o Las relaciones entre los signos lexicos (II): Antonimia. Polisemia-homonimia ■ En este capitulo trataremos dos fenomenos semänticos: la antonimia (relaciön entre significados) y la polisemia (relaciön significante-significado). Aunque la antonimia pertenece a las relaciones entre significados, al igual que la sinonimia y la hiponimia-hiperonimia, por razones de organizaciön temätica nos hemos visto forzados a incluir en este capitulo los dos fenomenos. Con objeto de marcar la notoria diferencia existente entre ambos tipos de relaciones, los hemos distin-guido tambien con una notaciön diferente. Sera 9.A. para la antonimia y 9.B. para la polisemia-homonimia. 9.A. La antonimia (relaciön entre significados)_ 9.A.I. Introducciön Si comparamos los trabajos e investigaciones realizadas sobre la sinonimia con los que podemos obtener sobre la antonimia, advertimos un notable desequilibrio. En efecto, la antonimia ha obtenido, especialmente en el pasado, una atenciön menor. Incluso en los libros de semäntica y en los diccionarios se ha descuidado el tema de la antonimia. Solo en epoca reciente este desequilibrio ha quedado compen-sado. La denominaciön tecnica de antonimia surgiö hacia mediados del siglo xix, siguiendo el patrön de la sinonimia, para describir el fenomeno de la oposicio- 309 310 LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (II): ANTONIMIA. POLISEMIA-HOMONIMIA 311 nalidad de significado. Tradicionalmente se ha concebido la antonimia como fenómeno contrario a la sinonimia y aún hoy en día, a menudo, se piensa en la antonimia como hecho opuesto a la sinonimia, como dos nociones opuestas, aunque, como luego veremos, ambos fenómenos tienen un estatus muy dife-rente, pues son relaciones léxicas de distinta naturaleza. De hecho, en la se-mántica actual, se reconoce que se han englobado distintos fenómenos bajo el manto de la llamada antonimia y se intenta diferenciarlos. Esta situación ha fa-vorecido la confusion y la existencia de una gran variedad teórica y descriptiva sobre la antonima, dependiendo de los autores y de los criterios mantenidos por ellos. Una somera ojeada a las definiciones de antonimia va a poner en evidencia la gran heterogeneidad que existe en el enjuiciamiento del fenómeno semántico. No abundan las definiciones que sean reconocidas por todos los autores. Veamos al-gunas: a) «La antonimia es un caso particular de oposición semantica» (S. Gutierrez Ordóňez: 1992: 131). b) «El término antonimia se usa para indicar "oposición de significado"; las palabras que son opuestas son antonimos» (Palmer, 1978: 103). c) «La antonimia designa una relación de contrario aplicable al único campo léxico y definida por oposición a la más antigua de sinonimia» (Tamba-Mecz, 1989: 94). d) «Los antónimos son unidades cuyos significados son contrarios; esta notion de «contrario» se define generalmente con relación a los términos ve-cinos, los de complementario [...] y de recíproco [...]». (Dubois et alii, 1979). e) «En sentido estricto, dos significados son antonimos si uno es la negation del otro; se habla entonces de «contrario»: presente, ausente». {El len-guaje, 1985: 34). f) «Dos palabras se encuentran en los extremos de una relación gradual, p.ej. "alto" y "bajo"» (Crystal, 1987: 443). g) «El término que suele utilizarse para indicar la relación que existe entre elementos con significados en pugna es el de antonimia» (R. Kempson, 1982: 83). h) «Rt y R2 son antonimos, si sus significados son idénticos, salvo que el significado de R, tiene un componente C donde Rr, tiene C',yCy Cper-tenecen a un subconjunto particular de componentes que se excluyen mu-tuamente» (Bierwich, 1975: 180). i) «[...] una noción bastante más útil y general de "contraposition semántica" que la de antonimia es la de incompatibilidad [...]» (Leech, 1977: 120). Dentro de estas definiciones encontramos una gran variedad de conceptos: «oposicion», «campo lexico», «negacion», «contrario», «complementario», «identidad», «incompatibilidad». Como advertimos, a veces las nociones son contrapuestas («oposicion», «negacion», «identidad», etc.) y otras especifican el concepto de antonimia («complementario», «incompatibilidad», etc.). Algunas definiciones nos sugieren las teorias estructurales («oposicion», «campo lexico») otras, el análisis componencial («subconjunto particular de componentes»), otras, la description logica («contrario», «complementario», etc.). En suma, no hay un concepto teórico de antonimia homogéneo y son muy variadas las descripciones de que ha sido objeto este fenómeno. Las razones po-demos hallarlas en la complejidad de las relaciones de significado que se han englobado en el término de antonimia y la diversidad de enfoques con que se ha abordado el problema (estructural, lógico, en contexto). También ha contribuido la variedad de formas de expresión de la antonimia, pues se siguen diversos patrones morfológicos. Nuestro objetivo es clarificar esta heterogeneidad tanto en el piano de la expresión como en el del contenido. 9.A.2. Diversidad de formas de expresión antonímica Podemos distinguir cinco tipos de formas de expresión «antonimica» en el in-ventario de la lengua espaňola: 1) Unidades léxicas sin relación de forma o de significante entre ellas. No tienen ningún elemento léxico común y, por consiguiente, carecen de relación morfológica: largolcorto; buenolmalo; viejo/joven; agudo/grave. Pueden distinguirse a base de su polaridad positiva o negativa. 2) Una forma léxica y su propia negación. Si no existe término léxico anto-nímico se acude a su negación (saltarlno saltar, intervention!no intervention; concurrencialno concurrenciá). El uso de este tipo de antónimos está creciendo actualmente. 3) Una forma léxica simple y la misma forma prefijada: los prefijos niegan la base sobre la que aparecen, es decir, que la base prefijada se oponě a la no prefijada. Son negativos morfológicos de correspondientes palabras mor-fológicamente positivas. La afinidad con la relación de negación queda plasmada en los prefijos empleados {a-, des-, dis-, in- y sus morfos): típi-colatípico; agrado/desagrado; continuoldiscontinuo; contablelinconta-ble; posiblelimposible: lógicolilógico. 4) Dos formas prefijadas cuya oposición reside en los prefijos: pre-docto-rallpost-doctoral; hipotensalhipertensa; introvertidolextrovertido. 312 LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (II): ANTONIMIA. POLISEMIA-HOMONIMIA 313 5) Dos formas compuestas (palabras o lexías) que presentan una parte pare-cida y otra diferente: prolantiamericano; homofilialhomofobia. Algunos autores denominan antónimos gramaticales a los que tienen una relación morfológica en el significante, en oposición a los antónimos lé-xicos. 9.A.3. La antonimia en la semäntica estructural. Campos lexicos Es evidente que el estudio de la antonimia se ha desarrollado en epoca reciente y, como afirma Geckeier (1976: 288), «posiblemente bajo la influencia de las opo-siciones en el anälisis lingüistico estructural» Quizä deberi'amos anadir que favorecida por la teorfa de campo en cuyo seno se detectan las diferentes rela-ciones opositivas. 9.A.3.1. Antonimia y campos léxicos Con la aplicación de las teorias estructurales al estudio del léxico se observa que al igual que la sinonimia y la hiponimia-hiperonimia, la antonimia también es una relación de contenido dentro del campo léxico. Asi, por ejemplo, en el campo léxico de los adjetivos de «estados de animo» (archisemema-hiperónimo) po-demos encontrar tanto sinónimos (alegre, jovial, contento, etc.), como también antónimos (triste, apenado, afligido, etc.). Veremos que sinonimia y antonimia son relaciones funcionales dentro la estructura de campo léxico. Ya Trier, al exponer sus teorias sobre el campo, apunta que los antónimos son elementos constitutivos del campo. Dice asi (Apud, Geckeier, 1976: 288): Ninguna palabra pronunciada está en la conciencia del hablante y del oyente tan aislada como se podria deducir de su aislamiento fónico. Toda palabra pronunciada hace recordar a la de sentido opuesto. [...] El valor de una palabra se reconoce sólo si se la delimita frente al valor de las palabras vecinas y opuestas.2 Recordemos que una de las características del campo léxico es que todos los lexemas deben tener una «sustancia semántica comun» o «valor de campo» (cf. 7.8.4.1.3). Por tanto, todos los miembros del campo tienen una série de rasgos co-munes y otros diferenciales. Los sinónimos y antónimos se oponen semántica- 1 Las negritas son nuestras. 2 Las negritas son nuestras. mente siempre en relación con un ámbito que es común. Asi, entre los sinónimos limpio, pulcro, impoluto y los contrarios sucio, inmundo, poluto, el ámbito común es «la limpieza», y en joven/viejo es la «edad». Ambas relaciones semánticas —la sinonimia y la antonimia— se basan en una análoga formula estructural fundamentada en el nivel sémico: I Rasgos semánticos comunes + Rasgos semánticos diferenciales j La diferencia estriba en que la base común, los rasgos comunes predominan > en la sinonimia, mientras que los diferenciales en la antonimia. Asi lo reconoce H. Geckeler (1989: 259): En las relaciones de sinonimia, es la similitud semántica la que domina en de-trimento de los elementos diferenciadores, mientras que, en las relaciones de antonimia, es el contraste semántico el que se impone pasando en silencio la base semántica común. Acorde con esta teoria, numerosos autores defienden que la relación de contrario (antonimia) descansa sobre la afinidad o proximidad semántica y que, I como hemos visto en el Capitulo 8, determinados lingüistas incluyan la antonimia junto con la sinonimia en la categoria de «relaciones de semejanza». Volviendo a las características del campo léxico estructural, recordemos que existen relaciones (paradigmáticas) es decir, oposiciones funcionales entre las unidades que lo conforman. Por medio de las conmutaciones posibles en un punto del enunciado obtendremos los rasgos comunes y diferenciadores y, por consiguiente, los significados idénticos (sinonimia) y los opuestos (antonimia). Las oposiciones se establecen dentro de alguna dimensión de similitud. Las oposiciones funcionales serán privativas (claridad/oscuridad; anima-doldesanimadö) y equipolentes (macholhembra) pero no graduales (calientel templado, frio, etc.), sino, como dirá Lyons, graduables (hirvientel gélido; largo/corto). Precisamente al estudiar las oposiciones entre los miembros de los campos léxicos y, en especial, en los antónimos, se ha llegado a la conclusión de que hay que buscar una nueva tipologia de oposiciones, pues no todas se basan en un bi-narismo absoluta, sino que, por el contrario, hay diferentes tipos de "opositivi-dad", como veremos más adelante y, además, la oposición de contrario, no sólo existe entre una sola palabra y su opuesta sino que pueden intervenir diversos elementos. En efecto, en el estudio de las relaciones semánticas entre dos lexemas paradigmáticamente afines y diferentes podemos encontrar que son incompatibles, antónimos, complementarios, etc. Lyons, apoyándose en la lógica, propuso una clasificación más depurada de los diferentes tipos de "oposicionalidad" que existen, entre los cuales incluye la antonimia. Al mismo tiempo consideró que, si bien la «antonimia refleja o determina lo que parece una tendencia humana generál a categorizar la experiencia a base de contrastes dicotomicos» y que «la oposición 314 LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA binaria es uno de los principios más importantes que gobiernan la estructura de las lenguas», sin embargo, reconoció también que un mismo elemento léxico puede oponerse a otros varios de muchas maneras, pues se pueden considerar diferentes parámetros según las marcas funcionales. 9.A.3.2. La antonimia y el análisis componencial (+ lógica) Conocemos que el análisis componencial, en sus diversas variantes y modifica-ciones, ha imperado en la descripción del léxico en la lingiiística generativa, en la que ha predominado la aplicación de la lógica para la formalization de las rela-ciones léxicas de significado, aunque no fue asi en las prácticas iniciales de dicho análisis. Ha sido posteriormente, con la evolución del análisis componencial (cf. 7.6) cuando se ha empleado para poner de manifiesto las relaciones lógicas que están asociadas a las relaciones léxicas. En un principio, Katz y Fodor defienden que una teória semántica describe y explica la capacidad interpretativa de los hablantes, concretamente, con relación a las oraciones. En consecuencia, sus principales objetivos van a ser: la ambigiiedad, las anomalías y las paráfrasis. Pero para ello se necesita describir el léxico que in-tervendrá en las oraciones. Aunque el estudio está focalizado a la polisemia-ho-monimia que provoca la ambigiiedad (cf. 9.B. 3.4) también se hace alusión a la si-nonimia (cf. 8.3.3) y a la antonimia. A diferencia de la polisemia-homonimia y la sinonimia léxica en que sus significados se representan en el diccionario bien como caminos o ramas diferentes (polisemia) o en términos de identidad de cami-nos (sinonimia), la antonimia se basa, esencialmente, en el papel de los marcadores semánticos. Inicialmente Katz y Fodor hablan de la antonimia de sexo en pares como hom-bre y mujer, tía y tío, hermano y hermana, vaca y toro. En el diccionario apare-cerán con «caminos idénticos, salvo que donde uno tiene el marcador semántico (macho) el otro tiene el marcador semántico (hombre)». Si se suprime la diferencia entre estos marcadores «cada par de antónimos sexuales se volvería par de sinónimos [...]». En esta línea define Ch. Nique (1975: 189) los antónimos: Dos entradas léxicas son antónimos si, puesto aparte un rasgo R de la primera entrada y un rasgo R' de la segunda (excluyéndose entre sí R y R'), su sentido se re-presenta por el mismo conjunto de rasgos (hombre/mujer). La notion lógica de incompatibilidad o exclusion (cf. 9.A.4) ya se vislumbra en esta definition de antónimos, asi como en la de Bierwich que hemos aportado en 9.A.I. Queda expresa en la definition de Leech (1977: 120): Podemos decir que dos formulas componenciales, o los significados que éstas expresan, son incompatibles si una contiene al menos un rasgo que se contrapone a LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LEXICOS (II): ANTONIMIA. POLISEMIA-HOMONIMIA 315 un rasgo de la otra; asf, el significado de mujer es incompatible con el de nino, de-bido al desacuerdo entre + adulto y - adulto; Otros significados incompatibles con «mujer» son «hombre», «muchacho», «muchacha», «vaca», por no hablar de otros cuya contraposition con el primero es mas acusada aim, como «arbol» o «destorni-llador». Hacemos hincapié en el hecho de que el análisis componencial ha ido su-friendo modificaciones, sobre todo a la hora de explicar las relaciones lógicas entre unidades léxicas (cf. 7.6) Palmer afirma (1978: 114) que «el análisis componencial no maneja bien to-das las relaciones semánticas». Refiriéndose concretamente a los antónimos pro-pone una modificación de los componentes pasándolos de "atómicos" a relacio-nales. Dice asi: [...] es difícil reducir los contrarios en relación a componentes. La relación padre/hijo no puede manejarse simplemente mediante la asignación de componentes a cada uno, a menos que esos componentes sean en cierto modo direccionales. Podríamos tratarlos, digamos, como teniendo los mismos componentes, pero en una "direc-ción" diferente. Sin embargo, al introducir "dirección" en los componentes estamos admitiendo, en efecto, que son relacionales y no simplemente componentes "atómicos" del significado. Otras modificaciones del análisis componencial son las "reglas de redundancia", etc, como hemos expuesto en el capítulo 7. 9.A.4. La antonimia y la lögica J. Lyons, si bien centrado en la semäntica estructural, intentö afinar las dife-rencias existentes en la «oposicionalidad» entre lexemas basändose en principios lögicos que le ayudaron a formalizar dichas relaciones lexicas. Distinguirä los di-versos tipos de opuestos a partir de sus propiedades lögicas. En paralelo a los opuestos privativos y equipolentes de muchos semantistas estructurales propone la distinciön entre antönimos y complementarios que corresponde a la distinciön lögica tradicional entre contrarios y contradictorios. Ademäs aporta dos nuevos tipos de oposiciön: inversion y oposiciön direccional. Frente a estos cuatro tipos de contraste3 u oposiciön binaria sefiala la existencia de contrastes no binarios en las relaciones de significado entre lexemas en conjuntos de varios miembros. A esta relaciön lexica la denomina incompatibilidad. Iniciamos la exposiciön de estos tipos de "contrastes" u "oposicionalidad" pro-puestos por Lyons presentändolos esquemäticamente y con las equivalencias lögicas y estructurales: Lyons opta por el término contraste. 316 LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (II): ANTONIMIA. POLISEMIA-HOMONIMIA 317 CONTRASTE (oposición léxica) antonimia complementariedad inversión direccional conjuntos conjuntos , L, . .. seriados ciclicos opuestos graduables opuestos no graduables privativos (estructura!) contrarius (logica) equipolentes (estructural) contradictorios (logica) Figura 9.A.I. Si aceptamos el cálculo lógico de las proposiciones, encontramos que Lyons, basándose en el concepto de «implicacion», diferencia claramente entre los opuestos léxicos graduables y los no graduables. En expresiones predicativas, los opuestos graduables requieren que la predicación de uno implique predicar la negación de otro. Asi, El café está caliente implica El café no estáfrío y El café estáfrío implica El café no está caliente. No obstante, El café no está caliente no suele implicar El café estáfrío, puede estar tibio, templado, etc. Podemos representarlo asi: — La afirmación de A, implica la negación de B. — La negación de A, no implica la afirmación de B. Es la relación que hay entre los antónimos que admiten gradación: grandelpe-queňo, altolbajo, joven/viejo. Estos supuestos se caracterizan porque teórica-mente pueden expresar grados diferentes de una misma cualidad: ancho/estrecho (gradación de anchura), grande/pequeňo (gradación de tamaňo), etc. Asi, en grandelpequeňo puede ser muy grande, bastante pequeňo, etc. Los antónimos son los dos extremos de una gradación continua, como por ejemplo, hirvientelhelado dentro de la gradación de la temperatura hirviente, caliente.. .frío, helado. Son tér-minos implícitamente comparativos. Esta relación es la que Lyons considera como auténtica antonimia. Algunos autores dicen que no sólo son graduables sino que son graduados en contraste con diferentes normas. Calificar un libro con el adjetivo viejo, no equivale a la calificación de viejo de una persona. General-mente la norma está fijada por el objeto que se describe: la anchura de una franja de «vestido ancha» no es la de una «carretera ancha». La temperatura del agua de una piscina para considerarla caliente no es la misma que la de un café caliente. > En otro orden de cosas podemos decir que estos antónimos (opuestos graduables) son opuestos privativos, pues uno de los términos está "marcado" y el otro "no marcado". Por el contrario, los opuestos no graduables en expresiones predicativas requieren no sólo que la predicación de cada uno implique predicar la negación del otro, sino también que predicar la negación de cada uno de ellos implique la predicación del otro. Por ejemplo, la proposición Juan no es soltero implica Juan es casado y Juan no es casado implica Juan es soltero. Podemos representarlo asi: — La negación de A, implica B. — La negación de B, implica A. Lyons denomina complementarios a estos opuestos no graduables, pues son complementarios entre si y no graduables. No se puede decir muy soltero, bastante casado, etc. a no ser ocasionalmente como en expresiones es muy macho, está más muerto que vivo. Esta distinción entre graduables y no graduables se corresponde con la tradi-cional distinción logica de contrarios y contradictorios. — Una proposición p es contraria de una proposición q si no pueden ser al mismo tiempo verdaderas (aunque si falsas): La leche está caliente: La leche está fría — Una proposición p es contradictoria de otra proposición q si p y q no pueden ser al mismo tiempo verdaderas o falsas. Es decir, • Si A es verdadero, O es falso. • Si A es falsa, O es verdadero. • Esto es una cigala macho: Esto es una cigala hembra Si es macho, no es hembra y si es hembra no es macho. Los inversos son opuestos en pares de palabras que exhiben la inversa de una relación entre ítems léxicos. Uno es inverso del otro. Son los pares: comprarlven-der; maridolesposa. La oración Pedro es el marido de Isabel expresa una proposición cuya inversa se expresa Isabel es la esposa de Pedro LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (II): ANTONIMIA. POUSEMIA-HOMONIMIA 319 Satisfacen las condiciones siguientes: — A implica B; — no A implica no B Si A vende B Si A da un libro a B — B implica A. — no B implica no A. — B compra A. — B recibe un libro de A. Palmer (1978: 106) los denomina contrarios en relación. Son especialmente interesantes los términos de parentesco en estas relaciones: padre-hijo, tío-sobri-no, abuelo-nieto. También los lexemas que entran en esta relación tienen que ver con funciones sociales recíprocas {doctor.paciente; dueňa.criada) y con relaciones temporales y espaciales (encima:debajo; antes:después). El cuarto tipo de los opuestos binarios que reconoce Lyons es resultante de la oposición direccional: arriba.abajo; venir.ir; llegar.-partir. Tienen una implication común de movimiento. Entrando ahora en el mundo de los contrastes no binarios, es decir de las relaciones de significado existentes entre lexemas en conjuntos de muchos miem-bros, encontramos diversos tipos que Lyons engloba dentro de la relación de in-compatibilidad. Se puede dar entre conjuntos seriados, escalas de rangos u ordenados en series (mariscal, general...cabo, soldado raso) y conjuntos cíclicos con unidades o periodos de tiempo (primavera, verano, otoňo, invierno o ene-ro...diciembre o lunes... domingo). El lingiiista A. Cruse sigue las pautas clasificadoras de J. Lyons y adopta su terminológia aunque realiza algunas modificaciones y precisiones que podemos esquematizarasí: TIPPS DE OPUESTOS LÉXICOS (CRUSEI NO LINEALES COMPLEMENTARIOS (contradictories) {Muerto/Vivo) ANTÓNIMOS (contrarios) ANTIPODALES INVERSOS REVERSOS íAmba/Abajo) {SubirlBajaň \DarlRecibir) • Polares: Extenso/Breve ■ Solapantes: ListolTonto ■ Equipolentes: GenerosolTacaňo Figúra 9.A.2. Nos interesa destacar que existe un cierto consenso en torno a un nümero de va-lores relationales dicotömicos. La mayoria de los semantistas siguen en la linea de J. Lyons y distinguen las oposiciones o las relaciones de contrario mäs importantes: • La oposieiön antitetica entre dos nociones complementarias. • Los dos extremos de una gradation continua cuantitativa o cualitativa (po-siciones antipolares) (antönimos para Lyons). • Entre dos direcciones inversas (orientaciones o direcciones espacio temporales o lögicas). No obstante, algunos autores rechazan el termino antonimia sustituyendolo por el de incompatibilidad y difieren en la conception de la antonimia con res-pecto a la teoria de Lyons. Por ejemplo, R. Kempson y Leech senalan que el termino antonimia es «poco afortunado» o «inadecuado» pues como dice Kempson (1982: 83): Los elementos lexicos pueden estar en mutua oposieiön de muchas maneras po-sibles. A lo largo de un determinado parämetro, hembra se opone a mujer, pero a lo largo de otro parämetro hombre no se opone a mujer sino a nino. Este argumenta tambien lo esgrime Leech: (1977: 120) [...] el termino «antönimo» nos da pie para creer que las palabras se contraponen respecto a una dimension solamente, cuando la verdad es que, de hecho, pueden contraponerse a otras palabras respecto de varias dimensiones a la vez. Ambos autores adoptan el termino de incompatibilidad para denominar tanto las oposiciones binarias como las no binarias. Esta conception en sentido amplio se plasma en la definition de incompatibilidad facilitada por Leech (1977: 122) «la exclusion de un significado de otro». Distingue Kempson cuatro tipo de relaciones de incompatibilidad4. Unos difieren de los tipos de Lyons y otros se basan en teorias estructurales propiamente dichas: ■ Oposieiön binaria simple. Es considerada la de los verdaderos antönimos. (En Lyons se denominan "complementarios"): solterolcasado. I Oposieiön no binaria sino que incluye muchos mäs elementos en una oposieiön significativa multiple. Son taxonomfas multiples, conjuntos de mäs de dos miembros con una nota de similaridad entre ellos pero con sus caracteristicas distintivas: comedor, sala, dormitorio, cocina, etc. (Nos retrotraen a los campos lexicos estructurales). I Opuestos graduables y como tales no se hallan en oposieiön binaria: friolcaliente; jovenlviejo; grande/pequeno. Pueden formar un conjunto de elementos graduables y mutuamente exclusivos (Son los "autenticos antönimos" en Lyons para quien estän en oposieiön binaria). I Oposieiön en inversos: comprar-.vender; encima.debajo; marido:esposa. A veces se la denomina de exclusion de significado. 320 LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LEXICA R. Kempson defiende que estas relaciones de incompatibilidad junto con las de hiperonimia son los principales tipos de relación léxica, pues pueden caracte-rizar una extensa red de términos. Pone el siguiente ejemplo (1982: 85): «esposa se halla al mismo tiempo en relación inversa de incompatibilidad con marido, es recíprocamente exclusiva con soltera y es hipónimo de mujer». Es de destacar que ambos autores—Kempson y Leech—aplican el análisis componenc-ial en la descripción de estas relaciones. 9.A.5. La antonimia y el contexto (texto-discurso) Aunque para gran numero de autores la antonimia es una relación lingiiística que se da entre dos significados lingiiísticos en la organización sistemática de la len-gua, sin embargo, no podemos eludir la incidencia del contexto. Este no sólo nos va a facilitar la determinación objetiva de sus características constantes, como he-mos visto en 7.8.4.1.4, sino que el contexto también permite precisar la acepción de la palabra y, por consiguiente, representa un papel importante en la constitu-ción de parejas antonímicas. Asi, verde va a formar distintas parejas de antónimos dependiendo de su combinación en el contexto: verde/seco en planta verde verde/maduro en manzana verde verde/experto o preparado en persona verde en el oficio verde/decente en chiste verde verde/edificable en zona verde, etc. Algunos autores, L.Collignon y M.Glatigny (1978: 182-183), distinguen tres tipos de antónimos en el funcionamiento discursivo: ♦ Antónimos perfectos o absolutos: Se oponen en prácticamente todos los contextos: par/impar. Muchos pertenecen al vocabulario técnico: centrí-fugo/centrípeto. ♦ Antónimos habituales: Uno de los miembros de la pareja Hama al otro en una série de contextos bien definidos: sonido agudo/grave dolor agudolsordo ángulo agudolobtuso ♦ Antónimos contextuales: La oposición sólo aparece en un contexto o si-tuación extralinguística determinados. Rojo y verde sólo se oponen en: Semáforo rojo /semáforo verde (en las seňales de tráfico). LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (II): ANTONIMIA. POUSEMIA-HOMONIMIA 321 Por otra parte, como seňala Lyons (1980: 260), antónimos graduables pueden emplearse como contradictorios en el habla cotidiana y no como con-trarios: Es un personaje real /no real. A la inversa, graduamos lexemas que normalmente no son graduables. Ej. Hay que ser muy hombre y no llorar. Generalmente, la elección de un antónimo dependerá tanto del contexto como de la situación de enunciación. Asi, por ejemplo, lo manifiesta F. Francois (1971: 21) «la contradicción está en el uso que podamos hacer de una lengua y no en la organización lingiiística de esa lengua» y aňade «las relaciones paradigmáticas no ataňen a las unidades de una vez para siempre» sino que «varian en función de la situación o del contexto». La Pragmática estudiará el significado, o mejor dicho el sentido de estos enunciados en los que hay antónimos teniendo en cuenta las connotaciones, las presuposiciones, los hechos culturales, etc. En este ultimo caso, por ejemplo, en una sociedad donde no existe el divorcio no se empleará casarsei divor-ciarse. No debemos olvidar que hay autores que consideran las relaciones de antonimia, al igual que las de sinonimia, como fenómenos textuales o enuncia-tivos. 9.A.6. Características de la antonimia Puesto que hemos visto que existe una variedad de «oposicionalidad» u «opo-sitividad», nos parece oportuno resaltar las caracteristicas que un considerable nümero de autores ha asignado a la autentica sinonimia o antonimia en sentido estricto: 1. Consiste en una relacion de negaciön. El antönimo niega el significado de su termino positivo, aunque a veces no est£ lexicalizado. 2. Es una oposiciön binaria. 3. Sus miembros son totalmente graduables (La mayoria son adjetivos, aunque tambien hay algunos verbos). 4. Sus miembros (antönimos) denotan grados de propiedades como la longitud, la velocidad, el peso, etc. 5. Los lexemas han de encontrarse en los «polos» extremos de un mismo eje opositivo. 322 LEXICOLOGIA Y SEMÄNTICA LEXICA i I 9.B. Polisemia-homonimia (relaciones entre los planos de la expresion y del contenido)_ 9.B.I. Introduccion Al estudiar los fenömenos de sinonimia, hiperonimia y antonimia nos hemos li-mitado a las relaciones en el piano del contenido, a las relaciones existentes entre significados. Ahora, al abordar el estudio de la polisemia y la homonimia nos en-contramos ante un tipo nuevo de relaciones, las que existen entre el sonido y el sentido o, mäs correctamente dicho, entre el piano de la expresion y el piano del contenido. Ello proviene del hecho mismo de que la polisemia y la homonimia j implican que a un mismo significante se le pueden asociar varios significados. Ej. böte = a) "embarcaciön"; b) "salto"; c) "envase", etc. Algunos autores preci-sarän la diferencia entre polisemia (un mismo significante con diversos significados) y homonimia (varios significados distintos que coinciden en el mismo significante o misma forma fönica). Es decir, en la polisemia, los diversos significados corresponden a acepciones del mismo signo, mientras que en la homonimia corresponden a distintos signos, pues son palabras o lexemas que tienen ! la misma forma pero difieren en el significado (cf. 9.B.4). Este fenömeno semäntico, que se registra en todas las lenguas naturales, pues es un fenömeno general del lenguaje, ha sido analizado desde la Antigüedad hasta nuestros dias y se ha abordado desde diferentes teorias lingiiisticas o enfo-ques metodolögicos, no estructurales, estructurales, cognitivos, etc., dändose a ve-ces dentro de una perspectiva distintas posiciones, como veremos mäs adelante. Sorprende la pluralidad terminolögica que se ha empleado para designar es-tos fenömenos: polisemia, polivalencia, plurivalencia, conjunto de acepciones de ' un termino, homonimia, homofonia, etc. y desconcierta el elevado nümero de te-1 orfas que se han formulado sobre este fenömeno semäntico, dando como resulta-I do posturas bien distintas: unos autores solo hablan de homonimia (Aristoteles), 1 otros solo de polisemia (Breal); la mayoria de los investigadores diferencian la po-j lisemia de la homonimia, pero otros no (Coseriu, G. Salvador). Por otra parte, ! unos investigadores consideran la polisemia y la homonimia como conceptos de lengua (invariantes, significados de lenguas diferentes) mientras que otros de-fienden que la polisemia es un hecho de habla (variantes de habla). Todo ello po-demos apreciarlo en el apartado 9.B.2. del que tambi6n inferimos las distintas de-finiciones que se han formulado de estos fenömenos. Por ultimo, en el juicio valorativo del fenömeno, tambien encontramos falta de acuerdo entre los autores, ya que para algunos, como p.ej. Breal, Ullmann o Kleiber, la polisemia tiene un lado positivo, mientras que para otros es un "de-fecto" de la lengua, pues provoca ambigüedad (cf. 9.B.2.2.1). Con objeto de proceder a una exposiciön minimamente ordenada y con-gruente de esta complejidad implicita en los fenömenos de polisemia y homoni- LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LEXICOS (II): ANTONIMIA. POLISEMIA-HOMONIMIA 323 mia, hemos considerado de utilidad partir de una sucinta exposiciön de los prin-cipales presupuestos teöricos en torno a los cuales van a girar las diversas teorias y concepciones de este fenömeno semäntico. 9.B.2. Pricipales presupuestos teöricos Tal vez pecando de "simplicidad" destacamos dos presupuestos teöricos que son pilares bäsicos englobadores sobre los que se fundamenta la multiplicidad de concepciones de la polisemia y la homonimia y en los que se encuentran subsumidos otros aspectos importantes relativos a estos fenömenos. Estos presupuestos son: 1. Las relaciones entre el piano de la expresion y del contenido en la teoria del signo. 2. Las relaciones del fenömeno con el sujeto hablante y el oyente, es decir, en el acto de comunicaciön. 9.B.2.1. Polisemia-homonimia y la teorfa del signo. Relaciones entre expresion y contenido En las concepciones sobre las relaciones entre significante y significado o mejor dicho, entre los planos de la expresion y del contenido, se han dado tres tenden-cias diferenciadas a la hora de estudiar el significado: el monismo, el pluralismo y la introduccion del concepto de «significante complejo». El monismo se apoya en las teorias de Saussure para quien el concepto (significado) y la imagen acüstica (significante) de un signo lingüistico estän inter-namente unidos y se reclaman reciprocamente. Saussure compara la palabra a una hoja de papel cuyas dos caras son un todo indivisible, de suerte que no es posible cortar una cara sin cortar tambien la otra. Se defiende la biunivocidad y una re-laciön de "consustancialidad cuantitativa". Por tanto, habrä tantos significados cuantas expresiones fonolögicamente diferenciadas. De acuerdo con esta simetria del signo parece que Saussure no admite la existencia de polisemia en una lengua. El pluralismo, por el contrario, admite la posibilidad de que una misma expresion pueda ser asociada a varios contenidos. Por tanto, se reconoce la falta de correspondencia bium'voca entre el sonido y el sentido. Ya S. Karcevskij plantea la asimetrfa del signo lingüistico y, en consecuencia, se rompe la relaciön de consustancialidad cuantitativa. Dice asf(1929: 88): Todo signo lingüistico es virtualmente homönimo y sinönimo, a la vez. Dicho de otra manera, pertenecen simultäneamente a una serie de valores transpuestos del mismo signo y a una serie de valores anälogos pero expresados por signos diferentes. LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (II): ANTONIMIA. POLISEMIA-HOMONIMIA 325 En la semántica preestructural hemos visto (6.3.1.1) que numerosos autores se basan en el triángulo semiótico de C. K. Ogden e I. A. Richards para el análisis de los componentes del signo y la explicación de problemas semánticos como la sig-nificación, designación, etc. Entre estos autores encontramos a S. Ullmann quien define la significación como la relación recíproca y reversible entre nombre y sen-tido. De estos estudios inferimos que hay una situación semántica simple, es de-cir, que a cada significante le corresponde un único significado y viceversa. Se si-gue el principio de Consustancialidad Cuantitativa de tantos significados cuantos significantes. Pero fue precisamente Ullmann quien abrió las puertas a la polisemia y ho-monimia al establecer la diferencia entre significado simple y multiple (simple & multiple meaning). Defendió que las definiciones referenciales del significado ten-drán que expandirse en dos direcciones para poder ser efectivas: 1) la provision de significados multiples y 2) la asociación con otras palabras con las que están aso-ciadas (por el sonido, el sentido, o ambos) (cf. 6.3.1.1). La situación idealmente simple, en que sólo un nombre y un sentido están implicados, puede complicarse de dos maneras: a) varios nombres pueden estar conectados con un solo sentido, como los sinónimos comida, sustento, manduca, etc., y viceversa, diversos sen-tidos pueden estar ligados a un solo nombre, como en planta (= a) "vegetal"; b) "fábrica o instalación industrial"; c) "piso de un edificio", etc.). En este ultimo caso se puede distinguir entre diferentes significados de una misma palabra, p. ej. operation (quirurgica, militar, mercantil, etc.) y diferentes palabras con idéntica forma, p. ej. banco = a)"asiento", b)"entidad financiera", c)"bajo de los mares, ríos y lagos navegables", etc. (divergencia semántica) o golfo= a) "gran porción de mar que se interna entre dos cabos"; b) "deshonesto"; c) "pernio" (diferentes etimologias, diferentes origenes). Son los fenomenos de polisemia y homonimia respectivamente. Aunque no aludan directamente a la ruptúra de consustancialidad cuantitativa, diversos autores estructuralistas (Baldinger, Heger, Geckeier, Lyons, etc.) y no estructuralistas (Leech, etc.) seguirán en esta línea de reconocimiento de la ruptúra de la relación biunívoca entre los componentes del signo lingiiistico, aunque no lo afirmen expresamente. Para algunos estudiosos existe una «tercera via» entre el monismo y el plu-ralismo anteriormente explicados. Es la introducción del concepto de «significante complejo», concepto formulado por el lingiiista espafiol R.Trujillo j quien sostiene que el significante lingiiistico trasciende los límites de lo fono-; lógico. El significante ya no es exclusivamente fónico como se afirmaba en el estructuralismo y, por consiguiente, la sustancia en la que se concreta ya no es homogénea. Denomina significante no sólo a la simple secuencia fonológica, sino a cualquier otro recurso, generalmente de tipo semántico-sintáctico, capaz de establecer diferencia, es decir, recursos no fonológicos que intervienen tam-bién en la diferenciación de significados. Asi concibe la idea de significante (1976: 161): El concepto de significante no se reduce a la mera secuencia de figuras de ex-presión: pueden intervenir, [...] componentes semánticos, y puede estar, incluso, constituido exclusivamente por magnitudes semánticas en una disposition deter-minada, constituyendo lo que podrfamos llamar significantes sintácticos o esque-mas [...]. Entiende Trujillo el significante (1976: 99) no como «una mera sucesión de fonemas —que también puede serlo— sino como un mecanismo diferenciál, en el que entran tanto factores de expresión como de contenido». Se distingue entre significante y expresión, siendo el primero más amplio que la expresión. En el significante complejo factores de diferente procedencia sustancial (sonidos, orden, distribución, posibilidades de variación morfemática, paradigma de conmuta-ción, etc.) pueden conjugarse en la formación del significado de un signo. Para Trujillo, (1976: 60) «los significantes no son aquí meras secuencias fónicas —es decir, del llamado "piano de la expresión"— sino hechos sintáctico-semánticos que asumen la función distintiva de la misma manera que podrían hacerlo dos secuencias fónicas diferentes». Asi, por ejemplo, en dar nos encontramos con dos signos distintos (dar = "entregar" y dar = "producir") pues, si bien la estructura fonológica es la misma, la diferencia resulta de la presencia, en el esquema sin-táctico de estos dos signos, de ciertos componentes semánticos: 'animado-huma-no' para dar = "entregar" (Juan da un premio a Pedró) e 'inanimado' para dar = "producir" (La tierra dafrutos), Esto influirá en su concepción de la polisemia u homonimia, como veremos en el apartado 9.B.3.3., pues niega la polisemia en la lengua y afirma que sólo se podría dar en el habla, en la performance, mjentras que «la homonimia se registra en la expresión, no en el significante». Explicita la negación de la existencia de la polisemia en la lengua al introducirla gn la problemática de la biunivocidad sig-nificante-significado. Dice asi (1976; 245): La polisemia no existe, pues, en el nivel de la competencia, porque nunca dos signos coinciden absolutamente en el significante —entendido «ampliamente»—, aunque lo hagan en la escuefa y aislada expresión; El también lingúista espaňol S. Gutiérrez Ordóňez profundizó en la propues-ta de R. Trujillo aceptando el concepto de significante complejo. Vuelve al principio de consustancialidad cuantitativa a partir de este nuevo concepto de significante más amplio que el de expresión. Dice asi (1981: 88): «en el significante existe biunivocidad (tantos significados como significantes), pero no en la expresión (una misma secuencia fonemática puede ser vehículo fónico de varios significados). La homonimia se registra en la expresión, no en el significante*. Esto incidirá en su visión de los problemas de polisemia y homonimia, como veremos en el apartado (9.B.4.3. y 9.B.5). 326 LEXICOLOGIA Y SEMÄNTICA LÉXICA 9.B.2.2. Relaciones del fenómeno polisemia-homonimia con el sujeto hablante y el oyente. En el acto de comunicación La teoria del pluralismo en semäntica, vista anteriormente, se asienta sobre el concepto de ambigüedad. Si bien la ambigüedad es uno de los problemas clave de la gramätica generativa, tambien se trata, aunque de soslayo, en la semäntica lexica, pues puede ser consecuencia de la polisemia y/u homonimia. Las palabras polisemicas y/u homonimicas al confluir en un mismo significante diferentes significados pueden producir ambigüedad. En numerosas ocasiones se han confundido los fenömenos de polisemia y/u homonimia y el de la ambigüedad. No obstante, deben ser claramente diferen-ciados, pues el sentido de una oraciön es una cosa distinta del sentido de las palabras que la componen. Los fenömenos semänticos de polisemia y homonimia pueden generar una situaciön de ambigüedad (son causas) pero esta es una consecuencia (efecto) debida a un problema de interpretaciön por parte del oyente. En consecuencia, la ambigüedad es un fenömeno pragmätico. Comenzaremos por describir la ambigüedad y sus tipos para, posteriormente, centrarnos en los fenömenos de polisemia y homonimia en relaciön con la ambigüedad y, por tanto, en el marco del acto de comunicaciön (pragmätica). 9.B.2.2.1. Ambigüedad. Tipos. Desambiguación La polisemia léxica o ambigüedad léxica es sólo una de las multiples formas de manifestaciön del fenömeno de la ambigüedad, pues esta ultima puede depender de otros factores, como la estructura fraseal, la estructura fonética, etc. En sentido amplio se endende por ambigüedad la posibilidad de que un texto o parte de un texto puede interpretarse de dos o más maneras distintas, es decir, que puede re-cibir varias interpretaciones o descodificaciones. Es un hecho universalmente reconocido que muchos enunciados son ambiguos. La ambigüedad de interpretaciön puede ser fruto de una polisemia léxica, de una polisemia gramatical (sin-táctica y léxica) y de un contexto insuficiente o de una situaciön de comunicaciön poco explfcita. La ambigüedad ya fue reconocida por los griegos y los latinos. En época mäs reciente, Ulimann fue uno de los primeros semantistas que seflalö que la ambigüedad es una situaciön lingüistica que puede surgir de diversos modos. Afirma (1972: 176) que «desde el punto de vista puramente lingüistico hay tres formas principales de ambigüedad: fonética, gramatical y lexica». Otros estudiosos espafioles tambien han tratado la ambigüedad. Para V. Garcia Yebra (1981) la ambigüedad puede ser: léxica, morfológica y sintáctica. S. Gutiérrez Ordóňez (1981: 84 y ss.) afirma que existe la ambigüedad fonológica, la sintagmático-sintáctica, la sintagmático-se-mántica y la léxica. Pasamos a describir estos diferentes tipos de ambigüedad. LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (II): ANTONIMIA. POLISEMIA-HOMONIMIA 327 La ambigüedad fonológica. Se produce cuando a una secuencia fonética se pueden corresponder dos descripciones fonolögicas diferenciadas. Tienen su origen en la estructura fonética de la oraciön. Se puede producir en la pronunciaciön del habla trabada: Ej. / Gente de mente y gente demente Sólo las pausas potenciales los diferenciarian fonolögicamente. ' La ambigüedad sintagmático-sintáctica. Se origina en «la posibilidad de agrupar las palabras adyacentes de forma distinta». Esta motivada por la di-ferente función sintáctica de secuencias idénticas desde el punto de vista fo-nológico y léxico. Ej. El profesor habla a los estudiantes de filológia (ambigua) El profesor habla de filológia a los estudiantes ' La ambigüedad sintagmático-semántica. Puede producirse cuando algunas secuencias, a pesar de recibir una misma descripción fonológica y sintáctica, sin embargo, pueden admitir varias interpretaciones. Ej. Pedro dejó a su hijó apenado (ambigua) Podría significar: "Pedro dejó apenado a su hijó" (la pena estaba en Pedro), y también "Pedro dejó a su hijó que estaba apenado". Otro tanto su-cede con La condena del juez o La elección del ganador, etc. Por ultimo, la ambigüedad léxica producida por el hecho de que el lexema in-cluido en una secuencia tenga varios significados, es decir, se basa en la homonimia o polisemia de uno o varios signos que aparecen en la secuencia. Ej. Las revistas resultan caras (revistas = a) "publicación periódica"; b) "espectáculo teatral"). El canto es bonito (canto = a) "acción y efecto de cantar"; b) "trozo de piedra"; c) "lado de cualquier parte".) Otros ejemplos los encontramos en Le gustan las judías 328 LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (II): ANTONIMIA. POLISEMIA-HOMONIMIA 329 (judías = a) "fruto de una planta herbácea"; b) "que profesa la ley de Moisés".) Los poíros son sólidos ■ (potro = a) "animal"; b) "aparato gimnástico"). La Hama se extingue (Hama = a) "animal"; b) "Hama del fuego". Este ultimo tipo de ambigiiedad, la léxica, que se debe a factores léxicos, es la que nos interesa. Hay dos tipos de ambigiiedad léxica según dependa de la ho-monimia o de la polisemia. La mayoría de las ambigiiedades, según Ullmann, quedarán aclaradas por el contexto y, en el lenguaje hablado, por la entonación. En la ambigiiedad léxica, considera, que además del contexto, existe una seria de salvaguardas especiales para mitigar las consecuencias de la "polivalencia" de las palabras, como son la diferencia de género (el pez, la pez; el coral, la coral), el orden de las palabras (un viejo diente, un diente viejo), etc., como veremos en 9.B.5. al tratar la homoni-mia. A pesar de todo, el simple texto tampoco es suficiente en numerosas ocasiones para la desambiguación ya que la ambigiiedad es un problema pragmático. Por tanto, para resolverla tendremos que recurrir al contexto (no sólo verbal) y a la Situation pragmática para conseguir una interpretación unívoca de los mensajes. 9.B.2.2.2. Polisemia-homonimla en el acto de comunicación. Tipos de polisemia Al afirmar que la ambigiiedad es un problema pragmático se presupone que se da en el acto de comunicación en el que intervienen el hablante y el oyente en una situación determinada. La ambigiiedad es el fenómeno más inmediato que la polisemia de las palabras puede producir en el habla. La situación de la polisemia en relación al acto de comunicación fue aborda-da por el lingiiista preestructural K. Baldinger. En el capítulo 6 (cf. 6.4.2.1) hemos conocido los campos de significaciones y los campos de designaciones propues-tos por este autor a partir de los conceptos de significación (campo semasiológi-co) y designación (campo onomasiológico). Ahora podemos decir que el campo de significaciones o campo semasiológico representa el fenómeno de la polisemia, y el campo de designaciones u onomasiológico el de la sinonimia. Precisa K. Baldinger que la semasiología y la onomasiología se corresponden con el oyente y el hablante, respectivamente, en la función comunicativa. Dice asi (1977: 141): El oyente recibe por medio de su interlocutor formas cuyo sentido debe deter-minar para entenderlas. Asi, el oyente se encuentra ante una tarea semasiológica. Por el contrario, el que habla debe transmitir objetos mentales (conceptos). Tiene que elegir designaciones entre el léxico que la memoria pone a su disposición: tiene que unir conceptos a imágenes acústicas, que se tornan asi en significantes, es decir, se encuentra ante una tarea onomasiológica.3 Como afirma B. Pottier (1974: 35) «el hablante (o emisor) que va de la con-ceptualización al mensaje, sigue un proceso onomasiológico, mientras que el oyente (o receptor), que parte del mensaje hacia una conceptualización, sigue un proceso semasiologico». Tanto el hablante como el oyente tienen que seleccionar. En la comunicación, la polisemia se debe principalmente a la voluntad del emisor. Re-cordemos que Saussure afirmó que «el habla es [...] un acto individual de voluntad y de inteligencia» y, como afirma Trujillo (1976: 245) «la ambigiiedad sólo puede surgir de la habilidad o de la torpeza de los que hablan». Para este autor la polisemia se utiliza por el hablante con fines estilísticos (juegos de palabras, etc.). Dice asi (1976: 175 nota 1): «la ambigiiedad no pertenece a la lengua: es un recurso del sujeto hablante cuando lo desea emplear». Y especifica (1976: 241): [...] si la polisemia existe, corresponde a la performance, es decir, al empleo in-tencionai de la identidad del significante para crear una situación lingiiística de ambigiiedad, lo cual no es, en el fondo, más que un recurso expresivo o de estilo. Es un recurso «tecnico» usado en los chistes, en la propaganda, en la poesía, etcétera, porque establece relaciones asociativas, cruces y deslizamientos semánticos de todo tipo6. En efecto, los juegos de palabras y otros recursos expresivos explotan la polisemia y obligan al receptor a actualizar simultáneamente los dos valores de una palabra, por lo generál de contenido semántico alejado, creándose una situación que favorece los chistes, juegos de palabras, etc. Esta postura Ueva a R. Trujillo a negar la polisemia en la lengua y defender los "campos semasiológicos" de K. Baldinger. Dice asi Trujillo (1976: 244): Creo que no constituye un error teórico la posibilidad de hablar de «estructura» polisémica, e incluso de aceptar la noción de «campos semasiologicos», apuntada por Baldinger [...], en el sentido de estructuras o micro-estructuras, siempre que se distinga previamente entre lo que pertenece a las bases «expresivas» de una lengua en relación con la Kundgabe. La polisemia sólo actúa en el campo de esta función, pero no existe en el campo de la función denotativa. Recordemos que la Kundgabe es la función expresiva de Biihler (cf. 6.6.1), por tanto, el autor espaňol sitúa la polisemia en el habla o discurso, en relación Las negritas son nuestras. Las negritas son nuestras. i 330 LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA con la función expresiva del lenguaje, mientras que la función representativa sólo "permitiría" estructuralmente, la existencia de signos monosémicos. En ešte punto podemos traer a colación las teorías de H. Pottier Navarro (1991: 13) quien afirma que la polisemia puede aparecer en třes estadios de la comunicación: referencia, lengua y discurso, generando otros třes tipos de polisemia. La polisemia referencial del signo cuando existe un numero indeter-minado de referentes, lo cual es un hecho universal de la lengua. La polirrefe-rencia es posible en todos los nombres comunes. En esta linea se mueven, especialmente, las teorías basadas en las condiciones necesarias y suficientes (semántica vericondicional), como veremos más adelante. La polisemia de lengua que refleja la disponibilidad de que pueden hacer uso, tanto el emisor como el receptor, pues el signo elegido tiene n significados para un significante. Este es el ámbito privilegiado de la polisemia, según H. Pottier. Defiende que en disponibilidad se realiza un análisis sémico para establecer las relaciones entre significados, aprehender las diferencias entre polisemia y homonimia asi como expli-car las metáforas y metonimias. Afirma que en lengua casi todos los morfemas son polisémicos (p.20). Hablamos de polisemia del discurso cuando el hablante produce «juegos de palabras» o utiliza metáforas o existe negligencia por parte del hablante o una mala interpretación del receptor. El oyente, en la comunicación, sigue un proceso selectivo y también inter-pretativo. Por ello la ambigiiedad será uno de los problemas clave de la gramáti-ca generativa. Esta gramática se ha interesado especialmente por la ambigiiedad sintáctica, en el sentido de que un mismo esquema sintáctico puede corresponder a más de una forma de contenido sintáctico. Una misma estructura superficial re-presenta a dos o más estructuras profundas. Recordemos que, actualmente, la gramática generativa se preocupa por las condiciones de la actuación, haciendo hin-capié en la dimensión pragmática. En la semántica interpretativa de Katz y Fodor, como la ambigiiedad oracional está causada por la polisemia u homonimia de sus componentes léxicos, la des-composición en rasgos de los distintos contenidos de cada unidad permitirá Uevar a cabo el proceso de interpretación. El tratamiento de la ambigiiedad léxica que-dará reducido a la exposición de los distintos contenidos de un término, como he-mos visto en el capítulo 7 (cf. 7.4.2. y Figura 7.6). Más adelante se especificará el tratamiento de la polisemia en la gramática generativa. Con el desarrollo de esta gramática advertimos que Chomsky (1970), con pos-terioridad a sus formulaciones, admitió que la estructura superficial (foco, presu-posición) puede incidir en la interpretación semántica con lo que se abre el Camino para la interpretación pragmática de la ambigiiedad léxica. Pionero en este ámbito fue el padre de la semántica, M. Bréal, para quien sólo uno de los significados puede tener sentido en una situación dada; los demás significados de la palabra, según Bréal (1924: 154) «no surgen ante nosotros, no cruzan el umbral de nuestra conciencia», pues «en cada situación, en cada oficio o profesión, hay una cierta idea que se tiene tan presente en la mentě, tan claramente implícita que pa- LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (II): ANTONIMIA. POUSEMIA-HOMONIMIA 331 rece innecesario declararla cuando se habla». Asi, por ejemplo, cuando se pro-nuncia Operation en el ámbito médico se refiere a Operation quirúrgica y no a la matemática, a la militar, etc. Concluye Bréal: «[...] hay que tener en cuenta que las palabras se insertan cada vez en un medio o contorno que determina de antemano su valor». Asi sucederá para distinguir concha (de molusco) y concha o mueble en el escenario de los teatros para ocultar al apuntador. En el habla estamos en relación con el usuario de la lengua. Las dificultades de la homofonía afectan al oyente en el piano de la realización concreta de la lengua, es decir, en el habla, ya que debe darse cuenta de cuál de las variadas significaciones de un término es la precisa en esa enunciación. Se tendrá en cuenta el contexto idiomático (verbal o lingüistico) y el contexto extraverbal constituido por todas las circunstancias no lingiiísticas que se perciben directa-mente o son conocidas por el hablante, es decir, el contexto extralingiiístico o situación. Los vocablos que actualizan los lexemas en discurso son, general-mente, monosémicos, pues el contexto lingüistico y situacional determinan la acepción exacta. 9.B.3. Estatus de la polisemia y de la homonimia en los estudios semánticos Al exponer los principales presupuestos teóricos hemos vislumbrado que el estatus de los fenómenos de polisemia y homonimia no es el mismo en los distintos enfoques semánticos. Para unos autores sólo existe la polisemia; para otros, sólo la homonimia; otros, admiten los dos fenómenos semánticos diferenciándolos; otros, los identifican resultando indistintos. Algunos autores sitúan la polisemia en el habla, mientras que reconocen la homonimia en la lengua. Por otra parte, el tratamiento de ambos fenómenos resulta muy diferente en la semántica léxica con respecto al tratamiento en la semántica sintagmática (de la oración) y en el discurso. A su vez, dentro de la semántica léxica encontramos diferentes posturas en la semántica preestructural y en la es-tructural. Incuso en el ámbito de cada una de estas perspectivas hallaremos diferentes posiciones con respecto a estos dos fenómenos semánticos. Intentaremos dar cuenta de esta vasta gama de posturas con respecto a la polisemia y homonimia presentando una panorámica histórica que recoja los principales tratamientos. 9.B.3.1. Desde la antigüedad hasta la semántica ciencia autonoma (siglo xix) Como sabemos, en la Antigüedad clásica se llevaron a cabo numerosos estudios sobre el significado de las palabras. No podían faltar los referidos al problema que contemplamos ahora (polisemia-homonimia). 332 LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA El tratamiento de la polisemia léxica se remonta a Aristoteles. Fue uno de los primeros autores que habló del fenómeno de la polisemia-homonimia de las pala-bras, aunque utilizó el término homonimia para referirse a él. Denomina homóni-mas las cosas cuyo nombre es lo único que tienen en común (un mismo nombre se puede aplicar a objetos distintos). Este término de homonimia es el que va a em-plear la mayoría de los autores griegos y latinos. Platón habla de ouoivuuov cuando designan cosas distintas. También a lo largo de la tradición latina medieval y renacentista se alude al fenómeno de la polisemia, aunque con otros términos (traslatio, unívoca, análogo, etc.) pero en generál se concibe como el fenómeno por el que una única palabra tiene un significado único y otro traslaticio. Por el contrario se alude al fenómeno de la homonimia con una concepción muy cercana a la defendida actualmente, esto es, que cada homónimo implica más de una forma de expresión y cada una con un contenido distinto. Tendremos que esperar al nacimiento de la Semántica propiamente dicha, es decir, a la Semántica como disciplina científica, para conocer el término polisemia. Fue M. Bréal, fundador de la Semántica, quien creó el término polisemia, de-rivándolo del griego polys "muchos" y semeion "significación, signo", término que ha persistido en el tiempo. Lo aplica al caso en que una palabra puede tener significados distintos, en suma, la multiplicación de los sentidos de una misma palabra. Pero Bréal engloba dentro del término polisemia también lo que otros se-mantistas denominarán homonimia. Su estudio, enmarcado en el historicismo, se reduce a las fuentes que producen ese fenómeno y lo registra en el ámbito de los cambios de significado (cf. capítulo 10). Otros historicistas como A. Darmesteter (1895) y el representante de la semántica histórica en espaňol, F. Restrepo (1917), hacen alusión al fenómeno de la homonimia léxica aunque no lo denominan. Lo consideran distinto al de la acumulación de significados en una misma palabra (polisemia). Será el gramático danés K. Nyrop (19139) quien estudie por separado la polisemia y la homonimia. Define la polisemia como Bréal, es decir, como fenómeno de multiplicidad de significados de las palabras (ej. hoja, de papel, de árbol, etc.) y la homonimia, como dos o más palabras de origen diferente que convergen. 9.B.3.2. En la semántica pre-estructural En esta época sobresale S. Ullmann como autor que estudió en profundidad estos fenómenos dentro del significado multiple (cf. 9.B.2.1) Este presenta dos formas (1972:71): a) Varios nombres pueden estar conectados con un solo sentido (sinonimia) b) Diversos sentidos pueden estar ligados a un solo nombre (polisemia-homonimia) LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (II): ANTONIMIA. POLISEMIA-HOMONIMIA 333 Ullmann llega a establecer una diferencia entre los fenómenos de polisemia y homonimia basándose en criterios etimológicos y semánticos. Considera que exis-te la homonimia cuando dos o más palabra diferentes, pues proceděn de distintos étimos, pueden ser idénticas en cuanto al sonido pero no tienen ninguna conexión semántica. Por el contrario, en la polisemia la misma palabra puede tener dos o más significados distintos pero que conservan sincrónicamente una conexión semántica. Como observamos Ullmann echa mano de un criterio etimológico (diacrónico) y un criterio semántico (sincrónico) a la hora de diferenciar ambos fenómenos (cf. 9.B.4). En esta misma linea se encuentran otros autores preestructurales como Gui-raud, Baldinger, Ducháček, etc. Destacamos los denominados «campos semiasologicos» de Baldinger (cf. 1.4; 6.4.2.1 y Figura 6.7) expresión de la polisemia. 9.B.3.3. En la semäntica estructural En el marco de la semäntica estructural vamos a encontrar posturas diferenciadas en las que senalamos sus principales representantes: ä) Autores que diferencian entre polisemia y homonimia (Pottier, Lyons). b) Autores que identifican ambos fenömenos (Coseriu, G. Salvador). c) Autores que solo reconocen la homonimia en la lengua, mientras que consideran la polisemia como fenömeno del habla (R. Trujillo, S. Gutie-rrez Ordönez). Exponemos brevemente estas posturas pues quedarän mäs precisadas y perfi-ladas en el apartado siguiente. ä) Varios autores diferencian la polisemia y la homonimia apoyändose en criterios semänticos, bien sea la similitud de significados (Bendix, Apres-jan), bien la tenencia de semas comunes (B. Pottier), o la pertenencia o no al mismo campo lexico (H. Geckeier) y en criterios semänticos, morfolö-gicos y sintäcticos (Lyons, Cruse). b) Identifican ambos fenömenos autores como E. Coseriu que habla indis-tintamente de polisemia y homonimia, pues las concibe como invariantes de contenido (cf. 9.B.4.3) c) Apoyändose en el concepto de «significante complejo» (cf. 9.B.2.1) R. Trujillo y S. Gutierrez Ordönez tambien piensan que es indiferente hablar de polisemia o de homonimia pues en realidad es un hecho no existente en la lengua, teniendo en cuenta que el significante de cada signo distinto tambien es diferente. 334 LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA Trujillo no admitirä pues la existencia de significantes homönimos, sino de signos diferentes (de expresion homonimica) cuyos significados entran en rela-ciones paradigmäticas y sintagmäticas tambien distintas. Asi, en el campo se-masiologico de «Corona» propuesto por Baldinger (cf. Figura 6.7) los sememas 'aureola', 'corona', 'moneda', etc. constituyen en realidad signos distintos cuyos significados no guardan ninguna relaciön estructural ni paradigmätica ni sintag-mäticamente. Niega la existencia de la polisemia y homonimia como hechos es-tructurales, pues solo son admisibles si se toma el punto de vista del significante aislado sin tener en cuenta sus relaciones funcionales (opositivas y contrastivas), como han hecho los semantistas preestructurales Ullmann, Baldinger y Heger, quienes han sido criticados por Trujillo y por E. Coseriu. Este ultimo lingüista es-tablece una clara diferencia entre la lexemätica (se refiere ünicamente a los significados lexicos de una misma lengua funcional) y la semasiologia (polisemia). Dice asi (1977: 164): El punto de vista lexemätico debe distinguirse del punto de vista semasiologi-co. En la semasiologia, el punto de partida es un significante y se estudian las relaciones que unen este significante a diferentes significados que puede expresar. Es-tas relaciones son "intraidiomäticas" en el caso de la homofoni'a [...]; fuera de este caso, se trata de relaciones interidiomäticas, que tambien conciernen a lenguas histöricas diferentes o a lenguas funcionales diferentes dentro de la misma lengua historica. Trujillo concede cierta duda a la existencia de la polisemia pero afirma «la polisemia, si existe, corresponde al habla». La concibe como un producto de la ac-tividad del hablar que motiva la ambigüedad. (cf. 9.B.2.2.2). 9.B.3.4. En la semántica interpretativa En la semántica interpretativa de Katz y Fodor se considera que el significado de toda oración representa la suma de los significados de cada uno de los signos. Consecuentemente, si existe ambigüedad léxica también habrá ambigüedad oracional. De ahi la importancia de mostrar la ambigüedad léxica. Asi presentan su opinión al respecto (1976: 40): El problema principál de una teória asi es que un diccionario generalmente atribuye a cada item léxico más sentidos de los que tiene al manifestarse en una oración determinada, ya que el acceso [entrada] del diccionario es una caracte-rización de todas las acepciones que puede tener un item léxico en cada oración. Asi, el efecto de las reglas de proyección debe ser seleccionar el sentido adecuado de cada item léxico dentro de una oración, para proporcionar las interpretaciones correctas de cada estructura gramatical diferente de dicha oración. LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (II): ANTONIMIA. POLISEMIA-HOMONIMIA 335 Y precisan estos autores (1976: 48): Desde el punto de vista de la interpretación semántica de oraciones, la rami-ficación multiple representa la posibilidad de ambigüedad semántica oracional, en toda oración en que aparezca el item léxico ambiguo, pues una condición necesa-ria de ambigüedad semántica en una oración es que contenga un item léxico ambiguo. Recordemos que en la teória semántica de Katz y Fodor (1963) se formulaba la existencia de un Diccionario y de unas Reglas de proyección. En el Diccionario aparecen las entradas o los elementos léxicos con sus caracteristicas fonoló-gicas, sintácticas y semánticas. Estas últimas provienen de descomponer el significado de un item léxico en sus conceptos atómicos por medio de los marcadores semánticos y los distinguidores. La finalidad es habilitarnos (p.46) «para mostrar la estructura semántica dentro de una entrada de diccionario y las relaciones semánticas entre entradas de diccionario. Es decir, las relaciones semánticas entre los varios sentidos de un item léxico y entre los varios sentidos de diferentes ítems léxicos están representadas por relaciones formales entre marcadores y diferenciadores». (Las negritas son nuestras) Hemos resaltado con negritas dos puntos importantes: d) Las relaciones entre los varios sentidos de un item léxico. b) Representadas por relaciones formales. En el Diccionario se exponen los distintos contenidos del elemento léxico pero nos surgen las siguientes dudas: 1 ."■ ^Si no hay pluralidad de significados en un elemento léxico, no se puede «mostrar su estructura semantica»? 2. ° iSe establece la diferencia entre polisemia y homonimia? 3. ° iCómo son las relaciones entre los distintos significados? 4. ° ^Cómo están representadas las relaciones formales? La primera cuestión se nos plantea a raíz de que, como hemos visto anterior-mente, en las palabras de Katz y Fodor se parte de la pluralidad de sentidos de un item léxico y de hecho todos los ejemplos aducidos son polisémicos o de natura-leza homófona. Se tratan las palabras polisémicas en cuanto que tienen multiples significados correspondientes a una sola entrada léxica. Los diferentes significados de un elemento léxico vienen representados por medio de distintas ramifica-ciones o caminos dentro de la entrada léxica con sus marcadores y diferenciadores en cada rama. Pero, realmente, el tratamiento de la polisemia y/u homonimia queda limitado a esta exposición de contenidos distintos. No se establecen las relaciones entre ellos. No se procede a un análisis del contenido, como vimos en el capitulo 7, sino que ünicamente se facilita un procedimiento para alcanzar la 336 LEXICOLOGIA Y SEMÄNTICA LEXICA desambiguaciön con ayuda de ciertas caracteristicas semänticas (los marcadores y distinguidores). El grado de ambigüedad de la oraciön depende del grado de bifurcaciön o ra-mificaciön existente en las entradas de diccionario que corresponden a unidades lexicas. En consecuencia, lo mäs importante es la desambiguaciön del sentido de las frases, que han sido generadas por la sintaxis, interpretando sus significados lexicos. Existe el problema de que los marcadores pueden tener un alto grado de ge-neralidad como en [animado] con lo que pueden coincidir en dos significados dis-tintos y, por otra parte, no siempre hay distinguidores al final de cada Camino o ra-mificaciön, por lo que si dos significaciones se oponen solo a nivel de los diferenciadores, la teoria semäntica serä incapaz de elegir entre ellas, es decir, de resolver la ambigüedad. Por otra parte, las caracteristicas semänticas, los marcadores y los distinguidores, no se obtienen analizando las relaciones sintagmäticas y paradigmäticas de los signos y sus oposiciones funcionales, sino que se "desti-lan" de los diccionarios. No se dice si los distintos significados de una entrada son invariantes o variantes, cuändo los distintos contenidos asociados a un mismo sig-nificante representan signos diferentes o variantes ligadas a un mismo y ünico sig-no. Se da una representaciön lineal, en el mismo nivel de las relaciones entre los diferentes sentidos de una palabra, y no se distingue entre los significados esen-ciales, prioritarios, y los secundarios, derivados y metaföricos. Tampoco se tienen en cuenta los valores "expresivos" y "evocadores", simplemente se "mues-tran", se senalan los distintos significados. Existe una mayor preocupaciön por cömo estän almacenadas las palabras polisemicas en el lexicön que en la in-formaciön contenida en las interpretaciones 1. En suma, el problema de los fenömenos de polisemia y homonimia se esqui-va y no se resuelve. Estos fenömenos estän reducidos a una especie de "caricatu-ras" de tratamiento formal. 9.B.3.5. En la semäntica veritativa Al igual que en la semäntica interpretativa tampoco se da en esta semäntica gran importancia teörica a los fenömenos de polisemia y homonimia. Solo interesan a la hora de caracterizar el significado lexico en el diccionario y asociarle una representaciön semäntica. Recordemos que, en esta semäntica, las interpretaciones asignadas a las palabras ofrecen una contribuciön sistemätica a las condiciones veritativas de las oraciones en que aparecen. Por consiguiente, en una entrada de diccionario se debe dar cuenta de cömo la palabra contribuye a la interpretaciön. En- LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LEXICOS (II): ANTONIMIA. POLISEMIA-HOMONIMIA 337 tonces, ^que sucede cuando nos encontramos con casos de significado multiple? En el ejemplo En la primera eStation hacefrio existe ambigüedad, pues tenemos estaciön que se puede interpretar como 'esta-ciön de tren' o como 'estaciön atmosferica'. Las condiciones que aseguran la ver-dad de una de las interpretaciones de esta oraciön son independientes de las que aseguran la verdad de la otra interpretaciön. Al llevar a cabo la representaciön semäntica de esta unidad en el diccionario, cabrian dos posturas: ä) Admitir que el significado lexico no es constante sino que varia de un con-texto a otros (polisemia) b) Considerar que el significado lexico es constante y que, en el ejemplo anterior, hay dos elementos lexicos, estaciön^ y estaciön2 (homonimia), con el consiguiente resultado de una gran proliferaciön de elementos lexicos para cada palabra fonolögica8. Parece que los autores se decantan por esta ultima postura, es decir, por que, en los casos de significado multiple, cada elemento lexico tenga un valor se-mäntico especifico segün la contribuciön sistemätica que hace a la interpretaciön de todas las oraciones en que aparece. Por tanto, habrä una sola representaciön semäntica para cada elemento lexico. 9.B.3.6. En la semäntica cognitiva En esta corriente lingütstica se analiza el fenömeno polisemico desde el punto de vista de lo que sucede en la mente del hablante el cual tiene que seleccio-nar, aunque no interpretar, como sucede en la semäntica interpretativa y veritativa. Para la semäntica de los prototipos la polisemia lexica9 serä un caso especial de categorizaciön. Los diferentes contenidos de una misma palabra mäs o menos unidos son los miembros de una categoria. El problema ahora serä el de la per-tenencia a una categoria. La versiön ampliada de esta semäntica resuelve este problema. Senala que los diferentes sentidos de un mismo item lexico no son agru-pados por azar bajo la misma categoria, sino que hay vfnculos entre los diferentes sentidos, pues comparten al menos una propiedad, pero no se exige la condiciön 7 Recordemos que para Weinreich (1966) estas palabras polisemicas deben tener distintas entradas en el lexicön, una para cada interpretaciön. 8 Recordemos la diferenciaciön entre palabra y elemento 16xico o lexema (cf. 2.5.2.3.5.). 9 Apenas se habla de homonimia 338 LEXICOLOGIA Y SEMANTICA LEXICA de los rasgos comunes, como la versión estándar de esta semántica, sino "seme-janza de familia", es decir, que cada miembro de la categoría comparta al menos una propiedad con otro miembro de la categoría. Este modelo revisado reconoce un sentido básico o primario del que derivan los otros (C. J. Fillmore) y anticipa explicaciones acerca de las relaciones entre los diferentes sentidos. Recurre al concepto de motivación y explica estas relaciones mediante procesos metafóricos y metonímicos. La metafora y la me-tonimia desempeňan un importante papel en la formación de categorías de significados (cf. Capítulo 10). G. Lakoff (1987: 379) subraya que «Es necesa-rio una teoría de la motivación, puesto que las subcategorías no centrales no son ni arbitrarias ni predecibles a partir de la subcategoría central». Se "explica" que un sentido no básico pertenece a una «categoría» por motivación. La po-lisemia es considerada fundamentalmente como un fenómeno de conven-ción motivada. Aunque Lakoff afirma (1987: 378) que esta semántica del prototipo ha puesto orden en este campo de la polisemia en que «en otro tiempo no había más que caos», debemos recordar que el recurso a la motivación, a la similitud entre significados para explicar la polisemia se ha llevado a cabo anteriormente, no sólo en la semántica estructural (esencialmente europea), como veremos en el apartado 9.B.4., sino incluso en la semántica preestructural cuyos autores estaban preocu-pados por resaltar del sentido de las palabras, y consecuentemente, dirigidos hacia las motivaciones de los encadenamientos. Los diferentes sentidos convencionales enumerados y relacionados por motivaciones unos a otros son el resultado de la extensión, a través del tiempo, del sentido o los sentidos de un término. Algunos autores afirman que G. Lakoff des-conocía la semántica estructural europea. Dentro de la semántica cognitiva también nos interesa destacar el tratamiento de la polisemia léxica que propone Langacker. Parte del hecho de que las expresiones lingiiísticas presentan una red de sentidos interrelacionados. Estas simples relaciones pueden ser de dos tipos principales: especialización y extensión. Fue-ron expuestas por investigadores preestructurales como Bréal, Ullmann, etc. como fuentes de la polisemia (cf. 9.B.6). En la especialización, el significado de B es un caso especial del primero (A) por tanto, tiene todas las propiedades de A y además otřas específicas. En la extensión, el elemento B tiene algunos rasgos de A, pero no todos. La polisemia de los elementos léxicos se estructura de acuerdo con estas relaciones. Veamos un ejemplo10: Lo extraemos de J. Carlos Mořeno Cabrera (2000: 313). LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (II): ANTONIMIA. POUSEMIA-HOMONIMIA 339 CENTRO (PUNTO CENTRAL) ENTIDAD CENTRAL ELEMENTO OPCION POLITICA I IMPORTANTE LOCALIDAD OBJETO CENTRAL CENTRO POBLACIÓN CENTRO DE MESA Figura 9.B.I. La discusión sobre la polisemia es centrál en muchos de los recientes trabajos relativos a la semántica léxica. La mayoría de los argumentos a favor (o en contra) de conseguir una detallada descripción de la estructura semántica en el lexicón descansa en el estudio del comportamiento polisémico y sus efectos sintácticos concomitantes. 9.B.4. Delimitación y definiciones de la polisemia y la homonimia. Criterios Como hemos visto anteriormente, no siempre se ha reconocido la necesidad de di-ferenciar estos dos fenómenos semánticos. Para gran numero de linguistas no in-variablemente existe una separación neta entre ambos conceptos. Otros, como Ullmann, aunque reconocen la dificultad, reclaman la necesidad de separar ambos fenómenos. Dice asi Ullmann (1972: 181): Aunque la linea de demarcación entre la polisemia y la homonimia es a veces fluida, los dos tipos son tan distintos que habrán de ser considerados separada-mente. Advertimos dos utilidades esenciales de la diferenciación entre polisemia y homonimia: a) Para la descripción lingiiística b) Para el tratamiento léxicográfico de las unidades Los diccionarios suelen recoger la distinción de entre estos dos fenómenos. Pero hay dos tratamientos léxicográficos distintos: el tratamiento homonímico y el polisémico. En el primer caso, los homónimos que, a pesar de la identidad gráfica, son signos diferentes semánticamente, es decir, que sus áreas semánticas 340 LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA no se superponen y, por tanto, son dos signos distintos, deberán constituir dos en-tradas diferentes, con descripciones distintas. En el tratamiento polisémico se acepta que la misma palabra tiene diferentes sentidos o acepciones y éstas deberán aparecer dentro de la misma entrada. El artículo del diccionario estará dividido en más o menos acepciones. La decision ha venido quedando en manos del lexi-cógrafo, quien decidía si una unidad debía tratarse en función de polisemia o de homonimia. La solution para reducir al maximo la arbitrariedad y subjetividad del lexicógrafo a la hora de decidirse por uno u otro tratamiento puede venir de la mano de la lexicología estructural al aplicar la teoría del campo léxico, la dife-renciación entre variantes e invariantes, en la distinción entre polisemia y homonimia. Ahora bien, de la aplicación de estos dos tratamientos lexicográficos se deri-van las siguientes consecuencias: 1) Si adoptamos el primer procedimiento (homonímico), habrá muchas más entradas léxicas de las reconocidas en los diccionarios corrientes de la len-gua que se describe. 2) Si se extrema al maximo la polisemia, obtendremos un léxico con muchas menos entradas de lo que es normal en los diccionarios comunes. Ahora nos centraremos en la descripción lingiiística. Si bien la distinción entre estos fenómenos de polisemia y homonimia parece clara, no siempre es fácil determinar ante cuál de los dos fenómenos nos hallamos. De ahí que se hay an propuesto diversos criterios para la identificación o delimitación de ambos fenómenos. Al exponer estos criterios podemos extraer las diferentes definiciones que se han propuesto de polisemia y homonimia. Son varios los autores que han descrito diversos criterios para diferenciar las unidades polisemicas y las homonimicas. Agrupändolos y sintetizändolos podemos establecer los siguientes criterios mäs utilizados: 1. Criterio etimologico-historico. 2. Criterio de afinidad de significado. Este se desdobla en otros: 2.1. Criterio de la conciencia lingüistica. 2.2. Criterio de la posesiön de semas comunes. 3. Criterio del campo lexico. Variantes * invariantes. 4. Criterios morfolögicos y sintäcticos. Criterio de la distribuciön. 5. Criterio de los «modelos derivacionales» (familias, paradigmas). (Criterio formal). 6. Criterio de identificacion con sinönimos. LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (II): ANTONIMIA. POLISEMIA-HOMONIMIA 341 9.B.4.1. Criterio etimológico-histórico. Criterio diacrónico Hemos visto que los conceptos de polisemia y homonimia fueron creados por la lingiiística diacrónica, de ahí que el criterio etimológico-histórico haya sido más empleado en los inicios de la semántica apoyada en el análisis diacrónico o evolutivo de las palabras. En efecto, A. Darmesteter (1895) y K. Nyrop, consi-deran que en la homonimia hay dos o más palabras de origen diferente que coinciden en el significante. Por ejemplo raya = linea o seňal larga, precede del latin radius, rayo > b. lat. radia, mientras que raya = pez, precede del latin raia. Son homónimos. Rayar (del lat. radiäre) = "hacer rayas" y rallar (de rallo) = "desmenuzar algo restregándolo con el rallador", son homófonos equivalentes y homónimos11. Por consiguiente, según este criterio etimológico-histórico habrá homonimia si dos étimos distintos en su desarrollo han llegado a una confluen-cia fónica: ■ pupila (alumna) - «puesta del sol» k «decadencia» k pupila (del ojo) En efecto, pupila = alumna y pupila = pupila del ojo tienen el mismo origen, el mismo etimo (latin pupilla) y, sin embargo, hoy se suelen percibir como diferentes. Todavia en la semäntica preestructural se suele acudir a este criterio histörico. Baldinger asi lo hace, aunque alude a la perspectiva sincronica. Dice asi (1977: 46): Si las palabras coinciden foneticamente en su evoluciön histörica, es decir, si coinciden en su estructura fonolögica, hablamos diacrönicamente de homonimia [...], sincrönicamente es polisema, una palabra con dos significados. Ulimann avanza mäs en este sentido y, aunque se basa en el criterio etimolö-gico (diacrönico) para diferenciar la polisemia de la homonimia, tambien recurrirä 11 La homofonia se da cuando dos signos suenan de igual modo. La homografla es la homonimia en el lenguaje escrito. 342 LEXICOLOGtA Y SEMÁNTICA LÉXICA LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (II): ANTONIMIA. POLISEMIA-HOMONIMIA 343 al criterio semántico. En efecto, concibe la homonimia como dos o más palabras que proceděn de étimos distintos y que coinciden en la forma —si es gráfica será denominada homografía— o en la pronunciación (homofonía) y que además no tienen ninguna conexión semántica. En esta linea se encuentran las posturas de otros autores preestructurales como Guiraud, Baldinger, etc. Pero también en época más reciente se ha recurri-do a este criterio etimológico. En la semántica generativa, G. Leech, en su inten-to de distinguir polisemia y homonimia, alude a este criterio y seňala que lo que es homonimia desde este punto de vista es polisemia desde el punto de vista psico-lógico y viceversa (cf. 9.B.4.2.1). En la practica, este criterio etimológico-histórico no siempre resulta decisivo por varias razones: a) Son muchas las palabras cuya derivación etimológica resulta insegura. No tenemos más que coger el Diccionario Crítico Etimológico de J. Coromi-nas (1954-1957) para constatar este hecho. b) Depende de cuán lejos estemos capacitados para retrotraernos en ras-trear la historia de las palabras. Asi por ejemplo, ^podríamos saber que muelle = "pieza elástica, generalmente de metal que tras presión vuelve a su posición iniciál" proviene del latin mollis, mientras que muelle = "construcción a la orilla del mar o de un río navegable (embarcadero)" proviene del catalán molP. £o que el vino Oporto ha tornádo este nom-bre por estar fabricado en la ciudad de Oporto y que el nombre de ésta a su vez proviene de "o porto" = el puerto, derivado del latin portusl Lyons recuerda que este vino en inglés se denomina port y que también existe el lexema port = puerto. Ambos lexemas tendrían el mismo ori-gen y hoy se consideran como homónimos. Los lingüistas y lexicógra-fos pueden llegar más lejos que el hablante corriente de una lengua, e incluso, un mismo filólogo, en diferentes etapas de su vida, puede tener más conocimiento sobre la historia de una palabra y, por tanto, de su eti-mología. c) La historia de una lengua no siempre refleja con exactitud su estado actual. Ejemplo: gato = animal y gato = instrumenta mecánico para elevar el co-che, hoy se sienten como distintos pero tienen un origen común (lat. cat-tus). Metafóricamente ha pasado a denominar el instrumenta mecánico, por la forma que adquiere. Otro tanto sucede por cálculo = 1. "operación aritmética": 2. "concreción calcárea", ambos proceděn del latin (calculus), tienen la misma ortografía y pertenecen a la misma categoría gramatical y, sin embargo, difieren totalmente en el contenido. d) Es un criterio diacrónico y, por tanto, irrelevante en el análisis sincrónico de las lenguas. El hablante nativo ignora, generalmente, la etimología de las palabras que utiliza, y la interpretación que hace de ellas no está afec-tada por el conocimiento del origen etimológico de las mismas. Esta ultima razón es la que va a esgrimir gran numero de semantistas estruc-turalistas para rechazar el criterio etimológico-histórico. Afirman que un estudio semántico funcional del léxico ha de excluir toda referencia a la historia de la lengua y deberá situarse en el eje de la sincronía. Acudirán los autores a criterios sin-crónicos, como veremos a partir del siguiente apartado. 9.B.4.2. Criterio semántico. Afinidad de significado. Sincrónico Es un criterio tradicionalmente invocado por parte de lingüistas y lexicógrafos para establecer una diferenciación entre polisemia y homonimia. Subsumidos en este criterio se encuentran: ■ 1. El criterio de la conciencia lingiiística. 2. El criterio de la posesión de semas comunes. 9.B.4.2.1. Criterio de la conciencia lingdística Se encuentra en correlación con el sentimiento del hablante nativo de que cier-tos significados guardan relación semántica entre si (polisemia) y de que otros no (homonimia). Por ejemplo, todos los hablantes del espaňol seguramente coincidirán en que la palabra boča es un lexema único con varios sentidos o acepciones emparentadas semánticamente: boča de estómago, boča de un jarro, boča de metro, etc. Seguramente reconocerán el nexo semántico, la afinidad me-tafórica entre los distintos sentidos y, por tanto, el carácter polisémico de la uni-dad. Este criterio de naturaleza psicológica es subrayado por lingüistas como S. Ullmann, O. Ducháček, B. Trnka, etc. quienes apelan a la conciencia lingiiística de las personas que hablan la lengua en un momento dado para diferen-ciar entre polisemia y homonimia. Algunos de estos autores combinan este criterio con el etimológico, como he-mos visto en 9.B.4.I. En la semántica generativa, G. Leech (1985: 295-297) también hace uso inicialmente de este criterio denominado por él mismo psicológico y que está basado en la apreciación intuitiva de los hablantes. Aplicando este criterio, para Leech hay polisemia cuando el hablante percibe una relación entre los diversos significados de una unidad léxica y homonimia cuando no la percibe. Con poste-rioridad, acudirá a criterios morfológicos y sintácticos (cf. 9.B.4.4). No han faltado las críticas que lo han tachado de subjetivo, impreciso y vago. Las intuiciones de los hablantes nativos no coinciden hasta el punto de ser un criterio útil para la diferenciación entre estos dos fenómenos. En efecto, lo que para un hablante puede ser polisemia para otro es homonimia, e incluso, en un mismo hablante se puede dar que lo que hoy considera homonimia más tarde puede englobarlo en la polisemia y viceversa. Asi, por ejemplo, algunos ha- 344 LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (II): ANTONIMIA. POLISEMIA-HOMONIMIA 345 blantes cristianos pueden encontrar el término banco polisémico, pues el signi-ficado de "entidad bancaria" nos remite a que antiguamente las transacciones económicas, sobre todo préstamos, se realizaban en bancos de maděra. Recuér-dese la expulsión del templo de estos prestamistas llevada a cabo por Jesucristo. Por el contrario, otros no apreciarán esta relación con el banco de maděra para sentarse. 9.B.4.2.2. Crlterio de la posesiön de semas comunes Este es otro criterio semäntico que se ha utilizado para diferenciar la polisemia de la homonimia. Se basa en la Organization interna de los significados. La posesiön o no de semas comunes se ha intentado explicar por dos medios: a) Por el anälisis en semas, anälisis semico o componencial. b) Por el significado central comün. En el primer caso, se llaman homönimos las palabras que no tienen ningün sema en comün. Veamos las posturas que, en este marco, han adoptado algunos estudiosos preestructuralistas, estructuralistas, y generativistas. En la semäntica preestructural, K. Baldinger (1977: 47, nota 10) define asi la homonimia: En el nivel sincrónico podemos definir la homonimia como dos sememas [...] que no tienen ningún sema en común, pero que están ligados al mismo monema. El lingüista preestructural K. Heger sigue en la linea de Baldinger pero se aproxima a la propuesta del estructuralista B. Pottier que veremos a continua-ciön. Heger define la polisemia (1974: 209) como disyunciön semömica con sema comün, y la homonimia como disyunciön semömica sin sema comün. Si la intersecciön de los sememas que estudiamos da lugar a la inexistencia de semas comunes, estamos ante homonimia, por el contrario, si esa intersecciön da como resultado la presencia de, al menos, un sema en comün, es un caso de polisemia. En la semäntica estructural ha prevalecido el criterio semäntico en la defi-niciön del fenömeno polisemico. Destacamos en primer lugar las teorias que se han basado en el anälisis del significado en rasgos distintivos (anälisis semico o anälisis componencial). Para B. Pottier (1970: 131-133) habrä homonimia cuando los sememas ma-nifestados por la misma expresiön presentan intersecciön cero, es decir, que no tienen semas comunes. Hay independencia semica. Por el contrario, los significados polisemicos tienen rasgos de significaciön comunes, es decir, hay intersecciön semica entre los sememas. Asi lo expone gräficamente: polisemia homonimia Figura 9.B.2. S. Gutiérrez (1992: 126) manifiesta las dificultades que existen para admitir este criterio: 1. La mayor o menor proximidad entre dos significados es un hecho de grado, no de naturaleza. 2. El criterio de la intersecciön es relativo: todo depende del grado de gene-ralidad en que deseemos situarnos. Siempre existirä en los niveles altos de abstracciön un rasgo comün a los contenidos. Asi, ^podemos decir que bota (= a) "odre"; b) "calzado") no es una homonimia, sino una polisemia porque estos contenidos tienen en comün los rasgos [-ani-mado] y [+ concreto]? En el apartado 9.B.4.3. veremos que pueden considerarse como homönimos al ser invariantes que pertenecen a campos lexicos diferentes. De igual modo böte, que tiene distintos significados: a) "salto", b) "recipiente pe-queno"; c) "barco pequeno", podria ser polisemico pues tienen en comün los semas generales [-animado] y [+ concreto] y, sin embargo, tienen etimos distintos (a) < botar; b) < czt.pote; c) < del ingles ant. bat) y son invariantes, por tanto, homönimos. Nos cuestionamos que tipos de semas son los que hay que considerar en estos casos. Otra manera de intentar identificar la polisemia es buscando un significado central o un nücleo de significado. Como ejemplo tenemos: Brazo_^miembro del cuerpo (significado central) brazo de mar \ brazo de gitano I (significados brazo de una lámpara f periféricos) brazo de una butaca Destacan en esta linea autores como Yu D. Apresjan y E. H. Bendix. Apresjan (1974: 14-15) defiende que hay una parte comün que caracteriza los significados de las palabras polisémicas y que ha de ser suficientemente amplia como para ser sentida por los hablantes. Esto diferencia la polisemia de la homonimia. E. H. Bendix considera que existe polisemia cuando hay un denominador comün o nücleo sémico comün entre los diferentes significados de un término. 346 LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (II): ANTONIMIA. POLISEMIA-HOMONIMIA 347 Esta idea del núcleo sémico común también la incluyen en la definición de polisemia otros autores como F. Palmer, H. Schogt, H. Pottier Navarro, etc. Debemos detenernos en las posturas seguidas en la semántica de prototipos. En la versión estándar o monosémica todos los miembros de la categoría deben verificar al menos un rasgo del prototipo. Hay casos centrales prototípicos y miembros periféricos no prototípicos (cf. 7.6). En la versión ampliada o polisé-mica se agrupan referentes que ya no tienen nada en común entre ellos, a no ser relaciones de familia. En ambos casos hay un caso centrál que posee una pro-piedad de los otros. Existe un centro prototípico y casos más o menos alejados, según la similitud más o menos grande con este centro. Pero nos interesa resaltar ahora el caso de la polisemia abierto por la versión ampliada. La estructuración de la categoría bajo la «semejanza de familia» permite a los miembros de una categoría estar ligados unos a otros sin que tengan una propiedad en común que defina a la categoría. Cada ítem tiene al menos uno y probablemente varios ítems en común con uno o varios elementos, pero pocos elementos o ninguno son comu-nes a todos los ítems. En la semejanza de familia cada miembro de la categoría comparte al menos una propiedad con otro miembro de la misma. La noción de «semejanza de familia» aplicada a la teoría de los prototipos abre el camino a una teoría de la categorización múltiple o de sentido múltiple. En la óptica de la «semejanza de familia» se ha representado asi la estructura de varios sentidos: Figura 9.B.3. Hay un caso central, como en la versión estándar, el 2, que posee una propiedad de los otros casos (1 y 3), pero estamos ante sentidos diferentes. A diferencia de los círculos de la figura de T. Givon, vista en 7.6. (cf. Figura 7.8) en que los miembros de la intersección rayada poseen las cuatro características (a, b, c, d) del prototipo de una categoría, en la estructura de «semejanza de familia» ya no co-rresponden a "propiedades" sino a "referentes", "usos o empleos" diferentes. G. Lakoff (1987: 378) afirma: La polisemia aparece como un caso especial de la categorización con base pro-totípica, en donde los sentidos de una palabra son los miembros de una categoría.'2 Las negritas son nuestras. C. J. Fillmore (1982: 36) especifica asi la organización de esta polisemia por la semántica de los prototipos: Una teoría de la semántica de los prototipos nos permite —de hecho exige de nosotros— separar los sentidos primarios y derivados de las expresiones lin-giiísticas l3. Un caso de este núcleo común se concreta en la metafora y la metonimia con respecto al término original. Ambos han sido considerados como fenómenos fuentes de la polisemia. 9.B.4.3. Criterio de pertenencia al mismo campo léxico. Invariantes. Variantes En cierto modo este criterio está relacionado con el de posesión de semas co-munes, visto anteriormente, pues una condición para formar parte del mismo campo léxico es la posesión de una sustancia semántica común, es decir, de semas comunes. Al mismo tiempo, en el seno de la teoría de la semántica no se puede desligar la concepción del campo léxico de la identificación de invariantes y variantes. Intentaremos clarificar esta urdimbre que entrelaza la posesión de semas comunes, la teoría de campo y la delimitación de invariantes para solu-cionar el problema de la significación múltiple de los términos (polisemia-ho-monimia). Ya Porzig14 denuncia que «Las mismas fonías representan diferentes palabras cuando aparecen con sentido en entornos lingiiísticos diferentes*. Y puntualiza: «la pertenencia a campos totalmente diferentes debiera bastar para su separación». En este sentido Weisgerber15 define los homónimos como «palabras de con-tenido independiente, aunque de igual fonía, y no de 'significados' diferentes de la 'misma' palabra». La independencia se muestra, según Weisgerber, en el hecho de la pertenencia a campos léxicos diferentes. La defensa del criterio de pertenencia o no al mismo campo léxico queda manifiestamente expresada por H. Gec-keler(1976: 157): El metodo de campo nos permite, pues, entender la homofonía con mayor precision lingiiística: en los homófonos nos encontramos con unidades del sistema lingüistico materialmente idénticas, pero distintas desde el punto de vista del con-tenido, puesto que funcionan en distintos campos léxicos. Este criterio Ueva lógi-camente a la conclusion de que la polisemia, si prescindimos de las metáforas, puede abarcar casi solamente las acepciones (variantes contextuales). 13 Las negritas son nuestras. " Apud H. Geckeler (1976: 156). 15 ApudR. Geckeler(1976: 157). 348 LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (II): ANTONIMIA. POUSEMIA-HOMONIMIA 349 En esta cita hallamos reunidas las definiciones de homonimia y polisemia. Pero debemos aclararlas. Por una parte, la definíciou de homofonía (homonimia) como unidades idénticas materialmente pero diferentes desde el punto de vista del contenido, pues funcionan en campos léxicos diferentes. Según este metodo, el término planta que tiene diferentes significaciones (1 = vegetal; 2 = fábrica) sería homó-nima pues entrarían en dos campos léxicos distintos: planta vegetal k «ser vivo que crece y vive pero no se muda voluntariamente de sitio» • fábrica • instalación industrial 1 manufactura • factoría paradigma «establecimiento para la fabricación de objetos, productos o transformación industrial* Observamos que pertenecen a dos paradigmas distintos, como comprobamos también en el piano sintagmático. Ej. Esta planta dafrutos rojos y muy dulces aquí planta equivale a vegetal. Por el contrario, en Esta planta da o produce galletas planta equivale a fábrica y no podemos conmutar planta y planta2 en ambas ora-ciones. Otro ejemplo lo tenemos en bota que tiene diferentes significaciones (1 = "cuero pequeňo destinado especialmente a contener vino"; 2 = "calzado"). Bota odre garrafa porrón etc. botín sandalia escarpín etc. paradigma En La garrafa estaba llena de vino podemos sustituir garrafa por odre o porrön pero no por las unidades de la otra columna (botin, sandalia, etc.) Por otra parte, se infiere la deflniciön de polisemia quedando «como dominio propio de la polisemia las variantes semänticas condicionadas por el contexto (acepciones)» (p.154) en el que no entran las metäforas. Tambien Coseriu afirma16 que «lo que se denomina "polisemia" con frecuencia no es mäs que la serie de variantes determinadas por los contextos». Encontramos objeciones a estas definiciones en dos lingüistas espanoles. Tanto F. Rodnguez Adrados como R. Trujillo parecen contrarios a que los campos esten formados en muchos casos por acepciones de palabras y no de palabras completas. Trujillo rechaza en la descripcion lingüistica el concepto de «acep-ciön», cuando se mezclan indiscriminadamente los signos distintos con sus variantes. En efecto, en muchos casos se entiende por «acepciön» todos los sentidos que se registran en el habla para una palabra dada, sin distinguir entre variantes e invariantes. Aqui entroncamos con el problema de la necesidad de diferenciar variantes e invariantes. En un sistema lingüistico concebido como conjunto de elementos funcionales, sincronicamente solo debemos considerar si los diversos contenidos asociados a una misma expresion fonemätica (llamada polisemia u homonimia) son variantes o invariantes de contenido. Por tanto, la dificultad estriba en de-terminar cuando nos encontramos ante significados independientes y constituti-vos de signos distintos (invariantes) y cuando ante variantes de un mismo signi-ficado o variantes de contenido, ya sean combinatorias o libres. Las variantes combinatorias dependen siempre de los signos vecinos (ser feliz/estar feliz). La variaciön semäntica de feliz depende de la influencia semäntica de los verbos ser y estar. Las variantes libres dependen de la Situation y de la visiön subjetiva de cada hablante: oscuro (cuarto oscuro; ropa oscura, etc.). Por otra parte, puede darse el caso de que dos signos distintos sin diferencia significante carezcan de procedimientos significantes claros. Nos interesa el caso de significantes ho-möfonos que constituyen signos distintos (invariantes) (El nino da un libro * el olivo da aceitunas). El punto de partida de la distincion entre variantes e invariantes, ha residido, para muchos, en los resultados de la aplicaciön de la prueba de la conmutaciön. Ya hemos visto que la homonimia implica la existencia de dos o mäs significados, o invariantes, puesto que estos significados no entran en los mismos campos le-xicos y, por tanto, presenta oposiciones y distribuciones distintas. Ahora bien, £cömo podemos llegar a esas invariantes de contenido o invariantes semänticas? La prueba de la conmutaciön no basta para decidir si nos encontramos ante una sola o varias magnitudes lingüfsticas invariantes en el caso de las unidades de expresion homonimica, pues, como ya hemos dicho, en los homönimos las unidades pertenecen a diferentes paradigmas y las relaciones de oposiciön tienen lu- Apud H. Geckeier (1976: 154). 350 LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (II): ANTONIMIA. POLISEMIA-HOMONIMIA 351 gar entre unidades de un mismo paradigma. La conmutación únicamente nos in-dica los contextos donde la sustitución no es posible. En efecto, si dos ele-mentos no son conmutables entre si, puede ser por dos razones: a) porque perte-necen a paradigmas distintos (dar = entregar; dar = producir); b) porque, aun perteneciendo al mismo paradigma, son variantes de una misma unidad (dar y entregar = conceder, otorgar). Ante las limitaciones del procedimiento de la conmutación en estos casos de polisemia y homonimia, diversos autores han formu-lado una serie de reglas de comportamiento linguístico para descubrir el numero de unidades con las que nos encontramos cada vez, es decir, las invariantes, los signos distintos. Asi se expondrán en el apartado 9.B.5. Con el recurso a la prueba de la combinación (cf. 7.8.4.1.4) y con el estudio de las relaciones sintagmáticas (combinación) podemos reconocer homófonos y su correspondiente resolución en distintas unidades léxicas, ya que este estudio nos muestra el paradigma que corresponde a cada signo. En suma, nos pone ante las invariantes de un mismo paradigma. Este es el caso, por ejemplo, del significante dar que resulta ser dos signos distintos o dos invariantes en: — El profesor da un libro al alumno cuyo paradigma sería: da, entrega, regala, etc. — El manzano da manzanas cuyo paradigma sería: da, produce, etc. Por tanto, la invariante de expresión da representa diversas invariantes de con-tenido. 9.B.4.4. Criterios morfológicos y sintócticos. Criterlo de la distribución Hay autores que han basado la diferencia entre polisemia y homonimia en criterios morfológicos y sintácticos pero que no están exentos de semantismo. El metodo distribucional se ha utilizado para la diferenciación entre polisemia y homonimia. Ullmann dice (1978: 23) «si dos o más nombres idénticos en-tran en colocaciones con elementos totalmente diferentes, tenemos que habér-noslas con la homonimia, no con la polisemia». En el metodo distribucional seguido por Apresjan en la confección de los cam-pos (cf. 7.8.4.2) se intenta dar cuenta de los diferentes sentidos de una palabra por medio de la enumeración de las combinaciones sintácticas en las que ésta puede en-trar. En el apartado anterior, hemos seňalado la necesidad de llevar a la practica la prueba de la conmutación junto con la prueba de la combinación. Esta ultima se diferencia del análisis distribucional en que no se limitará a las fórmulas ge-neralizadas de distribución, como hemos visto en los campos de Apresjan, sino que descenderä a todas las combinaciones concretas y particulares de cada signo. Por su parte J. Lyons habla de polisemia cuando hay identidad lexemätica, equivalencia sintäctica e identidad formal entre los diversos significados de una palabra. Recordemos que Lyons distingue entre lexema («venir») y formas de palabra (vino, vendrdn, etc.). Por tanto, cuando habla de identidad o disyunciön lexemätica parece referirse a la identidad o disyunciön en la forma de lexemas que son palabras morfosintäcticas al mismo tiempo. En cuanto a la equivalencia sintäctica dice asi (1980: 496-497): Declarar la equivalencia sintäctica de dos lexemas implica que los dos sean permutables en todas las oraciones gramaticalmente bien formadas de la lengua o, lo que es lo mismo, que tengan la misma distribuciön. Es, por tanto, la pertenencia a las mismas clases (nombres, verbos, etc.) o sub-clases de palabras. Por ultimo, la identidad formal se refiere a la identidad de fonemas y sonidos. Para este autor en la homonimia existirä distinciön lexemätica, equivalencia sintäctica e identidad formal. Esta seria la homonimia absoluta. 9.B.4.5. Criterio de los «modelos derivacionales» (familias, paradigmas). Criterio formal R. Godel fue quien primeramente propuso una Solution basada en criterios formales y sincrönicos. Para este autor, los homönimos son (1948: 12) signos «que tienen el mismo significante, pero que pertenecen a familias diferentes», es decir, «son monemas fonolögicamente semejantes, pero distintos por su lugar en las relaciones asociativas». De acuerdo con este criterio de Godel, si dos o mäs nombres identicos tienen diferentes derivados, serän pertenecientes a elementos lexi-cos separados. Ejemplo Carito = "acciön y efecto de cantar": cantiga, cantinela, cäntico, canturrear, etc. Canto = "extremidad o lado de cualquier parte": cantön, cantonera, cantona-lismo. Canto = "piedra": cantal, cantera, etc. Niegan la validez de este criterio autores como Frei, Todorov y Weinreich. Frei constata que se pueden observar diferencias en las series derivativas a partir de las acepciones de una palabra y no solo en los signos distintos. Veämoslo en el siguiente ejemplo: LEXICOLOGIA Y SEMANTIC A LÉXICA LAS REIACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (II): ANTONIMIA. POLISEMIA-HOMONIMIA 353 picar = "pinchar una superficie con instrumenta punzante" "espolear al caballo" pica picador picadero pico (= herramienta) "morder o herir con el pico o boca ciertos animales" picotazo picotear -<........—....... picudo (pico < beccus, celta) "tomar una ligera portion de alimento" picoteo picotear Según J. Corominas (Diccionario Crítico Etimológico) pico "parte saliente de la cabeza de las aves", no es derivado del verbo picar sino del celta beccus. Todorov critica la imposibilidad de aplicación de este criterio en la practica textual. Por otra parte, en la comunicación lingiiística diaria no aparecen las pa-labras acompaňadas de sus derivados. Para Weinreich este principio sólo sirve para la contemplación lexicográfica de una palabra aislada. E. Benveniste también utiliza el criterio de las series derivativas, pero aňade el de la construcción gramatical, y se basa en la pertenencia a dos «clases semánti-cas» diferentes. Asi, partir[ pertenece a la clase semántica de «salir» y partir2 a la de «dividir», «romper». Una vez más vemos la necesidad de recurrir al aspecto semántico para estable-cer la distinción entre polisemia y homonimia. En cualquier caso, este criterio no será el único, sino que se combinará con otros. 9.B.4.6. Criterio de identificación con sinónimos Este criterio fue propuesto por Kurylowicz y Zawadowski. Una palabra tiene dos significados distintos sólo a partir de la posibilidad de identificar cada uno de ellos con una palabra sinónima diferente. Este sería el caso del homófono agudo que puede tener los sinónimos de afiliado, punzante, etc., y, por otra parte, los sinónimos de inteligente, perspicaz, etc. Otro tanto sucede con ordenar que puede tener los sinónimos de arreglar, reorganizar, etc. ("ordenar un armario") pero, en otro sentido, mandar, decretar, decidir, etc. Son signos diferentes y, por tanto, ho-mónimos. Recordemos que en un campo léxico entrarán sinónimos y antónimos. Resumiendo En una perspectiva sincrónica, la mayoría de los criterios expuestos están entre-lazados entre sí, excepto el de las series derivacionales. Destacamos que en el criterio del campo léxico se aúnan los criterios semánticos (análisis en semas, núcleo semántico común, sinónimos) y los criterios sintácticos (conmutación + combinación —distribution—, invariantes). De ahí que la teoría del campo léxico puede ser de gran utilidad a la hora de tratar el problema de la polisemia y la homonimia, especialmen-te en su repercusión en la lexicografía para determinar si los homónimOs forman una entrada única con diversas acepciones o diferentes entradas en un diccionario. 9.B.5. Reglas de identificación de homónimos Acorde con su teoría del significante complejo, Trujillo prefiere hablar de «piano del significante» y «piano del significado», en vez de «piano de la expresion» y «piano del contenido», pues muchos componentes del significante son semánticos o sintácticos. En esta linea tanto Trujillo como S. Gutiérrez Ordóňez defienden que existe biunivocidad (tantos significados cuantos significantes) en el significante, pero no en la expresión (una misma secuencia fonemática puede ser vehículo fónico de varios significados). Afirma S. Gutiérrez Ordóňez (1981 b: 88) «la homonimia se registra en la expresión, no en el significante». Establecen ambos autores una serie de procedimientos para identificar el significante en la homonimia los cuales suplirán las limitaciones de la prueba de la conmutación, ya que ésta sólo puede llevarse a cabo entre unidades que pertene-cen al mismo paradigma y los homónimos pertenecen generalmente a diferentes paradigmas. Trujillo (1976: 178 y ss.) agrupa los procedimientos de diferenciación de signos individuales con significantes homófonos en varios apartados, que sinte-tizamos asi: Diferencia de posición sintáctica (dentro de una misma función gramatical): hombre pobrelpobre hombre; empleado simplelsimple empleado) Relación sintagmática con diferentes signos: ser listolestar listo; ser malolestar malo. Cambio de factores semánticos en un mismo esquema de distribución, es decir, alteración de los rasgos semánticos que operan en el contexto. Distribuciones gramaticales diferentes. Un mismo significante en funciones gramaticales distintas corresponde, por lo generál, a distintos signos: un hombre bajo/un hombre bajo la cama. Puede ocurrir que dos signos distintos con significantes homófonos ca-rezcan de procedimientos significantes claros. 354 LEXICOLOGlA Y SEMÁNTICA LÉXICA Apoyándose también en la concepción de significante complejo S. Gutierrez Ordóňez desarrolla los procedimientos de diferenciación, vistos anteriormente y propone diez reglas de determinación del significante en la homonimia ". La mayoría de estas reglas se ajusta a los criterios anteriormente vistos, como la per-tenencia a paradigmas diferentes (malo = rebelde, malo = enfermo), la corres-pondencia a signos derivados diferentes, la asociación con sinónimos diferentes, etc., pero afiade también combinaciones gramaticales. Sintetizamos las reglas propuestas por este autor (1992: 49): Regia I Dos (o mäs) hipoteticos significados, asociados a una misma forma de ex-presiön, constituyen dos (o mäs) invariantes de contenido cuando pertenecen a dos categorias sintagmäticas diferentes: -ante (N/Pr) -bajo (Pr/Adj.) -presente (N/Adj.) -pesar (V/N) -diario (N/Adj.) -tarde (N/Adv.) Recordemos que los miembros de un mismo campo lexico deben pertenecer a la misma categoria gramatical (canto = verbo & canto = sust.) Regia II Dos secuencias homönimas no han de ser consideradas identicas cuando ad-miten diferente segmentaciön en constituyentes. Ej. decoro (sustantivo) ^ (verbo) dercor-o (-as,-a...) como (conjunciön) * (verbo) com-o (-es, -e...) Regia III Dos secuencias isofonemäticas serän asociadas a formas de contenido opues-tas (y, por consiguiente pertenecerän a signos distintos) si presentan diferente po-tencialidad en sus combinaciones morfemäticas: 1. Cuando se asocia a diferente gönero: Ejs. el pez/la pez el frente/la freute el moral/la moral 2. Cuando poseen diferente variabilidad generica: Ejs. judias (\egambre)/judias-os gato (instrumenta mecänico)/gato-a lista (relaciön)//wta-o bonito (pez)/bonito-a 17 Recordemos que no establece diferencia entre polisemia y homonimia. LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (II): ANTONIMIA. POLISEMIA-HOMONIMIA 355 3. Cuando poseen diferente variabilidad numerica: Ejs. modales (acciones externas de cada person&)/modal-es mimos (cannos)/mimos-o (interpretaciön teatral con gestos) 4. Aplicado a casos de homonimia sintagmätica. El burro del herrero (atributo)/£7(7o.s) burro(s) del herrero (posesivo) Regia IV Serän consideradas invariantes de contenido las acepciones de entradas homönimas que se inscriban en paradigmas semänticos distintos: cardenal malo obispo Papa sacerdote moratön chichon derrame bueno obediente discolo enfermo sano debil Recordemos el criterio del campo léxico. El adjetivo seco entrarä en distintos paradigmas si se aplica al vino (dulce, semi-seco, etc.) al carácter de una persona (seca, adusta, amable), a los frutos (seco, maduro, etc.). Regia V Afirmamos que bajo una expresiön homonfmica o polisemica existen varios significantes lingüisticos (y, por ende, varios signos): a) Cuando cada sentido al que se asocian contrae relaciones de sinonimia con signos diferentes de la lengua: mandar = ordenar; mandar = enviar; ge-melos = mellizos; gemelos - prismäticos. b) Cuando cada uno de ellos es antönimo de signos distintos: secOj/mojado seco2lverde secojgraso secojamable č) Cuando se neutralizan en signos diferentes (en archilexemas distintos): felino herramienta gatOj tigre puma, etc gato2 Esta regia es consecuencia de la regia IV Have bomba 1 356 LEXICOLOGIA Y SEMÄNTICA LEXICA Regia VI Dos objetos mentales asociados a una misma secuencia fonemätica constitu-yen significados lingiiisticamente opuestos cuando a cada uno de ellos corres-ponden signos derivados diferentes: valor, -> valiente valor2 -» valioso juicio, (sensatez) -> juicioso juicio2 (acto legal) -* judicial justol —> ajustar y'w.sro2 <-» ajusticiar Regia VII Dos contenidos asociados a una misma secuencia de fonemas han de ser considerados significados opuestos si se construyen con o si rigen funciones sin-tagmäticas diferentes: ocuparse + supl ^ ocupar +1 tratar + de + supl * tratar + I Regia VIII Dos secuencias isofonemäticas asociadas a dos significaciones diferentes se-rän invariantes de contenido si a cada uno le corresponde una distribution sin-tagmätica diferente: hombre pobrelpobre hombre el hombre paciente (enfermo)/e/ paciente (con paciencia) hombre Regia IX Dos o mäs significaciones asociadas a una misma expresion son invariantes de contenido si los signos a los que pertenecen pueden coaparecer en un mismo de-curso en situaciones en las que la lengua normalmente no lo permitiria: Hasta los mäs viejos llegaron hasta la cima Aun los mäs diligentes no llegaron aün. Regia X Dos significaciones asociadas a una misma expresion serän consideradas invariantes de contenido de forma individual si pertenecen a campos sustanciales del significado distintos y distantes. Recordemos de nuevo el criterio del campo lexico. Tambidn Cruse propone una serie de pruebas o procedimientos para diagnosti-car la ambigüedad basada en la ambigiiedad lexica y distinguir significados dis-cretos. Estas pruebas las engloba Cruse (1986: 54-62) en dos grandes grupos: LAS RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LEXICOS (II): ANTONIMIA. POLISEMIA-HOMONIMIA 357 A)"indirectos" y B) "directos". Senalamos que entre los primeros encontramos procedimientos ya conocidos como la aplicaciön de sinonimos (si tienen distintos sinonimos son homönimos), la constataciön de que uno tiene un antönimo que no puede mantenerse en el otro, la existencia de diferentes relaciones paronimicas, etc. 9.B.6. Fuentes de la polisemia y homonimia Algunos autores aportan las llamadas fuentes o causas de la polisemia u homonimia. Para Ullmann las fuentes de la polisemia son: a) Los cambios de aplicaciön de las palabras b) La especializaciön de un medio social c) El lenguaje figurado d) La influencia extranjera o prestamo semäntico. Estas fuentes tambien las expone Julio Fernandez Sevilla. Como fuentes de la homonimia, Ullmann presenta tres: 1) Convergencia fonetica. 2) Divergencia semäntica. 3) Influencia extranjera. Si bien los especialistas de la vieja semäntica han estudiado meticulosamente las causas de la polisemia, otros mäs actuales, como Trujillo, demuestran un gran desinteres por estos temas. Aduce Trujillo (1976: 103) varias razones que re-sumimos en: • Las asociaciones que han producido la polisemia y las alteraciones en la relation significante-significado son totalmente externas al mecanismo de las lenguas. • La lingüistica carece de medios para establecer una relation directa entre ellas y los efectos a que han dado lugar. • Habria que determinar las reglas univocas y constantes por las que se produce un nuevo sentido sobre el antiguo. Este desinter6s tambien impera en S. Gutierrez Ordonez. Considera (1981a: 219) que «El problema capital para la semäntica no es [...] determinar las dife-rencias entre homonimia y polisemia, sino determinar cuäntas formas de contenido se asocian a cada expresion Uamada homonimica o polisömica». Esa distin-ciön es innecesaria y poco importante en una description funcional del lexico. Por el contrario, lo necesario para el (1992: 126) es conocer «si los contenidos ligados a una misma expresion son significados independientes (de signos distintos) o, mäs bien variantes de contenido».