Cuando en alto subieron el hermoso Árbol con esta ofrenda refulgente, Y en el hoyo con ímpetu furioso Lo dejaron caer pesadamente: Fijóse el estandarte victorioso En tierra, enarbolado y eminente; Estremecióse el cuerpo al golpe fiero; Gimió la peña y retembló el madero. abriéronse las llagas de las manos, De los pies se rasgaron las heridas, Y los arroyos dellas soberanos Crecieron con las grandes avenidas; Y con nuevos dolores inhumanos De los huesos las carnes desasidas, No el pecho solo, palpitar se vieron, Y de la cruz al golpe resurtieron. sftsí fué levantada en el desierto La gran serpiente de metal robusto, Para el pueblo fiel remedio cierto Contra el castigo de su culpa justo; Así alzaban en alto descubierto El sacrificio grato al sabio gusto De Dios, y así, de tierra levantado, Cristo se llevó el mundo en sí elevado. Mas ¿por qué, ¡oh buen Jesús!, morir quisiste En cruz subido y de la cruz pendiente? Dime las conveniencias que tuviste, Si es doctrina el saberlas conveniente; Y pues tú, vida eterna, padeciste Muerte tan vil con pecho tan clemente Y sabio por mi bien y por tu gloria, Hazme tu ciencia y tu bondad notoria.