70 Variation y cambio en espaňol unas con otras imperceptiblemente a través de las fronteras. Un mo-delo asi es complejo (y por lo tanto carece del atractivo inmediato de los modelos simples). Pero la lengua es multidimensional y se distor-siona cuando está representada por cualquier modelo unidimensional o bidimensional. ■ i i • ■ I 'Mi) ■ I I I MECANISMOS DEL CAMBIO . i • La história de la lengua parte de la noción de que el cambio lin-güistico es en su mayor parte regular; lo que esto implica es que todas las palabras, oraciones y demás unidades susceptibles de un determi-nado cambio se ven de hecho afectadas por esta regularidad en una comunidad de habla dada. Aunque existen grandes dificultades para definir en que consiste una comunidad de habla, y aunque, como ve-remos cuando abordemos la difusión léxica (apartado 3.5), los cambios no actuan a la vez en todos los elementos que cumplen los requisitos para ser afectados y algunas palabras pueden no verse en absoluto al-teradas, sin embargo, sigue siendo cierto que muchos, si no la mayo-ria de los cambios, operan de manera notablemente regular, afectando a todas las unidades apropiadas, en un determinado lugar, en un periodo de tiempo mensurable. Podria parecer paradójico que esta regularidad sea especialmente perceptible cuando hay muchos elementos susceptibles de un cambio. Por ejemplo, podemos estar bastante segu-ros de que en todas las palabras que el espaňol ha heredado por transmisión oral y que contenian una [t] intervocálica en latin (por ejemplo, acutus, cantätus) tuvo lugar el mismo proceso de sonori-zación y fricativización que dio [ö] en espaňol (agudo, cantado). Por el contrario, sólo cuando hay un grupo pequeňo de palabras que muestran el mismo elemento que está sujeto al cambio es cuando en- 72 Variáciou y cambio en espaňol contramos la mayor irregularidad. Asi, hay sólo un numero reducido de palabras que en latín presentaba la combinación NG seguida de una vocal palatal y que el espaňol ha heredado (por ejemplo, tangere, gingiva, quIngentI) y, sin embargo, en ešte pequeňo grupo encon-tramos tres evoluciones diferentes: [ji] (taňer), [n8] (encía), [n] (qui-nieníos)'. En el apartado 3.1.6 ofreceremos una posible explicación a ešte tipo de evolución irregular, pero no deberíamos perder de vista el hecho de que cada cambio lingiiístico, por muy regular o irregular que sea, presupone una larga cadena de imitaciones de un hablante a otro. Este capítulo tratará de este tipo de imitation, el proceso me-diante el cual el cambio se extiende a través de los grupos sociales, y la manera en que la composición de esos grupos puede influir en quién imita a quién. En la segunda mitad del siglo xx, todos los lingüistas estaban de acuerdo en que no sólo el cambio, sino también la variación son in-herentes a la lengua humana. Mientras que desde hace mucho ha sido evidente que el cambio lleva a la variación, es cada vez más evidente que el cambio de la lengua es dependiente de (algunos dirían que está causado por) la variación lingiiística. No es este el lugar para entrar en el inacabable y fascinante debate sobre la causa final del cambio lingiiístico; este debate puede seguirse, por ejemplo, en Aitchison (1991), Kiparski (1988), Lass (1980) o Milroy (1992), cada uno desde una perspectiva diferente. Sin embargo, en este punto debemos hacer una distinción fundamental a fin de aclarar todo lo que veremos a lo largo de este capítulo; se trata de la distinción vital entre, por un lado, la causa y el establecimiento de un cambio en un determinado grupo social, y, por el otro, la difusión de tal cambio a través de la comunidad. Trataremos aquí del segundo de estos fenómenos, la difusión del cambio a través del espacio social y geográfico. Al hacerlo asi, ten-dremos que tener presente un importante principio, a saber, que casi 1 Al lado de quinienlos encontramos la antigua forma castellana quiňientos, que podría ser la forma patrimonial más directa. fcfecanismos del cambio 73 todos los cambios se difunden a través de la conversación cara a cara entre individuos, como consecuencia de la cual un individuo adapta algunos aspectos de su habla a la del otro, y luego, al menos a veces, contagia los rasgos recientemente adquiridos a otro individuo2. Hasta la introducción de los medios de comunicación de masas, como la radio y la television, es obvio que todos los cambios lingiiísticos se difiin-dían en la conversación cara a cara, pero incluso en la aldea electróni-ca global, no está nadá claro que estos medios de comunicación sean los responsables de la difusión de muchos cambios. Pueden ser res-ponsables de introducir nuevos conceptos en los oyentes y espectado-res, junto con la adecuada nueva terminológia, y podrían incluso de vez en cuando provocar en los oyentes la sustitución de algún rasgo existente por otro más moderno (por ejemplo, alguna palabra o tipo de pronunciacion), aunque aun esto está abierto a debate, ya que los medios de comunicación sólo pueden reforzar elementos que un hablante ha oído en la conversación cara a cara. Pero no está tan claro que los mass media tengan algún otro efecto más profundo en la manera en que la gente habla, y hasta que no se trabaje más en esta cuestión, asumimos plenamente que la mayor parte de los cambios se difunden | a través de la interacción persona a persona. i 3.1. CONTACTO DIALECTAL > Uriel Weinreich (1953) inició una importante serie de estudios sobre las influencias que se ejercen mutuamente las lenguas que están en contacto, esto es, en comunidades bilingiies, y contribuyó a defínir los tipos de procesos de adaptación que se pueden esperar en tales si-tuaciones. Más recientemente, este tipo de estudio se ha ampliado a las situaciones en que las variedades en contacto no son lenguas mu- 2 Debe rccordarse que el tčrmino rasgo denola, como en otros lugares a lo largo del texto, cualquier aspecto lingiiístico, incluyendo una pronunciacion o estruclura fonológica, morfológica, sintáctica, semántica. lóxica, etc. 74 ______Variación y cambio en espaňol tuamente ininteligibles sino dialectos que ofrecen una completa o sus-tancial inteligibilidad mutua para sus respectivos hablantes. Un im-portante ejemplo de este trabajo es el de Peter Trudgill (1986), que establece que la principal consecuencia del contacto entre hablantes de estos dialectos mutuamente inteligibles es al principio la acomo± dación, que puede convertirse en reajuste con el tiempo. • 3.1.1. ACOMODACION "! i Čada vez es más evidente que los hablantes de cualquier lengua están sometidos a cierto grado de acomodación. Es decir que cada hablante adapta su habla (mediante la elección entre determinadas va-riantes) al habla de la persona o personas con las que conversa. Es frecuente que algunos indíviduos adapten de esta manera su habla más que otros, pero probablemente todos hacemos este tipo de adap-taciones durante la conversación. La acomodación del habla se háce más obvia cuando un individuo se va a vivir a otra parte del pais o a otro pais donde se habla la misma lengua; de nuevo hay diferentes grados de adaptación del habla en esos individuos: algunos retienen casi todas las características de su variedad materna, otros se adaptan de manera aparentemente completa a su nuevo ambiente lingiiístico, y la mayoría se sitúa entre ambos extremos. En la ultima década se ha reconocido que el contacto entre hablantes de variedades mutuamente inteligibles puede dar lugar a un resultado más amplio; lös rasgos lin-giiísticos que se adoptan como resultado del ajuste en la interacción cara a cara entre individuos que hablan variedades diferentes pueden Uegar a ser utilizados incluso por otros individuos que nunca antes habian empleado esos rasgos. Un ejemplo relevante en el espaňol sería el de una pareja que emigrase desde el centro de Espafia a Hispanoamérica. Al principio estos hablantes de espaňol mantendrían la distinción entre /G/ y /s/ (esto es, se mantendrían como hablantes no seseantes, distinguiendo entre frfecanismos del cambio 75 caza y casa) tanto cuando hablasen entre ellos como cuando hablasen a otros, pero luego se esperaría que adoptasen una pronunciación se-seante en algunas palabras al menos cuando se dirigiesen a la gente de la región. La siguiente etapa crucial vendría cuando la pareja espa-ňola comenzara a usar la pronunciación seseante entre ellos, probablemente al principio con las palabras que hubiesen aprendido en su nuevo medio, pero más tarde posiblemente también con las palabras que hubieran empleado siempre. Aunque este proceso no es inevitable, y algunos individuos se muestran más abiertos que otros, parece probable que este es el mecanismo mediante el cual se propaga el cambio de individuo a individuo, incluso en situaciones de contacto donde se da un cierto equilibrio numérico entre grupos que tienen rasgos lingiiísti-cos opuestos. De este modo, un rasgo que empieza como una adaptación provisional en la interacción cara a cara puede ser adoptado con el tiempo por toda una comunidad de habla. Casi todos los estudios sistemáticos en los que se basa la teoría de la acomodación se han llevado a cabo en el ámbito anglo-germánico, la mayoría a menudo como resultado del estudio del contacto entre variedades mutuamente inteligibles del inglés, por ejemplo, en las ciu-dades de reciente creación. Trudgill (1986: 1-82), aprovechándose de un trabajo anterior de Giles (1973), emplea datos provenientes del Reino Unido y de Escandinavia para identificar los factores que ace-leran o retienen la adaptación lingiiística en condiciones de contacto cara a cara. La mayoría de los datos son fonéticos y fonológicos, pero las conclusiones que se sefialan allí probablemente no se restringen sólo a estos campos. Estas conclusiones son que los rasgos especial-mente destacados son los que más fácilmente se adoptan y lo que háce destacable un rasgo puede medirse en términos de varios factores, que incluyen los siguientes: contribución al contraste fonológico, relación con la ortografia, grado de diferencia fonética y diferente in-cidencia de fonemas compartidos,. A su debido tiempo estos hechos nos ayudarán a entender por qué determinados rasgos, más que otros, se transmiten más fácilmente a través del espacio social y geográfíco. 76 Variación y cambio en espaňol La adaptación permanente que resulta del contacto dialectal es especialmente relevante en el caso del espaňol, ya que desde al menos el siglo x se han producido repetidas mezclas, en la Peninsula y en America, de hablantes con variedades del hispanorromance mutua-mente inteligibles, a la que ha seguido (suponemos) la creación de nuevos dialectos. Durante todo el periodo de la Reconquista de la Es-paňa islámica, durante la colonization de America y durante el esta-blecimiento de los judíos sefardíes en los Balcanes y en otras areas, se formaron continuamente nuevas comunidades, que estaban integradas por hablantes de distinto origen dialectal. Por tanto, podemos esperar que el mismo tipo.de procesos lingiiísticos observables hoy en comunidades recién establecidas, como por ejemplo, las nuevas ciudades, se haya dado también en la Castilla medieval, en Andalucía, en la America colonial y en las ciudades a las que emigraron los judíos es-pafioles. Cuando hablantes de diferentes variedades entran en contacto pro-longado, el resultado normal es, al principio, una mezcla dialectal bastante caótica en la que una gran cantidad de variantes entra en competencia. Esta diversidad de variantes puede incluir algunas que no están presentes en ninguna de las variedades que contribuyen a la mezcla; estas formas se consideran casos de interdialecto (apartado 3.1.2). Luego se reduce gradualmente esta diversidad, conduciendo a la creación de un nuevo dialecto, que difiere en cierta medida de to-dos los que han constituido la mezcla. Los mecanismos precisos me-diante los cuales la mezcla dialectal conduce a la formación de un nuevo dialecto se han identificado como: nivelacion de diferencias linguisticas (apartado 3.1.3), simplification de sistemas lingiiísticos (apartado 3.1.4), hipercorrección (véase también el apartado 1.5), e hiperdialectalismo (apartado 3.1.5)3. Incluso después de la formación del nuevo dialecto, proceso denominado a veces koineización, puede prolongate la competencia entre ciertas variantes (que tienen su ori- 3 Para cstos conceptos, véase principalmcnte Trudgill (1986: 83-126). yiecanismos del cambio 11 gen en variedades diferentes)4. Donde esto sucede, tales variantes están frecuentemente sometidas a la reasignación, es decir, que lo que fiieron una vez variantes determinadas geográficamente pueden redis-tribuirse de tal manera que se convierten en variantes estilísticas o sociales. Estudiaremos la reasignación en el apartado 3.1.6. ■ 3.1.2. Interdialectos Como acabamos de ver, los interdialectalismos son variantes que surgen bajo condiciones de contacto dialectal y que no pertenecen a ninguna de las variedades que han contribuido a la mezcla. La mayoria de las veces, se trata de variantes intermedias entre las variantes en competencia. Aunque la mayoria de los estudios que han puesto de manifiesto el interdialectalismo (véase Trudgill 1986) se basan en da-tos fonológicos, donde la noción de intermedia frecuentemente se interpreta como 'fisiológicamente intermedio', parece no haber razón en principio para limitar el interdialectalismo al campo de la fonolo-gía, y por tanto podemos esperar que la mezcla dialectal produzca, digamos, variantes morfológicas o sintácticas que son novedosas y están intermedias entre las que existían antes de que la mezcla načiera. Estas formas interdialectales, al parecer, no siempre se eliminan en los siguientes procesos de nivelacion, y pueden sobrevivir como variantes estables de la variedad de habla emergente. En el apartado 4.1.2.3, consideraremos un posible caso de interdialectalismo sintác- Hŕ" 4 El término koiné del que deriva koineización, hace referencia a cualquier variedad que surge, por medio de una serie de soluciones intermedias, a partir de una situa-ción de mezcla dialectal. El tčrmino pertenece propiamente ai periodo de desarrollo en la história de Grecia, cuando, después del periodo clásico (momento en que las diver-sas variedades del gricgo eslaban en competencia algo desigual), surgió alii una variedad intermedia post-clásica, que es el antepasado de la mayoria de las formas posteriores del griego. ■ i 78 Variation v cambio en espaňol tico, al que podríamos atribuir el origen del sistema actual de referencia pronominal átona de tercera persona en Castilla la Vieja y Madrid. Es especialmente dificil mantener la afirmación de que una de-terminada evolución en el pasado se debió al interdialectalismo resul-tante del contacto dialectal, ya que tal afirmación equivale a intentar demostrar una negación, a saber, que el rasgo en cuestión no se en-contraba en ninguna de las variedades que contnbuyeron a la mezcla que se estudia. Lo que tenemos es el presentimiento de que una inno-vación surgió de esta manera, pero carecemos de datos para demostrar que el rasgo no estaba ya presente, o no tenemos constancia de ello, en el habla de uno o más de los grupos que entraron en contacto. Limitaremos, por lo tanto, nuestro estudio del dialectal ismo en la história del espaňol al caso esbozado arriba. 3.1.3. Nivelación: los inicios del espaňol moderno Los estudios sobre modernas mezclas dialectales (por ejemplo, Trudgill 1986: 98-102) ponen de manifiesto que en las generaciones que siguen al establecimiento de una nueva comunidad (o al creci-miento espectacular de una comunidad existente a causa de la afluen-cia masiva de hablantes de dialectos emparentados) tiene lugar un proceso de creciente focalización. Esto es, el numero de variantes se reduce, a través de la nivelación y la simplificación (apartado 3.1.4). Parece que, en la primera generación tras la mezcla dialectal, esta nivelación se da sólo en la conversación cara a cara con hablantes de otros dialectos, generalmente evitando aquellos rasgos que represen-tan las diferencias más marcadas o notables entre los dialectos en contacto. Sin embargo, las generaciones posteriores podrían abando-nar totalmente estas variantes marcadas, en cuyo caso, estos hechos específicos de nivelación se vuelven estables como parte del habla del conjunto de la comunidad. lAecanismos del cambio 79 Se puede argiiir que los casos de nivelación son muy frecuentes en la história del espaňol. Tanto la fonología como la morfológia de la lengua moderna son notablemente más simples que las de la mayo-ria de las otras variedades del romance, y quizás ofrezcan menos con-trastes fonológicos y morfológicos que cualquier otra variedad. Esta relativa simplicidad ha sido causada por la repetida mezcla dialectal que ha ocurrido entre las variedades hispanorromances centrales, des-de el comienzo de la Reconquista cristiana de la Peninsula en adelante. Estudiaremos aqui varios casos de nivelación lingiiística observables en la história del espaňol bajo-medieval y los inicios del espaňol moderno, e intentaremos reinterpretarlos a la luz de las teorías que han surgido en los estudios recientes del contacto dialectal. 3.1.3.1. Las sibilantes del espaňol antiguo La história de la reducción de las seis sibilantes medievales espa-ňolas a sólo třes en el norte y el centro de Espafia, y a dos en el resto de lugares, ha sido estudiada exhaustivamente5. Presentaremos los hechos sucintamente: durante el siglo xvi, las variedades prestigiosas del espaňol dan pruebas de una serie de confluencias de fonemas que afectaban al subsistema de las sibilantes, el cual (dejando al lado /tf/, que no experimente cambio) consistía en las seis unidades que se muestran en la tabla 3.1, ejemplificadas con palabras tipicas, escritas con la ortografia del momento. En oposición a este sistema, se sabe que en Castilla la Vieja y areas contiguas (Alonso 1962a), ya en la Edad Media, determinadas variedades habian ensordecido los fonemas sonoros. Las explicaciones que se ofrecen para esta confluencia 5 La presentation tradicional de los datos puede verse en Alonso (1967b) y (1969), con una sfntes'is en Lapesa (1980: 371-81) y Penny (1991a: 86-90). Se ha in-tentado una explication en Penny (1993), y el trabajo de Frago Gratia (1977-8, 1983, 1985, 1989) ha aumentado enormemente nuestro conocimiento de la datación y extension de estos cambios. Otros estudios relevantes pueden verse en Alonso (1962a), Galmés de Fuentes (1962), Harris (1969), Kiddle (1975), Lantolf (1974), Martinet (1974) y Torreblanca (1981-2). 80 Variáciou y cambio en espaňol de fonemas no nos conciernen aquí, pero incluyen los efectos del sus-trato vasco y la nivelación arraigada en la morfológia (Penny 1993). sorda sonora Fricativa prepalatal /[/ caxa •Vjj/ muger Fricativa" ápico-alveolar Isl passo Izl casa Fricativab dental /g/ caca /£/ dezir ' Estos fonemas eran de tipo relroflejo, como la /s/ sobreviviente del cenlro y norte de la Peninsula. b Estos fonemas dentales (laminares) fricativos son el resultado de los anteriores afri-cados. Tabla 3.1. Sibilantes bajomedicvales espaňolas Tras su establecimiento como capital de Espaňa en 1561, Madrid creció espectacularmente, y su población, que previamente era la de una ciudad de tamano medio-bajo, aumentó vertiginosamente en unas počas décadas. Madrid era la 'ciudad de reciente creation' de la Espaňa del siglo xvi, y los emigrantes que contribuyeron a la expansion de su población procedían predominantemente del norte, ya que el norte de la Peninsula siempre había sido, y continue siéndolo hasta época reciente, la principal ŕuente de población excedentaria. Muchos de estos nuevos emigrantes en Madrid, podemos pensar, traerían con-sigo las variedades castellanas en las que las parejas de sibilantes sordas y sonoras se habían fundido en un único fonema sordo, mientras que la población existente y algunos emigrantes venidos del suť man-tendrían el antiguo sistema. Conociendo lo que sabemos ahora sobre las consecuencias de la mezcla dialectal en las nuevas ciudades del siglo xx, no es difícil imaginär que las consecuencias lingüisticas del crecimiento demográfico de Madrid incluían la nivelación de los dos subsistemas principales de las sibilantes que habian entrado alli en competencia. No hay duda de que la nivelación fue precedida de un flujo cambiante de formas bastante caótico, en el que algunos pro-nunciaban palabras como muger, casa, dezir con consonante sonora y otros con sorda, y en el que los hablantes adaptaban su pronunciación Mecanismos del cambio 81 únicamente en la interacción cara a cara con usuarios que usaban otro patron fonológico. Pero con la segunda o la tercera generación como mucho, la preferencia por la pronunciación sorda se hizo general, por las siguientes razones. En primer lugar, es posible que hubiera más hablantes que tenian sólo la sibilante sorda que hablantes que oponian sorda y sonora, puesto que la nueva población parece haber venido predominantemente del norte, y muchas areas septentrionales de la Peninsula habian abandonado probablemente por esta época la sibilante sonora. Aunque no podemos esperar reconstruir la demografia del Madrid del siglo xvi, y aunque la superioridad numérica de hablantes de una de las variedades sobre los otros no es un factor deci-sivo para los resultados del contacto dialectal, no podemos ignorar la posibilidad de que las sibilantes sonoras en el Madrid de finales del siglo xvi constituían la variante marcada, la cual se destacaba a causa de su singularidad. En segundo lugar y quizás mucho más importante, todos los hablantes usaban sibilantes sordas, pero sólo algunos habian usado previamente sibilantes sonoras, de manera que el ensordeci-miento completo era la solución fonológicamente más simple (véase el apartado 3.1.4). Finalmente, la cantidad de parejas minimas que mantenian la oposición de cada sibilante sonora con su contrapartida sorda parece haber sido extremadamente pequeňa, asi que la adopción de la variante únicamente sorda apenas impedía la comunicación, si es que la impedia en algo6. sordas Fricativa prepalatal / JV caxa muger Fricativa ápico-alveolar Isl passo casa Fricativa dental Isl caca dezir Tabla 3.2. Sibilantes de finales del siglo xvi en espaňol b Para la importancia de la oposición fónica en la resolución de la variación que sigue al contacto dialectal, véasc Trudgill (1986: 20-1). Para el escaso peso funcio-nal de la oposición cntrc sibilantes sordas y sonoras en espaiiol bajonicdieval, véase Penny (1993). 82 Variación y cambio en espaňol Es presumible de esta manera que un rasgo de pronunciación que había caracterizado previamente las variedades de bajo prestigio de Castilla, principalmente del norte rural, ganara terreno en la capital. Durante muchas décadas, la norma de prestigio, que todavia para mu-chos estaba consagrada en el habla de Toledo, continue manteniendo la anterior oposición fonémica. Sin embargo, un examen atento de los datos, realizado por Amado Alonso (1967b, 1969) y otros, ha mostra-do que la nueva pronunciación se encaminó bastante rápidamente hacia el uso elegante en la capital y en otros sitios y se estableció co-mo la norma, probablemente a fines del siglo xvi (tabla 3.2). Un cambio posterior (o coincidente) en este sistema, por el cual el fone-ma prepalatal se velarizó en Ixl o /h/ y el dental se hizo interdental IQI (en la Espafia central y septentrional), dio los resultados que se mues-tran en la tabla 3.3, en las que los ejemplos se presentan con su ortografia moderna. sordas Fricativa velar Ixl caja mujer Fricativa ápico-alveolar Isl paso casa Fricativa interdental IQI caza decir Tabla 3.3. Sibilantes del espaňol moderno latin espaňol antiguo FlLÄRE filar = /hilar/ FABULÄRE fabUir = /haßlar/ FÜMU fiimo = /húmo/ Tabla 3.4 Evolución al espaňol antiguo de palabras que mueslran F- 3.1.3.2. La /hl del espaňol antiguo Es probable, ya en la baja Edad Media, que en todas partes de Castilla el fonema glotal /h/ hubiera desplazado al antiguo labiodental lil en palabras cuyos antepasados latinos tenían f- iniciál, y que esta /h/ hubiera avanzado hacia la parte de Andalucía hasta entonces re- Mecanismos del cambio 83 conquistada y estuviera extendiéndose hacia Murcia. Esta evolución se ejemplifica en la tabla 3.4, que muestra la grafia/habitual para re-presentar el fonema Pni. Este triunfo de lo que se consideraba un rasgo de origen septentrional, se debió sin dudá, en gran parte, a la repobla-ción de las areas meridionales por parte de hablantes del norte de Castilla la Vieja (el area principal en la que tuvo su origen este cambio), o a la resolución de la variación en la Espaňa meridional entre Ihl (llevada por los hablantes del Norte de Castilla la Vieja) y lil (traí-da por otros hablantes o mantenida por hablantes del hispanorro-mance meridional (es decir, el mozárabe, véase el apartado 4.1.1) a favor de la variante /h/ castellanovieja. De manera contemporánea a la extension de /h/ hubo una expansion lateral del fonema hacia los territorios de León y Aragón, según parece no mediante el movimiento de la población y la mezcla dialectal, sino por el mecanismo más habitual de la imitación persona a persona de un rasgo irradiado desde Castilla la Vieja (véanse los apartados 3.2 y 3.5)7. La evolución que nos interesa aqui es el resultado posterior de la caída de /h/, un fenómeno que podría tener orígenes más antiguos, pero que llama significativamente la atención a mediados del siglo xvi, cuando las observacioněs, sobre este hecho oponen el habla de Castilla la Vieja, donde se ha perdido Ihl, a la del centra de prestigio, Toledo, donde Ihl se mantiene. Parece que, muy rápidamente, en la segunda mitad del siglo xvi, lh-1 dejó de ser aceptable. £Por que prosperó este rasgo asociado a lo que entonces era un area cultural-mente periférica? Después de todo, tomando un caso similar de otra lengua europea, el inglés británico estándar no muestra signos de adoptar la caída de Ihl, a pesar del hecho de que la gran mayoria de las variedades no estándares muestran la pérdida de la antigua Ihl. ----------------- 7 La bibliografia relativa a la evolución f- > /h/ es enorme, pero en su mayor parte se corresponde más con la muy debatida cuestión del origen del fenómeno, que no tra-taremos aqui, que con su extension, que es la que nos ocupa. Con respecto a su pro-gresiva extension geográfica, se pueden consultar mapas y estudios utiles en Menéndez Pidal (1964: 221-33), mientras que el tema es revisado en detaile por Penny (1972b, 1990). Puede consultarse una opinion discrepante en Torrcblanca (1991-2). 84 Variación y cambio en espaňol La respuesta de nuevo parece radicar en los resultados de la mez-cla dialectal en el Madrid del siglo xvi. Como hemos visto (apartado 3.1.3.1), la espectacular expansion demográfica de la nueva capital después de 1561 supuso la afluencia a Madrid de gentes norteňas, y muchos de los recién llegados procederian de las areas en que Ihl habría caído. Por tanto, introdujeron en el espaňol urbano lo que hasta entonces había sido un provineialismo de bajo prestigio. Pero la in-troducción no garantiza el éxito, ya que la caída de /h/ debió de haber competido con su mantenimiento en la mezcla dialectal ereada por la expansion de Madrid. Sin embargo, a raíz de lo que sabemos de los patrones reguläres de evolución que siguen a la mezcla dialectal, po-demos explicar el triunfo de la caida de /h/. Aunque no podamos establecer cuál fue la diferencia demográfica entre los que mantenían /h/ y los que la perdían, las cantidades relati-vas, como hemos dicho, no constituyen el factor más importante a la hora de determinar el resultado de la competencia entre variantes. La nivelación puede decantarse incluso por una variante minoritaria, aunque en ešte caso es posible que los que no pronunciaban /h/ estu-vieran en mayoría. Más importante es el hecho de que la nivelación generalmente desecha las variantes mareadas (Trudgill 1986: 126), y el uso de /h/ era un rasgo que resaltaba mucho. Igualmente relevante es el hecho de que podamos esperar que la nivelación favorezca las variantes más simples lingiiísticamente, y es evidente que las varieda-des sin /h/ son fonológicamente más simples que las que la mantie-nen. Los hablantes que mantenían la /h/ tenian que distiriguir entre dos clases de palabras (véase la tabla 3.5 con su ortografia moderna), que podían fundirse en los que no la pronunciaban8. Desde luego, la solución sin /h/ no habria triunfado en la comunidad si hubiera impe-dido la comunicación. Pero difícilmente sucede esto; una vez más, • 8 No proponemos aqui (al elegir algunas palabras sin Ihl que son escritas con h) que la ortografia dcsempeňe algún papel en cl rcsultado de esta variación, pero puede observarse que para la minoria alfabetizada habia ventajas evidentes al aceptar que los dos grupos sc mczclaran, por ejemplo, h hasta entonces habia tenido dos valores, /li/ y /0/, mientras que tras la nivelación esta letra siempre corresponde a 101. tfecanismos del cambio 85 hay pocos casos, si es que hay alguno, donde la caida de Ihl provoque un conflicto homonimico9. Palabras con Ihl Palabras sin Ihl hilar igual h i/o história hid hielo henchir empezar herido helar hablar ala hacha hábito hoja oler hongo hombre humo uno huir humilde Tabla 3.5. Palabras con y sin /h/ en variedades conscrvadoras castellanas del siglo xvi 3.1.3.3. La igualación de /b/y /ß/ del espaňol aníiguo Un argumento similar al empleado para el caso de las sibilantes y el de la caída de /h-/ se puede utilizar para el caso de la confluencia de las dos consonantes labiales sonoras del espaňol antiguo, aunque aquí carecemos de la abundancia de datos cronológicos y geográficos que se ha sacado a la luz en conexión con los cambios vistos anterior-mentel0. Tomando como base los datos extraídos de las rimas en los versos, se puede establecer que hasta el siglo xv en Espafia, las dos letras by v indieaban fonemas distintos; el primero era probablemente oclu- 9 Un conflicto homonimico indica un cambio mediante cl cual, dos palabras que tenían hasta ahora dos estructuras fonémicas distintas, llegan a teuer estructuras idén-ticas. 10 Otros estudios de la história de la fusion de /b/ y IUI se pueden ver en Alonso (1962c), Soli (1964), Penny (1976) y Moreno (1987). 86 Variáciou y cambio en espaňol sivo bilabial sonoro, mientras que el segundo era fricativo sonoro. A juzgar por la ausencia hoy de labiodentales sonoras a lo largo del norte de la Peninsula, y en gascón, parece probable que el fonema fricativo sonoro ŕuera bilabial en la mayoría de, si no en todas, las areas septentrionales, mientras que la mitad meridional de la Peninsula pro-bablemente mostraría una variante labiodental, conectando con las areas en que sobrevive NI, que se hallan en el Catalan meridional y en el portugués del centra y el sur. Si esta distribución de variantes es la correcta, podemos resumirla en la tabla 3.6. En todas las zonas de la Peninsula, por tanto, el rasgo distintivo que separaba los dos fonemas que estamos estudiando rue el del modo de articulación (oclusivo/ fricativo). Sin embargo, en aquellas areas en que éste era el único rasgo distintivo, esto es, las nortefias, los dos fonemas se ŕueron neu-tralizando cada vez más, hasta su total confluencia, con variantes alo-fónicas entre [b] y [ß], alrededor del siglo xv (Penny 1976; véase la tabla 3.7). El hecho de que la solution septentrional haya triunfado en todas las areas por las que se expandió el castellano (incluyendo toda America), con la única exception de algunas variedades judeo-es-pafiolas (véase 6.3.2(3)), indica que la lucha en la Espafia meridional entre el sistema tradicional (/b/~/v/) y el sistema recién introducido (Pol unicamente) condujo a una rápida nivelación a favor del tipo nor-tefio11. La razón por la que la nivelación se decantó por el sistema nortefio en vez del meridional es sin duda la misma que la que hemos visto en el caso de la fusion de las sibilantes y la caída de /h-/: el sistema septentrional era más simple, y su adopción no implicaba nin-guna amenaza para la comunicación, ya que el numero de parejas mí-nimas que se distinguían por la oposición /b/~/v/ (o la antigua oposición nortefia entre Ibl y /ß/) era muy pequefio. 11 Aunque el verso demuestra que los poetas no rimaban callava, etc. con alaba, etc., hasta el siglo xv en adelante (excepto algunos, como Garcilaso, que mantuvieion la distinción hasta el siglo xvi), el conservadurismo de la fonologia reflejado en la poesía nos permite datar esta nivelación al menos un siglo antes en algunas areas. > Ifiecanismos del cambio 87 Oclusiva Fricátiva Norte de la Peninsula Ibl cabe, ind. de 'caber' /ß/ cave, subj. de 'ca-var' Sur de la Peninsula Ibl cabe, ind. de 'caber' hi cave, subj. de 'ca-var' Tabla 3.6. Fonemas labiales sonoros en castellano medieval Norte de la Peninsula Ibl cabe, ind. de 'caber' = cave, subj. de 'cavar' Šur de la Peninsula* Ibl cabe, ind. de 'caber' 4- hi cave, subj. de 'cavar' Tabla 3.7. Fonemas labiales sonoros en castellano bajomedieval 3.1.4. Simplificación: el resultado de la expansion territorial del castellano La simplificación que tiene lugar como resultado de la mezcla dialectal está estrechamente relacionada con la nivelación, puesto que la nivelación generalmente favorece las variantes en competencia más simples. Sin embargo, lo que destaca de la simplificación es que pue-de ocurrir aun cuando la variante más simple pertenece a la variedad o variedades empleadas por una minoría de hablantes dentro de la nueva comunidad (Trudgill 1986: 102-7). Lo que argumentamos en este capitulo es que la variedad que conocemos como espanol están-dar ha surgido de una serie de mezclas dialectales, y ha sufrido repe-tidamente nuevas formaciones dialectales o koineizaciones, desde al menos el siglo ix (véase 3.3 para el desarrollo de esta idea). En ese siglo asistimos al comienzo de la Reconquista castellana de la Espafia central, con la repoblación del area de Burgos, un proceso que intro-dujo hablantes de ciertas variedades del romance de regiones como Cantabria, situadas directamente al norte. El siguiente paso fundamental fue el avance hacia Castilla la Nueva y la conquista de Toledo a finales del siglo xi, después de lo cual tuvo lugar una nueva serie de 88 Variación y cambio en espaňol contactos dialectales, en los que intervinieron no sólo variedades que habian surgido mucho antes en Castilla la Vieja (incluyendo quizes la más prestigiosa, la de Burgos) sino también las variedades leonesas y mozárabes, junto con algunas variedades de otras partes más distantes de la Peninsula o incluso de más allá. La koiné que surgió de esa mezcla habría de convertirse en la base del estándar alfonsí del siglo xm (véase el capítulo 7), pero el proceso de mezcla se repitió con ca-da etapa importante de la Reconquista; la más notable fue luego la de Sevilla, reconquistada a mediados del siglo xm y convertida en desti-no de un enorme flujo de gentes procedentes de toda la Peninsula, una migración que dio lugar a un posterior proceso de mezcla dialectal y a la focalización o koineización que produjo las variedades andaluzas del espaňol. Las migraciones posteriores (a las Canarias, a Granada des-pués de 1492, a los Balcanes y a las Americas) dieron lugar a nuevas situaciones de contacto, con al menos algunos de los resultados lin-güisticos esperables, a saber, la nivelación y la simplificación. Sin embargo, estas últimas mezclas dialectales se dieron en un periodo en el que el prestigio del castellano estándar iba en aumento, de modo que las soluciones que se adoptaron en cada nueva comunidad no siempre fueron las predecibles por la teória sociolingüistica, sino que estaban (al menos en parte) determinadas por la adhesion a la norma prestigiosa (véase el apartado 7.1)l2. Si oponemos las estructuras fonológícas y morfológicas del castellano a las de las demás variedades peninsulares, que no han surgido 12 El tipo de latin hablado que se estableció en el centro-norte dc Espaňa debe de liabcr sido también el resultado de un contacto dialectal, ya que probablemente el latin fue traido por diferentes grupos (soldados, comerciantes, funcionarios, etc.) que ha-blaban diferentes variedades del latin. Sin embargo, a este respecto, el antepasado del espaňol no diferia de los antepasados de las otras variedades romances sobrevivientes, todas las cuales deben de haberse originado de la misma manera. Sin embargo, los procesos de simplificación en el latín hablado cuyos resultados vemos en las lenguas romances podrían deberse a este proceso de mezcla, aunque sin más datos fiables so-bre la variación en el latín hablado es dificil adscribir cambios particulares al contacto dialectal. tfecanismos del cambio 89 de estadios sucesivos de contacto dialectal, observaremos que esas variedades no 'mezcladas' presentan una complejidad notablemente mayor. Un ejemplo nos lo proporcionan las variedades habladas en Asturias y Cantabria, regiones del norte de Espafia que, hasta el siglo Xix, recibieron escasa o nula inmigración; al contrario, fueron una constante fuente de emigración. Las variedades habladas tradicionales de estas regiones, que no son el resultado del contacto dialectal, son más complejas que las de Castilla, en al menos los siguientes aspectos (véase Garcia Arias 1988): la mayoria de las hablas cántabras y astu-rianas muestran un sistema de cinco vocales finales átonas, opuestas a las tres vocales de Castilla; el cierre metafónico de las vocales tónicas que anticipan la vocal final cerrada, con toda la información semánti-ca y morfológica que acarrea este fenómeno, está presente en muchas variedades de Cantabria y Asturias, pero completamente ausente en las de Castilla; la expresión morfológica de la 'contabilidaď (el em-pleo de formantes distintos, unos para representar referéntes contables y otros para los incontables o de materia) es frecuente por toda Asturias y areas vecinas, pero no tiene equivalente en castellano (Penny 1970b). Puesto que una proporción considerable, aunque no todos, de los que se establecieron en Burgos después de su reconquista en 884 procedia de Cantabria, es de suponer que lós rasgos que acabamos de considerar estaban presentes en su habla al principio, pero se perdie-ron a favor de variantes más simples, como resultado del primer epi-sodio de mezcla dialectal en la história del espaňol. La consecuencia, desde el punto de vista de la teória sociolingüistica, de la afirmación de que el espaňol es el resultado de repetidas fa-ses de mezcla dialectal, es que el castellano ha experimentado más procesos de simplificación (y nivelación) que otras variedades romances. Se ha observado a menudo que la fonologia del espaňol es más simple, y su morfológia más regular, que las de las otras variedades romances estándar; y estas características de la simplicidad es-tructural se mantienen igualmente si comparamos el espaňol con la gran mayoria de las variedades romances no estándares. 90 Variation y cambio en espaňol 3.1.4.1. La confluencia de los auxiliares deperfecto El espafiol antiguo, al igual que la mayoría de las otras variedades romances, heredó del latín hablado una serie doble de auxiliares verbales, empleados con el participio para formar un conjunto de paradig-mas que incluyen el pretérito perfecto, pluscuamperfecto, futuro per-fecto, etc. (Penny 2002: 163-67). Por un lado estaba el descendiente del verbo latino habeo, usado al principio en latín con el participio de un verbo transitivo en construcciones del tipo habeo cenám parätam (literalmente 'tengo la comida [y está] preparada'). En estas construcciones, habeo mantenía plenamente su valor léxico ('poseo, tengo conmigo') y requería un objeto directo manifíesto (en ešte caso cEnam), al cual se adjuntaba el participio como modifícador, concor-dando con él en género, numero y casol3. Se ha observado que ya en las variedades habladas del latín, habeo comenzó a perder su valor léxico pleno, es decir, que debilito su significado de tal manera que la noción de posesión se atenuó, quizás por medio de la noción de pose-sión metafórica, hasta que se convirtió esencialmente en una partícula gramatical que indicaba el tiempo y el aspecto de toda la construc-ción, asi como la persona y el numero del sujeto gramatical14. Sin embargo, en época medieval, el perfecto espafiol {he cantado, etc.), mantenía varios de los rasgos que habían pertenecido a esta construc-ción en latin: resultaba apropiado, en lo esencial, sólo para los verbos -------------- 13 En latin, no era necesario que el sujeto implícito del participio fuera correfe-rencial con el sujeto de HABEO. De manera que en la oración HABEO CENAM PARÄTAM no se implica que el hablante (sujeto de HABEO) sea la persona que ha preparado la comida; podría haber sido cualquier otra persona. Uno de los primeros resultados de la gramaticalización de esta construcción fue que se hizo obligatorio que el sujeto del participio fuese idéntico al sujeto de HABEO. 14 Hubo otros cambios que afectaron a este sintagma a medida que se gramaticali-zaba, a saber, la atenuación de la obligación de un objeto directo explícito, el orden casi fijo de palabras (auxiliar + participio, más que participio + auxiliar, que era com-pletamente habitual en latin, pero se convirtió en una variante estilistica en espafiol), y la restricción drástica de los elementos que podían intercalarse entre el auxiliar y el participio. ylecanismos del cambio 91 transitivos, y el participio, al menos a veces, continuó concordando en género y numero con el objeto directo. Al contrario que el perfecto he cantado, muchos verbos intransiti-vos en espafiol medieval mostraban el tipo son venidos 'han venido'. Esta estructura desciende muy probablemente del paradigma de perfecto latino de los verbos deponentes, en el que el participio pasado (que concordaba en género y numero con el sujeto gramatical) estaba acompaňado por el auxiliar sum 'soy' (por ejemplo, natus sum 'nací', de donde procede so nado 'he nacido' del espafiol antiguo)15. Se supone que este modelo se extendió en el latin hablado hasta incluir el perfecto (y otros tiempos) de muchos verbos intransitivos, como los verbos que expresan movimiento, existencia, etc., y también las construcciones reflexivas y recíprocas en las que intervienen verbos transitivos. Todas las lenguas romances muestran un limite borroso entre las categorías de los verbos que requieren cada uno de los auxiliares que descienden respectivamente de habeo y sum l6. Por ejemplo, en todas estas lenguas, los verbos impersonales que indican tiempo atmosféri-CÓ, contra lo que cabría esperar, utilizan habeo como auxiliar, a veces al lado de sum (por ejemplo, espafiol antiguo y moderno ha llovido, italiano ě o ha nevicato 'ha nevado'). Sin embargo, el espafiol está por delante de otras variedades romances al simplificar esta parte de su gramática mediante la total sustitución de los perfectos con sum ■ ■n 15 Los verbos deponentes son aquellos que tienen una forma idéntica al paradigma pasivo de los verbos transitivos (por ejemplo, MORTUUS EST 'murió, ha muerto' que es estructuralmente igual a OCClSUS EST 'fue asesinado'), y que generalmente tienen un significado 'medio', esto es, los sujetos gramaticales no son ni los iniciadores de la acción indicada por el verbo (como en el caso de los verbos activos), ni ellos sufren la acción desempeňada por algún otro agente (como en el caso de las construcciones pasivas), sino que simplemente participan de modo inerte en la acción correspondiente. 16 Para un estudio excelente de la relación entre los perfectos de SUM y HABEO en italiano, gran parte del cual se podría aplicar a otros miembros de la família romance, véase Maiden (1995: 145-56). 92 Variation y cambio en espaňol por los perfectos con habeo durante la Edad Media17. No hay prue. bas, por ejemplo, de que los verbos espaňoles que expresan existencia hayan tenido alguna vez un perfecto con sum (siempre encontramos he sido, ha estado, ha qaedado, etc.), al contrario que la mayoria de las otras lenguas romances (por ejemplo el italiano o el Catalan). Las expresiones reflexivas y recíprocas tuvieron antiguamente perfectos con sum, pero fueron pronto reemplazados por el otro tipo de perfecto, y hacia principios del siglo xvi sólo los verbos que expresaban alguna clase de movimiento (/>, venir, salir, etc., pero no andar, viajar, etc.) aceptaban a veces los perfectos con sum (son idos, (ella) es ve-nida, junto con han ido, ha venido); a partir de entonces esta posibili-dad desapareció rápidamente y se completó la simplificación de los dos tipos en uno18. 3.1.4.2. Lospretéritos fuertes del espaňol antiguo Un ejemplo más, y espectacular, de la simplificación a la que el casteilano ha estado sometido durante la Edad Media nos lo propor-ciona la história de los pretéritos fuertes (aquellos que llevan el acento en la raíz en la primera y segunda personas del singular). Los textos medievales dan muestras de un conjunto extenso de tales pretéritos, pertenecientes a las tres conjugaciones, aunque es probable que no . i 17 Aunque el portugués no tiene perfectos con SUM, no se puedc comparar direc-tamente con el espaflol a este respecto, puesto que su tiempo pasado perfectivo (por ejemplo, vim 'vine, he venido') ha mantenido en gran medida el valor doble (indefi-nido y pretérito perfecto) de su antepasado latino (VENl) (véase el apartado 5.1.3.2). Por otro lado, el rumano muestra una simplificación comparable de estas estructuras (al tener sólo el perfecto con HABEO), aunque se desconoce la rapidez con la que se dio este cambio, debido a la ausencia de textos rumanos anteriores al siglo xvi. 18 La distinción entre estos dos grupos de verbos de movimiento es de sutil indole semántica. Los verbos que aceptan el perfecto con SUM son aquellos cuyos sujetos gramaticales pueden ser personales o impersonales, animados o inanimados, mientras que los que se restringen al perfecto con HABEO son aquellos que tienen unicamente sujetos animados. fcfecanismos del cambio 93 todas las formas de la siguiente lista estuvieran presentes a la vez en una variedad castellana dada: -ar: andove I andude I andide 'anduve', cat ide 'caté', demandide 'demandé', di, entride 'entré', estove, eslude I estide 'estuve'; -er: aprise 'aprendi', atrove 'atrevi', conuve 'conoci', cope 'cu-pe', coxe 'cociné', crove 'ereľ, despise 'gasté', fize,fui l sove, mise 'puse', nasque 'nací', ove 'hube', plogue 'complaď, prise 'agarré', pude, puse, quise, remase 'recordé', respuse 'respondí', sope 'supe', lanxe 'toqué', íove 'tuve', troxe I traxe 'traje', vi/ vide,yogue 'yací'. f -ir: aduxe 'traje', cinxe 'cení', conduxe, destruxe, dixe, eserise 'escribí',/uxe 'huí', rise 'reí'', sonrise, tinxe 'teňí', vine, visque 'viví'. De estas formas, algunas eran ya infreeuentes en los textos más primitivos, pero la gran mayoría desapareció hacia finales de la Edad Media, y han permanecido sólo los pretéritos resaltados en negrita (que en algunos casos han sufrido una pequeňa modificación en sus vocales y / o consonantes). En unos pocos casos, la pérdida del pretérito ŕuerte fue causada por la desaparición completa, en el léxico espaňol, del verbo en cuestión (por ejemplo, despise I despender, remase I remanir), pero lo más común es que los verbos hayan sobrevivido con su pretérito fuerte sustituido por una formal debil (aquella cuyo acento siempre recae en la desinencia). Asi entride cedió ante su competidor entré, eserise fue sustituido por esereví (más tarde eseri-bí), etc. Esta reducción de los pretéritos fuertes seňala una notable oposición entre el casteilano y, por ejemplo, el francés y el italiano, donde sobrevive una extensa gama de pretéritos con el acento en la raíz '9. Fue la simplificación de los paradígmas verbales que tuvo lugar en las variedades medievales del casteilano bajo las condiciones 19 El hecho de que el francés hablado (y algunas variedades del italiano hablado) haya abandonado el paradigma simple del pasado por las construcciones de auxiliar + participiu (por ejemplo, fr. il est mort en lugar de il mourut) no viene al caso, ya que este cambio es recientc en francés (y en italiano). r 94 ______________Variación y cambio en espanol de la mezcla dialectal durante la Reconquista la que nos ofrece la me-jor explicación de todo esto. I 3.1.4.3. Las clases verbales en -er e -ir Un caso de simplification morfológica, cuyos orígenes se pueden -encontrar en la documentation más temprana del area primitiva del castellano (Burgos y las villas circundantes), es el de la casi complete fusion de las conjugaciones de los verbos -er e -ir. Estos textos mues-tran que, ya en el siglo xi, como ahora, habia pocas diferencias entre las desinencias de las dos conjugaciones. No se encuentra ninguna diferencia entre los pretéritos de los verbos -er e -ir, en contraste con lo que se observa en otras areas (Menéndez Pidal 1964: 364), donde es-tas diferencias se hallan no sólo en las terminaciones del paradigma del pretérito, sino también en aquellos paradigmas morfológicamente relacionados con él (el paradigma de -ra, que originariamente tenia el significado de pluscuamperfecto, y el paradigma -se del imperfecta de subjuntivo). En castellano, las diferencias de termination entre los verbos de estas dos conjugaciones se redujeron a cuatro: infinitivo -er I -ir, primera y segunda personas del plural del presente de indicativo -emos, -edes I -imos, -ides, y el imperativo plural -ed(e) I -id(e). Es cierto que hubo algunas diferencias en el tipo de vocales que podian aparecer en la raiz de las dos conjugaciones (asi, /i/ y /u/ esta-ban excluidas de la raíz de los verbos -er) y que determinadas alter-nancias en las vocales de la raíz (/e/ ~ /i/ y lol ~ /u/: medir ~ mido, sobir ~ subo) se limitaban a los verbos -ir. Pero incluso estas diferencias se redujeron con el tiempo (a través de la pérdida de la alternancia lol ~ /u/ a favoř de /u/: subir ~ subo)20, y la morfológia verbal espaňo- _________ ' !| 20 El verbo oir ha sido siempre una excepción, por el hecho de que, excepto en algunas variantes riojanas que aparecen en los escritos de Gonzalo de Berceo (que usa udieron, etc.), IvJ fuera excluida de su raíz. Encontramos oye (en lugar del esperado **uye). quizás para distinguir las formas de ešte verbo, en las areas de pérdida de [h-], de las formas correspondientes del verbo fuir I huir. Por otro lado, las adiciones posteriores al vocabulario del espanol como abolir, que de modo excepcional presentan una tfecanismos del cambio 95 ja es en este aspecto bastante más simple que la de casi todas las otras variedades romances21. 3.1.5. HlPERDIALECTALISMO Yakov Malkiel ha identificado varios casos de lo que califica de 'excesiva autoafirmación' en la história del hispanorromance, casos en los que una comunidad lingüistica selecciona o crea formas a fin de marcar o exagerar la diferencia entre sus propias formas de habla y las de otra comunidad con la que se compara. Por ejemplo, afirma (1989) que en portugués medieval un caso específico de alomorfismo de la raiz verbal, gradesco ~ gradeces, se niveló en agradeco ~ gra-deces a fin de maximizar la diferencia entre esa variedad y el castellano, donde la altemancia gradesco ~ grade(s)ces (hoy agradezco ~ agradeces) era un modelo típico y cada vez más frecuente a medida que se extendió desde el grupo principal de verbos, cuyo antepasado latino habia tenido un significado inceptivo o 'incoativo', a otros gru-pos verbales. Al parecer, Malkiel imagine que este proceso ocurriria a dištancia, como reaction de una comunidad ante el habla de la otra. Sin embargo, si adoptamos el punto de vista de que los cambios lingiiisti-cos de todo tipo se originan a través de la acomodación en circuns-tancias de interaction cara a cara, entonces no se puede entender esta /o/ en la raiz de los verbos -ir, carecen completamente de formas con acento en la raiz, de manera que las formas del tipo **abule están completamente excluidas de la gra-mática del espaňol. 21 Montgomery (1975-6, 1978, 1979, 1980, 1985) ha buscado oposiciones semán-ticas correlativas con las vocales de la raiz de las dos conjugaciones, de manera que las vocales medias que se encuentran predominantemente en los verbos -er se asocia-rian con la imperfectividad, mientras que las vocales cerradas de los verbos -ir se rela-cionarian con la perfectividad de la acción verbal. Sin embargo, este enfoque no se ha mostrado en general muy convincente. Para un intento de entender el desarrollo de las vocales de la raiz de estos verbos, véase Penny (1972a, 2002). 96 Variación y cambio en espaiiol acción a dištancia. No obstante, en circunstancias de contacto dialectal, podemos ver mejor cómo pueden darse los casos como el que se-ňala Malkiel, si los reinterpretamos como casos de hiperdialectalismo. Los hiperdialectalismos son formas interdialectales (véase el apar-tado 3.1.2 y Trudgill [1986: 68-9]) que en su origen no existen en nin-guna de las dos variedades en contacto, sino que se crean en una de las variedades a fin de resaltar la diferencia o de regularizar el con-traste entre ésta y la otra. Asi, en una situation de contacto en el Portugal medieval en la que los hablantes se dan cuentan de que el fonema /t7 que usan frecuentemente al final de la raiz en la primera persona del singular y en todas las personas del presente de subjunti-vo (por ejemplo, fago, faga 'hago, haga', los medievales jago, jaga 'yazco, yazca', etc.) se corresponde con un fonema no sibilante (por ejemplo, fago, faga, yago, yaga) en otras variedades, no necesaria-mente castellanas, que oyen de algunos de sus interlocutors, podria llevarles a introducir /ť/ en las formas pertinentes de los verbos cuya raiz antes no terminaba con una sibilante, de la manera que muestra la tabla 3.8 * castellano, etc. portugués fago, faga fago, faga yago, yaga jago, jaga gradesco, gradesca gradesco, gradesca > (ajgradego, (ajgradega Tabla 3.8. Hiperdialectalismo en portugués ■ M I 22 Evidentemente, no es posible descartar que se trate de una simple nivelación interna del paradigma, como causa del cambio que estamos viendo aquí. Pero, al menos, deberia considerarse el hiperdialectalismo como un factor que contribuye a la nivelación, y posibleniente la razón principal de ésta. tfecanismos del cambio 97 i 3.1.6. Reasignación de variantes figcľ Tras un periodo de mezcla dialectal, tal y como ha ocurrido repe-tidamente en espafiol medieval, hemos visto que el modelo normal de desarrollo es la reducción de la mayoria de las variantes mediante la nivelación y la simplificación. Sin embargo, en las situaciones mo-dernas de contacto dialectal (Trudgill 1986: 110-26) se observa que, incluso después de que tal koineización haya tenido lugar, puede que-dar algún resto de formas en competencia. Estas variantes sobrevi-vientes, que fueron traidas al principio por los hablantes de distintas regiones, son a menudo reasignadar, esto es, dejan de ser variantes geográficas y pasan a asociarse con diferencias de clase social, o con diferencias de registro. Un caso posible de esta reasignación puede verse en el espafiol de America en la distribución del fonema /h/ precedente de las palabras que en latín comenzaban con F-. Sin duda, en las primeras comunida-des que se establecieron en las Americas habia hablantes que pronun-ciaban palabras como hilar y humo con la aspirada /h/ iniciál, mien-tras que otros las pronunciaban como /ilár/ y /umo/. Esta variación tenia su origen en las diferentes regiones de la Peninsula de las que procedían los colonizadores. Vimos arriba (3.1.3.2) que en el siglo xvi (el periodo en el que el castellano comenzó a llegar a America), la mayor parte de Časti IIa la Vieja era un área de pérdida de /h/, al contrario que otras regiones (como Cantabria, Castilla la Nueva, Ex-tremadura y Andalucía) donde los hablantes mantenían la /h/ iniciál en la pronunciación. No obstante, la competencia entre formas que tuvieron su origen en la variación geográfica parece haberse trans-formado en un caso de variación de clase social. La articulación de /h/ en palabras como hilar se encuentra hoy por toda la America hispano-hablante (Lapesa 1980: 574, Zámora 1967: 413-14), pero ha quedado relegada en la actualidad a hablantes incultos, en entornos rurales y > 98 Variation y cambio en espaňol urbanos, mientras que las variedades hispanoamericanas cultas, al igual que sus homólogas peninsulares, eliminan la /h/ en palabras de este tipo23. El proceso de reasignación de variantes que en su origen fueron geográficas puede proporcionarnos un enfoque útil para la compren-sión de determinados hechos recalcitrantes observables en la história del castellano (y en la de otras lenguas). Si tenemos en cuenta que la história de la lengua no consiste en un desarrollo lineal sin complica-ciones, mediante el cual una única variedad sufre una serie de cam-bios y surge transformada, sino que es un proceso lieno de desvíos, saltos, retrocesos y callejones sin salida, el fenómeno de-la~reasigna-ción puede ayudarnos a resolver dos tipos de problemas estrechamente relacionados. Por un lado, en todas las lenguas encontramos ejemplos en los que un único rasgo, observable en una fase, da lugar, en una fa-se posterior, a resultados diferentes y en competencia dentro de una sola variedad. Por el otro, hay muchos ejemplos en los que observa-mos, en el pasado, los resultados de evoluciones en competencia, co-existiendo en el mismo territorio y en los que se elige una de las variantes, al parecer de manera arbitraria, y sobrevive, mientras que se abandonan las otras. Ya hemos mostrado el primero de estos casos al principio de este capitulo, con un ejemplo extraido de la história del castellano (los resultados en competencia de NG cuando iba seguido de vocal palatal, resumidos en íaňer, encía, quinientos). Una posible explicacion de 1 ------------------------------------------i— i 23 En aquellas areas de la Peninsula donde /h/ sobrevive todavia en el tipo de palabras que descienden de aquellas que en latin mostraban lf-1 (a saber, Andalucia occidental, Extremadura, el area de La Ribera de la provincia de Salamanca, y la zona norte que comprende Asturias y la mayor parte de Cantabria), podemos afirmar sin riesgo de equivocamos que la presencia y ausencia de /h/ está modemamente en correlation con factores sociales, ya que estas palabras carecen de consonante iniciál en las variedades que pertenecen a los grupos instruidos. La diferencia entre Espaňa y America, a este respecto, consiste en que mientras /h/ se oye en las variedades rurales / in-cultas de toda America, hay extensas areas de la Peninsula donde ninguna variedad presenta /h/ en estas palabras. ylecanismos del cambio 99 este caso es que los tres tratamientos diferentes del grupo consonánti-co latino fueron antes propios de zonas distintas, desde las que salie-ron grupos diversos de hablantes, que se juntaron durante el proceso de repoblamiento del territorio reconquistado. El resultado normal de este contacto, como hemos visto, es que una de las variantes se adop-ta por el conjunto de la comunidad (es decir, que aparece la nivela-ción, por la cual todas las palabras susceptibles de tener este rasgo terminan mostrándolo). Hemos visto también que la variante favore-cida puede ser la usada por la mayoria de hablantes, o puede ser la usada por una minoria, siempre que tal variante ofrezca alguna venta-ja de simplicidad en la koiné recién creada. Pero, ^qué sucede si hay pocos exponentes del rasgo en cuestión? Si sólo hay, por ejemplo, unas cuantas palabras en las que la comunidad se divide a la hora de elegir entre una de las dos o tres pronunciaciones rivales, puede ocu-rrir entonces que no haya consenso. Como resultado de esto puede ocurrir que las formas en competencia (por ejemplo, taner I tanzer) continúen circulando24. Lo que podriamos predecir entonces (como es habitual, tomando como base los estudios de la sociolingiiistica moderna) es que las variantes en competencia adquirirán diferente prestigio, esto es, que la variación geográfica se convertirá en variation social. Tal reasignación de variantes puede desarrollarse arbitra-riamente, o bien pueden estar funcionando algunos principios ocultos que aún no se han descubierto, pero cualquiera que sea la variante en competencia que adquiriera un estatus alto, ésa sera probablemente la forma que se manifieste en la escritura (puesto que la escritura refleja normalmente el uso de los sectores de la comunidad de estatus alto) y que, si se está ante un proceso de formación de un estándar (véase el apartado 7.1), se convierta en un rasgo perteneciente a ese estándar. 24 En el caso que hemos elegido, ambas formas laľwr y tanzer alcanzaron la lengua escrita, aunque tanzer es rara y pronto desapareció de los documentos. Sin embargo, la argumentación que estamos siguiendo aquí presupone que hubo alternativas para todas las formas documentadas en los escritos; esto es, junto a la forma documen-tada enzia (después encia) debió de haber existido una forma * eňia, etc/ 100 Variación y cambio en espaňol Es en términos de tal reasignación como deberíamos intentar com-prender algunos de los caprichos y aparentes contradicciones de la linguística histórica. A modo de experimento, presentaremos unos pocos casos, de la história del espaňol, en los que la reasignación puede tener un papel aclaratorio. El tratamiento de la /o/ del latín hablado (Ö o 0 en latín clásico) cuando era tónica y estaba seguida por la secuencia /nj/ (/n/ seguida de una vocal palatal, correspondiente en la escritura del latín clásico a NE o Nl) muestra un resultado doble. Por un lado, cuneu da cuňo (de donde precede cuňa), con cierre de la vocal tónica en /u/ seguida de la asimilación de /nj/ a /ji/. Por otro lado, cicönia, que presenta lg misma secuencia /ónj/ en latín hablado, se convierte en cigiieňa, con metátesis de la vocal palatal a la sílaba anterior (*[ťigóina], seguida de palatalización de /n/ a /ji/ y sustitución de [ói] por [wé] [de lo cual existen precedentes en otras palabras (por ejemplo, auguriu > [agói-ro] > agiiero)]. Aunque quizás podamos descartar la existencia de una variante *cueňo, evitando el parecido fónico con el término tabu co-ňo, es del todo posible que una forma *ciguňa existiera, como compe-tidor de la forma, a la larga triunfante, cigiieňa25. En otro caso de competencia entre variantes alternantes que des-ciende de palabras con una estructura poco frecuente, la forma vergiie-ňa 'vergüenza' del espaňol antiguo (< verécundia), con una estructura parecida a la de la variante triunfante cigiieňa, se descartó a la larga. Esta variante, que está documentada, ŕue sustituida por ver-giienca, la forma seleccionada posteriormente como estándar (y con el tiempo escrita vergüenza), pero la coexistencia prolongada de los dos tipos, posiblemente diferenciados por connotaciones de prestigio, se vio favorecida probablemente por lo infrecuente de la secuencia 25 La existencia de coňo habria inclinado ligeramente la elección entre *cueňo y cuňo a favor de la ultima, ya que lol y /ue/ mantienen una relación paradigmática habitual en espaňol (por ejemplo, en el verbo), y *cueňo, por tanto, parece que está más estrechamente relacionado con coňo de lo que lo está cuňo. Irfecanismos del cambio 101 original -undia y por tanto de sus dos descendientes castellanos -ueňa y-uenga26. En el caso del latin cingulös, tanto la forma con éxito sendos como una variante seňos se encuentran en textos del siglo xm, pero la ultima desapareció desde entonces de los documentos, sin duda a causa de su bajo prestigio. La variación entre resultados alternatives del mismo segmento original se ilustra mejor en el tratamiento en castellano de las palabras latinas que comenzaban con una [j] no silábica agrupada con una vocal velar siguiente (por ejemplo, iOGU, iuncu). A este respecto, las palabras que encajan con esta deseripción son ligeramente más numero-sas que en los casos anteriores, si bien el numero total es todavía bajo. Aunque el resultado representado por iOGU > yugo se considera gene-ralmente el tratamiento castellano tipico de esta secuencia, también se debe tener en cuenta que es poco probable que las palabras con signi-ficados relacionados con la flora local sean préstamos de otras re-giones, asi que deberíamos dejar abierta la posibilidad de que estas formas, y las otras pocas iguales a ellas, sean el resultado de reasig-naciones de formas en competencia (yugo I jugo > yugo, yunco I jun-co > junco, etc.), traidas a las mismas comunidades castellanas a tra-vés de los procesos de repoblación medieval. 3.2. ONDAS El empleo de la imagen de la ondá, para representar la extension de una innovación a través de un territorio, es antiguo en la linguística. Fue introducida en la filológia indoeuropea por Johannes Schmidt (1872) para explicar determinadas similitudes entre los rasgos de di-ferentes ramas de la família indoeuropea, y ŕue perfeccionada más 26 Una tercera variante vergoňa solo se documenta en textos que tienen su origen fuera del area central castellana y parece que no formó parte de la mezcla dialectal que estamos tratando aquí. 102 . Variación y cambio en espaňol tarde por Saussure (1960: 206-8), quien comparó el limite del area ocupada por un rasgo nuevo con el limite exterior de una ondá que avanza. No obstante, no siempre se ha hecho notar que (a pesar de la opinion de Pulgram 1953) la imagen de la onda invasora es bastante incompatible con la del árbol genealógico (véase el apartado 2.5.1), puesto que la onda sólo puede extenderse a través de un continuum dialectal y debe interrumpirse donde un continuum linda con otro (véase el apartado 2.5.2), esto es, usando la imagen del árbol, una onda no puede pasar de rama en rama27. Los intentos para reconciliar estos dos modelos de relación lingüistica, como el de Malkiel (1983), confirman que siempre que estemos ante un continuum dialectal, la imagen de la onda de innovación en expansion es la única adecuada, mientras que la imagen del árbol sólo se puede emplear en los casos de discontinuidad geográfica entre los que ŕueron una vez segmentos del mismo continuum. Si tenemos presente que la realidad que subyace en la imagen de la onda es la de que las innovaciones se extienden como resultado de la imitación de un hablante a otro en la interacción cara a cara, entonces esta imagen nos šerá útil, y se empleará repetidamente en lo que si-gue28. ■.'h 27 En desacuerdo con la noción expresada aquí está el concepto del Sprachbund, como el que se piensa que existe en los Balcanes, donde determinadas características, como la colocación del artículo definido después del nombre, aparece en los conlinua dia-lectales vecinos (albanés, eslovaco, rumano) y se cree que han sido transmitidas de unos a otros. Otro caso donde se afirma que una onda lingüistica ha pasado de un continuum a otro es el del empleo de la [R] uvular en Europa occidental, donde aparece tanto en las variedades galorrománicas como germánicas. 28 Para un estudio de cómo se extienden las innovaciones, véase el apartado 3.4, que trata de la extension a través del 'espacio' social, pero que igualmente se aplica a la extension a través del espacio geografico. tfecanismos del cambio 103 3.2.1. ISOGLOSAS ■'.'! La noción de isoglosa, introducida en el apartado 2.1, puede de-finirse ahora con más rigor como una linea, trazada en un mapa lin-gúístico, que delimita un area o areas ocupadas por un determinado rasgo (por ejemplo, un sonido, o un fenómeno gramatical o una de-terrninada palabra para expresar un concepto dado) y la separa de otra area o areas en las que aparece un rasgo diferente bajo las mis-mas circunstancias lingiiisticas (un sonido diferente, un fenómeno gramatical diferente, una palabra diferente para expresar el mismo concepto, un significado diferente vinculado a la misma palabra, $c.). En el contexto de la teória de las ondas, las isoglosas pueden imaginarse como el limite exterior de una onda que ha surgido des-de algún punto del territorio en cuestión. Merece la pena recordar que lo que esto significa en términos humanos es que el punto desde el que la onda se extiende es algún pueblo o ciudad cuyos habitantes han adquirido un prestigio social mayor que el de los que viven en las areas vecinas, y que algún rasgo del habla del grupo de alto prestigio ha sido imitado por los que están en inmediata vecindad, quie-nes a su vez lo han pasado a través de la imitación a individuos que viven un poco más alia del centra de prestigio, etc. Los motivos que explican el especial prestigio asociado a nuestro centra de irradiation están fuera del dominio de la lingüistica, y se relacionan con aspectos tales como la riqueza, el poder politico, un alto estatus cultural, etc. El trazado en un mapa de una isoglosa, como resultado de una investigation dialectal, no puede, por si mismo, decirnos en que direc-ción se está moviendo esa isoglosa (o si se está moviendo realmente), puesto que un mapa con una isoglosa trazada sobre él es como si fuera una mera fotografia tomada en un determinado momento, y no nos dice cuál de los dos rasgos que separa es el innovador y cuál es el an- 104 Variación y cambio en espafíol tiguo . Por ejemplo, es posible dibujar un mapa de la Peninsula con una isoglosa que la separe en dos areas: una en la que el diptongo [éil aparece en el sufijo -eiro (latín -äriu) y otra mayor en la que el sufijo correspondiente (-ero I -er) contiene la vocal simple [é] (figura 3.1). A fin de determinar en qué dirección se está moviendo esta isoglosa, necesitamos información de períodos más antiguos. Idealmente podriamos extraer esta información de otra investigación anterior e idéntica, pero es poco probable que esta información esté disponible y tenemos que conformarnos con la información parcial de las fuentes escritas. Puesto que contamos con textos del norte de Castilla anterior res al siglo xn que mantienen en la escritura -eiro (Menéndez Pidal 1964: 73-4, 483), cuya presencia sugiere (pero no prueba) que la pro-nunciación [éi] antes ŕue común donde ahora se dice [é], y puesto que la [é] del portugués meridional (en formas cuya ortografia estándar muestra ei; por ejemplo, -eiro) parece estar afectando al centro de Portugal, es razonable concluir que la isoglosa de la figura 3.1 está re-trocediendo hacia el noroeste. . íl 1 I [éi] / \ ) [é] • i /I *] ■ > • • % f . \ • I Figura 3.1. Isoglosa que separa [-ej] de [é] en -eiro, -ero, -er 29 No deberia pensarse que el rasgo más reciente es por nccesidad el que se está cxpandiendo, ya que un rasgo que una vez fue prestigioso (y por lo lanto en expansion) podría perder su asociación prcstigiosa y comenzar a retroceder. tfecanismos del cambio 105 Existe una configuración de isoglosas que nos permite, casi sin arnbiguedad, determinar la dirección del movimiento sin contar con la información de períodos anteriores. El mapa de la figura 3.2 muestra una única isoglosa que delimita cuatro zonas en las que el marcador de plural {-es} aparece en el caso de nombres femeninos y adjetivos cuyo singular está marcado por {-a} (por ejemplo, cases, plural de casa). Es del todo probable que las tres zonas occidentales estén re-trocediendo, ya que si se estuvieran expandiendo, tendríamos que Figura 3.2. Isoglosas que demarcan las zonas peninsulares de cases Icasas concluir que habría tres centros distintos de influencia que estarían irradiando el mismo rasgo, algo de por si improbable. De hecho, lo más probable es que estas tres zonas occidentales formaran antes parte de una única zona, que se fragmento a medida que se contraía, ya que algunas partes de la zona (sin duda aquellas cuyo contacto con el exterior era el más debil) fueron más resistentes que otras al rasgo que se expandia (plural en {-as})30. 30 La antigua idea (Menéndez Pidal 1964: 444-445, sin revisar desde las primeras edicioncs) dc que los dos islotes mcridionalcs de {-es} en tcrritorio leonés (a saber, San Ciprián de Sanabria y El ľayo) cran rcsullado de la repoblación medieval de gen-tes del centro de Asturias ya no se puede manlener. Menéndez Pidal (1960: XXIX-LVII) concluye que la zona catalana y las distinlas zonas leonesas de {-es} < -ÄS (y de 106 Variación y cambio en espafjoi Aunque a menudo es posible establecer que una isoglosa se está moviendo en la actualidad, y cuál es la dirección de su movimiento hay también casos en que una isoglosa se halla estática. Estos casos incluyen muy particularmente isoglosas que han retrocedido hacia una frontera, más alia de la cual el centro de prestigio que las impulsa no tiene el poder para seguir manteniendo su influjo. Ésta rue la situation imaginada en el apartado 2.5.2, y puede ejemplificarse me-diante aquellas isoglosas que han llegado a coincidir con la frontera hispanofrancesa en los Pirineos Centrales (Guiter 1983). También se han de incluir entre las isoglosas hoy estáticas aquellas cuya position fue determinada por un movimiento de población (véanse los apartados 2.5.2 y 4.1.3). Algunas de las isoglosas super-puestas que separan las caracteristicas castellanas de las portuguesas desde el Douro / Duero hasta la desembocadura del Guadiana deben su trazado a dos movimientos de población simi lares pero distintos y paralelos. A medida que el condado portugués (desde 1143 el Reino de Portugal) expandia su territorio hacia el sur en la region costera occidental de la Peninsula, la gente de lo que hoy es el tercio septentrional de Portugal fue desplazándose más y más hacia areas del sur, dentro de las fronteras fijadas por la conquista o los tratados. Estos repobladores serian hablantes de variedades de aquel segmento del continuum dialectal peninsular que pertenecia al area de Oporto y zonas contiguas y sus variedades de habla estarian sometidas a los procesos de nivelación dialectal implicitos en todos los casos de re-población (véase el apartado 3.1.3). Mientraš tanto, o un poco más tarde, estaba teniendo lugar en los territorios vecinos al este un proceso de repoblación distinto; allí, los hablantes de variedades que pertene-cian a un segmento diferente del continuum dialectal peninsular (qui-zás en su mayoria de las regiones de León y Burgos, pero sin duda in- {-en} < -ANT en el verbo) formaron antes parte de una zona continua, más tarde rota por la penetración del castellano {-as} y {-an}. Esta conclusion se apoya en la apari-ción ocasional del plural {-es} en las variedades septentrionales del romance peninsular ya desaparecidas (el mozárabe; véase el apartado 4.1.1). En este contexto, deberia recordarse que los morfemas {-es} y {-en} son innovaciones que están retrocediendo ahora ante las antiguas formas, más conservadoras, {-as} y {-an}. tfecanismos del cambio_________________________________107 cluia a hablantes venidos de otras muchas zonas del centro-norte) es-taban sometidos a la nivelación dialectal a medida que se establecian en areas contiguas a las de Portugal31. El resultado de estos procesos paralelos fue que las isoglosas que marcan las diferencias de habla entre estos dos grupos de repobladores coincidieron con una frontera politica, ya que el grupo occidental no se estableció al este de la frontera portuguesa y el grupo del este no se estableció al oeste de la frontera. Asimismo, este argumento implica que, en el periodo a partir de la repoblación de estas areas, los contactos a través de la frontera han sido nienos frecuentes e importantes que los que únían a la gente en cada la-do de la frontera con sus respectivos centros de prestigio, hacia el oeste (Lisboa) y hacia el este (Toledo). De lo contrario, los procesos de aco-modación lingüistica entre los hablantes de cada lado de la frontera provocarían una similitud creciente del habla, un resultado que se de-mostraria en el mapa mediante la no coincidencia entre las isoglosas pertinentes y la frontera. Este modelo no se observa en la realidad32. Para ejemplificar este proceso de creación de frontera dialectal, tomemos el caso de dos isoglosas que reflejan la separación de las variedades portuguesas de aquellas habladas en el lado oriental de la frontera. Por un lado, consideraremos la isoglosa que separa aquellas zonas (occidentales) donde se emplea el diptongo [óu] (en palabras como pouco) de aquellas zonas (centrales y orientales) donde la palabra correspondiente contiene [ó] (poco, etc.). Por otro lado, tomaremos la isoglosa que marca la extension de aquellas variedades que carecen de diptongación de [é] (en palabras como pedra) en oposición con _________ 31 Nadá de lo que estamos viendo implica que todas las diferencias dialectalés se nivelaron dentro de cada grupo principal de repobladores. No debemos imaginär una nivelación total de este tipo (y es imposible que se consiga); a fin de entender las ra-zones de la agrupación de isoglosas en la frontera luso-espaňola, es suficiente con imaginär que determinados aspectos de la variación dentro de cada grupo se nivelaron, dejando sin resolver muchos otros ejemplos de variación interna. 32 Pasamos por alto deliberadamente, por ser irrelevantes, aquellos casos donde la frontera se ha desplazado desde el momento de su establecimiento, dejando pequeňos enclaves ocasionales de hablantes en cada lado de la frontera que emplean el conjunto de rasgos lingiiisticos 'erróneos'. 108______________________________Variation y cambio en espaňol aquellas variedades que muestran diptongación en [jé] (en piedra etc.). Estas dos isoglosas se halian bien diferenciadas en el norte de la Peninsula, atravesando el continuum dialectal con trayectorias muy diferentes, y con la primera bien hacia el ešte de la segunda en la cos-ta norte (véase, por ejemplo, Zámora 1967, el mapa entre las páginas 84 y 85). Sin embargo, convergen (la una con la otra junto con otras varias isoglosas) en un punto en la frontera luso-espaňola, al sur de la ciudad portuguesa de Miranda do Douro, y de alii en adelante coinci-den exactamente, siguiendo la frontera hasta el Atlántico en la des-embocadura del Guadiana, excepto donde divergen conjuntamente en direction este desde la frontera para abarcar tres enclaves en territorio espaňol, resultado del rediseňo de la frontera, donde las variedades habladas tienen un predominio de caracteristicas portuguesas (lo que incluye la no diptongación en palabras como pedra, y la diptongación [óu] en palabras como pouco). Esta casi completa coincidencia entre isoglosas y frontera (coincidencia total si se tienen en cuenta los des-plazamientos de frontera) tiene su origen en el proceso que hemos visto arriba: mientras los repobladores del lado occidental de la frontera hablaban variedades que (probablemente) carecian de diptongos en palabras como pedra y todas presentaban [óu] en palabras como pouco, los repobladores del este de la frontera procedian de una va-riedad de areas, algunas de las cuales se caracterizaban por ambos rasgos (por ejemplo, El Bierzo, etc., con pedra, poucu), algunas sólo por el segundo (por ejemplo, Astorga, etc., con piedra, poucu), y la mayoria procedia probablemente de areas donde ninguno de estos rasgos existia (y pronunciaban piedra, poco). En el oeste habia enton-ces unanimidad a este respecto, mientras que en el este la variedad dialectal se redujo, a través de los procesos normales de contacto durante la repoblación (véase el apartado 3.3), a las variantes piedra y poco33. Como estos dos procesos de repoblación tuvieron lugar bajo la protección de dos reinos diferentes, las oportunidades de acomoda- ---------------- 33 No debe cntcnderse aqui que la nivelación dialectal no fuera normal en el lado portugués de la frontera. En el caso de otros rasgos, donde no había unanimidad entre los repobladores, la nivelación sería lo espcrado. }Aecanismos del cambio ______109 ción lingiiística entre hablantes de un lado de la frontera con los del otro lado fueron počas y no dieron lugar a ninguna adaptacion en el caso de estos rasgos. Las isoglosas que separaban las dos tradiciones, por tanto, han continuado coincidiendo con la frontera. Otros casos de isoglosas estáticas no se deben al desplazamiento de población, sino al hecho de que ambos rasgos separados por la isoglosa son recesivos, igualmente amenazados por un rasgo estándar. Asi, la isoglosa que hoy separa, en el este, la pronunciación de una aspirada iniciál /h/ en palabras como hierro, hilar, huso, de la pronunciación correspondiente con lil, en el oeste (fierro.fúar.fusu), corre muy próxima al río Sella en el oriente asturiano (figura 3.3): Menén-dez Pidal (1964: 214, 219) afirma que esta isoglosa refleja una anti-gua frontera étnica prerromana, la cual separaba al este a los astures (que adquirieron y mantuvieron la labiodental fricativa latina /f/) de los cántabros, un grupo que (al igual que los vascones) carecía de labiodentales en el inventario fonémico de su propia lengua, y que por ! eso encontraban dificil imitar el fonema latino, que reemplazaban por el fonema más parecido de su propio inventario fónico, a saber, /h/34. Tanto si aceptamos esta explicación de la innovación como si no, se puede mantener que lo cierto es que la isoglosa que opone lil y /h/ ha permanecido estática durante siglos. La explicación para esta ausen- ' cia de movimiento sin duda reside en el hecho de que, en el tipo de palabras que estamos viendo (que descienden de palabras latinas que tenían f- iniciál) las variantes [f] y [h] han perdido prestigio por igual, y sólo son propias hoy del habla de la población rural sin escolariza-ción. Ninguna de estas dos variantes šerá imitada por los que las des-conocen, lo que equivale a decir que ya no hay ninguna fuerza que mueva la isoglosa en dirección alguna, una fuerza que no ha existido durante siglos. Lo que sucede, por el contrario, es que la variante estándar, a saber, [0] (es decir, la ausencia de consonante iniciál), está |1 M Catalan y Galmés (1946) trazan con detaile la isoglosa al igual que Rodriguez Castellano (1946). El argumento histórico de Menéndez Pidal no ha sido aceptado universalmente; véase este asunto, con su bibliografia, en Penny (1972b y 1990) para un cstudio y bibliografia. 110 Variation y cambio en espaňol invadiendo de forma constante el territorio de [f] y [h] a medida que la pronunciación urbana/culta cunde cada vez más entre los hablantes rurales35. Una vez se haya completado ešte proceso, esto es, una vez que cada palabra rural del tipo /filár/ o /hilar/ se haya sustituido por el tipo estándar /ilár/ hilar, la isoglosa HI ~ /h/ desaparecerá completa-mente sin que se haya movido durante siglos. Mar Cantábrico Ribadesella Infiesto« \ • Cangas de Onis Oviedo • , c, • Caso / • Oseja lfl > /h/ Riaňo Figura 3.3. Isoglosa que separa HI y Ihl en filar ~ hilar, etc. 3.3. REDES SOCIALES Y VELOCIDAD DEL CAMBIO Tras haber considerado la manera en que las innovaciones lin-giiísticas viajan a través del espacio geográfico, o la forma en que se les impide hacerlo, prestaremos atención a los factores que rigen la propagación de las innovaciones a través del espacio social, esto es, 35 Este proceso se está dando palabra a palabra; las primeras palabras a las que al-canza son aquellas cuyo significado se asocia con el estilo de vida urbano/culto, mientras que las ultimas en perder su consonante iniciál son aquellas cuyo significado está relacionado con la forma de vida rural /agricola. Para estos procesos de cambio por di fusion léxica, véase el apartado 3.5. jAecanismos del cambio 111 cómo un rasgo que se origina en una parte de la matriz social puede extenderse a través de otras partes de la matriz, o cómo puede haber algo que se lo impide. Debe recordarse que el mecanismo básico en ambos casos es idéntico: las innovaciones pasan de un individuo a otro a través de los procesos de acomodación que se dan en los contactos cara a cara. A veces, un rasgo que se ha adoptado momentáneamente bajo tales condiciones puede convertirse en parte del comportamiento lingiiistico normal del receptor, y puede, por tanto, pasar a otros indi-viduos. I El problema fundamental que afronta la lingiiistica histórica es planteado escuetamente por Weinreich, Labov y Herzog de la si-guiente manera: xl i,Por que tienen lugar los cambios en los elementos estructurales en una determinada lengua en un momento dado, pero no en otras lenguas con el mismo elemento, o en la misma lengua en otros mo-mentos? Este problema de actuación puede considerarse como lo esencial del asunto. (1968: 102) Pero como admite James Milroy (1992: 20), no estamos más cerca de resolver este problema de causación de lo que estamos de pronos-ticar si lloverá en un lugar especifico en un momento dado. Cierta-mente, la habilidad de hacer predicciones lingiiisticas, una habilidad que sería consecuencia de la solución del problema de la actuación, puede estar totalmente fuera de nuestro alcance. Sin embargo, ha habido avances significativos en nuestra comprensión de los factores que favorecen o impiden la extension de las innovaciones, y que, por lo tanto, rigen la velocidad a la que el cambio lingiiistico tiene lugar. Estos avances proceden principalmente de la aplicación a la lengua de la teória de las redes sociales, especialmente en el trabajo llevado a cabo por Lesley y James Milroy en el Reino Unido y por William Labov en Estados Unidos. Las relaciones sociales entre individuos pueden representarse me-diante la metafora de la red, en la que los nudos representan a individuos y las cuerdas senan las conexiones entre éstos. Sin embargo, a diferencia de las redes verdaderas, en las que dos nudos están unidos 112 Variación y cambio en espaňol por una única cuerda, las redes sociales revelan que dos individuos pueden estar unidos por varios o por muchos vínculos, que consisten en caracteristicas como las siguientes: parentesco familiar, vivir en el mismo vecindario, tener el mismo lugar de trabajo, asistir al mismo lugar de culto, pasar el tiempo libre en los mismos lugares. Dos individuos que compartan uno de tales vínculos se dice que están unidos por un lazo debil, mientras que los que compartan muchos de estos vínculos están unidos por lazos fuertes. <\ Se ha observado que los grupos de individuos que están unidos mutuamente por lazos fuertes exhiben un comportamiento en el que se refuerzan constantemente los valores tradicionales. Este aspecto de autorreforzamiento del comportamiento de grupos muy unidos se ex-tiende a la lengua, de modo que estos grupos estarán marcados por formas tradicionales de habla y se mostrarán resistentes a los cambios originados fuera del grupo. Sin embargo, todos los grupos unidos fuertemente tienen conexiones con otros individuos y grupos, gene-ralmente mediante lazos simples o débiles. Es más, se sigue de este planteamiento que es únicamente mediante tales lazos débiles cómo el cambio social, que incluye el cambio lingiiístico, puede propagarse de grupo en grupo. La importancia de estas consideraciones, desde el punto de vista de la história de la lengua, es que las comunidades que están domina-das por subgrupos con lazos fuertes son notablemente más resistentes al cambio lingiiístico que aquellas comunidades en las que la mayoría de los individuos están unidos a otros mediante lazos débiles (véanse Milroy y Milroy 1985). El trabajo de Lesley Milroy sobre el habla de la clase trabajadora de Belfast (presentado en Milroy 1987) nos ayuda a explicar no sólo la resistencia al cambio en los dialectos de la clase trabajadora urbana, sino también nos ayuda a demostrar (mediante el estudio de los efectos del desplazamiento de gentes hacia Belfast desde el campo del Ulster) que, cuando tiene lugar la migración de un área a otra, esto inevitablemente conduce a la ruptúra de los lazos fuertes, al predominio de los lazos débiles y, como mínimo, a una ra-lentización en la formación de nuevos grupos con lazos fuertes. Es decir, la migracíón conduce al predominio de los lazos débiles en una tfecanismos del cambio 113 comunidad, y el predominio de los lazos débiles fomenta el cambio lingiiístico. Es probable que las sociedades en movimiento experi-nienten más cambios lingiiisticos, incluso muchos más cambios, que las que permanecen enraizadas durante largos periodos de tiempo en el mismo lugar. ^Cómo se relacionan estas observaciones con el tema del cambio en el espaňol? El principio de que el desplazamiento de gentes favo-rece el cambio puede demostrarse repetidamente en la história del castellano, y de hecho ya lo hemos tratado en varias ocasiones. Al es-tudiar los contactos dialectales (apartado 3.1), hemos hecho hincapié en que durante toda la Edad Media y bien entrado el periodo moderno, los hablantes del castellano han estado en movimiento, repoblan-do continuamente areas en el centro y el sur de la Peninsula, a medida que progresaba hacia el sur la Reconquista de la Espana islámica, prolongándose luego el proceso en el exterior en Las Canarias, los Balcanes (véase el capitulo 6), y las Americas (capitulo 5). No sola-mente esto, sino que la expansion de Madrid a finales del siglo xvi se logró mediante una importante migración desde el norte (apartado 3.1.3). Hemos enfatizado que la mezcla dialectal que resulta de estos desplazamientos de población tiene ciertos resultados predecibles (generalmente, la nivelación y la simplificación) para la lengua de las comunidades en cuestión. Lo que nos interesa en este apartado es que la história social de la Castilla medieval y de principios de la época moderna, la cual contie-ne una repetida disolución de los lazos fuertes entre los miembros de las comunidades septentrionales y la creación de nuevas comunidades (en las areas de repoblación) dominadas por lazos sociales débiles, nos lleva a predecir un ritmo de cambio lingiiístico en castellano mu-cho más rápido de lo habitual. Este rápido ritmo del cambio no pasó inadvertido para los grandes historiadores del espaňol, pero permaneció sin explicar. Menéndez Pidal (1964: 472-82) puso en relación la predisposición al cambio que hemos visto en la lengua castellana y determinados cambios básica-mentc sociales: el rechazo a la ley romána escrita (codificada en el 114 Variation y cambio en espanol Fuero Juzgo) por leyes regionales consuetudinarias; la disminución de la estratifícación social (habia bastantes menos siervos en Častily y sólo un tipo de nobleza, a diferencia de las dos clases que existían en el León más conservador); la adopción temprana de la scripta ca-rolingia (antes que la scripta tradicional visigótica); la resistencia po-lítica hacia el León anclado en el pasado; la predisposición hacia las costumbres árabes en asuntos de vestimenta, etc. Es cierto que se tra-ta de cambios sociales que, en su mayoria, afectan al sector más acaudalado de la sociedad castellana, pero quizás podamos inferir a partir de ellos que el cambio social se daba también en otros niveles, motivado por el desplazamiento de población que ocurria en territorio castellano, más radical que el de otras areas romances, incluyendo la mayoria de los otros territorios peninsulares. Podemos especular que los desplazamientos de población favorecieron la creación de una sociedad estructurada en términos de lazos debiles, a través de los cua-les se extendían libremente las innovaciones lingiiísticas. Estas inno-vaciones, generalmente identificadas como indicación del caracter 'revolucionario' del castellano, parecen haberse extendido continua y rápidamente a través de la sociedad castellana en el periodo de los inicios de la Reconquista. Éstas incluían los siguientes cambios36: 1. Empleo de /h/ o 10/ en la clase de palabras que descendían de las que contenían lil en latin estándar (por ejemplo, emplean-do la ortografia moderna, hablar, ahogar, etc.), en oposición al mantenimiento de lil en el resto de la Peninsula. 2. Empleo de lý en la clase de palabras que descendían de las que en latin contenían los grupos consonánticos -CL-, -G'L-, ' i 36 Debe tenerse en cuenta que probablemente muchos de estos cambios tenían orí-genes remotos, algunos de ellos quizás originados en el latin hablado de Cantabria, pero de ser asi, parece que permanecieron marginales (es decir, que los utilizaban in-dividuos que eran periféricos en la comunidad principal) hasta el periodo de cambio social que eslamos viendo (los siglos ix al xj). lAecanismos del cambio 115 -Li- (por ejemplo, OCULU > ojo, tegula > teja, FOLIA > hoja), en contraste con la IRI empleada en la mayoria de las areas37. 3. Empleo de It'/ (más tarde /G/) en la clase de palabras que descendían de las que en latín contenían -scj- o -sc- seguida de jm. vocal palatal (por ejemplo, asciata > espanol antiguo acada > azada, miscere > mecer), en oposición con la /JV de otras [is,: partes de la Peninsula. 4. Pérdida del fonema iniciál en la clase de palabras cuyo étimo latino tenia una i- o una G- iniciales de palabra seguida de una vocal palatal átona (por ejemplo, *ienuäriu (por ia-nuäriu) > enero, genesta-> hiniesta), cambio no compartido lU-i- con el resto de variedades hispanorromances, que mantenían una consonante palatal én esta clase de palabras. Debe tenerse en cuenta que muchos de los casos estudiados en los apartados 3.1.2 y 3.1.4 como ejemplos de simplificación y nivelación bajo condiciones de contacto dialectal pueden entenderse también como ejemplos del elevado índice de cambio observable en castellano, ya que los repoblamientos que condujeron a la mezcla dialectal también dieron lugar (podemos suponer) al predominio de lazos sociales debiles en las nuevas comunidades, condiciones que sabemos que favorecen el cambio rápido. Dentro de ešte contexto, merece la pena hacer hincapié en la correlation que existe, en la totalidad de las variedades actuates del romance peninsular, entre la latitud geográfica a la cual pertenece una variedad dada y el grado de cambio al que ha estado sometida. Sin duda, ešte hecho es más notable en la zona castellana, donde se ob-serva una menor innovación (es decir, mayor conservadurismo) que en Cantabria, y un grado cada vez mayor de innovación según se En estas formulaciones, el apostrofe indica una vocal (generalmente la I o U breves) que fueron eliminadas en latín o en romance temprano. El símbolo J indica una yod palatal (no silábica) que ha evolucionado a partir de la E o I átonas cuando formaban grupo con la vocal siguiente. > 116 Variation y cambio en espaňol atraviesa Castilla la Vieja y Castilla la Nueva y se alcanza Andalucía, quizás debido a desplazamientos de población cada vez más grandes y complejos que tuvieron lugar en el territorio castellano, a diferencia de otros territorios peninsulares. Sin embargo, se pueden ver modelos similares (de grado creciente de innovación a medida que examina-mos las variedades cada vez más al sur) a ambos lados de la Peninsula. En Portugal, se ha repetido frecuentemente que los dialectos de Entre-Douro-e-Minho y de Tras-os-Montes son más conservadores, con grados crecientes de cambio observables en las areas centrales (incluida Lisboa), y con el mayor grado de innovación en las variedades habladas en el Algarve38. Un patrón semejante, pero no idéntico, puede verse en el lado oriental de la Peninsula, donde las variedades más conservadoras del Catalan se encuentran en los Pirineos, espe-cialmente en el norte de Lérida/Lleida, y las más innovadoras en el área valenciana39. 38 Limitándonos a c'uestiones de indole fonológica, Boléo (1974: 187-250) da pruebas del ritmo más lento de cambio en el norte de Portugal. Delimita las areas (in-cluidas las provincias más septentrionales y extendiéndose hacia el sur en diferentcs grados) de los siguientes rasgos: mantenimiento de AJ/ en el norte frente a la reduc-ción a /J/ (/tfúva ~ /Júva/ chuva 'lluvia'), mantenimiento de la bilabial /ß/ o /b/ en el norte frente a su evolución a /v/ más al sur, mantenimiento del diptongo /éi/ en el norte frente a su reducción a /é/ er el sur, etc. 39 Este patrón es un tanto oscuro en el caso del Catalan por cl hecho de que las variedades meridionales (esto es, el valenciano) son más una extension del tipo occiden1 tal del Catalan septentrional (el del area de Lérida / Lleida), que del tipo oriental que proporciona la variedad normativa, la de Barcelona (apartado 4.1.7.3). Lo que se afir-ma aqui es que el valenciano muestra un mayor grado de innovación que el leridano, Otro problema surge del hecho de que algunos de los rasgos más evolucionados del Catalan valenciano, aquellos que se observan en las variedades dcnominadas apitxal que se hallan en la ciudad de Valencia y en las areas vecinas (Badia 1951: 79), sé hayan adscrito a veces al contacto con el castellano, más que a una evolución interna. Es cierto que algunos de los rasgos de las variedades del apilxat (preferencia por la /b/ bilabial en vez de la NI, que se emplca en las variedades habladas al norte y al sur, cn-sordecimiento de sibilantes sonoras y su confluencia con sus equivalentes sordas) son también las que caracterizan al castellano, pero no está nada claro que estas similitudes scan algo más que coincidencias. Mecanisrnos del cambio 117 3.4. D1RECCIÓN DEL CAMBIO A TRAVÉS DE LA SOCIEDAD Los cambios lingiiisticos que ganan terreno en la sociedad lo hacen mediante la imitación y la adopción por un numero creciente de individuos, a través de los contactos cara a cara, y, como vimos (apartado 3.3), esta imitación necesariamente tiene lugar entre individuos que están unidos por lazos sociales debiles. Nuestro interes aquí es considerar las formas en las que los cambios se transmiten de una parte de la matriz social a otra, y en esta consideración encontramos otra confirmación de que el cambio se propaga casi exclusivamente mediante los lazos debiles. Las parejas o los grupos de individuos que están unidos por lazos fuertes, esto es, los que están unidos por multiples lazos, pertenecen de necesidad al mismo segmento de la matriz social: tienen rrabajos similares, vi ven en la misma localidad, pueden ser miembros de la misma familia, disfrutan las mismas actividades de ocio, etc. A causa de la naturaleza de mutuo refuerzo de estas rela-ciones, tales individuos con toda probabilidad usarán variedades de habla muy similares. Cualquier rasgo que pertenezca a un grupo con otras características sociales puede llegar al grupo que estamos consi-derando solamente a través de los lazos que unen un grupo al otro, lazos que deben ser predominantemente simples o debiles, ya que un grupo de individuos que comparten muchas características sociales con otro grupo es probable que esté unido a éste mediante los contactos multiples que implican estas similitudes. Para que una innovación gane terreno dentro de un grupo social tiene que ser adoptada primero por algún individuo preeminente dentro del grupo, tras lo cual los otros miembros del grupo la adoptan rá-pidamente (Milroy y Milroy 1985). Pero más importantes desde nuestro punto de vista son las razones de por qué la innovación pasa de grupo en grupo, esto es, de por qué un individuo imita un rasgo del habla de otro individuo al que le une un lazo debil. Aunque parece bastante claro que no todas las innovaciones tienen la misma probabi- 118 Variáciou y cambio en espaňol lidad de extenderse (la visión alternativa es que no todas las innovations tienen la misma probabilidad de ocurrir en una variedad dada sino que, habiendo ocurrido, todas tienen la misma potencialidad para extenderse), la principal fuerza que impulsa la extension de cualquier rasgo es el relativo prestigio de los individuos que estén implicados. El prestigio, sin duda, no es un asunto linguístico, pero consiste en varios rasgos (que no intentaremos enumerar) que posee en grados di-ferentes un determinado individuo especifico40; este prestigio puede entonces asociarse con un rasgo linguístico determinado o con un conjunto de rasgos empleados por ese individuo, incrementando la posibilidad (en diferente medida) de ser imitado por otros. Si, como parece ser el caso, la principal o única razón para la extension de un rasgo es el prestigio a él asociado, no debe olvidarse que el prestigio puede ser manifiesto o encubierto, y que la extension social puede, por tanto, ser hacia arriba o hacia abajo. "jfj 3.4.1. Cambio hacia abajo El tipo de imitation de las innovaciones lingiiisticas que se debe al prestigio manifiesto de individuos que emplean estas innovaciones se considera generalmente como de extension hacia 'abajo' a través de la sociedad. Asi, es más probable que se imite un rasgo que se oye en el habla que pertenece a un individuo que es más poderoso, más rico, etc., que el que se imite un rasgo oido en el habla de alguien 'más bajo' en la jerarquia social. Esta extension hacia 'abajo' del cambio linguístico es común en todas las sociedades, y ha sido docu-mentada ampliamente en los estudios de sociolingüistica como el ya clásico estudio de Labov (1966) sobre la extension hacia abajo de 40 Estos rasgos incluyen no sólo factores como la riqueza, el grado de instrucción, los bienes, que cuando se poseen en abundancia se asocian a la 'flor y nata' de la sociedad, sino también rasgos tales como el respeto concedido por la contracullura urba-na, que se asocian con otros niveles y a los que nos referiremos en el apartado 3.4.2. yiecanismos del cambio 119 la lil postvocálica en el habla de Nueva York, previamente sin este sonido. ■0 3.4.2. Cambio hacia arriba Apenas menos habitual, y evidentemente importante, es el proce-so mediante el cual los cambios se propagan hacia 'arriba' a través de la sociedad, desde grupos de menor prestigio a otros más privilegia-dos de mayor prestigio. Determinados modos de comportamiento, prominentes entre los que tienen una position destacada en la 'con-tracultura urbana' y que manifiestan sabiduría mundana, aunque estén presentes en individuos que apenas tienen riqueza, instrucción, etc., pueden, sin embargo, poseer prestigio de tipo encubierto. Estos esti-los, que sin duda incluyen caracteristicas de comportamiento linguístico, pueden por tanto ser evaluados positivamente y ser imitados no sólo por los del mismo nivel social, sino por los que ocupan una posi-ción superior en el continuum socio-económico. Un ejemplo que se cita a menudo en este contexto es la extension del diptongo /wa7 a través de la sociedad francesa, después de la Revolution, a expensas de /wé/ en palabras como roi, moi. Tras haber sido anteriormente un rasgo de bajo prestigio en el francos parisino, este rasgo se asoció con el prestigio recién adquirido por los modos de la clase trabajadora y ŕue imitado más ampliamente, quizás por solidaridad con las ideas de la Revolution (véanse Wartburg 1958: 229, y, para la extension de los rasgos de la clase baja parisina en general, Lodge 1993: 228-9). Un rasgo de pronunciación que parece ir extendiéndose de esta manera en el espaňol peninsular actual es el debilitamiento de la /s/ final de sílaba en una articulation aspirada, esto es, la pronunciación [aßi'pa ], [é to ], [mo ka'] en las palabras avispas, estos, moscas, etc. (véase el apartado 4.1.7.2.4). Testimoniado desde el siglo xvi en el sur de Espafia, y presumiblemente ya presente alii mucho antes en los grupos sociales humildes, este rasgo comienza a observarse en el cen- 120 Variation v cambio en espaňol tro de Espaňa en el siglo xrx, específicamente en las variedades de la clase trabajadora madrilena, y posiblemente fue traído a la capital por los inmigrantes del sur. Aflora, por ejemplo, en las novelas de Benito Pérez Galdós, en los casos en que retrata el habla de los individuos de esta clase social (Lapesa 1980: 502)41. Desde entonces, parece haber avanzado algo a través de la matriz social, de modo que, a pesar de no pertenecer al habla instruida madrilena, ya no está restringido a las variedades de la clase trabajadora. | 3.5. DIFUSIÓN LÉXICA "1 Hasta ahora hemos hablado de la extension de los rasgos lingüis-ticos a través del espacio geográfico y social como si cada innovation afectara a la vez a cada elemento léxico o sintagma que mostrase los requisitos para ese.cambio (al ofrecer las condiciones determinadas que se requieren para que tal cambio tenga lugar). Sin embargo, un planteamiento asi supone una simplificación, y ahora se háce necesa-rio aclarar que las innovaciones avanzan por el espacio y por la so-ciedad palabra a palabra. En esto se basa la teória de la difusión léxica, que insiste en que durante la extension de cualquier cambio algunas palabras se ven afectadas antes que otras, o, mirando el pro-ceso desde otro ángulo, algunas palabras son más resistentes que otras a cambiar. Los que son más resistentes a cambiar serán generalmente aquellos elementos léxicos que designan aspectos de la realidad que son centrales en los intereses de la comunidad cuya habla está abierta potencialmente al cambio en cuestión. Esta difusión diferenciál del cambio fónico se ha puesto de manifiesto al menos desde la publica; ción del Atlas linguistique de la France (ALF 1903-10); los mapas de 41 Lapesa extrae de Fortunata y Jacinla, publicado por primera vez en 1886-7, el siguiente comentario sobrc la pronunciation de Fortunata, que pcrtenecc a la clase trabajadora: 'las eses finales sc lc convertian en jotas sin que ella lo notase ni evitarlo pudiese'. Mecanismos del cambio 121 Jaberg (1959), basados en el ALF, muestran el modo en que, a princi-pios del siglo xx, el cambio mediante el cual /k/ (en los descendientes de las palabras latinas que contenían ca- iniciál, como cantäre, CANDEla, campu) fue reemplazado por /J/ (francos estándar chanter, chandelle, champ, etc.), en el noreste y el sur de Francia, ha alcanza-do una extension diferente en el caso de cada palabra estudiada. Las isoglosas que reflejan el avance de /J"/ a expensas de /k/ no coinciden exactamente, y a veces son marcadamente divergentes, y es evidente que el ritmo de avance es más rápido en las palabras que se asocian con asuntos suprarregionales y menos rápido en el caso de las palabras relacionadas con estilos de vida locales, como los nombres de las herramientas y las labores del campo. Naturalmente, esta difusión léxica es evidente también en el espa-fiol. La isoglosa que, en Cantabria, separa el mantenimiento de /h/ en hacer de su eliminación (esto es, la isoglosa que separa /haôér/ de /aGér/) se halla más hacia el oeste que la isoglosa que separa estas dos pronunciaciones en hacha (Penny 1984). Los datos que proporciona elALEA (1962-73: mapas 1548-50) revelan un retroceso similar palabra a palabra en Andalucia occidental. En las palabras kiel, hollin, hoz y moho, Ihl aparece en prácticamente todas las localidades estu-diadas en Andalucia occidental, algunas veces al lado de una forma sin /h/. A diferencia de este tipo de palabras, que se refieren a nocio-nes concretas, el nombre abstracto hambre parece estar mucho más abierto a la influencia del idioma estándar, mostrando un gran predo-minio de formas sin /h/ en las mismas areas de Andalucia occidental. Lo que asimismo se ha puesto de manifiesto en los trabajos sobre la difusión léxica (véanse Wang y Cheng 1977, y especialmente Wang 1969) es que algunas de las palabras susceptibles de cambiar pueden no verse minca afectadas por el cambio. Puede quedar un re-siduo de palabras sin alterar cuando dos o más cambios en competen-cia tienen lugar en una comunidad en periodos de tiempo coincidentes. Mientras se da el primer cambio, y mientras una parte del vocabulario, pero no todas las palabras susceptibles de cambiar, ha sido afectada por el cambio, un segundo cambio puede alterar uno de los factores 122______________________________Variáciou y cambio en espaňol condicionantes que hacen que las palabras sean apropiadas para el primer cambio, de modo que elimina la posibilidad de que se vean afectadas por ešte cambio. Podemos ilustrar ia manera en la que se produce un residuo de palabras inalteradas mediante el examen de la interacción entre dos cambios en castellano: 1. El cambio ya visto repetidamente de f latina a /h/. 2. El proceso de diptongación por el cual la ó breve latina tóni-ca, tras evolucionar a una /ó/ abierta, se convierte en /wé/ (ponte > [pónte] >puente). Una característica del primer cambio es que está condicionado por el núcleo silábico siguiente, que en latín y en espaňol debe ser siempre una vocal y nunca puede ser una consonante o una semivo-cal42. El segundo cambio está condicionado sólo por la presencia del acento de la palabra y no se ve afectada por ningún elemento iniciál de sílaba que preceda a la vocal en cuestión. Comencemos examinando la circunstancia en la que los dos cambios no coinciden, y no han quedado restos de palabras inaltjradas. En algunas variedades del castellano, las más septentrionales, el cambio (1) debió haber afectado a todas o casi todas las palabras apropiadas antes de que el cambio (2) llegara a esta area. Como resultado de esto, todas las palabras de la tabla 3.9 (en las que F precede directa-mente al núcleo silábico) se han visto afectadas. Sin embargo, las palabras que siguen el modelo presentado en la tabla 3.10, en las que [f] no es prenuclear, no pudieron ser afectadas por ešte cambio. Cuando el cambio (2) comenzó a actuar sobre la [ó] tónica, convirtió simple-mente [hónte] y [fronte] en [hónte] y [frwénte] pero no tuvo otro efec- -------------- 42 Un planteamiento distinto, a saber, que ešte cambio pudo ocurrir en cualquier medio, se basa en los datos del gascón, donde la F latina pasó a /h/ incluso ante los elementos no nucleares [r], [1] y [w] (por ejemplo, FOCU > houéc 'fuego'). Sin embargo, el hecho de que el cambio parezca estar efectivamente sin condicionar en gascón no implica que en otras variedades romances, como el castellano, el cambio no estuviera más limitado en su dominio. Mecanismos del cambio 123 to en la forma de estos grupos de palabras43. Siguiendo el cambio ulterior [frwénte] > [frénte], estas pronunciaciones han permanecido inalteradas y se conservan hoy en el habla rural del occidente cántabro y del oriente asturiano (Rodriguez Castellano 1946, Penny 1984). En estas láreas, por consiguiente, todas las palabras susceptibles de cam-biar se han visto afectadas por ambos cambios. FÜSU > [húso] FONTE > [hónte] FAMINE > [hámne] FEMINA > [hémna] FlCU> [híku] Tabla 3.9. Dcsarrollo primitivo en Cantabria de palabras latinas que contenían una [f] prenuclear FRONTE > [fronte] FRIGIDU > [frido] Tabla 3.10. Desarrollo primitivo en Cantabria de palabras latinas que contenían [fr] Un escenario distinto muestran las variedades castellanas habla-das al sur de Cantabria. Allí los dos cambios se interfirieron el uno con el otro y produjeron un residuo de palabras sin alterar por el cambio (1). En el área de Burgos, como muestra Ménedez Pidal en su examen magistral de los topónimos (1964: 226-7), el cambio (1) comenzó más tarde, y empezó a extenderse desde el norte en el momento en que el cambio (2) ya se había iniciado. En esta área, debió todavía de existir competencia entre la innovadora [fvvénte] y la conservadora [fonte], en el momento en que [f] comenzaba a evolucionar hacia [h] en posición inmediatamente prenuclear, de modo que el resultado fue la variación entre [fwénte] y [hónte]. La alternancia entre [wé] y [ó] a favor de [wé] se fue resolviendo gradualmente, de modo que la varia- 43 Las palabras como /hwénte/ más que articularse con una [h] glotal, a menudo muestran una labiovelar sorda [M] o una bilabial sorda []. 124 Variación y cambio en espaňol ción entre [fwénte] y [honte] se resolvió en la variación entre [fwénte] y [hwénte]. En el area de Burgos el cambio [f] > [h] ha dejado un residuo de palabras sin alterar (fuente, fuera, fuelle, fuerte, fuego, etc.), aunque se debe aňadir que la competencia entre estas formas y sus alternantes ([hwénte], [hwéra], [hwéAe], [hwérte], [hwéyo], etc.) todavía no se há resuelto. El habla rural en esta área (y en muchas otras áreas de Casti-11a, Andalucía y America) mantiene las variantes aspiradas (emplean-do una pronunciación idéntica a la pronunciación regional de palabras como juego), mientras que las variantes labiodentales se han identifi-cado cada vez más con las variedades urbanas/instruidas y fueron al final las formas elegidas como estándares en la baja Edad Media44. 44 Para el proceso mediante el cual las variantes en competencia son reasignadas a diferentes sociolectos, véase el apartado 3.1.6. ' • ■ ■ ihwti". VARIACIÓN EN EL ESPAŇOL PENINSULAR i j es En el capitulo 2 hemos visto que todas las lenguas existen en un estado de heterogeneidad ordenada, tanto si consideramos los aspec-tos de variación espaciales, como los sociales o los diacrónicos, y en el capitulo 3 hemos estudiado la manera en que tal variación organi-zada determina a menudo la forma en que actúa el cambio lingüistico. Muchas de estas cuestiones generates han sido ejemplificadas con dates extraidos de las lenguas peninsulares, pero en el presente capitulo abordaremos una consideración más sistemática de la distribución de rasgos lingüisticos en la Peninsula. Primero estudiaremos la variación ;eográfica, buscando una explicación de los principales patrones de distribución de estos rasgos a través de la Peninsula. Luego nos cen-traremos en los aspectos sociales de la variación, donde se hace difícil encontrar las razones de los patrones específicos de heterogeneidad, ro donde estudiaremos algunos de los muchos y notables ejemplos en que la variación social y la variación linguística se interrelacionan. 4.1. VARIACIÓN GEOGRÁFICA La actual distribución geográfica de rasgos lingüisticos en la Peninsula viene determinada por dos conjuntos de circunstancias, a saber, la existencia de un continuum dialectal septentrional y la expan-