TERCERO NOCTURNO VlLLANCICO VIII.—ENSALADILLA " In t roducciön.—Jura A la aclamaciön festiva de la Jura de su Reina 15. Afufar y Afufar.se, «lo mismo que huir» (Diccionario de Autori-ilailcs). 16. La ensaladilla es un tipo de composiciön caracterizado por la va-M''lid estrdfica, ya muy cultivado en el siglo xvi en la Nueva Espana por SOR JVANA INES DE LA CRUZ se juntö la Plebe humana con la Angelica Nobleza. Y como Reina es de todos, su Coronaciön celebran, y con majestad de voces dicen en canciones Regias: Coplas.—Reina Angeles y hombres, Sefiora, os juramos, como veis, con que Vos os obligueis a ser nuestra Protectora. Y os hacemos homenaje de las vidas; y asi, Vos guardad los fueros que Dios le dio al humano linaje. Vos habeis de mantenernos en paz y justicia igual, y del contrario infernal con aliento defendernos. Con esto, con reverencia, conformes en varios modos, por los Evangelios todos os juramos la obediencia. Prosigue la Introducciön No faltö en tanta grandeza, donde nada es bien que falte, quien con donaires y chistes tanta gloria festejase. Porque dos Negros, al ver misterios tan admirables, Heräclito 17 uno, la llora; Demöcrito otro, la aplaude. 30 Fernan Gonzalez de Eslava en sus Coloquios. Sor Juana utiliza un esque-ma antes seguido por Gongora: desarrollo de un relato interrumpido por canciones variadas. 17. Los filosofos griegos Herdclito y Demdcrito (n. 500 a.C. y 460 a.C, respectivamente), cuyos nombres se usan como complementos aposiciona-les, eran considerados comunmente como proc lives al pesimismo, en el primer caso, y al optimismo en el segundo. Demdcrito fue conocido como «el filosofo que rie». V. nota 4 a «Romances y otros poemas». VILLANCICOS 107 Negrillos " 1. Cantemo, pilico, que se va las Reina, y dalemu turo una noche buena. 2. Iguale yolale, Flacico, de pena, que nos deja ascula a turo las Negla. 40 1. Si las Cielo va y Dioso la lleva, tpala que yolä, si Eya sa cuntenta? Sarä muy galana, vitita ri tela, milando la Sole, pisando la Streya. 2. Dejame yolä, Flacico, pol Eya, 50 que se va, y nosotlo la Oblaje nos deja. 1. Caya, que sa siempre milando la Iglesia; mila las Panola, que se quela plieta. 2. Bien dici, Flacico: 18. De hecho, con sor Juana se inicia en la poesia hispanoamericana > I Irma negro que encontrara su momento älgido en la poesia afroantilla-hit del siglo xx. Los grandes maestros espanoies de la Edad de Oro, Lope, («Wigora y Quevedo, manejaron este asunto con brillante desenvoltura y, In.in es dccirlo, total desinteres por cuanto estuviera mas allä de lo folklö-ilin. Por el contrario, como ha dicho una critica especializada en el tema, MOrprende la simpatia con que sor Juana presenta a los negros y su iiiiicutable condicion, pues estaba muy lejos todavia la protesta anties-i Invista. Mäs aün, los negros en la Nueva Espana por esa epoca eran un iiiilo de terror y se producian oleadas de pänico en las ciudades cada " / que se propagaban noticias de alzamientos y conjuras» (Rosa Valdes-(1117., «La visiön del negro en Sor Juana», en Memoria del XVII Congreso ml Instituto International de Literatura Iberoamericana, Ediciones Cultu-'i llispänica del Centro Iberoamericano de Cooperaciön, Madrid, 197$, t. I, l> 208). Aquf dialogan y cantan dos negros de obraje (v. verso 52), es •le< ir, trabajadores en una fäbrica textil, Uamados Perico (Pilico) y Blasico ll'lucico). V. la normalizaciön del lenguaje de «Negrillos» hecha por Mendez l'liincarte en ed. cit., t. II, p. 263. 106 SOR JUANA INSS DE LA CRUZ se juntö la Plebe humana con la Angelica Nobleza. Y como Reina es de todos, su Coronaciön celebran, y con majestad de voces dicen en canciones Regias: Coplas.—Reina Angeles y hombres, Sefiora, os juramos, como veis, con que Vos os obligueis a ser nuestra Protectora. Y os hacemos homenaje de las vidas; y asi, Vos guardad los fueros que Dios le dio al humano linaje. Vos habeis de mantenemos en paz y justicia igual, y del contrario infernal con aliento defendernos. Con esto, con reverencia, conformes en varios modos, por los Evangelios todos os juramos la obediencia. Prosigue la Introducciön No faltö en tanta grandeza, donde nada es bien que falte, quien con donaires y chistes tanta gloria festejase. Porque dos Negros, al ver misterios tan admirables, Heräclito 17 uno, la llora; Demöcrito otro, la aplaude. VILLANCICOS 107 Fernán Gonzalez de Eslava en sus Coloquios. Sor Juana utiliza un esqu ma antes seguido por Góngora: desarrollo de un relato interrumpido canciones variadas. 17. Los filósofos griegos Heráclito y Demócriío (n. 500 a.C. y 460 a.C, respectivamente), cuyos nombres se usan como complementos aposicion les, eran considerados comúnmente como proclives al pesimismo, en primer caso, y al optimismo en el segundo. Demócrito fue conocido con «el filosofa que ríe». V. nota 4 a "Romances y otros poemas». I Negrillos " 1. Cantemo, pilico, que se va las Reina, y dalemu turo una noche buena. 2. Iguale yolale, Flacico, de pena, que nos dej a ascula a turo las Ňegla. 40 1. Si las Cielo va y Dioso la lleva, cpala qué yolá, si Eya sa cuntenta? Sará muy galana, vitita ri tela, milando la Sole, pisando la Streya. 2. Déjame yolá, Flacico, pol Eya, 50 que se va, y nosotlo la Oblaje nos deja. 1. Caya, que sa siempre milando la Iglesia; mila las Paňola, que se quela plieta. 2. Bien dici, Flacico: 18. De hecho, con sor Juana se inicia en la poesía hispanoamericana rl terna negro que encontrará su momento álgido en la poesía afroantilla-lui del siglo XX. Los grandes maestros espaňoles de la Edad de Oro, Lope, U'tngora y Quevedo, manejaron este asunto con briliante desenvoltura y, lusto es decirlo, total desinterés por cuanto estuviera más allá de lo folkló-iíiu. Por el contrario, como ha dicho una crítica especializada en el terna, • \orprende la simpatía con que sor Juana presenta a los negros y su lamentable condition, pues estaba muy lejos todavía la protesta anties-itavista. Más aún, los negros en la Nueva Espaňa por esa época eran un unto de terror y se producían oleadas de pánico en las ciudades cada vrz que se propagaban noticias de alzamientos y conjuras» (Rosa Valdés-t'ruz, «La vision del negro en Sor Juana», en Memoria del XVII Congreso ile! Institute International de Literatura Iberoamericana, Ediciones Cultu-iii Hispánica del Centro Iberoamericano de Cooperación, Madrid, 1978, t. I, I, 208). Aquí dialogan y cantan dos negros de obraje (v. verso 52), es (lecir, trabajadores en una fábrica textil, Ilamados Perico (Pilico) y Blasico (Flacico). V. la normalización del lenguaje de «Negrillos» hecha por Méndez Plancarte en ed. cit., t. II, p. 263. 108 SOR JUANA IN£S DE LA CRUZ VILLANCICOS 109 tura sa suspensa; si tú quiele, demo unas cantaleta. *o 1. jNomble de mi Dioso, que sa cosa buena! Aola, Pilico, que nos mila atenta: Estribillo —jAh, ah, ah, que la Reina se nos va! —jUh, uh, uh, que non blanca como tú, nin Paňó que no sa buena, que Eya dici: So molena 70 con las Sole que mirá! —iAh, ah, ah, que la Reina se nos va! Prosigue la Introducción Los Mexicanos alegres también a su usanza salen, que en quien campa la lealtad bien es que el aplauso campe; y con las cláusulas tiernas del Mexicano lenguaje, en un Tocotín " sonoro 80 dicen con voces siiaves: Tocotín —Tla ya timohuica, totlazo Zuapilli, maca atnmo, Tonantzin, titechmoilcahuíliz. 19. Tocotín era el baile principál de los aztecas. En cuanto a la lengua náhuatl está usada con gran propiedad, según opinión de Angel Maria Ga-ribay («con notable grácia y fluidezx), recogida por M. Plancarte (ed. cit., t. II, p. 365). Se trata del único poema de sor Juana en esta lengua, que al parecer «la poetesse parlait depuis son enfance* (M.-Cecile Bénassy-Berling, Humanisme el Religion chez Sor Juana Inés de la Cruz, Paris, Sorbonně, 1982, p. 203). Ma nel in Ilhuícac huel timomaquítiz, čamo nozo quenman timotlalnamíctiz? In moayolque mochtin huel molitinizque; tlaca amo, tehuatzin ticmomatlaníliz. Ca mitztlacamati motlazo Piltzintli, mac tel, in tepampa xicmotlatlauhtili. Tlaca ammo quinequi, xicmoilnamiquili ca monacayotzin oticmomaquiti. Mochichihualayo oquimomitili, tla motemictía ihuan Tetepitzin. Ma mopampantzinco in moayolcatintin, in itla pohpoltin, tictomacehuizque. Totlatlácol mochtin ťiololquiztizque; Ilhuícac ťiazque, timitzittalizque: in campa cemícac timonemitíliz, cemícac mochíhuaz in monahuatiltzin. 90 100 no