TEORfA LITERARIA MODERNA 195 3.1. La pragmätica literaria Como ya hemos senalado, la imposibilidad de definir lo literario desde una perspectiva inraanentista hizo necesaria la aparicion de variables de caräcter historico y social para conseguir una aproximaciön mäs acertada al fenomeno artfstico escrito. En este sentido, la Pragmätica literaria trata de analizar la literatura desde la perspectiva de su contenido comunicativo. Asi, define la comunicaciön literaria como un modo especifico de relacion entre emisor y receptor, por lo que para esta corriente el concepto de literariedad no se sitüa en la presencia de una serie de signos verbales en los textos, sino en ciertos elementos de la emisiön y de la recepcion, y en la situaciön que tiene lugar en el interior del proceso comunicativo. Dentro de la Pragmätica Literaria destaca la figura de R. Ohmann (i97i::i987) que para explicar su concepto de la literatura parte de la teorfa de los actos de habla de J. L. Austin, tal como la desarrolla en How to Do Things with Words (1962). En esta obra Austin distingue tres tipos de actos que una persona realiza como hablante: locutivos, ilocutivos y perlocutivos. Analicemos cada uno de ellos: 1. Actos locutivos: decir algo es decir lo que uno dice. Esto es, un hablante produce sonidos y un escritor escribe signos gräficos, todos ellos bien organizados segün el sistema fonolögico, gräfico y gramatical de la lengua a la que pertenecen, y son, ademäs, vinculo para decir algo con sentido, segün las reglas semänticas y pragmäticas de esa lengua. 2. Actos ilocutivos: ademäs de lo anterior, cuando dice lo que dice el hablante (o el escritor) realiza otro tipo de acto: afirmar (realizar una afir-macion), preguntar (formular una pregunta), conceder (hacer una concesiön), ordenar (dar una orden), etcetera. Todos ellos son actos ilocutivos, y para realizarlos, ademäs de hablar o escribir en una lengua determinada, el hablante o el escritor han de hacerlo dentro de una serie de convenciones y circunstancias, y ajustados al modelo prescrito por la comunidad lingüfstica. 3. Actos perlocutivos. Ademäs, por decir lo que dice o escribir lo que escribe el hablante o el escritor puede informar, confundir, entristecer, alegrar, enfurecer, etcetera, a su receptor. Es decir, los actos perlocutivos incluyen lo que se deriva de cada acto de habla. Asi, a modo de resumen y de forma practica, si se emite el enunciado «Cällate y recoge la mesa» y le aplicamos la teorfa de Austin sobre los actos de habla tendremos este resultado: Acto locutivo: decir «Cällate y recoge la mesa» Acto ilocutivo: ordenar Acto perlocutivo: enfurecer, enfadar 196 DE LA POETICA A LA TEORIA DE LA LITERATURA (UNA INTRODUCCIÖN) Tras explicar la teoria de Austin, Ohmann (1987) compara los tres tipos de actos de habla con lo que el considera que es la literatura, y llega a las siguientes conclusiones: a su juicio, y en un primer acercamiento a una defi-niciön, «una obra literaria es un discurso abstrafdo, o separado de las circunstancias y condiciones que hacen posibles los actos ilocutivos; es un discurso, por tanto, que carece de fuerza ilocutiva» (Ohmann, 1987: 28). Sin embargo el mismo Ohmann reconoce que el escritor realiza el acto ilocu-tivo de escribir una obra literaria. Lo que sucede, en su opiniön, es que «el escritor finge relatar un discurso y el lector acepta el fingimiento» (Ohmann, 1987: 28). Es decir, el lector imagina a un hablante y un conjunto de circunstancias que acompanan a ese cuasi acto de habla. Es entonces cuando Ohmann completa su definiciön, y lo hace en estos terminos: Una obra literaria es un discurso cuyas oraciones carecen de las fuerzas ilocutivas que le corresponderian en condiciones normales. Su fuerza ilocutiva es mimetica, y por 'mimetica' quiero decir intencionadamente imitativa. De un modo especifico, una obra literaria imita intencionadamente (o relata) una serie de actos de habla, que carecen realmente de otro tipo de existencia. Al hacer esto, induce al lector a imaginarse un hablante, una situaciön, un conjunto de acontecimientos anexos, etc. Asi, cabrfa decir que la obra literaria es mimetica tambien en un sentido amplio: 'imita' no solo una acciön (termino de Aristoteles), sino tambien una localizaciön imaginativa, vaga-mente especificada, para sus quasi actos de habla. (Ohmann, 1987: 28-29) Asi pues, dado que los hechos relatados en la literatura no pertenecen al mundo real, y que, por lo tanto, no tienen validez ilocutiva en el ämbito de la realidad, el lector los acepta de forma no pragmätica. En opiniön de Ohmann, al quedar en suspenso los actos ilocutivos en la comunicaciön literaria, el lector inclina su atenciön hacia los actos locutivos (es decir, hacia el mensaje literario y su lectura) y hacia sus efectos perlocutivos (es decir, hacia la respuesta emocional que la literatura provoca). De esta concepciön de la literatura deriva Ohmann una serie de conse-cuencias (33-34): 1. La literatura es mimetica, y lo es en un sentido amplio, porque imita «no solo una acciön [...] , sino tambien una localizaciön imaginativa, vaga-mente especificada, para sus quasi actos de habla» (29). 2. La obra literaria crea un mundo. «Al invitar al lector a constituir actos de habla en consonancia con sus oraciones, la obra literaria le esta pidiendo que participe en la construcciön imaginaria de un mundo o, al menos, tanto como sea necesario para dar a los actos de habla una adecuada localizaciön» (33). Asi, una novela como La Colmena de Camilo Jose Cela nos invita a reconstruir el Madrid de la posguerra, mientras el Quijote recrea el mundo de los hidalgos del Renacimiento y el de la caballeria andante desde una perspectiva jocosa. TEORÍA LITERARIA MODERNA 197 třes tipos Lega a las . ana defi-i de las vos; es un 28). Sin ,cto ilocu--■.■•> que «el Ohmann, circuns-cuando - las fuerzas -„-rza ilocu-tv' imitativa. :e (o relata) c existencia. Iraación, un k obra lite-1 una acción ativa, vaga-. 18-29) -tenecen al ámbito de ■ jpinión de .cación lite-cir, hacia el decir, hacia e de conse- crque imita ;.tiva, vaga- stituir actos 'diendo que :anto como n» (33). Asi, eonstruir el os hidalgos jocosa. 3. La literatura es retórica, es decir, ficcional. En este sentido la imita-ción literaria se inicia con una situación retórica, ya que parte de un hablante imaginario y se dirige hacia un público también imaginario. Con ello se quiere decir que el yo desde el que se nos habla en un poema o en un texto narrativo no se identifica con el autor real, aunque a veces sus personali-dades se parezcan demasiado. Nos encontramos ante un asunto de impor-tancia, a pesar de que todavía no se ha asumido de forma plena. De hecho, son muchos los alumnos, los profesores e incluso los críticos, que al tratar de explicar el contenido de un poema se refieren a los sentimientos del autor, y lo mismo sucede cuando buscan esclarecer lo que se cuenta en una novela narrada desde la homodiégesis. Dada la importancia que para la obra literaria tiene un tema como el de la ficcionalidad, sobre él trataremos en el capítulo siguiente. 4. Toda literatura es dramática, en el sentido de que en ella hay alguien que cuenta algo a un público. 5. La literatura es juego. En un discurso no literario hablante y oyente están sometidos a los diversos actos de habla y a sus consecuencias. Pero esto no sucede en literatura dado su carácter retórico. Por ello dice Ohmann que «una obra literaria es una serie de actos sin consecuencias. [...] El lector es un observador, y no un participante en complicadas responsabilidades convencionales. En este sentido, se acerca a la obra literaria con distancia-miento estético» (34). 6. La literatura, como el arte en generál, es simbolismo representativo, porque esos cuasi actos de habla no son realizados: sólo se exponen para que el receptor los observe. 7. De todo lo anterior se deriva que la literatura es autonoma, es decir, que «está exenta de las conexiones normales entre el discurso y el mundo exterior» (34). Asi pues, y entendida desde la perspectiva de la Pragmática, la obra literaria crea un mundo que tiene como fundamento la realidad, es decir, da origen a situaciones ficcionales coherentemente organizadas, contadas por un narrador a un lector, que no interfieren en la vida real de éste. Se trata, por lo tanto, de un acto de habla específico donde, al no tener validez el componente ilocutivo, todo el énfasis recae sobre el mensaje (componente locutivo) y sus efectos (componente perlocutivo). Mary Louise Pratt (1977) critica la teoría de Ohmann ya que, a su juicio, aunque esas características de la literatura son verdaderas, habría que demos-trar que sólo aparecen en la literatura y que además el componente ficcional del lenguaje es también propio de la literatura. A juicio de M. L. Pratt, como la literatura configura su propio contexto lingúístico, «la forma en que se ■HHHHH1HH 198 DE LA POÉTICA A LA TEORÍA DE LA LITERATURA (UNA INTRODUCTION) producen y se entienden las obras literarias depende en gran medida de sobreentendidos, conocimientos culturales de las reglas, convenciones y expectativas que están en juego cuando el lenguaje es usado en este contexto» (Domínguez Caparrós, i98i::i987, ioo). Por ello no es necesario vincular la literariedad con características formales, sino con «una disposi-ción especial del hablante y del oyente hacia el mensaje, disposición que sería característica de la situación lingüistica literaria» (ioo). Lo que pretende M. L. Pratt es definir la literatura como se define cualquier tipo de discurso para describir asi su situación lingüistica. En este sentido, una de las dife-rencias más significativas entre el tipo de forma comunicativa que es la literatura frente a otras radica en la no participation del receptor en el proceso comunicativo, que, por otra parte, también se da en la narración oral o en las conferencias. Otra característica importante de la escritura literaria es su caracter definitivo, en el sentido de que al haber sido publicada la obra adquiere un valor de objeto institucionalizado. La relación que se establece entre emisor y receptor cuando se trata de trabajos publicados, se encuentra mediatizada por figuras como la del editor o los críticos. En este sentido serian estas instancias mediadoras las que decidirán la adscripción de una obra al campo de lo literario, al género al que pertenece, y las que determinarian, en gran medida, la valia artística de un texto. Como afirma M. L. Pratt con las pala-bras que p onen punto final a su obra: Si queremos tener una 'ciencia de la literatura', como reclamaban los Formalistas rusos, deberiamos comprender desde el principio que esta ciencia será una ciencia social, no una ciencia matemática. (1977: 223) Para terminar, resulta interesante destacar que ese componente institu-cional de la literatura también es destacado por otras escuelas que investigan la naturaleza del hecho literario como la Teória de la Recepción.