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D., Managua, 1966. CUENTO DE PASCUAS I Una noche deliciosa, en verdad... El "reveillon" en ese hotel lujoso y elegante, donde tanta belleza y fealdad cos-mopolita se junta, en la competencia de las libras, los dó-lares, los rublos, los pesos y los francos. Y con la alegría del Champagne y la vision de blancores rosados, de brillos, de gemas. La música luego, discreta, a lo lejos... No recuerdo bien quién fue el que me condujo a aquel grupo de damas, donde florecían la yanqui, la italiana, la argentina... Y mi asombro encantado ante aquella otra seductora y extraňa mujer, que Uevaba al cuello por todo ardono un estrecho galón rojo... Luego, un diplomático que lleva un nombre ilustre me presentó al joven alemán políglota, fino, de un admirable don de palabra, que iba, de belleza en belleza, diciendo las cosas agradables y lige-ras que placen a las mundanas. —M. Wolf hart —me había dicho el ministro. Un hom-bre amenísimo. Conversé largo rato con el alemán, que se empeňo en que hablásemos castellano, y por cierto, jamás he encontrado un extranjero de su nacionalidad que lo hablase tan bien. Me refirió algo de sus viajes por Es-paňa y la America del Sur. Me habló de amigos comunes, y de sus aficiones ocultistas. En Buenos Aires había tra-tado a un gran poeta y a un antiguo compaňero, en una oficina publica, el excelente amigo Patricio... En Madrid... Al poco rato teníamos las más cordiales relaciones. En la atmosféra de elegancia del hotel, llamó mi atención la seňora que apareció un poco tarde, y cuyo aspecto evo-caba en mí algo de regio y de galante a la vez. Como yo hiciese notár a mi interlocutor mi admiración y mi entu- 237 238 RUBÉN D A R f O siasmo. Wolfhart me dijo por lo bajo, sonriendo de cierto modo: "iFíjese usted! i Una cabeza historical jUna cabeza historical" Me fijé bien. Aquella mujer tenia, por el perfil, por el peinado, un peinado, si no con la exageración de la época, muy semejante a las "coiffures á la Cléopatre", por el aire, por la manera, y, sobre todo, después que me intrigara tanto un galón rojo que llevaba por único adorno en el cuello, tenia, digo, un parecido tan exacto con los retratos de la reina Maria Antonieta, que por largo rato permanecí contemplándola en silencio. En realidad, era una cabeza histórica. Y tan histórica por la vecindad... A dos pasos de allí, en la plaza- de la Concordia... Si, aquella cabeza que se peinara a "la circasianaJ', "a la Belle-Poule", "al casco inglés", "al gorro de candor", "al gorro de candor", a "la queue en flambeau ďamour", "á la chien couchant", "a la Diane" a las tantas cosas más, aquella cabeza... Se sentó la dama a un extrerao del hall, y la única persona con quien hablara fue Wolfharť, y hablaron según me pareció, en alemán. Los vinos habían puesto en mi imagináciou su movimiento de brumas de oro, y alrededor de la figura de encanto y de misterio, hice flotar un vuelo de suposiciones exquisitas. La orquesta, con las oportunida-des de la casualidad, tocaba una pavana. Cabelleras em-polvadas, moscas asesinas, trianones de realizados ensue-ňos, galantéria pomposa y libertinaje encintado de poesía, tantas imágenes adorables, tanta grácia sutil o pimentada, de página de memoria, de anécdota, de correspondencia, de panfleto... Me venían al recuerdo versos de los más lindos escritos con tales temas, versos de Montesquiou, Fezensac, de Regnier, los preciosos poemas italianos de Lucini... Y con la fantasia dispuesta, los cuentos milagro-sos, las materializaciones estudiadas por los sabios de los libros arcanos, las posibilidades de la ciencia, que no son sino las concesiones a un enigma cada día más hondo, a pesar de todo... La fácil excitabilidad de mi cerebro estuvo pronto en acción. Y cuando, después de salir de mis cogi-taciones, pregunté al alemán el nombre de aquella dama, y él me embrolló la respuesta, repitiendo tan sólo lo de Ilustración de J. Gosé para Cuento de Pascuas, de Rubén Dario. CUENTO DE PASCHAS 239 O ST E NT O R V M C H R O NICO N, Qux prxtcr natura ord i nem, motum, ETO P E RATIONEN, ET IN 8 V P B R I CC Kbut K hli üifcriotibu» rainuliregioijibu^ahaordiomundí ufquesdhaé tioftra t«rnpora,acdttenmt Qtioďportrawnrm gemts non temwe eueiure foltt.fědhumano gen cti dďnbfwm,feuíriwtcmiram^Dtí^iWU»fc«e-njtaiqagiusinmundouirirutudines portendiLpartťm exprobads btef Vvwďi^wthoríbui Gnd»,atqueLitini»: paitim edam ex multoium 0 »lijjjsrum propria obieniatJonr,iumrna Rit, midio, ic fe-'4uli»t«,adle