Johnson resucita el fantasma de la frontera irlandesa para salvar su Brexit El primer ministro desvelará a la UE en las próximas horas su nueva propuesta RAFA DE MIGUEL Londres, 2 OCT 2019 “La gente debe enfrentarse a la cruda realidad. Nos vamos de la UE, y eso, me temo, supondrá algún cambio en el statu quo”. Boris Johnson ha anunciado finalmente este martes lo que sus detractores sospechaban: en sus planes para el Brexit, con o sin acuerdo, Irlanda del Norte va de la mano del Reino Unido, y eso significa que la frontera con el territorio comunitario deberá partir, con mayor o menor suavidad, a la isla de Irlanda. Es el gran obstáculo que durante años ha hecho imposible cualquier acuerdo, y un nudo gordiano inesperado para el que ninguna solución satisface a todos. Si el Reino Unido abandona el club comunitario, la República de Irlanda –estado miembro de la Unión Europea– será la nueva frontera occidental. Pero una porción de esa isla, Irlanda del Norte, sigue siendo territorio británico. Durante todos estos años se ha intentado dar con la respuesta a un doble problema. Bruselas no quiere ningún hueco físico que ponga en riesgo su mercado interior. Pero ni Dublín ni Bruselas desean poner en peligro la paz alcanzada por el Acuerdo de Paz de Viernes Santo, en 1998. La magia de aquel pacto fue la de convertir, a todos los efectos, la línea que separa los dos países en una línea invisible. Una sola isla para ayudar a sus habitantes a olvidar que tenían nacionalidades distintas y cerrar las heridas del pasado. La idea funcionó, porque la República de Irlanda y el Reino Unido pertenecían ambos a la UE: libertad de movimiento de personas, bienes y servicios. Por eso cualquier recuerdo de la cicatriz –un puesto de control aduanero, algún método de supervisión de los intercambios– podría convertirse en blanco de los violentos, cuya presencia sigue latente. La sospecha de todos los rivales políticos de Johnson es que está jugando a tensar la cuerda con el propósito último de hacer que un Brexit sin acuerdo sea inevitable. ¿En qué consistiría este juego? Hasta el último momento ha sostenido el mensaje de que quería alcanzar un acuerdo con Bruselas, pero se ha cuidado muy mucho de detallar su propuesta. El tiempo corre a su favor. La fecha fijada oficialmente para que el Reino Unido abandone la UE es el 31 de octubre. La última oportunidad para convencer a los 27 de que se replanteen su postura tendrá lugar el 17 de octubre, fecha en la que está previsto un nuevo Consejo Europeo. El primer ministro tiene intención de comenzar a explicar su propuesta a los diferentes líderes europeos en las próximas horas. Algo ya se ha filtrado a los medios y la respuesta irlandesa ha sido rotunda. “No es una propuesta, es un mal comienzo. Ha llegado la hora de que la Unión Europea reciba una propuesta seria del Gobierno del Reino Unido si queremos que sea posible un acuerdo antes de octubre. Irlanda del Norte y la República de Irlanda se merecen algo mejor que esto”, ha escrito el vicepresidente irlandés, Simon Coveney, en su cuenta de la red social Twitter. La emisora pública irlandesa RTE había desvelado horas antes los planes de Londres de establecer puestos de control aduaneros a 16 kilómetros de la frontera física.