POÉTICA CI.ÁSICA 41 TEXTOS PARA LA REFLEXION Y EL COMENTARIO Inge« de la poesía: la mímesis J «La poesía parece tencr su origen en dos causas, y ambas naturales. Y, en Ccto, imitar es algo connatural en el hombre desde la infancia —ahí radica íecisamente su diferencia con respecto a los demás animales, en que es más »to para la imitación, aparte que adquiere sus primeros conocimientos litando—; la otra causa es el hecho de que goza con la imitación. «Prueba de ello es lo que ocurre en la realidad: cosas que vemos con ísagrado en el origen nos causan placer cuando las contemplamos en lágenes lo más fieles posible, como ocurre, por ejemplo, con la represen-ción de los animales más repugnantes o con animales muertos «Hay aún otra razón en el hecho de que aprender es muy agradable, y > sólo para los científicos, sino igualmente para los demás hombres —sólo le éstos participan únicamente en una minima parte— y es que nos ímplacemos en la contemplación de las imágenes porque, al mirarlas, se irende en ellas y de ellas se deduce lo que cada cosa representa: por emplo, que esta figura es tal cosa. Y si uno no ha visto previamente el »jeto representado, la obra de arte causará deleite no en la medida en que una imitación, sino por la mera ejccución, por cl color o por alguna otra n de este tipo». t. Aristoteles, Poética, cd. de J. Alsina Clota, Barcelona, Icaria, 1997 (IV, p. 24) nahdad de la poesía: la catarsis is posible que el temor y la compasión resulten por efecto del espectá-io, pero también pueden resultar del entramado mismo de los hechos, lo al es, sin duda, preferible y propio de un poeta mejor. La obra debe estar mpuesta de tal modo que, aun sin verlos, el que escucha el relato de los chos se estremezca y sienta compasión por lo que ocurre, que es la sensa-»n que experimenta el que escucha el relato del destino de Edipo. En mbio, conseguir tal efecto sólo por medio del espectáculo es menos artís-:o y exige reeursos materiales. Pero quienes pretenden suscitar, con el nple espectáculo, no el temor, sino lo monstruoso, nada tienen que ver p la tragédia, porque con la tragédia no se debe buscar alcanzar cualquier ►o de placer, sino sólo el que le es propio. Y puesto que el poeta debe Dcurar, a través de la imitación, el placer que suscitan el temor y la compa-►n, está claro que este efecto debe conseguirse por medio de la acción 1». (XIV, p. 43) sma» 42 DE LA POETICA A LA TEORf A DE LA L1TERATURA (UNA lNTRODUCCJÖN) Epopeya y simultaneidad «La Epopeya tiene muchas posibilidades propias para alargar la extension, ya que mientras a la Tragedia no le es posiblc imitar diversas partes de una acciön que transcurren simultäneamente, sino tan solo lo que los actores representan en escena, en la Epopeya, por ser toda narraciön, pueden presentarse simultäneamente muchas partes de la acciön, las cuales, sin ser propias del argumento, aumentan la extension del poema. Asi que esto contribuye a prestar grandiosidad a la obra y sirvc tambien para provocar diversas emociones al oyente y dar variedad al argumento con episodios desiguales, ya que la monotonia, que cansa pronto, hace fracasar las trage-dias». (XXIV, p. 68) La comedia «La comedia es, segün dijimos, la imitaciön de personas de inferior calidad, pero no de cualquier especie de vicio, sino solo de lo risible, que es una Variante de lo feo. Pues lo risible es un defecto y una fealdad sin dolor ni perjuicio, y asi, por ejemplo, la mäscara cömica es algo feo y deforme, pero sin dolor.» (V, p. 27) en los cueq naturaleza 1 haber una 1 Origen del «Es pos täculo, pen lo cual es, estar comp de los hecr la sensaciöi En cambio. arti'stico y el simple es con la trag quier tipo 1 procurar, a compasiön. acciön mis Duration de la acciön trdgica «Hemos dejado sentado que la tragedia es la imitaciön de una acciön acabada y completa que tiene una adecuada extension, ya que puede existir algo que, siendo entero, carezca de extension. Completo es lo que tiene principio, medio y fin. Principio es aquello que, por si, no sigue necesaria-mente a otra cosa, pero despucs de ello hay o se produce algo de un modo natural; fin, por el contrario, es aquello que, de por si, sigue naturalmente a otra cosa, de modo necesario o por lo general, y a lo cual no sigue nada mäs; medio, aquello que, de por si, viene despues de algo y es seguido por otra cosa. «Aquellos que construyen bien los argumentos no deben comenzarlos al azar, sino que deben atenerse a las formulas indicadas. Por otra parte, dado que un animal hermoso y toda cosa hermosa compuesta de partes no solo debe tencr estas partes ordenadas, sino que debe existir entre ellas la propor-ciön correspondiente —pues la belleza consiste en la medida y el orden— no puede por esta razön ser hermoso un animal demasiado pequefio —pues su pereepeiön resulta confusa al no durar esta sino un momento imperceptible— ni tampoco excesivamente grande —pues asi no puede haber pereepeiön, ya que la unidad y totalidad escapan a la mirada del observador, como sucedcn'a en el caso de un animal de mil estadios—. En consecuencia, como Pathos «Ahora propone hecho misn amigas ni a que se ama dispone a n hijo, o el h buscar.» (XI Sobre la «Con cente, a personas debe ser si la tradieiön POfiTTCA CLÄSICA 43 U exten-partes de los actores pueden sin ser que esto provocar episodios las trage- B? inferior que es sin dolor deforme, en los cuerpos y en los animales debe haber una cierta medida —y esta de tal naturaleza que sea abarcable por la vista— igualmente en los argumentos debc haber una cxtensiön tal que pueda retenersc en la memoria.» (VII, pp. 32-33) Origen del temor y la compasion «Es posible que el temor y la compasion resulten por efecto del espec-täculo, pero tambien pueden resultar del entramado mismo de los hechos, lo cual es, sin duda, preferible y propio de un poeta mejor. La obra debe estar compuesta de tal modo que, aun sin verlos, el que eseucha el relato de los hechos se estremezca y sienta compasion por lo que ocurre, que es la sensacion que experimenta el que eseucha ei relato del destino de Edipo. En cambio, conseguir tal efecto solo por medio del espectaculo, es menos artistico y exige recursos materiales. Pero quienes pretendan suscitar, con el simple espectaculo, no el temor, sino lo monstruoso, nada tienen que ver con la tragedia, porque con la tragedia no se debe buscar alcanzar cual-quier tipo de placer, sino el que le es propio. Y puesto que el poeta debe procurar, a traves de la imitaeiön, el placer que suscitan el temor y la compasion, esta claro que este efecto debe conseguirse por medio de la aeeiön misma.» (XIV, p. 43) Path os los al dado no solo : la propor-r«l orden— < —pues UBpercep-pereep-i como como «Ahora bien, si un enemigo da muertc a un enemigo no comete ni sc propone cometer aeeiön alguna digna de compasion, salvo el patetismo del hecho mismo; lo mismo sucede cuando se trata de personas que no son ni amigas ni enemigas. Pero si los hechos pateticos tienen lugar entre personas que se aman, como por cjemplo, si un hermano mata a su hermano, o sc dispone a matarlo, o si un hijo hace lo mismo con el padre, la madre con el hijo, o el hijo con la madre, entonces se trata de los temas que hay que buscar.» (XIV, p. 44) Söhre la verosimilitud «Con respecto a la poesia es preferible una cosa imposible pero convin-cente, a algo posible pero que no convenza. Acaso sea imposible que haya personas tales como las que pintaba Zeuxis: tanto mejor, pues el modelo debe ser superado por la obra. Las cosas irracionales deben justificarse con la tradicion popular, pues asi a veces no hay falta de lögica, ya que es vero-simil que a veces ocurra algo invcrosimil.» (XXV, p. 76)