Gonzalo de Berceo: Milagros de Nuestra Señora El sacristán fornicario comentario de texto                                                                                Magdaléna Kolmanová   1)      Introducción Se trata de un poema del libro Milagros de Nuestra Señora, considerado una de las obras más importantes del mester de clerecía (poesía culta, de temática religiosa y nunca fictiva; la “respuesta“ de clérigos al mester de juglaría) de siglo XIII. Sin embargo, se supone que la fuente del contenido sea un manuscrito latín. El autor de la versión española, Gonzalo de Berceo, era un monje de La Rioja y es de gran interés que sea el primer poeta español, cuyo nombre se conoce. Su libro contiene veinticuatro poemas narrativas, unidas por el tema de La Virgen y su gran poder.   2)      Tema El tema principal que se repite en todas historias de los Milagros es sobre todo mostrar las virtudes,  gran amor, perdonamiento y sobre todo el poder de La Virgen, por otro lado, hacerla más familiar o “humana“ para los devotos. Este poema no es una excepicón, su mensaje dice al público que a pesar de pecar, siendo fiel a La Virgen, puede recibir otra oportunidad. Se trataba de una exhortación a los lectores (u oyentes) que veneren a La Virgen o reafirmense en ello. Dicho de manera más general: haciéndo todo con pureza del alma y creyendo en lo que nos supera, nunca podemos terminar mal.   3)      Estructura Desde el punto de vista formal se ve que el poema está dividido en veintiseis estrofas, con los  que  está entre los Milagros de longitud mediana, no es demasiado breve ni detallado, porque el caso del sacristán fue solucionado rápidamente gracias a la omnisapiencia de las autoridades, pero también tenía que ser puesto algo de espacio para mostrar que no fue fácil de solucionar. Respecto al contenido, creo que el texto está dividido en siguientes partes: ·         estrofa 75 – el narrador dirige la palabra a la audiencia y con cierta humilidad, propia de monje,  introduce su historia y por primera vez menciona dos de personajes principales ·         estrofas 76 y 77 – breve descripción del personaje principal de sacristán ·         estrofas 78 hasta 85 – se desarolla la historia del fornicario, no se explica exactamente cómo pecaba sino focaliza las circumstancias (siempre se inclinaba antes de la estatua de La Virgen), ésos se consideran más importantes, porque se quiere subrayar cierta inocencia del sacristán, y consecuencias (se ahogó en el río, otros monjes no podían encontrarle, se pusieron tristes , los diablos vinieron a llevar su alma al infierno) para mostrar que pecar no lleva nada bueno ·         estrofas 86 hasta 94 – empieza, se desarolla y termina el conflicto entre “el mal“ representado por diablos y “el bien“ representado por Dios, ángeles y sobre todo por La Virgen. La disputa entre los dos lados es el núcleo de la historia y se cierra con  la sentencia de Dios, la autoridad suprema, mientras que La Virgen otra vez tiene el papel de defendora eterna de sus devotos fieles. ·         estrofas 96 hasta 99 – el argumento vuelve a la tierra y acaba la historia del sacristán, el que fue resucitado, aparece el milagro mencionado, está así demostrada la omnipotencia de La Virgen, resp. de Dios, y el mensaje: quien queda fiel a La Virgen, merece la misericordia divina a pesar de pecar ·         estrofa 100 – el escritor vuelve a dirigirse al público, ya no se refiere a la historia sino hace observar la supermultitud de los milagros, que ha hecho La Virgen, y aparece otra vez el fenómeno de modestia (“mas de lo que sopiéremos, seed nuestros pagados“).   4)      Análisis formal Como el poema es un ejemplo del mencionado mester de clerecía, en cuanto a métrica utiliza cuaderna vía , la que consiste en estrofas de cuatro versos monorrimos - [1]versos alejandrinos, es decir, de catorce sílabas, con [2]rima consonante uniforme, repartidos en dos [3]hemistiquios de siete sílabas, con [4]cesura entre ellos. La rima consonante en tetrástrofos da impresión de cierta complejidad de las estrofas, aunque unas veces aparecen dos estrofas con la misma rima emparejadas (76 y 77, 86 y 87, 92 y 93). Este tipo de métrica exacta, con contadas sílabas etc., tenía que distinguir el mester de clerecía del de juglaría, sin embargo, en caso de Berceo es evidente, que su intención principal no sea exhibir su erudición, sino acercar las ideas cristianas a la gente, mediante las historietas, que se lean con gusto y fluidez. Este hecho voy a demostrar en los ejemplos que seguirán. La historia está contada cronológicamente(con analepsis mencionadas adelante) en pasado, sin embargo, algunas partes del texto se refieren al presente ( 75, 76b, 85b, 98d y 100d), son los que introducen o comentan el texto. En el primer verso de la primera estrofa hay un apóstrofe al público, “amigos“, lo que indica intención de acercarse a los lectores , es decir, mostrar que es uno de ellos y marcar el carácter didáctico del poema. En este caso el narrador es heterodiegético, no obstante, con los apóstrofes y otras expresiones penetra su presencia en el texto, pero no en la historia. Su posición respecto a los personajes es que sabe más de la historia, no mismo ni menos que ellos. La forma verbal de subjuntivo imperfecto “quissiéndose“ hace la invitación más formal pero humilde, como si no quisiera “alarmar“ el público. El verso siguiente indica que la historia que se va a contar no es la primera. Ya en el verso 75c aparacen la autoridades de Santa María y Dios, cuya relación  de ellos está expresada en el verso siguiente por una metáfora – “de cuya lege quiso con su boca mamar“ y significa que es su hijo. Esta expresión debe dar sensación de que el Dios es en este sentido inferior respecto a la Virgen, su madre, o sea ella es superior a él, que se trata de un poema glorificador de Santa María. Son dos de personajes principales, podemos caracterizarles como personajes planos y estáticos. Entre estrofas 75 y 76 hay una analepsis, de la introducción regresa el narrador al pasado para contar la historia. La estrofa primera se puede considerar una digresión. En el verso 76a aparece una derivación descriptiva:“ monge – mongía“, lo que sirve de una figura alofónica que subraya la presencia de otros monjes en el convento. El narrador focaliza el personaje del monje-sacristán, el que es un personaje principal, profundo y dinámico, porque se cambia radicalmente durante la historia. En el verso que sigue, el narrador declara que no conoce el nombre del convento donde el monje vive, y porque no lo encuentra en las fuentes, mejor no lo escribe, porque en caso contrario rompería la regla de verosimilitud factográfica. Éste verso es otro ejemplo de digresión en la narración. Para expresar el amor de sacristán a Santa María está utilizada una metonimia (“querié de corazón bien a Sancta María“) para aumentar la impresión de su gran amor. Las estrofas 76 y 77 están unidas por la repetición del último verso de 76 en el primero de 77. Es una brillante medida como expresar de manera artística que el monje se inclinaba e inclinaba a la estatua de La Virgen repetidamente, que era casi loco por La Virgen. Los dos versos cotienen la iteración, usando la expresión “cada día“. Hay aún una enumeración de sus actividades que hacía para honrar a La Virgen, terminando con una en estilo directo (dicié: “Ave María“)para hacer el hecho más presente. Por los verbos en forma de imperfecto está expresada otra iteración.  En contraste, en la segunda mitad de la estrofa averiguamos, que fue hecho sacristán por el abad por NO parecer loco sino cuerdo, lo que significa una desarmonía y preanuncia que algo malo va a pasar. El abad tiene en nuestra historia el papel de un personaje secundario, plano y estático. Así como en el verso 77d, también en verso 78a aparece un tipo de doblamiento de un atributo, lo que aumenta la impresión de lo descrito; característica del monje (“ ca teniélo por cuerdo e quito de follía“) y la del diablo (“enemigo malo“) – dos palabras que expresan maldad y en 78b una gradación (“que siempre fue y éslo“) seguida por tercera expresión de maldad ( “de buenos contrario“). En esta estrofa llega a la escena la fuerza mala, representada por diablo, como un servidor de Belcebú y se deja sentado que hizo del sacristán un hombre impúdico. Esta trama no se analiza en el texto, la razón es solo la maldad del diablo que le corrompió, una idea correspondiente a la doctrina cristiana. Como si el monje mismo no fuera responsable de su comportamiento. Volvemos a ver, en siguiente estrofa, que el narrador no lo llama malo sino loco (“locco peccador“;  “el entorpado“), se condena solo lo que hace (“mala lavor“). El verso 80a usa una anáfora, donde cada hemistiqio empieza con un grupo de palabras “siquier a la“, la repetición otra vez indica la exageración de lo que el sacristán hacía. Este hecho aún se comproba en 80c y 80d (“teniéla bien usada“; “non se li oblidava en ninguna vegada“; la abreviación “la Ave“ como ya está claro que es la oración Ave María no es necesario decirlo todo). Hay una paradoja entre lo que hace por las noches y el hecho que se inclina a la Virgen cuando pueda, lo que es entendido como muestra de su rimordimiento del pecar, sin embargo, se puede hallar una relación psicológica. Da impresión de que el personaje del monje  - quizás por su edad, que no conocemos – está obsesionado por mujeres de todo tipo, cuan por  las de pueblo, tan por la santa. La historia está interrumpida y llega una escena con la trama central. Paradojamente, con la muerte del personaje principal no termina sino empieza el núcleo de la historia. El adjetivo “bono“ en relación con el sustantivo “río“, al que el pecador cayó, en este caso no debe expresar el bien del río sino su gran tamaño. Por usar expresiones coloquiales Berceo procura acercar el texto a los lectores. El segundo hemistiquio de 81d subraya, usando una intersante figura fónica “FueRa de la FReiRía“, el hecho que nadie sabía de su actividad secreta, respectivamente de su muerte.   En la próxima estrofa, otra vez separada de la anterior por una elipsis, nos transmitimos a la mañana, a la escena llegan otros monjes, un personaje colectivo, secundario, plano y estático, y buscan su clavero para poder cantar sus oraciones de madrugada. Hay aquí la palabra “quisque“, una de las que a veces aparecen en textos medievales escritos en español u otra lengua romance. La confusión y azoramiento de los compañeros de sacristán se demuestran en la estrofa 83 por el uso de proverbios de contenido un poco irrelevante (“suso e yuso“o sea arriba y abajo), quiere expresar que le buscaron por todas partes . Se siente un tipo de gradación en  los primeros tres versos ( “buscaron al clavero, trobar no lo podieron, buscando suso e yuso, atanto andieron,...“), hasta en el verso 83d, la situación desesperada está solucionada. En siguiente estrofa la desesperación se convierte en tristeza pero la confusión se queda, nadie sabe si el fraile fue matado o murió a si mismo. Interesante es la mención del cambio del punto de vista en 84d - como el convento está evaluado por la gente de afuera, ya que ocurren allí “cosas raras“ – (“ca cadié en mal precio, por esto el logar“). Encontramos aquí también una gradación usando dos sinónimos y un adjetivo gradado (“era grand la basca, mayor el pesar“) que no deja de producir en el lector la sensación de lo horrible que causó el pecador a sus compañeros, tanto más apreciable tendrá que ser el milagro. En la estrofa que sigue hay una analepsis : el cuerpo todavía yace en el río y sin ayuda ( = “en vanno“), y se supone, que cuando los clérigos lo hayan encontrado, lo hayan sacado del agua. Desde el punto de vista narratológico también se trata de una escena. Las potencias malas, representadas por un personaje colectivo, principal, plano y estático de diablos, se meten en la situación y quieren llevar el alma al infierno, el que está escondido bajo otro latinismo “váratro“. En verso 85b hay otro ejemplo de “penetración“ del narrador dentro del texto, es también un factor muy moderno, que se dice de que se va a contar ahora y además usa para ello primera persona de plural, lo que otra vez hace la audiencia casi participante de la historia (“digamos de la alma en qual pleito se vío;“). En segundo hemistiquio está hecha una pequeña exepción del mester de clerecía y está prestada una fórmula característica del mester de juglaría (“..de deleit bien vazío“), que significa que nada divertido le esperaría en el infierno. Un símil expresivo (“la trayén com a pella“) en la estrofa 86 muestra el comportamiento despreciativo y altivo de los diablos hacia el alma humana. Los ángeles, representantes del bien y un personaje colectivo, secundario, plano y estático, una vez llegados a la tierra, comienza la disputa central. En versos 86c y 86d hay dos oraciones en estilo indirecto de la habla de los diablos que resulta casi infantil (como si los ángeles quisieran robarles una pelota de verdad) y subraya su malo egocentrismo. Estrofa 87 describe el fallo de la intervención angélica pero también el fracaso del alma en la disputa porque era pecadora y los ángeles no pueden argumentar a los diablos, lo que pone tristes a los ángeles, porque no satisfacerán a Dios. La Virgen viene en la escena que empieza por el próximo verso, aquí el narrador utiliza dos metáforas para ella (“ La Gloriosa“ ; “reina general“) y así la hace más importante que a los otros actores, no obstante, lo más adorador es el hecho que los diablos obedezcan su mando ya que la respetan y no poco (“moviólis pletesía, firme e muy cabdal“). En el verso 89a nos preparamos a leer “palabra colorada“ de La Virgen, esta expresión que significa “demanda elocuente“, según los editores de esta obra: „remite a la formación jurídica de Berceo, el que señala así el talento legal de La Vírgen“. El resto de estrofa está escrito en el estilo directo, La Virgen manda a los diablos que le den el alma de sacristán por la razón de que, durante su vida, ella era la que lo protegía y no puede abandonarlo para que el alma no vaya descaminada. Durante su monólogo les llama locos (“foles“) a los diablos por considerarles de pocas luces o para hacerles sentirse así. Vemos que se desarolla un discuro entre dos lados contrarios con el mismo interés. El vocero de los diablos representa un personaje principal, estático y profundo, porque está descrito con adjetivos de gran valor(“un savidor diablo, sotil e muy puntero“) para demostar que La Santa no merece un oponente malo. En versos 90c y 90d en estilo directo aparecen dos metáforas: “Fijo“ = hijo de La Virgen, o sea Dios y “alcalde derechor“´= otra metáfora de Dios como un juez omnipotente y justo. En próximo verso el vocero diabólico le adula a Dios para no estar rechazado antes de decir su exigencia, la que pronucia en estrofa 91, toda en estilo directo. Por otro lado en el diálogo demuestran un tono despreciable uno a otro porque se tratan de tú: “Madre eres“, 91c “por ti fuere falssado“ etc. El diablo hace referencia a la Sagrada Escritura y advierte que, según  el Evangelio, el sacristán tiene que ser juzgado. Su razón parece a la de abogado, lo que otra vez señala la formación jurídica del autor. Su oponente, otra vez en estilo directo, para quedarse el lector casi dentro del argumento, le trata con gran desprecio, pero usa palabras de perdonamiento: “no te riepto ca eres una cativa bestia“ y después explica que ella es la que tiene el derecho de decidir del destino del muerto, porque le pidió permiso de su pecado a ella. En este momento se descubre el hecho que le siempre fue dada  audiencia de Santa María. Su humildad y sabiduría está comprobada en la estrofa siguiente, donde se decide de dejar la sentencia a Cristo, al que considera poderoso y sabio (“el que es poderoso, pleno de sapiencia“). Después de otras dos metáforas de Dios (“Rei de los Cielos, alcalde savidor“), la disputa entre los dos lados termina con un compromiso pronunciado por Dios: el muerto pecador está resucitado por haber merecerlo. El argumento, con una analepsis y usando la escena, revuelve al ambiente del convento donde a los clérigos en luto, también un poco azorados por la extraña experiencia, les sorprende la presencia del sacristán resucitado. Para subrayar la sorpresa de los clérigos, es usada en el verso 95c otra vez la escena. El “renacido“ se pone a contarles su historia en 96a en estilo directo. En 96b se usa el mismo verbo en distintas formas temporales emparejadas (“muerto fui e so vivo“)para expresar el contraste entre el pasado y el futuro, destacando así la grandeza del milagro. El sacristán asegura a los demás que no es ninguna ilusión sino un hombre resucitado de verdad, en dos versos siguientes exalta a Santa María que le salvó de los diablos, metaforizados aquí como “malos guerreros“. Se usa una oración exclamativa para demostrar su alegría de lo pasado, sobre todo de su vida recuperada. Hay que fijarse que el sacristán no alabe a Dios, que causó su resurreción prácticamente, sino a María, a la que intervino en la situación más crítica. Con exaltación a Santa María se continúa en la estrofa siguiente, donde también el sacristán cuenta en estilo indirecto a los clérigos la disputa, la que está expresada como “ledanía“, una metonimia con referencia al contenido religioso y carácter serio del argumento. En verso 97d hay una sinestesia (“negro día“)utilizada para dar impresión de la muerte posible , que negro es color de entierros y otros asuntos relacionados con muerte. En la estrofa 98, todo el convento da gracias a Santa María, y se usa otra metáfora “madre de piedad“ por cuál expresa su carácter materno y lleno de misericordia, pero también se aprecia en verso 98a la buena voluntad de Dios, actuando para los clérigos un papel “secundario“ en esta historia . Los habitantes del convento mencionan aquí otro mérito de la pareja santa: “..está más firme la christianidad“. Ésta alusión muestra que la iglesia cristiana siempre cuidaba mucho de su posición, lo que es una de razones por escribir obras como ésta. Un caso semejante al de 84d. La estrofa 99 es única por romper la regla de cuatro versos, los cuáles tiene cinco. En mi opinión, la razón sea que el autor intentaba hacer el discurso de la historia mucho más rápido y “correr“ hacia el fin, porque ya no había ningún trama para desarollar. En cada de los cinco versos hay una acción, lo que acelera el argumento (“confessóse ..fizo penitencia; mejoróse..;sirvió..; finó..; requiescat..“). Otra razón para añadir quinto verso es el hecho que es un latinajo del Oficio de Difuntos. Con esta estrofa termina la historia de sacristán, el que hasta su muerte era un monje ejemplar, es decir, la experiencia con La Virgen cambió su vida. En la última estrofa del poema el narrador, usando una digresión, vuelve a dirigirse al lector y le exhorta que sea agradecido por lo que es contado de los milagros de La Virgen, aunque es solo una pequeña parte de la multitud de milagros que La Virgen hizo. Con esta exhortación, por supuesto, dice que es necesario ser modesto.   5)                  Conclusión Respecto a la forma, hay que decir que aquí no se usan muchas figuras fónicas, es por el carácter más racional que sensacional de este tipo de poesía, sin embargo, lo que abunda son hipérbatones. Sin éstos, quizás, no fuera posible escribir un poema en cuaderna vía y por eso, en este caso, no considero imprescindible enumerarles. Hemos comentado un poema, donde La Virgen no deja los diablos llevar al infierno el alma de un sacristán fornicario y con ayuda de Dios le resucita, porque siempre cuando salía, le pedía permiso y le daba gracias después, es decir, era fiel a ella. Siendo consciente de su debilidad y humilde a lo que le supera, recibió perdón y otra oportunidad. Ahora podemos decir con certeza que el autor escribió una obra de tema culto usando una forma más o menos coloquial. Ésa encontramos sobre todo en el diálogo entre Santa María y el diablo, ya que hablan de manera tan informal que hoy parece casi blasfemador. Otro aspecto interesante de este poema es, para mí, la descripción de la lucha entre el bien y el mal, ya que el mal no fue representado tan malo cómo yo había expectado. El diablo fue descrito como una creatura muy sabia y al fin justa, porque dejó decidir a Dios. También el personaje de La Virgen fue plasmada como una mujer más o menos ordinaria pero con atributos y poderes divinos, lo que sirvió para hacer la gente adorarla. El poema trae un mensaje fuerte no solamante para el público medieval, que se suponía ser creyente,  sino también para un ateista de hoy. Si dejamos de unir todo el contenido con los personajes concretos, como La Virgen etc., obtendríamos un mensaje que diría: Haciéndo todo con pureza del alma no puedes terminar mal. A pesar de que ésto no sea la intención primaria del autor, es evidente, que su obra tenga un valor moral infinito.