OBSERVACIONES SOBRE ALGUNOS PORTUGUESISMOS CANARIOS MARCIAL MORERA PEREZ 1. A juicio de algunos de nuestros dialectölogos, entre el vocabu-lario que legaron los Portugueses a! espanol hablado en las Isias Cana-rias, se encuentra un punado de voces que, aunque coinciden en el significante con otras tantas palabras espanolas, sus significaciones ab-solutamente nada tienen que ver con las significaciones de estas. Por ejemplo, pertenecen a dicho grupo lexico los signos picar 'guinar', tomar 'beber, emborracharse', mancar 'herir en las piernas', hormiguero 'prurito*, para 'aproximacion temporal', pegar 'empezar', etc., que aparecen en frases populäres canarias del jaez de Picar el ojo, Juan se manco trabajando, Tiene un hormiguero en una pierna, Llegare para las cinco. Pegaron a discutir, etc. Se tratarfa, pues, de signos entera-mente Portugueses que trasplantaron a Canarias los numerosos colo-nos lusos que emigraron al archipiefago despues de que los espanoles consumaran su conquista. En concreto, las mencionadas palabras pro-cederian de los siguientes signos Portugueses: P/SCAR: guinar, cerrar un ojo con disimulo para dar serial de algo: nao tern pernas para isso pisque os olhos, que vosse da historia nao sabe pisca. D. Francisco Manuel Melo, Feira de Anexins, II, 2, p. 196, ed. de I9161. TOMAR: tomar, comer ou beber; pop. emborracharse2. MANCAR: lisiar, herir en las piemas, cojear: deytaro moyws obrelos pelos camjnos... en que se macasem os omes et as bestas, Cröni-ca Galega Inediia, fl. 214s. 1. Vid. MACHADO, J. P., Dkcionario etimatogko da lingua portuguem, Lisboa, 1967, s. v. piscar. En adelante citaremos por Diccionario etimoiögico. 2. Vid, ALMOYNA. i. M, Diccionario de porhtgues-espanol, Oporto, s, v. tomar. 3. Vid. Diccionario etimoiögico, s. v. mancar. 227 H0RMIGUE1R0: especie de prurido ou sensacao, semelhante a la que produzen formigas, pasando sobre a pele4. PARA: preposition que se usa, entre otras cosas, para expresar aproxi-macion temporal: Virä das duas para as tres: La para o ano que vem estard tudo pronto*. PEGAR: es generalmente una action brusca y de ahi ha podido pasar-se a su gramaticalizaciön como auxiliar incoativo: Claw, os omes, ao escuter a bendicidn que lie botaba pegaron a correr de-trds de el (C. Vianeses, 158)6. Segün esta somera comparatiön lingüistica, parece no caber nin-guna duda de que estamos ante verdaderos lusismos lexicos. Sin embargo, creemos nosotros que esta conclusion es el resultado de un anä-lisis semätico bastante superficial. Y no pretisamente porque es muy posible que en realidad algunos de los significados mencionados hayan llegado a Canarias procedentes de otros dialectos peninsulares espano-les, como el castellano, el andaluz o el extremeno, que tambien pro-porcionaron elementos lexicos al espanol de las islas (de haber sido asf, la lengua portuguesa se habria limitado a servir de refuerzo al arraigo de estas acepciones), si no por un error de planteamiento lin-güistico: se confunde en la mayor parte de los glosarios de voces dia-lectales canarias el significado de los signos del idioma con la denotation, que es una realidad extralingüistica. El significado no es una magnitud conceptual, sino un impulso semdntico unitario que acom-pana invariablemente al significante en todos los actos del hablar. Este örgano semäntico intralingüistico, que se encuentra arraigado en las profundidades del ser de los hablantes, es el que nos permite dar forma conceptual a! mundo que nos rodea. La denotation, por el contrario, estä formada por entidades de naturaleza conceptual, que, aunque se apoyan en los significados lingüisticos, son ajenas al mecanismo idiomatico. Tanto es asi, que una misma criatura semäntica puede servir de soporte a varios conceptos, lo que da lugar a lo que tradicional-mente se ha denominado «polisemia», o a la inversa, un mismo con-cepto puede ser visto desde perspectivas semäntico-lingüisticas dife- 4. Vid. FIGUEIREDO, Candido de, Pequeno diccionario da lingua portuguesa, Lis-boa, 1924, s. v.formigueiro. 5. Vid. VAZQUEZ CUESTA, Pilar, y MENDES da LUZ, M.' Albertina, Gramali-ca portuguesa, Madrid, 1971, p. 246. 6. Vid. ROJO, Guillermo, Perifrasis verhales en el gallego actual, Santiago de Com-postela, 1974, p. 148. 228 rentes, hecho que provoca el fenömeno textual tradicionalmente 11a-mado «sinonimia». Y precisamente porque en el piano del contenido del idioma existe la jerarquia semiolögica senalada es por lo que en todo estudio lingüistico riguroso debe separarse tajantemente lo que pertenece a la estructura del idioma de lo que pertenece a la cultura, hechos que se confunden con tanta frecuencJa en !a mayor parte de los trabajos lexicos y gramaticales existentes sobre nuestras hablas. Por todo ello, puede decirse que las tareas que hoy, despues de recoger gran parte del vocabulario regional, tienen por delante nuestros dialec-tölogos pueden resumirse en los siguientes puntos: definir en primer lugar (siempre que esto fuera posible) la significaciön invariante de cada una de nuestras palabras autöctonas, significaciön que determina sus empleos pasados y sus posibilidades futuras; describir luego sus usos o acepciones conocidas; deslindar los ämbitos geogräficos de difu-siön de cada significado y de cada Variante semäntica; determinar que acepciones o que signos proceden de lenguas diferentes a la espanola o de otros dialectos hispänicos y cuäles nacieron en el seno de la comu-nidad lingüfstica canaria; y, por ultimo, calibrar el grado de vitalidad de que goza hoy el vocabulario regional, inventariar las palabras de! espanol normativo que le disputan el tcrrcno y determinar los cambios que esto implica en la forma semäntica de ver los mismos objetos. Partiendo, pues, de esta necesaria distinciön semäntica entre significado y concepto, vamos a abordar nosotros el problema de los men-cionados portuguesismos canarios. La pregunta que debemos hacernos aquf es la siguiente: £que es en realidad lo que ha prestado la lengua portuguesa (suponiendo que en realidad las citadas acepciones tengan su origen en la lengua portuguesa y no en otras normas dialectales o diacrönicas espanolas) en estos casos a las hablas locales canarias? ^significados lingüisticos o denotaciones? Consideremos cada uno de los casos por separado. En el espanol de Canarias, ei verbo picar que aparece en la expre-siön picar el ojo no tiene una significaciön lingüistica diferente de la que tiene en otras de sus construcciones panhispänicas corrientes como por ejemplo: 1) El low me ha picado en un dedo. 2) Los peces empezaron a picar desde que llegamos. 3) Ha abierto bufete y estä esperando que pique algün diente. 4) Antes de comer estuvimos picando unos trozos de queso y por ello se nos pasö el hambre. 5) Ha picado en muchas cosas pero no sabe bien ninguna. 6) Esto pica ya en frescura. 229 7) Las espinas del rosal pican. 8) Me hizo picar ajos en el mortem1. Lo que en realjdad varia en todos estos empleos no es la significa-ciön invariante del verbo picar, sino su sentido contextüal. Son los ele-mentos del entomo los que determinan que adquiera los sentidos de: 1) 'morder un ave con el pico'. 2) 'morder los peces el cebo puesto en el anzuelo'. 3) 'empezar a concurrir compradores o clientes a un estableci-miento de cualquier clase o a utilizar los servicios de alguien'. 4) 'coger trozos de una cosa para comerla'. 5) 'aprender solo nociones superficiales e inconexas de ciertas Cosas'. 6) 'estar algo en los bordes de cierta cosa'. 7) 'pinchar*. 8) 'partir en trozos muy pequenos comidas o condimentos'. E igualmente que en todos los ejemplos aducidos no hay significa-ciön diferente de! verbo picar, sino usos contextuales, aplicaciones de-signativas distintas, tampoco hay significacion diferente en la expre-siön canaria picar ei ojo, donde el valor invariante de picar adquiere, tambien por infiuencia del entorno, el matiz semäntico 'guifiar', uso muy parecido al de la fräse picar la luz, presente incluso en nues-tro Cödigo de Circulaciön. Por lo tanto, el verbo picar de nuestra ex-presiön picar el ojo solamente en la denotaciön tiene algo que ver con el piscar portugues3. Digamos que !o que en realidad nos ha prestado el portugues en este caso no es exactamente el significado Iingüistico de su verbo piscar, sino una de sus denotaciones o usos, dando lugar a que el verbo espafiol picar ampliara la nomina de sus acepciones con un nuevo sentido desconocido en otros dialectos hispänicos. Creemos que se trata concretamente de un caso de etimologia populär, que imaginamos asi: cuando los portugueses hablaban de piscar os olhos, el canario hispanohablante entenderia picar el ojo. De esta forma, 7. La mayor parte de los ejemplos que utilizo en el trabajo proceděn de la obra lexicográfka de Maria Moliner Diccionario de uso di'l espanot, Madrid, 1977. En ade-lante citaře por DUE. 8. £1 piscar portugués se corresponde con el verbo espaňol pizcar 'pellizcar', desu-sado hoy dia. Vid. COROMINAS, J., y PASCUAL, J. A., Diccionario crltico-etimológico casteliano e hispánico, Madrid, 1980, s. v. pelliícar. En adelante citaré DCECH. 230 aunque en ambos casos se designa !o mismo, sin embargo, los puntos de vista semánticos son enteramente distintos, de la misma forma que es distinta la perspectiva desde la que ve el mismo hecho el espaňol normativo: guiňar el ojo. Y no se puede afirmar que este planteamiento del problema sea falso objetando que la frase canaria picar el ojo es ya una expresión fi-jada que significa exactamente 'guinar el ojo'. Cualquier hispanoha-blante que analice este asunto sin los prejuicios de la teon'a de la fija-ción percibe con toda claridad que el verbo picar no pierde aqui ni en ninguno de los restantes ejemplos citados su significación üngüistica básica. Si se admite la teoria de la fijación, habría que decir que en el resto de sus usos también estamos ante elementos del discurso repeti-do, y no creo yo que a nadie se le ocurra semejante disparate. Veamos a continuación lo que sucede en el caso del verbo tomar en las expresiones canarias Tomar unas copas, Juan está tornádo, etc. En estos usos dicho verbo tiene exactamente el mismo valor Ijngüistico que el tomar que aparece en las siguientes frases, tan corrientes en et espaňol normativo. 1) Torna la mano de ella entre las suyas. 2) No quiso tomar la propina. 3) Tomar billete. 4) Tomarlo a mal. 5) Tomar un helado. 6) Tomaron un hotel en la Sierra. 7) Tomar cariňo. 8) Torna el nombre de Augusto. 9) Tomar unasfotos. 10) No lo ioma en serio. En todas estas frases concretas lo que sucede no es que lomar tenga un significado diferente en cada caso. como se suele creer comunmente, sino que su única significación invariante adquiere diversos sentidos contextuales determinados por el entorno semántico o por la Situation: 1) 'coger una cosa eon poca fuerza ysostenerla en la mano'. 2) 'aceptar o admiür'. 3) 'adquirir'. 4) 'recibir una persona con cierta actitud o estado de änimo que se expresan, acciones o palabras de oiros que se reßeren a ella, o interpretarlos de cierto modo'. 5) 'comer o beber una cosa'. 6) 'contratar el arriendo o alquiler de una casa'. 231 7) 'empezar a teuer cualquier sentimiento de atracáón o de aver-sión hacia alguien o algo'. 8) 'adoptar'. 9) 'fotografiar'. 10) 'no prestar atención o interés'. Exactamente lo mismo que en los casos citados ocurre con los 11a-mados significados canarios 'beber', 'emborracharse' que tiene el verbo en cuestión en frases del tipo Nos tomamos unas copas, El viejo está tornádo, etc. No estamos aquí ante un nuevo significado, sino ante un uso específico determinado por las palabras del contexto o por los elemen-tos de la situación. Por lo tanto, de forma muy parecída al caso anterior, no es que el portugués haya prestado al espaňol canario una forma de contenido inexistente anteriormente en espaňol, sino que tal vez el hecho de que su verbo tomar se usara con el sentido mencionado, sirvió de estímulo a los hablantes del archipiélago para usar el verbo tomar con el sentido 'emborracharse'. Portuguesismo denotativo, pues, y no portuguesismo semántico, A veces suele argumentarse que el verbo tomar del espaňol habla-do en Canarias no es el mismo que el verbo tomar del espaňol normati-vo, puesto que cn muclios de los usos que tiene en este regístro linguís-tico se suelen expresar en las hablas isleňas con el verbo coger. Asi, por ejemplo, Tomar una copa, Tomar la pastilla, Tomar un helado, Tomar el nombre de Ricardo, Tomarlo en serio, etc., pero, por el contrario, Cogerle la mano, No quiso coger la propina, Coger una casa en alqui-ler, Cogerle cariňo a alguien, etc. No creemos, sin embargo, que esto demuestre absolutamente nada: el significado invariante del verbo tomar es exactamente el mismo en todo el territorio linguístico hispano-hablante. Otra cosa muy distinta es que tenga el mismo campo de apli-caciones en todas las variedades dialectales del mundo hispánico. En el caso de que hubiera diferencias en este terreno (que si las hay), se trata-ría de diferencias externas a la misma constitución semántica de la pa-labra en cuestión. Por lo demás, el hecho de que una misma designa-ción se exprese con palabras diferentes en distintos dialectos lo único que permite afirmar es que en cada uno de ellos se expresa el mismo objeto desde diferentes puntos de vista semánticos: desde el punto de vista semántico de coger en el espaňol canario y desde el punto de vista semántico de tomar en el espaňol normative Se trata, por lo demás, de un fenómeno muy freeuente en el funcionamiento concreto de las len-guas naturales. Por otra parte, si en el espaňol canario el verbo tomar se empleara única y exclusívamente para referirse a la acción de ingerir líquidos o 232 de emborracharse y no para otra cosa (que no se emplea solamente para eso, como ya hemos visto), ello no nos legitimaria para afirmar que su significado lingüistico lo obliga a combinarse siempre con un sustantivo que exprese sustancias iiquidas, sino que hasta ahora la comunidad lin-güi'stica canaria no lo habria empleado para designar otros hechos dife-rentes. En el analisis semäntico no queda otro remedio que tener en cuenta la capacidad que tienen los signos de generar nuevas acepciones sin cambiar de significado, porque, si no, se corre el riesgo de confundir la lengua con una simple nomenclatura, peligro del que ya nos advirtiö Saussure en su Curso de lingüisiica generali la lengua no es producto sino potencia, Exactamente lo mismo que hemos visto respecto del verbo lomar sucede en el caso de la preposiciön para con ei sentido de 'aproxima-ciön', que se considera tambien como un prestamo portugues al espanol de Canarias. En oposiciön al resto de los elementos del sistema preposi-cional espanol, para puede definirse como 'conector de subordinaciön que expresa orientaciön determinada hacia un punto'. Este valor lingüistico constante adquiere diferentes matices contextuales segtin la na-turaleza semäntica de las unidades que se combinen con ella en cada caso: 1) 'orientaciön espaciaP, en Voypara mi casa. 2) 'destino', en Comprö rosas para su novia. 3) 'finalidad', en Ahorra para un coche. 4) 'duraciön temporal', en Se lo preste para una semana. 5) 'inminencia', en Esluve para llamar por telefono9. Es evidente que en todas estas frases para mantiene incölume su significacion lingüistica bäsica. Lo que cambia en cada una de las ora-ciones es su sentido contextual debido a que los entornos son distintos. Por esta via se puede incrementar el nümero de acepciones de esta preposiciön (y de cualquier otro signo lingüistico) hasta el infinito. ^Tiene para una significacion lingüistica diferente a la mencionada en las frases consideradas canarias Liegare para las cuatro, Nos veremos allä para las seis, etc.? No lo creemos asi. El sentido de 'aproximaciön temporal' no es otra cosa que uno de sus matices semänticos posibles: el hecho de que se exprese la relaciön de subordinaciön como orientaciön 9. Vid. MORERA, Marcial, La estruetura semäntica del sistema preposicional del espanol moderno y sus campos de reaiizaciön. Excmo. Cabildo Insular de Fuerteventura, 1987 (cn prensa). 233 determinada hacia un punto origina e! efecto semäntico mencionado, que es externo a la forma de significar concreta de paraw. Se nos dice a veces que la 'aproximaciön* significada por nuestra preposicion en los casos citados se expresa en el espanol normativo con hacia (conector que no se emplea en el lenguaje popular por lo general), y no con para: Llegare hacia las cuatro, Nos veremos hacia las seis, etc. Con ello se quiere dar a entender que para tiene en el espanol canario un valor diferente del que tiene en la Peninsula, por ejemplo. Sin embargo, parece que lo que ocurre aqui no es distinto de lo que ya vimos en el caso de tomar: no es que haya un para canario diferente del para del espanol normativo, ni que para y hacia signifiquen lo mismo en ambos registros lingiiisticos hispanicos, sino que, por una parte, el espanol canario ha ampiiado (si es que ha ampliado, porque la acepciön aparece tambien en el espano normativo) la nömina de usos o de apli-caciones designativas de para, codificando una nueva acepciön; y, por otra, que un mismo «denotatum» se significa en los dos registros lingiiisticos hispänicos desde puntos de vista semanticos diferentes: como 'orientaciön determinada' en Canarias y como 'orientaciön indetermi-nada' en el espanol normativo. Incluso, analizando ambos casos con mayor penetraciön, se descubre que no se trata siquiera de la misma de-signaciön, pues la aproximaciön expresada por para es mas concreta que ia expresada por hacia, y ello porque la primera expresa 'orientaciön determinada' y la segunda 'orientaciön indeterminada'. Nos encontramos, pues, ante un caso de portuguesismo (si es que se trata de un portuguesismo) denotativo y no ante un significado pres-tado a las hablas canarias por la poblaciön portuguesa. En realidad el portugues habria servido aqui exclusivamente como estimulo para que !a preposiciön espanola incrementara su nömina de acepciones. Tambien sucede lo mismo con el supuesto portuguesismo hormi-guero 'comezön'. No parece que la significaciön lingüistica de esta pa-labra sea diferente en las construcciones genuinamente espanolas del tipo: 1) Amontonaban las migas de pan a las puertas de su hormiguero. 2) Se forma un hormiguero de personas a la salida delfütbol. de la que tiene en la construccion canaria Tuve un hormiguero en la es-palda loda la noche. Hormiguero es una palabra formada por el sustan-tivo hormiga y ei sufijo —ero, cuya funciön semantica consiste en invo- 10. Ibid. 234 lucrar la base lexica a que acompafia en un proceso verbal. La significa-cion lingüistica bäsica de este derivado adquiere, como cualquier otro signo, un sentido distinto en cada uno de los contextos concretos en que aparece: iugar donde viven las hormigas*, 'muchedumbre', 'comezon', etc. Exactamente igual que antes, el portugues no ha hecho aqui otra cosa que trasfadar al espafiol canario una acepciön que no existia en el campo de usos de su signo hormiguew, o, mejor, servir de estimulo a los hablantes canarios para que aplicaran su signo hormiguew a la mis-ma designaciön que elios aplican su signo formigueiro. No es correcto, pues, decir que el hormiguew canario signifique una cosa diferente que el hormiguew del espanol normativo debido a que aquel se emplea para designar lo que otros hablantes hispänicos designan con los sustan-tivos comezon, picor, picazön, etc. No cabe la menor duda de que la voz hormiguew tiene exactamente el mismo significado en todo el do-minio hispanohablante —por ello precisamente entendemos todos sus usos—; lo que puede variar (y a veces varia de hecho) de una norma a otra son sus realizaciones concretas. Pero esto es un problema de uso, no de valor lingüistico, como ya hemos senalado en otros casos. Por lo demäs, tampoco cabe hablar de que, puesto que hormiguew, comezon, hormigueo, picor, picazön, etc.,se emplean en espanol para designar lo mismo, sean signos sinönimos. No podemos confundir el significado del signo con la designaciön: lo que sucede aqui, como en otros casos comen-tados, es que una misma referencia se significa desde öpticas semanticas di-ferentes en las diversas normas dialectales de una lengua histörica. Mancar con el sentido de 'herir en las piernas' es otra de las pala-bras canarias que segün algunos de nuestros vocabulistas nos prestaron los portugueses. Volvemos otra vez sobre el mismo problema: ^hasta que punto el mancar que expresa dicho sentido es diferente de los demäs usos de mancar1? Nos parece a nosotros que el valor lingüistico invariante del verbo mancar es exactamente el mismo en todos sus usos: 1) Esta müquina ha mancado ya a varios operarios. 2) Ten cuidado no te vayas a mancar una pierna. 3) Esia casa de palillos esiä manca. Claro es que en cada una de estas oraciones concretas adquiere mancar un sentido diferente, que podemos parafrasear de la siguiente manera11: ] 1. Vid. DUE, s. v, mancar. 235 1) 'dejar a alguien manco: inütil de una mano o de las dos'. 2) Misiar o estropear cualquier miembro'. 3) 'faltar alguna cosa'. Pero esto en realidad es un problema diferente al de su significa-ciön, Y, si se trata de una misma unidad semäntica, tiene que descartar-se de entrada la posibilidad de que haya habido un prestamo semänti-co-lingüi'stico portugues en frases canarias como Ten cuidado no te vayas a mancar 'ten cuidado no te vayas a hacer dano en un pie'. En reatidad, no parece que en este caso haya habido ni siquiera un prestamo denotativo, puesto que la acepciön 'herir, lastimar, en la pierna o en cualquier otro miembro' estä presente en el espafiol desde la epoca medievall2. Analicemos, por ultimo, el caso del significado del verbo pegar funcionando como auxiliar en las llamadas perifrasis aspectuales incoa-tivas, significado de pegar que segün muchos hispanistas procede del portugues, como ya hemos dicho. ^Estamos en este caso ante un portu-guesismo de significado o ante un portuguesismo denotativo? Si se ob-servan con detenimiento las siguientes frases: 1) Pegar un sello a una carta. 2) Pegar un botön a una camisa. 3) Pegar el armario a la pared. 4) La silla pegaba en la puerta. 5) Le pegö la gripe. 6) Esa corbata no pega con ese traje. 7) La planta que me diste no ha pegado todavi'a. 8) Pegaron fuego a la casa delprofesor. 9) En esta escuela pegaban a los ninos. 10) La pelota pegö en la pared. 11) Pegaron un salto. 12) Le pegö un susto que lo dejö medio muerto. nos damos cuenta inmediatamente de que el verbo pegar posee en todas ellas una intuiciön semäntica unitaria y que los cambios de matiz que se aprecian en cada una son meras derivaciones de esa significaciön lin-güistica bäsica, determinadas por los elementos del entorno o de la Situation extralingüistica. Ello es lo que hace que surjan los matices con-textuales siguientes: !2. Vid. DCECH, s. v. mancar. 236 1) 'adherir'. 2) 'sujetar una cosa a otra'. 3) 'arrimar'. 4) 'tocar una cosa en otra'. 5) 'contagiar'. 6) 'armonizar una cosa con otra'. 7) 'arraigar una planta'. 8) 'prender fuego'. 9) 'golpear'. 10) ilegar una cosa a tocar en otra con violencia' 11) 'dar con brusquedaď. 12) 'hacer sufrir a alguien cierta cosa'. Y de la misma manera que esta signification bäsica unitaria da cuenta absolutamente de todos los empleos que se hace del verbo pegar en el espanol normativo, tambien nos permite explicar su uso auxiliar incoativo, que encontramos en el espanol canario y en algunos puntos de America13: el valor incoativo de pegar no es otra cosa que un mero efecto de sentido que surge de aquellas distribuciones en que dicho verbo se combina con la preposition a y un infinitive Lo que debemos, pues, al portugues no es un significado invariante, sino un matiz contextual. El contacto del espanol con dicha lengua ha servido para que nuestro verbo pegar ampliara su campo de aplicaciones. Contra este planteamiento semdntico se podria objetar que el verbo en cuestiön no puede tener en los giros perifrasticos el mismo significado que en los casos citados en primer lugar, simplemente porque se en-cuentra desemantizado de su significaciön lexica y aporta solamente un matiz aspectual incoativo. Nosotros creemos que esta no es una expli-caeiön correcta del problema: los verbos auxiliares de las llamadas peri-frasis incoativas (empezar, comenzar, pegar, romper, etc.) mantienen sin duda incölume su significaciön lingüistica invariante14, aunque su 13. «Mientras pegar a se registra en Canarias (Millares, p. 130) y en Cuba (Malaret, Suplemento, II, 277), pegarse a se emplea al menos en Guatemala: «con sólo mirarlo se pegó a llorara. KANY, Ch., Sintaxis kispanoamericana, Madrid, 1976, p. 244. 14. De esta particularidad semántica de las perifrasis incoativas con empezar, co-mentar, y principiar se percató muy agudamente Gili Gaya, quien escribe lo siguiente: «Lo mismo hemos de decir con respecto a las frases formadas con los verbos empezar, comenzar y principiar, seguidos de la preposicion a, que, en opinion de LENZ y otros, forman expresiones incoativas. No hay que perder de vista que e! caracter incoativo lo de-ben tales expresiones al significado del verbo, y no a la resultante nueva de la frase verbal. 237 referencia no sea una acción externa, sino el mecanismo interno de la lengua; pero esto se debe, como hemos dicho, a que se combina con un infmitivo, y no con un sustantivo espacial, por ejemplo. El problema de las perífrasis verbales (como todo el llamado discurso repetido) se ha tratado tan mal en nuestra tradición gramatical, que está reclamando un estudio semántico riguroso a gritos. Respecto a la equivalencia semántica que a veces se establece entre la perífrasis canaria pegar a + infinitivo y la normativa empezar a + infi-nitivo hemos de decir que, aunque ambas coinciden en expresar la mis-ma designación, sin embargo, su forma semántica es radicalmente dife-rente: mientras que la primera expresa simplemente el hecho de poner manos a ta obra, ta segunda indica formalmente que partimos desde el principio. Igualdad designativa, pues, pero nunca igualdad significativa. Por !o demás, hay que tener en cuenta que e! verbo empezar no le es en absoluto desconocido al hablante canario. Este suele emplearlo para de-signar ciertas experiencias que por razones de capacidad semántica no puede expresar con pegar: Empezar la pared, pero nunca pegar la pa-red. La explicación que hemos dado hasta aquí de los portuguesismos citados no implica, ni mucho menos, que neguemos la existencia de otro tipo de préstamos léxicos del portugués al espaňol canario. Es evidente que lusismos islenos como lupir, abanar, abicar, baluto, jeito, etc., etc., han seguido un proceso de integración diferente. En estos ca-sos es muy posible que se hayan producido préstamos semánticos, aunque eso tendría que determinarlo alguna persona que, además de espaňol, sepa portugués a la perfección. Podría darse el caso, sin embargo, de que el portugués no hubiera prestado sino el significante y una deno-tación concreta (que es to más corriente, sobre todo cuando e! contacto entre lenguas es efimero) y que sobre esa designación única, después de un largo proceso de uso, dicho signo adquiriera una forma semántica muy diferente de la que tenía en la lengua de origen. Es indudable, sin Es un medio lexicológico, pero no gramatical, de conseguir la expresión incoativa. Las erases asi logradas son como una suma en la que los sumandos están visiblcs por separado, y no un producto nuevo en el que el primer verbo se ha vaciado de su significación total o parcialmente. No olvidemos que, sólo con esta condición puede un verbo ser considerado auxiliar, de lo contrario podriamos aumentar hasta un numero incalculable las expresiones que estamos estudiando». Curso superior de sintaxis espaňola, Barcelona, 1961. p. 109. Exactamente lo mismo hay que decir de la perífrasis canaria pegar a + infinilivo. 238 embargo, que el contacto entre e! espaňol canario y el portugués fue lo suficientemente prolongado como para que esta lengua nos legara au-ténticos signos lingiiisticos. Dei análisis precedente se inneren una serie de conclusiones que podemos resumir en los siguientes puntos: 1) Que en los préstamos semánticos de una lengua a otra hay que distinguir entre préstamos de significación y préstamos de deno-tación. 2) Que la mayor parte de lo que la filológia tradicional denomina «prestamo semantico» no son otra cosa que préstamos denotati-vos. 3) Que los préstamos denotativos son préstamos culturales y no préstamos lingiiisticos. Estudiando estos préstamos, descubri-mos las fuentes de la cultura de un pueblo. 4) Que debido a que ei significado del signo lingüistico no es un saber de naturaleza conceptual sino un impulso semantico, una intuición, el préstamo de significado es muy dificil que se pro-duzca si el contacto entre las lenguas no ha sido muy prolongado. 5) Que, en el caso concreto que estudiamos, el préstamo de acep-ciones se vio favorecido por el hecho de que hubiera coinciden-cia en el signiľicante y en muchos casos hasta en el significado lingüistico básico entre !os signos Portugueses y los espaňoles. Es evidente que hay mucho léxico procedente del mismo étimo latino que tiene exactamente el mismo significado en todas las lenguas románicas, aunque en algunas, sobre todo en las que se han separado más, se hayan producido alteraciones sensibles tanto en el significante como en el campo de realizaciones o de usos. 6) Que los usos de un signo lingüistico pueden tener procedencias bastante diferentes: unos nacen espontáneamente en el seno de la sociedad que los emplea, otros tienen su origen en una lengua extranjera, otros proceděn de dialectos hermanos, etc. Este hecho plantea, sin duda, interesantes problemas de pesquisas filo-lógicas. 7) Que los problemas que plantea el estudio de las denotaciones son muy diferentes de los que plantea el estudio de las significa-ciones, porque, como hemos visto, se trata de pianos semiológi-cos de naturaleza ontológica radicalmente diferentes. 239