Claude Bremond (1929) La lögica de los posibles narrativos El estudio semiolögico del relato puede ser dividido en dos secto res: por una parte, el anälisis de las tecnicas de narraciön y, por otra parte, la investigation de las leyes que rigen el universo narrado. Estas leyes mismas dcrivan de dos niveles de organizaciön: a) reflejan las exigencias lögicas que toda serie de acontecimientos ordenada en forma de relato debe respetar so pena de ser ininteligible; b) agregan a estas exigencias välidas para todo relato, las convenciones de su universo particular, ca-racteristico de una cultura, de una epoca, de un genero literario, del es-tilo de un narrador y, en ultima instancia, del relato mismo. El examen del metodo seguido por V. Propp para descubrir los ca-ractercs especificos de uno de estos universos particulares, el del cuen-to ruso, nos ha convencido de la necesidad de trazar, previamente a toda description de un genero literario definido, el piano de las posi-bilidades lögicas del relato. Con esta condition, el proyecto de una cla-sificaciön de los universos de relato, basada en caracteres estructurales tan precisos como los que sirven a los botanicos o a los naturalistas para definir los objetos de su estudio, deja de ser quimerico. Pero esta ampliation de las perspectivas provoca una flexibilizaciön del metodo. Recordemos y precisemos las modificaciones que parecen imponerse: 1. La unidad de base, el atomo narrativo, sigue siendo la funciön, aplicada, como en Propp, a las acciones y a los acontecimientos que, agrupados en secuencias, engendran un relato. 2. Una primera agrupaciön de tres funciones engendra la secuencia elemental. Esta triada corresponde a las tres fases obligadas de todo proceso: a) una funciön que abre la posibilidad del proceso en forma de conducta a observar o de acontecimiento a prever; b) una funciön que realiza esta virtualidad en forma de conducta o de acontecimiento en acto; c) una funciön que cierra el proceso en forma de resultado alcan-zado. 3. A diferencia de Propp, ninguna de estas funciones necesita de la que la sigue en la secuencia. Por el contrario, cuando la funciön que abre la secuencia es introducida, el narrador conserva siempre la liber-tad de hacerla pasar al acto o de mantenerla en estado de virtualidad: si una conducta es presentada como debiendo ser observada, si un acontecimiento debe ser previsto, la actualizaciön de la conducta o del acontecimiento puede tanto tener lugar como no producirse. Si el narrador elige actualizar esta conducta o este acontecimiento, conserva la libertad de dejar al proceso que llegue hasta su termino o detener su curso: la conducta puede alcanzar o no su meta, el acontecimiento se-guir o no su curso hasta el termino previsto. La red de posibles asi abierta por la secuencia elemental responde al siguiente modelo: Virtualidad i <- -1.: fin a alcanzar) —> Actualizaciön —> (ej.: conducta para alcanzar el fin) Ausencia de actualizaciön (ej.: inercia, impedimento de actuar) Fin logrado (ej.: exito de la conducta) Fin no alcanzado (ej.: fracaso de la conducta) 4. Las secuencias elementales se combinan entre si para engendrar secuencias complejas. Estas combinaciones se realizan segün configura-ciones variables. Citemos las mäs tipicas: a) el encadenamiento por continuidad, por ejemplo: Fechoria a cometer l Fechoria I Fechoria comcüda = hecho a retribuir 1 proceso de retribueiön hecho retribuido 304 305 El signo =, que empleamos aqui, significa que el mismo aconteci-miento cumple simultáneamente, en la perspectiva de un mismo rol, dos funciones distintas. En nuestro ejemplo, la misma acción reprensible se califica desde la perspectiva de un «retribuidor» como clausura de un pro-ceso (la fechoria) respecto del cual juega un papel pasivo de testigo y como apertura de otro proceso donde jugará un papel activo (el castigo). b) El enclave, por ejemplo: Fcchoria comctida = hecho a rctribuir Proceso de retribución hecho retribuido Dano a infligir Proceso agresivo Daňo infligido Esta disposición aparece cuando un proceso, para alcanzar su fin, debe incluir otro, que le sirve de medio, el cual a su vez puede incluir un tercero, etc. El enclave es el gran resorte de los mecanismos de es-pecificación de las secuencias: aqui, el proceso de retribución se espe-cifica como proceso agresivo (acción punitiva) correspondiente a la función fechoria comelida. Habria podido especificarse como proceso servicial (recompensa) si hubiera habido beneficio cometido. c) El «enlace», por ejemplo: Daňos a infligir vs. Fechoria a cometer i I Proceso agresivo vs. Fechoria I I Daňo infligido vs. Fechoria comelida = hecho a relribuir La sigla vs. (versus) que sirve aqui de lazo a ambas secuencias, significa que el mismo acontecimiento, que cumple una función a desde la perspectiva de un agente A, cumple una función b si se pasa a la perspectiva B. Esta posibilidad de operar una conversion sistemática de los pun-tos de vista y de formulár sus reglas, debe permitirnos delimitar las esferas de acción correspondientes a los diversos roles (o dramatis personae). En nuestro ejemplo, la frontera pasa entre la esfera de acción de un agresor y la de un justiciero desde cuya perspectiva la agresión se vuelve fechoria. Éstas son las reglas que someteremos a prueba en las páginas si-guientes. Intentamos proceder a una reconstitución lógica de los pun- tos de partida de la trama narrativa. Sin pretender explorar cada itine-rario hasta sus ramificaciones ultimas, trataremos de seguir las principals arterias, reconociendo a lo largo de cada recorrido bifurcaciones en que las ramas principales se escinden engendrando subtipos. Trazare-mos asi el cuadro de las secuencias-tipos, mucho menos numerosas de lo que podría ereerse, entre las que debe necesariamente optar el narra-dor de una história. Este cuadro mismo pasará a ser la base de una cla-sificación de los roles asumidos por los personajes de los relatos. El ciclo narrativo Todo relato consiste en un diseurso que integra una sucesión de acontecimientos de interes humano en la unidad de una misma acción. Donde no hay sucesión no hay relato sino, por ejemplo, deseripción (si los objetos del diseurso están asociados por una contiguidad espa-cial), deducción (si se implican uno al otro), eŕusión lírica (si se evocan por metafora o metonimia), etc. Donde no hay integración en la unidad de una acción, tampoco hay relato, sino sólo cronología, enuncia-ción de una sucesión de hechos no coordinados. Donde, por último, no hay implicación de interes humano (donde los acontecimientos na-rrados no son ni producidos por agentes ni sufridos por sujetos pasivos antropomórficos), no puede haber relato porque es sólo en relación con un proyecto humano que los acontecimientos adquieren sentido y se organizan en una serie temporal estructurada. Según favorezcan o contraríen este proyecto, los acontecimientos del relato pueden clasificarse en dos tipos fundamentales, que se desa-rrollan según las secuencias siguientes: (Mejoramiento obtenido Meioramiento no obtenido Mejoramiento a obtener Proceso de mejoramiento —> Degradación previsible —> Ausencia de proceso de mejoramiento Proceso _ de degradación Ausencia de proceso de degradación (Degradación producida Degradación evitada 306 307 Todas las secuencias elementales que aislaremos a continuación son especificaciones de una u otra de estas dos categorías, que nos propor-cionan asi un primer principio de clasificación dicotómica. Antes de emprender su exploración, precisemos las modalidades según las cuales el mejoramiento y la degradación se combinan ambos en el relato: a) por sucesión «conúnua». Vemos inmediatamente que un relato puede hacer alternar según un ciclo continuo fases de mejoramiento o de degradación: Degradación producida T Proceso de degradación T Degradación posible Mejoramiento a obtener Proceso de mejoramiento Mejoramiento obtenido Es menos evidente que esta alternancia es no sólo posible sino necesa-ria. Tomemos por cjemplo un comienzo de relato que plantee una de-ficiencia (que afecte a un individuo o a una colectividad en forma de pobreza, enfermedad, estupidez, falta de heredero varón, ŕlagelo cróni-co, deseo de saber, amor, etc.). Para que este comienzo de relato se de-sarrolle, es necesario que este estado evolucione, que suceda algo capaz de modiŕicarlo. cEn que sentido? Sc puede pensar tanto en un mejoramiento como en una degradación. Por lógica, en estricto sentido, sin embargo, sólo el mejoramiento es posible. No porque el mal no pueda todavía imperar. Existen relatos en los que las desdichas se suceden en cascada, de modo que una degradación llama a la otra. Pero, en este caso, el estado deficiente que marca el fin de la primera degradación no es el verdadero punto de partida de la segunda. Ese momento de deten-ción —ese aplazamiento—equivale ŕuncionalmente a una fase de mejoramiento o, al menos, de preservación de lo que aún puede ser salvado. El punto de partida de la nueva fase de degradación no es el estado degra-dado, que no puede ser sino mejorado, sino el estado aún relativamente satisfactorio, que sólo puede ser degradado. Del mismo modo, dos pro-cesos de mejoramiento sólo pueden sucederse en tanto que el mejoramiento realizado por el primero deje aún algo que desear. Implicando esta carencia, el narrador introduce en su relato el equivalente de una fase de degradación. El estado aún relativamente deficiente que de ello resulta, sirve de punto de partida a la nueva fase de mejoramiento. b) por enclave. Se puede considerar que el fracaso de un proceso de mejoramiento o de degradación en curso resulta de la inserción de un proceso inverso que le impide llegar a su término normal. Se obtienen entonces los esquemas siguientes: Mejoramiento a obtener i Proceso de mejoramiento Mejoramiento no obtenido Degradación posible -L Proceso de degradación X Degradación cumplida Degradación posible Proceso dc degradación Degradación evitada Mejoramiento a obtener i Proceso dc mejoramiento -L Mejoramiento obtenido c) por enlace. La misma serie de acontecimientos no puede al mismo tiempo y en relation con un mismo agente, caracterizarsc como mejoria y como degradacion. Esta simultaneidad se vuelve, en cambio, posiblc si el acontecimiento afecta a la vez a dos agentes animados por intereses opuestos: la degradacion de la suerte de uno coincide con el mcjoramiento de la suerte del otro. Obtenemos este esquema: Mejoramiento a obtener -I Proceso de mejoramiento Mcjoramiento obtenido vs. vs. vs. Degradación posible Proceso de degradación Degradación realizada La posibilidad y la obligación de pasar asi por conversion de los puntos de vista, de la perspectiva de un agente a la de otro son capita-les para la continuación de nuestro estudio. Ellas implican el rechazo, al nivel de análisis en que trabajamos, de las nociones de Héroe, «Villa-no», etc., concebidas como distintivos distribuidos de una vez para siempre a los personajes. Cada agente es su propio héroe. Sus compa-ňeros se califican desde su perspectiva como aliados, adversarios, etc. Estas calificaciones se uivierten cuando se pasa de una perspectiva a la otra. Lcjos, pues, de construir la cstructura de un relato en ŕunción de un punto de vista privilegiado —el del «heroe» o del narrador—, los modelos que elaboramos integran en la unidad de un mismo esquema la pluralidad de perspectivas de los diversos agentes. Procesos de mejoramiento El narrador puede limitarse a dar la indicación de un proceso de mejoramiento sin explicar sus fases. Si dice simplemente, por ejemplo, que los asuntos del héroe se arreglan, que se cura, se vuelve mas razo- 308 309 nable, se embellece, se enriquece, estas determinaciones que recaen so-bre el contenido de la evolución sin especificar el cómo, no pueden ser-virnos para caracterizar su estructura. En cambio, si nos dice que el hé-roe reorganiza sus asuntos al cabo de largos esŕuerzos, si refiere la cura a la acción de un medicamento o de un medico, el embellecimiento a la compasión de un hada, el enriquecimiento al éxito de una transac-ción ventajosa, la prudencia a las buenas resoluciones tomadas luego de una falta, podemos apoyarnos sobre las articulaciones internas de estas operaciones para diferenciar diversos tipos de mejoramiento: cuanto más entra el relato en el detaile de las operaciones, más pronun-ciada es esta diferenciación. Ubiquemonos, en primer lugar, en la perspectiva del beneficiario del mejoramiento. Su estado deficiente iniciál implica la presencia de un obstáculo que se opone a la realización de un estado más satisfacto-rio y que se elimina a mcdida que el proceso de mejoramiento se desa-rrolla. Esta eliminación del obstáculo implica a su vez la intervención de factores que operan como medios contra el obstáculo y en pro del beneficiario. Si, pues, el narrador elige desarrollar este episodio, su relato seguirá este esquema: Mejoramiento a obtener I_ Proceso de mejoramiento Mejoramiento obtenido 1 Obstáculo a eliminar Proceso de eliminación Obstáculo eliminado Medios posibles i Utilization de los medios i Éxito de los medios En este estadio, nosotros podemos no tener que ocuparnos más que de una sola dramatis persona, el beneficiario del mejoramiento, quien aprovecha pasivamente de un feliz coneurso de circunstancias. Ni él ni nadie carga entonces con la responsabilidad de haber reuni-do y puesto en acción los medios que han derribado el obstáculo. Las cosas «se han encaminado bien» sin que nadie se haya ocupado de ellas. Esta soledad desaparece cuando el mejoramiento, en lugar de ser imputable al azar, es atribuido a la intervención de un agente, dotado de iniciativa, que la asume a titulo de tarea a cumplir. El proceso de mejoramiento se organiza entonces como condueta, lo que implica que se estructura cn una trama de fines-medios que puede ser detallada al infinito. Además, esta transformación introduce dos nuevos roles: por una parte, ei agente que asume la tarea en provecho de un beneficiario pasivo, desempeňa en relación con este ultimo el papel de un medio, ya no inerte sino dotado de iniciativa y de interes propios: es un alia-do; por otra parte, el obstáculo afrontado por el agente puede encarnar-se en otro agente también dotado de iniciativa e intereses propios: este otro es un adversaria. Para estimar las nuevas dimensiones asi abiertas, debemos examinar: —la estructura del cumplimiento de la tarea y sus desarrollos posibles; —los partieipantes de la relación de alianza postulada por la intervención de un aliado; —las modalidades y las consecuencias de la acción emprendida rrente a un adversario. Cumplimiento de la tarea El narrador puede limitarse a mencionar la ejecución de la tarea. Si elige desarrollar este episodio, se ve conducido a explicitar en primer lugar la naturaleza del obstáculo enŕrentado y luego la estructura de los medios empleados —intencional y ya no ŕortuitamente esta vez— para eliminarlo. Estos medios mismos pueden ŕaltar al agente, ya sea intelectualmente si ignora lo que debe hacer, ya sea materialmente si no tiene a su disposición los instrumentos que necesita. La constata-ción de esta carencia equivak a una fase de degradación que, en este caso, se especifica como problema a resoher y que, como antes, puede ser reparada de dos modos; ya sea que las cosas se arreglen por sí mišmaš (si la solución buseada cae del cielo), ya sea que un agente asuma la tarea de arreglarlas. En este caso, este nuevo agente se comporta como aliado que interviene en ŕavor del primero y éste pasa a ser, a su vez, el beneficiario pasivo de la ayuda que asi recibe. 310 311