EL ESPAŇOL MEXICANO ISOGLOSAS LÉXICAS FRENTE A ISOGLOSAS FONÉTICAS Una de las más serias criticas que se h an formulado contra la muy conocida propuesta de Pedro Hennquez Urefia para dividir en zonas dialectales ei espaňol americano 1 se debe a Jose Pedro Rona2, cuando hizo ver que los criterios seguidos por el investiga-dor dominicano fueron extralingüisticos y subjetivos. Recuerda Rona que los dialectos son hechos de lengua y que, por ende, su determinación debe fundarse en criterios de carácter objetivo, intrínsecamente lingüisticos. Al mismo Hennquez Ureňa se debe también la primera hipótesis sobre zonas dialectales de la republics mexica-na 3, y merece ésta el mismo tipo de cnticas. En términos generales, loquefalta en esas propuestas, por otra parte muy meritorias sobre todo si se considera que se hicieron en momentos en que se conocia muy poco sobre el espaňol de America 4, es el relati vamente moderno concepto estructural de isoglosa. Entiéndese por tal una línea imaginaria que divide un territorio y que muestra dos areas, a cada uno de sus lados, que concuerdan en algun aspecto de uso lingüistico, pero que muestran diferencias en 1 Cf. sus Observations sobre el espaňol en America, en Revista de Filológia Espa-ňola, VIII (1921), págs. 357-361. 2 El problema de la division del espaňol americano en zonas dialectales, en Presente y future de la lengua espaňola (Actas de la Asamblea de Filológia del I Congreso de Insli-tuciones Hispánicas), Madrid, 1964,1, págs 215-226. 3 Mutaciones articulalorias en el habla popular, en El espaňol en Méjico, los Esta-dos Unidos y la America Central, Biblioteca de Dialectologia Hispanoamericana, Buenos Aires, 1938, IV, págs. 329-378, en particular el parágrafo 4 (págs. 334-341). 4 Además de que su autor, Henríquez Urena, enfálicamente seŕtaló que su propuesta era solo provisional. THESAURUS. Tomo XLIX. Num. 1 (1994). Jose G. MORENO DE ALBA. El espanol HI I- Centra Virtual Cervantes Th. XliX, 1994 isoglosas léxicas y ponéticas 59 otros 5. Las líneas, además muy poco precisas, de la division de Henríquez Urena, tanto del espaňol americano cuanto del mexica-no, no pueden tomarse como isoglosas, debido a que no muestran diferencias lingüisticas identificables objetivamente. Uno de los aspectos poco tratados en trabajos de zonas dialectal es, donde se emplean isoglosas, es el hecho de que, normal-mente, las areas que resultan cuando se considers determinado tipo de fenómenos Hngüisticos, los fonéticos, por ejemplo, no son las mismas cuando entra en el análísis otra clase de hechos de la lengua, como los léxicos, sea por caso. No solo eso sino que incluso cuando entran en juego únicamente fenómenos de Ia misma naturaleza, verbigracia los fonéticos exclusivamente, las isoglosas tampoco suelen yuxtaponerse y por tanto no con mucha frecuencia se produce lo que se conoce como haz de isoglosas. Si se toman en cuenta estas dificultades se comprenderá mejor por qué no pocos dialectólogos se deciden por trabajar o presenter de manera conjunta isoglosas provenientes del análisis de fenómenos Hngüisticos de la misma naturaleza. Podría uno preguntarse en ese caso si las zonas dialectales resultantes de tal tipo de trabajos nos están en efecto revelando la verdadera y más importante distribu-ción de los rasgos de determinada lengua en un territorio dado. Por mi parte creo que no hay inconveniente en elegir los hechos Hngüisticos que convengan a la hipotesis del investigador, con tal que en efecto se muestren con coherencia datos verdaderamente confiables. En las paginas siguientes pretendoofrecer algunas propuestas de division dialectal del espaňol mexicano, basadas en isoglosas. Los datos provienen del material, en su mayor parte inédito, del Atlas Lingiiístico de Mexico 6. Mi interés es precisamente mostrar que las isoglosas que resultan del examen de datos léxicos no coinciden con las que tienen como base datos fonéticos. Tengo la impresión de que los rasgos gramaticales, de evidente importancia, no son empero reveladores, en el espaňol de Mexico, de zonas 5Cf. J. K Chambers and PeterTrudckll, Dialectology, Cambridge University Press, Cambridge. 1984, pág. IQ3. 6 Hace algunas semanas se publico (Fondo de Cul tura Económica y El Colegio de Mexico) el primer volumen de este Atlas, que contiene 120 mapas de carácter fonético THESAURUS. Tomo XLIX. Num. 1 (1994). Jose G. MORENO DE ALBA. El espanol HI I- Centro Virtual Cervantes 60 jose g. moreno de alba Th. XLIX, 1994 dialectales. En todo caso, la morfosintaxis muestra diferencias sociocul tu rales mejor que geografi cas 7. Existe ya una propuesta, aunque provisional, de division dialectal del espaňol mexicano que se basa en datos léxicos. Hace ya algunos afios, Juan Lope Blanch 8, al estudiar la gran personali-dad que muestra el espaňol yucateco frente al del resto del pais, analizó la distribución geográfica de las variantes léxicas corres-pondientes a 25 conceptos. Aunque evidentemente la elección de estos respondía, sobre todo, a la caracterización de una zona, la yucateca, es muy probable que pudiera Uegarse a la misma propuesta manejando otros conceptos. De cualquier manera, repito, como el fin que persigo es hacer ver que las isoglosas provenientes del análisis de variaciones de vocabulariocoinciden pocoo nadacon las que se basan en rasgos de pronunciación, y dado que los mapas de Lope Blanch están hechos con gran meticulosidad y con datos confiables, no veo inconveniente en utilizarlos para confrontarlos con otros en que mostraré zonas dialectales del mismo espaňol mexicano basadas en rasgos fonéticos. Como se comprenderá, de los mapas de Lope Blanch, el que me interesa particularmente es aquel en el que resume sus análisis y propone la division dialectal del pais. Considero sin embargo que, para que ese sea comprendido cabalmente, conviene mostrar algunos ejemplos al menos de los mapas en que se analizan en particular las respuestas que se obtuvieron para cada concepto. Elijo y copío, porque me parecen especialmente interesantes, los ocho mapas siguientes: 2 ('benjamín', pág. 6), 3 ('migas de pan', pág. 6), 5 (Meporino', pág. 1 l),6('luciérnaga\ pág. 18), 10Cvoltereta',pág. 27), 12 ('monedas sueltas', pág. 31), 25 ('biceps', pág. 49), y el 27 (pág. 52), en que se presenta propiamente la propuesta de 'zonas dialectales'. En buena parte de esas 25 cartas, con mayor o menor precision se pueden observar las zonas que, como resumen, propondrá Lope Blanch en el mapa 27. No cabe duda de que las isoglosas ahí 7 Como ereo haberlo probado en mi ponencia Dialeclología mexicana: algunos fe-namenos morfológicos explieables por el nivel sociocultural, en Actas del IVCongreso de la Asociación de Ijnguistica y Filológia de America Latina, Lima, 1978. págs. 494-502. 8 El léxico de la wna maya en el marco de la dialeclología mexicana. en Nueva Revisia de Filológia Hispánica, XX, J 971, págs. 1-63. THESAURUS. Tomo XLIX. Num. 1 (1994). Jose G. MORENO DE ALBA. El espanol HI I- Centro Virtual Cervantes Th. xlix, 1994 isoglosas loci cas y fon&ticas 61 propuestas pueden modificarse con el estudio de las respuestas a otros conceptos y aun de esas mismas si se hace con mayor detalle, en particular en las llamadas areas de frontera 9. No creo, empero, que la fisonomfa del mapa 27 se modifique sustancialmente; quiza desaparezcan algunas de las 17 zonas ahi consignadas (con mäs probabilidad las fronterizas precisamente, como la 3 o la 11) o tal vez, aunque mas dificilmente, puedan subdivirse algunas de las mäs extensas, como la 10 (hablas del noreste) o la 16 (hablas del noroeste). Lo que me interesa destacar es que el mosaico, el dibujo, el peifil del pais resultante del anälisis de diferencias lexicas es radical mente diferente del que proviene del examen de oposiciones foneticas, como se vera en seguida. He elegido, para mis propositos, solo un tipode rasgofon6tico, muy mencionado en los manuales e introducciones, aunque, segün creo, no se ha determinado hasta ahora su extension precisa en la repüblica mexicana. Ello podrä hacerse, obviamente, cuando se publique la totalidad de los volümenes fon£ticos del Atlas Lingiiis-tico de Mexico. Como los mapas que presento tienen como base los materiales de ese Atlas, pueden considerarse tanto como un adelan-to del mismo cuanto, sobre todo, como la formulaciön de mapas sint£ticos resultantes del anälisis de mapas analiticos muy comple-jos 10. El fenömeno al que me refiero es el del consonantismo debil de las costas y vocalismo igualmente poco fuerte del altiplano. Seguramente las zonas que se propondrän tendrian que modificarse si seanalizaraotrotipodefenömenofon£tico(el cierre vocalico, por ejemplo). Lo que no puede ponerse en duda es el caracter definiti-vamente fuerte de este fenömeno fonetico en particular. Entiendo 9 Un ejemplo de este tipo de precisiones puede verse en mi artfculo Zonas dialectales de Veracruz y Tabasco: estudio lexko, en Nueva Revista de Filologla Hispdnica, XXV, 1976, pags. 332-352, donde hago un acercamiento, a manera de close üp, a un area dialectal fronteriza, parbcularmente interesante 10 Los mapas mas destacables del Atlas son sin duda los que cartograffan resultados fon^ticos de textos extensos grabados magnetofönicamente, que aparecen en el volumen primero, ya publicado. Sin embargo, como se presentan en cada uno datos numdricos de frecuencia de mulütud de alöfonos, Corres poodientes a varios sujetos por pun to de encues-ta, se hace indispensable, a mi modo de ver, la preparaciön de mapas sintlrjcos, derivados del cuidadoso examen de las diversas cartas extremadamente analfücas que se han publicado. Ejempfos precisamente de este tipo de trabajo (conversion de mapas analiticos en sinteücos) son los mapas fon^ticos que aquf se presentan como anexo 2. THESAURUS. Tomo XLIX. Nüm. 1 (1994). Jose G. MORENO DE ALBA. El espanol H H Centro Virtual Cervantes 62 JOSß G. MORENO DE ALBA TH. xlix, 1994 por rasgo fuerte el que, por una parte, identifica con evidencia a cterto tipo de hablas y, por otra, el que suele ser reconocido por los propios hablantes y no solo por los dialectölogos. La debilitaciön consonantica (en particular la de ta -s implosiva) lo es por las dos razones. El mötodo seguido en el Atlas para el estudio de la pronuncia-ciön, consistente en el detallado analisis de los miles de alöfonos contenidos en varias Horas de conversaciones con los informantes tiene, entre otras ventajas, como seria la relati va seguridad del dato, el poder cuantificar las frecuencias de cada alöfono. Ello permite, como se podra observar en los mapas, no solo determinar en cuäles puntos se da tal o cual fenömeno sino tambien en qu6 proporciön si se com para su frecuencia con la obtenida en los demäs puntos de encuesta. Son 8 los mapas foneticos que he preparado para explicar la di stri buciön geograficade las debilitaciones consonantica y vocalica. Los cinco primeros se refieren a di versos entornos de -s implosiva, el sexto contiene el resumen de la debilitaciön de la -s, el nümero 7 explica la articulaciön de jota (/x/) y, finalmente, en el ultimo (8) se cartografia la zona de debilitaciön de las vocales ätonas. Puede observarse en el mapa 1 que la relajaciön de -5 final absoluta se produce casi con exclusi vidad en las costas 11. Ademäs, en esta posiciön, no tiene la -s, en ningün punto de encuesta, un relajamiento que pueda calificarse defrecuente. La mayor debilitaciön tiene lugar en las costas de parte de Campeche, de Tabasco, del sur de Veracruz; y, por lo que toca al Pactfico, en los litorales de Chiapas, Oaxaca y Guerrero. Semejante es la distribuciön de las realizaciones de -5 final de palabra cuando le sigue vocal (mapa 2). Tampoco en este entorno hay una debilitaciön que merezca designarse como frecuente. Por otra parte la distribuciön geografica de los relajamientos es muy semejante a la que se observa en el mapa 1 12. 11 Con excepciön de algunas pocas localidades pertenecientes a los estados de Chihuahua, Nuevo Leon (en el norte) y Chiapas y Oaxaca (en el sur). 12 Tal vez con la excepciön de algtin registro esporädico de relajaciones en otros puntos (pertenecientes a los estados de Yucatan. San Luis Potosi y Baja California Norte) y la ausencia del fenömeno en Nuevo Leon THESAURUS. Tomo XLIX. Nüm. 1 (1994). Jose G. MORENO DE ALBA. El espanol HI- Centro Virtual Cervantes Th. xldc, 1994 isoglosas löqcas y FÖN6nCAS 63 En el mapa 3 (en que se cartografia la distribuci6n del relaja-miento de -s final de la palabra seguida de oclusiva sorda inicial) se da una situaci6n parecida a la de la primera y segunda cartas, aunque en esta si se registran relajacionesfrecuentes. El fen6meno sigue siendo casi privativo de las costas 13, y particularmente notable en las localidades del litoral de Campeche, Tabasco, Veracruz (sur), Chiapas, Oaxaca y Guerrero. En el mapa 4 se puede observar la distribucidn del debilita-miento de -s en interior de palabra, cuando le sigue consonante oclusiva sorda. Es mas bien escaso, comparado con el que se produce en otros entomos fonicos. Frecuente solo aparece en puntos de los estados de Campeche, Tabasco, Veracruz y Oaxaca 14. Debe destacarse que cuando a la -s sigue una consonante sonora (mapa 5), su relajaci6n es mucho mas frecuente y mas notable su dispersidn entre los puntos de encuesta. En muy buena extensi6n de las costas alcanza el grado de frecuente, con mayor evidencia de nuevo en Campeche, Tabasco, sur de Veracruz, Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Nayarit, Sinaloa y Sonora 15. Para la comparaci6n que me interesa hacer resulta particularmente util el mapa 6, resumen de los cinco anteriores. Si se consideran las cinco posicionesanalizadas enellos, se concluyeque la aspiraci6n o perdida de -s que, genencamente, vengo denomi-nando aqui relajaci6n o debilitamiento, se produce sobre todo en las costas de Campeche, Tabasco y sur de Veracruz, por lo que toca al Golfo de Mexico; y de Chiapas y Guerrero, por lo que corresponde al Pacifico. Es conveniente considerar tambien como areas de relajaci6n, aunque no tan evidentes, las costas de norte de Veracruz y de Tamaulipas, en el Golfo; de Oaxaca, Nayarit, Culiacan y Sonora, en el Pacifico; y la Peninsula de Baja California ,6. La velar fricativa sorda (y) suele mencionarse tambi£n como otro de los fonemas que tiende a debilitarse, general mente por 13 Con apariciones esporadicas en Sonora. Chihuahua y Moretos 14 En otros puntos de las costas y en el interior de Sonora y Yucatan aparece con frecuencia media o solo esporadicamente 15 En esta posici6n el relajamiento de -s se produce en muchas localidades del interior casi siempre de manera esporadica 16 Hay tambien localidades en el interior, en las cuales algunas pocas veces se debi-lita la -s impiosi va Sonora, Chihuahua, Nuevo Leon, Durango, San Luis Potosf y Guanajuato. THESAURUS. Tomo XLIX. Num. 1 (1994). Jose G. MORENO DE ALBA. El espanol ... H H Centro Virtual Cervantes 64 jose g. moreno de alba Th. xlix, 1994 aspiraciön, en algunas zonas de la repüblica mexicana y, obviamen-te, en muchas otras äreas de America y de Espana. En el mapa 7 puede observarse que, en buena medida, la distribuciön geogräfica de la aspiraciön de j corresponde a la de la debilitaciön de -s implosiva (mapa 6). Lo primero que debe senalarse es que en los puntos donde se produce una relajaciön frecuente o algo frecuente de -s (costas de Veracruz, Tabasco, Campeche, Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Nayarit, Sinai oa, Sonora) tambi£n se da la debilitaciön o aspiraciön de j. Hay sin embargo diferencias mäs o menos evidentes: por una parte, en la mayor parte de la Peninsula de Yucatan, donde no hay aspiraciön o perdida de -s, esto es los estados de Yucatan y Quintana Reo, la j si sufre debilitamiento; por otra, parece no darse aspiraciön de j en la Peninsula de Baja California, donde, asi sea no muy frecuentemente, la -s suele debilitarse. Sin embargo, a mi juicio, las zonas dialectales resultantes de la isoglosa de aspiraciön de -s son fuertemente semejantes a las que se produ-cen cuando la isoglosa senala äreas de debilitaciön de j. Particularmente interesante resulta el mapa 8, donde se carto-grafia la zona de debilitaciön vocilica que, como varios estudiosos lo han explicado, tiene lugar, sobre todo, con las vocales ätonas y, especialmente, cuando estas estän en contacto con -s implosiva (como la e final de la palabra entonces, sea por caso)11. Como era de esperarse, la zona de vocales caedizas es, con notable precisiön, aquella en que no se debilita ni la -s ni la j (compärense los mapas 6 y 7 con el 8). En otras palabras, las vocales caen o se debilitan en buena parte del aitipiano mexicano, donde quedan comprendidos el Distrito Federal, los estados de Morelos, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, San Luis Potosi, Zacatecas, Aguascalientes, y regiones no costeras de Michoacan, Jalisco, Nayarit, Tamaulipas y Coahuila 18. Por lo contrario, en las zonas de fuerte debilitaciön de -s y j (costas de 17 Sobre este tema hay varios estudios que pueden consultarse, entre olros: Juan M. Lope Blanch. En torno a las vocales caedizas del espaňol mexicano, en Nueva Revista de Filológia Hispánica, XVII, 1963-1964. págs. 1-19; Giorgio Perissinotto, Fonología del espaňol hablado en la ciudad de Mexico: ensayo de un mélodo sociolinguístico, Mexico, El Coiegio de Mexico, 1975, particularmente las págs. 26-32. 18 El mapa seňala ciertamente una minima parte de Veracruz, al norte, donde la aspi-ración y pérdida de la -s es poco frecuente. THESAURUS. Tomo XLIX. Num. 1 (1994). Jose G. MORENO DE ALBA. El espanol ... HI- Centro Virtual Cervantes Th. xlix, 1994 i sog losas léxicas y fonéticas 65 Campeche, Tabasco, Veracruz, Chiapas, Guerrero...) no se regis-tran vocales débiles. En definitíva, podría decirse que las isoglosas correspondien-tes a la debilitación consonántíca (-s yy) y a la debilitación vocálica, en buena medida, se complementan, dando por resultado una fragmentation en zonas que, a grandes rasgos, podría enunciarse de la siguiente forma: las hablas de las costas debil i tan las consonantes (al menos las aquí estudiadas); las hablas del al ti piano relajan las vocales (las átonas, sobre todo). Paso ahora a hacer algunas breves consideraciones sobre los mapas de Lope Blanch (anexo 1). Las zonas resultantes en cada mapa var í an entre seis y diez, pero hay algunas que se repiten v arias veces: Yucatán 19 (en todos los mapas: tup, chichis, shete, cucayo, volantines, menudo, gat(o)illo 20; Chiapas (camote, 25, sencillo, 12, vueltas de goto, 10, lunado, 5, chunco, 2); Veracruz (cochino, 25, machincuepas, 10, menuzas, 3); el noreste (Unterna, 6, coyote, 2); el occidente, en especial el estado de Jalisco (guineo, 25, monedas - sueltas-, 12, alumbrador, 6, sope ogorda delperro, 2); el noreste (lagart(p)illoy 25, catacumbay 10, copechey 6, horruras, 3); Chihuahua {pucka, 25, maromear, 10), etc. Fácilmente puede comprobarse, con estos material es, que las zonas resultantes de las isoglosas léxicas son, en varios sentidos, muy diferentes de las que se producen cuando entran en considera-ción isoglosas fonéticas. Asi, mientras en los mapas de Lope Blanch, son ciertamente más numerosas las zonas y por ende podría pensar-se que se trata de delimitaciones más finas, sucede que hay más imprecision en las fronteras de cada una si se comparan con los límites de las zonas fonéticas. Por otra parte, al menos en los mapas léxicos que me sirven como base de datos, no son cast nunca iguales o aceptablemente semejantes las zonas resultantes. Obsérvese, por ejemplo, que mientras en el mapa 2 ('benjamín') y en el 6 ('luciér-naga') se produce una clara zona en la región noreste del pais, con "Tdngase en cuenta que el objeto que persegu (a el autor era precisamente mostrar la fuerte personalidad linguistics de la Peninsula de Yucatan frente al resto del pals. 20 Hay que senalar empero que, a veces, ta designation yucateca se extiende mas alia de la Peninsula, hacia el estado de Campeche; por otra parte, en ocasiones, la voz yucateca no se registra en toda esa peninsula, como en el caso de menudo (mapa 12). THESAURUS. Tomo XLIX. Num. 1 (1994). Jose G. MORENO DE ALBA. El espanol ... me H I- Centra Virtual Cervantes 66 jose g. moreno de alba Th. xux, 1994 las variantes coyote y linterna, respectivamente, en los demäs esa zona queda bastante desdibujada; si en el mapa6 ('luciernaga') y en el 10 ('voltereta') se obtienen zonas bien delimitadas en la parte noroeste del territorio mexicano, estas no son observables con igual nitidez en las demäs cartas. Este tipo de reparos podria formularse a casi cualquier otro conjunto de mapas lexicos. Por el contrario, en lo que respecta a los mapas que serial an isoglosas fon£ticas, al menos puede afirmarse con bastante seguri-dad que existe una zona de fuerte debilitaciön consonantica 21 frente a otra de fuerte relajamiento de las vocales. Se trata, como dije antes, de zonas complement arias. Me parece que esto puede demostrarse mediante lo expuesto en los mapas foneticos numeros 6,7 y 8. Por una parte, las zonas de relajaciön de -s implosiva son casi las mismas que las de debilitaciön de j (veanse los mapas 6 y 7) y, por otra, el area de debilitaciön vocälica (mapa 8) se ubica precisamente en los espacios que se caracterizan por la articulaciön tensa de la -s y consonantica al menos, es decir no aspirada, de la j. En otras palabras, no parece haber inconveniente alguno para hablar, con referencia al espanol mexicano, de zonas dialectales caracterizadas ya sea por la debilitaciön (o conservacion) consonantica, ya sea por la debilitaciön (o conservacion) vocälica. Es obvio, por otra parte que nada tienen que ver, geogräficamente hablando, las zonas obtenidas con estos criterios, con las que resultan de la aplicaciön de isoglosas 16xicas. No quiero terminar sin antes formular, asi sea muy superficial-mente, alguna reflexion sobre cuäl de las dos divisiones dialectales (la fonetica o la lexica) podrfa ser mäs importantey mäs confiable. Entiendo por esto, cuäl de las dos refleja y explica mejor la real idad lingüistica o, si se quiere, cuäl de las dos responde mejor al sentir o conciencia de los hablantes. Hago un parentesis para senalar que una division dialectal puede reflejar o no el sentir de los hablantes; puede formularse, por ejemplo, sobre una base estructural que, aunque sea cientificamente inobjetable, tenga como resultado una 21 De la -s implosiva y de lay , que fueron las consonantes consideradas en este estudio; lo que no significa que no exislan otras consonantes debiles observables en la mis ma area geografica. THESAURUS. Tomo XLIX. Num. 1 (1994). Jose G. MORENO DE ALBA. El espanol ... H I- Centro Virtual Cervantes Th. xjux, 1994 ! SOG LOSAS liXICAS Y POhffenCAS 67 fragmentaciön con la que los hablantes no se sientan identifi-cados 22. Me parece que la divisiön fon&tica, en ese sentido, es mas convincente. Por una parte, el rasgo lingüistico, conservaciön o perdida de consonantes (o de vocales) es definitivamente un rasgo fiierte que puede percibirse en casi cualquier segmento de habla. Para que una divisiön lexica tuviera este mismo grado de confiabilidad se requeririaque buena parte de loque podria Uamarse vocabulario estdndar fuera caracteristico de cada una de las zonas propuestas. Ello es präcticamente imposible que suceda. Aun en los casos (poco numerosos) en que las designaciones de un concepto producen una evidente y convincente divisiön dialectal, esta rara vez equivaldrä, geograTicamente, a la que es producto de la desig-naciön de otro concepto. Ademäs, como es fäcil suponer, los conceptos que denen multiples posibilidades de designaciön no pertenecen generalmente al vocabulario estandar sino al rural o jergal. Habria necesidad de encontrar no una sino varias, muchas diria yo, designaciones propias de cada zona para que quedaran verdaderamente caracterizadas. Nadie podria decir, por ejemplo, algo asi como Ma zona noreste de Mexico se caracteriza porque ahj a la luci6rnaga se le llama {interna y al hijo menor coyote\ Para poder asegurar que tal o cual regiön es una verdadera zona dialectal desde el punto de vista Igxico, se necesitarian al menos varias docenas de casos como el ejemplo de linterna y coyote en la zona noreste 23. Debe tenerse en cuenta sin embargo la posibilidad de que, con estos criterios, solo una o unas pocas zonas (y no todo el territorio nacional) queden bien caracterizadas desde el punto de vista lexico como parece suceder con Yucatän, segün quedö com-probado en el articulo de Lope Blanch citado en la nota 8. Con las zonas resultantes de isoglosas fon&icas, al menos las aqui estudiadas, sucede lo contrario; quedan, en efecto, caracteriza-das fuertemente, en todo el pais, las zonas de debilitaciön 22 No cabe duda de que la fragmentaciön del espanol americano que propuso hace anos Jose" Pedro Rona en el trabajo citado en la nota 2 no refleja el senbr lingüistico de tos hablantes. Podria pensarse, por lo contrario, que es mis facil que ello suceda con las zonas que trazö Henrfquez Urefia (vease nota 3). 23 Diferente seria obviamente el caso si en esa zona tuvieran designaciones peculia-res conceptos pertenecientes al orden de lo estandar como el 'pan', la 'tortilla', la 'casa', etc. THESAURUS. Tomo XLIX. Nüm. 1 (1994). Jose G. MORENO DE ALBA. El espanol HI I- Centro Virtual Cervantes 68 jose g. moreno de alba Th. xlix, 1994 consonántica (o vocálica) y, más aún, los hablantes pueden sen ti r se idenuTicados como pertenecientes o no a tales zonas 24. Alguien podría de inmediato preguntar si esto mismo sucedería con cual-quier otro fenómeno fonético que se analizara. Evidentemente no. Sería necesarío que tuvieran el mismofuerte carácter personificador que el que tiene el rasgo de la conservation, debilitación o pérdida de la -s implosiva o de la j (o de las vocales átonas). Debe haber algunos otros rasgos fonéticos fuertemente caracterízadores, pero de ninguna manera mere cen todos esta calificación. Lo que a mi juicio im porta destacar es que no hay rasgos léxicos tan fuertemente caracterizadores como resultan serlo algunos rasgos fonéticos. Termino seňalando que a pesar de las dificultades inherentes a toda propuesta de division dialectal, fonética, léxica o gramatical, es necesarío seguir trabajando en ellas, pues, en definitiva, cual-quiera de ellas que esté sustentada, naturalmente sobre bases serias, permitirá observar la lengua con enfoques y perspectivas que necesariamente ayudan a su comprensión y colaboran siempre al mejor conocimiento de la distribución de sus variedades. Jose G. Moreno de Alba Universidad Nacionál Autonoma de Mexico. 24 En otřas palabras, no cualquiera idenufican'a a un hablaiite de la zona noroeste porque llame copecke a la luciémaga Y, contrariamenle, cualquiera reconoce a un costefio por la debilitación consonántica y él mismo se reconoce como perteneciente a un grupo de hablantes que se comen las eses. THESAURUS. Tomo XLIX. Nüm. 1 (1994). Jose G. MORENO DE ALBA. El espanol H H Centro Virtual Cervantes *.: ľ Coy»t» ♦♦♦♦ Ch«»» ■♦■♦•♦+ OOOO Sopa o to J( rfal m r r OOOO VVTT AAAA chotoroit AAAAA MxrA 2. 'Benjamín* Maua 3. 'Mig;is de pan' Mapa 5. 'Lcporino' Mapa 10. 'Voltcrcta' MArA 12. 'Moncdas sucltas' Mapa 25. 'Biceps' M\v\ 27. Zonas dinlcctnlcs