Capítulo 4 EL ACENTO 1. EL ACENTO, Al.MA DEL VERSO En todas las lenguas románicas el acento es intensive. La mayor o menor fuerza espiratoria distingue entre las sila-bas de una palabra (a diferencia del latín y del griego clási-co, en las euales las silaba* se diferenciaban por su canti-dad: sílabas largas y breves). En una palabra espaiiola la silaba marcada por el acento recibc una carga'de intensi-dad o fuer/a espiratoria, de altura tonal y de duration superior a las demás. Vocablos cotno «cániara», «caiitara» y «can-tará» se distinguen seinánticamente por la position del acento en una u otra silaba. EMo hace que la métrica de las lenguas románicas tenga en el acento »no de sus principales elementos de configuration ritmica. Con justeza se ha dicho1 que el acento es el alma de las palabras. y también es el alma del verso. 2. Acento fijo v acentos variables Tomemos iin poema cualquiera; por ejemplo, un romance. Veamos el comienzo del «Romance del conde Arnaldos»: 8- «jQuién hiibiese uil Ventura 8 a sobrc las aguas del mar 8 - como hubo el conde Arnaldos 8 a la maňana de San Juan!" En seguida observaremos que hay una posición silábica que siempre está acentuada: la 7a. Respectívamente: «tu». A. Quilis (1996:21) li ACENTO 77 «mar», «naU y «Juan». En todos los versos de un romance, que es un poema en octosílabos, la sílaba 7a recibirá un acento. En todos los versos endecasUabos, lo hárá la sílaba 10'; en los pentasílabos, la 4-, v asi sucesivamente. Este acento fijo, que afecta siempre a la sílaba penúltima del verso si esa palabra es liana (a la ultima si es aguda, y a la anlepe-nultima si es esdrújula), ha sido denominado de varios modos: acento versal, acento obligatorio, ejc rítmico. axis ritmico, etc. Este acento es importaniísimo, pues acompaňa indisolublemente al metro y recibe la rima. Pero además de ese acento fijo o versal, el verso posee unos acentos variables repartidos entre las restantes sílabas. y cuyo especial diseňo configura el ritmo del verso. (Oe hecho, cuando se habla del ritmo de un poema, casi siempre se alude a la disposición de acentos variables). Este ritmo stiele estar condicionado por el sentido de las palabras que el poeta emplea, como en el ejemplo que acabamos de citar. Adjudicando convencionalmente el signo [-] a las sílabas tónicas del verso, y el signo [-1 a las átonas, su ritmo es: El esquema rílmico es variable de un verso a otro, condicionado por las palabras con que el poeta desea expre-sarse. Este es el caso más freeuente. Pero en otras ocasio-nes, más raramente, el poeta desea expresarse con un ritmo uniforme, y ese esquema, fijo y anterior a las palabras, las condiciona: las palabras están en función del ritmo e inclu-so supeditadas a él. Esto sucede en el lipo de versificación que heinos Uamado «acentual». y también en la versificación «de cláusulas", modalidad de la anterior. Veamos una muestra, de Juan Ramon Jimenez: 16 - -Muy remotos..., muy remotos..., esfumándose en las nieblas 16 A de insondables I «janlas melancólfcas, sagradas, 16 - entre mágicos jardines de laurclcs y de myrtos. 16 A los palacios misieriosos del Ensueňo se levanian...» 78 I.V Ml-IKK 1 f.Sľ.VV]|.\ PC St ((AllMil ROMANIK» Est os versos hexadecasilabos están conJigurados so b re im esquema acentual -también Ilamado «piť» o «clausula*— de cuairo sílabas (------), repetido cualro veccs en cada verso: EI pie o clausula en la métríca acentual refuerza la acen-tuación gramatickí de las paJabras cuando atnbos acentos -el n'imico y ei gramatical- coinciden (p. ej. en las palabras del verso primero «remotos», «esfumándosť» y «nieblas*); pero también sucede que su Invasor esquema prcvalece sobre el acento gramatical cuando éstc recae sobre palabra rflmicamente álona (asi en los dos «umy» del verso primero). En estos casosse produce el fenóineno que llainaremos desacentiiacíón rítmica, y que coiisiste en una pérdida parcial de tonicidad (gramatical) por encontrarse en posición rítmica á ton a. 3. PaI-ABRAS ÁTONAS V TÓNICAS EN IA LENGUA E5PANOLA Va liemos senalado que la Metrics se asienta sobre la Fonética o Prosodia. Para saber en que sílabas de im verso recaen los acentos. tenemos que conocer previamente, en la lengua espaňola, cuáles palabras son áionas y cuáles tónicas. (Hablamos de tonicidad y atonicidacl fonética, no orto-gráfica: Ya sabemos que los acentos ortográficos se sitúan en palabras tónicas, pero hav muchas palabras tónicas que no He van acento ortográfico). Aunque nuestro Iiábito lin-gúístico de bispanohablantes nos sea de grandísima ayuda, necesitamos saber racionalmentc las categorías gramaticales portadoras de acento. Para ello remitimos encarecidamen-te a los libros de Fonética y a las Gramáticas existentes, dado que las dimensiones de este libro no nos permiten la expli' citación de todos los casos. No obstante, eniineiaiemos aquí el principio general; Las categorías gramaticales que suslcntan la oración en sus principalcs funeioiies (sujeto, verbo, eomplementos) son todas ellas acentuadas. Por el contrario. las categorías rela- II ACKN'IO 79 cionantes (nexos), son áionas. Asi el susiantivo, el verbo, el adjetivo, el pronombre, el adverbio y el articulo indetermi-nado son casi siempre tón i cos. En cambio, la preposición y la conjunción son casi siempre átonas. Sin embargo, se debe matizar este principio general, dado que en el interior de las categorías morfológicas o partes de la oración bay excepcioncs, que se cxplican por t-l carácter secundario de algunos element«« o bien por la eti-mologia. Asi el sustantivo liemos dicbo que es tónico, pero en los sustantivos compuestos el primer elemento pierde su tonicidad. Ej.: la palabra «Maria» es tónica, pero el nombre "Maria Luisa» Ileva Un solo acento, en el segundo elemento; «boča» es tónica. pero en «bocamanga» pierdc su acento a favor del segundo eomponcnte, al considerarse el con-junto como una unidad. Los adjetivos son tón i c os, tanto los calificativos como lös detcrminativos. .Se exceptúa el adjetivo posesivo. que es átono (mi casa, nuestro hermano). También constituye excepción el primer elemento de los adjetivos (o pro-nombres) numerales: «třes» es tónico, pero en «trescien-tos» o en «tres mil» pierde su acento a favor del segundo elemento. considerándose el conjunto una unidad. Las cifras más complejas mantienen el acento en cada tmo de los bloques integranles: «ocho mil doscientos treinta y cinco». El pronombre es tónico en estas funciones sintäcticas importaiites: el pronombre personal suje to (vo, tú) o el personal complemento con preposición (para mi, con el); el posesivo (mio, suyo); el deuiostrativo (éste, ése): el indefi-nido (niiiguno. varios); y el numeral (cinco. mil) -salvo en los numerales compuestos, cuyo primer elemento se desa-cciitúa, como acabanios de decir, exceptuándose «mil» y «cien», que siempre son tónicos incluso en compuestos: mil doscientos cuarenta y ires). El pronombre complemento no preposicional es átono («me lo dice»). El pronombre fela-tivo (que, quien. cuyo) es átono, pero «cual» es tónico, y todos ellos en función interrogativa -tanto directa como indirecta- o en función exelamativa son tónicos («čQué me dices?» «jMira quién babia!». «No sé a quién te refieres»). 80 1.A Mt IRKA KSľ\\'0[,\ EN SI CONTKXTO ROMÁNU X} El artículo determinado es átono (el, los), mien tras cl indeterminado (im. unas), conserva su acenio de originario numeral. El verbo siempre es tónico, lan to en sus for mas simples (canto, cantaré) como en las compucstas (he caniado. hubie-ra cantado), cada uno de euyos elemcntos porta un acento. Kl adverbio es siempre tónico (bien, detrás, mucho, aqui). salvo el adverbio relative (donde, como, cuando, c u an to), que es átono, a menos que esté en fnnción interrogativa o exclamativa, en que es tónico (jCuánto le quiero!, jDónde está?). Un caso especial lo consdtuyen los adverbios de modo terminados en «-mente», que poseen dos acentos: el de su raíz y el del sufijo (próximamente, ťelizmeiiie). La preposición (de. ante, con) es átona, salvo «según», que es tónica. De modo similar, la conjunción (y, pero, por-que) también es átona en la gran mayoría de casos, pero las locuciones conjuntivas (asi pues, por consiguiente, a fin de que, con tál que) son tónicas. También lo son algunas con-junciones disyuntivas (bien... bien; ora... ora). 4. LlCENCIAS MÉTRICAS DEL ACENTO: SÍSTOI.E V DIASTOLE En el capítulo de la Rima hemos visto ya estos fenómenos de dcsplazamiento acentual en las palabras que están en posición de rima: Respectivamente. adclantamiento del acento a la sílaba anterior (sístole) y retraso del acento a la sílaba siguiente (diastole). Aquí tenemos que volver a men-cionarlo, porque sístole y diastole actúan de manera más llamativa en posición de rima, pero también puedcn actuar en el interior del verso. Como en esta traducción