entran los espanoles en el estado de arauco; tra-ban los araucanos con ellos una renida batalla; hace rengo de su persona gran prueba; cortan las manos porjusticia a galuarino, indio valeroso CANTO XXII Perfido amor tirano, ique provecho piensas sacar de mi desasosiego? y a la «secuela de toda opresión colonial" es, por cierto, históricamente erróneo. En cambio, debe entenderse, dentro del imaginario épico, como castigo deshonroso para un héroe guerrero, cualquiera que fuera su origen, como se seňala en 52,6. 622 i i 623 sin torcer ceja ni arrugar la frente; y con desden y menosprecio dello alargo la cabeza y tendiö el cuello, diciendo asi: «Segad esa garganta siempre sedienta de la sangre vuestra, que no temo la muerte ni me espanta vuestra amenaza y rigurosa muestra, y la importancia y perdida no es tanta que haga falta mi cortada diestra pues quedan83 otras muchas esforzadas, que saben gobernar bien las espadas. »Y si pensais sacar algün provecho de no llegar mi vida al fin postrero84, aqui, pues, morire a vuestro despecho, que si quereis que viva, yo no quiero; al fin ire algün tanto satisfecho de que a vuestro pesar alegre muero, que quiero con mi muerte desplaceros, pues solo en esto puedo ya ofenderos.» Asi que contumaz85 y porfiado la muerte con injurias procuraba, y siempre mäs rabioso y obstinado, sobre el sangriento suelo se arrojaba, donde en su misma sangre revolcado acabar ya la vida deseaba, 83 El texto «queden», por errata obvia. 84 postrero Cfr. XIV, n. 49; nötese el empleo de opuestos semänticos, generalmente adscrito a la retörica de la Urica amorosa (vida-muerte; ale-gria-pesar; querer-no querer) häbilmente desplazados al discurso patriö-tico y heroico. 85 contumaz es adjetivo que ya aparece en poesia cancioneril del si-glo xv (Cuervo, Dicc, que anota otro texto de Ercilla: XXXVII,16,8; DCECH). Tambien el cultismo pertinaz de la estrofa siguiente (C. C. Smith, 268 con menciön de A. de la Torre, Alvar G6mez y Fr. Luis de Leon, ademäs de Ercilla). Cff. XIX, n. 21 para pertinacia. mordiendose con muestras impacientes los desangrados troncos86 con los dientes. Estando pertinaz desta manera, 50 templändonos la lastima el enojo, vio un esclavo bajar por la ladera cargado con un barbaro despojo; y como encamizada bestia fiera que ve la desmandada87 presa al ojo, asi con una furia arrebatada le sale de traves a la parada88. Y en el los pies y brazos anudados89, sobre el hümido suelo le tendia, y con los duros troncos desangrados en las narices y ojos le batia90: al fin junto a nosotros, a bocados, sin poderse valer se le comia91, si no fuera con tiempo socorrido, quedando, aunque fue presto, mal herido. El barbaro infernal con atrevida voz, en pie puesto, dijo: «Pues me queda alguna fuerza y sangre retenida con que ofender92 a los cristianos pueda, quiero acetar93, a mi pesar, la vida, aunque por modo vil94 se me conceda: que yo espero sin manos desquitarme, que no me faltaran para vengarme. 86 tronco 'cuerpo truncado' (DRAE) por 'brazo sin mano', como ya antes en 46,5. 87 desmandado 'apartado' (XIX, n. 79). 88 salir a la parada 'salir al encuentro' (Correas, 665a). 89 anudado ant. anudado (XIX, n. 97). 90 batir aqui, 'golpear" (XIV, n. 20). 91 Para casos de leismo en el poema, XVII, n. 112. 92 ofender 'herif (I, n. 49). 93 acetar ant. aceptar (XII, n. 44). 94 modo w/7 Referenda a la mutilacion sufrida que parecia deshonroso modo de castigo para un soldado. 624 1 i i 625 »Quedaos, quedaos, malditos, que yo os digo, que en mí tendréis con odio y sed rabiosa, torcedor95 y solicito enemigo, cuando daňar no pueda en otra cosa. Muy presto entenderéis cómo os persigo, y que os fuera mi muerte provechosa.» Diciendo asi otras cosas que no cuento, partió de alli ligero como el viento. No es bien que asi dejemos en olvido el nombre děste barbaro obstinado, que por ser animoso y atrevido el audaz Galbarino era llamado. Mas por tanta aspereza he discurrido que la řuerza y la voz se me ha acabado, y asi habre de parar, porque me siento ya sin řuerza, sin voz y sin aliento96. FIN 95 torcedor 'causa de disgusto o aflicción' (DRAE, y ya Aut.). 96 La edición de Madrid en 8vo., 1578 y Zaragoza, 1578: «cansada ya la voz y sin aliento». llega galuarino adonde estaba el senado arauca-no: hace en el consejo una hab la' con la cual des-barata los pareceres de algunos. sälen los espaňoles en busca del enemigo; píntase la cueva del hechice-ro fitón y las cosas que en ella había CANTO XXIII Jamás debe, Seňor, menospreciarse el enemigo vivo, pues sabemos puede de una centella2 levantarse fuego, con que después nos abrasemos, y entonces es cordura recelarse cuando en mayor felicidad nos vemos, pues los que gozan próspera3 bonanza están aún más sujetos a mudanza. Sólo la muerte próspera asegura el breve curso del felice4 hado, que, mientras la incierta vida dura, nunca hay cosa que duře en un estado. Asi que quien jamás tuvo Ventura 1 habla 'arenga' (Aut. con textos contemporáneos de La Araucana). 2 centella 'chispa' (Nebrija). 3 próspera entiéndase «en la prosperidad». 4 felice por feliz, como en el verso 8 infelice (XVI, n. 90). El motivo de la fortuna variable hasta la muerte había sido tratado ya en el exordio al Canto II y reaparece en XXVI, 1. El tópico tiene larga tradición y se re-monta a los dichos de los siete sabios de Grecia, la Biblia, Plinio, Ovi-dio, et. Cfř. Pero Mexía, Silva de varia lección 111,10,302. 626 I I 627