Panorama del teatro de éxito en España a principios del s. XX

En este curso estudiamos los textos dramáticos más importantes del siglo XX. Sin embargo, no siempre es lo de calidad lo que tiene éxito. Precisamente en el tema 2 de este curso vamos a estudiar a los innovadores, cuyas obras, que hoy consideramos de gran calidad, en su época a menudo fueron fracasos rotundos. Pues bien, ¿qué teatro veía el público español de principios del XX?


Teatro burgués

Como ya se ha explicado en el tema 1, el teatro burgués estaba dominado por la figura de Jacinto Benavente. Su éxito no decayó ni un ápice hasta la Guerra Civil.

    También destinado a un público que podía pagar una entrada cara en un teatro grande era el teatro poético. Se trata de teatro en verso, a veces cercano a la corriente contemporánea del modernismo,  con grandes decorados y asuntos heroicos basados en leyendas históricas. Los autores solían ser poetas conocidos, como Eduardo Marquina, Francisco de Villaespesa o los hermanos Machado.

      Los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero gozaron de un éxito enorme con su teatro pseudofolclórico, cursi y de final feliz asegurado. Su teatro es mencionado en Luces de Bohemia como prototipo de teatro ingenuo y sin preocupaciones.

Teatro popular - Carlos Arniches


Frente a este teatro burgués existía otro tipo de teatro también comercial pero intencionadamente orientado a las clases bajas.Tanto el teatro popular como el género chico de la zarzuela contrastaban con el teatro burgués y con la gran zarzuela por los ambientes urbanos populares, las tramas costumbristas y la poca seriedad del tema.
    Estas obras (que cuando son breves se llaman sainetes) se representaban en teatros por horas, salas de programación ininterrumpida a las que el público llegaba cuando quería y veía el número de sainetes que tenía ganas y después se iba.
    Carlos Arniches destacó entre todos los escritores de sainetes. En los suyos aparece retratada la clase proletaria, con sus problemas y preocupaciones, de forma costumbrista y paternal . Es importante señalar que en estos sainetes la representación de la situación social de los personajes no es una protesta, sino una especie de consejo divertido.
    Otra característica fundamental del teatro de Arniches es el lenguaje de los personajes. Arniches realiza una reelaboración literaria del habla madrileña (chula, enfadosa, críptica a veces) que tuvo tal éxito que hoy en día no es posible saber si los personajes de este autor hablan como los madrileños o los madrileños hablamos como en el teatro de este autor.
    El autor evolucionó, sin embargo, hacia estructuras más complejas y preocupaciones más profundas hasta dar con un nuevo género, la tragicomedia grotesca, que mezcla la comicidad externa con la gravedad profunda. La señorita de Trévelez, de 1916, es su obra de este género más valiosa.