I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 LEXICOGRAFÍA PLURILINGÜE DE LOS SIGLOS XVI Y XVII Isabel Acero Durántez Universidad de Valladolid RESUMEN En este trabajo se da cuenta de un amplio número de textos lexicográficos plurilingües que se publican y reeditan, bajo diversos títulos –diccionarios, vocabularios, diálogos, nomenclaturas, etc. –, desde comienzos del siglo XVI y hasta fines del siglo XVII. Las necesidades de los usuarios, especialmente comerciantes y viajeros, de entender y hacerse entender en lenguas modernas propicia la aparición de estas obras, en un momento en que el latín ha dejado de ser considerado como único medio de comunicación internacional. Los lexicógrafos de este período se afanan por proporcionar instrumentos que abarquen las principales lenguas europeas, obras multilingües ordenadas alfabéticamente o por temas, lo que lleva aparejado el servirse del trabajo de sus predecesores, llegando al plagio que dificultará la observación de las fuentes. Palabras clave: Lexicografía multilingüe; diccionarios; vocabularios; diálogos; nomenclaturas. ABSTRACT This study analyzes a large number of multilingual lexicographic texts published and reedited under various titles—dictionaries, vocabularies, dialogues, glossaries, etc.—from the beginning of the 16th to the end of the 17th centuries. The object of these works was to respond to the needs of users wishing to understand and be understood in modern languages in eminently practical contexts, such as commerce or travel, at a time when Latin was no longer considered to be the sole language of international communication. During these two centuries lexicographers worked to provide instruments which covered the principal European languages in multilingual wordbooks ordered either alphabetically or thematically. The interest they sparked led to an increase in the number of adaptations, copies or even plagiaries, which makes it difficult to identify the sources on which a given work was based. Keywords: Multilingual lexicography; dictionaries; vocabularies; dialogues; glossaries. 8 Isabel Acero Durántez I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 Este libro es tan útil y provechoso y el uso de aquel tan necesario, que su valor aun por hombres doctos no se puede apreciar: porque no hay ninguno en Francia, ny en otros estados, ny en España (baxos), ny en Italia negociando en estas tierras de acá, que no tenga necesidad de estas siete lenguas aquí escritas y declaradas. Porque o sea que alguno entienda en mercadería, o que él ande en corte o siga la guerra, o camine por tierras extrañas, ternía menester un faraute para qualquier d’estas siete lenguas…Quántos pudieron enriquecer sin noticia de muchas lenguas? ¿quién supo bien governar ciudades y provincias sin saber otra lengua que la suya maternal?...1 Desde los inicios del siglo XVI hasta el final del siglo XVII, con continuación más allá de ese período, surgen y se desarrollan textos lexicográficos plurilingües o políglotas que ven la luz y se reeditan bajo diversos títulos: diccionarios, vocabularios, nomenclaturas, coloquios2 , etc. Dentro de estas obras políglotas, el número de lenguas permite, de acuerdo con Haensch (1997: 52), la división en bilingües y multilingües. La filiación entre ambos tipos es patente. En unas ocasiones, los multilingües resultan de la fusión de repertorios bilingües anteriores; en otras, de la adición a uno bilingüe de otra u otras lenguas. En ambos casos suelen conservar, prácticamente inalterada, la forma de listas de palabras con las equivalencias que tenían en su origen bilingüe3 . No obstante, y a pesar de esta filiación, a veces indiferenciada, bilingües y multilingües se irán diferenciando e individualizando los unos de los otros desde mediados del siglo XVI hasta mediados del XIX, tanto por su contenido como por las técnicas lexicográficas empleadas, para responder a las necesidades de los usuarios, que también son diferentes (Quemada 1968: 41, Sánchez Pérez 1992). Así, los multilingües, único objeto del presente trabajo, ofrecen un número de entradas proporcional al número de lenguas registradas, y su interés son los empleos más usuales de los vocablos, limitándose, en principio, al establecimiento de una simple correspondencia entre dos términos, que vienen a ser considerados como equivalentes, acudiendo a una perífrasis si no se conoce el sinónimo. El surgimiento y desarrollo de esta lexicografía multilingüe viene propiciado por los cambios que se producen entre la Edad Media y el Renacimiento. En esos momentos, el latín, lengua de clérigos, gente de iglesia y eruditos dejó de ser considerado como medio de comunicación internacional único, y hubo un interés considerable por la diversidad de lenguas, así como por aprender y practicar lenguas extranjeras. Ahora bien, el aprendizaje 1 Prólogo Al lector en Colloquia et Dictionariolum septem linguarum Belgicae, Anglicae, Tevtonicae, Latinae, Italicae, Hispanicae, Gallicae… Lieja, H. Hovius, 1589. 2 La designación de las obras multilingües ha conocido muchas fluctuaciones. Numerosos autores se mostraron reticentes al uso del término diccionario, empleando vocabulario o nomenclatura más frecuentemente. 3 Por este motivo, Gili Gaya declara que son muy pocos los diccionarios políglotas que ha tenido en cuenta para elaborar su Tesoro Lexicográfico y “…aun los pocos utilizados nos han dado un número escaso de datos aprovechables”, pról. 10. Lexicografía plurilingüe de los siglos XVI y XVII 9 I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 de lenguas que no fueran el latín no formaba parte de las enseñanzas habituales. Su conocimiento respondía a necesidades políticas, viajeras, comerciales4 , etc. Es decir, el aprendizaje de una lengua extranjera tenía una finalidad práctica, que condicionaría la aparición de diversos materiales didácticos para su aprendizaje, a cuya difusión contribuiría la aparición y desarrollo de la imprenta. El punto de partida de la actitud pedagógica renovadora en el estudio del léxico lo marcan las obras de Nebrija. Su Vocabulario español-latino (Salamanca, ¿1495?) es el primer repertorio en el que las voces de las entradas pertenecen a una lengua vulgar. Los procedimientos y metodología empleados en la enseñanza del latín servirán en el Renacimiento para la enseñanza de las lenguas vernáculas, si bien, frente a la enseñanza gramatical, la dominante en el período anterior, ahora cobrarán enorme importancia los procedimientos basados en la práctica, el uso y la conversación, métodos que se encuadran en la enseñanza no gramatical y que, en la historia de la enseñanza de lenguas, fuera del ámbito académico o escolar, son los más habituales (Titone1968, Sánchez Pérez 1992). Dentro de esa tradición no gramatical hemos de situar uno de los auxiliares del aprendizaje de lenguas más antiguo e intensamente usado, las listas de vocabulario ordenadas alfabéticamente o por temas. Obras que responden a la idea de que es posible entender y ser entendido en una lengua extranjera, a pesar de los posibles errores en la morfología o sintaxis, si se dispone de un amplio conocimiento léxico. Estas ordenaciones se van a ir enriqueciendo con la inclusión de textos, en forma de diálogos, que reflejan el lenguaje usado en la calle, el propio de algunas profesiones, de ocupaciones habituales en la sociedad de entonces, como comprar, vender, preguntar por el camino, etc. Los diccionarios, ahora, no son necesariamente obras aisladas, pueden formar parte de trabajos más amplios escritos con el fin de facilitar la enseñanza de lenguas. Han dejado de ser monolingües latinos y bilingües clásicos para convertirse en bilingües con una lengua moderna, o multilingües. Los lexicógrafos del momento se afanan por proporcionar instrumentos que abarquen las principales lenguas europeas, lo que lleva aparejado el servirse del trabajo de los predecesores, llegando incluso al plagio (Cooper 1962a), lo que dificulta la observación de las fuentes. Las necesidades de los usuarios de entender y hacerse entender en lenguas modernas (Alvar Ezquerra 2002) propicia la aparición de diccionarios multilingües para la enseñanza y aprendizaje de segundas lenguas, y no para el conocimiento de latín, aunque esta lengua siga siendo vehicular, durante mucho tiempo, en los repertorios mencionados (Alvar Ezquerra 1995: 177). Muchas de esas obras multilingües obtuvieron un enorme éxito deducible por las numerosas reimpresiones, en el tiempo y en el espacio, que de ellas se hicieron. Por poner un ejemplo extremo, el famoso Calepino, al que nos referiremos más adelante, que se reedita durante casi tres siglos. La primera edición, bilingüe, es de 1502 y la última, en 9 lenguas, de 1779. Entre ambas fechas 190 ediciones, en todos los países de la Europa 4 Niederehe (1987) señala que fueron, quizás, los comerciantes los que durante los largos viajes al extranjero, para comprar o vender, se dieron cuenta de las ventajas que ofrecía el conocimiento de una lengua vernácula. 10 Isabel Acero Durántez I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 central, nunca en la Península Ibérica. Ciertamente, las adiciones que se observan en las diferentes reimpresiones son imputables a uno o varios lexicógrafos, cuyos conocimientos pueden diferir del autor principal, lo que puede llevar a errores importantes que suelen aparecer a partir de la tercera lengua (Quemada 1968: 71). Razones económicas, pero, fundamentalmente, de orden práctico –acompañar a usuarios en viajes y negocios– determina, por un lado, que el tamaño disminuya para facilitar su transporte y manejo; y, por otro, una limitación, también, del número de lenguas. El público orientó esa limitación optando por ciertas realizaciones, siendo las compilaciones de menos de 5 lenguas o de más de 8 las peor acogidas5 . En la elección de lenguas, un factor esencial del éxito de estas obras multilingües, las lenguas más prácticas o accesibles son las que logran la adhesión del público6 . Pues no se trata solo del enriquecimiento cultural que conlleva el conocimiento de lenguas, sobre lo que se pronuncian hombres doctos como Cristóbal de Las Casas7 o W. Stepney8 , sino que son factores políticos, sociales, comerciales, culturales, etc. (Roldán 1976), los que llevan al deseo y necesidad de poseer otras lenguas, por lo que la preferencia por una u otra estará sometida al flujo de las cambiantes situaciones políticas en los siglos XVI y XVII. La lengua española, no solo por sus antecedentes lexicográficos9 sino por el poder hegemónico que alcanza España en Europa, va a constar en un gran número de vocabularios plurilingües del período tratado. Las relaciones entre los Países Bajos y España, comerciales desde el siglo XII, se intensifican cuando Flandes y Holanda entran a formar parte de la monarquía española bajo los reinados de Felipe el Hermoso y Carlos V; se confirman en el reinado de Felipe II y, sobre todo, de Felipe IV (1621-1665), hasta finalizar la época de gobierno de la corona española en 1701, con la muerte de Carlos II. Durante la ocupación española, además del bilingüismo francés (valón)-holandés (flamenco) que perdura hasta hoy, el castellano10 se 5 Por ejemplo, para el Calepino, la relación entre el número de lenguas y el número de ediciones es la siguiente: 7 lenguas ~ 45 reediciones; 5 lenguas ~ 24 ediciones; 8 lenguas ~ 21 ediciones; 11 lenguas ~ 9 ediciones; 9 lenguas ~ 7 ediciones, y 10 lenguas ~ 6 ediciones. 6 Si tomamos como ejemplo los vocabularios derivados de Noël de Berlaimont, veremos que la combinación que alcanza más difusión es la que aúna las lenguas flamenca-francesa-española e italiana (24 ediciones); seguida, muy de lejos, por la que combina alemán-francés-latín e italiano (5 reediciones) y una única edición la que reune el flamenco-francés-latín e inglés. 7 En la dedicatoria de su Vocabulario de las dos lenguas toscana y castellana (Sevilla, 1570) afirma que “los hombres bien aficionados, y amigos del saber, han pretendido el conocimiento de las lenguas extrangeras, para gozar la riqueza de’llas”, f. A. v. 8 En f. Aiij v. de su obra, The Spanish Schoole-master, (Londres, 1591) dice: “… but generally I do commend the knowledge in many tongues”. 9 Pensemos en los glosarios bilingües latín-español de los siglos XIV y XV que han llegado hasta nosotros; en el Universal Vocabulario en latín y en romance (1490) de Alonso Fernández de Palencia y, sobre todo, en los repertorios nebrisenses, Diccionario latino-español (1492), y Vocabulario español-latino (¿1495?), modelos para la lexicografía posterior. Vid., entre otros, B. Freifrau von Gemmingen 2003 y Guerrero 1992. 10 A la difusión de la lengua española entre los flamencos se refiere Morel-Fatio al decir: “une autre cause de rapprochement qui s’établit entre l’Espagne et les habitants des Pays-Bas fut la diffusion rapide de la langue Lexicografía plurilingüe de los siglos XVI y XVII 11 I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 convirtió en necesario para los que desempeñaban cargos en la vida pública, política o militar. De esta situación de plurilingüismo dan cuenta los numerosos textos escritos, en español, por miembros de la élite militar y política flamenca (Verdonk 1980). En el ámbito de la administración se usaban el francés11 y el español12 ; la aristocracia flamenca hablaba con preferencia francés y después español, y el neerlandés era el medio de comunicación de las clases populares (Dichtl 1998)13 . En este contexto la ciudad de Amberes adquiere una importancia notable como centro de enseñanza de lenguas modernas y de impresión de los primeros manuales para enseñarlas14 . Manuales y vocabularios que se suelen dedicar a un personaje ilustre, al que se le califica de aficionado a las humanidades en general, o al conocimiento de lenguas extranjeras en particular. Con ello se pretende dar prestigio a la obra, ponerla a resguardo de ataques y críticas, y favorecer el deseo de imitación por parte del público. Pero no solo en los Países Bajos se publicarán materiales para el aprendizaje de lenguas extranjeras, también en otros lugares de Europa, si bien no en España. Los españoles, al menos los del Siglo de Oro, no parecían estar muy interesados en aprender idiomas extranjeros15 . Presumiblemente la razón esté en que, con Carlos V, el imperio español se convierte en una potencia hegemónica y en el motor comercial de la Europa del XVI. Esto provoca que la lengua española salga de sus fronteras, que se convierta en necesaria si se quiere entrar en contacto con la administración o el comercio imperial. Y ello no solo en las regiones bajo el dominio español, como Italia y Alemania, sino también en Francia o Inglaterra. De este modo los militares españoles y quienes les acompañaban, como ciudadanos del imperio más temido, se paseaban por Europa hablando su propia lengua, dejando para los demás la obligación de entenderles (Sánchez Pérez 1992). En el ámbito germánico la lengua española no fue muy conocida ni estudiada a lo largo del siglo XVI fuera de los círculos eruditos y cortesanos, especialmente en Viena16 . Las castillane en Belgique… le besoin de faciliter les rapports de plus en plus fréquents entre Madrid et Bruxelles devait donner un véritable élan à l’étude de l’espagnol” (“Espagnols et Flamands”, Études sur l’Espagne, 1ª serie, 2ª ed., París, 1895, 245-249). 11 La época de Carlos V es de expansión general del francés no solo en Bruselas sino en toda Europa. Vid. Dichtl (1998). 12 Eran las dos lenguas del emperador, nacido en Gante. 13 Las tres lenguas aparecerán juntas en un vocabuarliro tetralingüe publicado en 1520. Vid. nota 24. 14 El número de vocabularios bilingües y multilingües que se publica en Flandes durante la época española es muy numeroso y presenta dificultades para su inventario y clasificación, pues las informaciones que ofrecen las bibliografías sobre un determinado diccionario son, a veces, diversas cuando no contradictorias, figurando el nombre de autor en unas ocasiones, en otras el del editor, etc. Vid. sobre este particular Peeters-Fontainas (1965). 15 Baltazar Sotomayor, en el prólogo a su Grammatica con reglas muy provechosas y necesarias para aprender a leer y escribir la lengua francesa conferida con la castellana…, Alcalá de Henares, P. de Robles & F. de Cormellas, 1565, señala la necesidad, para los españoles, de conocer otras lenguas además de la propia, teniendo en cuenta la vastedad de tierras bajo el dominio de Felipe II para que “el trato no sea perjudicial y dañoso”, destacando que entre las lenguas más importantes están el francés e italiano. 16 Vid. Muñoz Cortés (1995), Messner (2000), Gemmingen (1998). 12 Isabel Acero Durántez I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 relaciones hispanoalemanas habían alcanzado una nueva dimensión al ser Carlos V emperador de Alemania, coronado en Aquisgrán, en 1520, con el apoyo económico de los banqueros alemanes. Pero las relaciones se enturbiarán por las guerras de religión originadas por la Reforma. No obstante, en Baviera17 , la influencia de jesuitas y carmelitas fue tan intensa que el siglo XVII ha sido calificado (Hubsensteiner 1979) como el siglo español, momento en el que se publicarán un número importante de libros para su enseñanza. En Francia, en el siglo XVI, comerciantes, viajeros, diplomáticos o personas cultivadas que desearan aprender español habrían de servirse de los manuales y vocabularios multilingües publicados en Flandes. Pero ya en el siglo XVII se editan materiales para el estudio del español, especialmente entre 1614-1615 y 1659-1660, momentos que coinciden, respectivamente, con el matrimonio de Luis XIII con Ana de Austria y de Luis XIV con Mª Teresa de Austria. El influjo de la corte suscita en los aristócratas, en los burgueses deseosos de prestigio y en comerciantes atentos a sus intereses, el deseo de conocer la lengua española. El estudio del español penetra en Francia (Collet 1992). A él se entregan gramáticos y lexicógrafos, como Oudin18 , junto con numerosos emigrados españoles que se convierten en maestros de español, intérpretes y traductores. A pesar de las tempranas relaciones comerciales y políticas entre Inglaterra y España, incrementadas a raíz del matrimonio de Felipe II con María Tudor (1554), serán el francés19 y el italiano las lenguas extranjeras por las que se interesen los ingleses durante la mayor parte del siglo XVI. La enseñanza del castellano se introducirá de modo práctico a partir de 1591 con la obra de W. Stepney20 , quien refiere que en tiempos venideros la lengua española será tan estimada como la francesa y la italiana, al tiempo que declara ser más útil, para sus paisanos, que la lengua italiana. Recordemos que en este momento Francia suponía una amenaza para Inglaterra e Italia quedaba fuera de su área de influencia. Quienes deseasen aprender castellano lo harían con los vocabularios políglotas para comerciantes publicados en los Países Bajos. Lo que también habrían de hacer los españoles residentes en Inglaterra, pues ni en este país ni en España se publican, en el XVI, materiales para la enseñanza del inglés a los españoles (Martín Gamero 1961). En el siglo siguiente, el poderío político y la situación religiosa en Inglaterra constituirá un motivo de preocupación para los españoles que hará que pocos se interesen por la lengua y la cultura inglesa. En Italia, Nápoles y Roma son las ciudades que sobresalen en la impresión de vocabularios multilingües para la enseñanza de lenguas extranjeras. Por razones 17 Vid. Muñoz Cortés (1981). 18 A él se debe el progreso más importante en el dominio del estudio del español en Francia en la primera mitad del siglo XVII. Vid. Lépinette (1990). 19 Los normandos habían ocupado las Islas Británicas en 1066, lo que había hecho necesario el estudio del francés. Sin embargo, a fines del XIII, esta lengua se sentía como extranjera, por lo que fue necesario crear materiales para aprenderla. 20 The Spanish Schoole Master…, Londres, R. Field & J. Harrison, 1591. Epístola a los lectores, f. Aiij v. Lexicografía plurilingüe de los siglos XVI y XVII 13 I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 comerciales y políticas, la lengua española será la preferida de la élite social italiana en el siglo XVI21 . Relaciones políticas y comerciales cambiantes en la Europa de los siglos XVI y XVII para las que se precisa el conocimiento de lenguas al que responden, junto a los métodos gramaticales, y como hemos señalado líneas arriba, las listas de palabras con las equivalencias en otras lenguas, dentro de las que podemos distinguir dos grupos dependiendo de: a) si el léxico se ordena alfabéticamente, pudiéndose añadir o no diálogos; y b) si se ordena temáticamente. En la antigüedad clásica los griegos empleaban para la enseñanza del latín unos manuales en los que, en principio, solo constaban listas de palabras ordenadas alfabéticamente o por temas, pero a las que van a añadir, para enriquecer sus posibilidades didácticas, un texto en el que se describía la vida diaria del alumno. Estos tratados son los antecedentes de los libros de diálogos que conocemos en el siglo XVI, manuales que incluyen listas de palabras, diálogos cortos referidos a la vida cotidiana y que pueden llevar, además, apartados de ortografía, pronunciación, etc. Estos pequeños vocabularios o coloquios tienen como propósito enseñar los rudimentos del idioma, recogiendo el vocabulario usual y básico, por tanto limitado. Son un complemento a las gramáticas publicadas en el siglo XVI que, en ese momento, no se ocupaban de la prosodia ni de la sintaxis, dejando esos aspectos “al uso común, de do se aprenderan mejor i mas fácilmente”22 . La sintaxis23 , por tanto, es cuestión de práctica, y la práctica lingüística se ejercitaba entonces utilizando un sistema de diálogos en varias lenguas. Este tipo de obras se expanden por Europa a partir de la publicación del vocabulario del maestro de escuela de la ciudad de Amberes, Noël de Berlaimont, si bien el primer libro de diálogos se publica unos años antes (Morel Fatio 1900), en 1520, con el título de Vocabulario para aprender francés, español y flamenco24 . Nöel de Berlaimont compone un Vocabulaire pour aprendre…François et Flameng con el fin de proporcionar un vocabulario práctico para comerciantes y estudiantes, así como un manual de orientación religiosa y social. La obra incluye un glosario de palabras, una lista 21 Como ponía de relieve Juan de Valdés al afirmar, en 1535, que “assí entre damas como entre caualleros se tiene por gentileza y galanía saber castellano” en Diálogo de la lengua, edición de F. Marsá, Barcelona, Planeta, 1986, p. 5. 22 Gramática de la lengua vulgar de España, Lovaina, B. Gravius, 1559, ed. facsimilar y estudio de R. de Balbín y A. Roldán, Madrid, CSIC, 1966, p. 9. 23 En el vocabulario que lleva por título Colloquia familiaria / cum Dictionario quatuor Linguarum, Lovaina, B. Gravius, en 1560, se dice: “…es menester considerar por que letras comiença el vocablo que buscais y despues buscarlo diligentemente. Halladas pues las dicciones, las podreys ayuntar y poner por orden… Mas para hacer esto y ayuntar bien las dicciones, es menester saber trasladar y formar los verbos por sus tiempos, y personas en sus coniugaciones”, f. M. r; para B. Gravio ese aspecto lo cubrían las gramáticas anónimas publicadas en Lovaina, a su cargo como impresor, la Util, y breve institution, para aprender los principios y fundamentos de la lengua hespañola (1555) y la Gramática de la lengua vulgar de España (1559). 24 Amberes, W. Vorsterman. Haenschs (1991) señala un texto anterior, publicado en Zürich en 1505, con el título de Dictionarium sex linguarum Latinae, Gallicae, Hispanicae, Italicae, Anglicae et Teutonicae dilucidissimum. 14 Isabel Acero Durántez I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 con los números y días de la semana, tres diálogos, modelos de cartas comerciales, una sección para las oraciones más frecuentes para el cristiano y un tratado de pronunciación del francés. Todo ello en un pequeño volumen de 42 folios en letra gótica, a dos columnas y en ambas lenguas, excepto el tratado sobre la pronunciación francesa. La edición original, de cuya fecha se duda, en torno a 1530, ha desaparecido (Bourland 1933). La edición más antigua, existente hoy, se imprimió en Amberes en 153625 , y sobrevive en una única copia propiedad de un particular (Verdeyen 1926-1935). El autor, que ve la obra como manual de lenguas más que simple repertorio lexicográfico, declara su fin didáctico: permitir a los mercaderes y a los que tienen necesidad aprender una o varias lenguas extranjeras. La obra alcanza un enorme éxito y no solo debido a su oportunidad, dada la escasez de medios para el aprendizaje de lenguas extranjeras en un país cosmopolita, sino también, como ha señalado Bourland (1933: 291-292), por el valor intrínseco del manual logrado merced a la intuición pedagógica del autor, que se muestra en el realismo y viveza de los diálogos, en el carácter coloquial del lenguaje usado y en la coherente organización del tema. Se reimprime más de un centenar de veces bien en su forma primitiva, en otras ordenaciones bilingües (alemán-francés) o bien en numerosas plurilingües, y en ciudades tan alejadas de su origen como Venecia, Varsovia o Londres, nunca en la Península Ibérica. Veinte años después de la muerte de Berlaimont ve la luz el primero de los numerosos derivados políglotas continuadores del Vocabulaire. Derivados que Bourland (1933) ha agrupado en: a) ediciones tetraglotas impresas por Bartolomé Gravio, impresor oficial de la Universidad de Lovaina; b) pequeños vocabularios rectangulares en cuatro lenguas, llamados Diccionarios, Coloquios o Diálogos en cuatro lenguas, siendo el primero de ellos la edición impresa en 1569 por J. Bellère de Amberes26 , y c) los Colloquia en 6, 7 ó 8 lenguas, que comienzan con el Colloquia cum Dictionariolum sex linguarum, impreso por H. Heyndricx de Amberes en 1583. Las ediciones de Gravio27 fueron impresas en Lovaina en 1551, 1556, 1558 y 1560, cada una con un título diferente. La primera, Vocabulaire28 en quatre langues, Flamengue, Francoise, Latine, Espagnole sobrevive en una única copia en la Biblioteca Mazarina de París. Es una reimpresión del primitivo Vocabulaire con la adición, en la parte I, de las versiones latina y española. El editor-impresor explica que el conocimiento de muchas lenguas es importante en Flandes a causa de las muchas naciones que allí convergen, ya sea 25 Vocabulaire de nouveau ordonne & de rechief recorrige pour aprendre legierement a bien lire escripe & parler françois & Flamengle quel est mis tout la plus part par personnaiges, Amberes, W. Vorsterman. 26 Dictionario / coloquios, o dialogos en quatro lenguas, Flamenco, Francés, Español y Italiano: con las Conjugaciones, y Instrucciones en que se contiene la manera de bien pronunciar y leer las dichas lenguas. Obra muy provechosa para todos Mercaderes y otros de qualquier estado que sean. 27 Quien imprimió varias gramáticas, diálogos y vocabularios de lenguas extranjeras, como material anónimo. No eran obras personales que los autores le entregaran para su publicación, sino trabajos que él encargaba a residentes, de los distintos países, en Lovaina (Gili Gaya 1951) Su labor difusora coincide con la etapa política de Carlos V que los historiadores han calificado de germano-flamenca (1544-1556). 28 La elección del término “vocabulario”, presente en gran parte de los títulos, une la obra a una cierta tradición privilegiando el diccionario en detrimento de la parte más importante: los diálogos, cartas, etc. Lexicografía plurilingüe de los siglos XVI y XVII 15 I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 en la corte de Bruselas, en la Universidad de Lovaina, o en la gran ciudad comercial de Amberes. Las lenguas representadas son las más útiles y ornamentales. La versión latina es de un profesor del colegio trilingüe de Lovaina, Cornelius Valerius de Utrech; la traducción española, hecha sobre la versión latina29 , corresponde a dos castellanos: “deux hommes sçavants & en leur langue maternelle tres eloquents et bien parlants”. Vendidas todas las copias de la obra de 1551, Gravio lleva adelante, en 1556, una edición revisada y ampliada que titula Dictionarium quatuor linguarum Teutonicae, Gallicae, Latinae et Hispanicae30 . Las adiciones, consistentes en una lista de las partes indeclinables de la lengua, un tratado de pronunciación francesa y otro de pronunciación española, están en la parte II. La revisión del texto latino de los diálogos fue hecha por el autor original; la española por un Francisco de Villalobos que acerca el texto español al original flamenco y elabora un prólogo al lector, en latín y en español, en el que da cuenta de la importancia y necesidad de conocer lenguas31 , y que, en forma modificada, precede al texto en casi todas las ediciones de los vocabularios políglotas. Las ediciones de 155832 y 156033 son reimpresiones de la de 1556, con la diferencia de que en 1558 la traducción italiana sustituye al flamenco34 . El contenido es similar en todas las versiones: un glosario de palabras usuales, los números y días de la semana, tres diálogos que se incrementarán en número, posteriormente, cartas y documentos referidos al comercio y negocios que se ofrecen como modelos, las oraciones más frecuentes, un corto tratado de pronunciación de las lenguas implicadas, así como algunas notas sobre aspectos gramaticales. Se ofrece algo de carácter funcional para satisfacer las necesidades comunicativas de quienes desean aprender una lengua extranjera. Siguen otras ediciones en cuatro lenguas, como las impresas en Amberes en 1558 y 156535 , a cargo de Jan Verwithaghen, o el Dictionaire, Colloques ou Dialogues en Quatre Langues (Gante, 1568), a cargo de Girad de Saleson, que contienen el flamenco, francés, 29 No sobre la flamenca, lo que se deduce al comprobar que palabras añadidas por Cornelius son reproducidas por los castellanos. 30 Copias en Leyden, Dresden y Londres. 31 “[…] no ay hombre en toda Francia, ni en Flandes, ni en Alemania, ni en Inglaterra, ni en todas estas partes de septentrion, que no tenga gran necesidad de la cognicion de todas estas quatro lenguas que en este libro estan escritas, o sea mercader, o soldado o hombre de palacio, o caminante” (Bourland 1933: 293-294). 32 Vocabulario de quatro lingue, Francese, Latina, Italiana & Spagnola… Lovaina, 1558. 33 Colloquia familiaria cum dictionario quatuor linguarum, Teutonicae, Gallicae, Latinae et Hispanicae… Lovaina, 1560. 34 En un trabajo anterior (Acero 1998) analizamos las reimpresiones de 1558 y 1560 y observamos que las coincidencias en los registros léxicos son muy amplias. Las pequeñas diferencias se observan en las grafías, en la adición o no de un sinónimo que precise el significado, en los diferentes equivalentes de traducción o en la falta de algunas voces. La edición de 1558 presenta un total de 1481 entradas, eliminadas las repetidas. Los Colloquia de 1560 registran 1374 términos comunes con aquel y añade otros. El exiguo número de palabras frente a las de un verdadero vocabulario es muestra del objetivo práctico de estos Coloquios. 35 Incorpora en la segunda parte una nueva sección de preceptos morales populares. 16 Isabel Acero Durántez I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 español e italiano. Este último editor sustituyó las secciones sobre pronunciación francesa y española, tal y como aparecían en los vocabularios precedentes, por el trabajo de Gabriel Meurier sobre las conjugaciones36 y la pronunciación de las cuatro lenguas37 . Los tratados de Meurier fueron incluidos en 1569 en una nueva edición38 hecha en Amberes por el editor J. Bellère, quien los añade, junto con los preceptos morales de Saleson, a una versión acortada del Vocabulario de Verwithaghen de 1558, creando un tipo de Diccionario, Coloquios o Diálogos, en cuatro lenguas, que persiste como modelo de pequeños vocabularios tetraglotos, impresos en lo sucesivo bajo ese título, y que llegarán hasta 1671. El paso siguiente en el desarrollo de estos vocabularios multilingües consistió en la adición a los diálogos de la traducción en inglés y alemán. Estas lenguas fueron introducidas por primera vez por H. Heyndricx en sus Colloques ou Dialogues avec un Dictionaire en six langues39 (Amberes, 1576). La adición de estas dos lenguas se justificaría por la ayuda que Inglaterra ofrecía, desde 1572, a los corsarios holandeses, y por la presencia de tropas alemanas en los Países Bajos (Roldán 1976). Ampliar lenguas implica reducción de la materia, y así elimina la parte dedicada a la instrucción religiosa, reemplaza las conjugaciones de Meurier por el paradigma de to have, to be y reduce lo relativo a las normas de pronunciación. A este editor se deben otras tres ediciones del hexagloto, una en 1579, versión ampliada de la edición de 1576 y en la que la lengua latina sustituye a la alemana, y otras dos en 1583, reimpresiones de la anterior, ampliadas por la introducción de dos nuevos diálogos anónimos. Estas ediciones serán el prototipo de los vocabularios en 7 y 8 lenguas. Muchos otros Coloquios, en seis lenguas, se editarán en lo que queda del siglo XVI y en el XVII, siendo la última edición de 1808. Entre ellas Bourland (1933) destaca las ediciones de Leipzig, 1602, y la de Varsovia de 1646 porque en ellas el bohemio y el polaco, respectivamente, sustituyen al flamenco. La primera edición de los Colloquia en 7 lenguas tuvo lugar en Amberes en 158640 . La obra alcanza un gran éxito reimprimiéndose hasta 1616. La adición de la octava lengua, el portugués, tiene lugar en 159841 y se relaciona con la emigración a Amberes de judíos 36 Coniugaisons, regles et instructions, movt propres et necessairement reqvises, pour ceux qui desirent apprendre François, Italien, Espagnol & Flamen… Amberes, J. van Waesberghe, 1558. 37 Breve instrvction contenante la maniere de bien prononcer & lire le François, Italien, Espagnol & Flamen,… Amberes, J. van Waesberghe. 38 Dictionario / Coloquios o Dialogos en quatro lenguas, flamenco, francés, español y italiano,… Amberes. 39 Las lenguas presentes en esta edición son: flamenco, inglés, alemán, francés, español e italiano. 40 Colloquia et dictionariolum septem linguarum, Bellgicae, Anglicae, Tevtonicae, Latinae, Italicae, Hispanicae, Gallicae… Amberes, J. Trognaesius. 41 Colloquia et Dictionariolum octo linguarum, Latinae, Gallicae, Belgicae, Tevtonicae, Hispanicae, Italicae, Anglicae, et Portugallicae… Delft, B. Schinkel. Lexicografía plurilingüe de los siglos XVI y XVII 17 I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 portugueses. Este vocabulario se reimprime una docena de veces hasta 1692, fecha de la última edición conocida hecha en Bolonia. En el curso de su existencia, a lo largo de 162 años, el manual bilingüe de Berlaimont, nacido para ser auxiliar de viajeros y comerciantes y un texto escolar, sufre una evolución. El carácter de texto escolar se pierde, porque se suprime lo relativo a la instrucción religiosa, a partir de 1576, creciendo la parte dedicada a comerciantes y viajeros, lo que se ve por el aumento del número de diálogos de tres a siete. El número de lenguas se amplía, pasando de dos a ocho, y dando cabida a un total de 10, lo que implica que se incrementa el número de páginas de 84 a 448 y que cambia el formato: las cuatro primeras ediciones tienen un formato vertical parecido (200 por 150 mm); desde mediados del XVI se impone, casi sin excepción, el formato oblongo, independientemente del número de lenguas implicadas. Hay una preferencia por un número par de lenguas, quizás porque ello facilita el trabajo de composición, lo que explicaría, a su vez, la ausencia de políglotas en cinco lenguas o la rareza de los trilingües. La serie de los bilingües conoce 45 ediciones en más de dos siglos (de 1530 a 1759), seguida por la de cuatrilingües (al menos 37 ediciones en 120 años: de 1551 a 1671) y por los hexaglotas (25 ediciones entre 1576 y 1671). El orden de aparición de lenguas es: latín y español en 1551, italiano 1558, inglés y alemán 1576, portugués 1598, bretón 1626, bohemio 1602 y polaco 1646, siendo el flamenco y el francés, las dos lenguas de partida, las que permanecen en la mayor parte de las ediciones del vocabulario. Como ya se ha señalado, son los Países Bajos42 el área europea donde más diccionarios políglotas derivados de Berlaimont se imprimen; siguen Alemania (más de 15 ediciones), Suiza, Italia, Francia, una única impresión en Londres y otra en Varsovia. Donde apenas se observan cambios en las distintas ediciones es en el léxico43 que se inventaría. El glosario se presenta dispuesto en columnas, tantas como lenguas presente, con un orden alfabético reducido casi siempre a la letra inicial en lengua flamenca y, si falta esta, en lengua latina. La entrada principal puede constar de uno o varios lexemas igual que los equivalentes de traducción, siendo lo más frecuente un único sinónimo, acompañado o no del artículo, en el caso de los sustantivos, tal como se ve en los ejemplos que siguen: 1558 Latín Francés Español Italiano laudare louer loar lodare templum une eglise el ayuntamiento tempio, chiesa 42 Numerosas ediciones en Amberes, pero también en Amsterdam, Lieja y Lovaina. 43 Alrededor de 1650 entradas (Colombo 1992). Vid., además, nota 34. 18 Isabel Acero Durántez I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 1560 Flamenco Francés Latín Español coper du cuyure aes el metal louen Louer laudare loar Uno de los escasos manuales de conversación publicados en España es el Dictionario castellano /Dictionaire françois / Dictionari catala del impresor francés, residente en Barcelona, Pere Lacavallería. La obra, dedicada al marqués de Brézé, consta de dos libros: el primero comprende seis diálogos y el segundo un vocabulario, que proporciona el material léxico para construir frases semejantes a las que hay en la primera parte, organizado en tres columnas, como sigue: Tomar prestado emprunter manlleuar. Azogue vif argent argent viv. Ladrillar pauer enrajolar. Estos libros de diálogos, nacidos de la necesidad de los hablantes de aprender lenguas extranjeras para sus actividades comerciales, políticas, viajeras o de relación, y que suponen un enfoque metodológico diferente a la enseñanza gramatical, están en el origen de la lexicografía bilingüe europea44 y son precursores de los diccionarios políglotas de mayor alcance cultural, los calepinos, que proliferaron en la segunda mitad del XVI. 44 Vid. para el influjo en la lexicografía bilingüe español-francés, entre otros, Lépinette (1990), Acero (1998, 2003); en la inglés-español, Bourland (1933); en la español-italiano, Gallina (1959). 1595 Latín Francés Flamenco Alemán Español Italiano Inglés Portugués laudare louer Loven loben loar lodare to praise louvar templum eglise Kerske kirche ylesia chiesa church igreyia 1600 Flamenco Inglés Alemán Latín Francés Español Italiano louen to praise Loben laudare louer loar lodare kercke a church kirche templum eglise yglesia chiesa Lexicografía plurilingüe de los siglos XVI y XVII 19 I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 Otra gran familia de diccionarios plurilingües, ordenados alfabéticamente, pero sin la inclusión de diálogos, se origina a partir de la obra que gozó de más fama de cuantas se publicaron en los siglos XVI y XVII, la del eminente lingüista italiano Ambrosio Calepino (1435-1511). Hombre dedicado a los estudios clásicos e interesado, especialmente, por cuestiones lingüísticas, empleó más de treinta años en componer un vocabulario latino con un reducido número de correspondientes vocablos griegos, que aparecerá impreso en Reggio en 1502. La obra corregida y ampliada conocerá varias ediciones, no solo en Italia sino también en Francia y Suiza. Más tarde, ese vocabulario, originariamente latino, sufrirá sucesivas adaptaciones y adiciones de nuevas lenguas hasta un total de once (Labarre 1975). La última bilingüe estampada es la de Venecia en 1585. La primera edición trilingüe incorpora el italiano (Venecia, 1550). En 1559 (Lyon), la primera cuatrilingüe presenta equivalentes españoles para los lemas latinos. El número de lenguas continúa aumentando: 5 en 1565 (Lyon), 6 en 1568 (Basilea), 7 en 1570 (Lyon), 8 en 1581 (Lyon), 9 en 1590 (Lyon), 10 en 1585 (Lyon) y once en 1588 (Basilea). Las lenguas añadidas son, respectivamente, el francés, alemán, hebreo, flamenco, inglés, húngaro y polaco. Las ediciones en siete lenguas serán las más numerosas, reimprimiéndose hasta 1779 en diversas ciudades italianas, francesas, suizas y de los Países Bajos. En el caso de las traducciones españolas, bastante exactas, Gallina (1959)45 considera que el autor de las equivalencias hispanas se basó en Nebrija, a partir de la coincidencia en la presentación de artículos como en los ejemplos que siguen: Calepino: Abacus p.c…Hisp. aparador de la plata o vasos. Abscido…….Hisp. cortar de alguna cosa. Adigo, is……Hisp. constreñir, empuxar. Nebrija: Abacus.i. El aparador de la plata o vasos. Abscido. is. abscidi, abscissum. Cortar de alguna cosa. Adigo, is, egi, actum. Por constreñir o empuxar. Opinión matizada por Bécares (1994), quien estima, tras cotejar las entradas de la edición de 1559, de la de 1565 que presenta adiciones y de la de Venecia de 157046 , que el autor de las equivalencias hispanas no siempre copió a Nebrija. Sobre la personalidad del autor de las mismas considera posible apuntar a Juan Martín Cordero, un traductor que se movía en el siglo XVI entre Lyon y Amberes, y para la edición italiana de 1570 a un personaje citado en la dedicatoria, Michale Suriano, cuyo apellido coincide con el de un impresor valenciano del siglo XVI. 45 “[…] pero lo spanolo è evidente che anche questo vocabolario, como molti altri più tardi, si fonda sul Nebrija”, p. 102. 46 En cinco lenguas y no recogida por Gallina (1959). 20 Isabel Acero Durántez I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 El éxito de la obra fue tan grande que el apellido del autor se convierte en nombre común para significar diccionario latino. Se convertirá en modelo de lexicógrafos posteriores no solo en la parte latina sino también en la plurilingüe. En esta época el trabajo lexicográfico se caracteriza por la utilización, adaptación e incluso el plagio de las fuentes anteriores47 . Siguiendo ese modelo, tratando de recoger un amplio vocabulario en el que todos los campos del saber estén representados, se publican, a fines del siglo XVI y a lo largo del XVII, otros diccionarios políglotas, de los que destacaremos algunos de los más significativos, comenzando por el diccionario de Percyvall, aunque autores como Steiner (1970) lo considere bilingüe. R. Percyvall, londinense, al servicio de la corona, tras su estancia en España entre 1579 y 1583, publica en 1591 su obra Bibliotheca Hispanica, que consta de un resumen de gramática castellana, que ocupa las primeras 41 páginas, y del diccionario propiamente dicho, añadido a la gramática, no como obra independiente, aunque sí con portada propia48 , que ocupa 193 páginas, y donde las entradas castellanas van seguidas de sus equivalentes en inglés y en latín. Es, pues, un vocabulario monodireccional español-inglés al que se añaden los equivalentes latinos. Esta glosa latina añadida, que podría ser más inteligible que la de la propia lengua para un usuario versado en latín, serviría como control y ayuda, especialmente para distinguir sentidos. Los ejemplos siguientes nos muestran cómo los equivalentes ingleses son trasladados al latín, a veces palabra por palabra, y cómo, en otros casos, se da una nueva definición: Bautismo. Baptisme, Baptismus. Maravedi, the 34 part of a riall of plate, Monetae genus. Alexu, a kind of bisket made with honie, Panis biscoctus melle conditus. Aorça, with a quarter winde. Vento alterum puppis latus feriente. El autor, en el prólogo de su obra, declara su deuda para con los diccionarios bilingües de Nebrija y Cristóbal de las Casas49 , de los que toma la mayor parte de la nomenclatura (Nieto 1992, Guerrero Ramos 1992) si bien añade unas 2.000 palabras, en su mayor parte formas derivadas que pudo construir aplicando los procedimientos derivativos recogidos en la gramática, o tomarlas del Calepino o de los distintos políglotas que circulaban. También se sirve de dos hispano-hablantes, prisioneros de la Armada Invencible, que revisaron su obra, D. Pedro de Valdés y D. Vasco de Sylva, así como del trabajo del traductor Thomas D’Oylie, quien preparaba un diccionario que no llegó a publicar. Aun siendo una obra modesta (Martín Gamero 1961: 83) gozó de gran prestigio, siendo el diccionario, en palabras de Ungerer (1965: 203), “la guía más popular que se publicara 47 Vid. Cooper (1962a). 48 En la que figura el siguiente título: Bibliothecae Hispanicae / pars altera/ containing a Dictionnarie in / Spanish, English, and Latine… Imprinted at London by Iohn Iackson, / for Richrad Watkins, 1591. 49 A los dos se refiere diciendo: “I traced their steps”. Lexicografía plurilingüe de los siglos XVI y XVII 21 I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 en Inglaterra en la última década del XVI”. Será reeditado, en 1599, por John Minshev50 quien corrigió y aumentó la obra, añadiendo una segunda parte inglés-español y suprimiendo las equivalencias latinas, convirtiendo así la obra en un verdadero diccionario bilingüe. En 1599 se publica el Recueil de Dictionaires francoys, espaignolz et latins51 de Henricus Hornkens, diccionario trilingüe monodireccional. La nomenclatura presenta más de 26.000 artículos según el orden alfabético de las entradas francesas (Verdonk 1990: 69). Cada página, de un total de 554, va dividida en tres columnas: la primera para las entradas francesas; la segunda para los equivalentes en español y la tercera, en bastardilla, para el latín. Ejemplos: Copter / sonar, bambaleando la campana / utrimque pulsare campanam. Moitoyen / medianía de muro / mediatio parietis. Un cophin / cesta, panera, cuévano / corbis, cophinus. El diccionario se publica en Bruselas, en un momento en el que el Archiduque Alberto, a quien se dedica la obra, casado con Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II, es el Gobernador General de Flandes. Alrededor de los soberanos hispanohablantes surge una verdadera corte, integrada por civiles y militares españoles, y frecuentada por flamencos de alto rango así como por militares italianos, alemanes y británicos que, junto a españoles y flamencos, integraban el ejército de Flandes. En estas circunstancias y para dar respuesta al deseo y/o necesidad de aprender la lengua española, surge el diccionario. El título de la obra, Recueil, evidencia que el autor recogió materiales de diversas fuentes, aunque no las declare, pues se limita a señalar, en la carta al lector, que pone los vocablos “assi como los he hallado y recopilado de los Autores antiguos y modernos”. Diversos estudios revelan que para la nomenclatura francesa y las correspondencias latinas (Azorín 2000) partió de la 4ª edición del Dictionnaire françois-latin de R. Estienne52 , de 1573, conocido como Nicot-Dupuys53 , apellidos correspondientes al revisor y editor. En la selección que lleva a cabo reduce la fraseología54 , quizá por una cuestión de longitud ya que las columnas del Recueil son estrechas, añade algún sinónimo y completa en los casos en los que falta el latín, para lo que es posible que se sirviera del Vocabulario de romance 50 A Dictionarie in Sapnish and English, first published into the English tongue by Ric. Perciuale Gent… Londres, E. Bollifant. Facsímil Universidad de Málaga. Estudio preliminar de G. Guerrero Ramos y F. Pérez Lagos, 2000. 51 Recopilación de Dictionarios Franceses, Españoles y Latinos. Congesta Dictionarium Gallicorum, Hispanicorum & Latinorum, Bruselas, Rutger Velpius. 52 Esta fuente había sido señalada por Colón (1956: 384) al decir: “nous connaissons d’une manière assez certaine les sources français de Hornkens 1599, lequel se range dans la série des dictionnaires dépendant d’Estienne”. 53 El título completo es Dictionaire françois-latin augmenté outre les précedents impressions d’infinies Dictions Françoises, specialement des mots de Marine, Venerie et Faulconnerie. Recueilli des observations de plusiers hommes doctes entre outres de M. Nicot, París, para Jacques du Puys, 1573. 54 “…Pour ce qui est de la phraséologie, la sélection est restrictive, et pourrait avoir été faite en fonction de la caractéristique du syntagme” (Lépinette 1990: 327). 22 Isabel Acero Durántez I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 en latín de Nebrija, del Lexicon ecclesiasticum latino-hispanicum de Diego Jiménez Arias, o de alguna de las ediciones políglotas del Calepino. Respecto a las fuentes españolas, además de la obra de Nebrija y de textos diversos, se serviría de su propio conocimiento del español –había permanecido en la corte de Madrid durante diez años–, ya que da cabida a un número importante de neologismos de la lengua española en general, y de la de Flandes en particular. La obra no volvió a editarse pero fue la fuente en la que bebieron otros lexicógrafos de los siglos XVI y XVII, como J. Pallet, C. Oudin, G. Vittori o L. Franciosini (Cooper 1962b; Verdonk 1990, 1992; Lépinette 1990). De 1609 se considera que es la primera edición del Tesoro de las tres lenguas francesa, italiana y española55 de Girolamo Vittori. Se habla de ediciones anteriores hechas en 1606 en Ginebra y en Colonia, pero Gallina (1959: 233) lo rechaza porque la comparación con el Tesoro de las dos lenguas española y francesa de César Oudin (París 1607) le lleva a afirmar, sin lugar a duda, que el diccionario de Vittori es el diccionario de Oudin al que se ha añadido la lengua italiana. Vittori toma la advertencia a los lectores, que precede al vocabulario, en la que se dan algunas indicaciones sobre ortografía española, escrita en francés, y el modo de obtener provecho del vocabulario, y, sobre todo, toma la nomenclatura de Oudin56 a la que añade 3.000 palabras. En la 2ª edición de su Tesoro (París, 1616), Oudin se quejará del plagio y, a su vez, se aprovechará de casi todas las adiciones que Vittori había incorporado, en un caso de plagio mutuo (Cooper 1960). Las palabras españolas constituyen las entradas, ordenadas alfabéticamente, seguidas por los equivalentes de traducción en francés e italiano, recurriendo a perífrasis cuando no se conoce el sinónimo. Se incluyen locuciones y fraseología, y se dan indicaciones gramaticales en las partes invariables. Los ejemplos que siguen son una muestra del proceder de Vittori. A, proposition signifie aupres, et vers, chez. A, propositione, significa presso, verso & con, come io vengo a castello. Abadejo, áve, petit oiseau, appellé hoche-queuë, ou hochecuë, et selon aucuns le roitelet, croacciole che sono. Abejarron, un haneton, vno animaletto che nasce di terra, mangia le foglo & le gemelle degli arbori. Buelo, el vol d’oiseau, una volata di uccello. La segunda parte de la obra corresponde a la parte francés-español de Oudin, situando en medio la traducción italiana. La edición de 1617 (Colonia) tiene una tercera parte, con el 55 Ginebra, Ph. Albert & A. Pernet. 56 No lo declara expresamente aunque menciona que ha traducido un diccionario español-francés… “rimostrando però in tanto a mia iscusa che nella traduttione di questo dittionario spagnuolo, et francese, in lingua italiana, che io non ho usato altre voci…”. Lexicografía plurilingüe de los siglos XVI y XVII 23 I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 orden italiano-francés-español, construida sobre las otras dos, sin ser réplica exacta, que se añadirá en todas las ediciones sucesivas. En 1627 aparece en Ginebra un Thresor des Trois Langues Espagnole, Françoise, et Italienne, anónimo, que es considerado por Gallina (1959) como una edición del Vittori. La primera parte es igual a la edición de 1609; la 2ª igual a la segunda de 1609, y la 3ª como la tercera de la edición de Colonia de 1617. La última edición es de 1671, y como la de 1617 y 1627, sin autor, lo que lleva a Gili Gaya (1957: XXVI) a decir que el Thresor está copiado de C. Oudin, de L. Franciosini y “…mas inmediatamente del tesoro trilingüe del Vittori”; Gallina (1959: 245) dirá que no es copia del Vittori sino el Vittori mismo. A. Minsheu, autor del primer diccionario bilingüe bidireccional español-inglés57 , es el autor de una obra plurilingüe en once lenguas, Ductor in Linguas58 , dirigida a los ingleses y a aquellos extranjeros que quieran entresacar una o varias lenguas, a los que invita a que coloquen las palabras en orden alfabético y hagan una referencia al número de página y del vocablo original inglés. La obra se divide en dos partes: en la primera, de 543 páginas, a las voces inglesas, ordenadas alfabéticamente, se les añade la traducción en todas o parte de las once lenguas, mediante sinónimos, uno o varios, y, a veces, con definiciones en latín. Ejemplos: Fier or fire…G.Feu. à. Lat. Focus, vt peu à paucus…I. Fuòco, Fóco. Fuógo. H. Fuego, Huégo. P. fogo, á Lat. Foco. Actiuitie, or nimblenesse. G. Agilité, Habilité, Dexterité, Legiereté. I. Agilità, desterità, Prontezza. H. Agilidad, habilidad. Ligéreza, Destréza. Desemboltúra. P. Ligeiréza. En el mismo volumen, y en una segunda parte, aparece otra obra del mismo autor, Vocabularium Hispanicolatinum et Anglicum copiosissimum. Obra más breve que la anterior donde, en folios no numerados, se ordena el vocabulario alfabéticamente según las voces españolas, seguidas de la remisión al número de página y al artículo en el Ductor. Las lenguas aquí representadas son la española, italiana, francesa, latina e inglesa, si bien las traducciones en italiano y en francés van disminuyendo de número y extensión, de manera que, a partir de la letra D, solo hay traducciones en latín e inglés59 . En los artículos podemos encontrar: información etimológica60 , ya presente en la parte anterior; si no hay sinónimos correspondientes al español se da una definición en italiano, latín e inglés, o en dos lenguas, latín e inglés o solo en latín, y se incluye fraseología en las voces más comunes, como muestran los ejemplos que siguen: 57 Vid. nota 50. 58 The Guide into the Tongues with their agreement and consent one with another, as also their Etymologies, that is, the Reasons and Derivations of all or the most part of Wordes, in these eleven Languages, viz.: 1. English; 2. Britis or Welsh; 3. Low Dutch; 4. High Dutch; 5. French; 6. Italian; 7. Spanish; 8. Portuguez; 9. Latine; 10 Greeke; 11. Hebrew, Londres, 1617. 59 De ese modo el diccionario se reduce a una especie de índice para el español de la parte primera del Ductor. 60 Si son voces de procedencia árabe se les añade una pequeña cruz. 24 Isabel Acero Durántez I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 Algazara. Arab. G. Bruit, crierie. I. grido. L. strepitus. A. a great sound or noise, proprie est exclamatio Maurorum quando ex insidijs prosiliunt vel contra Christianos aut altos inimicos ad terrorem eis incutiendum, derivantur à verb. Arab. Gacere, id est, insidiari. Abismales. I. i chiodi che sono nella lancia con i quali si fissa il ferro nell’hasta. L. Clavi férrei lánceae, quibus figitur lanceae ferrum, et quia intrant ita intrinsecua ut transfigant hastam itaque, apellantur Abysmales ab Abysmo.i. profundo. A. Nailes of the launce with the yron is fastened to the staffe, and because they enter so deeve and passe through the staffe, thei are called Abysmáles of Abysmo. i. Deepe. Para la elaboración de la parte española se han considerado como precedentes, en los que pudo basarse, los trabajos lexicográficos de Percyvall, de Covarrubias –por la coincidencia en la información etimológica y fraseológica–, y de Oudin, entre otros, lo que no resta originalidad a la obra (Gili Gaya 1957: XXI, Gallina 1959: 257). El Vocabolarium Hispanicolatinum no se incluye en la segunda edición del Ductor in Linguas, aumentada y corregida, impresa en 1627. Reflejo de la situación lingüística en la que se encontraba Flandes bajo la corona española es la edición del Grand diccionario y thesoro de las tres lenguas, española, francesa y flamenca, fechada en 1639. En la portada falta el nombre del autor por lo que se le ha venido denominando, por su lugar de impresión, Anónimo de Amberes. Se han barajado los nombres de J. F. Rodríguez, C. Oudin, J. Van Hussel y del impresor Caesar Joachim Trognesius como supuestos autores (Verdonk 1988, Peeters-Fontainas 1965, Palau & Fréderic 1948-1977). Otra cuestión no resuelta es el número de ediciones que de la obra se hicieron, 4 ó 6 entre 1640 y 1659. En el prefacio, en francés, el autor señala el empleo del flamenco, como lengua materna, en los asuntos domésticos, y del francés y español como lenguas de comunicación en el ámbito público; tras lo cual se refiere a los destinatarios de su obra, personas que, por sus responsabilidades políticas, tenían que entender el español: “…Nobles sages et Prudens… Bourgmaistres… Tous Eschevins et Conseils de la Ville d’Anvers et aussi… Thesoriers, Receveurs & Pensionaires de la ditte Villa”. La lengua punto de partida, en caracteres latinos, es el español, al que sigue la traducción francesa, en bastardilla, y la traducción flamenca en caracteres góticos. Con el interés de ofrecer a los usuarios un máximo de informaciones, integra en su obra una parte enciclopédica con los nombres de los reinos, ciudades y lugares del mundo. En la microestructura no vamos a encontrar, solo, equivalentes de traducción en forma sinonímica, sino explicaciones e informaciones a la manera de un diccionario monolingüe: Abada, le Rincerot, c’est un animal fort grand qui a une corne sur le nez, een dier hebbende eenen horne op den neuse. En relación a las fuentes en las que se basó el autor anónimo del Gran Diccionario, Verdonk (1988) ha señalado que las entradas españolas y sus equivalentes francesas son casi un plagio literal del Tesoro61 de Oudin en su edición de 1625 y la parte neerlandés- 61 Tesoro de las dos lenguas española y francesa, Bruselas, H. Antoine. Lexicografía plurilingüe de los siglos XVI y XVII 25 I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 español plagio de J. F. Rodríguez62 . Para esta última parte Dichtl (1998) ha considerado como base el Vocabulario francés-flamenco de Berlaimont en su edición de 1536. Obra original (Gallina 1959: 310), dado que reelabora los materiales que pudo tomar de sus predecesores, añadiendo ejemplos, locuciones y especificaciones varias, es el Lexicon tetraglotton. Dictionaire François-Italien-Espagnol-Anglois (Londres, 1659) de James Howell. La obra, compendio de los vastos conocimientos lingüísticos del autor, es un grueso volumen en folio, dividido en dos partes. La primera está formada por un diccionario cuatrilingüe, estampado en tres columnas, en páginas no numeradas y en las que el léxico se ordena alfabéticamente a partir del inglés. Las traducciones, en el resto de las lenguas, son bastante exactas, ricas en sinónimos, y si estos no se encuentran las locuciones o especificaciones sustituyen a la voz que falta. Ejemplos: Accidentally, or by chance: Fortuitement, casuellement, accidentellement, par cas fortuit, par aventure: Fortuitamente, a caso fortuito, casualmente, contingentemente: casualmente, por aventura, por caso a caso. An arraigument: Le prochez fait à un criminel; Processo contra un criminale: pleyto contra un delinquente o criminal. Otros diccionarios plurilingües ordenados alfabéticamente, con o sin diálogos, se seguirán publicando en lo que queda de siglo XVII y, en épocas posteriores, hasta la actualidad (Fabbri 1979, Niederehe 1995b). Un capítulo más en la historia de la lexicografía políglota lo componen los vocabularios, en más de una lengua, que clasifican el léxico por materias, esto es, las nomenclaturas. Su origen nos lleva a la Edad Media cuando estas clasificaciones empiezan a ser incluidas en los manuales, en apartados específicos para la enseñanza del vocabulario latino, por su carácter pedagógico al facilitar el proceso de memorización y composición de temas. Este tipo de ordenación léxica que parte del objeto conocido para llegar a la palabra (Ayala 1992) refleja una conciencia opuesta al diccionario alfabético. Las nomenclaturas reúnen cosas y palabras, y se organizan según criterios varios, pero, fundamentalmente, atendiendo al sitio en que aquellas se presentan, al uso a que se destinan o a situaciones en las que se establecen relaciones entre los conceptos. La finalidad de estas clasificaciones, con una orientación didáctica clara, es ayudar a quienes desean aprender una lengua a expresar nuevos mensajes facilitando el trabajo de la memoria al construir campos conceptuales63 . M. Ayala establece una serie de rasgos comunes que caracterizan a este tipo de composiciones y que son: la distribución del léxico por campos nocionales; estar redactadas en más de una lengua; el formar parte, generalmente, de otras obras más amplias; su carácter didáctico orientado a la enseñanza de segundas lenguas; el ser 62 Autor del primer diccionario bilingüe neerlandés-español, que alcanzó gran éxito, con más de seis ediciones en veinte años y cuyo título es Nuevo Diccionario en Flamenco y Español, Amberes, C. J. Trogn(a)esius, 1634. 63 Vid. para este género y su finalidad didáctica B. Quemada (1968: 363), C. Buridant (1986: 9-46) o Lorenzo (1980), entre otros. En la edición de Burgos de 1493 de las Introductiones Latinae de Nebrija se encuentra un pequeño repertorio organizado temáticamente, aunque en este caso sea bilingüe latín-lengua vulgar. 26 Isabel Acero Durántez I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 selectivas, por recoger solo el léxico usual de una lengua; porque las entradas son básicamente sustantivos, y por no dar definiciones. En los siglos XVI y XVII asistimos a la etapa de mayor auge de las nomenclaturas dedicadas al aprendizaje y enseñanza de lenguas extranjeras. Las necesidades de la sociedad renacentista hacen que los repertorios no sean monolingües latinos sino plurilingües. El orden y número de materias en que se clasifican las cosas y las palabras que las designan variará de unas composiciones a otras. En unas, siguiendo el orden teocéntrico medieval, las primeras materias se dedican a Dios, el Universo, etc., y concluyen con la muerte; en otras, se sigue el orden antropocéntrico renacentista, por lo que se comienza por el hombre. El punto de partida de este tipo de composiciones léxicas es un pequeño manual bilingüe italiano-alemán, publicado en Venecia en 1477, Questo libro il quale si chiama introito e porta. Este Introito, destinado a viajeros, comerciantes, artesanos, etc., ordena en dos partes de 55 y 9 capítulos un número escaso de voces de uso común. A pesar de su escaso mérito (Gallina 1959), por su valor práctico alcanza un gran éxito. Hasta la última impresión conocida, en 1636 Rouen, se hacen 89 ediciones en distintos países europeos64 , aumentando el número de lenguas, de 2 a 8, según los deseos y necesidades del público (Rossebastiano 1984). La primera edición en 4 lenguas, con la adición del latín y francés, aparece en Roma en 1510. Cinco lenguas, añadida la española, presenta la de Venecia de 152665 , cuyo título es: Quinque linguarum utilissimus vocabulista Latine, Tusche, Gallice, Hispane, & Alemanice. Esta edición tiene la misma distribución que la de 1477. La nomenclatura se divide en dos partes, que el autor llama libros, con 55 capítulos la primera y 9 la segunda, dedicada a verbos, adverbios, pronombres, etc., con un número de voces variable en cada sección, presentadas en 5 columnas que corresponden a las cinco lenguas tratadas. Ejemplos: Filius figliuolo filtz fijo der sohn Idola glidoli les idoles ídolos die abb gôther Pater padre pere padre der vatter Las ediciones posteriores en cinco lenguas alternarán el español con el bohemio, que entra en la edición de 1531, si bien son más frecuentes las que presentan el español. Ediciones en 6 lenguas, con la adición del inglés o del húngaro, se extienden desde 1530 hasta 1631. Las reimpresiones con 7 u 8 lenguas se inician en 1540 y 1546 respectivamente. Las ediciones más frecuentes (Colombo 1992) fueron: las de seis lenguas (al menos 27 ediciones entre 1537 y 1636), siguen las bilingües (una veintena de ediciones), continúan las de 4 y 5 lenguas (una decena entre 1510 y 1574 y entre 1513 y 64 Relacionados con las lenguas introducidas, 28 en ciudades italianas, más de una veintena en el ámbito germánico, y otras en Francia, Países Bajos, Polonia y Gran Bretaña. 65 Franciscum Garonum. Se menciona una anterior de Venecia, 1513, de la que no se conservan ejemplares en bibliotecas públicas (Niederehe 1995a, 1995b; Rossebastiano 1984). Lexicografía plurilingüe de los siglos XVI y XVII 27 I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 1540), las de 8 (9 entre 1546 y 1580) y, finalmente, de 7 lenguas (cuatro, entre 1540 y 1569). A lo largo del tiempo, las dos lenguas de partida, alemán e italiano, se mantienen en la mayor parte de ediciones siguientes; el latín estará presente en todas las series y será la lengua de entrada, salvo en la edición en 8 lenguas en la que es sustituido por el griego, lengua que solo aparece en las ediciones en ocho lenguas impresas en Francia; la lengua francesa se registra en prácticamente todas las versiones plurilingües, salvo en las impresas en Cracovia, donde es sustituida por la lengua local; seguirán, en orden de frecuencia, el español, inglés, flamenco, bohemio, húngaro, polaco y catalán. Desde sus orígenes presenta débiles variaciones en el título, redactado en las lenguas contenidas en el diccionario y en el mismo orden que en el interior. En el título aparece el término dictionarium, vochabulista o nomenclatura, acompañado de un adjetivo que expresa la eficacia y utilidad de la obra, utilissimus, solenissimus, necessarius. Gran importancia alcanzó el Nomenclator omnium rerum propria nomina variis linguis explicata indicans…66 del holandés Adrians de Jonghe, conocido como Hadrianus Junius. La obra se divide en dos partes de 59 temas la primera y 25 la segunda, y termina con un índice alfabético de los vocablos en ella recogidos, en 33 folios sin numerar, procedimiento que no es frecuente en las nomenclaturas de la época pero que sí se empleará en los diccionarios ideológicos actuales (Alvar 1993). Dentro de cada materia, la lengua punto de partida es el latín, al que sigue la traducción de las voces en: griego, alemán, flamenco, francés, italiano, español e inglés. No todos los lemas tienen equivalente en todas las lenguas. Las más frecuentes, la alemana y holandesa; siguen la francesa e italiana, la inglesa es la menos frecuente, y un número de entradas importante solo tiene el equivalente latino o griego. Junius, considerado el erudito más eminente de su siglo (Bayle 1720, II: 1583-1584), da una enorme lista de autores consultados para su trabajo, entre los que se encuentra Nebrija, al que vuelve a citar dentro del propio texto67 . Efectivamente, cotejado el Diccionario Latino-español de Nebrija (1492) y el Nomenclator (Acero 1992) se ve la coincidencia en muchas de las definiciones: JUNIUS: Antiae………….H. Copete de los cabellos Abyssus………..H. Abismo, agua sin hondon. Arista………….H. La raspa de la espiga NEBRIJA: Antie.arum…….Por el copete de los cabellos Abyssus………...Por abismo agua sin hondon Arista…………..Por la raspa de la espiga 66 Amberes, C. Plantin, 1567. 67 En la voz Gallina Adriana …. H. Gallina ponedora a nebrissensi exponitur. 28 Isabel Acero Durántez I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 Sin embargo, no es Nebrija la única fuente de la que se valió Junius para las traducciones españolas. Por un lado, en el Nomenclator se da cabida a términos como texbique, endecha, talanquera, etc., que no están en Nebrija, aun cuando por la fecha de su primera documentación, en torno a 1400, podrían haber estado. Algunas de estas nuevas incorporaciones, caso de usurero, vaguido o semola, tienen entrada en el Universal Vocabulario de Alfonso de Palencia (Sevilla 1490), obra que probablemente conoció Junius. Por otro, incluye voces cuya fecha de primera documentación es posterior a la publicación del Vocabulario de Nebrija, caso de muérdago, bagaje, comissario, etc., que quizás fueron tomadas de alguna de las ediciones plurilingües derivadas de Noël de Berlaimont o del Calepino, publicadas en Amberes, Gante o cualquier otra ciudad europea (Verbraeken 1992, Grauwe 1970). Además, incorpora formas que no habían aparecido en diccionarios anteriores, pintacilgo, picapleitos, cornizolos, estafa, etc., lo que es muestra, junto al hecho de que no presente solo equivalencias, como en la mayor parte de nomenclaturas, sino también definiciones, de la originalidad de su obra. Y es que, aun sirviéndose de sus predecesores, su sólida cultura clásica y lingüística le permite ser original al elaborar su Nomenclator. Este aspecto y su practicidad hacen que la nomenclatura se reedite, con retoques diversos y en lugares varios, hasta 1633 (Verbraeken 1992), pudiéndose clasificar las ediciones completas en tres grupos, al margen de otras abreviadas o simplificadas: a) las de Plantin en Amberes y París, entre 1567 y 1583; b) las de Johannes Wechelus, en Francfort y Ussel, entre 1590 y 1602, y c) la de Hermanus Gembergus, en Ginebra, París, Lyon y Franckfort, entre 1602 y 1633. La primera edición de base lleva en el título variis linguis, la segunda septem diversis linguis, y la tercera octilinguis. Usando la primera denominación el autor evita precisar el número de lenguas implicadas. Una obra que presenta peculiaridades propias, que han llevado a que sea considerada como el primer diccionario ideológico del español (Fernández Sevilla 1977), es el Vocabulario del humanista (Valencia, 1569) de Lorenzo Palmireno. Por un lado, su objetivo no es inventariar el léxico usual de una lengua sino uno de especialidad, organizado en nueve abecedarios relativos a aves, peces, yeruas, etc; por otro, es la primera obra de estas características que se publica independientemente, no como parte de otra principal. Además, adelanta lo que en un futuro serán los diccionarios por imágenes al presentar, en la portada del abecedario de peces, la imagen de uno en la que se indican, con números, las partes del cuerpo y los nombres que corresponden. En el Aviso para el curioso lector, el autor señala que la estructura de su obra es diferente, “…no guardo la regla de vocabulario”, pero que no se le reprenda “pues en ello mas hay trabajo mío que daño del lector”. Efectivamente, la organización e información que ofrece no es sistemática. Así, en el interior de los dos primeros abecedarios las voces se ordenan alfabéticamente por el latín, siguen los equivalentes en castellano, italiano, francés, portugués y valenciano, si bien, por un lado, no todos los lemas tienen equivalentes en todas las lenguas, y, por otro, mientras en unas ocasiones solo da sinónimos, en otras amplias definiciones; en el tercero y séptimo es la entrada romance la que encabeza el artículo; en medio, intercalada en la parte léxica, se encuentran muchos comentarios y pasajes en latín. No termina la obra con un noveno abecedario, como era su propósito, porque no le llega el dinero, y concluye con un fragmento de la obra de don Francisco Lexicografía plurilingüe de los siglos XVI y XVII 29 I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 Llançol sobre los ríos de España. Muestra del proceder de Palmireno son los ejemplos siguientes: Gobius, pece muy conocido por todas las riberas del mar adriatico; llamanle Capitoni, y Morzoni, dicitur etiam Gobio: es sin espina: Paganello en Roma, en Francia Boulerotz. Cancer, el cangrejo, en Valencia Cranc. Pimienta, pebre, piper. Es fruto de un arbol como enebro dentro de unos hollejos luengos como razimos. Si uerdes los sacuden, llamase piper longum. Si los dexan madurar, piper album. Si los dexan en el arbol tostar al sol que se hagan negros, se llama piper. Esta falta de sistematicidad hace que haya quien, como García Aranda (2002), considere que puede ser argumento para excluirla de entre las obras caracterizadas como nomenclaturas. Por el contrario, Ayala (1992b) señala que reúne tres de las características esenciales del género: la división por materias, la finalidad didáctica y el ser políglota. Las fuentes consultadas para la elaboración de la obra fueron numerosas. Palmireno, al comienzo del segundo abecedario, cita diversos autores tanto grecolatinos como renacentistas. Alvar (1990: 52) apunta, como base del Vocabulario del humanista, el Nomenclator aquatilium animantur (1560) del suizo Conradus Gesnerus, un texto latino que describe los peces. Este autor no se propuso hacer una nomenclatura plurilingüe como obra léxica, pero sus vastos conocimientos le llevaron a añadir los nombres de los animales en varias lenguas modernas. El español será la menos representada y, a veces, se confunde con el portugués. Cierra el siglo XVI la obra del teólogo prusiano Heinrich Decimator, Sylva Vocabularum, que aparece por primera vez en Leipzig en 1580, como un diccionario alemán en el que las voces ordenadas alfabéticamente son traducidas al latín y griego. De este núcleo se desarrollará después, a través de sucesivas ediciones (Gallina 1959; Niederehe 1995a, 1995b), la Sylva, que en 1596 incluirá el español junto a otras nueve lenguas y organizará el vocabulario por temas, que abarcan los más diversos aspectos de la vida material y espiritual, hasta un total de 149 epígrafes68 . Las entradas, dentro de cada materia, siguen el orden alfabético latino. Falta la traducción en algunas lenguas, especialmente en hebreo y caldeo, y son las equivalencias alemanas y francesas las más frecuentes. Decimator se basa en el Nomenclator de Junius, dadas las numerosas coincidencias69 entre ambos repertorios en las traducciones españolas o en su falta (Acero 1996). Entre ellas cabe destacar aquellas voces registradas en el Nomenclator que no habían tenido cabida en la lexicografía precedente ni en la posterior. Es el caso, por ejemplo, de: 68 Tertia pars Sylvae vocabulorum et phrasium, sive Nomenclator… Leipzig, M. Lantzenberger & H. Gross. 69 El 80 % del léxico es común a ambos repertorios. 30 Isabel Acero Durántez I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 JUNIUS DECIMATOR Caementarius…. Murador, murero Caementarius….Murador, murero Culcitrarius…….Matelassero que hinche los matelazos de lana Culcitrarius…….Matelassero que hinche los matelazos de lana Restio……………Cuerdero Restio…………...Cuerdero Pero también entre sus fuentes estaría Nebrija, pues hay traducciones coincidentes entre la Sylva y el Diccionario Latino-Español que no están incluidas en el Nomenclator (Acero 1993), como vemos en los siguientes ejemplos: NEBRIJA DECIMATOR Acicula. Por el alfilel o aguja pequenna Acicula. Alfiler o aguia pequenna Aequinoctium. Ygualdad del dia y de la noche Aequinoctium. Ygualdad del día y de la noche Aestus. Por la siesta o calor della Aestus. La siesta o calor de la siesta La obra de Decimator, quizá por su menor originalidad, solo conocerá tres impresiones más, en 1600, 1605 y 1606. En el siglo XVII las nomenclaturas presentan pocas novedades. En 1626 Juan Ángel de Sumarán, profesor de lenguas modernas en Munich e Ingolstadt, publica una obra Thesaurus Linguarum, cuya tercera parte70 es una nomenclatura con 29 epígrafes, comenzando con lo relativo al hombre y finalizando con lo relativo a la divinidad, organizados en cinco columnas, correspondientes a las lenguas: latina, italiana, española, francesa y alemana. En la dedicatoria al duque de Osuna señala que la obra ha sido de grandísimo trabajo, y que espera sea de gran provecho para los que deseen alcanzar, con poco trabajo, la perfección de las lenguas en él contenidas. Revela que su fuente han sido los estudios y las largas experiencias en tierras extranjeras. El Thesaurus es calificado por Gallina (1959) como una obra práctica, sin pretensiones científicas, concebida como avanzada de una obra más importante que no llegó a ver la luz, y con semejanzas con la Sylva de Decimator y con el Introito. En 1629 G. A. de Noviliers Clavel publica su Nomenclatura Italiana, Francesa e Spagnuola71 dividida en 51 capítulos, muy desiguales entre sí en el número de entradas. El 70 El frontispicio dice: Thesauri Linguarum in quo nomenclatura, et proverbia Hispanica, Gallica, et Italica continentur, et per Latinam et germanicam Linguam explicantur… Ingolstadii, Typis Gregorii Haenlini. 71 Venecia, Barezzo Barezzi. Lexicografía plurilingüe de los siglos XVI y XVII 31 I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 texto se presenta a dos columnas, en la primera la palabra o locución en italiano y en la segunda los equivalentes en francés y en español. Las series sinonímicas son características de buena parte de las entradas, si bien es frecuente encontrar perífrasis definitorias como traducciones de una unidad léxica de otra lengua y no siempre atribuible a la imposibilidad de encontrar, por parte del traductor, un equivalente. La innovación más destacada es que las locuciones son más abundantes que las palabras aisladas. Ejemplos: Melissa, cedronella, citronella. Melisse. Meliça, cidrera, yerua torongil. Pallida, scolorita, smorta. Pale, blerme, descoulourée. Descolorido. Para esta recopilación lexicográfica, considerada más moderna que las nomenclaturas anteriores heredadas del enciclopedismo medieval (Castillo Peña 2006), se habría servido de repertorios documentales anteriores, bilingües e incluso monolingües (Oudin, Franciosini, Covarrubias, etc.), pero con su aportación personal. En la segunda mitad del XVII podemos mencionar la nomenclatura de James Howell, integrada en su obra Lexicon Tetraglotto (1659)72 , como segunda parte, precedida del título: A particular Vocabulary or Nomenclature in English, Italian, French, and Spanish. El contenido, repartido en 52 capítulos y 2 epígrafes, está tomado, según Ayala (1992) de la Nomenclatura de Noviliers, limitándose a cambiar la disposición de los epígrafes para que no sea tan evidente el plagio. La obra tendrá otra edición en el mismo año, en la que se suprime el diccionario, y otra segunda en Londres en 1660. De 1659 es también la Nomenclatura73 de Sieur Juliani, organizada en 44 epígrafes con las entradas en italiano, y basada, aunque el autor no lo mencione, en las nomenclaturas bilingües de Oudin74 y Franciosini75 (Ayala 1992). Estos vocabularios políglotas distribuidos por materias, en los que se lista términos de historia, filosofía, derecho, etc., mencionados en los escritos de autores clásicos y medievales, que alcanzan gran desarrollo, como hemos visto, en los siglos XVI y XVII, siguen utilizándose en los siglos XVIII y XIX, en reediciones tardías y en formas nuevas. Hemos visto, a lo largo de las páginas precedentes, el surgimiento y desarrollo de la moderna lexicografía europea, en respuesta a las necesidades de los usuarios que, en los siglos tratados, necesitaban entender y hacerse entender en lenguas modernas. Como instrumentos de enseñanza de primer orden, los diccionarios, desde sus inicios, han intentado cumplir con su finalidad didáctica y así se han ido configurando y diferenciando los grandes modelos de repertorios léxicos. 72 Ya lo hemos mencionado anteriormente. 73 Nomenclature, Dialogues, Proverbes et Heures de recreation contenans Diverses Rencontres, Histoires plaisantes, etc. Contes facétieux, necessaires à ceux qui désirent parfaitement parler, écrire les langues Françoise, Italienne, et Espagnole… París, E. Loyson. 74 Contenida en la 3ª edición de su obra Diálogos muy apazibles escritos en lengua española y traducida al francés, Bruselas, 1620. 75 Insertada en sus Diálogos apazibles compuestos en castellano y traducidos al toscano, Venecia, 1626. 32 Isabel Acero Durántez I.S.S.N. 1132-0265 Philologia Hispalensis 22 (2008): 7-36 Las combinaciones multilingües, en ordenaciones alfabéticas o temáticas, alcanzan un desarrollo espectacular en este período histórico, especialmente en el siglo XVI. Los lexicógrafos realizan un gran esfuerzo por cubrir las necesidades de las grandes lenguas de Europa. Ese esfuerzo lleva consigo el aumento de las adaptaciones y usos de fuentes anteriores. Los lexicógrafos, ante la imposibilidad de dominar las varias lenguas que incluyen en sus repertorios, acudirán al trabajo de sus predecesores, que utilizarán, adaptarán e incluso plagiarán; a su vez, se convertirán en la fuente en la que beban los autores posteriores. Después de 1600 desciende el número de vocabularios en varias lenguas, porque el público comenzará a preferir formas más modernas y especializadas, como es la lexicografía bilingüe, en plena expansión en el siglo XVII. No obstante, en los siglos que siguen, y especialmente en la actualidad, continuaremos encontrando una amplia gama de vocabularios plurilingües de léxicos específicos, desde la lengua propia de los negocios a la de la informática, pasando por el derecho, la física, el deporte, etc., en ordenaciones alfabéticas. Las nomenclaturas también tendrán continuidad hasta nuestros días, si bien, desde el siglo XVIII, en obras de carácter bilingüe mayoritariamente. Los antecedentes de ambos modelos, elaborados ahora por especialistas, con un mayor rigor científico y riqueza temática, hemos de buscarlos en los siglos tratados. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ACERO DURÁNTEZ, I. (1992). “En torno a la historia de la lexicografía española: el Nomenclator de Hadrianus Junius”. 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