El modernismo hispanoamericano - Ejemplos La poesía española de la época. · Forma anquilosada, utilizada desde antes del renacimiento: octosílabos (y pie quebrado), estructura de décima. · Lenguaje coloquial, referentes costumbristas · Tono infantilizante, jocoso, paternalista. El gaitero de Gijón Ramón de Campoamor I Ya se está el baile arreglando. Y el gaitero, ¿dónde está? «Está a su madre enterrando, pero enseguida vendrá». «Y ¿vendrá?» «Pues ¿qué ha de hacer?» cumpliendo con su deber. vedle con la gaita..., pero ¡cómo traerá el corazón el gaitero, el gaitero de Gijón! II ¡Pobre! Al pensar en su casa toda dicha se ha perdido, un llanto oculto le abrasa, que es cual plomo derretido. Mas, como ganan sus manos el pan para sus hermanos, en gracia del panadero toca con resignación el gaitero, el gaitero de Gijón. III No vio una madre más bella la nación del sol poniente... pero ya una losa de ella le separa eternamente. ¡Gime y toca! ¡Horror sublime! Mas, cuando entre dientes gime, no bala como un cordero, pues ruge como un león el gaitero, el gaitero de Gijón. IV La niña[1] más bailadora, «¡Aprisa! -le dice- ¡aprisa!» Y el gaitero sopla y llora, poniendo cara de risa. Y al mirar que de esta suerte llora a un tiempo y los divierte, ¡silban como Zoilo a Homero, algunos sin compasión, al gaitero, al gaitero de Gijón! V Dice el triste en su agonía, entre soplar y soplar: «¡Madre mía, madre mía! ¡Cómo alivia el suspirar!» Y es que en sus entrañas zumba la voz que apagó la tumba; ¡voz que, pese al mundo entero, siempre la oirá el corazón del gaitero, del gaitero de Gijón! VI Decid, lectoras, conmigo: ¡Cuanto gaitero hay así! ¿Preguntáis por quien lo digo? Por vos lo digo y por mí. ¿No veis que al hacer, lectoras, doloras y más doloras, mientras yo de pena muero vos las recitáis al son del gaitero, del gaitero de Gijón?... Renovación formal: el metro acentual Nocturno José Asunción Silva Una noche, una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de música de alas, una noche, en que ardían en la sombra nupcial y húmeda, las luciérnagas fantásticas, a mi lado, lentamente, contra mí ceñida, toda, muda y pálida como si un presentimiento de amarguras infinitas hasta el fondo más secreto de tus fibras te agitara, por la senda que atraviesa la llanura florecida caminabas, y la luna llena por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz blanca, y tu sombra, fina y lánguida, y mi sombra por los rayos de la luna proyectadas, sobre las arenas tristes de la senda se juntaban y eran una y eran una ¡Y eran una sola sombra larga! ¡Y eran una sola sombra larga! ¡Y eran una sola sombra larga! Esta noche solo, el alma llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte, separado de ti misma, por la sombra, por el tiempo y la distancia, por el infinito negro donde nuestra voz no alcanza, solo y mudo por la senda caminaba, y se oían los ladridos de los perros a la luna, a la luna pálida, y el chillido de las ranas... Sentí frío; ¡era el frío que tenían en tu alcoba tus mejillas y tus sienes y tus manos adoradas, entre las blancuras níveas de las mortuorias sábanas! Era el frío del sepulcro, era el frío de la muerte, era el frío de la nada... Y mi sombra por los rayos de la luna proyectada, iba sola iba sola ¡iba sola por la estepa solitaria! Y tu sombra esbelta y ágil, fina y lánguida, como en esa noche tibia de la muerta primavera, como en esa noche llena de perfumes, de murmullos y de músicas de alas, se acercó y marchó con ella, se acercó y marchó con ella, se acercó y marchó con ella... ¡Oh las sombras enlazadas! ¡Oh las sombras de los cuerpos que se juntan con las sombras de las almas! ¡Oh las sombras que se buscan y se juntan en las noches de negruras y de lágrimas!... Acercamiento al verso libre Luna de las tristezas Leopoldo Lugones Sintiendo vagar por su elegante persona Una desolada intimidad de hastío, La bella solterona (Treinta y ocho años, regio porte, un tanto frío De beldad sajona) Desde el tocador ya bastante sombrío, Ve morir un crepúsculo en el río, Y a su confidente suavidad se abandona. La hora se purifica, llena de pesadumbre. Una voz lejana interpela: ¡Pablo!... ¡Pablo!... Y un trasatlántico, solemne en la vislumbre. Brama con ronca mansedumbre Como el buey en el establo. El muelle desierto ábrese a ignotos emporios; En algunos cables flotan piezas de ropa; Y hacia el azul rogado por Angelus ilusorios, El rancho marinero vaporiza su sopa. Las dársenas, ya opacas de penumbras ligeras. Se paralizan en lívidas charcas. Y cubre las riberas Una taciturna quietud de barcas Extranjeras... […] Fuentes y maestros: Walt Whitman “Song of Myself”, en Leaves of Grass · Hombre-cosmos. Disolución del yo, panteísmo. · Naturaleza por encima de las creencias: alianza del Bien y el Mal. · Asociación cuerpo humano – Naturaleza. 1 I celebrate myself, and sing myself, And what I assume you shall assume, For every atom belonging to me as good belongs to you. I loafe and invite my soul, I lean and loafe at my ease observing a spear of summer grass. My tongue, every atom of my blood, form'd from this soil, this air, Born here of parents born here from parents the same, and their parents the same, I, now thirty-seven years old in perfect health begin, Hoping to cease not till death. Creeds and schools in abeyance, Retiring back a while sufficed at what they are, but never forgotten, I harbor for good or bad, I permit to speak at every hazard, Nature without check with original energy. 21 I am the poet of the Body and I am the poet of the Soul, The pleasures of heaven are with me and the pains of hell are with me, The first I graft and increase upon myself, the latter I translate into new tongue. I am the poet of the woman the same as the man, And I say it is as great to be a woman as to be a man, And I say there is nothing greater than the mother of men. I chant the chant of dilation or pride, We have had ducking and deprecating about enough, I show that size is only development. Have you outstript the rest? are you the President? It is a trifle, they will more than arrive there every one, and still pass on. I am he that walks with the tender and growing night, I call to the earth and sea half-held by the night. Press close bare-bosom'd night—press close magnetic nourishing night! Night of south winds—night of the large few stars! Still nodding night—mad naked summer night. Smile O voluptuous cool-breath'd earth! Earth of the slumbering and liquid trees! Earth of departed sunset—earth of the mountains misty-topt! Earth of the vitreous pour of the full moon just tinged with blue! Earth of shine and dark mottling the tide of the river! Earth of the limpid gray of clouds brighter and clearer for my sake! Far-swooping elbow'd earth—rich apple-blossom'd earth! Smile, for your lover comes. Prodigal, you have given me love—therefore I to you give love! O unspeakable passionate love. Fuentes y maestros: Edgar Allan Poe · El efecto como esencia del poema. · La moral no tiene cabida. Filosofía de la composición (Traducido por Julio Cortázar) […] Lo que entendemos por poema largo no es más que una sucesión de poemas breves, es decir, de efectos poéticos breves. Ni que decirse tiene que un poema para serlo depende sólo de su capacidad para elevar el alma mediante una intensa emoción. Y toda gran emoción es, por pura necesidad física, breve. Por esta razón, al menos la mitad de El paraíso perdido es esencialmente prosa -una sucesión de arrebatos poéticos alternados, inevitablemente, con sus correspondientes depresiones -, quedando privado en su conjunto, debido a la enormidad de la extensión, de un elemento artístico tan de todo punto primordial como la totalidad, o unidad, de efecto. Parece evidente, pues, que existe un límite preciso, en lo que concierne a la extensión, para toda obra literaria: el límite de una sola sesión de lectura; y que, si bien en ciertos tipos de prosa, tales como Robinson Crusoe -que no exige unidad-, dicho límite puede ser rebasado en beneficio de la obra, jamás sucederá lo mismo con un poema. Dentro de este límite, puede lograrse que la extensión de un poema guarde una relación matemática con sus méritos, es decir, con la elevación y emoción producidas, o, en otras palabras, con el grado de verdadero efecto poético que alcanza a inducir; pues resulta claro que la brevedad siempre guarda una relación directa respecto de la intensidad del efecto pretendido por la sola razón de que, inevitablemente, se requiere una cierta extensión para producir un mínimo de efecto. A la vista de estas consideraciones, y manteniéndome fiel a ese grado de elevación que según mi estimación no rebasa el gusto popular pero tampoco resulta inferior al del crítico, pronto concluí en lo que imaginaba debía ser la extensión adecuada para el poema que me había propuesto: una extensión de unos cien versos. El poema llegó a tener ciento ocho. La segunda cuestión en que reparé fue en la elección de aquel efecto, o impresión, que el poema debía transmitir; y también podría aquí señalar que, a lo largo de su composición, me atuve en todo momento al esquema de que la obra resultara universalmente apreciable. Me exigiría desviarme en exceso de mis actuales propósitos el ponerme a considerar ahora un punto sobre el que he insistido repetidamente y que, en lo que al factor poético se refiere, no ofrece la más mínima duda: el de que la Belleza es el único y legítimo ámbito del poema. Sólo añadiré unas palabras, no obstante, a fin de aclarar lo que realmente con ello intento decir, y que algunos de mis amigos se muestran proclives a malinterpretar. Ese placer que a la vez es el más intenso, elevado y puro de todos, se halla a mi parecer en la contemplación de lo bello. Cuando los hombres hablan de la Belleza, no se están realmente refiriendo, tal como suponen, a una cualidad, sino a un efecto; se refieren, en suma, a esa elevación pura e intensa del alma -no del intelecto, o del corazón- sobre la cual ya he hablado, y que se experimenta a través de la contemplación de “lo bello”. Otorgo a la Belleza, por tanto, el dominio del poema, nada más por el hecho de que es una norma evidente de todo arte la recomendación de que los efectos surjan del modo más directo posible de sus causas originales; y nadie ha habido hasta el momento tan obtuso como para no reconocer que esta peculiar elevación de la que hablamos, cuando menos, se consigue más pronto a través de un poema. No obstante, el propósito de Verdad, como satisfacción del intelecto, y el propósito de Pasión, como excitación del corazón, si bien hasta cierto punto alcanzables en poesía, lo son, desde luego, mucho más fácilmente en prosa. Sucede que la Verdad exige una precisión, y la Pasión una familiaridad (los verdaderamente apasionados saben a lo que me refiero) por completo antagónicas respecto de esa Belleza que, como digo, consiste en la excitación o ascenso placentero del alma. […] Fuentes y maestros: Stéphane Mallarmé · Tedio, spleen, ennui. · Invitación al viaje poético, imaginación. Brisa marina La carne está triste, ¡ay!, y he leído todos los libros. ¡Huir! ¡huir hacia allá! ¡Siento que hay pájaros ebrios de hallarse entre la espuma desconocida y los cielos! Nada, ni los viejos jardines reflejados por los ojos, retendrá a este corazón que en la mar se empapa, ¡oh, noches!, ni la claridad desierta de mi lámpara sobre el papel vacío que la blancura defiende y tampoco la mujer joven que da el pecho a su hija. ¡Marcharé! Vapor que balanceas tus mástiles, ¡leva el ancla hacia una exótica naturaleza! ¡Un Hastío, desolado por la crueles esperanzas, aún cree en el adiós supremo de los pañuelos! Y tal vez los mástiles que invitan al huracán son de aquellos que un viento inclina sobre los naufragios perdidos, sin mástiles, sin mástiles, ni fértiles islotes. Pero ¡oh, corazón mío, escucha el cantar de los marineros! Fuentes y maestros: Arthur Rimbaud · Feísmo. · Ruptura de la mímesis, pre-vanguardia. Vocales A negra, E blanca, I roja, U verde, O azul: vocales, algún día diré vuestro origen secreto; A, negro corsé velludo de moscas relucientes que se agitan en torno de fetideces crueles, golfos de sombra; E, candor de nieblas y de tiendas, lanzas de glaciar fiero, reyes blancos, escalofríos de umbelas; I, púrpura, sangre, esputo, reír de labios bellos en cóleras terribles o embriagueces sensuales; U, ciclos, vibraciones divinas de los mares verduscos, paz de campo sembrado de animales, paz de arrugas que la alquimia imprimió en las frentes profundas; O, supremo clarín de estridencias extrañas, silencio atravesado de Ángeles y de Mundos; O, la Omega, el reflejo violeta de sus Ojos. Fuentes y maestros: Charles Baudelaire · Naturaleza como altar divino donde está escrito el poema. · Sinestesia. Fuentes y maestros: Paul Verlaine · Música: abstracción. · Matiz: sutilidad frente a la retórica vulgar. Arte poética Prefiere la música a toda otra cosa, persigue la sílaba impar, imprecisa, más ágil y más soluble en la brisa, que –libre de lastre– ni pesa ni posa. Que vuestra palabra tenga un indeciso y equívoco paso, si lo decidís. Nada más hermoso que la canción gris, donde lo indeciso se une a lo preciso. Detrás de los velos, las miradas bellas. En el mediodía, una luz que oscila. Un cielo de otoño templado perfila un confuso azul de claras estrellas. Matiz, claroscuro, veladura sola. Nada de color. Sólo los matices. El matiz compone parejas felices entre sueño y sueño, entre flauta y viola. Aleja de ti la punta asesina, la gracia cruel y el rictus de hielo, que harían llorar los ojos del cielo con todo ese ajo de mala cocina. Coge la retórica y amordázala. Sujeta la rima, y dale sentido a esa carambola de vano sonido, que, si la dejamos, ¿hasta dónde irá? ¡Ah, la sinrazón de la pobre rima! ¿Qué párvulo sordo, qué negro mochales, nos forjó esa joya de cuatro reales que suena a oropel hueco con la lima? La música siempre, y en tono menor. Que tu verso sea fugaz y suave, sutil y ligero, como vuelo de ave que busca otros cielos y otro nuevo amor. Que tu verso sea la buena ventura esparcida al aire de la madrugada, que huele a tomillo y a menta granada… Todo lo demás es literatura. Antaño y hogaño, 1884. Traducción de Esteban Torre. ART POÉTIQUE De la musique avant toute chose, Et pour cela préfère l’Impair Plus vague et plus soluble dans l’air, Sans rien en lui qui pèse ou qui pose. Il faut aussi que tu n’ailles point Choisir tes mots sans quelque méprise: Rien de plus cher que la chanson grise Où l’Indécis au Précis se joint. C’est des beaux yeux derrière des voiles, C’est le grand jour tremblant de midi, C’est, par un ciel d’automne attiédi, Le bleu fouillis des claires étoiles! Car nous voulons la Nuance encor, Pas la couleur, rien que la nuance! Oh! la nuance seule fiance Le rêve au rêve et la flûte au cor! Fuis de plus loin la Pointe assassine, L’Esprit cruel et le Rire impur, Qui font pleurer les yeux de l’Azur, Et tout cet ail de basse cuisine! Prends l’éloquence et tords-lui son cou! Tu feras bien, en train d’énergie, De rendre un peu la Rime assagie. Si l’on n’y veille, elle ira jusqu’où? O qui dira les torts de la Rime? Quel enfant sourd ou quel nègre fou Nous a forgé ce bijou d’un sou Qui sonne creux et faux sous la lime? De la musique encore et toujours! Que ton vers soit la chose envolée Qu’on sent qui fuit d’une âme en allée Vers d’autres cieux à d’autres amours. Que ton vers soit la bonne aventure Eparse au vent crispé du matin Qui va fleurant la menthe et le thym… Et tout le reste est littérature. Jadis et Naguère, 1884. El modernismo y las ciencias ocultas La ciencia de lo oculto, que antes pertenecía a los iniciados, a los expertos, está rehaciendo hoy con las nuevas investigaciones de individuos sabios y sociedades especiales. La ciencia oficial del mundo occidental no ha sido capaz aún de aceptar ciertas manifestaciones extraordinarias -aunque aún dentro del reino de lo natural en su sentido más amplio- como las demostradas por Crookes y Mme. Blatavsky. Pero los seguidores fervientes esperan que, al acercarse la Humanidad gradualmente a la Perfección, llegará un momento en el que las antiguas Scientia occulta, Scientia occultati, Scientia occultans, no seguirán siendo arcanos. Llegará a el día en que Ciencia y Religión, como una sola, llevarán al hombre al conocimiento de la Ciencia de la Vida Rubén Darío, La Nación, 1895 ________________________________ [1]Tono infantil, jocoso, paternal.