Milagros de Nuestra Señora Ed. Espasa-Calpe, colección "Clásicos Castellanos"; Madrid, 1982 Edición de Antonio G. Solalinde II. El sacristán impúdico Estrofas Argumento 75 Amigos, si quisierais esperar un poco, aún quiero contaros otro milagro que quiso hacer Dios por medio de la Virgen de la que quiso mamar leche. 76 Un bendito monje estaba en un convento, el lugar no lo leo no lo sabría decir, quería a la Virgen de corazón, se inclinaba cada día ante su imagen 77 Se inclinaba cada día ante su imagen, se arrodillaba, decía: "Ave María". El abad le hizo sacristán que lo tenía por hombre cuerdo y no loco. 78 El diablo, que hace las veces de Belcebú, que fue y es enemigo de los hombres buenos, tanto pudo el sutil adversario que corrompió al monje y lo hizo fornicador. 79 Cogió una mala costumbre el pecador: de noche, cuando estaba dormido el prior, salía del dormitorio para irse a la iglesia. Corría el torpe hacia el mal trabajo. 80 Tanto a la salida como a la entrada delante del altar, como correspondía, se inclinaba, rezaba el "Ave María" como solía, no se le olvidaba ni una vez. 81 Corría un buen río cerca del convento, tenía que pasarlo el monje, cuando regresaba de hacer su locura se cayó y se ahogó fuera del convento. 82 Cuando llegó la hora de cantar maitines no encontraban al sacristán. Se levantaron cada uno de su sitio y fueron a despertar al fraile. 83 Abrieron la iglesia como pudieron, no encontraron el llavero, lo buscaron arriba y abajo, donde se había ahogado lo encontraron. 84 No imaginaban qué significaba aquello, si murió o le mataron, era muy grande el pesar, cayó en desgracia el lugar. 85 Mientras el cuerpo yacía en el río, veamos qué ocurrió con el alma: muchos diablos vinieron por ella para llevarla al infierno. 86 Mientras los diablos jugaban con ella como una pelota la vieron los ángeles y bajaron a por ella: se quejaron los diablos inmediatamente, era suya, que lo dejasen. 87 No encontraron los ángeles razón para discutir, tuvo un mal fin, no conseguirían nada, se largaron tristes. 88 Le socorrió la Virgen, que se dio cuenta del mal de los diablos: les mandó aguardar, no osaron hacer otra cosa, les movió el respeto que le debían. 89 Les dijo la Virgen palabras excelentes: Con esta alma, locos-dijo-no tenéis nada, mientras estuvo en el cuerpo fue mi favorita ahora está desamparada. 90 De la otra parte respondió el portavoz, un diablo sabio, sutil y muy preciso:Madre, eres un juez recto, que no le gusta la fuerza ni siente placer por ello. 91 Está escrito que donde se halla el hombre es juzgado para bien o para mal. Si esta ley la rompes, todo el Evangelio quedará destruido. 92 Hablas-dijo la Virgen-"como un necio: no te reto porque eres un infeliz. Cuando salió me pidió permiso, yo le pondré la penitencia. 93 No está en vos utilizar la fuerza, pero pido a Cristo, poderoso y sabio, que diga la sentencia. 94 Dios, juez sabio, acabó con la disputa: mandó al alma que regresara al cuerpo, después el que lo mereciese recibiría tal honor. 95 Estaba el convento triste y desamparado por el mal ejemplo que les había llegado. Resucitó el fraile que estaba muerto, se asombraron todos de su buen estado. 96 Les habló el fraile, les dijo: Estaba muerto y estoy vivo, estad seguros. ¡Gracias a la Virgen que salva a sus servidores que me quitó de manos de los malos! 97 Les contó todo, qué decían los diablos y qué Santa María, cómo ella lo libró de su poder, si no hubiera sido por ella sería un día infausto. 98 Dieron gracias a Dios y a la Virgen que hizo tal milagro por el cual está más firme toda la cristiandad. 99 Se confesó el monje e hizo penitencia, mejoró de su mal, sirvió a la Virgen mientras pudo. Murió cuando quiso Dios arrepentido, descansa en paz con su divina clemencia. 100 Muchos milagros semejantes y mejores hizo Santa María sobre sus devotos: no serán ni la milésima parte los contados pero con los que sabemos quedad satisfechos.