Mexico en el centenario de la Revolución mexicana Marta Portal Universidad Complutense de Madrid Resumen: El articulo "Mexico en el centenario de la Revolución mexicana" con-sidera en el primer párrafo que una imagen literaria puede llegar a tener el valor de símbolo de percepción histórica, que repercute en la realidad mental de la representación que de un acontecimiento real e histórico, puede tener un pueblo, una nacionalidad. La autora interpreta cómo se ha ido configurando la trayectoria psicocultural de esta imagen primera que dieron los novelistas mexicanos. Marta Portal, se refiere a la aportación plástica, el mural, "espejo más que instrumento dialéctico", dice, o viene a decir, pronunciándose por la narrativa, y por la mayor carga reflexiva del lenguaje literario: testimonio, reflexion, dialécti-ca, evaluación, arenga, en algunos casos. Abstract: The article: "Mexico on the centenary of the Mexican Revolution," states in its first paragraph that a literary image may hold the value of a symbol of historical perception, which has an effect on the mental reality of the representation that a people, or nationality, may hold of a real and historical event. The author interprets how the psychocultural trajectory of this first image given by Mexican novelists has gone forward in configuring. Marta Portal refers to the plastic art contribution of the mural, "mirror more than dialectical instrument," she says, or comes to say, declaring herself in favor of the narrative, and of the most reflexive load of literary language: testimony, reflection, dialectic, evaluation, even harangue, in some cases. Palabras clave: José Vasconcelos, Mauricio Magdaleno, Jesús Reyes Heroles, novela de la revolución, muralismo, imagen, símbolo, literatura, historia. Keywords: José Vasconcelos, Mauricio Magdaleno, Jesús Reyes Heroles, novel of the Revolution, muralism, image, symbol, literature, history. El titulo de este texto equivale a decir "Mexico en el centenario de la no-vela de la Revolucion mexicana", ya que el tiempo narrativo del acontecimiento parte de las distintas facetas de una riquisima imagen literaria, para llegar a la reflexion sobre la imagen que, con la evolucion historica y politica de los cien afios transcurridos, ha transmutado la experiencia testimonial que ofrecen los novelistas en imagenes arquetipicas de una realidad simbolica. Lo que de esta realidad lelda espumamos, lo que esta realidad nos dice es —aparte de los rasgos negativos de los hombres que retrata en 7 Literatura Mexicana xxi.2, 2010 8 portal / Mexico en el centenario de la Revoluciön mexicana primer piano— la ejemplaridad de un pueblo que supo y quiso tomar entre sus manos su propio destino. La Revolucion mexicana es el acontecimiento que inspirara y verte-brara la novela mexicana del siglo xx, la novela de la Revolucion mexicana, que a su vez constituye un capitulo impar en la historia de la literatura hispanoamericana contemporanea. La Revolucion mexicana se inicia en 1910, con la rebelion de Madera, que en el Plan de San Luis declara nulas las elecciones por las que se proclama reelecto Porflrio Diaz, y hace a la nacion un Uamamiento a las armas. El 20 de noviembre es la fecha que fija para el levantamiento general. Si consideramos que la novela en Mexico, desde sus inicios en el siglo xix, habia servido para mostrar la voluntad reformadora de la residual sociedad colonial, y fue expresion de la mentalidad liberal de sus autores, que denunciaron lacras, abusos y prejuicios de la reaccion conservadora, en una interaccion constante entre novela e historia, puede entenderse que la novelistica mexicana del siglo xx este inspirada y estructurada a partir del movimiento politico de la Revolucion y los cambios que esta provoco en la sociedad civil. La bola (1887), de Emilio Rebasa, Losparientes ricos, de Rafael Del-gado (1892), Tomochic, de Heriberto Frias (1895), Laparcela, de Lopez Portillo y Rojas (1898), y la obra teatral La venganza de la gleba, estre-nada en 1905, de Federico Gamboa, suelen considerarse como obras precursoras de las novelas de la Revolucion. En ellas se hace patente la situacion social a la que habia llevado la dictadura de Porflrio Diaz. Y a la vez son autenticas actas contra el pasado colonial. Esta novelistica que como digo da origen a uno de los capitulos mas interesantes de la literatura hispanoamericana contemporanea, nos pre-senta una novela que refleja la distorsion planteada entre los ideal es es-teticos, politicos y existenciales que se forjan los escritores de la Revolucion y los que les fueron trazando el pueblo y los caudillos. Cualquiera puede tomar un microfono en la via publica en Mexico y enjuiciar la gestion politica, o tratar de cap tar votos y adhesion con la persuasion o con ideas creativas o promesas halagiiefias. Esta libertad de expresion de que hablo, dio lugar, desde los primeros momentos de la lucha revolucionaria, al nacimiento de una literatura originalisima, tanto por la tematica —documental y autobiograflca— como por las inno-vaciones formales, pues aporto no solo la vision espaciada del conflicto, Litemtura MexicanaXXI.2, 2010, pp. 7-14 9 ayudandonos a ver el suelo mismo que pisamos, sino que introdujo la ambiguedad critica frente a la seguridad maniqueista, configurando una dialectica mas sutil de la realidad, o si se quiere, un realismo mas a fondo. Por otro lado, la Revolucion propicio, ya desde los primeros go-biernos, un fuerte nacionalismo como politica de cohesion interna. La Revolucion dio al pueblo una conciencia revolucionaria y le aporto el sentimiento de dignidad al saberse capaz de cambiar su propio destino. En el periodo presidencial de Obregon, el espiritu de la politica revolucionaria se orienta en este sentido nacionalista, reivindicando la tradi-cion mestiza. Vasconcelos, nombrado secretario de Educacion Publica, da a la Universidad un lema: "Por mi raza hablara el espiritu", y organi-za una gran campafia cultural: alfabetizacion, construction de escuelas, edition de los clasicos, recuperation de la musica popular..., estimulo y apoyo a los artistas plasticos para que reflejen en su obra el pasado nacional: desde la epoca precortesina hasta la Revolucion. En los lienzos de las paredes de los edificios publicos, Rivera, Orozco y Siqueiros, con gran inflation indigenista, explican y aclaran para el pueblo los episo-dios mas sobresalientes de la historia patria, enfatizando el protagonis-mo de las masas en los sucesos revolucionarios. A la vez, estan creando un modo artistico propio y original: el muralismopictorico. De la version simplicista y de gran impacto popular que suponen las imagenes de la Revolucion en el mural, con todo su valor testimonial y emulativo, se pasa a la version literaria, mas pesimista, mas realista, tanto por la tecnica y por el tono heredado de la narrativa mexicana anterior, como por el caracter reflexivo y mas intelectual de la literatu-ra misma. Memorias, alegatos personales, reivindicaciones..., mas que sucesos, fueron creando una actitud y un instrumento intelectual que cuaja en la novela que estamos comentando, y que resulta ser el modo mas penetrantemente critico del statu quo. De las dos vertientes de la expresion artistica de los acontecimientos revolucionarios mexicanos, la literaria y la plastica, Octavio Paz ha visto que el muralismo propende a la demagogia: La gente mira sus pinturas como los devotos las imagenes sagradas. El Go-bierno Mexicano hahecho del muralismo un culto nacional, y, claro, como en todos los cultos, se proscribe la critica (cit. en Romanell 1954: 187). Habria que reconocer la actitud testimonial de los propios narrado- 10 portal / Mexico en el centenario de la Revoluciön mexicana res, a la que pudo incitar la misma lucha armada, queriendo el escritor emular y comprometerse como obligaciön de participaciön. Tampoco se puede obviar el pensamiento filosöfico coetäneo, el his-toricismo, ni sobre todo la influencia del perspectivismo orteguiano: El perspectivismo de Ortega ha constituido la mayor potencia intelectual en el movimiento de nacionalizaciön de la mentalidad mexicana (187). En aquel mundo social en que los valores de la clase preeminente eran importados de Europa, surge la Revoluciön como un cambio cua-litativo. La Revoluciön es el tiempo dinämico que va a hacer posibles los cambios de fortuna, los encuentros azarosos, los heroismos y las bruta-lidades. Hay trasvase de gentes de norte a sur del pais. No hay nada tan populär en el simbolismo mexicano como el tren revolucionario. El tren fue vehiculo de ese trasvase de gentes que men-cionamos. Y ese trasvase de gentes supone un intercambio de ideas, de costumbres, de soledad... De norte a sur, el pueblo saliö del aislamiento y el letargo anönimo del porfirismo para tomar el tren revolucionario que habria de llevarlo en estaciones sucesivas a "donde todas las prome-sas iban a cumplirse". En el tren se vive dias enteros, se ama, se guerrea, y sobre todo el mexicano encuentra al otro mexicano y conoce su descontento parecido. De ese conocimiento —que a veces deriva en enfrentamiento— surgen los interrogantes: ^Quien soy? ^Que somos? ^Que vamos a proponernos ser?... Es decir, la historia de Mexico reiterada, repetida siempre: la büsqueda de sufiliacion, su origen: la Colonia, la Independencia, la Revoluciön, son hitos —segün Octavio Paz— de esta ardiente büsqueda: ese regreso a la identidad. Esta identidad, paräbola que describe la trayectoria del origen al fu-turo, y del presente al pasado, es una creaciön de destino. La literatura es la conciencia de un pueblo, es la que da carta de naturaleza a una nacionalidad. Pero asi como no hay comunidad sin literatura, tampoco se puede dar la literatura si no existe una convivencia sobre un suelo comün. Al hablar de la novela de la Revoluciön son ya referencia obligada los nombres de Azuela, Martin Luis Guzmän, Gregorio Lopez y Fuentes, Jose Rüben Romero... Los dos primeros tienen significaciön auroral en este capitulo novelistico. Azuela, porque fue el iniciador del genero, incluso Literatura MexicanaXXI.2, 2010, pp. 7-14 11 mas con Andres Perez, maderista, 1911, que con Los de abajo, 1915. Des-cubierta esta ultima en 1925, cuando Azuela ya habia desistido de seguir explorando la veta revolucionaria. Los de abajo fue publicada en El Universal Llustrado, por entregas, en cinco cuadernos semanales. Anunciabase como "La unica novela de la Revolucion". Y Martin Luis Guzman, desde Espafia, envio al mismo periodico, en 1926, sus recuerdos revolucionarios novelados, que habrian de recogerse en libro El dguila y la serpiente, pu-blicado en Madrid en 1928, por Aguilar. Esta novela obtuvo resonancia y exito inmediatos, y suele considerarse esta obra como la segunda gran novela revolucionaria despues de Los de abajo. A la vez no podemos dejar de acreditarla como impulsora de esa tematica que habria de monopo-lizar durante casi dos decadas la atencion de los narradores mexicanos:1 Las novelas de la Revolucion empezaron a escibirse en los primeros me-ses de la lucha armada. Las primeras en ser escritas se publicaron en 1911: una es una mera curiosidad, la otra, una novela verdaderamente importante. La curiosidad fue La majestad caida, del octogenario Juan A. Mateos (cit. en Portal: 297).2 Entre las obras curiosas, por poco mencionadas o por poco conocidas y comentadas de este periodo revolucionario, destacan las del periodista reaccionario y contrarrevolucionario Alfonso Lopez Ituarte, ElAtila del sur (1913) y Satands (1914). Lafecha 1915-1916 nos trae no solo Los de abajo, sino ademas una aportacion espafiola a este capitulo novelistico, del profesor espafiol Julio Sesto, La tortola de Ajusco, que novelo una historia de amor con el panorama de fondo de la Revolucion, y tuvo un exito extraordinario, el unico exito de esta etapa, quiza por el senti-mentalismo de la anecdota, sentimentalismo que tanto escaseaba en la dramatica situacion por la que Mexico atravesaba. No podemos dejar de resefiar asimismo en este momento historico-literario de Mexico el surgimiento de los grupos de poetas vanguardistas. 1 Cerca de treinta novelas de la Revolucion selecciona John Rutterford, escritas antes de 1925, comenzando la seleccion en 1911, con Andres Perez, maderista, novela que no fue ni siquiera en tan temprana epoca ni sola ni unica. 2 Novels of the Revolution started to be written in the earliest months of the armed conflict. The first to be written were both published in 1911: one a mere curiosity, the other a novel of real importance. The curiosity was La majestad caida, by the octogenarian Juan A. Mateos 12 portal / Mexico en el centenario de la Revolución mexicana En las revistas El movimiento estridentista (1926) y El café de nadie, asi como en otřas publicaciones mostraban el desprecio a la poesía, a la literatura en generál, y a la clase burguesa, al estilo de Tristán Tzara, al que admiraban por su irracionalidad. Querían equiparar la revolución literaria a la revolución sociál. Otro grupo vanguardista del momento es el de la revista Contemporáneos (1928-1931). En él destacan los grandes poetas Villaurrutia, "música, color, voluntad de dar la cartografía del alma", Gorostiza y Pellicer. El terna dominantě de los poetas de Contemporáneos es la muerte. Y la prefiguración del coloquio lírico con ese estado, que nunca nadie va a vivir, merece la pena en los poetas de este brillantísimo grupo que nos dejan los poemas Nostalgia de la muerte, Villaurrutia, y el extraordinario Muerte sinfin, Gorostiza. No quiero concluir estas consideraciones al filo del centenario, sin encomiar la inmensa riqueza literaria que ha aportado la novela de la Revolución mexicana, pues aparte de ilustrarnos sobre sucesos históri-cos controvertidos, nos familiariza con personajes reales y con persona-jes "posibles" de la etapa revolucionaria, y además nos asoma, más aún, nos ensefia a ver el suelo mismo que pisamos. Elijo unas líneas de gran lirismo descriptivo, de la novela El resplan-dor, de Mauricio Magdaleno, novela que los historiadores consideran y califican como la mejor novela de los treinta: Tierra marcada de huellas que no borra el viento, ceniza que arde y no quema los pies del otomí, pies y cascos que se hunden en el horizonte de la sabana entre bodoques de bofiiga, y el horizonte ígneo como un resplandor (cit. en Portál 1980: 173). Magdaleno utiliza para la presentación de la tierra y la de la comuni-dad indígena, diríamos, un ritmo apocalíptico. Las expresiones que des-criben una y otra, parecen traslucir la intención del autor de equiparar la sequía de la tierra y su agostamiento con el estado yermo, inculto —en el sentido psicosomático— de los naturales del lugar, y simbolizarlo en una especie de mimetismo geosocial. Los hombres, como diría Taine, son "piantas humanas". Durante esta década (los afios treinta) en que la Revolución fue el terna casi exclusivo en la novelística mexicana se consideró El resplandor como novela indigenista. Pero a mí me parece que tiene un más amplio significado —incluso en su estructura—, incorpora un tratamiento más Litemtura Mexicana XXI.2, 2010, pp. 7-14 13 complejo de la realidad; va en busca de un pasado histörico en donde in-sertar parte de las explotaciones e injusticias del presente, que se reiteran en ciclos encadenados hasta llegar a la mäs cruel y desesperanzada: la que ejerce el de la propia clase, el de la propia raza. ^El autor pretende mostrar la reactivaciön de la otredad o es simple reciprocidad estructural? Asimismo quiero recordar aqui las palabras del escritor en una entre-vista que sostuve con el, en Mexico, D.F.: Al considerar yo que en su novela no se daba una soluciön, ni siquie-ra la aproximaciön de un cambio en el problema indigena, me contestö (en octubre de 1971, treinta y cuatro afios despues de El resplandor): —Yo creo que es cuestiön de mestizaje. Ellos aün no han llegado al mesti-zaje: no estan integrados racialmente. Tenemos que hacer lo que hicieron los espafioles, mezclar nuestras sangres y conseguir una homogeneidad (cit. en Portal: 172, n. 72). Y para concluir y dejar bien atados estos cabos sueltos sobre la novela de la Revoluciön mexicana, quiero recoger aqui unas palabras del poli-tico, profesor y gran ensayista don Jesus Reyes Heroles.3 "La Revoluciön que empezö siendo protesta, es en el Mexico contemporäneo experien-cia, doctrina e instituciön". Yo afiadiria, y critica. La protesta y la experiencia han fundamen-tado esa vocaciön critica ejemplar de los escritores y los intelectuales mexicanos. El peligro es que los criticos se acostumbren a criticar y que al denunciar la demagogia, la corrupciön y la desviaciön de los ideales revolucionarios, remitifiquen el espiritu revolucionario primero, que, alejado de su tiempo y espacio iniciales, ya que no puede ser lo que fue; se ha vuelto contra su esencia: cambio, rebeldia, novedad. Y que caigan en una mitificaciön subsidiaria, la de atribuirse a si mismos el papel de denunciadores de la mala configuraciön del ideal revolucionario, con lo que entran en el juego de lo mismo que critican, al asignar a la vocaciön critica el papel de antagonista de la politica oficial, todavia priista. 3 A don Jesus lo conoci en Mexico en 1970, becada yo por la "Fundaciön Juan March", y con el tuve ocasiön de platicar ampliamente sobre los controvertidos temas de la politica mexicana contemporänea. 14 portal / Mexico en el centenario de la Revolución mexicana Bibliografia Portal, Marta. Proceso narrativo de la revolución mexicana. Prólogo de Leopoldo Zea. Madrid: Espasa Calpe, 1980. Romanell, Patrick. La formation de la mentalidad mexicana, Mexico: El Co-legio de Mexico, 1954. Fecha de recepción: 15 de octubre de 2009 Fecha de aceptación: 20 de enero de 2010