46 Problemas y métodos for which those words and phrases stand only so far as correct use of the words depends upon knowledge of the things12. 9. Final Con los comentarios que prcccdcn no quedan agotados, ni mucho menos, no ya los problemas generales que sc 1c plantean al lcxicógra-fo enfrcntado con la tarea de la definición, sino las particulares difi-cultades de lipo formal que en sus enunciados definitorios ofrece un diccionario concreto, el de la Academia Espaňola, al que me he rcfe-rido constantcmcntc en las páginas anteriores. Quede paia otra opor-tunidad e! examen y erítica de otros aspectos13; con los cxpuestos aquí bašta para formarse una idea, somera pero clara, de la existencia de quiebras en los métodos de definición y sobre todo en la coheren-cia formal entre unos métodos y otros. La dcficicncia es tanto más grave cuanto que, en lo bueno y en lo malo, prácticamente todos los diccionarios espanoles —no «absolutamente todos», como afirma con exageración Maria Moliner (1966: xrv) — se han servido genero-samente de las definiciones académicas, con lo cual los defectos de estas (y no solo las virtudes) vienen a multiplicarse por cl numero de diccionarios de cspaňol existentes. 11 V. también Leech (1974: 204). 11 Príncipalmcntc, U definición de los verbos, de la que nie ocupo en «El "contor-no" en la definición lexicográfica», en Homenaje a Samuel GM Gaya (in memoriam). [Sc publica como capitulo 2 de este libro]. 2 EL «CONTORNO» EN LA DEFINICIÓN LEXICOGRÁFICA' I. La lcxicografia, cuyos objetivos no son teóricos, sino prácticos, no es una ciencia, pero sí una actividad investigadora y didáctica que, como tal, no puede funcionar de espaldas al saber de su tiempo en la materia de su quehacer, sino que ha de actuar con arreglo a una metodológia lo más rigurosa posible. Los problemas que rodean a la labor lexicográfica dependen, unos, de su objeto —cl lexico—; asi, por ejemplo, los de macrocs-tructura (^cuálcs y cuántas palabras registrar?, £cómo organizarlas?) y los de informáciou focómo dctcrminar el significado de las palabras?). Otra parte de los problemas reside más directamente en el su-jeto —cl lexicógrafo—, y entre ellos están los dc tipo lógico (£qué decir en la definición?) y los de lipo formal (^cómo decirlo?). De la dificultad para resolver todas estas cuestiones puede ilustrar el examen de cualquicr diccionario, dc uno u otro calibre, de una u otra lcn-gua, si bien es verdad que los intentos dc rcsolvcrlas, asi como los rc-sultados, han ido más lejos en unos diccionarios que en otros y en unas escuelas lcxicográilcas que en otras. De esta serie de problemas, dc cuya profundidad no da idea la brevedad de su enunciado, quizá hayan sido los de carácter formal los [Publicado en Homenaje a Samuel Gili Gaya (in memoriam), Barcelona 1979, 183-91). 48 Problemas y métodos peor atendidos por la cscucla nacida en torno a los diccionarios dc la Academia Espaňola. No es que los haya desdeňado: es muy considerable el progreso que en la normalización de la estruetura de los ar-tículos se puede aprcciar en los diccionarios académicos desde la publication del primero dc cllos, en la primera milad del siglo xvm, hasta la edition de 1970. Y un progreso paralelo se encuentra, en general, en la larga serie dc obras que siguen, más o menos de cerca, cl modelo de aquellos diccionarios. Pero, tanto en unos como en otros, la forma de la definition adolccc de inconsecuencias cuya elimination valdria la pena intcntar. De algunos de cstos inconvenientcs, que afeclan especialmcntc a las definiciones de adjetivos, adverbios y nombrcs, me he ocupado en otro lugar1. Aqui voy a considcrar el caso de las definiciones de los verbos. 2. Es norma universalmentc aeeptada cn lcxicografia la ley de la sinonimia, según la cual cl cnunciado definitorio, XY, es sinónimo de la palabra-entrada, A, de tal manera que, en un contexto de habla en que figure el término A, ešte sea sustituiblc por XY sin que cllo llcve consigo ninguna altcración del sentido del mensaje (cf. Rey-Debove, 1971: 202, y Dubois / Dubois, 1971: 85). No signifies csto que la dc-finición ajustada a la ley dc la sinonimia sea la única válida, sino que, dc las varias formas de definición posibles, es la sinonímica la más unánimemente adoptada, por la ventaja metódica que suponc la pruc-ba de la sustitucion. Es vcrdad que la definición sinonímica no es siempre posible, como ocurrc cn cl caso (cntrc otros) de las palabras gramaticalcs, cn que forzosamente hay que recurrir a otros procedimicntos (cf. Wein-reich, 1962: 39; Rey-Debove, 1971: 250, y Zgusla, 1971: 258). Pero, salvada la exception dc cstc sector limitado del léxico, es normal la aplicación del principio sinonimico cn las definiciones. 1 «Problemas formal« dc la definición Icxícográfica», cn Esludios ofrecidos a Emilio Alarcos Uorach. (Sc publica como capltulo I de estc libro]. El «contorno» en la definición lexicogräfica 49 Otra cosa es el rigor con que se aplica estc principio. Frente a la constancia y la nitidez con que se cumple en algunos diccionarios ex-tranjeros —por ejemplo, el Concise Oxford Dictionary—, hay que sefíalar las numerosas infracciones y confusioncs en que incurre la escuela espaňola. Estas anomallas no pueden interpretarsc como un no rcconocimiento dc la ley de la sinonimia por parte de nuestros diccionarios; si así fuese, no mostrarian la preocupación que muestran en la inmensa mayoria de sus articulos por definir cada palabra por medio dc una pcrifrasis capaz de la misma función sintáctica propia de aquella (cf. Rey-Dcbovc, 1971: 203; Quemada, 1968: 460, y Zgusta, 1971: 258). Este propósito evidencia, sin duda alguna, que nuestros diccionarios tienen como ideal la definición sinonímica, y de aqui pa-rece legitimo inferir que las desviaciones con respecto a ese ideal dc-ben considerarse como errores. EI propósito de equivalcncia sintáctica —que presenta quiebras en diversas categorias de palabras, cspccialmente en los adjetivos (cf. Seco, 1977 [-capitulo 1 de este libro])— es, en los diccionarios es-pafiolcs, visiblemente firme cn lo que respeeta a los nombres y a los verbos. Todos los nombres aparecen definidos por medio de un nom-bre o de una perifrasis sustantiva, y todos los verbos aparecen definidos por medio de un verbo o de una perifrasis verbal (yendo el verbo definidor cn la forma dc infinitivo, igual que cl verbo definido). En gran numero de definiciones de verbos del Diccionario aca-démico se cumple la ley de la sinonimia. He aqui algunas muestras2: AMARRAR, tr.. 1: «Atar y asegurar por medio de cuerdas, maromas, cadenas, etc.». CAMBiAR, fr., 2: «Mudar, variar, altcrar». RXPENDHR, fr., 3: «Vender at menudeo». FLAQuiiAR, intr.. 1: «Dcbilitarse, irperdiendo la ŕuerza». ooBERNAR, fr., 2: «Guiar y dirigir». vivir, intr,. 1: «Tcncr vida». 1 Todas las citas del Diccionario dc la Academia son dc la 19.a cá., ! 970. 50 Problemas y métodos La sustitución del definido por la pcrífrasis definitoria se mucslra, en efecto, pcrfcctamcnte viable en segmentos dc habla: Los ladrones lc amarraron para que no escapasc. = Los ladroncs le ataron y aseguraron por medio de cuerdas, maramas, cadenas, etc., para que no escapasc3. Tcndremos que cambiar nuesiros planes. = Tcndrcmos que mudar, variar, allerar nuestros planes. La nucva marca de tabaco aún no se expende en los eslancos. - La nucva marca de tabaco aún no sc vende al menudeo en los es- tancos. Me flaqueaban las picmas. = Se me debUitaban, me iban perdiendo juerza las piernas. iViven todavia tus abuelos? - iTienen vida todavfa lus abuclos? El sistema de sustitución fiinciona, pues, igual que en los nom-brcs, adjetivos y adverbios. Sc produce, lo mismo que en todos ellos, una cquiValencia en la denotation —aunquc no (o no siempre) en la connotación— entre los textos que están a la izquicrda del signo «igual» y los que están a su derecha. 3. Pero en los verbos se da una condition particular. En los ejemplos propuestos de definiciones puede observarse que los verbos transitivos (por cjcmplo, expender) van dcfinidos por medio dc otro verbo transitivo (como vender), mientras que los intransitivos (tXAOUEAR, vivir) sc dcfincn, bicn por medio dc otro verbo intransi-tivo (debilitarse), bien por la suma de un verbo transitivo y un com-plemento directo (perder fuerza, tener vida): l)V.tr.l =«V.tr.2» 2) V. intr.l = «V. intr.2» 3)V-httr.l-«V.tr. + c.d.» i Ua prueba de la sustitución deja ver claramente que hubiera sido preferible, en la defínición, no rcmatar la scric «cuerdas, maromas, cadenas» con «etcetera», que la convierte en una serie copulativa (lo cual es absurdo), sino con otro elemento que se-ňalasc el vcrdadcro carácter, disyuntivo, dc la rclación. " El «conlomo» en la definition lexicografica 51 La validez dc estas formulas está atcstiguada por la prueba de sustitución. De aquí podemos estableccr que, inversamente, una defmición constiluida por «verbo transitivo + complemento directo» ha dc con-venir a un verbo intransitivo, y no a uno transitivo, y que, por tanto, no serán formalmente aceptablcs las definiciones de verbos transitivos por medio dc la formula «verbo transitivo + complemento directo» (cf. Rcy-Debove, 1971:210). Pucs bicn, el Diccionario de la Academia mucslra una gran rique-za en ešte ultimo tipo de definiciones en que un verbo transitivo es definido por medio de una pcrífrasis formada por otro verbo transitivo seguido de su complemento directo, definiciones que, curiosa-mente, alteman de manera constante, y a menudo dentro de un mismo articulo, con aquellas otras en que el definidor es un verbo transitivo «puro». Veamos unos pocos ejemplos (en los que scfialo en cursiva el complemento directo): DiiciR, 1: «Manifcstar con palabras el pensamiento». ENTWiGAR, 1: «Poner en manos o en poder de otro a una persona o cosap. hidratar: «Combinar un cuerpo con agua». lavar, 1: «Limpiar una cosa con agua u otro Hquido». sbptuplicar: «Haccr sčptupla una cosa; multiplicar por siete una cantidad». SEPUt-TAR, 1: «Poner en la sepultura a un dijunto; enterrar su cuerpo». ver, 1: «Percibir por los ojos los objetos mediante la acción de la luz». La inviabilidad dc estas definiciones desdc cl punto de vista dc la prueba de sustitución es evidente (lo subrayado ahora es el verbo o su perifrasis definidora): Al abrir la ventana, vio un hermoso paisaje. - »Al abrir la ventana, pereibiö por los ojos los objetos mediante la action de la luz un hermoso paisaje. Voy a lavar el cochc. = *Voy a limpiar una cosa con agua u otro 11-qtiido el cochc. 52 Problemas y mětodos Al día siguicntc sepultamos al muerto. - *A1 día siguienlc pusimos en la sepultura a un difunto al muerto. En los textos resultantes aparcce rcprcsentado dos veces cl com-plemento directo, porque sobra la mention de ešte en la perífrasis de la definition. El emmeiado definidor, en efecto, debía haber sido sim-plemcnte, para ver, «Percibir por los ojos mediante la acción de la luz»; para la v ar, «Limpiar con agua u olro líquido»; para sepultar, «Poner en la sepultura» o «Enterrar». Puede alcgarsc que la mención del complemcnto directo cn la definición es cn muchas ocasiones necesaria porque el objeto de la acción no es indiferente, y por tanto su explicitación en el cnunciado definitorio complcta la precision de estc. Esta consíderación parte dc una confusion entre lo que es cl verdadero contenido del definido y lo que es su contorno (limítado o no limitado) en los cnunciados de ha-bla en que sc prcsenta el término4. En sepultar, por ejemplo, es contenido «poner en la sepultura», micntras que «a un difunto» (el habitual objeto de la acción) pertcnccc al contorno. Pero el establecer esta distinción no tiene por qué llcvar consigo negar la importancia de informar en cl artículo lcxicográfico, de algu-na manera, acerca de ese complemcnto directo que forma parte del contorno. Y, efectivamente, los lexicógrafos que han sido conscientes de la distinción han recurrido a un convencionalismo que por un lado deja claramente a salvo la «potencia transitiva» del verbo dc la defi-nición, y por otro hacc explícitos los datos semántícos que se conside-ran caractcrísticos del complemcnto directo previsto para la actualization dc esa potencia. Es mérito del Diccionario Vox, cuya revision, en sus třes edicio-nes, corrió a cargo de nuestro llorado don Samuel Gili Gaya, el ser hasta ahora cl único diccionario espanol que ha puesto en practica cl procedimiento para diferenciar adecuadamente en la definición el contenido y cl contorno. Consiste este procedimiento, tal como lo aplica cl Diccionario Vox, en encerrar entre paréntesis cuadrados cl 4 J. Rcy-Dcbovc (1971: 210) contrapone «definition» y «entourage». El «contorno» en la definition iexicográfica 53 complemento directo «potenciál» de la perífrasis definitoria, y que lo es también del definido, sinónimo de esta. Véanse las defíniciones de Vox correspondientes a las academicas reproducidas más arriba5: DBcm: «Manifestar con palabras habladas o eseritas, o por medio dc otros signos, [el pensamiento o los estados afectivosj». entregar: «Poner [a una pers. o cosa) en poder dc otro». hidratar: «Combinar [una substancia] con el agua», siíptuplicar: «Mulliplicar por sicte [una camidad]». sepultar: «Poner cn la sepultura [a un difunto]; enterrar [un cuer-po]». ver: «Percibir [los objetos materiales] por cl sentido de la vista» 6. El procedimiento tiene la ventaja dc ser aplicable tambicn cn los casos cn que, por necesidades sintácticas del enunciado definitorio, el complemento directo potenciál del definido es otra clase de complemento en el enunciado definitorio. Esto permitc distinguir perfecta-mente entre cl complemento directo que es propio de estc cnunciado, y que por tanto es un constituyente significativo del definido, y cl complemcnto directo potenciál, que es un constituyente del contorno del mismo definido. Veamos cómo define la Academia el verbo embridar: «Poner la brida a las caballerías». ^Cómo puede saber el lector, con un enunciado definitorio asi, cuál es el complemento directo potenciál del verbo transitivo embridar? Tiene esa definición la misma estructura que la del verbo regalar: «Dar a uno graciosamentc una cosa»7. Esto es: V. tr.l - «V. tr.2 + c.d. + c.i.» s Aunquc la caiactctística en cucstión ya está decididamente prcsente desde la 1 * edición dc este Diccionario (1945), cíto por la 3." (1973). 6 No incluyo cn esta lista la definición dc lavar porque en clla Vox oraite, por ín-neccsaria, la mención del complemcnto directo potenciál; «Limpiar con agua u otro líquido». ' Omito, por irrelevante en este momenta, cl resto de la definición: «... en muestra dc afeclo o consideración o por otro motivo». Lo mbmo hago en la definición que del mismo verbo da el Diccionario Vox y que cito más abajo. 54 Problemas y métodos Pero, si cn la definición de rľgalar el complemento directo (una cosa) coincide con cl complemento directo potenciál del defínido, es muy distinta la situación en el caso de embridar; aquí, cl complemento directo cn el enunciado definidor es la brida, pero el complemento directo potenciál de embridar es (a) las caballerías —que en la definición aparecc como complemento indirecto—. La Academia es incapaz de sefialar esta diferencia entrc dos defíniciones de idéntica estructura. En cambio, cl problema esta resuelto en Vox con toda claridad y sencillez: embridar: «Poner la brida [a las caballerías]». regalar: «Dar a uno graciosamente [una cosa]». Es decir, cl complemento directo potenciál de los verbos transitivos defínidos es sefialado en el enunciado definitorio por medio de pa-réntesis cuadrados, sin que importe que el término asi cnmarcado ten-ga, dentro de ese enunciado, una ŕunción distinta de la de complemento directo. Pucdc ser en el enunciado, no solo complemento indirecto, como en el ejemplo que acabamos de ver, sino tambicn complemento adverbial o sujeto: extender, 1: «Hacer que [una cosa], aumentando su superfície, ocu-pe más espacio que antes». excusar, 4: «Eximir [del pago dc tributos o de un scrvicio personal]». El recurso fue emplcado por primera vez cn cl Dictionnaire general de Hatzfeld-Darmesteter (1889-1900) y ha sido seguido por los diccionarios dc Oxford (1933, 1944, 1964) y por el Petit Robert (1967). Todos ellos utilizan, para seňalar el complemento directo potenciál, los paréntesis normales o redondos. Parcce más acertado el uso de los cuadrados, eseogido por el Vox, ya que los paréntesis simples tienen otras funciones, más cotidianas, que no dejan dc darse tambicn cn los enunciados definitorios. Maria Molincr emplea, en su Diccionario de uso (1966-67), otro procedimiento para seňalar en la definición el término que ha dc ser El «contorno» en la definición lexicográfica 55 complemento directo del verbo defínido. El procedimiento consiste en marcar con una flecha ese término dentro del enunciado, pero sin aislarlo del mismo: i-miíridar: «Colocar las bridas a las ^caballerías». reoalar: «Dar a alguien un "■■objeto digno de estimación [...]». Con cllo proporciona una información útil sobre el contomo, pero sin hacer ver que tal información no pertenece al contenido, con lo cual el resultado cs menos preciso que el obtcnido por cl procedimiento de los paréntesis. 4. Pero el cuidado con que algunos lcxicógrafos han destacado o separado de la definición del verbo transitivo un clemento ajeno a ella y pertencciente al contorno no ha ido, cn cl caso dc los diccionarios espanolcs, más allá del complemento directo potenciál, como si en él se agotasen las interferencias del contomo en el contenido. Los si-guientes cjcmplos de definición académica nos muestran la existencia de otros aspectos del problema: OALOPAR, intr.. I: «Ir cl caballo a galope»; 2: «Cabalgar una persona en caballo que va a galope». LATiR, intr.. 1: «Dar latidos el peno»; 3: «Dar latidos cl corazón, las arterias, y a veces los capilarcs y algunas venas». decamp ar, intr.: «Lcvantar el campo un ejército». AMOLDAR, tr., 3: «Arrcglar o ajustar la conducta de alguno a una pauta determinada». LEOAR, tr., 1: «Dcjar una persona a otra alguna manda cn su testa-mento o codicilo». EMPAPAR, tr., 3: «Absorber un líquido con un cuerpo esponjoso o po-roso». En las defíniciones de galopar, latir, decampar, legar, los sujetos potenciales («el caballo», «una persona», «el perro», «el corazón, las arterias y a veces los capilares y algunas venas», «un ejército», «una persona») no forman parte del contenido de los respecti-vos verbos, y por tanto no es adecuada su presencia indiferenciada, 56 Problemas y métodos como un clcmcnto más, en las correspondientes pcrífrasis definito-rias. Por otra parte, cn los Ircs verbos transitivos de la lista precedente —AMOLDAR, ij-qar, EMPAPAR—, aparte de los complementos directus potencialcs («la conducta de alguno», «alguna manda», «un 11-quido»), vemos que las definiciones incorporan otros complementos cuyo verdadero lugar es en torno al verbo definido, en un texto de ha-bla. Lo demuestra la propía Academia con los ejemplos que acompa-ňan a algunas dc esas definiciones. El dc empapar es Empapar con un trapo el agua vertida. Pucs bien, de !a definición («Absorber un líquido con un euerpo esponjoso o poroso»), cl único elemento útil para sustituir en el ejemplo a empapar es absorber: absorber con un trapo el agua vertida. Todo lo demás (complcmcnto directo y complement adverbial) está explícito en el texto de habla, acompaňan-do al verbo definido, y por tanto no pertenece semánticamente a ešte. Del mismo modo, cn amoldar y legar los complementos «a una pauta determinada» y «a otra» están indebidamente incorporados al enunciado definitorio, puesto que pertenecen al contexto habitual de los verbos definidos y no a su contenido. Es preciso, pues, preguntarse si no interesa extender a otros clc-mentos del contorno un tratamiento semejante a! que algunos diccio-narios dan ya al complemento directo potenciál de los verbos transitivos. No parece lógico ncgárselo. De hecho, ya existen tentativas que, por diversos procedimientos, apuntan al objetivo de expresar cl sujeto y diversos tipos dc complementos del contorno en cuanto talcs clc-mentos de contorno. En cl caso del sujeto potenciál, por ejemplo, el Concise Oxford Dictionary indica ešte elemento (cuando su mención es relevante) por medio de la formula «of+ nombre» entre paréntesis: walk, intr., 1: «(Of men) progress in advancing each foot alternately never having both off ground at once». El Petit Robert utiliza formulas diversas: ORIMPER, intr., 4: «(Chases) S'elever en pente raidc». BATTRE, intr., 3: «Tirer ou produirc des sons (tambour)». El «contorno» en la definición lexicografica 57 sc mariek (s. v. marier): «S'unir par le manage (en parlant de deux personnes)». ABOYER, intr., 1: «Donner de la voix, en parlant du chien». El ultimo procedimiento (el de aboyer) cs cl menos accrtado, pucs no marca por ningún medio tipográfico la condition no scmica del elemento «en parlant du chien». Los otros tres tipos usados por el Petit Robert son pcrfectamente válidos, aunque no hubiera sido dificil reducirlos a uno solo, como hizo cl Concise Oxford. En cuanto a los complementos no directos, enconiramos tambičn diversidad de procedimientos, como el del Oxford English Dictionary, que recurre a la nota complementaria sobre construcción: thirst, intr., 3: «To have a longing, craving, or desire. Const, in 0[ld] EJnglishJ with gen. = of; later after, for (+ to) something, to do something». O estc del Petit Robert: dépendre: «Ne pouvoir se réaliser sans Paction ou ('intervention (d'une personnc, d'unc chose)»8. Pero, para todos cstos clcmcntos dc contorno, tanto sujetos como complementos no directos, no ofrecerta ninguna dificultad —y si, en cambio, la ventaja dc la uniformidad— aplicar el mismo sistema que vimos para los complementos directos. El parcntesis ya no significa-ria cstrictamente 'complemento directo', sino cn general 'elemento (o clcmcntos) de contorno', y no sería nečesaná la cspccificación de la ' Abundan cn cl Petit Robert, no obstante, los casos cn que cl complemento dc contorno aparece incluido en la perffiasis definítoria. Asi, cn délirer, intr., 2: «Eire cn proie ä une emotion qui trouble 1'csprit». el cjcmplo que sigue, Délirer de joie. demuestra que cl sintagma «á unc emotion qui trouble I'esprit» es un clcmcnto dc contorno. Algo semejante ocurrc cn imbiber, tr., 1: «Pénétrcr, imprcgncr d'eau, d'un liquide», con su cjcmplo. Je reiirais mes chaussures imbibées d 'eau; en opfrir, tr., 2: «Proposer ou presenter (une chose) á quelqu'un cn la mettant ä sa disposition», con el cjcmplo Marěchal lui avail offer! etprété, spontanémeni, de l'argem. Los respectivos ejemplos cvidencian que «d'eau. d'un liquide» y «á quelqu'un» son elementos de contorno y no de contenido. 58_______________________________________Problemas y mětodos función del clcmcnto sino cuando esta función fuesc distinta en el contorno y en el enunciado definitorio9. 5. Es evidente la necesidad de una revision de la técnica lexico-gráfíca. No se trala, o al menos no se trata principalmente, como pre-tenden algunos, de recurrir a la panacea de los ordenadores. Lo ver-daderamente importantc es intcntar fijar, con el rigor posiblc, el concepto de diccionario, en todas sus dimensiones. Y una de ellas, esencial, es la definición, dentro de la cual, a su vez, es fundamental la estructura. En las notas que preceden he llamado la atención sobre un pro-blema dc la definición dc los verbos. El problema no está tanto en la inadecuación de un tipo de definición a una norma rcconocida, como en la falta de cohcrcncia con que altemativamente se sigue o se igno-ra esa norma. Un deslinde claro entrc contenido y contorno, entre los elementos constitutivos del significado y los elementos habituales del contex-to, es algo que se echa dc menos en el sistema de definición de mu-chos diccionanos. El que esta falta de rigor apenas llame la atención del usuario de estos tiene la misma raíz que la aceptación común, sin crítica, de las ineoherencias >' lagunas dc tantas gramáticas —«tra-dicionalcs» o no—: el hecho de que ambos, diccionanos y gramáticas, juegan con una ventaja iniciál y decisiva, la «competencia» del lector, que liena intuitivamente los vacíos del mensaje que le ofrecen. Esto es especialmente evidente en los diccionanos, y gracias a ello no hay duda de que «funcionan»10. Pero la lexicografía debe aspirar a que su trabajo haga algo más que cl cscuclo ŕuncionar. 9 Este sistema cs cl que aparecerá utilizado en las defirúciones del Diccionario del espanol actual, que prepare, con Olirflpia Andres y Gabino Ramos, desde 1970. [Véa-sc ahora el capltulo 25 de esie libro]. 10 Recuerdo las duras —y no del todo jusias— palabras dc U. Wcinreich: <*La in-diferencia que muestra la lexicografía hacia su propia metodológia es asombrosa. Quizá están satisfechos los lexicógrafos porque su producto "funciona". Pero cs Icgl-timo preguntarse de que mancra funciona que no sca la de que los diccionarios se venden»(1960:26). \ 3 SOBRE EL METODO COLEGIADO EN LEXICOGRAFÍA' El "Diccionario", obra colectíva de la Academia La cima más alta en la história de la Academia Espaňola es, sin duda, la primera etapa dc su existencia. Nace la corporación con un ideal muy claro, con un objetivo muy preciso y con un impulso entu-siasta. Por descontado, no todos los micmbros participan de esta triple grácia; pero hay en el grupo levadura suficiente para que cl peso muerto que nunca falta en cualquicr congregación humana no lleguc a ahogar en el seno materno cl fruto de tan feliz conjunción. En un pla-zo de vcintiscis afíos, la Academia comienza y termina un Diccionario de nueva planta, en seis volúmcnes, que nace situándose entrc los mejores de la Europa del siglo xvm y que en más dc un aspecto sc pone por delante de cllos. La gestación dc ešte milagro Icxicográfico espanol ha sidô relatada minuciosamente por Fernando Lázaro Ca-rreter(1972). Mucho más que la apenas existente tradición lcxicográfica dc nuestra lengua orientó cl trabajo de los académicos el cstudio de los diccionarios extranjeros, cuyas principles virtudes se esforzaron en asimilar. Entre esos diccionarios extranjeros ocupaban lugar destaca- [Publicado en Esiudios de literatura y lingülstica espaňolas en honor de Luis Lopez Molina, Lausanne 1992, 563-74].