García Ferreira, Begoña 450840@mail.muni.cz Doktorský seminář II LOS INICIOS DEL HISPANISMO EN LA REPÚBLICA CHECA. DE LA EDAD MEDIA A LOS ALBORES DEL SIGLO XX. Relaciones checas con España y Latinoamérica las encontramos ya desde la Edad Media. Algunos ejemplos serían el apoyo de Premysl Otakar II a Alfonso X de Castilla en el siglo XIII en el intento fallido de este último de acceder al trono del Sacro Imperio Germánico; el viaje de la delegación diplomática que dirigió el rey Jiří de Poděbrad[1] en 1465-1467 (junto a Jaroslav Lev de Rožmítal) para peregrinar hasta Santiago de Compostela y llegar a Finis Terrae; el pliego de 1506 con la versión checa de Mundus Novus de Américo Vespucio sobre el descubrimiento de América (Opartný, 2002: 127); en el siglo XVII, la misión de los jesuitas checos en el Nuevo Mundo[2], así como la Historia de las sublevaciones indias en la Tarahumara (1626-1724), del misionero Joseph Neumann (Binková, 2016: 45), publicada en 1730, o las experiencias del viajero y botánico Tadeaš Haenke, cuya participación en la expedición de Malaespina (1789-1794) le permitió circunnavegar el planeta y conocer mundo. Estos son algunos ejemplos de contactos entre las dos culturas, no obstante, si nos referimos al hispanismo como estudio de la lengua y de la cultura hispánicas, debemos decir que no se instituye en la República Checa hasta el siglo XIX, aunque la aparición del estudio del español relacionado con el checo se remonta al siglo XVI. En el Departamento de Manuscritos e Impresos Antiguos del Museo Nacional de Praga se encuentra un manual y diccionario donde por primera vez aparecen juntos el idioma español y el checo; la obra lleva por título Hexaglosson cum colloquijs Vitae quotidianae necessarij y, como su nombre indica, es un compendio de seis lenguas: latín, alemán, francés, italiano, español y checo (Mištinová, 2015). Se cree que data de mediados del siglo XVI, tiene 596 páginas, mide 9x7 cm. y fue publicado en Basilea por la imprenta Frobenius. Pese a que se desconoce su origen exacto, la autoría de la versión checa y la fecha concreta de su publicación[3], la obra es de gran valor documental para la filología, la lingüística y la historia de la enseñanza de lenguas. Por una parte, el Hexaglosson refleja una determinada época histórica en la que los materiales para el aprendizaje de lenguas eran esencialmente tres: las gramáticas, los diccionarios y los diálogos (Nevado Fuentes, 2011: 12). Era común combinarlos en una obra, cuyo método pedagógico se basaba en la traducción y en la plasmación de la lengua mediante “coloquios” o diálogos, con un fin eminentemente práctico. Según Mištinová (2015: 186), en Hexaglosson cum colloquijs Vitae quotidianae necessarij se observa la siguiente estructura, dividida en cinco partes: 1. Introducción 2. Índice (en forma de tabla) 3. Diálogos y un apartado de correspondencia, donde se presentan modelos de cartas y documentos 4. Diccionario 5. Gramática El manual nos permite conocer a través de sus diálogos aspectos socioculturales, costumbres, intereses, etc. del momento, del lugar y de las personas a las que el texto se dirige. Así, encontramos temas pertenecientes a la vida cotidiana, el comercio, los negocios, las festividades, la ciudad, el aprendizaje de idiomas, etc. Huelga decir que esta es la parte central y más extensa, a la que se le dedica siete capítulos. Por otro lado, el Hexaglosson es un documento histórico de gran utilidad en la investigación sincrónica y diacrónica de los diversos fenómenos lingüísticos. El terreno baldío de los siglos posteriores lo describe el romanista praguense Zdeněk Hampejs (1963: 187): Ya en el siglo XVII perdimos la independencia nacional y desde aquel tiempo vivimos bajo la opresión social y nacional, constituyendo parte de la monarquía austrohúngara. Este hecho tuvo como consecuencia un gran empobrecimiento de la vida cultural de nuestro pueblo, que sólo empleando todas las fuerzas logró conservar su idioma y cierta continuidad de su desarrollo cultural. El intercambio cultural con otros países europeos cesó prácticamente, nuestra literatura no atravesó las fronteras del país y la repercusión de las literaturas extranjeras en ella también fue mínima a causa de la situación desfavorable. No es extraño, pues, que, por ejemplo, en cuanto a España se refiere, las traducciones de su lengua hasta principios del siglo XIX se limitaran a algunas obras religiosas carentes de importancia literaria. Habrá que esperar al siglo XIX para señalar la aparición de la lingüística románica en Europa. Con la publicación de Gramática de las lenguas románicas (1836-1843) y Diccionario etimológico románico (1854), del filólogo alemán[4] Friedrich Diez (1794-1876) se asentarán los pilares para el nacimiento de una nueva disciplina, la lingüística románica (Vilà, 2009). En su Gramática, Friedrich Diez se ocupa de forma sistemática de seis lenguas: italiano, rumano, español, portugués, francés y provenzal. En mucha menor medida aparece el catalán, el sardo y el romanche. Vilà (2009) recoge que la extensa Gramática de las lenguas románicas (1836-1842) sigue la obra de Franz Bopp —del que adquirió el método comparativo— y la de los hermanos Grimm[5], en su aspecto histórico. El Diccionario se acotaba al ámbito del léxico, mostrando el origen de diversas palabras neolatinas, comparando la fase más reciente y la arcaica de las lenguas romances. Diez llega a la conclusión de que la mayor parte de palabras y conceptos proceden del latín. La metodología a seguir se sustentaba en la fonética histórica. Los últimos años de su vida los dedica a un apéndice para su Gramática, publicado en 1875 bajo el título de Romanische Wortschöpfung (La creación léxica románica), obra que, sin profundizar en la etimología, organiza el vocabulario bajo campos semánticos con el propósito de discernir la herencia latina y la originalidad del románico. Otro lugar destacado lo ocupa Jan Urban Jarník (1848-1923), uno de los fundadores de la romanística en tierras checas con su Índice para el Diccionario etimológico románico de Friedrich Diez, de los años 1878 y 1889. Jarník fue el primer catedrático de romanística de la Universidad Carolina de Praga desde 1882, aunque en aquel tiempo no existía la filología hispánica como carrera autónoma (Šoubová, Housková, 2010: 35). Entre otras cosas, Jan Urban Jarník se dedicó a la lengua y cultura rumanas, traduciendo a dicho idioma a autores checos como Božena Němcová. A su vez, publicó obras de folklore rumano (del cancionero popular y poesías). Se dedicó al campo de los estudios del sánscrito y a la lingüística comparada de lenguas romances. Sentó las bases de la Albanística checa (Surovčák, 2013). En el ámbito de la literatura, a partir de la segunda mitad del siglo XIX nos topamos con las primeras traducciones al checo de obras españolas de referencia. Josef Bojislav Pichl (1813-1888), además de médico, escritor y periodista, fue el autor en 1838 de la primera traducción de las Novelas ejemplares de Miguel de Cervantes, y de la primera parte de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (1615), publicada en 1866. La segunda parte del Quijote se publicó dos años después y corrió a cargo de Kristian Stefan (1819-1892), profesor y político. De la célebre obra de Cervantes se hicieron hasta doce traducciones (Montoro Cano, 2013: 32), entre las que destaca la del año 1898, cuyo autor fue Antonín Pikhart (1861-1909). Es la primera traducción directa del español al checo. Este poeta, gran viajero, juez y prolijo traductor de alemán, español y catalán fue una eminente personalidad de la época. Por sus trabajos es considerado el primer hispanista y traductor checo profesional. Su campo de acción era variado: tradujo tanto obras clásicas (J. Zorrilla, Cervantes, El Lazarillo de Tormes) como coetáneas de la literatura española (Pedro A. de Alarcón, G. A. Bécquer, Emilia Pardo Bazán, Pérez Galdós, Ramón del Valle-Inclán) y catalana. De esta última lengua escribió un libro sobre literatura, tradujo al checo dos dramas de Àngel Guimerà, textos de Jacint Verdaguer y llegó a ser miembro de la Acadèmia Catalana; además, A. Pikhart fue el primer traductor de una obra latinoamericana[6]. De gran valor cultural son las relaciones epistolares que mantenía con personalidades del mundo de la cultura y política checa, española y catalana (Mrkvová, 2014: 25). A su vez, el políglota Jaroslav Vrchlický (1853-1912), pseudónimo de Emil Jakub Frída, fue un prolífico escritor, crítico literario, poeta (reconocido por renunciar al estilo romántico dominante en la época e introducir la poesía parnasiana), dramaturgo y traductor al checo de autores universales como Dante Alighieri, Goethe, Baudelaire, Allan Poe o Walt Whitman. Del español tradujo una veintena de dramas de Calderón de la Barca. Fue profesor de literatura comparada en la Universidad Carolina de Praga. En la disciplina lingüística destacan los estudios en fonética y lexicografía que desarrollan los siguientes investigadores: Josef Chlumský (1871-1939) estudió filología checa, alemana y francesa en la Universidad Carolina de Praga. En 1919 se convirtió en catedrático de fonética en la Facultad de Filosofía y Letras de dicha universidad. Fue el fundador de la fonética checa experimental e impulsó la creación del Laboratorio de fonética experimental que luego llegó a dirigir. Entre sus trabajos sobre la fonética del checo y lenguas románicas, destaca su trabajo “La –s andaluza y la suerte de la –s indoeuropea en eslavo” (Montero Cano, 2013: 34). Maxmilián Křepinský (1875-1971) fue catedrático de filología románica en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Carolina de Praga (1919-1946) y el primer lingüista en hacer una monografía centrada exclusivamente en el español, que por iniciativa de Ramón Menéndez Pidal se publicó en Madrid en 1923 bajo el título Sobre la influencia de los sonidos palatales en las vocales precedentes en español. Rudolf Jan Slabý (1885-1957) fue un políglota romanista, eslavista y germanista que estudió en la Universidad Carolina de Praga y de Berlín. Su trayectoria es extensa y se dedica tanto a la traducción al español de títulos de diversa temática (publicó un centenar de obras principalmente checas, pero también eslovacas, polacas, rusas, inglesas o suecas), como a la difusión de la cultura eslava o al estudio lexicográfico. Fue profesor de lenguas eslavas en 1922 en la Universidad de Barcelona. Llegó a ser rector de la Universidad de Praga. Fue un gran simpatizante de las culturas italiana, española, catalana y vasca. De hecho, impulsó los estudios de lengua catalana[7] en la Universidad Carolina de Praga. Tradujo del catalán a Adrià Gual (Misteri de dolor, traducido por Zlomené srdce, de 1910), y a Àngel Guimerà (La reina jove, en checo Mladá královna, de 1911). Además, fue miembro de las Academias Española, Argentina y Vasca. Sus obras lexicográficas más destacadas fueron el Diccionario general y técnico de las lenguas española y alemana (escrito con Rudolf Grossmann) en 1932 y el Diccionario manual español-checo y checo-español. Otros profesionales dignos de mención nacidos en el siglo XIX son Josef Dvořák y Karel Rocher-Skála. Josef Dvořák (1894-1980), lingüista checo y catedrático de romanística, autor de la monografía Deminutiva v jazycích románských [Los diminutivos en las lenguas romances], publicada en 1932, dedica una parte de la obra al léxico español y la formación de palabras. Karel Rocher-Skála (1863-1934) fue profesor de enseñanza secundaria y se centró en la didáctica de la enseñanza de lenguas, elaborando distintos manuales de lenguas romances derivadas del latín. Algunas de sus obras son Učebnice staré francouzstiny jako uvedení do historického studia jazyků vůbec [Manual de francés antiguo como introducción al estudio histórico de lenguas], de 1924, o Praktická mluvnice španělška na zakladě latiny pro školy i samouké znalé latiny [Gramática básica del español sobre la base del latín para escuelas y autodidactas conocedores del latín], de 1929. Los primeros años del siglo XX, antes de que dé comienzo la Segunda Guerra Mundial, se caracterizan por la aparición de centros y academias desde donde se dará a conocer y se desarrollarán los estudios sobre el hispanismo. En 1908 se creará el primer lectorado de español en la Universidad Carolina de Praga (Mištinová, 2005); en 1929 el Instituto Español e Iberoamericano de Praga; incluso a finales de los años 30 se emitirá un curso de español por la radio; nacerán revistas especializadas como la Revista de Filología Moderna (1919) y tendrá lugar la conformación del conocido Círculo de Praga, grupo de lingüistas que publicarán las Tesis (1929), cuya concepción sistemática y funcional de la lengua marcará un antes y un después en la lingüística histórica. Sin embargo, dejaremos por el momento la situación del hispanismo checo en el siglo XX para estudiarlo en un próximo trabajo. BIBLIOGRAFÍA BINKOVÁ, Simona (2016): “La violencia en las misiones jesuíticas. Intento de una tipología (S. XVII-XVIII)”. En: VÁZQUEZ CIENFUEGOS, Sigfrido (coord.): Poder y conflictividad social en América Latina. Ibero-Americana Pragensia, Supplementum 44. Praga: Ed. Karolium. CHALUPA, Jiří: “Apuntes sobre la historia de las relaciones entre Argentina, Chile, Uruguay y los países checos”. En Estébanez, D. (ed) (2001) El hispanismo en la República Checa. Praga: Facultad de Filosofía, Universidad Carolina, pp. 256-287. FERRER, Carlos (2016). Antonín Pikhart, el autodidacta que tradujo el Quijote al checo. En: http://www.radio.cz/es/rubrica/especiales/antonin-pikhart-el-autodidacta-que-tradujo-el-quijote-al- checo HAENSCH, Günther: “La aportación de los países de habla alemana a la lingüística hispánica (1800-1945)”. Centro Virtual Cervantes. En: https://cvc.cervantes.es/lengua/hispanismo_aleman/haensch.htm HAMPEJS, Zdeněk (1959). Los estudios hispánicos en Checoslovaquia. En: https://revistas.ufpr.br/letras/article/viewFile/19955/13162 MIŠTINOVÁ, Anna (2015). “Hexaglosson: diccionario y manual de idiomas del siglo XVI: algunas incógnitas”. Boletín de lingüística, XXVII/43-44, pp. 184-197. MIŠTINOVÁ, Anna (2005). “La enseñanza del español en el sistema educativo checo: aspectos metodológicos y factores extralingüísticos”. En: I Congreso Internacional: El español, lengua del futuro. Toledo, 20-23/03. MONTORO CANO, Estela del Rocío (2013). La enseñanza del español como lengua extranjera en Eslovaquia (Bratislava): Historia y actualidad. Tesis Doctoral. Universidad de Granada. En: https://hera.ugr.es/tesisugr/22702398.pdf MRKVOVÁ, Jana (2014). “K osobní knihovně právníka, básníka a překladatele Antonína Pikharta"” Historia Litterarum, vol. 59, no. 3-4, pp. 25-30. NEVADO FUENTES, Charo (2011): “La enseñanza del español como lengua extranjera en el siglo XVI: primeras gramáticas publicadas en Europa”. REDEX, 1, pp-9-24. STEPÁNEK, Pavel (1997). “Relaciones histórico-artísticas entre la Venezuela colonial y el reino de Bohemia (País Checo)”. Anales del Museo de América, 5, pp.167-174. SUROVČÁK, Martin (2013). “Jan Urban Jarník (1848-1923): Zakladatel České Albanistiky”. Porta Albanica, roč.5, č.2, s. 9-17. ŠOUBOVÁ, Petra; HOUSKOVÁ, Anna (2010): El hispanismo en las universidades checas. Agregaduría de Educación en la República Checa, Embajada de España. En: https://www.mecd.gob.es/republicacheca/dms/consejerias-exteriores/republica-checa/material-divulgat ivo/hispanismo.pdf VILÀ, Lara (2009). “Friedrich Diez (1794-1876)”. En: http://portal.uc3m.es/portal/page/portal/inst_lucio_anneo_seneca/educacion/proy_apolo/galer%EDa_fil ologos/friedrich_diez ________________________________ [1] Václav Šašek de Bířkov, parte del séquito, documentó el viaje en Deník o jízdě a putování pana Lva z Rožmitálu a z Blatné z Čech až na konec světa. El original checo no se conserva, pero sí la traducción latina de 1577. [2] El primer grupo partió de Bohemia en 1678. Llegaron a América unos 160 misioneros de los países de la Corona checa, incluidos los germanoparlantes. Además de sacerdotes y hermanos legos, emigraron arquitectos (Juan Kraus, Simón de Castro-Boruhradský, Juan Roehr) y farmacéuticos (Stepánek, 1997: 169). [3] El ejemplar checo de Hexaglosson del Museo Nacional no se editó antes de 1575. En cuanto a la autoría, se cree que las versiones alemana, francesa, italiana y española fueron obra de Cornelius Valerius. El historiador Josef Polišenský atribuye la versión checa a Zikmund Hrubý de Jelení, filólogo checo que vivió en Basilea (Mištinová, 2015). [4] Una aproximación al contexto de la época en los ss. XIX y XX la encontramos en Haensch, Günther:“La aportación de los países de habla alemana a la lingüística hispánica (1800-1945)”. [5] Jacob Grimm (1785-1863) y su hermano Wilhem Grimm (1786-1859), aparte de recopilar la literatura popular en Cuentos para niños y padres, publicado en 1812, son los autores del monumental Deutsches Wörterbuch (Diccionario de Lengua Alemana, editado en 1854), el diccionario histórico comparativo de la lengua alemana por excelencia (33 volúmenes que registran, desde el s.VIII, la historia de la lengua alemana). Son considerados los fundadores de la germanística. [6] En 1908 publica la traducción de la novela romántica María, del colombiano Jorge Isaacs (Chalupa, 2001: 66). [7] Recoge Zdeněk Hampejs (más tarde Hampl) que Rudolf Slabý impulsó el estudio de la lengua catalana en la Universidad Carolina, al igual que en el ámbito de la investigación literaria y traducción destacaron importantes personalidades de la cultura nacional como los ya mencionados Antonín Pikhart (en Hampejs “Pikhardt”), Jaroslav Vrchlický (quien tradujo Atlantis, de J. Verdaguer) y Sigismund Ludvík Bouška (1867-1942) ––en Hampejs “Bouskay”–– , traductor de Ramón Llull y de Verdaguer (Hampejs, 1959: 137).