Bc. Alice Hříbalová 434377 21. 12. 2020 SJ2B011 Utopías y literaturas distópicas. Teoría, historia y casos en lengua española Los huérfanos de Jorge Carrión: la vida post-apocalíptica Los huérfanos es una novela escrita por Jorge Carrión. La novela fue publicada en 2014 y forma parte de una trilogía libre, a la que pertenecen también las obras Los muertos y Los turistas. Los huérfanos sigue a un grupo de sobrevivientes de la Tercera Guerra Mundial que llevan 13 años viviendo en un búnker, aislados del resto del mundo y sin saber qué está pasando fuera. La obra se desarrolla a través de la narración de Marcelo, uno de los sobrevivientes. Se trata de un relato con narrador en primera persona que es también protagonista de la obra. Los eventos se cuentan en forma de diario personal, desde un punto de vista subjetivo, de manera algo incoherente y con lapsos de tiempo y espacio. Marcelo, llevado al borde de la locura después de tantos años en el búnker, se muestra como un narrador no fiable, pero en su narración fragmentaria se revelan tanto las historias personales del búnker como los eventos que llevaron a la Tercera Guerra Mundial y la destrucción del mundo tal como lo conocían los personajes pero también nosotros - los lectores. La principal obsesión de Marcelo es el lenguaje y las palabras. Es por eso que escribe un diario en el que resume su vida, aunque supone que este diario nunca va a ser leído. Y por eso también estudia un diccionario, su propiedad más valorada. El diccionario contiene en sí todo el mundo, representa el pasado, cuando la vida era más que los infinitos días y noches pasados en un búnker. El problema es que lo único que queda de ese mundo son palabras vacías de contenido: Los países son nada. Las naciones no existen. (...) las uniones, los tratados de comercio, las fronteras no son más que palabras que escribo, palabras con historia pero sin contenido, limitadas por su propia grafía, sin realidad más allá de los puntos donde termina la tinta negra y empieza el blanco que es su contexto (76). El búnker es un espacio limitado y estéril y la vida allí también es así. Por tanto, la mayoría de las palabras recogidas en el diccionario se han vuelto redundantes, ya que describen las realidades que para el protagonista ya no existen y pertenecen solamente al pasado. El esfuerzo por leer el diccionario y analizar su contenido es una actividad que a primera vista carece de sentido, sin embargo, se trata de una distracción de la vida monótona en el búnker: «La meditación de Gustav, las traducciones bíblicas de Esther, las doscientas flexiones diarias de Carl o mi dedicación al Diccionario son algunas de las estrategias que ensayamos para no enloquecer» (41). La obsesión por la palabra se refleja también en la amistad del protagonista con Mario. El personaje de Mario está presente solamente por medio de las palabras escritas en el chat. Está mucho más alejado del protagonista que las personas con las que vive en el búnker. No obstante, para Marcelo, la amistad con Mario representa no solamente un vínculo con el resto del mundo, sino también su único vínculo con el resto de la humanidad. A pesar de haber vivido con los otros sobrevivientes durante tanto tiempo, Marcelo opta por aislarse de los demás. Su actitud hacia ellos está regida por impulsos básicos, sobre todo por su deseo sexual, que se muestra en su comportamiento hacia Thei, la chica adolescente. No siempre ha sido así. Marcelo menciona las conversaciones que solía tener con los demás habitantes del búnker y las amistades que estableció, pero al paso de los años, todo esto se desvaneció: «Tampoco puedo evocar por qué fuimos amigos. Quiero decir que se ha desmaterializado aquel sentimiento de amistad que nos unió durante los primeros años» (63). Las conversaciones significativas y relaciones profundas cedieron paso al silencio y el deseo carnal. En un momento, Marcelo afirma que el sexo es «lo segundo que más echo de menos, la segunda ausencia más inmediata en mis carnes» (77), después de haber nombrado todas las cosas cotidianas que, en cambio, no extraña. El énfasis que Marcelo pone en el deseo sexual hace recordar a Anthony, un hombre en el que el instinto animal derrotó a lo humano. Marcelo está obsesionado por Anthony, quizás porque intuye que algo así le podría pasar a él mismo. Las dos obsesiones de Marcelo, la palabra escrita y el sexo, se reflejan también en sus recuerdos, que se centran en sus encuentros sexuales y en su trabajo, que consistía en escribir informes sobre el proceso de la llamada reanimación histórica. Los recuerdos revelan que Marcelo siempre ha sido un hombre algo aislado y la vida en el búnker quizás solamente exacerbó los principales rasgos de su personalidad. Como ya hemos mencionado, el diario está escrito desde un punto de vista subjetivo. No obstante, las partes dedicadas a la explicación de la reanimación histórica parecen mucho más objetivas y están escritas en un tono distinto, mucho más formal, ya que en la mayoría de los casos se trata de informes oficiales. El fenómeno de la reanimación histórica es, sin duda, la parte con más potencial de toda la obra, y es un tema que merecería más espacio. No obstante, lo único que se nos ofrece es el punto de vista limitado de Marcelo, sus recuerdos y sus informes. Si bien los informes ofrecen una visión objetiva de qué es la reanimación histórica y cómo contribuyó al estallido de la Tercera Guerra Mundial, es en estos momentos cuando el lenguaje de la obra se hace bastante pesado, como si se tratara de un libro de texto para un curso de Historia, lo que tiene por efecto que un concepto tan interesante y fascinante quede marginado. Es curioso que las partes en las que se describe la vida interna de Marcelo y lo que podemos considerar su descenso paulatino a la locura cobren más presencia en la obra que los eventos que durante años llevaron a la Tercera Guerra Mundial y al fin del mundo tal como era. Teniendo en cuenta esto, podemos afirmar que la novela pertenece por parte al género de la literatura psicológica, ya que retrata los efectos que el largo aislamiento en un mundo post-apocalíptico puede tener sobre un ser humano. En el personaje de Anthony se muestra con más fuerza la animalización de los seres humanos, no obstante, si podemos creer en las palabras de Marcelo, los demás habitantes del búnker también se han vuelto pervertidos, siguiendo sus impulsos más bajos. La vida en el búnker es un paulatino abandono de las convenciones sociales, un regreso a la sociedad primitiva, un mundo sin salida ni esperanza. Fuentes Carrión, Jorge. Los huérfanos. Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2014.