de estado: según el horóscopo sería un rey tirano y despiadado, que causaría la ruina del reino. Aunque privarle de su libertad era un mal, pensó que con ello guardaba de un mal mayor a sus súbditos. El desarrollo de la obra muestra el error que cometió, pues Segismundo acaba convirtiéndose en un príncipe virtuoso y prudente. Si se mostró violento en un principio no fue por el destino, sino precisamente por esa privación de su libertad y dignidad a que le había condenado injustamente su padre. La conducta violenta de Segismundo y sus reproches se explican por estas privaciones que ha padecido. Condenado a vivir en la torre, sin libertad y sin contacto con los hombres, reacciona con virulencia contra su padre al conocer que fue el responsable de sus males. (3. Estructura.) El texto consta de diez redondillas, es decir, estrofas de cuatro versos octosílabos con rima consonante según el esquema 8a, 8b, 8b, 8a. Del diálogo que sostienen Basilio y Segismundo en este encuentro, el fragmento recoge una intervención de Basilio (estrofas 1-7) y una de Segismundo (estrofas 8-10), que corresponden a los dos partes que podemos apreciar en el texto. Entre ambas se establece una relación de antítesis: Basilio reprocha a Segismundo su conducta cruel, ante la cual es imposible que le trate con amor paterno; Segismundo le acusa de haber carecido siempre de ese amor paterno, pues siempre le trató con crueldad, criándolo y encerrándolo como a una fiera. Estrofas 1-7 Basilio Presente Crueldad de Segismundo hacia el criado No puede tratarle con amor paterno. Estrofas 8-10 Segismundo Pasado Crueldad de Basilio hacia él Nunca ha tenido ese amor paterno. (4. Estilo.) Por lo que respecta al estilo, podemos observar que el tono vehemente del enfrentamiento entre padre e hijo no es incompatible con una cuidada estructuración y argumentación lógica. Las figuras y recursos, por otro lado, servirán tanto para proporcionar mayor solidez lógica como para aumentar el tono acusador de ambas intervenciones. Ello es perceptible especialmente en la intervención de Basilio. En las dos primeras estrofas lamenta el “grave homicidio” que su hijo acaba de cometer, cuando deseaba y esperaba de él una conducta virtuosa y un dominio de sí mismo que le permitiese vencer a su destino. Las cinco estrofas restantes se organizan en torno a una correlación de tres elementos: los brazos de Segismundo (denominados “lazos”, en metáfora pura), el arma y el lugar del homicidio que se acaba de cometer. Basilio, en tres interrogaciones retóricas consecutivas, se pregunta quién no siente temor al encontrarse frente unos brazos homicidas, un puñal que acaba de dar muerte y un lugar en que se ha cometido un asesinato. La razón de este temor es que “el más fuerte / a su natural responde”, es decir, incluso el hombre más fuerte se ve dominado por sus inclinaciones naturales. De esta generalización parte para justificar su caso particular, es decir, su propio temor y su decisión de no darle un abrazo paternal (estrofas 6-7). La intervención de Segismundo enlaza directamente con la de Basilio: “Sin ellos (sin los brazos) me podré estar / como me he estado hasta aquí”. Con esta réplica contundente reprocha a su padre el no haberle querido jamás como a hijo, acusación que se refuerza mediante una enumeración de las faltas que ha cometido contra él: tratarlo con rigor, apartarlo de su lado, criarlo como a una fiera… Las comparaciones, dispuestas en paralelismo, y el polisíndeton dan particular intensidad al final de la enumeración: como a una fiera me cría y como a un monstruo me trata y mi muerte solicita Y carece de importancia, concluye Segismundo, que Basilio le niegue su abrazo, pues con su comportamiento hacia él le ha negado hasta su dignidad y su naturaleza humana. La fuerza de su argumentación aumenta gracias a la antítesis final (“dé”/ “quita”), puesta de relieve por la construcción casi paralelística de los versos. que los brazos no me dé, cuando el ser de hombre me quita. (5. Conclusión.) El fragmento comentado, en definitiva, es un buen ejemplo de esos momentos de intensidad dialéctica frecuentes en la obra de Calderón. El primer encuentro entre Estrofa 3 ¿ ____________ _____________ ____ lazos (A1) _____________ Estrofa 4 ___ ? ¿ ______ ____ puñal (A2) _____________ _______? ¿____ Estrofa 5 ____ lugar (A3)_ _____________ _______? _____ _____________ Estrofa 6 _____________ ___instrumento (A2) __ lugar (A3) __ _____________ Estrofa 7 _____________ _____________ _____________ ___ brazos (A1) Paralelismo Polisíndeton Anáfora Basilio y Segismundo es un enfrentamiento radical, cuyo carácter irreconciliable se manifiesta en la antítesis que opone ambos parlamentos. Combinando el tono apasionado con una cuidada argumentación, y mediante el uso de diversos recursos expresivos, el autor dota de máxima coherencia e intensidad expresiva a las posturas encontradas de ambos personajes. La fuerza y rigor argumentativo de sus diálogos dramáticos es uno de los aspectos destacados de la obra de Calderón. El texto, por otra parte, guarda una relación directa con el tema fundamental de la obra: la defensa del libre albedrío frente a la predestinación. El propio Basilio ha dudado de la fuerza de los hados que pesan sobre Segismundo; piensa que quizá podrá vencerlos, y por eso le ha sometido a la prueba del palacio. En el texto lo vemos otra vez desengañado; el asesinato del criado le hace creer que incluso el hombre fuerte “a su natural responde”. Sin embargo, el desenlace de la obra prueba su equivocación; y la transformación de Segismundo demuestra que el ser humano posee la libertad suficiente para dominar sus instintos y obrar de acuerdo con los imperativos morales.