TmimikM t iNHnvunm IN una NOMmCLUwti hiwwmoiatixa DEi salin XVIII 3. Conclusions A pesar dc la escasez de daios que rodea la vida y la obra de Nicolas Vellôn cstc cstudianie del colegío dominico de Samo Tomas de Sevilla nos legó un repereorio léxico ordcnado temáticamente con imeresanies datos linguísticos que, iras su análi-sis, nos aporlan algunos resultados. El Prompluariů de Nicolas Vellón es una nomenclaluta liispanolalina compucs-ta en el siglo XVIH, pero con idéniíca finalidad que las que venian apareciendo desdc finales del siglo XV. Los materiales que compendia son muy parecidos, lo que evidencia que el sislcma de accrcamicnio al léxico lalino seguia siendo muy scmejante, hecho que sin duda se debe a la utilidad que tiene estc sísiema de organi2acion del léxico de una lengua. Aunque Icxicogrificamcnte el repertorio dc Vellón le deba much« a la tradición anterior, su feclia de composition y las nuevas conditioner y cireunstancias sociales, politicas y económicas que vivía nuestro pais favotecen el accrcamienio al mundo estudianlil y docente de! siglo XVIH. Los cambios que iinpuso la llcgada de esta ceniuria dejan su huella en el reper-lorio; asi. el autor incluyc cpígrafes nuevos, desecha ottos, muestra la cvolución de la lengua clásica, ílustra con su léxico el conociinienlo dc latin que se lenía cn cl siglo Will, admiie algunos neologismos espaňoles... Una vez más, estamos ante un tepeitorio desconocido para los investigadores, pero que ha dc engtosar necesariamente la lista dc nomenclatures hispanolatinas publicadas en Espaňa. Dc esta manera, no sólo contribuye a la claboración de esic capíiulo dc la história de nucstra Icxicogralía, sino ijuc panicipa en la história de la educadón, o mepr aún, en el reeorrido histórico por los materiales didáciicos utílizs-dos cn la ensertanza del latin; sin olvldar, las aportaciones que puedc realizar a la história dc nucstra lengua. 130 POUSEMIA, HOMONIMlA Y DlCCIONAlUOS Juan Manuel García Platero ihiiversidad de Seiilla 1. La POUSEMIA V LA HOMONIMlA DESDE EL CHľlťRlO DE LA SEMAnTICA I.ÉX1CA Dentro de la semántica léxica se han dlscutido de forma reiterada los diatínios mecanismos difcrcnciadores que separan los fenómenos dc la polisemia y de la ho-monimia. Sc ha hablado desde la perspectiva traditional de las ťuentes que propícían su aparición. De ahi la referencia, cn el caso de la polisemia, a la adquisicíón cn un mismo vocablo dc dlversos valoies significativos, según las variaciones de aplicación mareadas por el contexto. Del mismo modo, se alude a la especiaHzacíón dc las voces en las denomínadas Icnguas funcionales, a la semejanza o contignidad de eontenidos o a la ínflucncía de otros sistemas foráneos. En cl caso de la homonimia, se acude a la idea de que unidades no coincidcnics cn la expresión puedeii llegar a converger gracias a la cvolución fónica. La posible anťibología cnirc vocablos homófonos se agrava cn las slntopías, en la medida en que los fenómenos fonicos provocan coinci-dencias que desaparecerian cn la cscriiuia. En todo caso, habria que maiizar que la posible ídcnlidad expresiva se puede llegar a amínorar por pane del hablante con deiemünadas akernativas léxicas. como pucdc ser la reeurrencia a. otras voces supucs-tamente sínonímas cmpleadas para susutuir a uno de los vocablos en conflicto'. A la convcrgcncia fónica se ha aňadido, como fuente homonímica, la divergencía de con-lenidos provocada por el ale|amiento cnire los distimos valores significativos de una misma unídad léxica, por más que cada vocablo parta dc un étimo común. Pese a ta enumeration de las seňaladas fucnies, los crilerios diferencíadorcs entre polisemia y homonimia no parcecn servir a los linguistas para oponer de una forma nitida estos dos fenómenos. Incluso hay quíen ha hablado dc una homonimia absoluu. donde sc pereibe una equivalcnda de lipo gramalical entre las unidades isofonemáticas. (rente a la parcia), cn la que únicamente está presente la ídcniidad ' CIT. A R Pemtnócí GwwäIcí. 4Hmonimu y pnliwmla., cn A. R Femánd« Conrfk-ŕ. S Hnvfc y V. Bow. Intmthiftym a !a wmUtuiia Stulili Cúcdra. 1961. pÍR" ?5-W. :■;; }'■■•■■•:.■ II ill iKiii v tni'CKiVAiuin exprcsiva1. Desde este punio de visia, la diferenciación gramaiical conllcvaria la existencia de varias unidades discretas, frcntc al primer caso de equivalencia no solamen-te formal, lo que permiiiria la iitdifereneiación entre homonimia absoluta y polisemia. Ciertamente. ta perspectiva etimológica ha servjdo de criierio delimiiadot pre-ferente al establecer la distinción entre una entidad con difetentes valores significativos y varias unidades isofbnemáticas discretas, Fl hecho de que dos o más vocablos coinddentes desde cl punto de vista formal partan de realidades léxicas desiguales parece un motivo suficicmc para difcrcnciar los fenómenos analizados. Esia consideration se tiene muy en cucnta, como veremos más adelante, en la elaboration de repertories lexicograficos. Si. en efecto. en una sineronía dada la equivalenda formal no está presente en cl proceso evolutive anterior, podrianux* hablar de homominia. Sin embargo, algunos lingüistas como A. Martinet* hicieron híncapié en la iriseguridad con la que nos encontramos en más de una ocasión cuando pretendemos indagar cl verdadero origen dc un vocablo. Poľ otra paite, si acudlmos a la diferenciación cntrc člimo remolo e inmcdiaio, podemos encontramos eon quť varias entidades inicial-mente disoetas, .si sc entienden como tales las que parten de un origen distínto, se derivan de una voz común, tal como recordaba Lyons*. lil rfiismo Martinet1 seňalaba que la perspectiva diacronica resulta del todo incompatibly eon una vision dc tipo funci ona I. Al margen del punto de vista diacrónico, se ha acudido con frecuencia al crite-rio basado en la afinidad entre los distintos valores signífiťatívos par3 establecer la diferenciación cnlrc esios fenómenos. Asi, se habla de una vision más impresionista basada en el senlimicnto que posee el hablante de la relacíón de contcnido, lo que conlleva unos plantcamientos subfetivos alejados de cualquier considcracíón científi-ca. La corrcladôn más esirictamente linguística viene dada por los análisis sémicos6. En efecto, la presencta de a) menos un sema común a varies sememas conllevaria la polisemia. Por cl contrario, la intersección cero nos acercari* la homonimia Algunos han scnalaoV, a csie respecto, que si se denominan semas nuclcarcs a los elementos significativos que una entidad léxica apona a todo ambitu de aplicacion y contexnutles a los que aparcccn dc manera única en un contomo delerminado, dc cntrc las posibi-lidadcs dc un vocablo. en la monosemia únicamente esláfl preserttes las unidades sémicas nuclearcs, mientras que en la homonimia sólo podria hablarse de contextuales. ľ'rentc a esto, en la polisemia. ademas del contcnido sčmico común. están presentes valores que dilieren del nuclear, por lo que sc situaria, desde c( ámbito íntersignificativo, entrc cl fenómeno monosemlco y el humonimico. Fn lodo «so, la relación de conte-nido común puede resultar escasamente perceptible, lo cual nos vuelve a llevar a la falta de un necesario criterio de consenso imprcscindible desde una perspectiva cien-tifica del lenguaje. En efecto, aunque el punto de vista de la relacíón iniersigniiicaiiva conlleva que, al menos, nus situcmos en una necesaria perspectiva de orden sineröni- * Vfaw j Lyoni. Semůmua. Rutektan. Tckle. 19M. pi«* 491-507. * -Honnrtymos cl pulytrincv. la IwguBJiqat. X 2, 197». půg* J7-ÍS. * Op. iff. pug. m. 1 An ill * OTr B. Pcuki. luigutoKa tnoanmyfihhxiakiipámta. Madnd. Orrdcu. ivtO. pag* 1J1-U3 ťira aim c-HKCpir- dehc vnw el inhi|o dc J FKornc PrOcH Je HakBK&éefruitalsc I étutk n I 'ensagnemfü du xacabuínľr. Pai». Naihin. 19W ::/■ Dxncwwo. UxKti r Cti i mm co, desde las necesidades de la semámica lexica los problemas que planiea son evidentes. En cste sentido, Lyons* seňala que, al ser gradual la afinidad de signilieado, •todavía está por demostrar, si es que alguna vez se consiguc, que las iniuiciones dc los hablantes nativos coinciden hasia el punio dc cncontrar uiilidad en buscar alguna distinción universalmente aplicable y bien nitida entre polisemia y homonimia en el sistema de la lengua-. Del mismo modo, junto con el sentimiento del hablante nativo, la variante de la perspectiva dc la convergencia significatíva, basada en la teória componencial semántica, no esiá exenta dc problemas, ya que -la posibilidad o impo-sibilidad de descomponer los sentídos de los lexemas en un conjunto (cstructurado o no> de componentes semántícos carece de importancia si no se pucdc especificar cuántos componentes exactamente o, de otro modo, qué tipo de componentes deben companír dos sentidos a fin de cumplir el criterio de afinidad dc signifieados-*. Por otra parte, Guiiôrrez Ordonez15 se refiere al carácter esendalmentc relativo del punto de vista dc la intersección scrnica. ya que el grado de generalidad en cl que podamos situarnos at dilucidar los elementos dlacriticos de la polisemia y la homonimia nos llcvaria a dcslindcs distintos. pues en una vision globalizadora siempre sc podríari rastrcar valores ÍntersÍgníficatÍvos, por muy diferentes que, en un principle, parecieran las unidades Irxicas desde esta perspectiva de convergencia semántica, si nos situa-mos en una concepción menos abstracta: -Siempre exisiirä en los niveles altos de abstracción un rasgo común a los contenidos asociados a una expresión homonímiea. (Diremos que bota no es una homonimia, sino una polisemia porquc todos sus contenidos tienen en común los rasgos / - animadu + concreto/? Fn modo alguno* la semántica cognitiva valida, en parte, el criterio dc la intersección sémica consídera que una unidad lexica que posea varios valores significativos con relación intrinseca puede considerarse polisémica. La evidencia dc que la seňalada unidad léxíca pcrtcnezca a una sola categoria con un contcnido prototipico, esto es, el ejein-plar que comparte más rasgos caracieristicos con los restantcs miembros, aunque guarde relación, en menor medida, con los de las otras (no olvidemos que los plantea-mícntos cognitivistas se refieren al pxso gradual cntrc categorías), no hace sino conro-borar la interrelacíón de valores de contcnido como criterio delimitador. Asi, dos unidades Isofonemáticas pertenecerán a categorías distimas en la medida en que su organización prototípica sea también desígual. por lo que se hablaría de homonimia, frente al caso anterior, donde estaria presente cl seňalado parámetro de intersigniTtcación, con los refetidos inconvenientes dc suhjetívídad y, por ello, escasa entidad cientifica, rechazable desde la perspectiva dc una semántica léxica rigurosa. Sin embargo, el cognitivisnio al niargen de otras posibles erflieas, centradas rundamentalmente en la dificil delimitadôn entre los ámbítos significativos y designativos, lo que conlleva ventajas no necesariamente semántícas", aciena al reduzar el carácter absoluio de la • qn cit. pí([ Wl ' op. ca.. pag. *9*. * Immäiutlúaalaxmáiliia/Hmlwal. Midnd. SUuru*. IW. plg lÄ. " OTr. M'. D. MuHca Núftc«. -Dc uu vWňn mnnmAnkH » «in vb»öi putuŕniiťj en \* seaátaxa do Ua pnunipoc. FMudtoKbHn&úbiho. 10.19W-I9W. pjj». «7-2«. lýj . .T-*i.->M.li.> 1 I- monosemia, ya que cn toclo momcnto se pueden consolidar valores discursfvos, ge-neralmentc creados por metaforiración11 Junto con los parAmetros ctimológico y de aíinidad semániica. se ha rccurrido al iimkIcIo derivacional godeliano, según d cual liablaríamos dc unidades léxlcas homonímicas cuando cada una de ellas presenia foriros dchvadas disiintas Desde esia perspeciiva. los vocablos no pueden contemplarse de forma aislada. sino en virtud de la família de signos a la que pCJTcnecen", aunque. como sc ha subrayado reiieradamenie, en la coiuunicación rara vez están presenter la unidad léxica y mis dcrivados, lo que complica la deiimiiación de los fenóinenos analizados TamMen se ha actidido al criterio del campo léxico para distinguir entre poUsemia y homonimia" Es decir, cuando dos vocablos pertencecn a paradigma* diferentes aludimosa la homonimla y no a la puhseniia A ešte lespeeto, M • A. Pastor Milán" ha scňalado que laiUO en la polisemia como en la homonimia hablamos de perlenencia a paradigmas lexicos no coincidenlcs (si no tuera asi sc trataría de sincreiKmo1 I II hecho diferenciál consiste únicamenie en que en el caso de la polisemia hacemos referencia al estudio delimitativo de unidades de signiťicado isofonemíticas. frenie a la homonimia, que se centraría en el hecho de que contenldos pertenecientes .* paradigma» léxicos tambien distintos coincidan en la expresion Es decir, se (rata de una dilerenciación basada en la perspeciiva metodológica que sc slga. Scgún esu* criterto, se presupone que en la homonimia las entidades posen tin valor sign: toialmente deslindado. Se ha hablado. íinaliuenie, de la existencia del fenómeno hoinonímico si tene-mos en euenta la perspeciiva onomasiológlca y del poUsemlco cuando alx>rdar'!< ta d criierio semasiológico. El planteamienio. al margen de su valide/ lexicográľica, impo-sibilita que sc cstablezca una coinodencia de captation del fenómeno entre los parii-cipantes de la coniunicacion17. Hemos comprobado que los conceptos de polisemia y homonimia no están tan delimiiados. En la perspeciiva coseriuana, tanio en uno como en otro fenómeno, siempre s<- habla de la existencia de dlversas unidades ľumiunales casualmente ísofoncmáticas Por el contrario, la polivalencia hace mención a un único contenido al que se anaden varias determinaciones de tipo contextual y designativo. Por su pane. Ramón Trujillo1" niega que exista una diferencia evidente, hu tixiu caso, el deslinde 1 Cn i|iirn ridiiyv de la pulUrm» k» rnqilri» meuľ-Ki— de b- uniibüu Wxkuí De eu maneta. u te ihlan Uintm'n lv* ouo> de mrln« h)m> euwOftgHO. quedailan ünnmenie lento Mailntl Gmkn. 1976 pis. IS»), cerno tief IM (-Siiuitufe lexKdie el ciucasirincni du •xtatxihac en Attn Ju ■ -."uunna! de te\sutuique tiffiupiée. N j;«, ľ*" pftgH IÍSJ17) ; : ■: .!■ m»ť ha adquii.ľ. ■■■■ ito '■■ vak» .tKiWtmr»*. k oeiuiuente iumplei» U'i [ 1 Rivarota. -MLHuwnwtno y poUwnium Alpina* ahtervacKHm «itvc «1 ptot4rnu de U uiwUd del •««>. I£XIS. XIX. II 2. 1978. piř« «5-JĎ7) " V(*w K Üodd. inw o idcninc- Caartrt Ftrdinand dt Sauaun " ' ili ' ■•li-ľ.ňii.ir. ľrvtfa*** JeanxuMueMitmtmlf ľ.itn. CilhtninJ. IV66. p«« a**-*ľ* " >ľo enloque lew-naiün dr L lanntunu. j-Ji-en*! y umaiunu>. iAtiUu Fipamto de Iin^umna. 18. 1999. pÍA> 299-Jlfr * Cft 0. SalvMlc -!i W-Uiih.j iitxK-liulaJelnpaňií fMudtoi iAmi<> n«. Madnl. Pirjnmfu "to* pjjf i ■'•■■■■ -i i", lljetuch. L Un" N llltmjecr y U U IfrtíiKn'fiti UelahwfumcaxfUKiialtilaíKwaflaptůclteit Madctd. Ginkn. 198í. pi» Í97. JÍ8 -hiiHmdritmántkaUnaunna Midiil.CAirdra. 1976 134 ■ CUIUM dependera de la perspeciiva adoptada: la smeronica frente a la diacrónica Y\ vinlade-K» problcma hay que siiuarlo en otros términos: cuando jxkIľiiios hablar de untdadcs de contenido diseretu ■ cuando sólo se hace referencia a meras variantes contextuales DeSdc una optica eStTUCturaliSta, el hecho de qiif a un signiluanu- le cones-ponda más de un signiOcado erea una situaciún anisomórlica incoiupatibU- i in nečesaná trabazón de las unidades lexicas conťormantcs del sistema. La propuesta trapezoidal hegeriana. eninariada iradiiionaltiiente denlro de la stmaruk.t analilica. Ultenta SOlucionarel incumplimicnio del llamado principio de consuslancialidad cuan-titativa, que insistc en la correspondencia entre los integranies del signo". Li repre-senlación propuesta por llcger defiende una desmembración del piano del contenido, cnun intentode preservaí la auronomü cientílicade las perspectivas semasiológicas y onomasiológicas, asi como de exphcai la presencia de los lenónienos poliséniicos y homo ním icos sin que exista anisomorfismo. por lo que no se pone en entredicho el principio rstnictural, de ahí tjue distinga entre signihcado (lornuido por el conjunto de variantes combinaiorias asociadas a un únko slgnlflcante), semenu (cada una de las seňaladas variantes mmbinatorias) y noenia (correlato nocional del semenia». Al-gunos linguisias como Gutierrez Ordonez'" han criticado esta teória al estar ausente cualquicr lipo de criterio de tipo formal que cstablezca la diferenciáciou enlie los componentes de! piano del contenido y para deierminar el numero variantes combinaiorias que con-esponde a un signineado. Igualmente. se senala que si el eslruciuralisnio pane esencialmenie de la noción de valoi liiiguístico. habria disunto que no defiende el carácter complejo del piano significativo sino del significance l>e ešte modo, en el deslincle de unidades dis las ii m. que panir necesariamente de una klenüdad sistemätka entre signilicaiiK-v expre lín efeclo. exisu-n factonssdivCfSOS(aunque ptietlan. como veremos, simpüncarse), que configuian la naturaleza el significante, entendjdo como recurso diferenciador de unidades di- mtenido Kn la monosemia la iilenii- dad entre expresion ^ signlfit .u\\<- estä fuera de dmlas. pero en el caso de las unidades isoŕoncmaticas, indcpondieniciiiente de la lenninologia c-mpli-ada para slmar el fenó-meno, que. como dijimos. dependera de inanera exi lusiva de la perspective sincroni-Ca O diacrŕinica que se ad*)pttr. hay emieau. l'MI. (>I|c. ISS 1ST " En tma llnn umilaf« - ..„inipamum, . . .... M.xtnd. CJn-tlr.. 19M). ■ [..i- .lil., t. ■ I - ,r.ri:j-iii -.-.'i iľ pUtltí " Convtene rrtnnbt qw. ran Tmiillo. nn nago que pučila m ■ no ha de comiderirH" >' uru tfituumc de icnienid«. pi» mk> que una inviiUnir íle npmfn porda "... mi» de um uniůid dHnen de iliinilicado " Brmtnuudt.irnän-'i. . . ■ dp {lt. päg l~H 135 PöihlNlA. HONOVMl, V IrtViW*«™ 1. Diferencia de posieión siniáclica dentro de una misma función gramatical: betlisima persona/persona betlisima. 2. Relación síntagmátíca con signos diferenies: ser mah I esiar malo. 3. AJlcracíôn de los faciores semánticos cn un mismo esquema distribucional. Por ejemplo, según la naturaleza del sujeto, el verba tfuriepresenta signos disümos: et ntňo da librosf la lierra da/mios". 4. Presencia de funciones gramaiicales dislintas: un bombre baja'un bombre bap la cama. Podernos enconlramos, para Twjillo. con invariantes que no sc caraclericen por preseniar un comport3micnto distributional específico. Sc trala de las libres, fren-te a las de caracter combinaiorio. Este es el ejemplo de formas como cabo, con respeeio a la cual no exisien proccdimicntos combinaiorios para cstablccer la distin-ción de una unidad discreta frenie a otra. En (odo c3so, cada uho de esios signos muestra diferencias que poseen suficienic validez, en la medida en que C3da conteni-do léxico enira cn rclaciones de caracter smonímíco con entidades desiguales. En estas invariantes libres. al menos leoricamcnic. las posibilidades anfibologicas scrian mucho mayores. Y dígo teôricamente porque los mecanismos desambiguadores sue-len funciooar cn el acto comunicativo" En una linea similar a la marcada porTrujillo, Guiiéitez Ordonez" propuso una serie de reglas para cstablccer una distirtción entre varianic c invariante de significa-do, entre las que recoge los faciores difcrchcialcs seňalados y aňade oiros, algunos de los cuales ya se han pmpuesto por la semámica léxica iradicional, como ya vimos, para cstablccer el fallido deslínde entre polísemia y homonimia^. Estos faciores dis- rt ta lodo cud. «1 mimiiu Tiujíllo ťsmhlŕ) de «pinion cn d ejemplo propuč». *' coroido»! que no nm ent oninmoi *iue invaiMniM. ya que len rug« que píewntan mn impuUilih-i j1 lontcxio " R Fouier Nivjito iW poltítmua Ulica senaló que. en el imbilu dy In wilUrntti. eiluc umprc un empleo lricni*K«iii uV b tdenitdid exprenra on el fin de cicu mu tiooiion íňdhftógici. lo cuil no e», cn d fondu, into que un iccuno —i->,!.r.-iu- i.'.Titi«ií-. ■ 'ii l'.in.-T-ir-!-: -■■.■_[" -,J-.\ i -j iij■--1 ■■■!. ■. ■■. ,....!-i .:. I... IuIiUMB B knbti 1 Mfaqdcml mele sa, en clena medxl>. dwtivo e« h dcwmNgiMíinn. j.j que un clcmenio bisť m iiwnuieDiícoM'lecciuu el valor HUnilKiitivu ncicP»i"> pni a coupuietei ton el onocaitiiiuyent? (J M. Curii Pldieo. •Aipctuu Ktnaium» de bicotoci-tiídci., lingiibtica t^íwwiti Miiuil. XXIV. IM2. pi& 25-)«t. Pot oua pone. j! tmnwn A \t «inäink« Ic-»». de*de cl pioio de mi pncmAhco la icoria de U iclcincu riace aliuiOn jl poo cxíľenie cnue cl ilgntfKado coctvencKral v '" . donde cniranan lu expltcKun*. dtwlc d menenm en que »e procede 3 deaunbiRuar el cnuniiido pan. ton IxnWiurKldd, lleipr a k> cnmunítado. pot lo qac hibfu que hiWai nu *älo de lat explicanmuš ilno umbaŕn de bti impIKJCionu piigmaiurai o impltcuufi» Iď D. Sptibei v D wíimn. »rfmoneifl ťwríi/incocMinyf^wcwidíCiiiťioi^. ,Wo*irf. V^aot. IW4) * Intiaducelón a to icntintKa fumtonat. vfi 1». pic*. I9-56. r Cwletrer Ordoncí «rt»tí qw rencmn. úm unádidet nofeneinilkM dl^creian cnaniM peneneven a caicgoft» ■-n /...rii.'i'.ii^, iIl.(t..i:j-. i,vrnuncal auKiane adlnmto genau u jnuniD o numťiia Immtaks'modalenIsgjdmeW.e.íMcpiiiJodf Huaraaplrthle. m iuk». jlwo»»*lí BtmilUhoiinnliníiitfugnUwii iW^I/oiBiMpmfoór). detde el momenro en que cub una í U a una povbtltiLid moifeínfllcst I« dear, el «enbilo aitilxiiivu úiiioineiuc »ilntKc la ungulaiixjción: eipáfBnMkipntfenrfltiípityarm dtípnfiuv. mien-uat que el (Krtetim pennne \it úea pouMididet numŕni;ml Tamhien « nuede hlblai de mvaiianln de conKnídu lUíndu« msiibun en paradiRmasH-niJnliCixdUiinia. Asi »ia,V>( ie incluye en el inBinu pfflndigitw que nurno, <*xdKn-le. alucada. mienuu que mala2ir inunbe en el de ctyr*»ľ., aVM «»10. mouiio eic Del mamo modo. Krab que bäjo 'iü OlCficnait». LcxikU I Q/IIUlu linüvos de unldades lexicas discretas son efeeiivamenie utiles desde una perspectiva más acorde con cl fenómeno» no necesariamente problcma, del Lsofonematismo ca-raetcristico de signos que, desde una perspcciiva sim-rónica. son diferentes y, por ello, no eoineiden ni el piano del significant ni en el del significado. En todo caso, pueden simpliftcarsc lanio cn el eje siniafcniático como paradigmátíco. Asi. la difcrcnte seg-mcniación entre consiituyentes iitiplica la distinrión categorial. Del mismo modo, el hecho de que dos conicnidos asotiados a una misma expresión se consíderen entidades disiinias cuando peitenezcan a paradignias Ičxicos no coincidcnles conlleva que cada una de ellas coniiaiga relacioncs sinonímica desiguales. Tampoco se hablaria dc un amónimo corrcspondicntc ní de una unidad hiperonímica que marcara su neulra-lización, por lo que lambién en esfos punios .se pcxlria pensar en una simplificación de las reglas diferenciadoras. Junto con los eriterios para disiingulr enire variante» c invariantes de significado, habría <[ue artadir un nue^'o punto dc vista que háce hincapié en el aspecto comunicauvo. En lineas generale», para lublar de invariante lenemos cn cucnta las unidades discretas sufictentenientč generalizas. al margen del isofonematismo. De ahí c|ue la pertenencia a una diafasía o diastratía determinada indique. en un principio, que la entidad I6xica sc ha de eaialogar como variante de conienido, por el hetlio de formar pane de un uso. en principio, restringido. Sin embargo, recieiiiemenie se ha propuesio la frecuencia dc uso como un factor delimitaiivoi*. Desde esta perspccüva, una invariante sólo puede ser amsiderada como tal si, además de su comportamiento paradigmáiico y siniagmático, aimplc eon su función comunicattva. Desde cl momen-to cn que se tiene en cuenta la seňalada función, .sc puede observar que cuando una determinada variante léxica, dada su iniciál pertenencia a una lengua funcional determinada, sc ubica cn cl discurso d<* una genera lid ad de hablantes, no se puede hablar de diferencias diasuátícas y diafásícas, por lo que se ha de eaialogar como invariante de conienido. Es deeir, pasa a funcionar como elemento del sistcma. Asi, sc eonsidera invariante de conienido la unidad calificada diastráiica o diafásicamente que presenia una frecuencia elevada de aparictón, íncluso por eiicima de las dc caracter gcncraliza-do (lógicamcotc tras la consulta de un corpus suficicntcmente represeniaiivo). Por el contrario, sc hablaria de variante de conienido cuando posee una frecuencia baja. al margen de que su específico comportamiento paradigmátíco o distributional le otor-gara el cstaiuto de unidad léxica discreta. una niľini cKpmiAn traten dliuntn v^ntfieanin oando Oda «IgnAcido al que le ivxun iinio« ("lan/n-m malniana mak/mt/fim&tvi o i- lynimlinn on airhi(cicnu> dilerenu» t. iraliiUo cn cl niratUgma de tiqrr. puma. e«-. «■ im*rallía rnjtüna ntwninu que gaiaJ. que penenwe al de ílaiť. bomba, manntla. eK. lo Imiv en heirtiaiivaat Asi mamo. -e puede luMat. diuJc c*j otncrpcißn. de iismlKui**- I".""li. ■ Jfcwniei aiociadcu a urumisma expieit&iaouluVi le mi(e*ponden KgnoidciH*)dcBdeiiRU.lc? laall reaHdod. rat/2 reaieia linutowrn*. puliinosnxFr irlcicniiaisianAcinteidUuoiificuiniiuenicivii ü c>piti«in «nwodíťniileí(uiiíikmcr«alí>a(ail • mpkrrxnío. natart ' implenťnio) Timliŕn «c hatali de (nvatunieicuinilu le cmctpondcn una üinnbuctün diíeieíite (*Wiíw*/rt)mv/"*i*™*«»iônr> o pueden icupiieie: en un iiiiunn iImujio en «luaciunejen^q«-cl^>«manwtnö!rnenieniilöpcmiiiinj: tonnhnniai-t^ot ^ganmbtuula fťna. Hmlmeniv. U pcncnoKii a •campe» «uxincules del >(puf«».l" dMimiM y dUiame« Iplg. 561 (nntrarii. pir.\ Onľil»v. una nucvo ispeclo tUenimill eninr unidadc« rnlncidcnie* cn la expfeilon. ■ Veo*e el untu|o de M * D Muňof Nunc«, l/i/xittemía Bíma tadií. Unnvnalad de Cidii. 1999 .'.?- i1' en las formas susceptibles de ser eaialogadas predomina el crítcrio etimológico. seguido del semántico para establccer una o varias entradas. En cuanto a la catcgoría gramatical, sucícn registrarse entradas distintas para los verbos y sus susiamivacioncs (como oeurre con c) tratamiento de formas como poäeň o adjetívos y verbos {circular), aunque no existť uniformidad en la ordenación de las acepcio-nes, Frenic a las caiegorias sustantívas y adjeiivas, tme suelen incluirse en un único lema. si bien en cste caso puede predominar la perspeciiva ctimológica cuando esias " TimjuKu purdr dec tar que k*. Olirôrurice wui naiado* gramabcalr» .) Um Incoiperan ahundante infonracibn de eve lipo, umii po clcnlvn marmetiniiiucil canoinkiw^niťlural. en l> nvdHta ni-jwh Icvcnonfu ic vale rum nzt íiacf de cc»* ilú.iptinu (rff) M Gjrvíj Plitlwo. -El cttnwnldo gnmauesl en lo« rrpcncaiat k-iKngiiíio«-. ,-n E. Mtndei. J. Mcmtófj y v 0>ii|9Hio lrd*>. Indagactaim fofre M lengua l&udsoi Jeftfc/tgia f hnuUa/Ua etpaňilas «i mtmaia * Emm Atma. Sevilla. Unň«wl*l eOa Udal. *l pntlcim de b homocumu en I« Inkusrjňj rsuňuti-. rnS Kuhsullcr yj p Aragon» («U), nudiia-.iaimto mtmigactón Itxíctgniflt* iW tr&aüri. f!dtccíman. o*™ ohMto detztadia hngulakoy 4<ú*a sc conocían en latin. La heicrogcneidad en los plaiiteamíentos es visible en la caialogación de las formas adjetivas y adverbiales (baJoX susiantivos y conjun-cíonc5 (si), o susiantivos y preposícíones (sobré). Ľl crilerio etimológico en la elaboración de diccionarios ha sido eritieado, espe-cialmenie por el rechazo que provoca el uso de iníbrmacion díacrónica en un reper-lorío sineróníco. En algunos repenorios sc ha dejado al margen el factor evolutívo. en arasdel semánrjco. Asi. enel DtccionarioäelUspaňolAclualáe M- Scco. O. Andres y G. Ramos", el punto de vista, como se dice en el prólogo. en -considerar deniro de una misma entrada todas las formas iguales a las que une entre ?í un mismo punto de partida scmánlico-, de ahi que traten en entradas diferemes -las palabras en que, pese a su identidad formal, no se tiene conciencia de una relación semantics (con indepen-dencia de que históricamenie haya cxístido tal rclaciónV". Por su pane, J. A. Pono Dapena" Ulxio. ii»2. |«n *Xi * Sabieelmneefrode'Kipnôn' n>»feo«y pnjpiiMj». Vatyln-a.III. 1*1. pJg* 127-141.TontoUtiiu.plgf^W). 139 PlUDIMU. «WňlKll t CXCCIONUIOS Li ncccsaria unification .sc perdbe ťii oiros repertorios n» académícos, gracias al empleo del contotno lexicogiáfico, válido para la conmuiación del definido por la definición, lo que conlleva la espccíficación de las simples variacioncs dc aplícadón contextual, frentc a la invariante significaiiva. aunque no implique que se llegue a distmguir enue significado y semido Si seguímos con el mismo ejemplo, en el Diccionario General llustrado de la lengua RsfMiiiola"* se aúnan las acepciones antes seňa-ladas: |átÍK)l, !eňa o lcgumhrcl que aún nu csiá seen. Ramón Trujillo seňala que la tarea esencial de un r,epenorio Icxícográfico es niostrar cóino se relaciona cada variante eon el significado de que se derlva,T. Para Tnijitlo. el diccionario no suele aponar Ínformaci6n semánrica. pues se limita a deseri-bir las cosas que designamos con las palahras, .sin rcfcrirsc minia a su significado. Desde su pumo de vista, las acepciones no se pueden concebir como significados dífcrcntcs, sino como derívaciones contextuales del verdadero. por el cual debe co-menzar cada entrada del repenorio. Usto ocurre, por ejemplo, con el significado 'limite extremo' del adjetivo agudo, euyas variante« semántica» hacen referenda a realldades umy diferentes; >Y así decimns, con el mismo signifícado -puňal agudo, •escritor agu-do-, -voz aguda«, -fiebre aguda-, de tál manera que realidades ran diversas como la puma dc un cuchillo. la proniinid intdcriual dc un eseritor, el timbre alto de una voz, o la íntensidad elevada de una fiebie, se verán desde la lengua COMO UNA MiSMA Y UNICA COSA-*. Sin embargo, hay quien pone en entredicho esta supuesia unidad del Significado, ya que, si Suponcmos la existencia de núcleos idcolôgicos, habria que pensar en un grado de generalidad tan elevado que no tenga existencia en la menta-lidad del hablantc, -y no parcce que podamos atríbuir a las palabras ideas que no tengan represeniación eognitiva en sus usuarios-". Algunos autores como Cifuenies Honrubía"1 han defendido el desarrollo Icxícográfico de un modelu basado cn la semántica cugnitiva, a la que me referí más arriba. que conjugan con las nociones estruaurallstas de invariante y variante de signifícado y dc significant complejo. Desde esta perspeclíva, una invariante de conteni-do es un miembro -superordinado- a los otros, es decér, las varianlcs, las cuales incor-poran junto a los rasgos cspecíficos de la invariante, otros propios de su realidad contextual. La invariante y las variantes guardan una estructiira radial, (al y como sc conoce desde el pumo de vista cognitive, en la medida en que forman eaiegorias y consiituycn parccidos familiäres. El hecho de que en las variantes se puede vislumbrar una invariante se debe a la existencia de rasgos cotnunes. Desde esta perspectiv.!, la ■ Bmekm BíbbgnT, 19S7. r C/r mtiribofu Inmductldn ula iemánttía ttpaäata, Madrid. Aftnl.it> »>. 1986 (r«pc(Mliiicigráficos acudiendo a articulos distintos, pese a que sc traten de eniidades de caractei (sofonemaüco. En todo caso, habria que hacer alguna puntvializacíón. En primer lugar, se ha puesto más de una vez en entredicho la mareación Icxicográfica dc las acepciones pertcnccicntes a una lengua funcional distínta de la esiándar. dada la cominuidad existente entre las variedades, lo que dificulta la metodológia propuesta (igualmcntc aplicable al tratamiento lexicográfico de las sintopías). En segundo lugar, no se liene " -A prop6s*" •>"■ algiinat cnintdat polbcmKat cn dicaoronlB sinciúnKm-. <■* C. RuDnn !<*!' I, Atndi XXíGins/rcw> liu&naiionaledl lingumta r flit**» «™*w.L Sani« RimleitoJ. UirgOO/iai pom vlantvXXt. vd n Silint*iicj.UiumwaKlJeÄilai"aniu. IW9. pags 1191 1197. :■;< POUHHIA, HOMOHMW Y (WaCMMim en cuenia la disitncíón entre las unidades léxicas frecuentes y las disponibles (u cemá-licas"). esencial desde la optica comunicatíva que se defiende. Hcmos visto que el llamado problema de la polisemia y de la homonímia sc ha aboľdado en la .semantics léxica desde diťerentes puntos de visia, pero conviene tener muy presente que, desde una pcrspcciíva cscncíalmcnie sinerónica, lo esencial no es entrar en probleinas lenninológicos, sino saber cuándo nos enconiramos con unída-des funcinnalcs dísiintas y cuándo no. lo que conJleva un replantcamienio del con-cepto de signifidnie. Es decir, en lugar de partir de una consideration compleja del ámbito sígníficatlvo, como ocurre con la concepción hcgcríana, se ha propuesto que nos ubiqucmos en cl otro piano del signo, sin idemificarlo de forma exelusíva con la expresión ľónica. comosuccdc. cícnamente, con la monosemia. Además de las rcglas dclímitacíón propuestas por Kainón 'ľrujillo y perfeccíonadas por Guiiérrez Ordónez, ceniradas en aspectos dístribucionales y paradigmáticos. gracias a las cuales diťeren-ciamos unidades isofonemáiicas. sc ha defendido, como acabamos de ver, el criteria de frccucncia. Estas perspectivas, junto con la vision cogniliva, con toclas las sal veda-des indieadas, resultan más o menos válidas en el átnbito semániico, pero no en el lexicográfíco. de alii que se acuda a la solucíón ctímológica o iniersignificaiiva para trazar la supuesií diferenciación entre polisemia y homonímia. Tiene razon Trujlllo al considerar que no estamos realmenie ame un problema, y que sólo está presence en los diccionarios. Pero se iraia únícamente de establecer un ericerio melodológico. ya que al lexicógrafo no le corresponde establecer una division taxativa entre unidades léxicas de contenido o simples variances. No nos encontra-mos, aunquc pudicra parecerlo, con una vision absoluta del significado. s implement"-' se cataloßan los dlfercntes scnlidos consolidados bajo una entrada y se aeude a artícu-los diferentes cuando la etimología o la diferenciación sígnificatíva asi lo recomienda. En este sentido, y pese a sus inconvenientes, el criterio eiiinológico implies menor stibjetividad en los planteamienios. Para cl lingüista el diccionario no esiablece una elara division entre las entidades diseretas. y, en efecio, ešte típo de obras no especi-fica la virtualidad, ya c|ue linicamcnie se centra en lo consolidado en el sistema. .Sin embargo, el repeftorio lexicográfico es, coma ya se ha dicho. un producto comercial. ruertemenie vínculado a una realídad cultural determinada, que se elabora pensando en las expeciativas de un publico potencia) muy heterogéneo. Se trata, por !o lanto, de presentar las informaciones léxicas referentes a usos consolidados de la manera más útil posible. En el tratamiento cle las fornias adjetivas conviene, efectivamenlc, uníficar los dístintos ámbitos de aplicación de una inisma unídad, pero en fas lestantes catego-rías gramaiicales cualquíer diferenciación. al margen de la etimolôgíca, conllevaría una estmeturación de carácter monosómico, contra producente para las reales necesi-dades del usuario. por más que se pueda pensar en la elaboration de obras más específicas en las que rcalmcnte sc establezca una dilerenciadon entre varíantes e invariantes de contenido, orientada a otto lipo de lectores. " Cfr H Mťhŕi «Im*. Iiripin*. .1 oko itaiwniblei to itptti nouvrau de la nxUUquc »M* 142 11« riiiv.no. LKxKO V Cuna* Hn (esumen, los fines que persigue la scmantica léxica no son necesariamente coincidenics con los de la lexícografía, atinque en ocasiones la intcrrclacion sea nečesaná. En lOdo caso. la distínción entre la polisemia y la homonimia se ha de plantear exclustvanientc como un problema lexicográfico, no semániico. que consiste simple-mente en fómo presentar los matcrialcs lfcticos cauiogados dc una manera realmenlc ulil para el usuario. "i