NEBRIJA, AUTOR DE DICCIONARIOS E! de 1992 fue un exiraordinario ano Jubilar en cl que se conme-moraronn aeonteeimientos polílicos, sociales y ciilturales que con-movicron a oeddente. Enire esos hechos est;» !a aparición de la pri-mera gramática de una lengua romance -precisamente el 18 de agosto, en Salamanca1-, la Oramática de la lengua casteüana de Elio Antonio de Nebrija2, y del IHccionario lalina-espaňoŕ también del humanista sevillano, muchas veces considerado como el primer dic-cionario espaňol. Digamos que es el primer reperiorio léxico extenso y moderno que recogc nuestra lengua, y haremos justicia a la ver-dad, lo cual no quiia ni un ápice de importancia ni al autor ni a la obra, pues entre sus predecesores hay que tener en cuenta, al menos, al otro humanista y cronisia real, Alfonso Fernande/ de Palencia, a quien se debe, entre otras obras, el Universal nocabulario en latín y romance*. Elio Antonio fue un autor enormemente prolijo, por lo que en las páginas siguientes me ocuparé tan sólo de su labor como lexicógraťo del espaňol. Es en la dedicatoria citri dicdonario donde Nebrija eseribió aquello de que "io fue el primero que abrí tienda dela lengua latina: y osé poner pendón para nuevos preceptos; como dize aquel oraciano catio. Y que ia casi del lodo pun to desarraigué de toda 1 Quién fuc d impresor sigue siendo una incognita. ľn i '-amcnte. en 1992 se llizo una edición läcsiniilardel ejemplar de Hernando Colon, con edición crílica a cargo de Antonio Qnilis, y eon unos Estudim nebrisemes coordiuadus por Manuel Alvar, Edicionrs dc Cultura Hispánica. Madrid. * IgualmtMiU? puhlirado en Salamanca. Sc puede consultar a iravčs de la edición facsimilar de Puvill. Barcelona, 1979, con un excelciue estudio preliminar de German Colon y Amadcu-J- Soberanas. 4 Pablo de Colonia con sus socios, Sevilla, 1490; lacsimil con palabras innoduc-lorias de Samuel Gili Gaya. 2 vols.. Common Permanente de la Asociáciou de Academia* de la Lengua Espaiiola, Madrid, 1967. NKBRIJA, At .TOR I)t UlCCIONARIOS 121 espaňa los dotrinales. los pedros elías. y otros nombrcs aún más duros los galteros. los ebrardos. pastranas: y otros no sé qu^aposti-zos y contrahechos grammátícos no merecedores de ser nombra-dos", donde expone las intenciones que perscguía con la gramáti-ca y el diccionario, como debelador de la barbaric- Pero hay algo más en esas palabras que no quiero dejar pasar por alto, "io fuc- el primero que abrí tienda": desea dejar claro que fue el primer profesor de lenguas (la latina), y que tenia autoridad para serlo, por ello sus obras fueron libros de texto durante decenios y decenios. Pasado el liempo, y durante el siglo xvu, serán numerosos los lexi-cógrafos y gramáticos que harán constar en las poriadaš de sus obras su condición de prolesores de lenguas, para defetiderse de los intrusos5. El lexicon hoc est Dictionarium ex sermone latino in hispaniensem o Diccionario lalino-espaňoláe Nerbija*' marca una renováciou en lexi-cografía y la pauia que habrán de seguir los autores de repertorios lexicográficos posteriores. El mismo Elio Antonio, muy poco tiem-po después de haber publicado el Diccionario, dio a la luz el Diclionarium ex hispaniensi in latinům sermonem o Vocabulario espaňol latin, aparccido en Salamanca sin fecha de edición, lo cual ha dado lugar a muchas especulaciones. Čada ve/ parece más probable que la impresión fuese en M95. Las conjeturas para la fecha son dispares. Aunqtie es imaginable que el maesiro t raba jara simultáneamente en ambas obras, no es posible que las dos apa-reciesen en el ano 1492, pues el Vocabutario registra ya la famosa palabra canoa que no půdo llegar a conocimienio de Nebrija antes de que regresara Colon de su primer vi aj e deseubridor, entrado el ano de 1493. En la dedicatoria dice el autor que está proximo a los 51 aňos de edad, habiendo nacido un aňo antes de la batalla de Olmedo (1445), de donde se desprende que nacería en 1444, y que la obra se publicaría en 1495. Hay otras razones para supo-ner que la fecha de aparición del vocabulario no pudo ser antes de 1494, ni después del 30 de sepiiembre de 1495, y que no vie-nen al caso ahora'. ' (:ii. lo que expongo en "Tradición en los diccionartos del espaňol", RSEU 22-1. 1992. págs. i 2-i. 6 Cti Julio Fernándeŕ-Sevílla. "Un maestro prelerido: F.lio Amonio de Nehnía7". Baletiti del Institute Čata y Cuervo. XXIX. 1974, págs. 1-33. 7 El lector uitercsado puede verlas en Gloria Guerrero Kamoš, Et léxico en ft 122 Dl AS Tlí .1 OS V Nl'KVOSDU X ION ARIOS DKL ESPANOl. El Vocabulario no es una simple Iransposition de las palabras del primero como aíírmaron algunos de sus coetäneos y como todavia hoy se repite de cuando en cuando. sino que es rcsuliado de un serio y munucioso quehacer. Las coincidencias son inevitables por habcr sido confeccionadas ambas obras por una misma persona y en un eorto espacio de tiempo. Por ello no esiá de más recordar que el Diccionario posee unas 28 000 eiitradas, mien tras que el Vocabulario tiene menos, unas 22 5008. El (rasrase del léxico de una obra a otra en modo alguno fiie metráiiico, lo que queda corroborado al ver en una obra palabras que no están en la otra9; aunque no cuanlitativa-mente10, cualitativamente la riqueza de un repertorio y del otro son similares". Que el Dicaonario tenga mayor numero de eniradas se debe a varios hechos: lw Mientras que en el Dicaonario cada acepción o equivalente exige una enirada nueva, en el Vocabulario Nebrija procura agrupar las acepciones bajo una misma entrada siempre que no ocupen más de dos líneas. 2- Ei Dicaonario consigna mayor numero de nombres propios que el Vocabulario12. $Q Una pequeňa cantidad de adverbios latinos en -ter del Diccionario no ha pasado al Vocabulario. 4U Los latinismos léxicos que puso Nebrija en el Dicaonario no pasaron al Vocabulario. 5" Algunos materiales se perdicron en el trasiego de una obra a la otra. Diecionario (1492) y m d Voeabxtlario ^1495?) de Nebrija, Unwerádad de Sevilla-Ayuiuamiento de Lebrija, Sevilla, 199í, págs. lft-19. * Son las cifra» que pmpoiciona Gloria Guerrero Ramus en su reseňa de la edi-ción facsimilai del Vocabulario espaiiol-latino de Elio Anionic de Nebrija (RAE, Madrid. 1989), Reoista de Literaturu Medieval, 111, 1992, págs. 231-234; véanse. además. Isabel Acero, "El diccionario latíno-cspaňol y el Vocabulario espaňol-latino de Elio .Antonio de Nebrija: aiiálisis com pa rat i vo". Anuario de Lingüüliea Hispánia 19. 11 Maria Lourdes Garcia Macho, an. cíl, pág. 92, explica este hecho por el piano latino y helenisia que adopta Nebrija en el Dicaonario. NEBRIJA. AUTOR DE DICCIONARIOS 123 Gloria Guerrero ha seňalado una de las dificultades con las que se encontró Elio Antonio a la hora de redactar el Vocabulario* la de hallar un equivalente latino para muchas voces easiellanas (o no, como la célebre canoa) que designaban conceptos o reali-dades nuevos. Si lo logró nuestro humanista fue gracias al pro-fundo conocimienio que tenia tan to del latín como de nuestra lengua. a la que había procurado dignificar dedicándole una atención y estudio análogos a los que habían recibido las lenguas clásicas13. La concepcíón de los dos grandes repertorios nebrisenses es dis-tinta porque en el Diccionario aeude regularmente a ordenar las palabras latinas con arreglo a la secuencia alfabética, con escasas trans-gresiones, causadas por un timido intento de hacer agrupaciones por familias léxicas. El procedimiemo en el Vocabulario es más avan-/ado, y aunque el criierio imperance sigue siendo el orden alfnbéti-co, son frecuentes los casos en que nos hallamos ante familias léxicas. Una obra asi concebida no es muy ťácil de mejorar, aunque st de ampliar, de uiauera que los continuadores de Nebrija enriquecieron el Vocabulario aumentando el numero de derivados en las lainilias léxicas14. El recurso no es léxico, o lexicográfico, sino grainaücal, y ya había sido descrito por el propio Elio .Antonio en la GramáHca de la lengua aisteUaruir . Estos dos rcpcriorios de Nebrija resultan obras nuevas y diferen-tes de cuanto les había antecedido. ßastc con cotejar cualquier pági-na del Diccionario o del Vocabulario con el inmediatamenle anterior Universal vocabulario, laüno y espaňol, de AJfonso Fernand»:/ de Palencia, para comprobar las diferencias, para ver lo que hay todavia de medieval en tmo y lo que es ya moderno en el otro. Es eierto que en Nebrija se pueden hallar antecedentes medievales, pero no ;:s menos eierto que no pueden ser conirasiados direetamente. pues Nebrija no copió de ninguna fuente, al menos que nos sea conoci-da, sino que elaboró los materiales que había ido allegando. No cal>e la menor duda de que Elio Antonio era conocedor de la tradi-ción medieval, de la gramatical y de la Icxicogralica, pues habian ido unidas, si es que no eran una sola. Y sólo conodéndola es como pudo enfrentarse a ella de un modo directo para liquidarla, tal 1 Gloria Guerrero, El léxico .... pág. 199. 1 Gloria Guerrero Ramos. Elléxiw* pág. 130 y sigtes. ■' Véase el capílulo tcrceio «It! libro terccro. ~l)c l;is especics del nombre". 124 DEANTIGlIOSYNUEVOSDlcaONARIOSDELESPAŇOL como escribe en la dedicatoria del Dieeionario que he citado más arriba16. I.os rcpcrorios de Nebrija son modernos porque suprimió en ellos losadornos inutiles, lasantplias cxplicacioncs de earácicr más o menos cnciclopédico, que*, por la tradíciou isidoríana, venían caractcri/ando a los diccionarios anteriores. A Nebrija no le inie-resaba la cosa n om brada, o lo anccdóuco, sino las paiabras que sir-veii para noinbrar. Ľste ľne el cambio <|ue se produjo ni la lexico gralia en el paso de la Eclad Media al Ki-ua< imiento. y EUo Antonio quien lo Ilrvó a cabo. Pero la iiaitstoi mac ión no lue ni radical ni instamánea, por lo que es posible encontrar todavía algún ele-mentO propio del medievalismo en esos diccionarios. como puc-dan ser ciertos equivalenies, si bien no nic airevería a decir que stírala de la presencia de elemenios del pasado, pues son más bien reflejo 'le una manera de iiabajai que- se maniciidrá durante varias centurias. Kníre los avances cle la lécnica lexicográfica hemos de decir que Nebrija logró que la estructura de las entradas de sus diccionarios fuera uniforme, asi como la de las abreviaturas y de- la ortogiafia. unil'ormidad que también sc maniliesta en la informáciou grama ti-cal y en lo escueto de las ecjuivalencias; y su modernidad se háce aún más patente- si sc- U- compara eon el ľesorodela lengiia castellana orspa-ňola de Sebastian cle (iovaí i ubias (jue aparecería a la vuelta de más de un siglo, en 161117. Más arriba ha quedado die ho que pueden rastrearse en los dic-c ionarios nebrisenses elemenlos que estén en uno o en otro de sus preeursores, pero apenas quiere decir cllo nadá: al dar cuen-la de una misuia lengua necesariamente hay que calalogar las mismas cosas. Si, Nebrija debía conocer la obra de quienes le pre-cedieron, pero la suya es original y nueva18. Y fue él quien por pritnera ve/ "ideó un sistema objetivo. cientiTico y moderno con "' Para lo que CXpOngO aquí, me rrmilci a Francisco Rico, Xrhri/a frrnlf a los bár-barm, Univcrsi.i.lcl cic- Sal.imania. Salamanca. I97N Ycasc igualmenlC lo que cm ribe |o« Peróna en "Lenguas, traducción y delink ión en el scriptorium cic Alfonso x". Cakign ■!,- Linguistique Hisfmnúpu Medievale, 14-15. 1989-199«, págs. 247-276, y en espei ial en la |>á&. 255. '* Sem palabias de Manuel Seco en la ultima páj-ina dt "El 'lí< < jr.nario latino-espaňol cic Nebrija', Arbor, CVU, n' 420, 1980, págs. 83*8. Včase Gloria Guerrero Ramos, "Amigüedad y modemidad en Wbi ija". / -/■■■- ■'■■■ AeUiflt, 45, 1986. pá);.*. 27-5W, dondc el lectOl ii" oniiará una abundaiitc bibliografia sobic ľero Nebrija no sólo piescindió de las largas rxplicaciom-s pr<>-pias de la V.&.u] Media, con lo que consiguió unos artículos breves y concisos, sino que estableció una nueva formula para cstablecer las equivalencias entre las paiabras de dos lenguas, por más que apa-rezean imprecisiones al no querer facilitar más información, o olón y Amadťii-J. Solxianas. (-studio preliminar de la cdirión far.síuiil «lei Diaionaria, pág. 21. 126 DE ANTIGUOS V NUl'A'OS DICCIONARJOS OKI. K5PANOL Y aňade: Pucs de aquelias cosas quie&tán ala mano & sienipre fueron: muchas dize cl latín más propriamente por una palabra: que nosotros por muchas [..J Esto avernos assí largameme dicho: por que ninguno se maiaville: sino siempre dimos palabras castcllanas a las laiinas: & lati-nas alas castellan as. For queen cotejar las palabras destas dos lenguas ninguna cosa imimos más ante los ojos: que en lo que la lei dela interpretation mui hermosa mente dixo Tullio: que las palabras sc an dc pesar & no coiitar. Ni pienso que fuc cosa demasiada publicar dos obras en la mesma. Por que tan bien miramos por el provecho de todos: assi delos que por la lengua castellana dessean venir ala latina como delos que ia osan leer libros latinos: aun no Uencn petTecio conocimienio dela lengua latina. Son unas palabras que no sólo justifican la clificulutd del trabajo del lexicografb, sino que también ayudan a comprender cuáles eran las nccestdades que surgian cuando F.Uo Antonio se propuso com-poner el rcpertorio, y que finalidad buscaba con él: enseňar el latin a quienes por curiosidad comenzaban a acercarse a cl, y no sólo la bien sabida de desterrar a los gramátieos nefandos. Lna mention aparte en la obra nebrtsense la merecen los arabis-mos, que han hecho correr no poca tinta y desatai ideas peregrinas. La actitud seňalada habitualmente de que Elio Antonio no deseaba acoger arabismos es cierta hasta unos límites, y dene su explicación. Por una pane, se hallan algunas voces de origen árabe en sus dic-cionarios, pero no demasiadas, pues quería eliminar cuanto fuera extraňo a nuestra lengua, y aquí aciúa de forma similar a como actuaba ante los latinismos; por otra parte, Nebrija sentia los arabismos como vocablos bárbaros, extraňos a la lengua latina con la que quería equiparar a la castellana, al estar inmerso en la tendencia lati-nizantc que domina el siglo xv2". Sin embargo, cuando hubo de bus-car equivalentes para conceptos no existentes en latin se vio en la necesiiUul de introdutir palabras de origen fbjraneo, algunas de las cuales ya se encontraban en la lengua, por lo que pasaron a sus dic-cionarios, pudiendose encontrar varias decenas de arabismos en sus repertorios. De este modo, nuestro humanista ejerce una labor de contention ľrente a la candidad de términos extraňos al espaňol Para lo que trato aquí. včase Gloria Guerrero, lil Irxirn .... pág. 185 y sigtes, NEBRIJA. Al.TOR DE IHCUONARIOS 127 (latinismos y arabismos, sobre t.odo) que se están incorporando, anunciando, por un lado, la mayoría de edad de la lengua, y, por otro, que ha llegado el momento de fijarla21; esto es, en palabras de Julio Fernández-Sevilla, ha venido la ocasión de "dar normas y csia-bilidad a una lengua que, conseguida la paz política. debia apres-tarse a intervenir en el florccimiento do las artes y las lerras"22. El destino, que en más de una ocasión muesira su lado perverse», hizo que muy pronto el vocabulario fuese traducido al árabe, y que en las ediciones coiijuntas de los dos repertorios nebrisenses apare-ciese el "Compendio de algunos vocablos arábigos" recopilados por Francisco Lopez Tajnarid2*. No deja de ser un desconsuelo que la actitud de Nebrija no fuese entendida por sus seguidores. La gran originalidad del maestro sevillano se nos mucstra de forma evidente si se echa una mirada hacia nuestro entorno. pues aun falta cast medio siglo para que el fiances figure como lengua (U-entrada en un dictionaries el francés-latín de Robert Estiennc21. Por eilo no d e be extraňarnos que los diccionarios del sevillano se con-virtiesen en el modolo en el que se inspiraron de manera directa e iiulirecta los diccionaristas europeos posteriores. La innovation de Elio Antonio está en la idea de redactar un dic-cionario bilingüe a partir de una lengua viva, por más que ya exis-tiera algún repertorio de ese tipo, como el Liber elegantiamm del valenciano Joan Esteve (Venecia, 1489). Es más, en su obra no siempre aparecen equivalencias de las voces en la otra lengua, sino también ciertas definiciones, más o moiios en relation con las indeter-minaciones que hau quedado seňaladas más arriba, o con las palabras del DuctoMitii) pant las que no enconiraba un término que tuviese el mismo significado en nuestra lengua: 21 Vease a csic propust io Gloria Guerrero Ramos, "Actitud dc Nebrija ante los ara-bismos y niozarabismos". en M. Ariza, A. Salvador y A. Vludas, Adas del I Omgrese International de ffisioria de la lingua Espatwla. Cáeeres, 30 de mtmv-4 de abril de 19S7,1, Arco-Libros, Madrid. 11(88. págs! 87S-88Ü. K "Un maestro prettrido", pág. 12. as A esie propósito, vcasc mi uabajo "La «Explicación de algunos nombres ami-guns- del ms. 4117 dc la Bihlioieca National dc Madrid*-, recogido más adclante M Včase la bibliografia dc los diccionarios Irani esc- que pone Bernard Quemada a! final dr su libro. La dictionruüm dufmiifois moderne. 1539-1863, Didier, Paris, 1968. pág. 567; y Georges Mature, HisUÖre da dictiorinaim fmne/tis, Uuoussc, Paris, 1968. págs. 59-60. 128 Dl AM KU (is Y NUEVOS DICCIONARIOS 1>KL ESPAÄOI. AlricapUla. ese. ave es como lordo Clerus.i. cnfermedad es cn la colmena EmboUsmus-i. cicria cuenu dcla luna Infaiuia. ae. por la niňcz cdad del niňo Multicolor, cosa de muchos colores MttUhtmus.a.um. lo que suena por paries Palina, ae. por el plato grande o cacuela Sambuca. ae. por cierto engcňo para combalir Queda claro, pues, que Nebrija pone defíniciones junto a las equi-valoncías. lo que nos puede hacer pensar en la pervivencia de rasgos medievales, del misino modo que son defíniciones las que hay en el Universal vocabulario de Alfonso de Palcncia. La diferencia es tri ba en 11 ue la obra de éste es im diccionario monolingüe latino tradueido al espaňol y distribuido a doble columna. Los de Nebrija son btlin-gües. Por ello, Elio Antonio es moderno y patrón de la lexicograíTa posterior, por no liaber partido de un repertorio monolingüe latino. Como los suyos serán los diccionarios büingües que nos llegucii en los siglos venideros (con el latin, o sólo de lenguas modernas). Y sera justo en el momento en que los lexicógraíbs se decidan a pres-cindir de los equivalences, especialmente los latinos, cuando puedan surgir los diccionarios monolingües de las lenguas ruodernas. No se produce con las lenguas vulgares un proceso de imitation de lo exis-lente para las lenguas clásicas, sino que la aparición de sus reperio-rios monolingües sera el resultado de una larga tradición. La prolífica actividad de Nebrija, que eubrió diversos campos dela ciencia, no sp limito en el ámbito de la lexicografía a los dos diccionarios de que me he ocupado, sino que trabajó en otras pareelas del léxico. Cuando compuso las Introd-uctianes latinae2b puso al final del libro im pequeüo glosario de apenas mil palabras con el que pre-tendia lacilitar al usuario la comprensiôn de las palabras empleadas en el interior de la gramática latina. Pese a l.i brevedad del repertorio, en él ya se puede vislumbrar lo que serán los diccionarios de Nebrija, pues constan nombres pro-pios y, pese a ser un glosario monolingüe latino, aparecen en él no pocas equivalencias en castellano, una* directameme, otras junto a la definición latina, pero siempre sin darse a largas explicaciones, y íľ" Sam.inaca. 1481, Hay una edición facsimilar moderna hecha por la Universidad dc Salamanca al cumplirse los quinientos aňos de- k publication. NEBRIJA, ACTOR DE DICCIONARIOS 129 con la copula para unir definido y equivalent«, como sucede en sus diccionarios; valgan unos cuantos ejemplos: Anaxagoras philofophus fuit Bacchanalia Juru feita bachi Cardnelis auicula cl lirguerito Exoleocff crelcere uel ab ulu recederc FarcU) e(t implco proprie rccalcar Fallidio e(i auer haJiio Lacus el lago o lagar o uiga Lalo. as. eil lac juggcre mamar Melimcla Junt poma dulcia Neniaejunt quae Uulgo endechas Pediculus cjt cl piojo Unguis eit hominum cl auium, etc. La lista de palabras debió ampliarse en ediciones posteriores26 de la obra, hasia tener iítulo propio, Dkliones Graecae el latinae quae per Arlem sparguntur in ordinem Alphabeticum redactor''. Este glosario no tiene mayor interes que el de haber sido confeccionado por Nebrija, y por cntreverse en él cómo sera el Diccionario, además de servir de modelo, lambién, para el que puso Andres Gutierrez Cerezo en su Breuis Grammatics. También debemos a nuestro humanista un breve diccionario Liti-no-espaňol de carácter jurídico que contiene unas 600 eniradas en latin con su correspondencia en espaňol, los Ixtiina vocabuia ex iure áuili in voces hispanienses inlerpretata, repertorio editado reciente-mente por José Peróna29. Esta lista de palabras forma parte de una obra más amplia, el Lexicon iuris ctuiUs®, obra eserita lotamentc en Utín e impresa por vez primera en Salamanca, en 1506, bajo el títu- 46 Cuento más de? 3000 eniradas en las ediciones de Granada, 1540. 27 Véase más adclantc cl irabajo que dedico a esta obriia. 0 Burgos, 1485. Véanse a este propositi) mís "Nmas sobre el rcpcriorio léxico dc Andres Gutierrez Ccrr/.o", rccogídas cn este volumen. v "Un diccionario cn Ins albores del siglo xvi: -Latina vocabuia ex lure ciuili in voces hispanícnsťs interpretata- de Elic. Antonio de Mcbrija. Edition, csludio y nolas". Gahien de Unguistitfue Hispanique Medievale, 13. 1988, págs. 5-34. 30 May una edición moderna: Elio Antonio de Nebrija, Lé-xitn dedmeho civil tex-tos latino y castellano- notas v prólogo de Carlos Hiimberto Núňcz. C-SIC. Madrid, 1W4. i:io Dl AMIi.l OSYNl EVOS IMCCIONARIOS DEL ESPANOl lo de /Enigmata juris civilis. Para fosé Peróna el léxico de derecho civil de Nebrija forma parte de un proyecto enciclopédico más amplio del que lambién forman parte los otros dos diccionarios nebrisenses que hemos visto,) escribe: Ta finalidad hásica buscada lue devolver a una lengua, que babia llegado a sei «barbara» debido .i su espet ializai ión j .1 su manejo, la «puritas» mediante la vuelta al cauce originario, Porque, junto a los juristas, lo más ímportante que desiaca en esia lista son Iosauciorks"*1. Al final de esc repertorio de léxico civil aparece otra lista más de vocablos, de tan sólo 9M artícu-los, \ con la misi na estructura de la lista que le pre» eóv, lanibién vál lada poi José Peróna52. Según este invesügador, la nueva lista debió sei compuesta después de 1508, \.i que f u r motivada po r la publica-1 ión de las Annotations de Guillaume de Bude, aparecidas en esa ice ba. En la repetición sexta, De mnutím, leída <•! once de junto pala-bras COn su CXpUcación en lalín, oideuadas según cl alťabeio. Antique cl repertorio no es niuv amplio, para nosotros cl texto tiene interes desde el punto de vista lexicográfico por cuanto en él Nebrija justífica su preferencia por el orden alfabétíco, pues con él el lectoi no necesita recorrer toda la obra ya que puede Ír directa-mente a lo que deseaM. I.a Materia métUcaát Dioscórides de Alcalá de I ä IS1' Neva un índi-ce léxico debido a Nebrija, cuyo título es "lexicon illoiuín vocum " Am. CiL. págs 50-31, ** "Aelii Antonii Ncbrissensís Novae iuris Cicilís Diction« per Ordinem AJphabdaruni Digestac. Edición \ estudio", Etíudka Romania» '1 1987-88-89 Homenajc al profesor Luis Rubm. II, linivcrsitLul