DICCIONARIOS MOXOLINGUES DKL SICI-O XX La llegada del siglo xx no supone para la lexicografía un corte radical con lo que se venia haciendo en los decenios precedentes, ya que, como en cualquier oira disciplina, no se producen los grandes cambios sin más. sino que los avances siguen un proceso lento. Ahora que ha terminado la cen turia vemos que los diccionarios que aparecen en las librcrías son sustancialniente diferenies a los que liabía cuando comenzó: no son sino el fruto de cien aňos de traba-jo en la elaboración de caiálogos léxicos y de aplicación de los avances en linguística, por más que estos hayan llegado con retraso a los rcpertorios. Un diccionario es ya una emprcsa eolcctiva v son raros los grandes diccionarios de autor, por el enorme esfuerzo que exi-gen en su redacción y en su publication. Por ello, no es fácil encon-trarse con grandes novedades. y no son muchas -claro que esto de la cantidad depende de nuestras exigcncias- las obras originales que se pueden reseňar en esios cien aňos1. Sin embargo, son muchos los diccionarios que se publican, y variados, lo cual comrasta con l<> ejue se hacía en el siglo xix, pese a que en loners surgieron dislintos tipos de obras hasla aquel momcnto desconocidos: fue el siglo de la apa-rición, euire otros, de los diccionarios ideológícos y de los diccionarios enciclopédicos. Con el cambio de siglo no bav una ruptúra total, pues siguen reeditándose diccionarios que aparecieron aňos antes (como los grandes diccionarios de finales del siglo xix); sin embargo, la consideration del usuario (de sus necesidades y varie-dades) y la aparición de editoriales dedicadas a la producción de diccionaros hacen que se diversifiquen sus tipos y contenidos, dando Or., por ejemplo, Manuel Scco, "Medio siglo de lexicografia espaiiola", Revisla íle Iťirhillfraio, IG, abril-junio 1979. págs. 2-7, recogido en sus Estudios de lexicografia esp/iňola- Paraninfo, Madrid. 1987, págs. 194-207, con sendos apéndices sobre Maria Moliirt-i y la lexicografía académica; v Manuel Wvar Ezquerra, Isxi/ologi/i y texitogra-pa. Gui'a IttMiográfiŕ/i. Almar, Salamanca, 198S. hill lONARlOSMONOUNGl i:s DEL SIGLO XX 343 cabida en los repertorios generales al léxico cientifico y técnico a la \«v que a las h ablas regionales -que son objeto, por su pane, de elencos particulates, hasta llegar a los tesoros de estas hablas a finales del siglo-. Se persigue más la eficacia que el lucimiento personal de los autores. En oiro lugar he dicho que lets principios que guiati la lexicografía de nuestro siglo podemos rcsumirlos en la exactiuid y la calidad del trabajo, teniéndose muy j»i escnie la extension de la obra y el publico a que va desiinada, lo que obliga a una reflexion sobre el tratumiemo de los términos de diver-sas épocas, de distintos niveles de lengua y de variada procedencia geografica, lo cual se bate constat en los prólogos-cada ve/ más té<-nicos- de las obras . I.\ Real Academia Espaňoi,\ Kn primer lugar, y sin lugar a dudas. hay que hablar de la sietiipre discutida labor de la Academia, aunque pocas veces mejorada. Se al/an muchas voces en contra de los resultados que nos oírece su actividad, pero en pocas oeasiones se súpera su labor. l^t crílica es fácil, sobre todo si es mal intencionada. pero hacer algo de provedlo no resulta tan cómodo. Xuestra Academia ha proseguido la tarea iniciada más de 250 aňos antes en la confección de su diccionario. Hoy ctienta con más v mejores medios que hace bien pocos aňos, y goza desde 1990 con unos presupuestos cconómicos půblicos— con notables aportaciones privadas, que tigtiran en la Tabula gratulatoria" de la ultima edic inn del siglo- que si nos autorizan a exigirle algo más y no ser condes-ceiidientes con ella como en las épocas de penuria. El de la Academia es el diccionario oficial de tiuesira lengua que ha ido enriqueciéndose y adaptándose a los tiempos que le ha toca-do vivir desde que en 1780 la Inštitúciou publico una edición resu-rnida del llamado Diccionario He Auloridntlts, sin las citas que lo carac-leri/aban3. Esa es la primera edición de la obra que vio la lu/ por • "I.ns diccionarios del espaňol en su história'", recogido en este volumen. ' Para la história del diccionario academia», debe verse Manuel AJvar, "Kl cami-nar del diccionario académico", en las Atlas M IV Congnso Inlarniátmal drEttratex, Bibiognif. Barcelona, 1992. págs 3-27, asi como mi trabajo "El diccionario de la Academia en sus prólngos". en mi Lexicogrupa déscriptivo, Biblograf, Barcelona, 1993, págs. 213-239. 344 DEANTIGUO5YNUEVOSDI0CI0NARIOSDE1 1 Sl\\\0| úlrima vez en 1992 (21° ed.), y en la que siguen trabajando los aca-démicos pani ofrecernos una sal i da que se proycctaba para el aňo 2000, pero que parece sufrir algún retraso, en una cadcncia de entregas que reduce a la niitad los aňos t ran sc u r ri dos habilualmen-te entre una edición y otra. Con frecueucia se olvida que éste es im diccíonario de la lengua, y no de todas las variedades del espaňol. por más que en su interior hava constaiuia de la ricadiversidad léxica de nuestra lengua. En sus páginas se atesora, o dcln-ría atesorarse, d léxico general, cl común a lodos los hablantes. o, al menos, a im gran numero de ellos. Por eso no es mn restrictivo y selective como sus detractores quieren hacer ver. aunque muehos términos y acepciones tarden aňos en He-gar a las páginas de la obra. La inmensidad y la dilicultad del traba-jo son las que bacen que coiiienga errores e iinpcrfecciones. Por eso coniinúan defmiciones que, por lo menos, nos obligan sonrcír cuan-do vemos lo que dicen y miramos la realidad que nos rodia. Hace ya tiempo que bice ver lo que dice de la (rogala, "Buquc de nes palos, eon coŕas y vergas en todos ellos. La de guerra tenia solo una batéria corrida enirc los puentes, además de la de eubierta", aruculo en el que también aparece \zfragata ligera, desde la que remite a carbt-ta, donde podemos leer: "Kmbarcación íle guerra, con Ires palos y vela cuadrada, seinejante a la fragaia, aunque más pcqueňa", sin que fíguren más definiciones para esas voces. No ereo que la marina de guerra de ninguno de los parses que babia nuestra lengua se encuentre dotada c:on buques de ese porte. También seiialé lo erró-neo de la definición de dótar. 'moneda de piata de los Estados Unidos, Canada y Liberia', resuliado de la modiřicación que sufrió en 1984 la que sc Icía en salidas anteriores: 'moneda de piata de los Estados Unidos, Canada y Liberia, que vale a la par cinco pesetas y 42 céntimos' (19u ed., 1970). Todavía esa defmición consta en la edición vigente.. si bien se le ha aňadido otra: 'unidad monetaria de los Estados Unidos, Canada, Australia, Liberia, Nueva /.elanda v otros paísesdel mundo'; el peso en su 15" acepción es la 'moneda dc cinco pesetas a la par', sin más indicacioncs. Otro tanto sucede con el marca 'moneda alemana de plata' y también 'unidad monetaria de Alemania', olvidando países tan cercanos como Finlandia, y el escu-do entre otras cosas es la 'moneda clňlena de oro, de cinco pesos', como z\ florin en su primera acepción es 'moneda de plata equiva-Iente al escudo de Espaňa, usada espccialmente en Austria >' llolanda, y marcada antiguamente con una Hor de lis'. V por los cambios en hi I listoria se quedó obsoleta una definición como la del PKXIONARIOS \10\olJN«;ÜESDEI.SU;H)XX 343 rublo, 'moneda de plata que es en Rusia la unidad monetaria', que hov ha vuelto a alcanzar parte de la actualidad que tuvo. I-a Academia ha realizado en los Ultimos aňos tin csfuerzo por incor|>orar palabras que se usán normalmcntc en nuestra lengua, y, en contra del casiicismo y purismo anteriores, hoy podemos encon-irar en sus páginas voces como preßere ad mite forma exiranjera afér a/fair l/iiqué huti/luft fmngató bungalow cruasán croissant disi/nete diskette flas flash f(U jazz kivi kiwi (ave) quhň kiwi (arbusto y fruto) magacín magazín magazine mailUii maillot pizza pizza pizzeria pizzeria fM>ni pánty funny, pony purlin bxidín pudding sándxoich sandwich eseáner scanner eslogan slogan esnob snob estándar standard estrés stress ticjue ticket vater water gÜtSIIUI whisky whisky zum zoom Pese a cse esluerzo sus decisiones no son muy afortuiiadas, pues čquién reconocc hoy bajo la forma crol la voz crawl, bajo poni la pala-bra pomry, o bajo cruasán la forma francesa croissant? ;Yacaso no es contrario a las normas lóiiicas de la lengua escribir zum para adap-tar zoom si nadie pronuncia una -m? Debido a la dificuhad que entranan esas incorporaciones ha sido ncresario seňalar la pronunciation en algunos articulos; por ejem- 346 DEANTIGUOSYNUEVOSDICCIONARIOSDEI ESPANOL plo, en blues sc pone "bins/", sin senalar la acentuación. sin adap-lar gráiicameme la palabia como se hace en los casos citados antes 0 en yaz («;>' por quo no yas?); en boutique »lire que se pronuncia /butik/, y en freuäiano, sin aclarar más, nos dice que "en esta voz el diptongo eu se pronuncia oi". V esto ocurre cuando la Academia venia suprímiendo la pronunciación en las počas entradas en las que la seňalaba. Aquí se ha metido, quiero pensar que sin darse cuenla, en el tremendo problcma de la ortografia, con el que ya se enfrentaron los primeros académicos al redactar el Diccionario de Autoridadesy oiros lexicógrafos del siglo xviii -como el P. Terreros—, y quienes se han tornado en serio la coiifecdón de diccionarios. La Academia está sufVienclo ahora la dificultad para modern i/arse, la lucha por el ser y el deber ser. Parcce que quiere dejar de ser pres-cripiiva para ser descriptíva, olvídando la coníiaii/a que denen los usuarios en etla v qucricndo compeür con otras empresas que sí tie-nen la libertad de la descripción, ya que no representan la norma. Y además, la Academia liene su propia obra descriptíva, el Ditdonario manual, del que me ocupare cnseguida. Da la sensación de que nuestra maxima auloridad linguistics ha olvidado cuál es su función y cuáles son sus medios. lo que puede repercutir gravemente en el usuario, en el hablantc, que no sabrá a qué atenerse. ;Por qué giiis-fut junto a miiihľiili: ľodo ello no son problemas exclusivos del dic-cionario académico, sino generates en nuestros repertorios, y cuya solución varia de uno a otro. En el 'Treámbulo" de la penúltima edición (1984) deda la Academia que "se puede calcular que las papeletas de adiciones y enmiendas que la Academia ha clisculido y aprobado dcsde la anterior edición alcan/an una cifra superior a las veinte mil", cantidad considerable si sabemos que el numero de anículos del diccionario se acercaba a los och entá mil. En el Treámbulo" de la ultima, la de I992,selee: La nueva edition aumenta considerablemente el numero de vocablos imluídos, que alcanza La cifra de H:i 500. Las acepciones anadidas y defmiciones modifieadas s<»n más de 12 000. Muchas de las enniicii-das obedecen a la necesidad de poner al día lo anticuado, p en el concepto, ya en la rormulación verbal [,..]. El cnriquecimieriio y mejoras que ofrece la nueva edición no colma, ni muchu menos, los deseos de la Academia; esperamos satísfacerlos con la adopciou de nuevos métodos de trabajo, que llevará comigo la renovación com-plela de la planta ciel Diccionario. »ÍCCJONARIOS MONOLINCI l.s DEL SICLO XX 347 En ello está la Institución. La pretension de la obra es la de abarcar la toialidad de la lengua en una amalgama panerónica, panestrática y panťasica, atinque no se Hegne a conseguirlo: 1^> hacc para coopcrar al mantenímiento de la unidad lingôístíca de los más de irescienios millones de seres humanos que, a un lado y otro del Allántico, hablan hoy el idioma nacido hace más de mil aňos en el solar castcUano y se valen de él como instrumente expresivo y con-lormador de una misma vision del mundo y de la vida . Dolores Azorín relaciona esa amalgama de voces "con el atari lesauri/ante de la Academia, con el ideal de construir un diccionario total, capaz de servir para decodificar la lengua actual y la de épocas pasadas. Para este CUtimo cometido, el /JAMA es. boy por hoy, insustituible hasia tan to no se concluya el Dicdonario his/óriťo"^. Quien se acerque al diccionario académico debe saber que reco-ge la lengua general, por más que aim queden fuera inucbas voces (pie desearíamos ver incluidas pues son de uso habitual, como ber-mudas ('prenda de vestir'), desmantelamiento, esmlextric ('cruce a vaiios niveles'), locomolo-ro j'elemento dinámico'), monoliuco, oncogen, plasmarca, rockero, socialdemocracia y socialdemócrata, trepa, verde fecologista1), vespino, visceral ('[sentimientoj intenso, profundo'), cic.6; es de esperar que a medida en que se avance en la redacción de la nueva edición se incorporen mucbas de esas voces. Vjunto a csas. ialtan también voces habituales que no tienen cabida, y segu-ramente tarden mvicho en tenerla, ya que son creaciones de otras lenguas, o derivados de esos términos, pese a que, como hemos visto, han ido eiurando voces extranjeras, en ocasiones sin adaptar ■ En el ■Preámbulo" 'I.- la <-di< ión de 1992. " Hulí »res Azorín Fernandez, "El Difáonarin de In Heal Academia Espaňote un puen-te entre el pasado y el presente de nuestra lexicoRrafia", Guadernos Cmmtttct de la lingua ľ.'i>aňol/i. 11, noviembre-diciembre 1996, pegs. 16-20 y en especial la pág, li*. Una detallada descripción del diccionario académico en su 20' ed. (1ÍÍR4) puede verse en Ignacio Ahumada tara, Aspedos dr lrxi vols, y se publico en forma de lascícnlos; la cuan.i edición, dc nucvo en im sol<» volumen, es de 198!), Espasa-Calpc, Madrid; la segunda edición es de 1950, Espasa-Calpc, Madrid. Eli VOZ de Manuel Seco. la enuiadei nation en seis volumen« de la tercera edíciou pone en eniredi( ho el carácter manual de la obra (Estudios Ae ografiá espaňola, ciiado, pág. 217). ódQ DEANTIGUOS VNUEVOS DICCIONARIOS DEL ESPANOl es a la vez un resumen y un suplcmcnto del Diccionario general de la Academia: resumen, porque abrevia mucha» defmiriones y suprimc las palabras y acepciones aniicuadas; supleiiienio, porquc aňade un considerable caudal de vocablos de uso común y ncologisnios de carácicr tecnico que la Academia no censura, pero que aun no sc decide a incorporar a SU léxico, Ilamado "olieial", limdada las más vet es en que sc iraia de voces d accpcioncs demasiado recienies y no es posible prcsumir si llcgarán a arraigar en el idioma". Las iluslrariones que incorpora esta obra académica son mera-mente decorativas. salvo en muy poca-s ocasiones, y su valor didácti-co es prácricameiue nulo, quedando muy por detrás cle la concep-ción de Jose Alemany y Bolul'er en los repertoriosilusii ados que diri-gió para la editorial Ramon Sopena, apareeidos muy pocos aiios antes, y de los que me ociiparó más adelanie. (äiaudo en Hi, y en especial la pág. 35. "' T. I. A-B, Sucesores de (Uvadeneyra, Madrid. 1902; II, C-E, Pedro Onega. Barcelona, 1904; im id n'iiilo varia ligeramentc con rcspccto a los anteriores lomos: Gran diccionario de In lengua castellnna (i/e Autoridades), am ejemplos de buenos esaitores anliguosy moderna* [...]), F-M, Fomento Comercial del Libru, Barcelona, s. a. |ru. 1914]; IV (el título vuelve a ser el de los dos primeros tomos), N Kll. Fomento Comercial del Libro, Barcelona, s. a. [1925]; v, RI-Z, Fomento Comercial del Libro, Barcelona, s. a. 11951 J. De la ohni se číta una segunda edición. que no in- consc-fiuido vc-r. y que unos catálogos dan como publieada en 1931 y otros en 1932; tal vez no se* irate sino de fechas equivocadas, inducidas |«>r la de la publicación del ultimo iKino y la dištancia temporal que lo separa en especial la pág. lü.~>. 11 Por ejemplo, en la Biblioieca Nacionál de Madrid sólo se conservan los dos pri-meros tomos de la primera edición, y Falia en bibliotecas importantes, menos en la de la Real Ai adentia i.spaňola. 354 de wlk.l osynuevosdiccjonariosde1.espaňol Mamu Rodríguez Nav.vs Mien tras se iban publicando los diferentes tomos del repertorio de Aniceto de Pages se sucedieron las ediciones de im diccionario singular. cuyas descripciones catalográlicas plamean no poros pro blemas. Se trata del Diccionario complete de In lengua espaňola de Manuel Rodriguez Navas. En la bibliografia de Maurizio Fabbri22 aparece rescňado con el n' .'iti") de lov diccionarios del cspaňol, ficha bajo la que se recogen cualro salidas difcrcmcs: Madrid. 1876 (829 prigs.). 1880; Madrid. Colonial, 1905 (1482 págs.) y 1910. Ilomero Sen's ofrece una sola edition, no consienada por Fabbri. en 190023! igual que habia hecho Gerhard Rohlfs*4. No he logrado ver ningu-na salida anterior a la de 190525 -de la que se conscrva tin ejemplar en la Biblioteca Nacionál de Madrid-, ni Ian siquiera hav rcscňas en los catálogos de las principales bibliot.cc.as. por lo que me terno que hay algún error en esos repertorios. qui/ás debido al aňo de funda-ción de la editorial (1876), lo cnal se hate constat, por ejemplo, en la edición de 1910-pero no en la de 1905—; tal vez ešte ahi el origen de la confusion, plies Fabbri no lacilita la editorial, aunqiu- si el numero de páginas de la obra, lo que, por otro lado, me descon-eicrta. I.as ediciones de 1905 y 1910 fucron iinpresasen la Imprenta Colonial (ťuente de otto error en las fichas de Fabbri). Todo ešte embrollo. erco, parte de un error cle Antonio Paláu y Dulcet, qttien en la ficha nu 274695 de su Manual del librero kispanoameticantr6rese-ňa el diccionario poniendo la fecha errónea de 1876; en la ficha siguiente pone, sin más, "idem, 1880", y en la posterior "idem, M. [Impr. Colonial) 1905" Ah í está el origen de las conľusiones, pero no sé qué es lo que llevó a Paláu a poner esas ťechas. No están reseňadas en las bibliograiías que manejo más salidas de la obra. algunas de ellas sin los necesarios datos de impresión27, aun- !! A hiblwgmphy of Hispanic Dictionaries. Catalan, Galida n. Spanish in l.mhi America and the Philippines. Appendix: A Bibliography of Basque Dictionaries, Galcati, Imola, 19?9-La ficha dc nucstro diccionario eaiá en la pág. !>'.>. a Itiblvgitifiii s. Y la quinta novedad de esta obra es la de comprender el mayor numero que hasia ahora se babia reunido de vocablos usados con auioridad en lodas las regio-nes de la America de origen espaňol . Fl. DICCIONARIO REDACTADO POR INA SOCIEDAD DE UTERATOS También en los primeros aňos de la década ve la luz un diccionario del cual umy počas veces si- ha dado cuenta.32, el Diccionario gene- v,Ouluua Hispanoamcňcana, Madrid, 1918; aparectöunaseglindaedición en 1919. 31 Pag. 4. Zí De entre los repertorios bibliográiieos que maneju. sólo lo recoge Maurizio Fabbri, .>/.. m., pág. Uli. n' 312. IMCCIONARIOS MONOLINGUES DEL SICLO \\ 359 raldela lengua casteUana redaclado por una sociedad de literatos, bajo la direccióu de Antonio San de Velilla33. La redacción colegiada de diccionarios no representa ninguna novedad, pues es la manera de trabajar de la Academia, y la que se había empleado en algún diccionario de la cenluria pasada. como en el Diccionario enrietopédico de la editorial Gašpar y Roig^. Sin embargo, hay mi deielle que no debe pasar desapcrdbido: asi como sjibemos quiénes han sido los académiros en cada momento, o quiénes inlerviiiicron en ese Dircionaiio encidopédko, en el Diccúmario general de 1906 no se dice en lugar alguno quiénes eran los miembros de esa "sociedad de liieraios" a quiénes se airibuye la autoría, y que no podemos con-fundir con los "eseritores cuyos trabajos se han utitizado preťeren-lemenle para la redacción de ešte diccionario" que se citan en la poriada, y que vierten a representar la autoridad en el (men uso de ias palabras por más que no hava n! citas ni ejemplos en el interior de los artículos. Este diccionario se inscribe en la línea de los seguidores del repertorio académico. constante en nuesira lexicografia durante los Ultimos doscienlos cincuenia aňos. Bašta con abrir cualquier página para darse cuenla de que es asi, pero es que Antonio San de Velilla lo dice claramente en las breves palabras preliminares "Al lector": "La Academia de la Lengua y los cscritos de nuestros buenos hablisias, hau sido los mejores guías y mentores por nos-otros elegidos para el trabajo de seiccion de vocablos; pero no pudiendo desdeŕiar ni desconocer la autoridad de! pueblo, hemos procurado no omitir las palabras utiles v nece.sarias consagradas por el uso". Por el contrario, no denen cabida en esta obra aquellas voces aniicuadas y desusadas que vemos aparecer en el diccioanrio de la Academia v otros que lo siguen: "La misma prudencia con que hemos procurado no eniregarnos al vano y peijiidicial placer de recargar el léxico con palabas bárbaras o inútiles, nos ha servi-do para eliminar sin miedo ni exageraciones muchas voces aniicuadas, que la Academia reproduce tercamente en todas las edi-ciones de su diccionario, dando pródiga a vocablos que nadie usa, un espacio que avara regaiea o niega a voces que oímos o leemos conlinuamenie". '_' vols.. Tipugralía Anuario de la Exportación, Barcelona, 1906. ■' Diccionario mddopédiat dr h fŕ«gu/i espaňofa,2 vols . Gašpar) Roig, Madrid. 18;">3 1855. Su primer director lue Eduardo Chao. y a panii de la 2' cd. Ncniewo I-Vnián iťv Cuesta, 360 DE WIK.l nsVM EVOS DIC( IONARIOS DEL ESPANOl San de Velilla y la sociedad de literatos dirigida por él han pre-lendido dar un diccionario moderno que relleje el momenio en que aparece, dando eabida a las hinovacioncs léxicas que sc van produ-ciendo en la lengua, scan de la procedencia que scan, aunque cali-brando su necesidad y uso: Tal tos de la auioridad de la Academia (excesivamcnic cautelosa para admitir voces nuevas), al hacer la prúdenie selección de neologismos, indispensables para que nues-iro idioma marehe al compás de las ciencias v de los descubrimicn-los y usos modernos, heiiios cuidado <\v no cacr en el censurable yerro qvie hemos advertido en otros diciconarios. cuyos autores. picados por el deseo de dar más palabras que Im olios, han acumulado vocablos y más voeablos. sin pararsc sieinpre a mirar si la voz intro-. Ramón CampuKino, Madrid. 1857. "' I'rhnn dimoi/nrio ilustrado de In Irngua espaňola, 1 r., A. Elias y compaňía, Barcelona, 1893. "Paris, 1912. 362 DE ^NTIGUOSYNUEVOSDICaONARlOSDELESPAŇOL numerosos americanismos-calculo nu porcentaje superior al 30%— al lado de una buena cantidad de palabras científícas y técnicas, yde términos marcados comu familiäres, coloquiales y populäres, mien-ďas que faltan voces antic uadas, dialci talcs yjcrgalcs que SC hallan en repertorios más extensos; además. en la macroestructura incluye algunas formas irreguläres de los paradigmas verbales. Las defiiu-ciones que figuran en ešte reperiorio son, por lo general, más breves que las que solemos encontrar en los demás diccionarios de la lengua, a veces cortando el enunciado que pode mos hallar en esas otras obras, pues tiende a apoyarse en la competencia lingmstica v extralingňística del usuarío, además de acudir al el empleo de ejem-plos e ilustraciones. Junto a la parle léxica, el Pequeňo Larousse incluye una segunda que cs una enciclopedia de dimensiones reducidas, de manera que se separa lo estrictamente lingttistico (primera parte) de lo que es informáciou extralingňística. En este sen lido podemos decir <]ue es un diccionario cnciclopédico, porque es diccionario y enciclopedia, aunque no se mezclen. Sin embargo, la parte enciclopédica es ses-X-itLx ya que incluye preferentemente enlradas de Geografia y Literatura (predominan sobrc el resto), asi como História, Ciencias y Artes (con notables ausencias). Más que una enciclopedia parece un instrumento de ayuda inmediata a los estudiantes de baehillera-lo y a quienes desean efectuar una consulla rápida locante a esas materí as. Bajo el sello de Larousse ha aparceido recientemente un diccionario general de la lengua con el títvilo de Gran diccionario de la lengua espemolď*', el primero de nuestra lengua concebido para salir simultáneamente en papel y en formato de CD-Rom. A partii de la "Presentation" de la obra poco podemos colegir del trabajo reali/a-do y cómo se ha heclio, pues las declaraciones son muy genéricas y podrían ser las de cualquier otro diccionario. De este modo se nos informa que incluye un espectro amplio (lei vocabulario espaňol actual, tamo del léxico común como del especialbíado. Se ha puesto especial interes en iiicliiir aqiiellas palabras v acepciones de uso habitual en los medios Larous&e Planeta, Barcelona, lOOfi. im CJONARIOS MONOI INGfES Hl I S1GLO XX 363 de comunicación: prensa, radio y television, y en revistas de difusión Cultural, cteiiülica y téciiica, pero no se nos dice cómo se ha llegado a la conclusion de que una voz es habitual. Esa afirmación choca con otra que se hace a conti-nuación: "por tratarse de un diccionario de uso del espaňol, se ha qucrido rellejar lambién los aspectos más vivos v cauibianlcs de la lengua: el léxico coloquial, el habla juvenil y familiar". Parece como si se quisiera haber reflejado el uso más elímero de la lengua, pues en los medios de comunicación, cotno en to, y los sinónimos y aniónimos Figuran en una columna scparada, a la derecha de las acepciones. Hubicra sido deseable que se ofrecieran oiras informaciones complementarias y necesai ias en un diccionario en el que la preo-cupación didáctica parece estar muy presem«-, como son la pronun-ciación (por ejemplo, en break, blues, crawl, jazz, zoom, etc.) o el uso de las mayiisculas (por ejemplo, la ünica acepción de gloriosa es "La Virgen Maria', en cuyo caso la enirada deberia habe: ido con mayús-cula -jhubiera debido aparecer entonecs?- o h;iberse indicado su correcta grafia). Desiaca en esie diccionario, como en oiros de los que me ocupo más adelanie. la abundante presencia de ejemplos que constiiuyen una "valiosa información complemeniaria, ya que muesiran la voz en contexios de uso más habituales Iste]", y "se ha dedicado un esfuerzo muy especial a la búsqueda de ejemplos representativos que ilustraran de manera čiara v predsa los matices que separan vinas acepciones de otras y que oľrecieran al lector una guía segura sobre su uso". Son frecuentes los ejemplos, pero no cstán en todas las acepciones. ni aparecen de manera sisicmátiea. incluso en algu-na ocasión no aportan nada nuevo a las informaciones precedente». La rica ejemplificaeión se complela con una abundante ťraseología. La preocupación didáctica del diccionario contrasta con errores que pvieden confundir al usuario, como cuando en la definíciou de jareha se habla de "Icngua mozárabe", o en la explication de la expresión que en gloria eslé (s. v. gloria) se afirma que es una "expre-sión de respeto que se usa al dirigirse a los diřuntos", y otras muchas, algunas de tóno menor (como cuando en la enirada -gamia dice "componenie de palabra procedente [...1" donde se hubiera espe-rado palabras). JOSE Al-KMAXY BOI.UFER V IA EDITORIAL RAMON ŠOPEN N De una extension, por la cantidad de entradas, comparable a los primeros diccionarios que vieron la luz durante el siglo XX es el DICCIONARIOS MOX'OI.IXCÜESDELSIGLO XX 365 Diccionario de la Lengua EspaňoUP, dirigido por el conocido filólogo Jose Alemany Bolufer, obra que no ha merecido mucha atención por pane de los reperlorios bibliográficos1". En el "Prólogo"explica Alemanv la coniección de la obra: se ha pariido del diccionario aca-démico, del cual se suprimen muclios modismos, muchas leases41, y todos los reťŕanes, pues no tienen cabida en un diccionario manual, palabras en las que nos an unci a el deseo de dar al reperiorio ese carácter manual. A la vez, se incorporan muchas voces que no figu-ran en el de la Academia, admitiendo sólo aquellas voces que aparecen en diversos lextos y autores, o cuando liguran en más de un diccionario "de suficiente autoridad". Además. no sucle reiocar las definiciones acadérnicas por no desvirtuarlas, y porque "una obra de compilation de indole tan especial como es el Diccionario, no debe ni puede buscar su mérito en una originalidad muy discuiible, sino en la selection de voces y definiciones v en su depuración y aquila-lamiento. El comelido de quien hace un Diccionario no es inventár, sino recoger, fijar y dar unidad a lo que ya existe: su oficio, más que de autor, es de juez escruiador que, <'\amÍnando con atención y detenimiento los matcriales legados por los que le han precedido. y sin perder de visia el estado actual de la lengua. sepa dar el visto bueno a aquello que lo merece y echar a un lado lo inúiil o emba-razoso; sólo asi podrá ufanarse de haber preslado un buen servicio al idioma, y los fuluros lexicógralós deberán agradecérselo"1'. Independieniemenie de la graiitud que le deban los lexicógraťos posteriores, con <-sas palabras Alemany eslá juslificando lo que eule-mísiicamenie se llama Iradirión en lexkografia, y conlesando su deuda con la Academia y con otros diccionarios. Y para no citar las autori-dades que le han servido en cada voz -lo que hubiera alargado el diccionario- se limita a poner una relation de las obras consulladas para la redaction. Pese a lo declarado en las palabras adutidas del prólogo, su dependencia del diccionario académico no es tan füer-w como s, flsi a rillender, habiénd »se produi ido una notable reela-boración. para lo que ha se han tenido presenters, es cterto, otros diccionarios, enire ellos el de Rodriguez Navas -del que al aňo siguien-le aparecería una edición rehecha, y en la cual no se habla del de 1 Ramón Sopena, Barcelona, 1917. 40 Poi ejemplo, tali., en el átado de Horoero Serís. |: Pese a esia afirmación. n<> es difícil encomrw artfculos en los quo hay expre siones pluriverbales y frases hechas, procedentes del reperiorio académico. *a Pag. ví. 366 l)K .Willi! US V NI t;VOSI>l(:ao\AK10S 1)1-1. I.SPANOI Alemany—, con el que sc pucdcti enconirar algunascoincidenciasen las voces de las entradas, t-n las m areas de u so v en ciei tas definicio-nes (hav algunas de Alemany que son mucho mas largas que las de Rodriguez Navas, como la de aaboroen la primera págiria. pese a la preferencia por las escuetas que anuncia en el prólogo). Siguiendo el modelo académtdo, suele oťreeer la etimologia de las palabras, indieándola a continuaäón de la entrada, y no al final del artículo, como hacia Rodriguez Navas. El contenido léxico del reperiorio queda especificado en la por-lada: "esla obra Consta de 120000 artículos. v contiene todas las voces de la 14* edición del diccionario de la Academia y unas 40000 más sancionadas por el uso y por la auioridad de Imcnos hablisias. entre las que se cuenian más de 25000 americanismos y numerosos vocablos técnicos". Las cifras son ciertamente grandes, pero respon-den a la verdad.si los cálculos que he eí'ectuadoyo misiiio están bien hechos. No recoge nombres propios'\ ni entre la nomenclature de la obra (como, por ejemplo, sucedía en el de Rodriguez Navas) ni como apéndice (como en el Pequeľio Laimisse), con lo que queda des-provisto del carácier enciclopédico que icnían algunos de sus más inmediatos precedentes. En el amplio elenco de voces regisuadas hay mtichas que ran acompaňadas de la marca ant. (como almojaba, cotniscar, delgazar, enfiar, homitiars?, indulrit/idti, masteleo, pfeiteoso, rostir, etc.). otras sou familiäres (como bronquina, oisloo zamborotudo), ger-nianesc&s (como caverrui "casa", lima 'camisa', etc.), etc. A todas ellas exceden en cantidad las palabras que llcvan alguna marca de espe-cialidad -y sou muchas las marcas dilerentes que se utilizan, como puede observarse en la lista de abreviaturas, además de algunas ouas que no están en ella, como Pesca (véase en la entrada manUUera). Las voces americanas van acompaňadas de la marca Amér., pero con freeuencia se acota su uso a algún pais, y asi guaraiba, guaraoy gitarapero son de Cuba, gaaralde Colombia, gitaraleva de Bolivia, gua-raiulol es de Cuba y Venezuela, gtiarmia y guaraturo de Venezuela» giuimfjaio y guaraquearde Chile, guarapiüo de Honduras en unaacep-ción y de Cuba en otra, mientras que giiáiana y guamperia sólo van acompaňadas de la indication general, y gtiamng/id/t, gimmngt) y giia-tapóndc Am/v. Meria., por no poner nadá más que muestras de voces que se pueden encontra en una sola columna. Sin embargo, son " Salvo si constituyen parte de una expresión multiverrul. como Isfanitia. entra-da desde la que se remitc a filial" de /slaiidin. l)U:, aclaración que considero necesaria, pues en la poriada no sc dice que edition sea, por lo que prodn'a suponerse la primera, si bien. en cdicitmes posteriores, en la Urtica nota que hay en el "Prólogo de la primcra edition" del diccionario, se dice que la primera edición se publico en 192017. Con esta nueva obra se proponía poner al alcance del publico un repertorio enciclopédico con un contenido didáciico diferente al de su predecesor, y más práciico. Para conseguirlo, se procedió a la reducción del contenido del diccionario de 1917, lo cual es evidente si cotejamos las cífras que se proporcionan en la portada: ahora son 80 000 emradas lrente a las 120 000 del anterior, y eso que ha sido necesario mcorporar numerosos "artículos enciclopédicos de biografia, bibliografia, geografia, história, arqueología. etnogralía, literatura, bellas artes. etc, etc." como también se anuncia en la portada, y como queda explieado en el "Prólogo" que pone el editor: "El éxilo del Dirdonario de la Lengita Espaňola f...] nos movió a ťomentar la divulgación de la magistral obra icxicográfica, median-te reducciones que, respeiando su parte subsiancial, limitasen su extension ysu precio, haciéndola asequible para todos". Ľs, como se ve en los preliminares de lantos otros diccionarios de los siglos inme-diatamente anteriores, la generosa respuesta que se da al ťavo r dis-pensado por el publico, lo que también se hace constar más adclan-te en el prólogo. La condición de diccionario enciclopédico de la obra se ve rcalza- 15 Manuel Martinez Camaró, Don )••%!■ Álmarrj y Bdiifer. Ensayo bto-biNingfiific/r, Cosmos, Valentu. 19o!S. pá«. US. ''' lambién de ta editorial Raman Sopeiia, Barcelona; se consei va un ejemplar en la Biblioteca National dc Madrid. F-20146. 17 Por oira pane, en una edición de 1936 se dice que es la sexta, por lo que la de lflS5, que no liene numero de edition, seria la qinma. Mauri/in Kabbri, op. cil., licha n° 87, pone 1919 tonio ano de la primera edition, dato que no he logrado comprO-bai. si bien asi coiisla igualmcutr en la licha iv' 6848 de Paláu. op. eil., t. I, l.ibrería Anticuaria de A. Paláu, Barcelona, 1948. DICCIONARIOS \tO\OI IM.IIS Dil SK.I O \\ 369 da por la presencia de nuiiicrosas ilustraciones -por ello el llustrado del titulo-: 1300 grabados, 600 retratos, 100 cuadros. 13 mapas en color y 3 cromotipias, según se anuncia en la portada. Aimque la mayor parte de las iliislracioiics son merainente ornamentales, y no aportan mucho al contenido de los artículos (como sucede con la muliilud de retratos, pero también con ninnerosas aves, plantas, eSCudos provinciales, etc.). bay una buena copia tie ellas en las que se nos muestran partes, elementos, formas, etc., valiendo para llevar-nos desde lo nombrado a las palabras que sirven para nombrarlo (por cjcmplo, las paries dc una bicicleta, los tipos dc granadas o de pin/as. las clases de lamparas, las partes del cuerpo del pez, el peris-topio de un submarino, los nombres de los sólidos, el vestido del bombte, etc.), cuaitdo las ilustraciones no lienen un marcado interes enciclopédico (como las del arte bizantino, egipeio, espanol- griego, iialiano, persa, románico, visigótico, el estilo del Renacimieuto, etc., o las condecoraciones espanolas y americanas, los instrumeiuos agri-colas, el automóvil, el cinematografo, las máquinas para la eueuader-nación, el esqueleto del hombre, la conlormación de eráneo según la frenologia, en que consistt- la galvanoplastia, etc., que nos hacen ver un mundo moderno y en progreso). La reducción del contenido aťecta de una manera sustancial a la gran cantidad de regionalismos y de lecnicismos que figuraban en el Dkdonario de la Eengua Espaňola, pese a lo cual, en esta otra obra, siguen ocupando un espacio notable, no en vano estaba des-tinada a pasar a America, donde consiguió un gran reconoci-niiento. Las dil'erencias con respecto al diccionario general de 1917 saltan, pues, pronto a la vista: formato más reducido, menor numero de artículos, y presencia de ilustraciones. Entre estas cobran un valor singular los mapas, ya que en ellos se reflejan, como queda explieado en el prólogo, las modilicaciones derivadas de la gran guerra europea, por más que Europa no esté definitivameiite cons-lituida (tal vez por ello no hava un mapa de Europa). Si conside-ramos que el diccionario tiene 1306 págs. y las más de 2000 ilustraciones, nos daremos cuenta de la importancia que adquieren estas en el conjunto de ta obra; y si a ello .suinainos los numerosos artículos enciclopédicos, veremos que el carácter enciclopédico está umy marcado, buscando diferenciarse del Diccionario de la l-engiia Esf/aňola. Otro de los derivados de la actividad editorial emprendida con las obras anteriores lue el Nuevo Dkdonario llustrado de la Lengua 370 DE AN HCl OS V NI IADS DICCIONARIOS »Kl. KSI'ANOL Espaňola, cuyo titulo va prececlido de Endchpedia Sopena**, que babitualmcntc se caialoga como Nuevo Dirrionnrio. Dtrbió publi-carse por vez primera a comien/os de la děcada de 1*120, a tenor de las palabras del editor en el "Prólogo" relíriéndose a "la gran guerra tie 1914-1918, que tonmovió al mundo eiiiero, y cuyo resultado, reformando la geografia política universal, nos ha obligado a modificar miliares de artículos geográľicos que ya csiabau redaclados"; perete, segúu eso, que la tuieva COnfigura-ción europea ya está culminacla. por lo que ešte NuevoDiccionario debe ser posterior al DiccionarioEncidopédico Ilusťrado de 1921, en CuyO prólogo la nueva Europa lodavía no estaba lotaltnenie C0O5-tituida. Para esta otra obra. se aprovechó el contenido del diccionario de 1917, así como las informaciones enciclopédicas y las iluslraciones tiel tie 1921, aumentántlose el numero y contenido de ellas. Como ľalia la fecha de edición. y por la confusion con las otras obras de Alem any publicadas en la misma editorial, rcsulta un rom-pecabe/as poner en claro de qué fecha es cada edición y cuáles son las obras diferentes. lo cual dejo para otro momento1'1. Ks un traba-jo necesario que se debería acometer cuanlo antes. Con los diccionarios dirigidos por Alemany se abre un periodo en la lexicografía espaňola que podría calificarse de industrial. Los diccionarios se impritnen una v otra vez sin motlifitacioncs, pero se anuncian como nuevas ediciones, incluso se les cambia el título, se 2 vols., Kainón Sopeiia, Barcelona, s. a. Supoiij^o, sin más daios. que ésta es la primera edición. Mr maocjado rl cjcmplar de la Bibliotcca Nacionál de Madrid, 5-22109. '-' IV lodn. modus, diič que Mauii/io Fabbľi, of>. al.. bajo la lichá n" 256 pone una edición de 1917 del Sueuti diccionario de la lengua espminln. Reproduce un error de catalogación de la Bibliotcca Nacionál de Madrid de un ejemplarsin fecha al que, erróneamente, se le ha atribuido la de 1917 (signatura 1-74185). Ks también lade 1917 el ano de edición del NueaoDiirianaria t\u<- consia bajo el n" 1671 en el Oildlogp general de la tihreria espafiala r hithaiioanieriiann, I. 1, Gáinaras o)í< ialcs del libro de Madrid v de Barcelona, 1932, rcproducido facsimilannenic |x>r Kraus reprint, Nendeln-Ltechtenstein, 1967. V del niismo modo aparece en I'alau. ofi. tit. t. I, n* 6847. En The National Union Catalog. Prr-1956 ImfmniK. vol. 8. Mansell, Londre» Chicag«), 1969, ciia una edición stipuesiameiitc de 1919, cuyo contenido, notable-mcntC niavor que el dc las ediciones citadas aquí, me hace pensar que se träte de una edition posterior: es más. las ľechas se^uias que piopoicíuna para otras ediciones son las cle 1923, 1925, 1926 v 1931 (en la que dke que es abienada de la dc 1917). DICaONARlOSMONOLINGÜESDELSIGLOXX 371 imprimen a ambos lados tlel Allámico .... y cuando se introducen moclificaciones, éstas sou tle poco calado, o se aňaden ilustraciones, etc., haciendo poco menos que imposible un caiálogo bibliografičtí exacto, Algo de esto es lo que ocurre con la obra de .Alemany, cuya reláciou fidedigna está por barer'". No olvidemos. por otro lado, que José Alemany y Rolufer murió en 1934, lt> que hace que su res-ponsabilidad sobre las ediciones de las distintas obras aparecidas después de esa fecha no pueda ser la misma que sobre las anteriores, por más que su buella permane/ca. LOS DICCIONARIOS VOX*'1 Uno de los diccionarios sefieros tlel espaňol contemporáneo es el Diccionario General Rustrado de la Ĺengua lispaňola (Vox)52, cuya primera salitla se produce casi a m i tad de la cen turia*'3, habiendo sutVido con posterioridad algunos cambios supervisados por tlon Samuel Gili Cara en sus ediciones de I953"vl v 1973, v una reedición en 1987, rea-li/ada bajo mi responsabilidad . En el medio siglo de vigencia de la obra ha sufrído algunas t.raiis-formaciones para ir actualizándolo. En la primera edición, los ame-ricanismos constítuían un apéntliee que inmediatamente se incor-poró al contenido, F.n la segtmda edición no sólo se incluyeron los americanismos, sino que se aňadieron nuevas voces americanas, haciendo del DGIIJi el diccionario general más rico en tétminos y "" Manuel Martinez Camaró, of), eil., págs. 83-84, sólo da una relation de losejem-plares conservados cn la Bibliotcca Nacionál de Madlid, que, por supuesto, es incomplete Haste con decir que del Dieáonario de la Lingua Espaňola IuiIm» una segunda edición. s. a. (posiblemente de 1918), que no .se cita, impress sin cambio alguno, ní siquiera se llevú al cuerpu del diccionario e) "Suplemcnto" que complc-taba la primera salida. ■' En la exposition que sigue parto tie mi aiiículo "Cincuenia aňos de diccionarios monolingües Vox", en < lonstantino Garcia, Isabel Gonzalez Fei naiide* y Manuel Gonzalez Gonzalez (eds.). Alias do: Simfmúo de Leximgrafia Äelnal: elabotaäôn de Dicfionarias, (julernns de Lingua, Anexo 3, Real Academia Galeea- la Cor una |1996|, pá^s. 65-85. Citado en adelante como OGIUĹ '•>s Publicationes \ Ediciones Spes, s. a., Barcelona, !94f>. "'A parlir de esia edición lo publica ßiblograf. s. a. "Además de las ediciones rcseiiadas, el diccionario ha lenido numei'Osas leim-presiones, algunas de las cuales sc han anunciado por la editorial como ediciones diferentes. 372 D! \\TI(.;i'OS YNIT.VOS 1>K I lONAklOS DKI. KSPAXOI. acepciones propios de aquel continents. En su conjunto, e! DGILJí ha pasado de ;i1go más de 58 000 entradas en la primera edition, a algunas más de 72 000 en lasegunda, a las aproximadamente 80 000 de la terceta, y a las 89 165 de que Consta ahora. A Manuel Seco56 debemos una de las mejores deseripciones del diccionario: Vox ha tratado con bastame liberlad la nomenclatura académica: ha eltiniuado numcrosas voces antícuadas y, en contrapartida, ha incor-porado numerosas voces vivas, parte de ellas americanismos, parte palabras procedentes de diversos ämbitos eientificos y técnicos (medicína, biológia, química, filosofía, mecánica. indusiria, etc.) que circu-lan hoy de manera generalizada en la lengua culta. En cambio [...J ha sido bastanie sobrio en la distribution de acepciones de cada arlícu-lo: no desmoma ni desdobla las acepciones académicas, limitándose a abreviar y modernizar -con discretion y acierto notables- los enun-ciados clásicos; lo cual no impíde que ariada, cuando procede. acep-ciones modernas no académicas, y, sobre todo, que inimdu/ia la novedad de colocar los sintagmas binarios y locuciones a continua-ción de la acepción con la que por lógica están emparentados, y no almacenarlos allabéticanienu- a la cola del artículo, según la practica traditional. No es de exiraňar, pucs, la actualidad v la implantacíón de la obra a pesar de los aňos transcurridos desde su primera salida. Entre las innovaciones lexicográficas, lal voz la más imporiante sea la del empleo de unos corchetes para indicar el contorno de la definíciou, de todo aquello que sin pertenecer a la definition cs necesario pani que pueda sei entendida, esto es, la parte de la defí-nición que resulta necesario emplear en el predieado definicionai para hacerla comprensible y exacta, pero que no se puede emplear al sustituiľ el definido por la definición, esto es, lo que no son semas de la voz en cuesúón . La indicación del ámbito de empleo no es -''" "Medio siglo de lexicografía", págs. 203-204. 1 Véase a ešte propósito Manuel Seco, "El ..cnniorno» en la definición lexico-gráfica", en Homenaje a Samuel (Uli Goya (in mtmtpiam), Biblogral, Barcelona. 1979. pags. 183-191. ahora recogido en Ins Esiudios de lexicografía espaňota. págs. 35-45; del intsmo autor, dr. "Medio siglo de lexicografía espaňola", pág. '204: asi mismo, [gnacío Ahumada Lara, "Contorno de la definición verba) y regimen lexemático: su indicación formal en la lexicografía hispánica", en Anästad a lo laigo. Esiudios en DICCIONARIOS MOXOl.lX'lU IS 1)11. SK.I.O XX 373 un hallazgo de los diccionarios Vox, aunque si su extension y explo-tación sistemática. Ocra de las caracten'sücas del DG/LEha sido la gran atención con-cedida a los usos regionales, no sólo a los del espaňol atnerícano. En la ultima edición de la obra todavía se ha prestado una mayor atención a esta parcela del vocabulario, de modo que "ningún otro repettoľio léxico se nos muestra con mayores méritos en el trata-miento de lo diatópico del espaňol que el Diccionario genefal ilustra-do de la lengua espaňota"59. Cuando apareció por vez primera el DGIIJÍ incluía numerosos prcťijos y sufijos, y con ellos elementos compositivos. como formas combinatorias de muy fccimdo papel en la ereación de léxico culto, especialmeiiic dentífieo. Aunque inicialmenie las palabras forma-das con ellos aparecían como subentradas, a partir de la edición de 1987 constituyen entradas independientes tanto los preíijos y suľyos como las voces coiistruidas con ellos. Con el fin de completar su description de la lengua, y las ayudas al usuario, incorpora la obra numerosos sinónimos, y, en menor medida, antónitnos explieados, asi como informaciones gramaiica-les de di versa indole en algunos artículos, hecho muy poco fre-cuente en nuestra lexicografía, por más que la tendencia se esté invirtiendo en los Ultimos liempos. lal vez por influencia del DGHJC, tal vez porque el interes didáclico de los diccionarios se está afian-zando. Frente a los demás diccionarios generates de nuestra lengua, el DGILE presenia abundatues ilustraciones, cuyo contenido no es anecdóbCO o puramente ornamental: está desdnado a satisfacer las necesidades del usuario y a guiarlo bacia lo que busca o precisa, por ello son de carácter sisicinático, y no meramente decorativas, como suceílía en los diccionarios que las inclufan desde el siglo Six. El DOLE, en sus versiones anteriores y en la actual como la gran mayoria de sus congéneres, está concebido únicamente para los bablantcs nativos o al menos para quienes ya dominan muy a f'ondo las picardías de la lengua. Para ser más exactos habría que decir \otia de Julio FérnándarSevilla y Nicolas Marín Lóftez, l.'nivcrsidad de Granada. Granada, 1987. págs. 13-25. wJosc Luis AliagaJimenez, "Ri-lk-xiones sobre el caudal léxico de *m diccionarui de lengua: uoins a propósiio de los regiortalismos en los diccionarios dť la lengua espaňola", Slvdivm. Filológia (Teruel), 7. 1991, págs. 25-38; la cita es d*- la pág- 34. 374 Dl WľlGt ONÝM KVOSlMCCIONAlilOSlíEl.ESPANOl. que está redaciado desde la perspectiv» del hablante naiivo culto que rara vez sc ponc cti el lugar del observadoi exierno o ingenuo59. Por lo que respect» a la ultima salida de la ol>ra, he expuesio en otro lugar* en qué consistió la revision y aumento del ÖG//-E se nivieron bien presenles los principales ľasgos del diccionario que lo habían convertido en una pie/a väliosaen el interior de nuestia lexi-cografía; no me parece prúdenie, pues, repetirlo hoy. Diré sola-inente que es una obra de carácter seleciivo, no total, que inieiica reflejar la 1 .cngtia F.spanola de los días que nos ha tocado vivir, y que está concebido por y para hablantes na t i vos61. KÍ contenido del DGJlJíse ha convertido en una importante base de datos lexicográficos a partii de la eual se ha derivado la renova-ción de lov ditcifinarios que coniponen la colección Vox. En 1990 se publico una nueva version del diccionario. sin ilustraciones y mu c\ forma to que poseia antes de la nueva ampliación, bajo el título de Diccionario Actual de la lingua Espaňola (DAMS)62, etiyo contenido, corregido y aumentado, súpera en numero de entradas y acepciones al DGILE, alcan/ando las 93 4G563 entradas y las 169 293 delinicio-nes, lo que supone una proporciou de 1.8 acepciones por entrada, cifra muy elevada para un diccionario de la extension de éste, lo que, por otra parte, nos habla de la rique/a de su contenido. En la reestructuración de !<>s diccionarios de la colección Vox que ha Ue-vado a cabo la editorial en los Ultimos anos, al /M/Vťsc le eambiado el nombre y ahora es el Diccionario general de la lengua espaňola''1. Dolores A/.orín Fernande/'" seňala conic? elementos que difereu-cian al DALE del DGILE su carácter onomasiolôgico csiricto al pres-cindir de las ilustraciones, la acentuacion de su orientaciôn descrip- y' Ramon Cerdá, "Vo*. Diccionario General Ilmtrado de la Lengua Espaňola"1! Rtiwta d* la Asoäaáón Europe» de Profesora At Espaňof, n* 36-37, 1989, págs. 209-2 M: la cita procede de la pág, 21 I. 60 "Un diccionario moderno del espafiol: DGILE", publicado en mi I ixieografia daaiptiva, citado, págs. 309-312. "' Veasc lo que expnue a esie propust t n Ramon Gerda, ai I. CÍL, pág. 214. Ŕ2 Sobrc la obra, véasc Manuel Sern. "Dircionarios: la realidad y el desco". Saber l./tr. 17. Agosio-Septiembre 1991, págs. 6-7; asi como lasresenasde Hugo Sonnevíll£, Romaneske, XV-1, 1990, pág. 70. Dolores Azorín Fernandez, Estvdios de liugúistica lluiversidad dr Alicante), 7, 1991, págs. 277-281, y Antonia MJ Medina Guerra, Revista de Filológia Espaňola, i xxiv. 1994, págs. 196-198. 63 Antonia M* Medina, reseňa citada en la nota anterior, pág. 196. M Biblograi', Barcelona. 1997. '" C f r. Dolores Azorín, reseňa cílada. págs. 278-279. diccionarios monoungi';ksdelsk:i.o \\ 375 tiva y su forinato más reducido y inanejable en el aspecto externo; en lo que se reíiere al aspecto interno desiaca la utili/ación del Orden alťabético internacionál (la ch y la U son tratadas eomo dos letras), tal y como proponía Menéndez Pidal en el trabajo que ser-vía de prólogo al DGIU?*'. Tras la muestra analitica que realiza esia imestigadora concluye que la ampliación del DALE (más de 4000 artículos más que su predecesor; 4300 según Medina Guerra6' I 51 eťectúa, sobre lodo, en el ámbito de las voces de iiso cientílico v Léo uico, asi como en el léxico temático de ámbito restringido si bien sin marca de especialidad. aunque lambién aparece un clcvado numero de elementos fórmadores de palabras. De los nuevos téi initios que figuran en el DALE, según Medina Guerra68 muchos son de nueva ereación (animalario, äreadiano, degradable, delfinario, ecu, far-»lacológicamente, hipocatórico, inmunodtßciencia, inloxhador, lycra, macroeconómico, pampente, peatonalizar, preeuropeo, preolimpico, redimen-sionamiento, robôtica, sobreventii, ugeiisUt. ultraligero, videoediáón, vktna-mizar, vocaäonalidad) o barbaristnos de reciente incorporation al idioma (clinic, coequipier, eagle, hall, hobby, living, parking, pub, punk, rappel, roi rough, squash, stick), aunque todavia faltan algunos como look o pressing. Otro grupo impoi tanie de las nuevas incorponiciones lo consti-tuyen los americanismos Qachuchuy!, afia, alguila, cajii, cardosanto, carodto, coupi, guajaba, guayabita, huizache, majagüiüo, marugnilo, mediiipeh, michay, nette, pauttilomta, pepinito, purgo, querequere, quinilla, rcciirsivo. -va, saamucacha, zapupe, zubinclié), junto a las voces penin-sulares de difusion geográíica resuingida (alpendada, alvejuela, boga-lla, mostolilla, mule, villeria), y términos del habla familiar (bibe, depre, facut, mani, minimi, nalumca, poli, presi, prüfe, propi, údi). uLa aparicion del lav actual-cw voz de Manuel Seco69- escribe, por el momento, el ultimo capitulo en la biografia de un diccionario que ha sabido superarse constantemenle a lo largo de los aňos." Del DALE, sigiiiendo la tradíciou de obras seriadas en nuestra lexicografía, se se deriva el Diccionario Manual Itustrado de la Lengua 00 Ramon VleiKiide/ Pidal, "El dircionario que deseainos", al beule del DGILE, 1945, y en ediciones posteriores, págs. \in-xxvill: después lue publicado en mis Esíudios de tiiigimti/fí, Espasa-C ialp.-. Madrid. 1961, págs. 95-147. bajo e! título de "F.l diccioiiaríf) ideal". ' Véase su reseňa citada, pay. I9fi. * hndem. " Manuel Seto. "Dienonaiios: la realidad y el deseo", citado, pág. 7. 376 DE AN I [Gl OS V NUEVOS DICCIONARIOS OKI- ESPANOI llsjHinala'", pero ;t diferencia de lo que stiele suceder con los diccio-narios en serie, en esta obra no se han suprimido anículos o acep-ciones sin más. ni se han eliminado informariones porque sí, ni se han coriado las existentes, sino que se tuvo nuiy en cuenta el publico al que iba destinado, poniéndose el maximo cuidado para que en el proceso de reducción no quedasen definiciones con palabras que a mi vez no estuvjesen definidas demro del diccionario. Kste diccio-nario dene unas 37 60(1 emradas y 74 884 acepciones (lo que supo-ne dos acepciones por emrada, de prontedio). Fn la reestructura-rión de iíiulos de la colección Vox. ešte Diccionario Manual pasó a ser, a partrir de su decimoquinta edición (1997), el Diccionario avan~ zado de la Lengtia Espaňnla. En la sentencia de diccionarios Vox aim cabe liabhir de Diccionario PrácHco de lo Isngtta E<.paňolan, derivado del anterior y que está destinado a un publico escolar, con un total de 23 806 emradas. Entre los diccionarios de la marca Vox hay que seňalar el caso singular del Diccionario escolar de ta lengua espaňola, realizado de modo independiente de los demás, concebido como instrumentu auxiliar en la Enseňan/a Secundaria a mediados de los alios ciiicuenta. (iomo es lógico imaginär, difiere de lo que hoy consideramos como repertorios de orientáciou escolar, pues sn contenido es más bicn enciclopédico, aunque sin llegar a ser un diccionario enciclopédico, va que lo que pretendía era ayudar de forma rápida al usuario, refrescando conocimientos o aportando -demro de sus limites-otros nuevos. Por ello, el numero de entradas que registraba no era tnuy grande, aunque abundaban las voces consignadas ya que al final tle muchos artículos se facilitaban las voces relacionadas con la de la eiurada, que de esa luaiiera se converiía en cabe/a de la família, con lo cual se ahorraba espacio para las explicaciones del articulo, lo que, por otro lado, se buscaba al suprimir artículos de voces de uso corriente, o bien conocidas, como carretera, finca, ven-lana, jardín, jaman, etc., lo cual no siempre rue bien entendiclo por los usuarios. Ello hizo que con el paso de los atios, ya en la década de 1980, se actualizara la lista de las emradas, y en 1992 apareció la 14a edición''2 -lambién realizada bajo mi dirección-, en la que se 70 M" ed.. Biblograf, Barcelona. 1990. Sobre la obra, véase VI del Carmen Avila Mariin, citado, páp.. 107-118. ■' Tambiŕn publirado por Biblograt, Barcelona, 1990. ^Sobrcescasalida véase el libro citado de M* del Carmen Ávila Manin, pays IIH-129; para la 8'ed.. 198S. me remiioa Humberio Hernandez, Los dkáonarios de orien- DICCIONARIOS MONOUNGlHSDHXSK.I.O \.\ 377 incorporaron las voces más frecuentes o conocidas que estaban ausentes de las anteriores saltdas, se incluyeron neologismos. se COrrigieron las definiciones de la terminológia cietiiítíca v lécnica v se le dio tma nueva apariencia formal. Eran las exigencias, por un lado, del paso de los aňos, v, por otro, del mereado que inierpreta-ba couio fallos y errore.s lo que habían sido tnediiadas decisiones, nadá acertadas a la vista de los resultados y de la imagen que tienen los usuarios de lo que debe ser un diccionario. I.a colección de diccionarios Vox tiene oiros repertorios de los que no puedo ocuparme ahora -más adelante hablaré de alguno de ellos entre los ideológicos y los nuevos diccionarios-, como son los de siuónimos, cuvo arrait(|u<* está igualmenle en la aclividad de don Samuel Clili Gaya'1 y que continúan editándose y actuali/.án-dose'', numerosos repertorios bilingües, entre los que desiaca el latino Spes de lodos eouocido -v que con el nuevo inilenio vuelve a convertirse en marca de diccionarios-, y algunos de carácter téc-nico, sean como parte de enciclopedias de diversa índole':\ sean independientes76. LOS DICCIONARIOS IDEOLÓGICOS Un capítulo que merece especial atención en la lexicograťía del siglo xx es el de los diccionarios ideológicos", entre los que ocupa un lugar determinante el de Julio Gasares. No es el primero de su género en espaňol, pero logró unas alias colas en la calidad de su contenido, y en el reconocimiento social, que no es cosa menuda en nuestra materia, la redacción de su Diccionario uUológico'* no surgió laáón estvlar: contribitrión al esUulio de la lexicogrtißa tnunolingüe eipariofa* Max Niemeyer, Tubinga, 1989, págs. 192-199. Ch. mi Diccionario de siná/únos, Barcelona, 195«. r* Véase el Dicáonario gmeml de sinónhnoí y antónimos de la Imgua espaňota, Biblogiaí. Barcelona. 1999. bajo la direction dejosč Manuel Blecua. '' Mr rrficio en ešte instante a Ins que aparecíeroii en los aňos 1979-1981 ton el litulo de Diccionario monográfico de. '" Como el (K- Kanión Andres, Diccionario de Instrumentes muwnles. De ľindaro a f. S. Bach, Biblugraf'. Barcelona. 1995. o el Dicáonario de tetkograßa practica de José MaiiiiKv de Sousa, Biblogral. Barcelona. 1995. Véase lo que escrihí en "I .os diccionarios ideológicos del espaňol". lecogido esie volumen, \ que resunio para lo que interesa aquí. m Dicáonario ideológiu de la lengtttt esptiňola. (.usiaui í.ili. Barcelona, 1942; 2' ed.. Gustavo t.ili. Barcelona, 1959. y reimpresiones posteriores. Sobre ešte diccionario 378 DE ANTICUOS V M'KVOS DICCIONARIOS DEL ESPAŇQI sin más, pues Casares babia mostrado una profunda preocupación teórica por este lipo de obras7-'. En alguna ocasión he dicho que seguramente sea la obra lexicográfica más novedosa de nueslro siglo, por más que tenga antecedents en otros diccionarios espa-noles, v que deba mucho al Thesaurus ingles del medico Roget. Casares, bien conocedor de los diccionaľios. nivo muy presentes los reperlorios tan to espaňoles (José Ruiz Leon. Kduardo Benot) como exiranjeros (Peter Mark Rogei. ľ. Boissiere). En el Diccionario ideológia» de Casares figura una clasificación ide-ológica general, el esquema de la obra, v que giiía hacia cada tmo de los ctiadros de la parte sinópiica (38 en total). Los conceptos apare-cen ordenados en dos scries de términos antagónicos80, siempre que existan. Una vez ordenadas las palabras por su significado en la parte sinópiica, no tiene demasiado sentido volver a hacerlo en la parte analógica. Ľs más, en ésta el orden alfabélico cum pie mi doble comeiido, pues renne en un solo bloque la clasificación ideológica de otros diccionarios y el índice alfabético colocado al final de ellos. De esta forma la obra de Casares puede ser uiilizada como un dio cionario de sinónimos, con las correspondientes precauciones81, siguiendo las ideas de Boissiere. Las voces sc agrupan bajo un enea-bezamiento en el que figura una palabra de uso corricnic Son, jus-tameiue, las formas de los encabezamienios las que aparecian en los cuadros de la pane sinópiica. Los términos analógicos se ordenan en series de afinidades significativas. no por su forma; v si arm asi resuluin largas las liradas de voces, se agrupan bUmJTIGUOSYNUEVOSDICaONAfiJOSDř.LESPAŇOL a) empleo como diccionano de sinónimos. b) empleo como diccionano de términos relacionados. c) búsqucda de una palabra cuya forma se desconoce. y t u vo significado sc conoce o intuye. d) búsqueda del vocabulario que corresponde a un eoncepto o idea general. Como el cle Casares, incorpora al final un diccionano alfabético, que, en nuestro caso, es el Diccionario manual que sirvió de partida para el Ideológia), de numera que el usuario puede hacer de la obra el uso habitual de los diccionarios, la consulta del significado de las palabras. Por las razones reden expuesias, e igual que suce con el de Casares, el Diccionano ideotógicoVox se puede emplear como diccionano de sinónimos y de voces reladonadas, pues aparecen agnipadas las palabras por series, constituyendo bloques inde pen die n les según su proximidad sígnificativa, y la categoría gramatical que dcsempe-ňen. Para encontrar una palabra que se desconoce puetlen emplearsc dos vías, la primera presente en el diccionano de Casares, la ona no: a) particndo del árbol clasifkatorio general, y guiados por el índice númerico de cabeceras que contiene cada cuadro, se llega a la palabra o grupo de palabras que se busca; y b) conociendo alguna otra palabra que se acerque a aquello que desea expresar el usuario (sabe lo que quiere decir, pero no encuenua la palabra adecuada o exacta), podrá acudir al índice alfabético final en el que se remile al apartado correspondiente, donde, mediante una rápida consulta, encontrará la palabra buscada. las relaciones que si- bacen entre las palabras en el interior del diccionario se ban establecido tanto a partir del análisis de los components de su significado (por lo que son relaciones íle lipo signi-Tu aiivo, de ahí que pueda manejarse como un diccionario de sinónimos o de ideas armes) y de la imagen que poseemos de la realidad designada. No es, como ningiin diccionario verdaderamente Ideologien lo es. una enciclopedia que clasifique las cosas, ni un reper-torio de sinónimos, sino un diccionario en el que las palabras se agrupan porque sus significados se agolpan en nuesira meine aso-ciados por las ideas que tenemos de las cosas. DICCIONARIOS MONOLINGl l.S 1)1.1. SK.!.< > \\ 381 Makía Mouner Otra de las obras sencras de la lexicografia del periodo que estoy examinando es la de Maria Moliner83, Diccionario de uso del espaňol '. La primera aparición de la obra lue hace más de treinta aňos sin que tuviera ninguna actualization, lo que bacia que fuese envejeciendo con el paso de los aňos. basta que ba tenido una nueva edition a punto de linali/ar el siglo. Las dos salidas son algo diferentes y ctial-quier usuario poco avispado puede percatarse fácilmenie de ello. por lo que conviene saber cómo era y cómo es. Kl punio de pallida de nuesira lexicógrafa, como tantas veces sucede con los diccionarios del espaňol, fue el repertorio de la Academia vigente en aquel momento, si bien introdujo algunos cambios en su contenido al prescindir de las voces de germania, de las varianles de palabras usuales o aciuales que no eran de uso ciudadano (con lo que se condenan los usos rurales). tccnieisinos miiv especiali/ados, nombres de instituciones y pueblos aruiguos, americanismos sin interes especial, y los derŕvados no usuales. Por otra parte, intentó hacer agrupaciones Icxcmátieas, aunque no de una inanera generalizada, y con ťrecuentes ťallos o defectos, <-l principal de ellos la deficiente presentation tipográfica, lo cual no es imputable a la autora. En las defmiciones, sustituyó todas las que en c:l repertorio académico se cstablecían mediante sinónimos, con lo que eviiaba algunas incomodidades al usuario al lener que ir de un lado a oiro en el diccionario, incluso de un tomo a otro, pero a la vez se le privaba de cierias relaciones semánticas y de un ciuiquecimiento en su competencia léxica al lener que con-suliar diferentes palabras y definiciones, lo que no era demasiado grave giacias al sistema de sinónimos que utiliza en su interior. El diccionario estaba concebido para ayudar a los usiiarios, entre "* Sobre su vída. véase Maria Antonia Mariin Zorraquiiio, "L'na lexicógrala aia-gonesa: O' Maria Moliner", en Güntei Mukus, Georges I údi v Michael Metzelün (eds.). >" Corona de Aragón v fasfŕnguas nmánitas. Mhtetmiea dŕ homenaje f>a>a Germán Colon. Günter Nan, ľubinga, 19S9. págs. 42,'WM: lanibién en Miguel Casas (ióimv c [nmaculada ľciiades Manině/ <*o*>rds.í. > M' ľadca Dia/ Uonnigo (ed.). hslwlios sobre ei Diccionario de uso del espaňol >le Maria Molina; Scrvido de Publicaciones de la l_ iiivcrsidad de Cadiz, Cadiz, I WS. pág&.9-26. M 2 vols.. Credos, Madrid. 1966-1967. Véase el comeniario que lc dediquč en mi Isxicofagta v Uxicograßa, < iiado. págs. 215-228, asi como los irabajos recogidos en el libro roden eilado de Miguel Casas (iuine/ <• Inmarulada IVtiadés Marline/ (coords.) v M" Tadca Dia? Hormigq (ed.). 582 DE ^NTIGUOSYNUEVOSDICaONARIOSOtl.ESPANOL los que no ofvidaba Maria Moliiicr a los extranjeros. por lo que incluyó como entrabas abundanies for mas verbales irreguläres (dijo, fitem, yergo, quise, puse, quepa, etc.). s' bien faltaban otras Umelo, yenda, cupe, huyo, etc.). La denominación de uso del diccionario condicionó dos de mis características, el establecimiento de un sistema de sinónimos, y la presencia de indicaciones gramaticales sobre el régimen de muchas palabras, Mediante el sistema de sinónimos sc- pucde conducir al lector hacia otros lugares, ya quo delante de cada acepción sc ofrecen las palabras que pueden sustituir a la definida en alguiia ocasión (posibilidad que ya esiaba, por cjcmplo, en el DGILE). Por esta ra/.ón cspor la que proscindió de los sinónimos como elemenlodefi-nidor, a costa de alargar los artfculos y utilizar con frecuencia la des-cripción en lugar de la definición. Oiro de los elementos caracterizadores del diccionario eran las indicaciones gramaticales sobre el uso de las palabras, que. en oca-siones, llegaban a ocupar tin espacio exccsivo en el cuerpo del diccionario, sobre todo cuando se hatia abiertamente una explicación gramatical, como ocurria con la palabra verba. Era una forma tie hacer del diccionario una obra multivalente, pites frecuentemente el usuario espera encontrar más informaciones de las que debe con-lener; es im fleinenio auxiliar no solo para llegar al conocimiento del léxico, si no para acceder a cualquier conocimiento a naves de las palabras. Como la información gramatical es la más próxima a la léxica es por lo que el diccionario llega a invadir los terrenos del libro de gramática. LI usuario preiiere encontrar el dato que net e-siia -aunque la información que obtcnga sea cscucta- a naves de una rápida búsquetla alfabéiica antes que adentrarse en un tralado de una maleria determinada. Entre las innovaciones del diccionario de Maria Moliner debe ponerse, en primer lugar, la atención prestada a la sintaxis no sólo por la abundancia y extension de las informaciones gramaticales, sino a (raves del uso que figura en el tílulo de la obra. No es menos impor-tante el intento tle agrupaciones lexemáticas. En el cuerpo de la obra introduce sights y abreviaturas, \ los nombres cientificos de animates y plantas. Desecha bastantes regionalismos y voces anticuadas para dar paso a la terminológia científica y técnica asentada en su época. En el interior tle los artículos debe seňalarse la presencia de sinónimos que agrancla la posibilidad de utili/.ación de la obra, pues delante de cada definición se incluyen las palabras que pueden sustituir a la delinida. Mana Moliner intentó de mejorar y reagrupar las definiciones de niCCIONARlOS MONOI-INGÜES DELSIGLO \\ 383 la enirega del diccionario académico que le precedió (la de 1956), asi como poner bajo una sola enirada lodas las formas de una família léxica, méritos importantes de la obra aunque nadá de ello sea itmovador en nuestra lexicogralía, como tampoco lo es el oťrecer las etimologías, sinónimos (si es novedad su colocación en el artículo y su destierro tle las definiciones), o los símbolos químicos (pert) si las siglas v abreviaturas). o el incluir determinados afijos. Era novedoso que pusiera torno entradas los nombres cientificos de animales y plantas, por más que un diccionario de lengua no sea su lugar apro-piadt). Con el diccionario de María Moliner aparecen por vez při-mera, que vo sepa, dentro tle la lexieografía monolingůe del espa-ňol las informaciones sobre la pronunciación, si bien no de maneni generalizada, sino sólo en unas pocas palabras, El OiccUmario de uso del espaňal logró superar la riqueza léxica del diccionario académico que le sirvió de base prescindiendo -como acabo tle dccir- de muchos americanismos y voces anticuadas y de muchos tccnicismos demasiado especiali/ados, a la ve/ que incluyó bastantes otros términos de origen cicntitico y técnico. Esto es, pre-Lendió tma renováciou del repertorio de la Academia por la forma de ordenar las palabras (con las agrupaciones lexemáticas), por la manera de establecer las deliniciones (no las bav sinonímicas), y por la at tuali/ación del léxico. En la segunda edición*' de la obra se han perdido algnnas de sus características fundamentales. Tal vez la más notable sea la vuelta a un orden alfabético normal, evitando la complication de las familias léxicas. Es cierio que mosiraban fallos e inconsistencias, atlemás de la incomodidatl de su presenlación. pero no me parecen argumcn-tos demasiado sólidos como para acabar con una presentación ausenie de nuestros diccionaríos modernos, pese a los defectos e inconsistent ias que mostraba el sistema. dada la dificultad para establecer familias léxicas, v para distinguir entre familias etimológicas y familias que siente como tales el hablante actual. Ya no hay agrupaciones lexemáticas, v lodas las palabras pasan al lugar que les corres-ponde por el alfabeto -ya en la primera edición se empleaba el internacionál en un alarde de inodernidad-, con sits correspon-dientes definiciones. No es ésta una decision que hayan tornado arbitrariamente los redactores de la nueva salida, sino que, como se 84 2 vols-, Gredos, Madrid, 1998. Sobre esta salida, vŕase la rcscna dc Emilio Lorenzo. "El iiuevo Molinéŕ. Saber Leer, n" 124, abril lílíífl, págs. 1-2. 384 IM A\TICIOS VNľlAOs IIICUONARIOS DEL KSI'ANOl. explica en las palabras introductorias, siguen las directrices marca- das poi la autora para esta segunda edición. El giro hacia una forma más irariicional en los diccionarios se deja ver en otros lngarcs, como la desaparición en la nomenclatura de las formas irreguläres de los verbos. o el conícnido gramatical que ha pasado a constituir un apéndice (aunque no se moderniza su con-tenido), mientras que aparece la indicación del género dramatical para los sustantívos. Y. como resulta esperable en un proceso de actualization, se han incorporado muchas de las palabras que han tornado eurso en la lengua en ešte ultimo tercio del siglo (los redac-tores calculan un aumento del 10 por cien to del contenido), siendo numerosos los neologismos v extranjcrismos que hav entre sus pági-nas, aunque lambién hallamos voces anticuadas. tal vez como resul-tado de haber partido originalmente del diccionario académico. Igualmente. se han corregido y actualizado definiciones, como la lamosa de día. Se han suprimido, por otro lado, los nombres cienií-ficos que constaban como entradas. pero no se pierden pues pasan a formal* otro apéndice. La revision, pese a todo, no ha sido profunda y sistemática, o al menos en la medida deseable y que parece despreaderse de las palabras de presentación. Asi. poľ ejemplo, se nos dice que "no figuran como entradas las raíces léxieas ya que, al desaparecer las familias. carecían de seuiido." No sé lo que se debe entender por raíces léxi-cas, pues no las había aisladamente, aunque si muchos elementos compositivos, que no se han suprimido (por ejemplo, crimo- si ha desaparecido). Y de las numerosas definiciones de unidades mulii-verbales en las que se decía que eran de sentido claro, o cxpresión similar, unas se han corregido v otras no86. Del diccionario de Maria Moliner se ha hecho una edición abre-viada en im solo volumen8' con el mísmo título. y en la que Consta el nombre de ella. aunque en la cubierta se lee "edición abreviada por la Editorial Credos", de manera que estamos asistiendo a la aparición de una uueva serie de diccionarios prove* lada por la autora, según se indica en la "Presentación". En esta version se ha suprimido todo lo que no es de interes o difusión general, asi como las voces no actua- Hl' Vcasc lo que expongo a ešte propôsiio en "Unidades fraseológicas defmidas como de sen/iilľ o sigtiißcado 'him en i'l diccionario de Maria Moliner", en Gloria < lorpas Pastoi (ed.), Las Imgum de Europa; estudios de fraseologia, frauografia v ladne-áón, Comares, Granada, '2(100. páj-s. 251-248. •' Crcdos, Madrid, 2000. DICCIONARIOS MONOUNtaVES DEL SlGl.0 XX 385 k-s, las especiali/adas y las regionales, mantcniendo las de America Las abundantes informaciones gramaticales que hay dispersas a lo largo del diccionario en dos volúmenes han sido sustituidas por un "Apéndice gramaticaT firmado por Leonardo Gómez ľorrego. los NUF-VOS DICCIONARIOS DIDÄCTICOS88 A finales de la centuria se ha comenzado a mauifestar una nueva manera de concebir los diccionarios. en el intento de suplir una de las mayores careucias de la lexicografía del espaňol, la presencia de ejem-plos para ammpanar las definiciones, asi como por el interes por <-la-borar unos repertorios de orientáciou escolar con unos criterios modernos, como los existentes para otras lenguas, especialmenle el inglés, pues la didáelka de las lenguas es el centro de grandes aten-ciones. En ešte sentido supuso una séria llamada de atención el libro de Humberto Hernandez sobre los diccionarios escolares de micstra lengua89, cuya calidad era preocupanie en el momento en que apare- 88 Para on panorama actual de la lexicugndía didáciica, v escolar en general, debe verse el trabajo de Humberto Hernandez Hernandez, la lexícogi atía didáciica del espaňol: aspectos hisuiiicos y ciíiims". en M" Teresa Fuenies Morán v Reinhold Werner (eds.1. lexieogmfia* 'timvrtoinánkas: pmblemas. ptopwslas y prvyetloi, Vcrvuerl-Iberorrománica, Frankfort-Madrid, 199S. págs. 49-79. donde distingue dos erapas, mareadas por la aparición de su libro Im dUcionarios Ar tmeniaáôn estolar del mismo autor, véase "Ultimas lendencias en la lexicografía didáctica", en Siefan Riihsiallei v losefina Prado Aragonés (eds.), Tendenáas en la hnvstigaei™ Irxkcgiájuo del espaiiol. diedonario como objelo de esludio íinguwtícn y didáctíco, Univrrsidad de Huelva. Huelva, 2000 120011. págs. 101-115. Sobre el concepto v uso de cste ii|x> de obras, delu- verse el trabajo de Dolores Azorín Fernandez, "I-os diccionarios didácticos del cspaňol ilcstlľ la perspeeliva de sus dcsutiaiai ios'\ Estudhs de Linguística, Uimrrsidad de Alicante, 14,2000.1944. De una manera másextensa, yconsiderando de un modo general los diccionarios escolares, M' del Carmen Ávila Manin, El dkóonario en el '.min. ciiado. Para Ins repertorios mis recientes, que tralO a continuation, véase Fernando Pérez Ugos. "Los diccionarios escolares de los Ultimos aňos. -lna niieva lexicografía didáctica?", en Manuel Alvar E/qucrra y Gloria Corpas Pasior (coords. Dkáonarios, frasa, palabras, Unŕversidad d.- Malaga, Malaga. 1998, págs. 113-125. Cuando corregía pruebas de ešte libro, ha apareddo el de Mana c. Avala Castro (coord.), Diccionarios v ensmama, Uníversidad de Alcalá, Alcalá de Henarcs, 2001. . uyo contenido no puedo lener en emiua aquí. M I lumberto Hernandez, Los difcwnmim de orieniaaó/i tsadar, citado; como complement, y del mismri aulor. ";Son escolares los diccionarios escolares; . lambién dtado. Despiiěs ha seguido trabajando sobre ešte lipo de diccionarios, rcsultado delo cual son, entre oiros, "I «>s diccionarios de uso del ultimo dccenio (1980 19 estudio ciiiia.". en M. Alvar K./qurrra (ed.), Euralex '9I> rtocmím^. Atlas del IV 0™#w» Internacionál, Heualmiidŕim iMálnga), 2Sofi05io-t deseptimbie 19911 Biblograi. 386 DEANTIOUOSYNUEVOSDICaONAKIOSDELESPAŇOl ció la obra. Por «uro lado, en el cainbio de rumbo ha ejercido una considerable influencia la aeeptación de la lexicografía como disciplina lingüistica -ya no sólo es vina mera técnica-, y los estudios teóricos Uevados a cabo fuera de Espaňa, pero iambién dentro90. Las editoria-les se pusieron inmediatamenie mano a la obra, y hov, lan sólo die/, aňos desptiés podemos decir que el panorama ha cambiado radi< al-mente y la situation es mäs que alentadora, habiendo iniei venido el misnio Ihmibeno Hernandez en una pane de esa renováciou. Uno de los primeros diccionarios en aparecer y en el cual se observa ya algún movimiento es el Dicdonario esencial SanüUana de la lengua espaiwt/r'1. que nos ofŕece, pese al esenáal de su título. una notable rique/a léxica, y, sobre todo, maniliesia vina aiención poco común por la aciualidad del vocabulaiio -pese a incluir voces anti-cuadas, como adenine 'moneda' o bajón 'instrumenta de viento'-, por la incorporation de americanismos, y por la prcsentación de los maieriales con indicación de sínónimos, antónimos y voces relacio-nadas, distinguicndo los niveles diastráticos; su carácter didáctico se complete con una colección de üustraciones, y con la indication de la etimologia, que )o hacen algo más que esencial. En la línea de lo que son los diccionarios didácu'cos debo seňalar la aparición de dos de ellos, uno de la editorial S. M., el Dicdonario didáctico intermedia9'', con su derivado, el Dicdonario didáctico ď'/ espa-ňol elementar*, dirigidos, respeclivamente. a un publico de enire 12 y 16 aňos. v de 8 a 12. El olro es el Ihcäonario para la enseňanza de ta leiigua espaňohP1 {DiPELE), iambién de la colección Vox, elaborado Barcelona, 1992. págs. 473-481, v "l-a l<-xi« igntlia dídáctica: los diccionarios escola-' del espaňol en cl ultimo cuart» de siglo", citado. '"' Veasc .i ešte propósito U, que expuso Ignacio Ahumada en "La U-vic^i-alia iró-rica v los úiiimos diccionarios monolingües s třes diccionarios se han ordenado las aeepeiones con arre-glo a su IVectiencia de empleo en la lengua. por más que eso pueda desestrueturar en ocasiones el contenido, y por ir en contra de lo haliiiu.il en los diccionarios gencrales, o por no dejar ver claramen-le cómo se han ido configurando las distintas aeepeiones de la pala-bra a partir del niicleo de su signiiieado. Se ha puesto en esias obras un especial cnidado en la sclección dela macľoesti uclura y de la niicroesiruetuia. teniendo bien presente el publico al qtie van destinados. El DiPELE no sólo está coneebido para »tender las necesidades de un usuario escolar espaňol, sino iambién para el estudiante que desea aprender el espaňol como segvmda lengua. lo que ha llevado a incluir la indicación de la pronunciation de todas las entradas, pero no con un remedo grálico de ella o con la represeniación ľončtica -ambas inútiles- sino median-te una transeripción semialofónica que valga rcalmente para las necesidades de los usuarios. Su macroestruclura se ha seleccionado a partir de los recuentos léxicos de que disponemos, de las ľrecuen-cias léxicas del corpus Vox-BÍblograf, de la distribúciou sociolinguís-tica de los elementos, y de las necesidades culturales de los usuarios. Su microestructuľa ofrece, por vez primera en nuesua lexicografía, una serie cerrada de defmidores (dos mil), de maneia (pie ningún usuario se sea en tlilicultades para einender lo que se dice en las dellniciones (las dificultades las han tenido los redactores para <-sia-blecer la lista v para hacer las dethuciones). Ese misnio numero de defmidores es el que anuncia el Dkeinnario didáctico del espaňol e/e- 888 DE AM II.V OS ^ NUEVOS DICCIONARIOS DELESPANOL mental (S. M.), pero no otřete !;i lista ni marca las voces (pie es nece-sario cmplear en algunas definiciones v que no pertenecen a esa lista, como hace el Vox-Alcahi. El ejemplo en este diccionario es algo necesatio. no sólo como im.icst.ra del nso de las palabras. sino también coino complemento de la defmición, por lo que el lector encontrará en él multitud de inibrmaciones complcmeniarias, de la defmición y sobre lo nom-brado, pasando a formar parte del conjunto de intórmaciones pro-porcionadas sobre la palabra v la realidad nombrada. Dado el carácter didáctico de las ties obras, preseiitan abundan-les notas y observaciones de carácter norinativo, sinónimos, antóni-mos. voces relacionadas, etc. Kl Vox pretende ofrecer toda la informáciou ortográfica, fonétíca. gramatical, semántica y pragmática necesaría para garanti/ar un nso de la lengua correcto y adecuado a un comexto delerminado, y los S. M. marcan lo que no Consta en el diccionario académico, distinguiendo asi lo que es descriptive y lo que es norinativo, tomando como norma de la lengua el diccionario de la Academia. Se diferencian esios dictionaries en que los de la marca S. M. incorporan la informáciou adicional (conjugaciones verbales v otras tablas y esquemas) en el cuerpo de la obra, mientras que el Vox las ofrece como apéndiccs. según es característíca de los diedonarios reslťiciivos de esta colección. Aquéllos, en su aian normativo, marcan las voces que no consigna el repertorio académico, mientras que el DiPELE-como hacen los diedonarios grandes de la colección- es puramente descriptivo de lo que se encuenira en el modelo de lengua que describe, A estos diccionarios se unió poco tiempo después el Dkaoriaria Salamanca d/' In ľrngua Espanola*', destinado igualmente a los estu-d i an tes nativos y extranjeros, en el que también hay profusion de ejemplos e indicaciones de tipo gramatical (cuestiones inorťológi-cas, regimen de los verbos, adjetivos vsustamivos), y la indicación de la pronunciación aproximada de los extranjerismos y siglas. La serie de diccionarios S. M. se completó con la aparición en 1996 del mayor de ellos, el Clave. Diaionario de uso del espnnol actual, que sc aleja de los diccionarios de carácter didáctico por la canti-dad de entradas recogidas, si bien su orientáciou escolar queda " Santillaiia-Univcniidad dc Salamanca, Madrid, 19ítfi: sohrr él, véase [osí Manuel BIccua, "El diccionario Salamanca dc la rdiiorial Santíllana", Guadanos Cervantes He h lengua esfxinvla. II. novientbrc-diciembrc líWfi, págs. 48 58 DICCIONARIOS MONOI.INGÜESDELSIGL0 XX 389 bien patente con las indicaciones freeuentes referentes a la norma, como. por ejemplo, marcar con un corchete aquellas entradas que no están consignadas en el diccionario académico, abundantes, pues se &A cabida a numerosos extranjerismos y neologismos. a la par que se prescinde de voces v acepciones anticuadas y desusadas para conferir un carácter más actual al resuhado. A diferencia de los diccionarios generales de la lengua, no se da cabida a los usos regionales <> •!< o^iálicamente restringidos, salvo los americanisinos (unos 201)0), si bien su marca de uso es la de espaňol meridional, con una indelerminación geográfica que tál ve/ no sea muy útil a los destinatarios de la obra, aunque tampoco es una decision ooiide-nable por cuanto el conocimiento que tenemos del léxico regional espaňol, y en especial el de America, es ciertamente deficiente e iiicxacto, pese a estar incluido en los diccionarios mayores. lits acepciones se clasifican no por su aparición en la lengua, o por el desarrollo del signiiicado de la palabra, sino por su frecuen-cia de uso, lo cual lo hace distinto a los diccionarios grandes de la lengua. I-as deíiniciones estáu redactadas con unos criterios actuales de claridad y precision, además de rehuir de los sinónimos y las i emisiones internas, lo cual benefícia el interes didáctico con que se concibió la obra. quedando bien de manificsto en la presencia dc ejemplos acompaiiando a todas las definiciones, induso en aquéllos casos en que puedan resultar redundantes, como ocum'a en los otros diccionarios de la serie que le precedienm. Además, y siempre con la vista puesla en la orientáciou didáctica. hay freeuentes notas de carácter lingfiístico (etimología, pronunciación, morfológia, ortografia, etc.), asi como una colección de apéndices que comple-tan la obra: un fichero de uso sobre cuestiones que suelen plantear dudas a los ustiarios (acentuación, puntuación. numerales, abrevia-turas. etc.). modelos de conjugación verbal, siglas y acrónimOS, sufi-jos. figuras reióricas y locudones, Se trata de un excelente diccionario concebi 000 en trad as con ten i das en este dicdonario re prese n lan (...] el léxico usado en Espaňa correspondiente a un estado presente de nuestra lengua cuvo puntodcarranque hemossituado en los media-dos del siglo xx*\ I* cantidad de entradas corresponde con la cala que he heebo en el dicdonario (unas 77 000 entradas según mis cál-culos). Ciertamente, sou entradas diferentes, aunque no palabras distintas. sobre todo si consideramos los extranjerismos, a veees eseritos de dos formas diferentes, íncluso třes (por ejemplo, crep, crépey crepéo catchup, cátsupy ketchup), una de las cuales such' sei la forma espanolizada (como en airbus/'aerobus, buffet/bufé, caipimtaf kaipiriňa, créperie/crefiería, glamuroso/glanioumso, grafrfw/grapa, sotne-lier/sommelier, etc.). En otros diccionarios de nuestra lengua no se da cuenta de las formaciones reguläres, pero en éste si. y no son pocos los adverbios terminados en -mente con qvte nos encontramos: euro-peamente, dichosamenie, menesterosamente, menguadamente, morbidamente, etc., etc. (en la "Guia del lector" sc explica que el uso consolida unos V desecha otros, por lo que sólo se incluyen aquellos cuj'a circula-ción real ha quedado comprobada). Asimismo incluye en el cuerpo del dicdonario expresioiies extranjeras que en otros repertorios liguran como apéndices, de modo que podemos ver formas latinas como a priori, delevi, deutnda est, eo ipso, manu longa, manu militari, non bis in idem, inglesas como dream team, public relations, fVaiicesas como la nuit, nouveMe cuisine, noitveUe vagus, italianas como dolce vita, etc., en las que stiele indicarse cuál es su pronunciation habitual al ser usadas entre los espaňoles. El lipo de vocabulario recogido en la obra está claramente expuesto por los autores en la "Guia del lector": Aparte de las del dominlo general, tienen aqui normal cabida voces regionales, voees extranjeras. incluso de adopciou rccienie; las colo-quiales. las de nivel popular, las llamadas malsonantes. las del mundo marginal; v. por el otro extremo, las votes literarias, eultas, y las pro-pias de disiintas esľeras del saher y de la actividad huniana. Todas las de niveles o ámbitos resirini;idos van aeompaiiadas de la indicación 392 DhANTKU ONYNI KVOSI)ICCIO\\RIOS DEL ESPANOI que prccisa esa circunslancia. También recogemos usos de iien;i difil-sión que, al menos por el momento, son rechazados como incorrec-toso impropios por las personas cultas; los scňalamos con lanuta semi-eullo. V damos igualmente enlrada a las sights usuales que linu ionan como palabras comunes. Con ser ciertamente innovador el diccionario en la macroestruc-tura (huelga decir que se sigue el orden alfabético internacionál). es en el interior de los artículos donde se ha realizado una mayor laica de modernización en la lexicograíía del espanol, antique ello no sea pertibido por el usual io. F.I significado de cada voz se distribute en el interior de su articulo en grupos atendiendo a las distimas cate-gorias gramaticales que puede presentar en sus diferentes empleos -las expresiones multiverbales se agrupan con arregio a la ťunción que desempeňen-, a continuación se establecen grupos -incluso puede haber subgrupos- con las posibilidacles sintácticas que mani-liesuui y que determinan cambios de sentido, y después es dividido en acept tones y. si el caso lo requieie, en subaceptiones. Kl resuha-do es único en la lexicograíía del espanol. La definition se Ka establecido de modo que pueda ser fácilmen-te entendida por el usuario, por lo que dene la caracierisiica de ser suüciente, y no necesariamenie exhaustive, sobre todo en lo que se reliere al léxico de especialiriad: el usuario ha de saber qué es lo design ado y tener los elementos suficientes para distinguir lo noiti-brado de otros elementos próximos o parecidos. Además, se pone en practica uii proccdimienio que si bien es conocido descle bace cien aňos en la lexicograíía espaňola apenas se ha usado, la indica-ción emre corchetes del comorno9', esto es, de aquellos elementos necesarios para eslablecer la definición, para einender la tunción. cl eoniexto en que se entplea, pero que no pertenecen al signifieado de la palabra. I.a característica más sobresalienie del diccionario igualmente se enciuľutia en el interior del articulo, es la inclusion de las citas. La lexicograíía espaňola adolecía de la ľalia de ejemplos, a lo cual han comenzado a poner remedio los diccionarios de carácter didáctico. Pero esta obra va más lejos, pues una cosa es el ejemplo, habitualmente ereado ad hoc, y o tra es la cita, que no constaba en los diccionarios desde el de Autoridades, excepción hecha del de 1 Vease I» que dije sobre csta cucstíón al hablar de los diccionarios Vox. DICCIONARIOS MONOUNGÜES DELSIGLO XX ?m An ice to de Pages, del que trate más arriba, v algtmo otro no gene-raľ,s. Estoy seguro de que ešte diccionario, el ultimo importante en el periodo que trato, va a condicionar mucho a los que vengan en los próximos aňos. Es unjalón importante en nuestra lexicograíía por cuanto supone la redacción de iin repertorio ex novo, sin tener en cuenta lo que decían los diccionarios anteriores, por eso es a la vez un reto ante el futuro. Su influjo quedará mareado, también, por la dirección que tomen las nuevas tecnologías y el uso que se haga de ellas en la practica lexicográfica, que no podrá estar muy alejada de lo qvie ban hecho Manuel Seco y sus rolaborariores. quienes, por otra parte, no se han podido ayudar de la informática durante el periodo de redacción de! diccionario. Diccionarios en CD-Rom Durante el ultimo riccenio del siglo xx se ha producido otra revolución que hará cambiar no sólo la forma de los diccionarios sino también el concepto que tenemos de ellos y el uso que se les da. Son los diccionarios en formato eleetrónico. Algo que hace bien pocos aňos pareefa pura fantasia es hoy moneda tan eorrien-te que hasta algunos semanarios regal an de vez en cuando diccionarios de todo tipo en CD-Rom. La invasion ha sido casi repentina, por más que ya en 1986 la editorial Anava participara en la edición de un diccionario técnico multilingüe en CD-Rom, qvie hoy resulta tan viejo que ya no es posible leerlo con los lectores de que dispo-nemos. Pero es que la implantáciou de Internet está haciendo, también. que, para algunos, los diccionarios en CD-Rom no scan nadá másque una pura euriosidad, tan tos son los que ya se pueden enconnai por la red, además de poder consultar los bancos de datos léxicos. en t re los que ocupan un lugar destacado los corpora de la Academia, que ha apostado seriamente w'v la innovation lecnológica'"1. Las perspectives que se nos abren para el ťuturo inmediato son enormes, y no hace (aha set un adivino para darse cuenta que el porvenir de los diccionarios ya no es el papel: no 9S Como el Diccionario de w>m de uso actual, ya citado, dirigido por mi, y que ha síTvidu de fuente de infoi macdón en algunos artículos, dondc se cita. 11 Véasc a csic proposito O. Santana,'/.. Hernandez,J. Perez, G. Rodriguez v F, (!ai "lAs. "Diccionarios en soportcs informátícos", C.uatimws Cervantes de In lingua Espaňola, 11, noviembre-diciembre 1996, págs. t>8-77. 394 DE \NTIGUOS Y NCFVOS DK ClONARIOS DEL ESPAŇOL pueden ser ajenos a los cambios sociales y culturales que estamos viviendo. Pero ese ľuiuľo tampoco está, o al mcnos no lo esiá por ahora, tan al alcance de todos, ni resulta um lácil: las comunica-cioncs, pese a los logros que se van consiguicnrio, son taras v len-tas, cuando no se nos ponen trabas o limitaciones para acceder a las inibrmaciones que están en la red. Por otro lado, tampoeo los diccionarios en CD-Rom son los diccionarios que deseamos. pues pueden no cubrir nueslras necesida-des actuales. Acabo de hablar de uno que ha quedado obsolete, pero es (|ue el primer diccionario general que salió al mercado en formato electrónico no tuvo ninguna acogida, el entonces Hamad o Diccionario ActuulXox que file corregido y aimientado para aparecer bajo la forma de Uhro electrónico' . Después han venido otros más perreccionados técnicamente, pero que únicamente representan versiones en nuevo formato de obras publicarias en papel, como el de la Academia101, el (icnrmláv Vox -en una version cuyo conteni-do está corregido y atimentado sobre todos los anteriores de la editorial-, el de Maria Moliner -que se ha quedado anticuado en el formato electrónico al haherse publicado la segunda edición en papel-; el Clave, Dit donatio deuso deiespaňol actualse publico a la vez en los dos soportes. No se ha avanzado mucho en los diccionarios electrónicos, no sólo porque su contenido lingüistico apenas ha cambiado, sino porque las prestaciones técnicas de los CD-Rom no han ido mejorándose. .sino al contrario, por paradójico que ícsultc. siendo cada ve/ menos las posi-bilidades de consulia, o menos ágiles y más len tas, incluso en los pri-meros diccionarios concebidos desde sus inicios para aparecer como CD-Rom, como son el Gran diccionario deUt Ittigita ťspaiio/-a Larousse.y el Dicátmariv (-scalar de In Irngiin psptmofa Vicens Vives. F.n otro lugarlôž he dicho que las innovaciones tecnológícas, por oira parte, lambién tienen sus ries-gos, pues dejan entrever las deficiencias de las obras. Con la edición 100 Sony-Biblograf, Barcelona, 1992. 101 Vŕasľ c) fomciiiario quo lc dcdicó Ramon Buenaventura, "El CD-ROM de la Academia. In análisis del diccionario de la Real Academia Espaňola en soporte CDROM", Cuadernos Cervantes, 7. mano 1996. pájí;*. 59-61. 102 Cit. "Retos en la lexiconrafía del espaňol", cn Stefan Ruhstallcr y Josefina Prada Aragnnés (eds.), Tendendas en la investigation lexicográfica