ESTADO DE SITTO Desde el horror de s us tristezas son los pri me ros asesinos de la ternura. R. Dalton No quedan más que cuerpos violentos corao máquinas. Los hombres y mujeres tienen rostro de ruedas y los nifios rebuscan por el humo sus labios. Esta mučíte la que llega a cualquier hora -una mano redonda que aplastara las plazas-. Buscamos tin lugar sob re la tierra donde no e sté i s voso t ros o la desolación denuestra especie. No pretendemos ya si no la vida y despertar aquí con estas mismas gentes ensayando el difícil episodio de amar en estos tiempos. PLAZA DE ABASTOS [57] SUBASTA EN MI VENTANA Hoy que es uno de esos dias e n que la voz del río no cesa de llamarme y el agua se adelanta como si fuese el tiempo que no tengo, tampoco estás aquí. Pero cruzan la calle caravanas de cuerpos y no son como el tuyo que me dejó en la boca la herida de la tarde. La tuya es una duda sin rastro de cinturas. Oculta en las aceras como los peatones, como el sentido de tus noches solo. Yo vuelvo del mercado y no tengo una excusa para cerrar la puerta. PLAZA DE ABASTOS [71]