Quinto Horacio Flaco (66-8 a.C.) Arte poetica. EpJstola a los Pisones A cabeza humana si un pintor cerviz equina unir quisiera e incluir variado plumaje, allegando miembros de todas partes, como para rematar feamente en negro pez mujer hermosa por arriba, iante tal especticulo contendriais la risa, amigos? Notad, Pisones, que a ese cuadro seria muy parecido un libro cuyas figuras, como los suenos de un enfermo, se moldeen tan vanamente que ni pie ni cabeza a una ünica forma correspondan. «Para pintores y poetas siempre hubo por igual la facultad de tener cualquier osadia.» Lo se y esta licencia solicito y otorgo por mi parte; pero no para que con lo manso se junte lo fiero, no para que sierpes con aves se apareen, con tigres corderos. [...] Los poetas quieren ser ütiles o deleitar, o al mismo tiempo decir lo que es ameno e idöneo para la vida. Se breve en tus consejos, para que los espiritus räpido perciban döciles tus palabras y las retengan fielmente. Todo lo superfluo rebosa de mente llena. Las ficciones para deleite que sean muy cercanas a la verdad, para que la obra no pretenda que se crea cualquier cosa, como «nifio devorado por un ogro sale vivo de su tripa». Las centurias de mayores rechazan lo carente de mensaje, los estirados Ramnes desechan poemas austeros; pero todos los votos se lleva quien mezcla utilidad con interes deleitando al lector y a la par haciendole pensar. Este es el libro que hace ganar a los Sosios, surca mares y al famoso escritor le prolonga la vida en la posteridad. Hay, sin embargo, faltas que perdonar querriamos, pues ni la cuerda devuelve el sonido que quiere mano y mente, y a quien pide grave muy a menudo remite agudo, ni siempre herira todo lo que amenace el arco. Mas, cuando un poema destaque por su brillo, no me ofenderän unas manchas caidas por descuido, o no precavidas por el hombre.