es algo del dolor trero, y mucho más no refiero porque pasa/de locura. Si acasßrme contradigo en este/confuso error, aqupi que tuviere amor entenderá lo que digo. [20] 110 V SONETO En que sa/isface un recelo con la retórica del llanto. Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba, como en tu rostro y tus acciones via que con palabras no te persuadía, que el corazón me vieses deseaba; y Amor, que mis intentos ayudaba, venció lo que imposible parecía: pues entre el llanto, que el dolor vertía, el corazón deshecho dešti laba. Baste ya de rigores, mi bien, baste; no te atormenten más celos tiranos ni el vil recelo tu quietud contraste con sombras necias, con indicios vanos, pues ya en líquido humor viste y tocaste mi corazón deshecho entre tus manos. 1(1 [20] (II, 1692, 280; MP, I, 287.) 13 La metafora «líqmdo humom por «lágrimas» guarcla rclación con la teória de los «humores» que forman cl cuerpo humano. 112 [21] SoNETO Que contiene una fantasia contenta con amor decente. Detente, sombra de mi bien esquivo, imagen del hechizo que mas quiero, bella ilusiön por quien alegre muero, dulce ficciön por quien penosa vivo. Si al imän de tus gracias, atractivo, sirve mi pecho de obediente acero, <;para que me enamoras lisonjero si has de burlarme luego fugitivo? Mas blasonar no puedes, satisfecho, de que triunfa de mi tu tirania: que aunque dejas burlado el lazo estrecho que tu forma fantästica cenia, poco importa burlar brazos y pecho si te labra prisiön mi fantasia. 10 Que da media para amär sin mucha pena. Yo no puedo tenérte ni dejarte, ni sé por qué, abéejarte o al tenerte, se encuentra urí no sé qué para quererte y muchos siAé qué para olvidarte. Pues ni/quieres dejarme ni enmendarte, yo temprare mi corazón de suerte [21] (II, 1692, 282; MP, I, 287.) [22] (II, 1692, 282; MP, I, 293.) 113 fCí'WS senriirt* / ipO&F>S> Y Redondillas Arguye de inconsecuentes el gusto y la censura de los hombres, que t las mujeres acusan lo que causan. Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión, de lo mismo que culpáis; si con ansia sin igual solicitáis su desdén, (fpor qué queréis que obren bien, si las incitáis al mal? Combatís su resistencia, y luego, con gravedad, 10 decís que fue liviandad lo que hizo la diligencia. Parecer quiere el denuedo de vuestro parecer loco, al niňo que pone el coco 15 y luego le tiene miedo. Queréis, con presunción necia, hallar a la que buscáis, para pretendida, Tais, y en la posesión, Lucrecia. 20 jQué humor puede ser más raro que el que falto de consejo, él mismo empaňa el espejo, y siente que no esté claro? L SC, I (Cast., 85; MP, I, 228; SR, 181.) Tópico literario. MP (págs>. 488-491) recoge anteccdentes y algunas «refu-taaone.s» qut sc le hicieron al poema cle S). IM Tais: cortesana ateniensc muy famosa. 20 Lucrecia: dáma de la Ruina clásica, en la que se representó la fidelidad conyugal. Con el favor y el desdén 25 tenéis condición igual, quejándoos, si os tratan mal, burlándoos, si os quieren bien. Opinion ninguna gana, pues la que más se recata, 30 si no os admite, es ingrata, y si os admite, es liviana. Siempre tan necios andáis que, con desigual nivel, a una culpáis por cruel, 35 y a otra por fácil culpáis. (iPues cómo ha de estar templada la que vuestro amor pretende, si la que es ingrata, ofende, y la que es ťácil, enfada? 40 Mas entre el enfado y pena que vuestro gusto refiere, bien haya la que no os quiere, y quejaos en hora buena. Dan vuestras amantes penas 45 a sus libertades alas, y después tie hacerlas malas, las queréis hallar muy buenas. <;C.uál mayor culpa ha tenido en una pasión errada, 50 la que cae de rogada, o el que ruega de caído? cuál es más de culpar, aunque cualquiera mal haga, la que peca por la paga, 55 o el que paga por pecar? (iPues para qué os espantáis de la culpa que tenéis? Queredias cual las hacéis, o hacedlas cual las buscáis. 60 Dejad de solicitar, y después, con más razón, acusaréis la afición de la que os ťuere a rogar. Bien con muchas armas fundo que lidia vuestra arrogancia, pues en promesa e inštancia, juntáis diablo, carne y mundo. [57] y>oneto Aunque eres, Teresilla, tan muchacha, le das quehacer al pobre de Camacho, porque dará tu disimulo un chacha a aquel que se pintare más sin tacha. De los empleos que tu amor despacha anda el triste cargado como un macho, y tiene tan erecido ya el penacho que ya no puede entrar si no se agacba. ľ'.stás a hacerle burlas ya tan ducha y a sal i r de ellas bien estás tan hecha, que de lo que tu vientre desembucha sabes darle a entender, cuando sospecha, que has hecho, por hacer su hacienda mucha de a jena siembra, suya la cosecha. Epigramas [58] Redondillas, que muestran a un sargento las cireunstancias que le faltan. De alarbarda vencedora un tal sargento se armó; mas luego él y ella paró en lo que contaré ahora: a ella, una A se desvanece, 5 porque la albarda suceda; a él el sar, en sarna queda; y el argento no parece. ry Ky / [59] Con un desengaňo satírico a una presumida de hermosa. Que te dan en la hermosura la palma, dices, Leonor; la de virgen es mejor, que tu cara la asegura. No te precies, con descoco, 5 que a todos robas el alma: que si te han dado la palma, es, Ixonor, porque eres coco. [58] (H, 1692, 298; MP, I, 231.) 1 La «alaharda», cspccie de lanza que termina en una hoja ancha, dio nombre a la Guardia Real de los Alabarderos. De ahí, el acentuado carácter satírico del poéma. [59] (II. 1692, 297; MP, I, 230.) r [74] eto N SoNEI En que da moral censura a una rosa, y en ella a sus semejantes. Rosa divina que en gentil cultura eres, con tu fragante sutileza, magisterio purpüreo en la belleza, ensenanza nevada a la hermosura. Amago de la humana arquitectura, 5 ejemplo de la vana gentileza, en cuyo ser unio naturaleza la cuna alegre y triste sepultura. jCuän altiva en tu pompa, presumida, soberbia, el riesgo de morir desdenas, 10 y luego desmayada y encogida de tu caduco ser das mustias senas, con que con docta muerte y necia vida viviendo enganas y muriendo ensenas! [69] y Son eto Procura desmentir los elogios que a un retrato de la poetisa inscribiö la verdad, que llama pasiön. liste, que ves, engano colorido, que del arte ostentando los primores, con falsos silogismos de colores es cauteloso engano del sentido; este, en quien la lisonja ha pretendido 5 excusar de los anos los horrores, y venciendo del tiempo los rigores, triunfar de la vejez y del olvido: es un vano artificio del cuidado, es una flor al viento delicada, 10 es un resguardo inütil para el hado, es una necia diligencia errada, es un afän caduco y, bien mirado, es cadaver, es polvo, es sombra, es nada. |74| (II, 1692, 279; MP, I, 278.) 1 lultura: equivale a nucstro actual «cultivo». ,V4 Purpurea y nevaia con cl valor simbolico de I» «|ttjf(»tlf** ^U» vi* icn los reyes y persona*, imponantes, y la «expcriencii» «lr In« pectivamente. |69| ((.asl., .1; MP, I, 277; SR, 90.) I I lipcrbaton caracicristico con que comien2an muchos poemas barro-cos. Rccueidese, p<>r ejemplo, el comienzo del Polifemo de Göngora: «Estas que me dicto rimas sonoras.» 14 Retlejo del ultimo verso del soneto de Ciöngora Mitntras per eompelir con lu cabello: «en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada». 253