A ' 3 NEBRIJA, ;COMPRENDIDO? Hoy ya resulia un lugar común afirmar que los dos principals repertorios de Nebrija, el Diccivnario latina-espaňoly el Vocabiilario de romance en latín, son obras nuevas en el panorama europeo de finales del siglo xv, y que, ade más, son difereiues entre sí . Para dernostrarlo bašta con cotejar cualquier página de ellos3, o hacerlo con el inmediatamenie anterior Universal vocabulario, lati-no-espaňol, del también humanista Alfonso Fernande/ de Palencia. Resultará evidente lo que hav todavía de medieval en éste y lo que CS ya moderno en los otros. En la obra de Elió Antonio se pueden buscar antecedentes medievales y algtino encontraremos. pero düicilmeme adivinaremos cuál es sti origen, pues Nebrija, que se sepa -y ya sabemos mucho de él- no copió fielinente de ninguna fuente, sino que elaboró los materialesque había ido allegando. El maestro conocía la tradición medieval tan to gramaiieal como lexieográfica, pues habían ido u n t das, si cs que no eran una sola, de manera que půdo enfrentarse a ella directamente para liquidarla3, tal como escribe en la dedicatoria del ĽHccionaria io fue el primero que abri üenda dela lengua laütia: & ose poner pen-dón para nuevos preeeptos: como dize aqucl oraciano calio. & qwŕia Vŕasc Gloria Guerrero Ramos, "Anúgúedad y uiodeiuídad en Nebrija". Espaňol Actual, -jä, 1986, págs. 27-58. doudc cl lcnor cnronirará una almndanle bibliografia. 3 Vease a esie propósito, y para lo que sigtie, el libro de Gloria Guerrero Ramos, El léxim en el Diccionario (1-192) y en //Vocabulario Q1495?) de i\eMja. Universidad de Sevilla-Ayuntamiento de Lcbrija, Sevilla. 1995. 5 l*ara lo que expongo aquí. me remiio a Francisco Rico. Nebrija f rente a hi bártia-'"». Universidad de Salamanca. Salamanca. 1978, Véase igualmente Jose Peróna. " "Lcnjjuas, Iraducción y definíciou en el scriptorium de Alfonso X", Cahiťrs de l-rngtiisiiifue Hispanique Médiéimte, 14-15, 1989-1990. págs. 247*276. y en especial en la paß. 255. NEBRIJA. jCOMPRENDIDO? 133 casi del todo pumo desarraigué de toda espaňa los dotrinalcs. los pedros elías. & otros nombres aún más duros los galteros. los ebrar-dos. pastranas: & otros no se qtíraposlízos & comitraherhos grammá-licos no merecedores dc ser nombrados. YqttfJi cerea delos ombres de ntffsíra nación alguna cofa le balia de latín todo aqucllo le a de refe-rira mí. En esas palabras queda bien claro el fin que perseguía no sólo con el diccionario, sino con toda su obra. Cuanto se sabe de latín se dobe aél. No quiero dejax pasar por alto algunas de las palabras reden cita-das, bien conocidas y muy reveladoras: "io fue el primero que abrí tienda dela lengua latina". Fue precisamente Nebrija el primer profesor de lenguas (la latina), y que tenia autorídad para serlo. Por ello compuso sus obras. que fueron libros de texto durante decenios y decenios, comentadas, arregladas, ampliadas, reducidas ... Es eurio-so -y por ello bien significativo- que, pasado el tiempo, y ya durante el siglo xvii, serán numerosos los lexicógrafos y gramáticos que harán consiar en las portadas de sus obras su condition de profeso-resde lenguas, no sólo para dejar patente su autorídad en la materia, sino también para deíenderse de los intrusos. como había hecho Nebrija4. Que las necesidades de una gran parte de usuarios de dicciona-rios, y en especial de los que tenían el latín como lengua de trato diario, no eran las que pensaba Nebrija o no resultaban satisfechas con sus reperiorios quedaron muy pronto de manifiesto. En este senüdo son muy ciaras las palabras que puso Rodrigo Fernandez de Santaella en la dedicatoria "A la Jerenillima & chrijtianijjima princela doňa yjabel e/clarccida reyna de Efpana [...]" del Voeabularium eccle-siastictim (Sevilla, 1499), antes de que fmalizase el siglo x\', todavia en vida de Elio Antonio: E viendo que algunos elérigos avnque hayan elludiado grarnática: no alcancaii perfeetamente el lejo cajtellano de muchos vocablos. Ajfi por-que los voeabulilias exponen en latín \ti vocablo por otro. Como por-que no íeňalan en qué íignificado ie pone en cada lugar quando je halla en diuerjos lugares. Otros ie hallan tan rudos & ignorant« que * Cfr. lo que acpongo en "Tj-adición en los dicdonarios del espaňol", tiSEL, 22-1, 1992, págs. 1-23. 134 DE AN I IG! OS V NUEVOS DICCIONARIOS DEL ESPANOL poi carecei del todo de los principios de grammitica ninguna cofa ecclelíájtica endenden. Ol i*>s i>or hauer poco e/tudiado endenden algo: más por vjo & por )a conformidad del latin con el vulgar cajiclla-no 'jiie Jabiéndolo por razón de arte o de cierto cognoJcimiento E a e la < auja mouido yo con zelo de la ca/a dc dios. !•' delico dc- conplir la voluntad de aquel dulce Je/u chrifto que con ju preciofa iangrc me redimió. V. dio Ju lemor deíjeo & poder para hazer algún fructo en iu yglelia: penJé focorrer a la oeceJidad de todas tres condiciones dc cede iáíticos. Componiendo vn vocabulario cl qua! con terna muchos prouechos. [...] Con loa quales prouechos muchos clérigos & reit giofos podrán poi li o < o« poca ayuda alcancaro cre/cei en la lumbre X' intelligencia de lo que continuamente leen. Las líneas citadas. v las no copiadas, merecertan un amplio cornen-tario que no puedo hacer aquí por razones evidentes. Ľsas palabras entran en coniradicción con las que había escriio el propio Nebrija < uando explieaba su labor en el prólogo del Diccionario: Y si en algún lugai tropecamos: M* no saiisii/e ala opinion que muchos de mi denen; a de considcrar el lector amino la dificultad di-la cosa: & no It» que io hizc: mas lo (pic olros no pudieron hazer. Por que las cosas de que son los vocablos: o son perdurables con la mesma naturale/.u 11 están puestas en solo el uso alvedrio delos ombres. Las naturales por. la major pane son conocidas en nuestra tin ra por nombres pcrcgrinos. V estas otras voluntaiias siniiéndolo nos olios se mudan cada día con suš nombres. Pues que diremos de aquellas cosas las espet ies delas quales come» dizen los filósofbs son eiernas: que unas del todor muchas [...] Esto avemos assí largamentc dicho: por que ninguno se maraville: sino siempre dimos palabras castellanas a las laiinas: & lati-nas alas castellanas. Por q«< en cotejar las palabras deslas dos lewguas ninguna «is,i uivimos más ante los ojos: que en lo que la lei dela inter-pretación mui hermosa meine dixo Tullio: que las palabras se an de NEBRIJA. íCOMPRENDl DO? 135 pesai & no contar. Ni pienso que Cue cosa demasiada publicar dos □bras en la mesma. l'or que tan hie« miramos por el provecho dc lodos: assí delos que por la lengua eastcllana dessean venii ala latina como delos que ia osan leer libros latinos: aim no tiencn perfecto conocimiento clela lengua latina. Son uiias palabras que no sólo jusiifican la dificultad del trabajo del lexicógrafo, sino que rambién avudan a comprender cuäles eran las carencias existentes ciiando Elio Antonio se propuso componer el repertorio, y que finalidad buscaba con ěl: enseiiar el laiin a quie-nes por curiosidad comenzaban a acercarse a él. y no sólo la bien sabida de desierrar a los gramáticos nefandos. ľa I ve/ N'ebrija no se percaló bien tle cuál pódia ser el publico de suš diccionaríos, de cuáles erau sus li tni tacinnes. o lal vez, sabiéndo-lo, quiso efectuar un cambio demasiado řuerie paia el que no esta-ban preparadas aquellas gen tes. O, ;por qué no?, estaba pensando en un publico inuy concreto \ resn ingido, pues, a pesar de todo. no debían ser muchos los que ya osaban leer latín. Pasados los aňos se sigue echando en cara a Nebrija el no baber alendido las net esiclailes de las persona* que přec i sahan olro tipode diccionaríos. Véase Si no lo que escribe Diego Ximemv Arias en el prólogo romance del Lexicon eccUsiaslicum: Antique no me detuue en citar y iiombrar muchos amines, mmu luelen citarie: por leguir la breuedad con que huelgan los de cjie Liem-po. No que aya lido tan breue que (conforme al Poeta) Jea ejeuro: como lu rueel Vocabulano del doctilimo Antonio de Lebrixa: pues que aúu pongo ejemplos, conquc doy a en tender mny rlaiameiue las colas5. A Nebrija se le sigue reconociendo la autoridad que él mismo se habia arrogado, y que queda lueia de toda sospctha. pero su diccionario resultaba oscuro por su brevedad, y por la ľalia de cilas6. Asi * En la edición de Salamanca, 1566. 6 SabemDs que Nebrija preparaba un Thesaurus Linguae l/tiinoe que cnglnbaba -rasi cuatrocicntos mui aprovados autores»; cfr. José Peróna, Antonio ď Setnija, text-cógrafo, en K. Escavy, J. M. Hernandez Terrés y A. Kolrlán (cds.), Adas iltl Congyeso international df Historiografia fjngiiiuim. Nrbrija V Gentenůrio, I. Im »'"n iir NtMjo, Universidad de Murcia, Murci.i. 19*14, págs. 149-4711. en especial la pág. 149. 136 Dl .\MI(,lOSV\l!KVOSIH(X:iONARIOSDELESPANQ tenemos enunciados dos de los elementos que hicieron de los repe torios nebrisenses casi obras marginales pese a su esplendor y tr~ cendencia. El sevillano había dcmosirado una gran modemidad despojar sus defmiciones y equivalent's de lodo ornato medieval y enciclopédico, que por la tradición isidoriana venían caracterizandQ a los diccionarios anteriores, hasia lograr arcículos breves y precisos. Nebrija por primera vez "ideó un sistema objetivo, científico moderno con el que se aparia de las largas y prolijas compilacion medievales"'. Pero (odo cllo resuliaba oseuro para las meines cu-conocimieiuo de la latinidad era escaso: querían írecuentes mo los -' Me remito a esre propósiio a la que dije en -El largo viaje hasia el diccionario monolingiic", recogido en este volumen. 14 I lav en su obra arabisinos. es rierto. pero son palabras que ya habian pasado a formar pane del léxico espanol. Včasc Gloria Guerrero Ramos, El lixia .. ciiado, págs. 1Í&-198. " A este propósito. véasc mi trabajo "La Explication de aigimm »omOrrs anStguas del ms. 4117 He la Biblioleea \acional élico en la presentation del léxico hay que relacionarlas con el modo de selección de los términos. Me explicaré: Nebrija iba incluyendo en cstc pequeňo diccionario los términos a medida que iban apareciendo en las 1 Sin impresor, Salamanca, 1481. Hay una edición facsimilar reciente, Uiiiversidad de Salamanca. Salamanca, 1981, ton "Proemio" dc Eugcnip de Bustos. 1 La cifra es de Carmen Codoňer, "Evolucuin en los diccionarios de Anionic» dt! Nebrija, 1492-1512*. Historiographia Lingüistica, XXJI1-3, 1996. págs. 267-285; el dalo rsiá en la pág. 268. Para Antonio Quilis, "1 .as palabras espaňolas coiilcnidas m el vocabulario de las Inlrndncliones lalinae de Antonio de Nebrija". KľK LXXX. 2000. págs. 181-191, esasvoces son 955 (pág. 181).