- 1 PROBLEMAS FORMALES DE LA DEFINICIÓN LEXICOGRÁFICA" 1. LOS DOS UNUNCIADOS EN EL ARTÍCULO DE DICCIONARIO En el modclo habitual de articulo de diccionario, la information sobrc la palabra-entrada se divide en dos vertientes: una, que sc rcfic-re a esa unidad Ičxica en cuanto signo, y la otra, que se refierc al contenido de la misma. Si abrimos cl Diccionario de la Academia', prototipo de la gran mayoría de los diccionarios cspafíolcs2, y nos detenemos en un artículo cualquiera, por ejemplo, PEREZOso, sa. (Dc pereza.) adj. Ncgligcntc, deseuidado o flojo en ha-cer lo que debe o neccsila ejecutar. Ú. t. c. s. vemos que ešte artículo implica, en efecto, dos enunciados: 1.°, «la voz perezoso /perezosa viene de la voz pereza; pertenece a la categoria adjetivo y sc usa tambien como sustantivo»; * [PubiicadO en Estuäios ofrecidos a Emilio Alarcos Uorach, II, Ovicdo 1977, 2I7-39J. 1 Cíto por la 19." ed.. Madrid 1970. Todos los ejemplos de artículos y definicioncs que en cslc trabajo aparezcan reproducidos sin ninguna indícación perlenecen al Diccionario acadéŕnico. 2 A lo largo de cslc trabajo entiendo siempfe bajo la dcnominacíón «diccionarios espaňoies» los rnonolingiics dc lengua castcllana publicados en Espaňa. 26 Problemas y métodos 2.°, «la voz perezoso /perezosa significa 'negligente, descuidado o flojo en hacer lo que debe o ncccsita ejccutar'». Se trata de dos predicaciones dc distinto caráctcr, no solo por su nivel dc information, sino tambičn por su forma. 2. El primer ľnunciado. Su normalización De estos dos cnunciados que cabe disccmir cn cl artículo dc dic-cionario, cl primero presenla, dentro dc su común denominador, una information dispersa. En el ejemplo propucsto vcmos que por un lado sc indica la etimologia, por otro la categoría dc la voz. En otros ar-ticulos cncontraríamos, ademas, notitias de otro tipo: a) ópoca dc vigencia de la palabra: la abreviatura ant. «indica que la voz o la acepción pcrtcnccc exclusivamente al vocabulario de la Edad Media»; la abreviatura desus. «se pone a las voces y acepciones que sc usaron en la Edad Moderna, pero que hoy no se emplean ya» (Academia, 1970: xxiv); b) limitcs geográficos: provincia, región, pais o area supranational de los que es peculiar la voz en cuestión; c) campo del saber (antropológia, botánica, matemáticas, etc.) o de la actividad (carpintería, imprenta, radiodifusion, etc.) en que ha-bitualmcnte se confina el término; d) nivclcs dc uso —nivel de lengua y nivel de habla (cf. Seco, 1972: §16,2) —, cxprcsados por medio de abrcviaturas comofam., vulg., pop., poet,, rust.; e) particularidades dc «colocación»1; por ejemplo: «Úsase cn las anotacioncs dc imprcsos y manuscritos castcllanos» (s.v. passim); «En fŕases como las siguientes: El din y el don; el don sin el din» (s.v. din). f) explication de las transiciones semánticas, por medio de abre-viaturas somo jig., por ext., iron, (csta information, lógicamentc, solo cn acepciones sccundarias). 'Paracl uso del término cotocación me inspire cn J. R. Firth (1951: 194). problemas formales de la definition lexicográfica 27 Todos estos elementos más o menos disparcs que constituyen el «primer enunciado» de un artículo tienen como característica formal común la sumisión a una normalización muy rígida. Asi, cada una de estas informaciones ocupa un lugarfijo en el artículo: la etimologia ocupa cl cspacio inmediato a la palabra-entrada; el segundo está re-servado a la categoría gramatical; el tercero correspondc a la vigencia cronológica, al ámbito geográfico, al ámbito de la actividad o al nivel social; por ultimo, tras una ruptúra de la continuidad por la presencia de la definition —o «segundo enunciado»—, se expone, cuando la hay, information complcmcntaria, habitualmente de tipo gramatical. La discontinuidad, cn ešte caso, de la doble information gramatical, tal como la vemos cjcmplificada en la definition citada al principio, no obedece a capricho: micntras la categoría de la palabra es informáciou absolutamcntc constante en todos los articulos, ya que no hay palabra de la Icngua que carezca de aquella, el hecho dc usarse la voz ocasionalmenle con una segunda función (gramaticalizada) no puede decirsc de todas las palabras. Y, evidentementc, la norma es antepo-ncr al «segundo enunciado» solamentc las informaciones sobre las constantes de toda palabra: etimologia, categoría gramatical y localization social, geográfica o cronológica. La «inconstancia» de algunas de estas informaciones es solo apa-rente. Toda voz de la Icngua tiene su etimologia, y solo el hecho de que esta no sea conoeida cxplica la falta de nota etimológica. Es de-cir, la falta de este dato es una information: la de que la etimologia es desconocida*. En cuanto a las informaciones sobre nivel social, limits gcográficos y vigencia, están siempre «presentes» en todo articu-•o, pero solo «cxplicitas» cuando son marcadas; esto es, que la indication «cero» dc nivel social (en oposición a «familiar», «vulgar», «poctico») o de ámbito (cn oposición a «Patológia», «Marina», etc.) significa que el término pcrtcnccc, rcspcctivamcntc, a un nivel medio Claro que no siempre la ausencia del paiénlesis etimológico obedece a descono-cimicnto; sc omitc, por economia, siempre que qucda pucslo cn evidencia cl étimo en f ProPia definición, como ocurre, por ejemplo, en pai.aciego, «pertenccienle o rela-"vo a palacio». 28_______________________________________Problemas y métodos de habla o al uso general de la lengua; que la indicación «cero» de lo-calización gcográfica (en oposición a «Alava», . En todas cstas definiciones sc mantiene, como en el procedimiento del ejemplo, cl modelo normal dc definition; pero se súpera la ambigüedad de aque! dando la información dc «colocación» no dc manera indireeta, sino dirceta y explítita, dentro de un enunciado autónomo que se distingue netamente del enunciado definitorio al que va refcrida. En rcalidad, esta modalidad es una variante del tipo ejemplificado por blandengue, del cual diverge en el orden de los clementos, en cl empleo —en el caso del Concise Oxford y del Petit Robert— de paréntesis en lugar de punto scparador y en la economia de omitir el consabido «diccsc». El lexicógrafo ha dado asi a la información «colocación» un tratamiento similar al dc las informacio-ncs sobrc nivel social y ámbito —informaciones dc «primer enunciado»—. Por ultimo, citare otra posibilidad dc exposition, de apariencia semejante a la que acabamos dc ver, pero, a diferencia de ella, inte-grada dentro de un método de alcancc más amplio. Es la utilizada en cl aún inédito Diccionario del espaňol actual. Se sigue en cstc dictionary el .sistema de indicar cntre corchetes, en la definición de cualquier catcgoria de palabras (no solo de los adjetivos), todos aque-llos clementos que son «contomo» neccsario de la palabra definida, 4(1 Problemas y métodos pero que no son componcntes semánticos de ella; por ejcmplo, cn los verbos, el complemcnto directo, el complemento indirccto, el sujeto; en los nombres, el complemento «de posesión», etc. . Evidcntemen-te, cn adjetivos del tipo ejemplificado cn las definiciones que prccc-dcnf es «contomo» nccesario el nombre (de categoría —persona, co-sa— o dc cspecie —cdificio, libro, etc. —) al que van aplicados habi-tualmentc tales adjetivos. Por ello en este diccionario los terminos de esta categoría prcsentan definiciones del tenor siguientc: hxcesivo: «[CosaJ que excede del limite de lo razonable». nominativo: «En comercio, [titulo) que se extiende haciendo constar el nombre dc la persona que ha de ser su posccdora»; «En gramálica, [caso] que correspondc a la función de sujeto». yámbico: «[VcrsoJ compuesto total o parcialmentc por yambos». 7. Definiciones dc adverbios y de nombres No es solo cn cl terreno de los adjetivos donde la Academia co-mete infracciones contra la uniformidad de la mctalengua definitoria, si bicn nunca con tanta intensidad. He aqui algunas definiciones de adverbios en que se abandona la metalcngua de contenido que es general en los artículos de adverbio: Poco: «Empleado con verbos expresivos de tiempo, denota corta du- ración»; «Antcpóncse a otros adverbios, denotando idea dc compa- ración». arriba: «Con voces expresivas de cantidades o medidas dc cualquier especic, denota exceso indeterminado». despues: «adv. t. y 1. que denota postcrioridad de tiempo, lugar o si- tuación»; «Denota asimismo postcrioridad en el orden, jerarquía o preferencia»; «Hablando del tiempo o sus divisiones, sc suclc usar como adjetivo por lo mismo que siguiente o posterior»; «Seguido de 11 En otra ocasión [vcasc capiiulo 2 de este libro) expondré con detaile este metodo. [Sobre nuestio Diccionario del espaňol actual, iniciado en 1970 y publicado cn 1999, v. ahora cl capílulo 25 de este libro. Nucstra obta no ticne ninguna relación con una propucsta dc «diccionario del espaňol actual» de que habló M. Alvar Ezqucrra (1976: lS3yss.)]. problemas formales de la definition lexicográfica 41 que solía equivaler a desde»; «Sc usa con valor adversativo cn frases como: Después de h que he hecho por H, me pagas de esle modo». No séria dificil reducir al tipo de «definición propia» la mayoria (si no la totalidad) de los ejemplos aqul copiados. Pero, aun admitien-do la alegación de que se trata de palabras «no dcfiniblcs», cuyo úni-co encaramiento posibie es por tanto la «explicación» o «definición impropia», hay que advertir que en estas mismas cnlradas incluyc la Academia, entremezcladas, otras acepciones con «definición propia», y que se produce entonces, dentro de un mismo articulo (como ocurre frecucntcmcntc cn los de adjetivos), una mezcolanza de definiciones en metalengua de contenido y definiciones cn mctalengua dc signo. El caso dc da capo nos puede servir de ejemplo de otro problema que no es raro se presente cn los artículos de adverbio: da capo: «m. adv. Mus. Indica que debe volvcrse al principio cuando se llega a cierta parte del trozo que sc ejecuta». No por ser «explicación», en vez de verdadera «definición», que-da mcjor aclarado cl scntido del definido; e! complemento «a cierta parte» no es una gran ayuda para precisar cl concepto. Quizá la difi-cultad que la Academia encontró para definir normalmente este adverbio se deba a que no sc trata funcionalmente de un adverbio, sino de una oración unimembre. Véase cómo, cn la definición de esta misma locución cn el Concise Oxford (que no dice categoría gramati-cal), el primer clcmcnto definicnte es un imperativo: da capo: «mus. direction. Repeat from the beginning». Los artículos de nombres —la categoría que mis regularmente se somete, en el Diccionario académico, a la ley dc la sinonimia— tam-poco cstan librcs dc velcidades en la forma de la definición: doctor: «Título que da la Iglesia con particularidad a algunos santos que con mayor profundidad dc doctrina defendieron la religion o cn-scnaron lo pcrteneciente a ella». efe: «Nombre de la letra/w. leoión: «Nombre que suclc darsc a ciertos cucrpos dc tropas». 42 Problemas y méíodos La supuesta definition, en estos třes ejemplos, no responde al modelo adecuado, que serfa el de «segundo enunciado»: «La voz X signified Y», sino al de «primer enunciado»: «La voz X es Y». £CÓ-mo puede saber cl lector la diferencia dc registro que hay entre los precedentes ejemplos y estos otros, de formulation analoga y con idéntico primer definiente, pero que son definiciones legítimas, esto es, de «segundo enunciado»?: hjecutobia: «Título o diploma en que consta Icgalmcntc la noblcza de una persona o família», APiiLLiixx «Nombre dc família con que se distingucn las personas». Pero esta úrcgularidad no es muy freeuente en el Diccionario, es-pecialmcntc si la comparamos con la ya comentada de las definiciones de tipo dicese en los adjetivos, que más que irregularidad habría que llamar «regularidad paralela». 8. LA DEMNICIÓN ENCICLOPÉDICA Más abundante es, en los artículos de nombre, otra anomália que es peculiar de los correspondientes a esta categona: la definition de predicaciôn multiple. Aquf no se trata dc confusion o desvaneci-miento de limites entre el primero y el segundo enunciados, sino dc la ruptúra, dentro de este ultimo, de la unidad sintáctica que es indispensable para que una definition lcxicográfica sea tal. Bastará un ejem-plo: lagarto: «Reptil lencstre del orden de los saurios, de cinco a ocho declmctros de largo, contando desdc la parle anterior dc la cabcza hasta la extremidad de la cola. La cabcza es ovalada, la boča grande con muchos y agudos dientes, cl cucrpo prolongado y casi cilindrico y la cola larga y perfcctamcntc cónica; las cuatro patas son cortas, dclgadas y cada una con cinco dedos armados dc afiladas uňas; la piel está cubierta dc laminillas a manera de escamas, blancas en el vientre, y manchadas de verde, amarillo y azul, que forman dibujos simétri-cos, en el resto del cucrpo. Es sumamente ágil, inofensivo y muy util para la agriculture por la gran cantidad de inscctos que devora. Se re- Probtemas formelles de la definition lexicográfica 43 produce por hucvos que entierra la hembra, hasta que cl calor del sol los vivifica». Seria delirante imaginär la aplicación, en este caso, dc la prueba de sustitución. El texto que la Academia da como definition jamas podria ocupar, en un contexto de habla, el lugar del nombre lagarto. Podrá alcgarse que, dc hecho, no falta aqui una verdadera definition, que seria cl sintagma nominal que ocupa el primer lugar del largo enunciado, y que todos los dcsarrollos sintácticos ulteriores no son si-no meros suplementos ilustrativos. Si csto fuese asi, el sintagma nominal iniciál contendría la exposición suficiente del significado de la voz, y todo lo demas estaria de sobra. Pero parcce que no es asi; que el significado no se considcra suficicntemente expuesto en el primer sintagma, sino que son necesarios ocho más. De otro modo, eviden-temente, no sc habrían puesto estos. Ahora bien, £como sc cxplica que esta necesidad solo ocurra en articulos de nombre, y no de adjeti-vo o de verbo, categorias dentro dc las cuales no hay menos casos dc complejidad semántica que entre los nombres? Notese, además, que los dcsarrollos sintácticos secundarios no sc produccn en cualquier tipo dc nombre, sino casi solo en aquellos que designan seres u objetos materiales, y preferentcmente en los que corresponden a zoológia y botánica. La clave cslá en una nueva contusion dc límites. Como dice Julio Casares, «conviene distinguir la definición real de la meramente nominal. Esta ultima se limita a explicamos cl significado de \apalabra, mientras aquclla aspira a descubrimos la naturalcza, la esencia de la cosa significada» (1950a: 159). El Diccionario academico quebranta la frontera — delicada, pero frontera — entre diccionarios de pala-bras y diccionarios de cosas (Wagner, 1967: 127; Dubois / Dubois, 1971: 13; Rey-Debove, 1971: 32-33, y Zgusta, 1971: 197 y ss.): los que informan sobre las palabras son los diccionarios de lengua; los que informan sobre las cosas son las enciclopcdias y los diccionarios técnicôs o especiales. Ciertamcnte existe un género híbrido, los diccionarios cnciclopédicos; pero obsérvcsc que sus autorcs no igno- 44 Problemas y métodos ran esa frontera, y suelen dislinguir, dentro de sus artículos, cntre lo que Hamán «parte léxica» y «parte cnciclopédica». No cs esta, por supuesto, la practica del Diccionario academico, sino la mezcla de artículos dc diccionario con artículos dc encielopedia. La presencia dc estos Ultimos ticne, a mi juicio, una explicación logica y psícológica a la vez. El lcxicógrafo entiende que su cometido cs dar con precision el contenido de la palabra definida, y tiende a pensar que para cumplir esc comctido cs nccesario que la defínición contenga cl mayor numero posible de especificadorcs. Por cso, cuan-do dispone de abundancia de datos — como ocurre con determinados nombres de cosas—, no desaprovecha la ocasión de enriquecer con ellos su defínición, ofrcciendo al lector una imagen muy «completa» del objeto dcfinido. Pcro la defínición lcxicográfíca no se propone —o no se debe proponcr— la imagen «completa» del objeto, sino la imagen «suficiente», esto es, la que se construyc por medio de los es-pecificadores necesarios para que el objeto quede, en la mente del lector medio, caracterizado en sus rasgos relevantes y diferenciado respecto a todos los rcstantcs objetos que forman parte del mundo dc ese lector medio. Precisamente en esto radica la fundamental diferencia entre defínición logica y defínición lexicográfica; como dice Zgusta, mientras la primera tiene que idcntifícar incquívocamcntc cl objeto definido «de manera que quedc puesto en contrastc claro con todo lo demás definable y al mismo tiempo caracterizado positiva e inequívocamente como miembro de la clase más cerrada», la segunda «enumera solo los rasgos semánticos más importantes de la unidad léxica definida, que son suficientes para diferenciarla de otras unida-des» (1971: 252). Esta «suficiencia», claro está, no es la misma para una persona de cultura media que para un especialista o un estudioso de la rama del saber que versa sobrc cl objeto definido. Pero cl diccionario es un libro para el hablante medio en cuanlo tal, esto es, en cuanto usuario de la lengua común y no en cuanto usuario dc una parcela cuyo subsue-lo, de profundidad prácticamcntc ilimitada, solo puede scr explorado Problemas formales de la defínición lexicográfica 45 lingüisticamente a través de diccionarios especiales. Asi, ante defini-ciones como las siguientes —todas de diccionarios manualcs—, ciooone: «Grand oiseau qui a dc longues pattes, qui passe ľhiver dans les pays chauds et qui revient en Europe au printemps» (Dic- tionnairefundamental. 1971); cicogna: «Grosso ucccllo dei trampolieri, dal lungo becco vermi- glio» (Piccolo vocabolario. 1959); stork; «A long-necked, long-legged wading bird» (Penguin English Dictionary, 1965); storch: «Ein Vogel mit langen Beinen und einem langen Schnabel» (Duden-Langenscheidt, 1970); ctgükna: «Gcncro dc aves zaneudas migradoras que alcanzan más de dos metros dc envergadura» (Pequeüo Larousse, 1964), no es legitimo preguntar si son «completas» —que de ningun modo lo serian para un zoólogo—, sino si son «suficientes» para el usuario medio de la lengua. Otra cucstión scria si este deseara una informa-ción científica sobre el objeto «cigiieňa», y no simplemente una in-formación semántica sobre la palabra cigiieňa. Aun en cstc caso, difi-cilmcnte se sentiría satisfecho con una defínición del tipo acad6mico dc LAGARTO, que a pesar de su extension omitc datos cientificos csencialcs, como cl nombrc zoológico. Es un hecho de experiencia diaria la desaprobación con que los especialistas de cualquier ciencia juzgan las defíniciones que los diccionarios dan a las voces que cacn bajo su propia cspccialidad; scncillamcntc, porque esperan de un «diccionario dc palabras» lo que solo podrian pedir a un «diccionario dc cosas» (a una encielopedia o a un vocabulario técnico), por culpa muchas veces del mismo «diccionario de palabras», que pretende dar de si mismo una imagen que no cs la que lc corrcspondc. Es útil a cstc respecto rccordar un párrafo ejemplar del prefacio de la primera edición del Concise Oxford Dictionary (1911: vi): The book is designed as a dictionary, and not as an encyclopaedia; -that is, the uses of words and phrases as such arc its subject matter, and it is concerned with giving information about the things 46 Problemas y mětodos for which those words and phrases stand only so far as correct use of the words depends upon knowledge of the things12. 9. Final Con Ios comentarios que prcecden no quedan agotados, ni mucho menos, no ya los problemas generates que se le plantean al lexicógra-fo enfrentado con la tarea de la definición, sino las particulars difi-cultades de tipo formal que en sus enunciados definitorios ofrccc un diccionario concreto, cl dc la Academia Espanola, al que me he refe-rido constantemente en las páginas anteriores. Qucde para otra opor-tunidad el examen y crítica de otros aspectos13; con los expuestos aquí bašta para formarse una idea, somera pero clara, de la existencia dc quicbras cn los metodos dc definición y sobre íodo en la coheren-cia formal entrc unos metodos y otros. La deficiencia es tanto más grave cuanlo que, cn lo bucno y cn lo malo, prácticamcnte todos los diccionarios espaňoles —no «absolutamcntc todos», como afirma con exageración María Moliner (1966: xrv) — se han servido genero-samente dc las definiciones académicas, con lo cual los defectos de estas (y no solo las vinudes) vicnen a multiplicarsc por el numero de diccionarios de espanol existentes. 12 V. también Leech (1974:204). 13 Principalmcntc, la definición dc los verbos, de la que me ocupo en «El "contor-no" en la definición Icxicográfica», cn Homenaje a Samuel Gil' Gaya (in memoriam). [Se publica como capltulo 2 de este libro]. 2 EL «CONTORNO» EN LA DEFINICIÓN LEXICOGRÁFICA * 1. La lexicografía, cuyos objetivos no son teóricos, sino prácticos, no es una ciencia, pero si una actividad investigadora y dídáctica que, como tal, no puede runcionar de espaldas al saber de su tiempo cn la materia de su quehacer, sino que ha de actuar con arreglo a una metodológia lo más rigurosa posible. Los problemas que rodcan a la labor lcxicográfica dependen, unos, de su objeto —el léxico—; asi, por cjcmplo, los de macroes-tniclura (^cuáles y cuántas palabras registrar?, £cómo organizarlas?) y los de información focómo determinar el signifícado de las palabras?). Otra parte de los problemas reside más directamcnle en el su-jeto —cl lcxicógrafo—, y entre ellos están los de tipo lógico (£qué deciľ en la definición?) y los de tipo formal (^cómo dccirlo?). De la dificultad para resotver todas estas cuestiones puede ilustrar el examen de cualquicr diccionario, dc uno u otro calibre, de una u otra len-gua, si bien es verdad que los intentos de resolvcrlas, asi como los rc-sultados, han ido más lejos en unos diccionarios que cn otros y cn unas cscuclas lexicográfieas que en otras. De esta serie dc problemas, dc cuya proíundidad no da idea la brevedad de su enunciado, quizá hayan sido los de carácter formal los " [Publicado cn ílomenaje a Samuel Gili Gaya (in memoriam), Barcelona 1979, 183-91].