LA KMPLAZADA* CKÓMCA DK. LA ÉPOCA DEL V IRRE Y ARZOBISPO1 CONFIKSO que enlre las miichas tradiciones que he sacado a luz, ninguna me ha puesto en mayores atrenzos que la que hoy traslado al papel. La tinla se me vuelve borra entre los puntos de la pluma, tanto es de espinoso y delieado el argumento. Piro a Roma por lodo, y quiera un buen numen sacarme airoso de la empresa, y que alcarue a euhrir con un velo de deeoro, siquier no sea muy tupido, este mi veridico relativ2 de un suceso que fué en Lima más sonado que las narices. I Doňa Veronica Aristizábal, no embargante sus cuarenta pascuas floridas, era, por los aňos de I6B8. lo que en toda tierra de herejes y eristianos se llama una buena moza. Jamón mejor conservado ni en Westfalia. Viuda del Conde de Puntos Suspensives -que es un titulo coma otro cualquiera, pues el real no se me antoja ponerlo en letras de molde—, habíala éste, al morir, nombrado tutora de sus dos hijos, de los cuales el mayor contaba a la sazón cinco aňos. La fortuna del conde era lo que se dice seňora fortuna, y consistía, amén de la easa solariega y valiosas propiedades urbanas, en dos magníficas haciendas situadas en tmo de los ľertilísimos valles próximos a esta ciudad de los Reyes. V perdóname, lector, que altere nombres y que no determine el lugar de la acción; puts al hacerlo, te pondría los puntos sobre las íes, y aeaso tu malicia te harfa sin muchos tropezones seňalar con el dedo a los descendientes de la eondesa de Puntos Suspensivos, como hemos convenido en llamar a la interesanle viuda. En materia de guardar un secreto, soy canciller del sello de la puridad. Luego que pasaron los primeros lueses de Into v que hubo llenado formulas de etiqueta social, abandonó Veronica la easa de Lima, y lué con baúlcs y petacas a estableeerse en una de las haciendas. Para que el lector sc forme concepto de la importancia del feudo nistico, nos bastard eonsignar (pie el numero de eselavos llegaba a mil iloscientos. Haina entre cllos un robust o y agraciado tnu lato. de veinticuatro aňos. a quieii el dilunto conde hubia sacado de pila y, en su calidail de ahijado. Iralado siempre con especial carina y dislinción. A la edad de Irece aňos, Pantaleon, que tal era su nombre, lué Irafdo a Lima por el padrino, quien lo dedicó a apreiider el empirisme rulinero ipie en esos tienipos se llamaba eieneia inédica, v de que Ian cabal idea nos ha legado el Quevedo limeňo de Juan de Caviedes en su graciosísimo Diente del Parnasu. Quizá Pantaleon, pues lué coritciiqioráneo de Caviedes, es una de los tipos que cainpcan en cl libro de nuestro original \ cáustico poeta. Cuando cl conde eonsideró que su ahijado sabía ya lo sufieiente para eninendarle una recela al mi srno Hipocrates, lo volvió a la hacienda con cl empleo de medico v bolicario. asignándole cuarlo fueru del galpón habitado por los demás eselavos. autorizándolo para veslir decenleniente v a la moda, v permitirndole que Qcupara asiento en la mesa donde comían cl mavordomo o administrador. gallego hurdo como un alcornoque. el primer caporal. (|ue era olio idem fund ide en el misme molde. y cl capellán, rechoncho fraile mercedario \ con más cerviguillo que un berrendo de Bujama. Kslos. aunque no sin murmurar por lo bajo, tuvicron que aceptar por comensal al flamanle dolor: v en brew, va fuese por la titilidad de servicios que éste les prestara librándolos en más de un atraeón. o porque se les hi/.o simpático por la agudeza de su ingenio \ dislinción de modales, ello es que capellán. mavordomo v caporal no pod fan paSar sin la sociedad del eselavo, a quien Irataban como a ínlimo amign v de igual a igtial. Por entonees llegó mi seňora la eondesa a estableeerse en la hacienda, v aparle del capellán v los dos gallegos, que eran los empleados más caracten/ados del lundo, admitió en su letí lilia nocturna al eselavo, que para ella, aparle el lítulo de ahijado v protegido de su dilunlo. tenia reconiendación de ser el don Precise para aplicar un sedalivo contra la jaqueea, o administrar una pócima en cualquiera de los aehaques a que es lan propensa uueslra Maca naluraleza. Pero Pantaleon no sólo gozaba del prestigio ipie da la ciciuia. sino que su cortesanía, su juvenlud y su vigorosa helloza física formaban contrasle con la vulgaridad v aspecto did mercedario y los gallegos. Veronica era iiiujcr, y con eso está dicho que su imagináciou dobió dar mayores proporeiones al contrasle. El ocio y aislamienlo de vida en una hacienda, los nervios siempre impresionables en las hijas de Eva, la confianza que para calmarlos se liene en el agun de melisii. sobre lodo si el medico que la propina es joven. buen mo/o c inteligente, la Irecuencia e intimulad d.d trato y... i()ué sé yo!... hicieron (|ue a la eondesa la clavara el pícaro de Cupido un acerado dardo en mitad del corazón. Y como cuando el diablo no tiene que hacer matamoscas con cl rabo. y en levas de amor no hay tallas. sucedió... lo que ustedes. sin ser brujos. ya habrán adivmado.'1 Con razón dice una copla: luxus eclipses cl sol v mil la lunu padece; que son al desliz más pronlas que los Immbres las mujeres. El mayor monstruo los celos es cl lítulo de una famosa comedia del tealro antiguo cspaňol, y a fe que el poeta anduvo acertadísimo en el mote. 7829 I'KADICIONKS PERUA.N \S 95 Hli ano después de establecida la condesa en la hacienda, hizo salir de un [onvt-iito lie innnjas de Lima a una eselavita, de quince a diez y seis abriles, Iresca coino un sorbete, traviesa corno un duende, alegre como una misa de aguinaldo, y ion im par de oj os negros, tan negros, que pareeían hechos de linieblas." Kra la predilecta, la engrcída de Veronica. Antes de enviarla al monaslerio para "I111* de azúcar reľinada y canela de Ceylán, que hicieron decir al Ik•cneioso ciego de la Merced, en una copla que yo me guardaré de reproducir i on exactitud: ranela \ azúcar Iné la bendila Magdalena... qiiien nn ha querido a una china, mi ha querido cosa bucna.'2 la llcgada de (iertrudis a la hacienda desperlrt en el capellán v el medico lodo el apelilo que inspira una golosina. Su reverencia frailuna dici en padeeer de tlistracciones cnandn abn'a su libro de horas: y el médíco-boticario se preocupd con la mocila. a extremo tal que, en eierta ocasiém. administró a uno de sus enfcnnos jalapa en vez de goma arábiga, y en un t um bo de dado estuvo que lo despaehase sin postilion al pais de las calaveras. Uguien ha dicho (\ por si nadie ha pensado en decir tal paparrucha, diréla \o) que un rival tiene ojos de telescopio para descubrir, no digo un cometa crinito. sino una pulga en el cielo de sus amores. Asi se explica que el capellán no tarda.se m coiuprender y adquirir pruebas de que entre Pantaleon y Gertrudis existían In que. en pol it it a, llamaba uno de nuestros prohombres connivencias criminales. ľ.l des|iechado rival pensrt entonces en vengarse. y fué a la condesa con el chisme. alegando hiprtcrilainente que era un escándalo y un laltamiento a tan honrada casa que dos esclavns anduviesen entretenitlos en picardihuelas que la moral y la religion condenan.u jlioberfa! No se fundieron campanas para asustarse del repique. Probable es que si el mercedario hubiera podido sospechar que Veronica habia hecho de su esclavo algo más que un medico, se habria abstenido de acusarlo. La condesa luvt) la bastante luerza de voluntad para dominarse. dirt las gracias 11 Ksta i'lltiniii orat irtn cs aňäditla al texto. '* Los ttus lilliniiis versus se agre^ail Ml I88.'t. M hi párrafn en IH75 terminálu) en este punto, al capellán poľ el crisliano aviso. \ dijo soncillumenle que ella sabria poner urdcn en su casa. Ketirado el Iraile. Verrtniea se ent'errrt en su dormitorio para dar expansion a la tttrmelttu que se desarrollaba en su alma. Kila. (pie sc habia dignado descender del pedeslal de su orgullo v preociipaeiones |iara levanlar hasla su altura a un miserable esclavo, no podia perdonar al que Iraidoramenle la engafiaba. Una hora después. Verrtniea, afectando serenidad de espirilu. se dirigio al Irapiche e hi/.o llamar al medico. Pantalertn se presentrt en td acto, crevendo que se I rat aba de asislir a alglin enlernio. La condesa. con el lono severu de un juez. lo iiilerrogó sobre las relacioncs (pie manleiiia con (ierlrudis. v exasperada por la tenaz negativa did amanle. ordenrt a los negros que. alándolo a una argolla de hierro. lo Nagelaseii cnieliiienle. Después de media hora de siiplicio. Pantaleon est aba casi exánime. La condesa hizo suspender el castigo y volviii a inlerrogarlo. La viclima no relrocetlirt eu su negativa: v más irritada que antes, la eondesa lo aiiiena/.ó con hacerlo arrojar en una paila de miel hirviendo. La energia did inlorlunado Panlaleiiu no se desminliô anlc la fertiz amenaza. \ abandonando el aire respeluoso con que hasla esc instante habia eonlestado a las pregunlas de su ama. dijo: -llazlo. Veronica, v deiilro de un afin. lal dia eomo hoy. a las eincti de la turtle, le cito ante el tribunal de Dins. -Insolente -grilii furiosi! la condesa. cruzando eon su ehicotillo el roslro del infeliz—. jA la paila! jA la paila con él! j Hornu! ^ id horrible mandato quedrt cuniplido en id instante. IV La condesa fué Nevada a sus habitacioues en completo cstatlo lie delirit). (!orrian Ins mhsis. el mal se agiavaba. v la cieiicia sc declani vencida. La luriosa loca grilaba en sus IreniendoK alaques: —jLstoy emplazada! ''t asi llegií la maňana del ilia en que cxpiraba el fatal plazu. > jadmirable leniimeno!. la condesa amaneciii sin delirio. Kl iiuevo capellán que habia reempla/.ado al mcreedario lue llainadn por ella V la ovo en conlesirtn. perdonándola en nombre dc Aquel que es lodo miserieoidia. Kl sacerdole dirt a (Jertrudis su carta dc libertad y una suma de dinero que la ohsequiaba su ama. La pobre mulata, cuya fatal belleza fué causa de la tragédia, parlirt una hora después para Lima, v loimi (d hábite de doiiada en id mouasterio de las clarisas. Verrtniea pasrt Irampiila el reslo del día. Kl reloj de la hacienda dirt la primera cauipanada de las einen. Al oirla la loea salto de su lecho grilando: -jSon las cineo! jPantalertn! [Pantaleon! > cayrt mucria en medio did dormitorio. 31 19 22