contra ei olvido. La fortuna se desea y tal vez se ayuda; la fama se diligencia. Deseo de reputaciön nace de la virtud. Fue y es hermana de gigantes la fama; anda siem-pre por extremos: o monstruos o prodigios, de abomi-naciön, de aplauso. 28. En nada vulgär. No en el gusto. jOh, gran sabio el que se descontentaba de que sus cosas agradasen a los muchos! Hartazgos de aplauso comün no satisfacen a los discretos. Son algunos tan camaleones de la popu-laridad, que ponen su fruiciön, no en las mareas suavisi-mas de Apolo, sino en el aliento vulgär. Ni en el enten-dimiento: no se pague de los milagros del vulgo, que no pasan de espantaignorantes, admirando la necedad comün, cuando desenganando la advertencia Singular. 99. Realidad y apariencia. Las cosas no pasan por lo que son, sino por lo que parecen; son raros los que mi-ran por dentro, y muchos los que se pagan de lo aparente. No basta tener razön con cara de malicia. 105. No cansar. Suele ser pesado el hombre de un ne-gocio y el de un verbo. La brevedad es lisonjera y mäs negociante: gana por lo cortes lo que pierde por lo corto. Lo bueno, si breve, dos veces bueno; y aun lo malo, si poco, no es tan malo. Mäs obran quintas esencias que färragos. Y es verdad comün que hombre largo raras veces entendido, no tanto en lo material de la disposiciön cuanto en lo formal del discurso. Hay hombres que sirven mäs de embarazo que de adorno del universo, alhajas perdidas que todos las desvian. Excuse el discreto el embarazar, y mucho menos a grandes personajes, que vi-ven muy ocupados, y seria peor desazonar uno dellos que todo lo restante del mundo. Lo bien dicho se dice presto. (Oräculo manual y arte de prudencia. Baltasar Graciän) III. COMENTARIO DE TEXTOS A. PRESENTACIÖN El fragmento objeto de comentario pertenece a su obra maestra, El Criticon. Basada, probablemente, en un cuen-to morisco, se imprimiö en tres partes: la l.a, en Zaragoza (1651); la 2.a en Huesca (1653) y la 3.a en Madrid (1657). Los titulos de cada una de estas partes (l.a: «En la Primavera de la Ninez y en el Estio de la Juventud»; 2.a: «Juiciosa cortesana filosofia, en el Otono de la Varonil Edad»; 3.": «En el Invierno de la Vejez») se correspon-den con las experiencias y conocimiento de la vida de los dos personajes protagonistas —Critilo y Andrenio—. En El Criticon se pone de manifiesto toda la ideologia de Graciän y su filosofia de la vida. Su argumento, en breves palabras, es el siguiente: Critilo, por culpa de un naufragio, llega a la isla de Santa Elena y se encuentra alli con Andrenio, que ha vivi-do en ella, en estado natural y salvaje, desde su ninez. Estos dos personajes son rescatados por un barco e inician un viaje por diversas naciones del mundo, pasando por multiples aventuras y experiencias. Este viaje por el mundo es un simbolo del viaje de la vida. Andrenio, que resulta ser el hijo de Critilo, es instruido y educado por este, que le ensefia a saber vivir en el mundo. Las aventuras y experiencias por las que pasan son provechosas para am-bos, que, al final, llegan a la isla de la Inmortalidad (inmortalidad conseguida mediante la fama). El fragmento que presentamos pertenece a la primera parte de la obra, crisi VII: «La fuente de los engaflos». Critilo y Andrenio asisten a la representaciön de una farsa teatral, simbolo de la farsa que es la vida. 519 B. TEXTO No bien amaneciö, que alli aun ei dia nunca es claro, cuando se vio ocupada toda la plaza de un gran concurso de gente, con que no faltö quien dijo estaba de böte en böte vacia. La fiesta era una farsa con muchas tramoyas y apariencias, celebre espectäculo en medio de aquel gran teatro de todo el mundo. No faltö Andrenio, de los pri-meros, para su gusto, ni Critilo, para su provecho. En vez de la müsica, ensaladilla del gusto, se oyeron pucheros y, en lugar de los acordes instrumentos y voces regaladas, se oyeron lloros y, al cabo dellos (si se acaban), saliö un hombrecillo; digo, que comenzaba a ser hombre. Co-nodöse luego ser extranjero en lo desharrapado. Apenas se enjugö las lägrimas, cuando se adelantö a recibirle un grande cortesano, haciendosela muy amigo, dändole la bien venida. Ofreciöle Iargamente cuanto pudiera el otro desear en tierra ajena y el no cumplir en la propia, con tal sobra de palabras que el extranjero se prometiö las obras. Convidöle lo primero a su casa, que se veia alli a un lado, tan Uena de tramoyas cuan vacia de reali-dades. Comenzö a franquearle riquezas en galas, que era de lo que el mäs necesitaba, por venir desnudo; pero con tal artificio, que lo que con una mano le daba, con la otra se lo quitaba, con increible presteza. Calä-base un sombrero, coronado de diamantes, ^ prontamente arrojaban un anzuelo, sin saber cömo ni por dönde, y pescabäsenlo con sobrada cortesia; lo mismo hicieron de la capa, dejändole gentilhombre. Poniale delante una riquisi-ma joya, mas luego con gran destreza se la barajaba, suponiendole otra falsa, que era tirarle piedras. Estre-näbale una gala muy costosa y, en un cerrar y abrir de ojos, se convertia en una triste mortaja, dejändole en bianco. Y todo esto con grande risa y entretenimiento de los presentes, que todos gustan de ver el ajeno engafio. Faltändoles el conocimiento para el propio, ni advertian que, mientras estaban embelesados, mirando lo que al otro le pasaba, les saqueaban ellos las faldriqueras y tal vez las mismas capas. De suerte que al cabo, el mirado y los que miraban, todos quedaban iguales, pues desnudos en la calle y aun en tierra. Saliö en esto otro agasajador, y aunque mäs humano, hechura del primero. Parecia de buen gusto y asi le dijo tratase de emplearlo. Mandö parar la mesa a quien nunca para. Sacaron muchos piatos, aunque los mas comen simplato. Arrastraron sillas, y al punto que el convidado fue a sentarse en una, que no debiera tomarlo tan de asiento, falseöle a lo mejor; y al caer el, se le-vantö la risa en todo el teatro. Acudiö compasiva una mujer, y por lo joven muy robusta, y ayudändole a levan-tar, le dijo se afirmase en su rollizo brazo. Con esto pudo proseguir, si no hallara falsificada la vianda, porque al descoronar la empanada, hallaba solo el eco y del pernil el nihil. Las aves solo tenian el nombre de perdiganas. Todo crudo y sin sustancia. Al caer, se quebrö el salero, con que faltö la sazön, y el agüero no. EI pan, que parecia de flor, era con piedras, que aun no tenia salvados. Las frutas, de Sodoma, sin fruto. Sirvieronle la copa de todas maneras penada, y tanto, que mäs fue papar viento que beber vino que fue. En vez de müsica, era la vaya que le daban. A lo mejor del banquete, cansöse o quiso cansarse ei falso arrimo, al fin, por lo femenil, flaco y falso. Dejöle caer y conto al reves todas las gradas hasta llegar a tierra y ponerse del lodo. Ninguno de cuantos asistian se comi-diö a ayudarle. Miro el a todas partes si alguno se com-padeceria, y vio cerca un viejo cano. Rogöle que, pues no era hombre de burlas, como lo prometia su madurez, quisiese darle la mano. Respondiöle que si y aun le llevaria en hombros. Ejecutölo oficioso, mas el se hacia cojo, cuando no volaba, y no menos falso que los demäs. A pocos pasos tropezö en su misma muleta, con que cayö en una encubierta trampa de flores y verduras, gran parte de la fiesta; aqui lo dejö caer, cogiendole de vuelo la ropa que le habia quedado; alli se hundiö, donde nunca mäs fue visto ni oido, pereciendo su memoria con sonido, pues se ievantö la grita de todo aquel mecänico teatro. Hasta Andrenio, dando palmadas, solemnizaba la burla de los unos y la necedad del otro. Volviöse hacia Critilo y hallöle que no solo no reia, como los demäs, pero estaba sollozando. —iQue tienes? —le dijo Andrenio—. <,Es posible que siempre has de ir al reves de los demäs? ^Cuando los otros rien, tu Horas, y cuando todos se huelgan, tu sus-piras? —Asi es —dijo el—. Para mi esta no ha sido fiesta, sino duelo; tormento, que no deporte. Y si tu llegases a entender lo que es esto, yo aseguro me acompafiarias en el llanto. —Pues i,que es esto —replicö Andrenio—. sino un ne-cio, que siendo extranjero se fia de todos y todos le enganan, dändole el pago que merece su indiscreta facili-dad? De esto, yo mäs quiero reir con Demöcrito que llo-rar con Heräclito. —Y dime —le replicö Critilo—: y si fueses tu ese de quien te ries, ique dirias? —öYo? iDc que suerte? <,Cömo puedo ser el, si estoy aqui vivo y sano, y no tan necio? —Ese es el mayor engaflo —ponderö Critilo—. Sabe, pues, que aquel desdichado extranjero es el hombre de todos y todos somos el. Entra en este teatro de tragedias llorando. Comienzanle a cantar y encantar con falsedades. Desnudo llega y desnudo sale, que nada saca, despues de haber servido a tan ruines amos. Recibele aquel primer embustero, que es el Mundo. Ofrecele mucho y nada cumple. Dale Io que a otros quita, para volverselo a tomar, con tal presteza, que lo que con una mano le presenta, con la otra se lo ausenta, y todo para en nada. Aquel otro que le convida a holgarse es el Gusto, tan falso en sus deleites cuan cierto en sus pesares; su comi-da es sin sustancia, y su bebida venenosa. A lo mejor fal-ta el fundamento de la Verdad y da con todo en tierra. Llega la Salud, que cuanto mäs le asegura mäs le miente. Aquellos que le dan priesa, son los Males; las Penas le dan vaya, y grita los Dolores, vil canalla toda de la Fortuna. Finalmente aquel viejo, peor que todos, de malicia envejecida, es el Tiempo, que le da el traspie y le arroja en la sepultura, donde le deja muerto, solo, desnudo y olvidado. De suerte que, si bien se nota, todo cuando hay, se burla del miserable hombre: el Mundo le engana, la Vida le miente, la Fortuna le burla, la Salud le falta, la Edad se pasa, el Mal le da priesa, el Bien se le ausenta, los Aflos huyen, los Contentos no llegan, el Tiempo vuela, la Vida se acaba, la Muerte le coge, la Sepul- tura le traga, la Tierra le cubre, la Pudrición le deshace, el Olvido le aniquila; y el que ayer fue hombre hoy es polvo, y maňana nada. Pero ^hasta cuándo, perdidos, ha-bemos de estar perdiendo el precioso tiempo? Volvamos ya a nuestro camino derecho, que aquí, según veo, no hay que aguardar sino un engaflo tras otro engaňo. (El Criticón. Baltasar Gracián) 522 C. COMENTARIO 1. Género El Criticón, ejemplo de prosa didáctica en forma de novela, presenta, por una parte, elementos propios del género novelesco: la narración de los sucesos y aventuras que les ocurren a Critilo y Andrenio, y su misma com-posición y estructura (división en partes, cada una de las cuales contiene, a su vez, diferentes crisis o capítulos); por otra, aspectos propiamente didácticos, y como tales típicos. de una prosa doctrinal más que narrativa. a) En el texto advertimos la presencia de elementos fic-ticios o novelescos, y didácticos. b) Puesto que el elemento didáctico implica la intención del autor de ensefiar algo, de este texto se desprende una lección o enseříanza moral. 2. Contenido A) Comprensión del contenido: En la obra de Gracián (como escritor que pertenece a la última etapa del Barroco) se reúnen y se llevan a un extremo exagerado todos los motivos y temas que definen y caracterizan el movimiento barroco, como expresión de unos sentimientos, de un comportámiento y de unas actitudes ante la vida del hombre de esta época. Indi-camos a continuación algunos aspectos temáticos signifi-cativos: 523 —El choque entre apariencia/realidad, uno de los más significativos temas del Barroco, es una idea que está presente no sólo en este fragmento, sino en toda la obra de Gracián. Ejemplo de ello pueden ser las siguientes frases: «ConvidóIe lo primero a su casa, que se veía allí a un lado, tan liena de tramoyas cuan vacía de reali-dades». —Estas palabras de Critilo: «Entra en este teatro de tra-gedias llorando» aluden al motivo simbólico (tan ca-racteristico del Barroco) de concepción de la vida como una representación teatral, en la que las formas trágicas adquieren ya desde el nacimiento del hombre su más perfecta dimensión. —Se pone de manifiesto también la idea barroca del engano a los demás sin que uno se dé cuenta del suyo propio. —Otras temas barrocos como el paso del tiempo y la fugacidad de la vida, asi como el de la Fortuna y la Muerte, aparecen insinuados en el fragmento. Adviértase cómo se desprende de todos ellos un terrible pesimismo. —Finalmente, véase el significado simbólico de éstas palabras amargas y pesimistas de Critilo: «y el que ayer fue hombre, hoy es polvo, y maňana, nada» y pón-ganse en relación con el gran tópico barroco del des-engaňo del mundo y de la vida. —La estructura del texto puede determinarse teniendo en cuenta los aspectos novelescos y didácticos en relación con el contenido que encierran. 3. Técnica y estilo: a) Los rasgos de carácter de Critilo y Andrenio, muy diferentes entre si, explican tanto su comportamiento como su actitud ante la vida. El significado simbólico que encierran sus nombres es: «Andrenio» simboliza el estado natural del hombre; «Critilo», la experiencia de la vida y la madurez. Obsérvese que el autor caracteriza a ambos personajes utilizando fundamentalmente el recurso del contraste. b) Una de las características técnicas de la obra es su perspectivismo, o diferentes visiones de la realidad según la perspectiva con que se la mire. Andrenio y Critilo miran el mundo desde perspectivas diferentes. La visión del mundo que tiene Andrenio es optimista, casi desenfa-dada; en cambio, la de Critilo (como corresponde a su experiencia y madurez) es pesimista, amarga. La visión de la realidad de Gracián coincide con la de Critilo. c) En este fragmento el autor utiliza la alegória (ca-racterística del estilo conceptista). Recordemos que en la alegória se ponen en correspondencia los elementos que componen el piano metafórico con los del piano real. La 1." parte de este fragmento se corresponde con el piano irreal; la 2.a, con el piano real. Ejemplos de elementos de ambos planos que se corres-ponden son: el «Embustero» y el «Mundo»; el «Viejo» y el «Tiempo», etc. d) Se ha dicho que Gracián es uno de los tres grandes humoristas del siglo xvn. Del humor de este escritor, más amargo e incisivo que el de Quevedo, se desprenden una satira y una crítica terribles de los defectos humanos. En este fragmento pueden observarse rasgos de humor, de satira y de crítica. e) Como habíamos visto en los elementos del contenido, Gracián acumula y utiliza extremadamente los recur-sos característicos del estilo conceptista de la época. Vea-mos los más significativos: • Uso de antítesis y contrastes. • Uso de juegos de palabras, que pueden adoptar formas variadas: 1.°) palabras que tienen significantes o sonidos comunes y que evocan significados diferentes («sacaron muchos platos, aunque los más comen simplato = no comen en realidad). 2.°) correspondencias de significados entre significantes distintos («al descoronar la empanaťfa, hallaba sólo el eco = (hueca, vacía), y del perm/ el nihil = nada); 3.°) duplicidad de significados por disocia-ción de significantes («Con tal sobra de palabras que el extranjero se prometió las obras). • Uso de personificaciones, en que son los mismos ele- 524 525 mentos o conceptos simbólicos quienes se personifican en el texto. • Uso de elipsis, generalmente zeugmas (elision de tér-minos que han aparecido ya antes): «que todos gustan de ver el engaňo ajeno. Faltándoles el conocimiento para el propio [engaňo]». • La emisión de términos y de nexos da lugar a una sintaxis fluida y concisa caracteristica del estilo de Gra-cián. Este escritor tiende también al uso de estructuras sintácticas simétricas mediante la contraposition de dos términos antitéticos. Por ejemplo, «Ofrecele mucho y nada cumple». 4. La lengua Aunqüe en la época de Gracián la lengua se presenta ya con bastante fijeza, existen en El Criticón algunos fenómenos que prestaň originalidad al estilo de su autor y otros que son un ejemplo de los usos linguísticos de este periodo: a) La creación de términos nuevos formados sobre otros ya existentes («espantaignorantes») es quizá el aspec-to linguístico más original de la lengua de Gracián. b) Otra caracteristica de la lengua de Gracián consiste en la exposición de ideas expresadas sintácticamente sin nexos que las encadenen, aparentemente cortadas, frag-mentadas, pero que comportan una coherencia logica de pensamiento. Por ejemplo, en la primera parte del texto observamos esta coherencia logica cuando se nos presenta en primer lugar la plaza, ocupada de gente; en segundo lugar, la fiesta (o farsa teatral); los Hor os del actor; las lágrimas. c) Fenómenos característicos de la lengua de la época, que se reflejan en la obra del autor, son: • El uso de pronombres enclíticos fusionados con el verbo. En el texto existen abund antes ej em plos de ello. • La fusion del pronombre con la preposición que le precede. • Uso de arcaísmos o términos que consideramos aho-ra arcaicos. 526 5. Actitud crítica a) En la parte II de El Criticón, crisi I, Gracián, indi-rectamente, hace una alusión crítica al Quijote en las pala-bras siguientes: «El que quedó muy corrido fue uno a quien hallaron un libro de caballerias». «Trasto viejo —dijo la Atención— de alguna barberia». A pesar de esta referencia, la pareja Andrenio-Critilo recuerda, en cierto modo, a la pareja Don Quijote-Sancho, especialmente por los rasgos de comportamiento y de carácter que po-nen en contraste a los personajes de ambas parejas. b) El terna del desengaňo del mundo y de la vida tiene sus dos máximos exponentes en Quevedo y Gracián. La vision desengaňada del mundo que ofrece Quevedo podría compararse con la que se extrae de la obra de Gracián (mucho más amarga y pesimista). c) Como hemos visto, una de las ideas de Gracián consiste en que el hombre debe aspirar a conseguir la fama para no caer en el olvido después de la muerte. Re-cordemos que esta idea tiene relación con el concepto de la fama que se extrae de las Coplas de Jorge Man-rique. d) La obra de Gracián, y especialmente El Criticón, fue traducida en la mayor parte de los países de Europa. Uno de los grandes revalorizadores de este escritor fue el filósofo alemán del siglo XIX Schopenhauer, cuyos presu-puestos ideológicos coinciden en algunos aspectos con los de Gracián, asi como su vision amarga y pesimista de la vida. De la misma manera, la influencia de Gracián en la corriente existencialista es significativa. Su trascenden-cia, pues, es considerable, especialmente en el pensamiento filosófico. IV. RECAPITULACIÓN 1. Gracián, escritor didáctico del siglo xvil. 2. Personalidad de este escritor. 527 3. Su obra liíeraria, reflejo de la mentalidad de la época. 4. Carácterísticas de su obra: • El contenido de los Tratados morales, exponente del «arte de vivir en el mundo»; El Criticón, reflejo de la ideológia de Gracián y de su fiíosofía de la vida. • Aspectos temáticos: —El choque entre apariencia/realidad. —El símbolo del gran teatro del mundo y de la vida como representación teatral. —El tema del engaňo. —La fugacidad de la vida. —La fama y la foríuna. —El desengafio del mundo. • Aspectos técnicos y estilísticos: —Andrenio y Critilo, personajes simbólicos. —El perspectivismo. —La alegória. —La antítesis y el contraste. —El humor, la satira y la crítica. —Las personificaciones. —Los juegos de palabras. —Las elipsis. —La fluidez y concisión de la sintaxis. —La lengua de Gracián. 5. Trascendencia y significación de la obra de Gracián. V. BIBLIOGRAFIA BASICA Ediciones «Obras completas» de Gracián. Edición de Arturo del Hoýô. Madrid, Aguilar, 1967. Agudeza y Arte de ingenio. Edición de E. Correa Cal- derón. Castalia, Madrid, 1969. 528 El Criticón. Edición de Romera Navarro. Madrid, 1940. El Criticón. Edición de Antonio Prieto. Madrid, Bitá-cora, 1970. Estudíos Además de los prólogos de las ediciones anteriormente citadas, pueden consultarse: Baquero Goyanes, Mariano: «Temas, formas y tonos literarios», en Perspectivismo y satira en El Criticón. Madrid, Prensa Espaňola, 1972. Correa Calderón, E.: Baltasar Gracián. Su vida y su obra. Madrid, 1961. lázaro carreter, f.: Estilo barroco y personalidad creadora. Salamanca, Anaya, 1968. 529 M