Jose Triana (Cuba, 1931) Jose Triana nació en Bayamo, Cuba en enero de 1931. Al terminar sus estudios en Santiago de Cuba, se mudó a Espana durante los aňos de Batista, donde publico un libro de poesía y donde escribió sus primeras piezas teatrales. Al estallar la Revolución en 1959, regresó a Cuba y empezó a estrenar en seguida. Alcanzó fama internacionál con la obra que se presenta aquí, La noche de los asesinos, en los aňos sesenta. Más tarde, por complicaciones con la política revolucionaria, se silenció la voz dramática de Triana hasta el aňo 80. En sus primeras piezas, Triana mostró su sensibilidad por el ambiente cubano y provocó mucho interes por sus interpretaciones de los valores y las tradiciones culturales. Sus personajes pertenecen a las clases sociales más humildes, y los presenta en situaciones que ponen en evidencia la violencia y la brutalidad que pueblan ese mundo. La técnica de Triana, sin embargo, sobrepasa una presentación puramente realista de este ambiente al invocar consideraciones morales y metafísicas. Se le ha comparado a Genet y Artaud por la crueldad ritual que constituye la esencia de algunas de sus obras, aunque esto no disminuye en absoluto el valor original de sus creaciones. En El mayor general hablará de teogonía {1957, estrenada en 1960) Triana establece las dimensiones míticas que van a prevalecer en sus obras posteriores. Los personajes representan la humanidad en todas sus debilidades. La culpa los consume, pero viven con la esperanza de desaíiar la autorídad representada por el Mayor General. Planean un asesinato que contiene elementos cristianos del sacrificio y la comu-nión, pero el final resulta ser una paródia que desmitifica el proceso en su totalidad. Medea en el espejo, también estrenada en 1960, es una version moderna en tres actos del conílicto clásico de Medea, localizada en un barrio pobre poblado de mulatos. La danza, la música, los tambores, y el habla típica, contribuyen al ambiente ritual en el que se desarrolla el acto homicida —la muerte de la pretendida y su padre— y la venganza tremenda de Maria (Medea) mediante la destruction de sus hijos. La protagonista vacila entre la razón y la pasión más inflamada, y alcanza en su angustia niveles de pura tragédia en el sentido clásico. Entre las otras obras tempranas de Triana ŕiguran La casa ardiendo y El Parque de la Fraternidad (1962), El incidente cotidiano y La visita del ángel (1963). Del mismo aňo es La muerte del ňeque, una picza que también tiene resonancias de la tragédia griega con la violencia y la La noche de los asesinos 105 joseTbj_an_a_ ^jjialidad del hampa cubana. A la vez es l.i "Im • \« j^as las manifestaciones del juego, el siniholr.im j| importancia en su teatro posterior. Laobra maestra de Triana, La noche de h> ii j Festival de Teatro Latinoamericano en nadoelcodiciado premioCasa de las Anuii* i 1 1 r^diatamente se monta en varios festiv.ili-«. ml...... vfldo^^ Nancy en Francia, lo cual tienc ni v-fian* porque contrae matrimonio, estaiuln < n l ^uba. Triana es considerado sospechoso di i ^arias; S1gue trabajando como editor en el In ^jjtorialNacional de Cuba, pero le estä vedad.i l.i ^jurante los afios mäs represivos del movimii j^e escribiendo clandestinamente, sus obi m el ano 80 cuando la pareja consigtic i pjjjria- Desde entonces estä radicado en l'.ul i^ysededica a sus actividades literari.i'. \ u-.tli En su segunda epoca Triana ha sidu....... r su teatro, y ha reeibido becas imporlan Jugenheim y del gobierno frances. El hiato d< in ^ capacidad dramätica, y las piezas de est« ^uiias escritas o esbozadas en Cuba, indi< jfäiiiatico que caracterizaba las piezas anti i ^jlusion con el proceso revolucionari". Iiwih Jjf*'° 1ue c°noce profundamente -su tic.......• ^a de corazön. Sus piezas dramäticas reflejm l| hi5toria, su lenguaje, susvaloresvsucar.nl'! nmi jjjp obras netarnente universales que fäcilmnili II I pönales. Es tal vez por eso que Trian.i h.i kld ^te idiomas. Lapnmera obra de esta segunda etap.i es /'n/n/'l .Cuba como Diälogopara mujeres entre l" ' j|tg|escomo WorWs Aparf y montada por el Kn [987, el mismo elenco que llevö a las lablii priores. Basada en la novela Las honraäu 1 ^ffiön, Palabras comunes examina la hipni n Ii jgdad cubana durante los anos 1894 .i l''H ^fldo el pais pasa de ser una colonia esp.il ^•teamericana. Muchos episodios de est .i pn |(H Je evcr"tos relacionados con la Guerra de lo i1 1 «-lue el triängulo de personajes de / a im \h i >bra se vale de tres hermanos parecidos que durante unos veinte anos huscan su identidad durante una epoca en la que las normas y los I .ilores de la sociedad estän en crisis. Victoria, el personaje central de i i aeeiön, enfoca las actitudes sexuales y raciales en esta pieza metaförica de la sociedad actual donde los valores parecen haber i mbiado muy poco. Ceremonial de guerra (escrita 1968-73) estä situada en Cuba en I M*)5 cuando la isla estaba involucrada en una lucha sangrienta por su i < -pendencia nacional. Las tropas espanolas guarnicionadas en Cuba 111 tenian los arsenales y respaldaban un sistema politico ya anacröni-■ v puesto en peligro. Los patriotas eubanos buscaban alternativas al l< 111 rol colonial y se oponian al sistema vigente. Los dos motivos que 1« 111 i nan en la obra son un mapa y la verdad, motivos dramäticamente k i i relacionados. El mapa para la aeeiön militar desaparece cuando un n Iota herido se lo lleva a las montanas; la büsqueda del mapa y el ftf licto que genera funcionan como metäfora de la büsqueda de la kl ul, la cual es imprescindible para una campana revolucionaria. I . laro que no puede existir una revolueiön verdadera si todo estä k, l. > en hipoeresias y mentiras; o sea, la revolueiön estä destinada a k* ,t r si la base es la deeepeiön en vez de la verdad. Igual que la obra . r, esta tambien estä construida con enigmas y misterios, los que L.. .tituyen como un signo de su teatro. x'olico en el Campo de Marte (escrita en 1971), es una obra i .i que depende de varios cödigos esteticos, lingüisticos, sexuales i >-econömicos. Escrita totalmente en verso, juega con alusiones ■. 11 tes etapas en la economia cubana ("la danza de los millones" v las ilusiones azucareras de los anos 70) por medio de unas Mies amorosas que remontan a una comedia de tipo capa y I . lel Siglo de Oro espanol. En Cruzando el puente (1992) Triana Li. I monölogo para enfocar la desilusiön del personaje Heriberto kli mar su vida anterior, ya que es incapaz de enfrentarse a si In un ambiente donde las colas cotidianas, la escasez de [CS y la represiön politica son constantes, es obvio el efecto psicologia del personaje atrapado en el sistema castrista, un tipo de exilio interior frente a la decadencia individual. stän los tarahumaras (1993) es una obra breve en un acto con i iajes, El y Ella, que viven en un tipo de cementerio/pecera. tnigotes como si estuvieran tratando de ganar el control de por medio de otra entidad. Es una pieza expresionista, I >or los efectos de la luz, en que los tarahumaras como seres 106 Jose Triana exöticos hacen hincapie en lo remoto —lo dificil que es establecer orden en la vida. Lo enigmätico de la obra, que es otro signo recurren-te en las obras de Triana, sirve aqui como metäfora de la vida bajo una dictadura represiva. La fiesta, o Comedia para im delirio (1993) es una obra en tres actos que tambien se aprovecha de la müsica, el verso y la iluminaciön para crear efectos casi mägicos entre los miembros de una familia que preparan una fiesta. Ubicada en Miami, la pieza refleja muchas de las distorsiones egoistas, amorosas y nocivas que caracteri-zan la misma sociedad habanera bajo la dictadura. La pieza mäs reciente de Triana, El ultimo dia de verano (1994), carece de referencias especificas a Cuba, pero se remonta a la epoca revolucionaria por medio de un dictador, Valderrama, quien ha traido al lugar un reino de odio y represiön. Queda implicita la correlaciön con la epoca revolucionaria en Cuba donde la figura opresiva no aparece (un recurso muy frecuente en el teatro contemporäneo), pero donde la gente estä obligada a reconocer su propia responsabilidad. La figura central representa ei esfuerzo por liberarse de los elementos nocivos de control burocrätico. El sentido de ser enclaustrado en un ambiente desprovisto de todo sentido de amor humano es casi palpable en la obra. Igual que en muchas obras anteriores, aqui tambiön Triana juega con formas misteriosas y enigmäticas dentro de un ambiente de ensueno donde resulta dificil establecer los limites de la realidad o el equilibrio. Los sentidos de odio, rencor y humillaciön deparan el tono de miseria. La obra canönica de Triana, La noche de los asesinos, es la que figura en esta antologia por ser una de las obras mäs ricas del reper-torio teatral latinoamericano. Los tres participantes —hermanos adolescentes— ensayan un acto ritual como si estuvieran preparando el asesinato de sus padres. Se rebelan contra la autoridad, pero Triana no interna atribuir culpa ni a los hijos ni a los padres. Todos son seres desilusionados, metidos en la dialectica del orden/desorden donde tienen que luchar con la conciencia de su fracaso. El desdoblamiento del personaje y la manipulaciön de los varios niveles de la realidad compaginan con la simetria general y el paralelismo estructural entre los dos actos al crear una obra con dimensiones metateatrales. Sin dar una respuesta a todas las preguntas que plantea la pieza, Triana desafia las convenciones tradicionales con una obra teatral que choca con el ser y la sociedad, al mismo tiempo que penetra en sus mäs profimdas esencias. noche de los asesinos 107 antes HombrT TT * al teatro que antes. Hombre de un sentido fuerte de la etica y la justicia humana de compas,on por todo ser marginado dentro de su sociedad de una pasiön y dedicaciön a su pais de origen, de una capacidad enorme po el arte dramat.co (y tambien la poesia, otra forma que ha eiercido con frecuencia) Triana sigue siendo uno de los escritores mäs Sonocidos dentro del ämbito teatral latinoamericano. reconocidos George Woodyard University of Kansas Jose Triana La noche de los asesinos A María Angelica Alvarez, A José Rodríguez Feo Ay de tanto! Ay de tan poco! Ay de ellos! César Vallejo ...cada uno es para si un monstruo de sueňos. André Malraux ... este mundo humaita entra en nosotros, participa en la danza de los dioses, sin retroceder, ni mirar atrás, so pena de convertirse como nosotros mismos: en estatuas de sal... Antonín Artaud ... Can we only love Something created by our own imagination? Are we all in fact unloving and unlovable? Then one is alone, and if one is alone Then lover and beloved are equally unreal And the dreamer is no more real than his dteatii;. T. S. linoi escenario Un sotano o el ultimo cuarto-desvan. Una mesa, tres sillas, alfombras raidas, cortinas sucias con grandes parches de telas floreadas, floreros, una campanula, un cuchillo y algunos objetos ya en desuso, arrinconados, junto a la escoba y el plumero. ÉPOCA Cualquiera de los aňos '50 Personajes Lalo Cuca Beba Los personajes, al realizar las incorporaciones de otros personajes, deben hacerlo con la mayor sencillez y espontaneidad posibles. No deben emplearse elementos caracterizadores. Elbs son capaces de representar al mundo sin necesidad de ningün artificio. Tengase esto en cuenta para la elaboracion del montajey direcciön escenicas. Estospersonajes son adidtos y sin embargo conservan cierta gracia adolescente, aunque un tanto marchita. Son, en ultimo termino, figuras de un museo en ruinas. Acto Primero Lalo—Cierra esa puerta. (Golpeándose el pecho. Exaltado, con los ojos muy abiertos.) Un asesino. Un asesino. (Cae de rodillas.) CUCA—(A Beba.) iY eso? BEB.\—(Indiferente. Observando a Lalo.) La representación ha empezado. CuCA-^Otra vez? Beba—(Molesta.) Mira que tú eres... jComo si esto fuera algo nuevo! cuca—No te agites, por favor. Beba—Tú estás en Babia. cuca—Papá y mamá no se han ido todavía. Beba—eso qué importa? lalo—Yo los maté. (Se ríe. Luego extiende los brazos hacia el publico en ademán solemne.) ^No estás viendo ahí dos ataúdes? Mira: los cirios, las Mores... Hemos llenado la sala de gladiolos. Las flores que más le gustaban a mamá. (Pausa.) No se pueden quejar. Después de muertos los hemos complacido. Yo mismo he vestido esos cuerpos rígidos, viscosos... y he cavado con estas manos un hueco bien profundo. Tierra, venga tierra. (Rápido. Se levanta.) Todavía no han descubierto el crimen. (Sonríe. A Cuca.) ^Qué te parece? (Le acaricia la barbilla con gesto pueril.) Comprendo: te asustas. (Se aparta.) Contigo es imposible. cuca—fSacudiendo los muebles con el plumero.) No estoy para esas boberías. Lalo—iCómo? ^Consideras un crimen una bobería? jQué sangre fría la tuya, hermanita! ^Es cierto que piensas asi? CVCA-(Firme.) Sí. Lalo—^Entonces qué cosa es para ti importante? cuca—Deberias ayudarme. Hay que arreglar esta casa. Este cuarto es un asco. Cucarachas, ratones, polillas, ciempiés... el copón divino. (Quita un cenicero de la silla y lo pone sobre la mesa.) Lalo—iY tú crees que sacudiendo con un plumero vas a lograr mucho? CUCA-Algo es algo. Lalo— (Autoritario.) Vuelve a poner el cenicero en su sitio. cuca-El cenicero debe estar en la mesa y no en la silla. lalo—Haz lo que te digo. 112 Jose Triana CUCA—No empieces, Lalo. LALO—(Coge el cenicero y h pone otra vez en la silla.) Yo se lo que hago. (Coge el florero y lo pone en el suelo.) En esta casa el cenicero debe estar encima de una silla y el florero en el suelo. CuCA-iY las sillas? Lalo—Encima de las mesas. CUCA—nosotros? LALO—Flotamos, con los pies hacia arriba y la cabeza hacia abajo. CUCA-(Molesta.) Eso me luce fantästico. ^Por que no lo hacemos? Estäs inventando algo maravilloso. Quien te oiga, jque pensara! (En otro tono. Mäs dura.) Mira, Lalo, si sigues fastidiando, vamos a tener problemas... Vete. Dejame tranquila. Yo hare lo que pueda hacer y se acabo. LALO— (Con Intention.) ^No quieres que te ayude? CUCA—No le busques mäs los cinco pies al gato. LALO—No te metas entonces con mis cosas. Yo quiero tener el cenicero, ahi. El florero, ahi. Dejamelos. Eres tü quien trata de imponerse; no yo. CUCA—jAh, si! jQue lindo! ^Ahora soy yo la que me impongo? jVaya, hombre! jEsto no tiene precio! ^Asi que yo...? Mira, Lalo, no sigas, por favor. El orden es el orden. LALO—No hay peor sordo que el que no quiere oir. CuCA-^Que dices? LALO—Lo que oiste. CUCA—Pues, chico, no entiendo. Esa es la pura verdad. No se lo que te traes entre manos. Todo eso me parece sin pies ni cabeza. En fin, que me hago un lio tremendo y entonces no soy capaz de hacer ni decir nada. Ademäs, todo eso es terrible, si es como me lo figuro. A nada bueno nos puede conducir. LALO—^Otra vez el miedo? En el mundo, esto metetelo en esa cabeza de chorlito que tienes, si quieres vivir tendräs que hacer muchas cosas y entre ellas olvidar que existe el miedo. CuCA-jComo si eso fuera tan fäcil! Una cosa es decir y otra vivir. LALO-Pues intenta que lo que digas este de acuerdo con lo que vivas. CUCA—No me atosigues mas. Dejate de sermones, que eso no te sienta bien. (Sacudiendo una silla.) Mira cömo estä esta silla, Lalo. jQuien sabe cuänto tiempo hace que no se limpia! Hasta telaranas, que horror. lalo—Que barbaridad. (Acercändose cautelosamente, Ueno de intentiön.) Los otros dias me dije: «Debemos limpiar»; pero, despues nos entretuvimos en no se que boberia y... fijate, fijate ahi... (Pausa. Con intentiön.) ^Por que no pruebas? cuca— (Casi de rodillas junto a la silla, limpidndola.) No me metas en eso. lalo—Arriesgate. cuca—No insistas. lalo—Un ratico. Cuca-Yo no sirvo. (Beba, que estaba en el fondo, limpiando con un trapo algunos muebles viejos y cacharros de cocina, avanza hacia el primer piano con una sonrisa hermetica, sus gestos recuerdan por mo?nentos a Lalo.) Beba—Veo esos cadäveres y me parece mentira. Es un espectäculo digno de verse. Se me ponen los pelos de punta. No quiero pensar. Nunca me he sentido tan dichosa. Miralos. Vuelan, se disgregan. lalo— (Como un gran senor.) ^Han Hegado los invitados? Beba—Subian las escaleras. Lalo—^Quienes? Beba—Margarita y el viejo Pantaleon. (Cuca no abandona su labor, aunque, por momentos, se queda abstraida contempländolos.) Lalo— (Con desprecio.) No me gusta esa gente. (En otro tono. Violento.) ^Quien les avisö? Beba—iQue se yo!... No, no me mires asi. Te juro que no he sido yo. Lalo—Entonces, fue ella. (Senala a Cuca.) Ella. Cuca—(Limpiando todavia el mueble.) ^Yo? Lalo—Tü, si, tü. Mosquita muerta. Beba—A lo mejor fueron ellos los que decidieron venir. Lalo-(A Beba.) No trates de defenderla. (A Cuca, que se levanta y se limpia el sudor de la frente con el brazo derecho.) Tü, siempre tü, espiändonos. (Comienza a girar en torno a Cuca.) Asegurändote de nuestros pasos, de lo que hacemos, de lo que decimos, de lo que pensamos. Ocultändote deträs de las cortinas, las puertas y ventanas... (Con una sonrisa despectiva.) La nina mimada, la consentida, tr.il.i de 114 JOSE i a n a JUJ^,-- ) Dos y dos son cuatro. Sherlock n, m vt°l1romo un exabrupto.) Que asco.. .(En mvestigar. (JJJj Nunca estas conforme. iQue Holmes enciendesup r ^ ^ ^ otro tono. Suave, co ^ meterse en situation.) Yo, quieres saber? j * No la cojas conmigo. lalo-Entonces, iPor q ^ ^ ^ miserable? tre que yo no C0« a** sober**.) Son CuCA_(TrflW» ^ Me das lastim3i (Con um mis amigos. ^je^ . ensanas. Es estupido. Haces el LAL°-(?nCi 5» ^onderte como la gatica de Maria lalo-Hazlo- d cuca-Mesacasdeq^ lalo-Tencoraje telosuphco. LALO-fA^') beZa. cuca-Me da/«* lalo-Pontef^e^e * **asL No pued0 cambia, ^S^^rta y la acompaM hasta B,f Pirate esas l^jL, es culpable. (Pausa. Le alisa los una afloj Secate ^ raft N°debiste de haberl° esa cara. Sonriete, *»< Lanoche de los asesinos 115 hecho; pero si te decidiste, entonces hay que llegar hasta lo ultimo. (Haciendo un chiste.) Esa naricita coloradita parece un tomatico. (Dándole un golpecito a la nariz con el índice de la mano derecha.) Bobita, que bobota eres. (Se sonríe.) cuca— (Aferrándose a Beba.) No quiero verlo. beba-Cálmate. cuca-No quiero oirlo. Beba—El no se come a nadie. cuca-El corazón... ^Óyelo, parece que va a estallar. beba—Bah, no seas niňa. cuca—Te lo juro, hermanita. Beba—Debes acostumbrarte. cuca—Quisiera echar a correr. Beba-Eso pasa al principio. cuca—No puedo aguantarlo. beba—Después resulta fácil. Cucá—Siento asco. lalo—fCo« un caldero en las manos, haciendo una invocation.) Oh, Afrodita, endende esta noche de vituperios. cuca-(A Beba, angustiada.) Ha empezado de nuevo. Beba—(A Cwca. Conciliadora.) Déjalo; no le hagas caso. cuca—Me dan ganas de escupirlo. Beba-No lo pinches, que salta. lalo-fComo im emperador romano.) Oh, asistidme; muero de hastio. (Cuca, incapaz de ponerse al mismo nivel de Lalo. lo repudia en tono de burla.) cuca-Qué hazaňa más extraordinaria. Es igualito que tu tío Chicho. iVerdad, hermana? (Con asco.) Eres un monstruo. lalo-fComo un seňor muy importante.) Mientras los dioses callan, el pueblo chilla. (Tira el caldero hacia el fando.) cuca—(Como la madre. En tono de sarcasmo.) Tira, rompe, que tú no eres quien paga. Lalo—(Con una sonrisa. Hacia lapuerta.) Oh, qué sorpresa. Beba-(A Cuca.) ^Te sientes mejor? (Cuca mueve la cabtsa afirmativamente.) 116 Jose T riana LALO-(Saludando a unospersonajes imaginarios.) Pasen, pasen... (Como si les estrechara las manos.) Oh, que tal... ^Como estä usted? Beba— (A Cuca.) fTe decides? (Ciica mueve la cabeza afirmativa-mente.) LALO-(A Beba.) Estän ahi. Beba— (A Lalo.) Dejalos, que ya se irän. LalO— (A Beba.) Han llegado a pasmarnos. CUCA— (A los personajes imaginarios.) Buenas noches, Margarita. LALO— (A Cuca.) Vienen a olfatear la sangre. BEBA— (A los personajes imaginarios.) ^Cömo estän ustedes? CUCA— (A Lalo.) Tu siempre con tu mala intenciön. Beba— (A Cuca. Como la madre.) No enciendas la candelita. (A los personajes imaginarios.) El asma es una enfermedad pirotecnica. Seguramente sigue haciendo estragos. Lalo—(A Cuca.) Esto no te lo perdonare. CUCA— (Como si prestara atenciön a lo que hablan los personajes imaginarios. Con una sonrisa malvada a Lalo. Entre dientes.) Ojo por ojo y diente por diente. Beba— (Como la madre. A Lalo, entre dientes.) Disimula, mucha- cho. Lalo— (A Beba.) Es un insulto. (En otro tono. Con una sonrisa hipöcrita a los personajes imaginarios.) usted, Pantaleon? Hacia tiempo que no lo veia. jEstaba perdido? Beba— (Acosando a los personajes imaginarios.) ^Cömo anda de la orina? A mi me dijeron los otros dias... CUCA— (Acosando a los personajes imaginarios.) ,;Funciona bien su vejiga? BEBA— (Asombrada.) ^Como? ^Todavia no se ha operado el esfinter? CUCA—(Escandalizada.) Oh, pero, ^es asi? £Y la hernia? Lalo— (Con una sonrisa hipöcrita.) Usted, Margarita, se ve de lo inejor. ^Le sigue creciendo ei fibroma? (A Beba.) Atiendelos tu. BEBA— (A Lalo.) No se que decirles. Se me agotö el repertorio. LALO—(Secreteando. Empujändola.) Cualquier cosa. De todas formas quedaräs mal. (Va hacia elfondo.) Beba— (Mira a Lalo, angustiada. Pausa. Inmediatamente despuesse nitrcga a la comedia de los fingimientos.) Que linda estä usted. Me luce que l.i primavera le da... no se... un aire especial, una fuerza, que se La noche de los asesinos 117 yo... Hace calor, ^verdad? Estoy entripada. (Se rie.) Ay, Pantaleon, que sinvergüencita es usted. Es un villanazo. Si, si. No se haga el chivo loco. La Verruga se le ha puesto de lo mäs hermosa. lalo—(Como Pantaleon.) No exagere, que no voy a creerle. Los anos, mi hijita, lo van a uno deteriorando y acaban por hacerlo un trapo, que es lo peor del caso. (Se rie, malicioso.) Si tu me hubieras conocido en mis buenos tiempos, cuando las vacas gordas... Ay, si aquella epoca resucitara... Pero que va, pido un imposible. (Con un tono especial.) Hoy tengo un dolorcito clavado aqui... (Senala hacia la regiön abdominal.) Es como una punzadita, la punta de un alfiler... (Suspira.) Estoy viejo, hecho un carcamal. (En otro tono.) Y esto cada dia va peor. Los hijos no respetan ni perdonan. Beba—(Como Margarita, molesta.) No digas eso, hombre. Parece mentira. (Secreteando.) ^Cömo vas a nombrar la soga en casa del ahorcado? (Con una sonrisa.) iQue pensarän estos muchachos tan lindos y tan simpäticos? (A Cuca.) Ven acä, muneca. ^Por que te escondes? ^A quien le tienes miedo? ,;Quien es el coco? (Cuca no se mueve.) Ven acä, ^soy acaso una vieja muy fea? Ven acä, no te pongas majadera, linda. Dirne una cosa, ^y tus papitos? ;Dönde estä tu mamita? lalo— (Saltando de la silla. Violento, al püblico.) Ya lo ven. ^No lo dije? A eso vinieron. Los conozco. No me equivoco. (A Cuca. Acusa-dor.) Son tus amigos. Säcalos de aqui. Quieren averiguar... (Gritando.) Que se vayan al diablo. ^Me oyes? Se acabö. (Cuca no sabe que hacer, se mueve, gesticula, quiere decir algo, pero no se atreve o no paede.) Beba— (Como Margarita. A Cuca.) No quiero irme tan pronto. Hemos venido a hacer la visita de costumbre. La debiamos desde el mes antes pasado. Ademäs, estoy tan desmejorada. Tu madre debe tener algunas hojitas de llanten que me regale y un trocito de palo-santo. Lalo— (Frenttico.) Diles que se vayan, Cuca. Diles que se vayan al carajo. (Como si tuviera un lätigo y los amenazara.) Fuera, fuera de aqui. A la calle. cuca—(A Lalo.) No seas grosero. Beba—(Como Margarita. Dando gritos ahogados de rebeldia.) Nos atropellan. Esto es una infamia, hijos del diablo. Cuca— (A Lalo. Duena de la situaciön.) Tu, por lo visto, pierdes 1< ig estribos muy fäcilmente. 118 Jose T riana Beba—(A los visitantes imaginarios.) Les ruego que lo disculpen. cuca— (A Lab.) Ellos no te han hecho nada. beba— (A los personajes imaginarios.) Tiene los nervios muy alterados. cuca— (A Lab.) Eres un inconsciente. beba— (A los personajes imaginarios.) El doctor Mendieta le ha mandado mucho reposo. cuca— (A Lab.) Qué falta de tacto, de educación y de todo. beba—(A bs personajes imaginarios.) Es un ataque inesperado. cuca— (A Lab, que se rie con cierto disimulo.) Esto no tiene perdón de Dios. beba— (A los personajes imaginarios.) Adiós, Margarita. Buenas noches, Pantaleon. No se olvide. Mamá y papá řueron a Camagüey y no sabemos cuándo... Esperamos que vuelvan pronto. Adiosito. (Les tira un beso con fingida ternura. Pausa. A Lab.) jQué mal rato me has hecho pasar! (Se sienta aifondo y comienza a lustrar unos zapatos.) cuca— (Sutiimente amenazadora.) Cuando mamá lo sepa... lalo—(En un exabrupto.) Ve a decírselo, anda. (Llamando.) Mamá, papá. (Se ríe.) Mamita, papito. (Desafiante.) No te demores. Anda. Sóplaselo en los oídos. Seguramente te lo agradecerán. Vamos, corre. (Coge por un brazo a Cuca y la lleva hasta la puerta. Vuelve hacia el primer piano.) Eres una calamidad. Nunca te decides a fondo. Quieres y no quieres. Eres y no eres. ^Crees que siendo asi ya bašta? Siempre hay que jugársela. No importa ganar o perder. (Sarcástico.) Pero tú quieres ir al seguro. El camino más fácil. (Pausa.) Y ahí está el peligro. Porque en ese estira y encoge, te quedas en el aire, sin saber qué hacer, sin saber lo que eres y, lo que es peor, sin saber lo que quieres. cuca— (Segura.) No te des tantos golpes de pecho. Lalo—Por mucho que quieras no podrás salvarte. cuca—Tú tampoco podrás. Lalo—No serás tú quien me detenga. cuca—Čada día que pasa te irás poniendo más viejo... y aquí, aquí, aquí, encerrado entre telaranas y polvo. Lo sé, lo veo, lo respiro. (Con una sonrisa malvada.) lalo-Sí, y ^qué? cuca—Hacia abajo, hacia abajo. Lai.o—Eso es lo que tú quieres. cuca—No me hagas reír. La noc h e de los a sesinos 119 lalo—Es la verdad. cuca—Hago lo que quiero. Lalo-AI fin salto el gallito de pelea. cuca—Digo lo que pienso. Lalo—Tú no te das cuenta que lo que yo propongo es simple-mente la única Solution que tenemos. (Coge la silla y la mueve en el aire.) Esta silla, yo quiero que esté aquí. (De golpe pone la silla en un sitio determinado.) Y no aquí. (De golpe coloca la misma silla en otro lugar determinado.) Porque aquí (Rápidamente vuelve a colocarla en el primer sitio) me es más útil: puedo sentarme mejor y más rápido. Y aquí (Sitúa la silla en la segunda posición) es sólo un capricho, una bobería y no funciona... (Coloca la silla en la primera posición.) Papá y mamá no consienten estas cosas. Creen que lo que yo pienso y quiero hacer es algo que está fuera de toda logica. Quieren que todo permanezca inmóvil, que nada se mueva de su sitio... Y eso es impo-sible; porque tú, Beba y yo... (En un grito.) Es intolerable. (En otro tono.) Además, se imaginan que yo hago estas cosas por contradecirlos, por oponerme, por humillarlos... cuca—En una casa, los muebles... Lalo—(Rápido, enérgico.) Eso es una excusa. ^Qué importa esta casa, qué importan estos muebles si nosotros no somos nada, si nosotros simplemente vamos y venimos por ella y entre ellos igual que un cenicero, un florero o un cuchillo flotante? (A Cuca.) ^Eres tú acaso un florero? ;Te gustaría descubrir un día que eres realmente eso? £0 que como eso te han estado tratando buena parte de tu vida? ^Soy yo acaso un cuchillo? Y tú, Beba, ^te conformas con ser un cenicero? No, no. Eso es estúpido. (Con ritmo mecánico.) Ponte aquí. Ponte allá. Haz esto. Haz lo otro. Haz lo de más allá. (En otro tono.) Yo quiero mi vida: estos días, estas horas, estos minutos... Quiero andar y hacer cosas que deseo o siento. Sin embargo, tengo las manos atadas. Tengo los pies atados. Tengo los ojos vendados. Esta casa es mi mundo. Y esta casa se pone vieja, sucia y huele mal. Mamá y papá son los culpables. Me da pena, pero es asi. Y lo más terrible es que ellos no se detienen un minuto a pensar si las cosas no debieran ser de otro modo. Ni tú tampoco. Y Beba mucho menos... Si Beba juega, es porque no puede hacer otra cosa. Cuca—Pero, ipor qué te ensaňas con papá y mamá? ^Por qué les echas toda la culpa? lalo—Porque ellos me hicieron un inútil. cuca—Eso no es cierto. 120 Jose T ri a n a La noche de los a ses i nos 121 LALO-iPara qué voy a mentir? CUCA—Tratas de encubrirte. LÁLO—Trato de ser lo más sincero posible. CUCA—Eso no te da derecho a exigir tanto. Tu también eres terrible. ^Recuerdas cuáles eran tus juegos? Destruias todas nuestras muňecas; inventabas locuras; querías que nosotras fuéramos tu sombra, o algo peor, igual que tu mismo. LÁLO—Era la única manera de librarme del peso que ellos me imponian. CUCA—No puedes negar que siempre te han cuidado, que siempre te han querido. Lalo—No quiero que me quieran de esa forma. He sido cualquier cosa para ellos, menos un ser de carne y hueso. (Beba, desde el fondo, limpiando los zapatos imita al padre.) Beba—(Como el padre.) Lalo, desde hoy limpiarás los pisos. Zurcirás mi ropa. Te advierto que tengas mucho cuidado con ella. Tu madre está enferma y alguien tiene que hacer estas cosas. (Beba va hacia el fondo y continúa lustrando los zapatos.) CUCA—Mamá y papá te lo han dado todo... Lalo— (A Cuca.) ±A costa de qué...? CUCA—Pero, tú, ^qué quieres?... Recuerda, Lalo, lo que ganaba papá. Noventa pesos. iQué más querías que te dieran? LALO—^Por qué me dijeron desde el principio: «No vayas con Fulanito al colegio»; «No salgas con Menganito», «Perensejo no te conviene»? ^Por qué me hicieron creer que yo era mejor que cualquie-ra? Mamá y papá creen que si nosotros tenemos un cuarto, una cama y comida, ya es suficiente; y, por lo tanto, tenemos que estar agradeci-dos. Han repetido mil veces hasta cansarme que muy pocos padres hacen lo mismo, que sólo los niňos ricos pueden darse la vida que nosotros nos damos. Cuca—Compréndelos... Ellos son asi... Después había que sacudirse. Lalo—Yo no pude. Creí demasiado en ellos. (Pausa.) mis deseos? ^Y mis aspiraciones? CUCA—Desde chiquito quisiste salirte siempre con la tuya. Lalo—Desde chiquito, desde que era asi, me dijeron: «Tu tienes que hacer esto»; y si lo hacia mal: «iQue se puede esperar de ti?» Y entonces vengan golpes y castigos. CUCA—Todos los padres hacen lo mismo. Eso no significa que tú tengas que virar la casa al revés. LALO—Quiero que las cosas tengan un sentido verdadero, que tu, Beba, y yo podamos decir: «Hago esto»; y lo hagamos. Si queda mal: «Es una lástima. Trataré de hacerlo mejor». Si queda bien: «Pues, ;qué bueno! A otra cosa, mariposa». Y hacer y rectificar y no tener que estar sujeto a imposiciones ni pensar que tengo la vida prestada, que no tengo derecho a ella. ^No has pensado nunca lo que significa que tu puedas pensar, decidir y hacer las cosas por tu propia cuenta? CUCA—Es que nosotros no podemos... Lalo—(Violento.) No podemos. No podemos. ^Vas a repetirme el cuento que me metieron por los ojos y los oídos hace un milión de aňos? CUCA—Mamá y papá tienen razón. Lalo—Yo también la tengo. La mia es tan mía y tan respetable como la de ellos. CuCA-^Te rebelas? LALO-Si. CuCA-^Contra ellos? LALO—Contra todo. (En ese instante vuelve Beba a repetir la aparkión del padre. Estas intervenciones de Beba deben ser aprovechadas al maximo desde elpunto de vista plástico.) BEBA— (Como el padre.) Lalo, lavarás y plancharás. Es un acuerdo que hemos tomado tu madre y yo. Ahí están las sábanas, las cortinas, los manteles y los pantalones de trabajo... Limpiarás los orinales. Co-merás en un rincón de la cocina. Aprenderás; juro que aprenderás. ^Me has oído? (Vuelve hacia el fondo.) CUCA—^Por qué no te vas entonces de la casa? Lalo—^A dónde diablos me voy a meter? CUCA—Deberías probar. LALO—Ya lo he hecho. ^No te acuerdas? Siempre he tenido que regresar con el rabo entre las piernas. CUCA—Prueba otra vez. LALO—No... Reconozco que no sé andar en la calle; me confundo, me pierdo... Además, no sé lo que me pasa, es como si me esfum.ir.i. Ellos no me enseňaron; al contrario, me confundieron... 122 Jose Triana La n o c h e de los asesi nos 123 cuca—Entonces, ^cómo quieres disponer, gobernar, si tú mismo confiesas...? lálo—Lo que conozco es esto; a esto me resigno. cuca—Te aferras... Lalo—Me impongo. cuca—Estás dispuesto, por lo tanto, a repetir... Lalo—Cuantas veces sea necesario. cuca-^Y llegar hasta lo ultimo? lalo—Es mi única salida. cuca—Pero, ^tú crees que la justicia no va a meter las narices en esto? ^Crees que vas a poder tú solo contra ella? lalo—No sé; aunque, quizás... cuca—^De qué manera? Lalo—Espera y verás. cuca—Pues yo no te apoyo. ^Me entiendes? Los defenderé a capa y espada, si es necesario. A mí no me interesa nada de eso. Yo acepto lo que mamá y papá dispongan. Ellos no se meten conmigo. Me dan lo que se me antoja... hasta pajaritos volando. Allá tú, que eres el más cabeciduro. Bien dice papá que eres igual que los gatos, que cierras los ojos para no ver la comida que te dan. (Da unos pasos.) Apártate. Jamás participaré en tu juego. (A Beba.) Conmigo no cuentes tú tampoco. (En otro tono.) Ay, librame, Dios mio, de esa voracidad. (Pausa.) Ellos son viejos y saben más que yo de la vida... Me parecc una vejación, una humillación. Ellos han luchado, se han sacrificado; merecen nuestro respeto al menos. Si en esta casa algo anda mal, es porque tenia que ser asi... No, no, yo no puedo oponerme. lalo— (Divertido. Aplaudiendo.) Bravo. Estupenda escenita. Beba—(Divertida. Aplaudiendo.) Merece un premio. lalo-Hay que inventarlo. Beba—La niňa promete. Lalo—Pero es imbecil. Beba—Es sensacional. Lalo—Es una idiota. Beba—Es una santa. (Aplauden rabiosamente y en tono de burla.) cuca—Búrlense. Ya llegará mi hora, y no tendre piedad. Lalo—^Así que ésas tenemos? cuca—Haré lo que me dé la gana. LALO—Haz la prueba. cuca Lalo Cuca Lalo Cuca Lalo-forcejear.) cuca Lalo- cuca' Lalo- cuca-lalo-cuca mandes. Lalo- cuca —Tú no me mandas. (Da unos pasos atrás, apartándose.) (Sarcástíco.) Estás cogiendo miedo. (Se ríe.) —(Furiosa.) Tengo manos, ufias, dientes. -(Agresivo, retador.) Ahora soy yo el que manda. —No te acerques. -Harás lo que yo diga. (La coge por un brazo y comienzan a -(Furiosa.) Suéltame, ■^Me obedecerás? -Abusador. Harás lo que se me antoje. -Me haces dano. ^Sí o no? -Te aprovechas... (Totalmente vencida.) Sí, haré lo que me Rápido. Levántate. (A Beba.) Ayúdame. (Beba da unos pasos acercándose a Cuca. Lalo en un gesto la detiene. Cuca háce un simulacro de que no puede levantarse.) Lalo—Que se levante ella sola. Beba—(A Lalo.) Perdónala. lalo— (En un grito.) No te metas. Beba-(Desesperada.) Ay, gritos y más gritos. No puedo más. Vine aquí a ayudarlos o a divertirme. Porque no sé qué hacer... Vueltas y más vueltas... Uno parece un trompo; y si no, esos gritos de los mil demonios por cualquier bobería: por un vaso de agua, por un jabón que se cayó al suelo, por una toalla sucia, por un cenicero roto, porque va a faltar el agua, porque no hay tomates... No me explico cómo pueden vivir asi... ^Acaso no existen cosas más importantes? Y yo me pregunto: ^Para qué existen las nubes, los árboles, la lluvia, los animales? ^No debemos detenernos algún día en todo eso? Y corro y me asomo a la ventana... Pero mamá y papá siguen gritando: «Esa ventana, el polvo, el hollín... iQué estará pensando esa niňa? Entra, que vas a coger un catarro». Si me voy a la sala y enciendo el radiu: «Estan gastando mucha corriente y el mes pasado y el antes pasado si' gastó tanto y no se puede seguir gastando. Apaga eso. Ese ruído nic atormenta». Si me pongo a cantar esa cancioncita que has inventado 124 José Triana últimamente: «La sala no es Ia sala»... entonces arde la casa, es un hormiguero revuelto y siguen, siguen gritando mamá y papá contra Lalo, Lab contra mamá, mamá contra Lalo, Lalo contra papá, papá contra Lalo y yo en el medio. Al fin vengo y me meto aquí... Pero ustedes no tienen eso en cuenta y siguen discutiendo, como si esta casa se pudiera arreglar con palabras, y terminan fajándose también. Ay, no aguanto más. (Decidida.) Me voy. (Lalo la sujetapor un brazo.) Déjame. No quiero saber nada. Sorda, ciega. Muerta, muerta. lalo— (Con cierta ternura, aunque firmě.) No digas eso. Beba—Es lo que quiero. Lalo—Si tú quisieras ayudarme, quizás podríamos salvarnos. Beba— (Lo mira repentinamente alucinada.) iQué estás diciendo? (Se aferra a sus brazos.) Sí, hoy podemos. (Rápidamente, Lalo coge dos cuchillos. Los observa de filo y comienza a frotarlos entre sí.) beba—CA Lalo.) ^Vas a repetir la historia? cuca— (A Beba.) Por favor, no sigan. (Beba debe moverse en distintosplanos del escenario. Čadapersonaje exige una posición distinta.) Beba—(Como una vecina chismosa.) ^Sabes una cosa, Cacha? La noticia apareció en el periódico. Sí, hija, sí. Pero la vieja Margarita, la de la esquina, y Pantaleon, el tuerto, lo vieron todo, con pelos y seňales, y me contaron. LMO—(Frotando con cierta firmeza los dos cuchillos.) Ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac. Beba— (Como un comerciante espaňol, borracho.) El viejo Pantaleon y Margarita lo saben todo... Hay que joderse. Qué clase de hijos vienen al mundo. Dicen que ellos estaban como si nada... El fin del mundo se acerca, lo digo yo. Ya lo dice el refrán: «Cria cuervos...» (Se rte en tono burlón.) ^Ha visto la fotografía en primera plana? Lalo—(Frotando violentamente los dos cuchillos.) Ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac. ric-rac. Beba— (Como Margarita, hablando con sus amigas.) Nosotros fuimos a eso de las nueve, o de las nueve y media... La hora de las visitas... Pues bien, hija; yo desde que entré me dije: «Pá su escopeta. Aquí pasa algo raro». Tú sabes como yo soy. Tengo un olfato, tengo una vista... Y efectivamente... Qué espectáculo, niňa. (Horrorizada.) La n o c h e de los asesinos 125 Qué manera de haber sangre. Era espantoso. Mira cómo se me ponen los pelos. Me erizo de pies a cabeza... Yo no sé, mi amiga, porque si uno pudiera... Figúrate, qué situación. Porque uno a la verdad no puede y entonces... es horrible, vieja... Y después un reguero, mira, es increíble... Creo que había unas jeringuillas £No es verdad, Pantaleon? Y pastillas y ámpulas. Esos muchachos son de mala sangre, y eso le viene de atrás. Ay, Consolación, pregúntale a Angelita, las cosas que ella vio hace unos días... Qué barbaridad. Y unos padres tan buenos, tan abnegados. Pero él, ese Lalo, es el cabecilla. No cabe la menor duda. Él fue, él y nadie más que él... Ah, si vieras el cuchillo. Qué cuchillo... Un matavaca, angel del cielo. Lalo— (Abstraído en su quehacer.) Ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac. Beba—(Como Pantaleon.) Yo se lo dije a Margarita: «Mujer, hay que tener contencion». En seguida empezó hablando de que si los hijos, de que si estos tiempos eran malos... Usted sabe cómo es ella. Esa lengua que no para un minuto. Ellos... No, ellos no. Mentira. Él, Lalo... Aunque a veces me inclino a pensar que, bueno, quién sabe quién fue... Pero, yo... mi hijito, casi lo afirmaría. Porque las muchachitas... me luce que no... Si tú hubieras visto, mi socio, la cara que puso Lalo... Era increíble. Una furia... Sí, sí, el diablo... Poco faltó para que nos entrara a golpes. Y yo, con mi artritis... Pero qué va, eso sí que no. Él, haga lo que haga, a mí eso me tiene sin cuidado, allá con su conciencia... Pero meterse con nosotros... Dios lo libře a él. El muy sinvergüenza, el muy degenerado... Ah, si llegas a ver el charco de sangre... y el olor... jQué raro es todo, verdad! (Con una risita histérica.) No quieras haber visto aquello... Era horrible... Horrible, sí... Horrible es la palabra... Nosotros debemos hacer algo. (Grandilo-cuente.) Protestamos contra ese hijo desnaturalizado. (En otro tono. I iQué le parece? Lalo— (Continuando en su extraňo quehacer.) Ric-rac, ric-rac, i ii rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac. (Lalo ha seguido frotando los cuchillos. Este acto, aparenttmtntt simple, debe ir creando, acompaňado de los sonidos emitidos por elproph Lalo, un clímax delirante. Cuca se transforma en un vetldedoi di periódicos. Beba va hacia elfondo.) cuca— (Gritando.) Avance. Ultima noticia. El asesinato do l.i i alle Apodaca. Cómprelo, seňora. No se lo pierda, seňorita. Uli hljo de treinta aňos mata a sus padres. jMira... cómo corrió la sangre!.. I I 126 J O S É T RIANA La n o c h e de los a s e s i n o s 127 suplemento con fotografías. (Casi cantando.) Les metió a los viejos cuarenta puňaladas. Cómprelo. Última noticia. Vea las fotos de los padres inocentes. No deje de leerlo, seňora. Es espantoso, caballero. Avance. (Va hacia el fondo.) Última noticia. (Lejano.) Tremendo tasajeo... lalo—(Continuando en su labor.) Ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac, ric-rac. (Pausa. Beba desde el fondo avanza hacia un primer piano.) BEBA— (Como el padre.) Lalo, ^qué has estado haciendo? ,>Y esa cara? ^Por qué me miras asi? Dime, ^con quién anduviste? ^Y esos cuchillos? íQué vas a hacer? Responde. ^Te has tragado la lengua? ^Por qué has Uegado tarde? lalo—(Como un adolescente.) Papá, unos amigos... BEBA-fComo el padre.) Dame acá. (Le quita violentamente los cuchillos.) Siempre con porquerías. (Probando el filo de un cuchillo.) Corta, ^eh? ^Vas a matar a alguien? Dime, respóndeme. No te quedes ahí como un pazjuato. ^Tú te has creído que te gobiernas? ^Crees que voy a dejar que te gobiernes? ^Crees que no tienes que pedirme permiso para nada? No te he repetido una y mil veces que éstas no son horas de andar por ahí. (Lo abofetea.) ^Cuándo aprenderás a obedecer? ^Cuándo?... jYa ningún tipo de amenaza te detiene! ^Entrarás por el aro, si o no? ^No ves a tu madre sufriendo, con el corazón en la boča? iQuieres, dime, matarnos de sufrimientos? iQué te propones?... No tienes consideración conmigo... No sigas haciendo muecas. (Lo empuja hacia una silla.) Siéntate ahí. iQuieres probar otra vez el cuarto oscuro? (Lalo hace algún gesto.) No me contestes. jEsta falta de respeto! Yo que te lo he dado todo. Mal hijo. Mala entraňa. Yo, que me sacrifico... Y eso que algunas veces tu madre me echa en cara que salgo con los amigos y con las compaňeras de trabajo. Más de un negocio me ha salido mal por ti, por ustedes... ^No estás viendo los sacrificios? Treinta aňos... Treinta aňos detrás de un buró, en el Ministerio, comiéndome los hígados con los jefes, pasando mil necesidades... No tengo un traje, no tengo un par de zapatos de salir... para que ahora nos pagues de esta manera. Treinta aňos, que no es cosa de juego. Treinta aňos softando, para que ahora el hijo salga un vago, un mataperro... Que no quiere trabajar, que no quiere estudiar... Dime, jqué es lo que quieres? ,;Qué has estado haciendo? Lalo— (Tembloroso.) Estuvimos leyendo... Beba-(Como el padre.) ^Leyendo, qué?... ^Leyendo? ;Cómo leyendo...? lalo— (Cabizbajo.) Una revista de aventuras, papá. (Cuca avanza desde el fondo segura, con malvada intención, hacia el primer piano. Beba va hacia el fondo.) Cuca—(Como la madre.) Revistas. Revistas. Revistas. Eso es mentira. Inventa otra. Di la verdad. (Beba, como el padre, se acerca de una manera agresiva a Lalo.) No, Alberto, no le pegues. (A Lalo, en otro tono.) Me alegro que esto te haya pasado. Me alegro, me alegro. (En otro tono.) ^Dónde está el dinero que tenía escondido en el aparador? (Escena muda de Lalo.) £Lo cogiste? ^Lo gastaste? ^Lo perdiste? (Con odio.) Ladrón. Eres un canalla. Eres un sinvergúenza. (Con lágrimas en los ojos.) Se lo diré a tu padre. No, no me digas nada. (Escena muda de Lalo.) Es una desgracia. (En otro tono.) Te matará, si lo sabe. (En otro tono.) Ay, Virgen Santísima, ^qué habre hecho yo para que me castigues asi? (Furiosa, a Lalo.) A ver, dame el dinero. (Escena muda de Lalo.) Suéltalo o llamo a la policía... (Registra los bolsillos de Lalo, que está completamente anonadado. Gritando.) Ladrón. Mil veces ladrón. Se lo diré a tu padre. Debía golpearte. Arrastrarte. Meterte en un reformatorio. (Lalo está de espaldas al público.) Beba—(Desde el fondo, como una niňa.) Mamá, mamá, ^esto es un elefante? lalo— (Como el padre.) Beba, ven acá, enséňame las manos. (Beba avanza hacia el primer piano. Le enseňa las manos.) Esas uňas hay que cortarlas... ^Cuándo dejarás de ser tan...? (A Cuca.) Dame acá unas tijeras, mujer. (Cuca se acerca a Lalo y le secretea al oído.) ^Cómo? ^Qué me dices?... ^Es cierto eso? |Y Lalo...? ^Dónde se ha metido?... (Cuca y Lalo miran a Beba con malvada intención.) ^Es cierto lo que dice tu madre? Confiesa, anda. Confiesa o... ^Así que te has levantado el vestido y le has enseňado los pantalones a un montón de mataperros? ^Será posible? (Escena muda de Beba.) Eres sucia. (Cuca, como la madre se sonríe.) Te voy a... (Entre Lalo y Cuca acorralan a Beba.) Serás una cualquiera, pero no mientras yo viva. ^Me oyes? (Sacudiéndola por los hombros.) Qyelo bien. Te voy a matar, por puerca. (Pausa.) ^Dónde está tu hermano? (Llamándolo.) Lalo, Lalo... (A Cuca.) ^Dices que te ha robado? Beba—(Saliendo de situación.) No puedo. La cabeza me va a estallar. lalo—(Imperative) Sigue, no te detengas. 128 jose Triana cuca— (Sarcástica.) Hazle caso al mandamás. Beba— (Angustiada.) Aire, un poco de aire. lola-f-a Beba.) Ahora sonaba el timbre de la Puerta. (Beba cae derrumbada en una silla.) CüCA—(Como la madre.) ^Has oido, Alberto? Beba— (Desesperada.) Por favor, creo que voy a arrojar. Lalo— (Molesto.) Ésta lo echa todo a perder. cuca—(Como la madre.) Chist. Un momento, muchachos. El timbre de la puerta ha vuelto a sonar. lalo— (Como elpadre. Saludando a un personaje imaginarlo que entra por la puerta.) Entre usted, Angelita. Dichosos los ojos... cuca—(Como la madre. A Beba.) Dirne, cariňo. Anda, dime, cielito, ^qué te pasa? (Mímka de abnegación y cuidado.) Lalo— (Como el padre. Al personaje imaginario.) Déjese de cumplidos, Angelita. (En su tono de voz hay un acento de cordialidad y espontaneidad convincentes.) Esta es su casa. Siéntese. cuca— (Como la madre. A Beba.) Ponte cómoda, nenita. ^Quieres una almohadita? (Suspalabras denotangran sinceridad.) ^No te molesta esa posición? ^Por qué no te echas para atrás? Lalo—(Como el padre.) i Y Lalo? .jDónde se habrá escondido? Ay, Angelita, no sabe usted lo que son estos chiquillos. Son tres, pero dan guerra por un batallón. cuca— (Como la madre. A Lalo.) Alberto, yo creo que... (Al personaje imaginario.) Perdone usted, Angelita, que no la haya atendido, pero la niňa me luce que está mala del estómago. Lalo— (Como el padre.) ^Le pusiste el termómetro? (Cuca afirma con la cabeza.) Cuca—(Como la madre.) Esto es terrible. lalo— (Al personaje imaginario.) ^No se lo deda yo a usted hace un segundo? Son peores que el diablo; pero conmigo no pueden. Tengo mano de hierro y un látigo. Bueno, es un decir. cuca— (Como la madre. Angustiada. A Lalo.) ^Qué podemos hacer? lalo— (Como el padre.) ^Tiene fiebre? (Cuca niega con la cabeza.) jLe has dado un cocimiento de manzanilla? cuca— (Como la madre.) No quiere probar nada. i. a lo-(Como elpadre.) Obligala. La no c h e de los as e s i nos 129 cuca— (Como la madre.) Todo lo vomita. lalo— (Como el padre.) Hazle un té negro. cuca— (Como la madre.) Ay, Angelita, usted no sepuede imaginär los sufrimientos, las angustias... ^Para qué tendrá uno hijos? Lalo— (Como el padre. Empuňando una taza. Obligándola.) Tómatelo. (Beba rechaza la taza.) Quieras o no, te lo tomarás. BEBA—(En un grito. Fuera de situación.) Déjame ya. (Se levanta como unafuria. A un primer piano.) Ustedes son unos monstruos. Los dos son iguales. (Gritando hacia elfondo del escenario.) Yo quiero irme. Déjenme salir. (Cuca y Lalo intentan detenerla, pero ella llega hasta la puerta. Gritando.) Mamá, papá, sáquenme de aquí. (Cae llorando junto a la puerta.) Sáquenme de aquí. lalo—(Como el padre.) Pero, ^esto qué cosa es? cuca—Bonito espectáculo. (Acercándosea Beba.JTú.precisamen-te tú... que siempre me has estado empujando: «Hazlo, no seas boba. Nos divertiremos». Es increíble. Lo estoy viendo y me parece mentira. Vamos, levántate. (La ayuda a levantarse. Como la madre.) Recuerda que estás delante de una visita. (Al visitante imaginario.) Son tan malcriados, tan insoportables... (A Beba. Llevándola hasta la silla donde estaba sentada.) Muňeca mía, tienes que ser una niňa buena, una niňa educada... BEBA—(Como una niňa.) Me quiero ir. CVCA—(Como la madre.) iA dónde quieres ir, nenita? Lalo—(Fuera de situación. Violento.) Esto no es asi. Esto no sirve. cuca—(Como la madre.) No te sulfures, Alberto. lalo— (Fuera de situación.) Me dan deseos de estrangularla. cuca—(Como la madre.) Hay que tener paciencia. beba— (Llorando.) Tengo miedo. Lalo—(Fuera de situación.) ^Miedo a qué? ^Por qué Hora? cuca— (Como la madre.) No le hagas caso. Es lo mejor, Alberto. lalo—(Como el padre. Con gestos torpes.) Es que algunas veces. (Se golpea la rodilla derecha.) Compréndeme, mujer. cuca— (Como la madre.) ^Cómo no voy a comprenderte? (Suspira.) Ay, Alberto, tú también eres un niňo. ^No es verdad, Angelita? Beba—(Como unafuria. Se levanta.) Quiero hacer algo. Quiero explotar. Quiero irme. Pero no soporto este encierro. Me ahogo. Voy a morir y no quiero sentirme aplastada, hundida en este ai.ntn. 130 La no che de los ases i nos 131 Prefiero cualquier cosa, ay, pero no puedo más... No me interesa esto. Por favor, yo les suplico, déjenme, déjenme. (Cuca se acerca a Beba y le echa el brazo por los hombros. Su rostro y sus gestos muestran una gran ternura disimulada.) CvCA—(Como la tnadre.) Vete, amor mío. Estás un poquito nerviosa. (Beba sequeda en elfondo oscuro. Cuca regresa con una sonrisa que se convierte en una carcajada.) ^Ha visto usted cosa igual? Tal parecía que la estábamos torturando. jQué cabeza tienen estos muchachos...! (Se sienta. Se arregla el pelo.) Mire cómo estoy. Debo lucir una mona salida del circo. ;No he tenido tiempo hoy ni de respirar! ;Qué lucha, Angelita, qué lucha! Perdone que no la haya atendido antes... (Oye lo que dice el personaje imaginario.) Aunque usted es como de la familia. (Sonríe hipócritamente.) Pero asi y todo, a mí me gustan los detalles... ^Verdad, Alberto? No te agites por gusto, viejo, que hay que tener calma. (Lalo se kvanta.) ^A dónde vas? Mira a ver lo que haces. (Lalo la mira con intención.) Ah, sí, comprendo. (Lalo va hacia lo oscuro.) Fue a darles una vueltecita a esos vejigos que me traen al trote. Hay que andar con cuatro ojos, que digo cuatro, cinco, ocho, diez... Hay que espiarlos, vigilarlos, estar siempre en acecho, porque son capaces de las mayores porquerías. (En ese momento entra Lalo con un velo de novia, un tanto raído y sucio. Lalo imita a la madre en su juventud, el día de la boda de la iglesia. Al fondo, Beba tararea la marcha nupcial. Los movimientos de Lalo no paeden ser exagerados. Se prefiere, en este caso, un acento de ambigiiedad generál.) law—(Como la madre.) Ay, Alberto, tengo miedo. El olor de las flores, la música... Ha venido mucha gente, verdad? No vino tu hermana Rosa, ni tampoco tu prima Lola... [Ellas no me quieren! jLo sé, Alberto, lo sé...! Han estado hablando horrores: que si yo, que si mamá es esto y lo otro... ;Qué sé yo! ^Tú me quieres, verdad, Alberto? ^Te luzco bonita? Ay, me duele el vientre. Sonríete. Ahí están el canchanchán del doctor Núňez, y su mujer... ^Tú crees que la gente lleve la cuenta de los meses que tengo? Si se enteran, me moriría de vergüenza. Mira, te están sonriendo las hijas de Espinosa... esas pu... Ay, Alberto, tengo un mareo y me duele el vientre, sujétame, no me pises la cola que me voy a caer... Ay, pipo, yo quiero sacarme este muchacho... Es verdad que tú te decidiste por él; pero yo no lo quiero. Ay, que me caigo... Alberto, Alberto, estoy haciendo el ridículo... No debimos habernos casado hoy, otro día mejor... Ay, esa música y el olor de esas flores, qué asco. Y ahí viene tu madre, la muy hipó... Ay, no sé... Alberto; me falta la respiración... jEsta maldita barriga! Qui-siera arrancarme este... cuca— (Como la madre. Con odio, casi masticando las palabras.) Me das asco. (Le arranca el velo violentamente.) No sé cómo pude parir semejante engendro. Me avergüenzo de ti, de tu vida. ^Así que quieres salvarte? No, chico; deja eso de la salvación... Ahógate. Muérete. ^Crees que voy a soportar que tú, que tú, te permitas el lujo de criticarme, de juzgarme delante de las visitas? jNo te das cuenta de lo que eres! jSi apenas sabes dónde tienes las narices! (Al personaje imaginario. En otro tono.) Perdone usted, Angelita. No se vaya, por favor. (Con el tono anterior, duro, firmě.) Durante mucho tiempo te he rogado que me ayudaras. Hay muchas cosas que limpiar en esta casa: los platos, la fiambrera, el polvo y las manchas de agua de los espejos. Y mucho que hacer: zurcir, bordar, coser... (Lalo se acerca a Cuca.) Apártate. Quieres virarme la casa patas arriba y eso no te lo permitiré, ni aun después de muerta. El cenicero a la mesa. (Pone el cenicero en la mesa.) El florero a la mesa. (Pone el florero en la mesa.) iQ\xé te has creído? Ahora mismo se lo diré a tu padre... (Con asco y rencor.) Miserable, ^qué será de ti sin nosotros? ^De qué te quejas? ^Crees que somos estúpidos? Si piensas eso, yo te digo que no somos mejores, ni peores, que los demás. Pero si lo que te propones es que nos dejemos mangonear por ti, te advierto que cogiste el camino equivocado. ^Sabes cuántas cosas he sacrificado, cuántas concesiones he hecho por mantener esta casa? ^Crees que renunciaremos tan fácilmente a nuestros derechos...? Si quieres, vete. Yo misma te prepararé las maletas. Ahí tienes la puerta. (Cuca permanece de espaldas al público. Lalo se acerca a la mesa y contempla el cuchillo con cierta indiferencia. Lo coge. Lo acaricia. Lo clava en el centro de la mesa.) lalo—^Hasta cuándo, hasta cuándo? beba—No te impacientes. Lalo—Si fuera posible hoy. Beba—Qué bobo eres. Lalo—Ahora mismo. (Lalo se levanta rápidamente. De un golpe arranca el cuchillo del centro de la mesa. Mira a sus dos hermanasy seprecipita hacia el fondo. I 132 jose T RJANA Beba-No lo hagas. CUCA—Eso te va a pesar. BEBA-Ten cuidado. CUCA—(Canta muy debilmente.) La sala no es la sala. La sala es la cocina. (Las dos hermanas estän situadas: Beba, en el lateral derecho; Cuca, en el lateral izquierdo. Ambas a la vez, de espaldas al püblico, emiten un grito espantoso, desgarrador. Entra Lalo. Las hermanas caen de rodillas.) Lalo— (Con el cuchillo entre las manos.) Silencio. (Las dos hermanas comienzan a cantar en un murmullo apagado: «La sala no es la sala. La sala es la cocina. El cuarto no es el cuarto. El cuarto es el inodoro».) Ahora me siento tranquilo. Me gustaria dormir, dormir, siempre dormir... Sin embargo, eso lo dejare para manana. Hoy tengo mucho que hacer. (El cuchillo se le escapa de las manos y cae al suelo.) ;Que sencillo es, despues de todo...! Uno entra en el cuarto. Despacio, en puntillas. El menor ruido puede ser una catästrofe. Y uno avanza, suspendido en el aire. El cuchillo no tiembla, ni la mano tampoco. Y uno tiene confianza. Los armarios, la cama, las cortinas, los floreros, las alfombras, los ceniceros, las sillas lo empujan hacia los cuerpos desnudos, resoplando quien sabe que porqueria. (Pausa. Decidido.) Ahora hay que limpiar la sangre. Banarlos. Vestirlos. Y llenar la casa de flores. Despues, abrir un hueco muy hondo y esperar que manana... (Pensativo.) jQue sencillo y terrible! (Las hermanas hau terminado de cantar. Cuca recoge el cuchillo y comienza a limpiarlo con el delantal. Pausa larga.) CUCA—(A Beba.) ^Cömo te sientes? Beba-(A Cuca.) Regulär. CUCA—(A Beba.) Cuesta un poco de trabajo. BEBA— (A Cuca.) Lo malo es que uno se acostumbra. CUCA— (A Beba.) Pero, algün dia... Beba-fA Cuca.) Es como todo. LALO—Abre esa puerta. (Se golpea el pecho. Exaltado. Con los ojos muy abiertos.) Un asesino. Un asesino. (Cae de rodillas.) CuCA-fA Beba.) si?, no me digas. Pues ^puedes creer que no? iQoi te parece? Yo no voy a podrirme entre estas paredes que odio. All.i ustedes, que les gusta revolver la porqueria. Tengo veinte .mos v 134 Jose Triana La n o c h e de I os asesinos 135 cualquier dia me largo para no volver y entonces haré lo que me dé la gana. ^Cómo te suena eso...? (Pausa.) Al principio no querias, ahora eres capaz de matar por lograr tus propósitos. Es como si estuviera en juego la salvación de tu alma. Sí, salvarte... No me mires asi. ^Salvarte, de qué? ^Acaso tu pellejo? (Con intención.) Por eso llamaste a la policía. Por eso también dentro de unos momentos empezarán las investiga-ciones y los interrogatorios. ^Hizo usted eso? No, no. ^No lo hizo? Eh, sargento... ^Cómo es posible? Sin embargo, encontramos una seňal. Ahí están las huellas. El delito ha sido cometido entre ustedes. ^Creen que somos unos comemierdas? ^Piensan tomarnos el pelo? (En otro tono.) No quiero mezclarme en esto. cuca—Tienes que llegar hasta el final. beba-Esto nunca termina. Cuca—No te desesperes. Beba—Estoy cansada. Siempre es lo mismo. Dale para aquí. Dale para allá. ^Por qué continuamos en este círculo...? (En otro tono. Más íntima.) Además, no quiero que me inmiscuyan... (Cambia el tono.) No le veo la gracia. cuca—Todo lo que dices es pura bazofia. Si no te conociera creería de pe a pa ese miserable discursito. (Como la madre.) jBuena perla me has salido tú! (En otro tono.) ^Te imaginas que me voy a quedar con los brazos cruzados viendo lo que éste ha hecho? Yo defiendo la memoria de mamá y papá. Las defiendo, cueste lo que cueste. Beba—No me toques. cuca— (Autoritaria como la madre.) Pon el cuchillo en su sitio. (Beba obedece, deja caer el cuchillo en un extremo del escenario.) Asi no. Beba-(Furiosa.) Hazlo tú. cuca-("Com sorna y una sonrisita maligna.) Contrólate. (En otro tono.) Anda, cada cosa en su sitio. (Cambia el tono.) Todavía falta lo mejor. (Beba coloca el cuchillo de una manera satisfactoria.) Hay que tener mucha precaución. Beba—(Furiosa.) Conmigo no cuentes. CvCA—(Ordenando mentalmente la habitación.) Las lámparas, las cortinas... Es cuestión matemática. BEBA— (Furiosa.) Vete a buscar a otro. O hazlo tú misma todo. Cuca—Tú has participado desde el principio. No puedes negarte. Beba—Eso lo veremos. Cuca—(Autoritaria, como la madre.) Nada puede fallar. Beba—Ojalá ocurra lo imprevisto. cuca—También cuento con eso. (A Lalo.) Levántate. (Lalo no responde.) Beba—(Furiosa.) Déjalo. ^No ves que sufre? (Lalo emite un leve quejido o ronquido.) cuca—No te metas en esto. Beba—Debías esperar. Quizás... Sólo un momento. cuca—Yo sé lo que hago. Beba—(En tono suti! de sarcasmo.) Me parece muy bien; pero recuerda que yo estoy en guardia, dispuesta, en cualquier momento... CUCA—(Rápida, furiosa.) £Á qué? beba-A saltar. cuca—^No me digas? jAsí que tú te opones...? Pues, oye bien claro lo que te voy a decir: No pienses que voy a dejarte intervenir en algo que no sea tu parte. Tú eres sólo un instrumentu, un resorte, una tuerca. (En otro tono.) Debía alegrarte de que asi sea. (Pausa. Otro tono.) No me pongas esa cara. (Con cierto tono amenazador.) Bueno, pues atente a las consecuencias. En esta casa todo está en juego. Ayúdame a dar los Ultimos toques. (Moviéndose, intentando arreglar, disponer. Enumerando.) El florero, el cuchillo, las cortinas, los vasos... el agua, las pastillas. Dentro de un momento, entrará la policía... La jeringuilla y las ámpulas... Nosotras nada tenemos que hacer; entonces, a desaparecer... a volatilizarse, si es necesario. (Beba da unospasos con intención de salir. Cuca la detiene.) No, muňeca linda. No te hagas la boba. Tú me entiendes. (Frente al tono de sarcasmo de Cuca, Beba se contrae.) ^Qué? ^No estás conforme? ^Quieres meter la cuchareta...? Nosotras seremos invisibles. ^Tienes algo que aňadir? Nosotras somos inocentes. ^Pretendes tomar partido? (A Lalo.) Levántate. Se hace tarde. (A Beba.) ^Vas a defender lo indefendible? ^Acaso éste no es un ase-sino? (A Lalo.) Arréglate un poco. Pareces un cadáver. (Lalo se kvanta torpemente. Beba pone un paquete de barajas sobre la mesa y luego las esparce. A Beba.) Jamás se me hubiera ocurrido semejante cosa. lalo— (Todavía de espaldas al público. A Beba.) Tráeme un poco de agua. CvCA—(Imperiosa.) No, no puede ser. (Acercándose a lalo. arreglándole las ropas. Con cierta ternura.) Tienes que esperar. (Como la madre.) Ese cuello, qué barbaridad... Pareces un pordiosero. Lalo—Tengo la boča reseca. beba—(Como la madre, con cierta ternura.) Has dormido muy mal. 136 j O S É T r l a n a 137 lalo—Necesito salir un momento. CvCA-(Violenta.) De aquí tú no sales. Lalo—Necesito un momento. cuca—No necesitas nada. Todo está dispuesto. iQué piensas...? ^Quieres hacerme una mala jugada? Pues no te dejaré. (Cuca intenta detener a Lalo, que quiere escapar. Lo agarra por el cuello de la camisa. Ambos empiezan a forcejear violentamente. Beba, por un momento, queda perpleja; luego, la lucha entablada va adquiriendo para ella un diabólico interes y comienza a dar vueltas alrededor de Cuca y Lalo.) Lalo—Suéltame. Cuca—Antes muerta. Lalo—Te engallas. cuca—Arriesga el pellejo. lalo—Me araňas. cuca—Este es el juego. Vida o muerte. Y no puedes escapar. Soy capaz de todo con tal de que te juzguen. (Beba corre bacia el fondo oscuro donde está situada la puerta.) Beba— (Gritando.) La polícia, la policía. (Los dos hermanos dejan de forcejear. Lalo cae, derrotado, en una silla. Beba estájunto a la puerta, cerrada. En el otro extremo de la puerta, también al fondo, está Cuca.) cuca—(En el tono anterior, con fúria.) Jamás te perdonaré. Eres culpable. Culpable. Si tienes que morir, que asi sea. BEBA—Chist. Silencio. (Pausa targa.) (Beba y Cuca comienzan a moverse con gestos lentos, casi de cámara lenta. Son ahora los dos policías que descubrieron el crimen.) Cuca—(Como un policía.) Esto está muy oscuro. Beba— (Como otro policía.) Esto huele mal. cuca—(Como un policía.) Hay manchas de sangre por todas partes. Beba—(Como otro policía.) Me luce que han matado a dos puercos, en lugar de cristianos. cuca—(Como un policía.) Gente puerca, ^verdad? Beba— (Co?ito otro policía.) Gente sin corazón. (Las dos hermanas avanzan como si estuvieran caminando por una oscura galéria. Lalo permanece en la silla. Las hermanas se detienen ante él y hacen como si enfocaran el rostro con la luz de una linterna de mano.) BEbA—(Como otro policía, en seňal de triunfo.) Agarramos al pez. BEBA— (Como un policía, en seňal de triunfo.) Trabajo nos ha costado. f A Lalo, con violencia.) De pie, vamos, rápido. (Lalo, molesto por la luz, trata de ponerse las manos en el rostro.) BEBA— (Como otro policía. Con vulgaridad.) Eh, chiquito... Si no quieres quedar acribillado, no te muevas. Cuca— (Como un policía. Con insolencia.) Vamos, levántese. Beba— (Como otro policía. Con insolencia.) Has caído, mi socio. (Lalo se pone de pie y levanta las manos.) Hay que actuar rápido. Cuca—(Como un policía.) Regístralo. Beba— (Como otro policía.) El tipo es peligroso. (Tantea sobre la ropa, el cuerpo, de Lalo.) Los documentos... El carnet de identidad, ^dónde está? (Saca un documento imaginario.) ^Cómo te llamas? (Lalo no contesta.) ^No sabes que estás detenido? Responde a la justícia. ^De quién eran esos gritos? CUCA—(Como un policía.) ^Mataste a alguien? BEBA— (Como otro policía.) Entonces, ipor qué hay tanta sangre? CUCA— (Como un policía.) ^Vives con tus padres? BEBA—(Como otro policía.) ^Tienes algún hermano o hermana? Contesta. CUCA—(Como un policía.) Te los llevaste en la golilla, ^verdad? Responde, que te conviene. Lalo— (Muy vagamente.) No sé. Beba-(Como otro policía.) ^Cómo que no sabes? ^Vives solo? CUCA—(Como un policía.) i Y toda esa ropa...? (En otro tono.) Déjalo, Cuco. (Se sonríe.) Ya tendrá tiempo de hablar. BEBA— (Como otro policía.) A éste no hay quien lo salve, mi hermano. (Se ríe. Grosero.) Éste es un delincuente de marca mayor. Seguramente robó primero; y luego, no satisfecho, decidió matarlos. (A Lalo.) íA tus padres, no?... Casi me lo imagino. ^Los envenenaste? (Coge en sus manos el tuho de pastillas y vuelve a colocarlo en la mesa.) ^Cuántas pastillas...? (Lalo no responde. Sonrie de vez en cuando.) 138 Jose Triana Vamos, escupe... Si hablas, puede que el castigo sea menor. (A Cuca, enseňándole la jeringuilla.) ^Has visto? Es probable que... Cuca—(Como un polícia.) A todas luces éste es un crimen de los gordos. (A Lalo.) ^Dónde están los cadáveres? (A Beba.) No hay rastro alguno. beba— (Como otro polícia.) ^Dónde los escondiste? ^Los enterraste? Cuca— (Como un polícia.) Hay que registrar la casa de arriba a abajo. En cualquier rincón... Beba— (Como otro Polícia.) ^Por qué los mataste? Responde. ^Te maltrataban? lalo—(Secamente.) No. cuca—(Como un polícia.) Ya era hora, muchacho. ^Por qué los mataste? Lalo— (Muy Seguro.) Yo no hice eso. cuca— (Como un polícia.) Qué descaro. Beba— (Como otro polícia.) ^Estaban durmiendo? Cuca— (Como un polícia.) No me irás a decir mayor cinismo. ^Así que tú no asesinaste a nadie? tus padres? ;A tus hermanos? ^Algún pariente? (Lalo se encoge de hombros.) Entonces, dime, ^qué has hecho? Beba—(Como otro polícia.) ^Los ahogaste con las almohadas? Cuca— (Como un polícia.) ^Cuántas puňaladas les diste? Beba— (Como otro polícia.) ^Cinco, diez, quince? cuca— (Como un polícia.) No me irás a decir que todo ha sido un juego. Aquí están las manchas de sangre. Tú mismo estás embarrado de pies a cabeza. ^Serás capaz de negarlo? ^Te niegas al interrogatorio? (En otro tono.) Yo casi he visto el crimen... (Rápido, casi insólito.) ^Dónde están tus padres? ^Encerrados en un baúl? (Pausa. Reconstru-yendo la escena.) Tú ibas despacio, en puntillas, para no hacer ruido, en la oscuridad... Tus padres roncando a pierna suelta y tú aguantando la respiración y en la mano el cuchillo que no tiembla... Lalo— (Con orgullo.) Eso no es asi. Usted miente. cuca— (Como un polícia.) Entonces... ^qué? (Agotada.) Ah, esta casa es un laberinto. beba— (Como otro polícia, que ha estado escudriňando aquíy allá en la habitación.) Aquí está la prueba. (Seňala hacia el cuchillo.) Ľstamos en la pista. (Se agacha para cogerlo.) cuca—(Como un polícia, gritando.) No lo toques. beba— (Como otro polícia.) Hay que tomarle las huellas digitales. i ( oge el cuchillo con un paňuelo y lo pone encima de a mesa.) La n o c h e d e los a s e s i n o s 139 cuca—(Como un polícia.) Si éste sigue negando... Beba— (Como otro polícia. Furioso.) Esto lo arreglo yo de un plumazo. (A Lalo.) Ven. acá, ^te decides a hablar... o...? Mira que no quiero emplear la violencia. ^Quiénes tú crees que somos nosotros? ^Piensas que estamos pintados en la pared? (En tono amenazador y persuasivo a la vez.) Habla, que te conviene. Yo creo que ya va terminando la hora de las contemplaciones. (En tono más amistoso.) Habla, total, que es por tu bien. (Mirando a Cuca.) Nosotros eso lo tomamos en consideración. No te preocupes. (Cuca entra a un lateral del escenario, en actitud investigadora.) Ya verás lo tranquilo que te vas a sentir cuando nos lo cuentes todo con pelos y seňales. Es muy sencillo, sencillísimo. (En tono casi familiar.) ^Cómo lo hiciste? ^Por qué lo hiciste? ^Te maltrataban de palabras o...? ;No hubo, acaso, un robo o alguna trastada por el estilo? jQué fue lo que pasó en realidad? ^Lo has olvidado acaso? Trata de recordar... A ver, tómate el tiempo que quieras. lalo— (Con gran soberbia.) Ninguno de ustedes puede compren-der... Beba— (Como otro polícia. Persuasivo, con una sonrisa.) ^Por qué dices eso?... (Más íntimo.) Vamos, chico, confiesa. Cuca—(Como un polícia. Fuera del escenario. Gritando.) No te calientes la sangre, Cuco. Aquí está el paquete. (Entra a escena. Limpiándose las manos, una con la otra.) ;Si vieras!; es un espectáculo bochornoso, qué digo, horrible. Se le paran los pelos al gallo más pintado. (Reconstruyendo la escena.) Ahí están la pala y el azadón... Ábrió un hueco enorme. No sé cómo pudo hacerlo solo... Y allí, al fondo, los dos cuerpos y un poco de tierra encima. (Acercándose a Lalo. Dándole una palmada en el hombro.) Conque el caballerito no hizo nada. (Beba se dirige al mismo lugar por donde salió Cuca.) Si, sí, comprendo. (Con una sonrisa de satisfacción.) El caballerito es inocente. (En otro tono.) Pues bien... (Lo mira fijamente, con desprecio.) El caballerito tiene sus horas contadas. (Tono vulgar.) Has firmadu m sentencia, mi hermano. Beba— (Entrando a escena. Dejando de actuar como el otro polii /./. I Es espantoso. cuca— (Como un polícia, tono vulgar.) No te pongas dr&mátíco. beba-Me quedé fría. cuca— (Como un polícia.) El chiquito se las trae. Beba—Sentí un escalofrío. 140 Jose Triana L a n o c h e de los a s e s i n o s 141 CUCA-(Como unpolícia. A Beba.) Vamos, arriba. No te dejes caer. (A Lalo, con desprecio.) Eres un... Me dan deseos de... (A Beba.) A levantar el acta. BEBA-iCómo...? Pero si no ha confesado. cuca-(Como un policía.) No es necesario. Beba-Yo creo que si. C\JCA-(Como un policía.) Hay pruebas suficientes. BEBA-Debemos intentarlo... (Acercándose a Lalo.) Lalo, es necesario que digas, que hables. jPor qué? ^Por qué, Lalo? CvCA-(Como un polícia.) No te ablandes. Beba-(A Lalo, casi suplicante.) ^No comprendes que es un requisito, que es importante la confesión? Di lo que quieras, lo que se te ocurra, aunque no sea lógico, aunque sea un disparate; di algo, por favor. (Lalo permanece impenetrable.) CvcA-(Como un policía.) A la Estación. El acta. El informe... (Con pasos graves, Beba se dirige a la mesa y se sienta.) (La escena, a partir de este momento, debe adquirir una dimension extraňa. Los elementos que se emplean en ella son: los sonidos vocales, los golpes sobre la mesa y el taconeo acompasado, primero de Beba, y luego de los dos personages [Beba y Cuca], en el escenario. Debe aprovecharse hasta el máximo.) cuca-(Dktando, automáticamente.) En el local de esta Estación de Policía, y siendo... BEBA-(Moviendo las manos sobre la mesa, repite automáticamente.) Tac-tac-tac-tac. Tac-tac-tac-tac. Tac-tac-tac-tac. Tac-tac-tac-tac. CuCA-fEn el tono anterior.) ...ante el Sargento de Carpeta que suscribe, se presentan el Vigilante numero 421 Cuco de Tal y el Vigilante numero 842 Bebo Mascual conduciendo al ciudadano que dice nombrarse... BEBA-fEn la forma anterior.) Tac-tac-tac-tac. Tac-tac-tac-tac. Tac-tac-tac-tac. (Cuca mueve los labios como si continuara dktando.) Tac-tac-tac-tac. CucA-fEn el tono anterior.) Maniŕiestan los dos vigilantes a un mismo tenor que: «Encontrándose de recorrido por la zona corres-pondiente a su pošta... Beba-(Golpeando con las manos la mesa, repitiendo automáticamente, congran sentido rítmico.) Tac-tac-tac-tac. Tac-tac-tac-tac. Tac- tac-tac-tac. Tactac-tac-tac. (Cuca mueve los labios como si continuara dktando.) cuca—(En el tono anterior.) ...escucharon voces y un gran escándalo... beba-fEn la forma anterior.) Tac-tac-tac-tac. Tac-tac-tac-tac. cuca-(En el tono anterior.) ...que reňían, que discutían, que se lamentaban... beba—f£n la forma anterior.) Tac-tac-tac-tac. Tac-tac-tac-tac. QjCA-(En el tono anterior.) .. .y habiendo escuchado un grito de socorro... Beba-(Golpeando con las manos sobre la mesa, taconeando y repitiendo con gran sentido rítmico, automáticamente.) Tac-tac-tac-tac. Tac-tac-tac-tac. (Cuca mueve los labios como si continuara dktando.) Tac-tac-tac-tac. cuca-C&7 el tono anterior.) ...que al entrar en la susodicha habitación... Beba-(En la forma anterior.) Tac-tac-tac-tac. Tac-tac-tac-tac. CvCA-(En el tono anterior.) ...dos cuerpos que presentaban... Beba-(£h la forma anterior.) Tac-tac-tac-tac. CuCA-(En el tono anterior) ...contusionesy profundas heridas de primer grado... Beba-(En la forma anterior.) Tac-tac-tac-tac. Tac-tac-tac-tac. (Cuca empieza a golpear sobre la mesa, a repetir, como Beba, el taconeo y el tecleo oral, hasta que la escena alcanza un breve instante de delirio. Pausa. Beba y Cuca vuelven a una actitud aparentemente normal. Cuca le muestra un papel a Lalo.) Cuca— (Autoritaria.) Firme aquí. (Pausa. Lalo mira el papel. Mira a Cuca. Coge el papel, con cierto desprecio. Lo observa detenidamente.) Lalo-(Furioso, firme, desafiante.) No acepto. ^Me endenden? Todo esto es una porqueria. Todo esto es una infamia. (Pausa. En otro tono, casi burlón.) Me parece magnifico, admirable, que asi, de buena.s a primeras, ustedes traten, empleando los medios más asquerosos, de hacerme un interrogatorio. Es lo más lógico. Es casi... diria, lo más natural. Pero ^qué quieren? ^Piensan acaso que voy a firmar ese mamotreto de mierda? ^Eso es la ley? ^Eso es la justícia? ;Qué sahen ustedes de todo eso? (Gritando. Rompe el acta.) Basura, basura, basura. Eso es lo digno. Eso es lo ejemplar. Eso es lo respetable. (Patea y pisotea 142 Jose Tri a n a La n o c h e de los a s e s i n o s 143 con mbia lospapeles rotos. Pausa. En otro tono. Con una sonrisa amarga y casi con lágrimas en los ojos.) Es muy simpático, muy digno, muy ejemplar que ustedes ahora digan: culpable. Y ya. Bašta, a otra cosa. Pero que hagan Io que hacen... (A Cuca.) ^Es que acaso no le satisface lo que ha pasado? ,;Por qué pretende endilgarme una serie de invenciones, sin ton ni son? es que cree o se imagina que soy bobo de remate? ^Qué partido quiere sacar...? (En una burla simiesca.) ^Piensa que estoy muerto de miedo? Pues oígalo bien claro: no. No tengo miedo. (Beba agita la campanilla.) Soy culpable. Sí, culpable. Júzgueme. Haga lo que quiera. Estoy en sus manos. (Beba vuelve a mover la campanilla como un juez. Lalo, en otro tono, menos violento, pero siempre en una actitud arrogante.) Si el seňor juez me permite... Beba— (Como unjuez.) Ruego al público que mantenga la debida compostura y silencio, o de lo contrario, tendré que desalojar la sala y continuar las sesiones a puertas cerradas. (A Cuca.) Tiene la palabra el seňor fiscal. cuca—(A Beba.) Muchas gracias, seňor juez. (A Lab.) El seňor procesado conoce las dificultades que hemos tropezado desde el inicio para el esclarecimiento de los sucesos acaecidos en la nefasta madruga-da... del... (Beba agita la campanilla.) beba—(Como un juez.) Ruego, al seňor fiscal, sea más explícito, y concrete más al formulár su exposición. cuca— (Como un fiscal.) Perdone, seňor juez, pero... Beba— (Moviendo la campanilla.) Le ruego al seňor fiscal que se atenga exclusivamente al interrogatorio. cuca— (Como un fiscal. A Beba.) Seňor juez, el procesado, durante el interrogatorio anterior, ha empleado una cantidad sorprendente de evasivas, lo que hace imposible cualquier intento de aclarar... Beba—(Como un juez. A Cuca. Golpea fuertemente la mesa.) Aténgase al cuestionario de orden. cuca—(Como un fiscal. Solemne.) Le repito al seňor juez que el procesado obstaculiza sistemáticamente todo intento de esclarecer la verdad. Por tal motivo, someto a la consideración de la sala las si-guientes preguntas: ^Puede y debe burlarse a la justicia? ^La justicia no es la justicia? £Si podemos burlarnos de la justicia, la justicia no deja de ser la justicia? ^Si debemos burlarnos de la justicia, es la justicia otra cosa y no la justicia?... En realidad, seňores de la sala, ^tendremos que ser clarividentes? Beba— (Como un, Juez. Implacable, golpeando la mesa.) Exijo al seňor fiscal que no se extralimite en sus funciones. cuca— (Como un fiscal, alardeando ante el público de sus recursos teatrales.) Ah, seňoras y seňores, el seňor procesado, como todo culpable, terne que el peso de la justicia... lalo— (Furioso, pero conteniéndose.) Estás haciendo trampas. Te veo venir. Quieres hundirme, pero no podrás. cuca— (Como un fiscal. Solemne y furioso. A Beba.) Seňor juez, el procesado está actuando de una manera irreverente. En nombre de la justicia exijo la compostura adecuada. iQué pretende el procesado? ^Crear el desconcierto? Si ese es su propósito, tenemos que calificarlo abiertamente de intolerable. Los oficios de la ley y la justicia mantienen un tono lógico. Nadie puede quejarse de sus métodos. Están hechos a la medida del hombre. Pero el procesado, a lo que parece, no entiende, o no quiere entender, o quizá en su ánimo existan zonas turbias... o tal vez, prefiera esconderse, agazaparse en los subterfugios de la tontería y la agresividad. Reclamo que cada uno de los integrantes de este jurado y la sala en generál tenga una clara conciencia de su actitud y que a la hora de emitirse el veredicto seamos equilibrados, pero al mismo tiempo implacables. Seňoras y seňores, el procesado, por una parte, declara abiertamente su culpabilidad; es decir, afirma haber matado. Este hecho lamentable rebasa los límites de la naturaleza y adquiere una dimensión exasperante, para cualquier ciudadano normal que transite las Calles de nuestra ciudad; por otro lado, el procesado niega, claro que de una forma indirecta, y desvía la sucesión encadena-da de los hechos, empleando las más disímiles argucias: contradiccio-nes, banalidades y expresiones absurdas. Como por ejemplo: No sé; quizás; puede ser; sí y no. ;Esa es una respuesta? O también el manido recurso de: Si yo tuviera clara conciencia de las cosas... Esto es inadmisible, seňores del jurado. (Avanzando hacia elprimer piano, con grau efecto de teatralidad.) La justicia no puede detenerse pasivamentí ante un caso semejante, donde toda la abyección, la malevolencin v la crueldad se rennen. He aquí, seňoras y seňores, al más repugnanti asesino de la história. Vedlo. ^No siente repulsión cualquier cfiatUfa frente a este detritus, frente a esta rata nauseabunda, frente .1 <-sli escupitajo deleznable? ^No se siente la necesidad del vómito | dtl improperio? ^Puede la justicia cruzarse de brazos? Seňoras \ l«fl< seňores del jurado, seňores de la sala, ^podemos admilir que un tuji lo de tal especie comparta nuestras ilusiones y nuestras espi 1 in i ^Acaso la humanidad, es decir, nuestra sociedad, no mar« ha hj< I progreso resplandeciente, hacia una alborada luminnsa? i lálo tnti ní