Relaciones entre los signos lexicos (I): Sinonimia. Hiperonimia-hiponimia 8.1. Introducciön. Relaciones entre los signos lexicos En el capitulo anterior ha quedado claro que los signos no estän aislados, sino que mantienen relaciones entre si y que estas relaciones pueden ser sintagmäticas y paradigmäticas. En efecto, el valor o funciön de cada signo se desprende, por una parte de su relaciön con los demäs elementos del enunciado (sintagmäticas) y, por otra parte, de su relaciön con otros signos lingüisticos que podrian sustituirlo, pues tienen algo en comün o contrario con el, y aparece por asociaciones (paradigmäticas). Por consiguiente las relaciones de significado son de dos tipos fundamentales: sintagmäticas y paradigmäticas. (7.8.1.2 y 7.8.4.1.4) Desde un principio, la semäntica estructural ha concedido especial impor-tancia a las relaciones de oposiciön paradigmätica o relaciones de contenido. Pero, tambien fuera de la semäntica estructural encontramos que la mayoria de los semantistas lexicos se han dedicado preferentemente a ellas. No obstante, debe-mos puntualizar que, de hecho, es imposible describir uno de estos tipos de relaciones sin hacer referencia frecuentemente al otro tipo, pues existen intercone-xiones, como hemos visto, por ejemplo, a la hora de constituir un campo lexico (cf. 7.8.4.1.4), en el estudio de los clasemas (cf. 7.3) y de las restricciones de se-lecciön (cf. 7.4.2), etc. La concepciön estructural de la lengua como una red de relaciones sistemäti-cas entre unidades ha resultado ser uno de los enfoques mäs productivos del anälisis semäntico del vocabulario. Este anälisis ha sido reconocido como nece- 265 7 266 LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA sario incluso en las teorías que están focalizadas al estudio de la oración o de la enunciación pues, en todas las lenguas, las palabras pueden ordenarse para formar oraciones y el significado de éstas dependerá del significado de las palabras que han intervenido en su constitución. Recordemos, a modo de ejemplo, que Katz y Fodor, al exponer su teoría semántica, cuyo objetivo es la interpretación semántica de las oraciones, propugnan la existencia de un Diccionario y de unas reglas de proyección. En el Diccionario las entradas léxicas mostrarán, a través de los marcadores y diferenciadores, la estructura semántica dentro de ellas mismas y las relaciones semánticas entre las otras entradas del Diccionario. En la semántica ve-ritativa se admite que los componentes del significado de los lexemas representan la contribución de un elemento léxico a las condiciones veritativas de las oraciones en que aparecen. A su vez Bierwich (1970: 177) afirma que «para comprender el significado de una oración [...] hay que conocer no sólo el significado de sus elementos léxicos, sino también la manera en que éstos se interrelacionan, [...]» y, por tanto, como una de las tres tareas en una teoría semántica está el «representar sistemáticamente el significado de las palabras sueltas [...]» . Sintetizando podemos decir que los semantistas aceptan los siguientes presu-puestos básicos sobre las relaciones de contenido (paradigmáticas) entre unidades: 1) Parte del significado (valor, función) de las Unidades léxicas depende de sus relaciones con los significados de las demás unidades léxicas del sistema. 2) Para describir el significado de las unidades léxicas hay que describir sus relaciones. 3) Gracias al análisis sémico o componencial se pueden definir y caracterizar estas relaciones semánticas. 4) La propiedad fundamental de la lengua es su carácter sistemático. Estas relaciones semánticas son sistemáticas (estructurales) y constituyen subsistemas. 5) Estas relaciones nos explicarán los fenómenos semánticos de sinonimia, antonimia, etc., que se dan en la semántica léxica. 8.2. Tipos de relaciones de contenido. _Enfoques descriptivos Las descripciones de la estructura semántica reconocen la existencia de diversos tipos de relaciones de significado entre los lexemas. Hasta una época relativamente reciente1 se han estudiado las relaciones léxicas, tarea primordial para el examen de significado léxico, enmarcándolas en dos agrupaciones: ' Todavía Leech (1977: 122) sigue estas dos agrupaciones para describir las relaciones. RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (I): SINONIMIA. HIPERONIMIA-HIPONIMIA 267 A) Relaciones entre la forma y el significado o entre sonido y sentido o entre el piano de la expresión y el piano del contenido: sinonimia y polisemia B) Relaciones sólo entre los significados: hiperonimia-hiponimia, antonimia Más adelante, tanto con la aplicación de la lexemática (estudio de los significados) como con la aplicación de las relaciones lógicas a la semántica léxica se ha estructurado este enfoque centrándose exclusivamente en las relaciones entre los significados de las unidades léxicas, dejando en lugar aparte el caso de la polisemia u homonimia. Son tres los principales tipos de relaciones estructurales entre los significados de los signos: la sinonimia, la hiperonimia-hiponimia y la antonimia. Constituyen elementos claves en la estructuración léxica de las lenguas. Ahora bien, la descripcion de estas relaciones semäntico-lexicas se puede hacer bien en lenguaje corriente, como en los diccionarios y explicaciones de toda la vida o bien en una metalengua lögico-matemätica como en ciertos «modelos» semänticos2. En este ultimo caso se produce una «contaminaciön» entre las relaciones lingüisticas descritas y las relaciones logicas de igualdad o identidad, de inclusiön o de implicaciön, y de contrario y de contradicciön. De ahi que exista una diversidad en la denominacion de estas relaciones. El problema surge cuando estos terminos tienen un uso diverso en lingüfstica y en lögica. Esquematizamos la diversidad denominativa que encontramos en distintos au-tores, aunque en algunos se mezclan las del lenguaje corriente con las del metalen-guaje: LENGUAJE CORRIENTE LENGUAJE LÓGICO-SEMÁNTICO SINONIMIA HIPONIMIA INCLUSIÓN, VINCULACIÓN, IMPLICACIÓN 0 SUBORDINACIÓN SEMÁNTICA ANTONIMIA OPOSICIONALIDAD, CONTRADICCIÖN, CONTRARIEDAD SEMÁNTICA Figura 8.1. 2 Recordemos que la lógica formal contemporánea tiene elaborados unos sistemas lógicos fundamentales que, en relación con los enunciados, consiste en las siguientes operaciones: conjunción (a y b); ne-gación (non-a); disyunción (a o B); implicación (si a, entonces b); equivalencia (a cuando y sólo cuan- doB). 268 LEXICOLOGIA Y SEMANTICA LEXICA RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (I): SINONIMIA. HIPERONIMIA-HIPONIMIA 269 Destacamos que algunos renombrados autores contemporäneos aiiaden otros tipos de relaciones, estando unos mäs en la linea estructural y otros mäs en la lfnea logica. Efectivamente, Mortureux (1997: 80) agrupa en tres grandes categorias las relaciones estructurales, es decir, las relaciones que contribuyen a organizar el le-xico: • las relaciones de semejanza (sinonimia/antonimia) • de jerarquia (hiperonimia/hiponimia) • de solidaridad (todas las formas de metonimia). Este ultimo tipo se refiere en parte a la relacion de pertenencia (relaciön de la parte y el todo). Nosotros lo incluiremos en los cambios semänticos (Capi-tulo 10). Por su parte D. A. Cruse (1986:87), basändose en la logica de clases distingue cuatro tipos de relaciones entre conjuntos de unidades lexicas segün las entidades que denotan y los representa en un gräfico que nosotros completamos con la relaciön lexica correspondiente: RELACIONES ENTRE CLASES RELACIONES LEXICAS PARADIGMÁTICAS A B IDENTIDAD (A=B) (La clase A y la clase B tienen los mismos miembros) INCLUSION (A3 B) (La clase B está totalmente incluida en la clase A) SOLAPAMIENTO (La clase A y la clase B tienen miembros en común, pero cada una tiene miembros no encontrados en la otra} DISYUNCIÓN (La clase A y la clase B no tienen miembros en común) SINONIMIA (COGNITIVA) COMPATIBILIDAD INCOMPATIBILIDAD Figura 8.2. Resalta Cruse un problema en las palabras que no tienen referente determinado como unicornio, dragon, etc. y subraya que lo mejor para estudiar las relaciones se-mánticas entre dos unidades léxicas es operar directamente en el ámbito del sig- nificado. Esta ha sido la postura de la corriente estructuralista funcionalista que parte del significado para abordar el estudio semántico de la lengua. En ninguno de los tipos de relaciones léxicas presentados en las Figuras 8.1 y 8.2 hallamos los fenómenos semánticos de polisemia y/u homonimia, a pesar de que en numerosos estudios y manuales sobre semántica encontramos que, dentro de las relaciones de contenido (paradigmáticas) entre los lexemas o unidades léxicas, se incluyen también la polisemia y/u homonimia, fenómenos en que un significante tiene varios significados (ej. bota = a) "odre"; b) "calzado"). Veamos las rezones a favor y en contra de su inclusion. Aunque muchos autores, como por ejemplo B. Pottier, G. Berruto, F. Palmer, etc., los incluyen en las relaciones léxicas, sin embargo, esta inclusion no parece del todo ideal o correcta. Esos autores han querido ver en la polisemia y la homonimia una relación entre los signos o entre los significados de las palabras po-lisémicas y homonímicas, una relación igual que en la sinonimia, la hiponimia, etc. Es más, en ocasiones se ha considerado la polisemia como un fenómeno semántico semejante, aunque a la inversa, a la sinonimia en que un mismo significado está representado en diversos significantes. Pero en la sinonimia se compa-ran los significados entre si, mientras que en la polisemia u homonimia no. Para algunos autores estos fenómenos de polisemia y homonimia no son un hecho estructural de los esquemas lingiiísticos, sino que son hechos de habla relacionados con la intencionalidad del hablante. En síntesis, las relaciones no son de la misma naturaleza: en la sinonimia se estudian los significados de los signos sinónimos independientemente del significante, mientras que en la polisemia y homonimia se estudia la relación entre el significante y los significados asociados a él. Por tanto, se torna el punto de vista del significante y, más aún, del significante aislado. No se estudian las relaciones existentes entre los significados (similitud, contrariedad, etc.) sino sim-plemente si tienen o no semas comunes (mismo núcleo semántico), o, si partimos exclusivamente del piano del contenido, la delimitación de signos distintos, pues cada significado determina estructuralmente las distintas formas de contenido como límites semánticos que excluyen otros significados. Debemos hacer hincapié en que la semántica estructural, como hemos visto anteriormente, estudia las relaciones de significación, es decir, las relaciones de contenido (paradigmáticas), las relaciones entre significados de lexemas con in-dependencia del piano de la expresión, pues estas relaciones permitirán el esta-blecimiento funcional de oposiciones inmediatas entre los significados de los signos de un mismo paradigma o conjunto de lexemas. Los significados de las palabras polisémicas u homonímicas pertenecen a paradigmas léxicos tan alejados entre si que no guardan ningún tipo de relación opositiva. 270 LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA En suma, puesto que el objeto de la ciencia del contenido deben ser las magni-tudes de la significación y las relaciones que contraen entre sí, los fenómenos se-mánticos de polisemia y homonimia no deberían ser tratados en esta ciencia. No obstante, puesto que la polisemia y homonimia son también fenómenos semánticos, aunque de distinta naturaleza que los de sinonimia, hiperonimia y antonimia, consi-deramos que hay que estudiarlos y conocer el diferente tratamiento que han re-cibido según las teorías lingiiísticas, pues la casi totalidad de las investigaciones le-xicológicas han centrado su interés en este fenómeno en el que no se da una correspondencia biunívoca entre el sonido y el sentido. Es un fenómeno que se en-cuentra en todas las lenguas. Es uno de los problemas clave de la semántica estruc-tural y la discusión sobre estos fenómenos (polisemia-homonimia) ha sido central en muchos de los trabajos recientes en semántica léxica, en lo que respecta a la estruc-tura semántica del léxico. El objetivo es intentar explicar el comportamiento de las palabras polisémicas y homonímicas en el sistema de la lengua y en el habla, pues son fenómenos con numerosas repercusiones en la semántica (léxica). La polisemia es un proceso de denominación, el resultado de la metafora, la metonimia, la restricción de significado, etc. (cambio semántico) y es causa de ambigiiedad. Destacamos que el fenómeno polisémico interviene directamente en el acto de la comunicación, tanto como proceso selectivo (de entre los varios contenidos adscritos a la misma forma materiál) como también en cuanto proceso interpretativo para el oyente. Por otra parte, es importante la delimitación de signos distintos o invariantes para constituir los campos léxicos (estructu-ración). A la vista está que existen muchas razones para acometer la descripción de la polisemia y/u homonimia en el marco de relaciones léxicas y todas podían quedar subsumidas en el hecho de que este fenómeno se halla inmerso en el ámbito de la semántica léxica, ámbito en torno al cual gira la presente obra. Resulta difícil exponer separadamente las relaciones léxicas de sinonimia, antonimia, hiperonimia e hiponimia, pues numerosos autores definen unas en vin-culación con otřas ya que todas son relaciones paradigmáticas de sentido y son in-dependientes. De ahí que llegaremos a conocer plenamente cada una de estas relaciones tras la exposición de todas ellas. Nos encontramos ante la necesidad de una exposición individualizada de cada una de estas relaciones, no sólo por razones más o menos didácticas, sino sobre todo porque el caracterizar correctamente cada una de ellas nos garantizará la posibilidad de caracterizar también las otřas relaciones. No obstante, advertimos de la interrelación existente entre ellas y que, por tanto, al describir un tipo de re-lación mencionaremos los otros tipos. RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (I): SINONIMIA. HIPERONIMIA-HIPONIMIA 271 8.3, La sinonimia (relación entre significados) 8.3.1. Introducción Según algunos autores (Tutescu 1975: 108), la sinonimia es «la relación semántica que ha hecho correr más tinta». En efecto, es quizá la relación semántica que más investigaciones ha generado no sólo entre los lingiiistas, sino también en la ciencia y en la filosofía del lenguaje. Centrándonos en la semántica, recogemos las palabras de K. Baldinger (1977:212) para quien «el problema de la sinonimia es uno de los platos fuertes de la semantica». A esto respondió un lingilista espafiol, Gregorio Salvador, (1985:66) que no es que sea un plato fuerte sino que «ha sido simplemente un plato indigesto por lo mal cocinado, por la mezcla de ingredientes y aliňos con que nos lo han venido sirviendo». Efectivamente, en la descripción de la sinonimia se han seguido distintos conceptos de sinonimia, de signo lingiiístico, de lengua, etc. Asimismo se ha confundido la realidad y la lengua y se han mezclado los planos del lenguaje, la lengua y el habla. Por si esto fuera poco, en la descripción de esta relación semántica se han empleado parámetros y lenguajes distintos (tradicional, estructural y lógico). Todo ello ha generado una gran diversidad en los trata-mientos de la sinonimia y de las posturas en cuanto a la aceptación o no de su existencia. Seňalamos ya desde ahora que no hay resultados definitivos en la in-vestigación de la sinonimia. Nuestro propósito es desenmaraňar la compleja situación que se ha producido en torno a la descripción de la sinonimia, especificando, en lo posible, los conceptos, niveles, etc. Para ello comenzamos por delimitar nuestro campo de ac-tuación. 8.3.2. La sinonimia lexica y otras "sinonimias" Para iniciar nuestra andadura por el camino de la sinonimia aportamos una defi-niciön muy amplia y poco precisa de la misma3. Se concibe la sinonimia como la relaciön de identidad o de semejanza entre dos o mäs unidades. La sinonimia puede existir entre unidades de distintos niveles, en unidades inferiores al lexema asf como tambien en superiores al mismo. Se puede dar sinonimia: a) entre morfemas gramaticales o gramemas: ej. sufijos que indican lugar de origen: -ano (asturiano); -ense (tarraconense), etc. b) entre lexemas, es decir, entre un lexema y otro: ej. desertor y pröfugo 3 A lo largo de esta descripción se irá precisando el concepto. r 272 LEXICOLOGIA Y SEMANTICA LEXICA c) entre un lexema y una expresión (perífrasis léxicas, colocaciones, locu-ciones): ej. temer y tener miedo; morir,fallecer y pasar a mejor vida d) entre expresiones: ej. pasar a mejor vida y estirar la pata; marcharse a la francesa e irse a lafrancesa e) entre oraciones. Dos oraciones pueden ser semánticamente equivalentes: ej. Pedro ha leído un libro y Un libro ha sido leído por Pedro o El actual Presidente de Gobierno de Espaňa derogó dicha ley y El actual Secreta-rio General del PSOE derogó dicha ley''. De todos estos casos sólo vamos a tratar la llamada sinonimia léxica, es decir, ! los puntos b) y c) pues en los demás apartados no intervienen lexemas o unidades léxicas conmutables o sustituibles con otros lexemas. En suma, podríamos decir que hay tres grandes tipos de sinonimia: • sinonimia de la "palabra" (semántica léxica + estructural) • sinonimia de la oración (lingiiística generativa) • sinonimia del enunciado o del texto (Lingiiística del habla, del Texto, Aná-lisis del Discurso, Pragmática). En la descripción que ahora acometemos nos ceňimos al ámbito léxico y de-jamos de lado la sinonimia oracional o paráfrasis estudiada en la lingiiística generativa y en la lingiiística del habla (análisis del discurso). Esta delimitación no es suficiente pues dentro de la sinonimia léxica existen tres grandes modalidades o perspectivas de estudio: ■ sinonimia paradigmática ■ sinonimia y distribución ■ sinonimia y enunciación. Aunque mencionaremos las tres modalidades al exponer los distintos trata-mientos de la sinonimia (cf. 8.3.3), es evidente que nos centramos en la sinonimia paradigmática pues su estudio es el medio para conocer las relaciones léxicas y la estructuración del léxico de la lengua. 8.3.3. Los tratamientos de la sinonimia. Breve panorama histórico Encontramos el término sinonimia ya en la retórica clásica. Fue Aristoteles el primero que utilizó ese término en su Retórica (Libro III, cap. 2). Afirma Aristoteles que los sinónimos son «utiles para el poeta». Efectivamente, la sinonimia en Si ambos cargos coinciden en la misma persona. RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LEXICOS (I): SINONIMIA. HIPERONIMIA-HIPONIMIA 273 cuanto posibilidad de sustituciön de unas palabras por otras equivalentes (elecciön de sinönimos) es un recurso estilistico que, junto con la combinaciön de sinöni-mos, ha sido empleado por numerosos autores redundando en la creaciön literaria, especialmente, poetica. Las relaciones de la sinonimia con el estilo y la creaciön poetica han sido estudiadas por lingiiistas modernos como Ch. Bally, K. Baldinger, S. Ullmann, etc. En la lingUistica, y particularmente en la semäntica, el concepto de sinonimia tiene una larga tradiciön y es una de las cuestiones idiomäticas mäs debatidas en la historia de la lingiiistica. Su estudio, segün E. Brekle (1972:68) se desarrolla en Francia desde finales del siglo xvii y todo a lo largo del siglo xvm. Este desarro-llo es simultäneo en Espana. El primer libro espanol sobre el tema apareciö en 1736 y fue el llamado Ensayo de los sinönimos de Manuel Dendo y Avila. El tra-tamiento del problema de la sinonimia, aunque con altibajos, no ha cesado hasta nuestros dias. Tuvo un gran auge en la decada de 1960, aunque despues decayö, surgiendo de nuevo en la decada de 1970. Veamos sucintamente esta trayectoria. Ya desde los inicios de la semäntica como ciencia es tratada la sinonimia por M. Breal y A. Darmesteter. Propugnan estos autores la diferenciaciön entre sinönimos y, por tanto, la sinonimia como «semejanza» entre dos o mäs unidades. M. Breal en Essai de semantique (1897) enunciö la llamada «ley de reparticiön del significado» para contrarrestar las leyes de caräcter fonetico postuladas por los neogramäticos. Concibe la reparticiön como un proceso por el que «las palabras que deberian ser sinönimos y que lo eran de hecho, han adquirido sin embargo significados diferentes y ya no se pueden emplear una por otra». Asi explica esta ley el lingüista espanol G. Salvador (1985: 53): La ley de reparticiön del significado, segün Breal, consiste en que, cada vez que se produce sinonimia en la lengua las voces implicadas en ella tienden a repartir su contenido y acaban por diferenciarse semänticamente. Todas las palabras que de-bieran ser sinönimos y que incluso lo han sido momentäneamente en el pasado, han adquirido significaciones diferentes y han dejado de ser intercambiables. La sinonimia seria, pues, un accidente, una coincidencia pasajera a la que la lengua pone enseguida remedio, inexorablemente, con rigor de ley [...]. En suma, segün esta ley, los elementos implicados en un estado de sinonimia terminarän por diferenciarse semänticamente («repartirän» su significado) y ya no serän intercambiables. Con esta ley se reconoce la diferenciaciön de sinönimos. A. Darmesteter (1895) proclamö la no existencia de sinönimos completos en la lengua comün, pues todas las palabras empleadas en ella tienen su funciön propia. La posiciön de estos dos autores repercutiö notablemente en posiciones teö-ricas posteriores, como Nyrop (1913), H.-J. Pos (1933), etc. En präcticamente todos los autores de la semäntica tradicional o diacronica existe unanimidad en el reconocimiento de que, en el sistema de la lengua, no existen signos con el mismo significado, aunque si semejante. La lengua pone en marcha una serie de meca- T 274 LEXICOLOGIA Y SEMÄNTICA LEXICA nismos para evitar la posibilidad de la sinonimia absoluta o identidad total de sig-nificados (cf. 8.3.6). En los autores que hemos englobado en la semäntica preestructural adver-timos posturas dubitativas. Asi el lingüista suizo K. Baldinger admite la sinonimia en el piano simbölico o conceptual (onomasiolögico), pero no en el semasiolögi-co (sintomätico y signaletico), pues se destruye o se hace relativa por una serie de factores extemos, como veremos en el apartado 8.3.5. Por su parte, el lingüista sa-jön S. Ullmann (1972) refleja palmariamente esta postura dubitativa pues resulta confuso e incluso contradictorio en sus afirmaciones. Unas veces admite la sinonimia absoluta afirmando que no es infrecuente y que «seria erröneo negar la posibilidad de la sinonimia absoluta» (p. 159), en los terminos cieritificos, aunque mäs adelante afirma «muy pocas palabras son completamente sinönimas» (p. 160) en el lenguaje ordinario. El "padre" de la semäntica estructural en Europa, F. de Saussure, aunque alude a la sinonimia en dos capitulos del Curso, sin embargo, no emitiö ningün juicio sobre la existencia de sinonimos, si bien propugnö que «en la lengua solo hay diferencias». Pero es en el desarrollo de esta semäntica donde se han radica-lizado las posturas siendo asi que algunos autores defienden a ultranza la existencia de la sinonimia absoluta, mientras que otros la niegan rotundamente, de-fendiendo la sinonimia parcial. Entre los defensores de la sinonimia absoluta destacan lingüistas espanoles como Gregorio Salvador y S. Gutierrez Ordönez, mientras que se encuentran entre los que la niegan renombrados lingüistas es-tructuralistas como E. Coseriu, H. Geckeier, B. Pottier, A. Greimas, etc. Otros autores, como Lyons, aceptan la sinonimia absoluta, aunque reconocen que es rara, junto a la sinonimia parcial. Precisamente de la formulaciön de los postulados sobre los que se asientan estas posturas de rechazo o no de la sinonimia podemos in-ferir unos principios teöricos que clarifican el fenömeno de la sinonimia. Esta ra-zön nos ha impulsado a tratar mäs detenidamente estas cuestiones teöricas planteadas sobre todo en la semäntica estructural (cf. 8.3.4). En la lingüistica americana, dada la preeminencia concedida a la forma, se produce un rechazo de la existencia de la sinonimia tanto en L. Bloomfield como en Ch. F. Hockett. Bloomfield postula (1933:145) que «cada forma lingüistica tie-ne un significado constante y especifico. Si las formas son foneticamente dife-rentes, suponemos que sus significados tambien son diferentes [...] Suponemos en resumen, que no hay verdaderos sinonimos». En otras palabras, puesto que en los sinonimos tenemos expresiones materiales diferentes, sus significados tambien son diferentes y no se produce sinonimia. De igual modo Ch. F. Hockett (1958:130-131) niega la sinonimia basändose en la configuraciön fonemätica de los morfemas constitutivos de las palabras y empleando el metodo de la sustitu-ciön contextual. Este metodo es similar a la prueba de la conmutaciön practicada en la semäntica estructural europea para diferenciar los sinonimos. Al Uegar a la lingüistica generativa debemos recordar que se mueve primor-dialmente en el nivel de la oraciön. Darä cuenta de las nociones de sinonimia, an- RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (I): SINONIMIA. HIPERONIMIA-HIPONIMIA 275 tonimia e hiponimia en este nivel, y, consiguientemente, tratarä sus correspon-dientes, es decir, las nociones de paräfrasis, antonimia e inclusión. Chomsky, en su primera formulaciön sólo "plantea" las cuestiones concernientes a la semäntica, como cuando dice «nos harä falta determinar a partir de qué momento dos significados distintos estän lo suficientemente pröximos para considerarlos como igua-les». Explicö las oraciones sinönimas por la existencia de la diferencia entre el con-tenido de la oración y su forma. Para aclarar esta diferencia introdujo los conceptos de estructura profunda (el contenido semäntico de la oración) y estructura superficial (ordenaciön formal). En la sinonimia o paräfrasis, desde una estructura profunda, a través de diferentes transformaciones posibles, se Uega a varias estructu-ras superficiales. Asi lo explica Wunderlich (1970:335) quien afirma que para la gramätica generativa transformacional el concepto de sinonimia es central pues «permite caracterizar clases de paräfrasis. Una estructura profunda es escogida como representante de una clase de paräfrasis y, partiendo de ella, procesos trans-formacionales deben permitir derivar todos los elementos de esta clase». En suma, la gramätica generativa esta fundamentada especialmente sobre la no-ciön de paräfrasis siendo uno de sus objetivos la explicaciön de estas relaciones. Los principios del análisis semántico-léxico basado en la sintaxis generativa debemos buscarlos en la semäntica interpretativa de Katz y Fodor (1963) en que la semäntica determina la lectura de las combinaciones sintagmäticas de los elementos léxicos y éstos tienen cada uno un significado determinado. Por tanto, a pesar de ser la oración el objetivo de la gramätica generativa, estos autores intro-dujeron el estudio del léxico al propugnar el diccionario o lexicón en el compo-nente semäntico. En él se trata la estructura de la entrada de diccionario y las relaciones semänticas entre las distintas entradas del mismo. Recordemos que una entrada de diccionario tiene dos partes: una gramatical y otra semäntica. En esta ultima se facilita el sentido del elemento léxico que puede ser analizado por dos medios: por una «caracterizacion del sentido (que aparece obligatoriamen-te) y una serie de uno o mäs sinonimos (que aparece opcionalmente)». Por tanto la definición de un término con la ayuda de sinonimos no es aqui esencial. Asi lo manifiestan Katz y Fodor (1976:44): La inclusión explícita de sinonimos de una acceso [entrada] de diccionario, que es practica común de los diccionarios comunes, constituye una redundancia intro-ducida para ahorrarle al que lo usa el esfuerzo de descubrir por si mismo los sinonimos de un item léxico [...]. Ahora bien, £cómo se descubren estos sinonimos? Según ellos afirman «me-diante la comparación de sus caracterizaciones de sentido con las de todos los de-más items del diccionario». En efecto, defienden que «el concepto de sinonimia puede ser reconstruido en términos del concepto de caracterizacion de sentido», es decir, que puede deducirse de la estructura misma de los articulos del diccionario tal como ellos los definen (p. 44): i 276 LEXICOLOGIA Y SEMÄNTICA LEXICA Dos item lexicos tienen n sentidos sinönimos si, y solo si, tienen n caminos [o ramas] en comün, y dos item lexicos son completamente sinönimos si, y solo si, tienen accesos [rübricas] identicos, es decir, si cada Camino de uno es un Camino del otro5. En suma, «los sentidos sinönimos de un mismo item lexico siguen represen-tändose en terminos de identidad de caminos» (p. 46). Como sabemos, el anälisis componencial subyace a las teon'as lingüfsticas de-sarrolladas por Katz y Fodor (1963). C. Nique (1975:189) afirma que este anälisis puede explicar la nocion de sinonimia, de la siguiente manera: Dos entradas lexicas son sinönimas si su sentido estä representado por el mismo conjunto de rasgos semänticos (sfmbolo categorial + indicadores + diferencia-dores: coche/automövil). Como dice Leech (1977:117) se da para ambas unidades la misma definiciön componencial. Bierwich (1970) conecta los componentes del significado con constantes 16-gicas que los unen y define asi los sinönimos (p. 180): Dos rübricas R1 y R2 son sinönimas, si sus significados constan de los mismos componentes, unidos por las mismas constantes lögicas. Destacamos que Katz (1979: 95-96) considera la existencia de «una gama de similitud en el significado, cuyos casos li'mite son la sinonimia en un ex-tremo y, en el otro, la completa diferencia de significado». (Las negritas son nuestras). Las semänticas con orientaciön lögica se centran en la semäntica oracional y se defiende que una descripciön semäntica completa de una lengua material debe dar cuenta de la ambigiiedad, la sinonimia, la vinculaciön, la contradic-ciön, etc. Para R. Kempson (1982: 40) la sinonimia se define en lögica como una vinculaciön reciproca, por consiguiente, en la semäntica vericondicional, la ca-racterizaciön del significado a base de condiciones veritativas garantizarä que cuando dos oraciones presenten identicas condiciones veritativas es que significan lo mismo. En lo que respecta al lexico se estudia el valor semäntico especifico de cada elemento segün la contribuciön sistemätica que hace a la interpretaciön de todas las oraciones en que aparece. Se estudiarä la estructura lexica y las relacio-nes que guardan entre si los elementos lexicos. Para el estudio de la sinonimia 16-xica se tienen en cuenta los principios lögicos (condiciones necesarias y sufi-cientes, de verdad, etc.) asi como las relaciones lögicas. (cf. 7.6). Senalamos que la relaciön lögica de equivalencia se asimila a la relaciön semäntica de la sinoni- RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LEXICOS (I): SINONIMIA. HIPERONIMIA-HIPONIMIA 277 mia6. Debemos mencionar que la paräfrasis de dos secuencias lingüisticas en que Y reformula el contenido de X es una relaciön de equivalencia semäntica funda-mentada en la existencia de un nücleo semäntico comün al que se le incorporan diferencias semänticas secundarias. En el lexico estas corresponden a las nociones de «pseudo-», «quasi-» o «para-» sinonimia. (cf. 8.3.4.1). En cualquier caso se trata la sinonimia teniendo en cuenta la distribuciön o interface semäntica. Bierwisch (1970: 181) menciona las restricciones a su com-binatoriedad como un tipo de relaciön entre los elementos del vocabulario. Aduce como ejemplos que verbos como hablar, pensar, sonar solamente permi-ten sujetos con rasgo humano y beber requiere un objeto con el rasgo liquido. Cruse (1986: 278) reconoce que en los significados de las palabras hay aspectos cuya esfera de operaciön no es la interface entre las intenciones del hablante y el lenguaje como son el significado presupuesto y el significado evocado. Por ejem-plo, en el verbo beber el significado presupuesto tiene la propiedad de ser liquido. El principal efecto de los rasgos semänticos presupuestos de un item lexico son las restricciones semänticas de co-ocurrencia llamadas restricciones de selecciön. Cruse diferencia estas de las que denomina restricciones colocacionales. Estas ültimas son restricciones que son irrelevantes para las condiciones de verdad y, por tanto, dos elementos lexicos que son sinönimos cognitivos pueden diferir en ellas permaneciendo como tales sinönimos. Este el caso que se produce entre ju-ramento medico y juramento hipocrätico en que se prefiere hipocrätico junto a ju-ramento. Senalamos que para Cruse la sinonimia cognitiva es una variedad de sinonimia y es la relaciön definida en terminos de relaciones vericondicionales. Asi lo expresa Cruse (p. 88): - X es un sinönimo cognitivo de Y si 1) X e Y son identicos sintäcticamente 2) ninguna oraciön gramatical declarativa S que contenga X tiene equivalencia vericondicional con otra oraciön S,, la cual es identica con S excepto que X es reemplazada por Y. La sinonimia puede ser definida mediante la equivalencia de oraciones. Dice al respecto Brekle (1974: 70): 5 Las nociones entre corchetes son traducciones nuestras. 4 La equivalencia lögica es un procedimiento de cälculo cuya validez queda garantizada dentro de un sistema simbölico fijo, independiente de sus condiciones de aplicaciön y de sus utilizadores, y que regula la sustituciön de los valores equivalentes en este sistema. Äplicada esta nocion a las relaciones lexicas ad-vertimos sus deficiencias. La sinonimia es tributaria de dos sistemas de relaciones semänticas, pues se com-ponen de los mismos «elementos formales», las palabras lexicas, y permite dentro de cada uno de estos sistemas «sustituciones» de vocablos diferentemente equivalentes. En la equivalencia lögica no se concibe la gradaciön de equivalencia que se atribuye a la sinonimia segün sea absoluta o relativa. Por otra parte, en la nocion lögica, los simbolos son monovalentes, hecho que no sucede en la sinonimia, como veremos en la sinonimia parcial (cf. 8.3.4.1). r 278 LEXICOLOGIA Y SEMÁNTICA LÉXICA RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (I): SINON1MIA. HIPERONIMIA-HIPONIMIA 279 Para establecer no sólo la equivalencia de dos frases, sino también la sinonimia de dos palabras, es necesario introducir las condiciones suplementarias siguientes: las dos frases equivalentes S, y S2 deben tener la misma estructura sintáctica y —si se quiere demostrar la sinonimia de dos palabras x e y de S1 y S2— es preciso que si x ocupa una determinada posición en S, y ocupe la misma posición en S2. Si hay equivalencia entre S, y S2, hay sinonimia entre x s y. (La traducción es nuestra) El principio de que la sinonimia depende del contexto está aceptado en la sintaxis, en el léxico y en el discurso. En la semántica cognitiva de Jackendoff, al igual que en la lingiiística gene-rativa tradicional, se reconoce que (1983: 11) una «teoria semántica debe ser capaz de dar cuenta formalmente de las llamadas "propiedades semánticas" en las emisiones, como la sinonimia, anomália, analiticidad y presuposicion». Recor-demos que, según esta téoría, muchos de los constituyentes conceptuales del significado de una oración están completamente contenidos en los items léxicos. Al aplicar la sinonimia al léxico, dice Jackendoff (p. 104) «[...] un juicio de que dos términos son sinónimos depende de la misma información que el juicio de que los términos son mutuamente subordinados. Por ejemplo "A cellar is a basement" y "A basement is a cellar" son suficientes juntas para establecer la sinonimia de "cellar" y "basement" 7». Trataremos esta relación de subordinación en los apartados 8.4. y 8.4.1. En el modelo del lenguaje de Meľčuk y Zolkovskij (1970) concebido como «procedimiento lógico capaz de imitar de manera puramente automática la conducta lingiiística humana» (p. 10) son centrales los problemas de sinonimia y paráfrasis, consecuencia de su definición de sentido como «el denominador común de expre-siones que tienen el mismo sentido». En las paráfrasis lingúísticas debe haber una misma «formula semantica» abstracta o especie de «significado de base». No podemos finalizar esta exposición sin mencionar la sinonimia en la Lingiiística del habla. En la Lingiiística del texto se trata la cohesion y la coherencia en cuanto referidos a la unión, relación o encadenación que existe entre las distintas partes del texto. La cohesion es una propiedad semántica_yJa coherencia es la relación que hay entre lös elementos formales. En la coherencia destecarľ como factores la conectividad o unión de las oraciones y la recurrencia o repetition de las mismas palabras en el texto, dentro de la cual está el caso de la paráfrasis o empleo de sinónimos en el texto, es decir, la repetition por sustitución lé-I j xica sinonímica. En el Análisis del Discurso existen métodos contrastivos que estudjan la reformulation de los enunciados, es deck, las relacipnes de paráfrasis enft/e enup-ciados directos y enunciados indirectos. Recordemos que lós initios de la Escue-la Francesa de Análisis del Discurso se basaron en las clases de equivalencia propuestas por Z. S. Harris. También se estudia la relación de sinonimia y ' "cellar"= sótano, bodega; "basement"= sótano (planta). La traducción de la cita es nuestra. enunciación pues, generalmente, la elección deliberada de un sinónimo no es in-diferente ni inocente. Refleja una "ideológia" y responde a la intención del ha-blante. Por consiguiente, es necesario analizar los matices de los sinónimos «en Situation» para poder determinar las intenciones del hablante o autor que haya elegido emplear una determinada palabra, asi como los efectos que produce en el «destinatario». Se ponen en juego las significaciones interpersonales y las rela-ciones interlocutivas que sirven para especificar cada «universo del discurso». Más adelante veremos (cf. 8.3.4.3.2) que las llamadas «connotaciones» que di-ferencian sinónimos no forman parte de la significación para numerosos autores, inclinándose a separar los sinónimos del orden lingiiístico para unirlos a los de la comunicación discursiva. Asi escribe Lyons (1968: 345): La sinonimia depende del contexto en un mäs alto grado de lo que lo esta nin-guna otra relaciön de sentido, y de una manera que es interesante desde el punto de vista teorico. No es en si misma una relaciön estructural, en la medida en que po-driamos eliminar del vocabulario de la lengua cualquier ejemplo de sinonimia sin cambiar el sentido del resto de las unidades lexicas. De hecho, en la comunicaciön, los sujetos tratan los smönimos como si fuesen identicos (cf. 8.3.4.2). Estas posturas han desembocado en la conclusiön de que la sinonimia ha de estudiarse tambien desde la pragmätica. Hoy en dia los estudios sobre la sinonimia tienen en cuenta las cuestiones planteadas por el uso, y , consiguientemente, los aspectos pragmäticos como el «modo proposicional», el «modo expresivo», el «significado presupuesto», las «implicaciones pragmäticas», etc. No debemos dejar de mencionar la relaciön entre sinonimia y estilistica. Ya Aristoteles en su Retörica afirmö que los sinonimos son «ütiles para el poeta». S. Ullmann (1972:170) extiende el ämbito y dice: La sinonimia es realmente un recurso estilistico inestimable no solo para el poeta, sino para cualquier escritor, y se presta a una variedad de usos. Estos se inclu-yen en dos amplias categorias segün que el que habla tenga que elegir entre los sinonimos o prefiera combinarlos con algün propösito especifico. Afirma que entre la eleccion y la combinacion de sinonimos son mäs inte-resantes y variados los usos estilisticos de la combinacion. Ambos son indispensables para cualquier estilo. Tambien la colocacion intencionada de sinonimos en un texto puede ser un artificio estilistico. Hay autores de orientaciön formalista, como p. ej. J. Lyons, que no consi-deran la sinonimia como relaciön esencial para la estructura semantica y, consiguientemente, relegan su estudio. Se apoya Lyons en que la sinonimia no es indispensable pues todo se podria expresar sin sinonimos pero su no existencia redundaria en la perdida, en la lengua, de sus posibilidades de Variation estilistica. LEXICOLOGÍA Y SEMÄNTICA LÉXICA Hemos podido comprobar que el estudio de la sinonimia permanece presente, de una forma u otra, en las distintas corrientes lingiiísticas. Los nuevos plantea-mientos de la sinonimia y sus métodos de análisis nos hacen esperar un perfec-cionamiento en el estudio de este fenómeno semántico. 8.3.4. Los distintos postulados teoricos y niveles de observacion en el anälisis de la sinonimia En la Introducciön a la sinonimia (cf. 8.3.1) hemos anunciado que existe una gran diversidad de teorias sobre la sinonimia. El abanico se abre desde la defensa de la existencia de una sinonimia absoluta hasta su negaciön contundente, pasando por otras posturas intermedias. Esta diversidad se debe a que se han seguido distintos postulados con respecto a los siguientes parametros: • la concepcion de la sinonimia • planos en que se situa • el concepto de significado • el concepto de lengua • los niveles del lenguaje • la aceptación o no de la connotación • elcontexto. Algunos de estos parametros quedan subsumidos en otros, como veremos al exponerlos. 8.3.4.1. La concepcion de la sinonimia Siguiendo la diferenciaciön entre significado lexico y significado oracional y del discurso distinguimos entre sinonimia lexica, sinonimia sintäctica o entre enunciados y sinonimia discursiva. Obviamente en la semäntica lexica se trata la i sinonimia 16xica, objeto de este anälisis. Si nos adentramos en las obras que tratan la sinonimia lexica, nos topamos I con una gran multiplicidad de tipos de sinonimia: sinonimia absoluta, relativa, \ total, parcial, completa, plena, denominativa, cognitiva, extensional, intensio-nal, etc. Intentaremos clarificar este alambicamiento estableciendo, en primer lugar, diferenciaciones provenientes directamente de la concepcion de sinonimia: RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (I): SINONIMIA. HIPERONIMIA-HIPONIMIA 281 ■ Sinonimia absoluta/relativa. ■ Sinonimia total/parcial. 9 Sinonimia completa y/o total. La primera diferenciaciön que debemos llevar a cabo es la que se basa en dos conceptos de sinonimia: el concepto de identidad semäntica (sinonimia absoluta) y el de similitud o semejanza semäntica (sinonimia parcial). En el primer caso nos referimos a palabras cuyos contenidos semánticos son absolutamente idénticos. En la sinonimia parcial, también llamada parasinonimia, quasisinoni-mia, las palabras tienen significados muy próximos y difieren en algunos aspectos (emotivos, connotativos, periféricos) (cf. 8.3.4.3.3). La concepcion de la sinonimia como identidad de significados (sinonimia absoluta) es la razón por la que muchos lingiiistas afirman que los sinónimos no existen. Asi se recoge, por ejemplo, en las palabras de G. Leech (1977: 32): [...] puede que no resulte sorprendente el que sólo raramente encontremos palabras que tengan el mismo significado conceptual y el mismo significado estilistico; esta observacion ha llevado a la gente a afirmar a menudo que «los auténticos sinónimos no existen»: si entendemos las sinonimia como una equivalencia completa de efecto comunicativo, verdaderamente se hace muy dificil hallar un ejemplo que refute esta afirmación; No obstante no faltan autores, como G. Salvador y S. Gutiérrez Ordóňez, que afirman rotundamente la existencia de la sinonimia (cf. 8.3.4.2). La situación de rechazo de la sinonimia absoluta queda expresada en las palabras de F. R. Palmer (1978: 79-80): Sinonimia es un término usado para indicar "igualdad de significado". [...] sin embargo, se puede sostener que no hay sinónimos auténticos, que ningún par de palabras tiene exactamente el mismo significado. En realidad pareceria improbable que dos palabras que poseyeran exactamente el mismo significado sobrevivieran en una lengua. De hecho, como afirma Ullmann (1972: 159) «en la lingüistica contemporánea se ha vuelto casi axiomático el que la completa sinonimia no existe». Lyons puntualiza (1983: 56): «por el momento es casi axiomático en la lingüistica que la sinonimia absoluta [...] es extremadamente rara». Entre la negación de la sinonimia absoluta y la rotunda afirmación de su existencia se alza la propuesta de D. A. Cruse (1986: 265 y ss.) de una gradación en la sinonimidad. En el punto cero de esa gradación se encuentra la sinonimia absoluta y en el extremo opuesto la no sinonimia, pasando gradualmente por la llamada flexionimia. Curiosamente, numerosos autores, al referirse a la sinonimia, aluden a los dos conceptos de identidad y de semejanza de significado. Asi, por ejemplo C. F. T 282 LEXICOLOGIA Y SEMANTICA LEXICA Hockett define los sinónimos (1971: 63), como «palabras cuya cónfiguración fonemática es distinta pero cuyo significado es idéntico o similar [...]». De manera parecida Tamba-Mecz (1989: 83) dice que «en el uso corriente, llamamos sinónimos a aquellas palabras de forma diferente pero de sentido idéntico o parecido y del mismo estatuto morfosintactico». También Mortureux (1977: 191) define la sinonimia como «relacion entre dos lexemas (sinónimos) de significantes dife-rentes pero de significados (sememas) lo más cercanos posibles» o «practicamente identicos» (p. 80) y confirma que «existen muy pocos auténticos sinonimos». De todo esto inferimos que, aunque se reconoce la existencia rara y excep-cional de la sinonimia absoluta en cuanto identidad de significados, la mayoría de los lingiiistas se inclina por la semejanza o parentesco semántico, espe-cialmente en la semántica tradicional y en la semántica estructural. Una postura diferente se ha introducido en la linguística moderna al aplicar el \ concepto lógico de relación de equivalencia. Entonces se habla de sinonimia es-tricta o absoluta y de sinonimia laxa o relativa, según el grado de equivalencia, aunque la gradación es inconcebible en una equivalencia léxica. La equivalencia puede definirse como el hecho de que S, es portadora de una condición necesaria y suficiente de S2 y que sucede lo mismo entre S2 y Sr Asi en el ejemplo: (S,) Juan es un oftalmólogo y (S2) Juan es un oculista de la equivalencia se deduce la sinonimia entre oftalmólogo y oculista. A pesar de todo se seguirá reconociendo la existencia de una sinonimia limi-tada al significado «cognitivo» de las dos palabras en cuestión. Dice al respecto G. Leech (1977: 32): [...] es mucho mas ventajoso restringir el termino « sinonimia» a la equivalencia de significado conceptual, para que, asi, podamos contraponer los sinonimos concep-tuales con respecto de sus matices estilisticos. Hasta ahora hemos dado por supuesto que analizábamos la sinonimia entre dos términos monosémicos o de una sola significación. Pero no debemos olvidar que un gran numero de unidades léxicas son polisémicas, es deck, que tienen di-versas acepciones. En tales casos se diferencia entre sinonimia total y sinonimia parcial. Esta ultima se produce cuando no coinciden semánticamente en todas sus acepciones, sino sólo en una o algunas. Por ejemplo la palabra revista que es po-lisémica a) = publicación; b) = espectáculo teatral; c) = inspección, etc.) será si-nónimo parcial con magazín o magacín (publicación periodica). Un significado distinto de sinonimia total se encuentra en J. Lyons, en la di-ferenciación entre sinonimia completa o equivalente de sentido cognitivo y emotivo y sinonimia total en sinónimos (completes o no) que sean intercambia-bles en todos los contextos (cf. 8.3.5). RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (I): SINONIMIA. HIPERONIMIA-HIPONIMIA 283 Veamos esquemáticamente estas diferentes concepciones de sinonimia: CONCEPCIONES DE SINONIMIA identidad semántica sinonimia absoluta similitud o semejanza II sinonimia parcial (parasinonimia, cuasisinonimia) mismo significado conceptual (cognitivo} y mismo significado estilísjtíco (emotivo) mismo significado conceptual (cognitivo) y diferente significado emotivo ľ { i A T O T L posturas no existe gradación si existe sinonimia de sinonimia sinonimidad aceptado por la mayoria de los lingüistas sinonimia estricta sinonimia laxa o ^ o absoluta relativa j Figura 8.3. 8.3.4.2. Pianos en que se sitüa la sinonimia. Concepto de lengua Las numerosas perspectivas de Observation de la sinonimia que se pueden adoptar acarrean una diversidad de conclusiones sobre estas relaciones semän-ticas. £En qu6 piano situamos la sinonimia? Se puede observar la sinonimia en el piano del lenguaje, en el de la lengua o en el del habla. Si lo hacemos en el piano del lenguaje podemos encontrar sinonimos de una lengua a otra. Asi, por ejemplo, perro es sinonimo de chien (frances), dog (ingles), etc. 284 LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA RELACIONES ENTRE LOSSIGNOS LÉXICOS (I): SINONIMIA. HIPERONIMIA-HIPONIMIA 285 En este caso todos los diccionarios bilingües son diccionarios de sinónimos. Si nos limitamos a la lengua, en el sentido saussureano de la palabra, descu-brimos třes áreas en conflicto en la descripción de la sinonimia: ♦ la diferenciación entre lengua y metalengua ♦ la distinción de lengua funcional y lengua histórica ♦ la controversia sobre la sinonimia en lengua o en habla. Hemos adelantado en 8.3.4.1 que la mayoría de lingiiistas rechazan la existencia de la sinonimia absoluta en cuanto identidad de significado. Este rechazo parece natural pues como afirma A. Cruse (1986: 270) «parece probable, y muchos semantistas lo han mantenido, que las lenguas naturales aborrecen [o rechazan] la sinonimia absoluta, igual que la naturaleza aborrece un vacio.» 8 Asi también se refleja en las palabras del semantista inglés S. Ullmann (1972: 160) «es perfectamente cierto que la sinonimia absoluta se opone a nuestro modo generál de considerar el lenguaje. Cuando vemos palabras diferentes, suponemos instintivamente que debe haber también alguna diferencia en el significado, y en la inmensa mayoría de los casos hay, en efecto, una distinción, aunque quizás sea difícil formularla.». No obstante, hemos visto que el propio S. Ullmann reconoce la sinonimia absoluta en el lenguaje técnico o científico. Dice asi (p. 159): [,,,] sena erróneo negar la posibilidad de la sinonimia completa. Bastante paradó-jicamente, la encontramos donde menos se esperaría: en las nomenclaturas técnicas. El hecho de que los términos científicos estén precisamente delimitados y sean emocionalmente neutros nos permite hallar, de una manera muy definida, si dos de ellos son completamente intercambiables, y la sinonimia absoluta no es, en modo alguno, infrecuente. Es defendible que puede haber sinonimia entre términos léxicos en el lenguaje científico, pues generalmente son unívocos, monorreferenciales y neutros o libres de connotaciones, como en el ejemplo de Ullmann cecitis y tiflitis para designar la inflamación del intestino ciego. A pesar de estas opiniones, hay autores que nie-gan la sinonimia en este piano. Asi sucede en K. Baldinger, pues según él (1977: 234) «Frecuentemente la terminológia científica se encuentra a medio camino entre el lenguaje generál y la terminológia unívoca [...]. Sólo las lenguas artificiales, contienen unidades unívocas, en oposición a las terminologías científicas que se sirven de las lenguas naturales.» En cualquier caso, lo que es evidente es que no es correcto afirmar la exis-! tencia de sinonimia absoluta entre elementos del lenguaje científico y elementos del lenguaje cotidiano o lenguaje ordinario. Las razones no sólo se hallan en las características del lenguaje científico (denotativo) frente al lenguaje común (con-notativo) sino, principalmente, en el hecho de que estamos mezclando parámetros ya que, como defiende Ariza (2003: 976) la denominación científica no pertene-ce a una lengua (p. ej. la lengua espaňola) sino a la metalengua o a la jerga científica. Por consiguiente, por ejemplo, CANIS CANIS no es sinónimo de perro (es-pafiol) o de chien (francés) o dog (inglés). En otro orden de cosas la distinta concepción de la lengua ha abocado a cua-tro posturas diferentes con respecto a la sinonimia: • Admisión de la sinonimia absoluta en el sistema de la lengua. • Negación de la existencia de sinonimia absoluta en el sistema, aunque sí parcial. • Consideración de los sinónimos como hechos de norma. • Existencia de sinónimos sólo en el habla. Si bien, generalmente se ha aceptado que lo raro, lo excepcional o lo imposi-ble es la sinonimia absoluta, mientras que lo habitual es la sinonimia parcial, sin embargo, es de notár la postura de dos lingiiistas espaňoles que afirman rotunda-mente: Sí hay sinónimos. Son Gregorio Salvador y Salvador Gutiérrez Ordóňez. Entre sus varios razonamientos destacamos la remodelación del concepto de lengua funcional de E. Coseriu y los niveles de lengua implícitos en el mismo. El lingüista estructuralista rumano E. Coseriu no acepta la sinonimia en el sistema, dentro de una lengua funcional. Recordemos que Coseriu concibe la lengua funcional (1978:220) como «una lengua delimitada dentro de una lengua histórica, y homogénea [...] dicho de otro modo, es una lengua sintópica, sinstrática y sinfásica, o sea, un dialecto determinado, en un determinado nivel y en un deter-minado estilo de lengua». Puesto que para Coseriu el punto de vista lexemático se refiere únicamente a los significados léxicos de una misma lengua funcional (sistema lingiiístico), no habrá sinonimia al tratarse de lenguas funcionales diferentes. Asi se aprecia cuando establece una diferenciación entre el punto de vista lexemático y el ono-masiológico (1977: 163): En la onomasiología el punto de partida es un significado y se estudia las rela-ciones entre este significado y los diferentes significantes que lo expresan. A nuestro entender, si se excluyen las paráfrasis, las definiciones, el caso particular de los significados archilexemáticos, estas relaciones son siempre de naturaleza «interi-diomatica»: se trata de significantes pertenecientes a lenguas diferentes. Estas lenguas diferentes pueden ser «lenguas historicas» (por ejemplo, espaňol, francés, italiano, etc.), o bien «lenguas funcionales» dentro de la misma lengua histórica (dialectos, niveles, estilos de lengua).9 8 La traducción es nuestra. 9 Las negritas son nuestras. LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (I): SINONIMIA. HIPERONIMIA-HIPONIMIA 287 El primer caso, «lenguas diferentes», ya lo hemos visto al tratar del piano del lenguaje. En el segundo, «lenguas funcionales» dentro de la misma lengua histó-rica", es decir, en la variación lingiiística, no se admite la sinonimia por ejemplo entre judías verdes y vainas (término utilizado en el norte de Espaňa) pues hay di-ferencias diatópicas, o entre estío y verano pues uno será culto y otro estándar, ni tampoco habrá sinonimia entre robar y chorizar (léxico estandar frente a vulgär). Según Coseriu se trata de diferentes lenguas funcionales y, por tanto, no puede existir la sinonimia. Para Coseriu toda alternancia diatópica es meramente "con-notativa" y «no pertenece al significado léxico en el sentido lexematico.» (1977:164) Precisamente partiendo de esta teoría de E. Coseriu encontramos una postura totalmente opuesta en Gregorio Salvador, quien en un artículo cuyo título ya proclama su postura «Sí hay sinonimos» (1985) declara que (p. 57) «no es que sea evidente, es que es obvia» la existencia de sinónimos y que éstos (p. 51) «tienen que ser absolutos, porque si no fuesen absolutos no serían sinonimos», pues de-fiende la concepción de sinonimia como identidad de significados. Para G. Salvador (p. 61) «existen sinónimos en la lengua funcional (los de la lengua históri-ca no los niega nadie), es decir, sí hay sinonimos.» Con el fin de llegar a demostrar su afirmación, G. Salvador remodela par-cialmente el concepto de lengua funcional de E. Coseriu dando preeminencia al idiolecto (p. 58): «tontos y listos estructuran como pueden, semánticamente ha-blando, su propio idiolecto y se expresan de acuerdo con él. Y no podemos olvi-dar que el idiolecto es la lengua funcional por antonomasia.»10 Asi concibe am-bos conceptos (p. 61) «creo [...] que la lengua funcional en su unidad más simple está constituida por un idiolecto, o sea, por el sistema lingiiístico tal como lo po-see un individuo y le permite entender a otros hablantes de la misma lengua y ha-cerse entender por ellos.» A modo de síntesis de su argumentación al respecto aportamos sus palabras (p. 61): Quiero decir con esto que si existen sinónimos en un idiolecto, es decir, palabras que puedan ser utilizadas por su poseedor indistintamente —e indepen-dientemente de conveniencias contextuales o de intenciones momentáneas— no para designar sino para significar una cosa, es decir, significantes que correspondan en todos los casos a un mismo significado lingiiístico, no estilístico, entonces es que existen sinónimos en la lengua funcional [...], es decir, sí hay sinónimos ". Aporta cinco parejas de sinónimos absolutos en las que, según él, (p. 62) «se trata de dos significantes con idéntico significado, sin que en sus sememas pueda advertirse el más mínimo rasgo diferenciador» por los que refuta algunos criterios de diferenciación de sinónimos presentados por Collinson (cf. 8.3.5). 10 Las negritas son nuestras. 11 Las negritas son nuestras. En esta misma línea de afirmación de la existencia de sinonimia (absoluta) se halla otro linguista también espaňol, S. Gutiérrez Ordóňez , quien a semejanza de G. Salvador defiende la concepción de sinonimia como «identidad» (y no simili-tud) de significado y se basa en el concepto de idiolecto para afirmar la existencia de sinónimos. Deja a un lado el concepto de «lengua funcional» pues según él (1992: 122): «es tremendamente difícil, o casi imposible, trazar con nitidez las fronteras de una lengua funcional frente a otra (al menos en el léxico), pues con-viven en la competencia del hablante.»12. Y concluye: Por consiguiente, una vez que el hablante incorpora términos equivalentes a los dos niveles de lengua, éstos pasan a ser sinónimos en su idiolecto. Ahora nos interesa abordar, aunque sólo sea de pasada, la cuestión de si exis-te la sinonimia en el sistema de la lengua o en el habla o en ambas. Fijémonos en las palabras de G. Salvador (1985: 61): «Y todo el que insiste en negarlos [los sinónimos] es que está tomando el rábano por las hojas, confundiendo la lengua con el habla, el significado con el sentido. » Se nos plantean las siguientes cuestiones: £hay sinónimos en lengua o se trata únicamente de fenómenos de habla o son hechos de norma? Entre los seman-tistas hallamos autores para responder a estas preguntas defendiendo cada una de estas posturas. Frente a la admisión de la sinonimia (absoluta) en la lengua funcional y en la lengua histórica, postura que ya hemos descrito, se halla una mayoría de autores que no admite la sinonimia absoluta en el sistema de la lengua, pero sí una sinonimia parcial, como veremos. La postura de considerar los sinónimos como hechos de norma, es decir, como coincidencias designativas generadas en el uso de ciertas palabras, la vislumbraremos al tratar las diferenciaciones de sinónimos (cf. 8.3.5). Además existe una cuarta postura, la de aquellos lingiiistas que han apuntado la existencia de sinónimos sólo en el nivel del habla (discurso)13. Como afirma H. Geckeler (1976: 287) «En la literatúra más reciente sobre la problemática de la sinonimia se subraya constantemente que la sinonimia es "un fenómeno del acto del habla", que la parole conoce el "fenómeno de la sinonimia perfecta"». En este sentido se encuentran las palabras de W. A. Koch (1963: 87): «No puede existir una lengua "natural" que utilice indistintamente dos expresiones distintas en cualquier circunstancia. La sinonimia es un fenómeno del acto de habla [...] t4.» En este sentido podemos aludir a dos posicionamientos: a) lingiiistas que analizan la sinonimia en relación con los hechos de neutra-lización 12 Las negritas son nuestras. 13 Entre ellos V. A. Koch, W. Müller, X. Mignot y H.-M. Ganger. 14 La cursiva es del propio Koch. LEXICOLOGlA Y SEMÁNTICA LÉXICA RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (I): SINONIMIA. HIPERONIMIA-HIPONIMIA 289 b) lingüistas que, como el espaňol R. Trajillo, no admiten la neutralización en semántica. En el primer caso, aceptan la neutralización y, al suspender el hablante en cualquier momento las diferencias nocionales y expresivas entre los términos sinónimos, pues no presta atención a los rasgos diferenciadores entre dos términos, se supone que constantemente están ocurriendo casos de sinonimia perfecta en el nivel del habla. Miguel Casas Gómez (1999:121) recoge la postura de E. Muüoz Valle y afirma que «tanto el hablante como el oyente pueden, en cualquier circunstancia, no prestar atención a los rasgos diferenciales entre dos términos, lo que equivale a defender la existencia de sinonimia perfecta en el nivel del habla como resultado de la neutralización, desde el momento en que podemos constantemente suspender las diferencias tanto nocionales como expresivas entre los términos «sinonimos», pues todo signo se compone en cuanto a su significado de un cierto numero de rasgos que no se actualizan por lo generál todos a la vez en una determinada aparición contextual. Asi pues, podemos decir que los semas no utilizados (suspendidos) difieren y los actualizados son identicos». La sinonimia del texto también queda plasmada en la definición de sinónimo ofrecida por W. Müller '5: Entendemos por sinónimo una palabra que puede estar en lugar de otra en un determinado contexto, a pesar de ciertos matices de contenido y estilisticos, es decir, que puede ser sustituida por esa otra. Esta posibilidad de sustitución no existe, sin embargo, respecto a la identidad total del contenido, sino sólo respecto a un punto determinado del texto. Como explicación del segundo caso (b) aportamos las elocuentes palabras de R. Trujillo al respecto (1988: 68): En semántica no existe la neutralización: la sustitución de un signo por otro no es la sustitución de dos signos en un solo significado, sino de dos significados diferentes, hecho que no debe confundirse con la posibilidad de que dos significados distintos denoten ocasionalmente la misma cosa. A este fenómeno del habla que consiste en la coincidencia de dos o más significados o formas de contenido para un mismo «denotatum», se le conoce comunmente con el nombre de sinonimia: cuando dos significados denotan habitualmente un mismo concepto, suelen considerarse como sinónimos o como cuasi-sinónimos.16 Colegimos que las diversas posturas respecto a la existencia o no de la sinonimia absoluta se derivan no solo de la concepciön de lengua, sino tambien del modo de adoptar otros conceptos como el concepto de signo y el de significado, sus compo-nentes y manifestaciones, la aceptaciön de la connotaciön en lengua, etc. Apud h. Geckeier (1976: 284) Las negritas son del texto original, las cursivas son nuestras. Podemos representar esquemáticamente las diferentes posturas en cuanto a la existencia de sinonimia en los diversos planos: POSTURAS ANTE LA SINONIMIA EXISTENICA DE SINONIMIA EN PLANOS EN LENGUA EN NORMA sl sinomimia absoluta (lengua funcional-idiolecto) sólo sinonimia parcial (diferentes lenguas funcionales) Hechos de norma EN HABLA Fénomenos del acto de habla Figura S.4. aceptación de neutralización no aceptación de neutralización 8.3.4.3. La sinonimia y los conceptos de signo y significado 8.3.4.3.1. La noción de signo lingüistico de F. de Saussure como relación biu-ntvoca entre signiftcante y significado, reducción a la que llegó el estructuralismo, ha sido modificada al quedar destruido el principio de «consustancialidad cuan-titativa» del signo, según la terminologia de K. Heger (1965: 9) (tantos significados cuantos significantes), reconociéndose la existencia de una asimetrfa. De re-sultas se concibe la sinonimia como un mismo valor expresado por diferentes signos y fenómeno debido a que la lengua es un código que establece correspon-dencias plurivocas entre ambos planos del signo lingüistico. Son significativas las palabras de H. Geckeier (1976: 285): El hecho de que hasta ahora no haya podido descubrirse en las diferentes lenguas ningún caso indiscutible de absoluta igualdad de significado, £tiene sólo valor puramente empirico, o podría aludir a la asimetria de la relación entre el piano de la expresión y el piano del contenido? Pues la no existencia de la sinonimia total, o di-cho más exactamente, la imposibilidad de la existencia de una tal sinonimia, pro-baría, dada la frecuencia de la homofonia en las lenguas, que es posible la combi-nación de un signifiant con diferentes signifiés, pero no la relación inversa, esto es, la combinación de un signifié con diferentes signifiants. Los lingüistas espaňoles G. Salvador y S. Gutiérrez Ordóňez al admitir la sinonimia absoluta defienden la asimetría del signo desde el punto de vista del significado. 290 LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA En este sentido es interesante la teória de R. Trujillo (1976) sobre el signo lin-giiístico. Para este autor, el significante lingiiístico trasciende los límites de lo fo-nológico pues no es sólo una mera secuencia fónica sino que intervienen también hechos sintáctico-semánticos. Por tanto es un mecanismo diferenciál en el que entran tanto factores de expresión como de contenido. De ahí que distinga entre significante y expresión. Partiendo de esta teória S. Gutierrez Ordóňez (1891: 88) propuso el concepto de significante complejo en que factores de diferente pro-cedencia sustancial (sonidos, orden, distribución, paradigma de conmutación, etc.) pueden conjugarse en la formation del significante de un signo. No nos de-tenemos en su explicación pues se expondrá más detalladamente al tratar los fe-nómenos de polisemia y homonimia (capítulo 9), ya que este autor explica esos fenómenos apoyándose en el concepto de significante complejo. También lo esgrime en la sinonimia pues, a su parecer, (1992: 12) «resuelve a la vez no po-cos casos de sinonimias impugnadas.» En conclusion, defiende que (1992: 120) «La sinonimia se plantea entre significados de signos no de términos o de ex-presiones». 8.3.4.3.2. Una mayor trascendencia nan tenido las diversas concepciones de * significado a la hora de analizar la sinonimia. En el Capítulo 6 hemos tratado las diferencias entre significado y designación, entre sentido y referencia o entre denotación y referencia. Ahora vamos a pre-sentar su aplicación al análisis de la sinonimia. ' Al abordar los problemas de la sinonimia, nos encontramos con distintos ni-veles de observation y tenemos que tener muy claro qué nivel del significar es-tamos describiendo, es decir, en qué estrato de significación nos movemos: en la dimension del significado, en la dimension designativa o referencial o en la dimension de sentido. Subsiguientemente encontramos una sinonimia intensional, una sinonimia extensional asi como una sinonimia denotativa (cognitiva) y una sinonimia referencial. Para la semántica estructural es esencial diferenciar entre significación y , designación. En efecto, sólo se estudian las relaciones de significación. La sinonimia será un fenómeno estructural del nivel de lengua y se basa en hechos de significación, dentro de la lengua, comprobados por métodos linguísticos (conmutación, combinación) y sin recurrir a lo extralingiiístico, al referente. Dos signos pueden coincidir, incluso totalmente, en la designación (misma clase de objetos) y no en la significación. Pero en esta semántica no es sinonímica la equi-valencia entre el designatum de dos signos o la equivalencia exclusiva en el denotatum de dos unidades lingiiísticas, pues p. ej. "el manco de Lepanto" y "el autor de El Quijote" denotan un mismo ente en la realidad, Cervantes, pero tienen diferente significado. La identidad referencial entre dos unidades léxicas no quiere decir que tengan el mismo significado. No obstante, hay autores que afirman lo contrario. Asi dice S. Malmberg (1977: 373): «[...] son sinónimos dos signos que, con unas expresiones y unos contenidos diferentes, tienen el mismo RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (I): SINONIMIA. HIPERONIMIA-HIPONIMIA 291 referente». De igual modo todos los que se acogen a la lógica de clases para ex-plicar las relaciones léxicas afirmarán que dos sinónimos son extensionalmente idénticos. Para el estructuralista Coseriu la designación es un «hecho de habla» y de-pende del arbitrio del hablante. La designación concreta es un acto de discurso y, por tanto, no entraría en la descripción de la sinonimia como fenómeno sistemá-tico (en lengua). Recordemos que en la lexemática y en la semántica estructural funcionalista el objetivo es el análisis del piano del contenido y se parte del significado para abordar el estudio semántico de la lengua. Entre las relaciones de significado se encuentra la sinonimia. Esta postura redunda en que y a no se con-sidere la sinonimia como el correlato de la polisemia (cf. Capítulo 9) ni se en-marque en las relaciones entre sonido y sentido, como tradicionalmente. Por el contrario, la sinonimia es una relación estructural de semejanza de significados. Se sustenta en la relación lingiiística de analógia de significados. La semejanza implica como afirma Geckeler (1976: 255) «la coexistencia de elementos idénticos y de elementos diferenciadores: dicho de otra manera, los sememas de los sinónimos se componen de rasgos semánticos comunes y de rasgos semánticos diferenciadores.» Nos hallamos ante la base de los campos léxicos estructurales cuya estructura paradigmática está constituida por las unidades sinonímicas. Los sinónimos, desde el punto de vista estructural, mantienen relaciones de significación en el interior de un campo léxico a través del establecimiento de sus opo-siciones funcionales. Asi lo afirma Geckeler (1976: 283): «La sinonimia y la antonimia pueden representarse como relaciones de contenido dentro del campo léxico». La sinonimia se constata por la conmutación. La conmutación sólo es posible en algunos casos, de ahí que existan muy pocos sinónimos auténticos. Los ejem-plos más frecuentes son palabras pertenecientes a registros de lengua diferentes. El conmutar judías verdes por vainas o bien ósculo por beso, o terminar por fi-niquitar, no conlleva una modification importante del significado del enunciado pero sí nos van a proporcionar los rasgos diferenciadores de la diversidad geo-gráfica, de niveles de lengua, etc. Un ejemplo lo tenemos en la aplicación de la prueba de la conmutación llevada a cabo por J. M. Blecua (1973: 66-68) para de-mostrar que los verbos contestar y responder no son sinónimos absolutes pues no pueden sustituirse libremente en todos los contextos posibles11. Ej. Este campo no responde I *este campo no contesta Respondo del buen comportamiento de mi amiga I *contesto del buen comportamiento de mi amiga. " En este aspecto R. Trujillo (1976:106) diferencia las restricciones selectivas en la combinación "semántica", esto es derivada del propio valor de los signos, como por ejemplo las combinaciones posibles de cabello (*el cabello de tus piernas) y "pragmática", resultante de nuestra experiencia particular de lo real (ej. herida de cuerno de toro/asta). LEXICOLOGIA Y SEMANTICA LEXICA RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (I): SINONIMIA. HIPERONIMIA-HIPONIMIA 293 Concluimos que la conmutación y el análisis de las restricciones distribu-cionales de los términos sinónimos son métodos masivamente empleados para ex-traer sus rasgos semánticos diferenciales. Llegamos a la convicción de que, como afirma Gutiérrez Ordóňez (1992:119) «la sinonimia se plantea sólo entre significados, no entre designaciones, denota-ciones (referentes) [...]». En los autores que distinguen entre denotación y referenda la sinonimia de-notativa se produce cuando dos palabras se utilizan para hacer referencia exac-tamente a las mismas entidades. Este tipo de sinonimia es denominada por Cruse sinonimia cognitiva (cf. 8.3.3). En el piano del discurso no bašta la identidad referencial para que haya sinonimia, sino que ésta debe respetar también una red léxica. Asi suegra y mamá no son intercambiables, no entran en las mismas redes de relaciones léxicas y re-ferenciales, mientras que estos requisitos sí se cumplen en madre y mamá. La Lingiiística del Texto, interesada por la sinonimia en su incidencia en la cohesión y coherencia, se basa siempre en modelos de análisis referenciales y la identidad semántica sólo se mantiene si se consideran los referentes. 8.3.4.3.3. Otro parámetro en el estudio de la sinonimia es la distinción, como componente de significado lingiiístico, entre significado central y signifícado pe-riférico, significado cognoscitivo y significado afectivo o entre denotación y connotación. El primer caso lo expresa asi A. Cruse (1986: 267): Sinónimos son ítems léxicos cuyos significados son idénticos en lo que res-pecta a los rasgos semánticos 'centrales' pero que difieren, si lo hacen, sólo con re-lación a lo que provisionalmente podemos describir como rasgos 'menores' o 'pe-riféricos'. (La traducción es nuestra) En este parámetro se mezcla la distinción entre significado descriptivo y ex-presivo, como lo manifiesta J. Lyons (1980: 168): La oposición entre dos componentes del significado, uno más central o estilís-ticamente neutro, y otro más periférico y subjetivo, constituye un lugar común en las discusiones sobre sinonimia, y no es raro que aparezca mezclado con la distinción entre significado descriptivo o social y expresivo. Asi llega Lyons a la definición de los lexemas "descriptivamente sinónimos" (1980:228): La selección de uno en lugar de otro puede producir cambios en el significado social o expresivo del enunciado resultante, pero mantenerlo constante en cuanto su significado descriptivo (si lo tiene); en este caso, podemos decir que los lexemas per-mutables son descriptivamente sinónimos (esto es, que denen un mismo sentido). En la linea de afirmar que las diferencias entre los sinónimos son primordial-mente emotivas o estilísticas se encuentran las afirmaciones de S. Ullmann (1972: 160): Muy pocas palabras son completamente sinónimos en el sentido de ser intercambiables en cualquier contexto sin la más leve alteración del significado objeti-vo, el tono sentimental o el valor emotivo. Numerosos autores tienen en cuenta los matices emotivos como diferencias de significado. W. P. Alston (1964:45) considera que incluso en aquellos con-textos en que dos lexemas parecen tener igual significado, siempre surgen dis-tinciones ligadas al uso de esos términos. En el mundo hispánico J. Fernández Sevilla (1974: 65) afirma: «[...] la lingiiística moderna ha dejado bien sentado que la sinonimia perfecta no existe. Entre dos palabras siempre podrán hallarse diferencias que ataňen a la intensidad, a la emotividad, al grado de gramaticalidad, a la lengua funcional o al nivel so-cio-cultural a que pertenece.» (Las negritas son nuestras). Destacamos la consideración de estos rasgos «afectivos» en Brekler (1974: 71): La sinonimia de dos palabras está generalmente limitada a la significación llamada «cognitiva» de las palabras en cuestión. Eventuales rasgos semánticos «afectivos» (connotaciones) que pueden afectar al signo lingiiístico no son un fac-tor pertinente en la relación de sinonimia '8. En el ámbito de las connotaciones seňalamos dos enfoques contrapuestos: a) los autores que estiman que las connotaciones son valores de lengua y deben ser objeto de estudio lingiiístico, abocando a una negación de la sinonimia absoluta y la existencia de la sinonimia parcial o relativa b) quienes defienden que las connotaciones son hechos de habla y, por tanto, no causantes de diferenciaciones. Abogan por la sinonimia absoluta. El primer enfoque queda plasmado, por ejemplo, en las palabras de S. Ullmann (174:209) quien afirma que los valores afectivos «son relativamente esta-bles; forman parte integrante del signo con el mismo derecho que el significado nocional. Son valores de lengua». En un extremo opuesto, S. Gutiérrez Ordóňez defiende que las connotaciones son hechos de habla, llevándole a afirmar que (1992:120) «Sí son sinónimos los signos que poseyendo el mismo significado están ligados a connotaciones distin-tas». Por consiguiente, para él son sinónimos, por ejemplo, los siguientes pares: Mentira-bola; padre-papá; necrópolis-cementerio. 18 La traducción es nuestra. 294 LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (I): SINONIMIA. HIPERONIMIA-HIPONIMIA 295 Explica asi su postura (1992:120): Las diferencias de connotation han sido una de las principales causas de re-chazo de esta relation semántica. Algunos autores piensan que no pueden existir si-nónimos porque en cada hablante siempre existirá un ligero matiz, alguna asocia-ción que haga diferentes los contenidos de dos signos. Ahora bien, las connotaciones son hechos de habla, individuates e inconstantes. Es cierto que dos signos sinónimos no provocan las mismas asociaciones, pero ^acaso una mis-ma unidad léxica presenta las mismas resonancias connotativas en cada usuario de la lengua? 8.3.5. La diferenciacion de sinonimos. Tipos de sinönimos Podemos recoger multiples citas de autores que no reconocen la sinonimia absoluta, aunque los hay que mamfiestan cierta inseguridad al respecto y otros que la defienden, como hemos visto anteriormente. Aportamos como muestra de inseguridad las palabras del italiano Gaetano Berrutto (1979: 92): Es dificil establecer una verdadera identidad de significado entre dos o mäs palabras distintas (suponiendo que exista): en otras palabras, la conmutabilidad perfecta dentro de un mismo contexto no se da mäs que teöricamente. Por lo tanto, la sinonimia en sentido riguroso no existe, dado que siempre hay, o por lo menos es de suponer que siempre exista, algün valor estilistico, emotivo, social, etc., que di-ferencia, aunque sea ligeramente, a palabras de significado aparentemente igual. No obstante, como afirma Geckeier (1976:285), «la gran mayorfa de los lin-güistas estä de acuerdo en que no existen palabras con el mismo significado en el sistema de la lengua.» Paralelamente tambien son varios los criterios que se han seguido para dife-renciar los sinonimos. Trataremos en primer lugar la postura de K. Baldinger pues reconoce la sinonimia absoluta en el piano conceptual y entre campos onomasiolögicos, pero no en el piano semasiolögico. Dice asi (1977: 242): ^Existe la sinonimia absoluta? Nuestra respuesta es precisa: la sinonimia absoluta solo existe en el piano de los sememas (o en el de los significados si, y solo si, el significado contiene un solo semema simbölico y si se hace abstracciön de sus componentes no-simbölicos); dicho de otro modo: la sinonimia absoluta no existe sino en el piano del anälisis onomasiolögico. Por el contrario niega la existencia de la sinonimia absoluta en el piano semasiolögico: «En el piano de los signos lingüfsticos, esto es, en el piano semasiolögico, la sinonimia absoluta no existe [...]». O dicho de otra manera (1977: 233): «La sinonimia absoluta no existe en el piano de los monemas (signos lin- güisticos).» Para llegar a estas conclusiones, K. Baldinger apela a las funciones del lenguaje de Karl Bühler: funciones del signo como slmbolo, sfntoma y senal que son equivalentes a las funciones del lenguaje de representaciön, expresiön y apelaciön (Consültese la Figura 6.14 en 6.6.1). Dice asi Baldinger (1977: 227): La sinonimia absoluta que hemos hallado en el piano conceptual concierne üni-camente a la funciön simbölica [...], es decir, a una de las tres funciones de signo lingüistico. La diferenciacion de los sinönimos absolutos se hace a traves del vm-culo con un emisor, con un sujeto hablante o, para decirlo de otro modo, a traves de \a funciön sintomätica del signo lingüistico. La sinonimia absoluta, innegable en el piano simbölico, se destruye en el piano sintomätico; o para decirlo de un modo mäs correcto: a la sinonimia absoluta que proviene de valores simbölicos se agregan elementos diferenciadores que provienen del sujeto hablante. (Las ne-gritas son nuestras). Estos elementos diferenciadores los denomina elementos connotativos o elementos pragmdticos y enumera hasta diecisöis que exponemos, con ejemplos nuestros y del autor, de la siguiente manera: 1. Diferenciacion geográfica: aceitunaloliva; cacahuetelmaní 2. Diferenciacion social: niňolchaval 3. Profesión: oftalmólogoloculista 4. Confesión: musulmanes (islamistas)/mahometanos (cristianos) 5. Pertenencia a un partido politico: planificación (término de la izquier-da)/dirigismo (término de la derecha) 6. Edad: padrelpapi; orinalpipi 7. Sexo: divino, ideal (usado por las mujeres)/£on(řo 8. Arcaísmos: otroralen otro tiempo 9. Cultismos: hadoldestino; ebriolborracho 10. Eiítrm}eTÍsmos:fátbollbalonpié o voleibollbalonvolea 11. Intensification: lloverlllover a cántaros 12. Humor: piernalpatalremo 13. Irónia y paródia: listillolsagazilince 14. Afectividad laudativa: delgadolesbelto 15. Afectividad peyorativa: delgadolflaco 16. Eufemismos: nalgas/posaderas Además de elementos provenientes del hablante, derivados de las funciones de sintoma y seňal o apelaciön, llamados factores externos, Baldinger también reconoce la existencia de factores infernos que dependen de la estructura de la lengua misma, como son los que dependen de la estructura del signo (presencia virtual del campo semasiolögico, semejanza de uno de los sinónimos con otro rno-nema o lexía en el piano de la forma de expresión, pertenencia de dos sinónimos a dos familias de palabras distintas, motivación de las palabras compuestas y de- 296 LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (I): SINONIMIA. HIPERONIMIA-HIPONIMIA 297 rivadas) y, en el marco de las estructuras más complejas que rebasan la lexía (fono-estilítica, la sintagmática y el contexto, la entonación y el ritmo, nivel de es-tilo, principios estilísticos de convención o no repetición de la misma palabra). En suma, Baldinger presenta hasta veinticinco criterios diferenciadores. S. Ullmann aporta como criterios de diferenciación la tabla desarrollada por W. E. Collinson que a su vez se había basado en lo expuesto por G. Devoto en su artículo «Sinonimia» en La Enciclopedia italiana. Por su parte G. Salvador men-ciona esta misma relación con ejemplos suyos para refutarla aduciendo que no son sinónimos. De esta clasificación partirán numerosos tratadistas para explicar ciertos problemas de la sinonimia. Asi expone Ullmann los criterios de diferenciación (1972: 161)19: 1) Un término es más generál que el otro: pelolcabello 2) Un término es más intenso que el otro: horrendolhorrible 3) Un término es más emotivo que el otro: cariňolafecto 4) Un término implica aprobación o censura moral mientras que el otro es neutra: cicaterolahorrativo 5) Un término es más profesionál que el otro: amigdalitislanginas 6) Un término es más literario que el otro: estíolverano 7) Un término es más coloquial que el otro: barrigalvientre 8) Un término es más local o dialectal que el otro: zafa/palangana 9) Un término pertenece al habla infantil y no el otro: pipílorina Ullmann (1972: 161) hace las siguientes observaciones de las diferencias en-tre sinónimos: El numero 1) se refiere a diferencias objetivas entre los sinónimos, el numero 2) combina los factores objetivos y emotivos, el 3) y el 4) con emotivos, mientras que el 6) y el 7) encierran efectos evocadores que, como ya sabemos, son un tipo especial de significado emotivo. [...] Los números 8) y 9) quedan aparte del resto, ya que el dialecto y el habla infantil están realmente fuera o, en el mejor de los ca-sos, en los márgenes del inglés clásico. Por su parte G. Salvador (1984: 60) refuta asi estas diferenciaciones de sinónimos: En los cuatro primeros casos no se trata de sinónimos, sino de lexemas que están en relación paradigmática, que pertenecen a los mismos campos semánticos. Pelo es archilexema de cabello y la relación es de hiperónimo a hipónimo [...]. En los casos 2) y 3) se trata de oposiciones graduates, [...]. En los cinco tipos restantes, lo que sí hay son sinónimos y los que fallan, por consiguiente, son los pretendidos criterios para diferenciarlos, puesto que no son criterios lingiiísticos en sentido estricto, es de- Los ejemplos en lengua espaňola son los propuestos por G. Salvador para negar las diferenciaciones. cir, que afecten a la lengua como sistema. Son criterios normativos; el empleo de uno u otro término, en cada pareja, puede resultar sintomático o aportar valores estilísticos, pero de ahí no pasa la cosa. (Las negritas son nuestras). Recordemos también lo que afirma S. Gutierrez Ordóňez respecto a las con-notaciones (cf. 8.3.4.3.3). Palmer (1978: 80) propone que si buscamos posibles sinónimos, hay por lo menos cinco maneras por las cuales se aprecia que se diferencian. Las sintetiza-mos asi: a) Algunas series de sinónimos pertenecen a dialectos diferentes. b) Palabras que se usan en «estilos» o «registros» diferentes. c) Palabras que pueden diferir sólo en los significados emotivos o valora-tivos. d) Palabras que tienen restricciones de distribución, es decir, que se encuen-tran sólo en conjunción con otras palabras. é) Palabras que son próximas en significado, o que sus significados se tras-lapan. El metodo mäs frecuente para comprobar si dos lexemas coinciden total-mente o son semejantes en su significado es el de la sustituciön en los contextos. Geckeier (1976: 285) puntualiza mäs y propone como criterios para afirmar si diferentes lexemas tienen absolutamente el mismo significado (o son totalmente sinönimos) los siguientes: 1) Su capacidad ilimitada de sustituciön en todos los contextos. 2) Su coincidencia tanto en el significado denotativo como en el significado connotativo («sentido cognitivo y emotivo» de Lyons) J. Lyons (1968: 448), basändose en estos criterios propone una clasificacion de cuatro tipos de sinönimos, que esquematizamos y aportamos ejemplos del es-panol: a) sinönimos completos y totales: alquilar-arrendar; aire-viento b) completos, pero no totales: pelo-cabello; bocadillo-bocata c) incompletos, pero totales: tacano-cicatero-ahorrativo d) incompletos, y no totales: pelo-vello Puntualiza Lyons que «podemos usar el termino de sinonimia completa como equivalente de sentido cognitivo y emotivo, y dejamos el termino de sinonimia total para aquellos sinönimos (completos o no) que sean intercambiables en todos los contextos». La clasificacion anterior juega con la combinaciön de estos dos as-pectos. 298 LEXICOLOGIA Y SEMÄNTICA LEXICA RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LEXICOS (I): SINONIMIA. HIPERONIMIA-HIPONIMIA 299 1 8.3.6. Los lfmites de la sinonimia La polisemia limita la sinonimia. Cuanto mäs polisemica sea una palabra menos posibilidades u oportuniades tiene de tener un sinönimo, y reciprocamente. De ahi las palabras de Alston (1974: 71): La razon por la cual es tan dificil encontrar sinönimos exactos es porque präc-ticamente todas las palabras tienen mäs de un significado. Este es el caso de palabras como movil (1 = movible, 2 = motivo, 3 = (telefo-no) movil) o costa (1 = literal, 2 = costo). La sinonimia, por regia general, estä bloqueada por los sintagmas fijos o ex-presiones lexicalizadas. Por ejemplo, ponerse las botas = comer mucho (abun-dancia de algo) y no *ponerse las sandalias o el calzado. No obstante, los com-ponentes individuales de las locuciones pueden presentar relaciones de sinonimia, bien entre si dentro de la propia locution o bien mediante sus distintas variantes. Asi encontramos sinonimia en las locuciones como poner (a alguien) como la hoja del perejil = ponerle verde o coger el tow por los cuernos y no *coger el toro por las astas. Las locuciones, al igual que el resto de las unidades lexicas del sistema, entran a formar parte de estructuras paradigmäticas especificas, es deck, campos lexicos donde encontramos la sinonimia entre lexemas y locuciones e incluso entre locuciones. Por ejemplo, en el campo de «hablar mal de alguien/algo» se incluyen palabras mäs o menos sinönimas como censurar, criticar, despellejar, difamar, etc., y locuciones como poner a alguien a parir, poner de vuelta y media a alguien, poner a alguien como un trapo, etc. Por otro lado, como afirma S. Gutierrez Ordonez (1992: 123) se han aducido dos leyes teöricas para negar la existencia de sinönimos: a) ley de repartition del significado y b) ley de economia. Con la ley de repartition, por la que los sinönimos tienden a diferenciarse (8.3.3), se puede predecir o bien una adscripciön geogräfica y social a uno(s) de los terminos, la caida en desuso de uno(s) de los sinönimos, y llegando incluso a la desapariciön lexica y, mäs frecuentemente, la especializaciön semäntica de al-guno de ellos. El autor espanol M. Ariza (2003: 935) explicita asi la evolution en la sinonimia, es decir, como proceso del cambio lingüistico: Cuando una voz A evoluciona semänticamente y se acerca al significado de otra voz B, pueden ocurrir varias Cosas: 1." Que el proceso se detenga y no lleguen a confluir semänticamente 2° Que se produzca la sinonimia total, en cuyo caso: a) Uno de los dos terminos desaparecerä—generalmente el viejo—. b) Uno de ellos se desplazarä con diferenciaciones diatöpicas, diafäsicas o diasträticas, manteniendo, por lo tanto, una sinonimia parcial. c) Rara vez ocurrirä que ambos terminos se mantengan en sinonimia total. La ley de economia se basa en que es antieconömico mantener varios signi-ficantes para un mismo significado. La lengua no tolera el lujo y suprime los sinönimos. Como afirma M. Casas (1999: 137): Todos ellos [autores] hacen hincapie en que la lengua no tolera el lujo inne-cesario, reaccionando de diversas formas para evitar la posibilidad de una sinonimia completa, pues esta se opone a nuestra particular vision de concebir el len- Al hecho de blandir estas dos leyes (de repartition y de economia), que in-discutiblemente estän presentes en la evolution de las lenguas, como arma para defender la no existencia de la sinonimia absoluta, responde asi S. Gutierrez Ordonez (1992:123) tras reconocer su existencia: Ahora bien, la lengua, como la vida, es el solar donde, a veces, anida la para-doja. Junto a estos preceptos economizadores tenemos una ley de lujo expresivo li-gada a la funciön estetica y a la mismafunciön comunicativa del lenguaje. Es la que permite y mantiene la sinonimia. 8.4. Hiperonimia-hiponimia (relaciones entre significados) Los terminos de hiperonimia e hiponimia son de reciente creation. Aunque hi-ponimia aparece acunado para la lingüistica en Bazell (1955). El lingüista francos A. J. Greimas los introdujo, en 1966, en su Semantique Structurale para designar la relation existente entre la totalidad semäntica (categoria semica) y sus partes o semas (conjunto de rasgos distintitivos separados por el anälisis). Pero J. Lyons (1963) propuso otro uso que es el que luego prevalecerä. Este lingüista utilizö los terminos de hiponimo y superordinado para denotar, por primera vez, la relation de entrafiamiento o inclusion. En el ämbito del lexico se traduce en la «relaciön que se establece entre un lexema mäs especffico o subordinado y otro mäs general o superordinado». (1980: 273). Afirma Lyons que el termino de hiponimia se ha acunado por analogia con antonimia y sinonomia. Hacia 1966-70 los terminos de hiponimia e hiperonimia se impusieron entre los lingüistas semänticos y hoy ya se ha convenido llamar asi a esta relaciön semäntica de hiperonimia, si se abor-dan los terminos superiores hacia los superiores (mueble es hiperönimo de mesa, silla, sofä, aparador, etc.) o a la inversa, es decir, mesa, silla, etc. son hipönimos de mueble. 300 LEXICOLOGIA Y SEMANTICA LEXICA Para algunos autores, como Lyons y Kempson, esta relaciön lexica es capital. En efecto, para Lyons es una relaciön paradigmätica esencial sobre la que des-cansa principalmente la organizaciön semäntica de la estructura jerärquica del vo-cabulario de la lengua. Es la relaciön estructural de mäs peso especifico en el sis-tema lexico. Esta preeminencia del fenömeno de hiperonimia-hiponimia llega en Lyons a tal punto que deja de lado la relaciön de sinonimia. Por su parte R. Kempson (1982: 85) considera que la hiponimia y la incompatibilidad son los tipos principales de relaciön con cuya aplicaciön «pueden caracterizarse las rela-ciones de una extensa red de terminos, pues los elementos lexicos no se limitan a contraer una determinada relaciön con otro elemento löxico, sino con muchos otros». Asi lo veremos al tratar la cohiponimia. Dos definiciones generales de hiponimia nos muestran los dos principales prismas teöricos y metodolögicos desde los que se han contemplado estas rela-ciones lexicas. Para Bierwich (1970: 180): R, es un hipönimo de R2—esto es R, esta incluida en Rj— si el significado de R, contiene todos los componentes que aparecen en el significado de R2, pero no viceversa [...]. Para Kempson (1982: 83): Esta relaciön entre un termino mäs general y otro menos general se denomina hiponimia [...] esta relaciön de hiponimia, donde el significado de un elemento lexico queda totalmente incluido en el otro [...]. Al contemplar estas dos definiciones, advertimos que se puede considerar la hiponimia en cuanto que el significado de una palabra contiene los componentes de otra y, por tanto, una serie de rasgos distintivos o semas estarän incluidos en el significado de esa otra, o bien en cuanto relaciön lögica entre un superordinado o generico y un subordinado o especifico. Bajo dos enfoques primordiales se han estudiado estas relaciones de hiperonimia-hiponimia entre significados: a) el de la semäntica estructural europea (anälisis semico, campos lexicos) b) el enfoque lögico Subsumidos en estos se hallan dos enfoques tambien importantes en el estudio de la hiponimia: c) el anälisis componencial (lingüistica generativa) d) el enfoque cognitivo (lingüistica cognitiva). RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LEXICOS (I): SINONIMIA. HIPERONIMIA-HIPONIMIA 301 Nos centraremos esencialmente en los dos primeros, aunque no dejaremos de exponer sucintamente los dos Ultimos, pues tambien han tenido repercusiön en los de estudios semänticos. 8.4.1. Hiperonimia- hiponimia y semäntica estructural (campos) La nociön de inclusiön tiene gran importancia en el anälisis semico de los campos lexicos en la semäntica estructural. Las relaciones de hiperonimia e hiponimia, como toda relaciön entre los significados de las unidades lexicas, se estudian dentro del campo lexico. Para este estudio partimos de las palabras de E. Coseriu (1977: 165): [...] un significado lexemätico puede, naturalmente, ser designado por todos los significantes lexemäticos del campo lexico correspondiente. Asi el significado de «siege» (asiento) puede ser designado por los diferentes significantes lexemäticos del campo «siege» estudiado por B. Pottier —«tabouret», «chaise»,«fauteuil», «canape», etc.— en el sentido de que el significado de cada uno de estos contiene ese significado archilexemätico (con alguna determinaciön complementaria). (Las negritas son nuestras.) Colegimos que el contenido o conjunto de semas (semema) de cada uno de los lexemas posee, indefectiblemente, ademäs de otros rasgos, los semas 'para sen-tarse' y 'sobre patas' que constituyen la base comün, el valor de campo o archi-semema, cuya realizaciön lexica es el archilexema. Esta estructura vertical nos remite, inmediatamente, a la estructura del campo lexico, en la que identificamos el hiperönimo con el archilexema y los hipöni-mos con los distintos lexemas que forman este paradigma lexico o campo lexico. Pero tambien existen relaciones entre los significados de los lexemas de un mis-mo nivel, es decir, entre los distintos lexemas que forman el campo löxico y, por tanto, entre los hipönimos. Estas relaciones en el eje horizontal entre dos o mäs hi-pönimos es la cohiponimia. Es la relaciön de oposiciön en el campo ldxico. Entre los cohipönimos existe una serie de propiedades poseidas por ellos (base comün) y caracteristicas que son especificas de cada lexema en oposiciön (rasgos distintivos). Tras determinar que dos lexemas son hipönimos del mismo hiperönimo, por tanto que son cohipönimos, ya se pueden especificar las relaciones es-tablecidas entre ellos y los otros lexemas incluidos en el mismo campo. Veamos gräficamente estas relaciones en la pägina siguiente (Figura 8.5). De igual modo los rasgos semänticos de los lexemas andar, correr, nadar (hipönimos) estän incluidos en el archilexema «desplazarse» (hiperönimo), siendo los primeros cohipönimos entre si. Recordemos que existen hiperönimos e hipönimos que son casillas vacias, es decir, formas de contenido sin expresiön lexicalizada simple, aunque si pueden LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA PERÓN I M O (AVE) Retación de hiperonimia Relación de hiponimia HIPONIMO — HIPONIMO HIPONIMO -(paloma) (petirrojo) (golondrinal Figúra 8.5. HIPONIMO] (gorrión) J Relación de co-hiponimia expresarse por perífrasis. Son las lagunas del léxico. Asi, por ejemplo, las uni-dades menosprecio, aprecio, desprecio, cortesía, estima, desdén tienen como archisemema «relaciones o trato entre los hombres» pero no poseen el archile-xema. Estas lagunas del léxico pueden aparecer en distintos puntos del vocabu-lario. Asi lo constatamos en: tierno, ternura, ^verbo?, tiernamente verdadero, verdad, ^verbo?, verdaderamente defender, defendible, defensivo, defensor, defensa decidir, decisivo, _ decision La aplicación de la teória del campo léxico va a resultar muy útil a la hora de diferenciar las relaciones de sinonimia con respecto a las de hiperonimia-hiponimia. Al estudiar la sinonimia hemos apreciado que, en numerosas oca-siones, no existe entre dos términos una relación de sinonimia más o menos parcial, sino que la relación es de naturaleza hiperonfmica-hiponímica. Son dos relaciones semánticas históricamente confundidas, tanto en estudios teóri-cos como en trabajos lexicográficos. En efecto, en la mayoría de los dictionaries de sinónimos se incluyen todos los vocablos sustituibles, pues están em-parentados semánticamente, sin diferenciar las relaciones de sinonimia y de hiponimia. En el ámbito teórico tenemos el ejemplo de la clasificación de sinónimos de Collinson (cf. 8.3.5) adoptada por Ullmann y que empieza funda-mentándose en que un término es más general que otro para diferenciar los sinónimos. G. Salvador seňala esta confusion entre las diversas relaciones paradigmáticas de términos que pertenecen al mismo campo. Dice «Pelo es ar-chilexema de cabello y la relación es de hiperónimo a hipónimo». Asi lo ex-plica Casas (1999: 76): [...] no son los únicos autores que igualan los signos léxicos que se caracterizan por la común posesión de un mismo o análogo signifieado con aquellas unidades léxi- RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (I): SINONIMIA. HIPERONIMIA-HIPONIMIA 303 cas {cohipónimos entre si) que se encuentran paradigmáticamente en una relación de inclusion o subordinación semántica con otro lexema más genérico o extenso (término hiperónimo o archilexema que cubre todo el campo) al que implican unilateralmente. (Las negritas son nuestras.) Pero estas relaciones vienen mareadas por distintas oposiciones lexemáticas: en el caso de los sinónimos hay oposición equipolente, mientras que en los hi-perónimos-hipónimos son privativas (cf. 7.8.4.1.3). Las oposiciones privativas de los hiperónimos-hipónimos se pueden neutralizar en determinadas situaciones comunicativas convirtiéndose los términos en sinónimos contextuales (pelo y cabello pero no vello; no se puede decir el *cabello de los brazos pero si el cabello o el pelo de la cabeza). En la lingiiística generativa, en numerosas ocasiones, se considera la identidad de signifieado (sinonimia) como caso especial de hiponimia puesto que en ésta se contienen todos los rasgos que constituyen la definition del hiperónimo. Todo concepto componencial es hipónimo de si mismo. 8.4.2. Hiperonimia-hiponimia y lógica Si la noción de «inclusión» (hiponimia) tiene gran importancia en el análisis sé-mico de los campos léxicos de la semántica estructural, su relevancia se ha in-erementado al ser empleada en la elaboración de teorías semánticas en la lingiiística generativa. Los lógicos han analizado la hiponimia fundamentándose en la inclusion de clases o en la subordinación. Adoptan la vieja distinción lógica de Aristoteles entre género y especie y las definen como relaciones de inclusion o de implicación entre los signos léxicos (cf. Figúra 8.1.). La inclusion de clases, noción en las palabras correspondiente a la vinculación en las oraciones,20 se define asi: X 3 Y (X incluye a Y) e Y c X (Y está incluido en X, o bien Y es una subelase de X) significa que todo miembro de Y es miembro de X. Asi, por ejemplo, si X es la clase de los muebles e Y la clase de las sillas, enton-ces se da el caso de que X incluye apropiadamente a Y (X 3 Y)21. El signifieado de la palabra silla incluye lógicamente el de la palabra mueble pues cuando se dice que algo es una silla (hipónimo) se implica que se trata de un mueble (hiperónimo). Otro tanto ocurre con pesadilla y sueňo, correr y moverse, etc. Veámoslo gráfica-mente en la página siguiente (Figúra 8.6). Tanto silla como mesa, aparador, estantería y rinconera están todos incluidos en muebles. 20 Una oración vincula a la otra si la enunciation de la primera implica que sea igualmente verdadera la enunciación de la segunda. 21 El símbolo 3 tiene el valor de «incluye»s mientras que c tiene el valor inverso, «está incluido en». 304 LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA LÉXICA RELACIONES ENTRE LOS SIGNOS LÉXICOS (I): SINONIMIA. HIPERONIMIA-HIPONIMIA 305 Figura 8.6. A. Cruse (1986: 88) afirma que «La relación léxica que corresponde a la inclusion de una clase en otra es hiponimia». La expresa en la siguiente proposición metalingiiística: X será un hipónimo de Y (e Y un superordinado de X) si A esf(X) supone pero no es supuesto por A esf(X). Aclara la proposición A esf(X) afirmando que/(XJ es una expresión indefi-nida (vaga) y representa la minima elaboración sintáctica de un item léxico X para funcionar como complemento del verbo ser. Ej. Esto es un FERRO. Supone unilateralmente Esto es un animal. Aunque no lo vamos a tratar, debemos seňalar que Lyons y Cruse caracterizan la hiponimia en el marco de las jerarquías léxicas. Dice asi Lyons (1980: 277): «La relación de hiponimia impone una estructura jerárquica sobre el vocabulario y sobre algunos de sus campos [...]». Defiende la hipótesis de que el vocabulario de todas las lenguas está jerárquicamente estructurado bajo un conjunto relativa-mente reducido de lexemas muy generates en sentido. Asi un conjunto de lexemas muy generates como «pez/pescado», «ave/pájaro», «insecto», «cosa», «cuali-dad», «estado», etc., son hiperónimos de subconjuntos más o menos grandes de subclases: «ave»: águila, tordo, cuervo, cotorra, etc.; «ave de corral»: gallina, polio, pularda, etc. Concluye Lyons (1980: 283): En rigor es dificil de concebir que una lengua opere satisfactoriamente en una cultura dada sin que su vocabulario se estructure a partir de los principios comple-mentarios de hiponimia y contraste, como parece demostrarlo toda la obra descriptiva que se ha llevado a cabo en los distintos campos del vocabulario en diversas lenguas. Cruse (1986: 137) habla de la taxonomia como una sub-especie de la hiponimia. Los taxónimos de un elemento léxico son un subconjunto de sus hipóni-mos. Propone el siguiente fragmento de taxonomia jerárquica: Criatura „ árbol —> pino —> pino albor —> pino albor Catalan Basándose en los tres niveles de categorization propuestos en la psicolin-güistica por Rosch y sus colaboradores: superordinado-arama/; básico-perro; su-bordinado-canic/ie, Kleiber (1990: 84-87) defiende que el nivel básico es el más importante cognitivamente asi como el más rico y eficiente de los tres. Aporta las siguientes razones recogidas por M. J. Cuenca y J.Hilferty (1999: 43) y que transcribimos: a) Perceptivamente los elementos de dicho nivel son los que se identifican de manera más rápida porque están asociados a una imagen simple y global. b) Comunicativamente, suelen corresponder a palabras más cortas, son las más frecuentes en el uso, el punto de referencia en contextos neutros y, además, se identifican con las primeras palabras que entienden y utilizan los niňos. c) Desde el punto de vista de la organization del conocimiento, es el nivel más informativo, por cuanto a un esfuerzo cognitivo minimo se corres-ponde una cantidad de information muy elevada, debido al hecho de que la mayor parte de atributos de la categoria se memorizan en este nivel. Jackendoff (1983: 104), al tratar las propiedades semánticas y las oraciones de categorization genérica afirma que «los juicios de superordinación y subordina-ción están directamente relacionados con juicios sobre G C Ss [oraciones de categorization genérica]. Por ejemplo, el juicio de que "ave" y "polio" forman un par superordinado-subordinado depende de la misma information que el juicio de que "Un pollo es un ave" es verdadero».