CIELITO A LA VENIDA DE LA EXPEDICION ESPANOLA AL RIO DE LA PLATA1 10 El que en la acción de Maipú supo el cielito cantar 2, ahora que viene la armada el tiple vuelve a tomar 3. Cielito, cielo que sí, eche un trago amigo Andrés, para componcr el pecho y después le cantaré. La Patria viene a quitarnos la cxpedición espaňola, cuando guste D. Fernando agarrelá. . . por la cola. Cielito, digo que sí, coraje y latón en mano, 15 a cntreverarnos al grito hasta sacarles el guano *. El conde de no sé qué dicen que manda la armada, mozo mal intencionado 20 y con casaca bordada 5. Cielo, cielito que sí, cielito de los dragones, ya lo vcrás, conde viejo, si te valen los galones. 25 Ellos traen caballería del bigole retorcido, pronto vendrá contra el suelo cuanto demos un silbido. Cielito, cielo que sí, 30 son jinetes con excesp, pero en levantando el poncho salieron por el pescuezo. Con mate los convidamos allá cn la acción dc Maipú, 3 5 pero en ésta me parece que han de comer caracú Cielito, cielo que sí, echcn la barba c\i remojo; porquč según olfarco 40 no han de pitar del muy flojo 1 Ellos dirán: Viva el Hey; nosotros: La Intlepcndencia, y quiénes son más corajudos ya lo dirá la experiencia. 45 Cielito, cielo que sí, cielito del terutero 8, el godo que escape vivo quedará conio un arnero. En teniendo un bucn fusil, 50 munición y chiripá y una vaca medio en carnes ni cuidado se nos da 9. Cielito, digo que sí, cielo dc nucslros derechos, 55 hay gaucho que anda caliente por tirarse cuatro al pecho 10. Dicen que eselavas hárán a nuestras americanas, para que Heven la alfombra 60 a las seňoras de I'spaň a. Cielito, cielo que sí, la cosa no es muy liviana. . . Apártesc, amigo Juan, deje pasar esa rana. 65 No queremos cspaňolcs que nos vengan a mandar, tenemos americanos que nos sepan gobernar. Cielito, cielo que sí, 70 aquí no se les afloja, y entre las bolas y el lazo, amigo Fernando, escoja ". Aquí no hay cctro y coronas ni tampoco inquisición, 75 hay puros mozos amargos 12 contra toda cxpedición. Cielito, cielo que sí, Unión y ya nos entramos, y golpeándonos la boča, 80 apagando los sacamos Saquen del trono, espaňoles, a un rey tan bruto y tan flojo, y para que se entretenga que vaya a plantar abrojo. 85 Cielito, cielo que sí, por cl habeis trabajado, y grillos, afrenta y muerte es el premio que os ha dado. Si dc paraz queréis venir, 90 amigos aquí hallaréis, y comiendo carne gorda con nosotros vivircis. Cielito, cielo que sí, cl Rey es hombrc cualquiera, 95 y morir para que él viva i la puta. . .! es una zoncera. Si perdiésemos la acción, ya sabemos nuestra suerte, y pucs juramos ser libres, 100 o libertad o la muerte. Cielito, cielo que sí, a ellos, y cerrar cspuclas, y al godo que se cquivoco sumírselo hasta las muclas HilcuviO AacaM*Ih 1" Parte La Isidora regordeta sc a a embarcar al Buseo *: jvicran con qué zarandeo va arrastrando una chancletal 5 Que llcva un pic desocao dc rcsultas dc im fandango, en que Je rompió cl changango * en la cabeza a un soldao; Y cn esa nochc con Brun -10 bailando la refalosa, anduvo poco manosa queriendo baterie cl helún ***. Sabrán que esta moza al fin, no es porteňa, es arroyera \ 15 pitadora y guitarrera y cantora del Tin tin. Que vino dc la otra banda junto con los invasores 4, y que sabc liaccr primores 20 por todas paries donde anda; Y que hace mucho papel como giicňa federala, pues se refriega cn su sala con la bija de Juan Manuel r'. 25 En fin, dicen que esta dama del Miguelete se aleja, y a mis paisanas les deja los reeuerdos de su fama. También dicen de que al borde 30 ha estado de perccer, y se quicrc reporter porque ba perdido cl engordc * Pues no Ic asientan los paslos, y luego con la escasez 35 que hay por ajucra, esta vez se ha fnndido cn hacer gastos. Asi es que bien trasijada se retira la infeliz, echando por la nariz 40 como suero de cuajada. Un ojo le lagrimea, del aire, dice Garvizo *7; que para él es un hechizo otro que le centellea. 45 El Andaluz se hace almiba por agradar a Isidora, que es muchacha seguidora y nunca se muestra esquiva. .../. .../... Asi es que a la dcspcdida 50 la acompana una patrulla, marchando sin haccr bulla comc gcntc dolorida. Pero la Isidora marclia sin dcmostrar sentimiento, 55 con im scmblante contento y mas frcsca qnc la cscarclia. Lleva el rcbozo terciao, airoso, n lo mazörqncra, y cii la frcnle de lestcra 60 lucc iin mono colorao \ Marclia con airc gitano, y una mann cn la cadera, (|uc saeude sandungucra con un garbo soberano. 65 Para lucir los encajes, vistc a media pantorilla un vcslido de lanilla colorao y sin follajes. Ella lio gasta bolsila * 70 como gasta una pucblcra; pero carga una 'fneguern ** v lambien sn harajilct. Todo el cortc.jo sc cnipcna cn complacerla al partir, 75 pero ella sc ([liiere dir v a lodo bichn desdena. Cnsi sc cai de barriga el cirujano, cn mala hora sc le cavo n la Isidora 80 cl cnchillo de hi ligti. . . Quc lo levanta el galan tronipczando, v cariiiosö sc lo presentn gnsloso a la prenda de sn afan. 8 5 La Isidora lo reeibe, v exelama: — jCrislo nie valga! antes perdiera una nnlga (|iie no esta prenda de Oribc. Mira, gauclio salvajön que no pierdo la esperanza, y no es chanza, de bacertc probar que cosa 5 es Tin tin y Refalosa *. Ahora tc dire cömo es: eseucha y no tc asustes; que para ustedes es canto mas triste quc un vierncs santo. 10 Unitario4 que agarramos lo estiramos; o paradito nomas, por aträs, lo amarran los companeros 15 por supuesto, mazorqncros '', y ligao con un maniador * doblao, ya queda codo con codo y desnudito ante todo. 20 jSalvajon! Aqui empieza su aflicion. Luego despucs a los pieses un sobeo ** cn tres doblcces se le atraca, 25 y queda como una estaca lindamcntc asigurao, y parao lo lenemos clamoriando; y como medio chanciando 30 lo pinebamos, y lo quc grita, cantamos la refalosa y tin tin, sin violin. Pero seguimos el son 35 cn la vaina del lalon, quc asentamos cl cucbillo, y Ic tantiamos con las unas cl cogote. jBrinca cl salvajc vilote * 40 quc da risa! Cuando algtinos cn camisa sc empiezan a rcvolear, y a llorar, (|iie es lo quc mas nos divierte; 45 de igual suerte (]iic al Prcsidcntc 0 le agrada, y Iarga la carcajada de alegria, al oir la musiqueria 50 y la broma que le damos al salvajc quc amarrnmos. Finalmentc: cuando ercemos conveniente, despucs que nos divertimos 55 grandemente, decidimos quc al salvajc cl rcsuello se lc ataje; y a derechas lo agarra uno de las mechas, 60 mientras otro lo sujeta como a potro de las patas, quc si sc mueve es a gatas. Entrctanto, 65 nos clama por cuanto santo tiene cl ciclo; pero ahi nomas por consuclo a su queja: abajilo de la oreja, 70 con un punal bien tcmplao y afilao, que se llama el quita penas, le atravesamos las venas del pescuezo. 75 £Y que se le hacc con eso? Iarga sangre que es un gusto, y del susto entra a revolver los ojos. jAh, hombres flojos 80 hemos visto algunos de estos que sc muerden y hacen gestos, y visajes que se pclan los salvajes, largando tamana lengua; 85 y entre nosotros no es mengua el bcsarlo, para medio contcntarlo. jQue jarana! nos reimos de buena gana y muy mucho, de ver que hasta les da chucho; y entonces lo desatamos y soltamos; y lo sabemos parar 9 5 para verlo refalar jen la sangre! hasta que lc da un calambre y sc cai a patalcar, y a temblar 100 muy fiero, hasta que sc estira el salvaje: y, lo quc espira, le sacamos una lonja que apreciamos el sobarla, 105 y de manca gastarla. De ahi se lc cortan orejas, barba, patilla y cejas 7; y pelao lo dejamos arrumbao, 110 para quc engorde algiin cliancho o carancho. Con que ya ves, Salvajön; nadita te ha de pasar despucs de bacertc grilar: 115 jViva la Vedcraciönl